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MARACAIBO
Breve Ensayo sobre su Accidentada Historia
EL ORIGEN DE
MARACAIBO INSÓLITO
BREVE ENSAYO SOBRE SU ACCIDENTADA HISTORIA
Ángel Rivas Velásquez
ÍNDICE
PREÁMBULO ...................................................................................4
PRIMER CAPÍTULO
De espaldas a nuestra controvertida Historia .......................................6
SEGUNDO CAPÍTULO
De espaldas a un hermoso Lago hoy moribundo ................................ 14
TERCER CAPÍTULO
De espaldas al Implacable dueño de la Ciudad: El Calor .................... 17
Ángel Rivas
Velásquez
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PREÁMBULO
Nadie duda de que Adiós a la Patria es el poema de despedida que hace Rafael María Baralt de su
terruño, insigne zuliano que se distinguió como poeta, periodista, historiador, el primer escritor latino que
perteneció a la Real Academia Española de La Lengua, también coautor de la primera Historia de Venezuela
y de otras tantas actividades que bien vale la pena leer en su biografía. Murió en España, muy triste por una
acusación infundada que, aunque fue reivindicado, le quedó el amargo sabor de la injusticia.
Interesante saber, porque este Gran Zuliano comienza su poema con un verso tan drástico y fatalista;
Dichoso yo si un día
A ti me vuelve compasivo el Cielo,
Dulce muerte me envía,
Y me da, Patria Mía,
¿Problemas de gentilicio regional o de Autoridades? Maracaibo tiene una historia más que particular,
porque muchos son los hechos adversos con muy poca o ninguna defensa, como muchas son las decisiones
indiferentes que la han “modelado”, mejor dicho, conducido a esta situación tan desafortunada de hoy, y que
para mí la explica la siguiente fábula:
En una cabaña a las orillas de nuestro Lago conversaban La Verdad y La Mentira cuando ésta, después de
admirar el buen traje de aquella, dijo:
-Hoy hace un hermoso y agradable día, el agua está fresca, ¡azulita!, provoca, es más, te invito a que dis-
frutemos de un refrescante baño playero. -
Maracaibo marginada
y sin un real,
que más te puede pasar,
que ya no te haya pasado.
Así cantó el poeta gaitero hace más de 50 años. Verso profético con una validez tan cruda, tan cruel, que
debiéramos estar llorando o arrechos, porque solo hemos vivido indiferentes ante nuestra ciudad, de verdad,
no se puede concebir peor actitud en contra de ella. Maracaibo está que arde, ¿Quién tiene la culpa?
Lo absurdo del caso es que estemos contando dificultades desde esa concreta fecha, cuando en realidad
habría que hacerlo a partir de la llegada de los españoles, porque la historia de Maracaibo no ha sido otra que
la de una cadena de hechos disímiles, humillantes algunas veces, nefastos en otras, castigada en ocasiones
por sucesos contradictorios, sino asombrosos, por lo menos negativos, en fin, se han acumulado tantas cosas
adversas, que hemos preferidos olvidar, esconder la cabeza o hacernos los locos, y de vez en cuando, muy de vez en
cuando, aparece una tímida voz de protesta cuya reacción liberadora se la “traga” nuestra indiferencia cuando
no, una desidia burocrática o una de residentes acomodaticios.
Nosotros los zulianos (convertidos en el peor enemigo del Zulia por un gentilicio mal interpretado del
que se aprovechan otros) hemos estado siempre de espaldas a nuestra controvertida historia, de espaldas a un
hermoso Lago hoy moribundo y también, de espaldas al implacable dueño de esta ciudad: El calor.
La primera no la conocemos o casi ni nos interesa, al segundo, más daño no se le puede hacer, tanto, que
da pena hablar de la Sultana del Lago y del tercero, ni se diga, se le ha dado tan poca importancia, que raya
en el masoquismo aceptar vivir en este inhóspito ambiente. La inexcusable verdad apareció en este didáctico
graffiti:
¡Mierda, calor y PANORAMA!
Fuerte comentario mordaz, digno de alabanza, que vale la pena escribirlo con grandes letras de bronce
“en las puertas de la ciudad”.
Ángel Rivas
Velásquez PRIMER 6
CAPÍTULO
DE ESPALDAS
A NUESTRA CONTROVERTIDA HISTORIA
Esta tiene que ser narrada, comentada y razonada desde las escuelas primarias, de obligatoria enseñan-
za, porque el zuliano debe adquirir a temprana edad conciencia de su accidentado desarrollo histórico, de
su obligación de sacudirse el yugo al que lo somete la Capital, la cual, ignorando nuestra mayor población
aun así no nos toma en cuenta, que también debemos rebelarnos contra la discriminación y en contra de ese
conveniente e interesado centralismo de Caracas, quien siempre nos ha visto como un proveedor de insumos
para su comodidad.
La historia comienza con la llegada del alemán Ambrosio Alfinger a un sitio que los indígenas llamaban
Maare Kaye (el probable origen del nombre Maracaibo) y allí en esa rada donde ya existía una ranchería de-
cide proteger sus barcos; transcurrido cierto tiempo, un 8 de Septiembre del 1529, ese conquistador “ordena”
que con esas pocas chozas fundaran la Villa de Maracaibo y así nació nuestra ciudad, ¡vaya “fundación”! pero
esta pequeña comunidad fue trasladada al Cabo de la Vela en Colombia y Maracaibo desapareció. Cuarenta
años más tarde, 1569, apareció el Capitán Alonso Pacheco “armando” otra ranchería igual sobre los restos
de la anterior, y volvió a “fundar” a Maracaibo con el nombre de Nueva Ciudad Rodrigo, más esta segunda
“fundación” tuvo el mismo final que la primera y mi querida ciudad volvió a desaparecer. Siglos más tarde
exclamaba el Poeta Abdón Pérez Machado (un verso que alterado o no, me gusta)
------------------
Para el año 1574, en un tercer intento, pero definitivo, también con rancherías, se presentó el Capitán
Pedro Maldonado y la “refunda” de nuevo con el rimbombante nombre de Nueva Zamora de la Laguna de
Maracaibo.
Esas tres “fundaciones” dieron origen a discusiones entre personas entendidas más prevaleció la primera,
y ahora este 8 de Septiembre que pasó cumplimos 491 años de azarosa vida, rumbo a los cinco siglos, llenos
de esperanzas e incertidumbres, de contratiempos, de tráfico de influencias, sin líderes a la vista, solo ob-
servando un cementerio de Obras inconclusas como monumentos a la indolencia, en un ambiente egoísta de
¡quítate tú para ponerme yo! que nos obliga desde este mismo día a darle soluciones a nuestros problemas y a
no esperar que en el 2029, nombren a Maracaibo capital de Venezuela por tres días, se inauguren ferias con
Ángel Rivas
Velásquez
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fiestas por todas partes, arreglen algunas calles y por supuesto, pondremos la quinta o sexta primera piedra del
puente Nigale, el cacique de los Zaparas que murió asesinado por los conquistadores españoles.(Estos indíge-
nas eran tan buenos guerreros como navegantes y fueron los primeros prácticos de la Barra)
Pero si la “fundación” de Maracaibo fue tan singular, no menos lo es el origen de su nombre, que va del
Mara-cayó (una leyenda infantil sobre la muerte del cacique Mara que al parecer ni siquiera existió aunque
para algunos dio origen al nombre de la ciudad), o quizás fue el vocablo guaraní o chibcha Maara iwo que sig-
nifica tierra donde abundan las serpientes cascabeles ( ¿suspicacia indígena de hace 500 años? ), y por último
la expresión Maare Kaye, de gran aceptación porque se traduce como lugar frente al mar. El nombre del Zulia
también tiene problemas con su origen, un probable vocablo autóctono como lo puede ser cur en guaraní, que
significa salir del cauce para mencionar una de tantas voces. Determinar su verdadera procedencia no es fácil,
hay muchas versiones, todas confusas, ambiguas, más si tiene dudas, tenemos eruditos que conocen muy bien
nuestra historia, se los recomiendo. Solo quería decirle que luchamos con adversidades de vieja data y venimos
arrastrando un Karma que nos ha marcado toda la vida.
En fin, Maracaibo fue creciendo hasta alcanzar su bien merecida identidad (lamentablemente hoy ame-
nazada, pero con buenos zulianos que luchan por mantenerla) y tanta era su prosperidad que fue blanco
de muchos ataques piratas, como el de Henry Morgan al asolar el Lago durante todo un año, o el saqueo
del pirata William Jackson cuando se presentó con 11 naves y 1000 bucaneros aterrorizando a Maracaibo
y también al promisor pueblo de Gibraltar, refugio de las familias adineradas que huían de él. Por si fuera
poco, Maracaibo no gozaba de estabilidad política, un año pertenecía a Santa Fe de Bogotá y el otro a Santo
Domingo (de paso, el colombiano es muy hábil en cuestiones diplomáticas y ese empeño en llamar ahora a su
capital Santa Fe de Bogotá como en sus comienzos, debe tener su razón, ¡cuidado! Tienen personal fijo en La
Haya en espera de que logren la discusión internacional sobre el Golfo).
Cuando se crea a Venezuela en 1777, dicen que Maracaibo pertenecía al Virreinato de Nueva Granada
y el Rey Carlos III le pidió al Virrey que remarcara sus límites, ya que iba a crear la Capitanía General de
Venezuela al oriente de sus tierras; éste señaló al Cabo de la Vela en el Departamento Río Hacha de la Guajira
como su frontera, porque después de allí “solo se conseguía mosquitos, cascabeles y desiertos” (al parecer ya
conocía el vocablo chibcha antes mencionado) demás está decir que aquel Virrey no goza del aprecio colom-
biano, ¿la razón? si él deja los límites como estaban, Maracaibo, el Golfo, Los Monjes, todos ellos, no estarían
en discusión, simplemente seríamos colombianos, en cambio, colombiana sin objeción alguna es la advocación
de la Chinita, (¡la Virgen se aparece primero en Chiquinquirá, Colombia! un pequeño pueblo vía Bogotá),
pero al ver ella que nuestro Destino no tenía ni cómo ni donde parar, decidió acercarse flotando en una tablita
a “darnos una mano”. Y así nos vería que en esta segunda advocación decidió quedarse con nosotros, tan cierto
que luego el bardo gaitero le cantaría a la Grey zuliana:
Permitan que comente algo sobre los límites de Venezuela en nuestro Estado, un tema propio de expertos
historiadores, pero a nosotros los zulianos nos interesa saber cómo al Zulia le quitan sus tierras. Así, va de
proposición, en Los Monjes, ¡la Puerta de entrada al Golfo de Venezuela! (no de Coquivacoa) se debe erigir un
faro gigantesco (150 metros de altura) para marcar territorio, el cual debe ser o un centro de enseñanza militar
o un Hotel - Casino internacional con fines turísticos, una inversión muy importante que beneficiaría al Zulia
por ser la Entidad más cercana, inversión que conviene promoverla pero lo más probable es que no pase de
allí, porque los zulianos ante la novedad siempre hemos permanecidos impávidos, indiferentes, perdiendo las
oportunidades y lo más triste, sin poder negar que hemos sido pioneros en muchas de ellas, como el alumbra-
do público, tranvía, cine, etc. etc. al parecer solo nos gusta obedecer lo que dicta Caracas.
El primer intento de los colombianos por adueñarse de nuestras tierras, comienza en 1833 (siete años
después de que la Cosiata separara a Venezuela de la Gran Colombia en 1826) con lo que se llamó el Tratado
Pombo-Michelena. ¡En esa ocasión las comisiones llegaron a un acuerdo y el Senado de Colombia, la
máxima autoridad inapelable, aceptó dividir a la Guajira en dos! tomando como punto de arranque el
Cabo de Chichivacoa, pero éste no la dividía en dos mitades, sino que ganaba 62 millas de costas para Co-
lombia. Caracas, por supuesto, rechazó la propuesta argumentando que Venezuela comenzaba en el Cabo de
la Vela, no en aquel Cabo y esa aprobación se pospuso.
Una represalia insultante contra los zulianos al quedar Maracaibo y Coro capitales de dos secciones, una
llamada Zulia y la otra Falcón. Esta afrenta humillante duró más de nueve años, hasta que el presidente de la
República de entonces, Raimundo Andueza, eliminó ese Decreto. Caracas siempre nos ha tenido “pisados”
bajo un continuo centralismo injustificado. (también a toda la Provincia).
Venezuela consiguió otros arbitrajes, como el de Suiza, pero siempre le dieron la razón a Colombia, no
porque ésta tuviera mejores argumentos, si no que de forma, fondo y procedimiento el laudo arbitral del 1892
estaba bien ajustado a derecho (el fallo era inapelable), y además el Mogote Los Frailes, que señalaba el inicio
de los límites nunca se encontró (los colombianos si sabían dónde estaba pero si lo señalaban significaba para
ellos pérdida de millas de costas).
Ángel Rivas
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Ese detalle del “mogote perdido”, era la única salida técnica indiscutible y honorable que tenía Venezuela
para no aceptar el fallo que la perjudicaba.
¡Lagunillas y sus aledaños se están hundiendo de forma irreversible! El muro que impide al Lago
ocupar los espacios urbanos, cada vez es más alto porque el hundimiento es mayor, literalmente se los “tragará
la tierra”. Todos los años aparecen síntomas de esa terrible “tragedia anunciada” y lo más triste es que tiene
solución, ¡REUBICACIÓN! no es un problema directo de Maracaibo, pero la magnitud del desastre afectará.
Lo que pase o se haga en Los Monjes de alguna manera nos afecta, y los zulianos debemos estar pendien-
te e intervenir o protestar las decisiones de la Capital ¡Hasta cuándo Caracas, Carajo! Si quieren pasar un
mal rato, con arrechera y todo, por favor lean el Tratado o Hipótesis de Caraballeda, (relacionado con nuestra
soberanía en el Golfo de Venezuela) y entérense cómo nos embolatan los colombianos cuando se trata de dis-
cutir derechos de frontera, porque en ese Tratado o Hipótesis, ¡la comisión de Venezuela aceptó compartir
el Golfo con Colombia! bajo el insólito temor de que si vamos a un arbitraje en La Haya, lo perdemos com-
pleto. Aun cuando existe una nota diplomática de la Cancillería colombiana del año 1952, en la que reconoce
la soberanía de Venezuela en el Archipiélago Los Monjes y que Colombia no tiene reclamación alguna sobre
él(decisión que le causó enormes problemas al Canciller del momento), para subsanar ese “error “el vecino
País nos convenció (para variar) de que ese territorio marino está compuesto por islotes(que no genera mar
territorial y un archipiélago sí)o sea, ¿semántica contra documento? Entonces no tenemos más alternativa que
“poblar” los Monjes con islas artificiales abarrotadas de Organismos Cívicos Militares y Grandes Desarrollos
Turísticos. (al estilo San Andrés, antes de Nicaragua, arrebatada por Colombia en una de sus discusiones en
La Haya).
Esa noche absurda del Acuerdo de Caraballeda fue también una noche colombiana de gran fiesta, mayor
que la del 1941, pero el Senado venezolano y las Fuerzas Armadas rechazaron dicho convenio pasando por en-
cima de lo aprobado entre las dos comisiones. Los colombianos tienen tiempo revolviendo papeles en busca de
“su golfo” y con tal propósito lo invadieron en el 1987 con ¡un barco de guerra!, la corbeta ARC Caldas diciendo
que estaban en aguas colombianas porque así estaba acordado en el Tratado de Caraballeda (afrenta que duró 9
días, suficiente tiempo para provocar un pequeño conflicto bélico y luego bajo esa amenaza de guerra entre
“pueblos hermanos”, buscar solución en un arbitraje en La Haya). Cuando los espías colombianos se enteraron
de que Venezuela iba a resolver militarmente esa agresión invasora, la nave “desechable” que reemplazó al
Caldas se retiró (esa “basura naval” formaba parte de la estrategia militar,) y ¡el incidente quedó pendiente!
Aun cuando hubo un acuerdo de no más agresión, no se descartó otra discusión territorial sobre el tema y
Colombia siempre piensa actualizarla porque aspira y espera:
DE ESPALDAS
A UN HERMOSO LAGO HOY MORIBUNDO
El 24 de agosto del 1499 Alonso de Ojeda descubre al Golfo de Venezuela y al Lago de Maracaibo (guia-
do por el relámpago del Catatumbo que en ese tiempo brillaba con todo su esplendor de noche y de día), y
cuando vio los palafitos llamó a esa comunidad indígena pequeña Venecia o Venezuela. En ese viaje iba Juan
de la Cosa, cartógrafo, que, al hacer el mapa de la costa, por extensión el nombre lo adquirió todo el País.
Existen dudas sobre si este es el origen del nombre de Venezuela, porque hay estudiosos del tema que
dicen que esa palabra es una voz autóctona indígena. La primera versión es la más probable (esas tripulacio-
nes normalmente eran “sacadas” de las cárceles y de los bajos fondos), entonces, por contraste con la ciudad
de Venecia, hayan querido minimizar a los palafitos usando el sufijo despectivo uela, (mujerzuela, callejuela,
plazuela, Venezuela, etc.) Alonso de Ojeda es el único conquistador, que en sus días de ocaso histórico tuvo
un final de novela barata. Se separó de su familia española, para fundar un hogar en Santo Domingo con una
india a quien bautizó Isabel y tuvo tres hijos con ella. Pocos días después de morir él la encontraron muerta
sobre su tumba.
Salvo algunas escaramuzas en el río Orinoco, y otras de poca monta en el Norte de Colombia de tres
o cuatro navíos, la única batalla naval de importancia se realizó en el Lago, pero siempre me ha llamado la
atención de dónde sacaron tantos barcos de guerra los patriotas, si no hubo acciones bélicas navales relevantes
como para justificar una flota. Ésta (¿la única?) que vino de Colombia a combatir por nosotros con tripulación
principalmente colombiana, un 24 de Julio del año 1823, estuvo dirigida por el insigne Almirante neograna-
dino José Padilla López. Héroe de esta batalla, (a quien el Libertador llamó El Nelson de Colombia), murió
fusilado acusado injustamente de conspirar contra Bolívar, y es éste mismo quien firma la orden de ejecutarlo.
(Cualquiera relación de índole racista con el fusilamiento de Manuel Piar, que, como Padilla, también era “par-
do”, (negro), extranjero, rebelde y además héroe invicto de 24 batallas, es pura coincidencia). (¿O era temor de
perder liderazgo?)
La contribución venezolana fue el aporte logístico de los pescadores de los Puertos de Altagracia, verda-
deros prácticos de la Barra, quienes guiaron a la flota patriótica neogranadina hasta fondear frente a Mara-
caibo. A esta Batalla Naval del Lago le restan su verdadero valor al ubicarla en plano inferior, ya que siempre
se menciona a Carabobo como la batalla que selló la independencia de Venezuela, Pero sí a los patriotas
neogranadinos los hubieran derrotados en aquella contienda naval, además de quedarse sin barcos para seguir
en la lucha, no les iba a ser fácil desalojar a los españoles teniendo éstos su escuadra completa en Cuba, y por
consiguiente se volverían muy fuertes en Maracaibo. Al mismo tiempo, los movimientos separatistas de San-
tander y Páez no se iban a concretar por tener que ocuparse de Maracaibo, (quien sabe cuántos años), Bolívar
dispondría de más tiempo para poner orden y la Historia hubiera sido otra, no tenían alternativa, había que
ganar.
Ángel Rivas
Velásquez
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Lo cierto es que el Lago ha pasado, de ser el mayor reservorio de agua dulce de toda la América, a con-
vertirse en los próximos años en la letrina putrefacta de agua salada más grande del mundo, con el agravante
de que no se hace nada por evitarlo. Está completamente contaminado con algunos sectores más que otros y
en aras de ayudar a salvarlo, citemos las causas más importantes: Primero: La contaminación petrolera origi-
nada por los derrames de las tuberías en mal estado, más, la negligencia al surtir en los muelles a los buques
tanqueros, los mismos que echan al Lago el agua contaminada de petróleo que usan como lastre.
Segundo: Alrededor del Lago existe una población de 4 millones de habitantes, que todos los días in-
crementa la contaminación de esa ya insoportable “letrina lacustre” ( la mayor parte proviene de las cloacas
de Maracaibo), aguas negras que más tarde serán “distribuidas” por las corrientes del Golfo cuando entran al
Lago siguiendo la costa occidental, y desde Santa Cruz de Mara pasando por Santa Rosa de Agua, Maracaibo,
San francisco, se dirigen al Sur donde recogen la contaminación de esos pueblos meridionales, para luego su-
bir por la costa oriental (Bobures, La Ceiba, Cabimas, Los Puertos de Altagracia, Sabaneta de Palma) y llegan
otra vez a la Barra, parte sale y parte vuelve a entrar al canal de navegación, por el efecto remolino, que cons-
tantemente saliniza al Lago “introduciendo” las aguas marinas del Golfo. Tercero: La contaminación produc-
to de los pueblos (Santa Bárbara, Encontrados etc.) ubicados en las orillas de los ríos que nacen en Colombia
y en ocasiones habría que agregarle los derrames de petróleo vertidos en ellos procedentes del vecino País.
Existe una contaminación de puertos y carreteras producida por Carbones de Guasare, en donde se va
a gastar más en curar enfermos que lo que se recibe como valor de exportación. Debe haber alguna forma
económica de emplear parte de ese carbón, bien sea en generar electricidad para la Guajira o también en
“aliviar” la demanda de energía de sectores importantes de Maracaibo o transportarlo por carboducto para
minimizar los riesgos respiratorios. Hay muy buenos estudios sobre la contaminación del Lago por el carbón,
que merecen la pena que sean conocidos por el pueblo zuliano, obligado a resolver este problema con el que
vive de espaldas sin tomarlo en cuenta.
Son muchas las historias sobre lo que hay que hacer en el Zulia para resolver sus problemas, aquí sólo les
contaré algunas soluciones, buenas, factibles, que en su oportunidad hicieron su aparición por breve tiempo y
luego desaparecieron también en breve tiempo, pero que pudieran ser una excelente iniciativa con feliz térmi-
no para celebrar los quinientos años de nuestra ciudad.
A-) La construcción de un gran oleoducto que iría desde Lagunillas a Falcón, allá se surtirán los tanque-
ros evitando que estos naveguen en el Lago. Al no entrar los buques se elimina el canal de navegación y con
ello se disminuye el daño de la salinidad.
Eso hace posible desarrollar el Anteproyecto presentado años atrás, el cual consistía en unir a Maracaibo
con Santa Bárbara, Bobures, Cabimas, Los Puertos y el Castillo de San Carlos, usando modernas embarca-
ciones de paseo o las ya conocidas piraguas tradicionales que surcaron el Lago. Interesante turismo lacustre, al
cual se le agregaría, no menos importante, el turismo especial del Hotel Casino del Golfo que tendría como
punto de partida a Los Monjes con hidroaviones cubriendo la exclusiva ruta -Los Monjes Castillete -Mara-
caibo-Punto Fijo-Los Monjes (no importa que tan deficitario sea, pero es necesario imponerse en el Golfo)
más, los vuelos internacionales de frecuencia diaria con Barranquilla, Cartagena, Miami y México. El uso de
hidroaviones no es una idea nueva, ya lo hacía Pan American desde la Plaza del Buen Maestro.
Ángel Rivas
Velásquez
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B-) Otra buena idea que complementa la solución anterior fue el Anteproyecto del Puerto de Aguas
Profundas, que para variar también “murió al nacer”, el cual le daría más vida a Maracaibo, muy rentable por
turístico - comercial, pues contemplaba la incorporación del norte de Colombia y de Santander (Cúcuta) con
un ferrocarril vía Machiques- Colón para darle salida a nuestros hermanos colombianos al Mar Caribe, una
vieja aspiración del vecino País que se contempla en el Tratado de Caraballeda.
C-) Este Anteproyecto, el más importante, consiste en construir un colector marginal que recoja las
aguas servidas de la ciudad para disminuir en gran parte la contaminación del Lago. Se empezaría por el de
Maracaibo, comenzando el tendido en Santa Rosa de Agua y finalizando en San Francisco, obteniendo una
formidable recompensa turística, porque todo ese sector estaría conectado con un fabuloso Paseo del Lago,
como consecuencia de los trabajos que habría que hacer para colocar el enorme colector.
Es muy difícil evitar, por no decir imposible, que los ríos colombianos contaminen el Lago, afortunada-
mente ese es un mal menor que puede ser tratado por el propio sistema de auto purificación del mismo.
Ángel Rivas
Velásquez TERCER 17
CAPÍTULO
DE ESPALDAS
AL IMPLACABLE DUEÑO DE LA CIUDAD: EL CALOR
Si “tomamos una foto térmica” (donde el calor aparece de color rojo) en una noche cualquiera de un
conglomerado de edificios, veremos que en donde hay un aire acondicionado, aparece un rojo encendido se-
ñalando un foco de calor, o sea, “candela”, ese edificio está ardiendo. Al sumarle el calor que emana del asfalto
por radiación más el de los motores encendidos de los vehículos, tendremos una imagen de “ríos de lava” con
“antorchas ardiendo” de ese sector. Imagínese una “foto térmica” de toda la ciudad y tendrá una vista pano-
rámica del “incendio” en que vivimos.
Hace 100 años el zuliano sabía cómo combatir el calor, sus casas eran altas, los techos de caña brava,
barro y tejas, pisos de baldosas de arcilla y las paredes de barro, paja y caña brava, grandes ventanas, largas, sin
vidrio y de madera. Tenían un patio central con árboles para refrescar los ambientes y las calles eran angostas
creando agradables corrientes de aire fresco, soluciones técnicas populares que disminuían el efecto del calor.
Hoy ha cambiado el hábitat con la llegada del concreto, un material que pasa todo el día absorbiendo calor y
en la noche calienta el ambiente al “enfriarse”.
De manera absurda, vivimos en una zona calurosa donde las casas de hoy, actuando en contra de la ló-
gica, se construyen con paredes, pisos y techos de concreto, el elemento menos apropiado, el menos indicado
y todavía más, se impermeabiliza con asfalto, sustancia viscosa que se calienta fácilmente cuyo color negro
aumenta la temperatura haciendo inhóspita su casa. o sea, que el marabino se propuso vivir en una jaula de
concreto calentada a su gusto apoyado en que tenía aire acondicionado y electricidad barata. Maracaibo se fue
llenando de gente, de aparatos de aire acondicionado, de carros, de calles asfaltadas, pero ahora con la escasez
de la electricidad, más el aumento de la tarifa que con seguridad vendrá y la ausencia de una solución técnica
de bajo costo, no sabemos qué hacer para sentirse cómodo. Por eso estamos como estamos.
No hay una solución confiable que nos saque de este “infierno”, la alternativa es adquirir costosos equi-
pos que, en los próximos 10 años, rumbo a los cinco siglos, ya estarán obsoletos y no podrán con el aumento
de la carga eléctrica generada por mayor población. El ambiente se calentará por más vehículos y más uso del
asfalto en techos, calles y estacionamientos, entonces volveremos a llegar a la misma situación de hoy y no
habremos avanzado nada. Sin embargo, existe una solución para reducir el problema en un 50% que implica
el concurso de toda la ciudadanía con el apoyo de las Autoridades: Arborización y “gasificación”, por lo que
ahora seremos:
Ángel Rivas
Velásquez
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Maracaibo
La Ciudad de los Techos Verdes
Arborización
La arborización es muy común en Europa, en México, y hay muy buena información sobre las diferentes
opciones del proceso, para cubrir con vegetación los techos de las casas, de los edificios y las áreas de esta-
cionamientos. Solo hay tres formas de que el calor pase de un lugar a otro: por conducción o contacto, por
convección o a través del aire y por radiación de ondas electromagnéticas, siendo esta última la que más nos
afecta porque viene directamente del sol y lo tenemos todos los días del año. No se trata de tapar el sol con un
dedo sino con vegetación y eso lo conseguiremos colocando Techos Verdes, Jardines Barbacoas o las Pérgolas
Hidropónicas, soluciones económicas de rápida y fácil aplicación que pueden implementarse ya, ejecutarse
de forma independiente y que pueden formar parte del plan de arborizar en 10 años, justo cuando la Ciudad
llega a los cinco siglos.
La solución más costosa de las tres porque implica buena impermeabilización, drenajes precisos, coloca-
ción de varias capas de material, (grava, arena, grama), con mantenimiento y poda especial.
Jardines Barbacoas
Aparece el ingenio en la creación de jardines en los techos, solución económica porque permite usar
elementos desechables, ya que todos deben estar cubiertos(forrados) con bolsas de polietileno; las barbacoas
son de doble acción, producen sombra sobre el techo por estar a 30 centímetros del piso y más arriba por
el área verde “encajonada” a 60 centímetros (variable), ambas superficies impiden la radiación, el verdadero
objetivo del Jardín barbacoa y la útil alternativa de sembrar plantas alimenticias, medicinales, o de adornos,
aromáticas, hortalizas etc.
Pérgolas Hidropónicas
Aunque el nombre no sea el apropiado, la idea es recuperar aquellas áreas que antes eran de tierra, y luego
las transformaron en estacionamientos de concreto creando un fuerte foco de radiación. La pérgola cubre al
estacionamiento con vegetación del tipo enredadera, u otro que sirva para el mismo propósito. También puede
sustituir al jardín barbacoa en los techos o emplear una combinación de las dos soluciones.
“Gasificación”
La idea es cambiar los aires que trabajan con electricidad por los que usan el gas, (se incluye el finan-
ciamiento), no es mucho lo que disminuye el calor por este cambio, pero la utilidad está en que, al no usar
electricidad, las plantas generadoras que cubren la demanda de la ciudad estarán mucho más “holgadas” para
atender otras áreas, prestarán mejor servicio, se necesitarán menos equipos y se ahorrará combustible. La alta
inversión al usar gas se recupera rápidamente y a la larga resulta una solución económica. Muy buena alter-
nativa para la ciudad y para Ud.
Ángel Rivas
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Recuperar la Identidad Regionalista
Este es un tema de difícil asimilación, pero yo sugiero que para los quinientos años debiéramos tener
algo conmemorativo, algo que nos recuerde la llegada a los cinco siglos, descartando de plano todo lo que sea
llaveros, pendones, etc.
Y complementar con
Lo importante es adquirir conciencia de que es un problema general, en el que todo residente forma
parte de la solución.
Espero la colaboración de cada zuliano con su proposición de cómo o qué hay que hacer para rescatar
nuestra “golpeada” identidad. Esta sería mi propuesta. El Zulia es el único Estado que tiene cinco regiones
muy bien definidas musicalmente, (como para ser la capital musical de Venezuela), y ellas son: Isla de Toas,
Bobures, las Décimas de Santa Rosa, la Gaita más el grupo formado por valses, bambucos, danzas y con-
tradanzas de la ciudad, todas ellas, a excepción de la gaita, están a punto de desaparecer, pero ahora, con la
partida del maestro Rafael Rincón González ya no hay quien las cultive, la vorágine gaitera acabó y acabará
con todo.
Yo me sumo a promover una recopilación de todas las canciones de todos los zulianos de todos los tiempos,
que no incluya gaitas, no porque tenga algo en contra de ellas, sino porque opacaría el inmenso trabajo que
habría que hacer.
Virgen de Chiquinquirá
ve bien, lo que están haciendo,
que nos están entreteniendo
con que mañana será,
mi Venezuela en verdad,
de hambre, se está muriendo.
Ángel
Rivas
Velásquez
Graduado de Ingeniero Civil,
(1963), en la Universidad del
Zulia. Constructor e Inspector de
Obras Civiles importantes como
del Gran Almacén para Urea a
granel en concreto pre y post
tensado de Mitroven, Pequivén.
Director y constructor del
complejo Azucarero de Guanarito
en el Estado Portuguesa. Autor de
Cálculo de viagas y losas continuas,
para uso de Arquitectos, Ingenieros
y Técnicos Civiles, publicados por
la UCAB.
0414 364 9171
email giraive@gmail.com