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Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó
el pueblo como un solo hombre en Jerusalén. Entonces se levantaron Jesúa hijo de Josadac y sus
hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios
de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios. Y
colocaron el altar sobre su base, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron
sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la mañana y por la tarde.
https://bible.com/bible/149/ezr.3.1-3.RVR1960
Significado del altar en éste tiempo, es la comunión con Dios, la relación que hay entre nosotros
dos.
Si el altar está derribado o destruido, esto afecta todas las áreas del ser, como son la espiritual,
emocional, mental y aún física.
Elías
Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el
altar de Jehová que estaba arruinado. Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el
profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres
Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios,
y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto,
la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo,
se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!
https://bible.com/bible/149/1ki.18.30-39.RVR1960
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
https://bible.com/bible/149/rom.12.1.RVR1960
Para que nuestro altar o comunión con Dios esté en óptimas condiciones se hace necesario vivir
vidas agradable a Dios, es cierto que en cualquier momento de nuestra vida, hemos fallado al
Señor, pero el siempre nos invita a la reconciliación.