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El Abuso de Betina

Nieto Cabrera, Vanina Soledad D.N.I N.º 38761319

SAB: 110277

Carrera de Abogacía de la Universidad Nacional de La Rioja

Profesora Mónica, Lonaiz

Noviembre de 2022
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El presente ensayo está basado en la novela “Las Primas” de Aurora Venturini,


publicada en el año 2009, ambientada en la década de 1940. La trama contempla la historia
de una familia disfuncional protagonizada por mujeres de clase media baja en la ciudad de La
Plata. En esta historia encontramos situaciones de multiplicidad de hechos que encuadran en
tipos delictivos.

En él desarrollaré específicamente uno aterrador, EL ABUSO SEXUAL, aún más


terrorífico cuando este es ejercido hacia una persona con discapacidad. Este es el caso de
“Betina” uno de los personajes de la novela, despreciada por el mundo por su condición de
multidiscapacidad encuentra el consuelo de ser víctima de su abusador a cambio de sentirse
“amada”. Considero esto porque muchas veces “el abuso sexual se enmascara en el lado
oscuro del romance”.

‘’Será reprimido con reclusión o prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que
abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o cuando
mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia,
de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya
podido consentir libremente la acción’’ (Código Penal Argentino,1921 art.119)

Por lo tanto, de acuerdo el Código Penal Argentino (1921) ‘’la pena será de cuatro (4)
a diez (10) años de reclusión o prisión cuando el abuso por su duración o circunstancias de su
realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la
víctima. Entonces, la pena será de seis (6) a quince (15) años de reclusión o prisión cuando
mediando las circunstancias del primer párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u
oral o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de
las dos primeras vías’’ (p.)

En los supuestos del párrafo anterior, la pena será de ocho (8) a veinte (20) años de
reclusión o prisión si:

a) Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima;

b) El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor,
curador, ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda;

c) El autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual


grave, y hubiere existido peligro de contagio;

d) El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas;

e) El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad,
en ocasión de sus funciones;

f) El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho (18) años, aprovechando la


situación de convivencia preexistente con el mismo.

En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres (3) a diez (10) años de reclusión o
prisión si concurren las circunstancias de los incisos a), b), d), e) o f).
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“Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que realizare algunas de
las acciones previstas en el segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una persona
menor de dieciséis años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de
edad del autor, su relación de preeminencia respecto de la víctima, u otra circunstancia
equivalente, siempre que no resultare un delito más severamente penado’’. (Código Penal
Argentino, 1921, art. 120)

La pena será de prisión o reclusión de seis a diez años si mediare alguna de las
circunstancias previstas en los incisos a), b), c), e) o f) del cuarto párrafo del artículo 119.

En este articulo me quiero detener, respecto del mismo podemos observar que se
refiere al anterior (art.119) pero que los condicionantes son respecto de la víctima y sus
circunstancias. En ciertas cuestiones están especificadas y en otras como la que se lee por
último “u otra circunstancia equivalente”, no hace mención específica del abuso a personas
discapacitadas, no obstante, la ley brinda la posibilidad de interpretación en ciertas
circunstancias que se consideran equivalentes.

Por tanto, en ocasiones donde la voluntad de la persona se ve restringida por motivos


tanto naturales como ocasionales con posterioridad, la misma no podrá optar por consentir el
acto sexual. –

Analizando ahora la situación particular del personaje “Betina”, considerando las


distintas discapacidades que padecía de la cual hice mención anteriormente, en cierto
momento la novela narra que la edad biológica no coincidía con la mental. Por lo tanto, a
pesar de tener 16 años, una edad en la que el discernimiento está presente aunque no tenga
aptitud de mayoría de edad para ciertos actos voluntarios, en este caso, la condición de
retraso de ella no permitía brindar el consentimiento para contemplar tener relaciones
sexuales con el profesor de Artes, de ahí que es inaceptable este acto.

“...Y empezamos las manducaciones cada cual como mejor podía. Mamá observaba
sin puntero, pero yo sabía que lo tendría bajo la mesa a su alcance. La nota vistosa y
espantosa la dio Betina. Torpe y sonora de cuetería y eructos seguidos por las disculpas de
mamá aclarando que la pobrecita de dieciséis años tenía cuatro de edad mental según los test
que se le aplicaron dadas las circunstancias de su minusvalía…” (Venturini Aurora,
2009,p.14).

Por otra parte, el profesor, es el típico abusador con preeminencia, él conocía


perfectamente la condición de Betina y de Yuna, su hermana quien primeramente fue su
estudiante. Era él quien se encargaba de la educación, tal como lo menciona el inc. B, del art.
ya citado previamente, el cual agrava la situación del abuso, vuelvo hablar de esto, ¿Por qué
Betina pudo decidir acerca se consentir la relación sexual que tuvo con este sujeto? Quizás sí,
para él, para justificar el acto indebido que estaba teniendo hacia una persona incapaz, como
ya mencioné.

“…El profesor es mi apoderado. Petra, que es mal pensada, me dijo que tuviera
cuidado con los apoderados que se avivan con los dineros y bonos, etc. de los que confían en
ellos y que lamentaba no ser mayor de edad para ser ella mi apoderada porque ella sí tenía las
manos limpias y eso llamó mi atención porque nunca noté que el profesor las tuviera sucias
pero no dije nada acordándome de lo que aconsejaba la abuela ya difunta la madre de mi
mamá de que en boca cerrada no entran moscas y aunque tampoco comprendo el dicho
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intuyo (palabra del diccionario) que concuerda con el parlamento de mi prima


Petra…”(Venturini Aurora, 2009,p 42.).

Hablé de preeminencia, él optó por la sutileza de la misma, ¿cómo? Enamorando a


Betina, la pobre que sentía tanto desprecio por el mundo, mundo que comenzaba
primeramente en su familia, la cual la rechazó directa o indirectamente en toda la novela, por
seguro su refugio fueron los brazos depravados de este profesor, porque él conocía a Betina,
él abuso de su inocencia, abuso de su inmadurez, abuso de su condición, abuso de
vulnerabilidad…

Asimismo, reitero, en ciertas situaciones como en esta “el abuso sexual se enmascara
en el lado oscuro del romance”.

Para concluir, el abuso sexual es una realidad, que afecta a niños/as, adolescentes,
personas con capacidad restringida y adultos. No distingue raza, color, educación, religión,
etc., simplemente sucede, lamentablemente sucede, teniendo como victimarios abusadores
que se aprovechan de sus víctimas subsumiendo sus deseos, descargos o maldades carnales
en indefensos que muchas veces no consientes del daño recibido y sometidos a la
preeminencia, callan, aceptan y se resienten en este tipo de delitos.

LOS NIÑOS/AS, ADOLESCENTES, INDEFENSOS Y TODO AQUEL QUE NO


QUIERA, ¡NO SE TOCAN!

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