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1
Desde un punto de vista personal, tengo el honor de haber sido discípulo directo suyo
desde mis primeros pasos como investigador y docente en la Universidad Complutense,
allá por el año 1967. Todavía recuerdo mi entrada en dicha Universidad, recién
licenciado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto, y como, desde el
primer momento, me impresionó no sólo su enciclopédico saber y su visión humanista
del mundo y de sus problemas, sino también la forma sencilla y humana, pero
influyente, enriquecedora y tolerante, de ejercer su magisterio y de iluminar el camino
de quién empezaba a hacer su Tesis Doctoral. Su memoria continúa todavía plenamente
viva, en lo humano, lo académico y lo científico, en todos los que le conocimos, y en lo
científico todos los que leyeron y continúan leyendo sus trabajos en al campo de los
estudios internacionales.
1
Empleamos el término Relaciones Internacionales con mayúsculas sólo cuando nos referimos a la
disciplina científica del mismo nombre.
2
Arenal, Celestino del, La teoría de las relaciones internacionales en España, Madrid, International Law
Association (sección española), 1979, p. 97. Otros especialistas españoles consideran excesivo hablar de
una “escuela” y prefieren referirse a una “tradición” española en Relaciones Internacionales, con
características propias (Barbe. Esther, Relaciones Internacionales, Madrid, Tecnos, 1995, pp. 89-92; y
García Segura, Caterina, “Spain”, en K. E. Jorgensen y T. B. Knudsen (eds.), International Relations in
Europe. Traditions, perspectives and destinations, Londres,/Nueva York, Routledge, 2006, pp. 109-110).
2
3
Truyol, Antonio, Historia de la Filosofía del Derecho y del Estado, t. 1: De los orígenes a la baja Edad
Media, Madrid, Revista de Occidente, 1954; 12ª ed. revisada y aumentada, Madrid, Alianza, 1995; t. 2:
Del Renacimiento a Kant, Madrid, Revista de Occidente, 1975; 4ª ed. revisada y aumentada, Madrid,
Alianza, 1995; t. 3: Idealismo y Positivismo, Madrid, Alianza, 2004.
4
Su concepción iusnaturalista, desarrollada principalmente en su obra Fundamentos de derecho natural
(Barcelona, F. Seix, 1949), se refleja especialmente en muchos de sus trabajos sobre el Derecho
Internacional. Véase: Fundamentos de Derecho Internacional Público, 1ª ed. Barcelona, F. Seix, 1950; 4ª
ed. revisada y aumentada, Madrid, Tecnos, 1977, pp. 69-83.
5
Entre sus muchos trabajos sobre la Escuela Española del Derecho Natural y de Gentes, cabe destacar los
siguientes: Los principios del derecho público en Francisco de Vitoria (Selección de textos, con
introducción y notas), Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1946; “Doctrina vitoriana del orden
internacional”, Ciencia Tomista, tomo 72, nº 223 (enero-marzo 1947), pp. 123-138; Genèse et fondements
spirituels de l’idée d’une communauté universelle. De la civitas máxima stoïcienne à la civitas Gentium
moderne, Lisboa, Facultade de Direito, 1958; “La conception de la paix chez Vitoria et les classiques
espagnols du droit des gens”, Recueil de la Société Jean Bodin, XV, La paix (2.ème partie), Bruselas,
1961, pp. 241-273; “Vitoria en la perspectiva de nuestro tiempo”, en Francisco de Vitoria, Relectio de
Indis, ed. crítica bilingüe por L. Pereña y J. M. Pérez Prendes, Madrid, Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, 1967, pp. CXLIII-CLVIII, y “Los clásicos españoles del Derecho de gentes y
la protección de los indios”, la obra colectiva Los derechos humanos en América. Una perspectiva de
cinco siglos, Valladolid, Cortes de Castilla y León, 1994, pp. 35-49.
6
Precisamente, la Tesis Doctoral que presenté en la Faculta de Derecho de la Universidad Complutense,
dirigida por el profesor Truyol, en orden a la obtención del título de Doctor, tenía por título “La
consideración jurídica internacional de los pueblos infieles en la Escuela Española del Derecho Natural y
de Gentes de los siglos XVI y XVII”.
7
El propio Truyol destacó las relaciones entre la concepción internacional de los clásicos españoles del
Derecho de Gentes y la concepción de Huego Grocio. Véase: Truyol, Antonio “Grotius dans ses rapports
3
Esta aportación inicial, que se insertaba en línea con los desarrollos teóricas que desde
finales de la Primera Guerra Mundial se habían venido produciendo en Europa y los
Estados Unidos, iba a tener su continuación y complemento poco después en un trabajo,
publicado en ese mismo año 1957, titulado La teoría de las relaciones internacionales
avec les classiques espagnols du droit des gens”, Recueil des Cours de la Académie de Droit
International de La Haye, 182(1983-IV), pp. 431-451.
8
Wight, Martin, "Western Values in International Relations", en H. Butterfield y M. Wight (eds.),
Diplomatic Investigations. Essays in the Theory of International Politics, Londres, Allen and Unwin,
1966, e International Theory. The Three Traditions, Londres, Leicester Univ. Press, 1991; y Bull,
Hedley, The Anarchical Society. A Study of Order in World Politics, Londres, Macmillan, 1977, pp. 24-
27.
9
Las razones explicativas de este importante retraso en el desarrollo de la teoría y la disciplina de las
Relaciones Internacionales en España respecto, especialmente, pero no sólo, del mundo anglosajón, son
varias. Ya sabemos que los dos motores que pusieron en marcha la afirmación de las Relaciones
Internacionales a partir de 1919 fueron la experiencia vital de la Primera Guerra Mundial y la flexibilidad
del mundo universitario anglosajón y estos no se hicieron presentes en España, que permaneció neutral
durante esa guerra y tenía un sistema académico universitario extremadamente rígido, en el que desde el
punto de vista de los estudios internacionales las perspectivas absolutamente dominantes eran el Derecho
Internacional y la Historia Diplomática. Posteriormente, cuando la experiencia de la Segunda Guerra
Mundial activa el desarrollo de la teoría y consolida la disciplina de las Relaciones Internacionales en el
mundo occidental, España vivirá inmersa en un régimen político dictatorial y autárquico en el que tenían
una muy limitada cabida los desarrollos que en el campo de las ciencias sociales se producían en el
mundo democrático occidental. A lo anterior se añadirá otra razón igualmente importante y es la
hegemonía académica incontestada en los estudios internacionales que ejercía el Derecho Internacional y
que no veía con buenos ojos el desarrollo de una nueva disciplina que podía poner en entredicho esa
hegemonía absoluta. La denominación, como veremos, de la primera cátedra que se plantea el estudio de
las relaciones internacionales, fue “Derecho y Relaciones Internacionales”, lo que indica que la disciplina
surgirá “desde” y “contra” el Derecho Internacional. Esta influencia del Derecho Internacional se pondrá
también de manifiesto en el hecho de que los primeros especialistas españoles en Relaciones
Internacionales serán iusinternacionalistas de formación. El caso español, por otro lado, en lo que se
refiere al peso del Derecho Internacional no es el único en Europa, pues lo mismo va a suceder en cierta
medida (no olvidemos el papel de Raymond Aron), aunque también con acompañamiento de los
historiadores, en Francia. Lo anterior no supone que ya desde la segunda mitad del siglo XIX no se
empezasen a producir en España aportaciones al estudio de la realidad internacional, aunque siempre,
como hemos apuntado, desde perspectivas diferentes a la de las Relaciones Internacionales,
principalmente desde el Derecho Internacional y la Historia Diplomática. Para estas aportaciones, ver:
Arenal, Celestino del, op.cit., pp. 15-68.
10
Truyol, Antonio, “Introducción a la teoría de la política internacional”, Escuela de Funcionarios
Internacionales, Cursos y Conferencias, 4 (1956-57 – I), pp. 519-547.
4
La razón de esta aportación de Truyol, que tanta importancia iba a tener desde ese
momento, hay que encontrarla en la oposición que realiza y gana, en junio de 1957, a la
cátedra de “Derecho y Relaciones Internacionales” de la entonces Facultad de Ciencias
Políticas y Económicas de la Universidad Complutense. La Memoria de Cátedra que
presenta en dicha oposición se publicará inmediatamente con el título señalado.
Esta obra, capital para entender el desarrollo de los estudios internacionales en España,
supone el primer intento de poner al día, en nuestro país, la problemática del estudio de
las relaciones internacionales, tal como se venía desarrollando en términos teóricos y
disciplinarios hasta esos momentos en los principales países occidentales 12. Con este
trabajo entra un aire nuevo y fresco en los estudios internacionales en España, hasta
entonces anclados en la Historia y el Derecho Internacional y marcados por los
condicionamientos ideológicos del franquismo.
Pero, lo significativo es que, junto a este hecho, que traerá como consecuencia la
introducción en nuestro país de las principales concepciones teóricas realizadas en el
extranjero, hay que destacar especialmente que Truyol no se queda simplemente en eso,
con ser importante, sino que nos aporta al mismo tiempo su propia concepción de las
Relaciones Internacionales.
Para Truyol la indagación crítica sobre las Relaciones Internacionales tiene que
orientarse en dos direcciones. En primer lugar, delimitar ese sector de la realidad social
que denominamos relaciones internacionales. La definición que en esta línea nos
ofrecerá de las relaciones internacionales como sector de la realidad social será clara y
precisa, enlazando con los conceptos más recientes de las mismas. En concreto, nos
dirá: Las relaciones internacionales son “aquellas relaciones entre individuos y
colectividades humanas que en su génesis y su eficacia no se agotan en el seno de una
comunidad diferenciada y considerada como un todo, que fundamentalmente (pero no
exclusivamente) es la comunidad política o Estado, sino que trascienden sus límites” 13.
11
Truyol, Antonio, La teoría de las relaciones internacionales como sociología (Introducción al estudio
de las relaciones internacionales), Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1957. En 1963 se publica la 2ª
edición revisada y aumentada y en 1973 una reimpresión de la 2ª edición, con una bibliografía adicional.
Originalmente se publicó en la Revista de Estudios Políticos, 96 (noviembre-diciembre 1957), pp. 293-
341. Las citas se hacen por la 3ª edición.
12
A la hora de entender el desarrollo de la teoría y la disciplina de las Relaciones Internacionales en
España precisamente a partir de mediados de los años cincuenta del siglo XX es importante tener en
cuenta que en esos momentos el ambiente intelectual y académico ya no es el de la postguerra civil. Con
limitaciones, España veía desarrollarse los estudios sociológicos y políticos, siguiendo las concepciones y
la metodología desarrolladas ya en el mundo occidental. La Sociología empezaba a afirmarse con fuerza
en el campo de las ciencias sociales y la Ciencia Política, olvidándose progresivamente de los
condicionamientos políticos e ideológicos en que hasta entonces se había movido, encontraba nuevas
perspectivas en el exterior, que ampliaban significativamente su campo de estudios y operatividad. El
Derecho, por otro lado, tenía en la concepción sociológica la puerta que le permitía escapar del
formalismo jurídico (Arenal, Celestino del, op. cit., p. 187.
13
Truyol, Antonio, op. cit., p. 28.
5
La teoría de las relaciones internacionales es, así, para Truyol, “una sociología de la
vida internacional, una teoría sociológica de la sociedad internacional” 16.
Ese mismo año 1957, Truyol completará su aportación, abordando un aspecto concreto
de las relaciones internacionales, con la publicación del trabajo titulado “Factores
14
Op. cit, p. 54.
15
Op. cit., 62 y 63.
16
Op. cit., p. 61 y 62.
17
Schwarzenberger, Georg, Powers Politics. A Study of World Society, Londres, Stevens & Sons, 1941.
Las referencias de Truyol son de la 3ª ed. (1964).
18
Kirk, Grayson, The Study of International Relations, Council on Foreign Relations, 1947.
19
Duroselle, Jean-Baptiste, “L’étude des relations internationales”, Revue Francaise de Science
Politique, II (1952), pp. 676-701.
6
23
Truyol, Antonio, “Genèse et structure de la société international”, Recueil des Cours (R.D.C.) de
l’Académie de Droit International de la Haye, 96 (1959-I), pp. 553-642; y “L’expansion de la société
international aux XIXe et XXe siècles”, R.D.C., 116 (1965-III), pp. 95-179.
24
Truyol, Antonio, “Las grandes potencias en la sociedad internacional: su esplendor y decadencia”,
Derecho de Gentes, 3 (1959), pp. 29-58.
25
Truyol, Antonio, La teoría de las relaciones internacionales como sociología, op. cit., 2ª ed. revisada y
aumentada, Madrid, 1963.
26
Truyol, Antonio, “Les doctrines relatives aux relations internationales”, Revue Générale de Droit
International Public, 69 (1965), pp. 5-38. También, en cuanto incide en el tema hay que referirse a su
“Prólogo” a la edición española de la obra de Paul Reuter, Instituciones Internacionales (Barcelona,
Bosch, 1959).
8
Sentadas las premisas de las que parte el curso, Truyol procede a plantearse en concreto
la cuestión de las características y naturaleza de la sociedad internacional, en una línea
que desborda los planteamientos realistas, completando con ello su concepción de las
Relaciones Internacionales.
Sin embargo, el hecho decisivo que marca la diferencia de la sociedad internacional con
la sociedad estatal es precisamente el papel determinante que juega el Estado en el
conjunto de tales relaciones, pues si los sujetos de las relaciones internacionales y, en
consecuencia, los miembros de la sociedad internacional son en última instancia los
individuos, en el plano internacional éstos están mediatizados por los Estados. Ello,
concluye, da a las relaciones interestatales una posición central en la sociedad
internacional. Así, para Truyol, “en el sentido más amplio una sociedad es internacional
en la medida en que el poder efectivo y el uso de la coerción incondicionada están
repartidos y corresponden a los grupos políticos capaces de mediatizar las relaciones de
los individuos y grupos que abarcan, con los individuos y grupos extranjeros” 29.
españoles, no duda en afirmar que “en lo que concierne al mundo de los Estados, es hoy
día más una sociedad que una comunidad”, para matizar a continuación que “si en su
conjunto, el mundo de los Estados es una sociedad, hay, sin embargo, factores de
integración no estatales que dan lugar a núcleos comunitarios que se manifiestan
principalmente en el plano regional. De su desarrollo depende la transformación
eventual de la sociedad internacional en una comunidad internacional” 31.
En los años posteriores, Truyol volverá de nuevo a abordar el tema de las Relaciones
Internacionales. Primero, con ocasión de la publicación de la 2ª edición, revisada y
aumentada, de La teoría de las relaciones internacionales como sociología, que ve la
luz en 1963, en la que sin variar los rasgos característicos de su concepción, da entrada
a las nuevas aportaciones teóricas que desde 1967 se habían producido en el campo de
las relaciones internacionales, y aclara y completa algunas de sus consideraciones
anteriores.
31
Truyol, Antonio, R.D.C. cit., p. 574. Este mismo planteamiento en torno a los conceptos de comunidad
y sociedad aplicados a las relaciones internacionales lo ha mantenido Truyol siempre a lo largo de toda su
trayectoria académica. Aparece ya en su obra Fundamentos de Derecho Internacional Público (1ª ed.
Barcelona, F. Seix, 1950; 4ª ed. revisada y aumentada, Madrid, Tecnos, 1977, pp. 82-83), se reitera, como
vemos en los dos cursos de la Academia de Derecho Internacional de La Haya y en su obra La sociedad
internacional (Madrid, Alianza, 1974) y se afirma en su última aportación al tema de la sociedad
internacional, titulada De una sociedad internacional fragmentada a una sociedad mundial en gestación
(A propósito de la globalización) (Madrid, Universidad Complutense, Departamento de Derecho
Internacional Público y Relaciones Internacionales/Colegio de Doctores y Licenciados en Ciencias
Políticas y Sociología, 2003, p. 15).
32
Truyol, Antonio, “Prologo”, op. cit., pp. 2 y 3.
33
Truyol, Antonio, La sociedad internacional, op.cit., 1974.
34
Orden Ministerial de 31 de julio de 1974 (BOE de 14 de septiembre de 1974).
10
teórica y docente desarrollada hasta ese momento por Truyol, en el marco del
Departamento de Estudios Internacionales de esa Facultad 35 . Este Departamento,
dirigido por Truyol, jugará un papel determinante en el desarrollo de las Relaciones
Internacionales en España y en la conformación de la Escuela Española de Relaciones
Internacionales.
En este sentido, perfilando aún más su concepto y en línea con Max Huber 36, para
Truyol, “las relaciones sociales son internacionales, cuando se establecen, ya sea entre
individuos o grupos intermedios, pertenecientes a sociedades políticas (Estados)
diferentes, ya entre las sociedades políticas (Estados) mismas, representadas por sus
órganos 37.
35
Significativo igualmente de la consolidación de las Relaciones Internacionales como teoría y disciplina
es que, en 1973, Manuel Medina, primero de los discípulos de Truyol, como resultado precisamente de la
oposición realizada poco antes a la agregaduría de “Derecho y Relaciones Internacionales” de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, publica el libro La teoría de las
Relaciones Internacionales, op.cit., que continúa la línea teórica abierta por Truyol, como reconocerá el
propio autor en la obra y el propio Truyol en el “Prólogo” a la misma.
36
Huber, Max, Die soziologischen Grundlagen des Völkerrechts, Berlín-Grunewald, 1928, p. 3.
37
Truyol, Antonio, La sociedad internacional, op. cit., p. 19.
38
Truyol, Antonio, op. cit., pp. 20.
39
Truyol, Antonio, ibídem, p. 20.
11
otras colectividades no estatales” están más desarrolladas que en cualquier otro periodo
de la historia 40.
Sin embargo, ello no supondrá el final de las aportaciones de Truyol a los estudios
internacionales. A partir de esos momentos, desde las perspectivas de la teoría y la
historia del Derecho Internacional y con sus estudios sobre el proceso de construcción
europea, nos continuará dejando nuevas aportaciones que irán completando
determinados aspectos de su concepción internacional. Su nombramiento como
magistrado del Tribunal Constitucional, en 1980, tampoco le impedirá seguir
reflexionando sobre las relaciones internacionales.
el otomano), la creación de nuevos Estados sobre sus ruinas y la renovación parcial del
primero al surgir la Unión Soviética.
El segundo cambio, el derivado del proceso de globalización, que analiza en uno de sus
últimos trabajos, publicado en 2003. Se trata de su opúsculo De una sociedad
internacional fragmentada a una sociedad mundial en gestación (A propósito de la
globalización), que nos ofrece un breve análisis de las más recientes transformaciones
experimentadas por la sociedad internacional como consecuencia de ese proceso. En él
aborda el fenómeno de la globalización considerando que el mismo está provocando
una mutación de la sociedad internacional, cuyo desenlace está abierto. Truyol entiende
la globalización como un proceso multidimensional, resultado “del proceso de la
expansión humana, acelerado últimamente por los prodigiosos avances en el campo de
la tecnología y de los medios informáticos, que, con Internet, parecen participar del don
de la ubicuidad” 45. Es significativo que, en su análisis de este fenómeno y, por lo tanto,
del cambio en la sociedad internacional, se haga eco de algunos de los efectos negativos
que se derivan del mismo, que han cobrado especial relevancia en los últimos tiempos.
En este sentido, entre otros efectos, nos señala, que “el mercado globalizado viene a ser
así como “un estado de naturaleza” en el que se imponen los fuertes sobre los débiles,
en ausencia de un “pacto social” de los Estados sólo incompletamente realizado en las
organizaciones internacionales; lo que permite, por ejemplo, a empresas multinacionales
desplegarse a su conveniencia, por encima de las fronteras de Estados singulares, que no
pueden por si solos, influir eficazmente sobre sus decisiones” 46.
45
Truyol, Antonio, De una sociedad internacional fragmentada a una sociedad mundial en gestación (A
propósito de la globalización), op.cit., p. 24.
46
Truyol, Antonio, ibídem, pp. 23-24.
47
Truyol, Antonio. “Ética y sociedad internacional”, Anales de la Real Academia de Ciencias Morales y
Políticas, año XLVIII, nº 73, curso académico 1995-96, pp. 89-102.
13
Decíamos al inicio que la concepción de Truyol sobre las relaciones internacionales será
el punto de arranque y la base sobre la que se desarrollará una Escuela Española de
Relaciones Internacionales. Su gran mérito no ha sido sólo el introducir y consolidar la
teoría y la ciencia de las Relaciones Internacionales en España, sino también el haber
dado lugar a una Escuela Española de Relaciones Internacionales que continúa
plenamente presente en el mundo académico. La lista de discípulos de Truyol, directos e
indirectos, que, con las lógicos matices y acentos personales, han seguido su concepción
de las relaciones internacionales, es larga y fructífera, llegando hasta nuestros días 49.
De hecho, han sido estos discípulos los que, siguiendo la estela de Truyol, han marcado
la corriente teórica principal de las relaciones internacionales que se ha desarrollado en
España hasta el momento actual.
Los postulados básicos, establecidos por Truyol, que definen los rasgos característicos
de esta Escuela, con las lógicas variaciones y acentos en el caso de algunos de sus
discípulos, son los siguientes 50:
Truyol, como hemos visto, desarrolla, a partir de 1957 hasta principios del siglo XXI,
su teoría de las relaciones internacionales, dejándonos la más coherente y completa
48
Truyol, Antonio, La teoría de las relaciones como sociología, op, cit., pp.82-83.
49
A sus discípulos más directos, casos de Manuel Medina, Roberto Mesa y Celestino del Arenal, ya
señalados, hay que añadir los nombres, entre otros, de Esther Barbé, Francisco Aldecoa, Rafael Grasa,
Rafael Calduch, José Antonio García Vilar, Isabel Castaño, Carlos González de Heredia, Gustavo
Palomares, Paloma García Picazo, Caterina García Segura, Irene Rodríguez Manzano y Noé Cornago.
50
Estas características se basan en lo señalado al respecto por Celestino del Arenal (La teoría de las
relaciones internacionales en España, op.cit., p. 192 y “La enseñanza de las Relaciones Internacionales
en España”, en L. Garau y R. Huesa (coords.), El Derecho Internacional y las Relaciones Internacionales
en el mundo mediterráneo. Actas de las XVII Jornadas de la Asociación Española de Profesores de
Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, 1997, Madrid, BOE/Universitat de les Illes Balears,
1999, p. 329); Esther Barbé (Relaciones Internacionales, Madrid, Tecnos, 1995, pp. 89-92), y Caterina
García Segura (“Spain”, en K. E. Jorgensen y T. B. Knudsen (eds.), International Relations in Europe.
Traditions, perspectives and destinations, Londres,/Nueva York, Routledge, 2006, pp. 109-110).
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