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EL MOVIMIENTO- MOTRICIDAD

El movimiento y la intervención pedagógica del cuerpo es un asunto que ha sido encargado a la Educación Física,
pero su sustento teórico ha provenido desde el abordaje de diferentes ciencias. Así, en el área disciplinar se genera
actualmente una amplia discusión frente a la postura dialéctica que se establece entorno al Cuerpo-Corporeidad,
Movimiento-Motricidad y Motricidad-Desarrollo Humano. Perfilar sus diferencias y convergencias es un elemento
importante en la comprensión epistemológica que sustenta esta temática y que permiten una lectura objetiva para
el entendimiento de estos paradigmas.

Cuerpo – movimiento: un punto de partida

Las posturas filosóficas de Platón y Descartes comienzan la comprensión del ser humano desde un dualismo que
presenta en el Ser la división de 2 sustancias, espíritu-cuerpo (cuerpo/alma), entendiéndose que existen 2 mundos:
el de las ideas como mundo verdadero y el de las cosas materiales o mundo reflejo. El alma es sustancia espiritual,
cuya esencia es el pensamiento; el cuerpo es material y su esencia es la extensión. En la postura Aristotélica el
cuerpo recobra su esencia y valor como parte del pensamiento intelectual. El alma, como principio y fin, y el cuerpo
como objeto – instrumento, máquina regida por leyes generales de la mecánica. Los legados teóricos que
magnifican el mundo de las ideas y que agudizan la división mente/cuerpo, ponen de manifiesto un dualismo
radical que es heredado durante siglos por las diferentes ciencias y disciplinas, provocando la fragmentación y un
dualismo epistemológico entre las ciencias de lo físico o naturales y las ciencias del espíritu; unas áreas que
estudiarían los fenómenos físicos del cuerpo y aquellas que se dedicarían al estudio de los fenómenos espirituales.

Desde el punto de vista del conocimiento científico esta visión dualista del ser humano devino en la postura
filosófica Cartesiana, que constituyó la base teórica de lo que se entendió por Racionalismo Científico, el cual
sostiene básicamente que el ser humano es la suma de dos sustancias diferentes que se relacionan pero que no se
combinan. Por un lado existe la esencia corporal y por otro la esencia inteligible o razón. El pensamiento cartesiano
pone el cuerpo en una realidad de objeto-instrumento, y lo que llamamos mente como abstracciones desligadas de
la existencia material específica; de igual forma, el cuerpo se ve reducido al conjunto desarticulado de estructuras
orgánicas, despojándolo de su dimensión psíquica, espiritual y social. Este dualismo sostiene la idea de “tengo
cuerpo”, como si el cuerpo fuera separado del sujeto o correspondiera a una realidad distinta a lo que, en
definitiva, constituye la esencia del ser humano. Realidades separadas que llevan a una visión mecanicista en
donde el cuerpo se concibe como máquina, cuerpo instrumentalizado, cuerpo que no tiene qué ver con la
explicación de la realidad humana La visión Cartesiana que influencia el desarrollo de las distintas disciplinas y en
particular aquellas áreas encargadas del estudio del cuerpo, fundamentan sus bases conceptuales en los modelos
biologistas y mecanicistas de la medicina, la fisiología y la física, y centran la comprensión del humano en su
“hacer”. Esta idea tuvo gran influencia en el origen de la Educación Física, como aquella disciplina encargada de
controlar los dominios corporales relacionados con la preparación del mismo para las ocupaciones, poniendo como
sustento de su acción el rendimiento. La época de la modernidad es caracterizada por el pensamiento racional y
ejerce mayores mecanismos de control y regulación sobre los cuerpos. En este sentido, dice Arboleda (1996) “...el
cuerpo industrial es un cuerpo duro, pesado, medido, intervenido, segmentado, racionalizado, matérico,
mecanizado, objetivado, productivo y producido, un cuerpo para ofrecer fuerza de trabajo”. Este dualismo
(mente /cuerpo) y cartesianismo (cuerpo: máquina) ha estado presente desde la edad antigua y aún en nuestros
días se manifiesta como paradigma dominante en la comprensión dada a la Educación Física por algunos actores
del área. En este mismo sentido se comprendió el movimiento como un acto meramente físico-biológico, que
permite al individuo moverse en el mundo bajo un proceso objetivo en el que un punto de masa varía de lugar en
un determinado espacio de tiempo. El ejercicio y la actividad física fueron relacionados con la salud desde la
perspectiva biológica, la higiene, la terapia y el mantenimiento físico para mejorar el funcionamiento corporal. La
naturaleza funcionaba de acuerdo a las leyes mecánicas y todo en el mundo material podía explicarse en función de
la organización y el movimiento de sus partes. En la década del 70 se produce un movimiento científico que
marcaría significativas rupturas paradigmáticas en torno al cuerpo y al movimiento. Los trabajos desde las teorías
de la Neuropsicología abordadas por la Psicomotricidad tienen gran aceptación en las comunidades académicas.
Estos postulados, respaldan la idea de que la realidad mental humana no existe independientemente del cuerpo
donde se realiza; trabajos que tendrían repercusiones mucho más allá de esta ciencia, para influir la epistemología
y la biología y la pedagogía entre otras. Se empezó a develar la fundamental e íntima codependencia entre
fenómenos vitales y cognición, entre los principios fundamentales de organización del ser vivo y la naturaleza del
conocimiento, y en el caso de los humanos, entre biología y lenguaje. Las artes ponen especial atención a la acción
y expresión de lo corporal, como un lenguaje que integra las áreas motriz cognitiva y afectiva donde a través de su
cuerpo el Ser desarrolla su personalidad y su estilo peculiar de relacionarse con los otros y con el mundo que lo
rodea. Comienza a cuestionarse el cartesianismo, desarrollando un camino alternativo a las visiones del empirismo
y el idealismo dando posibilidad al inicio de las ciencias humanas. Surge el constructivismo en forma inicial y se
desarrollan los primeros planteamientos de que la realidad es producto de lo que se que observa, es decir, el sujeto
que conoce es el que entrega sentido al mundo. Bajo estas nuevas miradas, las diferentes ciencias - entre ellas La
Educación Física - empezaron a sentir la eclosión de variadas tendencias que incursionaron en sus escenarios y
algunas didácticas que determinaron significativamente nuevas formas de concebir el cuerpo y de percibir el
movimiento y su intervención pedagógica. Es de resaltar los aportes de la teoría de la psicomotricidad que
incursiona en la Educación Física, planteando la concepción de un “cuerpo pensante”, “educación del movimiento y
por el movimiento”, en contraposición a las teorías mecanicistas – biologistas, de la educación “para” el
movimiento que hasta ese momento direccionaban el hacer de la disciplina. Surgen nuevas visiones que se acercan
a la concepción de cuerpo-sujeto, entendida como una nueva mirada del desarrollo humano que supera el
dualismo cuerpo-mente. Las nuevas formas de concebir y de interpretar el cuerpo y el movimiento desbordan la
simple y orgánica lectura hecha hasta el momento y devienen en una concepción integral y compleja del ser,
aspectos que tienen asiento en la corporeidad y en la motricidad.

Motricidad y movimiento

La motricidad es el dominio que el ser humano es capaz de ejercer sobre su propio cuerpo. Es algo integral ya que
intervienen todos los sistemas de nuestro cuerpo. Va más allá de la simple reproducción de movimientos y gestos,
involucra la espontaneidad, la creatividad, la intuición, etc., tiene que ver con la manifestación de intencionalidades
y personalidades. La motricidad nace en la corporeidad, la primera es la capacidad del ser humano de moverse en
el mundo y la segunda es la forma de estar en el mundo. La primera manifestación de la motricidad es el juego y al
desarrollarse se va complejizando con los estímulos y experiencias vividas, generando movimientos cada vez más
coordinados y elaborados. Los niños pasan por diferentes etapas antes de realizar un movimiento. Cuando nacen
sus movimientos son involuntarios, luego pasan a ser movimientos más rústicos con poca coordinación y más
adelante ya son capaces de realizar movimientos más controlados y de mayor coordinación.
La motricidad que van desplegando los niños se divide en motricidad gruesa y motricidad fina, ambas se van
desarrollando en orden progresivo.

La motricidad gruesa hace referencia a movimientos amplios. Tiene que ver con la coordinación general y
visomotora, con el tono muscular, con el equilibrio, etc.

La motricidad fina hace referencia a movimientos finos, precisos, con destreza. Tiene que ver con la habilidad de
coordinar movimientos ejecutados por grupos de músculos pequeños con precisión, por ejemplo, entre las manos y
los ojos. Se requiere un mayor desarrollo muscular y maduración del sistema nervioso central. La motricidad fina es
importante para experimentar con el entorno y está relacionada con el incremento de la inteligencia.

Al hacer la diferencia entre motricidad y movimiento, entiendemos que el movimiento es el medio de expresión y
de comunicación del ser humano y a través de él se exteriorizan las potencialidades motrices, orgánicas, afectivas e
intelectuales. El movimiento es un acto motor, que involucra cambios de posición del cuerpo o de alguna de sus
partes y que, por lo tanto, estaría representando algo externo, algo visible. Por otro lado, la motricidad involucra
todos los procesos y las funciones del organismo y el control mental o psíquico que cada movimiento trae consigo.
Por lo tanto, la motricidad estaría representando algo que no se ve, la parte interna del movimiento, todo lo que
tiene que ver con los procesos internos de energía, contracciones y relajaciones musculares, etc.

Esta frase de Vítor Da Fonseca resume claramente lo que es la motricidad: “…Cuanto más compleja es la
motricidad, más complejo es el mecanismo que la planifica, regula, elabora y ejecuta. La motricidad conduce a
esquemas de acción sensoriales que a su vez son transformados en patrones de comportamiento cada vez más
versátiles y disponibles. La motricidad retrata, en términos de acción, los productos y los procesos funcionales
creadores de nuevas acciones sobre acciones anteriores. Por la motricidad utilizadora, exploratoria, inventiva y
constructiva, el Hombre y el niño, humanizando, esto es, socializando el movimiento, adquirirán el conocimiento.”
(Vítor Da Fonseca, 1989)

MOVIMIENTO

Como resultado del trabajo de los sistemas sensoriales y de los procesos cognitivos y de las capacidades
emocionales del cerebro, se genera un potencial mental básico cuya salida natural, a través de los movimientos, es
la conducta que se desarrolla a cada instante. De especial importancia es la conducta organizada expresada por los
movimientos voluntarios. Los movimientos son generados y regulados por los sistemas motores del sistema
nervioso central. Estos sistemas, además, ayudan a la mantención del equilibrio y de la postura corporal y son
importantes en el funcionamiento sensorial (movimientos oculares) y en la comunicación a través del lenguaje
hablado y corporal (gestos). Una característica importante que presentan los sistemas motores es la plasticidad y
gracias a ella, los diversos tipos de movimientos son perfeccionables. Se logra así que todo tipo de conducta motora
llegue a realizarse con facilidad y con gran eficacia. Los movimientos son el resultado de la ejecución de programas
motores los cuales, a su vez, parecen ser el reflejo de representaciones internas que resultan del trabajo de los
sistemas sensoriales. Cualquiera que sea el sistema motor que se involucre con la ejecución de un movimiento
dado, se esta tratando de cumplir como resultado, acercarse lo más posible, a esa imagen resultante de la
representación interna, que es la que motiva el movimiento. Como característica de los sistemas motores, existe
además en ellos la capacidad de acercarse el mismo resultado aunque la tarea motora se haga de diferentes
maneras porque se emplean diferentes sistemas motores. Se cumple el principio de la equivalencia motora (D.
Hebb). Los sistemas motores construyen conductas a través del ensamblaje de actos motores elementales. Los
sistemas motores pueden generar tres tipos de movimientos:

- los reflejos: respuestas rápidas estereotipadas e involuntarias, pero que pueden ser reguladas por algunas
características del estímulo, como por ejemplo, su intensidad.
- los movimientos rítmicos: mezclas de actos reflejos y voluntarios (caminar, correr, masticar). Es voluntario
el inicio o el término de su ejecución.
- movimientos voluntarios: son con propósito y aprendidos (peinarse, guiar un vehículo, tocar un
instrumento).

En todos estos tipos de movimientos los músculos se contraen y se relajan y al hacerlo así, mueven segmentos del
organismo alrededor de puntos de apoyo (articulaciones). Resulta, entonces, que esos segmentos pueden cambiar
de posición porque son empujados o tirados, es decir, porque actúan sobre ellos dos fuerzas opuestas. Los
músculos que promueven un resultado en un sentido son agonistas, los que se oponen son antagonistas.

Corporeidad

La corporeidad se representa a través de todas las acciones del sujeto y se refleja en forma libre a través del
cuerpo, es decir, el cuerpo muestra y expresa aquellos que no es visible como los sentimientos o gustos y la forma
en que se percibe la realidad por medio de la vista, oído, tacto, gusto y olfato. Esta relación con nuestro cuerpo, los
demás y el entorno nos permite ir tomando conciencia de nosotros mismos. El cuerpo manifiesta todas las
emociones; cuando estamos felices, lloramos y si esto ocurre no solo el cuerpo se siente bien sino que nos
sentimos bien con nosotros mismos, con más ganas de vivir y de alcanzar todos nuestros sueños. Este concepto
facilita desarrollar un pensamiento más claro y estratégico que nos impulsa a ser más abiertos y estar en condición
de atención de los demás. La clase de educación física ofrece la oportunidad para que en estos momentos los niños
y los jóvenes expresen con libertad lo que sienten y experimenten en todas sus dimensiones la corporeidad, es
entonces que la danza, el juego, la recreación y la lúdica son las mejores aliadas cuando estamos en las aulas de
las escuelas y colegios etc. Cuando el cuerpo propio expresa se olvidan los problemas y se descarga y se libera toda
el stress y la ansiedad. El concepto de corporeidad está estrechamente asociado a la expresión libre, a la sensación
“de libertad”. Los educadores físicos queremos que los estudiantes reconozcan que el cuerpo es mucho más que
carne y hueso, que no es solo un objeto, sino que es algo propio y único con una conciencia que tiene
intencionalidad y por tanto debe dársele el valor al mismo y que si le hacemos daño les afectará y les va a ser
sentir mal y les va a obstaculizar pensar con claridad ante los problemas. Es buscar integrar yo-cuerpo, porque con
mi cuerpo es como yo me muestro al mundo, ante la sociedad y ante las demás personas. Nuestro cuerpo expresa
lo que siente, no nos servimos de nuestro cuerpo, sino que soy mi cuerpo, como dice Marcel (Corporeidad-
corporalidad 1992. La corporeidad como expresión de lo humano) para sentirme bien conmigo me doy a la
interacción con el otro, el cuerpo nos da a conocer, es un cuerpo vivo que siente y se hace notar. La percepción de
nuestra corporeidad, es un proceso que va cambiando a lo largo de la vida, por lo que todos los días tenemos
nuevas experiencias, aprendemos y conocemos otras cosas. Como seres humanos estamos inmersos en el mundo
a través del cuerpo y por ende “mi cuerpo es mío en tanto no lo contemplo, en tanto no coloque entre él y yo un
intervalo”. Esto significa que el cuerpo ni para mí, ni para el educador físico es un objeto, es expresión y
manifestación de la existencia de cada uno.

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