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7.MIRANDO AL ORIENTE
(Islam, China, del siglo II al XIII)
La religión de los musulmanes fue mas estricta,
prohibiendo de manera absoluta las imágenes.
Pero al arte no se le suprime tan fácilmente, y los
artista de Oriente, dejaron correr su imaginación en
formas decorativas y lineales, creando la más sutil
ornamentación de tracería: el arabesco.
La riqueza de las gamas cromáticas utilizadas por los
musulmanes, propulso el alejamiento del artista del
mundo real, para adentrarse al mundo de las líneas y
los colores. Sectas musulmanas posteriores, fueron
menos estrictas en la representación de las imágenes y
permitieron la representación de figuras, mientras no
tuvieran ninguna significación religiosa.
La intromisión de la religión en el arte fue aún mayor en
China, los cuales fueron muy expertos en el arte de
fundir el bronce desde épocas muy remotas.
En los siglos posteriores y anteriores al Cristo, los chinos
adoptaron costumbres funerarias semejantes a las de
los egipcios, existiendo en sus cámaras mortuorias,
como en las de estos últimos, cierto número de escenas
que reflejan la vida y los usos de aquellos lejanos días.
Los artistas chinos no eran tan aficionados como los
egipcios a las formas angulares rígidas, prefiriendo las
curvas sinuosas.
Lo mismo podemos observar en la escultura china, que
parece girar y entrelazarse, sin, no obstante, perder su
solidez y su firmeza. Algunos de los más importantes
maestros chinos parecen haber tenido un criterio
acerca del valor del arte análogo al sostenido por el
papa Gregorio el Grande. Consideraban el arte como un
medio para recordar al pueblo los grandes ejemplos de
la virtud de las edades doradas del pasado.
El artista chino dominaba ya el difícil arte de
representar el movimiento. No hay nada rígido en las
obras de la china primitiva, porque la predilección por
las líneas onduladas ofrece un sentido de movimiento a
toda esta pintura.
El impulso más importante que recibió el arte chino
vino por parte del budismo, ya que este influyó sobre el
arte chino, introduciendo nuevas tareas al artista.
Los chinos fueron los primeros que no consideraron el
arte de pintar como una tarea servil, sino que situaron
al pintor al mismo nivel que al inspirado poeta.
El arte chino llegó a ser empleado para la ayuda de la
práctica de la meditación, ese es el propósito que anima
los más excelentes paisajes chinos de los siglos XII y XIII.
11.CORTESANOS Y BURGUESES.
(El siglo XIV)
El siglo XIII fue el siglo de las grandes catedrales, en las
que intervinieron casi todas las ramas del arte. A
mediados del siglo XII, cuando empezó a desarrollarse
el estilo gótico, Europa era todavía un continente de
labradores poco poblado, con monasterios y castillos
feudales como centros principales de poder y cultura.
Podemos decir que el gusto del siglo XIV tendió más a lo
refinado que a lo grandioso. En Inglaterra distinguimos
el estilo gótico puro de las primeras catedrales, que es
conocido como primitivo inglés, del desarrollo posterior
de esas formas denominado estilo ornamental. Ahora
los arquitectos góticos prefieren exhibir su habilidad
por medio de la ornamentación y las tracerías
complicadas.
La erección de iglesias ya no constituía la principal tarea
de los arquitectos. En las ciudades que crecían y
prosperaban tenía que plantearse muchos edificios
particulares o profanos, como casas consistoriales,
gremiales, colegios, palacios, puentes y puertas de
acceso a la ciudad. Uno de los palacios más famosos de
esta época es el Palacio Ducal de Venecia.
Las obras escultóricas más características del siglo XIV
no son quizá las ejecutadas en piedra, sino mas bien las
de escaso tamaño en metal o marfil, en cuya creación
sobresalieron los artistas de entonces.
Estas obras no eran destinadas al culto público, sino
que se acostumbraba a instalarse en los oratorios de los
palacios para el culto.
En esta época, el método de expresar el tema sigue
careciendo de realidad. El artista aún no conocía el
descubrimiento de Giotto acerca de cómo debía ser
tratada una escena para hacerla vivir.
Solo en el transcurso del siglo XIV empezaron a fundirse
gradualmente los dos elementos de este arte: la
representación graciosa y la observación fidedigna.
En Florencia, el arte de Giotto cambió totalmente la
idea de la pintura, sus ideas influyeron en los países de
más allá de los Alpes.
Los pintores sieneses no habían roto con la tradición
bizantina de modo tan tajante y revolucionario como
Giotto en Florencia. Su gran maestro de la generación
de Giotto, Duccio, trató de infundir la nueva vida a las
viejas formas bizantinas en lugar de dejarlas de lado en
su totalidad.
Los pintores aprendieron de la tradición medieval este
arte de situar los personajes dentro de una estructura.
En esta época una de las grandes innovaciones del arte
fue el retrato tal y como lo conocemos hoy. Los artistas
se contentaban con servirse de figuras convencionales
de hombres o de mujer y con escribir sobre ellos los
nombres de las personas que se proponían representar.
Peter Parler, el joven que, con toda probabilidad, es el
primer autorretrato verdadero de un artista que
conocemos.
Bohemia se convirtió en uno de los centros a través de
los cuales se expandió más ampliamente este influjo de
Italia y Francia.
Las ideas y los artistas viajaban de un centro a otro, y
nadie rechazaba un producto cualquiera porque fuera
èxtranjero´.
El estilo que se desarrollo de este mutuo intercambio
hacia finales del siglo XIV es conocido entre los
historiadores con el nombre de estilo internacional.
Tal vez algo de la antigua actitud mágica respecto a las
imágenes sobrevivía aún en la costumbre de los
retratos de donantes para evidenciarnos la tenacidad
de estas creencias que hemos hallado en la propia cuna
del arte.
Puede observarse fácilmente que el arte del Diptico de
Wilton se halla en relación con las obras de que hemos
tratado anteriormente, compartiendo con ellas el gusto
por las líneas suaves y los temas exquisitos y delicados.
Los artistas del estilo internacional hicieron uso de la
misma fuerza de observación y de la misma
complacencia por las cosas bellas y delicadas en la
representación gráfica del mundo que tenían a su
alrededor. Fue costumbre en el medievo ilustrar
calendarios con pinturas. Un calendario perteneciente a
un libro de oraciones, encargado por un rico duque
borgoñon al taller de los hermanos de Limburgo,
muestra cuánto habían ganado estas pinturas de la vida
real en observación y naturalismo.
13.TRADICION E INNOVACION, I
(Segunda mitad del siglo XV en Italia)
Los nuevos descubrimientos realizados por los artistas
italianos y flamencos en la primera mitad del siglo XV
crearon gran agitación en toda Europa.
Pintores quedaron fascinados por la idea de que el arte
no sólo podía servir para plasmar temas sagrados, sino
también para reflejar un fragmento del mundo real.
Este espíritu de aventura que sostuvo el arte en el siglo
XV señala la verdadera ruptura con el medievo.
Es en esta época donde los artesanos y todos los
trabajadores, se organizaron en gremios que, en
muchos aspectos eran semejantes a nuestros
sindicatos. Misión suya era vigilar por los privilegios y
derechos de sus miembros y asegurar un buen mercado
para sus producciones.
Estos gremios y corporaciones eran por lo general
organizaciones ricas que poseían voz y voto en el
gobierno de la ciudad.
Es en el siglo XV cuando el arte se disgregó en una serie
de escuelas distintas; casi cada ciudad grande o
pequeña en Italia, Flandes y Alemania tuvo su propia
escuela de pintura.
Por entonces no existían escuelas de arte como tal, si
un muchacho quería ser pintor, su padre le colocaría
como ayudante de pintor para que comenzase a tomar
contacto.
Estas escuelas de pintura desarrollaron su propia
pintura.
De esta época encontramos al gran arquitecto
florentino, Leon Battista Alberti (1404-1472). Este
arquitecto se enfrentó con un gran problema que era el
de hallar un compromiso, una conciliación entre la casa
tradicional, con paredes y ventanas, y la forma clásica,
que Brunelleschi había enseñado a los arquitectos a
usar. Fue Alberti quien encontró la solución que ha
seguido influyendo hasta nuestros días. Se sirvió de
formas clásicas para decorar algunas fachadas.
En lugar de construir columnas o semicolumnas, cubrió
la casa con una red de pilastras y entablamientos que
sugieren un orden clásico, sin variar la estructura del
edificio.
Alberti no hico más que traducir un diseño gótico a unas
formas clásicas, suavizando el arco apuntado y
utilizando los elementos del orden clásico en un
contexto tradicional.
Los pintores y escultores florentinos del siglo XV,
también se hallaron con frecuencia en la situación en la
que tenía que adaptar el nuevo proyecto a una
tradición antigua. La mezcla entre lo nuevo y lo viejo,
entre tradiciones góticas y formas modernas, es
característica de muchos de los maestros de mediados
del siglo.
Lorenzo Ghiberti (1378-1455), procuro mantenerse en
un contenido lúcido, en sus obras no nos proporciona
una idea del espacio real, como se propuso Donatello.
Prefiere ofrecernos tan solo una alusión a la
profundidad, dejando que las figuras principales se
destaquen contra un fondo neutral.
El pintor Fran Angélico, de Fiésole, junto a Florencia
(1387-1455). Aplicó los nuevos métodos de Masaccio
principalmente con objeto de expresar las ideas
tradicionales del arte religioso. Pinto una escena sacra
en cada una de sus celdas y al final de cada corredor, y
cuando se pasea de una a otra en la quietud del viejo
edificio se experimenta algo del espíritu en el que
fueron concebidas esas obras.
En su pintura apenas hay movimiento o sugestión de
sólidos cuerpos reales.
Otro pintor florentino es; Paolo Uccello (1397-1475) .
Este pintor se hallaba fascinado por las nuevas
posibilidades de su arte que hizo cuanto pudo porque
sus figuras se recortasen en el espacio como si hubieran
sido talladas más que pintadas. Fue un apasionado de la
perspectiva tal y como cuentan sus amigos, y en sus
obras el estudio y la aplicación de estas es más que
sobresaliente.
Si que es cierto, que todavía no había aprendido a
emplear los efectos de la luz, la sombra y el aire para
suavizar los duros perfiles de una reproducción
estrictamente en perspectiva.
Entre tanto, otros pintores, instalados en ciudades al
norte y al sur de Florencia, asimilaron el mensaje del
nuevo arte de Donatello y Masaccio, y tal vez lo
aprovecharon más que los florentinos. Allí estaba
Andrea Mantegna (1431-1506) , quien trabajo en un
principio en la famosa ciudad universitaria de Padua.
Trato de imaginar con toda claridad como debían de ser
las escenas. Mantegna, empleo la perspectiva más bien
para crear un escenario sobre el que las figuras parecen
estar y moverse como seres sólidos y tangibles. Las
figuras las distribuye como un diestro director de
escena, para que reflejen la significación del momento y
el curso de un episodio.
Antonio Pollaiuolo (1432-1498) , este artista trato de
resolver un nuevo problema, haciendo un cuadro a la
par de correcto de dibujo y armónico de composición.
Puede que sus obras no sean muy atractivas, pero
muestran con claridad cuán deliberadamente los
artistas florentinos trataron de resolver esta dificultad.
En sus obras vemos también que aplico el nuevo arte de
la perspectiva sobre algunos paisajes del fondo.
Entre los artistas florentinos de la segunda mitad del
siglo XV, encontramos al pintor Sandro Botticelli (1446-
1510). Botiticelli triunfa allí donde fracasan otros
artistas. Algunos de sus cuadros son perfectamente
armónicos.
Recordemos que en el arte italiano existieron varios
acontecimientos que han podido ser descritos como el
principio de una nueva época; los descubrimientos de
Giotto, hacia 1300; los de Brunelleschi, hacia 1400. Pero
tal vez más importante aún que todas esas revoluciones
en los métodos fue un cambio gradual que sobrevino en
el arte en el transcurso de dos siglos.
14.TRADICION E INNOVACION, II
(El siglo XV en el norte)
Hemos visto que el siglo XV trajo un cambio decisivo en
la historia del arte porque los descubrimientos e
innovaciones de la generación de Brunelleschi en
Florencia elevaron el arte italiano a un nuevo plano,
separándolo de su desarrollo en el resto de Europa.
Brunelleschi puso fin al estilo gótico en Florencia
introduciendo el método renacentista de usar motivos
clásicos para sus edificios.
A lo largo del siglo XV, algunos artistas prosiguieron
desarrollando el estilo gótico de la centuria precedente;
pero, aunque las formas de esos edificios incluyesen tan
típicos elementos de la arquitectura gótica como arcos
apuntados y arbotantes, el gusto de la época había
cambiado.
En el siglo XV, la afición a la tracería complicada y la
fantástica ornamentación iría aún más allá.
15.LA CONSECUCIÓN DE LA
ARMONÍA.
(Toscana y Roma, primera mitad del siglo XVI)
El inicio del siglo XVI, el Cinquecento, es el periodo más
famoso del arte italiano y uno de los más grandes de
todos los tiempos. Fue la época de Leonardo da Vinci y
Miguel Ángel, de Rafael y Ticiano, de Correggio y
Goirgione, de Durero y Holben en el norte, y de otros
muchos célebres. Todos estos grandes maestros
nacieron en la misma época.
El artista era ahora un maestro por derecho propio, que
no podía alcanzar fama sin explorar los misterios de la
naturaleza y sondear las secretas leyes que rigen el
universo. Era natural que los artistas de esta época
sintieran agravio en cuanto a su condición social. Esta
era aún la misma que en tiempos de la antigua Grecia,
cuando los esnobs podían aceptar a un poeta que
trabajara con su inspiración, pero nunca aceptando un
encargo de uno de estos. Llegó a suceder que el artista
podía frecuentemente elegir la clase de encargo que le
gustaba y ya no necesitaba acomodar sus obras a los
deseos de los clientes. De cualquier modo, esto produjo
una liberación de energía por parte del artista.
En ninguna esfera fue tan señalado este cambio como
en el de la arquitectura. El arquitecto tenía que conocer
las reglas de los antiguos ordenes, de las proporciones y
medidas exactas de las columnas y entablamientos
dóricos, jónicos y corintios. Tenía que medir las ruinas
antiguas, y escudriñar en los manuscritos de los
escritores clásicos, como Vitrubio, quien había
codificado las normas de los arquitectos griegos y
romanos, y cuyas obras contenían muchos pasajes
difíciles.
En ningún otro dominio se puso tan de manifiesto este
conflicto, entre los artistas y los clientes.
Los arquitectos aspiraban a una regularidad y una
simetría perfectas, que no podían conseguir si tenían
que ceñirse a las exigencias utilitarias de un edificio
correcto.
La decisión del papa Julio II, en 1506, de demoler la
venerable basílica de san Pedro, para construir una que
desafiase las antiguas tradiciones arquitectónicas. El
hombre a quien confió esta tarea fue, Donato Bramante
(1444-1514), un apasionado del nuevo estilo.
El plan de Bramante para la basílica de san Pedro no
estaba destinado a realizarse, ya que el enorme edificio
devoraba tanto dinero que, al tratar de reunir los
fondos suficientes, el Papa precipito la crisis que trajo la
Reforma. Incluso en el seno de la iglesia, creció la
oposición contra el plan de Bramante. La idea de una
iglesia circular de Bramante, termino siendo
abandonada.
Los artistas del periodo del alto renacimiento, no tenían
imposibles a la hora de imaginar y de mejorar lo ya
existente.
Una vez más fue Florencia la que vio nacer alguna de las
mentes más rectoras de la gran época.
Leonardo da Vinci (1452-1519) , el primero de esos
famosos maestros nació en una aldea toscana. Fue
aprendiz del pintor y escultor Andrea del Verrocchio
(1435-1488).
Leonardo aprendió en el estudio de modelos vestidos y
desnudos, estudio las plantas y los animales curiosos
para introducirlos en sus cuadros. Leonardo no confiaba
más que en lo que examinaba con sus propios ojos. No
existía nada en la naturaleza que no despertarse su
curiosidad y desafiara su inventiva.
Exploró los secretos del cuerpo humano haciendo más
de 30 disecciones de cadáveres. Fue uno de los
primeros en sondear el desarrollo del niño en el seno de
la madre, investigo las leyes del oleaje y de las
corrientes marinas, y paso años estudiando el vuelo de
los animales e insectos.
Las formas e las peñas y de las nubes, las
modificaciones producidas por la atmósfera sobre el
color de los objetos distantes, las leyes que gobiernan
el crecimiento de los árboles y de las plantas, la
armonía de los sonidos…
Leonardo era zurdo y cuido de escribir de derecha a
izquierda, de modo que sus notas solo pueden leerse
con mediación de un espejo.
En sus escritos hallamos estas cinco palabras; El sol no
se mueve., que revelan que Leonardo se anticipó, a las
teorías de Copérnico que, posteriormente, pusieron en
un compromiso a Galileo.
Leonardo declaraba insistentemente que él era quien
tenía que decidir cuando estaba concluida la obra, por
ello, muchas de sus obras están incompletas.
Se trasladaba incesantemente entre Florencia y Roma, y
finalmente murió en Francia en 1519, más admirado
que comprendido.
El segundo gran artista florentino fue Miguel Ángel
Buonarroti (1475-1564). Este artista fue testigo de un
cambio respecto a la situación del artista. Hasta cierto
punto él fue quien generó este cambio. Inicio su
aprendizaje, que duraría 3 años, en el activo taller de
uno de los principales maestros de Florencia de finales
del Quattrocento, el pintor Domenico Ghirlandaio
(1449-1494).
Miguel Ángel estudio los grandes maestros del pasado,
Giotto, Masaccio, Donatello, y de los escultores griegos
y romanos. Este artista se esforzó en estudiar la
anatomía del cuerpo humano. A los 30 años era uno de
los maestros más reconocidos de la época, siendo
equiparado su estilo al del genio Leonardo.
La ciudad de Florencia le honro encargándole a él, a la
par qué a Leonardo, la pintura de un episodio de la
historia florentina sobre una pared de la sala de juntas
principal del ayuntamiento. Un momento de gran
intensidad que dos genios como estos, se fueran a
juntar. Desgraciadamente nunca se llegarían a concluir
las obras.
El papa le hico aceptar un encargo, había una capilla en
el vaticano que, mandaba construir por Sixto IV, tenía el
nombre de Capilla Sixtina. Las paredes de esta capilla
habían sido decoradas por los pintores más famosos de
la generación anterior, pero la bóveda estaba vacía.
Dado que el papa insistía, empezó a realizar un
modesto boceto de doce apóstoles… pero de pronto se
encerró en la capilla, no dejo que nadie se le acercara y
se puso a trabajar a solas en una obra que ha seguido,
en realidad, asombrando al mundo entero.
Es muy difícil imaginar cómo fue posible que un
humano realizara lo que Miguel Ángel creó en 4 años de
labor solitaria.
El pintor tuvo que tumbarse de espaldas y pintar
mirando hacia arriba. Llego a habituarse tanto a esta
forzada posición que hasta cuando recibía una carta
durante esta época tenía que ponérsela delante y echar
la cabeza hacía atrás para leerla.
Apenas había concluido su gran obra en la Capilla
Sixtina, en 1512, cuando se volvió a sus bloques de
mármol para proseguir con el mausoleo de Julio II. Se
propuso adornarlo con estatuas de cautivos y darles un
sentido simbólico. Miguel Ángel, trato siempre de
concebir figuras como si se hallaran contenidas ya en el
bloque de mármol.
Si este artista ya era famoso cuando Julio II le hizo ir a
Roma, su fama al terminar estas obras fue tal que jamás
gozo de otra semejante ningún artista.
16.LUZ Y COLOR
(Venecia y la Italia septentrional, primera mitad del
siglo XVI)
Debemos entender ahora a otro gran centro del arte
italiano, el primero en importancia después de
Florencia: la orgullosa y prospera ciudad de Venecia.
Esta, fue más lenta en aceptar el estilo del
renacimiento, la aplicación por Brunelleschi de formas
clásicas en los edificios. Uno de los edificios más
emblemáticos de este estilo es la Biblioteca de San
Marcos, el arquitecto que la construyo fue Jacopo
Sansovino (1486-1570).
Parece evidente que los pintores del medievo no se
preocuparon en mayor medida de la coloración
verdadera, de las cosas que de sus formas reales.
Gustaban de aplicar los colores más puros y preciosos,
siendo su combinación preferida la del otro refulgente
con el azul ultramar intenso. Los grandes reformadores
florentinos se interesaban por el dibujo. Fueron muy
pocos los que consideraron el color como medio mas
importante para conjugar dentro de un esquema
unificado de figuras y formas diversas de un cuadro.
Prefirieron conseguir esto mediante la perspectiva y la
composición antes de mojar sus pinceles en la pintura.
Giorgione Bellini perteneció a la misma generación de
Verrocchio, Ghirlondrio y Perugino, quienes fueron los
continuadores de los famosos maestros del
Cinquecento.
Giorgione (1478-1510), consiguió los resultados más
revolucionarios. Fue una de las grandes figuras del
nuevo movimiento. Lo sorprendente es que algunas de
estas obras tienen algo de acertijo. Este artista no
dibujaba aisladamente las cosas y los personajes para
distribuirlos después en el espacio, sino que consideró
la naturaleza, la tierra, los árboles, la luz, el aire, las
nubes y a los seres humanos con sus puentes y ciudades
como un conjunto.
Este fue un paso hacía delante y a partir de ahora, la
pintura habría de ser algo más que dibujo y color. Este
artista murió demasiado joven como para cosechar los
frutos de su descubrimiento, quien los recogió fue el
más famoso de todos los pintores venecianos: Ticiano
(1485-1576). Ticiano durante su vida llego alcanzar
tanta fama como la de Miguel Ángel. Sus primeros
biógrafos cuentan que era tan admirad y respetado,
que hasta el emperador Carlos V le hizo el honor de
recogerle del suelo un pincel que se le había caído.
Fue principalmente un pintor, cuyo manejo de los
colores igualaba a la maestría de Miguel Ángel en el
dibujo. Esta suprema potestad le permitía desdeñar
todas las reglas tradicionales de la composición,
contando con el color para restablecer la unidad que,
aparentemente, había roto.
Ticiano revivió la tradición de los retratos de donantes,
pero de un modo completamente nuevo.
Correggio (1489-1534); este artista explotó más aún
que Ticiano el descubrimiento según el cual la luz y el
color pueden ser empleados para contrabalancear las
formas y conducir nuestras miradas a lo largo de ciertas
líneas.
19.VISIÓN Y VISIONES
(La Europa católica, primera mitad del siglo XVII)
25.REVOLUCIÓN PERMANENTE.
(El siglo XIX)
Lo que he denominado la ruptura de la tradición, señala
por la época de la gran Revolución Francesa, hizo
cambiar totalmente la situación en que vivieron y
trabajaron los artistas.
La revolución industrial comenzó a destruir las propias
tradiciones del sólido quehacer artístico; la obra manual
dio paso a la producción maquinista; el taller, a la
fábrica.
Los resultados más inmediatos de este cambio se
hicieron visibles en arquitectura. La cantidad de
edificios construidos en el siglo XIX probablemente fue
mayor que la de todas las épocas anteriores juntas.
Fue la etapa de la gran expansión de las ciudades en
Europa y América, que convirtió campos enteros en
áreas de construcción. Pero esta época de actividad
ilimitada carecía de estilo propio. Las reglas de los libros
de consulta y de modelos, que tan admirablemente
habían cumplido su papel en la época anterior, fueron,
de ordinario, desdeñadas como demasiado sencillas y
no artísticas.
Las iglesias se construían más a menudo en estilo
gótico, porque este había sido el predominante en la
llamada época de la fe. Para los teatros y palacios de
ópera, el teatral estilo barroco es el que, con frecuencia
se consideraba el más adecuado.
Algunos arquitectos del siglo XIX consiguieron encontrar
un camino entre estas dos incómodas alternativas,
creando obras que no eran remedos de lo antiguo ni
caprichosas invenciones.
El sir Charles Barry (1795-1860), un experto en el estilo
Renacimiento. Sin embargo, se considero que las
libertades civiles inglesas descansaban sobre los
fundamentos del medievo, y que lo lógico y oportuno
era erigir la sede de la libertad inglesa en estilo gótico.
Barry decidiría la estructura y ordenamiento del
edificio, mientras Pugin cuidaría de la decoración de la
fachada y del interior. La silueta del edificio de Barry no
carece de cierta dignidad, y, vistos desde los barrios
próximos, los pormenores góticos conservan algo
todavía de su romántico atractivo.
En pintura y escultura, los convencionalismos
estilísticos desempeñaron un papel menos destacado,
lo que puede hacernos creer que la ruptura con la
tradición afectó en menor grado a estas artes.
Precisamente fue la sensación de seguridad lo que los
artistas perdieron en el siglo XIX. La ruptura con la
tradición había abierto un campo ilimitado para
escoger; en ellos estaba decidir si querían pintar
paisajes o dramáticas escenas del pasado, si querían
escoger temas de Milton o de los clásicos. Si querían
adoptar el severo estilo neoclásico de David o la
modalidad fantasmagórica de los maestros románticos.
Pero cuanto mayor se había hecho el campo para elegir,
menos fácil, se había vuelto el que los gustos del artista
coincidieran con los de su público.
El gusto del comprador se había fijado en un sentido; el
artista no se sentía conforme con él para poder
satisfacer la demanda. Si se veía obligado a atenderla
porque necesitaba dinero, sentía que había hecho
concesiones, y perdía en su propia estimación y en la de
los demás. Si decidía no seguir más que su voz interior y
rechazar cualquier encargo que no coincidiese con su
idea del arte, se hallaba deliberadamente en peligro de
morirse de hambre.
El recelo entre artista y público fue reciproco por lo
general.
Por primera vez, acaso, llegó a ser verdad que el arte
era un perfecto medio para expresar el sentir individual;
siempre, naturalmente, que el artista poseyera ese
sentir individual al que dar expresión. Consideran el
arte como un medio de expresión.
Es evidente que el artista de Egipto antiguo tuvo muy
pocas posibilidades de expresar su personalidad; las
reglas y convencionalismos de su estilo fueron tan
estrictas que tuvo muy poco campo para escoger.
27.ARTE EXPERIMENTAL.
(Primera mitad del siglo XX)