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Persona 1: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Persona 2: Encendamos las velas de los dos domingos anteriores y reconozcamos ante Dios que somos
pecadores.
Todos:
Yo confieso ante Dios Todopoderoso,
y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
Amén.
Persona 3:
Lectura tomada del Evangelio según San Lucas (Lucas 3, 10-18):
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: —«¿Entonces, qué hacemos?»
Él contestó: —«El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene;
y el que tenga comida, haga lo mismo.» Vinieron también a bautizarse unos
publicanos y le preguntaron: —«Maestro, ¿qué hacemos nosotros?»
Él les contestó: —«No exijáis más de lo establecido.» Unos militares le preguntaron:
—«¿Qué hacemos nosotros?» Él les contestó: —«No hagáis extorsión ni os
aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.» El pueblo estaba en expectación,
y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías;él tomó la palabra y dijo a todos:
—«Yo os bautizo con agua;pero viene el que puede más que yo, y no merezco
desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego;
tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y
quemar la paja en una hoguera que no se apaga.» Añadiendo otras muchas cosas,
exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.
Palabra del Señor.
Todos: Gloria a Ti, Señor, Jesús.
Persona 4: encendamos la tercer vela
Persona 5: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia:
¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se
engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero!. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la
luz.

Persona 1:  Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya
para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz,
caliéntanos en tu amor!

Persona 2: Unidos en una sola voz digamos:


Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Reflexión
Persona 3 : Él ha venido como el médico que cura las más profundas enfermedades del hombre. Por esto,
la peor de nuestras enfermedades, el pecado, en esta visión de la gran misericordia del Señor, es
simplemente un obstáculo porque el Salvador divino ha venido a socorrernos.
Persona4 : Señor, gracias por reunirnos una vez más en torno a esta corona. Ayúdanos a vivir intensamente
este Adviento y prepararnos para recibirte. Por Cristo Nuestro Señor.
Todos: Amén.
Persona 5 : En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Todos: Amén.
Elevemos libremente nuestras intenciones a Dios y respondamos a cada una de ellas diciendo: VEN,
JESÚS, NO TARDES.
(Peticiones libres)
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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