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La Grecia Clásica
La Grecia Clásica
Atenas fue pionera en un proceso que poco a poco iría afectando a la mayoría de
las polis: la decadencia de la monarquía. En una ciudad pequeña y austera, un rey
no era muy diferente de otros nobles ni podía acumular mucha autoridad. Esto
facilitó la experimentación de formas de gobierno alternativas. Atenas carecía de
rey desde hacía mucho tiempo. Según la última tradición, su último rey
fue Clodro, que en tiempos de las invasiones dorias luchó por mantener libre a
Atenas. Un oráculo predijo que vencería aquel ejército cuyo rey muriese primero,
por lo que Clodro decidió dar su vida para que Atenas siguiera siendo jónica. Los
atenienses decidieron que un rey tan bueno no podía tener sucesor, pues ninguno
estaría a su altura. A partir de entonces Atenas fue gobernada por
un Arconte, (que en griego significa algo así como "presidente"). Al principio el
cargo era vitalicio y pasaba de padre a hijo a partir de los descendientes de
Clodro (o sea, el arconte era un rey), pero luego se estipuló una duración de diez
años para el arcontado, así como que éste no tenía por qué pasar necesariamente
de padres a hijos, pero sí conservarse dentro de la nobleza. Evidentemente la
historia del origen del arcontado es falsa, pero lo cierto es que de un modo u otro
Atenas había pasado a un sistema de gobierno diferente de la monarquía usual.
El mismo año en que murió Ezequías surgió un nuevo reino en Asia Menor. Se
trataba del reino de Lidia. Los lidios eran una tribu que había estado bajo el
dominio frigio y que lucharon junto a ellos contra los cimerios. Ahora habían
encontrado un general capaz llamado Giges, que fundó el nuevo reino y continuó
la lucha contra los nómadas invasores.
En 685 el duque Huan se convirtió en el señor del estado chino de Qi. Por esta
época nuevos pueblos bárbaros amenazaban a China: las tribus de Man e I al sur
y las de Jung y Ti al norte. Se trataba de pueblos seminómadas que compartían
los rasgos fundamentales de la cultura china, por lo que "bárbaros" ha de ser
entendido simplemente como "extranjeros".
En 681 Huan, el señor de Qi, negoció una alianza con Song, Lu, y otros estados
chinos periféricos, a la que paulatinamente se fueron incorporando nuevos
miembros, preocupados por las incursiones bárbaras.
Entre tanto, el rey asirio Senaquerib fue asesinado en una conjuración organizada
por sus dos hijos mayores. No conocemos los detalles, pero algo debió de salir
mal, pues ambos se vieron obligados a huir a Urartu, donde reclutaron un
ejército. Otro hijo del rey asesinado reclamó el trono y consiguió el respaldo de
la nobleza. Se llamaba Asarhaddón, y no tuvo dificultad en derrotar a sus
hermanos. Su política fue radicalmente diferente a la de sus antecesores. Inició la
reconstrucción de Babilonia, una tarea que le llevó años. Llegó a un acuerdo de
paz con Elam, el cual se comprometió a no fomentar más rebeliones en
Babilonia. Con Judá no tuvo problemas, pues Manasés no dejó de pagar el tributo
convenido. En 679 tuvo que dirigir una campaña contra los cimerios, que ante la
presión de los escitas volvieron a penetrar en Urartu. Asarhaddón los derrotó,
pero a la vez trató de llegar a un acuerdo con ellos, el cual fue sellado, según era
habitual, incorporando a su harén una de sus princesas.
El rey asirio tomó medidas para que su propia sucesión no pusiera en peligro el
poder asirio, como había ocurrido con las sucesiones precedentes. Tenía dos hijos
adultos y no estaba dispuesto a pasar por traiciones o intentos de asesinato que
pudieran terminar en una guerra civil. Eligió a su hijo menor como sucesor y
obligó a toda la nobleza a jurarle fidelidad como futuro rey. A su hijo mayor lo
nombró virrey de Babilonia.
El mismo año en que terminaba la Segunda Guerra Mesenia murió el rey asirio
Asarhaddón, mientras marchaba a Egipto en una tercera campaña. Tal y como
había sido dispuesto, fue sucedido por su hijo menor, Asurbanipal. Bajo su
reinado Nínive llegó a su apogeo. Su población alcanzó los 100.000 habitantes y
sus caravanas comerciales llegaban hasta la India. Asurbanipal había recibido una
esmerada educación, y se interesó por la cultura babilónica. Construyó una
inmensa biblioteca en su palacio en la que catalogaba cuidadosamente ejemplares
de cuantas tablillas cuneiformes interesantes llegaban a sus manos. Gran parte de
los conocimientos que tenemos de Mesopotamia se deben a esta biblioteca.
En 661 Asurbanipal dirigió una nueva campaña contra Egipto. Esta vez llegó
hasta Tebas y la saqueó, con lo que puso fin a la dinastía de reyes nubios. Éstos
continuaron reinando en Nubia mil años más, pero su civilización declinó pronto.
Asurbanipal nombró virrey de Egipto a Necao, un príncipe del Bajo Egipto que
había sido prisionero de guerra durante algunos años, con lo que conocía bien a
Asiria y sabía lo peligroso que era rebelarse contra ella.
En 660 una expedición griega fundó una ciudad en la parte europea del Bósforo,
enfrente de Calcedonia. Se llamó Bizancio. Según la tradición, el nombre
procede de Bizas, que era el jefe de la expedición, pero los griegos eran muy
dados a inventar personas que daban nombre a pueblos o ciudades. Calcedonia y
Bizancio se hallaban en la situación de privilegio en que antes había estado
Troya, pues podían regular a su antojo el comercio con el mar Negro (o el Ponto
Euxino, como lo llamaban los griegos), que cada vez era más floreciente. A
partir de esta fecha, las costas del mar Negro fueron poblándose con más y más
colonias griegas.
Ahora nos encontramos con un precedente de un fenómeno que iba a ser común
en las ciudades griegas de los años posteriores. Cuando una ciudad pequeña,
como lo eran todas las polis griegas, alcanza un cierto nivel de prosperidad, el
pueblo podía ejercer mucha presión sobre un gobernante ineficaz, y algunos
hombres carismáticos podían canalizar la insatisfacción del pueblo para hacerse
con el poder, lo cual ahora (antes no) suponía un ascenso social significativo. Así
empezaron a surgir los tiranos, palabra que designaba simplemente a alguien que
asumía el poder sin ninguna clase de respaldo dinástico, nobiliario o religioso, sin
las connotaciones negativas que hoy tiene esta palabra para nosotros. Así,
en 655, Cipselo se hizo con el poder en Corinto.
Por estas fechas murió Necao, el gobernador de Egipto nombrado por los asirios,
y su hijo Psamético ocupó su lugar. Compró mercenarios lidios y con su ayuda
plantó cara a las guarniciones asirias destacadas en Egipto. Al mismo tiempo,
Asurbanipal recibió la petición de auxilio de los principados de Asia Menor, que
sufrían de nuevo los ataques de los cimerios. Decidió atender antes este asunto,
con lo que combatió una vez más al lado del rey lidio Giges contra los nómadas.
Entre ambos consiguieron abatir a los cimerios, pero Giges murió en la lucha, en
el año 652. Este mismo año Psamético había expulsado definitivamente a los
asirios de Egipto y fue convertido en Psamético I, el primer rey de la XXVI
dinastía. Estableció la capital en Sais, al oeste del Delta. Por ello su dinastía es
también conocida como saítica. Asurbanipal no pudo ocuparse de él porque al
mismo tiempo le surgió un problema mucho mayor. Elam había vuelto a su
antigua política de intrigas y había convencido al hermano del rey, que
gobernaba Babilonia, a que se rebelara, con lo que Asiria se vio envuelta en una
guerra civil.