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Alumno: Gerson Ismael Campos Moreno

Grupo: 5-C

Materia: Cuerpo y corporeidad en las ciencias sociales

Maestra: Valeria Arteaga Hernández

Proyecto Final

Escuela Superior de Educación Física


Nociones de cuerpo y corporeidad en las ciencias sociales

 Estudios sociales sobre el cuerpo: El cuerpo puede ser un objeto de


estudio a través de cuál se indaguen cuestiones relacionadas con la
estructura social, así como también problemáticas relacionadas a los
procesos individuales y de la interacción social. La sociología del
cuerpo es una parte de la sociología que se interesa por la corporalidad
humana como fenómeno social y cultural, como materia simbólica,
como objeto de representación y de imaginación. Habría una serie de
cuestiones previas de naturaleza epistemológica y conceptual a
resolver para desarrollar una sociología del cuerpo. 1. Las
ambigüedades del referente “cuerpo”: es necesario precisar el objeto,
pues suele confundirse con estudios como los de la sociología de la
identidad, de la salud y enfermedad, de la sexualidad, de la
alimentación, sociología de la interacción, sociología del deporte; 2.
Debe asumirse, por tanto, que el cuerpo es “una dirección de
investigación, no una realidad en sí”. Ello implica evitar una reificación
del objeto de estudio “cuerpo”. Por tanto, para la investigación, el
cuerpo es una suerte de “ficción”; 3. Advertir que no podemos
establecer una concepción del cuerpo unilateral a partir de los
referentes simbólicos y representacionales imperantes en nuestra
cultura posindustrial moderna, donde prevalece fundamentalmente
una versión biomédica y fisiológica del cuerpo como escindido de la
personalidad, la historia, la sociedad y la cultura. Hay que admitir la
variedad, incluso al interior de la cultura propia, de concepciones
respecto al cuerpo y su relación con la identidad personal y de la
colectividad. Por poner solo un ejemplo, las diversas prácticas médicas
y curativas actuales acupuntura, homeopatía, alopatía, quiropráctica,
medicina ayurvédica, yoga, digitopuntura, curación shamánica,
medicina verde, etc., etc. construyen representaciones del cuerpo
diferentes, estas diferencias las hacen ser prácticas eficaces en sus
propias coordenadas culturales de realización; y, por último, 4. Resulta
imprescindible comprender el cuerpo como un elemento del
imaginario social, indiscernible de la estructura social e histórica de
cada sociedad, así como de sus sistemas simbólicos y referenciales
básicos.
 Algunas representaciones de la noción de cuerpo en el devenir
histórico de occidente: El concepto de cuerpo que predomina en la
sociedad occidental postmoderna se caracteriza por la
descontextualización y por la no aceptación de sus expresiones. De
modo tal que muchas manifestaciones del cuerpo en la vida del día a
día son devaluadas y restringidas por las normas sociales vigentes en la
cultura dominante, intentando “borrarlas o reprimirlas”, lo que
algunos investigadores denominan “el borramiento ritualizado del
cuerpo” (Le Breton 2010, p.121). Por ejemplo: ciertos olores como el
sudor o el mal aliento o ruidos como el eructo no son aceptados
“en público”. Existe toda una gama de lo que se denominan “buenos
modales” en que estas manifestaciones íntimas del cuerpo deben ser
“controladas y suprimidas” en presencia del otro.  Esto muestra cómo
“la socialización de las manifestaciones corporales, se hacen bajo los
auspicios de la represión” (Le Breton, p.122, 2010).
Contradiciendo la visión de filósofos y sociólogos como Spinoza,
Husserl, Merleau- Ponty, entre otros, quienes consideran al cuerpo
como la presencia imprescindible del ser-en el mundo. En las
sociedades occidentales el cuerpo ocupa el lugar del silencio,
supresión, del abandono (Leder, 1990) o “borramiento ritualizado” (Le
Bretón, 2010).
 Deconstruyendo nociones en torno al cuerpo y a la corporeidad: El
análisis de la noción CUERPO, permite apreciar la dificultad enorme
para acceder a una terminología única que describa y abarque de
manera precisa, el sentido que se asume en este artículo. En el idioma
español, al hablar de cuerpo, se hace necesario adjetivarlo para poder
explicar que a la vez que es cosa, es entidad actuante. En virtud de ello,
dado el arraigo entre nosotros de la terminología cuerpo como algo a
lo que contraponemos otra entidad diferente - llámese alma, espíritu,
mente - sería necesario inventar alguna otra palabra; no obstante,
referiremos este cuerpo protagonista, a partir del término
corporeidad, empleado por Trigo (2000) y definido como la
manifestación visible de lo invisible en el ser humano (Lyotard, 1999).
La corporeidad como concepto de cuerpo vivido y protagonista,
encuentra fundamento en el significado de dos palabras alemanas
körper y leib con las cuales se designa al cuerpo, pero con dos
significados diferentes: körper alude al cuerpo objeto, mientras que
leib identifica el carácter vital, existencial, experiencial: totalidad
viviente y actuante. La corporeidad es, entonces, el cuerpo
protagonista de todo acto humano, visible e invisible.
Cuerpo y corporeidad y su praxis en la escuela

 Representaciones sobre el cuerpo y la corporeidad en la escuela: No


podemos pasar por alto los cuerpos. Pero, aunque esto sea evidente, la
institución educativa ha tenido un clamoroso éxito en ignorar al cuerpo
tanto en la teorización de la práctica educativa como en la práctica de
las teorías educativas (McLaren, 1997, p. 85). La realidad educativa de
hoy mantiene la dualidad mente/cuerpo ya que, en el discurso y la
acción pedagógica en general, y de la Educación Física en particular, el
cuerpo se muestra como algo ausente, silenciado, moldeado,
disciplinado, sujetado. Alumnos y alumnas, profesores y profesoras
acuden a la educación presencial con sus cuerpos, lo que significa que
la institución educativa, en un sentido u otro, debe responder ante
este hecho tan evidente. Sin embargo, la escuela contribuye a
desestimar el cuerpo para la formación integral del ser humano al
acorralarlo en la lógica dualista (Pateti, 2007). El cuerpo es el primero
de los objetivos de la intervención educativa, en primer lugar, para
someterlo como parte del proceso de moldeamiento de la forma de
ser de las personas y, en segundo lugar, para poder acceder a las
supuestas cualidades más nobles del intelecto (Barbero, 2005). De este
modo, el cuerpo está negado intencionalmente en cualquier proceso
de enseñanza y aprendizaje, se considera como algo ajeno a nuestro
acto de pensar, sentir y percibir, un envoltorio que retiene a la razón, a
la emoción y al pensamiento. En este sentido y de acuerdo con
Foucault (2008), se ha naturalizado el espacio del cuerpo como el de
un sujeto obediente, un cuerpo al que se le prohíbe, se vigila y se
muestra especialmente dócil bajo efectos de poder dentro de la
institución educativa
 Tensiones en el estudio del cuerpo y corporeidad desde su carácter
sociocultural: El cuerpo se convierte en corporeidad al invadirse de
pensamiento y emotividad. Tener corporeidad es cuando nos
referimos al cuerpo del ser humano, lleno de expresión de vida: física
(estructura biológica capaz de movimiento humano); psíquica
(psicológica y emocional); espiritual.
Esta triple vía que define al ser humano nos conduce a la necesidad de
rescatar el cuerpo como fundamento de vida humana, a lo que se
refería Marías (1970) aludiendo "a la necesidad de que un yo pueda
hablar de un mundo y su mundanidad". Según el poeta Pere Gimferrer
(1975) la reivindicación del cuerpo fue el punto de partida de una
amplia visión metafísica de la existencia humana y del mundo.
Consideramos que es posible atender, entender la corporeidad, así
como interiorizarla: como mensaje del hombre y para el hombre
(Alexander 1983); fuente de inspiración como fuente de estudio, como
sugerencia poética, como indicativo artístico (Aleixandre 1975); fuente
de inspiración, también, como suma de imágenes de cuerpos que
integran la comunidad (Merleau-Ponty, 1953).
Es necesario sentir, asumir y reconocer la propia corporeidad como
espacio, como estructura y como realidad humana. La negativa a esta
necesidad de aceptación de pensar y sentir con nuestro cuerpo nos
podría llegar a bloquear la comunicación, necesaria para la vida
humana.
Nos impedirían darnos cuenta de nuestras propias experiencias vividas.
Nietzsche (1965) hablaba del cuerpo como un gran sistema de razón, y
lo justificaba de la siguiente manera "... porque hay más razón en tu
cuerpo que en la mejor sabiduría, porque incluso el cuerpo creador
creó por sí mismo el espíritu como una mano de su voluntad".
Aportes a la educación física desde la reflexión
sociocultural del cuerpo

 Construcción de la corporeidad desde la educación física: Jugar implica


poner en escena la imagen y el esquema corporal, para contrastar lo
imaginario con lo real, al punto de crear diferentes situaciones que
enriquecen a cuerpo y la corporeidad. De este modo, la corporeidad se
construye y moldea, según el medio cultural en el que se halle el
sujeto, permitiendo la aprehensión de la realidad para ser parte de
ella. Puede considerarse que el profesor de Educación Física tiene a su
alcance al juego para utilizarlo como herramienta, tanto en el ámbito
formal (escuela), como en el no formal (club, sociedad de fomento,
colonias de vacaciones, centros deportivos, etc.) para abordar la
cuestión relacionada a la toma de conciencia del cuerpo, desarrollo,
mejora y mantenimiento de las capacidades perceptivos-motrices,
funcionales y coordinativas, desarrollo del lenguaje y expresión
corporal, con el fin de que el sujeto sea creador de cultura y diferentes
relaciones sociales. Desde el ámbito formal, el Diseño Curricular de
Educación Física del año 2010 propone, mediante el eje corporeidad y
socio-motricidad, el juego deportivo como alternativa para llevar a
cabo las planificaciones de las clases de educación física en la escuela.
De esta manera, tanto en la primaria como en la secundaria, el
profesor de Educación Física tiene la posibilidad de involucrar el juego
en las clases. No solamente como medio de distensión (para el niño y
para el profesor) sino como medio facilitador de construcción.
Construcción de lazos sociales, de grupo de pertenencia, de identidad,
de cuerpo activo, social, imaginario y cultural, refuerzo y constitución
de la personalidad subjetiva, dando lugar de esta manera a la
corporeidad.
 El educador físico ante el desarrollo de la corporeidad: Según Gómez la
educación física es una disciplina pedagógica que debería ocuparse de
crear las condiciones para el desarrollo de la corporeidad y la
motricidad, para dar respuesta a las necesidades del sujeto que
aprende, en un contexto determinado y en una sociedad cambiante,
con conflictos de clase y culturas diferentes. Para ello se requiere una
orientación de la educación física que parta del sujeto que necesita de
los otros para desarrollar su potencial motriz y de aprendizaje. Así
mismo, se requiere una educación física que tenga en cuenta la
realidad sociocultural, las circunstancias históricas y el discurso actual.
Para este autor, la mirada reduccionista de las ciencias biológicas no
puede ser la que siga orientando el énfasis de la educación física.
Considera que ésta debe acercarse más a las ciencias sociales, en lo
cual coincide con los planteamientos de Pierre Parlebas, citado
anteriormente. Dentro de esta perspectiva de la motricidad humana, la
pedagogía debe asegurar que los estudiantes identifiquen su capital
motriz, tomen conciencia de la unicidad del cuerpo y comprendan el
papel de la educación física en la construcción de la corporeidad. Así
mismo, debe fomentar la expresión motriz y el uso de las habilidades
en juegos deportivos que tengan significado para el grupo al cual
pertenecen. Adicionalmente, la educación motriz debe garantizar a
todos los individuos, tanto en la escuela como en espacios de
entrenamiento, de promoción de la salud y de rehabilitación, entre
otros, una educación en la que se formen como personas, con
conciencia, autonomía y libertad.

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