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SALA PENAL PERMANENTE

R. N. N° 3517-2008
ANCASH
Lima, veinticinco de enero de dos mil diez.-

VISTOS; interviniendo como ponente


el señor Calderón Castillo; el recurso de nulidad interpuesto por los querellantes
contra la sentencia de fojas ciento cincuenta, del veintitrés de mayo de dos mil
ocho, que confirmando la apelada de fojas ciento diez, del nueve de enero de dos
mil ocho, absolvió a César Joaquín Álvarez Aguilar de la imputación formulada en
su contra por delito contra el Honor - difamación en agravio de Rafael Eduardo
País Hurtado y la Asociación "Federación Médica Peruana Región Ancash - Zona
Sierra"; de conformidad con el dictamen del señor Fiscal Supremo; y
CONSIDERANDO: Primero: Que los querellantes en su recurso formalizado de
fojas ciento sesenta y cuatro alegan que tanto el delito como la responsabilidad
penal del querellado se encuentran debidamente acreditados; que es errónea la
interpretación del Tribunal Superior al sostener que el sujeto pasivo en esta clase
de delitos sólo puede ser una persona natural, mas no una persona jurídica; que
es una exageración exigir que la ofensa se encuentre dirigida a una persona en
particular, pues con ello se estaría vulnerando el derecho al honor de toda
persona al ser pasible de vejámenes de manera impersonal. Segundo: Que se
atribuye al querellado Álvarez Aguilar que el día treinta y uno de mayo de dos mil
siete, a través de Radio Ancash, de las emisoras locales de Chimbote y del canal
trece de televisión de Huaraz, haber proferido frases difamatorias contra el
querellante, en su condición de médico, y de la entidad médica que representa, al
dirigirle calificativos como "conchudos", "corruptos", "médicos inmorales",
"médicos que trafican con las medicinas", entre otros calificativos peyorativos.
Tercero: Que el delito de difamación, previsto en el articulo ciento treinta y dos
del Código Penal, sanciona a aquel que atribuye a una persona un hecho, una
cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, siempre que
se realice ante varias personas, reunidas o separadas, pero de manera tal que
pueda difundirse la noticia; que el bien jurídico protegido es el honor, que es un
concepto jurídico ciertamente indeterminado y variable, cuya delimitación depende
de las normas, valores e ideas sociales vigentes en cada momento histórico, pero
que en todo caso, desde una perspectiva objetiva, aluden a la suma de cualidades
que se atribuyen a la persona y que son necesarias para el cumplimiento de los
roles específicos que se le encomiendan; y, desde un sentido subjetivo, importa la
conciencia y el sentimiento que tiene la persona de su propia valía y prestigio;
reputación y la propia estimación son sus dos elementos constitutivos -véase al
respecto el Acuerdo Plenario número tres - dos mil seis/CJ - ciento dieciséis, del
trece de octubre de dos mil seis-; que, en tal sentido, solo se puede entender que
el sujeto pasivo de la acción punible puede ser una persona determinada, o por lo
menos determinable, es decir, que del contexto en que se realiza la ofensa se
pueda inferir a quien se dirige. Cuarto: Que de lo actuado se advierte que,
efectivamente, el querellado Álvarez Aguilar en una entrevista propalada por
diversos medios de comunicación social del departamento de Ancash, donde se
desempeña como Presidente Regional, el día treinta y uno de mayo de dos mil
siete calificó de manera despectiva a los médicos de su jurisdicción, tildándolos de
"corruptos", "conchudos", entre otros calificativos peyorativos, los cuales, por lo
demás, no los ha negado, por el contrario, han sido reconocidos en su declaración
instructiva de fojas noventa y dos, aunque en su defensa aclaró que se trataba de
una opinión que brindaba como presidente regional ante las innumerables quejas
que recibía por parte de los pobladores en relación al gremio médico; agregó que
no tuvo la intención de perjudicar el honor de ninguna persona y que no se refería
a alguien en particular. Quinto: Que, como ya se tiene dicho, el tipo penal de
difamación requiere necesariamente que las frases reputadas como ofensivas se
dirijan a una persona en particular -que puede ser natural o jurídica, pues estas
últimas también tienen derecho al honor en su aspecto objetivo, es decir, gozan
de reputación, tal como ha dejado establecido el Tribunal Constitucional en la
sentencia recaída en el expediente número novecientos cinco-dos mil uno-AA-TC,
del catorce de agosto de dos mil dos, Asunto: Caja Rural de Ahorro y Crédito de
San Martín- pues de lo contrario no puede entenderse una afectación al bien
jurídico protegido al tratarse de un derecho personalísimo; que, en el presente
caso, el querellante al proferir las frases cuestionadas de manera genérica, sin
referirse directamente al querellante Pais Hurtado o a la asociación que
representa -tampoco se puede inferir del contexto en que se dijeron que se
dirigieron a sus afiliados-, no permite concluir que las expresiones que profirió el
encausado se subsuman en el referido tipo penal, ante la imposibilidad de
determinar al sujeto pasivo de la acción, sin que ello signifique que las personas
que se sientan aludidas o afectadas, puedan ejercer sus derechos en la vía civil
correspondiente. Por estos fundamentos: declararon NO HABER NULIDAD en la
sentencia recurrida de fojas ciento cincuenta, del veintitrés de mayo de dos mil
ocho, que confirmando la apelada de fojas ciento diez, del nueve de enero de dos
mil ocho, absolvió a César Joaquín Álvarez Aguilar de la imputación formulada en
su contra por delito contra el Honor - difamación en agravio de Rafael Eduardo
Pais Hurtado y la Asociación "Federación Medica Peruana Región Ancash - Zona
Sierra"; y los devolvieron.-
S.S.

SAN MARTIN CASTRO

LECAROS CORNEJO

PRADO SALDARRIAGA

PRINCIPE TRUJILLO

CALDERON CASTILLO

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