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Capítulo 5.

Las proteínas y el Pueblo Feroz La guerra y la valentía masculina juegan un papel tan
destacado en la vida de los yanomamos que el antropólogo Napoleón Chagnon, de la Universidad
del Estado de Pennsylvania, denomina a éstos el Pueblo Feroz. Los yanomamos constituyen un
caso crucial no sólo porque son una de las sociedades aldeanas mejor estudiadas en las que la
guerra se practica activamente, sino porque Chagnon que es quien mejor los conoce ha negado
que el alto nivel de homicidios dentro y entre las aldeas sea causado por presiones reproductoras
y ecológicas: Enormes extensiones de tierra, en su mayoría cultivables y pródigas en animales de
caza, se encuentran entre las aldeas... Al margen de cualquier otra cosa que pudiera citarse como
causa de guerra entre las aldeas, la competencia por los recursos no es muy convincente (la
cursiva es de Chagnon). Las pautas bélicas, generalmente intensas, descubiertas en las culturas
aborígenes del bosque tropical, no se corresponden claramente con la escasez de recursos ni con
la competencia por las tierras o las zonas de caza... Las tendencias recientes de la teoría etnológica
cristalizan cada vez más en torno a la idea de que la guerra... siempre debe ser explicable en
términos de densidad de población, escasez de recursos estratégicos como territorio o proteínas,
o una combinación de ambos. Los yanomamos constituyen una sociedad importante porque su
belicismo no puede explicarse de este modo. Los mismos yanomamos consideran la lucha por las
mujeres como la causa principal de sus guerras. Pero no todas las Los yanomamo no intentan
ocultar el hecho de que practican el infanticidio femenino. Esto provoca una proporción por sexos
sumamente desequilibrada en la categoría de edades inferiores a los 15 años. Chagnon ha
estudiado doce aldeas yanomamo situadas en la zona bélica más intensa, donde la proporción
media era de 148 muchachos por 100 muchachas. En una aldea belicosa estudiada por Jacques
Lizot, la proporción juvenil por sexos era de 260:100. Por otro lado, tres aldeas estudiadas por
William Smole en la sierra de Parima, fuera de la zona bélica más intensa, tenían una tasa
promedio juvenil por sexos de 109:100. Según Chagnon, el hecho de que las hembras sean muy
solicitadas, exacerbado por la práctica de la poligamia, constituye una fuente principal de
desunión y lucha: La escasez de mujeres, consecuencia indirecta de una actitud que admira la
masculinidad, conduce finalmente a una fuerte competencia y refuerza todo el complejo de
waiteri [complejo de ferocidad masculina], que da por resultado más luchas y agresión. En
términos prácticos, casi todas las aldeas que investigué se fisionaron a causa de una disputa
crónica.

La escisión de una aldea yanomamo no puede ocurrir pacíficamente. Los que se alejan sufren
inevitablemente grandes castigos pues están obligados a transportar los pesados esquejes de
plátano y llantén hasta los nuevos huertos, a buscar refugio entre los aliados y a pagar la comida y
la protección con dones de mujeres mientras esperan que los nuevos árboles maduren. Muchos
ataques de una aldea contra otra representan la prolongación de las disputas intra-aldeanas.

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