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LECTURA N°16

Más de 200 toneladas de restos de cremas de protección solar ponen en peligro la vida de la
segunda barrera de coral más grande del mundo, en el Caribe mexicano, por la presencia de
productos nocivos, según indica un nuevo estudio. Ante la ausencia de normas que regulan el uso
de estos productos los especialistas sugieren proteger la piel de la radiación ultravioleta usando
productos que no contengan compuestos identificados como dañinos para los corales, o barreras
físicas como sombreros, gafas o camisas de manga larga.

La Riviera Maya ubicada en la costa del Estado mexicano de Quintana Rooes visitada por más de
15 millones de turistas al año en sus playas no existen regulaciones sobre el uso de esta clase de
productos, varios de los cuales contienen sustancias perjudiciales para la vida marina indicó el
trabajo publicado en Applied Sciences. Sobre este, tema Hawaii ya legisló en y lo mismo se repite
en unos pocos destinos turísticos como en la República de Palau, el municipio insular de Bonaire
(Paisajes Bajos), Key west e Islas Vírgenes (EEUU) y Aruba (Venezuela) recientemente Tailandia
se sumó a la prohibición de filtros con oxibenzona, oxinato, metilbencilideno alcanfor o
butilparabeno. En México, para estimar la presencia de estos contaminantes en los corales de esta
región. Los investigadores trabajaron a partir de una fórmula que incluye el porcentaje de turistas
que usan cremas solares y sis hábitos en las playas, como cantidad de aplicaciones de estos
productos porcentaje de protector que se desprende por el contacto con el agua, etc. Así los
autores estimaron que anualmente se liberan al mar entre 231 y 313 toneladas de protector solar.
Algunos protectores solares contienen químicos como oxibenzona y octinoxato.

Estos compuestos son altamente tóxicos porque se bioacumulan en los tejidos de los corales,
ocasionan blanqueamiento, anormalidades en su desarrollo, pueden alterar el ADN e incluso
matarlos, explico SciDev. Net la investigadora Karelys Febles-Moreno una de las autoras del
estudio. Los corales son lugares de desove de peces de valor económico y, entre otros servicios
ecosistémicos, protegen a comunidades costeras de marcas de tormenta, son atracciones
turísticas y recreativas y ofrecen materias primas para medicamentos.

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