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VOZ DE MUJER:

Joe
(Ojos abiertos, tensión de nuevo)

Joe...
(Atención plena)

¿Has pensado en todo?... ¿No has olvidado nada?... Ya estás bien, ¿eh?...
Nadie puede verte ahora... Nadie puede alcanzarte...
¿Por qué no apagas esa luz?...
Podría estar vigilándote un piojo... ¿Por qué no te vas a la cama?...
¿Qué tiene de malo esa cama, Joe?... La has cambiado, ¿no?...
¿Notas alguna diferencia?...
¿O es tu corazón?... Se te viene abajo cuando te tumbas en la oscuridad...
Seco y podrido al fin... ¿Eh, Joe?

Primer movimiento de cámara

Lo mejor aún está por llegar, dijiste la última vez...


Mientras me ponía con prisa el abrigo...
El último que me regalaste... Dilo tú ahora, Joe, nadie te oirá...
Vamos, Joe, nadie puede decirlo como tú, dilo ahora otra vez y escúchate...
Lo mejor está por llegar... Por una vez tuviste razón... al final.

Segundo movimiento de cámara

Conoces ese infierno barato al que llamas tu cabeza...


De ahí es de donde crees que viene todo esto, ¿no?...
Ahí es donde oíste a tu padre... ¿No es eso lo que me dijiste?...
Empezó una noche de junio y se prolongó durante años... A intervalos...
Detrás de los ojos...
Así fue como pudiste estrangularlo por fin... Asesinato mental, dijiste...
Una de tus fantasías más felices... Asesinato mental...
De lo contrario todavía te estaría molestando...
Luego le llegó el turno a tu madre...
“Mira, Joe, mira, te estamos observando”...
Débil y más débil hasta que también acabaste con ella... Otros...
Todos los otros...
como el amor que te tuvo Dios quien sabe por qué... Amor compasivo...
No para tocarlo...
Y míralo ahora... Sofocando a la muerte en su cabeza.

Tercer movimiento de cámara

¿Alguien vivo te quiere todavía, Joe?...


¿Queda alguien vivo que se apiade de ti?...
A esa cerda que viene los sábados, le pagas, ¿no es así?...
Poco por vez, y el doble por todo el tiempo que desees...
Cuida de no quedarte solo, Joe... ¿Alguna vez pensaste en eso?... ¿Eh, Joe?...
¿Qué pasaría si te quedaras sin nosotros?... Ninguna alma más con la que...
Sentado ahí, envuelto en esa bata hedionda, escuchándose a sí mismo...
devoto de la vida eterna...
Cada vez más débil, hasta que no quede ni un jadeo...
¿Es eso lo que quieres?...
Bien conservado para su edad y para el silencio de la tumba...
Ese viejo paraíso sobre el que siempre insistías...
No, Joe... No para los que son como nosotros.
Cuarto movimiento de cámara

Yo también era fuerte cuando empecé... Contigo...


¿No es cierto, Joe?...
Fuerza normal... Como esas tardes de verano en el parque...
al principio... de nuestro idilio...
Cuando nos sentábamos a mirar los patos...
Cogidos de la mano, haciéndonos promesas...
¡Como admirabas mi forma de hablar!... Entre otros encantos...
Voz como de cristal...
Para decirlo con palabras tuyas... Qué dominio del lenguaje tenías...
De cristal...
La habrías escuchado eternamente... Y ahora esto... Reducida a esto...
¿Cuánto crees que puede durar aún?... Hasta el susurro... Ya sabes...
Cuando ya no puedes oír las palabras... Salvo alguna que otra...
Eso es lo peor... ¿No, Joe?...
No era eso lo que me decías... Antes de que expiremos...
Alguna que otra palabra...
Esforzándose para oírla...
¿Por qué haces eso?... ¿Por qué crees que debes hacer esto? Cuando ya casi has
llegado a casa... Qué más de entonces... Lo que queremos decir...
Debería ser lo mejor...
Ya casi de vuelta a casa otra vez... Otra calma... Y es lo peor...
¿No es eso lo que dijiste?...
El susurro... La palabra suelta... Esforzándose en oír...
Cerebro cansado de estrujar...
Al final se para... Al final te paras... Imagínate si no pudieras...
¿Has pensado en eso alguna vez?... Si eso continuara...
El susurro dentro de tu cabeza... Yo susurrándote dentro de tu cabeza...
Cosas que no llegas a captar... A intervalos... Hasta que vengas con nosotros...
¿Eh, Joe?

Quinto movimiento de cámara

¿Cómo anda tu Dios estos días?... ¿Vale la pena todavía?...


¿Todavía te domina?...
La pasión de Nuestro Joe... Espera a que Él empiece a hablarte...
Cuando hayas terminado contigo... Muertos todos tus muertos... S
entado ahí envuelto en tu vieja bata inmunda...
Tienes buena salud para un hombre de tu edad... Sólo ese bulto en la ingle...
Silencio de la tumba sin los gusanos... Para coronar tus esfuerzos...
Hasta que una noche... “Perdiste tu alma”... Apuesta a que son tus asesinos...
¿Eh, Joe?...
¿Has pensado en eso alguna vez?...
Cuando Él empiece contigo...
Cuando hayas terminado contigo mismo... Si es que terminas alguna vez.

Sexto movimiento de cámara

Sí, mi gran amor, Dios sabe por qué...


Hasta yo... pero encontré algo mejor...
Como espero que hayas sabido...
Preferible en todos los sentidos... Más bueno... Más fuerte...
Más inteligente... Con mejor aspecto... Más limpio...
Sincero... Fiel...
Cuerdo... Sí...
Me fue bien.
Séptimo movimiento de cámara

Pero hubo una que no...


Ya sabes a cuál me refiero, Joe... La de verde... La estrecha...
Siempre pálida... Ojos pálidos... Espíritu hecho luz...
Para decirlo con palabras tuyas... De qué manera se abrían después...
Única... ¿Aún estás aquí?... ¿Eh, Joe?...
Había amor para ti...
Aún falta lo mejor, decías... Mientras la envolvías con su abrigo verde...
sus dedos hurgando con los grandes botones de cuerno...
El billete para el primer vuelo de la mañana en el bolsillo...
La tuviste, ¿no es así?... ¿Te la tiraste?... Por supuesto que sí...
Se fue joven... No más labios viejos para ella

Octavo movimiento de cámara

¿Supiste alguna vez lo que había pasado?... ¿Ella no te dijo nada?...


Sólo el anuncio en un periódico...
“En el rosario de María le pedimos en caridad y en la santa misa”...
¿Te lo digo?... ¿No te interesa?... Bueno, te lo voy a decir de todas formas...
Creo que deberías saberlo... De acuerdo, Joe, aguanta...
No te desanimes ahora... Cuando ya casi has llegado a casa... Me iré pronto...
La última de todas... A menos que esa pobre zorra te quiera...
Entonces tú mismo... Esa vieja hoguera ... Años de ese hedor...
Luego el silencio... Un poquito de eso... Para coronarlo todo...
Hasta que el filo de su guadaña... Una sucia noche de invierno... “Polvo eres.”

Noveno movimiento de cámara

Está bien... Una cálida noche de verano... Todos durmiendo...


Sentada al borde de su cama con su batín lavanda... Ya sabes cuál es...
¡Ah, claro que te conozco bien, santo cielo!...
El débil ruido de mar por la ventana abierta...
Finalmente se levanta y se desliza como está... Luna... Tronco...
Por el jardín y bajo el viaducto... Ve por las algas que la marea sube...
Baja hasta la orilla y se acuesta con la cara hacia el mar...
No se puede resumir la historia...
Al final se levanta empapada y vuelve a casa... Saca la navaja...
La marca que le recomendaste para el vello...
Regresa al jardín y bajo el viaducto...
Saca la hoja y se tiende en la orilla de costado...
Tampoco esta historia se puede abreviar...
Sabes que siempre le tuvo miedo al dolor...
Arranca un trozo del batín y lo ata alrededor de la piel rasguñada...
Se levanta finalmente y regresa a casa...
El batín pegado a su piel como lo hace la seda mojada...
¿No sabías nada de todo esto, Joe?... ¿Eh, Joe?...
Por último ella coge las pastillas y otra vez por el jardín y bajo el
viaducto...
Se toma unas cuantas por el camino... Tiempo inconsciente ahora...

Luna que desaparece de la playa tras la colina...


Se detiene un momento mirando la arena que palpita...
Luego camina por la orilla hasta un lugar más cercano a la Roca...
Imagina en qué piensa para hacer esto... Imagínalo...
Arrastrando los pies por el agua como un niño...
Se toma otras pocas por el camino...
¿Sigo, Joe?... ¿Eh, Joe?...
Al final se acuesta con la cara a poca distancia de la línea de la marea...
Agarrándose a los guijarros... Esta vez ha funcionado...
Se termina el tubo... Eso es amor por ti... ¿Eh, Joe?...
Hace un huequecito entre las piedras para la cara...
La de verde... La estrecha... Siempre pálida... Los ojos pálidos...
La mirada que lanzaban antes de... La forma en que abrían después...
Espíritu hecho luz...
¿No era ésa tu descripción, Joe?

Está bien... Has tenido lo mejor... Ahora imagina... Antes de que se vaya...
La cara en el hoyo... Los labios sobre una piedra...
Llevándose a Joe con ella...
Ya no hay luz... “Joe, Joe”... Ni un sonido... A las piedras...
Ahora dilo tú, nadie te oirá...
Al decir “Joe” separa los labios... Imagina las manos... El solitario...
Contra una piedra...
Imagina los ojos... Luz del Espíritu...
Mes de junio... ¿Qué año de tu Señor?...
Pechos sobre las piedras...
Y las manos... Antes de que se vayan...
Imagina las manos... ¿Qué hacen?... En las piedras...

¿Qué es lo que acarician?... Hasta que se vayan...


Hay amor por ti... ¿No es así, Joe?...
¿No fue así, Joe?... ¿Eh, Joe?... ¿No te parece?...
Comparado con nosotros...
Comparado con Él...
¿Eh, Joe?...

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