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Con mucha precisión recuerdo una noche, y hará siete años 1 que me

pasó esto, que llevo dicho, después de mi oración y de haber


sentido a Jesús con mucha fuerza en el alma.
Infinitas tentaciones de vanidad también a tiempos me asediaban
sobre todo al principio. Ahora casi no tengo nada de este vicio,
aunque me tengo miedo.
Tuve otra noche, de esto hará 3 o 4 años2 una cosa que me da miedo
recordarla. Antes de acostarme, al estrechar mi crucifijo y
haciéndole mil cariños, y diciéndole mil ternezas, como con la
velocidad de un rayo pasó por mi mente un pensamiento horrible que
me espantó, el único en mi vida. Al instante lo rechacé con tanta
ira maravillada de la audacia inmensa [51] (Vida privada)3 del
enemigo. Oí luego un ruido sordo que salió de cerca de mí, y se
fue alejando, dejándome llena de espanto y con una inquietud
terrible en la conciencia. Que si consentí, que si no; que cómo
explicaba eso al confesor, que estaba condenada sin remedio... ¡Oh
cuánto sufrí! Toda esa noche la pasé como en agonía hasta que
amaneció: Me confesé y como con la mano vino luego a mí la
tranquilidad y la paz comulgando con mucho fervor.
Recuerdo que entonces le supliqué a Jesús con toda el alma que
nunca volviera a permitir a mi corazón esas cosas que siempre me
han horrorizado, contra una virtud que estimo infinitamente.
También recuerdo ahora, que desde niña ofrecía a Jesús mis
penitencias por los que faltaran a la virtud de la pureza, y creo
que esto le ha valido mucho a mi pobre alma.
En este período de vida espiritual [52] que recorro con más
claridad de 9 años4 a esta parte ha tenido mucho que sentir Jesús
de mi inconstancia y poca generosidad.
Creo que he perdido mucho tiempo, que no correspondía a la gracia,
y tal vez en castigo permitió Dios que estuviera como estancada,
detenida sin que nadie me entendiera. Yo creo que en mi vida las
ofensas mayores a Dios, han sido por falta de caridad con el
prójimo, y quién sabe cuántas veces gravemente.
Entre mis defectos capitales cuento el de la debilidad o falta de
energía para corregir a los criados. Tengo que vencerme mucho
sobre el particular, pues no sé por qué, me vence la humildad de
su condición; en cambio con mis hijos soy al contrario, tal vez
    ?1886
1

    ?
2
1889 o 1890

    ? En lecturas posteriores que hizo de sus Cuentas de


3

conciencia, probablemente después de 1903, la Sra. Armida le puso


título a cada página según el asunto que en ella se trataba. (R.P.
Alfredo Vizoso M. Sp. S.)

    ?1884
4
demasiado tirante.
La inconstancia y el respeto humano también me vencen luego; una
poca de envidia, y mucho amor propio, [53] de ese muy refinado con
cierta hipocresía, aunque últimamente ya no mucho.
Creo que también al confesarme digo los pecados muy compuestos, a
veces con disculpas (sin pensarlas antes por supuesto), y esto me
trae no pocas veces escrúpulos.
De manera que no ostensiblemente como ahora diré, pero con piel de
cordero, bien ha tenido que gozar el diablo conmigo.
Dios mío, ¿ves cuánta miseria? ¿Por qué las gentes me tendrán por
buena, Señor? ¡Ah! Tú solo sabes cuánto te he ofendido, y esto
tanto más culpable, cuanto que he pasado por encima de tus gracias
y favores. Me avergüenzo y me oprime la pena al ver palpable en
estos momentos lo que he sido Contigo tan amante y fino conmigo.
Pero prosigo en mi propósito de apuntar y dar a conocer lo que ha
hecho conmigo [54] el enemigo.
El 27 de Agosto estaba haciendo los Ejercicios y sentía mi alma
muy arrepentida y con santos propósitos. Bajé de la cama entre una
y dos de la mañana, como acostumbro5 y estuve muy bien en mi
oración.
Poco después que me acosté, sin dormirme todavía, sentí una cierta
dulzura y paralización corporal, como cuando viene algunas veces
Jesús a mí. Todo el engaño venía muy bien arreglado, pero no sé
con qué luz conocí que era el diablo y al querer luego hacer un
acto de amor de Dios, ya me fue imposible, y sólo después de rato,
y con suma dificultad allá en el fondo del alma, y ya sin poder
mover el cuerpo.
Sentí entonces que como vengándose estrujó mi alma de una manera
terrible, allá muy adentro, no sé cómo decir, pues no me imaginaba
que podía pasar tal cosa. Yo sufría mucho y no era dolor exterior,
pero sí muy sensible, allá muy [55] íntimo, y sin poderme sustraer
de su odio o dominio, ¡qué horror!, yo creo que eso se ha de
sentir en el infierno.
Por fin después de aquellos momentos, pero que a mí me parecieron
horas, empecé a ser dueña de mí misma, voló mi corazón a Dios, y
entonces, ¡ay!, vino Él... ¡entonces sí era Él!
Experimentó mi alma una consolación grandísima, una dulzura
indecible, y yo lo vi, ¡oh mi Jesús!, yo lo vi, sí, como a través
de un tenue velo, precioso, divino, encantador, en su humanidad
glorificada.
¡Oh que no puedo precisar su traje y facciones! Creo como que
traía una capa de raso blanco y no sé decir más. Su divina imagen
más bien queda grabada en mi alma que en mi memoria, siempre que

    ? Hacía la oración de la noche acostada en el suelo, con los


5

brazos extendidos en forma de cruz, y con la corona de espinas en


la cabeza.
se ha dignado dejárseme ver más o menos brevemente.
Otra vez, y también esta que dejo dicha, sentía que me aventaba
alguien [56] que podía más que yo, como pelota, de una cosa muy
alta, para el vacío, pero esto al alma sola. ¡Oh qué horror, Dios
mío y ten compasión de mí!
Noviembre 256
Eran entre la 1 y 2 de la mañana cuando después de haber resistido
algo, hice mi oración acostumbrada con bastante fervor gracias a
Dios.
Poco rato después de haber vuelto a la cama, y entre dormida y
despierta, según creo, o tal vez dormida, pero de esas veces que
palpa uno las cosas muy claras, sentí venir hacia mí de una manera
desconocida y rara un bulto como nube y a la vez gente que se
acostó junto de mí.
Un espanto grande se apoderó de mi corazón creyendo que era un
hombre, y dije: ¡Dios mío defiéndeme! horrorizándome de faltar en
lo más mínimo a la pureza. Sentía que a pesar de estar tan cerca
[57] algo, como un velo, nos separaba.
Entonces me habló aquella persona, fingiendo la voz de mi marido 7
y me dijo mil palabras de cariño pero puedo precisar estas:
"Cuánto te quiero, y qué haría, si tú me faltaras", entonces me
voltee y le cogí la cara con cariño diciéndole, que qué
significaba tan intempestivo amor, con tan brusco modo, que si yo
le faltaba le quedaría Dios. Sí, Dios también, me volvió a decir,
pero tú, tú... Como enfadada de aquel cariño tan material le dije:
Sólo Dios basta. No sé cómo, pero sin ruido ni nada, desapareció y
conocí que no era mi marido.8
Después, durante la noche, seguí como con pesadillas durmiendo y
despertando, sintiendo cosas horribles de espantos y sobresaltos.
No sé por qué, quería en espíritu siquiera pronunciar algunas
jaculatorias a la [58] Santísima Virgen y me era imposible porque
ni las podía recordar, o eran a medias.
Después me afirmé en la persuasión de creer que era mal espíritu,
porque deseaba decírselo a mi confesor,9 y él me ponía mil
tentaciones opuestas para ello.
Recuerdo que cuando estaba acostado a mi lado le dije, no sé con
    ?1893
6

    ? El 8 de noviembre de 1884 la Sierva de Dios se casó con el


7

Sr. Francisco Armida García, hijo de Ildefonso Armida y de Petra


García.

    ? Francisco Armida García.


8

    ? En aquel año de 1893 la Sra. Armida se había puesto bajo la


9

dirección del R. P. Alberto Mir Cuscó S. J., sacerdote de grandes


cualidades
qué instinto de la gracia. Haz conmigo un acto de amor de Dios.
Y cuando se fue sentí horror a aquel lugar y un calor como que me
quemaba la espalda.
Tengo mucho miedo, y temo ¡ay!, ofender a Dios, engañada por este
mal espíritu.
Ahora ya me proveo de agua bendita, pero como entonces no me puedo
mover, qué sé yo qué haré si Dios [59] no me sostiene.
A veces lo siento claro cerca de mi cama, atemorizándome para que
no me baje a hacer mi oración.
Muchas veces siento que me tienta alguien los brazos o el cuerpo,
rara vez entre día; las más en la Iglesia, o después de comulgar,
o en la cama por la noche, dejándome como pegado su contacto.
No sé qué fines tiene; pero yo me propongo tener una claridad de
conciencia para con mi director,10 muy grande, y hacer en todo lo
que él me diga.
[60] hoja en blanco
[61]( Diciembre 8 1893) ¡Dios mío 31 años,11 y qué mal empleados!
Ya podía haberme santificado en tanto tiempo, y vamos, que me
encuentro casi con las manos vacías. Creo que lo poco que he hecho
hasta hoy ha sido tan imperfecto a tus divinas miradas...
Si hoy dejara de existir qué cuenta tendría que dar de gracias
desperdiciadas... de falta de generosidad en sacrificarte este
cuerpo, esta alma, esta voluntad que hace tanto tiempo me pides.
¡Oh Jesús! Miro el pasado; y si bien es cierto que no te he
ofendido gravísimamente, sí, no he correspondido a tus finezas, y
he sido muy ingrata a tus beneficios... Contemplo Señor, mi
espíritu manchadísimo por la ingratitud para contigo, la
indiferencia para con el prójimo y la apatía para con mi pobre
alma...
Pero ahora, Señor, la verdad es que siento que te amo, ¡oh sí!,
más que nunca, con ansias inmensas de corresponderte,
sacrificándome [62] por Ti... por Ti que eres mi vida, mi vivir,
el único encanto de mi destierro, porque, ¿qué es todo sin Ti?
Nada, puesto que Tú eres el todo verdadero. ¡Jesucristo de mi
alma! arranca de mi corazón el mundo con todo lo que él contiene;
hasta los más puros afectos que se amortigüen, que se apaguen, que
se extingan, si son obstáculo para que el solo tuyo llene por
entero este miserable y pequeño corazón; él quiere darse a Ti

    ? "A principios del año de 1893 Dios le concedió el director


10

que necesitaba en la persona de un Sacerdote de grandes


cualidades, el R.P. Alberto Mir Cuscó S.J." (R.P. J. G. Treviño M.
Sp. S. "Un Apóstol de la Cruz"

    ? La Sierva de Dios había nacido el 8 de diciembre de 1862,


11

en San Luis Potosí, capital del estado del mismo nombre, en el


centro de la República.
sacrificándote cuanto hay.
"Tomad Señor, y recibid..."
Hoy más que nunca quisiera consagrárteme para siempre... Dígnate
aceptar esta pobre ofrenda, esta miserable víctima... Jesús,
Jesús, escúchame. Quiero ser Casta, Pobre, Obediente, hasta la
muerte.12 Ensancha estos vehementísimos deseos y estrecha estos
votos que me arrastran no sé hasta dónde, y que con toda mi sangre
firmo.
Mira: Yo toda tuya... yo queriendo lo [63] que Tú quieras, yo
anonadándome en mi nada, yo despreciada, olvidada, desconocida del
mundo y sólo conocida de mi Jesús. Yo "haciendo siempre lo más
perfecto"13 y sin descanso sólo para complacerte. Yo amándote
ardientemente de día y de noche, y en todos los instantes, con
todo mi corazón y mil si los tuviera, con toda mi alma y mil si
pudiera ofrecerte, con todas mis fuerzas... ¡Oh mi Jesús, mi vida,
escúchame!: Esa quiero ser, esa perfección pretendo alcanzar...
María, mi Madre querida y tierna, a quien tantos favores debo. Hoy
me consagro a Ti de una manera muy especial, para servirte siempre
como esclava, porque no merezco ser tu hija. Suplica a Jesús, por
tu Inmaculada Concepción, que me conceda lo que aquí le pido.
¡Oh Madre purísima! Tú ves mi corazón... Yo quiero ser madre
purísima.
Oh Virgen sin mancha, yo quiero la [64] pureza en sus últimos
quilates, cada día se arraiga más y más en mi alma este deseo
inmenso, y crece de una manera que me asombra; pero, ¡oh María!,
Tú lo sabes, mientras más crece y se eleva sobre todo otro
sentimiento, más, infinitamente más, crecen mis sufrimientos, ¡el
martirio de esta pobre alma atada, ligada, sacrificada...! ¡María,
María! ayúdame; cuánto me pesa esta cruz,14 pero estoy dispuesta a
llevarla, y oculta, hasta el fin de mi vida. María, Tú me
comprendes; mis lágrimas te lo dicen todo, ¿verdad?
Si he desperdiciado estos años, María divina, que lo que me resta
de vida sea para repararlos, y para mayor gloria de Dios a quien
contigo amo y espero amar en la eternidad.
[65] Propósitos:
    ? Su director le permitió hacer, ese día 8 de diciembre de
12

1893, los 3 votos de pobreza, castidad y obediencia.


(Autobiografía 2a. Parte).

    ? Anteriormente, el P. Mir le había aconsejado que hiciera el


13

voto de: "hacer lo más perfecto."

    ? Se refiere a la cruz del matrimonio, del que muy pronto


14

después de casarse, se desilusionó, comprobando que no podía


saciar las aspiraciones de su alma, creciendo en ella un inmenso
vacío, no obstante la bondad y cariño de su esposo.
(Cfr. Autobiografía pág. 36)
No volver a probar azúcar, ni dulce,15 ni fruta, sólo cuando sea
más perfecto, o note que puedan observarlo. Llenar esto con el
dulce Jesús.
No tomar salsas ni cosas que adornen la comida ordinaria; ésta
suficiente, pero sin tomarle gusto, y sólo 3 cosas.16 17 Escoger
siempre lo peor, y lo que otros desechen.18 19
Sólo 2 vestidos para salir y 2 para la casa. Sólo 3 mudas de ropa
y ésta vieja, corriente y remendada: la necesaria para el aseo. El
vestido de jerga 20 siempre siendo 3 estos para cambiarlos, y el de
ixtle 21 los viernes.
Dormir en el suelo siempre que pueda, prudentemente.
Nunca indicar lo que me hace falta, sólo cuando sean necesarios
los botines, y estos pedidos de favor.
Ni un alfiler, ni una horquilla, ni una cinta, todo esto cuando
sea indispensable, [66] pedido de caridad, sonriendo y
disimulando.
No usar ningún adorno, sólo por obediencia.
No tener abrigo para sentir el frío. 22
En la cama la ropa indispensable.
Jamás usar.23
Nunca andar en coche por mi gusto.
Usar de la casa y muebles como de cosas prestadas, sin apego, y
sin propiedad. Nada: ni una estampa, ni un libro, ni una nada que

    ? No tomar dulce era para ella una grande mortificación, pues
15

naturalmente me gustaban mucho todas las golosinas.

    ? Ver nota 7 pág. 51 de este mismo Tomo.


16

    ? "Pero con prudencia." Con letra del Padre Mir.


17

    ? Se refiere a la cruz del matrimonio, del que muy pronto


18

después de casarse, se desilusionó comprobando que no podía saciar


las aspiraciones de su alma, creciendo en ella un inmenso vacío,
no obstante la bondad y cariño de su esposo. (Cfr. Autobiografía
pág. 36.)

    ? "Con prudencia." Con letra del Padre Mir.


19

    ? vestido de tela gruesa y tosca.


20

    ? El ixtle es una planta que se da en México, de hojas largas


21

y ásperas de las que se sacan hebras para diferentes usos.

    ? "Pero con prudencia." Con letra del Padre Mir.


22

    ? "A no ser que fuese indispensable el usarlos." Con letra


23

del Padre Mir.


lleve el título de mío.
Jamás tocar un centavo para mi uso o para mi gasto propio.
¿Y para las limosnas que me arrastran? Cogeré prudentemente de los
gastos, lo que no haga falta para ellos.
Sólo por enfermedad 24 usar el banco25 para la Iglesia. 26
[67] 27 28
[68] hoja en blanco
[69] De algún tiempo a esta parte siento en mi alma, al estar
delante del Santísimo Sacramento, algo extraordinario que antes
rara vez experimentaba. Se me marcha el alma, y ya no puedo
pensar, rezar, ni hacer nada con el entendimiento. lo único y casi
sin pensarlo, de cuándo en cuándo, hago sólo aspiraciones del
corazón; ahora, después del consejo de usted,29 hago por

    ? "O verdadera necesidad." Con letra del Padre Mir.


24

    ? En aquel tiempo las Sras. acostumbraban llevar a las


25

funciones de la iglesia un banco pequeño. Lo hacían por comodidad


para sentarse en el lugar que les convenía.

    ? "Está bien todo, pero sin inquietarte y en santa paz." Con
26

letra del Padre Mir.

    ? "De aquí en adelante te quedas solamente con el voto de no


27

resistir a lo que está marcado en el papel o más tarde se


determine. Si cinco veces en tres días, a sabiendas y viendo
claramente que te pide algo tu Esposo Jesús, según lo determinado,
y con toda voluntad te resistes, entonces pecarás venialmente,
pero si o dudas o no ves claro, o no está aprobado, entonces
aunque resistas nada hay, esto es: ni es pecado ni imperfección.
Entrégate a la suma pobreza, como Cristo clavado en la cruz. No
sólo como esclava, sino como hija te ofreces a la Virgen Sma., la
cual es además tu directora. Puedes tomar por director además de
la Sma. Virgen también a San Francisco de Sales, no impedirá el
uno a la otra.
Infíltrese la Cruz en ti y llénete de Cruz en todos los poros de
tu cuerpo y de tu alma. Estas palabras quieren decir más de lo que
a primera vista parece. Como el aire todo lo penetra, así la Cruz
te penetre; como el fuego todo lo transforma, así la Cruz te
transforme; como el aceite u óleo se extiende o cala lo que toca,
así la cruz como óleo se derrame, extienda, cale, se embeba, no
sólo en tu cuerpo, sino y mejor en tu corazón, en tu alma, en todo
tu ser." Con letra del Padre Mir.

    ? "Esa letra es del Padre Mir, director de Concepción de 1893


28

a 1903. F. de J." Escrito con letra del Padre Félix.

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


29
introducirla dentro del Sagrado Corazón de Jesús. En la misa, sin
ver, yo siento muchas veces, cuando baja Jesucristo a las manos
del Sacerdote; no puedo explicarlo, pero un movimiento o
sentimiento interior me lo anuncia, y lo he confirmado cuando por
estar expuesto el Santísimo no tocan la campanilla. Siento,
delante de la presencia real de Jesús en la Eucaristía, una
atracción muy particular e inexplicable. 30
Algunas veces, repentinamente, siento que Jesús se acerca, y aún
cuando esté yo lejos, corro a la ventana o puerta a desengañarme,
y ahí va Él... y quedándome [70] confundida, lo adoro y le doy
gracias. Esto cuando llevan el Viático a algún enfermo. Una vez me
pasó que no venía nada y yo sin embargo sentía que se acercaba,
sin género de duda, ¡y cómo no!, seguramente estaba saliendo del
Sagrario porque momentos después pasó cerca de mí.
Me ha sucedido, guiada por el sentimiento, conocer en cuál altar
se encuentra, esto en Iglesias a donde nunca había entrado; y en
otra que yo frecuentaba, acercarme al Sagrario y sentir tal vacío,
que no me daba cuenta de lo que pasaba hasta que me fijé, y habían
cambiado el Sagrado Depósito a otro altar. ¡Ah qué Jesús tan bueno
con esta miserable!
Muchas veces, en una ciudad desconocida,31 por las noches que iba
en tranvía, por multitud de calles, al experimentar yo ese
sentimiento o cosa en mi corazón que me avisa, varias ocasiones me
dijo una muy santa amiga32 que me acompañaba: "Vamos pasando por
tal o cual Templo". Me quedaba espantada y conmovida al ver los
favores [71] de Jesús, y lo adoraba con todo el afecto de mi pobre
alma.
Una ocasión sentía yo que estaba Jesús en un Sagrario 33 Que no era
el en donde por costumbre habitaba. Se me decía que no residía
ahí, y sin embargo mi interior me aseguraba que ahí se encontraba.
Por casualidad vino un Sacerdote34 y nos hizo a todos arrodillar
porque ahí se había quedado la Custodia. Esta vez sí, que no pude
contener las lágrimas, y apoyada mi frente por detrás del
Tabernáculo sentí una delicia incomparable y desahogué ahí tan
cerquita, en los oídos de Jesús, este corazón todo suyo.
Otra vez por el contrario, estaba encendida la lámpara en el
altar: creían los que me acompañaban que estaba ahí, y mi corazón

    ? "Todo esto es de Dios." Con letra del Padre Mir.


30

    ? No se sabe qué ciudad sería, tal vez haya sido en México.
31

    ? Tampoco
32
se sabe quién haya sido la amiga a quien se
refiere.

    ? "En la Colegiata." Con letra del Padre Mir.


33

    ? Anónimo.
34
me decía que no. Hice por desengañarme y preguntamos al Sacristán35
quien afirmó mi pensamiento. No estaba ahí Jesús. Por supuesto que
todo esto que por mí pasaba, nadie lo entendía.
Estas cosas que han venido sucediéndose, producen en mi alma un
sentimiento de vergüenza, [72] anonadamiento, de gratitud sin
límites.
Hay sin embargo momentos que me causa esto tal gusto que me da
miedo caer en vanidad. Me propongo a veces no pensar más en ello,
pero luego se me presentan las ocasiones, y una nueva experiencia
a mi favor vuelve a traer a mi alma singular placer. Sin embargo
algunas veces me equivoco, y me alegro que Dios lo permita para
humillarme, pero con frecuencia me pasas lo contrario.
En la comunión, siento clarísimamente que se acerca Jesús... que
llega cubriéndose, bajándose, escondiéndose, para no deslumbrarme.
¡Ay padre!36 No puedo menos de conmoverme al llegar a este punto.
¡Amo tanto a esa Sagrada Eucaristía... me ha traído tantos
bienes...! ¡Ella es mi sostén, mi alimento, mi vida, mi fortaleza!
Dejaría de existir sin ese sagrado alimento... Es una necesidad
indispensable para mi paso por la tierra, para mi arribo para el
cielo.
¡Oh Jesús y cuánto te quiero en el Sacramento de tu amor. Ahí está
mi lugar cerquita de ti; y [73] la noche que no voy a visitarte,
que tú no calientas esta pobre alma, se encuentra débil, fría,
abatida y triste... Me encanta cuando todos se alejan, acercarme
yo al solitario Jesús... desahogar ahí mi corazón... pedirle
tantas cosas, y escucharlo... ¡Ah sí!, escucharlo... ¡y cuántas
cosas dice ahí al alma, el Corazón de Jesús abrasado de amor por
nosotros, ingratos, egoístas y miserables!
Al recibirlo en la Sagrada Comunión siento que en lugar de entrar
Él en mí, yo me introduzco en Él, en un mar infinito de
perfecciones, de luz, en un bienestar inexplicable.
Una vez, como en un sueño, entendí este misterio: Vi con toda
claridad cómo Jesús estaba entero y verdadero dentro de la hostia.
Esto servía (para comprenderlo mejor) como el cristal de un
anteojo, que aunque pequeño, al asomarse por ahí abarcaba
extensiones inmensas; así en la forma; ahí dentro se encontraba
Jesucristo entero con todos sus atributos como Dios y su majestad
infinita. Su Sagrada Humanidad glorificada y de tamaño natural; su
Divinidad [74] no la entendí. Esto es inexplicable, pero yo vi
estas cosas no sé cómo, quedándome grabada en la memoria y en el
corazón esta impresión, haciéndome imposible la duda.
[75] hoja en blanco
[76] hoja en blanco

    ? Anónimo.
35

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


36
[77] (Cuenta de conciencia - Vida privada)
Muy seguido he sentido estos días aquel vientecito37 tan agradable
y he notado que no tan sólo me envuelve, sino que me penetra, me
cala exterior e interiormente, produciendo el efecto de un
desfallecimiento suavísimo. 38
A veces aquel sentimiento divino es tan vehemente y tan interior,
que como un horno sin respiradero, quiere estallar, y sólo
descansa el corazón pronunciando jaculatorias que le sirven de
alivio, al mismo tiempo que de combustible. ¿Qué haré con esta
alma?
- Sin querer me arrastra la soledad, el retiro: quisiera un
silencio absoluto, y la peor mortificación en estos días consiste
para mí, en el trato con las gentes, en las obligaciones de la
casa, y en ver con mucha luz este mundo tan inmundo. Con razón
conociendo a Dios es imposible que satisfagan las criaturas. ¡Oh
Dios mío, ¿hasta cuándo te poseeremos sin interrupción?, de veras
que el mundo es un destierro y el cuerpo es una cárcel...!
- Me siento sin querer, muy alto el corazón, padre,39 y tengo miedo
de caer: Voy cruzando por un [78] camino muy extraño. De repente
una emoción de ternura, sin más precedente, me hace llorar; luego
impulsos de ira, de soberbia, de vanidad y orgullo me invaden,
teniendo que estar siempre sobre sí, venciéndolos, aplastándolos,
pasando dolorosamente por encima de mí misma. He encontrado un
medio por el cual se dominan mucho y como que se ven corridas
estas miserias: aprovechar el primer momento oportuno para
humillarme, poniéndome en mal con todo el corazón; y si éste
tarda, ir a buscarlo y no descansar hasta encontrarlo.40 ¡Qué
magnífico remedio! Pero qué vida de luchas, padre,41 aún en esto
mismo tengo que buscar la calma, que no se inquiete el alma, que
no se alborote; es decir, combinar la energía con cierta dulzura:
esto es para mí muy difícil.42
- Se me han levantado estos días causas por todos lados,
injusticias, regaños, humillaciones por donde más puedan

    ? Ver en este mismo Tomo Pág. 82 párrafo 2.


37

    ? "En este desfallecimiento suavísimo puede estar el maligno


38

espíritu. Se necesitan otros efectos para conocer que sea de


Dios." Con letra del Padre Mir.

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


39

    ? Esto lo hacía con su marido y su familia política.


40

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


41

    ? Por temperamento era ardiente, viva, activa.


42
lastimarme.43 Sin embargo, Dios me ha dado fuerzas para que en
medio de mis lágrimas las abrace, las acepte, y a veces con
esfuerzo, (esa soy yo, le dé gracias porque me concede sufrir algo
por Él.
[79] La noche del 27 al 28 estando aún despierta y después de
sentirme tocada 44 varias ocasiones, por 3 veces o 4 me llenó aquel
sentimiento que no sé su nombre propio. Es como una corriente
eléctrica que va paralizando todo el cuerpo, y hace sufrir al alma
un tormento indecible. Parece que se la hace pasar por una parte
en donde no cabe, embotando sus facultades. Yo creo que así debe
ser la muerte, y las veces que esto he experimentado me viene este
pensamiento, y me encomiendo a Dios como puedo.
Creo muy fácil engañarme en este punto, porque con los mismos
efectos, digo muy parecidos, se me han presentado el espíritu
bueno para hacerme algún favor, y el malo para atormentarme.
Ahora creo que fue este último por el desasosiego que sentí; y
como podía mover la parte superior del espíritu, hice muchos actos
de amor, con lo que creo me dejaba un poco. 3 o 4 veces digo,
sentí estas como embestidas, pero comprendí que tenían cierto
límite y no podían pasar más allá, no sé por qué.
Tenía grande temor, pero ya cuando me levanté [80] a hacer mi
oración fue todo lo contrario, y sentía el espíritu con mucho
vigor y fortaleza. Esta ganancia sacó mi alma, y por esto hay
momentos en que dudo cuál de los dos espíritus sería. Sin embargo
con la luz que Dios me da me inclino siempre a creer que fue el
malo, la ganancia en el alma efecto de la lucha.45
Sentí también aquel vientecito de que he hablado a usted 46 pero no
el bienestar que produce sino un no sé qué de vacío y helado. 47
Entiendo que me quería engañar el diablo, y lo comprendí en
seguida: quería vengarse, porque hacía poco que le había ofrecido
a Dios un acto de vencimiento, pisando el más legítimo de los

    ? Su esposo tenía un carácter muy fuerte, cuando se enojaba,


43

la Sierva de Dios le pedía perdón de rodillas. También tenía mucho


que sufrir con su suegra y sus cuñadas que al principio no la
querían; ella aprovechaba todas las ocasiones para humillarse y
ponerse en mal.
(Un Apóstol de la Cruz, R.P. G. Treviño M. Sp. S.)

    ? Como ella misma lo dice en otra parte, el demonio la tocaba


44

así sensiblemente.

    ? "Están los dos espíritus que luchan con Ud." Con letra del
45

Padre Mir.

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


46

    ? "Es el diablo." Con letra del Padre Mir.


47
dolores.48
Tengo miedo, padre,49 y no quisiera ir por este camino pero me
llevan: 50 una fuerza sobrenatural me empuja y no puedo detenerme.
Me parece que Dios quiere que ande, por tanto tiempo como he
estado estancada. 51 Que me ilumine, que no lo ofenda jamás, que me
dé valor porque esto necesito mucho, y que nadie me quiera. 52 Esto
pídale usted53 porque tengo sed de ser despreciada, aplastada,
humillada, para ofrecer algo a ese Jesús que llena mi alma y a
quien tantos favores debo sin merecerlos.54
[81] Tentaciones frecuentísimas de vanidad.
La presencia del diablo, como a veces la siento, con certidumbre,
a mi lado repentinamente atemorizándome mucho, y tocándome, sobre
todo por la noche como estirando las cobijas, o donde toca
haciéndome sentir un peso dejando como pegado el contacto.
También en la Iglesia, y algunas veces entre el día. Creo que me
vale estar haciendo frecuentes actos de amor y entre el sueño casi
sin darme cuenta de ello.55
- Tengo constantemente el sentimiento muy alto de la tierra, como
en comunicación con un ser, que absorbe todos mis pensamientos,
actos y afectos; pero a veces vienen como oleadas que me arrastran

    ? Tal vez se refiera al vencimiento, heroico para su corazón


48

de madre, que hizo cuando murió el segundo de sus hijos, Carlos,


de 6 años. Como recuerdo de él había guardado un vestidito suyo.
Un día sintió que Jesús le pedía el sacrificio de desprenderse de
él y generosamente, ella, lo pisoteó primero, como si lo hiciera
con el recuerdo de su hijo; y después llamó a un niño pobre y ella
misma le puso el vestido.
(Autobiografía pág. 43)

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


49

    ? "Siga Ud. el camino porque Dios así lo quiere." Con letra
50

del Padre Mir.

    ? "Sí." Con letra del Padre Mir.


51

    ? "Sí." Con letra del Padre Mir.


52

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


53

    ? (Nota: "Todos los días y cuando pueda y en todas las obras
54

que haga") (con letra del Padre Mir).

    ? No le haga caso al diablo y procure, cuando lo sienta,


55

inclinar el pensamiento a Jesús amándole, y así le servirá de


despertador para amar más al dulce Jesús") (con letra del Padre
Mir).
el alma con más fuerza hacia aquel punto sin poder detenerla;
cuando vuelve, que no tarda mucho, siento vivísimas ansias de
estar sola, de ocultarme a todas las miradas y desahogarme [82]
con Jesús. "Dime qué quieres, Jesús", es el tema de estos
coloquios. También a veces siento que me llama como con necesidad
apremiante y tengo que dejar a las gentes y correr a la soledad.
Estos ímpetus van siendo más constantes, a la vez que más
intensos, pero cortos en duración.56 - Ha vuelto a mí un efecto muy
raro que otras veces he experimentado: De repente viene a mí, como
que me envuelve, pero que lo siento más en la cara, hasta
enfriarla, un airecito fresco, pero sumamente agradable y se mueve
mi corazón como quien sopla el fuego. También esto como oleadas
más o menos frecuentes, generalmente en el silencio de la noche.57
- Con luz desconocida veo más claro los defectos de las personas,
(como en libro abierto algunas veces) en sus palabras, a veces
buscando aplausos con disimulo, ya vanidad luego muy refinada que
ni ellas lo notan; mentiras, qué sé yo cuántas miserias. Esto me
trae muchos efectos, deseos de encomendarlas a Dios, de darle
gracias [83] porque me sostiene, de desprecio al mundo, de
lástima. Es grande sufrimiento, al ver cuánto ofendemos a Dios aún
en las cosas más ordinarias de la vida.58
- Otro sentimiento nuevo también en mi alma: sentir grande gozo
(sorprendiéndome yo misma) al saber que se habla mal de mí, que
choco, que fastidio...59 Como es esto tan sabroso, hoy deseo y
quisiera buscarlo, el ser humillada, arrastrada, aplastada; hago
mal seguramente, por el gusto sensible que en ello tal vez voy
buscando, y tuerzo el sentimiento que debía ser sólo por complacer
a Dios. Sin embargo también deseo sufrir por Él.60
- En las humillaciones que me han llovido estos días experimento
una fuerza sobrenatural que me sostiene; y aunque siento y me
duele, producen tal vigor en mi alma, que las abrazaré con gusto
por Jesús.61
- Se ha llenado mi voluntad de una energía desconocida en mí, tan

    ? (Nota: Todo esto de Dios. (Con letra del P. Mir).


56

    ? "Especifique más los efectos; porque por lo que está


57

escrito no se ve claro si es de Dios") (con letra del Padre Mir).

    ? "Con tranquilidad saque fruto de esta mirada de los


58

defectos ajenos, haciendo actos de reparación a Cristo") (con


letra del Padre Mir).

    ? Probablemente se refiere a su familia política.


59

    ? "Sí".) (con letra del P. Mir)


60

    ? "Sí, vivir hasta quedar desollada". (con letra del P. Mir).
61
débil siempre; hay que contrariarse, cada dos pasos al querer
hacer lo más perfecto:62 Que dominar la naturaleza, y hasta [84]
los sentimientos, las palabras y nuestros gustos, hasta en lo
espiritual muchas veces; pues bien, no soy yo: un secreto impulso
me empuja tan luego como la voluntad vence en el momento de lucha
que antecede a todos nuestros actos. Basta un instante, que yo
creo deja Dios a nuestro libre albedrío para merecer,63 y aún en
este instante, quien mueve estos resortes es Dios, ¿por su
gracia?64
- Muy claro siento también que cuando caigo, como muchas veces lo
hago, en las imperfecciones, luego se me esconde Dios, o se me
vela con más o menos densidad, causándome esto profunda pena.
Siento como que baja inmediatamente la temperatura del corazón, se
enfría dolorosamente, y tengo luego que arrojarme en sus brazos,
humillarme, decirle que por qué se extraña si esa soy yo, y
contentarlo.65 Después de todo esto, vuelve a tomar posesión de su
casa y yo a ser feliz. Esta palabra sienta muy bien: es muy
celoso;66 me da vergüenza decirlo porque me parece que yo valgo
algo,67 pero es la verdad, no quiere que criatura alguna se le
atraviese.68 Esto me indica que me [85](Vida privada)69 quiere muy
pura y desprendida de la tierra, y muy vigilante.70
- Me ha pasado esto algunas veces, delante del Santísimo expuesto:
Como con una luz sobrenatural siento clarísimamente dos yos, no
siendo sino una persona. Es decir, el cuerpo material como con los
sentidos quietos y el corazón palpitando con violencia, y aparte
el espíritu como más alto, en otra esfera, como unido al objeto a
que naturalmente tiende, a Jesús Eucaristía y desde aquella
altura, contemplar la materia con lástima de que ella también no

    ? "Sí" (con letra del P. Mir).


62

    ? "Sí". (Con letra del P. Mir.)


63

    ? "Sí". (Con letra del P. Mir).


64

    ? "Sí". (Con letra del P. Mir).


65

    ? "Sí". (Con letra del P. Mir).


66

    ? "Nada vale; pero si así le place a Dios tratarla a Ud."


67

(con letra del Padre Mir)

    ? "Así es: celosísimo de Ud." (Con letra del P. Mir)


68

    ? Ver nota 7 pág. 51 de este mismo tomo.


69

    ? "De veras, todavía más de lo que conoce". (Con letra del P.
70

Mir).
lo acompañe, puesto que le está ayudando también a amar. No puedo
explicarlo de otro modo. ¿Es cierto este sentimiento?71
- He notado en mi alma, ya que voy diciendo aquí todo, que ha
subido de punto a un grado sumo, como aquilatándose mucho, el
ansia de la pureza, poniendo muy delicado el corazón a cualquiera
palabra o sombra [86] que sobre el particular toque, y esto
naturalmente ha centuplicado un sacrificio inmenso, un grande
martirio que rechaza todo mi ser, pero que acepto por ser voluntad
de Dios.72
- Con la fuerza que hace a veces el corazón durante la oración,
siento como desvanecimientos en la cabeza. Este efecto lo creo
natural, puesto que la materia tan débil, debe sin duda resentirse
de las operaciones del espíritu.73
- Hay días que absolutamente, no puedo rezar vocalmente sin
esfuerzo:74 Luego se me quiere ir el alma más alto, y me da
escrúpulo dejar del todo o comenzadas las oraciones, o el Rosario,
etc., etc. De la Misa, yo sé que debo soltar el alma sin ponerle
obstáculos, y hace mucho tiempo que ni abro el libro. Ahí más que
en los otros actos de devoción me siento embargada, no sé cómo, ni
puedo explicarlo. Una atracción divina que [87] no está en mi
mano, me arrastra hacia el altar sobre todo durante la
Consagración.
Siento unas veces con más viveza que otras, la presencia real de
Jesucristo de una manera que me sería imposible dudarlo, y veo
aparte la fe, y separado el otro sentimiento. Otra vez me
extenderé más sobre esto porque ya no tengo tiempo.
[88] hoja en blanco
[89] - Grande fervor y levantamiento del alma: está sólo
satisfecha en la soledad, comunicándose con su Jesús. Cuánto me
cansan las gentes con sus conversaciones del mundo, y siento un
vacío muy grande descansando sólo en el aislamiento.75 - Sufro de
una manera muy especial, nueva, al presenciar conversaciones en
que se ofende a Dios con mucha tranquilidad, y me he escandalizado
al oír a personas piadosas quitar honras. Esto me puede en el
alma, y quisiera deshacerme en actos de reparación y tener mil
corazones para cubrir a Jesús y ponerle una atmósfera de amor, una

    ?"Sí y todo esto es de Dios". (Con letra del P. Mir).


71

    ? Se refiere al martirio que eran para ella las


72

obligaciones del matrimonio

    ?"Sí". (Con letra del Padre Mir)


73

    ?"No reza si no puede". (Con letra del Padre Mir).


74

    ?"Es de Dios". (Con letra del Padre Mir).


75
muralla impenetrable para que no le llegaran tantas ofensas.76
- Anoche estando muy recogida en mi oración, y después de rato,
sentí caer como del techo algo extraño, y luego la presencia de
alguien junto de mí, con entera certidumbre. Mucho susto me causó
pero continué con actos de amor, suplicando a Jesús que me
librara, pues conocí quién era. Con descaro se recargó en mí, y
sentí una impresión muy rara: [90] un ardor como quemada, no tan
fuerte, más bien como sinapismo en todo lo que me tocaba. ¿Cómo
puede ser esto padre,77 si es espíritu?78
Pero el fervor aumentaba, y tuve una noche muy feliz saboreando el
nombre dulcísimo de Jesús y en coloquios con Él. Cada rato me
tocaba el diablo y después se acostó junto de mí, no dejándome
mover de miedo y horror, que me causa mucho, padre, 79 y no se lo
puedo perder.80
- ¿Qué será esto nuevo en mí, padre? 81 De repente me vienen unos
deseos como necesidad precisa de pedir a Dios por tal o cual
persona:82 muchas veces por cualquiera gente que está en la Iglesia
o que entran, que ni siquiera conozco, y no descanso hasta
hacerlo.83 Pena a veces de que comulgue gente también que ni
conozco; ¿verdad que es el diablo por distraerme?84 ¿Por qué no me
fijo en mí que tengo tanto en qué pensar y dejo a los demás? ¿Será
ponerme vanidad? Sólo que muy secreta, porque esto nadie lo sabe.85

    ?"Es don de Dios". (Con letra del Padre Mir).


76

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


77

    ?"Lo que oyó caer tampoco era espíritu solo: sino que el
78

espíritu malo se puede envolver con algo material y así también


puede quemar". (con letra del Padre Mir).

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


79

    ?"Haga Ud. lo que pueda para perderle el miedo; pero de todos


80

modos Dios le dará a Ud. fuerzas y prosiga confiada en Cristo".


(con letra del Padre Mir).

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


81

    ?"Si tiene tiempo pida, con tal que no se inquiete y esté


82

tranquila y en paz". (Con letra del Padre Mir).

    ?"Hágalo pero en paz". (Con letra del Padre Mir).


83

    ?"Por esto sólo que Ud. dice no se puede conocer si es de


84

Dios o del diablo". (Con letra del Padre Mir).

    ?"Ore con tranquilidad para que Jesús sea glorificado. Al


85
[91] - Anoche me venció algo el miedo, y me castigó Dios, porque
al principio estuve muy fría en mi oración; después mucho fervor.
Como es cuando el diablo tiene que ver más conmigo, créame usted,
padre,86 que sufro aunque no le quiera hacer caso. Cuando concluí
mi oración (de la que generalmente quedo muy impresionada) y me
acosté, me pasó una cosa que nunca había sentido, la sensación
clarísima de que me sumieron no sé hasta dónde, sin poderlo yo
evitar, y repentinamente. ¿Cómo no me ha de causar esto espanto, a
mí tan cobarde?87
No puedo menos de repetir esto aquí: Creo cosa del diablo esa
intranquilidad en la Iglesia, que algunas veces me coge para pedir
por ciertas personas, al grado de venírseme las lágrimas sólo
porque me figuro que comulgan con pecado: hago por no ver y
recogerme, ¿qué me meto en sus conciencias? Quiso también,
seguramente por hacerme creer que valgo algo, que precisamente
hoy, al luchar con esos sentimientos, se me acercara una persona
desconocida88 y me dijera: "Una intención por esta [92] alma89
pecadora" la hice purificando la intención. Padre,90 ¿verdad que es
el diablo? No quiero tener vanidad. Miseria y nada más.
Seguramente porque quiero aplastarme, él me quiere levantar.
- Mucha luz llena ahora mi espíritu y descubro defectos en mí a
cada paso, que antes ni me imaginaba. Tengo que estar sobre mi
corazón; a cada instante vanidad muy oculta y hasta disfrazada,
envidias, soberbia, ¡cuánta miseria, Dios mío! Siento como muy
delicada la conciencia, y por decirlo así, percibo hasta el polvo
que empaña el alma. Creo padre,91 que Dios me da este conocimiento
porque me quiere muy limpia. A los actos multiplicados de vanidad,
les he puesto el contrapeso de actos continuados de humillación
propia. Soy tan miserable que tengo que hacer esfuerzo para torcer
las opiniones buenas que se tienen de mí; pero después, qué

intranquilizarse deja de orar". (Con letra del Padre Mir).

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


86

    ?"Apóyese fuertemente en Cristo. Como San Pedro que al irse a


87

ahogar, clamó y Cristo le asió del brazo". (Con letra del Padre
Mir).

    ? Anónima.
88

    ? Anónima.
89

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


90

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


91
delicioso sentimiento se difunde en mi pobre alma. Esto es sólo
pagar el tributo a la verdad y ponerme en mi puesto, ¿no es así?92
[93] Padre,93 ¿es esto ilusión, imaginación y engaño o realmente
existe este sentimiento de que me siento poseída?
Como que tengo atravesada la parte más delicada del espíritu. No
me atrevo a decir que es un estorbo o una cosa que lastima, pero
es así: produce un dolor sensible interior muy vivo, pero muy
agradable, dulce y suavísimo. Es una cosa, un escozor que no se
quita del alma, y mientras más se concentra uno dentro de sí con
más claridad lo percibe. ¿Cómo puede ser esto?, ¿molestia
deliciosa, dolor dulcísimo?94
¡Oh Jesús, y de qué diferentes modos te haces sentir!95
¿Por qué yo, padre,96 me hago la ilusión de creer que tengo herida
el alma?97 Esta es sin rodeos la palabra propia, según me parece.
No lo quiero pensar abiertamente, y sin embargo me estremezco de
alegría.98 Oh mi Jesús, si es así, que nunca se cierre, que jamás
se cicatrice, que se ahonde más y más.99
[94] Siento extraordinaria atracción hacia Jesús, sólo pensando en
Él soy feliz, sólo comunicándomele siento descanso: como que lo
tengo grabado dentro de mí, en lo más íntimo y a todas partes a
donde dirijo mis pasos está Jesús, mi vista Jesús, mi corazón
Jesús, Jesús... Me arrebatan su cruz, sus humillaciones, su
pureza...

    ?"Prosiga Ud. en la humildad, humillación, oprobios, etc.,


92

único camino seguro. Regla general para Ud. en el estado actual de


su ánima. Todo lo que le quita o tiende a quitar o disminuir la
paz es diabólico. Gran parte de este barullo de sentimientos
encontrados son del diablo. Humilde en sí lastrándose hasta el
abismo y mirada dulce, amorosa, fija, confiada en Cristo.
Cuélguese de Cristo y no tema". (Con letra del Padre Mir).

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


93

    ?"Pasa esto realmente en las almas aunque pocas veces y a


94

pocas". (Con letra del Padre Mir).

    ?"Innumerables". (Con letra del Padre Mir).


95

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


96

    ?"Sí". (Con letra del Padre Mir).


97

    ?"Dé gracias a Jesús y sea humilde: busque el ser pisoteada".


98

(Con letra del Padre Mir).

    ?"Depende del dador Jesús que le da libre, gratuitamente


99

cuando y a quien quiere". (Con letra del Padre Mir).


Me sangra el alma, padre,100 al figurarme la gloria que se le
quita, las almas que se pierden... quisiera no sé qué hacerme para
que todos lo amaran... no quiero consentir en que pueda haber,
¡ay!, quien lo aborrezca. ¡Oh padre!101 Usted me comprende... ¿qué
haré? ¿qué querrá Jesús de mí, que no sirvo para nada?
Me regañan, se molestan, me mandan que frecuente la sociedad, las
relaciones, el mundo102... Siempre me ha chocado esto, pero ahora,
padre,103 sólo por sacrificio puedo hacerlo; ¿qué me puede halagar
o satisfacer después de Jesús? Todo lo encuentro feo y
descolorido... lodo, oscuridad, cariños pequeñísimos, [95]
¡interesados, fríos...! ¡Oh Dios mío, Dios mío, ten piedad de mí!
No me subas tan alto, ¿no ves Señor, que soy pura miseria y entre
ella tengo que vivir? Ayúdame siquiera a cumplir con perfección
mis deberes, y después, por la noche, llévate el alma Jesús... Ah
Señor perdóname: hágase tu voluntad siempre y a todas horas sobre
mí.
Padre,104 dispénseme estos desahogos, pero no sé, se me va la pluma
sin sentirlo.
- ¿No es bueno tener la oración considerando los favores que ha
hecho Dios a nuestra alma y agradeciéndolos? Esta me viene con
frecuencia y sin querer, pues prefiero meditar en Jesús, en los
actos de su vida y sus virtudes. Me trae conocimiento propio y
mucha ternura para amar a Dios. Puede sin embargo, ocasionar
vanidad, ¿debo dejarla?
- Hoy domingo, acabando de comulgar, me vino un hermoso
pensamiento o más bien efectos de la comunión que aún me duran en
estos momentos haciéndome [96] sentir una dicha inefable.
Entró Jesús en mí... pero al sentirse tan oprimido se hinchó, se
extendió, por decirlo así, saliéndose por todos los poros del
cuerpo, y más y más y más, no sé hasta dónde... y envolviéndome, y
llenando de claridad un espacio que no puedo medir. Oh qué cosa
tan divina, no sé cómo entendí y sentí esto. Me sentí, padre, 105
cómo no! pequeñísima como en punto, y ya no Él dentro de mí,

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


100

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


101

    ? Al Sr. Armida le gustaba que su esposa vistiera


102

elegantemente y frecuentara el mundo; se disgustaba cuando veía


que ella no se adornaba ni gustaba de los paseos y amistades.
(Cfr. Autobiografía)

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


103

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


104

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


105
aunque también me llenaba, sino yo perdida en Él... Arriba, abajo,
y por todos lados Jesús, y en una atmósfera de Jesús... ¡Oh Dios
mío de mi alma, no puedo explicar más, pero usted106 me comprende!
Amemos mucho, sí padre,107 con todas nuestras fuerzas a ese Jesús
divino, en la Eucaristía.
¡Oh Jesús, Jesús, Jesús... no puedo decirte más ni sostener ya la
pluma de emoción!
[97] (Oración. Preguntas)108 Este sentimiento es nuevo. Se va
adormeciendo el cuerpo, y el alma queda en dulce quietud, amando.
Todas las potencias como detenidas con un dique, sin divagar, sin
pensar, quietas, suspendidas.109 Esto me pasa a veces, cada rato
entre la noche, y se empapa el alma de una dulzura indefinible; no
dura mucho, pero vuelve, y esto es diferente a aquel otro efecto
que paraliza por completo el cuerpo haciéndolo sufrir lo mismo que
al alma y que sólo penosamente se puede levantar el espíritu. En
este otro no; con facilidad suma, qué digo, si precisamente el
levantamiento tan irresistible del espíritu es el que produce la
quietud, según yo creo. ¿Qué hago, pongo resistencia?,110 aunque lo
creo inútil, ¿o dejo marchar el alma hasta donde la lleven?111
- Tengo sed vehementísima de penitencias, de sacrificios, de
humillaciones. No sé si será malo,112 pero al mismo tiempo que
quisiera ser arrastrada y tenida por lo que soy, nada, me vienen
unos ímpetus arrebatadores y quisiera valer por millones de almas
y ser mucho,113 [98] muchísimo sólo para sacrificárselo a Jesús.
¿Qué es Señor, una pobre basura para lo que Tú mereces, para lo
que yo quisiera ofrecerte, para calmar el ardor de tu gloria que
me consume...? Es tanto, padre,114 lo que yo quisiera dar a Jesús,
que si se pudiera y usted115 me lo permitiera, le pediría

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


106

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


107

    ? Ver nota 7 pág. 51 de este mismo Tomo.


108

    ?"Es gracia contemplativa infusa". (Con letra del Padre Mir).


109

    ?"No". (con letra del Padre Mir)


110

    ?"Que marche". (Con letra del Padre Mir).


111

    ?"No es malo". (Con letra del Padre Mir)


112

    ?"En Cristo". (Con letra del Padre Mir)


113

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


114

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


115
condenarme yo, si por este medio se salvara otra alma que le diera
más gloria que yo... Tal vez no sé lo que digo, pero digo lo que
siento. ¿Qué me contesta usted116 a esto?117
Aquí sí que me sangra el alma de ver la indiferencia con que se ve
este punto capital de los intereses de Jesús por quienes no
debieran118
¡Oh Dios mío, Dios mío! ¿Por qué a mí esta pena que me despedaza;
yo qué puedo hacer, pedazo de mi vida, mi gloria, mi primor, mi
Jesús idolatrado? ¡Ay si me fuera posible mover los corazones, si
mi sangre toda pudiera valer algo!119
He caminado muy tranquila estos días; como que naturalmente he
pasado sobre mí humillándome bastante, porque me han llovido [99]
las ocasiones120 y la pureza de intención en todo me ha librado de
inquietudes.121 Tengo miedo, susto, pena de no encontrar las
faltas; a pesar de ver lo más perfecto, lo he seguido sin vacilar
contrariando, claro está, a la voluntad que siempre tiende a
complacer al amor propio. Parece otra nueva faz de mi espíritu por
donde lo siento entrar si no me engaño.122 Padre.123 ¿Qué es esto, a
dónde voy a dar?124 Dios mío, si no sé lo que me pasa... 125 No soy
yo, bien lo siento, pero lo cierto es que me llevan en unos
brazos, ¿diré desconocidos?126 No me atrevo, pero que una fuerza
invencible me empuja, me arrastra y me sube no sé hasta dónde, es
    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.
116

    ?"Si el fin de condenarse es justamente para la gloria de


117

Cristo, es bueno y santo, aunque se me resiste el que le pida, si


bien sé que Jesús no se lo concederá porque por esto le concede
tantas gracias para salvarla con perfección". (Con letra del Padre
Mir).

    ?"Tiene razón". (Con letra del Padre Mir).


118

    ?"Unámonos a Cristo y hagámoslo todo por Cristo y salvar


119

almas". (Con letra del Padre Mir)

    ?"Magnífico". (Con letra del Padre Mir)


120

    ?"Así debe ser". (Con letra del Padre Mir).


121

    ?"Sí es otra faz". (Con letra del Padre Mir).


122

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


123

    ?"A Cristo". (Con letra del Padre Mir).


124

    ?"No importa, siga". (Con letra del Padre Mir).


125

    ?"Son los brazos de Jesús". (Con letra del Padre Mir).


126
la verdad.127
¡Oh mi Dios!, ¿y quién comprenderá tus caminos, tu bondad sin
límites, el imperio que sobre el alma ejerces?128 En estos
momentos, siento, padre,129 no sé si será vanidad, como que se
refleja Jesús, en un cristal muy terso, en un lago muy tranquilo
profundizándolo no sé hasta dónde, y teniendo en sus purísimas
manos todos los resortes de esta alma.130 Me da vergüenza decir
estas cosas, pero es la verdad y nada más son para usted131
[100] - Anoche estaría cerca de 1 hora y media en mi oración;
¡cómo se pasa el tiempo con Jesús, casi sin sentir, y no puedo
explicar lo que por mi corazón pasa a su lado en esta oración!
Después que me acosté, entre dormida y despierta voy oyendo un
canto tan precioso que me llenó de admiración: no era una que otra
nota brillante, melodiosa, sino que era una cascada de notas
hermosísimas y jamás imaginadas; yo no veía nada, pero escuchaba
sin entender más que una palabra que retuve en la memoria y ahora
no puedo precisar. Me parece que era "Cristo". A pesar de la
emoción que experimentaba casi despierta, yo creí que sería sueño,
pero una sacudida de esas del alma que no dejan duda porque llevan
a Dios, me indicó que esto venía de más alto. Todavía me parece
que vibran en mis oídos aquella cadencia encantadora.132

    ?"Adelante". (Con letra del Padre Mir).


127

    ?"Sólo el alma humilde. Dios revela


128
estas cosas a los
pequeñuelos". (Con letra del Padre Mir).

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


129

    ?"Esto es de Dios". (Con letra del Padre Mir).


130

    ? P. Alberto Mir Cuscó, S.J.


131

    ?"Esto es de Dios". (Con letra del Padre Mir).


132

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