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Alcasser 25 Años Después. Francisco Gijón
Alcasser 25 Años Después. Francisco Gijón
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ALCÀSSER
25 AÑOS DESPUÉS
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4
Francisco Gijón
ALCÀSSER
25 AÑOS DESPUÉS
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Colección: Censored
Alcàsser 25 años después, de Francisco Gijón
© Francisco Gijón, 2018
© Portada: Gloria López De los santos
© Ediciones RG, 2018
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ÍNDICE
A modo de prólogo………………………………………………..………………..13
Las extrañas hermandades…………………………………………..………….17
El hallazgo………………………………………………………………………..…23
Acta de inspección ocular……………………………………………………..…65
Las autopsias……………………………………………………………………....81
Búsqueda de sospechosos…………………………………..…………………113
Ricart……………………………………………………………………...………..143
Anglés……………………………………………………………………………….181
Lo que no cuadra………………………………………………………………...199
La inquietante teoría de Fernando García y Juan Ignacio Blanco…..…231
El gran error de García y Blanco………………………………………………245
Garganta Profunda………………………………………………………………271
La segunda autopsia de Frontela………………………………………….….313
Cosas que no casan……………………………………………………………...331
La rocambolesca fuga de Antonio Anglés……………………………………343
La leyenda negra desmenuzada…………………………………………….…405
Macastre…………………………………………………………………………...447
¿Cómo empezó todo?.........................................................................461
Conclusiones del fiscal versus Hechos probados………………………....479
Apelando a la objetividad……………………………………….………………493
Conclusiones………………………………………………………………………513
Anexo I: Ciudad Juárez………………………………………………………….519
Anexo II: La historia de Margarita Ruiz de Lihory………………………...523
Anexo III: En tiempos de Juana de Arco…………………………………....529
Anexo IV: Apertura de juicio oral contra Fernando García y Juan Ignacio
Blanco por sus declaraciones en el programa “El Jui de Alcàsser”…...537
Anexo V: Carta de Juan Ignacio Blanco al Diario de Levante………….545
Anexo VI: Recurso de Casación………………………………………..……..549
Cronología del caso……………………………………………..……………….575
Bibliografía……………………………………………………………………..….583
7
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«La Justicia sirve fundamentalmente para defender los
derechos y libertades de los ciudadanos, para resolver los
conflictos entre ellos y de éstos con la Administración»
Javier Gómez Bermúdez
(magistrado del 11-M)
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Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.
Dylan Thomas
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A MODO DE PRÓLOGO
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minuto, con un sinfín de posibilidades que podían ser
más fantasiosas o reales, pero que estaban sobre la
mesa. Y asistimos a una nueva forma de hacer televi-
sión que, a veces, las más, rozaba el espectáculo más
morboso. Pero también nos enfrentamos a una reali-
dad que superaba cualquier tipo de conciencia previa:
era el horror en grado sumo.
Todo el mundo, incluso el público, quería cerrar la
herida cuanto antes, dar una respuesta racional a los
hechos y zanjar el tema que había generado tantísima
inquietud. Así mucha gente de bien creyó la versión
oficial a ojos cerrados. Y los políticos quedaron con-
tentos porque ya sabemos que los políticos sólo quie-
ren quitarse los problemas de encima cuanto antes.
Por ello Alcàsser es el nombre de una población
que nos ha marcado como una herida no resuelta del
todo. Una herida que se abrió el viernes 13 de no-
viembre de 1992 cuando tres niñas, Miriam García Ibo-
rra, de 14 años, María Deseada Hernández Folch, de
14 años y Antonia Gómez, de 15 años no volvieron a
sus casas a cenar.
Este libro pretende reunir todas las versiones y
puntos de vista sobre lo sucedido hace ya cinco lustros.
Lo haré citando fuentes, analizando publicaciones y
aportando cuantos datos he conseguido reunir, todo
ello desde el máximo respeto a las víctimas, a las
autoridades y muy especialmente a Fernando García y
Juan Ignacio Blanco, dos hombres que, equivocados o
no, nos dieron una gran lección de perseverancia.
Uno de los referentes bibliográficos empleados pa-
ra elaborar el presente volumen es el propio libro de
Blanco ¿Qué pasó en Alcácer?, del que hago uso de
modo crítico ciñéndome al Derecho de Cita recogido
por por la Ley de Propiedad Intelectual (LPI), que en su
artículo 32, reconoce la posibilidad de incluir en una
creación propia fragmentos de obras ajenas, de
natu-raleza escrita, sonora o audiovisual, siempre
15
que la obra reproducida ya haya sido divulgada y su
inclusión se realice para su análisis, comentario o
juicio crítico. Tengo que hacerlo porque Blanco ha
sido el único periodista que de verdad se ha dejado la
piel en la investigación y ha puesto en evidencia, no
sólo a las autoridades, sino también a sus compañeros
de profesión, todo ello pagando un precio muy alto.
Animo al lector a que lea ¿Qué pasó en Alcácer? y se
admire, como yo, del riguroso trabajo en él contenido.
Sin embargo, y como es lógico, mi perspectiva
sobre el caso Alcàsser es distinta y enfoco el trabajo de
Blanco, como el de otros, desde un punto de vista
crítico para resaltar mis discrepancias.
El otro texto fundamental para escribir este libro
ha sido el propio Sumario, así como todas las diligen-
cias, actuaciones y actas policiales que están a dis-
posición del público.
Al final del libro encontrará el lector un enlace
desde el que podrá descargarse, si lo desea, el PDF del
Sumario (SIN FOTOS) para su consulta.
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LAS EXTRAÑAS HERMANDADES
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mente repugnado por lo que allí acontecía se había
integrado en el grupo y permanecía en él porque sabía
que era el camino más fácil para conseguir sus ob-
jetivos. Así, entre bacanales y borracheras, prostitu-
ción y violaciones, alabanzas a Satán y narcóticos se
cimentaron carreras políticas, se amasaron fortunas,
se cerraron asociaciones y hasta se consiguieron títu-
los nobiliarios. Era de dominio público: la práctica
totalidad del Parlamento Británico pertenecía a estos
clubes; tanto que en 1721 se proclamó un edicto real
que mostraba la preocupación de la Corona ante aque-
llos que se satisfacen juntos de la manera más impía y
más blasfema, insultan los principios más sagrados de
nuestra santa religión, afrentan al mismísimo Dios To-
dopoderoso y corrompen las mentes y la moral de todo
el que se acerca a ellos (SIC).
Oficialmente, los clubes del Fuego Infernal tu-
vieron su época y desaparecieron sin dejar vestigio.
Pero todos recordamos que incluso el mismísimo Stan-
ley Kubrick, en este testamento conspiranoico que
constituye su obra póstuma Eyes Wide Shut, nos es-
cenifica la inquietante posibilidad de que ahora mismo,
como entonces, los muy muy poderosos se reúnan en
cenáculos secretos para sellar sus alianzas compar-
tiendo perversiones.
A veces la sonoridad de los nombres, como la
sociedad española El Ángel Exterminador o la Mano del
Loto Azul ya impactan de por sí. Pero ¿desaparecieron?
En muchas asociaciones mafiosas actuales, desde las
pandillas juveniles latinoamericanas a la mafia rusa,
el rito de iniciación principal suele ser cometer un de-
lito atroz en presencia de los demás miembros del gru-
po, que pasarán a convertirse en los dueños del secreto
del aspirante iniciado. No podemos olvidar los escán-
dalos de pedofilia que tuvieron lugar en el Reino Unido,
y que se remontan a los años 1980 e implicaban a per-
sonalidades muy famosas en torno al antes mencio-
18
nado Jimmy Savile2, así como a otros muy influyentes
profesionales de la BBC e incluso a parlamentarios de
las dos cámaras del Parlamento. Antes de eso ocurrió
lo mismo en Bélgica3 y se echó mucha tierra encima
porque cuando se empezó a tirar del hilo, las ramifica-
ciones llegaban tremendamente lejos y tremendamente
arriba (hablamos de exhumación de cadáveres, de vio-
lación de niños, de ministros implicados, de gente de
la nobleza señalada, así como de no pocos miembros
del clero4 expuestos y un largo etcétera). Y es que hay
2
Un auténtico "depredador sexual" de adolescentes y se estimó que el número de posibles
víctimas de aproximadamente 300, incluso algunas fuentes hablaban de hasta un millar. En
2014, se descubrieron 103 casos de necrofilia por parte de Jimmy Savile. La celebridad tenía
acceso gratuito a la morgue del Hospital Leeds General Infirmary y a otros 28 hospitales. El
primer caso ocurrió en 1962, cuando el presentador tenía 36 años, y el último en 2009, a los
82. Luego de su muerte, a los 84 años, fue nombrado como uno de los peores delincuentes
sexuales del Reino Unido. Un informe presentado por la Sociedad Nacional para la
Protección de los Niños contra la Crueldad, reveló recientemente al menos 500 denuncias
de abusos a menores de entre 13 y 15 años por parte de Savile, así como de personal de
hospitales, pacientes e incluso cadáveres.
3
Marc Dutroux, un asesino en serie, fue condenado por haber secuestrado, torturado y
abusado sexualmente de seis niñas y adolescentes de edades entre los 8 y los 19 años, de
las cuales cuatro fueron asesinadas entre 1995 y 1996. También fue condenado por haber
asesinado a un posible cómplice, Bernard Weinstein. Ya había estado en
prisión anteriormente cuando lo apresaron en 1996. Su juicio, ampliamente publicitado, se
llevó a cabo en 2004. Una serie de defectos en la investigación de Dutroux causó un
descontento generalizado en la sociedad contra el sistema criminal de la justicia belga por
lo que el subsiguiente escándalo generó una reorganización en los servicios de seguridad
del país. Jean-Marc Connerotte, el juez original de la causa, rompió a llorar ante los medios
cuando tuvo que describir los coches blindados y los guardaespaldas armados que lo
protegían de oscuras y muy poderosas personalidades que querían detener que la verdad
saliera a la luz, agregando que nunca antes en Bélgica un magistrado había sufrido tanta
presión. También llorando describió cómo la policía les había advertido a él y a otros jueces
vinculados a la causa, que se habían contratado a sicarios para asesinarlos. Connerotte
también confesó que la investigación estaba seriamente obstaculizada por la protección que
el gobierno ejercía en favor de varios sospechosos. «Raramente ha sido puesta tanta
energía en contra de una investigación», agregó el juez. Connerotte creía que la Mafia había
tomado control del caso por lo que se creía que Dutroux y secuaces pertenecían a una
organización. Durante ese mismo periodo, el primer ministro de Bélgica, Elio Di Rupo fue
acusado por un prostituto gay de 18 años. En 2012, el diputado Laurent Louis amenazó con
publicar las fotos de la autopsia de dos de las víctimas de Dutroux en internet para denunciar
la institucionalización de la pedofilia en Bélgica. El 20 de abril del mismo año, en su página
de Facebook, Laurent Louis indicó que Albert Mahieu le había dado el dossier del caso "Marc
Dutroux" antes de su muerte, pidiéndole que continuara denunciando la pedofilia en Bélgica.
Otras investigaciones vincularon a Dutroux con organizaciones sádico-pederastas
europeas. Se trataría de mafias muy poderosas, lo que convertía a este hombre y a sus
secuaces en las personas más temidas de Bélgica. La organización fue conocida como Pink
Ballets.
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En 2010 se realizó un informe en base a 475 denuncias (327 hombres y 161 mujeres) de
violaciones realizadas a menores entre 1960 y 1980 reveló que 13 de las víctimas se habían
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países que tienen un nivel de vida admirable, pero
también un siniestro lado oscuro: Noruega, más allá de
la matanza de la isla de Utoya5, posee una extensa le-
yenda criminal conectada en muchas ocasiones con
sus propias sociedades secretas.
También en España hemos tenido casos similares
que se han tapado desde el poder (véase amén del cri-
men de Alcàsser, la desaparición de las niñas Virginia
Guerrero Espejo y su amiga María Manuela Torres en
Aguilar de Campoo poco después, en la Semana Santa
de 1993, así como la desaparición por las mismas
fechas de la adolescente Gloria Martínez Ruiz dentro
de la clínica Torres de San Luis de Alicante, de la que
era copropietario a través de una comercial Alfonso
Calvé, que sería inmediatamente después nombrado
Gobernador Civil de Alicante.
Así, cuando salta el tema de las niñas de Alcàsser,
desde un primer momento se habla de sectas y se
vincula todo dentro de un contexto histórico y cultural
que arreciaba en el Levante español. ¿Fue así?
¿Estamos, pues, ante el Mal en estado puro o ante
el Mal aplicado al ultramaterialismo? A pesar de que
nuestra sociedad siempre trata de justificar ‘el mal’ a
través de traumas infantiles, enfermedades psiquiá-
tricas o etiquetas de lo más variopintas, deberíamos
enfrentarnos al hecho irrefutable de que hay personas,
y no son pocas, que dejan su facultad humana a con-
ciencia y deliberadamente. Insisto: estamos ante una
sociedad que nunca quiere ver el mal; pero el Mal existe
y hay personas guiadas por él. Dependiendo del es-
tudio que se consulte, entre un 3% y un 10% de la so-
ciedad es psicópata.
La falta de empatía y sensibilidad a veces es nece-
saria, por ejemplo, para ejercer profesiones como la
suicidado, así como que los abusos consistieron en masturbaciones y violaciones anales y
orales por parte de miembros del clero católico belga.
5
El 22 de julio de 2011
20
cirugía o la jurisprudencia los sentimientos personales
conviene dejarlos a un lado. Pero la tendencia actual
hacia una insensibilización social por medio del
bombardeo de hechos luctuosos como los atroces ase-
sinatos del Estado Islámico, por mencionar solo un
ejemplo, provocan un efecto dominó en nuestras emo-
ciones que nos apartan del escalofrío que sentimos en
enero de 1993 cuando hallaron los cuerpos de Miriam,
Toñi y Desirée.
Dudo que hoy en día nadie conciba muy bien lo
que es una muerte arrancada violentamente y a sangre
fría. Dudo mucho de que nadie acuda al momento en
el que alguien acaba con la vida de otro. Acaso por eso
se legisle cada vez con más frialdad y nos encontremos
frases tan verdaderas, aplastantes, asépticas y con-
tundentes, pero también estremecedoras, como la que
aparece al principio de este libro en boca del juez Javier
Gómez Bermúdez, el magistrado que tuvo el encargo de
dictar la sentencia de los atentados del 11-M que había
instruido previamente (y con no poca polémica) el juez
Juan Del Olmo Gálvez6 y que me permito reproducir de
nuevo: «La Justicia sirve fundamentalmente para defen-
der los derechos y libertades de los ciudadanos, para
resolver los conflictos entre ellos y de éstos con la Ad-
ministración». Y objetivamente tiene toda la razón. Sin
embargo, esa actitud transmite desasosiego y desam-
paro cuando nos enfrentamos a una versión oficial, la
del Sumario, que se esfuerza por demostrar, sin lo-
grarlo, que lo de Alcàsser fue cosa de unos delincuen-
tes de poca monta capaces de una gran operación
digna del crimen organizado del mismo modo que el
Sumario del 11-M se esfuerza por demostrar, sin
lograrlo, que un grupo de marroquíes fueron capaces
6
Véase en mi libro LA LEYENDA DEL CABALLO TURCO el cúmulo de irregularidades en torno a la
instrucción, así como al misterioso traslado de este magistrado desde Murcia pocas fechas antes de los
atentados.
21
de cambiar el resultado de unas elecciones generales.
En fin. Es lo que hay.
Volviendo al mal y a la psicopatía, la gente que no
tiene remordimiento ni escrúpulo es proporcionalmen-
te más perversa si sabe que no la van a pillar. Contra
la impunidad no han hecho nada los políticos, sino,
como de costumbre, la gente de la sociedad. Así, un
grupo de criminalistas de la Asociación Laxshmi para
la Lucha contra el Crimen y la Prevención decidieron
sacar adelante el Proyecto Prometeo, englobando una
serie de acciones para que no se olviden los grandes
casos de muertes misteriosas en nuestro país7.
Y es que, entre 1985 y 1995 se produjeron en tor-
no a la misma zona de Valencia, en un área muy redu-
cida geográficamente que engloba ciertas comarcas,
unas 23 desapariciones en las que aparecieron 18 ca-
dáveres y sólo hubo 3 procesados8 en 10 años9. Normal
que se hablase de asesinos en serie, agresores sexuales
organizados y organizaciones mafiosas de pederastas.
Normal que hubiese alarma social.
7
http://www.luchacontraelcrimen.com/p/proyecto-prometeo.html
8
Uno de ellos Miguel Ricart.
9
Y no fue solo en Valencia. La cordobesa Soledad Donoso apareció desmembrada a orillas del
Guadalquivir también en 1992. Y en la misma época, en pleno corazón de Madrid, en el barrio de
Carabanchel, apareció un tronco humano decapitado con un símbolo de Plutón y un pentáculo con el
número 666 (por cierto que la Diligencia policial que registró el caso lleva el número 6666)
22
EL HALLAZGO
10
Algo insólito porque cualquier colmenero al que se le pregunte nos explicará que las abejas en enero ‘no
zumban’, pero aceptemos su versión de que les preocupaba el estado de los panales cada vez que hacía mal
tiemo.
23
esta categoría decidieron poner el asunto en cono-
cimiento de las autoridades. Así fue como Gabriel Aqui-
no bajó casi de inmediato al cuartel de Llombai a de-
nunciar el hecho.
La policía judicial de Valencia tiene dos grupos:
uno que se dedica a investigar los delitos contra las
personas y otro que es el de delitos contra la propiedad.
De forma absolutamente curiosa, como vamos a ir
viendo en innumerables ocasiones en el caso Alcàsser,
el grupo de delitos contra las personas libraba aquel
día y, aparte de librar, desde la 311 Comandancia de
la Guardia Civil de Valencia no se logró localizar de
ninguna manera a ninguno de sus miembros. Es por
ello que la autoridad competente tuvo que recurrir al
grupo de delitos económicos, que se encontraba en la
otra punta de la provincia identificando supuestos de-
lincuentes que habían atracado un banco (concreta-
mente enseñando fotografías a los testigos de una
sucursal). Ellos serían los insólitos encargados de rea-
lizar la primera Diligencia de Inspección Ocular de la
Guardia Civil en la que sería conocida como la fosa de
la Romana.
Sin duda, la mejor manera de que algo se haga mal
es encargándoselo a alguien que no lo sabe hacer. Al
lugar llegarían tres personas vestidas de paisano que
jamás habían hecho una diligencia de inspección ocu-
lar, que se dedicaban a investigar atracos a bancos y
que se encontraron con un enterramiento.
Para colmo, los agentes judiciales tardaron en
subir porque, aunque los colmeneros que habían reali-
zado el hallazgo bajaron a las diez menos veinte de la
mañana a Llombai, el único Land Rover que tenía el
cuartelillo no estaba disponible porque estaba en el
taller. Dicho de otro modo: era un día ideal para co-
meter un delito en la zona, pues la policía no habría
podido perseguir a los delincuentes.
24
Así fue cómo, desde que Gabriel Aquino entró en
el cuartel a denunciar el hallazgo hasta que éste regre-
só al lugar con la policía transcurrieron más de dos
horas, dejando a su consuegro, José Sala a solas con
sus panales y la siniestra mano asomando allí al lado.
Y los propios guardias civiles escribirían al respecto el
siguiente atestado días después:
«En unidad orgánica de Policía Judicial, a las 12.15
horas del día 1 de febrero de 1993, los guardias civiles
Vicente Rivas Nieto, Pedro Cano Nortes y Raúl Martín
González exponen:
»Que a las 13 horas del día 27 de enero de 1993
reciben una comunicación interna por medio de la
Central Operativa de Servicios para que se trasladen a
la localidad de Llombai (Valencia).
»Una vez se entrevistan con el oficial al mando de
la Guardia Civil, son informados de que en un monte
han aparecido restos humanos, circunstancia que
motiva el desplazamiento al lugar donde son guiados
por el apicultor que descubrió el cuerpo, comprobando la
veracidad de este hallazgo a las 14.15 horas.
»Al lugar se accede desde la población de Catadau
por un camino de riego asfáltico y, recorridos de 8 a 10
kilómetros, continúa el mismo sin asfalto, siendo éste de
difícil viabilidad para turismos que carezcan de tracción
a las cuatro ruedas. Recorridos 7 kilómetros por el
camino, se llega a un punto donde el acceso con vehículo
no es posible por no haber camino.
»Continuando 70 metros a pie se llega a un lugar en
el que se encuentra un reloj de pulsera y unos huesos.
»Al ser los componentes de policía judicial los pri-
meros en llegar al lugar de los hechos, y en espera de la
presencia judicial, se procede a reconocer las inme-
diaciones en busca de indicios, obteniéndose: una orden
judicial en la que aparece escrito el nombre “Anglés
Martínez Enrique” y su domicilio en la calle Camí Real
101 de la localidad de Catarroja de Valencia con fecha
25
de marzo de 1992, una hoja de urgencias del Hospital
de La Fe de Valencia con fecha 4 de mayo de 1992 a
nombre de Anglés Martínez11, una funda con prismá-
ticos marca TASCO, un cinturón de tela beige, un
cinturón de cuero marrón, un cinturón de cuero marrón,
un cinturón de cuero negro con remaches metálicos
plateados, un guante de tela azul, un par de calcetines
color burdeos, un calcetín de sport blanco, una máquina
de juego portátil de marca HIWEII, una caja de plástico
blanca conteniendo tiritas, una caja con la inscripción
“ZANCAT” conteniendo comprimidos, un frasco con
líquido para ahuyentar los insectos AUTÁN, un bote de
espuma moldeadora, un bote de laca marca SUDA-
NESA, algodón, dos sobres unidos URBAL SUSPEN-
SIÓN, un folleto de instrucciones de un radiocassette, un
tubo de colorante Collection de la marca L’OREAL y una
cuchara de plástico rota.
»A 15 metros de la fosa aparece una cazadora de
las llamadas ‘lavadas a la piedra’ de la marca LI-
BERTO.
»A 20 metros aparece una sudadera.
»A metro y medio aparece una cinta de cassette de
Antonio Machín.
»Se puede comprobar, una vez realizadas las pri-
meras excavaciones, la existencia de un cuerpo en po-
sición decúbito lateral derecho y con las manos atadas
a la espalda, comprobándose en el momento de su ex-
tracción que debajo del primer cuerpo existían dos cuer-
pos más, por lo que se continúan las excavaciones hasta
su total desenterramiento.
»Extraído el cuerpo número 1, se observa que el
mismo tiene la cabeza separada del tronco, vistiendo
una cazadora negra con cremallera, pantalón vaquero
azul claro, reloj con esfera blanca y correa de plástico
negra y cazadora con zapatos oscuros de cordones.
11
Estamos ante las piezas de convicción 1 y 2 del juicio.
26
»Extraído el cuerpo número 2, sale de la citada fosa
con la cabeza separada del tronco, vistiendo cazadora
negra con cremallera, pantalón azul claro, botines de
color marrón con cordones bicolor.
»Extraído el cuerpo número 3 y examinado éste, es
sacado íntegro, a excepción del cuero cabelludo, vis-
tiendo pantalón vaquero azul y camiseta del mismo
color, calzando zapatones con flecos.
»Examinando los cuerpos, se puede comprobar que,
al denominado nº2 le falta la mano izquierda y al ca-
dáver nº3 la mano derecha, sin poder obtener más datos
dada la escasa luminosidad y en espera de poderlos
obtener en el acto de la autopsia.
»Una vez extraídos los cuerpos es examinado el
interior de la fosa, hallándose en la misma un trozo de
moqueta de tonos verde y marrón de aproximadamente
3,50 metros de longitud y 1,40 metros de anchura, de la
cual se acompañan fotos. También aparece una madera
de 7x7x20 cm con un trozo de cuerda de plástico de color
negro atado en un extremo y otra de 60x20x2 cm. en un
extremo, siendo el contrario de 60x10x2 cm., teniendo
una rejilla metálica en el centro. Además, una camiseta
enrollada con dos piedras en su interior y en la parte
superior delantera un rectángulo rojo y unas letras y un
dibujo de un caballo acompañando fotografía con el
número 31. Además aparece una cazadora de pana
desgarrada.
»Sin más que constar, firman la presente.
12
Juan Ignacio Blanco, el periodista por excelencia que, junto con el padre de Miriam se implicó más a
fondo en la investigación del caso, solía contar que éste le dijo en más de una ocasión: «Tu y yo, Juan
Ignacio, cuando estemos en La Romana y venga un huracán, te diré “¡agárrate al papelito!, ¡sujétate al
papelito!”»
29
―Hasta que el juez no llega para el alzamiento del
cadáver (la mano, recuerden), la fosa queda intocada,
no así el entorno de la misma.
30
existe arbolado de pinos y al que se accede por un
camino forestal de configuración abrupta.
»Al final de este camino, se observa un espacio
abierto, con buena visibilidad y llano, ubicado entre
montañas. Al frente se observa una agrupación de cajas
de colmenas, a la izquierda aparece una zona de mato-
rral alto de muy difícil acceso. A la derecha queda una
zona plana quedando entre los arbustos, una especie de
camino de tierra por el que se puede caminar sin difi-
cultad. Este espacio tiene una forma cuadrada; en el
extremo superior derecho, se abre un camino a través
del cual se accede a una zona rectangular donde se
observa matorrales altos que han sido arrancados y
han sido colocados sobre una superficie de tierra blan-
da, que se aprecia que se ha sido removida y colocada.
»Esta superficie tiene a su derecha un árbol alto con
matorrales y un barranco a la izquierda. Detrás queda
un camino liso con matorrales bajos. En la superficie
aparece una mano saliente, deshuesada prácticamente
en su totalidad, con dos huesos salientes y un reloj
blanco. En dicho reloj se observa que está parado y
marca las catorce treinta horas. Algunos dedos tienen
resto de carne y en otros están solo algunos fragmentos
óseos.
»Por los alrededores, diseminados y en la superficie
aparecen los siguientes efectos: un calcetín blanco de
tamaño mediano, una cazadora de tela vaquera, marca
"Liberto", una camiseta de algodón, de color gris con
rótulo blanco, de tamaño mediano, unos prismáticos de
tamaño pequeño con funda; un guante, tres cinturones:
uno de ellos con apliques metálicos y los otros dos,
marrones; un bote de laca para el cabello, un bote de
espuma moldeadora para el cabello, una cinta de
cassette de "Antonio Machín", una caja de medica-
mentos marca "Zantac", dos sobres de medicamento
"Urbal", un par de calcetines de lana de color rojo oscuro,
una botella de "Aután", un tubo de tinte para el pelo
31
marca "Imedia" y una lata vacía de aceitunas, así como
un videojuego. Aparece, así mismo, fragmentado en
pequeños trozos, un papel que contiene al parecer un
nombre.
»Por orden de Su Señoría se procede por las fuerzas
de Seguridad presentes en el acto, a ir apartando la
tierra del lugar.
»Una vez iniciada la operación aparece una cami-
seta blanca, con un letrero rojo ilegible, lo cual envuelve
en su interior, dos piedras de un tamaño mediano; las
cuales piedras tienen forma circular, sin que se aprecien
irregularidades significativas. Aparece, así mismo, una
chaqueta de color verde oscuro, rota en sus bordes.
»Aparecen dos troncos de madera, uno en forma
triangular y el otro de forma rectangular, con una cuerda
enrollada en uno de sus extremos.
»Retirando la tierra, aparece en primer lugar, un
cuerpo, se aprecia que tiene las manos atadas, tiene la
cabeza desprendida del cuerpo. Aparece un trozo, al
parecer de moqueta o tapiz que no puede ser sacado en
este momento.
»Aparece, seguidamente, las piernas de otro cuer-
po, las cuales están dobladas. En este momento se ex-
trae el primer cuerpo, el cual queda depositado en la
superficie en una bolsa de plástico. Posteriormente se
saca el segundo cuerpo, con pelo largo diseminado, que
se recoge, y que también se encuentra sin cabeza. Se
encuentra el cráneo que correspondería al segundo
cadáver. Se extrae así mismo la cabeza del primero.
»Después, se procede a la extracción del tercer ca-
dáver, el cual presenta una gran deformación en la
cabeza.
»En este punto, se extrae la totalidad de la moqueta,
que envolvía los tres cuerpos.
»Se hace constar que los cadáveres se encuentran
totalmente vestidos.
32
»Por Su Señoría se ordena al médico forense pro-
ceda a un reconocimiento, lo que efectúa inmediata-
mente, informando:
»Que el primer cadáver encontrado corresponde a
una mujer joven, el cuerpo se encuentra fragmentado en
la mitad superior del tronco. Que tiene las manos
atadas. Que su cadera es ancha. Es el cuerpo más
pequeño, medirá aproximadamente 1,60 cm.
»El cadáver extraído en segundo lugar, es también
de una mujer joven. El cuerpo se encuentra osificado. La
talla aproximada es de 1,67 cm. Tiene las manos
apelmazadas y pegadas alrededor del cuerpo.
»El tercer cadáver extraído, tiene la cabeza muy
deteriorada, el tamaño del cuerpo es intermedio entre
los otros dos. Los brazos se encuentran completamente
pegados al cuerpo. En ninguno de los cuerpos se ob-
serva ningún tipo de introducción en los mismos de
objetos, no apreciándose restos sanguíneos de hemo-
rragia.
»Que en estos momentos no puede precisar la causa
de la muerte, que lo hará realizada que sea la autopsia.
Por S.S.: se ordena el levantamiento de los cadáveres y
el traslado al Instituto Médico Forense de Valencia,
donde deberá ser practicada la autopsia por los dos
médicos Forenses del Partido Judicial de Alcira, dos
Médicos Forenses del Instituto Anatómico Forense, y
dos Médicos de la Cátedra de Medicina Legal de
Valencia.
»Así mismo, se ordena a las fuerzas de la Guardia
Civil presentes, se realicen las averiguaciones necesa-
rias tendentes a la determinar los hechos y personas
responsables en los mismos, informando de su resul-
tado.
»Se hace constar que los objetos encontrados que-
dan bajo la custodia de la Policía Judicial.
»Y no existiendo otro extremo digno de reseñar, se
dio por terminado el acto, doy fe.
33
Según el Juez, esto fue todo lo que pasó aquella
terrible tarde en la Partida de La Romana. Había
detalles impresionantes, pero a la vez increíbles, como
que apareciera «una mano deshuesada (sin huesos) en
su totalidad» y que «algunos dedos tienen restos de
carne y en otros solo están fragmentos óseos (de
hueso)». Igualmente, impresionaba que dos de los
cuerpos hubieran salido de la fosa sin cabeza y que
otro de ellos estuviera "fragmentado" por la mitad.
Pero, aún más llamativo resultaba que los guardias
civiles hubieran encontrado por los alrededores 23
objetos y 2 papeles y que el juez solo viera 17 objetos y
"un papel que contiene al parecer un nombre". Las
cosas comenzaban a no cuadrar.
Además, los miembros de la Guardia Civil que se
encontraban también allí, redactaron su propio docu-
mento sobre cómo se produjo el levantamiento de los
tres cadáveres y las cosas cuadraban todavía menos:
35
dibujo de un caballo, acompañando fotografía con el
número 31.
»Una cazadora de pana oscura desgarrada.
»Examinada la fosa ésta tenía las siguientes medi-
das aproximadamente, 2,30 metros de longitud, 1,20
metros de anchura por 90 centímetros de profundidad,
ver fotografías 28, 32 y 33.
»Y para que conste se extiende la presente dili-
gencia que firma la fuerza instructora.
38
viéndose el reloj hasta que fue retirada un poco de
tierra.
»Que en un primer momento, no se veía el reloj. Que
los primeros que retiraron tierra de la fosa fueron miem-
bros de la Guardia Civil que fueron los que procedieron
en todo caso para el levantamiento del cadáver o
cadáveres aunque en algunos momentos les ayudaban
los apicultores que allí se encontraban.
»Que no vio sacar de la fosa con anterioridad a los
cadáveres ningún otro objeto.
»Que los cuerpos se hallaban superpuestos y en
posición contraria atendiendo a la cabeza y los pies de
los mismos. Que no apreció que faltara ningún miembro
en los cadáveres.
»Que del primer cadáver se extrajo el cuerpo y luego
posteriormente la cabeza dado que esta se había des-
prendido del cuerpo.
»Que el testigo al retirarse el primer cadáver tocó
algo prominente que aparecía debajo y se dio cuenta de
que era una pierna. Que el segundo y tercer cadáver
aparecieron completos y unidos en sus extremos,
aunque desconoce si faltaba alguna extremidad.
»Que respecto al tercer cadáver no se dio cuenta si
tenía un golpe en la cabeza dadas las circunstancias y
condiciones en las que aparecieron los cadáveres.
Se hace constar que el testigo manifiesta que en un
principio y junto a la madera aparecida en primer lugar
había un plástico transparente.
»Que en ningún momento vio papeles diseminados
en la fosa o cercanías.
Parecía como si el juez, la Guardia Civil y el fune-
rario hubieran estado cada uno en un levantamiento
de cadáveres distinto. Pero, la declaración del funerario
aportaba algunos detalles sorprendentes:
―Que la alfombra que envolvía los cadáveres era
azul y no marrón como afirmaba la Guardia Civil.
39
―Que solamente uno de los cuerpos tenía la
cabeza desprendida, los otros dos salieron completos,
algo que contradice la versión del juez y la Guardia
Civil.
―Que "junto a la madera aparecida en primer
lugar había un plástico transparente", algo que tam-
poco habían visto el juez y los investigadores.
―Que el reloj estaba enterrado, "que en un prin-
cipio y antes de proceder al levantamiento se podía
apreciar la existencia de dos huesos, no viéndose el
reloj hasta que fue retirada un poco de tierra".
Si el funerario de Alberique decía la verdad, los
agentes de la Guardia Civil habrían manipulado el
lugar de enterramiento antes de la llegada del juez.
Para aumentar, si cabe, la confusión, estaba tam-
bién la declaración de Gabriel Aquino, el colmenero:
40
»Que nos pusimos a cavar. Allí cavamos casi 3 o 4
herramientas. Yo también cavé.
»Que estuvimos cavando varias personas. Que yo
sé que cavé.
»Que no cavó ningún guardia civil.
»Que nos pusimos a cavar, descubrimos todo y
luego para empezar ya para sacarlas.
»Que luego cuando estaban descubiertas y esa, se
tiro dentro el teniente, para sacarlas.
»Que se metió dentro, se giró hacia unos guardias y
dijo: "echar una mano porque aquí se hace de noche".
»Que a partir de llegar el juez, hasta extraer los
cadáveres tardamos media hora o así. Media hora en
cavar o más de media hora entre unas cosas y otras.
»Que era casi de noche cuando se sacó el primer
cadáver.
»Que las sacaron, el teniente aquí, la parte de aquí,
y los dos guardias en la parte de las piernas, y sacaron
primero una, luego otra, hasta que sacaron las tres.
»Que no ayudé a sacar los cadáveres, no me retiré
a ningún lugar, estuve allí mismo visualizando lo que se
estaba sacando.
»Que creo que la primera se le soltó la cabeza. La
primera se le soltó un poco la cabeza y las demás ya no
le sé. Las metieron en sacos.
»Que luego tocaron por teléfono.
»Que sacaron el primer cuerpo, encima de los
cuerpos yo no vi nada.
»Que con los cuerpos no vi ninguna alfombra, ni
lona...
»Que la alfombra estaba abajo, no recuerdo el color
de la alfombra, era casi de noche y estaba todo lleno de
tierra.
»Que según sacábamos los cuerpos, no aparecieron
objetos.
»Que sacamos los tres cadáveres, posteriormente lo
metieron en el saco, y empezaron a ver si podían tocar
41
al helicóptero, a la guardia civil. Luego el guardamontes
lleva un buen aparato. "Vamos a probar con mi coche",
y tampoco, no había cobertura.
»Que subieron un ataúd en principio, y luego
cuando nos bajamos con el teniente, y el teniente bajó a
subirse dos más.
»Que nadie de la guardia civil hizo fotos que yo
sepa.
»Que nadie copió lo que iba pasando y lo que
íbamos haciendo.
»Que no vi que una persona dictara a una señorita
lo que ahí se estaba observado.
»Que la señorita que subió con el juez, yo, si ella
escribió o no escribió, yo eso no lo vi.
»Que cuando salió el primer cuerpo, aquello era
mucho barro y ya era casi de noche.
»No estaban una al lado de la otra.
»Que estaban dos en el mismo nivel y luego otra
estaba encima, que es la que se le veía el reloj.
»Que yo no he visto ninguna tabla.
»Que si hubiera visto este tronco en la fosa lo
recordaría, pero yo eso no lo vi ahí.
»Que arriba no sé si subió algún médico forense. Yo
allí no vi médico forense más que el juez.
»Que cuando se sacó los cadáveres no los exami-
naron, conforme se sacaron se metían en el saco. El
señor de los muertos los pasaba enseguida y au.
»Que estando yo allí no examinaron los cuerpos.
»Que bajé sobre las 6.30, o las 7 que nos bajamos.
El teniente nos dijo, "¿Gabriel te vienes tú y tu
consuegro?", y dije "si vámonos". "Si queréis podéis
quedaros", y dije, "no, nos bajamos a casa". Y nos bajó
el teniente.
»Que no vi la camiseta..., ni el guante, ni las tablas,
ni las matas de pelo, ni una cazadora que apareció en
la fosa, no lo vi.
42
»Que si no lo vi, yo no sé si estaban o no estaban, o
lo sacaron del hoyo, yo eso no lo sé.
Que estaba cerca de la fosa, a dos metros, un me-
tro. Al mismo lado que lo sacaban. Que veía la fosa per-
fectamente.
Que no vi sacar nada más de la fosa.
Que yo cuando había ido ahí, antes no había visto
hecha una fosa sin cubrir.
Que si hubiera habido un hoyo de dimensiones
como las que vi de dos metros por uno, lo habría visto.
13
Recordemos que, según la Guardia Civil, a este cadáver le falta la mano izquierda.
14
Imaginemos por un instante a los seis facultativos en torno a la mesa de autopsias dándose codazos para
llevar a cabo su trabajo. Así de práctico fue el juez.
44
Resulta interesante ahora rescatar la declaración
que, bajo juramento, hizo el propio doctor Ros ante el
tribunal durante la celebración del juicio en la
Audiencia de Valencia:
ABOGADO: ¿La fosa cómo estaba, cómo la recuerda us-
ted?
DR. ROS: Bien pues había una porción de tierra remo-
vida, había cierta maleza que la habían apartado y se
notaba que estaba apartada a los lados de la fosa, y la
tierra removida en una forma geométrica rectangular y
en el extremo superior había pues dos salientes óseos,
que estaba en la parte norte de lo que es el rectángulo.
ABOGADO: Perdone, perdone doctor Ros, ¿qué significa
lo de los dos huesos?, toda esta diligencia se hace men-
ción a una mano, y resulta que yo leo aquí no una vez
sino tres veces en la inspección ocular en el levan-
tamiento de cadáver. Y en todos sitios leo, una mano,
un muñón, los dedos deshuesados. Y yo le pregunto
¿qué es lo que ha querido decir con eso de los dos
huesos?
DR. ROS: Lo que usted sabe que consta en la diligencia
del levantamiento. Se aprecia un resto que corresponde
con una mano, un reloj y luego dos huesos que pueden
corresponder a cúbito y radio.
ABOGADO: Aquí precisamente la diligencia se habla en
todo momento de mano. En la diligencia del levanta-
miento de cadáver sigo viendo una mano en la primera
hoja, pero ahí no se habla para nada de los huesos que
usted ha dicho, se habla de una mano, y lo dijo también
el que lo encontró. Una mano y un reloj. Una mano, un
puño. Se habla de manos, se habla de dedos y se habla
incluso que están deshuesados, se está hablando de
manos y no de huesos. Entonces mi pregunta cuando
usted llegó allí y miró la fosa, ¿usted como la vio?
DR. ROS: En principio como se puede comprobar por las
fotografías que obran en el expediente, lo que se aprecia
45
son restos de una mano, el reloj y los dos huesos salien-
tes que yo percibí que por la posición... Exactamente la
mano no la aprecié en ese momento en que Su Señoría
en la diligencia del levantamiento pone aparece una
mano saliente. Como se puede apreciar en la fotografía
es de extraordinaria dificultad diferenciar ahí los restos
de la mano, y lo único que se ve claramente es el reloj y
dos porciones óseos que corresponden posiblemente a
cúbito y radio, o sea se aprecian la mano debajo, pero
con una dificultad extrema. Quizá no me expresé
exactamente pues, en fin, no quise expresar el concepto
de mano.
ABOGADO: Bien estamos allí y le decía, llegaron uste-
des a una hora de una gran visibilidad era mediodía
3.30, y por donde ustedes dicen que entraron, tuvieron
que dar una pequeña vuelta para ponerse frente a la
fosa, es decir que pasaron por todo el lugar donde
estaban diseminados los objetos. ¿Usted los vio?
DR. ROS: No, no, los objetos como se puede apreciar en
el reportaje fotográfico cuando nosotros llegamos esta-
ban ya apartados en las proximidades del árbol.
ABOGADO: Cuando ustedes llegaron, usted y el juez,
¿ya estaban apartados en las proximidades de un ár-
bol?
DR. ROS: En las proximidades de un árbol, sí.
ABOGADO: Y esos trozos de papel, ¿también estaban
en las proximidades?
DR. ROS: Eso ya no se lo puedo contestar porque eso
fue una diligencia judicial que creo recordar que, bueno,
Su Señoría se apartó a hablar con ellos y no puedo
contestar a esto.
ABOGADO: Ya estamos en la fosa y cuando ustedes
llegaron en la fosa se habían levantado o quitado los
matorrales, había quitado parte o no de la tierra, yo
pregunto lo que usted vio, no lo que está en la fotografía.
DR. ROS: Lo que yo vi fue que los matorrales cortados
se habían apartado ya, y cuando llegamos exactamente
46
nosotros al punto de ver el espacio completo de la fosa,
la fosa se encontraba casi toda con la tierra.
ABOGADO: Y en ese momento es cuando se vieron, tal
y como se relata aquí la mano, el reloj y algunos dedos
tienen de carne, ¿esto se vio así o es que esto no es
cierto?
DR. ROS: Así es.
ABOGADO: ¿Cómo se puede ver la mano, y cómo se
puede ver el codo, y se puede ver el reloj en los huesos
que salen? ¿Cómo es posible esto?
DR. ROS: Seguramente la posición no era genupectoral.
ABOGADO: Si el codo está por arriba y la mano está por
abajo, entonces se vería el codo pero no la mano.
DR. ROS: Pero es que fácilmente pudo haber desplaza-
miento, no le puedo contestar, el mecanismo exacto de
la respuesta, pero la posición del cadáver era posición
genupectoral y el brazo estaba en semiflexión.
ABOGADO: Entonces yo si encima se dice que esas
manos están unidas y atadas ya no entiendo nada, y
eso es lo que le pregunto, cómo estando atadas las
manos, esa mano que se ve y la otra que no se ve, y
encima sale el codo y la mano, no lo entiendo.
DR. ROS: Bien, pues, esto es así.
ABOGADO: Es así, pues nada más, no le insisto. Evi-
dentemente yo no pretendo que usted diga que no sabe
o lo que no tiene explicación, y es bastante su respuesta,
para mí es bastante.
DR. ROS: Entonces nosotros en un primer momento
empezarnos a ir quitando capas, pequeñas capas, y en
el momento inicial nos van apareciendo tres cosas, nos
aparece una camiseta que tiene dos piedras, sacamos
la camiseta y la dejamos fuera de la fosa, era una
camiseta blanca, y en su interior había dos piedras
redondas, una media entre diez, doce cm, y la otra entre
ocho y diez. Me llamó la atención que eran piedras
regulares, lisas, o sea que eran unas piedras que no
formaban parte del entorno.
47
ABOGADO: ¿Podrían ser de las llamadas piedras de
río?
DR. ROS: No, porque el tamaño era realmente grande. A
continuación aparece una madera, un poquitín próximo
a esto, una madera triangular, que podría corresponder,
porque en la zona habían suficientes colmenas, con
madera que fuera de las colmenas, lo que constituye
una caja de colmenas. Y luego una tercera madera que
tenía unas zonas correspondientes a la entrada de otra
madera como una tabla. Como cuando se pone como si
fuera una estantería, un travesero, y después una
chaqueta. Esa fue digamos, el primer nivel. Eso lo
dejamos fuera, Su Señoría tomó notas, y enseguida nos
pusimos.
ABOGADO: Le voy a hacer una pregunta por si la
recuerda, ¿las piedras se quedaron dentro de la
camiseta?
DR. ROS: Bueno, esto yo se lo entregué a Su Señoría y
no le puedo decir.
48
o yo pensé en el momento de extraer que podía co-
rresponder a, eran maderas que habían en la zona.
ABOGADO: A partir de ese momento es cuando em-
piezan a ser sacados los cadáveres, entonces retirada
la tierra aparece en primer lugar un cuerpo, se aprecia
que tiene las manos atadas. Ahí es donde yo le pre-
guntaba, aparece un cuerpo retirada la tierra, luego
hasta que no se retiró la tierra y todos esos objetos debo
entender que no apareció el cuerpo, tal y como está
redactado.
DR. ROS: Sí
ABOGADO: Luego debía haber una profundidad, que
calcula usted que había entre chaqueta, todo eso que
está, y que se no se veía antes que quitar tierra, ¿todo
eso que profundidad arrojaría?
DR. ROS: Máximo 10 centímetros, era muy superficial.
De hecho, la fotografía se aprecia perfectamente la parte
más externa. O sea, la profundidad no llegaría a 5 o 10
centímetros.
ABOGADO: Nos iba a comentar como aparecían los tres
cadáveres.
DR. ROS: En el momento que estamos acabando de
extraer el primer cadáver nos golpeamos con unos pies
que corresponden a otro cadáver, que sería el segundo
cadáver. Es decir, el primero estaba más superficial, el
primero estaba doblado, y cuando llegamos a punto de
llegar a los pies nos golpeamos con el segundo cadáver,
con los pies del segundo cadáver.
ABOGADO: ¿Con los pies?
DR. ROS: Con los pies. Lo que pasa es que tenemos una
gran dificultad por el peso, entonces tenemos que meter
una madera, como digo en mi informe, para hacer pa-
lanca para poder extraer porque era realmente dificul-
toso, aunque habíamos cuatro o cinco personas traba-
jando.
ABOGADO: ¿Porque estaba muy agarrado al suelo?
49
DR. ROS: Estaba muy cogido y teníamos, con mucho
cuidado para no provocar, apoyándonos en la parte más
distal, tuvimos que hacer palanca para extraer el
cadáver.
ABOGADO: ¿Estaban pegados los dos cadáveres o
pegados a lo que es el suelo?
DR. ROS: El primero está claramente separado del
segundo y del tercero, lo que pasa es que los pies del
primero están en contacto con los pies del segundo, o
sea a nosotros cuando llegamos a los pies del primero,
ya tocamos los pies del segundo. Entonces una vez
extraído el primero con mucho cuidado lo llevamos a la
bolsa. E iniciamos el segundo, separación de tierra, y
cuando estábamos trabajando con el segundo me en-
contré la cabeza desprendida del segundo y en las pro-
ximidades una cabeza que por la zona que estaba yo
pensé que podía corresponder con el primer cadáver.
Entonces una vez conseguimos el segundo cuerpo los
pusimos juntos en una bolsa con las dos cabezas, para
que luego en el trabajo de autopsias se pudiera
diferenciar. Y ahí fue cuando iniciamos la extracción del
tercero que estaba en, el segundo y el tercero estaban
en una posición más anterior, o sea más distanciado,
aproximadamente como un metro, y en realidad el
tercero estaba en posición mucho más inferior que el
segundo. O sea, estaba el segundo y debajo de él
estaba el tercero
ABOGADO: Todas con la cabeza mirando hacia el
mismo sitio.
DR. ROS: Es que en realidad cuando se coge el segundo
cadáver la cabeza está desprendida y no se puede, o
sea, dar esa información, porque en el segundo cadáver
está la cabeza del primero y del segundo, y el tercero
esta el cuerpo totalmente doblado con la cabeza hacia
dentro, y no está desprendido.
ABOGADO: Cuando ustedes van a la fosa y sacan el
primer cadáver dice que la cabeza está desprendida y
50
la sacan, eso lo dicen en la diligencia de inspección
ocular.
DR. ROS: Si, sí, bueno, en realidad cuando vamos a
sacar el primer cadáver vemos que la cabeza está
desprendida, pero yo la cabeza del primer cadáver no
la saco hasta que saco el segundo cadáver.
ABOGADO: Pero ve que está desprendida en la propia
fosa.
DR. ROS: Sí. Lo que pasa es que si la fosa es rectangular
está ligeramente separada del cuerpo.
ABOGADO: Usted observa que la cabeza de algún
cadáver estuviera en un sitio geográficamente situado,
por decirlo de alguna manera, que se hubiera movido ¿o
no?, o era su estado natural, es decir, ¿estaba justo
detrás del cuello?
DR. ROS: Bueno, no exactamente detrás del cuello, hay
un relativo desplazamiento.
ABOGADO: En la diligencia de inspección ocular usted
habla en un caso de cráneo y otro de cabeza, ¿por qué
esa diferenciación?
DR. ROS: En realidad por el mismo estado que se
encuentra el material que se está recogiendo, en un caso
se aprecia un cráneo porque hay una pérdida de tejidos
y prácticamente era un cráneo, y en otro caso la cabeza
es un magma que parece que todavía se aprecian restos
de carnes y de formaciones a una cara normal.
ABOGADO: El pelo del primer cadáver, ¿dónde se en-
cuentra?
DR. ROS: En realidad hay un magma que yo todo lo
introduzco en una bolsa y lo introduzco, es que no, no
hay una diferenciación, no se puede diferenciar el pelo
del primero y el pelo del segundo.
ABOGADO: Yo lo que quiero es que por lo menos nos
diga, ¿el pelo del primer cadáver estaba cerca del primer
cadáver o estaba más cerca del segundo y tercer
cadáver?
51
DR. ROS: Estaba en la distancia que habría entre el
primero y el segundo, próximo hacia el segundo, o sea
una distancia intermedia.
ABOGADO: ¿Usted supo que era el pelo del cadáver
número uno?
DR. ROS: No, yo en el momento del levantamiento del
cadáver, yo cuando saco el primer cuerpo veo que no
tiene cabeza, y cuando estoy sacando el segundo es
cuando yo noto que hay dos cabezas. Y por la
proximidad delimito la que correspondería a la segunda
y la que por proximidad a la primera pienso que corres-
pondería a la primera.
ABOGADO: De hecho, en la fosa las cabezas ya estaban
separadas del cuerpo.
DR. ROS: En el cadáver primero y segundo sí.
ABOGADO: ¿Los pelos de esas cabezas estaban próxi-
mos?
DR. ROS: Es que si en realidad usted ha apreciado las
fotografías no se puede valorar lo que usted me está
preguntando.
ABOGADO: Le voy a hacer la pregunta de otra manera,
¿usted presupone lo que es pelo de uno, y presupone lo
que es pelo de otro cadáver?
DR. ROS: Pues en realidad no es tan fácil. No me resulta
fácil diferenciar, porque realmente yo, si usted ha
apreciado las fotografías, no se aprecia realmente que
haya ninguna estructura ni tan siquiera, o sea se
aprecia que es un cráneo por la forma, pero yo en aquel
momento no diferencio, de hecho, lo recojo para estudio
porque no, realmente yo en aquel momento no lo pude
diferenciar.
ABOGADO: ¿Y el cadáver número tres?
DR. ROS: El cadáver número tres quizá era el que mejor
conservado estaba, estaba en la porción inferior y
todavía tenía la cabeza, la articulación cervical conser-
vada, la cabeza no estaba desprendida, y una vez
sacamos el segundo, el tercero fue el que menos proble-
52
mas nos dio para sacar, por la facilidad, porque en
realidad el tejido estaba, todo el terreno de alrededor
estaba muy reblandecido.
El tema de las cabezas y los cueros cabelludos es
altamente desconcertante. Las cabezas no se despren-
den por efecto de la descomposición porque, en tal ca-
so, permanecerían cuanto menos en su misma posi-
ción, no más abajo. No obstante, la pericial indica este
orden de exhumación: primer cuerpo, segundo cuerpo,
cabeza del segundo cadáver, cabeza del primer cadáver
y tercer cuerpo. Así pues, si la cabeza del cadáver
número 1 no estaba en su sitio, se deduce que antes
de ser enterrada ya tenía la cabeza separada del tron-
co. Este hecho, unido al dato de que los forenses no
pudieron constatar decapitación alguna a través del
examen de las vértebras cervicales de las víctimas fue
esgrimido por los defensores de la teoría de que hubo
un doble enterramiento, es decir, que los cadáveres
sepultados en La Romana habían sido previamente
exhumados de algún otro lugar.
Pero sigamos con el interesante interrogatorio al
doctor Ros:
ABOGADO: Su Señoría el juez de instrucción le dice que
reconozca los cadáveres y eso es lo que el manual de
medicina legal dice que ha de hacer ahí porque ese
reconocimiento es vital, y ese reconocimiento es ahí
donde empieza el gran problema que viene desde mi
punto de vista, que viene no intencionadamente, que
viene por las omisiones que se consideran irrelevantes,
y ahí es donde empieza el principal problema. Yo ahora
le pregunto a usted doctor Ros, ¿por qué dice usted y
qué significa que el cuerpo se encuentra fragmentado
por la mitad superior del tronco, la mitad superior del
tronco fragmentado? ¿Esto quiere decir la cintura, el
cuello? ¿Esto qué quiere decir?
53
DR. ROS: Está fragmentado en la parte inferior del tron-
co.
ABOGADO: Lo tendré mal anotado. ¿Qué significa para
usted fragmentado?
DR. ROS: Bueno quiere decir que el cuerpo está que-
brado. Bueno en realidad ahí no se describió la posición
que lo encontramos, era una posición genupectoral,
entonces lo que se aprecia es la porción dorsal, entonces
al estar el cuerpo doblado para no deformar lo que es el
momento cuando yo hice la primera extracción, lo que
entendí por la situación del cadáver, por la rigidez
cadavérica, que ese cadáver podía estar fragmentado,
quiere decir que la porción dorsal estaba totalmente, la
columna dorsal podría estar rota porque estaba el
cuerpo doblado, la posición era genupectoral y lo que se
apreciaba en la parte más externa era la región dorsal.
Para explicar por qué había puesto en su informe que el
cadáver número uno estaba “fragmentado”, el doctor
Ros se hizo un tremendo lío, que en lugar de aclarar
cómo estaba el cuerpo, lo complicaba aún más. Además,
el abogado no tenía mal anotados sus datos, sino que el
doctor Ros había puesto en la diligencia “fragmentado
en la mitad superior del tronco” y, ante el juez y bajo
juramento, ahora afirmaba que estaba “fragmentado en
la parte inferior del tronco”.
ABOGADO: Sigue diciendo que tiene las manos atadas.
¿Cómo y cuándo lo vio?
DR. ROS: Bueno en realidad aquí como luego pudimos
comprobar en el momento de las autopsias, aquí falta
una mano, pero lo que ocurre que en el momento que yo
hago la visión microscópica veo un apelmazamiento que
no puedo diferenciar si está las dos manos o si falta
una, a mí me da la impresión de que esas manos están
atadas, pero hay un magma de tierra de tejidos y restos
de carne...
54
Al cadáver número uno, en contra de lo afirmado
por el Dr. Ros, no le faltaba ninguna mano. Pero ahí no
acabarían las contradicciones del doctor:
56
DR. ROS: Como se puede apreciar por las fotografías
eran cogidas hacia la porción anterior, en realidad los
tres cuerpos mantienen la misma posición, siempre es
genupectural, y era hacia la parte anterior.
ABOGADO: Pegadas las dos manos al cuerpo.
DR. ROS: Hacia la parte anterior, pero en realidad era
un magma que era difícil diferenciarlo.
59
DR. ROS: No necesariamente, porque como se puede
apreciar en el estudio fotográfico hay un magma de
tierra increíble, y entonces yo no quiero en aquel mo-
mento alterar para nada el cadáver y yo como lo recojo
lo traslado a la bolsa. O sea, yo no me fijé en aquel mo-
mento si estaban las dos manos, si estaban los dos pies,
yo me limito a coger el cuerpo y a llevarlo a la bolsa. En
aquel momento era imposible, imposible diferenciar y
tampoco me parecía que tuviera ninguna trascendencia
valorar si faltaba o no faltaba una mano.
ABOGADO: Si usted no puede ver una mano, no la
puede ver alguien lego en la materia, es decir si usted
no le ve la mano o no la puede apreciar, no puedo llegar
yo y no vérsela. Es que me llama la atención porque la
guardia civil precisamente en el cadáver numero dos
dice que le falta una mano, y usted dice que las tenía
apelmazadas y pegadas al cuerpo.
DR. ROS: Es que yo le he explicado que en realidad hay
un magma, en realidad sí usted ha presenciado alguna
vez un levantamiento de cadáver en estas condiciones,
hay un magma que está completamente impregnado, yo
ahí no me parecía correcto diferenciar ni tocar nada para
no manipular para nada el trabajo posterior. Si la
guardia civil lo vio, me parece muy bien y yo en aquel
momento era imposible en el estado que estaba poder
diferenciar.
60
ABOGADO: Y la última pregunta de esta diligencia.
Según esta descripción, no hay una sola indicación de
la posición de los cuerpos en la fosa, individualizados,
la posición de cada cuerpo y la posición de cada cuerpo
en relación con los demás, en esta diligencia, y le pre-
gunto Señor Ros, esto que es tan importante, ¿es que
para usted no lo es y por eso no lo ha puesto?
DR. ROS: Pues no señor, realmente es una cosa impor-
tante y que reconozco que posiblemente en el momento
de la diligencia lo tenía que haber indicado, y reconozco
que en el momento de la diligencia pues no lo describí.
ABOGADO: Terminada esta diligencia usted la firmó, la
diligencia quedó cerrada arriba. ¿Quiere concretar,
cuándo, cómo y con quién se baja usted?
DR. ROS: Pues mire, vamos a ver, aproximadamente
sobre las nueve, ocho y media, nueve menos cuarto de
la noche nos encontramos arriba en la zona rectangular,
entonces ya una vez que los 3 cuerpos son depositados
en 3 jeeps de la guardia civil, yo tengo un cambio de
impresiones con Su Señoría, en ese momento informado
del estado de los cadáveres y de la situación que podía
representar este tipo de actuación, pues Su Señoría
acuerda como se expresa en la diligencia la formación
del grupo, por parte de Su Señoría me comenta como me
parece que esto como podríamos enfocarlo, se le
comenta y Su Señoría da las órdenes oportunas como
se expone en la diligencia, de ahí bajamos al cuartel de
Llombai.
DEFENSA: ¿Usted con el Juez?
DR. ROS: Primero bajan los 3 jeeps con los cadáveres y
en otro coche bajan Su Señoría con la secretaria y
conmigo, juntos, junto a la guardia civil bajamos al
cuartel de Llombai, donde en principio por las especiales
características de esta situación Su Señoría ordenó a
que esperaríamos a que subieran tres coches funerarios
para no bajar las cajas en las condiciones que estaban
en el jeep. Porque realmente estaban, medio, no esta-
61
ban, no cabrían dentro del jeep. Entonces Su Señoría
decide que hay que esperar que suban 3 coches, esto es
aproximadamente a las nueve y cinco o las nueve y diez.
En ese intervalo de nueve y diez a diez menos diez se
produce la llamada del profesor Frontela. ¿Es esto lo que
me está preguntando? ¿Me está preguntando los pasos
que se siguieron? Es que yo le puedo contar, pues
sencillamente yo llegué a las doce de la noche a Valen-
cia y estuve trabajando hasta las siete de la mañana.
Esa noche estuve toda la noche trabajando.
DEFENSA: Pues nada más en relación con esto. Des-
pués de estas aclaraciones, de estas consultas, el
doctor Ros, ¿tiene que hacer alguna salvedad o alguna
rectificación o se afirma y se ratifica en esa diligencia?
DR. ROS: Pues con todos los errores que pudiera haber
en ellos, porque no somos perfectos, posiblemente las
cosas se pueden hacer muchas veces mejor, pero desde
luego se trabajó con las mejores intenciones y sin
escatimar en absoluto horas ni medios.
Tampoco es cierta esa última frase. La
desapari-ción de las niñas creó tal conmoción en
España que el presidente del gobierno, Felipe
González, ordenó que la Unidad Central Operativa
(U.C.O.) se hiciese cargo de la búsqueda de Miriam,
Toñi y Desirée. Los equipos de la U.C.O. desplazados a
Valencia estaban compuestos por un oficial, un
suboficial y cuatro miembros y rotaban cada quince
días. Sin embargo, el día del hallazgo, los miembros de
la U.C.O. destinados se estaban turnando con su
reemplazo, lo que provocó un vacío de reem-plazos en
el momento clave. Y no sólo eso, además, el teniente
coronel Carrascosa, entonces jefe de la U.C.O., tuvo
que pasar la vergüenza de decir en el juicio que «se
había enterado de la aparición de los cadáveres de las
niñas porque se lo había contado su madre porque
había salido en televisión».
62
Por algún motivo, tal vez celo profesional, los
miembros de la 311 Comandancia de la Guardia Civil
decidieron no contarles a los miembros de la U.C.O. la
aparición de los cadáveres y optaron por realizar una
primera inspección ocular y levantamiento de los
cadáveres absolutamente calamitosa15.
Así las cosas y con un levantamiento de cadáveres
más que chapucero, no pocos periodistas, y entre ellos
el célebre Juan Ignacio Blanco16, se hicieron eco de que
aquella misma noche, en el cuartel de Patraix de la 311
comandancia de la Guardia Civil de Valencia, hubo
gente que hasta sacó la pistola porque había un grupo
de personas que pretendía que lo que se estaba
ocultando era algo mucho más importante que lo que
al final se dejó ver. Y añaden que para llegar a un
acuerdo hubo que contar con la inmediata presencia
en Valencia del ministro de Interior, José Luis
Corcuera y del secretario de Estado para la Seguridad,
Rafael Vera, para intentar solucionar el lío. Y en
aquella reunión, que al parecer tuvo lugar el día 28, se
decidió que para prevenir todas las dudas que
pudieran surgir, se realizaría una nueva inspección
ocular en la fosa de La Romana y alrededores. De
hecho, la más completa que se ha realizado en la
historia de España hasta la fecha.
Dicha inspección ocular consistió en una revisión
de la zona durante 72 horas seguidas, sin parar, en la
que, por primera vez, miembros de la policía y de la
Guardia Civil trabajaron conjuntamente. El acta de
aquella inspección fue la siguiente…
15
Tan calamitosa que cuando a uno de los tres guardias civiles le preguntaron en el juicio si habían
acordonado la zona, contestó: “¡Por supuesto! ¡Cuando nos fuimos!”
16
Qué pasó en Alcácer, de Juan Ignacio Blanco (ed. Son Expresión S.L.)
63
64
ACTA DE INSPECCIÓN OCULAR
65
MUESTRA 1-F: Cartucho, sin percutir, marca GECO,
calibre 9 milímetros corto. Hallado en el interior de la
fosa, en el extremo opuesto al que aparecieron los
cuerpos, y enterrado a una profundidad entre 3 y 7
centímetros bajo el suelo de la fosa.
MUESTRA 2-F: Muestra de tierra obtenida del interior de
la fosa, para su examen.
MUESTRA 3-F: Dos cuerdas de fibra sintética de color
negro, presentando un lazo con nudo corredizo cada
una, y encontrándose una de ellas cortada por el lazo.
Encontradas en el interior de la fosa.
MUESTRA 4-F: Cuerda de fibra sintética de color negro,
presentando un lazo doble, con nudo fijo. En el extremo
del lazo opuesto al nudo, se observan manchas, al
parecer de óxido. La cuerda está cortada en su extremo,
estando deshilachada una longitud de 17 centímetros
desde el extremo cortado. Fue encontrada en el interior
de la fosa.
MUESTRA 5-F: Vértebra, al parecer humana,
encontrada en el interior de la fosa.
MUESTRA 6-F: Dos huesos, al parecer falanges,
encontrados en el interior de la fosa.
MUESTRA 7-F: Trozo de papel, con inscripciones
ilegibles, con tierra. Encontrado en el interior de la fosa.
MUESTRA 8-F: Vértebra, al parecer humana,
encontrada en el interior de la fosa.
MUESTRA 9-F: Restos de tejido, encontrados en el
interior de la fosa.
MUESTRA 10-F: Restos de fibra, encontrados en el
interior de la fosa.
MUESTRA 11-F: Pelos recogidos en el interior de la fosa.
MUESTRA 12-F: Dos muestras, al parecer fragmentos
de huesos, recogidos en el interior de la fosa.
MUESTRA 13-F: Trozo de metal, recogido en el interior
de la fosa.
MUESTRA 14-F: Restos de papel o tejido, encontrados
en el interior de la fosa.
66
MUESTRA 15-F: Tierra recogida de los alrededores de la
fosa.
MUESTRA 16-F: Restos de fibra textil y otra fibra
sintética, posible moqueta, encontrados a la derecha de
la fosa, situándose de espaldas a la misma.
MUESTRA 17-F: Cabo de vela, con la mecha quemada,
situado a una distancia de entre 2 y 3 metros del borde
de la fosa más próximo al camino.
MUESTRA 18-F: Piedra con manchas, al parecer de
sangre recogida a una distancia de entre 20 y 30
centímetros, a la derecha, mirando desde el camino, de
la muestra anterior.
MUESTRA 19-F: Bandolera de material plástico, de color
gris, con un mosquetón en cada extremo, recogida a una
distancia aproximada de 3 metros de la fosa, en
dirección al barranco.
MUESTRA 20-F: Dos trozos de madera de 65 x 6 x 7
centímetros, y 60 x 9 x 2 centímetros, recogidos en el
borde la fosa, presumiblemente procedentes del interior
de ésta.
MUESTRA 21-F: Trozo de materia ósea, sin determinar,
recogido en los alrededores de la fosa.
De la meseta donde se encuentra la fosa parte una
vereda que conduce a una caseta situada al fondo del
barranco, a unos 500 metros de distancia de la fosa. En
dicho camino se recogieron los siguientes efectos:
MUESTRA 1-H: Carcasa de motocicleta, al parecer de
todo terreno y de pequeña cilindrada, de color negro, con
dos listas doradas y entre ambas una franja roja a cada
lado.
MUESTRA 2-H: Restos de cera derretida, recogidos en el
camino, a unos 300 metros de la fosa, en dirección a la
caseta.
El camino anteriormente descrito termina en una
pequeña explanada, en la que se halla una caseta que
se encuentra totalmente derruida; el camino continúa
hasta otra caseta situada en un plano más inferior.
67
Esta caseta, vista desde el interior, es de planta
cuadrangular, con tejado a dos aguas, y consta de
planta baja y una buhardilla. A la izquierda, mirando a
la fachada principal, se encuentra un pequeño establo
semiderruido.
Dicha casa solamente presenta un acceso en la planta
baja, careciendo de puerta; el quicio del acceso está
pintado de color azul-añil.
Una vez en el interior se observa que existen dos
habitáculos. El principal tiene forma de L invertida,
observándose en el brazo más corto un hogar con
chimenea y al fondo a la izquierda, una escalera por la
que se accede a la buhardilla. Todas las paredes de
esta estancia están llenas de pintadas en las que
aparecen diferentes nombres, apodos, fechas y lugares.
En la pared situada a la derecha de la entrada, existe
una inscripción realizada, al parecer, con un punzón u
objeto similar, en la que se lee "ROBERTO - CATAROJA"
La otra habitación existente en la planta, de pequeñas
dimensiones, y a la que se accede a través de una
puerta a la que le falta la mitad inferior, está situada a
la derecha de la entrada y llena de basura.
A través de la escalera se accede a la buhardilla, la cual
se observa que presenta una pequeña ventana situada
en la fachada principal, encima de la puerta de entrada
a la caseta, con dos contraventanas de madera. En la
parte central se observa un poste en el cual descansa la
viga maestra de la edificación y una pequeña ventana
en la pared del fondo. Como único mobiliario se
encuentran dos colchones de espuma, uno encima de
otro, teniendo funda de color azul el situado en la parte
superior, y colocados junto a la pared del fondo, y
próximo a éstos otro colchón tipo FLEX de mayor
tamaño. Así mismo se observa una tinaja de cerámica.
Realizada una minuciosa inspección ocular del lugar se
han recogido las siguientes muestras:
68
EN LAS PROXIMIDADES DE LA CASETA
MUESTRA 1-P: Pantalón vaquero de color azul con una
pernera cortada, marca ESTROCKWEAR.
MUESTRA 2-P: Toallas con manchas de una sustancia
sin determinar.
MUESTRA 3-P: Cinta de cassette, color negro, con
inscripción "Curso de idiomas francés Planeta Agostini".
MUESTRA 4-P: Prismáticos tipo cartera, de color azul,
marca Sports Glass 3 x 25 milímetros.
INTERIOR DE LA CASETA (PLANTA BAJA)
MUESTRA 1-B: Pantalón vaquero de color marrón,
marca Zeppelin. Pantalón vaquero corto, de color
granate, marca Patt.
MUESTRA 2-B: Chaqueta de chándal de color azul con
franjas rojas y blancas, marca Vogel. Bañador de
caballero, de color rojo, con franja blanca, verde y azul,
marca Sayling West. Camiseta de manga corta, color
rosa, marca Braiman.
MUESTRA 3-B: cazadora vaquera de color azul, talla 50,
marca Marlboro.
MUESTRA 4-B: Cazadora de loneta, color verde oscuro,
talla 50, marca Solanas.
MUESTRA 5-B: Camiseta de manga corta, color azul,
con inscripción Baseball. Sudadera de color azul y
negro, con la inscripción Amarras.
MUESTRA 6-B: Chaqueta de chándal, color negro con
franjas amarillas marca Rasan. Pantalón vaquero azul
marca Levis-Strauss.
MUESTRA 7-B: Tubo metálico, conteniendo pastillas,
marca Hibitane.
MUESTRA 8-B: Restos de papel correspondientes al
resguardo de una denuncia de tráfico, en la que aparece
la matrícula V-5695-Y, de fecha 7 de abril de 1.992,
hora 16,38, y en el apartado Datos del Conductor figura
el nombre de Roberto Anglés Martins.
MUESTRA 9-B: Trozo de papel cuadriculado, con
anotaciones en tinta roja.
69
MUESTRA 10-B: Papel cuadriculado con anotaciones,
posiblemente en portugués.
MUESTRA 11-B: Envoltorio de pilas Tudor.
MUESTRA 12-B: Tijeras cromadas con la punta de las
dos hojas deformadas, marca Layfa-inox.
MUESTRA 13-B: Bote de plástico blanco, con tapón
dosificador en forma de cono.
MUESTRA 14-B: Dos vasos de plástico, color amarillo.
MUESTRA 15-B: Frasco de cristal, vacío, de espárragos,
marca Gigante Verde.
MUESTRA 16-B: Bote de plástico, vacío, de depilatorio a
la cera virgen.
MUESTRA 17-B: Botella vacía de brandy, marca
Centenario.
MUESTRA 18-B: Botella vacía de brandy, marca
Veterano.
MUESTRA 19-B: Raspaduras obtenidas en la pared que
hace de tabique divisorio entre el habitáculo secundario
y el brazo corto de la L invertida que forma el habitáculo
principal, a una altura de unos 40 centímetros desde el
suelo, en las que se halla una sustancia de color rojizo
sin determinar.
MUESTRA 20-B: Bloc de muelle, de 11 x 7,5 centímetros,
con anotaciones manuscritas.
INTERIOR DE LA CASETA (ESCALERA)
MUESTRA 1-E: Venda tipo gasa, de color blanco.
INTERIOR DE LA CASETA (BUHARDILLA)
MUESTRA 1-S: Pelos recogidos en el colchón tipo Flex.
MUESTRA 2-S: Pelos recogidos en el colchón tipo Flex.
MUESTRA 3-S: Bufanda tubular, de color verde.
Pantalón corto, tipo tenis, de color azul con rayas
blancas y rojas en la cintura. Pantalón de deporte de
color verde. Camisa en tonos grises. Camisa a cuadros
con el cuello blanco.
MUESTRA 4-S: Venda tipo gasa, de color blanco.
MUESTRA 5-S: Calcetín de color claro.
70
MUESTRA 6-S: Envase de cartón de un producto
cosmético de la marca Shila, en cuya parte posterior
figura una lista de diferentes productos de alimentación.
MUESTRA 7-S: Billete de autobús de la empresa
A.U.V.A.C.A., S.A., con número de serie A 095659.
MUESTRA 8-S: Bolígrafo con tinta azul, marca BIC.
MUESTRA 9-S: Cabo de vela, con la mecha quemada.
Moneda de 1 peseta.
MUESTRA 10-S: Colillas de cigarrillos recogidas
alrededor de los colchones.
MUESTRA 11-S: Colillas de cigarrillos recogidas en
diferentes puntos de la buhardilla.
MUESTRA 12-S: Fibras de la funda del colchón tipo Flex.
MUESTRA 13-S: Dos paquetes de tabaco de las marcas
Winston y Marlboro.
MUESTRA 14-S: Venda tipo gasa de color blanco.
MUESTRA 15-S: Venda tipo gasa de color blanco.
MUESTRA 16-S: Ampolla de cristal, vacía, con el cuello
roto, de la marca Bioserum-Severance. Diferentes
envases individuales de pastillas.
MUESTRA 17-S: Paquete de cigarrillos, marca Winston,
vacío, en cuya parte exterior figura manuscrito
"126.68.56 CASA".
MUESTRA 18-S: Pelos recogidos sobre el colchón tipo
Flex.
MUESTRA 19-S: Bote metálico de conservas, con dos
cabos de vela pegados en su parte superior. Uno de los
cabos está casi totalmente consumido.
MUESTRA 20-S: Sábana blanca recogida sobre el
colchón de espuma.
MUESTRA 21-S: Manta marrón con franjas blancas,
recogida sobre el colchón tipo Flex.
MUESTRA 22-S: Pelos recogidos sobre el colchón de
espuma. Trozo de espuma.
MUESTRA 23-S: Trozos de madera, recogidos del poste
central de la buhardilla, en las que se aprecian
71
manchas de color rojizo, a una altura de 165
centímetros desde el suelo de la buhardilla.
MUESTRA 24-S: Cuerda de fibra sintética, de color
negro, que se encontró atada, con doble traza y nudo
corredizo, en el poste central de la buhardilla, a una
altura aproximada de 175 centímetros del suelo.
MUESTRA 25-S: Tres cabos de vela con la mecha
quemada, encontrados junto a los colchones.
MUESTRA 26-S: Navaja cromada, con una hoja de 5,2
centímetros de longitud, la cual presenta manchas
rojizas de una sustancia sin determinar.
MUESTRA 27-S: Pendiente de aro, al parecer de oro, de
unos 8 milímetros de diámetro entre el cierre y el eje del
mismo, encontrado en el suelo, junto a la parte trasera
mirando desde la escalera, del colchón más próximo a
la pared. Se encontraba a unos 10 ó 15 centímetros del
mismo.
El camino principal que conduce al barranco de La
Romana, situado a una distancia de unos 50 metros a
la izquierda de la fosa, situándose de espaldas a la
misma, termina su recorrido cómodamente transitable
en una pequeña explanada, en la que se han recogido
los siguientes objetos:
MUESTRA 1-X: Venda de color blanco con una franja
roja.
MUESTRA 2-X: Mochila de material plástico, de color
azul y blanco, de la marca Tyrolia.
MUESTRA 3-X: Un pico con astil, totalmente oxidado.
MUESTRA 4-X: Botella de cristal, vacía, de color blanco.
El desarrollo de las Operaciones Técnico-Policiales
efectuadas durante la Inspección Ocular reflejada en
este Acta, han abarcado desde la hora y fecha
consignadas al principio, hasta las ocho de la tarde del
día 31 de Enero de 1.993.
Los hallazgos realizados en el interior de la fosa
resultaban sorprendentes. En primer lugar, era
72
tremendamente llamativo que, en el proceso de cribado
de la tierra, apareciesen dos vértebras de la columna
vertebral y dos falanges, pertenecientes estas últimas
a alguno de los dedos de las víctimas. Veremos que en
el informe de la autopsia, los seis médicos forenses en
ningún momento mencionaron que estos huesos le
faltara a ninguno de los cadáveres. Sólo había dos
posibilidades a cual más inquietante que la anterior:
que los forenses no hubieran hecho bien su trabajo o
que estos huesos no pertenecieran a las niñas. Pero,
aun así ¿cómo habían aparecido enterrados en la fosa
más profundamente que los cadáveres, dado que los
mismos habían sido depositados encima de una
alfombra? En caso de desprenderse, lo normal es que
se hubieran quedado encima de la alfombra y hubieran
aparecido durante el alzamiento de los cuerpos. Sin
embargo, aquellos huesos habían atravesado miste-
riosamente esa alfombra. Cabe otra posibilidad: que,
habiendo sido la operación de retirada de los cuerpos
en horas nocturnas, los encargados del trabajo no los
hubiesen visto (hablamos de piezas pequeñas) y
hubiesen resbalado de la alfombra al interior; sin
embargo, en tal caso no habrían quedado cubiertos de
tierra, sino en la superficie. En cualquier caso, los
investigadores no dejaron constancia de la profun-
didad a la que aparecieron.
También llamaba poderosamente la atención que
los investigadores hubieran encontrado "un cartucho
sin percutir", es decir, una bala entera sin disparar,
enterrada igualmente en la fosa. Además, sorprendía
que en este caso en el Acta se hiciera constar la
profundidad a la que había aparecido, "entre 3 y 7
centímetros bajo el suelo de la fosa". Le encontraremos
explicación a este dato más adelante cuando desarro-
llemos la teoría de lo que de verdad pudo ocurrir allí.
Por cierto, que la bala sin percutir fue el único hallazgo
73
fotografiado tras el cribado de la tierra17, lo cual
redunda en algo que mencionábamos antes: que lo que
llama la atención a un perito policial no es necesaria-
mente lo mismo que interesa a un forense o a un juez
(la época de C.S.I. Las Vegas quedaba muy lejos en el
futuro y las técnicas forenses y de investigación,
aunque muy complejas ya, no eran tan multidiscilpli-
nares como lo son en la actualidad).
Llama también poderosamente la atención los dos
objetos de madera que los guardias civiles que habían
participado en el levantamiento se habían dejado
"olvidados" en la fosa que el juez les había ordenado
custodiar. Los miembros de la U.C.O. y los inspectores
jefes de Policía, se llevaron las manos a la cabeza al
comprobar cómo los hombres del capitán Ibáñez se
habían podido "olvidar" pruebas que podían ser
importantísimas, ya que los policías judiciales saben la
importancia que tiene cualquier objeto que haya sido
enterrado por un asesino junto a sus víctimas.
Tampoco entendían que ninguno de los miembros de
la Benemérita que estuvieron el día anterior en la fosa,
no hubieran visto una "bandolera de plástico" que
estaba a tan solo tres metros de la fosa.
Sorprende también que "en los alrededores de la
fosa" apareciera un trozo de materia ósea, es decir, un
trozo de hueso ¿Se les cayó el día anterior? ¿Pertenecía
a las víctimas? Sin duda no debió ser poco el nervio-
sismo durante aquellas horas, especialmente en un
suceso que había tenido tanta trascendencia mediá-
tica.
En el camino que conducía desde la fosa hasta la
caseta, unas gotas de cera derretida, lo que unido al
"cabo de vela con la mecha quemada" hallado en el
17
El encargado de realizar el reportaje fotográfico de la Inspección ocular fue Francisco Blanca, único
miembro de la 311 Comandancia de la Guardia Civil que participó en la misma y el único que dependía
directamente del capitán Ibáñez
74
borde de la tumba de las niñas, que alguien había
utilizado velas por allí en algún momento18.
Cuando los investigadores llegan a la caseta de La
Romana hallaron mucho desorden y suciedad, indica-
tivo de que no se trataba de un lugar habitado con
asiduidad19. Sin embargo, llamaba la atención que
aparecieran tiradas por el suelo numerosas prendas de
vestir, todas ellas de marca y, desde luego, caras20.
Otros hallazgos importantes fueron el cuaderno
"con anotaciones manuscritas", un "trozo de papel cua-
driculado con anotaciones en tinta roja" y "un papel
cuadriculado con anotaciones, posiblemente en portu-
gués". Sin duda, podían ser pistas fundamentales para
la investigación21.
También apareció otro curioso papel: una multa
de tráfico, de fecha 7 de abril de 1992, a nombre de
Roberto Anglés Martins22. Según declaró bajo jura-
mento el Inspector Jefe del Grupo de Homicidios de la
Comisaría de Valencia el Sr. Asensio, "esos trozos de
papel aparecieron excavando en el suelo". Sin embargo,
tal y como se podía apreciar en las fotografías, los
papeles estaban prácticamente nuevos y totalmente
limpios para haber estado enterrados varios meses.
Una vez más, uno de hermanos Anglés se dedicaba a
trocear un papel con su nombre y dirección, que
llevaba en el bolsillo para abandonarlo muy cerca del
lugar del enterramiento de Miriam, Toñi y Desirée.
En una de las paredes de la planta baja y a una
altura del suelo de 40 centímetros, los especialistas de
la Guardia Civil y la Policía observaron que había una
mancha de color rojizo del tamaño de una moneda
pequeña, que podía ser sangre. Por ello, rasparon con
18
En una de sus confesiones, Miguel Ricart aseguraba que habían usado linternas, concretamente las que
la Guardia Civil encontró en el registro de su coche y del de Anglés.
19
De hecho, por no tener, la caseta no tenía ni puerta.
20
Las predilectas de Antonio Anglés, como veremos más adelante.
21
Nunca hemos sabido lo que había escrito en ellas. Tampoco se realizó prueba grafológica de los mismos
ni mucho menos intento alguno de hallar en ellos huellas dactilares.
22
Uno de los hermanos de Antonio.
75
sumo cuidado la pared y recogieron la muestra para
que fuera enviada a analizar. Esta mancha iba a ser el
único posible resto de sangre que los investigadores
iban a encontrar en toda la caseta, y eso que se utili-
zaron todos los medios técnicos para comprobar en los
suelos, paredes, rincones, grietas, etc. si existía el me-
nor indicio de sangre, aunque ésta hubiera sido lim-
piada por los asesinos. Pero todo fue en vano. En la
caseta de "La Romana" ni había, ni había habido
manchas de sangre. Únicamente la supuesta gota de
la pared, de la que tampoco se hizo tampoco fotografía
alguna23.
La buhardilla estaba un poco menos sucia y algo
más ordenada que la planta baja. Sobre el suelo de
cemento podían verse tres colchones, uno de muelles y
dos de espuma, en los que los investigadores encon-
traron numerosos pelos, varios de ellos púbicos, que
se recogieron para ser analizados. También se reco-
gieron múltiples colillas, aunque éstas, sin embargo,
nunca se enviaron a analizar, pese a que podría haber-
se averiguado, gracias al ADN de la saliva, quién los
había fumado. El paquete de tabaco en el que había
escrito un número de teléfono junto al que aparecía la
palabra "casa” correspondía al domicilio de Catarroja
de la familia Anglés24.
Tampoco se ha sabido nunca de qué marca eran
los "diferentes envases individuales de pastillas" que se
encontraron y que nunca se mandaron a analizar. Lo
que si enviaron a analizar fue una pequeña navaja que
tenía en su hoja "manchas rojizas", que podían ser de
sangre. También apareció, junto a uno de los colcho-
nes y en el suelo, un pequeño pendiente con forma de
aro. ¿Podía pertenecer a alguna de las niñas? Aquí los
23
Más que llamativo si consideramos las torturas a las que fueron sometidas las víctimas y especialmente
crítico si tenemos en cuenta que La Romana era prácticamente una zorrera por su desorden y falta de
higiene: difícil es hacer desparecer manchas de sangre en un lugar así.
24
Sin embargo, el paquete no podía pertenecer a Antonio Anglés porque éste NO FUMABA. Tampoco se
hicieron pruebas grafológicas de aquella palabra “casa”.
76
conspiranoicos aseguran que no, porque en el
reconocimiento forense de los cuerpos, éste no
coincidía en forma y tamaño (no era pareja) de ninguno
de los que llevaban las víctimas; sin embargo se saltan
un detalle importante: en 1992 era bastante común y
estaba de moda llevar pendientes distintos en cada
oreja (y sabemos que una de las niñas, Miriam, solía
hacerlo).
Llamó poderosamente la atención de los investiga-
dores una gran mancha rojiza que se podía apreciar en
el poste central de la buhardilla, un tronco de madera
que sujetaba las vigas del tejado. Curiosamente, esa
mancha roja estaba a una altura de algo más de metro
y medio del suelo, y sobre ella había atada una cuerda
de fibra, de color negro y con la punta quemada,
similar a las que habían aparecido en el interior de la
fosa. Esta mancha y la cuerda hicieron suponer a los
investigadores que, a lo mejor, las niñas habían estado
atadas a ese poste y la mancha podría ser de sangre.
Por ello, se arrancó parte de la madera del tronco para
ser enviada a analizar. Lo que nunca se hizo fue com-
parar la cuerda encontrada atada al poste y las apare-
cidas en la fosa, al igual que no se comprobó si alguna
de las cuerdas encontradas en la tumba tenía la punta
quemada, como la tenía la que estaba atada al tronco.
Resumiendo, bien podríamos cerrar este capítulo
con el informe que se une a la diligencia de inspección
ocular, el cual nos servirá para profundizar aún más
en el caso y tratar de descubrir objetivamente qué pasó
y qué no pasó allí.
EN EL INTERIOR DE LA FOSA
- Resto de materia ósea.
- Resto de ropa.
- Restos de fibras.
- Restos de pelos.
- Dos muestras conteniendo fragmentos posible-
mente de huesos.
- Resto de metal.
- Resto de papel o tejido.
78
INFORME ELABORADO POR EL CENTRO
METEOROLÓGICO TERRITORIAL DE VALENCIA DE
LAS CONDICIONES METEOROLÓGICAS EN EL
PERIODO COMPRENDIDO DEL 13-11-92 AL 27-1-93
EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE TOUS (PARTIDA
DE "LA ROMANA").
79
80
LAS AUTOPSIAS
81
D. Rafael Vicent García, Licenciado en Medicina,
Médico Forense de los Juzgados de Instrucción núm. 6
y 8 de Valencia.
D. José Delfín Villalaín Blanco, Doctor en Me-
dicina. Catedrático de Medicina Legal de la Facultad de
Medicina de Valencia. Especialista en Medicina Legal y
Forense.
Quedaba por saber quién iba a dirigir las necrop-
sias. Por lógica debería haber sido Ros, pues era el
titular del juzgado, pero, como hemos dicho, el tema ‘le
quedaba grande’. El de mayor categoría académica era
José Delfín Villalaín; sin embargo, se trataba de un
sujeto de trayectoria polémica. Entre otros casos, el
forense Villalaín fue perito de la defensa de los fun-
cionarios de prisiones que mataron a golpes al preso
anarquista Agustín Rueda, y también perito de la
defensa de los guardias civiles del Caso Almería. En
ambos casos del doctor Villalaín defendía la inocencia
de los que posteriormente fueron condenados: los fun-
cionarios de prisiones en el primero y los guardias
civiles en el segundo. Buena muestra de ello es la
siguiente información publicada por el diario "EL PAÍS"
el 8 de enero de 1988, bajo el título "Contradicciones
entre los peritos sobre las causas de la muerte de
Agustín Rueda".
«...El tribunal mostró su perplejidad ante la discrepancia
entre los peritos sobre cuestiones técnicas médicas,
especialmente en la muerte de Rueda. Los dos médicos
propuestos por la defensa (José Delfín Villalaín y
Ángel Fernández Gaitán) reconocieron que en ningún
momento vieron el cadáver de Rueda ni las lesiones de
los otros presos, y que sus afirmaciones se basan
únicamente en las fotografías que figuran en el sumario
y en los informes redactados por los forenses Gregorio
Arroyo, que asistió con el juez al levantamiento del
cadáver, y Domingo Sastre, a los que contradicen.
82
»Antes de iniciarse la confrontación entre los
peritos, el abogado Jaime Sanz de Bremond, represe-
ntante de una de las acusaciones, denunció que el perito
José Delfín Villalaín no es profesor de la Escuela de
Medicina Legal, como pretende, aspecto que ratificó el
director del centro, Bonifacio Piga, que es otro de los
peritos que interviene en el juicio. Villalaín, quien
participó en el "caso Almería" como perito de la defensa
de los guardias civiles, mostró un carné de la Escuela
de Medicina Legal firmado por el doctor Piga, que éste
reputó como falsificado. A raíz del "caso Almería",
Villalaín ya fue denunciado por presunta usurpación
de funciones.»
No se sabe muy bien cómo ni por qué, pero al final
se decidió que dirigiría las autopsias el profesor Verdú,
facultativo en excedencia que llevaba años sin efectuar
autopsias.
Así, a primera hora de la mañana, los facultativos
entraron en el Anatómico Forense y se pusieron manos
a la obra. He aquí el informe que emitieron:
»A las 9 horas del día 28 de enero de 1993, en
cumplimiento de orden judicial, practicaron la autopsia
al CADAVER NÚMERO UNO, según se enumeraron en el
momento del levantamiento. La cabeza está separada
del cuerpo. Los brazos aparecen colocados a la espalda
del cadáver, con ambas muñecas sujetas por una
ligadura de doble nudo. El cuerpo aparece totalmente
impregnado de tierra, en la que se observan algunas
larvas de insectos en escasa cantidad. Llama la
atención que el antebrazo izquierdo está desprendido a
nivel de la articulación del codo, faltando la masa
muscular del antebrazo. La parte superior izquierda de
la cavidad torácica ha sufrido fenómenos de
transformación, con desprendimiento de las costillas del
lado izquierdo, de la clavícula izquierda, de la escápula
izquierda y con desintegración de la articulación del
83
hombro. La cavidad torácica a este nivel comunica
ampliamente con el exterior. Se procede al detalle de las
prendas de vestir:
―suéter de tejido y color claros.
―camiseta deportiva de color claro sin inscripciones
visibles.
―sujetador blanco, que aparece perfectamente abro-
chado, en su posición habitual.
―pantalón vaquero azul, marca Caroche-Classic Brand,
que aparece perfectamente abotonado.
―cinturón de piel marrón, de hebilla ancha, que aparece
perfectamente cerrado.
―bragas blancas.
―calcetines de color morado con franjas verdes en la
parte superior.
―botas de color marrón, con cordones, del número 38 de
la marca Geneve.
Objetos personales:
―anillo de oro con una piedra azul turquesa engarzada.
―reloj marca Capricho, plateado, de esfera blanca y
gran tamaño con su correspondiente pulsera metálica
elástica.
―ocho monedas.
―barra de labios de color rosa marca Gobi
―ligadura de doble nudo fabricada con lo que parece ser
una venda elástica de color blanco con un ribete rojo en
uno de sus bordes.
84
»Esta fase colicuativa es claramente perceptible en
el estudio interno del cadáver, pues hay sustitución del
paquete visceral por una masa amorfa y homogénea. No
obstante, a nivel externo, la integridad cutánea es com-
pleta desde una línea imaginaria que partiendo del
hombro izquierdo concluye en la zona mamaria derecha,
esta línea se extiende hacia abajo, ocupando el resto del
cuerpo30.
»En relación a la cabeza, la pérdida de partes blan-
das ha dado lugar al desprendimiento de las vértebras
cervicales con la consiguiente separación de la cabeza;
no existen lesiones macroscópicas a nivel de las
vértebras cervicales31. El cuero cabelludo está despren-
dido32.
El siguiente paso de los forenses fue lavar con
agua a presión todo el cuerpo, en el que distinguieron
las siguientes lesiones:
»Hematoma redondeado de 4 x 3 centímetros en la
cara posterior del brazo izquierdo.
»Surco muy apergaminado, de 1.5 centímetros de
anchura, que rodea la muñeca izquierda.
»Hematoma de forma elíptica, con 10 centímetros de
diámetro vertical mayor y 6 de diámetro menor,
horizontal situado en la parte posterior del hombro
derecho.
30
Es decir, el cadáver tenía toda la piel del cuerpo intacta, pero le faltaba un enorme trozo del pecho y el
cuello también había desaparecido. Para explicar la desaparición de la piel y los músculos del pecho, los
médicos lo achacaron a una intervención animal, dado que la parte del cadáver que faltaba era la que se
encontraba más cercana a la superficie del enterramiento. Sin embargo, jamás aclararon que tipo de animal
se había comido parte del cuerpo del cadáver número uno.
31
Es decir, a simple vista, no vieron ningún tipo de señal de algún arma en las vértebras del cuello, pero
tampoco aclararon si estaban todas, ni se envió ninguna a analizar para comprobar que efectivamente
carecían de lesiones. Por otra parte, resultaba extraño que un animal devorara la piel y los músculos del
cuello y no dejara señal alguna en las vértebras. Además, resultaba difícil entender que si la víctima
conservaba íntegra toda la piel del cuerpo, la cabeza fuera una auténtica calavera, en fases muy avanzadas
de esqueletización.
32
Recordemos que se encontró un amasijo de pelos que correspondía a los cadáveres 1 y 2 en la bolsa del
primer cadáver. Inconcebiblemente, el Dr. Ros, durante el levantamiento de los cuerpos había cogido las
cabelleras de los dos primeros cuerpos -que estaban juntas en la fosa aunque las cabezas estaban a bastante
distancia- y las había introducido hechas un revoltijo en una de las bolsas.
85
»Hematoma alargado en sentido vertical de 4 x 2
centímetros, en la cara interna del brazo derecho.
»Surco muy apergaminado, de 1.5 centímetros de
an-chura, que rodea la muñeca derecha.
»Escoriación redondeada, de 3 centímetros de diá-
metro, situada en región dorsal, a nivel de la décima
vértebra dorsal.
»Hematoma redondeado de 1 centímetro de
diámetro en parte posterior de pierna izquierda.
»Hematoma cuadrangular, de 4 x 2 centímetros,
situado en cara interna de muslo izquierdo.
»Hematoma alargado, de 8 x 2 centímetros, a nivel
de cara lateral externa de pierna izquierda33.
»Aparecen también hematomas a nivel de extremi-
dades superior e inferior, cuyo mecanismo de produ-
cción podría ser el de presión, dada la zona de difícil a-
ccesibilidad en la que asientan (parte interna del muslo,
parte posterior de brazo y antebrazo)34.
»Existen en ambas muñecas lesiones del tipo de
surcos, con hendidura muy pronunciada, que habla a
favor de una intensa presión, por un lazo no blando,
consistente y mantenido. Sin embargo, presentan un
aspecto macroscópico (a simple vista) que indica una
escasa reacción de vitalidad, como si hubieran sido
producidas un corto tiempo antes del fallecimiento35.
»Se procede al examen de la cabeza, comprobando
que un poco por encima de la sien hay un orificio, cuyas
características generales se corresponden con las de un
orificio de entrada, por disparo por arma de fuego. La
forma del orificio es elíptica, midiendo por una zona 1,3
centímetros y por otra 0,9 centímetros. No se encuentra
33
Además, los forenses comprobaron que había innumerables moratones diseminadas sobre todo por la
espalda, nalgas y extremidades. Por su forma, los médicos consideraron que habían sido producidas por la
acción violenta de objetos, de superficie roma, morfología y consistencia variable.
34
Es decir, los forenses consideraban que las lesiones que presentaba la víctima habían sido producidas de
dos formas: por golpes brutales propinados con diferentes objetos y por haber sido sujetada con gran fuerza
por los muslos y los brazos.
35
Los médicos tenían claro que las ataduras que rodeaban las muñecas del cadáver le habían sido colocadas
poco antes de morir.
86
orificio de salida. Se observa en el cráneo un hematoma
redondeado de dos centímetros de diámetro, situado
dos centímetros por encima de la protuberancia occipital
externa, habiendo en la cuenca que ocupó el ojo derecho
materia orgánica de color oscuro, que hace suponer una
fuerte hemorragia.
»La mandíbula superior presenta la ausencia de los
dos incisivos mediales, y en la inferior el segundo pre-
molar del lado derecho y el segundo molar del lado
izquierdo. En los incisivos inferiores se observan incrus-
taciones minerales en el borde superior, compatibles con
una permanencia prolongada del cuerpo en terreno de
naturaleza calcárea.
»Se procede a serrar el cráneo para comprobar lo
que existe en su interior. En este caso se observa que la
putrefacción ha convertido el cerebro y el cerebelo en
una masa amorfa de color grisáceo-azulado de consis-
tencia blanda pastosa. Se observa un proyectil incrus-
tado justo encima de la órbita que ocupó el ojo derecho36.
»Se procede a continuación al análisis del pecho a-
preciándose que los bordes del mismo son irregulares y
desflecados, correspondiéndose este aspecto con que la
destrucción de la piel y tejido se produjera a cargo de
los animales de la zona. Se aprecia una zona oscura
entre las costillas segunda, tercera y cuarta de la parte
derecha, que se debería a una gran hemorragia que la
víctima sufrió aún con vida, probablemente a causa de
un fortísimo golpe.
»La columna vertebral aparece desarticulada. Las
seis primeras vértebras de la columna aparecen desar-
madas y dispersas por la zona.
»Los pulmones y el corazón de la víctima no se
pueden distinguir, ya que se han convertido en putrí-
lago.
36
Curiosamente, esta bala no se había deformado lo más mínimo, pese a que había atravesado los huesos
de la cabeza y había provocado una fisura de 5 centímetros en el cráneo al chocar en su interior.
87
»Aparece en la zona pectoral una herida abierta en
forma de corte en el pecho izquierdo.
»Se procede a abrir el abdomen, encontrando que
las vísceras estaban muy alteradas por los fenómenos
putrefactivos. Sin embargo, el estómago está conserva-
do; a la apertura se aprecia una substancia de color
anaranjado.
»Se procede al estudio de la zona anal y genital. Lo
primero que se observa es una gran dilatación del
orificio anal que presenta un diámetro aproximado de 5
centímetros. No es descartable que dicha dilatación pu-
diera tener un origen forzado, derivada de la introdu-
cción de un objeto o parte anatómica a través de dicho
orificio en vida o postmortem. En todo caso dicho objeto
o parte anatómica carecería de bordes afilados o
rugosos, ya que no se ha apreciado la existencia de
erosiones o lesiones en las mucosas.
»Además, el orificio anal presenta abundantes res-
tos fecales37. A simple vista no se aprecia lesión alguna
en el orificio anal, en la zona cutánea que le rodea o en
los primeros tramos de la mucosa rectal.
»Igualmente, en la región genital, no se aprecian
lesiones a nivel de labios mayores o menores.
»No se aprecian soluciones de continuidad traumá-
ticas en el repliegue mucosa que ocluye parcialmente la
entrada de la vagina38.
»Se procede a la apertura de las cavidades vaginal
y rectal, sin que en ninguna de ambas se encuentre
ningún tipo de alteración traumática.
»Se procede a la toma de muestras orgánicas proce-
dentes del cadáver, a fin de que se realicen las opor-
tunas investigaciones analíticas en el Instituto Nacional
de Toxicología39.
37
Es decir, la víctima había hecho sus necesidades poco antes de morir, algo que convertía aún en más
inexplicable la extraña sustancia que contenía el estómago del cadáver.
38
Es decir, la víctima tenía el himen intacto y había muerto virgen.
39
Esto fue lo que amputaron al cadáver: dos fragmentos cutáneos de muñeca derecha. Mano izquierda.
Mano derecha. Fragmento cutáneo perineal que incluye orificios anal y vaginal. Cráneo.
88
»Asimismo, se remiten al Instituto Nacional de Toxi-
cología una bolsa conteniendo las bragas, para que se
efectúe búsqueda de fluidos orgánicos y, si procede,
identificación.
»Se efectúa reportaje fotográfico durante la práctica
de la autopsia, a cargo del servicio fotográfico del
Instituto Anatómico Forense de Valencia y de personal
del Gabinete de Policía Científica de la Guardia Civil 40.
Se adjunta resumen de dicho reportaje fotográfico al
presente informe41.
»De lo anterior se deducen lógicamente las siguien-
tes CONCLUSIONES:
1.- Las características generales del cadáver y las ropas
y objetos personales encontrados en el mismo se
corresponden con las de... ANTONIA GÓMEZ RODRÍ-
GUEZ.
2.- La muerte ha sido violenta.
3.- La muerte se produjo con absoluta seguridad por
destrucción de centros vitales encefálicos.
4.- Dicha destrucción de centros vitales encefálicos se
produjo como consecuencia de una herida por arma de
fuego.
5.- Dicha herida por arma de fuego tiene las siguientes
características:
- Orificio de entrada a nivel temporoparietal izquierdo,
con morfología elíptica de 1.3 x 0.9 centímetros.
- Trayectoria en la cavidad craneal de detrás a delante,
de izquierda a derecha y ligeramente descendente.
- Alojamiento del proyectil en lámina orbitaria derecha
del hueso frontal.
- No es posible precisar absolutamente la distancia
desde la que fue efectuado el disparo con los datos
40
¿Para qué querían hacer fotografías de la autopsia los miembros de la Guardia Civil?
41
¿Por qué sólo un resumen? Teniendo en cuenta que había 4 personas haciendo fotografías, que no hay
una sola imagen en todo el sumario de las autopsias propiamente dichas. No hay ni una sola fotografía del
interior de los cuerpos, ni de sus vísceras.
89
obtenidos en el examen macroscópico, si bien cabe
descartar el disparo a boca de jarro (el que se realiza
con la boca del arma en contacto con la piel).
6.- En el cadáver aparecen múltiples lesiones de tipo
contusivo, fundamentalmente a nivel de plano posterior
del mismo y extremidades. La mayoría de estas lesiones
presentan claros signos de reacción vital.
7.- En el cadáver aparece una pronunciada dilatación
anal compatible con la introducción de un objeto o parte
anatómica a través de dicho orificio en vida o post-
mortem.
8.- El cadáver presenta signos de haber sido atadas las
manos mediante un lazo no blando, dicha atadura debió
producirse antes del fallecimiento.
9.- Los datos obtenidos del estudio de la evolución de
los fenómenos cadavéricos, hacen compatible el
establecimiento de una data de la muerte de al menos
dos meses.
No es posible precisar con mayor exactitud el momento
del fallecimiento, debido a los fenómenos putrefactivos
y al deterioro adicional del cuerpo por la acción de fauna
y flora cadavérica.
90
diferenciar a simple vista su pertenencia a los distintos
cuerpos en estudio.
»Los brazos aparecen en la parte delantera del
cuerpo, con las muñecas atadas con una ligadura en
forma de grilletes.
»El cuerpo aparece totalmente impregnado de
tierra, en la que se observa escasa cantidad de larvas
de insectos. Llama la atención en el primer examen del
cuerpo la ausencia de la mano izquierda, que aparece
desarticulada, con los huesos del carpo, metacarpianos
y falanges diseminados.
»Este segundo cadáver viste las siguientes ropas:
cazadora de color azul metálico con múltiples bolsillos
de cremallera que aparecen cerrados. Camiseta de color
no precisable pero de tonalidad clara. Presenta un corte
vertical en la parte delantera que llega desde el cuello
hasta el borde inferior de la prenda42. En la parte de la
espalda de esta camiseta hay dos agujeros, de unos dos
centímetros y medio de largo, en forma de ojal. Están
situados a unos 25 y 40 centímetros respectivamente,
del cuello de la prenda. Sujetador de color claro, también
cortado limpiamente en el centro de la parte delantera.
En la cazoleta derecha aparece una mancha redondea-
da, rojiza, de aspecto costroso, que pudiera correspon-
derse con una mancha hemática43. Esta prenda se
encuentra colocada en su posición habitual. Pantalones
vaqueros de color azul claro, marca Levis, perfectamente
abotonados, que llevan en la parte posterior de ambas
perneras, dos parches de tejido similar. Cinturón de piel
oscura, de hebilla ancha, que aparece perfectamente
cerrado. Bragas de color blanco con rayas verdes. El
cadáver NO lleva calcetines. Zapatos de color azul, con
suela gruesa de goma, de la marca Highlanders-Snipe.
42
Esta camiseta había sido cortada de arriba a abajo por la parte delantera y las dos mitades estaban unidas
con un doble nudo, de forma similar a como se colocan las camisas anudadas algunos bailaores flamencos.
43
De sangre.
91
En el interior de los zapatos hay unas plantillas de las
usadas para la transpiración.
»El cuerpo presenta una ligadura en forma de
grilletes fabricada con una cuerda gruesa.
»El cadáver llevaba además los siguientes objetos
personales: reloj marca Adec de cuarzo, de color negro,
con esfera blanca. Tres monedas. Barra de pintalabios
de color rosa.
»Tras serle retiradas las ropas observamos que en
este caso también se trata del cadáver de una mujer, de
una estatura total de unos 165 centímetros.
»Igualmente, la putrefacción aparece muy avanza-
da, encontrándose en plena fase colicuativa44.
»A nivel externo, la integridad cutánea es superior
a la que cabría esperar en relación con la situación vis-
ceral, como consecuencia de la producción de fenóme-
nos espontáneos de conservación cadavérica en función
de las características del medio en el que permaneció el
cuerpo45.
»La pérdida de partes blandas ha dado lugar al
desprendimiento de las vértebras cervicales, con la
consiguiente separación de la cabeza46.
» La mano derecha la tiene integra y perfectamente
conservada y la izquierda no existe, tan solo aparecen
algunos huesos. La explicación que dan los forenses, es
la misma que con el cuello y la cabeza47.
44
Cuando las partes sólidas se transforman en líquidos.
45
Es decir, externamente el cadáver estaba mucho mejor conservado de lo previsible y la respuesta que
para ello encuentran los seis médicos forenses está en la composición y las características del terreno
donde estuvo enterrada la víctima. Una afirmación difícil de entender si como los forenses afirmaron los
tres cuerpos estuvieron siempre juntos y enterrados en un único sitio.
46
La explicación que encuentran es que la putrefacción ha hecho desaparecer toda la piel y la carne del
cuello y de la cabeza y por eso las vértebras estaban sueltas y el cráneo desprendido. Sin embargo, resulta
difícil entender que la misma putrefacción no haya afectado a ningún otro centímetro de piel del cuerpo,
que solo haya desaparecido la piel y la carne del cuello y de la cabeza, y no de ninguna otra parte del
cadáver.
47
Es decir, según los seis médicos, la putrefacción ha hecho desaparecer absolutamente toda la piel y la
carne de la mano izquierda y por eso los huesos se han desarticulado. Sin embargo, esa misma putrefacción
no ha afectado para nada al brazo de la muñeca para arriba ni tampoco a la otra mano. Resultaba sin duda
sorprendente el estado en que se encontraban los cuerpos, ya que por algunos detalles parecía que se trataba
de cadáveres que llevaban enterrados muy pocos días, mientras que otros detalles hablaban de más de un
año de enterramiento.
92
»La parte superior izquierda aparece fuertemente
afectada, con desarticulación del húmero, escápula y
clavícula de ese lado y desaparición del espacio ana-
tómico subclavio, estableciéndose comunicación entre el
exterior y el interior de la cavidad. Esta destrucción de
la parte superior izquierda del tórax es probablemente
debida a la intervención animal48.
»Se aprecian las siguientes lesiones:
»Hematoma redondeado de 0.5 centímetros de
diámetro en cara posterior del codo izquierdo. Dos
hematomas redondeados de diámetro aproximado de 1
a 1.5 centímetros, situados en cara posterointerna de la
raíz de muslo izquierdo.
»hematoma cuadrangular, de bordes muy bien
definidos, con dimensiones de 2 x 2 centímetros, a nivel
de cara interna de rodilla derecha.
»hematoma cuadrangular de 1 x 1 centímetros de
superficie en cara posterointerna de pierna derecha.
»hematoma de 5 x 3 centímetros de superficie en cara
posterior de pierna derecha, a nivel de la línea media.
»hematoma redondeado de 1 centímetro de diámetro,
situado en parte superior y posteroexterna del muslo
derecho.
»Al igual que en el cadáver anterior, estas han sido
producidas por golpes con diferentes objetos duros de
superficie roma.
»Las lesiones existentes a nivel de ambas muñecas
presentan un aspecto que indica una discreta reacción
de vitalidad49.
»La cubierta cutánea de la parte posterior del
cuerpo aparece desprendida, habiendo desaparecido en
una amplia región que ocupa todo el espacio dorsal y la
parte superior de la región lumbar. Los bordes cutáneos
48
Si en el cadáver anterior añadían que era lógico que los animales se hubieran comido esa parte que faltaba
ya que era la más cercana a la superficie del enterramiento, esa explicación ya no servía para este segundo
cuerpo que estaba enterrado a más profundidad y con otro cadáver encima.
49
Es decir, que al igual que en el caso anterior, las ligaduras que ataban sus muñecas habían sido colocadas
muy poco antes de morir o, incluso, después de muerta.
93
que persisten son irregulares, presentando una morfolo-
gía festoneada que sugiere la intervención de los ani-
males como mecanismo de producción de la ruptura50.
»Finalmente se observa una amputación traumática
del pezón derecho y de la areola correspondiente. Los
bordes de esta amputación traumática son limpios, bien
definidos, y con irregularidades, lo que sugiere que éste
fue realizado con la participación de algún instrumento
de componente cortante y de algún mecanismo en el que
pudiera haber participado la prensión, el corte y la
tracción51.
»La cabeza está convertida en una calavera. Se
constata la existencia de un orifico redondeado, con un
diámetro de un centímetro, que está situado en la región
occipital, en la nuca, teniendo las características de un
orificio de entrada producido por arma de fuego. No se
aprecia orificio de salida.
»Los huesos de la nariz están fracturados, existien-
do una brecha de algo más de un centímetro debajo de
la órbita ocular izquierda. Estos signos son compatibles
con las de un artefacto producido por la salida de un
proyectil.
»Continuando la inspección de la cabeza, se cons-
tata que al cadáver le faltaban dos dientes, concreta-
mente los dos incisivos de abajo.
»Al abrir el cráneo aparece una masa homogénea
de color verdoso de consistencia blanda pastosa. Una
vez retirada ésta se comprueba que en la cabeza existen
dos fisuras, una de 8 y otra de 10 centímetros y dos
fracturas. La causa de estas lesiones habría sido el
50
Toda la piel de la espalda había sido desprendida y faltaba la mayor parte desde los hombros hasta casi
los riñones y para los forenses estaba claro que habían sido los animales. ¿Cómo podían unos desconocidos
animales haber devorado la espalda del cadáver, que estaba vestido con una cazadora perfectamente
abrochada y una camiseta, sin producir rotos en ninguna de estas dos prendas? ¿Cómo podía ser esto posible
si el cadáver estaba enterrado debajo de otro cuerpo?
51
En esta brutal herida los forenses apreciaron escasa reacción vital en los bordes, lo cual sugiere una
producción muy cercana al momento de la muerte, aunque existen abundantes restos hemorrágicos en parte
anterior del tórax y parte derecha del sujetador, lo cual indica una situación de vitalidad en el momento de
sufrir la lesión. Le habían arrancado el pezón derecho y areola que le rodea muy poco antes de asesinarla.
94
choque de la bala al romper los huesos de la nariz antes
de salir por la órbita del ojo izquierdo52.
»Se procede a continuación al análisis de la cavidad
torácica, comenzando por la espalda donde se observa
una masa amorfa y de color rojizo cuyo aspecto se
corresponde con el de una colección hemática. Esos
supuestos restos de sangre, estarían en una zona
coincidente con los dos agujeros encontrados en la parte
posterior de la camiseta, concretamente a nivel de la
décima vértebra dorsal, pegado a la izquierda de la
columna vertebral. Dicha herida evidencia que la
víctima ha recibido sendas cuchilladas en la espalda
cuando aún vivía.
»Se realiza estudio de piel y tejido subcutáneo en la
parte anterior del tórax, no encontrándose signos mani-
fiestos de infiltración hemorrágica en la zona que rodea
a la herida de la zona correspondiente a areola y pezón
derecho53.
»Se procede a la apertura del abdomen, comproban-
do que el estómago está conservado y a la apertura
aparece totalmente vacío.
»El examen ginecológico arroja una notable dilata-
ción del orificio anal, que presenta unas dimensiones de
4 x 5 centímetros y abundantes restos fecales en las
paredes. Mediante un fiador adecuado, se logra la pene-
tración sin resistencia hasta 13 centímetros.
»En el interior de la cavidad rectal se observan
pequeñas erosiones en la zona pegada al orificio anal y
un pequeño hematoma de 1 x 2 centímetros en parte
derecha del interior del recto.
52
El informe forense continuaba relatando un hecho que no se produjo durante esta operación de autopsia.
En un momento posterior y al proceder al cernido e inspección sistemático y rutinario del material contenido
en los sudarios, en el correspondiente al cadáver número 2, se halla un proyectil que es puesto a disposición
del Juzgado. Según esto, alguien posteriormente a las autopsias se había encontrado una bala en la bolsa de
plástico en la que fue trasladado el cadáver. ¿Cómo había llegado hasta allí? Si según los médicos la bala
había atravesado el cráneo, ¿cómo era posible que se encontrara suelta en el sudario?
53
Es decir, no hay el menor rastro de sangre en los bordes de la brutal amputación del pezón, algo
prácticamente imposible si la amputación se realizó en vida de la víctima.
95
»En el estudio de los genitales y en labios mayores
de la vagina, observaron una pequeña equimosis en el
labio mayor izquierdo de 2 x 2 centímetros y un pequeño
hematoma de 1 x 0.5 centímetros en la pared del labio
mayor derecho. No se aprecian soluciones de continui-
dad traumáticas recientes en los repliegues membrano-
sos vulvo vaginales.
»Abierta la cavidad vaginal, se observa una equi-
mosis redondeada de 0.5 centímetros, en la parte iz-
quierda y en la parte superior se aprecia la existencia
de una alteración en la mucosa, en una superficie de 0.5
x 0.5 centímetros, apareciendo esta rugosa y pigmen-
tada.
»Además, en el interior de la cavidad vaginal, si-
tuado bastante en profundidad, se encuentra un cuerpo
extraño de un volumen aproximado de 1 centímetro cúbi-
co, que no se puede identificar mediante el examen a
simple vista54.
De lo analizado llegamos a las siguientes CONCLU-
SIONES:
1.- Las características generales del cadáver y las ropas
y objetos personales encontrados en el mismo se corres-
ponden con las de... MARÍA DESEADA GONZÁLEZ
FOLCH.
2.- La muerte ha sido violenta.
3.- La muerte se produjo por destrucción de centros
vitales encefálicos.
4.- Dicha destrucción de centros vitales encefálicos se
produjo como consecuencia de una herida por arma de
fuego.
5.- Dicha herida por arma de fuego tiene las siguientes
características:
»orificio de entrada a nivel occipital, en la línea media,
2.5 centímetros sobre protuberancia occipital externa.
54
¿Qué hacía un cuerpo extraño, que seis forenses eran incapaces de saber lo que era, en el interior de la
vagina?
96
Tiene morfología redondeada, con dimensiones de 1 x 1
centímetro.
»trayectoria en la cavidad craneal de detrás a
adelante, muy ligeramente descendente y desviado
hacia la izquierda.
»orificio de salida del disparo está situado a nivel de
pared interna de órbita izquierda.
»no es posible precisar la distancia desde la que fue
efectuado el disparo, con los datos del examen macros-
cópico, si bien cabe descartar el disparo a boca de
jarro55.
6.- En el cadáver aparecen múltiples lesiones de tipo
contusivo, fundamentalmente a nivel del plano posterior
del mismo y extremidades. Las características de la
mayoría de estas lesiones sugieren la producción de las
mismas en vida.
7.- La colección hemática que aparece en la región
dorsal del cadáver está en relación con los orificios de
la parte posterior de la camiseta que portaba la víctima.
8.- En el cadáver aparece signos de amputación trau-
mática del pezón y areola derecha. Las características
de los bordes de la amputación traumática son compa-
tibles con la intervención de arma blanca, si bien no
puede descartarse la actuación de mecanismos de tra-
cción.
9.- En el cadáver aparecen signos de violencia de tipo
sexual a nivel vaginal.
10.- En el cadáver aparece una muy pronunciada dila-
tación anal compatible con la penetración de un objeto o
parte anatómica a través de dicho orificio en vida o post-
mortem.
11.- Los datos obtenidos del estudio de la evolución de
los fenómenos cadavéricos, hacen compatible el esta-
55
El que se realiza con la boca del arma en contacto con la piel.
97
blecimiento de una data de la muerte de al menos dos
meses.56
56
Al finalizar el examen externo del cadáver número DOS, los interrogantes sin respuesta iban
aumentando: ¿Por qué había desaparecido la mano izquierda? ¿Por qué existía un gran "boquete" en el
hombro izquierdo, en la misma zona que lo tenía el primero de los cadáveres? ¿Cómo habían podido
comerse unos desconocidos animales prácticamente toda la espalda si el cadáver estaba vestido y no existían
mordeduras en las ropas? Los dientes que faltaban, ¿habían sido arrancados o se habían caído producto de
la putrefacción? Si el motivo era el segundo, ¿por qué no aparecieron en la fosa?
57
A algo que se contradice con los testimonios de todas las personas presentes cuando sacaron el cuerpo
de la fosa, incluido el juez, que afirmaron lo contrario.
58
Los forenses no enviaron a analizar ninguno de los cueros cabelludos ni comprobaron si existía sangre
en los cabellos de las víctimas.
59
Sin embargo, la víctima había sido inmovilizada de otra forma: con la cazadora, ya que la tenía colocada
al revés de lo habitual; es decir, la parte delantera estaba abotonada por detrás y la parte de abajo estaba
colocada arriba. Lógicamente, esta posición de la cazadora impedía que la víctima pudiera sacar los brazos.
98
»cazadora azul de tela vaquera marca Levis
Strauss, colocada al revés de lo habitual; es decir, la
parte delantera (abotonada) por detrás y la parte infe-
rior colocada arriba.
»camiseta de color blanco o gris claro con dibujo de
una espuela y la inscripción "Chipi".
»sujetador blanco, que no presenta cortes o desga-
rraduras, en su posición habitual.
»pantalón vaquero azul de marca Chipi.
»una prenda de ropa interior blanca, que pudiera
ser una faja fina o unas bragas. Esta prenda presenta
en su parte anterior una mancha rojiza redondeada de
1 centímetro de diámetro, que se estima procedente del
óxido formado en el botón metálico de los pantalones.
»unas bragas más pequeñas, de modelo tanga, de
color morado y colocadas por debajo de las anteriores.
»el cadáver NO lleva calcetines.
»zapatos azules oscuros, tipo mocasín, con flecos en
la parte delantera.
100
puntos en los que la infiltración hemorrágica es mucho
más intensa64.
»hematomas longitudinales, de 12 x 6 centímetros,
situados en cara posterior de ambos muslos.
»hematomas rectangulares de 7 x 3 centímetros,
situados en cara posterior de ambas rodillas.
»hematoma redondeado de 8 centímetros de diá-
metro a nivel de cara anterior de rodilla izquierda.
»hematoma redondeado de 10 centímetros de
diámetro a nivel de cara anterointerna de muslo izquier-
do.
»hematoma redondeado de 4 centímetros de diá-
metro a nivel de región esternal.
»erosión de morfología circular, de unos 2 centíme-
tros de anchura, que rodea la muñeca izquierda65.
64
Como se puede comprobar por las medidas era un hematoma impresionantemente grande y, según los
especialistas las diferencias de intensidad cromática del mismo, y la gran extensión afectada, hacen pensar
que se produjo como consecuencia de la repetición de golpes con un objeto contundente (de bordes lisos)
sobre la zona
65
De todas estas brutales lesiones, las más inexplicables eran los hematomas rectangulares que estaban
situados en la parte de atrás de ambas rodillas, hematomas que sugerían que la víctima había tenido las
piernas colgadas y apoyadas por debajo de las rodillas sobre algún objeto de forma rectangular.
101
»Aparece una masa homogénea y amorfa, de color
grisáceo y consistencia endurecida. El estudio de la
superficie ósea de la base del cráneo y de la cara
interna de la base craneal no permite detectar ningún
tipo de lesión a excepción de los dos orificios ya
descritos66.
»Procedemos a abrir la cavidad torácica.
»No se observan lesiones a nivel de las costillas ni
del esternón.
»Los pulmones están convertidos en una masa
putrilaginosa en la que no es posible distinguir ninguna
de sus estructuras.
»El saco pericárdico67 está íntegro68.
»El corazón es de tamaño normal, sin que se apre-
cien lesiones patológicas o traumáticas en su superficie.
Las paredes cardíacas se observan de grosor normal.
Ambas cavidades ventriculares aparecen exangües69.
»En el fondo de la parte derecha de la cavidad torá-
cica existe un derrame de líquido de aspecto hemático
con un volumen aproximado de 25 centímetros cúbi-
cos70.
»El abdomen presenta también los efectos de la
putrefacción. El hígado, el bazo y los riñones se hayan
convertido en una masa putrilaginosa y resultan
irreconocibles. Sin embargo, la vesícula biliar 71, está
aceptablemente conservada y la vejiga urinaria está
integra, apareciendo totalmente vacía.
66
Según los forenses la tercera víctima no había recibido ni un solo golpe en la cabeza, ni tenía lesión
alguna en ella, salvo los agujeros de los disparos.
67
Las dos membranas que envuelven al corazón.
68
Resultaba difícil de entender que los pulmones hubieran desaparecido por efecto de la putrefacción y el
corazón estuviera perfectamente conservado.
69
Esto es, desangradas.
70
Era imposible que pudiera haber sangre líquida en un cadáver que según los médicos llevaba más de dos
meses enterrado, pero la había y en cantidad como para llenar casi un botellín de cerveza. Pero, además, no
se sabía por qué estaba allí, ya que los forenses no encontraron ninguna lesión que lo justificase
71
Que según todos los tratados de medicina forense es el primer órgano del cuerpo humano en desaparecer
por la putrefacción
102
»El estómago está ileso, y no contiene ningún tipo
de material; en su interior aparece un objeto duro, de un
volumen aproximado de 1 centímetro cúbico72.
72
Era un nuevo detalle sorprendente. ¿Qué hacía un objeto en el interior del estómago? ¿Le habían obligado
a la víctima a tragárselo?
73
Para el equipo forense quedaba, pues, claro, que con el tercer cadáver se habían producido actos de
necrofilia.
103
centímetros, muy superior a la que cabría esperar como
fenómeno de retracción postmortal.
»Además, aparecen lesiones de carácter contusivo
tanto en las zonas adyacentes al orificio anal como en
zonas de la mucosa rectal próximas al mismo. Todo ello,
hace pensar en la existencia de la introducción de un
objeto o parte anatómica a través de dicho orificio.
»Existe una falta de correspondencia entre la espe-
ctacularidad de la dilatación del orificio anal y la escasa
magnitud de las lesiones contusivas descritas74.
»En la zona que separa los orificios anal y vaginal,
donde existía una erosión de 5 centímetros.
CONCLUSIONES:
1.- Las características generales del cadáver y las ropas
y objetos personales encontrados en el mismo se
corresponden con las de... MIRIAM GARCÍA IBORRA.
2.- La muerte ha sido violenta.
3.- La muerte se produjo por destrucción de centros
vitales encefálicos.
4.- Dicha destrucción de centros vitales encefálicos se
produjo como consecuencia de una herida por arma de
fuego.
5.- Dicha herida por arma de fuego tiene las siguientes
características.
»orificio de entrada a nivel de la unión occipito-
parietal izquierda, unos 2 centímetros por encima y 5
centímetros por dentro de la apófisis mastoides. La mor-
fología es redondeada, con diámetro de 1 centímetro.
»la dirección es de detrás adelante, de izquierda a
derecha y ligeramente ascendente.
»el orificio de salida está situado a nivel temporopa-
rietal derecho, con dimensiones de 1.1 x 1.2 centíme-
tros.
74
No entendían como las heridas eran tan mínimas para la impresionante dilatación existente.
104
»no es posible precisar la distancia desde la que fue
efectuado el disparo, con los datos del examen macros-
cópico, si bien cabe descartar el disparo a boca de jarro
(el que se realiza con la boca del arma en contacto con
la piel).
106
4. El examen de la región perineal y de las cavidades
vaginal y rectal de la fallecida sugieren que la misma
fue sometida a agresión sexual.
5. El estado general del cadáver se corresponde con
una data de la muerte situada muy próxima en el
tiempo a la desaparición de la fallecida, registrada el
13 de noviembre de 1992, hace 74 días.
Referentes al cadáver que en las actuaciones aparece
reseñado con el NUMERO DOS.
1. Las ropas y los objetos personales encontrados en el
mismo, así como las características antropométricas
básicas se corresponden con aquéllas pertenecientes a
MARIA DESEADA HERNÁNDEZ FOLCH.
2. De los hallazgos registrados durante la autopsia, se
desprende que la causa de la muerte fue la destrucción
de centros vitales encefálicos producida por una herida
por arma de fuego que afectó a la cavidad craneal.
3. Se encuentran en el cadáver otras lesiones traumá-
ticas de menor entidad.
4. El examen de la región perineal y de las cavidades
vaginal y rectal de la fallecida indican que la misma fue
sometida a agresión sexual.
5. El estado general del cadáver se corresponde con
una data de la muerte situada muy próxima en el
tiempo a la desaparición de la fallecida, registrada el
13 de noviembre de 1992, hace 74 días.
Referentes al cadáver que en las actuaciones aparece
reseñado con el NUMERO TRES.
Las ropas y los objetos personales encontrados en el
mismo, así como las características antropométricas
básicas se corresponden con aquellas pertenecientes a
MIRIAM GARCÍA IBORRA.
2. De los hallazgos registrados durante la autopsia, se
desprende que la causa de la muerte fue la destrucción
de centros vitales encefálicos producida por una herida
por arma de fuego que afectó a la cavidad craneal.
107
3. Se encuentran en el cadáver otras lesiones traumá-
ticas de menor entidad.
4. El examen de la región perineal y de las cavidades
vaginal y rectal de la fallecida indican que la misma fue
sometida a agresión sexual.
5. El estado general del cadáver se corresponde con
una data de la muerte situada muy próxima en el
tiempo a la desaparición de la fallecida, registrada el
13 de noviembre de 1992, hace 74 días.
Siendo cuanto tienen que manifestar. Leída, se ratifi-
can y firman. Con S.Sª. Doy fe.75
75
El director del Instituto Anatómico Forense, Alejandro Font de Mora, minutos después de concluir la
reunión que celebraron los forenses tras finalizar las autopsias, manifestó a los medios de comunicación:
«Como portavoz del equipo de forenses debo decir que los estudios llevados a cabo son inmejorables, por
suficientes.» Sin embargo, casi dos meses después, concretamente el 22 de marzo, el Dr. Ros se presentó
ante el juez y le pidió que le dejara la cinta de vídeo que la Guardia Civil había grabado de las autopsias a
los fines de su estudio e informe. Parecía que los médicos forenses no lo debían tener tan claro pese a la
rapidez con la que se realizaron las autopsias. Lo cierto es que el juez Bort tardó exactamente tres meses en
tener sobre su mesa el Informe de Autopsias de los seis forenses valencianos. Pero, además, aquella tarde
también estuvo en las dependencias del Instituto Anatómico Forense otra persona. Una noticia que la prensa
recogía al día siguiente: «El fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana,
Enrique Beltrán, aseguró que el brutal asesinato de las tres niñas de Alcácer que fueron halladas en la
mañana del miércoles en la partida de La Romana es "el caso más asqueroso de los que he presenciado.
Esto es intolerable y solo se comprende en desalmados, en personas que, como la propia palabra dice, no
tienen alma. Es incomprensible". Beltrán, que en la tarde de ayer acudió al Instituto Anatómico Forense,
para hablar con el juez de Alcira así como con el equipo de forenses que lleva el caso, añadió que había
decidido "llevar personalmente el caso", evidentemente, desde la posición de la fiscalía.» El hecho de que
el propio fiscal jefe en persona se hiciera cargo de las investigaciones y de la acusación, parecía una
auténtica garantía de rapidez y seriedad para las tres familias. Sin embargo, con el transcurso del tiempo,
los padres lamentarían públicamente que el fiscal Beltrán hubiera tomado la decisión de "llevar
personalmente el caso".
108
Ante todo, y amén de los claros signos de tortura
y violación, cabe destacar el desconcertante estado de
los cuerpos en su grado de putrefacción. Si bien los
facultativos insisten en dejar claro que la descom-
posición se corresponde con una data cercana a los dos
meses, también manifiestan que hay partes descom-
puestas junto con otras íntegras y que, incluso, el
estado de las cabezas no concuerda con el de los
cuerpos.
El eminente profesor Juan Antonio Gisbert Ca-
labuig, Catedrático de Medicina Legal y Toxicología de
la Universidad de Valencia y una de las grandes figuras
españolas de la medicina forense, en su obra Medicina
Legal y Toxicología (obra que los forenses que hicieron
las autopsias de Miriam, Toñi y Desirée citan en
numerosas ocasiones en su informe y en la cual
participa como autor el propio Dr. Verdú, director de
estas autopsias) explica de la siguiente forma la evo-
lución de la putrefacción:
«La putrefacción evoluciona en el cadáver en
cuatro fases o periodos bien caracterizados:
»1.- Periodo colorativo o cromático.
»Se inicia con el primer síntoma objetivo de la
putrefacción, la mancha verde, localizada inicialmente
en la fosa ilíaca derecha (en el vientre), pero que des-
pués se extiende a todo el cuerpo. Esta primera colo-
ración verdosa se va oscureciendo progresivamente
hasta asumir un tono pardo negruzco. Este periodo,
que se inicia de ordinario 24 horas después de la
muerte, dura varios días.
»2.- Periodo enfisematoso o de desarrollo gaseoso.
Se caracteriza por el desarrollo de gran cantidad de
gases que abomban y desfiguran todas las partes del
cadáver; hincha la cabeza, en donde los ojos presentan
un acusado exorbitismo y la lengua aparece proyec-
tada al exterior de la boca; los genitales masculinos
llegan a adquirir volúmenes verdaderamente mons-
109
truosos y la red venosa superficial se hace muy
aparente en todas las regiones corporales. Este periodo
tiene una duración de varios días, a veces hasta un par
de semanas.
»3.- Periodo colicuativo o de licuefacción.
»Los gases se irán escapando y el cuerpo irá per-
diendo el aspecto macrosómico que tuvo en el periodo
anterior. En la cabeza los ojos se hunden, se aplastan
las alas de la nariz, se denuda (desnuda) el cráneo y,
más tarde, se destruyen las partes blandas de la cara.
Todos los órganos están reblandecidos y dejan escapar
una serosidad sucia. Sin embargo, una autopsia
realizada en este momento aún puede proporcionar
numerosas informaciones, por cuanto los órganos
permanecen individualizados y su continuidad está
intacta. La fase colicuativa dura varios meses, de 8 a
10 generalmente.
»4.- Periodo de reducción esquelética.
»Paulatinamente, durante un periodo que oscila
entre 2 y 3 años, hasta un máximo de 5, todas las
partes blandas del cadáver irán desapareciendo a tra-
vés de su licuefacción y transformación en putrílago.
En la cabeza resisten más tiempo las mejillas y orejas,
hasta que llega un momento en que sólo quedan unos
residuos en la región malar (de las mejillas). La cabeza
se desprende del tronco cuando desaparecen los ele-
mentos de unión, lo que tiene lugar al final de este
periodo. Finalmente, todo el putrílago acaba por desa-
parecer, llegando así el cadáver a su total esqueleti-
zación, que estará establecida por completo después de
5 años.»
Ateniéndonos a lo publicado por el prestigioso
catedrático Gisbert Calabuig, la cabeza se desprende
del tronco al final del periodo de reducción esquelética,
es decir, entre 2 y 3 años después del fallecimiento de
una persona. ¿Cómo podía ser entonces posible que los
110
cadáveres Uno y Dos tuvieran la cabeza esqueletizada
y separada del tronco si únicamente podían llevar
enterradas un máximo de 75 días? ¿Qué explicación
había para que todas las partes blandas de la cara
hubieran desaparecido completamente en tan corto
espacio de tiempo? ¿Cómo podía ser posible que en
menos de tres meses se hubiera esqueletizado una de
la manos y algunos de sus huesos aparecieran desper-
digados? Sencillamente, NO PODÍA SER. Pero era.
Por otra parte, a los forenses se les olvidó reseñar
en su informe es que, además de fotografías, otros dos
miembros de la Guardia Civil filmaron en vídeo esta
autopsia y las dos siguientes. Y, desde luego, no lo
hicieron por recomendación ni orden de los médicos
forenses, a tenor de lo declarado bajo juramento por el
Dr. Verdú: «Quisiera hacer la precisión de que el vídeo
no es un vídeo que fuera dirigido por nosotros, sino que
fue realizado, sino recuerdo mal por la propia Guardia
Civil, pero no fue una cosa que dirigiéramos nosotros.
Tampoco la orden de realizar el vídeo provino del juez,
puesto que si así hubiera sido constaría por escrito en
algún documento del sumario.»
Había alguien ‘de arriba’ muy interesado en tener
documentación gráfica de las autopsias. Alguien de la
Guardia Civil.
111
112
BÚSQUEDA DE SOSPECHOSOS
76
No mucho más tarde, incluso en varios idiomas en el extranjero.
113
siempre aparecen desalmados que, desde el anoni-
mato, satisfacen sus más bajos instintos añadiendo
sufrimiento innecesario al dolor de las familias.
El segundo error, mucho más inocente si cabe,
pero no por ello menos grave, es que Fernando, el más
poderoso motor civil de la búsqueda de las niñas,
utilizó fotografías escolares de las niñas, es decir, las
que se hacían en la época en un fotomatón para el
carnet del Instituto. El problema de esas fotos, amén
de su consabida mala calidad, es que da una imagen
falseada del rostro: todos salíamos mayores y más feos
en ellas. Esto hacía difícil que un ciudadano que no
conociese personalmente a las niñas las pudiese reco-
nocer si se cruzaba con ellas y, obviamente, provocó
mucha confusión debida a errores de identificación
cometidos de buena fe.
Nadie podía garantizar nada, el tiempo pasaba y
jugaba en contra y esto incrementaba el descontento.
Un descontento que estalló el día en que aparecieron
los cadáveres en la fosa de La Romana. Y ahí fue
cuando Fernando García, afectado, en shock y dolido,
comenzó a lanzar muy duras críticas contra el por
entonces jefe de la U.C.O.77, el teniente coronel Antonio
Carrascosa Carrascosa78.
García era un padre atribulado y sin experiencia
alguna en investigación criminal. Tampoco conocía (ni
77
Acrónimo de Unidad Central Operativa.
78
Con el tiempo, Fernando García llegó a acusar a Carrascosa de haberle reconocido que “la alfombra
persa” supuestamente hallada en La Romana (en realidad era una moqueta) fue quemada en el cuartel de
Patraix. Por el contrario, el teniente coronel diría que la primera vez que se entrevistó con García fue el 6
de octubre de 1996, y que durante aquella reunión éste le había exigido ver una supuesta alfombra persa
“que se decía hallada junto a los cadáveres”, el detalle probatorio definitivo que habría apuntado contra una
supuesta mafia de gente poderosa. Carrascosa recuerda que Fernando llegó incluso a decirle el nombre del
propietario de la dichosa alfombra, una personalidad conocida, entre otras cosas, por su afición al
coleccionismo de ese tipo de piezas, pero que no le supo dar ningún tipo de prueba de lo que decía. A esto
Carrascosa le contestó que a él no le constaba documentalmente sino la aparición de una especie de moqueta
envolviendo los cadáveres, por lo que le animó a que, si tenía alguna prueba, no dudase en dirigirla al juez.
Añade además Carrascosa que lo que sí llegó a ofrecerle fue investigar dónde se hallaba el trozo de moqueta,
de la que sí tenía constancia, a lo que éste le replico que tal moqueta no existía. Con el tiempo se supo que
la tal moqueta no sólo existía, sino que obraba en poder, porque estaba analizándola, el catedrático de
Medicina Legal de Sevilla, doctor Luis Frontela Carreras, quien a la sazón realizaba sus trabajos para la
acusación particular, es decir, para Fernando García.
114
era su obligación) lo que exige la ley para investigar a
una persona sin dañar su bien nombre u honor. Y así
pasó lo que pasó…
Así tenemos que, casi desde el principio, se acusó
sin pruebas a la Guardia Civil de negligencia, de defor-
mar la investigación y hasta de encubrimiento. De
algún modo, el incrédulo y azorado Fernando García,
debería ser considerado positivamente a pesar de todo.
Recordemos que fue el primer padre coraje que removió
cielo y tierra para encontrar a su hija, exponiendo su
salud mucho antes que su prestigio79. Gracias a él, si
hoy desaparece una niña en nuestro país, lo primero
que harán las autoridades será comprobar si ésta ha
sido víctima de una red de pederastas80. Otra cosa bien
distinta es que Fernando no entendiese que ni la Guar-
dia Civil ni nadie está para investigar hipótesis mal
ancladas en la realidad.
115
declaró Raúl Martín González, uno de los tres guardias
civiles que subieron junto al colmenero los primeros a
la fosa, «antes de yo bajarme y antes inclusive de hacer
el levantamiento de cadáver la única persona que
abandonó el lugar fue el capitán de la compañía con su
conductor, con los trozos de papel que habíamos encon-
trado.» Además, resultaba difícil entender que un
asesino llevara en el bolsillo un parte médico de haber
sido tratado en urgencias de una blenorragia el día 4
de mayo de 1992 y una orden judicial del mismo mes,
y que seis meses después, justo al terminar de enterrar
a sus víctimas, sacara de su bolsillo los dos papeles
con su nombre y dirección, los rompiera en pedazos y
los esparciera junto la tumba. Porque si hubieran
aparecido enteros, uno puede pensar que en un
descuido se le han podido caer del bolsillo, pero rotos
en pedazos... ¡raro!
Sin embargo, el hecho más sorprendente, según
se pudo averiguar después gracias a un informe del
Instituto Nacional de Meteorología, es que en esa zona
habían estado soplando vientos de hasta 106 kilóme-
tros por hora, auténticos vientos huracanados e, inex-
plicablemente, ninguno de los papelitos se voló. Un
auténtico milagro había hecho posible que 75 días
después, 75 días de los meses de noviembre, diciembre
y enero, en pleno monte, los papelitos estuvieran allí y
el nombre y la dirección aparecieran perfectamente
legibles.
Sea como fuere, este dato movilizó esa misma
tarde del 27 de enero de 1993 a la Guardia Civil. Para
los investigadores estaba claro que la persona a la que
correspondía el nombre que aparecía en los papeles,
algo tenía que ver que los hechos.
Y así consta en los documentos de la Benemérita:
«Como en la inspección ocular practicada en las inme-
diaciones de la fosa donde fueron encontrados los
cuerpos sin vida, se encontraron unos trozos de papel
116
que componiéndolos resulta ser una hoja del Servicio de
Urgencias del Hospital de la Fe de Valencia, en la que
constaba que había sido atendido ENRIQUE ANGLÉS
MARTINS, al considerar que ello era un indicio racional
suficiente, se presentaron miembros de la Unidad de
Policía Judicial en el domicilio de ENRIQUE ANGLÉS al
objeto de proceder a su detención.»
La vivienda en cuestión se encontraba en Catarro-
ja, un pueblo situado a menos de diez kilómetros de
Valencia capital. Se trataba de un cuarto piso, sin
ascensor, de un edificio que se hallaba en la calle
principal, una calle con mucho tráfico, ya que es más
una carretera que una calle, que une Catarroja, los
pueblos cercanos y Valencia. Curiosamente, la citada
vivienda no era desconocida para los agentes de la
Guardia Civil que ya habían realizado más de un
registro de la misma, dado que aquel piso era uno de
los focos de venta de droga de la localidad. Y, por
supuesto, también eran conocidos los moradores del
piso, varios hermanos, todos ellos delincuentes con
antecedentes, que vivían con su madre viuda. El
encargado de la operación fue el sargento Moreno
Alegre: «Hablamos de la tarde del 27 sobre las 19 y pico
horas, y la orden de trasladarme a Catarroja y detener
a Enrique Anglés creo que era del señor capitán de la
Policía Orgánica Judicial de la 311, don Santiago
Ibáñez. Que para llevar a cabo el registro, lo organizó el
capitán de la unidad orgánica consistente en el
desplazamiento de cinco componentes de la unidad, con
apoyo inicial de un miembro del puesto de la Guardia
Civil de Catarroja. Fue trasladarse al lugar, subir al
domicilio, llamar a la puerta, se comienza llamando al
timbre, al no tener contestación se reitera la llamada, se
escuchan pasos en el interior, se golpea la puerta para
confirmar que hay alguien en el interior.»
Como hubiera sido lógico presumir, y esto sí que
pone en cuestión la profesionalidad de algunos, las
117
cosas no resultaron tan fáciles para los miembros de
la Guardia Civil.
«Como ante la presencia de los agentes, los que
estaban dentro del domicilio sito en la calle Camí Real
nº 101, 4ª de Catarroja, perteneciente a Emilio Anglés
Martins (en la diligencia confunden en nombre de
Enrique con el de Emilio), en lugar de atender a los
requerimientos de los agentes, cerraron la puerta,
desconectaron el timbre y atravesaron un gran tablón
de madera en la puerta de entrada al piso para impedir
la entrada, del Juzgado de Instrucción número dos de
los de Catarroja se solicitó y obtuvo mandamiento
judicial para la entrada y registro en el domicilio y
detención de Emilio Anglés Martins.»
La falta de previsión del Capitán Ibáñez, el máximo
responsable de Unidad Orgánica de Policía Judicial de
la 311 Comandancia de la Guardia Civil, provocó que
se perdiera un tiempo precioso. El sargento primero
Moreno Alegre tuvo que regresar a Valencia, a la
Comandancia, para redactar una solicitud de auto de
entrada y registro, en la que argumentaba que: «Trasla-
dados los componentes de la Unidad Orgánica de
Policía Judicial de la 311ª Comandancia de la Guardia
Civil, al domicilio antes mencionado (el de Enrique
Anglés), en el mismo desde el interior, ha contestado
una voz de varón. Requerido en numerosas ocasiones
para que abriese la puerta, se ha negado a ello.»
Una vez preparado el escrito, el sargento Moreno
se trasladó al Juzgado de Catarroja, donde tuvo que
esperar a que llegara la jueza Alicia Valverde Sancho y
le otorgara un mandamiento que les iba a permitir
entrar y registrar el domicilio de Enrique Anglés.
El capitán Ibáñez lo tenía claro: «Si se nos cierra la
puerta y se nos presenta una situación en la que no es
normal, algo pasa cuando no se nos deja entrar en el
piso, entonces a la vista de eso se deja el piso vigilado
y el sargento se va al juzgado a pedir el mandamiento.
118
Quedaron a la espera siete hombres que fueron, y había
una patrulla de uniforme para apoyarlos porque todos
iban de paisano, dos fueron al juzgado y quedó vigilada
la casa, creo que había uno en la puerta de la calle, otro
en la de la casa, otro en la azotea, otro en el piso inferior
y no recuerdo donde estaba el otro, yo no he montado el
operativo, pero más o menos por lo que he tenido
conocimiento fue así.»
Sin embargo, una gran duda flotaba en el ambien-
te. ¿Podía haber escapado alguien de la casa durante
el tiempo que la Guardia Civil no pudo entrar? El
máximo responsable de la operación, el capitán Ibáñez
creía que no: «El equipo de vigilancia no observó que
nadie saltase del piso, y es más, este hecho se comunicó
a comandancia y se apoyó con más gente, se mandaron
4 o 5 agentes más, a la vista del hecho me fui allí y al
juzgado porque era el lugar que más prisa corría el
mandamiento. Le informé a la juez y dije que podía ser
muy urgente, se facilitó y fuimos a la casa, el segundo
grupo de apoyo al primero había hecho una batida y no
observaron nada anormal... Que en la terraza había un
hombre vigilando, en la puerta había gente y en el
deslunado estaba vigilado.»
No obstante, si nadie había escapado o intentado
escapar, ¿por qué se negaron a abrir la puerta? ¿Para
qué necesitaban "ganar" tiempo las personas que había
en el interior? Sencillamente, porque estaban tan
acostumbrados a las redadas que eran conocedores de
que sin orden judicial allí no podía entrar nadie y muy
posiblemente aprovecharon el tiempo para deshacerse
de droga por el váter o algo similar, práctica muy
común en estos casos dado que ellos no podían prever
el motivo real de la inesperada visita de los miembros
de la Benemérita.
Curiosamente, al final no sirvió de nada el docu-
mento judicial, ya que cuando el sargento Moreno
Alegre, acompañado del capitán Ibáñez, llegó a la casa
119
del sospechoso con la orden de entrada y registro, las
personas que había en el interior ya hacía tiempo que
habían abierto voluntariamente la puerta a los agentes
de la Guardia Civil82.
Una vez en el interior de la vivienda, oficialmente
a las once y media de la noche, se procedió a detener a
Enrique Anglés Martins, un joven de 22 años, que no
opuso ninguna resistencia y al que se acusaba oficial-
mente "como presunto autor de un delito de homicidio".
A esa misma hora se le leyeron sus derechos, manifes-
tando el detenido que: «No desea declarar, no designa
abogado, no desea que se pase aviso a familiar u otra
persona y no desea reconocimiento médico.»
Aquí tenemos la declaración del propio Enrique en
la comandancia:
«El 27 de enero cuando nos detuvieron estaba en
casa. Cuando llegó la Guardia Civil no sé quién más
había en casa. Que Antonio si estaba. La última vez que
vi mi hermano Antonio fue cuando desapareció, cuando
vinieron a por mí a detenerme a mí. No sabían nada del
Antonio porque ponía mi nombre, el Antonio se ve que
puso él la madera, por eso he dicho que yo no puse la
madera, puede que la pusiera por coacción. Estaba en
la casa y me dijo en voz baja mi hermano que no abriera
la puerta, me dio una pastilla de esas un Rohipnol y yo
me quedé dormido y cuando me desperté, no sé cómo
pude despertarme porque esas pastillas me dejaron
dormido. Que las pastillas me las dio antes de ponerme
a dormir y ya no lo he vuelto a ver.»
Además, el sargento Moreno Alegre, el responsable
de aquella operación Policial, también tuvo noticia esa
misma noche de la supuesta fuga de Antonio Anglés, a
través de otro de los hermanos que llegó a la casa más
tarde: «Cuando hemos concluido el registro, Mauricio me
dice que su hermano Antonio que estaba dentro del
82
Lo cual corrobora mi idea de que seguramente “se habían tomado su tiempo para deshacerse de algún
alijo de droga al menudeo”
120
domicilio había huido por la ventana del comedor que
da debajo del restaurante Internacional. Cuando le digo
que es imposible porque la Guardia Civil está debajo,
dice que bueno que desciende cogiéndose de los hilos
del cable telefónico, y dice, será por el deslunado de la
ventana de la cocina, que da a un deslunado. A partir
de ahí tenemos noticias de Antonio Anglés y tenemos
más noticias de Antonio Anglés cuando se regresa a la
unidad y mediante informática se comprueban más
datos.»
¿Se escapó aquella tarde por la ventana Antonio
Anglés? Desgraciadamente, este interrogante continúa
todavía sin resolver. Se hubiera escapado o no Antonio
Anglés, lo cierto es que cuando el novio de Kelly abrió
la puerta a los agentes de la Guardia Civil, éste no se
encontraba en el interior del inmueble. Los guardias
detuvieron inmediatamente a Enrique Anglés, a su
hermana Kelly y al novio de ésta, y rápidamente los
trasladaron en coches separados al Cuartel de Patraix,
en Valencia. En el piso únicamente se quedó la madre,
como propietaria, mientras los agentes comenzaban a
registrar minuciosamente todas las habitaciones. En
realidad, no sabían lo que buscaban, salvo que encon-
traran algún objeto perteneciente a Miriam, Toñi y
Desirée. Por ello, donde más énfasis pusieron fue en
rebuscar en la habitación de Kelly, sobre todo entre sus
pequeñas joyas y la bisutería, por si daba la casualidad
que apareciera algún objeto personal de las niñas. Sin
embargo, la búsqueda fue en vano. No obstante, mien-
tras se realizaba el registro en el interior de la destarta-
lada casa de la familia Anglés, iban a llegar más perso-
nas al piso.
Uno de ellos era un joven de 23 años, bajito y con
el pelo erizado, llamado Miguel Ricart Tárrega, que
llevaba algunos años viviendo en casa de los Anglés
como uno más, y que le contaba de esta manera al juez
lo que ocurrió aquella tarde: «Salimos de casa Ricardo
121
Anglés, Mauricio Anglés y yo a una casa que tiene Ricar-
do, no recuerdo ahora mismo como se llama, Corea, es
un bloque de viviendas, y cuando volvimos pues allí, en
un campo de mandarinas, cogí una bolsa, y la llené.
Cuando llegamos a casa, aparqué el coche en un
callejón que tiene un poste que es intransitable para
salir a la carretera y de ahí me fui andando a casa,
había uno o dos Patrols de la Guardia Civil y posible-
mente algún coche..., y subimos, y allí pues me detu-
vieron. Que la hora a la que se procedió a mi detención,
fue sobre las ocho, de siete a ocho, no puedo precisar,
no suelo llevar reloj, ya era de noche.
»Que cuando accedo al domicilio de los Anglés, la
puerta, la situación la vi normal, no vi nada roto.
»Que en ese mismo momento, de nada, me esposa-
ron con las manos atrás, me pusieron cara a la pared
en el comedor que hay a la entrada a la izquierda y no
me dijeron nada más.
»Que en el momento de la detención no tenía nin-
guna orden de búsqueda y captura. Cuando accedí al
domicilio de los Anglés ver tanto coche de la Guardia
Civil no me pareció nada anormal, porque desde luego
la familia Anglés se sabe que siempre ha tenido
problemas con la justicia, y la Guardia Civil siempre ha
estado. No me extrañaba nada, porque también el
Antonio (se refiere a otro de los hermanos Anglés) como
estaba en búsqueda y captura, lo primero que pensé es
que fueron a por él, no sospechaba nada raro.
»Que no me di la vuelta porque yo no estaba en
búsqueda y captura y no tenía nada que temer
absolutamente a subir a casa. Ahora si hubiera tenido
algo que temer me hubiera ido, no hubiera subido.
»¿Qué quiénes se encontraban en el domicilio de los
Anglés cuando accedí?, fueron, me cuento yo, en primer
lugar aunque debería ser el último, Mauricio Anglés,
Ricardo Anglés, Neusa Martins Díaz, la madre, el sar-
122
gento de la guardia civil de Catarroja y unos guardias,
que iban de paisano.
»En el momento que accedí al domicilio, no me
dijeron absolutamente nada, me pusieron las esposas,
me esposaron con las manos atrás y me pusieron de
cara a la pared. Pregunté qué pasaba y no me contesta-
ron, me dijeron usted permanezca cara a la pared, y ya
está.
Oficialmente, según la Guardia Civil, Miguel Ri-
cart subió solo al domicilio de los Anglés aquella tarde
noche, incluso se tropezó en la puerta con el guardia
Jesús Jiménez que llegaba también en ese momento:
«Miguel Ricart cuando llegó creo que no vio la Guardia
Civil. Los vehículos de la Guardia Civil estaban a la
misma puerta. Cuando subimos a la casa, había
guardias civiles de uniforme. Creo que la fuerza de la
calle Miguel no la vio, porque yo se la llegué a tapar, él
recuerdo que entra por la esquina del restaurante
Internacional me parece que se llama, con un perro y
una bolsa y toca la puerta 3, cuando llegamos los dos al
mismo tiempo a la puerta, y él tocó el timbre de la puerta
3, pensé que podía ser un vecino de la finca, porque la
familia Anglés vivía en el 4 piso.»
No obstante, según Ricardo Anglés, otro de los
hermanos, la Guardia Civil no decía la verdad. Miguel
Ricart no llegó solo:
«El día 27 de enero de 1993 subí con Miguel y con
Mauricio. Fuimos a dar una vuelta con el coche, me
parece que veníamos de que quería un perro de caza el
Antonio, no se me parece, entonces pues dimos una
vuelta y cuando vinimos fuimos por un campo, y el
Miguel cogió una bolsa de mandarinas. Entonces
subimos arriba y ya estaban los judiciales allí. Subimos
los tres juntos. En la casa entramos los tres juntos.
Cuando entramos en el piso no me enteré que Antonio
había saltado por una ventana, yo subía arriba porque
sabía que el Antonio estaba allí. Antonio le dio al Miguel
123
las llaves del coche y entonces es cuando él vino con las
mandarinas.»
Su hermano Mauricio Anglés, ratificó ante el juez
que llegaron los tres juntos:
«El 27 de enero de 1993, antes de llegar a mi casa,
fuimos, veníamos de recoger un perro, un cachorro, que
lo queríamos tener. Íbamos mi hermano Ricardo, Ricart
y yo, y llegamos a casa y estaba todo lleno de guardias
civiles. Veníamos de coger un perro, y de coger
mandarinas no me acordaba, creo que si nos paramos
en un campo, pero veníamos de recoger un perro que
estaba en un chalet y mi hermano lo había visto y lo
quería, creo que era un doberman. Fuimos ahí y mi
hermano se quedó en casa y cuando llegamos estaba la
guardia civil ahí y todo. Cuando accedí a casa con
Miguel y Ricardo, ya estaba ahí la guardia civil.
Llegamos allí y había un Patrol bajo la casa, de la
guardia, subimos a ver qué pasaba arriba. Llegamos,
nos apartaron, a Miguel lo pusieron detrás de la tele en
un rincón, registraban mi casa patas arriba, rompieron
todo.»
Aquella tarde noche en el domicilio de los Anglés
iba a ocurrir, además, un curioso incidente. Oficial-
mente éste:
«Que mientras los componentes de esta Unidad
practicaban el registro domiciliario autorizado por el
Juzgado de Instrucción 2 de Catarroja en el domicilio de
la calle Camí Real nº 101, piso 4º, el teléfono del mismo
sonó y se puso en marcha el contestador automático.
Que en el contestador automático quedó grabado el
siguiente mensaje que se escucha en la cinta con una
voz apresurada y nerviosa: «KELLY SOY RUBÉN, DILE
A "EL RUBIO" QUE VAYA Y COJA EL PLATO Y LA
MANETA DE LA MOTO QUE RECOJA LOS SACOS DE
DORMIR; LOS KELOS DE LA COCINA Y LA LECHE,
DEPRISA QUE ES URGENTE.»
124
Realmente, el mensaje que quedó grabado en el
contestador no era ése precisamente, y eso que el sar-
gento Moreno Alegre declaró bajo juramento que el sar-
gento primero Pablo Pizarro Plaza lo había transcrito
textualmente de la cinta: «La transcripción de la cinta
la hizo, esa escritura corresponde al instructor de las
diligencias, tendría que hacerla él, estaría escuchando
la cinta, yo rebobinando la cinta y él escribiendo.»
Incomprensiblemente, aunque uno rebobinaba la
cinta y el otro iba escribiendo, los dos guardias civiles
se equivocaron en 28 palabras de un total de 49. Ade-
más, la voz ni era apresurada ni nerviosa.
El mensaje real decía lo siguiente:
«KELLY SOY YO RUBÉN, CUANDO VENGAS LE
DICES AL RUBIO QUE VAYA A DONDE ESTÁ EL
PLATO Y LA MANETA DE LA MOTO, Y QUE TRAIGA
LOS DOS SACOS DE DORMIR, Y LOS KELLOGS Y
LA LECHE QUE ESTÁ ENCIMA DE LA NEVERA. Y
ESO LO ANTES POSIBLE. ADIÓS.»
Precisamente la cinta de cassette del contestador
que contenía ese mensaje, fue lo único que oficial-
mente intervino la Guardia Civil en el registro del domi-
cilio de Enrique Anglés. El sargento Moreno lo recorda-
ba así ante el juez: «Cuando efectuábamos el registro
sonó el teléfono, se había comenzado el registro por esa
habitación se continuaba en ese momento en la
habitación de la madre, que está frente a la de su hija,
en ese momento alguien me comentó que se había
escuchado un mensaje grabado. Me acerqué donde
estaba el capitán con un componente de la UCO.
Entonces estaban escuchando la cinta y la escuché. Me
llamó la atención el nombre de Rubio. Me acerqué al
comedor y le dije, ¿quién es el rubio? Y él me contestó,
yo soy Miguel. Y cómo había escuchado otro nombre otra
vez, volví a escuchar la cinta y escuché el nombre de
Rubén. Le pregunté entonces por Rubén, y me dijo es un
125
chaval de Catarroja que por las indicaciones debía vivir
por el Barranco.»
La misteriosa llamada explicaba las extrañas pre-
guntas que los agentes de la Guardia Civil realizaron a
Miguel Ricart, aunque curiosamente, como relató ante
el juez, a él no le extrañaron nada:
«Mientras estaba arriba esposado y cara a la
pared, vino al cabo de un rato, vino un hombre de
paisano, y me llevó a la cocina, de allí de casa de los
Anglés y me dijo, ¿Miguel tu sabes algo de una...
maneta de moto que hay aquí en casa? yo le dije al
guardia que de manos y platos no sabía nada. Y nada
ya no me preguntaron de la maneta ni platos de moto,
que si había en casa algún plato, y dije que no, y
estuvieron buscando la maneta de moto allí.
»No me extrañó que me preguntaran eso.
»No oí sonar el teléfono, tengo que decirle que desde
el comedor que está en la entrada hasta la habitación
de Kelly, está al final y es imposible, no se oye.
»En ese momento solo me detuvieron a mí, me qui-
taron las esposas, y se las estaban poniendo a Mauricio
Anglés para llevárselo a él, porque yo llevaba desde
septiembre con el pelo tintado moreno, y el sargento del
cuartel de Catarroja, dijo, no, si el rubio no es éste, es
éste, se las quitaron y me las pusieron otra vez. Bueno
que hacemos, y uno de paisano dijo nos lo llevaremos
por si acaso, y me llevaron de ahí al cuartel de Patraix.
El traslado desde la detención hasta el cuartel de
Patraix, se produjo en automóvil. Iban dos coches, eso
sí me acuerdo y 4 hombres en cada uno, yo iba con 4,
coches privados, de camuflaje.
»Al resto de la gente del domicilio no le dijeron nada,
se marcharon solo conmigo. Entré en un automóvil en la
parte de atrás en el medio.
»Los señores con los que me monto no se identifica-
ron, no me enseñaron acreditación de su condición de
guardia civil o policía nacional. No observé ningún guar-
126
dia civil de uniforme, todos eran de paisano, no se iden-
tificaron en ningún momento.
»Abajo había dos Patrol de la guardia civil, pero
estaba uno a una parte y el otro creo que estaba en la
vivienda, en lo que es la entrada, en el portal.
»Que le repito, los que estaban de uniforme, los
guardias civiles uniformados, estaban bajo, pero el
sargento de Catarroja y lo conozco yo, iba de paisano
también, no iba uniformado, estaba de paisano y los
otros también iban de paisano. Al único que conocí yo
fue al sargento de Catarroja, arriba no había más
miembros de Catarroja de la guardia civil, los conozco a
todos, no había nadie más.
A Ricardo Anglés, aunque oficialmente no estaba
en el piso, también le preguntaron por "el plato y la
maneta" y así se lo contó al juez:
«Estando en mi casa, yo no me fui con la guardia
civil. Me acuerdo perfectamente que estando allí el
judicial me dijo, usted no recuerda de unas manetas de
moto, de un plato. Y dije yo no sé lo que usted me está
diciendo. Me hablaba constantemente sobre una
maneta, sobre un plato y yo le decía que no sabía lo que
me estaba diciendo.»
A Mauricio, que tampoco estaba en la casa según
las diligencias de la Guardia Civil ―aunque sí que
estaba―, le extrañó otro curioso detalle:
«No sabía lo que había pasado, cuando me enteré,
que decían que había sido Miguel y mi hermano. Nos
dejaron ahí, no nos esposaron, a Miguel si lo esposaron
inmediatamente, lo esposaron y luego se iban a ir ellos,
y le iban a quitar las esposas a Miguel Ricart, pero vino
el juez y dijo, no, no, detenido. Le estaban quitando las
esposas, y dijo el juez, éste también.
»El porqué del cambio no lo sé. Me pareció raro.
»Que mi pelo es moreno, en aquel entonces tenía el
pelo teñido de rubio. Después de atracar el banco mi
127
hermano Antonio y tal me dijeron que era mejor que me
tiñera el pelo porque si me reconocían o algo.
»Que Miguel también se lo había teñido, de moreno.
Entonces me lo teñí.
O sea, que Miguel Ricart aquella noche tenía el pe-
lo moreno y Mauricio Anglés teñido de rubio, sin em-
bargo el capitán Ibáñez no lo vio así: «Cuando terminó
el registro salí al comedor, por decir algo. Allí uno de mis
agentes, que precisamente estuvo en la puerta vigilan-
do, dijo que había ahí un individuo que iba a la casa de
Antonio Anglés, es este, subía solo. Hablé con él, y le
dije, ¿tú a qué vienes aquí?, y dijo soy amigo de la
familia. ¿Y qué llevas en la bolsa?, unas naranjas, y
dijo, las he robado en un campo cercano. Y tenía aspecto
como de rubio y me sonaba algo relacionado con la cinta
que habíamos escuchado. Y le pregunté, ¿tú que coche
tienes? Un Opel Corsa blanco. Tienes inconveniente en
venir a la comandancia a hacer alguna pregunta, y dijo
que no tenía inconveniente y nos acompañó.
El siguiente paso de los agentes de la Guardia
Civil, según consta en sus documentos fue:
«Que como dentro del domicilio, además del citado
Emilio Anglés se encontraban su hermana Dolores An-
glés, el novio de ésta llamado José Antonio García Mu-
ñoz, su madre y posteriormente, mientras se estaba
practicando el registro, acudiera al mismo el llamado
Miguel Ricart Tárrega, todos ellos fueron trasladados a
las dependencias de la Comandancia para ser oídos en
manifestación y que contribuyeran a aclarar los he-
chos.»
Una vez más la diligencia es inexacta, porque no
todos fueron trasladados al Cuartel de Patraix. Neusa,
la madre, se quedó en el piso con sus hijos Ricardo,
Mauricio y Carlos.
El revuelo en las dependencias del cuartel de
Patraix, la sede de la 311ª Comandancia de la Guardia
Civil de Valencia, aquella noche era impresionante.
128
Todos conocían ya la aparición de los tres cadáveres y
los problemas surgidos al ir a detener a Enrique
Anglés. Además, los teléfonos no paraban de sonar.
Desde el ministro del Interior, José Luis Corcuera,
pasando por el Secretario de Estado para la Seguridad,
Rafael Vera, hasta el Director General de la Guardia
Civil, Luis Roldán, mantenían constantes contactos
con el Cuartel de Patraix para conocer la marcha de las
investigaciones.
Así las cosas, a Kelly fue la primera que tomaron
declaración, alrededor de las once de la noche:
130
PREGUNTADA para que diga si su hermano
ENRIQUE tiene alguna tarjeta del Servicio
Valenciano de Salud, de la Seguridad Social o de
otro organismo donde conste su tratamiento y que
tenga que llevarla encima, dice que NO.
PREGUNTADA para que diga si han perdido alguna
tarjeta de organismo oficial relacionado con la
sanidad a nombre de su hermano Enrique, dice que
NO.
PREGUNTADA para que diga si sabe donde estuvo
su hermano sobre el día 13 de Noviembre de 1.992,
dice que no se acuerda, que cree que estaba en el
psiquiátrico de Bétera, pero que no puede
precisarlo si no ve los documentos.
Que no tiene nada más que decir...
131
MANIFESTACIÓN DE JOSÉ ANTONIO GARCÍA
MUÑOZ
136
PREGUNTADO para que diga si conoce a alguien que
se llame Rubén, dice que sí, que conoce a un tal
Rubén que vive en Alfafar, que Rubén también fue
detenido cuando Antonio pegó la paliza a Nuria
después de tenerla atada con una cadena a un pilar,
que este Rubén vive por Alfafar y Benetúser, que se
llama Rubén Darío, que tiene unos 27 años, que es
soltero, alto, rubio y que no sabe qué tipo de
trabajos hace ahora.
PREGUNTADO para que diga si Antonio Anglés
tenía alguna tendencia especial para con las niñas
y adolescentes, dice que no lo sabe, que no tuvo
muchos roces con él, pero que es muy agresivo y
violento y capaz de hacer cualquier cosa.
PREGUNTADO para que diga si tiene algo más que
manifestar, dice que no, que lo expuesto es la
verdad...
Posteriormente, Miguel Ricart recordaría ante el
juez algunos detalles de esta manifestación:
«Las personas que me tomaron esa primera mani-
festación había mucha gente ahí, había ocho o nueve.
Que esta manifestación, no me habían amenazado, ni
pegado. Me preguntaron sobre la posible participación
de Enrique en la muerte de otras personas. Me pregun-
taron qué hacía él cuando veía a tías en televisión y yo
dije que yo que sé, que yo no, que actuaba muy normal,
veía la televisión y tal y nada más. Que me dijeron que
habían encontrado una receta de Enrique en la fosa
donde estaban las chavalas enterradas y nada más, me
hicieron alguna pregunta más pero ahí no me puso el
guardia la mano encima. Que no dije en esta primera
declaración ante la guardia civil que no podía estar
implicado en los casos que se investigaba por que en
esas fechas estaba en prisión, esto no lo dije, no señor.
Que cuando acabó esta diligencia me tuvieron detenido
ilegalmente, detención ilegal, no me leyeron mis dere-
137
chos, ni tenía asesoramiento jurídico ni nada. M me
tuvieron ahí retenido.»
Lo lógico, al igual que hicieron con Kelly y con su
novio, es que a Miguel Ricart le hubieran mandado a
casa después de tomarle declaración. Sin embargo, en
su caso no lo hicieron. Estaba claro, desde que le inter-
vinieron el coche, que la Guardia Civil sospechaba de
él, aunque nadie supiera muy bien por qué.
La siguiente gestión que hicieron los agentes fue
telefonear a la "Cárcel Modelo" de la capital valenciana
para comprobar si Miguel Ricart estaba en prisión el
13 de Noviembre de 1.992, día en que desaparecieron
las niñas. El resultado de la llamada fue desalentador
para los investigadores: según el Jefe de Servicios del
Centro Penitenciario de Hombres de Valencia, Miguel
Ricart estaba encarcelado aquel día.
Como reconoció ante el juez el capitán Ibáñez esa
noticia suponía tenerlo que poner en libertad.
«Después de su declaración se le preguntó el 13 de
noviembre dónde había estado, y dijo que ingresado en
prisión. Que comprobamos telefónicamente que sí había
estado en la prisión, y nos vimos en una situación
delicada porque había que dejarlo en libertad.»
Sin embargo, inexplicablemente, los guardias civi-
les dudaron de la información que les había sido facili-
tada por teléfono desde la cárcel y decidieron enviar
dos hombres al Centro Penitenciario para verificarlo.
Según el capitán Ibáñez:
«Se mandaron dos agentes a la prisión personal-
mente para que ellos comprobaran los registros, y de
esa comprobación se demostró que había estado antes
de esa fecha y después, pero el 13 de noviembre no
estaba en prisión. Que dudamos de las afirmaciones de
Miguel Ricart de que había estado en prisión, porque
desde, el tema del rubio, el tema de tal, la manifestación
que él hizo, todo nos daba la impresión de que aquello
no estaba claro y que había que aclararlo más.»
138
Cuando los dos agentes regresaron Miguel Ricart
ya no había estado en prisión aquel día, como consta
en el siguiente documento:
141
142
RICART
83
Su verdadero nombre es Dolores.
143
Cuando entró la Guardia Civil estaba ahí se tiró por
la ventana con el dinero, estaba yo.
84
Importa hacer constar en este punto que la ley permite a los encausados el derecho a mentir, así como a
no declarar en su contra.
144
tráfico de drogas y el crimen de poca monta que ya
había pasado por la cárcel. Los peritos psiquiatras
propuestos por la defensa arrojaron un informe en el
que se dejaba claro que no se trataba de un individuo
sujeto al temor o que hubiese sufrido amenazas o
presiones85.
Cuando fue detenido, Ricart tenía una hija. Había
sido padre de una niña con su antigua novia, en quien
se escudó para crearse una coartada que no creyó el
tribunal. Llegó a manifestar que se autoinculpaba
porque la Guardia Civil le había advertido que, de no
hacerlo, su hijita podría sufrir el mismo final que las
niñas de Alcàsser. Mintió cuando dijo que el día en que
fue detenido se dirigía a casa de Neusa para llevarle
unas mandarinas: él vivía allí. Mintió cuando afirmó
que el día en que desaparecieron las niñas estaba en
la cárcel de Picassent. Mintió, en fin, cuando alegó que
dos días después de la desaparición de las niñas, había
estado cenando con su novia, con Mauricio Anglés y
con su hermana Kelly. Mintió cuando dijo que la noche
del viernes 13 de noviembre de 1992 estuvo en casa de
su amigo Antón Partera Zafra… Para Ricart la mentira
es patológica, una enfermedad: él cree que sus men-
tiras le favorecen.
Cuando fue detenido, acusado y se autoinculpó
del triple crímen de Alcàsser estaba abatido. Sin em-
bargo, a partir del 25 de abril86 los medios de comuni-
cación comenzaron a difundir que no había pruebas
contra él, que era un sospechoso que se había autoin-
culpado87, lo que le hizo recuperar fuerzas y confianza
en sí mismo. Sin embargo, durante el juicio, el largo
interrogatorio del fiscal, que lo enfrentó contra sus
propias contradicciones, así como la concatenación de
85
Para anular sus primeras declaraciones autoinculpatorias alegó que había sido maltratado, vejado,
amenazado y torturado por la Guardia Civil.
86
Recordemos que fue detenido el 28 de enero.
87
El derecho a mentir incluye la autoinculpación y cualquier sospechoso se puede retractar ante el tribunal.
145
brillantes preguntas del abogado de la defensa, don
Virgilio Latorre, le hundieron. Aquí hay que tener en
cuenta otro detalle: cuando, durante el juicio, se visua-
lizaron los vídeos de las autopsias, pidió al tribunal no
verlas: amén del lógico escrúpulo de cualquier alma
sensible, este detalle suele ser muy significativo en
delincuentes sexuales.
Sin embargo, no podemos tampoco pasar por alto
dos detalles muy importantes:
―Que las “confesiones” de Ricart se produjeron a
posteriori de la recabación de datos por parte de la
Guardia Civil (incluidas las autopsias).
―Que Ricart ofreció inicialmente una versión de
los hechos que no cuadraba con la recogida definitiva-
mente en la sentencia contra él.
Veamos:
¿Quién era Miguel Ricart Tárrega, el hombre que
se había "confesado" autor de los brutales asesinatos?
¿Cómo era y había sido su vida? La respuesta se en-
cuentra, en parte, en los tres reconocimientos psiquiá-
tricos y psicológicos que le han sido realizados durante
el tiempo que ha estado en prisión.
El primero de ellos lo practicaron los forenses de
los Juzgados de Alcira, Francisco Ros Plaza y Manuel
Fenollosa González, quiénes realizaron dos exámenes
psiquiátricos a Miguel Ricart, uno el 31 de enero de
1993, y el segundo el 2 de marzo de 1993, curiosa-
mente los mismos días que "El Rubio" fue llevado a los
juzgados para declarar ante el juez.
Posteriormente, el último de los abogados que tuvo
Ricart, el prestigioso letrado Manuel López Almansa,
solicitó que se realizaran nuevos informes, esta vez por
146
personas que tuvieran titulación oficial en psiquiatría
y psicología.
El informe psiquiátrico fue realizado por D. José
María Vázquez Mazón, Médico especialista en Neuro-
logía y Psiquiatría, ex Jefe Clínico del Servicio de Neu-
rología y Psiquiatría del Hospital General de Valencia,
y D. Tomás de Vicente Muñoz, Médico especialista en
Psiquiatría, mediante entrevistas mantenidas los días
2 y 8 de mayo de 1997 en el establecimiento peniten-
ciario de Picassent con el preso Miguel Ricart Tárrega.
Por otra parte, el informe psicológico lo practicaron las
psicólogas María Ángeles Martínez Esteban y María
Dolores Ferrando Moncholí, quienes mantuvieron en-
trevistas individuales con Miguel Ricart Tárrega los
días 25, 28 y 30 de abril de 1997.
De estos tres informes, se puede deducir lo si-
guiente respecto a la vida y personalidad de Miguel
Ricart:
«Miguel Ricart respondió en todo momento de una
manera adecuada, correcta y coherente a las distintas
cuestiones que se le fueron planteando a lo largo de las
entrevistas. Su actitud es de tranquilidad, con ausencia
de ansiedad, temblores, tics, u otras expresiones
somáticas de angustia. No se constataron alteraciones
emocionales significativas a lo largo de las entrevistas,
en las que mantuvo un buen tono desde el punto de vista
físico y una notable estabilidad psicológica.
ANTECEDENTES FAMILIARES
ANTECEDENTES PERSONALES
148
»Su primer periodo de escolarización se desarrolló
en un parvulario. Una vez que la madre falleció, el padre
gestionó el ingreso del informado en el Colegio de niños
huérfanos de San Juan Bautista, institución en la que
permaneció hasta la edad de trece años. Allí coincide
con su hermana cuando el lleva 2 o 3 años de internado.
Conserva el recuerdo de un compañero al que considera
amigo, llamado Salva.
»No refiere el explorado incidentes reseñables de
esta época de su vida; para él fue una buena etapa en
la que mantenía relaciones satisfactorias tanto con sus
compañeros, como con las religiosas que se encargaban
de la enseñanza. Se define como buen estudiante. Al
acabar 5º de EGB, en el referido Colegio religioso, con-
siguió una beca para estudiar en la Universidad Laboral
de Cheste en régimen de internado. En un principio la
asimilación de las condiciones del nuevo ambiente fue
normal, si bien progresivamente se produce un deterioro
de su comportamiento que se manifiesta en un distan-
ciamiento del padre, a quien paulatinamente deja de
visitar los fines de semana. Por lo que se refiere al segui-
miento de las normas internas del Centro, se va produ-
ciendo una progresiva relajación en su cumplimiento,
hecho que da lugar a que, por parte del director del
Centro, se le aperciba, en repetidas ocasiones, sobre la
necesidad de un cambio de actitud y comportamiento.
Durante este periodo el Director del Centro suele impo-
nerle castigos y le manifiesta la conveniencia de aban-
donar ciertas "malas compañías" que solía frecuentar el
informado.
»No obstante, al parecer, siguieron siendo anóma-
los su comportamiento y su aprovechamiento académi-
co, hechos que condujeron a la decisión, por parte de las
Autoridades del Centro, de sancionarle con la pérdida
de los derechos de la beca y con expulsión del Centro,
lo que se produjo cuando el curso se encontraba en su
mitad.
149
»Al perder los derechos de la beca volvió a Cata-
rroja. Se incorporó al Instituto de la población, donde su
comportamiento siguió siendo desordenado. Refiere el
informado que por parte de los profesores era calificado
como un muchacho "revoltoso" y que realizaba frecuen-
tes escapadas del Colegio ("novillos"). En este periodo la
situación con respecto a su familia es fría y distante, con
una rotunda oposición a la figura paterna, con quien
tuvo frecuentes enfrentamientos verbales e incluso físi-
cos, sin embargo, la relación es considerablemente me-
jor con su hermana88.
»A los 15 años escapó durante una noche del do-
micilio paterno. Acudió al patio de la casa de un amigo,
quien le dio un bocadillo para cenar. Esa noche durmió
en el patio y recuerda que pasó mucho frío; al día si-
guiente regresó a casa. El informado explica este com-
portamiento por las continuas broncas que recibía de su
padre.
»A los 16 años abandona los estudios y se pone a
trabajar en tareas agrícolas, sobre todo de recolección
de frutas y hortalizas. Durante un verano trabaja de
barrendero en Catarroja. El dinero que gana lo entrega
en casa y su padre le asigna una pequeña cantidad
para sus gastos. En el periodo que transcurre durante
los 16 y los 17 años comparte las tareas domésticas con
su padre, quien se encuentra sin trabajo. El padre se
ocupa de las labores del hogar de Lunes a Viernes y él
las realiza los fines de semana.
»Con la asignación económica que le proporciona su
padre, visitando "discotecas" de su entorno, inicia el
contacto con el consumo de determinados tóxicos, fun-
damentalmente Hachís, Alcohol, y ocasionalmente Co-
caína y Rohipnol. De las referidas sustancias refiere el
informado que ha sido consumidor esporádico, no habi-
tual.
88
De hecho, fue la única que lo visitó en prisión hasta finales de los 90. Después, ni ella.
150
»A los 18 años se va a vivir con su novia, y dos
hermanas de aquella que comparten la vivienda. En un
principio mantiene en este nuevo círculo una situación
análoga a la que mantenía con su padre. El informado
entregaba su sueldo a su compañera, la cual le asig-
naba una cantidad para sus gastos. Debe hacerse notar
que el Ayuntamiento asignaba una pensión a su
compañera y hermanas. Progresivamente el explorado
va disminuyendo su actividad laboral, entrando en
conflicto con las hermanas de su compañera, dado que
éstas no estaban dispuestas a costear su manutención.
El informado justificaba sus menores ingresos por la
carencia de trabajos eventuales en una época de crisis
económica.
»A los 20 años se enrola en la Legión89 como Volun-
tario especial, ya que fue excedente de cupo, y mani-
fiesta que realizó este tipo de alistamiento al quedarse
sin trabajo y sentirse atraído por la "manera especial de
entender la vida" de este cuerpo militar. El periodo
previo al alistamiento coincide con una situación de
crispación con su compañera quién le reclama un mayor
aporte económico.
»El destino que le corresponde es Málaga donde
permanece durante 18 meses. El explorado manifiesta
que durante ese periodo consumió con regularidad y de
forma importante Hachís y Alcohol. Cobraba 60.000
pesetas al mes, de las cuales mandaba la mitad a su
compañera y él se quedaba con la otra mitad "para sus
gastos". Refiere el informado que durante su perma-
nencia en filas no se produjo ningún incidente reseña-
ble. Durante este periodo su compañera queda emba-
razada y posteriormente da a luz a la hija de ambos. En
este momento el explorado nos dice que su hija es lo más
importante de su vida.
89
Este dato será importante después, ya que nos dará muchas pistas sobre el caso. Reténgalo el lector.
151
»Cuando acabó el Servicio Militar, volvió a Catarroja
y se puso a trabajar, en tareas de mantenimiento, en un
concesionario de automóviles de la casa Opel. Este tipo
de trabajo es valorado como de "chollo", ya que prácti-
camente no hacía nada y ganaba bastante dinero. Se
sentía muy complacido de llevar un mono de mecánico
que cuando se lo quitaba no mostraba apenas manchas
de grasa. No duró en el trabajo más que 6 meses cir-
cunstancia motivada, según el informado, por la ani-
madversión que hacia él sentía el encargado.
»En este periodo laboral sus ingresos se incremen-
taron notablemente, hecho que le permitió entrar en
contacto, de modo más intenso con las drogas, consu-
miendo fundamentalmente Cocaína.
»Estuvo unos meses en el paro cobrando la corres-
pondiente prestación, acabada la cual comenzó a
trabajar durante 2-3 meses en la fábrica de hielo de
"MercaValencia". Este trabajo le resultaba excesiva-
mente duro y consideraba que no estaba bien remune-
rado. Siguiendo un proceder habitual del informado,
abandona la referida ocupación, deseando orientar su
vida hacia "nuevos horizontes".
»Volvió, de esta manera, a reactivarse la situación
conflictiva con su compañera y hermanas, que se
manifestó antes de alistarse a la Legión y, además, con
idénticos argumentos. La compañera del informado le
requería unos ingresos económicos suficientes y se
producían enfrentamientos derivados de los múltiples
problemas de convivencia. Esta problemática no es
resuelta en los términos deseables para el informado
quién manifiesta enfáticamente que "los pantalones los
llevan ellas".
»Es en esta época cuando se separa de su pareja y
se va a vivir a la casa de Antonio Anglés quién, según
manifiesta, era su habitual proveedor de droga y
conocido con anterioridad al alistamiento del informado
en la Legión. La relación con esta familia es más intensa
152
con un hermano de Antonio Anglés, Roberto, que es de
la misma edad que el explorado. Esta relación se
fundamenta en el consumo común de drogas y en la
colaboración en la comisión de algunos delitos. En este
nuevo ambiente el modo habitual de vida se mueve en
el círculo de la delincuencia, llegando a participar junto
a ellos, según explica el informado, en "diversos atra-
cos". En este periodo se produce su primer ingreso en la
cárcel de Valencia. (Concretamente el 19 de agosto de
1992 por el robo de un coche y fue puesto en libertad al
día siguiente).
RELACIONES DE PAREJA
COMPORTAMIENTO SEXUAL
153
NARRACIÓN DE LOS HECHOS OCURRIDOS
ENTREVISTA DIRECTA
90
Aquí tenemos otra clave: su frialdad y falta de empatía.
155
en invitarles si tenía dinero y más si lo había conseguido
fácilmente.
»El consumo de drogas se agudiza cuando tiene
dinero para comprarla, eludiendo cualquier responsabi-
lidad derivadas de su consumo y no valorando el gasto
para la situación económica que tenía.
»Acepta la norma social en términos generales.
Piensa que está en la sociedad y tiene que adaptarse a
ella. No encuentra justificado el robar, pero no se arre-
piente del robo en sí, ya que necesitaba el dinero para
vivir.
»Su actitud ante el trabajo es contradictoria ya que
ante la falta del mismo no se muestra inquieto por no
tener un empleo estable y duradero, y, por otra, piensa
que es un trabajador tenaz y perseverante.
»Le gusta tomar sus propias decisiones y no se
asusta ante las dificultades que puedan surgir 91.
»Si lo necesita pide ayuda aunque sea para comer
y vivir.
»Se considera una persona activa y un pensador
incansable. Las relaciones con el padre las califica de
normales. En algunos momentos reconoce discusiones
con él, que mostraba un comportamiento violento con el
recluso, sobre todo a partir de los 16 años. Recibía
algunos golpes sin motivo aparente; lo justifica porque a
su hermana nada se le recriminaba. Esta situación le
lleva a abandonar el hogar paterno. Desde que está en
prisión no se han visto.
»Con su hermana las relaciones las califica como
buenas, sobre todo en la etapa que coincidieron en el
colegio. A ésta no la ve desde hace años y manifiesta
sentirse abandonado por la familia.
»Quiere mucho a su hija pero no le transmite con
regularidad su afectividad. No la ha vuelto a ver, como
tampoco a su compañera. Por otra parte, no se compro-
91
Este detalle de su actitud también será relevante más adelante.
156
mete en las necesidades económicas que ésta pueda
tener, aunque él si satisface sus propias necesidades,
si tiene dinero, no pudiendo prever el futuro (gastó
importantes sumas de dinero en un breve espacio de
tiempo).
CONSIDERACIONES MÉDICO-LEGALES
157
lidad. Anteriormente a esta época no existía conflicti-
vidad significativa. Esta cronología hablaría a favor,
según parecer de los informantes, de una mayor influen-
cia en la conducta de determinantes de tipo exógeno, en
relación con un tipo de amistades que, en el contexto de
los datos biográficos del explorado, se consideran como
poco convenientes y con conductas desviadas social-
mente.»
Para tratar de entender quién es Miguel Ricart,
amén de conocer su pasado vital, hemos de atender a
su comportamiento y a la causa que acaba por sentarle
en el banquillo: estamos ante el posible autor de un
triple rapto seguido de violaciones múltiples y de tres
asesinatos. Delitos cometidos en las personas de tres
niñas de 14 y 15 años y llevados a cabo por delin-
cuentes armados al menos con una pistola Star de 9
mm corto y un cuchillo de monte de los llamados «de
lanzadera».
Miguel Ricart es un hombre que se ha hecho a sí
mismo en la calle, producto de un hogar roto, que
evolucionó hacia un delincuente duro, atracador de
bancos, con la suficiente sangre fría (como veremos
más adelante) como para contemplar sin inmutarse
cómo Antonio Anglés torturaba a su “novia” Nuria
Perea, atada con una cadena. Todo esto son hechos por
los que ya había sido juzgado y condenado antes de
que lo detuviesen en enero de 1993: estamos ante sus
antecedentes personales y penales.
Cuando afirmó a la policía que la tarde en que fue
detenido el 27 de enero de 1993 “iba a llevarle unas
mandarinas a Neusa Martins” mintió, puesto que vivía
allí con los Anglés92. Mintió cuando dijo que el día de
92
En breve veremos que los Anglés conforman una familia desestructurada que sale adelante a pesar de
todo. La matriarca se refugia en su sordera, Enrique en su locura, Carlos en su juventud, Kelly en la música,
Mauri en sus hormonas y en su admiración por Antonio. El hogar podría tener grandes deficiencias, a veces
no tenían ni qué comer, pero todos podían estar. He ahí el gran mérito de Neusa: lo que hagan o dejen de
158
autos en que desaparecieron las niñas estaba en la
cárcel de Picassent93. Mintió cuando dijo que no había
vuelto a ver a Anglés cuando éste se había escapado de
la cárcel94. Todo esto ya lo hemos dicho anteriormente,
pero conviene recordarlo. Como conviene reparar en
que Ricart fue el primero en mencionar a Antonio
Anglés ante las autoridades que, en realidad, estaban
investigando a Enrique Anglés, cuyo nombre aparecía
en los papelitos hallados en La Romana. Además, en el
sumario se recogen 21 declaraciones y cartas de Ricart
dirigidas al juzado. Comencemos por las primeras y
retrotraigámonos a los interrogatorios ante el juez en
la noche del 30 de enero. Tras la comparecencia del
sospechoso Enrique Anglés, sobre la que volveremos
más adelante, Tras un breve descanso, esposado y
entre dos guardias civiles vestidos de paisano, apareció
Miguel Ricart por primera vez ante el juez Bort.
159
Interrogado por Su Señoría, MANIFIESTA lo si-
guiente:
Leída que le son las tres declaraciones prestadas
ante la Policía Judicial de la Guardia Civil por el
declarante y contenidas en el atestado, manifiesta
que se ratifica íntegramente en las practicadas en
el día 29 de enero del presente año, negando con-
siguientemente todo lo que en las dos actas an-
teriores puedan estar en contradicción con aquella.
―Que desde el verano de 1.992 reside el declarante
en la casa de la familia Anglés Martins sito en Cata-
rroja C/ Camí Real 101-4 y ello por la gran amistad
que le une con Roberto Anglés, si bien desde enton-
ces aproximadamente comenzó a tener mayor rela-
ción con Antonio Anglés95 con el que comenzó a
salir tanto de discotecas y esparcimiento, como
yendo a las casetas de montaña de Llombay y Albo-
rache y de Villamarchante.
―Que las referidas casetas son la de Villamarchan-
te, una estación abandonada y las otras dos casas
de campo, todas ellas en ruinas sin puertas y con
libre acceso a su interior por cualquiera. Que las
referidas casetas fueron utilizadas por Antonio, el
que a veces dejaba ropa u otros objetos personales,
las cuales se encontraban en parajes bastantes
retirados y poco frecuentados de modo que no
solían otras personas acudir a ellas ni notaron
nunca en falta los citados objetos que allí solían
dejar.
―Que Antonio al no haber regresado al Centro Peni-
tenciario y habiendo quebrantado la condena estu-
vo viviendo en forma continuada en la casa de
Llombay si bien pasado este tiempo comenzó a
acudir también al domicilio de Catarroja, de forma
que por lo general los fines de semana solía estar
95
Primera vez que aparece el nombre de ANTONIO ANGLÉS en el sumario y, por lo tanto, en la causa.
160
en Catarroja y el resto de la semana lo pasaba en
cualquiera de las tres casas de campo reseñadas,
alternando entre unas y otras sin ninguna razón u
orden especial. Así mismo el declarante también
aproximadamente desde el verano último se encon-
traba en Busca y Captura, por lo que desde enton-
ces y hasta hoy el declarante seguía a Antonio y
vivía con él ahí donde se encontraba, tanto si se
iban a las casetas como si bajaban a Catarroja a la
casa de Antonio.
―Que el vehículo Opel Corsa matrícula V-7757-BJ
es propiedad del declarante quien lo compró de
segunda mano sobre el mes de agosto del año 92 si
bien no llegó a hacerse el cambio de titularidad del
mismo, comprándolo por medio del periódico
"Trajín" a una persona cuyo nombre no recuerda
pero cree que es de Mislata y pagando por él la
cantidad de 300.000 pesetas. El referido vehículo
es de color blanco y con dos puertas delanteras más
la del maletero.
―Que el Seat Ronda que se cita en la declaración
obtenida en el atestado, es propiedad de Antonio
Anglés si bien éste lo compró a nombre de Fran-
cisco Partera, utilizando para ello el documento
nacional de identidad de éste, en el que colocando
una fotografía de Antonio se sacó una fotocopia, en
la que parecía que la foto del referido documento es
la de Antonio. Que Francisco Partera es amigo de
Antonio y es drogadicto, habiéndole dejado el
citado documento nacional de identidad a Antonio,
para que pudiera practicar la superposición fotoco-
pia referida a cambio de recibir unas papeletas de
heroína. Que el mencionado Seat Ronda es de color
azul de tono ni muy claro ni muy oscuro.
―Que Antonio Anglés tiene en Catarroja el apodo o
sobrenombre de "Asukiki" y que además desde el
mes de septiembre aproximadamente de 1.992,
161
comenzó a utilizar el nombre de Rubén en todo tipo
de relaciones y situaciones, hasta el punto de de-
cirle al declarante que le llamase Rubén y no Anto-
nio, y así lo hizo el declarante a partir de entonces.
Sabe también el declarante que Antonio tiene un
carnet de identidad de formato nuevo, si bien no
sabe qué nombre aparece en el mismo, ya que si
bien Antonio le enseñó el documento no le permitió
que pudiera ver el nombre, ya que no se fiaba ni
siquiera de él.
―Que el día de los hechos, viernes, estuvieron
comiendo en casa de Antonio en Catarroja y sobre
las siete y media u ocho de la tarde salieron de casa
con ánimo de ir de fiesta a alguna discoteca. En
este sentido el declarante y Antonio tenían por
costumbre ir a las Discotecas "Arabesco" en la
carretera de Ademuz término de Paterna, “Cancela”
de Sueca y otra de Turis cuyo nombre no recuerda
en este momento. Sin embargo, esa tarde Antonio
le comentó de ir a la discoteca "Coolor" de
Picassent, donde había mucha marcha, decidiendo
ir a la misma. El trayecto lo hicieron en el Opel Cor-
sa del declarante siendo conducido por él mismo.
―El declarante sabía que Antonio tenía un arma,
que solía por lo general tener escondida en la caseta
de Alborache, no siendo muy frecuente que la
bajase a Catarroja, si bien a veces lo hacía pues
alguna vez se la había visto en la habitación. Que el
día de los hechos el declarante ignoraba que Anto-
nio llevase encima el arma, la que portaba enfunda-
da a la espalda en el pantalón, tal y como pudo
apercibirse posteriormente. Igualmente ignora el
declarante la razón por la que Antonio ese día quiso
llevar el arma encima, si bien alguna vez Antonio
había manifestado que si la Guardia Civil le daba el
alto él se liaría a tiros pues la libertad era muy
bonita.
162
―En el trayecto hacia Picassent conducía el refe-
rido Opel Corsa el propio declarante y circulando
por el interior de Picassent, a la altura aproximada-
mente del parque y ermita que hay en la travesía,
vieron a tres chicas que hacían autostop, las que
son las mismas que aparecen en las fotografías que
se le exhiben y que son reconocidas, acordándose
por Su Señoría la unión a autos de las referidas
fotografías. En ese momento Antonio le dijo al de-
clarante que había unas chicas haciendo autostop
y que parase, lo que así hizo el declarante.
―Una vez detenidos Antonio les preguntó a las jó-
venes si iban a la discoteca "Coolor", respondiendo
las mismas afirmativamente por lo que bajó Anto-
nio del vehículo y adelantando el asiento del mis-
mo, entraron las tres jóvenes en el asiento trasero
y volviendo Antonio a hacerlo en el delantero dere-
cho.
―Que durante los hechos referidos, en el vehículo
del declarante y antes que subieran las jóvenes,
iban únicamente él y Antonio, sin que fueran acom-
pañados por ninguna otra persona ni en el referido
vehículo ni en otro diferente.
―Una vez que reiniciaron a marcha y antes de la
discoteca "Coolor" Antonio acercándose al decla-
rante y en voz baja le dijo que no parase y que se
irían a tomar algo por ahí contestando el declarante
que vale, por lo que al llegar a la altura de la dis-
coteca continuó la marcha en lugar de parar, ante
lo cual las jóvenes que iban detrás preguntaron
porque no paraban, contestando Antonio que iban
a recoger una cosa, a lo que las referidas jóvenes es-
tuvieron conformes si no estaba muy lejos, dicién-
doles Antonio que no, ya que vivía en una urbani-
zación situada poco después de la discoteca.
―Ante esta respuesta de Antonio el declarante se
quedó mosqueado, ya que no concordaba la deci-
163
sión de ir a tomar algo con la mentira procedida por
Antonio.
―Que una vez pasadas las urbanizaciones y dándose
cuenta las chicas que no era cierto lo que se le había
dicho, empezaron a protestar y es entonces cuando
Antonio sacó el arma y tirando de carro las amena-
zó. Entonces una de ellas, sin que pueda el decla-
rante precisar cual, comenzó a gritar, llevando en-
tonces Antonio a girarse hacia atrás, arrodillarse en
su asiento y cogiendo la pistola por la culata pero
teniendo el cañón próximo y paralelo al dedo me-
ñique y apuntando hacia el codo, golpeó así con el
arma a una de las chicas, sin que pueda precisar
cuál de ellas, aunque en cualquier caso está seguro
que no fue la que se encontraba sentada detrás del
declarante que era Desirée, debiendo ser pues,
Miriam que debía encontrarse en el centro o An-
tonia que debía encontrarse detrás del asiento de
Antonio, posiciones éstas dos últimas que si bien
no recuerda con exactitud, las supone por el hecho
de que posteriormente en bajar por la puerta
derecha del vehículo fue Antonia.
―No obstante, recuerda ahora el declarante que al
bajar del vehículo era Antonia la que le salía un
poco de sangre por la boca, por lo que supone que
debió ser a ella a quien Antonio pegó en la boca. No
obstante, el declarante cree que a consecuencia de
dicho golpe no se le debieron romper algunos dien-
tes a Antonia o por lo menos el declarante no se
apercibió de ello.
―Después de pegar el golpe con el arma, tal como
se ha relatado, Antonio dejó la misma en su asiento
y con la mano y en un estado de gran excitación
empezó a pegar bofetadas en las caras y cachetes
en las cabezas, supone de las tres jóvenes, al mismo
tiempo les gritaba y ordenaba que se callaran,
consiguiendo que se callaran de forma que a partir
164
de entonces solo se les oyó llorar a las tres en voz
baja.
―Entre tanto el declarante no dijo ni hizo nada,
continuando conduciendo a su velocidad normal de
unos ochenta kilómetros por hora, y ello porque
estaba completamente atemorizado de lo que pu-
diese hacer Antonio, ya que conociendo su carácter
agresivo pensaba que era capaz Antonio de dis-
pararle por el solo hecho de que intentara defender
a las jóvenes.
―Después de ocurrido lo anterior, el declarante
continuó circulando, existiendo total silencio hasta
que llegando el cruce de Venta Cabrera Antonio le
dijo al declarante que girase hacia la izquierda, que
es la carretera que va a Montserrat y Real de
Montroy obedeciendo el declarante y continuando
el trayecto por Montserrat, Montroy y Real hasta
llegar a la altura de Catadau, todo ello en total
silencio y sin que hubiera habido una orden o
decisión por parte de alguien, sobre el lugar de
destino o finalidad perseguida, hasta que al llegar
al cruce de la carretera de Carlet con la carretera
de Catadau, en la que Antonio le dijo al declarante
que girase a la derecha y cogiera un camino de
tierra que allí había, circulando por él durante unos
cinco o diez minutos a unos cuarenta kilómetros
por hora aproximadamente, hasta que al llegar a
una especie de fábrica Antonio le dijo que parase
allí, lo que así hizo el declarante arrimándose a los
muros de la referida fábrica.
―Hace constar el declarante que durante el trayec-
to que ha sido referido, inmediatamente después de
que Antonio abofeteara y pegara a las tres jóvenes,
el mismo Antonio sacando de la guantera del coche
una especie de gasa, que era del mismo Antonio y
que él utilizaba para esconderse un tatuaje que
tiene en el brazo, procedió a atarles las manos a
165
Antonia y a Miriam, continuando para ello en la
misma posición de estar arrodillado sobre su
asiento y vuelto y mirando hacia el asiento trasero,
suponiendo el declarante que debía utilizar Antonio
el lanzador, que Antonio siempre llevaba consigo
enfundado en el pantalón e ignorando el declarante
la razón por la que Antonio no atara también a
Desirée. Precisa a este respecto que Antonio ató a
las mencionadas Antonia y Miriam dejándoles las
manos por delante.
―Precisa también el declarante que después de
pasar la discoteca "Coolor" y la urbanización men-
cionada por Antonio, las tres jóvenes pidieron y
gritaron que parasen y las dejasen bajar y dejasen
tranquilas y fue por eso por lo que Antonio comenzó
a golpearlas tal y como se ha relatado ya.
―Una vez estaban detenidos en la mencionada fá-
brica bajó Antonio del vehículo, adelantó su asiento
y cogiendo por el brazo a Antonia le dijo que bajara
a lo que ésta en principio parecía que se resistía
diciéndole que no le hiciera nada, ante lo cual
Antonio la sacó por la fuerza y una vez los dos fuera
del coche, se la llevó hacia la parte de los árboles,
continuándola cogiéndola y llevándola mientras
ésta le decía que no le hiciera nada y que no diría
nada, en tanto que Antonio le ordenaba que se
callara si bien no cree el declarante, por lo menos
no lo vio, que en estos momentos Antonio le pegara
a Antonia, sino que únicamente la arrastraba pero
estando andando los dos, hasta que en un deter-
minado momento el declarante ya no pudo ver a los
que se habían ido, ya que las luces del coche esta-
ban apagadas y en el paraje no había luz artificial y
sólo había un poco de luna.
―Después también dejó de oír por razón de la leja-
nía, a los que se habían ido, precisando a este res-
pecto que Antonio no llevaba ninguna linterna ni
166
ningún instrumento de luz. Y cuando Antonio bajo
del coche el arma no se encontraba ya en el asiento
ni el declarante la vio en el vehículo, por lo que
supone que Antonio después de terminar de atar a
las jóvenes, se la debió volver a guardar y por tanto
al salir del coche la llevaría consigo.
―Durante el tiempo que pasó hasta que Antonio
volvió al vehículo, en que debieron pasar unos diez
minutos aproximadamente, el declarante continuó
sentado en su asiento, mientras Desirée y Miriam
permanecían también detrás, preguntándole qué
pasaba y que iba a hacer y pidiéndole que las dejase
marchar, a lo que el declarante les dijo que no y que
suponía que no iba a pasar nada, sino que Antonio
debía estar cabreado, encontrándose en ese mo-
mento el declarante en un estado de bloqueo por el
miedo que tenía y que en estos momentos sigue
teniendo a lo que Antonio le pueda hacer.
―Una vez que volvió Antonio lo hizo sólo, sin la
compañía de Antonia, y volviendo a entrar en el
coche por la portezuela del acompañante, le dijo a
Miriam que estaba en el centro y le dijo que le
acompañara, que su amiga Antonia estaba mal o le
había pasado algo, al mismo tiempo que la cogía por
el brazo y la sacaba, sin que recuerde el declarante
que la referida Miriam pusiera resistencia.
―Lo que sí sabe es que estaba asustada y sacándola
del coche se la llevó por la misma dirección que
había tomado anteriormente con Antonia, si bien
antes de ello Antonio cogió de la guantera que se
halla en la puerta derecha del coche un objeto que
el declarante no vio, así como cogió las llaves del
coche que estaban puestas en el contacto y diri-
giéndose a la parte trasera del vehículo abrió el
maletero y sacó otro objeto de allí, suponiendo que
se llevaría unos alicates que allí se encontraban y
cree también una linterna de petaca que también
167
se encontraba allí y una vez cogido esto Antonio
volvió a dejar las llaves del coche puestas en el
contacto, todo lo cual tuvo lugar antes de que como
ya se ha referido que le dijera a Miriam que saliera,
la cogiera y se la llevara por la misma dirección que
anteriormente a Antonia, haciendo esto también a
oscuras sin utilizar la linterna, hasta que en un
momento determinado el declarante dejó de ver y
oír a Antonio y Miriam.
―Una vez que Antonio y Miriam habían salido, el
declarante le dijo a Desirée que pasara al asiento
delantero para no estar tan sola, lo que así hizo
ésta, pasando entre los dos respaldos del asiento
delantero, preguntándole Desirée que es lo que iba
a hacer y que iba a pasar, dado que el otro ya se
había llevado a sus dos amigas, a lo que el decla-
rante contestó que no le iba a hacer nada.
―Lo que sí que hizo cuando pasó al asiento delante-
ro la cogió del brazo para que no pudiera huir y
debieron estar aproximadamente un cuarto de hora
en el que así sentados Desirée le preguntaba si le
iban a hacer algo y por qué su amigo les había pe-
gado y el declarante intentaba calmarla diciéndole
que él no les iba a hacer nada, hasta que el de-
clarante empezó a hacer proposiciones a Desirée de
mantener relaciones sexuales, así como a hacerle
tocamientos ante lo que ésta no contestaba y no
aparentó ofrecer excesiva resistencia, debido supo-
ne el declarante al temor que tendría la misma de
que le pegara o le hiciera alguna maldad.
―A continuación, el declarante bajó el respaldo del
asiento donde estaba Desirée, para dejarlo en
posición horizontal, le bajó a Desirée los pantalones
y las bragas y le subió el suéter o le desabrochó la
camisa y le subió el sujetador por encima de los
pechos, para a continuación el declarante bajarse
los pantalones y calzoncillos hasta los tobillos,
168
montarse encima de Desirée e introducirle el pene
por vía vaginal, notando entonces que Desirée se
quejaba como que la penetración le estaba haciendo
daño y continuó la relación sexual en esa forma
durante aproximadamente quince minutos96, hasta
que el declarante procedió por propia voluntad a ex-
traer su miembro para eyacular fuera de la vagina.
―Durante todo este tiempo Desirée permaneció ab-
solutamente inmovilizada y bloqueada, supone por
el miedo que sentía de forma que el declarante no
necesitó sujetarla; no obstante, al principio y como
reacción que sintió por la penetración, Desirée le
decía que le dolía al mismo tiempo que con las
manos intentaba apartar al declarante. Que para
conseguir penetrarla el declarante le levantó un
poco las piernas a Desirée.
―Una vez el declarante eyaculó, regresó nuevamen-
te a su asiento y subió el asiento de Desirée, mien-
tras ésta se subía las bragas y los pantalones y se
bajaba el sujetador y abrochaba la camisa, sin poder
recordar exactamente si la Desirée se hiciera un
nudo con el borde de su camisa, y cogiendo el de-
clarante con su mano derecha la mano izquierda de
Desirée, encendió el declarante con la otra mano
encendió la radio y así estuvieron los dos sentados
oyendo música y estando Desirée absolutamente
inmovilizada y sin decir nada hasta que tres horas
o cuatro horas después regresó Antonio.
―En la relación sexual el declarante no usó preser-
vativo ya que no tenía ninguno, y por esa razón es
por lo que eyaculó fuera de la vagina, haciéndolo
entre los dos asientos del vehículo, por donde se
encuentra el freno de mano, limpiando después la
superficie donde se había derramado el semen con
un trapo viejo que llevaba en el coche, trapo éste
96
Nótese aquí que el resultado arrojado por las autopsias y los informes forenses determinó que Desirée
fue la única de las niñas que murió virgen.
169
que ya no tiene y que se imagina que lo debió tirar
cuando estuvo sucio. No recuerda el declarante que
Desirée se limpiara a su vez después de la relación
sexual.
―Una vez llegó Antonio, abrió la puerta derecha del
coche cogió a Desirée la sacó y se la llevó, mientras
que el declarante le decía joder no has tenido
bastante con dos, a lo que Antonio le dijo que se
callara y que eso no iba con él. El declarante en ese
momento suponía habría tenido acceso carnal con
Antonia y Miriam, así como también que algo les
habría hecho ya que no habían regresado ninguna.
―El declarante continuó dentro del vehículo unos
quince minutos hasta que ya muy nervioso salió
fuera, quedándose en las cercanías del coche, si
bien tenía curiosidad por saber que estaba pasando
donde estaba Antonio, el miedo a que éste le hiciera
algo si desobedecía la orden era superior y por ello
no se atrevió a acercarse más a Antonio.
―Estando fuera el declarante oía como de lejos An-
tonio gritaba a Desirée, si bien no podía apreciar en
qué consistían esos gritos, así como también oía
gritar a Desirée de forma aterradora como si le
estuviesen causando fortísimos dolores. Que al oír
estos gritos el declarante ya pudo suponerse donde
se encontrarían Antonio y Desirée, si bien no los
veía ya que estaban en un campo de algarrobos, el
que tal como pudo apreciar después al retirar los
cuerpos, era un campo trabajado y limpio de hier-
bas.
―Que unos quince minutos después que el declaran-
te había salido del vehículo, oyó tres disparos que
procedían del lugar donde se encontraba Antonio,
debiendo mediar entre cada uno de los disparos un
periodo de unos cinco segundos, y sin que inmedia-
tamente antes ni durante los disparos oyera ningún
grito procedente de las tres jóvenes.
170
―Rectifica el declarante que el tiempo transcurrido
desde que Antonio se llevó a Desirée hasta que se
oyeron los disparos fueron unos quince minutos, de
los cuales pasó dentro del coche cinco minutos a-
proximadamente.
―Al oír los disparos el declarante se quedó inmovili-
zado dado el cariz que había cogido los aconteci-
mientos, si bien inmediatamente se fue hasta
donde estaba Antonio y al llegar allí éste le dijo si
te chivas a la Guardia Civil te mato. Al llegar al sitio
el declarante se encontró a Antonio de espaldas a
él con la pistola en la mano y con el brazo caído y
a continuación de Antonio los tres cuerpos de
Desirée, Miriam y Antonia, tumbados en el suelo
con las cabezas próximas hacia donde se encon-
traba, con una separación entre ellas de medio
metro una, en sentido perpendicular a la dirección
en la que avanzaba el declarante y las otras dos con
una cierta inclinación oblicua, recordando única-
mente que la que se encontraba más a la derecha
estaba de lado y llevaba el pelo largo, no recordando
la posición que pudieran tener las otras dos.
―La que se encontraba ladeada tenía la ropa puesta
en tanto que las otras dos estaban con los panta-
lones y bragas bajados y con el resto del cuerpo
desnudos. También recuerda que ninguno de los
tres cuerpos aparecía con las manos atadas en el
momento que los vio. Supone el declarante que la
joven del pelo largo que aparecía de lado y vestida
debía ser Desirée, ya que recuerda que después al
vestir a las otras dos les pusieron sendos suéter
mientras que Desirée lo que llevaba era una camisa.
―Inmediatamente Antonio le dijo al declarante
deprisa vamos a vestirlas, procediendo el declaran-
te a subir las bragas y pantalones de las dos que los
tenían bajados, mientras Antonio les colocaba los
suéteres, no recordando el declarante si les puso o
171
no los sujetadores. No obstante, antes de que Anto-
nio le dijera de vestirlas, el mismo Antonio debió
poner los tres cadáveres boca arriba ya que cuando
comenzaron a vestirlas se encontraban así.
―En el momento que procedieron a vestirlas re-
cuerda el declarante que los cuerpos aparecían con
tierra pegada, al menos la parte de las piernas que
es la que recuerda el declarante, así como también
recuerda la sensación de que había muchísima
sangre en los cuerpos. En cualquier caso, recuerda
que en las piernas la sangre se localizaba en la parte
interna de los muslos, y supone que la parte
superior de los cuerpos también habría mucha
sangre ya que Antonio, que fue quien se encargó de
vestirlas por arriba, también resultó con muchas
manchas en su ropa.
―El declarante no recuerda que después de muertas
volvieran a atar las manos a los cadáveres y tam-
poco vio que pudiera haber por allí alguna cuerda o
elemento similar, si bien sí que recuerda que
posteriormente, cuando procedieron a trasladar los
cadáveres hacia el coche, los brazos no colgaban,
por lo que supone que deberían llevar las manos
atadas y que en algún momento anterior Antonio
debió hacer las ataduras.
172
―De allí se dirigieron a la casa de Alborache a reco-
ger el pico y una azada para el enterramiento de los
cuerpos, habiendo tardado una media hora en llegar
a la referida casa.
―De Alborache, después de recoger los dos objetos
citados, se fueron a la casa de Llombay para recoger
dos trozos de moquetas que Antonio tenía en la
referida casa, habiendo tardado más de una hora
para llegar desde Alborache a Llombay, de forma
que debían ser sobre las seis de la madrugada cuan-
do una vez cargada la moqueta volvieron a salir
nuevamente hacia el lugar donde se encontraban
los cadáveres, tardando unos veinte minutos o
media hora para llegar hasta allí.
―El declarante pudo dejar el coche a unos cien me-
tros aproximadamente de donde estaban los cadá-
veres, bajando Antonio que se dirigió hacia el lugar
donde estaban éstos, en tanto que el declarante
quitó la bandeja trasera del vehículo, plegó y abatió
los asientos traseros y extendiendo en la superficie
trasera del coche el trozo de moqueta más grande
de los dos que habían cogido, hecho lo cual el
declarante cogió el otro trozo de moqueta y acudió
a reunirse con Antonio.
―A continuación, extendieron uno de los cadáveres
sobre la moqueta y utilizando ésta en forma de
camilla lo trasladaron en el coche donde la depo-
sitaron sobre la parte trasera del mismo y así suce-
sivamente hasta cargar los tres cadáveres.
―Calcula el declarante que desde la fábrica vieja
hasta el punto donde se encontraban los cadáveres
debía de haber unos ciento cincuenta metros.
―Que fue Antonio, durante el trayecto hacia Albora-
che, a quién se le ocurrió ir a Llombay a recoger las
moquetas de forma que una sirviera para transpor-
tar los cadáveres como camilla y otra para exten-
derla en el coche para que no se manchara éste.
173
―Una vez que volvieron al lugar donde estaban los
cadáveres, el declarante ya recordaba el acceso a
donde estaban los cadáveres, de forma que Antonio
no le dijo por donde debía entrar. Asimismo, esta
segunda vez no llegaron hasta la fábrica, ya que un
poco antes de la misma, cogieron una bajada que
permitía llegar con el coche a una distancia más
cercana a los cadáveres.
―Una vez cargados los cadáveres Antonio le dijo que
iba a conducir él, sentándose el declarante en el
asiento al lado del conductor, iniciando la marcha
sin saber el declarante donde iba a Antonio a ente-
rrar los cadáveres.
―Durante el trayecto el declarante estuvo adormi-
lado, incluso llegó a dormirse, sin que llegara a te-
ner conciencia del tiempo que estuvieron circulan-
do aunque si se apercibió que debían ir por caminos
muy malos pues el coche tenía mucho movimiento.
―Cuando Antonio paró el coche era aún de noche y
el declarante no conocía el paraje donde se encon-
traba.
―Una vez que bajaron cogieron el pico y la azada y
estuvieron buscando sitio idóneo para cavar la fosa,
hasta que poco después Antonio decidió el lugar
donde lo realizaron poniéndose a cavar los dos, lo
que debieron tardar unos tres cuartos de hora.
―Una vez abierta la fosa volvieron al coche y proce-
dieron a trasladar los cuerpos hasta allá, en la
misma forma anterior de transportarlos uno a uno
cargados en la moqueta utilizada como camilla. No
puede precisar el declarante si cada vez que trasla-
daban un cadáver lo metían en la fosa o si los
dejaban al borde de la misma para una vez los tres
allí meterlos ordenadamente.
―Lo que sí recuerda es que los cadáveres se colo-
caron apilados uno encima de otro y que después
de haberse hecho esto, Antonio cogió del coche la
174
moqueta y la llevó hacia la fosa suponiendo el de-
clarante que la metería dentro de ella.
―A continuación, mientras Antonio procedió a cu-
brir la fosa de tierra, el declarante volvió al coche
para poner los asientos en su sitio, colocar la ban-
deja y limpiar las posibles manchas que se podían
haber producido Una vez hecho esto, el declarante
se fue hacia la caseta de Llombay que estaría a unos
trescientos metros de allí, tal como momentos an-
tes se lo había indicado Antonio.
―El declarante ignora que es lo que Antonio pudiera
enterrar en la fosa, así como cualquier otros objetos
que pudiera llevar hasta allí, ignorando la existen-
cia en la fosa o en sus proximidades de ningún tubo
de tinte de pelo, de laca, de videojuegos, prismáti-
cos, un guante grande y los demás objetos que re-
sultaron hallados en la diligencia del levantamien-
to, así como también ignora la procedencia, la
finalidad y razón de las dos trancas y de las piedras
envueltas en una camiseta enrolladas, que también
fueron encontradas en el interior de la fosa.
―El declarante se fue como se ha dicho a la caseta
a cambiarse de ropa, poniéndose un chándal viejo
que se encontraba allí y colocando toda la ropa que
llevaba en una bolsa de plástico.
―Al poco tiempo llegó Antonio a la misma caseta e
hizo lo mismo de quitarse la ropa y ponerse otro
chándal y colocando aquella en la misma bolsa
mencionada.
―Cuando el declarante fue a la caseta de Llombay
estaba ya clareando el día y cuando después de
cambiarse de ropa los dos se marcharon de la caseta
era ya de día.
―Después de coger otra vez el vehículo se dirigieron
a la caseta de Alborache, donde Antonio después de
engrasar el arma la escondió en su escondite habi-
tual situado detrás de la caseta, así como bajaron y
175
dejaron también allí el pico y la azada que llevaban
en el coche.
―De Alborache se fueron a Buñol a un vertedero
donde suelen quemar desperdicios, donde tiraron la
bolsa de la ropa a una hoguera que había allí, mar-
chándose a Catarroja donde Antonio dejó al decla-
rante en su casa mientras que Antonio se volvía a
marchar con el coche del declarante.
―Hace constar el declarante que para la práctica del
atestado se le ha cortado con su consentimiento
trozos de pelo tanto de la cabeza como del pubis.
97
Se refiere al cuchillo lanzador.
176
―Que en las casetas de Llombay los tres hermanos
dormían sobre dos colchones cada uno en un saco
de dormir.
―Que el declarante ha visto la película "Instinto
básico" no recordando cuando, aunque fue recién
estrenada y pudiendo haber sido en el verano del
92 y fue a verla con un hermano de Antonio, con
Mauricio, si bien ignora si fue Antonio o no a verla.
98
Amén de mencionar continuamente a Antonio Anglés, llama poderosamente la atención
que Miguel Ricart había tenido la oportunidad de denunciar ante el juez, los malos tratos
a los que decía haber sido sometido en el cuartel de Patraix y, además, haber proclamado
su inocencia. Sin embargo, no hizo ni lo uno ni lo otro. ¿Por qué? Años después, el propio
Miguel Ricart lo explicaba así ante un Tribunal compuesto por tres magistrados: «Cuando
fui a declarar al Juzgado tuve amenazas contra mi hija, para que mantuviera las
declaraciones. Eso me obligó a no decir nada al juez ni a nadie. Además, no tuve
asesoramiento de abogado, ni antes, ni durante, ni después. Que en la declaración en la
audiencia, ya lo creo que habían guardias civiles, pero no de uniforme. Que estaban los
que me sometieron a torturas. Que no dije que había estado sometido a tortura porque
tenía miedo que le hicieran daño a mi hija. Que me dijeron que hiciera lo que ellos me
dijesen o que a mi hija le podía suceder lo mismo que a las niñas de Alcácer, eso me lo
dijo, la Guardia Civil.»
177
Por la propia declaración prestada a presencia
judicial por el detenido D. Miguel Ricart Tárrega,
además de las otras diligencias sumariales practi-
cadas hasta el momento, resultan indicios racio-
nales suficientes para estimar que él mismo pudie-
ra ser responsable de al menos tres delitos de rapto,
uno de violación y tres de inhumaciones ilegales.
Por ello, acuerdo decretar la prisión provisio-
nal, comunicada y sin fianza de Miguel Ricart Tá-
rrega.
A estas alturas el lector se podría preguntar:
―¿Por qué reconoció Ricart los hechos con tanta
facilidad cuando sabía que lo conducirían directa-
mente a cumplir una larguísima condena?
―¿Por qué “se inventó” lo de la fábrica cuando, en
teoría, sabía perfectamente que las violaciones y ase-
sinatos no habían tenido lugar allí?
―Quienquiera que fuese el que había esparcido los
papelitos en la fosa con el nombre de Enrique Anglés,
¿por qué ese interés en inculpar a Antonio?
―Si estuvo en el lugar de los hechos y participó de
los crímenes, ¿cómo pudo cometer el garrafal error de
decir que había tenido sexo por vía vaginal con Desirée,
la única de las niñas que había muerto virgen?
Tal vez quería confundir a los investigadores.
Quizás, dado su patológica tendencia a mentir, llegó
incluso a tirar de recuerdos anteriores o incluso de
fantasías. Puede que lo de la fábrica respondiese a una
vivencia real que nada había tenido que ver con las
niñas. También cabe la posibilidad de que Ricart
supiese con todo lujo de detalles cómo había sido el
178
rapto y el enterramiento, pero no así lo perpetrado
entre ambos momentos.
Pero todavía surgen muchísimas más preguntas.
¿Por qué aquella noche Antonio Anglés y Miguel Ricart
se pusieron de acuerdo para realizar lo que sería una
aventura sin retorno? En casa de Anglés, Ricart era un
emboscado de su familia adoptiva. Y luego está el tema
de la pistola… A estas alturas, dados los informes psi-
cológicos, forenses y las propias declaraciones de Ri-
cart, nos queda claro que éste tenía formación militar:
había estado en la Legión.
179
180
ANGLÉS
181
en el pueblo valenciano de Catarroja, concretamente
en el número 59 de la calle Colón. Allí, Neusa parió
cinco hijos más y sufrió tres abortos. Según recuerdan
los vecinos, Enrique Anglés «no era mal hombre, lo que
pasa es que siempre estaba persiguiendo mujeres. Y
borracho». Enrique trabajó de cocinero en un motel de
Torrente hasta que le echaron por acosar a las em-
pleadas y armar gresca. A veces, los hijos tenían que
llevarle dinero a algún bar. La madre de ausentaba
todas las noches para acudir a su trabajo como
matarife de pollos en la empresa Saconda. Los hijos,
hacían lo que querían. Los nueve, siete chicos y dos
chicas vivían completamente hacinados en dos habita-
ciones y en el salón, durmiendo en desvencijadas lite-
ras y colchones tirados en el suelo. Lógicamente, las
calles fueron la escuela de todos ellos y según iban
creciendo entraban a formar parte del submundo de la
droga y la delincuencia. Además, desgraciadamente,
varios de los hermanos padecían graves problemas
psíquicos.
Debido a su alcoholismo, Enrique, que cambió su
oficio por el de fontanero, no tardaría en desarrollar
una cirrosis que lo llevaría a la tumba. Nunca tuvo
autoridad sobre sus hijos y, además, solía maltratar
físicamente a Neusa.
En cuanto a Neusa, analfabeta y maltratada,
trabajaba 14 horas diarias en el matadero de pollos y
cobraba 70.000 pesetas con las que sacaba adelante a
toda su prole. Aunque la policía la tuvo siempre por
una persona de perfil intelectual bajo e inmadura, el
tiempo demostraría que su actitud era en buena
medida un escudo con el que se protegía del entorno,
no sólo familiar sino social. Y es que Neusa era una
superviviente y, dadas sus raíces brasileñas, conocía
muy bien el mundo de la marginación. No sólo recibía
malos tratos de su marido, sino también de sus hijos
mayores, entre ellos Antonio, quien llegó a saltarle
182
varias piezas dentales con sus palizas, a raíz de lo cual
no sólo llegó a tener protección policial, sino que
interpuso diversas denuncias contra él, allá por 1988.
En cuanto al resto de los hermanos: Divinidad Anglés
Martins, había nacido en Sao Paulo el día 3 de agosto
de 1959. De pequeña permaneció ingresada en el
hospicio de monjas El Buen Jesús. Un día se escapó
de casa y nadie volvió a saber de ella. Ricardo Anglés
Martins, también nació en Sao Paulo el 28 de marzo de
1961, presentaba una acentuada cojera, así como tras-
tornos de personalidad (paranoia) sin tendencias agre-
sivas. Se refugiaba en sí mismo automarginándose y
viviendo aislado en una caseta en el campo; a finales
de los años 1980 percibía una pensión de invalidez de
40.000 pesetas mensuales99. Juan Luis también nació
en Sao Paulo, el día 8 de enero de 1963, padecía esqui-
zofrenia con deterioro de la personalidad, cumplió
condena en la cárcel Psiquiátrica de Fontcalent por
agresión con arma blanca a su hermano Antonio.
Había trabajado eventualmente de "chapero", es decir,
manteniendo relaciones con homosexuales a cambio
de dinero. Antonio Anglés Martins, nacido en Sao Pau-
lo el 25 de julio de 1966, en 1988 ya cumplía condena
en la cárcel Modelo de Valencia y tenía pendientes
varios juicios. Además, se le suponía vinculado con el
tráfico de drogas para lo cual utilizaba a los menores
de la casa. Su carácter violento le convirtió en el único
miembro de la familia con autoridad sobre los demás,
amenazando tanto a los padres como a sus hermanos.
Enrique, nacido ya en Valencia el día 5 de mayo de
1969, cumplió el Servicio Militar en Las Palmas. Su
coeficiente intelectual era límite, si bien no presentaba
trastornos de la personalidad. Vivió durante muchos
99
Durante 11 meses, cuando era adolescente, llevó una escayola que nadie le quitó ni en
su casa ni en la casa de la Misericordia donde estuvo alojado, lo cual le provocó un
acortamiento de 7 centímetros en una de las piernas. Llegó a ingresar en la iglesia
mormona, pero quiso salirse porque no le dejaban ver el programa de las "Mama Chicho".
183
años en los billares de Catarroja. Se encargaba del
cambio y del mantenimiento del local, donde también
pernoctaba. Según su madre Enrique «tiene mal el
hígado y está mal de la cabeza». Neusa aseguraba que
su hijo «no había follado nunca con chicas porque le da
vergüenza» y que «se hace sus necesidades encima,
llegando a la demencia de freír en una sartén su propia
mierda». Dolores Anglés Martins, había nacido en
Valencia el 25 de junio de 1971. Vive por un tiempo en
un piso de la localidad de Catarroja con unos amigos
pero comía y cenaba habitualmente en su casa. Depen-
día económicamente de su madre. Roberto, nacido en
Valencia el día 11 de septiembre de 1972, como todos
sus demás hermanos no sabía apenas leer y escribir.
Mientras su hermano Antonio estuvo encarcelado,
asumió su papel dentro de la casa, comportándose de
una manera violenta y amenazadora con su familia.
Joaquín Mauricio Anglés Martins (“el Mauri”), había
nacido el día 1 de Mayo de 1978. Finalmente, Carlos
Anglés Martins, el benjamín, había nacido el día 18 de
Noviembre de 1979 en Valencia.
Desde la primavera del año 87 hasta el verano del
88 los menores del clan habían permanecido en el
colegio Niño Jesús, en régimen de internado. Cuando
lo abandonaron, quedaron sin escolarizar. Desde su
baja voluntaria en el Centro estuvieron siempre impli-
cados en diversos asuntos (peleas, robos, etc.,) que los
llevadoron a su paso por el Juzgado nº 2 de Menores
en más de una ocasión.
Tanto Mauricio como Carlos eran, en 1992, meno-
res carenciados afectivamente e inmersos en una si-
tuación de abandono que les había obligado a buscarse
la vida. Eran chavales de alto riesgo, con forma de vida
marginal y con grupo social de referencia delictivo. la
familia Anglés era un grupo anárquico y conflictivo,
donde la convivencia se basaba en la violencia, los
malos tratos y en el que cada uno vivía "a su aire".
184
Y conforme fue pasando el tiempo, las cosas no
mejoraron. Muy al contrario. Según los hijos fueron
creciendo los problemas aumentaron y la Policía y la
Guardia Civil se convirtieron en asiduos visitantes del
domicilio de los Anglés. Igualmente, los hermanos An-
glés se convirtieron en asiduos visitantes de los refor-
matorios y las cárceles valencianas.
De la personalidad de Antonio Anglés tampoco se
conocen datos fiables, dado que ha existido un enorme
interés en hacerle aparecer como un siniestro perso-
naje capaz de cometer las peores villanías. Recopilando
informaciones aparecidas en la prensa por Juan
Ignacio Blanco, este sería el perfil de Anglés "el malo":
«Con su rostro de buen chico y su apariencia de no
haber roto nunca ningún plato, Antonio Anglés Martins
ha practicado durante toda su vida un solo deporte:
ejercer el terror y la crueldad entre sus congéneres.
Perverso hasta la saciedad, egoísta, primitivo e incapaz
de ser sometido a norma alguna.»
«Le gusta ir limpio y cuida con mimo su aspecto
personal. Siente debilidad por la ropa de marca y siem-
pre que puede combina los colores de las prendas que,
en ocasiones, robaba a punta de navaja y a bordo de
una moto en marcha a los escolares del Instituto de
Catarroja, a quienes les quitaba cazadoras, camisas y
hasta los zapatos.»
«La madre y los hermanos de Antonio Anglés
Martins han vivido durante años aterrados por sus
palizas y robos. De un bofetón le arrancó los dientes a
su madre. La mujer estuvo durante muchos meses es-
condiendo los billetes de dinero en la vagina para que
su hijo Antonio no se los robara. Otros métodos anterio-
res que probó, como fueron guardarlo en los calcetines y
acostarse con los zapatos puestos y en una bolsita de
tela junto al sujetador, no dieron resultados.» "Estando
en la cárcel, Antonio, a través de unos colegas, mandó
un recado a su madre: "si no pagas la multa, mandaré
185
a los de ETA que he conocido en la cárcel para que te
maten.»
«Con un amigo, atracó en una ocasión a Neusa, su
madre, provisto de un palo. Le dijo que si no le daba las
50.000 pesetas de sueldo que acababa de cobrar le
metería el palo por la vagina. La mujer reconoció a su
hijo Antonio a pesar de la oscuridad, hizo de tripas
corazón y lo denunció. En el juicio, al que la madre
acudió con protección oficial, el abogado de oficio que
defendió a Antonio Anglés se dirigió a ella y le increpó:
"¿Hasta dónde ha podido llegar para denunciar a su
propio hijo?". Neusa retiró la denuncia. Antonio volvió a
amenazarla con matarla"»
«Una noche Antonio prendió fuego el colchón en el
que dormía su madre, para que se quemara viva. Su
padre, que dormitaba ebrio y tirado en alguna parte de
la casa, se despertó con el humo y logró sacar a su
mujer y ponerla a salvo. La ira de Antonio se desató
como una tormenta y arremetió contra ambos en una
cruel paliza.»
«Neusa estuvo a punto de morir abrasada a manos
de su hijo. "Una vez me echó de casa", relató, "porque no
le di dinero. Me tuve que ir a dormir a un coche abando-
nado y, cuando estaba dentro, llegó él y le prendió fue-
go".»
«En otra ocasión, otro de los hermanos, Juan Luis,
no toleró los golpes que Antonio daba a la madre y le
asestó una puñalada. Antonio ingresó en el hospital
Doctor Peset de Valencia. Durante su convalecencia dor-
mía con un cuchillo bajo la almohada. Esta vez también
mandó recado a su casa con unos conocidos. "Cuando
vuelva los mataré a todos, a Juan Luis y a los dos pe-
queños"»
«Antonio Anglés, que no tiene oficio ni beneficio, ha-
bla en castellano y no se somete a norma alguna. Ha
logrado librarse hasta de la mili. En un principio creía
que quedaría exento por ser analfabeto y haber nacido
186
en Brasil, pero se hicieron los trámites oportunos para
que fuera al Ejercito y separarlo así durante más de un
año de su familia, que en vano intentaba normalizar la
situación. Sin embargo, se salió con la suya. Antes de ir
dijo: "Haré como si me suicido". Efectivamente. A los
pocos días de llegar al cuartel apareció con una soga
debajo del mentón. Salió exento y se libró de la mili.»
«Su astucia y maldad no tiene parangón; de puertas
para afuera daba la imagen de buen chico, con su carita
de guapo y bien arreglado, pero de puertas adentro era
un demonio. El mejor plato de comida siempre era para
él; los tenía aterrorizados. Su madre ha intentado cien-
tos de veces llevar una vida normal, pero él nunca les
ha dejado. Es un animal y un narcisista. No quiere a
nadie.»
Evidentemente, todos estos datos deben ser toma-
dos “con pinzas”, ya que la mayor parte de ellos no ha
podido ser constatado realmente. Lo que si se conoce
es la trayectoria de Antonio Anglés en las cárceles es-
pañolas, donde ingresó en cinco ocasiones. La primera
de ellas el 13 de abril de 1985, pocos meses después
de cumplir la mayoría de edad, por un delito de recep-
tación100. Salió en libertad condicional a los dos días.
El segundo ingreso fue el 13 de enero de 1987, para
cumplir una pena de 47 días a la que fue condenado
por el delito anterior. Salió de la cárcel por extinción de
condena. Ingresó de nuevo el 25 de julio de 1987 acu-
sado de un presunto delito de tráfico de drogas. Salió
en libertad provisional el 11 de agosto. El 18 de junio
de 1988 volvió a la prisión para cumplir un año de
condena por un delito de robo con intimidación, y no
salió a la calle hasta el 16 de febrero de 1989.
Durante este periodo de libertad, Antonio vio mo-
rir a su padre, víctima de la cirrosis terminal que le
había provocado el abuso del alcohol, y protagonizó el
100
Adquisición de objetos robados con conocimiento de su origen.
187
acto delictivo más grave de su curriculum. Fue el 8 de
enero de 1990 y su víctima una joven de 20 años
llamada Nuria Pera Mateu. Según Kelly Anglés: «Ella
era toxicómana y mi hermano vendía droga, un día ella
se llevó todo lo que había en el piso, la droga, todo lo de
valor. Mi hermano fue a buscarla y cuando la encontró
le pegó una gran paliza la llevó a la planta baja, la
encadenó para que no avisara a la Policía, y en el
transcurso que iba a volver a soltarla mi hermano Ricar-
do se lo dijo a la Policía y se la llevaron.»
Por su parte Nuria Pera declaró al juez que acudió
al domicilio de Antonio Anglés, en la capital valenciana,
para pagarle parte del dinero que le debía por haberle
comprado droga y para anunciarle que el resto se lo
daría más adelante. Según su testimonio, Antonio la
golpeó en varias ocasiones y, amenazándola con un
cuchillo, la obligó a acompañarle hasta la casa de sus
padres, en la calle Colón, en Catarroja. Una vez allí,
volvió a golpearla y después la introdujo en una
habitación situada en el fondo de la vivienda, detrás de
un corral, donde con una cadena de seis metros le ató
en una de las pilastras, dejándola encadenada durante
dos días. «Antonio me dio golpes por todo el cuerpo. Me
amenazaba con clavarme un cuchillo y hacerme una
marca en la cara. Me dijo que me iba a tirar a un pozo
que había en la casa y él tiraba cosas dentro para que
yo oyera lo profundo que estaba. Estuvo a punto de
estrangularme y me dio tanto miedo que me hice mis
necesidades encima.»
Pero las torturas no acabaron ahí: «Antes de mar-
charse, Antonio llevó un doberman, que él tenía entre-
nado para atacar. Me dijo que empezara a rezar porque
los doberman huelen la sangre. Estaba aterrori-zada
cuando el perro se puso encima y empezó a olerme.»
Los familiares de Antonio, que residían en esa
vivienda, no se atrevieron a liberar a la víctima, hasta
que uno de los hermanos, Ricardo, decidió avisar a la
188
Guardia Civil. Cuando fue rescatada, Nuria se negó a
decir quién la había tenido esclavizada “por miedo a
que Antonio tomara represalias”. El juicio se celebró
un año después y el fiscal solicitó 11 años de prisión
para Antonio Anglés Martins y cuatro meses de arresto
para la madre, la hermana y un amigo del acusado, por
omisión del deber de denunciar el delito, por no haber
informado de los hechos a la Policía. Durante la vista
oral, Antonio reconoció haber realizado esta acción pe-
ro la calificó de "tontería". Por su parte, la hermana del
acusado, Kelly Anglés, manifestó que la agredida no
quiso que llamaran a la policía ni que le quitaran la
cadena, “porque era consciente de que se había
portado mal y tenía que pagar por ello”101.
fue condenado, en sentencia dictada el 18 de ma-
yo de 1991 a 6 años y 4 meses de prisión por el secues-
tro de Nuria, y a 2 años, 4 meses y 1 día por el delito
de elaboración, tenencia y tráfico de drogas.
El último ingreso en prisión fue el 17 de febrero de
1990, para cumplir cuatro penas: una, de 4 meses y 1
día por un delito de resistencia a la autoridad; otra, de
5 días por una falta a la integridad corporal al parti-
cipar en una riña; otra, de 6 meses y 1 día por agredir
a un policía municipal de Catarroja, y una última, de
2 meses y 1 día por tráfico de drogas. El cumplimiento
de esas penas finalizaba el 13 de agosto de 1990, pero
al llegar esa fecha no quedó en libertad porque tenía
pendiente la dura condena por el secuestro de Nuria
Pera.
Así, Antonio Anglés fue trasladado de la prisión de
Monterroso (Lugo) a Valencia el 14 de septiembre de
1990. Cuando llegó a la capital levantina ya había
cumplido una cuarta parte de la pena, y estaba clasifi-
cado en segundo grado. Además, había disfrutado
anteriormente de un permiso de seis días y todos los
101
Es curioso, pero Kelly siempre defendía a Antonio. Existió una relación de mutuo compañerismo entre
ambos hasta el final.
189
informes eran favorables. Cuando llegó a la cárcel
Modelo de Valencia, la dirección decidió "chaparlo en
un chabolo"102, al temerse que los presos más agresi-
vos pudieran tomar represalias contra él ya que los
internos sabían que Antonio había encadenado a un
pilar a una mujer a la que estuvo a punto de asesinar.
A pesar de ello, al abandonar el régimen de aislamien-
to, el recluso se incorporó sin ningún tipo de problemas
a la vida carcelaria. Anglés fue destinado a la cuarta
galería, la más suave de las que existen en la Modelo,
y en la que se encuentran los presos de avanzada edad,
que tienen más de setenta años, así como los delin-
cuentes comunes que cumplen condena por primera
vez.
Con rapidez se ganó la confianza de los funciona-
rios 103 y, debido a sus habilidades y sus conocimientos
de electricidad, la dirección lo destinó como ayudante
del electricista de la prisión. Anglés mantuvo durante
su permanencia en la cárcel un buen comportamiento,
era educado y no se metía nunca en broncas. No es
descabellado afirmar que era un preso de la máxima
confianza de la dirección. Al recluso Anglés no le gus-
taba especialmente conversar de la causa por la que
estaba cumpliendo condena. Sólo explicaba que la
chica con la que mantenía relaciones, había montado
todo y que, aunque era verdad que la había encadena-
do, lo hizo porque le debía dinero.
Nunca recibió un parte disciplinario e incluso llegó
a cobrar más de 100.000 pesetas del Ministerio de Jus-
ticia tras realizar un curso de montador de teléfonos.
Y es que Anglés no era un preso normal. Siempre
iba arreglado, llevaba el pelo bastante corto y destaca-
ba porque iba, dentro de lo que cabe, arreglado.
Según algún otro compañero de cárcel, Antonio
era homosexual y tremendamente agresivo, algo que
102
Aislarlo en una celda.
103
Dada la corrupción que existe en ese cuerpo, no es de extrañar que “hiciese algún chanchullo con ellos”
190
podría ser factible ya que nunca se le ha conocido novia
alguna.
Algo que también afirma Miguel García Pérez Pé-
rez, un delincuente conocido como "La Marquesa", que
conoció a Antonio en prisión. «Todas las semanas venía
a cortarse el pelo, porque era muy coqueto, y me pedía
las pinzas para depilarse las cejas. Lo conozco muy bien
porque yo era entonces el peluquero de la Modelo. Yo
estoy seguro de que a las tres niñas las ha matado por
rabia. Porque las veía guapas y triunfando más que él y
no lo soportaba. Él sabía que le gustaban los hombres y
lo tenía que llevar oculto, siempre dominado por la impo-
tencia de no poder ser mujer como ellas y poder tener
todos los hombres que quisiera. El diría: si estas tías
van por ahí provocando a los hombres, yo las voy a joder
a ellas, pero bien jodidas.»
Al parecer, según "La Marquesa", Antonio tenía
especial afición por los chicos jóvenes y a «todos los
nuevos que llegaban al taller de pintura, les daba droga
y dinero y se los llevaba a la celda104. Había sábados
que se chapaba allí con ellos sin salir. Por lo que con-
taba, era un bestia en la cama. Decía cosas morbosísi-
mas. Él tenía un plumazo que se lo pisaba, pero no daba
escándalos. No fumaba, no se drogaba que yo sepa, y
era muy trabajador. Su único problema es que no se
duchaba y era muy guarro, hasta el punto de que su
compañero de celda se cambió por esto y porque no
aguantaba sus proposiciones.»
Antonio Anglés, por su clasificación en el segundo
grado, podía disfrutar de un permiso anual de 36 días,
divididos en periodos de 6 días. Algo realmente inex-
plicable teniendo en cuenta sus antecedentes penales,
a saber:
104
De aquí colijo, antes de que nadie se lleve las manos a la cabeza o caiga en la tentación de denunciarme,
que “algún chanchullo debió tener con los funcionarios de prisiones” porque a estas alturas dudo mucho
que nadie caiga en la puerilidad de pensar que las drogas entran en prisión por el contrabando de los
familiares de los reclusos.
191
Condenado el 13 de febrero de 1986, por recep-
tación, a 1 mes y 1 día, y 40.000 pesetas de multa.
Condenado el 16 de julio de 1988, por robo, a
1 año y 1 día.
Condenado el 5 de junio de 1989, por un delito
de atentado, a 6 meses.
Condenado el 20 de junio de 1989, por delitos
contra la salud pública y el medio ambiente, a 2 me-
ses y 1 día.
Condenado el 13 de noviembre de 1990, por un
delito de atentado, a 6 meses y 1 día.
Condenado el 14 de diciembre de 1990, por un
delito de elaboración, tenencia y tráfico de drogas,
a 3 años, y tres millones de pesetas de multa.
Condenado el 18 de mayo de 1991, por deten-
ción ilegal hecha por particulares, a 6 años y 4 me-
ses.
Condenado el 18 de mayo de 1991, por un de-
lito de elaboración, tenencia y tráfico de drogas, a
2 años, 4 meses y 1 día, y un millón de pesetas de
multa.
Condenado el 18 de mayo de 1991, por otro
delito de elaboración, tenencia y tráfico de drogas,
a 4 meses y 1 día, y 500.000 pesetas de multa.
192
y educadores) y la Junta de Régimen del centro (com-
puesta por el Director, el subdirector y otros respon-
sables de la prisión), decidió conceder el 28 de di-
ciembre de 1991 un permiso de 6 días a Antonio Anglés
del que regresó a la prisión el 3 de enero, pocas horas
después de que finalizase un violento motín que asoló
la cárcel Modelo de Valencia.
El 5 de marzo de 1992 volvieron a concederle otro
permiso de seis días, pero esta vez no volvió a la cárcel
el día que le correspondía, el 12 de marzo. Desde en-
tonces, Antonio Anglés estaba en situación de que-
brantamiento de condena y tenía pendiente una orden
de busca y captura sobre él. Inconcebible que la
Guardia Civil ni siquiera se acercase a su domicilio a
detenerle ni una sola vez y Antonio se paseara libre-
mente por Catarroja. Como manifestó el magistrado
Alberola, juez de Vigilancia Penitenciaria, desde que
debía haber regresado al centro, «ha estado donde le
ha dado la gana, y no lo han podido coger». De todas
formas, hay que reconocer que los jueces no se dieron
excesiva prisa en dictar la orden de busca y captura de
Antonio Anglés105.
Según consta en los archivos de la Guardia Civil:
Juzgado de Instrucción siete de Valencia en escrito
de fecha 10 de septiembre de 1992 ordena su
BÚSQUEDA Y CAPTURA motivo Diligencias Previas
1665/92. Por quebrantamiento de condena. Fecha
de alta 18 09 92, no tiene fecha de cese.
Es decir, Antonio Anglés se fugó el 12 de marzo y
los jueces dictaron la orden de busca el 10 de septiem-
bre, casi 6 meses después.
Durante la última temporada que Antonio perma-
neció en prisión, la familia decidió cambiar de domi-
cilio. La vida en la planta baja de la calle Colón se había
hecho prácticamente insoportable. De hecho, los veci-
105
Y es que, el cuerpo judicial español, ya sabemos, es como es. Por eso somos el único país de Europa que
no tiene ni a un solo magistrado en la cárcel.
193
nos llegaron a montar pequeñas manifestaciones para
echar a la familia, cansados de las constantes activida-
des delictivas de todos sus miembros y, sobre todo,
porque la casa se había convertido en el principal cen-
tro de venta de droga de Catarroja.
Finalmente, en agosto de 1991, los Anglés se mu-
daron al cuarto piso del número 101 de la calle Camí
Real, que aseguran les costó tres millones, que con-
siguieron gracias a un crédito que concedieron a Neu-
sa. Era un piso sucio y destartalado, lleno de escom-
bros y falto de mobiliario, con varias literas derrenga-
das en un salón presidido por una televisión. El único
cuarto que mantenía un mínimo orden era el de Kelly,
la hermana, que siempre estaba cerrado con llave y
donde se encontraba el teléfono con contestador, pues-
to que Kelly, que se consideraba bailarina106, quería
abrirse camino en el mundo de la canción.
En cambio, la habitación que habitualmente ocu-
paba el fugitivo Antonio estaba compuesta por un ca-
mastro maloliente y una mesilla en la que sólo había
cuatro revistas pornográficas, un libro de la sexóloga
Elena Ochoa y cincuenta recortes de revista con anun-
cios de lencería femenina. Aunque la verdad no podía
saberse a quién pertenecían esas revistas, ya que si
algo caracterizaba al domicilio de los Anglés era que
siempre había gente que no era de la familia viviendo
con ellos. Concretamente, cuando se produjo la desa-
parición de Miriam, Toñi y Desirée, en el piso de Camí
Real estaban viviendo Miguel Ricart Tárrega y Luis
Rivera Gallardo, un delincuente drogadicto, conocido
de no se sabe cuál de los hermanos.
Pero sobre Antonio Anglés queda pendiente algo
de vital relevancia para entender hasta qué punto pudo
106
Llegó a actuar, hace pocos años en el popular programa de Tele 5 TU SÍ QUE VALES.
194
o no participar en el triple crimen. Está registrado en
un informe confidencial de la Guardia Civil:
DIRECCIÓN GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL
"CONFIDENCIAL"
NOTA INFORMATIVA NÚMERO 128
ASUNTO: 5.1.2.3.-ACTIVIDADES ANTONIO ANGLÉS
El SIGC. de la 311 Comandancia (Valencia), en nota
informativa número 140, de fecha 01 Marzo actual,
dice:
Como continuación a la Nota Informativa Circular
de este Servicio, de fecha 12 actual sobre datos y
características de Antonio Anglés, se informa que
los últimos datos recogidos son los siguientes:
En un chalet sito en la Urbanización La Barca, de la
localidad de Benaguacil (Valencia), se descubre a las
13,30 horas del día 28 de febrero actual, que habían
entrado en el interior del mismo.
Reconocido el chalet, se encontró en el interior una
cartera, sita encima de una mesa, un portafotos
conteniendo cinco fotografías tamaño carnet en
color, correspondientes a Antonio Anglés Martins.
En el chalet se encuentran restos de comida, una
de las camas de la habitación revuelta de haber sido
usada, botellas removidas y el baño con restos de
haber sido utilizado.
Debajo de la cama fueron hallados dos jerseys y un
pantalón azul de tergal, que no son propiedad de los
dueños del chalet. Notando la falta de dos sacos de
dormir, uno con rayas verticales azules y verdes,
con el interior verde, el otro de cuadros con colores
bancos verdes y rojos.
Igualmente observó la falta de varias latas de
conserva, frutos secos y longaniza de la denomi-
nada de Pascua. (En la localidad de Minglanilla-
Cuenca apareció similar comida abandonada por
Antonio Anglés)
195
DEFORMACIONES SEXUALES.- De acuerdo con
informaciones facilitadas por el detenido Miguel
Ricart Tárrega y de los reclusos Miguel G. P., Miguel
R. R. y Alfonso C. R., con los cuáles compartió gale-
ría durante su estancia en prisión, se confirma su:
Homosexualidad: Se le ha visto dentro de la cárcel
desnudo con un joven.
La atracción sexual que sentía por las niñas meno-
res, que le gustaría violarlas bucal y analmente.
Indiferencia ante mujeres adultas o incluso jóve-
nes.
Tendencia a crear adicción a la droga entre chicas
muy jóvenes, para luego dominarlas.
CARACTERIZACIONES.- De acuerdo con las mismas
fuentes informantes utiliza cremas, aceites y otros
productos de conservación de la piel a lo que une
depilaciones, mostrando tendencia y cierta facili-
dad para TRAVESTIRSE.
Este cambio de imagen podría llegar a utilizarlo.
HIPÓTESIS107
La localización de la mencionada fotografía, tama-
ño carnet, hace suponer que se la hizo para alterar
las distintas documentaciones que tiene.
Que abandonada la zona de Villamarchante, es po-
sible que intente vía Madrid, salir al extranjero, se-
gún manifestaciones hechas por él en el traslado
desde Villamarchante a Minglanilla. Su origen bra-
sileño, y el de su madre, así como cierto conoci-
miento del idioma y apoyo de familiares, es proba-
ble que éste país o Portugal sean idóneos para su
ocultación.
Que intente llegar hasta Madrid, al amparo de la
impunidad y anonimato que ofrece una gran urbe y
conviva en ambientes marginales, donde incluso
107
Analizaremos estos datos en el capítulo dedicado a la extravagante fuga de Antonio Anglés por España.
196
pudiera contar con algún contacto del mundo de la
droga.
Que vuelva de nuevo a Valencia, creyendo que ha
podido bajarse la guardia al creerle fuera, dado que
el conocimiento del entorno y apoyos a nivel
familiar especialmente, le brindarían cierta
seguridad.
ENRIQUE ANGLÉS:
Que Antonio ha practicado sexo conmigo.
MAURICIO ANGLÉS:
Que mi hermano Antonio, yo en una ocasión abrí la
puerta de mi casa y estaba enfrente de un espejo
con ropa de mujer.
Que vi a mi hermano vestido de mujer, no sé si eso
aporta algo.
Que mi hermano creo que si es homosexual.
Me acuerdo cuando era pequeño, yo y un par de
amigos más, para sacarnos un dinerillo, le
hacíamos masajes a él, y él nos daba 500 pesetas, y
en una ocasión nos dijo que nos daba mil pesetas si
le hacíamos una paja y nosotros nos levantamos y
nos fuimos.
197
198
LO QUE NO CUADRABA
203
PREGUNTADO para que diga si además de verle una
pistola a Antonio Anglés le vio algún arma blanca,
dice que sí, que Antonio tenía un cuchillo de dos
hojas, de esos de lanzar llamados "lanzadora".
PREGUNTADO para que diga si puede aportar algún
otro dato más sobre Antonio Anglés y Miguel Ri-
cart, dice: Que munición para la pistola no tenía
mucha, que Antonio era muy violento y que fue la
persona que le robó y le pegó la paliza y que lo que
más le impresionó fue lo que dijo Antonio, que si
violaba, mataba y enterraba a las mujeres y así no
pasaba el mal rato que pasan en la cárcel los viola-
dores.
PREGUNTADO para que diga si escuchó algún otro
comentario sobre si "cogían a mujeres en las disco-
tecas y se las llevaban para abusar de ellas o violar-
las", dice que NO.
Que quiere dejar claro que el pasado sábado, cuando
escuchó por la televisión y la radio los comentarios
de los crímenes de las chicas de Alcácer, enseguida
pensó que eran Antonio Anglés y Miguel Ricart
porque ya había escuchado comentar a ambos la
forma de actuar.
Que la primera intención era venir a contarlo todo
a la Guardia Civil pero que como le tiene mucho
miedo a Antonio, que siempre va con pistola y es
muy violento, lo ha ido dejando hasta el día de hoy
en que voluntariamente se ha presentado en la
Comandancia de la Guardia Civil.
Que no tiene nada más que decir, que lo expuesto
es la verdad en lo que se afirma y ratifica, firmando
esta su manifestación en unión del Instructor y de
mí, el Secretario, cuando son las seis y veinte de la
tarde del día 1 de febrero de 1.993.
108
Es decir, a Miguel Nicolás Cortina.
205
primera para pedir el préstamo y luego para sacar el di-
nero.
»El resto de la familia también tenía relación con Nicolás
Cortona, ya que el Mauricio y el Antonio estuvieron
pasando unos días en el chalet de Miguel y luego,
porque Miguel quería vender el chalet a raíz de lo que
sucedió, este hombre cogió miedo, y el Antonio le invitó
a que fuera a su casa a Catarroja y ahí lo conoció toda
la familia.»
Finalmente, la famosa venta del chalet no se llevó
a efecto porque Miguel Nicolás había construido la
caseta sin licencia municipal y el ayuntamiento de
Liria le iba a obligar a tirarla. Pero, además, "El Rubio"
le iba a contar al juez un dato sobre el chalet de Liria,
que no constaba en ninguno de los documentos apor-
tados por la Guardia Civil. Según Ricart, la noche
siguiente a su detención, varios agentes de la Benemé-
rita le sacaron de los calabozos y le trasladaron en un
vehículo camuflado hasta la urbanización donde vivía
Miguel Nicolás:
«De noche salí una vez, fue para lo del chalet. Me
sacaron de noche al final de la detención. Fuimos al
chalet de Miguel de Liria e hice un plano de cómo era la
casa por dentro, la casa de Miguel Nicolás Cortona. Hice
el plano para saber los puntos por donde asaltar la casa
y si había algún sitio o agujero o puerta trasera que se
pudiera escapar. Les dije como era el chalet, que eso se
hizo para poderlo coger y llegamos incluso, me bajaron
del coche y nos acercamos hasta cierto punto y me
dijeron, Miguel ¿cuál es de todos?, y le señalé.
»Que estuvimos ahí y después pasamos por la casa
cuartel de Liria, y en la casa cuartel de Liria fue donde
les hice el croquis, el dibujo del chalet de Liria, porque
los otros dibujos se hicieron en Valencia, en el cuartel de
Patraix, fue después de volver de ese traslado.»
Supuestamente, el traslado de Ricart fue realizado
para que les enseñara a los guardias los posibles lu-
206
gares donde podía haberse refugiado Antonio Anglés.
Sin embargo, resulta difícil entender que la Guardia
Civil no hubiera tomado declaración a Miguel Nicolás
antes y que hubiera sido necesario que éste se presen-
tara voluntariamente en el Cuartel de Patraix varios
días después. Y es que la iniciativa en las investi-
gaciones la llevaban las circunstancias y las casualida-
des. Por eso no era de extrañar que los hombres del
capitán Ibáñez no dieran importancia alguna a otro
detalle que Ricart le contó al juez sobre su compañero
de celda:
«Miguel Nicolás Cortona padece de úlcera de estó-
mago, en la prisión se estaba tomando medicación para
la úlcera creo, se tomaba sobre todo bicarbonato, sé que
tenía úlcera, nos dijo que no podía tomar café, lo que
pasa que el vicio le gustaba más, le gustaba café, y por
las noches nos daba la noche.»
Parecía un dato banal, pero no lo era. Hay que te-
ner en cuenta que junto a la fosa donde estaban ente-
rradas las tres niñas se encontraron, según consta en
la diligencia de levantamiento de cadáveres firmada
por el juez, una caja de medicamentos marca “Zantac”
y dos sobres de medicamento “Urbal”. Si los guardias
civiles que llevaban el caso se hubiesen tomado la
molestia de ir a una farmacia a preguntar, se habrían
enterado que esos medicamentos son para la úlcera de
estómago. Y ni Antonio Anglés, ni ninguno de sus her-
manos, ni Miguel Ricart padecían úlcera.
Dos días más tarde de la presentación voluntaria
de Miguel Nicolás en el Cuartel de Patraix iba a produ-
cirse un extraño incidente, del cual no existe dato
alguno en el Sumario, pero que un periódico de Valen-
cia tituló: La Guardia Civil detuvo a Miguel García
cuando pedía refugio "de parte de Antonio".
La información publicada decía:
«La Guardia Civil de Villamarchante detuvo el pasa-
do 3 de febrero a Miguel García, amigo y compañero de
207
Antonio Anglés, en la antigua estación de esta localidad,
ahora habitada por una familia gitana. “Este señor, de
unos cincuenta años, vino hace cuatro días andando por
la vía muerta. Se acercó a nosotros, que estábamos
fuera de la casa, y nos dijo que venía de parte de Anto-
nio Anglés”, manifestó Josefa, la madre de la familia
que había estado conviviendo con varios hermanos
Anglés durante unos dos meses. La mujer, asustada
ante esta recomendación, indicó a García “que se fuera
de esta zona porque lo estaba buscando la policía y no
quería tener problemas”, explicó. Pero el amigo de
Antonio Anglés insistió en quedarse “porque tenía frío, y
nos preguntó si se podía calentar un poco”, agregó
Josefa.
»Según el testimonio de esta familia, Miguel García
venía mojado y manchado de barro. Había llegado a la
vieja estación a través de los campos. En vista de su
insistencia, Juan, uno de los nueve hijos, de 17 años, le
acompañó a la cocina, donde permanentemente tienen
encendido el fuego en una chimenea.
»“Yo estaba un poco asustada, porque tenía miedo
que nos hiciera algo a mí y a mis hijas”, indicó ayer a
Levante esta mujer. Este fue el motivo por el que “mi hijo
Juan no quiso ir al pueblo” a denunciar a la Guardia
Civil la presencia del amigo del presunto autor del triple
asesinato de las niñas de Alcácer. Mientras el mucha-
cho permanecía en el interior de la antigua estación del
ferrocarril de Villamarchante con Miguel García, Josefa
y sus hijas esperaban fuera de la casa para ver "si
había suerte" y algún coche de la policía o la Guardia
Civil pasaba por allí, como hace cada día cuatro o cinco
veces.
»Desde que García entró con el chico a la cocina
para protegerse del frío pasaron, según esta familia,
unos veinte minutos, tiempo en el que “mi hijo estuvo
dándole cuerda y conversando con él para tenerlo ahí
dentro retenido”. Al parecer, la conversación no tuvo
208
ninguna consistencia ni se comentó nada en torno al
triple crimen.
»Paco, el cabeza de familia, señaló a este diario que
la intención de Miguel García no era, precisamente, la
de quedarse toda la noche “con nosotros, porque le in-
sistió muchas veces al chico para que se fuera al pueblo
a traerle un taxi con el que poder irse cuanto antes”.
»El muchacho, que intentaba disuadir a García de
la idea de que se fuera de la casa, sólo lo pudo mantener
poco más de un cuarto de hora. “Al final, tras tanta
insistencia, este señor sacó seis mil pesetas de su
bolsillo y le dijo a mi hijo que fuera rápidamente a Villa-
marchante a por un taxi”, explicó Paco.
»En ese momento, mientras Miguel García le daba
el dinero para el medio de transporte, “el sargento de la
Guardia Civil pasaba por allí y le dijimos que dentro
había un amigo de Antonio. Este entró, y sin resistirse a
la autoridad, salieron y lo metieron en el coche patrulla”,
apuntó el padre de familia.
»Al menos durante casi media hora estuvieron “es-
perando a los policías de Valencia para que vinieran a
recogerlo. Estuvieron metidos en el coche de la Guardia
Civil enfrente de la casa. De allí lo subieron a otro coche
y se lo llevaron. Es lo último que sabemos de este hom-
bre y de Antonio, al que conocíamos durante el tiempo
que estaba viviendo con nosotros como Robert y Rubén”.
Miguel García, fue interrogado y puesto en libertad por
la Guardia Civil, que confirmó ayer el testimonio de esta
familia".
¿Se trataba de Miguel Nicolás Cortona o había otro
Miguel de 50 años amigo de Antonio Anglés? ¿Por qué
no existe dato alguno de este incidente en el Sumario?
¿Qué ocurrió realmente?
El primer día de febrero, la Guardia Civil no sólo
iba a tener constancia de la existencia de Miguel Nico-
lás Cortona, sino también de otro amigo de los Anglés,
un joven llamado Luis Ribera Gallardo. La información
209
la iban a conseguir los miembros de la Benemérita de
Córdoba, quiénes enviaron al Cuartel de Patraix el
siguiente documento:
INFORME OPERATIVO
Hoy se ha tenido conocimiento esta Unidad que el
Juzgado de Instrucción número uno de Peñarroya
ha detectado a través de unas actuaciones Judicia-
les, una posible conexión de un individuo de Peña-
rroya con el autor o autores muerte tres niñas
Alcácer (Valencia).
Personados miembros de esta Unidad en dicho Juz-
gado, se tiene conocimiento de lo siguiente:
Como consecuencia juicio de faltas número 77/92,
seguido contra LUIS RIBERA GALLARDO, se detec-
ta por una funcionaria de dicho Juzgado la compa-
recencia con fecha 20 de enero de 1.993 de Doña
Neusa Martins Días, en el correspondiente Juzgado
de Catarroja (Valencia) en la que se hace constar
que Luis Ribera Gallardo, es amigo de sus hijos y ha
vivido con ellos en su domicilio hasta hace poco
tiempo, ignorando donde pueda encontrarse.
La señora Neusa Martins, es madre de Antonio An-
glés Martins, presunto autor asesinato tres jóvenes
de Alcácer.
Practicadas gestiones en Peñarroya (Córdoba),
donde viven los padres de Luis Ribera, se comprue-
ba que el mismo no se encuentra en dicha localidad
faltando de la misma desde hace varios meses. Por
medio de llamada telefónica a Prisión de Valencia,
se confirma que el citado Ribera Gallardo se en-
cuentra ingresado en dicho Centro Penitenciario
desde 22 de enero de 1.993.
Otras gestiones sobre la situación de Luis Ribera
Gallardo, durante meses anteriores, aportan si-
guientes datos:
210
El 18 de junio de 1.992, fue conducido por Fuerza
Cuerpo desde Centro Penitenciario Sevilla-2 a
Juzgado de Instrucción número uno Peñarroya para
comparecencia Juicio.
El 21 de julio de 1.992, queda en libertad, ingresado
en Centro Rehabilitación Toxicómanos REMAR en
Sevilla, teniendo el citado Juzgado conocimiento
de que en 7 de septiembre se encontraba en dicho
Centro.
El 21 de octubre de 1.992 se marcha del Centro
REMAR hacia Valencia pasando a residir en
Catarroja C/ Alicante número 11-10, hasta ser
posteriormente detenido por Fuerza Cuerpo e
ingresado en prisión el 22 de enero de 1.993.
Córdoba, 1º de Febrero de 1.993.
109
Un “Dos caballos”
212
Rubén Darío quería dejar claro Antonio Anglés, en
caso de que utilizara su carnet de identidad y conducir,
lo hacía porque se los había robado. Pero, además,
facilitaba un dato que podría tener cierta importancia,
y es que no sólo le habían desaparecido los carnets
sino también una furgoneta “dos caballos” que nunca
llegó a aparecer. Este tipo de furgoneta tiene la suspen-
sión muy alta y podría ser un vehículo muy apropiado
para acceder hasta parajes tan inaccesibles como “La
Romana”. Sin embargo, este dato nunca se investigó,
al menos oficialmente.
Esa misma tarde dos agentes de la UCO, la Unidad
Central Operativa, el grupo de especialistas llegado
desde Madrid, y el sargento Pizarro se trasladaron a la
Cárcel de Valencia para tomar declaración a dos reclu-
sos que, previsiblemente, podía aportar algún dato. Se
trataba de Roberto Anglés, uno de los hermanos me-
nores de Antonio y a cuyo nombre estaba la multa de
tráfico que apareció troceada en la planta baja de la
caseta de La Romana, y de Luis Ribera, el joven del que
habían recibido información a través de la Guardia
Civil de Córdoba.
El primero en declarar fue Roberto, quién tuvo que
contestar a las preguntas de los dos miembros de la
UCO.
213
Valencia, hijo de Enrique y de Neusa, con domicilio
en C/ Camí Real nº 101, puerta 4.
PREGUNTADO: Si desea voluntariamente declarar.
MANIFIESTA: Que sí.
PREGUNTADO: Que hizo el día 13 de noviembre de
1.992.
MANIFIESTA: Que estaba en el Barrio Chino con un
amigo suyo llamado BOLA, y que permaneció allí
todo el día.
PREGUNTADO: Donde comió el día 13 de noviembre
de 1.992, y con qué personas.
MANIFIESTA: Que comió en su casa con su familia,
su hermana Kelly, Luis Ribera Gallardo, su madre
Neusa y sus hermanos Carlos y Mauricio. Que no
recuerda si había alguna persona más.
PREGUNTADO: Si comieron con ellos Miguel Ricart
Tárrega y su hermano Antonio.
MANIFIESTA: Que no recuerda.
PREGUNTADO: Cuando fue la última vez que ha
visto a su hermano Antonio y en qué lugar.
MANIFIESTA: Que lo vio unos días antes del día 13
de enero de 1.993, el día que ingresó en prisión, y
que lo vio en su casa.
PREGUNTADO: Si vivía habitualmente su hermano
Antonio en casa después de fugarse de prisión.
MANIFIESTA: Que no, que iba muy pocas veces y
cuando lo hacía ocupaba el cuarto del dicente pues
tiene acceso a unos tejados por los cuales podía
escapar en caso de que fuera allí la Guardia Civil.
PREGUNTADO: Que vehículos suele utilizar su her-
mano Antonio.
MANIFIESTA: Que utilizaban el vehículo Opel Corsa
blanco de Miguel y una moto Honda de 600, sus-
traída, de color rojo y negro. Que la moto la tiene
desde después de evadirse de la prisión y que tenía
las placas de matrícula cambiadas.
214
PREGUNTADO: Si sabe los lugares donde suele dor-
mir su hermano Antonio cuando no lo hace en casa.
MANIFIESTA: Que no lo sabe.
PREGUNTADO: Si en alguna ocasión ha estado vi-
viendo con su hermano Antonio en una caseta por
la zona de Llombay.
MANIFIESTA: Que estuvo viviendo hace unos cinco
o seis meses estuvo viviendo con su hermano Anto-
nio en una caseta de dos plantas ubicada en las in-
mediaciones de un pueblo que tiene peleterías. Que
en la Caseta estaban él, su hermano Ricardo y Anto-
nio. Que él se estaba desenganchando de la heroína.
Que, en otra ocasión, hace unos tres meses, estuvo
en una caseta de Ribarroja, que es una estación de
ferrocarril vieja.
PREGUNTADO: Si en alguna ocasión fueron mujeres
a las mencionadas casetas.
MANIFIESTA: Que nunca.
PREGUNTADO: Si sabe si en alguna ocasión su her-
mano Antonio ha maltratado a alguna mujer.
MANIFIESTA: Que si, que en una ocasión y que por
ese motivo ingresó en prisión.
PREGUNTADO: Si el dicente o algún miembro de la
familia ha recibido malos tratos por parte de su her-
mano Antonio.
MANIFIESTA: Que, en muchas ocasiones, y a todos
los miembros de su familia, incluidos los padres.
PREGUNTADO: En qué consisten los malos tratos.
MANIFIESTA: En pegar a sus hermanos, y que a él
le ha atado tres o cuatro veces. Que le ha atado dos
veces en su casa, una vez en Ribarroja y otra vez en
el pueblo que tiene peleterías, lugar este último en
el que le tuvo atado durante dos días, con las manos
atrás.
PREGUNTADO: Si su hermano Antonio utiliza nom-
bres falsos.
215
MANIFIESTA: Que utiliza el nombre de JOSÉ PAR-
TERA ZAFRA, y que tiene el D.N.I. de éste. Que a
Partera Zafra le quitó el carnet Miguel. Que también
utiliza el carnet de su hermano Enrique y que el
carnet del dicente también puede estar utilizándolo
pues lo ha perdido y cree que lo tiene él.
PREGUNTADO: Si en alguna ocasión ha escrito su
firma en la pared de alguna casa.
MANIFIESTA: Que si, que en todas las casetas en
las que está firma en las paredes, y que suele poner
siempre Roberto o Roberto Catarroja.
PREGUNTADO: Si ha perdido en alguna ocasión un
bloc pequeño de notas con muelle de alambre.
MANIFIESTA: Que por su casa tiene que tener un
bloc pequeñito de color azul, que cree que lo tiene
en su casa, aunque no sabe dónde para. Que en di-
cho bloc tiene firmas con su nombre. Manifiesta
que no escribe muy bien y que tampoco lee muy
bien.
PREGUNTADO: Si en su casa había un juego de mar-
cianitos pequeño o de mano110.
MANIFIESTA: Que en su casa había tres o cuatro,
uno de color azul, otro rojo y otro amarillo.
PREGUNTADO: Si en alguna ocasión ha sido denun-
ciado por conducir un vehículo Renault 5.
MANIFIESTA: Que nunca le han denunciado, y que
su hermano tenía un R-5 de color blanco, Mauricio.
PREGUNTADO: Si sabe o ha visto a su hermano
Antonio un arma de fuego.
MANIFIESTA: Que no le ha visto con ninguna, pero
que le ha amenazado en alguna ocasión a él y a sus
familiares con pegarles un tiro.
PREGUNTADO: Si voluntariamente quiere darnos
algunos pelos de la cabeza y pubis.
110
Recordemos que apareció uno en los alrededores de la fosa de La Romana.
216
MANIFIESTA: Que si, realizando la operación el
mismo.
En este acto se le hace escuchar una cinta cassette
grabada por la Cadena Ser, en un espacio de llama-
das de los oyentes, en la que una persona que se
identifica como ANTONIO ANGLÉS mantiene una
conversación con el locutor de dicha emisora, y en
la que manifiesta diversos extremos sobre las muer-
tes de las niñas de Alcácer (Valencia), la cual una
vez escuchada repetidas veces por el declarante, se
le PREGUNTA: Si la voz que ha escuchado es la de
su hermano Antonio.
MANIFIESTA: Que no se parece en nada a la voz de
su hermano111, pues su hermano no tiene ningún
acento, y que no es la forma de expresarse de él.
PREGUNTADO: Si conoce el paradero actual de su
hermano Antonio.
MANIFIESTA: Que lo desconoce.
PREGUNTADO: Si quiere decir algo más.
MANIFIESTA: Que no.
Conste y Firma.
111
Cuando tratemos la inverosímil fuga de Anglés, entenderemos que hubo “alguien” que se estuvo
haciendo pasar por él durante semanas.
217
MANIFESTACIÓN DE LUIS RIVERA GALLARDO
218
MANIFIESTA: Que si, que todos los fines de semana
estaban en el piso y que el resto de la semana esta-
ban ellos por el monte.
PREGUNTADO: Si conocía el hecho de que Antonio
se encontraba fugado de la cárcel.
MANIFIESTA: Que sí.
PREGUNTADO: Si sabía si Antonio y Miguel salían
siempre juntos y si tenían algún arma.
MANIFIESTA: Que los fines de semana cuando esta-
ban en el piso, salían siempre juntos y que por tanto
el viernes 13 de noviembre salieron también juntos
después de comer y que sabe que tenían un arma
de fuego, aunque nunca llegó a verla.
PREGUNTADO: Que vehículo utilizaban Antonio y
Miguel.
MANIFIESTA: Que un vehículo Opel Corsa de color
banco propiedad de la antigua novia de Miguel, y un
Seat Ronda de color azul que no sabe de quién es.
PREGUNTADO: Cuando ha visto a Antonio por
última vez.
MANIFIESTA: Que hace unas dos o tres semanas.
PREGUNTADO: Si sabe si Antonio utiliza alguna
documentación falsa.
MANIFIESTA: Que le ha visto un D.N.I. a nombre de
su hermano Enrique y que desconoce si utiliza a-
parte de éste otros documentos falsos.
PREGUNTADO: Si conoce los lugares del monte
donde vivía Antonio durante el resto de la semana.
MANIFIESTA: Que vivían por el monte en unas
casas pequeñas que se encuentran por la montaña,
por Tous, pero que no puede precisar el lugar exac-
to.
PREGUNTADO: Si sabe si en alguna ocasión han
subido Antonio y Miguel mujeres a las casetas.
MANIFIESTA: Que no lo sabe.
PREGUNTADO: Si en alguna ocasión Antonio le ha
agredido físicamente.
219
MANIFIESTA: Que en una ocasión que le mandó a
comprar una revista pornográfica y como no se la
llevó le pegó dos guantazos.
PREGUNTADO: Si ha visto a Antonio agredir físi-
camente a sus hermanos o padres.
MANIFIESTA: Que no, aunque se lo han contado.
PREGUNTADO: Si sabe los lugares que frecuenta
Antonio Anglés además de las casetas del campo.
MANIFIESTA: Que va mucho por el Barrio Chino de
Valencia, desconociendo las personas con las que
se junta en aquel lugar.
PREGUNTADO: Si voluntariamente quiere darnos
algunos pelos de la cabeza y pubis.
MANIFIESTA: Que si, realizando la operación por sí
mismo.
En este acto se le hace escuchar una cinta cassette
grabada por la Cadena SER en un espacio de
llamadas de los oyentes, en la que una persona que
se identifica como ANTONIO ANGLÉS mantiene una
conversación con el locutor de dicha emisora y en
la que manifiesta diversos extremos sobre las muer-
tes de las niñas de Alcácer (Valencia), la cual una
vez escuchada en repetidas veces por el declarante,
se le PREGUNTA: Si la voz que ha escuchado es la
de Antonio Anglés.
MANIFIESTA: Que no reconoce la voz y que no es
de Antonio Anglés.
PREGUNTADO: Si quiere decir algo más.
MANIFIESTA: Que no y que siguiendo los pasos de
su hermano Mauricio se puede dar con el paradero
de Antonio Anglés.
112
Sorprende a veces la dificultad que tiene la policía para “trincar” a los traficantes cuando sus archivos
están llenos de datos sobre quiénes son los camellos. Pero esto daría para otro libro. De hecho, en LA
LEYENDA DEL CABALLO TURCO hago una extensa exposición sobre cómo llegó la heroína a España,
quién la trajo, cómo lo hizo y para qué. Animo al lector que se interese por el tema a que consulte dicha
obra.
223
hombre y que no sabe los motivos de que su nombre
aparezca en ese contrato de seguro de automóviles.
PREGUNTADO para que diga si conoce el docume-
nto del colegio oficial de gestores que le es presen-
tado, consistente en un justificante de tener solici-
tado el cambio de nombre del vehículo V-7670-BS,
dice que NO, que nunca ha estado en esa gestoría.
PREGUNTADO para que diga si Miguel Ricart le
tiene animadversión, dice que no cree, porque nun-
ca le ha hecho nada y que si dice que le dejó su
Documento de Identidad a cambio de una "raya" de
cocaína, es una invención suya.
PREGUNTADO para que diga si conoce la firma que
le es mostrada, que consta en un Documento Nacio-
nal de Identidad con sus datos, pero con la fotogra-
fía de Antonio Anglés Martins, dice que SI, que la
firma que figura en la fotocopia del D.N.I. que se le
enseña es la suya, que todos los datos son los suyos,
pero que la fotografía no es la suya, que éste debe
ser el carnet de identidad que perdió y al que le han
cambiado la fotografía.
PREGUNTADO para que diga si tiene algo más que
manifestar que lo expuesto es la verdad en lo que
se afirma y ratifica...
225
MANIFESTACIÓN DEL MENOR JOAQUÍN MAURICIO
ANGLÉS MARTINS.
113
Es decir, cuando atracaban bancos, entraban en la entidad “el Mauri”, menor de edad, y Ricart. Pero
Anglés, tan valiente, tan agresivo con los suyos, tan lanzado, prefería esperar fuera y lejos para emprender
la huida, dejando que sus compinches hicieran el trabajo delicado. Volveremos sobre esto más adelante.
227
Masanassa, en el que está a mano derecha antes de
pasar el puente de Catarroja, según se va de
Valencia a Catarroja, pero que no se acuerda como
se llama ese taller.
PREGUNTADO para que diga si sabe donde puede
encontrarse su hermano Antonio, dice que NO, que
después de ir a detenerle al domicilio recibió una
llamada telefónica en su casa diciendo "SOY
FRANCÉS VEN A VERME A CASA DE LOS GITANOS
A VILLAMARCHANTE", que se fue a Villamarchante
pero que cuando llega allí ya había estado la Guar-
dia Civil y su hermano se había ido o no se presen-
tó.
Que no tiene nada más que decir...
114
Vemos a partir de este momento que Ricart se preocupa concienzudamente de implicar a Antonio Anglés
en el asesinato de las niñas, pero también al Mauri. Y vemos, con no menos claridad, que El Mauri “tira
balones fuera” y prefiere autoinculparse de atracos antes que admitir participación en los hechos que tanto
preocupaban a los investigadores.
228
supiera que Antonio Anglés nunca iba a volver para
ajustarle las cuentas porque... estaba muerto.115
Con el interrogatorio de Mauricio Anglés, al que no
hicieron una sola pregunta sobre el triple crimen, la
Guardia Civil dio por terminada la búsqueda del pre-
sunto tercer asesino. Oficialmente, la investigación ha-
bía concluido. Sólo faltaba la detención de Antonio An-
glés para que caso pueda darse por cerrado en lo que
a investigación Policial se refiere.
115
Juan Ignacio Blanco lleva años afirmando que El Mauri y Ricart sabían perfectamente que Antonio
estaba muerto porque “se lo había confirmado a él el propio Ricart”. Lo veremos más adelante.
229
230
LA INQUIETANTE TEORÍA DE FERNANDO GARCÍA Y
JUAN IGNACIO BLANCO
231
sus amigas con el fin de utilizarlas para satisfacer su
placer más oscuro y salvaje.
Al poco de llegar esta posibilidad al equipo, algu-
nos miembros del mismo afirmaron en privado que
habían podido ver vídeos SNUFF117. Incluso supieron
de profesores de Valencia que decían haber reconocido
a una de las niñas en una de esas películas supuesta-
mente SNUFF. Las noticias se cruzaron con otras de
que había fotos de Antonio Anglés con un alto cargo, lo
que probaba las relaciones privilegiadas de éste, que
no podían sino venirle de su actividad como traficante
de droga para El Francés y celestino de adolescentes.
Era plausible. Era la España de la corrupción: el
gobernador del Banco de España había sido denuncia-
do por presuntos delitos económicos, el director gene-
ral de la Guardia Civil por apropiación indebida, minis-
tros y secretarios de Estado estaban en el punto de
mira por malversación de fondos reservados… y luego
estaba el tema del GAL. A los españoles ya no nos podía
sorprender nada.
Las mafias que trafican con niñas y niños pro-
liferan en todas partes y también en España. El mundo
es un gran mercado en el que no puede sorprender que
alguien disfrute impunemente del secuestro, humilla-
clave sexual o como objeto de su psicopatía. Rechaza el amor, pero en cierto momento de vacío existencial,
declara para sí mismo: "sólo quiero que me quieran". A pesar de su desprecio por la vida y el dolor ajeno
se abstiene de asesinar a las tres únicas personas que le profesan un amor verdadero: su amante Courtney,
su colega homosexual Luis Carruters y su secretaria Jean; esta última, llega a descolocarlo con su bondad
e inocencia frente al mal que él representa. Al término de la novela se revela que la mayor parte de los
crímenes del protagonista son producto de su imaginación, aunque se deja abierta la posibilidad de que
algunos sí los habría cometido realmente (un taxista lo reconoce como asesino de uno de sus colegas, sobre
la base de un retrato que circula en el centro de la ciudad). También, en una especie de epifanía final, acepta
el amor sincero de Jean, aunque se sienta incapaz de devolvérselo y con el temor de envolverla en su
psicopatía. La novela no sólo describe las andanzas de Bateman, sino que es el vehículo de una fuerte crítica
social al modo de vida de los yuppies de finales de los 80, resaltando sus peores aspectos: el cultivo de la
apariencia a cualquier costo, el exitismo económico y materialista como aspiración suprema, las relaciones
humanas superficiales (es habitual la confusión de nombres entre los personajes), el sexismo y el narcisismo
que inducen al menosprecio hacia las mujeres, un clasismo exacerbado que conlleva el rechazo visceral
hacia los mendigos, los afroamericanos y los artistas callejeros, el consumo habitual de diferentes drogas,
entre las que destaca la cocaína.
117
Las películas snuff o vídeos snuff son grabaciones de asesinatos, violaciones, torturas, suicidios,
necrofilia, infanticidio, entre otros crímenes reales con la finalidad de distribuirlas comercialmente para
entretenimiento.
232
ción, violación y tortura e, incluso, lo grabe en vídeo.
La impunidad de los todopoderosos es lo que tiene. En
tal caso, de ser cierta esta teoría, Ricart y Anglés ha-
brían sido meros peones.
Así, durante la vista, los abogados de la acusación
particular, José María Garzón y José María Allende,
quisieron demostrar cómo Ricart iba acompañado de
otras cuatro personas aquel fatídico viernes 13. Cuatro
hombres118 que llevaron a las víctimas a un lugar inde-
terminado donde, quizá junto a otras personas avisa-
das o que permanecían allí, las sometieron a todo tipo
de abusos y luego las mataron. Posteriormente se tras-
ladarían los cadáveres a La Romana. Se trataba de una
hipótesis basada en hechos reales, pero seguía siendo
una hipótesis que partía del principio de que no había
quedado probado dónde se cometieron los asesinatos y
de que, tras éstos, existía una red de pedofilia y porno-
grafía indemostrada.
Con eso y todo, Fernando García insistió hasta el
final en que «una banda organizada de asesinos, entre
los que habría productores de vídeos SNUFF y persona-
jes del más alto nivel, violaron y mataron a las tres
niñas en un lugar no determinado». La participación de
Ricart la reduce todavía hoy, veinticinco años después,
a la de mero enterrador y cree que Anglés fue asesi-
nado para que no delatase a los verdaderos culpables.
Esta teoría la secundó hasta la ruina personal el
periodista Juan Ignacio Blanco.
Garzón Flores les preguntó a Ricardo y Mauricio
acerca de las presuntas amistades importantes de su
hermano Antonio. El primero dijo que no las tenía, pero
hay que recordar que Ricardo apenas se hablaba con
él, que le había denunciado y que le trataba con sumo
recelo. El Mauri, por el contrario, más pegado al mundo
de Antonio y admirador suyo en casi todo, aseguró que
118
En una de sus declaraciones, Ricart había manifestado que iban cuatro en el coche, a saber, Antonio,
Mauri, el Nano y él mismo.
233
«siempre ha vestido muy bien y ha tenido mucho dinero.
Puede ser».
Era muy fácil manipular a Fernando García, un
padre destrozado que se resistía a admitir que dos
delincuentes de poca monta hubiesen podido cometer
un crimen de un refinamiento y una complejidad que
lo aleja del simple secuestro sexual, especialmente si
tenemos en cuenta la impunidad de los autores, las
torturas a las que sometieron a sus víctimas y la
crueldad inaudita que gastaron con ellas.
Por su parte, la Asociación Clara Campoamor, que
ejerció la acusación popular en el juicio contra Ricart,
sostuvo en todo momento que «una justicia seria no
puede juzgar a Miguel Ricart sin buscar al resto de los
asesinos». Esta tesis la secundó Fernando García has-
ta tal punto que incluso se retiró como parte de la acu-
sación. A través de su presidenta, Blanca Estrella Ruiz,
la asociación mantuvo que las pruebas realizadas
sobre los pelos hallados en los cuerpos de las niñas
confirmaban que «pertenecían a los verdaderos violado-
res, asesinos y enterradores»119.
Así, la teoría de una trama de asesinos todopode-
rosos protegidos quizá por el propio Estado o por sus
cloacas, si bien no fue en ningún momento una teoría
para las autoridades, sí que acabó convirtiéndose en
una hipótesis de trabajo muy seria para el equipo que
formaron en torno Fernando García y el periodista
Juan Ignacio Blanco. Ambos estaban decididos a tirar
del hilo hasta el final: aquello les cuadraba totalmente
con lo que podía haberles sucedido a las niñas. Por otra
parte, era noticia común en la prensa de la época la
participación de adolescentes en fiestas y orgías sexua-
les en la Comunidad Valenciana y no era raro que se
desarticulase alguna que otra red de delincuentes que
se dedicaban a llevar menores a chalés donde corrían
119
Y si alguno iba depilado, podría haber algunos más.
234
el alcohol y las drogas. Yo mismo, mientras preparaba
este libro, recordé sin demasiado esfuerzo que aquello
no era nada nuevo: el autor arriácense Ángel María de
Lera reflejó en una de sus obras, La Trampa, un fenó-
meno muy común en los años 60 y siguientes: las
orgías homosexuales en determinados inmuebles lujo-
sos de la carretera de Barajas. Ya en los 90 hubo decla-
raciones de famosos que llegaron a reconocer que
traían niños y adolescentes de internados religiosos de
Valencia para satisfacer a los clientes de aquellas
orgías.
El sexo de los poderosos es complicado, a menudo
aberrante: suele estar a la altura de su poder. Siendo
esto un hecho conocido y reconocido, no era disparata-
do sospechar que unos delincuentes raptasen a las
niñas y las llevasen a un grupo de personajes cono-
cidos que las estarían esperando ansiosos para llevar
adelante su “tratamiento antiestrés”. Debió ocurrir en
una casa aislada, donde la fiesta pasaría desapercibida
y desde donde no se escucharían los lloros y los gritos
que, sin duda, estarían previstos. La cuestión es: ¿fue-
ron voluntariamente u obligadas?
Juan Ignacio Blanco, el hombre que quizás sepa
más sobre lo ocurrido después de Miguel Ricart, man-
tiene a día de hoy que sí que sabe adónde fueron, si
bien afirma que no lo puede contar ni aun queriendo
porque tiene miedo. Y añade que «las niñas sabían a
dónde iban, pero no a lo que iban». Mantiene el perio-
dista que nadie las metió a rastras en una furgoneta,
sino que subieron voluntariamente y de buena gana a
un coche en el mismo lugar en el que Hervás y su novia
afirman que las recogieron; y que fue a partir de ese
momento cuando se les perdió el rastro. Esto nos lleva
a que la persona que organizó aquella cita era conocida
de las niñas, al menos de una de ellas, si bien no de su
entorno familiar. Así, las niñas acudieron a una cita
organizada por alguien cercano a su entorno que no
235
fue un familiar directo120. Según Blanco, el periplo de
las niñas fue largo y complejo y duró más tiempo del
que nos hicieron creer. Dicho de otro modo: las niñas
estuvieron vivas durante varios días121 y son innu-
merables las pruebas que cualquier experto en tanato-
logía forense puede apreciar al respecto.
Alega Blanco que con las niñas se hicieron unas
“autopsias de trámite” en las que la averiguación de la
causa de la muerte fue simplista: si las tres tienen un
agujero de bala en el cráneo y las tres han sido víctimas
de abusos sexuales, el caso está prácticamente cerrado
y solo hay que encontrar a los culpables. Y para él,
prueba de la rapidez y chapuza es la cruz con cadena
y todo que el profesor Frontela se encontró en el
interior de uno de los cadáveres y que los forenses no
habían detectado en la primera autopsia. Esto no
significa que hubiese mala fe por parte de los primeros
forenses, sino que actuaron bajo mucha presión: las
niñas de Alcàsser se habían convertido, por el impacto
mediático, en un problema enorme para todo el mun-
do, especialmente para las autoridades; de ahí que la
prioridad fuese enterrarlas cuanto antes.
Y si seguimos el orden de los acontecimientos, la
cosa no pudo fluir con mayor rapidez tras 75 días de
búsqueda infructuosa: el 27 de enero aparecen los
cadáveres, el 28 se realizan las autopsias y el 29 Ricart
ya estaba detenido y Antonio Anglés identificado. Todo
fueron prisas.
Por otra parte, los seis facultativos que participa-
ron en la primera autopsia jamás se la habían practica-
120
Y que, según a manifestado en distintas entrevistas, falleció en 1993 de muerte natural, añadiendo que,
de no haber fallecido lo habrían matado porque era el único nexo entre las víctimas y los asesinos.
121
Y apoya su tesis en la singular e inverosímil data de la autopsia. Una de las primeras cosas que desaparece
en un cuerpo humano durante la putrefacción es la sangre. Sin embargo, el cadáver número 3 tenía el
corazón perfectamente reconocible en la autopsia y se le extrajeron 25 centilitros de sangre que fueron
enviaros al Instituto Nacional de Toxicología. Que hubiese ‘un vaso de sangre’ en un corazón que llevaba
75 días parado es científicamente imposible. Tampoco es posible que haya sangre en el corazón a los 30
días de su parada, ergo al menos el tercer cuerpo estuvo vivo durante más de un mes y medio.
236
do a un cadáver que presuntamente llevase enterrado
75 días122.
Al parecer de Blanco estaríamos, pues, ante un
puzzle al que le faltan unas piezas y le sobran otras.
Cabe reconocer que Blanco es el único que ha hablado
personalmente con todas las personas cuyo nombre
aparece en el sumario. Y que comprobó que, en más de
la mitad, lo que aparece declarado por ellos en el suma-
rio y lo que le contaron a él no tiene absolutamente
nada que ver (¿notoriedad? ¿miedo?). Según Juan
Ignacio y según Fernando García, leerse el sumario y
creer en la culpabilidad de Anglés y Ricart resulta del
todo incompatible. Así, según ellos, la conclusión sería
que el móvil sexual no sería el móvil del crimen de
Alcàsser. Eso y que las personas que esperaban a las
niñas raptadas eran mayoritariamente de fuera de la
Comunidad Valenciana e incluso de fuera de España.
Alcàsser y Picassent en aquella época eran lugares
de mucho golferío: lumpen social, chalés de fiestas,
prostíbulos, trata de blancas, ríos de cocaína… Esto
convertía aquella zona en un entorno muy propicio
para lo que ocurrió. De hecho, la elección de Alcàsser
no fue aleatoria y la de las víctimas, especialmente una
de ellas123, tampoco.
Resumiendo la tesis de Blanco y García, las niñas
no estuvieron nunca en los chalés de El Alter, ni en los
lugares que señalaba la rumorología o las pitonisas
que no dejaban de llamar al teléfono que aparecía en
los carteles. Las niñas salieron ese mismo día, aquella
misma noche, a un punto que ni siquiera está dentro
de la Comunidad Valenciana, siguiendo un periplo
complicado «y no único».
En sus múltiples declaraciones, Blanco afirma que
el caso Alcàsser fue un auténtico chantaje al gobierno
122
Blanco se pregunta cuándo, en la historia criminal de España, ha aparecido un cadáver enterrado ‘y
saludando con la manita por encima de la tumba’
123
Miriam, la hija de Fernando García.
237
y que el Estado participó de alguna manera en los
hechos, bien como medio cómplice, bien como medio
chantajeado. Añade que dentro del Centro Nacional de
Inteligencia cada cual aprovecha sus intereses124 por-
que las cloacas del Estado mantienen siempre una
lucha por el poder. Y afirma que tanto vivas como
muertas, las niñas sirvieron a muchos fines. Y eso le
lleva a aseverar que los cuerpos de las niñas apare-
cieron “por primera vez”… «en un lugar en el que no
podían aparecer», un lugar prohibido y ‘muy delicado’,
según él.
Así, tras 75 días mediáticos y con unas elecciones
inminentes, el Estado necesitaba que la localización de
los cuerpos llevase aparejada la detención de los
autores. «De ahí que los cuerpos aparecieran en un sitio
donde no podían aparecer de ninguna manera y
vinculado a personas de mucho poder.»
Al señor Blanco no le queda la menor duda de que
por intereses concretos de unas personas concretas se
encargó a un grupo de delincuentes el secuestro de
estas niñas. Tampoco le queda duda de que el móvil no
fue sexual, sino de poder. Y que mantuvieron a las
niñas vivas durante determinado tiempo, llegando los
autores a permitirse el lujo de plantear chantajes al
Estado que, finalmente, tras llegar a determinados
acuerdos, concluyeron con la aparición de los cadá-
veres en un lugar determinado junto con los culpables,
uno de ellos ya muerto125.
Para Blanco, los autores materiales serían un
grupo de personas que tenían trazado un plan maca-
bro que, a pesar de su contenido sexual, trascendería
el mismo hacia la ritualística, es decir, que una vez que
los verdaderos autores tuvieron “el producto” (las ni-
124
Léanse en mi libro ‘La leyenda del caballo turco’ los capítulos referidos al golpe de Estado del 23-F.
125
Blanco mantiene que la mano que encontraron los colmeneros asomando de la tierra era la de Antonio
Anglés y que en el espacio de tiempo transcurrido entre la bajada de uno de ellos al cuartelillo de Llombai
y su regreso con dos o tres agentes de policía, éste fue retirado y escondido, dejando tan sólo el de las pobres
niñas.
238
ñas), se realizarían con él una serie de conductas cola-
terales de índole ritual. Y añade que estaríamos ha-
blando de un grupo muy importante de personas,
gente de poder y de dinero que no buscaban “pegarse
una juerga”, sino hacer algo completamente planifi-
cado desde la primera hasta la última línea sobre un
tablero muy estudiado. Y él se refiere no a uno, sino a
varios grupos implicados de gran complejidad,
señalando que el único organismo que tiene algo de
información veraz sobre lo sucedido no es la Policía
Nacional ni la Guardia Civil, sino el Centro Nacional de
Inteligencia.
En su afirmación de que el caso Alcàsser fue una
apuesta contra el Estado, añade que en sus ramifica-
ciones, no todas las personas que participaron en la
trama pertenecían a ese grupo de poder, pero muchos
de ellos sí. salvaje.
Y afirma que sí, que existe, no una filmación, sino
más de una y que cuando las obtuvo consiguió entre-
gárselas en mano el 14 de diciembre de 1996 al por
entonces ministro de Interior, don Jaime Mayor Oreja.
Añade que su error consistió en pensar que aquel paso
serviría para resolver definitivamente en los tribunales
de Justicia el caso, pues dicha filmación pasaría auto-
máticamente a disposición de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado, pero no fue así: al contrario, a
partir de aquel instante nadie del Gobierno ni de las
instituciones quiso saber nada de las pesquisas que el
equipo de Fernando García había estado realizando.
De lo que no cabe duda es que, de ser cierto esto (y la
reunión con Mayor Oreja está perfectamente reflejada
en las hemerotecas), el tema sería gravísimo no sólo
por el material contenido en dichos vídeos, sino por el
velo de silencio con el que automáticamente se tapó el
asunto.
De lo poco que Juan Ignacio Blanco ha contado
acerca de los vídeos sabemos en principio su proceden-
239
cia: al parecer un sujeto “arrepentido” se dirigió al cura
de la iglesia de Alcàsser y, bajo secreto de confesión, le
transmitió al sacerdote toda la verdad o al menos parte
de ella, haciéndole además una petición: que aceptase
custodiar el material audiovisual que le entregaba y se
lo entregase en mano a Fernando García. El párroco se
puso inmediatamente en contacto con éste y García,
junto con Juan Ignacio se dirigieron a altas horas de la
noche al templo para retirar las cintas. Lo siguiente
que cuenta es que la filmación más importante no es
una película SNUFF, sino una grabación en la que,
sobre una camilla está el cuerpo de una de las niñas126
y que en torno a ella van pasando por delante, en una
especie de fila, como si fuese un velatorio, una serie de
personas que entran por un lado de la pantalla, dan la
vuelta a la camilla y salen por el otro lado, todo ello en
medio de una sala aséptica. Añade que los rostros de
todas esas personas son perfectamente identificables.
Cuando Juan Ignacio Blanco es preguntado sobre
el móvil del chantaje al Estado, éste explica sin dudar
que el de Alcàsser no fue ni ha sido el primero ni el
último hecho luctuoso perpetrado contra menores de
edad, pero que en aquel momento los autores necesita-
ban provocar una importante repercusión mediática.
De hecho, argumenta que se habían realizado nume-
rosos intentos con anterioridad, pero que no tuvieron
ni la repercusión ni la importancia suficiente como
para que provocar un chantaje: «si tienes tres niños y
nadie lo sabe, nadie se ha enterado y al Estado le da
exactamente igual que estén muertos en una cuneta o
que no aparezcan»127.
Resulta obvio que las osadas manifestaciones de
Juan Ignacio Blanco tengan muchos detractores entre
sus compañeros de profesión y, por supuesto, por
126
Concretamente Desirée.
127
Lo cierto es que, si se obvian los mediáticos crímenes de violencia de género, en las páginas de sucesos
de la prensa parece que no hay casi nunca asesinatos. Sin embargo, en España tenemos una media de tres
asesinatos cada día.
240
parte de criminólogos de prestigio. Una de las más ra-
zonadas nos la ofrece Vicente Garrido Genovés, cuyas
declaraciones no pudieron ser más lapidarias: «Yo creo
que todas las ideas que se pusieron sobre la mesa en
aquellos años eran producto de la situación de pánico
que se produjo y de la consternación que hubo por pri-
mera vez en la historia de España, y de hecho no ha
habido posteriormente. Entonces era la primera vez en
la historia de España, y por ahora la única, que se había
asesinado a tres niñas en el mismo hecho criminal. Eso
generó una situación de pánico, de incredulidad. Esta-
bleció una situación de consternación en la sociedad.
Pero, a pesar de todo lo que se ha escrito y de todas las
ideas al respecto, parece obvio que se trató efectiva-
mente de la acción de dos sujetos determinados, y,
sobre todo, considerando la personalidad de Anglés, el
asesino que no pudo ser nunca capturado, pues daba a
entender que esa acción se produjo así. Además, ha de
pensarse que la situación donde se contactaron víctimas
y asesinos fue improvisada: no hay nada que hubiera
preparado. Simplemente vieron una oportunidad una
vez que pudieron recoger a las niñas y tampoco en
aquella época existían teléfonos móviles para avisar a
nadie. Aunque otras personas escribieron, y recuerdo la
acción del señor Blanco, que le hizo un gran daño a la
criminología con una serie de razones verdaderamente
duras. Mi opinión, que he podido construir hablando con
muchas personas que participaron en la investigación,
que llevaron adelante el juicio, es que era la acción,
efectivamente, de los dos sujetos que resultaron incrimi-
nados.»128
Por su parte, otro periodista, Juan José Requena,
lo tiene muy claro: «Yo creo que el móvil es exclusiva-
mente lúdico-sexual y que los que hay detrás son un
grupo nihilista de degenerados. Miguel Ricart y Antonio
128
Declaraciones del profesor Vicente Garrido al programa Milenio 3 el 1 de diciembre de 2013 (Cadena
Ser).
241
Anglés no son más que dos cabezas de turco que no
tuvieron nada que ver con el rapto, tortura, violación y
asesinato de las niñas.»129
Javier Martínez, corresponsal del diario Las Pro-
vincias, la primera persona de la prensa que asistió al
alzamiento y exhumación de los cuerpos, tiene tam-
bién su propia opinión: «La teoría de la conspiración que
tanto defendió Fernando García y alguno de sus segui-
dores, yo la verdad es que me he leído prácticamente
todo el sumario y son muchos folios y para mí no hay
conspiración, ni complot, ni video snuff. Como mucho,
cabe la posibilidad, y de hecho la sentencia deja la
puerta abierta, a la participación de una tercera perso-
na.»130
No menos interesante, por inaudita, es la opinión
de Francisco Pérez Abellán, periodista y criminólogo
que primero creyó en la versión oficial y posterior-
mente, tras leer el sumario, rectificó: «Yo no creía en
esto hasta que lo comprobé perfectamente en el sumario.
Que, efectivamente, hubo unos responsables intelectua-
les que no fueron nunca capturados.»131
Voces que han cambiado o no con el tiempo, pero
voces plurales y autorizadas, al fin y al cabo. Voces de
profesionales que están acostumbrados a asomarse a
la barandilla oscura de la vida. Y a todas ellas, Juan
Ignacio Blanco, el que abrió la caja de Pandora
cometiendo el error de decir en antena el nombre de los
supuestos integrantes del Clan de la Moraleja, que
serían, según él, los principales sospechosos para el
C.N.I. y que sin embargo resultaron ser hombres
respetables contra los que no hubo nunca ningún tipo
de prueba y que lo frieron a demandas en los tribu-
nales y las ganaron todas, sigue inamovible en su
versión: «Mantengo mi postura. Pero no yo. La mantie-
129
Declaraciones al programa Milenio 3 el 1 de diciembre de 2013 (Cadena Ser).
130
Declaraciones al programa Milenio 3 el 1 de diciembre de 2013 (Cadena Ser).
131
Declaraciones al programa Milenio 3 el 1 de diciembre de 2013 (Cadena Ser).
242
nen las pruebas existentes. La versión oficial del caso
Alcàsser que mantiene la autoría de ese supuesto Anto-
nio Anglés y Miguel Ricart, condenado por la Audiencia
Provincial de Valencia está basada única y exclusiva-
mente en que supuestamente Miguel Ricart declaró que
él, junto con Antonio Anglés eran quienes lo habían
hecho. Sin embargo, las pruebas reales, lo que se
encuentra en el sumario A como en el sumario B que
quedó posteriormente abierto para la averiguación de
nuevos autores que hubieran podido cometer el delito, lo
único que demuestran sin ningún género de dudas es
que Antonio Anglés y Miguel Ricart no fueron los autores
materiales de las torturas, violaciones y asesinatos de
Miriam, Toñi y Desirée. La primera de las pruebas
fundamentales son los ocho vellos púbicos que son los
únicos que han sido analizados por el ADN en el
Instituto de Medicina Legal de la Universidad de
Santiago de Compostela, que demuestran que pertene-
cen, como mínimo a seis y posiblemente a ocho personas
diferentes: y ninguno de ellos es Antonio Anglés ni
Miguel Ricart, de los cuales no existe, según dicta la
sentencia sobre Ricart, “prueba biológica contra el
acusado”. No existe, pues, ninguna prueba de que
Anglés y Ricart lo hubieran hecho y sí vellos púbicos de
seis u ocho que lo hicieron. El segundo tema es la
famosa cruz de Caravaca con una cadena que el
profesor Frontela encuentra en la segunda autopsia y
que, inexplicablemente, los seis forenses de la primera
autopsia no vieron y que estaba incrustada en la cuarta
vértebra lumbar del cadáver número 2, que no
pertenecía a ninguna de las niñas y que nadie se explica
cómo podía haber llegado allí. El tercero, la desaparición
de la mano derecha del cadáver número 2 y de la
izquierda del número 3, que tampoco explica la senten-
cia por hechos probados cómo habría podido suceder. El
cuarto, las lesiones post mortem que tienen los cadá-
veres. Según el relato de hechos probados de la sen-
243
tencia contra Miguel Ricart, el caso termina cuando
Antonio Anglés y Miguel Ricart, a pie de fosa, le pegan
un tiro de gracia a cada niña, las entierran y se acabó.
Sin embargo, los informes de los seis forenses que
realizan la autopsia, como del profesor Frontela, como
los del Instituto Nacional de Toxicología demuestran que
las niñas sufrieron penetraciones penianas y con
objetos post mortem, algo que nunca ha aclarado la
sentencia. Y el quinto, como cualquier psiquiatra forense
conoce, realizar un acto de necrofilia no es propio de
cualquiera, y muchísimo menos que Ricart, de Antonio
Anglés, que, en un informe confidencial de la Guardia
Civil que figura en el sumario, se le define como homo-
sexual. Un homosexual no viola niñas. El siguiente de
los hechos es la desaparición de la totalidad de dientes
en las niñas pero, fundamentalmente, en las tres
desaparecen los incisivos mediales sin saber cómo. La
ausencia de uñas que, de no haber habido un doble
enterramiento, deberían haber aparecido en la fosa, en
ese cribado tan minucioso que luego se realizó…»132
132
Declaraciones de Juan Ignacio Blanco a Milenio 3 el 1 de diciembre de 2013 (Cadena Ser)
244
EL GRAN ERROR DE GARCÍA Y BLANCO
133
En mi libro, LA LEYENDA DEL CABALLO TURCO, el lector podrá conocer los pormenores de
aquella oscura operación mercantil.
245
cidió con algunos de los grandes nombres de la radio
española, como Ana Rosa Quintana, Luis Carandell,
Carlos Alsina Álvarez, José Luis Balbín, Carlos
Pumares o un jovencísimo Íker Jiménez. En Radio Voz
presentó y dirigió el espacio «La voz de las sombras»
durante 1995 y 1996. Además, en los años 90 fue cola-
borador de numerosas publicaciones y varias cadenas
de televisión. Se involucró por primera vez en las inves-
tigaciones del triple crimen de Alcàsser, en el programa
Esta noche cruzamos el Mississippi, late-show de má-
xima audiencia que condujo, entre 1995 y 1997, en
Tele 5, el conocido periodista Pepe Navarro. Estas apa-
riciones televisivas lo convirtieron de la noche (nunca
mejor dicho) a la mañana en un comunicador de refe-
rencia en la televisión española de la época134.
El problema es que, cuando Pepe Navarro le
ofreció a Blanco que cubriese el tema de Alcàsser en su
programa, tal vez no se tratara del espacio adecuado
para exponer algo tan grave. No olvidemos que Tele 5
en aquella época no se caracterizaba por la seriedad de
sus contenidos, y mucho menos el Mississippi, un es-
pacio en el que se combinaban entrevistas con sket-
ches humorísticos y noticas de crónica social. Allí se
hicieron célebres los personajes recreados por los
cómicos Carlos Iglesias (como Pepelu, personaje hijo de
Pepe, el presentador, parodia de la presentadora Terelu
134
En mayo de 1998, unos meses después de la sentencia del crimen de Alcàsser, Juan Ignacio
Blanco publicó el libro ¿Qué pasó en Alcácer? (Son-Expresión), en el que muestra los supuestos errores de
la instrucción y diligencias policiales. El libro fue secuestrado judicialmente en agosto de 1998.3 Poco
después, Juan Ignacio Blanco y Fernando García, padre de Míriam, una de las víctimas del Crimen de
Alcácer, vivieron su particular via crucis al serles interpuesta una serie de denuncias por los más diversos
motivos, generalmente por injurias y acusaciones sin pruebas. A partir del año 2000, Blanco realiza por
encargo numerosas pericias criminalísticas, colaborando con distinto despachos de abogados, tanto en
España como en Estados Unidos. En la actualidad, Juan Ignacio Blanco dirige la mayor enciclopedia digital
de la red sobre asesinos en serie: Murderpedia.org, un proyecto que reúne más de 6.500 fichas sobre
asesinos y asesinas de todo el mundo y que cuenta con una media de más de un millón y medio de visitas
mensuales, lo que la convierte en la página de referencia en la materia. Asimismo, es el director de
DeathPenaltyUSA.org, la única base datos completa sobre las más de 16.000 ejecuciones llevadas a cabo
en Estados Unidos a lo largo de su historia. En octubre de 2015 publicó Criminalia.es, la mayor base de
datos en español de asesinos, asesinas y casos criminales del mundo. Sigue manteniéndose como acusación
popular en el proceso contra Antonio Anglés «y otros», que permanece abierto en el Juzgado de Instrucción
nº 6 de Alcira (Valencia).
246
Campos), Santiago Urrialde (El Reportero Total, Ram-
bo), Maribel Ripoll (Doña Reme) o un desconocido
Florentino Fernández (Lúcas Grijánder y Crispín Klan-
der) y el músico Nicolas 'Nick' Padron (El Escóces), así
como personajes polémicos, como la transexual prosti-
tuta La Veneno.
Pepe Navarro se atrevía con todo y cuando tuvo la
ocasión de tocar el tema Alcàsser no lo dudó. Las emi-
siones del programa calentaban mucho a los espec-
tadores y algunos incluso se ponían en contacto con
sus redactores para aportar datos. Sin embargo,
paulatinamente se les fue yendo el asunto de las
manos135. Fue en aquel programa y no en otro lugar
donde se dio plena publicidad a la tesis-sospecha-
intuición-posibilidad (como se quiera entender) de que
las chiquillas habían sido víctimas de una red de
poderosos pederastas que, por su alto nivel social, se
habían podido permitir una absoluta impunidad. En
definitiva, el “Mississippi” daba cancha para que
García y Juan Ignacio pusieran de relieve los múltiples
indicios (que los había) de una fuerte organización que
habría provocado la tortura y muerte de las niñas para
satisfacer a relevantes personajes, gente a la que el
dinero ya no les decía nada, sujetos dignos de protago-
nizar la antes mencionada novela American Psycho,
que gozaban del poder y la influencia social suficientes
como para permitirse el más difícil todavía a costa de
nuestros hijos.
Y fue así como, en la emisión del 29 de enero de
1997, casi coincidiendo con el cuarto aniversario de la
aparición de los cadáveres en la fosa de La Romana,
Blanco y García cometieron el fatal error que supon-
dría el descrédito y ruina económica y personal de am-
bos.
135
Llegaron a llevar al polémico y esperpéntico doctor Cabeza para que, en su calidad de médico forense,
comentase en directo las fotografías de las autopsias de las niñas delante de Juan Ignacio Blanco y el padre
de Miriam.
247
En un momento en el que, tras cuatro años de
sumario de Instrucción, sólo aparecían dos encausa-
dos, uno de ellos desaparecido, que ellos sospechaban
eran ‘cabezas de turco’ o, como mucho ‘meros enterra-
dores’ de las víctimas, y después de que una emisora
de radio (que curiosamente nunca fue denunciada)
diese los nombres de algunos sospechosos de relevan-
cia, nombres que coincidían con los que manejaban
Blanco y García, éstos se animaron a confirmarlos en
directo en el programa de Pepe Navarro. Y es que tanto
García como Blanco tenían muy claro que los
AUTÉNTICOS CULPABLES no escaparían, aunque
fueran muy poderosos. Así, a preguntas de Navarro,
Juan Ignacio Blanco, con toda firmeza, seguridad y
rotundidad, respondió: «se ha dado el nombre de X136
como presunto responsable de la trama, también se ha
barajado el nombre de X como participante en estas
aberraciones que se cometen. También hay que comen-
tar que hay más personas que están siendo investiga-
das. Podemos hablar del productor de cine X. forman
parte de un conocido grupo, el “Clan de la Moraleja”, que
no solamente están implicados desgraciadamente en
este tipo de asuntos turbios sino es bastante más
porque están investigados por la desaparición de dos
toneladas de cocaína»137. Juan Ignacio Blanco acababa
de mencionar los nombres de tres personas honora-
bles, conocidas e imputadas sin absolutamente ningu-
na prueba. Él se basó en dos hechos fundamentales:
la información que poseía y la que, según diría des-
pués, había salido a relucir y sido confirmada tras una
reunión mantenida el 14 de diciembre de 1996 con el
ministro Jaime Mayor Oreja138. Afirma que su declara-
ción pública fue producto del hastío personal que
sentía tras llevar años poniendo todas sus averigua-
136
Luego veremos quién o quiénes fueron esa ‘X’, de dónde vino la información y qué consecuencias
trajeron sus menciones SIN PRUEBAS.
137
"Esta noche cruzamos el Mississippi”, emisión del 29 de enero de 1997.
138
Reunión a la que asistió Blanca Estrella Ruiz, de la asociación Clara Campoamor.
248
ciones y conocimientos a disposición de la Guardia
Civil y de la Policía Nacional para que, sin embargo, no
los utilizasen como línea de investigación139. Al
parecer, y ante las dudas que le plantearon al ministro
acerca de cómo se estaba llevando a cabo la
investigación, el propio ministro decidió montar una
mesa especial para investigar los hechos denunciados
EN PRIVADO por Fernando García y Juan Ignacio
Blanco, llegando incluso a poner a disposición de
ambos a uno de sus asesores, quien les facilitó todos
los medios para entrevistarse personalmente con altos
mandos policiales. Eso les llevó a entrevistarse con el
general Muñoz, jefe de investigación de la Guardia Civil
y el más alto cargo en investigación policial de la
Benemérita. En aquella reunión mantenida en la
Dirección General de la Guardia Civil, Blanco y García
le expusieron 27 puntos «sencillos a contestar». El
general Muñoz se comprometió de inmediato y les dio
su palabra de que en el plazo de una semana contes-
taría a los interrogantes. Pero tras un mes no supieron
nada de él y tuvieron que llamarlo por teléfono. En
aquella conversación telefó-nica, Muñoz se excusó
diciendo que había estado en Inglaterra en un simposio
policial y que no había podido abordar el tema, pero
que en el plazo de una semana lo tendría terminado.
Sin embargo, nunca más volvieron a hablar con él ni a
tener reuniones con el ministerio: DE IMPROVISO SE
CERRARON TODAS LAS PUERTAS. Y fue a raíz de
aquella actitud cuando decidieron hacer público lo que
se había hablado en aquellas reuniones y se manifestó
que el ministerio del Interior estaba investigando a los
denominados componentes del «Clan de la Moraleja», a
saber:
139
Es cierto que los nombres no se volvieron a mencionar nunca más, pero su sola mención sin pruebas
supuso una convulsión social y atentó contra la honorabilidad de los mencionados.
249
―Francisco Laína García, nacido en La Carrera
(Avila), director de la Seguridad del Estado, con rango
de Secretario de Estado. Durante el golpe de Estado del
23F asumió por espacio de catorce horas la Jefatura
de la Comisión Permanente de Secretarios y Subsecre-
tarios de Estado, siendo el máximo responsable de un
gobierno provisional que asumió las funciones del
ejecutivo secuestrado en Las Cortes140. En 1965 ingre-
só por oposición en el Cuerpo General Técnico de la
Administración del Estado. En 1974 fue nombrado
gobernador civil y delegado provincial del Movimiento
en León, cargo que ocuparía hasta 1976, año en que se
le nombró gobernador civil de Las Palmas. En 1977 fue
de nuevo nombrado gobernador civil de Zaragoza. Se
retiró de la política en 1982, traspasando poderes al
PSOE. Recibió la medalla de la Orden del Mérito Cons-
titucional en 2011.
140
Recomiendo en este punto consultar los capítulos relativos a aquel falso golpe de Estado en mi libro,
LA LEYENDA DEL CABALLO TURCO.
141
No sin antes advertir que el advenimiento de las televisiones privadas le demostraría a los españoles
hasta qué punto había sido buena la televisión pública hasta entonces. El que firma este libro no puede estar
250
―José Luis Bermúdez de Castro, productor de ci-
ne. Hacía la doble versión de películas españolas para
el extranjero. A principios de 1996 se dijo que podría
haber sido el supuesto encargado de grabar y distribuir
el video snuff de las niñas de Alcàsser. Especialista en
temas tortuosos y relacionados con asuntos satánicos,
así como en actrices de destape con final cuestionable,
tales como Sandra Mozarowky, Inma de Santís o Na-
diuska. Curiosamente, sería el mismo Bermúdez de
Castro quien se encontró muerto al batería del grupo
musical Los Bravos, cuya esposa, Lotty Rey, había
fallecido días atrás. Manolo, de Los Bravos, se disparó
con una escopeta y estaba abrazado a su almohada.
Sandra Mozarowsky murió al caer accidentalmente del
balcón de su casa. Inma de Santís en un accidente.
Nadiuska padece un transtorno mental severo y ha
vivido en la calle durante largo tiempo. Actualmente
está ingresada en el centro psiquiátrico de Ciempo-
zuelos.
más de acuerdo con su aseveración: la televisión basura coincidió con dicho advenimiento, así como con la
decadencia del ente público.
251
llevaba once años sin ejercer la psiquiatría142. Murió en
el año 2001.
142
Recordemos que era copropietario de la clínica alicantina Torres de San Luis, donde desapareció la
adolescente Gloria Martínez Ruiz.
143
Se puede persuadir y engañar a un juez, incluso a la policía. Casos se han dado de que la policía,
engañada, haya llegado a convencer a un juez de lo que no era, PERO NO SE PUEDE ACUSAR DE
VIOLACIÓN, TORTURA Y ASESINATO IMPUNEMENTE, NI SIQUIERA EN SEDE JUDICIAL, SIN
PRUEBAS; y, acertadamente, el Código Penal contempla una serie de castigos para las falsas acusaciones.
144
¿Qué sentido tiene que un ciudadano tenga que pagarse un abogado para defenderse de una falsa
acusación en los tribunales por el simple hecho de que otro ciudadano decida acusarle públicamente y sin
pruebas de un delito?
252
El asunto es gravísimo. Cada sociedad tiene sus
ritmos, sus querencias y sus dengues y los españoles
no somos menos:
Vivimos acomplejados sobre la conquista de Amé-
rica, aceptando la leyenda negra que orangistas y
protestantes crearon en torno a nuestra participación
en Las Indias; no se nos ocurre razonar que fuimos la
única potencia del siglo XVI y siquientes que le dio
carta de ciudadanía a los indígenas y que fundó
universidades para ellos o que no dudó en mezclar su
sangre con la suya.
El desastre de 1898 dio carta de legitimidad a una
corriente de pensamiento que desactivó el valor de
nuestros legítimos méritos intelectuales, científicos y
culturales, amén de justificar intelectualmente todo el
imaginario de la burguesía periférica en torno a las
presuntas nacionalidades históricas catalana y vasca,
cuando en realidad jamás existió tal conflicto en otras
que sí lo eran y lo son como Navarra.
Las heridas de la Guerra Civil no sólo no están
cerradas, sino que una corriente de periodistas y
políticos metidos a historiadores han ocultado
pragmáticamente hechos y datos relevantes sobre
aquel período para que las nuevas generaciones no
conozcan las causas que llevaron a aquel desastre,
creando incluso fantasías en torno a determinados
hechos (como que los que están enterrados en las fosas
son sólo de un bando), eliminando intelectuales de
nuestra memoria colectiva, más por no pertenecer al
bando perdedor que por alinearse con el ganador, o
apropiándose del martirio de otros para legitimarse145.
En un país que vive en el delirio constante (de la
actualidad mejor no hablemos) todo correctivo es poco
145
¿Quién no piensa hoy que a Lorca lo mataron por homosexual? ¿Quién conoce que no sólo cultivó cierta
amistad discreta con José Antonio Primo de Rivera, sino que en su compañía teatral trabajaban falangistas
y hasta que fue el propio José Antonio el que, como parlamentario, consiguió que le devolviesen la
subvención que le había sido retirada para que siguiese llevando nuestro Siglo de Oro por los pueblos de
España?
253
para evitar injurias, calumnias y cualquier tipo de
manifestación que contamine el pensamiento colectivo.
Jamás hemos de olvidar que, por nuestro carácter, los
españoles somos mucho de aquel adagio que dice:
“difama, que algo queda”. ¿Cuántos Guardias Civiles
murieron en el País Vasco en los años 80 y sus muertes
fueron recibidas entre las murmuraciones de sus
propios vecinos con frases como «algo habrá hecho»?
¿Cuántos hombres han sido falsamente acusados de
delitos contra la libertad sexual y luego, al quedar
demostrada su inocencia no sin antes pagar un alto
coste social, han tenido que mudarse a otras geografías
porque la sola difamación ya los había convertido en
bultos sospechosos para sus convecinos?
Dicho esto, ¿por qué Juan Ignacio Blanco fue tan
lejos? ¿Reaccionó como ese “periodista de raza” que
deseó impedir a toda costa que nadie le “pisara” una
exclusiva sobre la que había estado trabajando tanto
tiempo?
¿O había algo? ¿Fue una medida a la desesperada
de dos personas aterradas que sabían que “por los
cauces constitucionales” jamás conseguirían abatir a
los responsables de las muertes de Miriam, Toñi y
Desirée? ¿Cayeron acaso en una trampa tendida por
los Servicios de Inteligencia porque el interés del
Estado era zanjar de una vez el tema Alcàsser? ¿Apro-
vechó alguien la fragilidad emocional de Fernando
García para ejecutar una venganza personal contra
alguno de los presuntos integrantes del falso “Clan de
la Moraleja”?
No han sido pocos los que han intentado, en esta
Era de Internet, atar cabos sueltos y tratar de darle a
la teoría de Blanco y García una oportunidad, siquiera
estableciendo una sucesión de acontecimientos histó-
ricos en paralelo. Y ha salido esto146:
146
Fuente: https://wordpress7911.wordpress.com/2017/06/29/el-clan-de-la-moraleja/
254
«En un momento dado, Pepe Navarro preguntó:
¿Qué se está hablando en Valencia, Fernando,
Juan Ignacio? ¿Es verdad que se han dado nom-
bres en los medios de comunicación valencianos
ya de posibles responsables de este tremendo he-
cho?
»Y entonces cayó la bomba: Juan Ignacio Blanco em-
pezó a destapar una trama, que desde entonces sería
conocida como “el clan de La Moraleja”, al producirse
el siguiente diálogo:
»JIB: “Sí… bueno, en una emisora de radio en
Valencia ya se ha dado el nombre de Alfonso
Calvé, ex gobernador civil de Alicante, como pre-
sunto responsable de esta trama, se ha barajado
también el nombre de don Luis Solana como par-
ticipante en estas aberraciones que se cometen, de
personas que efectivamente podemos nosotros
constatar que están siendo investigados”.
(Alfonso Calvé es el supuesto accionista invisible de
Zopito S.A.L., la sociedad que adquirió la clínica donde
se ingresó a Gloria Martínez Ruiz, que desaparecería
para siempre la misma noche de su entrada en la
clínica).
Primero Bermúdez de Castro y, más tarde, Calvé y
Solana, presentaron sendas querellas. Mientras tanto,
Pepe Navarro declaraba que pedía disculpas porque
nunca debieron decirse los nombres, pero que no por
ello todo lo de Alcàsser era mentira. El programa no
había metido la pata, sino uno de sus invitados. Pero
lo cierto es que treinta y cinco minutos después de salir
su nombre en el programa «Esta noche cruzamos el
Mississippi», el productor Bermúdez de Castro presen-
tó una querella ante el Juzgado de Guardia de Madrid.
(lne.es/economia/2010/11/28):
… El enlace entre ambos [Conde y el Rey] había sido
en origen Juan Abelló…pero luego…el triángulo quedó
establecido entre el jefe del Estado, el banquero y
Francisco Javier Sitges, en cuya casa de La Moraleja
(Madrid) se celebraron decisivos almuerzos, con la
presencia de Manuel Prado Colón de Carvajal…y, a
veces, con la del periodista Pedro J. Ramírez… Conde
incorporó a la Fundación Banesto a la infanta Pilar de
256
Borbón y elevó de consejero a vicepresidente del banco
a un cuñado de ésta, Ricardo Gómez-Acebo…
258
«…el robo en su domicilio [de Bárbara Rey] se produjo
entre los días 5 y 10 de enero, y los ladrones se llevaron,
entre otras cosas, tres cintas magnetofónicas, cinco de
vídeo y 20 diapositivas en las que se contienen las
escenas y conversaciones presuntamente compromete-
doras para “una persona importante”… la actriz se
entrevistó después a finales…del mes de enero con el ex
banquero Mario Conde [antes de acudir a la policía]…
147
Fuente: El Confidencial. Enlace: http://goo.gl/OUzZ5f
259
»Antonio Herrero moriría el 2 de mayo de 1998, en
un supuesto accidente ocurrido mientras practica-
ba submarinismo en Marbella.
»Según Domínguez, Calvé habría sido psiquiatra de
Felipe González, presidente del Gobierno, y le habría
aconsejado, como método para curar el estrés, realizar
terapias de choque que se basaban en secuestrar,
torturar y asesinar niñas.
»Saben ustedes cuantos casos de corrupción hay
en España? Según 25 abril 2013 los jueces trami-
tan 1.661 casos de corrupción, ¿saben ustedes
cual es el eslabón perdido, del que no se habla?
Muertes, secuestros, violaciones de menores. 2
desaparecidos al día: nos lo cuenta Juan Ignacio
Blanco.
»La trama incluiría, aparte del ya citado Calvé, a
Bermúdez de Castro, José Luis García Cereceda y
otros, que serían los encargados de proporcionar
vídeos y niñas a las personalidades que realizaran
dicha terapia.
»Y, en un momento dado, Domínguez acude con la
historia, no a Juan Ignacio Blanco, sino a Fernando
García, que en un primer momento no le da crédito.
»Más tarde, a principios de 1996, se diría que
Bermúdez de Castro se habría encargado de grabar y
distribuir un vídeo snuff en relación con el triple cri-
men de Alcásser.148»
260
Aladino” para denunciar cosas que con el tiempo se
han demostrado verdad, es decir, la existencia de redes
de pederastas… algo que en la España de 1997 sonaba
a “música celestial” (basta con que revisemos las
hemero-tecas de la época para darnos cuenta de que
apenas aparecía el término “pederasta”… algo que
ahora ya nos resulta mucho más familiar, máxime con
toda la que está cayendo a la reputados miembros de
la jerarquía de la Iglesia Católica acusados de
complicidad, encubrimiento o ejecución de estos
repugnantes actos).
El “Informe Aladino” era un informe elaborado por
el equipo de investigación de Fernando García sobre
las actividades de ciertas redes de pederastas. A
principios de 1997, la revista Época publicó un
artículo en el que se hacía eco del llamado “Informe
Aladino”, elaborado por el grupo de colaboradores de
Fernando García. El documento recibió ese nombre
porque en él se mencionaba la famosa alfombra/mo-
queta, uno de los grandes misterios del caso Alcàsser.
261
»El “crimen de Alcàsser” escribió su penúltima
página, no en un juzgado, como era de esperar, sino en
un plató de televisión. El pasado 29 de enero, Fernando
García, padre de una de las niñas asesinadas, y su
colaborador, Juan Ignacio Blanco, afirmaban en el
programa de Pepe Navarro, Esta noche cruzamos el
Mississippi, que por la muerte de las tres adolescentes
estaban siendo investigados cuatro relevantes
personalidades: Alfonso Calvé, ex gobernador civil de
Alicante; Luis Solana, ex presidente de Telefónica; el
productor cinematográfico José Luis Bermúdez de
Castro, y el antiguo alto cargo del Ministerio del
Interior Francisco Laína. Las acusaciones tuvieron su
continuación el 31 de enero en el programa de
la COPE que dirige Antonio Herrero, en el transcurso
del cual añadían que dichas personas formaban parte
de “una red de sádicos sexuales”, que estaría implicada
en la desaparición de “casi 150 niñas (…) que han
podido sufrir el mismo final que Toñi, Míriam y Desirée.”
»Y mientras las acusaciones continuaban, la respuesta
de los señalados no se hacía esperar. El primero fue el
productor de cine José Luis Bermúdez de Castro. “Me
enteré de la noticia cuando volví a casa de cenar y me
lo dijo mi hermano. No me lo quería creer. Decidí actuar
rápidamente y media hora después de emitirse el
programa ya había interpuesto una querella en el
juzgado de guardia.” El productor cinematográfico,
que asegura no conocer a los otros acusados, afirma
que “comparto el dolor del padre, pero lo que me han
hecho es irreparable. Mi fami-lia está sufriendo mucho.”
»Luis Solana calificó, a través de su secretaría, las
acusaciones de cosa “de locos”. En similares términos
se expresó el ex gobernador civil de Alicante, Alfonso
Calvé, que pudo ser localizado por este semanario en
su domicilio madrileño. Para Alfonso Calvé, “las excu-
sas, que no vi, pero me contaron, no sirven para nada.
La querella sigue adelante.”
262
»Otras personalidades aludidas por Fernando García y
su colaborador Juan Ignacio Blanco también han
salido a la opinión pública para criticar la versión del
crimen que éstos estaban haciendo. Francisco Grana-
dos, ex delegado del Gobierno en la Comunidad Valen-
ciana cuando se produjeron los asesinatos, afirmó
a ÉPOCA que con la polémica creada “tratan de de-
morar el momento del juicio oral, porque quieren sentar
a alguien más (que Miguel Ricart) en el banquillo. Y a
ser posible, solvente. La persona que está en prisión no
les satisface porque no asegura indemnizaciones ni
nada.”
»El ex ministro del Interior, José Luis Corcuera, tam-
bién aludido por el padre de Míriam en sus interven-
ciones ―dijo que le había mandado a llorar con los
otros padres y que le había levantado la mano― declinó
hacer comentarios y se remitió a la nota que el
Ministerio del Interior hizo pública negando los hechos.
Mientras tanto, Fernando García y Juan Ignacio Blan-
co defienden sus investigaciones y aseguran que en
breve demostrarán sus afirmaciones. Sin embargo, y a
pesar de los intentos de este semanario, fue imposible
contactar con ellos para recoger su opinión sobre la
polémica creada.149
149
Fuente: Revista Época, lunes 17 de febrero 1997.
263
refiriéndose a los tejemanejes (todavía por aclarar en
sede judicial) de Jordi Pujol y su familia:
264
Viendo que todos los periodistas y entrevistados
cobraban de algún medio de comunicación, incluso
aquellos que no eran sino personajes marginales que
desfilaban por los platós, y sabiendo que él no podía
percibir emolumento alguno por su implicación en el
caso, a Fernando se le ocurrió pedir ayuda económica
a los españoles a través de los medios.
Hay que decir que tanto Pepe Navarro como Juan
Ignacio Blanco intentaron quitarle la idea de la cabeza,
razonando que sería contraproducente (todos sabemos
lo que ocurre en este país cuando aparece el dinero de
por medio). Sin embargo, un día, sin previo aviso y en
directo, Fernando declaró que había tenido muchos
gastos y pidió ayuda en antena apelando a la
solidaridad ciudadana; para ello había aperturado una
cuenta corriente en el banco Banesto de Valencia, una
cuenta sencilla de recordar: el número 100.
Al parecer, la pelotera tras las cámaras fue
antológica. Pero el mal ya estaba hecho. Y lo que es
peor: en un plazo de veinte días a Fernando ya le
habían ingresado donativos por un valor de 90
millones de pesetas150. Antes de que las cosas se
pusieran realmente feas para García, Juan Ignacio
Blanco le advirtió que debía ponerse manos a la obra
para que aquella suma fuese gestionada de la forma
más transparente posible antes de que los crucificasen
mediáticamente. Así, se consultó con abogados y
asesores y se tomó la decisión de crear una fundación
sin ánimo de lucro que, precisamente por serlo, estaría
auditorizada por el propio Estado, garantizando una
solvencia moral paralela a la económica.
Juan Ignacio y Fernando se pusieron manos a la
obra y prepararon la documentación para crear aquella
fundación que se llamaría Fundación Niñas de Alcácer.
Dicha fundación tendría el siguiente organigrama:
150
540.000 euros al cambio, si bien hay que tener en cuenta que, con la inflación, la cantidad actual rondaría
el millón y medio de euros o más.
265
―Presidente: Fernando García
―Vicepresidente: su hijo mayor
―Vocales: un hermano de Fernando y los padres
de Toñi.
―Secretario: Juan Ignacio Blanco
151
Recordemos que el padre de Desirée, enfermo terminal de cáncer, murió poco después del hallazgo de
los cadáveres en La Romana y que la madre, viuda y destrozada por el crimen, decidió aceptar las
conclusiones a las que fuesen llegando las autoridades sin cuestionarlas en absoluto.
266
dominical del diario El Mundo se vertiesen muy duras
acusaciones contra Fernando García por haber inten-
tado crear aquella Fundación. En un extenso reportaje
lo acusaron de tener varias cuentas bancarias, de
haberse lucrado e incluso de haber financiado el libro
“¿Qué pasó en Alcácer?” del periodista, compañero,
amigo y colaborador Juan Ignacio Blanco. El artículo
prácticamente dejaba caer que ambos personajes se
habían constituido en banda criminal para sacar rédito
económico del asesinato de Miriam y sus amigas.
Juan Ignacio Blanco se defiende al respecto: «De
los tres periodistas que firman el artículo de El Mundo,
ninguno es periodista de El Mundo y sólo uno es
periodista. Se pusieron en contacto conmigo a través de
la difunta hermana de mi mujer. Les había llamado la
atención que la sociedad que había editado el libro
estuviese a nombre de mi esposa. Además, eran las
mismas personas que habían participado en aquel
programa sobre el Juicio del caso Alcàsser de Canal
Nou. Me dijeron que con motivo del décimo aniversario
de la desaparición de las niñas, querían hacer una serie
de programas y deseaban contar conmigo. Para
analizar el contenido de los programas, mantuve tres
reuniones con ellos en Valencia, donde les conté lo de la
Fundación de Fernando de cara a esos programas. En
la tercera de esas reuniones me grabaron con cámara
oculta en el hall de un hotel y con esas grabaciones, a
base de cortapegar, salieron frases que jamás dije. A
raíz de ahí intentaron montar el espectáculo.»
Por ello, y para dejar las cosas en su justa medida,
independientemente de la opinión que podamos tener
cada uno al respecto, hemos de ceñirnos a la realidad
y establecer con claridad estos puntos:
―Fernando pidió dinero a los españoles por la tele
y la gente se lo donó. Los jueces deciden que Fernando
tiene todo el derecho del mundo a recibir ese dinero y
a hacer lo que le dé la gana con él.
267
―No hay ni ha habido ni una sola persona que le
haya reclamado, ni personalmente ni por vía judicial,
una sola peseta a Fernando García. Tampoco le han
pedido explicaciones.
―Fernando montó una fundación con un local en
el que había una secretaria empleada y a sueldo. El
resto de los que allí trabajaban eran voluntarios.
―Fernando ha tenido en estos años muchos
procedimientos judiciales que le han costado una
fortuna152.
―El objetivo de la Fundación Niñas de Alcácer era
el de ayudar a otras familias que se pudieran ver in-
mersas en la misma situación que los padres de Mi--
riam, Toñi y Desirée, así como crear equipos de inves-
tigación y de apoyo psicológico a las víctimas, también
ir a congresos e involucrarse en la persecución y aná-
lisis de este tipo de delitos153.
―Fernando era millonario antes de que su hija
despareciera y lo siguió siendo después. De hecho, los
Tribunales le indemnizaron con cien millones de
pesetas154 por el anormal funcionamiento de la Justi-
cia en el caso del crimen de su hija y sus amigas.
―Si no pudo crear la Fundación fue por la
oposición de la madre de Desirée AL NOMBRE DE LA
MISMA. Queda en entredicho por qué no acabó
creándola igualmente con otro nombre. En cualquier
caso, los jueces le dieron la razón y, por lo tanto,
legitimidad para disponer libremente del dinero dona-
do.
―Cuando la Audiencia Provincial de Valencia se
entera de que Canal Nou va a emitir un programa con
las cintas del juicio a Miguel Ricart para emitirlas en
152
Solo el recurso de casación ante el Tribunal Supremo le costó 7 millones de pesetas.
153
El criminólogo y periodista Francisco Pérez Abellán lleva años insistiendo (la última vez en Antena 3
Televisión el día 5 de enero de 2018 con motivo del asesinato de Diana Quer) en que «en España se
resuelven los crímenes buscando a los culpables y condenándolos, pero nunca analizando los móviles ni
estudiando su modo de pensar, sus motivaciones».
154
600.000 euros.
268
diferido y analizar las sesiones, secuestra las cintas e
impide su difusión.
―Tanto Canal Nou como el Diario de Levante y el
rotativo Las Provincias, todos ellos de la Comunidad
Valenciana, deberían haberse volcado en el caso
Alcàsser. Sin embargo, no reaccionaron hasta que, tres
años después del hallazgo de los cadáveres en la fosa
de La Romana, cuando Juan Ignacio Blanco se hizo
con el sumario íntegro, no reaccionaron en absoluto.
―En el mes de febrero de 1996, poco antes de la
celebración del juicio contra Ricart155, las partes
personadas en la acusación presentaron sus Califica-
ciones Provisionales156, cuando Fernando García y
Juan Ignacio Blanco presentaron su escrito, convo-
caron una rueda de prensa en el Ateneo de Valencia al
cual acudieron todos los medios. En dicho acto anun-
ciaron la puesta a disposición del sumario completo en
horario de oficina en el local de la no-Fundación de
Fernando García, con posibilidad de fotocopiado y
consulta visual de las fotografías por parte de cualquier
persona. NI UN SOLO PERIODISTA SE PASÓ POR LA
SEDE PARA MIRAR FOLIO ALGUNO.
155
El juicio dio comienzo en mayo de 1996 y la sentencia se hizo pública el 5 de septiembre de 1997.
156
Un escrito en el cual se reflejan las penas, los testigos y las pruebas que se solicitan para valerse durante
la celebración del juicio.
269
carecen de la formación y la profesionalidad de los
cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado o de los
propios tribunales. Tan sencillo hubiese sido como
que, cuando reunieron las pruebas que siempre afir-
maron tener, se las hubiesen llevado al juez instructor
o a la fiscalía. ¿Lo hicieron?
Y es que todos podemos entender que el padre de
Miriam no pudiese entender ni asimilar que los
investigadores tienen sus métodos, su ritmo y sus
fórmulas, pero para investigar a una persona hacen
falta indicios, no meros chivatazos. Y una cosa es
comprender a alguien como ser humano y otra muy
distinta seguirle en una investigación sin pruebas.
270
GARGANTA PROFUNDA
271
ajustarse a la verdad o, al menos, a lo verosímil, lo más
posible. Si creemos que hay cosas que no cuadran en
el caso Alcàsser, y nos dan cocinada una solución al-
ternativa falsa y nos la creemos, asunto arreglado para
los verdaderos culpables.
Hay datos verosímiles y que se ajustan a la lógica.
Pero otros no acaban de cuadrar. Siempre he dicho que
la solución del caso Alcàsser estaba en el descubri-
miento de los cadáveres en la fosa de La Romana.
Cuando alguien explique por qué aparecieron los cuer-
pos, de una forma verosímil, nos lo creeremos. No... No
me vale lo de la presión ciudadana o la insistencia de
D. Fernando García... Lo siento.
Mientras tanto, la teoría completa expuesta en
esta carta no me cuadra. Siempre he pensado que la
aparición de los cuerpos vestidos y aparentemente lle-
nos de restos biológicos ―y digo aparentemente porque
al profesor Frontela le dejaron sin nada que analizar y
aun así encontró vellos de 5 a 7 personas distintas a
los culpables oficiales― para mí es un indicio bastante
fiable de un posible chantaje o venganza. Y más aún
con la famosa alfombra. ¿A quién se le ocurre, si era
reconocible?
Y el chantajista, lo mismo hasta aparece en el
texto de la carta...
Y lo mismo fue a la cárcel y no nos enteramos. O
sí, pero no sabíamos que era por el caso Alcásser.
Cualquier parecido con la realidad, aunque sea
mera coincidencia, hace necesario incluir este docu-
mento en el libro para que el lector perciba no sólo las
versiones del Sumario y del entorno de Fernando
García y Juan Ignacio Blanco, sino también para que
llegue a las suyas propias.
Vamos a ello:
272
«Hace tiempo que esperaba este momento. La pru-
dencia ―buena consejera siempre― me hizo retrasar
este mensaje hasta completar las piezas que me falta-
ban. ¿Quién soy yo? La verdad, no tiene importancia.
No tengo el mínimo deseo de notoriedad. Soy un simple
ciudadano. Si quieren un nombre o una clave, quédense
con éstas simples iniciales: AR. ¿A quién me dirijo? Me
dirijo en primer lugar a los padres de Desirée, Toñi y
Miriam. Dios las tenga a su lado. En segundo lugar, me
dirijo a los jueces y fiscales del llamado caso Alcàsser y
sus secuelas. Y en tercer y último lugar me dirijo a la
sociedad valenciana y española, a sus instituciones,
representantes políticos y medios de comunicación. Pero
sin prisas, cada cual recibirá este mensaje en el mo-
mento adecuado. ¿Qué pretendo? Enviar un mensaje
muy claro a todos ustedes: el caso Alcàsser sigue abier-
to. Ahora más que nunca. Quizá algunos de ustedes lo
reciban como una buena noticia. Bienvenidos sean.
Quizá otros de entre ustedes lo reciban como una mala
noticia. Bienvenidos también, siempre que estén dis-
puestos a buscar honestamente la verdad. Sólo aquellos
que siguen empecinados en ocultar lo que saben no son
bienvenidos. Sé quiénes son y sé que me calificarán de
todo, incluso de terrorista. Sólo por ellos debo preo-
cuparme. Sólo por ellos oculto mi identidad. Tan sólo
deseo que exista más interés en investigar lo que
comunico que en investigarme a mí: matar al mensajero
es la respuesta acostumbrada de ellos, pero no será lo
más apropiado en esta ocasión, más si cabe en las
actuales circunstancias porque cualquier obstáculo a la
investigación supondrá hacer llegar a más personas o a
todo el mundo ―vía Internet― el presente mensaje.
»Yo también participé en su momento de este sin-
gular ceguera colectiva que supuso la aparente resolu-
ción del caso Alcàsser, allá por el año 1993, con la
detención de Miquel Ricart como ¿culpable? de secuestro
273
y violación y la identificación de Antonio Anglés como
cómplice del anterior y ¿único? culpable del triple
asesinato. También estuve ciego al no ver que todo el
fundamento de la acusación era la autoinculpación de
Ricart y la presunta fuga de Antonio. Pero no había
pruebas, sólo virtualidad: repitiendo a la manera de
Goebbels “una mentira cientos, miles de veces…” ―la
imagen de Anglés, la crispación de Ricart― se nos quiso
pasar por la verdad lo que no era más que una patraña,
un montaje, un circo ―¿qué fue de la carga de la prueba,
señores jueces―- pero eso parecía no importar a nadie,
tampoco a mí. Disfrutaba, como la mayoría, de esa tran-
quilidad que ofrece la ignorancia. Por las especiales
circunstancias de mi trabajo, como servidor del Estado
y conocedor de sus alcantarillas, debí suponer que en el
caso Alcàsser, había juego sucio como después descu-
brí. Pero no, tal vez por pereza mental me creí a pies
juntillas la versión oficial, la versión de mis superiores.
»Fue a principios de mayo de 1997, en los prole-
gómenos del juicio oral a Miguel Ricart en la Audiencia
de Valencia, cuando empecé a tomar consciencia gra-
cias al titánico esfuerzo desplegado por D. Fernando
García y su compañero de lucha D. Juan Ignacio Blanco.
Debo decir que no fue fácil tomar conciencia. Supuso
violentarme a mí mismo y a mis propias creencias como
servidor del Estado. Por mi trabajo sabía perfectamente
que lo que denunciaban Fernando y Juan era algo
extremadamente delicado para la credibilidad de la
Justicia y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado. Y también sabía que más pronto que tarde mis
superiores ajustarían cuentas con Fernando y Juan por
aquel atrevimiento, como ahora empieza a sustanciarse
en los Tribunales. Pero no directamente ―mis superiores
nunca dan la cara― sino indirectamente: utilizan los
servicios de medios y periodistas apesebrados157. Pero
157
SIC
274
en lo esencial, Fernando y Juan decían verdad, no esta-
ban equivocados. El interés por la verdad creó una co-
rriente de generosidad y solidaridad que, sin conocerles
personalmente, me animó a hacer ―desde el anonima-
to― algo que sabía perfectamente me estaba totalmente
prohibido.
»Desde entonces mantuve una secreta relación con
Fernando y con Juan para comunicarles mis averigua-
ciones, reflexiones e informarles sobre algunas claves
del caso. Consideré entonces y ahora ―por su seguridad
y la mía― que el anonimato era necesario e igualmente
no era conveniente informar a más personas. Si ustedes
no han sido informados antes de estos mensajes y en
conciencia alguno de ustedes cree que debería haber
sido informado, eso se debe a mi única e intransferible
responsabilidad, responsabilidad justificada en la
necesidad de salvaguardar mi propia vida y en segundo
lugar para no entorpecer mis propias investigaciones.
Para llegar a la verdad no es bueno el apresuramiento:
muchas puertas se pueden cerrar antes de tiempo. Con
ese criterio he actuado. Y ahora salgo a la luz porque me
duele el proceso inquisitorial al que se va a someter a
Fernando y Juan por el hecho de hablar claro y decir
verdad. Saliendo a la luz y haciendo que más personas
conozcan las claves ocultas del caso Alcàsser creo que
les protejo de sufrir más agresiones. Y no sólo judiciales.
He meditado mucho dar este paso y he llegado a la
conclusión que sólo mediante una mayor extensión de
estas claves se les puede proteger mejor. Ellos, Fer-
nando y Juan me han protegido hasta ahora no reve-
lando el origen de algunas informaciones. Ahora más
gente conocerá esas claves. La historia dirá si podría
haberlo hecho mejor.
Pero ha llegado el momento crítico. Yo no soy un
superhombre. Creo llegado al límite de mis fuerzas. Y
aunque no voy a dejar la investigación, ahora necesito
ayuda ―incluida la Justicia competente, que fue la
275
primera engañada empezando por el primer juez ins-
tructor del caso al que mis superiores tomaron el pelo
desde el principio158― que lleven a término mis investi-
gaciones y desvelos en el caso Alcàsser. En mi función
hay cosas de las que me enorgullezco, particularmente
de aquellas que sirvieron para salvar vidas. Pero
también hay cosas que hice de las que me entristezco
porque sé perfectamente para qué personajes amorales
sirvieron o qué intereses espurios alimentaron. Cosas
que se irán a la tumba conmigo. Cosas de las que podría
hablar, pero prefiero callar. Sólo en el caso Alcàsser me
he permitido quebrantar algunos derechos que me son
vedados por mi función. De esta acción que ahora
emprendo tan sólo me preocupa una cosa: que el do-
cumento que sigue ―fruto de una conversación clave con
una fuente que a estas horas se debate entre la vida y
la muerte― cause alguna conmoción en alguno de los
padres. Yo no sé cómo aliviar ese dolor. Conocer la ver-
dad siempre duele porque remueve recuerdos y heridas
que creíamos cicatrizadas. Pero en la verdad siempre
hay esperanza. Que los padres y los hombres de bien
de la Justicia retomen de nuevo el caso Alcàsser, para
cerrarlo, ahora sí, con la verdad por delante. Si hay
voluntad no hay ley o sentencia en firme que lo impida,
porque las leyes las hacen los hombres y las sentencias
siempre se pueden revisar.
En el documento que sigue he tachado intenciona-
damente algunos aspectos y situaciones para prote-
germe a mí mismo y a mis fuentes. También para evitar
posibles fugas de información o desviaciones colate-
rales que eviten la subsiguiente investigación judicial,
periodística o parlamentaria. No obstante, existe la
suficiente información para acometer con éxito dichas
158
José Miguel Bort Ruiz, juez de Alzira. Pidió el traslado en 1996. Se le nombró
Magistrado del Juzgado de Primera Instancia número 13 de Palma de Mallorca y luego
Presidente de la Sección Tercera de lo civil de la Audiencia Provincial.
276
investigaciones. Si hay voluntad para desvelar la
verdad todo es posible. Hasta siempre amigos: Fernan-
do y Juan, Rosa159, Luisa y Fernando.
Queridos amigos Fernando y Juan Ignacio. Soy X y
éste mi X mensaje. Terminadas mis vacaciones regla-
mentarias entre X, me uno de nuevo a ustedes para
comunicarles un decisivo encuentro con un viejo cono-
cido mío, coronel de la Guardia Civil en la reserva, X
enlace ocasional en algunas operaciones antiterroristas
conjuntas entre X y la G.C., trabajó en X e inusualmente
inteligente para lo que abunda en la G.C. X más
extrovertido que yo, quizá poco dotado para teorizar,
pero dispuesto a llamar las cosas por su nombre-
personaje que por su X llamaré Bernardo, en recuerdo
a esos canes especialmente dotados para el salvamento
X. De Bernardo no diré mucho más pues por ahora he
de intentar mantenerlo en el anonimato. Es como una
piedra preciosa, de vital importancia para el esclare-
cimiento prácticamente total del caso Alcàsser. Y digo
prácticamente porque salvo algunos flecos que ni
Bernardo ni yo hemos podido dilucidar con todo lo que
sabemos del caso X, lo principal del caso, el núcleo de
mis desvelos, es decir la operación de encubrimiento y
“despiste” ―operación que según Bernardo se bautizó
en la G.C. con el nombre X - con lo que sigue creo que
completan un puzzle coherente con la información de
otras fuentes independientes y a la vez corroboran una
información no contrastada que desde hace tiempo tenía
pero que ahora y viniendo de donde viene -la Guardia
Civil- X de que en caso Alcàsser hubo y sigue habiendo
dinero, mucho dinero de por medio para financiar el
silencio o la mentira de algunos testigos clave ―los An-
glés―, del acusado formal ―Miguel Ricart― y del sospe-
choso desaparecido ―Antonio Anglés―.
160
Intento de golpe de Estado, realizado el 23 de febrero de 1981.
161
Organización terrorista vasca, posiblemente creada por servicios secretos, igual que Al
Qaeda.
162
Supuestos Grupos Antiterroristas de Liberación, también creados por servicios
secretos.
163
Enrique Rodríguez Galindo. Comandante de la 513 Comandancia de la G. C. en
Guipúzcoa. El 26.02.1992 fue ascendido a coronel y en marzo de 1995 a general de
brigada. En el año 2000 fue condenado a 71 años de prisión por secuestro y asesinato y a
la pérdida de empleo y grado por estar implicado en los GAL (secuestro, tortura y
asesinato de Lasa y Zabala). La prensa también le acusó de estar ligado a redes de
narcotráfico y trata de blancas.
164
Argentia Trust. Juicio por el cual Mario Conde fue condenado en marzo de 1997 a seis
años de prisión por retirar de Banesto 3,6 MM de euros que ingresó en una cuenta en
Suiza a nombre de dicha sociedad. Según Mario Conde, para pagar a Diego Selva y
Antonio Navalón, consiguiendo exenciones fiscales para la Corporación Banesto.
165
Mario Antonio Conde Conde. Empresario y Banquero condenado por el caso Banesto.
Javier de la Rosa. Empresario implicado en el escándalo KIO, al apropiarse de 500 MM
de dólares de dicho grupo. En 1992 fue trasladado a Alcalá Meco, donde compartiría
prisión con Mario Conde.
278
Perote166, Manglano167, Calderón168, los Serra,
González169, Pedro J.170, X... y, por supuesto, del caso
Alcàsser... piezas todas ellas aparentemente heterogé-
neas y sin conexión pero que vistas en conjunto mues-
tran con meridiana claridad un tapiz de fondo, un
común denominador: la mentira de Estado.
166
Juan Alberto Perote Pellón. Responsable de los comandos operativos del CESID de
1982 a 1991. En 1995 fue acusado de proporcionar información clasificada a Mario
Conde. Condenado a 7 años de cárcel por la jurisdicción militar, recurrió al TEDH, que
le dio la razón. Del caso Alcásser dijo: “Es un tema que estuvo más controlado por la
policia y la guardia civil que por los servicios de inteligencia. Por lo que yo se, nunca se
aclararon suficientemente las relaciones de Alcasser con el partido político que estaba
en el poder y con las instituciones que he mencionado. Sospecho que se ocultaron
algunos casos de corrupción.”
167
Emilio Alonso Manglano. Director del CESID/CNI de 1981 a 1995.
168
Javier Calderón Fernández. Teniente general. Secretario General del CESID/CNI.
Director de 1996 a 2001.
169
Felipe González Márquez. Presidente del Gobierno 1982-1996.
170
Pedro José Ramírez Codina. Director del diario “El Mundo”, desde 1989.
279
nantes, de Bernardo porque aportan lucidez y un cierto
distanciamiento crítico.
En adelante, A será X o sea yo mismo, y B será
Bernardo. El contexto de la conversación es inicialmente
teórico, sobre el tratamiento de la “verdad oficial” ―o
sea, la administración de la mentira― en las sociedades
avanzadas, pero poco a poco voy deslizando la conver-
sación hacia el tema de fondo que me preocupaba:
―A..... y sobre el caso Alcàsser ¿cuál es la verdad?
Bernardo se queda pensativo durante unos segundos,
mirándome fijamente a los ojos.
―B. ¿Por qué verdad me preguntas?, ¿la histórica?, ¿la
oficial?, ¿la judicial?, ¿la de Fernando García?...
―A. Empecemos si te parece por lo que tú sabes, lo
mezclaremos con lo que yo sé y haber si encontramos
algo, ¿te parece?
―B. ¿No será éste otro encargo de tu Ra, gran Ra o
como coño se llame?
―A. Je, je... no hombre, estamos teorizando simple-
mente... además el de ahora no se hace llamar Ra, X.
―B. X... desde luego que simplón es Calderón. Parece
una matrícula de coche. Y, si Calderón X, ¿quién es X?
―A. Bueno, eso es secreto, pero como eres inteligente y
aficionado a la criptografía te será fácil deducirlo.
―B. Pues nuestro X.
―A. No hombre no, piensa un poco más.
―B. ¿Serra? ¿el Ministrín171?
―A. ¡¡Bingo!!
―B. ¿Y el resto de "Arriba"?
―A. Bueno, te lo diré: X es el Presidente.
―B. Calderón es gilipollas.... ¡¡de qué manera más tonta
desvela su dependencia orgánica: X.
171
Eduardo Serra Rexach. Secretario de Estado de Defensa 1984-1987. Ministro de
Defensa 1996-2000. Llamado “Serra el chico”. Secretario con los unos y ministro con los
otros. El sistema PP-PSOE. Tenemos otro Serra: Narcís Serra Serra. Vicepresidente del
Gobierno 1991-1995. Ministro de Defensa 1982-1991.
280
―A. Ya, ya... la verdad es que no le quedan muchas
luces... pero, volviendo al caso Alcàsser...
―B. ¿De verdad quieres que hablemos de eso a estas
horas de la noche?
―A. Hombre, Bernardo, si quieres lo comentamos en otro
momento, pero puestos en harina y con todo lo que nos
hemos desahogado antes con otros asuntos de Estado
quizá más espeluznantes...
―B. Está bien. Te contaré lo que sé, que es todo lo que
sé... a condición que tú luego desembuches también y
me digas lo que sabes.
―A. De acuerdo.
―B. Como sabes yo en aquella época trabajaba en X de
la Guardia Civil. Lo de Alcàsser no lo viví de cerca
aunque lo seguí con preocupación. Y, porque no decirlo,
con interés, para ver si "cazábamos" a los culpables
antes que la Policía Nacional. Ya sabes de nuestra
"competencia cordial". Además, conozco a Miranda y a
Carrascosa172 y sé de su profesionalidad. Pero también
sé que son de la clase de gente que confunde lealtad con
ciega obediencia. ¿Sabes?, lo que verdaderamente nos
arruinó en la nefasta etapa de Roldán fue nuestra ciega
obediencia al mando... tal vez si hubiéramos sido un
poco más críticos otro gallo nos cantaría.
―A. Veo que te vas por los Cerros de Úbeda.
―B. No, hombre. Simplemente una idea me lleva a otra.
Debe ser la vejez que me permite ver las cosas con
mayor claridad. Sigamos... finales de 1992, tres niñas
desaparecidas, los padres cada vez con menos espe-
172
Antonio Carrascosa Carrascosa . Pedro Miranda Sánchez, Teniente Coronel jefe de la
311ª Comandancia de la Guardia Civil. Aconsejó a D. Fernando García que solicitara una
segunda autopsia. Antonio Carrascosa Carrascosa, Llamado “el fontanero”. Teniente
Coronel jefe de la UCO en 1993. Responsable del “relevo” con un día de diferencia de
los equipos de la UCO encargados del caso Alcásser. Fue nombrado General de Brigada
el 2 de mayo de 2003. Se le concedió la Gran Cruz de San Hermenegildo el 13 de febrero
de 2004. Posteriormente asumiría el mando de la 7ª Zona, pasando a la reserva el 30 de
abril de 2007. Toda una carrera.
281
ranza, la opinión pública presionando y nadie sabe na-
da... y mucho menos nosotros.
―A. ¿De verdad no sabíais nada?
―B. Bueno, bueno, te hablo de lo que sé por conversa-
ciones con los compañeros que estaban al tanto del
asunto. Aunque todas las hipótesis estaban abiertas:
secuestro por dinero, violación, huida del hogar, etc. no
había nada, ninguna pista, cero patatero.
―A. ¿Entonces, la caseta y la fosa de la Romana,
Antonio Anglés y Miguel Ricart?
―B. Te veo venir. Eso forma parte del final, no del prin-
cipio.
―A. Espera... me estás confirmando lo que siempre he
sospechado, que Antonio Anglés y Miguel Ricart son
falsos culpables, meros cabezas de turco.
―B. ¡Bingo! eso es.
―A. ¿A qué precio?... ¿dónde está Antonio Anglés?...
¿está muerto?
―B. Luego hablamos de eso... primeros de diciembre de
1992, antes del encuentro de Felipe González con los
padres de las niñas hasta ese momento desapareci-
das... "aparecen" los cuerpos. Sólo unos pocos lo saben:
X, el propio Presidente, Serra, Corcuera, Vera y poco
más... también Roldán, mi jefe y Manglano, tu gran Ra,
por supuesto.
―A. Tengo mis dudas que Roldán lo supiera... ¿por qué
no lo utilizó para suavizar su condena?
―B. ¡¡No me seas pardillo!! Eso ya estaba pactado,
Roldán vive de puta madre ¡¡en una cárcel para muje-
res!!, con una pasta asegurada por callar la boca de
todo lo que sabe y no tirar de la manta más de lo que
hizo, que fue bien poco.
―A. Si me hablas de la pasta del "difunto desparecido"
Paco Paesa173 va dado...
Francisco Paesa Sánchez. Agente de los servicios secretos implicado en los casos
173
Sokoa y Roldán. Presunto colaborador de los GAL. Léase mi libro LA LEYENDA DEL
CABALLO TURCO, donde le dedico varios capítulos.
282
―B. No hombre. Estos, los de ahora, como los de antes,
le prometieron dinero a cambio de estar calladito. Y por
lo que sé, está de acuerdo en mantener la boca cerrada.
Lo de Paesa, Roldán ya lo daba por descontado que
podría traicionarle. Además de los "papeles de Laos"
había otros papeles en los que Roldán explicitaba cla-
ramente sus reales condiciones de "rendición". Los "pa-
peles de Laos" fueron meros fuegos de artificio para des-
pistar.
―A. Bien, disculpa que esta vez me haya ido yo por los
Cerros de Úbeda.
―B. Je, je... eso es la vejez que a todos alcanza...como
X.
―A. Estábamos que “aparecen” los cuerpos de las niñas
de Alcàsser ¿Cómo?
―B. Por lo que sé "alguien" anónimo hizo llegar los datos
de la localización al más alto nivel.
―A. Me has respondido cómo y quién, pero, ¿dónde?
―B. No lo sé, pero creo recordar que fue en un canal de
riego o en un pozo porque tuvo que intervenir un equipo
de buceo de la Guardia Civil.
―A. ¿De qué comandancia?
―B. Por lo que recuerdo de comentarios de compañeros
la comunicación anónima fue directamente a Madrid, al
Ministerio. Desde allí Corcuera y Vera decidieron llevar
el asunto con sigilo hasta confirmar la información. Se
instó a Roldán a dirigir la operación desde sus unidades
de élite, sin pasar por la 311 comandancia ni por la
UCO.
- A. ¿Quieres decirme que no se informó a Miranda ni a
Carrascosa?
- B. A Miranda inicialmente no. Roldán no se fiaba de él,
aunque después sí que se le mantuvo al corriente. A
Carrascosa sí se le hizo saber para que no pusiera
obstáculos.
283
―A. En otras palabras, que la Guardia Civil no sabe
quién secuestró, violó, torturó y asesinó a las niñas de
Alcàsser.
―B. La verdad es que no. ¿Acaso X saben más?
En ese momento pongo al corriente a Bernardo de
X que usted ya conoce, y de sus diversas variantes que
he ido conociendo de diferentes fuentes, incluyendo la
última ―para mí, bastante fiable, aunque no infalible―
que les comuniqué en mi mensaje decimoséptimo.
―B. Je, je... mucho ruido pero pocas nueces, X.
En ese momento me puse furioso con Bernardo.
Reconozco su gran inteligencia y su pragmatismo, pero
su descalificación me hizo perder los nervios.
―B. Hombre, disculpa... ya veo que Manglano174 os en-
señó bien. Pero hemos quedado en hablar de lo que sa-
bemos cada uno y lo que yo sé es esto: "alguien" comu-
nicó la localización relativamente exacta de los cuerpos,
los equipos de buceo tuvieron que trabajar por la noche
para no llamar la atención, se encontraron los cuerpos y
se ocultaron hasta que la Dirección o el Ministro deci-
diera qué hacer con aquella situación tan embarazosa
para la Guardia Civil. ¿Eso es incompatible con la hipó-
tesis soldadesca que me dices? Quizá no... pero yo
también tengo mis fuentes de información.
―A. Bueno, no tan rápido Bernardo. Me estás diciendo
que te apuntas a X, la cual hace tiempo descarté.
―B. Querido amigo. Una cosa es que lo que sé, otra lo
que creo que pasó.
―A. ¿Crees saber quién o quiénes son los asesinos?
―B. No tan fácil. No sé quién o quienes fueron pero sí sé
algunas cosas sobre diversiones de gente realmente
rica. También sé que hay cortijos o fincas donde se rea-
lizan bacanales de drogas, sexo y perversión. Te podría
decir nombres y lugares: X. También bajo el pretexto de
174
Emilio Alonso Manglano. Director del CESID/CNI de 1981 a 1995. Nombrado coronel
el 12 de julio de 1981, general de brigada en 1983, general de división en abril de 1985 y
teniente general en enero de 1987.
284
la cacería o montería, algo reservado para hombres con
mucho dinero y poder, en esas fincas se han realizado
verdaderas orgías sexuales con chicas jóvenes.... y no
siempre prostitutas. También sé que en la Guardia Civil
hemos recibido en algunos pueblos denuncias de viola-
ción y maltrato de chicas y cuando nos hemos puesto a
investigar "alguien" ha pagado a las víctimas y en oca-
siones a los guardias para que se guardara silencio...
―A. Bernardo, un momento. ¿Cómo crees que efectuaron
el secuestro de las niñas?
―B. Es difícil contestar a eso... pero desde luego no fue
obra de aficionados.
―A. ¿Qué opinas de absurda hipótesis del coche peque-
ño?
―B. Je, je... te veo venir ¿recuerdas cuando X decía:
"permitidme que fije en vuestras mentes la primera
versión de los hechos y habré vencido"... y no es una
frase mía, sino de algún experto en psicología de
masas... lo del coche pequeño sirve para lo mismo:
confundir, desviar la atención. Porque si admitimos de
partida que fue un coche pequeño tendremos que
admitir que las niñas subieron por propia iniciativa,
porque no es creíble que a tres personas les obliguen a
subir a un coche pequeño ¡¡alguna escaparía digo yo!!,
luego conocían a alguien, etc., etc. No, no me lo creo.
―A. Ya, ya... el Tribunal de Valencia lo descartó en la
sentencia. ¿Tienes alguna hipótesis alternativa?
―B. Pues sin ir muy lejos... ¿qué hacemos cuando vamos
a detener a varias personas?... utilizamos un furgón sin
cristales... de esos que pululan sospechosamente por
ahí sin desvelar qué coño transportan. Vamos, si yo
tuviera que hacerlo emplearía uno de esos, y en su
interior como mínimo dos o tres tíos bragados más el
conductor y para detener a las víctimas emplearía el
mínimo de violencia para no llamar la atención: con un
simple aerosol inmovilizador y en menos de cinco
segundos estarían dentro. Visto y no visto.
285
―A. ¡¡Veo que sigues en forma!!
―B.... Agradezco tu elogio...pero es solamente experien-
cia... bueno, sigamos... sé que entre la gente muy rica,
entre industriales, banqueros, terratenientes, políticos,
etc. hay lo que llaman "ceremonias de iniciación", algo
así como tenerse mutuamente cogidos de los huevos
unos a otros en algo muy feo ―violación, torturas,
asesinato― en los que han participado todos y donde,
además hay pruebas gráficas para corroborarlo. Así
nadie puede escapar: si cae uno, caen todos, si uno sólo
traiciona al grupo, caerá también él. Y estando así,
atrapados en una especie de red invisible los negocios
que realizan los coparticipantes en esas perversiones
son más lucrativos: se favorecen unos a otros y ni aun
queriendo es posible la traición en sus negocios: la
lealtad al grupo está asegurada de por vida. Y si alguien
quiere entrar en el grupo para enriquecerse o alcanzar
poder antes debe aceptar este juego perverso. Es una
técnica mafiosa de demostrada eficacia. Al que quiera
"salirse" sólo le queda una opción: el suicidio... o que le
suiciden.
―A. Luego, indirectamente me estás diciendo que sabes
quienes son los asesinos.
―B. Digamos que no tengo que calentarme mucho la
cabeza para saber quiénes pudieron ser... aunque des-
graciadamente no tengo pruebas. La única posibilidad
es que "alguien" que participó en la múltiple violación,
tortura y asesinato pudiera contarnos la verdad. Pero
como ya te he dicho, al delatar a los demás se delataría
él también. ¿Te imaginas a un padre de familia, católico
devoto y de elevada reputación tirando toda su vida por
la ventana haciendo una confesión parecida ante el
Juez o de manera anónima? Imposible, antes se suicida-
ría... o le suicidarían... aunque pensándolo bien... quizá
ante un sacerdote alguno lo haya hecho para tranqui-
lizar su conciencia... así la carga de conciencia pasa al
286
sacerdote que, obligado por el secreto de confesión,
estará obligado a silenciar lo que sabe.
―A. ¿Qué opinas de la hipótesis de la película "snuff"?
―B. Algo he escuchado y leído... pero ya soy un poco
mayor para creer en esas cosas. Esto es como los ovnis
o las apariciones de la virgen: mucha gente habla de
ello, pero no tenemos pruebas irrefutables. Perdona, pe-
ro soy muy escéptico. No obstante, no descarto que exis-
tieran pruebas gráficas de la "ceremonia de iniciación"
que te he comentado: la coerción es más creíble. Pero
serían testimonios gráficos para uso interno del propio
grupo, para persuadir a los más escrupulosos y evitar
fisuras. Y desde luego no para comercializar en circuitos
clandestinos para pedófilos. Eso es lo que creo.
―A. bien, luego admites X.
―B. Sí, pero con una condición: una sospecha no es una
prueba.
―A. ¿Desde la G.C. se investigó a esas personas?
―B. Sí, pero no encontramos nada... son extremada-
mente listos, por algo están donde están. Su sistema de
ocultación y encubrimiento funciona a la perfección. Y
nuestras técnicas de investigación son impotentes ante
esa clase de gente. Hay que tener la valentía de recono-
cerlo: estamos preparados para detener al vulgar delin-
cuente, incluso al delincuente de "cuello blanco" que
hace una pequeña estafa, pero no estamos preparados
para luchar contra delincuentes con ese nivel de poder
y perversión... y desgraciadamente, con su poder econó-
mico pueden comprar a cualquier guardia.
―A. ¿Estás haciendo una declaración de impotencia o
estás reconociendo que desde "Arriba" se os paró los
pies?
―B. ¡¡También estás en forma!!... Hubo un poco de to-
do... impotencia por nuestra parte ―ya peino las sufi-
cientes canas para saber dónde están nuestros límites―
y también, porque no decirlo, instrucciones de la Dire-
cción para no meter las narices en algunos sitios.
287
―A. Bernardo, sinceramente, ¿crees que esa gente toda-
vía sigue realizando esas "ceremonias"?
―B. ... ya sabes que no estoy en activo y ya no tengo la
información que tenía antes... pero sin duda que esas
"ceremonias" deben crear adicción... ahora bien, el caso
Alcàsser les debió suponer cierto freno... al menos para
evitar en lo sucesivo secuestrar a más de una chica de
"una tacada".
―A. Bien, Bernardo, ya es bastante tarde, si quieres
continuamos o dejamos para mañana nuestra charla.
―B. De acuerdo. Mañana más.
175
José Luis Corcuera Cuesta. Ministro del Interior 1988-1993. De profesión electricista.
176
Rafael Vera Fernández-Huidobro. Director de Seguridad 1986-1994.y Luis Roldán
Ibáñez. Director de la Guardia Civil. Destituido el 3 de diciembre de 1993 por corrupción.
Condenado a 28 años de cárcel por apropiarse de 435 MM de PTA de fondos reservados
y de 1800 MM en comisiones. El T.S. incrementó la pena a 31 años. Recluido en la cárcel
femenina de Brieva (Ávila). Desde 2005 puede salir de la cárcel para trabajar.
289
―A. Perdona, ¿has dicho "colaborado" en alguna oca-
sión...? Y la maravillosa idea se le ocurrió a Rafael
Vera...
―B. Si, "colaboradores" o "confidentes". Antonio lo era. Y
tanto Antonio como Ricart eran conocidos habituales de
la G.C.... ya sabes cómo funciona esto: hoy por ti,
mañana por mí. ¿Por qué crees que Antonio estuvo tanto
tiempo en busca y captura y los guardias ni siquiera se
molestaron en visitar su vivienda habitual, harto
conocida por otra parte?
―B. Exacto. La experiencia y la práctica de pagar a los
acusados del GAL ―Amedo y Domínguez177― por asumir
calladamente toda la culpabilidad les hacía sentirse
omnipotentes e impunes: al fin y al cabo todo el mundo
tiene un precio... el dinero es el medio más seguro para
comprar voluntades.
―A. Aunque luego vino Belloch178, dejó de pagar y Ame-
do y Domínguez cantaron la Traviata...
―B. Sí, pero Belloch no decidió por libre... contó con la
bendición del Presidente.
―A. ¿Una huida hacia adelante?
―B. Exacto. Quizá González también estaba harto de
estar cogido de los huevos por gente indeseable. Prefirió
una "voladura controlada" una estrategia de "tierra que-
mada" antes de que le tendieran una trampa más ma-
quiavélica... a veces, je, je... comenzar un fuego te da el
control del incendio.
―A. A propósito de Belloch ¿Qué crees que quiso decir
cuando respecto al caso Alcàsser dijo aquello de que "se
podría haber hecho mejor"?
177
José Amedo Fouce. Subcomisario jefe del Grupo de Información de la Brigada
Regional del Cuerpo General de Policía. Miembro de los GAL. Condenado a 108 años y
8 meses de prisión por seis delitos de asesinato frustrado. Michel Domínguez Martínez.
Subordinado de Amedo. Condenado a la misma pena.
178
Juan Alberto Belloch. Ministro de Justicia 1993-1996. Ministro del Interior 1994-1996.
Es decir, fue “superministro” de Justicia e Interior de 1994 a 1996. La ley y el orden en
una sola mano.
290
―B. Pues supongo que lo percibió como un "marrón" de
la época de Vera y Corcuera... "marrón" con el que ten-
dría que apechugar... una manera de echarles en cara
el "diseño" de la Operación... y demostrar una queja
porque aquellos compromisos de Vera le ataban de pies
y manos.
―A. Por cierto, ¿cómo se llamó esa Operación179?
―B. ¿Estás de guasa?... ¿quieres que me corten los
huevos?
En este momento yo le confieso a Bernardo el nom-
bre de la Operación X que, hoy por hoy voy a mantener
oculta a usted por razones de seguridad mía y de mi
fuente.
―B. Si es así, como donde las dan las toman, te diré que
aquella Operación se bautizó en la Guardia Civil con el
nombre X.
―A. X... un nombre apropiado... así que todo se resolvió
pagando, como siempre... ¿con fondos reservados, su-
pongo?
―B. ¿De dónde si no?
―A. Por cierto... aunque creo conocer todos los detalles...
¿cuál fue el papel de los colmeneros?
―B....¡¡si lo sabes para que preguntas!!... obviamente los
cuerpos tenían que aparecer en un lugar relacionado con
los falsos culpables para lo cual Antonio suministró la
información de los lugares que "controlaba": la Romana,
Alborache y otros... se decidió La Romana porque al ser
el más aislado era al más creíble. Pero no sólo participa-
ron activamente Antonio y Ricart en la preparación de
aquel circo, también Neusa180 proporcionando ropas y
objetos personales y por supuesto el famoso "papelito"
de Enrique Anglés...
179
Se ha dicho que el nombre de la Operación era “Niebla”, pero no cuadra con el espacio
tachado de la carta.
180
Tiene poco sentido que unos bragados agentes secretos tuviesen que pedirle permiso a la mamá del falso
culpable para disponer de sus objetos y prendas, máxime cuando sabemos que Antonio Anglés era violento
dentro de su entorno familiar.
291
―A. Eso ya lo daba por supuesto que el "papelito" no se
encontró allí de casualidad... pero yo te preguntaba por
los colmeneros y especialmente por la "coincidencia" de
que los cuerpos se descubren el mismo día que Fer-
nando García no está en España y que el equipo de la
UCO se va a Madrid mientras otro viene de camino para
sustituirlo... ¡¡demasiada casualidad!!... ¿no te pare-
ce?
―B. ¿Y qué esperabas... que íbamos a permitir que los
cuerpos aparecieran delante de los padres, la UCO y de
la televisión y que se descubriera todo el pastel?... claro
está que los colmeneros no subieron allí ese día de ca-
sualidad, ni que se iba a producir el relevo de la UCO
por casualidad, ni que Fernando García estuviera en
Londres por casualidad. Todos esos movimientos se
produjeron sincronizadamente. Pero no me tires más de
la lengua si sabes de qué estoy hablando.
―A. Sólo una cosa más... ¿se pagó también a los
colmeneros?
―B. ¡¡Claro, joder!!... aunque inicialmente reacios, es-
tuvieron encantados de colaborar en ser los "des-
cubridores" de los cuerpos cuando se les "vendió" la idea
de que iban a hacer un gran servicio al Estado por lo que
serían recompensados... además, Corcuera les llamó en
persona... aunque lo que ya no les gustó mucho fue acu-
dir al Tribunal, cosa que se había acordado con ellos que
no sucedería... en concreto creo que fue Aquino el que
salió pálido de la Audiencia después de su decla-
ración181...
―A. Supongo que por su mala conciencia... sí, pero es
que no fue Beltrán quien lo pidió ni la acusación popular,
sino Fernando García.
―B. Vaya, eso no lo sabía...
181
En el sumario Alcàsser aparece que durante la vista oral se les enseña a los colmeneros la fotografía de
los huesos asomando de la fosa y ambos aseguran que no se corresponde con lo que ellos encontraron, que
ellos se habían encontrado “una mano de hombre con un reloj”.
292
―A. También "llamó" Corcuera a los forenses valencia-
nos...?
―B. ...¡menudo cabrón estás hecho!!... ¿eres pardillo o
te lo haces?... ¡¡pues claro, joder!!... ¡¡son funcionarios!!
―A. Bernardo disculpa pero es que estoy atando ca-
bos... ¿también llamó Corcuera a Beltrán182 y a
Villafranca183?
―B. Pues mira, eso no lo sé... pero simplemente tienes
ver el organigrama. A Beltrán le llamaría el Fiscal Ge-
neral del Estado... o el propio X... y a Villafranca pues
no lo sé... a lo mejor el propio Beltrán, para asegurarse
una mayor coordinación y evitar posibles fisuras.
―A. Y hablando de llamadas... ¿qué crédito das a la
supuesta llamada de Antonio durante el registro en
casa de los Anglés?
―B. ¿Quién identificó que tal llamada era de Antonio?
―A....Muy agudo... en realidad no existió nunca una
identificación ―entendida objetivamente―... lo único que
existió fue una autoidentificación: "Kelly, soy Rubén..."
―B....Claro, pero de la misma manera que el mapa no es
el territorio, una autoidentificación no es una identifi-
cación válida... es necesario el contraste objetivo... y
para eso están los testigos y los peritos... ¡¡joder!!...
¡¡podría ser cualquiera!!... de cualquier forma no tiene
importancia si la llamada se efectuó o no durante el
registro o si era Antonio el que llamaba... eso podría
interesar a la defensa de Ricart... pero dado que tanto
Antonio como Ricart estaban en el ajo...¡¡tanto monta,
monta tanto!!
―A. ¡¡Bingo!!... ¡¡qué bien te expresas!!... por cierto y
como G.C.... ¿qué opinas de ese registro?
182
Enrique Beltrán Ballester, Fiscal Jefe de Valencia y del caso Alcásser. Muy eficiente: le tuvieron que
aceptar las acusaciones después de tres devoluciones por parte de la Audiencia porque se le acababan los
plazos. (Web de Viriato). Demandó a Fernando García y a Juan Ignacio Blanco por injurias y calumnias.
183
Luis Miguel Romero Villafranca, Decano del Colegio de Abogados de Valencia. Durante un tiempo
fue abogado de Fernando García en el caso Alcásser. Como decía la web de Viriato, se “ofreció” a las
familias para representar sus intereses y no representó nada, decía tener el caso claro en febrero de 1993 o
antes.
293
―B. Creo que estás mejor informado que yo... pero por lo
que sé fue un registro "increíble"... por extraño, porque
de una tacada se recibiera la llamada y se detuviera a
Ricart... demasiada casualidad para no sospechar que
no estuviera "coreografiado" de antemano...
―A. Yo ha eso lo llamo "puesta en escena"... ¿y la su-
puesta fuga de Antonio por los tejados?
―B. ¡¡Bobadas!! Si un registro está bien hecho no se
escapa nadie. Como te dije antes, tanto Antonio como
Ricart estaban colaborando en aquel circo desde el
principio, así que lo lógico ―no conozco los detalles― es
que mucho antes se hubiera "entregado" a los que le
llevarían hasta un escondite temporal...
―A. Bueno, ejem... así fue, fueron de los nuestros quie-
nes se encargaron de eso.
―B. ¡¡Joder!!... como siempre la mierda es para noso-
tros...
―A. Ya, ya...pero reconoce que el asunto era demasiado
feo para dejarlo todo en manos de la G.C....
―B. No, si ya sé de qué va esto... pero reconoce que entre
nosotros y vosotros estuvimos jugando al gato y al ratón
durante la "rocambolesca huida" de Antonio.
―A. Bien, Bernardo, pero ya sabes que donde manda
patrón no manda... por cierto y cambiando de personaje,
¿qué pintaba Rodríguez Menéndez184 en todo esto?
―B. Je, je... ahora os lo queréis cargar... aunque... ¡¡me-
nuda chapuza de atentado!!
―A. Bueno, sí, eso parece... se lo estaba buscando
desde hace tiempo.
―B. Pues otro más que pasó por la ventanilla a cobrar...
su "entrevista" con el supuesto Antonio Anglés y la
184
José Emilio Rodríguez Menéndez. Licenciado en derecho en Chile, se le convalidó la
carrera en España. Procesado por intrusismo, estafa, falsedad y alzamiento de bienes.
Protagonista del escándalo del vídeo de Pedro J. Ramírez y Exuberancia Rapú.
Condenado a seis años de cárcel y luego a diez. Autor de la falsa entrevista a Antonio
Anglés en el diario Ya. Protagonista de la prensa del corazón, ha sufrido dos atentados
porque va dejando amigos por donde pasa. Está huido de la justicia. Como Antonio
Anglés.
294
posterior "confirmación" de Neusa ―pactada, desde
luego― no eran más que otra "maniobra de de diver-
sión".
―A. Te voy a confesar algo: por lo que sé, Manglano nun-
ca estuvo de acuerdo en pagar. Prefería la desaparición
por ejecución pura y simple. Manglano reconocía que a
la larga eso trae solamente complicaciones: el dinero
deja un reguero, una pista. Sólo los muertos no hablan.
Y de hecho, hasta muy recientemente mis informaciones
iban en ese sentido. Sabía que Kelly había cobrado por
ocultar algunos detalles y por mentir ante el Tribunal.
Incluso Ricart. Pero hasta hace bien poco no imaginaba
que Antonio iba a aceptar "desaparecer" para siempre y
con el "estigma" de ser el asesino de las niñas a cambio
de una buena paga.
―B. Al principio se barajó esa posibilidad: eliminar a An-
tonio. Pero luego se vio que a la larga podría ser muy
peligroso: la familia podía cantar de plano. Había que
garantizar su supervivencia... al menos durante unos
años. Pero no sólo cobra Antonio. El acuerdo alcanzaba
también a su madre. Neusa.
―A. ¿Lo dices por la nueva casa que se compró en
Catarroja?
―B. No sabía que se había comprado una casa... pero
no es extraño. Aunque Neusa no tiene muchas luces, no
es tonta y una madre siempre es una madre... y no iba
a consentir la desaparición y el "estigma" de por vida de
tener un hijo asesino. Eso tiene un precio.
―A. ¿Cuánto crees que se le ha pagado a Neusa por
aceptar de por vida la ausencia y el "estigma" de An-
tonio?
―B. No sé la cantidad, pero supongo que sería la
"standard" para casos especiales: entre trescientas mil
y medio millón al mes.
―A. ¿Crees que sigue cobrando X1
―B. ¡¡Joder, claro!! Recuerda que fue un caso de Se-
guridad Nacional que al no llegar a desmadrarse como
295
el caso GAL ―aunque a punto estuvo― ni convertirse en
arma electoral, los sucesivos gobiernos están obligados
a cumplir con los compromisos adquiridos por gobiernos
anteriores... mal que les pese... además X2 se encarga
de recordarlo cuando les flaquea la memoria.
―A. ¿Cuánto crees que están cobrando ahora los Anglés
por mantenerse calladitos?
―B. Mis últimos datos que tengo por compañeros es que
desde se inició el Juicio de la Audiencia de Valencia la
paga se dobló. Hoy en día la paga rondará el kilo al
mes... pizca arriba, pizca abajo.
―A. ¿Dónde crees que cobran, en España o en el Extran-
jero?
―B. Neusa cobra en España... fue una imposición de
Kelly que es la que gestiona el patrimonio de su madre...
y eso crea otro problema: X3. Por lo que sé, desde
Madrid, X4 ha dado instrucciones precisas a la X5 de
Valencia para evitar cualquier X6 a Neusa o a Kelly.
Ciertamente tu ex-jefe Manglano tenía razón... pero claro
es que no puedes volatilizar a toda una familia... quizá
no se eligió bien a los falsos culpables... lo ideal... je, je...
hubieran sido delincuentes huérfanos, solteros y sin
pareja...
―A. Espera Bernardo, ¿me estás diciendo que también
está involucrada X7 encubriendo un delito X8?
―B. ¿Y cómo si no?... si se pactó con ella que aceptaría-
mos pagar en España ―quizá porque no se fiaba que le
pagásemos en Suiza― ¿cómo vamos a ocultar el pago si
no involucramos a X9 para que haga la "vista gorda"
con los Anglés?
―A. Si entiendo... pero eso es jugar con fuego... si eso se
conociera públicamente el escándalo iba a ser gordo...
―B. Tienes razón... es un riesgo muy elevado... desde
luego en Suiza el riesgo sería mucho menor... pero así
son las cosas del poder.
―A. Ya, ya me hago cargo... ¿y Ricart?, ¿dónde y cuánto
cobra?
296
―B. Ricart cobra una menor parte en España para man-
tener a su hijita y a su ex-mujer185 y otra mayor en
Suiza. Por lo que sé, además de unas pagas mensuales
similares a Neusa, tiene asegurados unos X de pesetas
adicionales en Suiza a su nombre de un testaferro. Y, a
cambio, no debe armar mucha bulla mientras esté en
prisión y mucho menos atreverse a solicitar indemni-
zación al Estado en el supuesto remoto de que algún
juez incontrolado lo declarase inocente. Dentro de unos
años, cuando salga de prisión, posiblemente se dé una
vuelta al mundo a la salud de nuestros impuestos...je,
je... o como Kelly, que quizá dentro de poco se compre
un velero... creo que acaba de realizar un curso de
patrón de barco.
―A. ... O sea que de torturas de la G.C. nada de nada...
―B. ¡¡Chorradas!!... sensacionalismo barato para des-
viar la atención de lo que es Miguel Ricart: un culpable
a "golpes" si, pero a "golpes" de talonario... je, je.
―A.... Y si mis cálculos no me fallan al final el importe
total de los pagos rondará los X de pesetas.
―B. Por ahí va... unos X a Ricart ―en el caso que esté
unos diez años en prisión186―, algo más a Antonio y
quizá algo menos al resto de los Anglés... y cantidades
menores para el resto... si, unos X... y a pagar en varios
años... aún creo que ha salido barata la operación...
pues, encima, no tuvo ningún coste político ni institu-
cional. Una operación redonda.
―A. Por ahora, Bernardo... o sea, ¿aproximadamente la
misma cantidad global que deberían cobrar los padres
de las niñas187?
185
Nueva contradicción clamorosa: Ricart se sentía muy presionado por su ex mujer porque no les pasaba
dinero en 1992. De hecho, ni la una ni la otra fueron jamás a visitarlo a la cárcel durante su estancia en
preventiva ni mientras cumplió condena.
186
De nuevo, el autor del texto demuestra su infantilismo, dado que una condena por secuestro, tortura,
violación y asesinato triple no podía en ningún caso ser inferior a veinte años según el Código Penal vigente
en la época.
187
Recordemos que al menos Fernando García recibió una compensación del Estado de cien millones de
pesetas en reconocimiento de las irregularidades procesales.
297
―B. Así es... una paradoja extraña: cobran los "culpa-
bles oficiales", pero no los padres de las víctimas. Este
es un país de locos.
―A. ¿Y qué es de Antonio?, ¿dónde está?
―B. Antonio cobra una cantidad similar a la de Ricart,
con el añadido de que vive con otra identidad y todos
los gastos pagados... ¿dónde? No lo sé exactamente,
pero apostaría que vive en X, custodiado por X posible-
mente en alguna X en algún programa similar al de X.
Recuerda que entre X... hay muchos favores para
intercambiarse... recuerda X en asuntos de Estados
somos X.
―A. Ya, no me sorprende...¡¡si te contara!!.. ¿Y la afirma-
ción de Ricart en el Juicio diciendo que Antonio estaba
muerto?
―B. ... y Mauricio corroboró... ¡¡eso estaba en el "guión"!!
Además, era una manera inteligente de cerrar el paso a
tanta especulación entre la opinión pública: ¡¡si lo dice
Ricart verdad será!!
―A. ¿Y las sucesivas contradicciones de Ricart: ahora
me autoinculpo, ahora me autoexculpo?
―B. ¡¡Tácticas de negociación!! Mira... Ricart ha demos-
trado ser un gran negociador... en la cárcel se tiene
mucho tiempo para pensar... durante el juicio algunos
temieron que al final, cuando tenía derecho a la última
declaración, desbaratara toda la operación... ante esa
posibilidad se negoció con él una mejora sustancial de
la paga... como así fue.
―A. ¿También estaba en el "guión" la imagen de Antonio
que dieron sus hermanos?
―B.... Por supuesto. En la "paga" estaba incluido dar
credibilidad a la "maldad intrínseca" de Antonio.
―A. ¿Cómo se garantiza a Neusa que su hijo Antonio
sigue vivo?
―B. No conozco los detalles, pero creo que es Kelly la
que sirve de enlace. Sería interesante saber dónde ha
298
viajado y con quién ha hablado por teléfono en conferen-
cias a larga distancia en los últimos años.
―A. Bernardo, ¿qué crees que pasaría si Antonio deci-
diera volver a España?
―B. Esa especulación no me pasa por la cabeza. Pero,
además de ser materialmente imposible, lo único que
tiene garantizado Antonio es una bala en la cabeza
como se le ocurra venir a España188... además, con el
"estigma" de ser un cruel asesino... ¿dónde podría es-
conderse?... su vida, en la cárcel o fuera de ella sería un
calvario... antes preferiría suicidarse.
―A. ¿Y al contrario, que los de "Arriba" lo traigan cuando
se cansen de esta comedia?
―B. Eso es más factible. Aunque más fácil muerto que
vivo... ¿sabes?... cuando se captura una pieza de "caza
mayor" jamás se muestra viva... sino muerta y a los pies
del cazador.
―A. ¿Qué opinas del papel de los medios de comuni-
cación en el caso Alcàsser?... en síntesis.
―B. ¿En síntesis?... ¡¡joder!!... pues que están con el
poder... hay mucho en juego... la verdad pondría patas
arriba el Estado... esto es aún más peligroso que el caso
GAL, porque X.
―A. A tu juicio, ¿dónde está el flanco más débil de la
Operación X?
―B. Sin duda, en lo que decía tu Ra: la pista del dinero...
especialmente el dinero que se paga en España ―más
difícil de ocultar.
―A. Si te parece hablemos de la "otra" operación: el
contraataque a Fernando García y a Juan Ignacio Blan-
co. ¿Qué sabes?
―B. Je, je... eres un borde... de esas movidas ya os
ocupáis X. En la G.C. no jugamos a esas mariconadas
188
Lo cierto es que, a día de hoy, en 2018, y en caso de estar vivo (que no lo está y seguramente tampoco
lo estaba cuando se encontraron los cadáveres de las niñas), Antonio Anglés quedaría impune porque el
delito ha prescrito.
299
de ensuciar la reputación de la gente como hicisteis con
Pedro J.
―A. Bueno... ejem... es verdad... pero dime, ¿la Dirección
actual emprenderá alguna acción legal?
―B. No creo. En realidad, están asustados y prefieren
que el tiempo borre el recuerdo... pero es un cierre en
falso. Tarde o temprano se sabrá los de los pagos a
Ricart y a los Anglés... eso acabará jodiendo a la G.C....
ya nos tocó asumir el “marrón” de no haber detenido a
Antonio. Eso, lo sé de buena tinta, dolió mucho interna-
mente porque no era verdad. Pero se asumió con obe-
diencia, lealtad y resignación porque era nuestro deber:
todo por la Patria, incluso por encima de nuestro honor.
No todos los guardias pensamos lo mismo, pero esa fue
la decisión final en la que por supuesto X la idea de que
era un sacrificio noble a cambio de la buena imagen del
Estado.
―A. Bernardo, imagínate que un partido político pidiera
explicaciones X sobre las investigaciones llevadas a
cabo hasta ahora por X para averiguar el paradero de
Antonio Anglés. ¿Qué pasaría?
―B. Ya sabes que no me gusta especular. Pero puestos
a imaginar te diría que tal cosa probablemente no suce-
da nunca. Hay temas que se sabe de antemano que es
de "mala educación" preguntar al gobierno... ¿me ex-
plico?
―A. Vamos, que algunos o todos están más o menos en-
terados del "juego sucio" del caso Alcàsser.
―B. Algunos más que otros. Es natural... además con
decir que es un asunto que está en manos de la Jus-
ticia... si está sub-judice no se hacen comentarios... y si
está sentenciado... tampoco... luego, no hay margen ―ni
voluntad política― para preguntar por cosas así... ¿está
claro?
―A. ¿Conoces el asunto del Sumario B sobre Antonio
Anglés que se está tramitando en Alzira?
―B. Algo sé.
300
―A. ¿Cuál crees que es la estrategia de los de "Arriba"
respecto a este Sumario?
―B.... ¡¡me haces cada pregunta!!... la estrategia más
lógica es dejar pasar el tiempo... y pasados los años
reglamentarios para casos de desaparición dar por
muerto legalmente a Antonio y archivar el caso. Es una
estrategia de manual.
―A. ¿También entra en la estrategia evitar que se di-
funda el libro de Juan Ignacio?
―B. ¡¡Joder, claro!! Estos cogen el manual de contra-
inteligencia y los aplican a rajatabla.
―A. ¿Aunque para ello tengan que X1?
―B. ¿Desde cuándo los de "Arriba" se han parado en
barras o en sentimentalismos?...
―A. ¿Crees que X2 para que mantenga otro "frente"
contra Fernando García?
―B. No lo sé... pero imagino que algo habrá... X3... pero
no creo que Rosa Folch sepa de la misa la mitad... X4...
aunque eso no puede durar... algún día Rosa puede ver
la verdad y entonces ser mucho más peligrosa que
Fernando... ¡¡yo no me podría enfrente de una loba
herida!!
―A. ¿Qué podría impedir que los de "Arriba" se saliesen
con la suya como siempre?
―B. Je, je... ¿estás de guasa?
―A. No, Bernardo, te hablo en serio. Este es un caso que
me preocupa hondamente.
―B. ¡¡No irás a presentarte al Tribunal!!... ¡¡Ni se te
ocurra!!... Te condenarían por revelación de secretos, te
degradarían sin honor e incluso te podrían meter un tiro
en la cabeza... recuerda que X5. Además, invalidarían
tu testimonio por testificar sin su aprobación. Recuerda
que todo el que hace un pulso al Estado... lo pierde189....
recuerda X8.
189
Es cierto. En mi libro, LA LEYENDA DEL CABALLO TURCO se pueden ver diversos ejemplos: la
colza, el caso RUMASA o la intervención de Banesto son sólo algunos de ellos.
301
―A. Gracias por el consejo... pero, sinceramente... ¿no te
da mala conciencia ver como toda la potente maquinaria
del Estado y de los medios de comunicación afines ―que
son casi todos― están orientados a machacar a Fernan-
do García y Juan Ignacio Blanco por el único motivo de
que quieren conocer la verdad... es decir, la verdad his-
tórica?
―B. Veo que volvemos a la discusión inicial... te diré al-
go. En espíritu estoy contigo... pero soy demasiado viejo
para hacer Quijotadas... sólo te añadiré que ojalá ten-
gan suerte y salgan airosos... y con vida.
―A. Gracias por recordarme que todavía eres una
persona sensible a las causas nobles... pero mírame a
los ojos y pregúntate: ¿no crees que el hombre pierde su
dignidad y su honor desde el mismo momento en que
traiciona su impulso natural de luchar por la verdad y
la justicia?... Bernardo ¿recuerdas aquél pasaje de la
Biblia que dice: "lucha a muerte por la verdad y Dios
peleará por ti"?
En ese momento Bernardo, coronel de la G.C. en la
reserva y hombre de honor fajado en X1 lloró.
Aquí termina nuestra conversación sobre el caso
Alcàsser que luego derivó en otros derroteros más
personales X2 que no ha lugar comentar. Y ahora
empieza mis particulares reflexiones o conclusiones
sobre las consecuencias de éstas revelaciones de
Bernardo que aunque inicialmente divergentes con la
información de que disponía ―nuestra discrepancia está
ante la posibilidad de que Antonio Anglés siga vivo y en
la identidad de los asesinos― en el resto coincidimos en
lo esencial y poco a poco las piezas han ido encajando
hasta completar un puzzle coherente en la que medida
en que nos permite "tirar de la manta" de una prueba
material que llega hasta nuestros días: la pista del
dinero. Por eso decía al principio que el esclarecimiento
del caso Alcàsser empieza a completarse cuando incor-
poramos "el color del dinero": dinero para comprar desa-
302
pariciones pactadas ―Antonio Anglés―, dinero para
comprar autoinculpaciones y acusaciones ―Miguel
Ricart―, dinero para comprar testimonios ―Neusa,
Kelly―, dinero para comprar descubrimientos casuales
―Colmeneros―, etc., etc... y quisiera equivocarme
―Bernardo no lo confirma― tal vez dinero para X3.
Y ya no importa el lugar del destino del dinero: sea
en España ―más fácil― o en Suiza, si se utilizan los
instrumentos jurídicos adecuados es posible llegar a
conocer el beneficiario del dinero... aunque existan otros
en los que será imposible X4 como en su día hicieron
con el juez Bueren... X5 y desde ahí presionar a los
beneficiarios ―Neusa, Kelly, Ricart...― para conocer
toda la verdad que están ocultando... hasta llegar al
paradero del supuestamente "muerto" Antonio
Anglés... y de ahí sentar en el banquillo a los "diseña-
dores" de aquella operación: Corcuera, Vera, Roldán... y
¿por qué no?... a los que consienten, aprueban y permi-
ten los pagos hoy en día: X6... gente del entorno del
Opus Dei que ha perdido la honorabilidad y dignidad
que se les podría suponer por su devoción religiosa... la
propia Dirección de la G.C. y, también, ¿por qué no?... la
cúpula de X7empezando X8.
En 1997, durante el juicio oral en la Audiencia de
Valencia, el Tribunal se mostró generoso en algunas
pruebas testificales, aunque no siempre en otras peri-
ciales. Ahora es el momento de la verdad. ¿Estará dis-
puesto el Juzgado de Alzira, por ejemplo, ha admitir una
X1 del origen del patrimonio de la familia Anglés hasta
sus últimas consecuencias: de quién cobran, en
concepto de qué y por qué X2 encubre un flagrante
delito X3. No se me escapa que la gravedad y el calado
de estas acusaciones puede causar un verdadero
seísmo en la opinión pública. Tienen mi compromiso de
que ustedes tendrán la primera palabra para adminis-
trar esta información. Por mi parte, si llegado el momen-
to oportuno ustedes se inhiben en utilizar esta infor-
303
mación, me reservo realizar algunas acciones para que
más pronto que tarde la opinión pública ―y algún
conocido X4 conozca la verdad. Aunque la lucha es muy
desigual -en última instancia se trata de un pulso al
Estado... David contra Goliat― sepa que la verdad y la
justicia con mayúsculas están de su parte.... de
nuestra parte. Amigos, un abrazo a los dos y hasta
siempre.
304
Imag. 1. Caseta de La Romana. Misteriosamente, a los pocos meses
del hallazgo de la fosa, un incendio forestal arrasó la zona (y no fue el
único: hubo más en años siguientes).
305
Imag. 3. La fosa de La Romana. Única foto disponible tras el levanta-
miento de los cadáveres. Fuente: Policía Judicial.
306
Imag. 5. Objetos personales. De Miriam.
307
Imag. 7. Objetos personales. De Toñi.
308
Imag. 9. Las fotografías del cartel. Durante el período de búsqueda,
estas tres imágenes, tomadas del carnet escolar de las desaparecidas,
fue el que circuló por toda España, Europa y norte de África. Se
adjuntaba, como teléfono de contacto, el del domicilio de Fernando
García. Posteriormente se cambiaría dicho número por el facilitado por
el consistorio de la localidad.
Imag. 10. Las otras desaparecidas. Además del Caso Macastre, entre
mediados de los 80 y mediados de los 90 desaparecieron muchos
menores dentro y fuera de España.
309
Imag.11. Las noticias de la prensa. Hasta que aparecieron los cuerpos
en la fosa de La Romana, todos los medios se hicieron eco de su
desaparición. Fuente: Diario de Levante.
310
Imag. 13. Cartel de búsqueda de Antonio Anglés elaborado por la
Policía Nacional. A día de hoy, 25 años después, Antonio Anglés sigue
en busca y captura por la Interpol.
311
312
LA SEGUNDA AUTOPSIA DE FRONTELA190
313
realizó hallazgos sorprendentes, tales como la famosa
cadena con la cruz de Caravaca incrustada entre las
vértebras dorsales de Desirée y que a sus seis colegas
se les había pasado el día anterior por la sencilla razón
de que no se les había ocurrido hacerle una placa de
rayos X a los cadáveres. Frontera encontró también
vellos púbicos entre la tierra y la ropa de las niñas o
entre la ropa y los cuerpos. Dichos vellos fueron
enviados también al Instituto Nacional de Toxicología
para realizar un análisis morfológico de los mismos193.
Los vellos que se analizaron fueron originariamen-
te diecinueve, cuatro en la primera autopsia y quince
en la segunda. De los diecinueve se pudo extraer ADN
de nueve y los otros diez se perdieron.
Hay que decir, en defensa del primer grupo de
forenses, que la autopsia realizada en primera instan-
cia se ciñó a lo que obligaba la Ley de Enjuiciamiento
Criminal de España194, esto es, averiguar la causa de
la muerte y señalar el arma del delito. Y como eso
quedaba contestado desde el primer momento porque
las cabezas presentaban orificios de bala, poco más
había que molestarse para deducir las causas de la
muerte.
Los órganos genitales de las niñas estaban bas-
tante bien conservados y demostraron sin ningún gé-
nero de dudas las aberraciones que se habían cometido
con ellas. Frontera era de la escuela de los forenses que
se entienden a sí mismos como mucho más relevantes
en el esclarecimiento de las muertes, por eso hizo algo
insólito: tomó las ropas y raspó la tierra de tejidos,
cinturones y botones, peinó los vellos genitales, las
cabelleras y, como hemos dejado dicho, tomo radiogra-
fías de los cuerpos.
193
El análisis morfológico de los vellos consistía en una comparación de las formas y los tamaños de los
pelos.
194
No sería descabellado cambiar dicha ley para que un equipo forense completo esté en la zona del
levantamiento del cadáver en igualdad de condiciones que el juez, como se hace en Estados Unidos.
314
Lo cierto es que Frontela trabajó bajo mucha
presión, con los otros seis forenses tras él vigilando su
trabajo y el secretario judicial metiéndole prisa.
195
Según el testimonio de Ricart, el que golpea con las piedras a Desirée es Anglés hasta que se hiere en la
mano y luego le clava un cuchillo para, después, sacar unos alicates que llevaba en el bolsillo y amputarle
el pezón, todo ello antes de sacar la pistola y descerrajarle los tres tiros de remate a las víctimas.
316
Anglés, adquirido el 27 de diciembre de 1992, en el que
también aparecieron vellos que morfológicamente per-
tenecían a Desirée196.
Por su parte, Frontela destacó en su informe 137
tipos distintos de lesiones entre los tres cuerpos (para
los forenses valencianos sólo había 26 lesiones entre
los tres). Y llegó mucho más lejos en sede judicial
cuando planteó que las lesiones de Desirée demos-
traban, partiendo de la ropa hacia adentro, que se la
había ido desnudando desde detrás en un intento de
mostrar su cuerpo a una “tercera persona” y que las
lesiones se habían producido para que alguien las
disfrutara desde enfrente197. Es decir: se hizo todo
desde detrás de la chica para no ocultar la visión de un
espectador. Este espectador se puede sustituir por una
cámara dentro de la hipótesis de la película snuff.
Pero cabe destacar que Frontela no lo tuvo fácil:
durante tres años no le permitieron ver las fotografías
de las primeras autopsias y en ningún caso se le
permitió ver la filmación de las mismas, lo cual resulta
muy sospechoso. Y eso que comenzó su autopsia a las
seis de la tarde del día siguiente, 29 de enero, cuando
finalmente el juez Bort, “muy a regañadientes” autorizó
la intervención del profesor Frontela. Una segunda
autopsia, recordemos, en la que estuvieron presentes
como “observadores”, los seis forenses de Valencia que
habían realizado la primera y dos guardias civiles que
fotografiaron y filmaron en vídeo las operaciones.
Cuando el profesor Frontela y su ayudante el
doctor Montes concluyeron su trabajo, se facilitó la
siguiente nota a los medios de comunicación:
196
Y eso que se adquirió mes y medio después de que las niñas fuesen raptadas/asesinadas.
197
O más de una: en la moqueta aparecieron las marcas de un trípode profesional.
317
INSTITUTO ANATÓMICO FORENSE – VALENCIA
320
demos otra cosa porque usted crea que de seguir con el
secreto perjudicaría los intereses de un tercero.
APARTADO PRIMERO.
(Incidencias)
APARTADO DOS.
(Primera autopsia)
322
primera autopsia o no con la suficiente minuciosidad y
criterio científico, y en ellas hay indicios de gran interés.
c) Cuando nosotros efectuamos la segunda autop-
sia, los cadáveres habían sido decapitados por los Mé-
dicos Forenses y posiblemente enviadas las cabezas a
otro centro, así como extirpados genitales y manos.
Esto me indica que los Médicos Forenses o el equipo
que intervino no domina las técnicas de realización de
autopsias, de interpretación y criminalísticas; no hacía
falta efectuar tales amputaciones, con una toma de
muestras adecuada hubiese sido suficiente.
d) Me alarma haber entendido, entre las opiniones
de alguno de los médicos forenses, sus dudas acerca de
si hubo penetración peneana o introducción de palos.
e) Cuando pregunté a los Médicos forenses donde
estaban los pelos de cada una de las víctimas, para
tomar muestras independientes de cada una de ellas,
que pudieran servir para ulteriores constataciones
criminalísticas, para mi asombro me dijeron que los
pelos de las tres víctimas se hallaban mezclados; en
efecto, en vez de tener la precaución de separar los pelos
de cada víctima, ¡estaban todos mezclados formando
una pelota entre las extremidades de uno de los
cadáveres!
f) ¡Alarmante!: Los Médicos Forenses que realizaron
la primera autopsia no efectuaron la correcta disección
y autopsia de las extremidades de las víctimas, lo cual
tuvo que ser efectuado por nosotros. Este aspecto tiene
gran trascendencia y pudo haber tenido consecuencias
desagradables porque, por la descripción que efectuaba
un médico forense de las lesiones que tenían las víc-
timas, me da la impresión que no han sabido delimitar
correctamente lo que son transformaciones cromáticas
putrefactivas de las verdaderas violencias.
Esto es especialmente grave porque, de no haber
intervenido nosotros para aclararlo, podría ocasionar
notables discrepancias a la hora de constatar las
323
declaraciones de los procesados con la realidad de los
hechos y la reconstrucción del suceso, e impediría
conocer la exacta verdad de lo sucedido.
g) No habían sido realizadas radiografías previas a
los cadáveres, las cuales deben efectuarse en estos
casos; radiografías que tuvimos que efectuar nosotros y
cuyos originales quedaron en poder del juzgado, aunque
nos dieron copias.
Me pregunto: Si las partes esenciales de los cadá-
veres, cabeza, manos y genitales habían sido extirpa-
das y enviadas a otro lugar, las pocas partes que que-
daban en el cadáver no habían sido estudiadas conve-
nientemente. ¿Qué han efectuado en la primera autop-
sia? Los orificios de disparo por arma de fuego los ve
cualquier persona, casi un profano, por lo tanto la
identificación de la causa de la muerte la tuvieron fácil,
¿y los demás problemas médicolegales y de crimina-
lística?
Me consta que los médicos forenses me han puesto,
y siguen queriendo poner, todos cuantos obstáculos
puedan para impedir mi labor; prefiriendo queden som-
bras con tal de salvar su orgullo.
TERCER APARTADO
Nosotros estamos en condiciones científicas y de
apoyo técnico para esclarecer totalmente los hechos, con
objetividad, reconstruir la verdad de lo sucedido y, a
través de indicios, identificar a los verdaderos autores
en cada una de las fases; para poder efectuar la pericia
encomendada y dado que nos habían quitado de los
cadáveres partes importantes, de momento, es impres-
cindible que nos sean enviados los siguientes elemen-
tos:
1º.- Todas las fotografías que fueron efectuadas en el
transcurso de la realización de la primera autopsia, con
descripción de lo que representan, dado que nosotros no
vimos partes de los cadáveres que faltaban y es
324
necesario que comprobemos el estado de las víctimas
desde antes de ser retirada la ropa, hasta el aspecto de
los tejidos en el transcurso de la primera autopsia
(indicaron que me enviarían urgentemente las foto-
grafías, incluso creí que me las iban a entregar al finali-
zar las autopsias que realizamos, y aun no las he reci-
bido). (Con carácter de urgencia).
2º.- Fotografías realizadas en el transcurso del levan-
tamiento de los cadáveres (debemos correlacionar deter-
minadas marcas que había en la piel de los cadáveres
y la distribución de manchas con las posiciones de los
cadáveres en el lugar del suceso, para la correcta
interpretación de algunos signos).
3º.- Dado que hemos comenzado el estudio de las ropas
de las víctimas, no es prudente devolverlas hasta que
terminemos de efectuar todas cuantas operaciones sean
necesarias.
4º.- Es necesario que nos sean enviadas muestras de
pelos de los sospechosos, para cotejarlas con los pelos
hallados en la ropa, a fin de conseguir pruebas rotun-
damente identificativas de los autores.
5º.- Elementos importantes es la determinación de las
distancias a que fueron efectuados los disparos, posi-
ciones, direcciones y la indagación de otras violencias,
aclarar qué clase de acceso carnal hubo y toda una
abundante serie de detalles de interés para la completa
reconstrucción del suceso, a tal fin necesitamos dis-
poner de:
a) Las cabezas, manos y aparatos genitales extirpados
de las víctimas, una vez que hayan terminado su
estudio. Si a consecuencia del estudio realizado, partes
de estos tejidos se han tenido que destruir, que nos
envíen fotografías que se hayan efectuado de los
mismos antes de su destrucción y resultados de los
análisis y estudios efectuados.
b) Un ejemplar de cada una de las preparaciones
histológicas obtenidas o que puedan efectuar.
325
6º.- Pelos y demás indicios encontrados en vehículos,
casas u otros lugares, en relación a los sospechosos, a
fin de cotejarlos con los pelos y fibras de las víctimas.
7º.- Relación y detalle de las ropas que vestía cada
víctima, sus edades y de otros detalles de sus carac-
terísticas físicas.
En cuanto a nuestro trabajo, va a ser desintere-
sado, no voy a cobrar honorarios, únicamente el abono
de los gastos tenidos con motivo de los desplazamientos
a Valencia, en virtud del ofrecimiento que me hizo el
teniente de alcalde.
Estoy a su disposición para cualquier duda, acla-
ración o ampliación de información.
Atentamente le saluda
Luis Frontela Carreras
329
»Y me dice: “Son pelos muy interesantes que se han
hallado en el coche y señalan quienes son los homicidas
probablemente”.
»Yo, acepté realizar estas pruebas. Me dijo que en
diez minutos el delegado del Gobierno pondría a mi
disposición un vehículo oficial para trasladarme a la
comisaría y con todos los medios para poder realizar el
estudio. Pero, misteriosamente, cinco minutos después
habían desaparecido todos los pelos y recibo la
asombrosa comunicación de “mire usted los pelos ya no
están en Valencia, no sabemos dónde están, posible-
mente están en el camino de Madrid”.»
»Simplemente para mi supuso el segundo gran
contratiempo en el caso de Alcácer.
Cuando se le preguntó al profesor cómo se podían
haber perdido esos pelos, su contestación demostraba
la profunda tristeza y desesperanza que le estaba
provocando este caso: «Se pierden pruebas, se pierden
los papeles y se pierde la dignidad.»
330
COSAS QUE NO CASAN
198
En alguna ocasión Juan Ignacio Blanco llegó a declarar que, cuando ya obró en su poder el sumario, el
director del diario “El Mundo”, Pedro J. Ramírez, había llegado a ofrecerle una sustanciosa cantidad de
dinero por tenerlo en exclusiva. Sin embargo Blanco se negó.
331
y aun así, cuatro años después de la apertura del
mismo, nadie fuera de los Juzgados había logrado ver
ni un solo papel del mismo. Esto hace más llamativo si
cabe el hecho de que, cuando Fernando García y Juan
Ignacio Blanco, pocos meses antes de la apertura del
juicio oral, en una rueda de prensa multitudinaria en
el Ateneo de Valencia ofrecieron a los medios acceso
libre al sumario completo en la oficina que el primero
había habilitado para llevar a cabo su investigación
privada sobre el triple crimen, ningún periodista hicie-
se siquiera intención de pasarse por allí a consultarlo.
Dada la falta de confianza en su letrado, Fernando
García se vio en la obligación de prescindir de sus
servicios y contratar a otro abogado. Blanco cuenta
incluso el surrealista modo en el que se hicieron con la
documentación: al parecer, mientras Fernando y él
sujetaban al letrado y amenazaban con tirarle por la
ventana, Blanca Estrella Ruiz cogió uno de los tomos
del sumario y salió corriendo con él escaleras abajo. A
partir de ahí tuvieron el camino más expedito. Y se
encontraron con la mayor y más terrible de las
sorpresas: se trataba de un sumario hecho para que
no se viera nunca.
El interés de todos en consultar el sumario no era
otro que averiguar qué era lo que se había encontrado
realmente en la fosa de La Romana. Sin embargo, en el
sumario sólo había dos documentos al respecto: la
diligencia de inspección ocular redactada por los tres
miembros de la Guardia Civil encargados de levantar
los cuerpos y la del levantamiento de cadáver escrita
de puño y letra por la secretaria del juzgado, quien
tomaba notas según iba dictando Su Señoría el juez
Bort. Se adjuntaban también las fotografías tomadas
por los miembros de la Benemérita antes, durante y
después del levantamiento, así como el listado de
objetos.
332
De la lectura de esos dos primeros documentos se
extraían unas divergencias clamorosas y alguna que
otra ausencia no menos chocante. Por ejemplo, no
existía ni una sola fotografía de los cadáveres en el
interior de la fosa. Tampoco la había de los dos troncos
de madera, uno de forma triangular y otro de forma
rectangular, con una cuerda enrollada en uno de sus
extremos. Y pese a que los policías juran y perjuran
que las fotografías del sumario son todas las que hay y
son secuenciales, la que muestra la camiseta con el
rótulo ilegible está hecha ENCIMA DE LA MESA DE
AUTOPSIAS del Instituto Anatómico Forense de
Valencia. Sin embargo, la siguiente imagen es la de la
fosa vacía. Así pues, la Guardia Civil manifestaba por
escrito y en acta sumarial que habían realizado una
fotografía de una camiseta al día siguiente del levan-
tamiento de los cadáveres y, acto seguido, una nueva
foto dela fosa vacía, algo materialmente imposible.
El hecho de que determinados elementos hayan
desaparecido, y fundamentalmente las dos piedras que
había en el interior de la camiseta, tienen cierta tras-
cendencia porque, como posteriormente reconocieron
todas las personas que accedieron a declarar a la vista
oral contra Miguel Ricart, las piedras eran EXTRAÑAS
y no formaban parte del entorno, estando TAN LISAS
COMO BOLAS DE BILLAR.
Y, para colmo de males, tampoco existen fotos de
lo que apareció encima de los cuerpos.
Y ahora vienen las incongruencias:
El primer cuerpo (Toñi) es el de la mano asomada,
pero Su Señoría dice que aparece con las manos atadas
y la cabeza desprendida del cuerpo. El hecho de que
una cabeza se desprenda del tronco por desarticu-
lación de las vértebras como consecuencia de la putre-
facción del cuello es algo que, según dice el Gisbert-
333
Calabuig199, que es el tratado de medicina forense más
importante de este país, se produce entre el segundo y
el tercer año de estar enterrado un cuerpo. Sorpren-
dentemente, en este caso único de la historia de Es-
paña, las cabezas se desarticulan en un máximo de 75
días. Además, si una cabeza se desarticula, lo lógico es
que, por efecto de la putrefacción, se pierda la piel del
cuello, pero el cráneo continúe pegado al cuerpo. Sin
embargo, esto no fue así: el cráneo de Toñi apareció
debajo del segundo cuerpo (Desirée), a un metro de la
víctima y debajo de la tierra. ¿Cómo pudo desplazarse?
El profesor Frontela afirma en su informe de
autopsia, y así lo mantuvo en su declaración durante
el juicio, que el pubis de Toñi estaba completamente
depilado, algo que llama poderosamente la atención.
Sin embargo, en las fotografías no aparece en absoluto
depilado.
Muy relevante es también la tremenda desarticu-
lación que tienen los cadáveres en el momento en el
que los médicos forenses empiezan a realizar la
autopsia. Éstos se percatan de que todas las zonas de
nivel del torso hasta el cuello están fragmentadas: las
tres niñas tienen el dorso PARTIDO A PEDAZOS, con
las costillas sueltas y suelto el húmero del homóplato
en uno de los casos.
Con respecto al orificio de bala y a la bala in-
crustada en la cuenca ocular derecha de Toñi, después
de haber traspasado el cráneo y haberse incrustado
allí, dicha bala está indeformada, algo inexplicable
salvo que estemos hablando de munición muy espe-
cializada que en la España de 1992 no tenía nadie, ni
siquiera en las Fuerzas de Seguridad200.
En el cráneo número 1 (Toñi) las larvas se encon-
traban en estado de pupa y en escasa cantidad, sin que
las zonas por las que hubieran podido entrar los
199
Manual referencial de medicina forense.
200
El ejército sí.
334
dípteros para depositar los huevos estuviesen abiertas.
Por el mismo proceso de la putrefacción, tanto la zona
de los globos oculares como la nariz se encontraban
bloqueados por los productos de la descomposición y
era imposible para un díptero entrar en la cabeza de
un ser humano para depositar los huevos. De haber
entrado por las cavidades naturales, implicaría que los
cadáveres deberían haber estado un par de días a la
intemperie en una zona y bajo un clima muy específi-
cos.
Desconcertante fue también que los cadáveres de
las niñas aparecieran con todos los objetos personales
que portaban el día de su desaparición… ¡salvo los
calcetines! (les faltaban a Miriam y a Desirée, sólo Toñi
los llevaba puestos).
Por otra parte, las fotografías realizadas por los
miembros de la O.C.U. jamás fueron aportadas al juz-
gado a pesar de que fueron requeridas por Su Señoría
en innumerables ocasiones. El juez siempre recibía la
misma respuesta: que ya se habían aportado, direc-
tamente a través de la 311 Comandancia de la Guardia
Civil.
Pero el detalle sintomático e inexplicable que
arroja más misterio al crimen es el más que sorpren-
dente estado de conservación de los cadáveres de
cintura para abajo, mientras que, de cintura hasta el
cuello, cuando se desvisten, aparecen troceados y las
cabezas cadavéricas: es como si una parte del cuerpo
llevase muerta pocos días, otra parte varias semanas y
los cráneos más de un año.
También generó cierta polémica la segunda bala,
dado que el informe de la Guardia Civil asegura que
dicha bala se encontró entre las manos cadavéricas de
Desirée. Cabe recordar que Desirée sólo tenía una
mano cuando la encontraron y que los forenses
rebatieron el informe de la Benemérita diciendo que
dicha bala se había encontrado al día siguiente de
335
realizar la autopsia por el profesor Frontela, es decir,
dos días después, tras cernir la tierra del interior de los
sacos en los que se habían trasladado los cadáveres.
Además, la bala número 2 era de un calibre diferente
al de la bala número 1, ergo estaríamos hablando del
uso de dos armas diferentes, cuando no de dos
tiradores distintos.
Luego está el tema de la pigmentación anómala de
los dientes (color grosella) que no procede de los
tejidos, pero tampoco es de origen exógeno. Según el
informe forense, esta pigmentación se ha encontrado
en casos de muerte por asfixia de cualquier origen
(ahogados, fallecimiento por monóxido de carbono,
sobredosis de heroína, etc…). Se trataría, pues, de un
color distinto al de las hemorragias por contusiones.
Así, Toñi podría haber fallecido por asfixia.
En la mano de Toñi se pudieron apreciar sustan-
cias que nunca se analizaron y que los forenses deter-
minaron que no eran normales de los procesos pu-
trefactivos ni en los de conservación de un cadáver.
Luego tenemos el tema de la adipocira201. En las
nalgas, la grasa corporal se había convertido en cera.
Sin embargo, para que esto ocurra es preciso que el
cuerpo esté enterrado en un suelo de naturaleza cal-
cárea y no arcillosa como el de La Romana.
Según los forenses de Valencia, Desirée fue como
mínimo apuñalada tres veces (inciso-punzante) por la
espalda antes de morir. Se le encontró una sustancia
térrea de color blanco en vaqueros y ropa interior que
nunca fue analizada. Todas sus lesiones del tronco de
cintura para arriba resultan inexplicables, entre ellas
una producida supuestamente por mordedura de
roedor DE DENTRO AFUERA, así como la amputación
de la areola mamaria derecha. Además, presentó el
201
La Adipocira, también conocida como saponificación o cera cadavérica, es una sustancia similar a la
cera orgánica formada por la hidrólisis anaeróbica bacteriana en la grasa del tejido, tales como la grasa
corporal en cadáveres.
336
cuello cerrado, algo inexplicable si la cabeza se había
desprendido por la desarticulación de las vértebras.
Otra lesión sin correlato de Desirée es un enorme
boquete en la zona del hombro izquierdo por el cual se
podía meter la mano. Eso por no hablar de las enormes
deformaciones del ano y la vagina, así como la absoluta
ausencia de la piel de la espalda. También se le
encontraron golpes en la cabeza post-mortem.
Y, por no abundar mucho más en detalles
escabrosos, terminaremos diciendo que:
―A todas les faltaban numerosas piezas dentales,
y en común los dos incisivos mediales de la mandíbula,
es decir, que fueron arrancados.
―Que en los cadáveres de Toñi y Miriam no había
materia fecal, pero en el de Desirée sí.
―Que se constató que al menos el cadáver de
Miriam sufrió actos de necrofilia anal y vaginal con
objetos y peneanos.
―Que el brazo de Miriam estaba arrancado del
cuerpo EN VIDA.
―Que el cadáver de Miriam apareció con la
cazadora del revés (quizás para sujetarle de algún
modo el brazo descolgado al cuerpo).
―Que el cóndilo202 mandibular de Miriam estaba
partido203.
337
ríamos ante una o varias personas responsables de la
autoría del crimen que serían de más edad que los
implicados oficiales. Los servicios sociales del ayunta-
miento de Catarroja afirmaron que «Antonio es un
psicópata y no un drogadicto. Introdujo en la droga-
dicción al resto de la familia, donde los hermanos son
drogadictos pero no psicópatas.» Objetivamente, y
partiendo de la conjetura de que Anglés participase de
algún modo en el triple crimen, Antonio debió dejarse
llevar, tal vez atraído por el morbo y disparado por el
Rohipnol que hubiese consumido, que esas pastillas
tan de moda en la época le ponían a uno el cerebro
como un corcho. Sin embargo, resulta difícil adju-
dicarle la iniciativa a un individuo tan poco interesado
en el trato con el sexo femenino, por no decir más
interesado en suplantarlo que en servirse sexualmente
de él.
Las lagunas y contradicciones encontradas en
informes policiales, sumarios judiciales, declaraciones
de testigos e implicados, sólo permiten una visión
parcial de lo que probablemente haya sido el crimen
más salvaje de nuestra historia criminal. Sin embargo,
y muy a pesar de lo que afirmen Fernando García y
Juan Ignacio Blanco, existen explicaciones alterna-
tivas tanto a la versión oficial como a la teoría de la
conspiración planteada por ellos tan a la ligera que sí
podría poner en el punto de mira a ese par de idiotas
marginales que, quizás, sí que salieron aquel viernes
13 a satisfacer sus peores instintos libidinosos o a
satisfacer las perversiones sexuales de terceros con un
espectáculo horrendo y obsceno en el que la muerte
sería el trágico colofón. Quizás irían empastillados, con
una bola de fuego en la cabeza, mezcla de “reynoles204
y alcohol”.
204
Nombre que coloquialmente se le daba al Rohipnol en la época de la ruta del Bakalao.
338
Sabemos que, cuando se dedicaban él y Ricart a
atracar bancos con el Mauri, era Ricart el que entraba
en la entidad, pistola en mano, acompañado del her-
mano de Antonio mientras éste les esperaba fuera, a
un par de calles, dentro del coche. El tirano de los
Anglés era un pusilánime que necesitaba público,
apoyo y refrendo: por eso se rodeaba de seguidores que
le hiciesen el trabajo sucio. Está claro que Antonio
podía ser un teórico, incluso un Calígula, pero que el
hombre de acción era Ricart, un chico alienado por la
intemperie y la mala vida, un producto de la calle y de
la cárcel, un tipo con más ansias que posibilidades… y
heterosexual. A Ricart, que había estado en la Legión,
no le temblaría el pulso a la hora de empuñar un arma,
estaba adiestrado para mantener el temple. Pero “dar
la cara” era algo que superaba por completo a Antonio.
¿Sería disparatado pensar que Ricart fuese en
realidad el que llevó la iniciativa? ¿El que la llevaba
siempre? ¿Acaso sus continuas mentiras ―mentiroso
patológico, recordemos― no le podrían otorgar esa sutil
habilidad de hacer que los demás piensen que se
mueven por sus propias ideas, cuando en realidad sólo
están siguiendo órdenes externas? ¿No ha demostrado
sobradamente Ricart que es un manipulador?
Quizás el éxito del filme “El silencio de los corde-
ros”, que se estrenó un año antes, en 1991, del rapto
de las niñas, pudiese impregnar el imaginario colectivo
con la idea de que un homosexual (Antonio Anglés)
bien podría ser un depredador sádico de mujeres. Pero
una cosa es el cine y otra bien distinta la realidad
tangible.
Si Anglés no tenía valor para empuñar una pistola
en un banco, ¿por qué iba a tenerlo para sacarla en La
Romana?
Sin embargo, y siguiendo con la literatura cien-
tífica, uno de los gestos (y hablo de gestos) que más
autoinculpan a Ricart fue cuando, durante el juicio, se
339
negó a asistir al visionado del vídeo grabado durante
las autopsias de las niñas. Se situó de espaldas al
monitor. Esta actitud es una constante en los crimi-
nales psicópatas, que no aguantan la visión de las fotos
de sus víctimas.
Por otra parte, que haya cosas colocadas adrede
en la superficie y el contorno de la fosa señala que pudo
haber manipulación, pero también que uno de los
delincuentes puso allí pruebas para inculpar al otro.
Los informes del levantamiento de los cadáveres, si hay
algo que ponen de manifiesto en sus contradicciones,
es que las mismas cosas no son igual de importantes
según quién levanta el acta.
Juan Ignacio Blanco siempre afirma que la partida
de La Romana es un lugar de difícil acceso al que no
se puede llegar con vehículos que no estén especial-
mente preparados. Sin embargo, periodistas de Las
Provincias subieron con un Ford Escort hasta allí y los
famosos apicultores que encontraron la mano asoman-
do solían ir en un Cirtoën BX. ¿Por qué no el Opel
Corsa de Ricart?
El oportuno mensaje en el contestador de Kelly
Anglés, cuya voz nadie reconoció como la de Antonio,
bien pudo haber sido encargado por Ricart a algún
colega.
En fin, que todo puede tener una explicación alter-
nativa, lógica, eficaz y razonable dentro de lo terrible.
Pocos sumarios en España resistirían la criba a la que
fue sometido el de Alcàsser205. Francisco Pérez Abellán
lo expresa así: «A raíz de aquello, toda la sociedad pasó
revista, fue investigada de arriba abajo, ante los ojos de
la mayor de las audiencias.» Y es verdad. Por desgracia
también supuso el nacimiento de la Telebasura y los
españoles tuvimos que asistir a bochornosos espectá-
culos dirigidos en directo por algunos de los más pres-
205
Para muestra, los botones que señalo en mi libro LA LEYENDA DEL CABALLO TURCO.
340
tigiosos profesionales de las cadenas. De hecho, el
canal que se llevó el gato de la audiencia al agua y que
realizó la emisión más bochornosa fue Antena 3 con su
De tú a tú, presentado por la periodista Nieves Herrero.
Ella misma comentó al respecto años después:
«...las personas que tomaron la decisión de enviar-
me a hacer el programa allí, después me dejaron sola
ante las críticas y nadie fue capaz de decir la verdad...
A los diez minutos de empezar pedí al control central de
Madrid que recogiera la señal... Yo no quería seguir pero
alguien...tomó la decisión de que yo siguiera en ante-
na... »206 « ...Luego me enteré de que mis jefes estaban
reunidos viendo el programa... »207 Y en ABC se llegó a
publicar: « Manuel Campo Vidal dijo a Nieves Herrero
que se fuera preparando, que en los próximos 35 años
le iban a preguntar por el programa.»208
206
El Mundo, 16 de noviembre 2001. Enlace: http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2001/11/317/
207
ABC, 4 de diciembre 2013. Enlace: http://www.abc.es/tv/20131204/abci-programa-alcacer-error-pies-
201312041315.html
208
ABC 18 de noviembre de 2013
341
342
LA ROCAMBOLESCA FUGA DE ANTONIO ANGLÉS
209
Y así sigue, por cierto, 25 años después.
343
Pero ahí estaba Anglés, al que nadie veía pero
veían todos, saltando como Spiderman de la ventana
de su domicilio a una calle tomada por la policía,
huyendo por los tejados como un Indiana Jones gay y
dejando buen rastro por donde pasaba para que la
policía no buscase por donde no era. Y en su fuga llegó
incluso a dejarse tentar por la coquetería y fue a la pelu
a teñirse; y se fue luego a dormir a un hostal junto a la
Renfe, y después acabaría en un chalet donde dejó una
cartera olvidada con dos fotografías: una con el pelo
natural y otra con el tintado porque, sin duda, había
encontrado tiempo para pasar dos veces por algún
fotomatón, tal vez cercano a alguna comisaría; y cada
vez que secuestraba a un conductor se identificaba,
pero no lo agredía. Y así, ese delincuente veinteañero
que había sido trincado 32 veces según su ficha policial
y que no había salido en su puñetera vida de Catarroja,
alcanzó Portugal y se metió de polizón en un barco
como si nada.
Veamos cómo fue la fuga y preguntémonos quién,
de forma deliberada, se hizo pasar por él, quién sabe si
con dinero público210. Y hagámoslo a través de los ojos
y la pluma del criminólogo y periodista que más se
implicó en cuestionar, no sólo la fuga, sino también el
estado vital de Antonio Anglés el día en que las niñas
fueron halladas. Juan Ignacio Blanco lo relata así en
su libro ¿Qué pasó en Alcàsser?211:
»Y es que, si la investigación del triple crimen de
Alcàsser no estuviera plagada de errores, negligencias,
dudas, contradicciones y algo más..., la supuesta fuga
del supuesto autor material de los asesinatos sería dig-
na de ser llevada al cine por un director... surrealista.
Sin embargo, dentro del contexto en el que se mueve el
“caso Alcàsser”, la fuga de Anglés no es más que otro
210
Porque hasta para el más profano, esa fuga tiene todo el tufo de Servicios Secretos.
211
Son Expresión SL, 1998
344
episodio lleno de despropósitos y manifiesta incapaci-
dad. Eso, si existe alguien capaz de creerse lo que nos
han contado212.
»La primera noticia oficial de la fuga la aporta un
taxista:
212
En el sumario no hay apenas datos oficiales que permitan reconstruir la supuesta fuga.
213
¿Sería el chalet de Miguel Nicolás Cortona?
345
preguntado sobre hechos ocurridos la noche del día
27 de Enero de 1.993, fecha en que aparecieron los
cuerpos de las niñas desaparecidas en Alcácer
(Valencia), manifiesta:
Que sobre las diez de la noche del día 27 de Enero,
cuando él venía de la localidad de Catarroja di-
rección Valencia con su taxi, un joven a la entrada
de Masanassa paró el taxi y solicitó los servicios
para llevarlo a Turis, que cuando pidió el taxi cruzó
la carretera a gran velocidad, y una vez en el taxi al
tomando camino para ir a Turis, vía Albal y Torren-
te, el joven cliente del taxi le dijo que por "ahí no",
que fuera por Valencia, por el cauce de río y la V-30
hacia el puente de Picaña. Que ante esta indica-
ción, el manifestante le dijo que iban a dar más
vuelta y que saldría más caro a lo que el joven
contestó que "POR DINERO NO LO HICIERA".
Que sobre las diez y media u once menos cuarto
aproximadamente, llegaron a la localidad de Turís
diciendo entonces el joven que "YA NO IBA A TU-
RIS", que quería ir a la salida del pueblo, que tenía
un chalet allí donde vivía. Que un vez que salieron
de Turís, siguiendo las indicaciones del joven, se
introdujo por un descampado y por un barranco,
momento en que pensó que el joven le iba a atracar
o hacerle algún mal, por lo que el manifestante,
deteniendo el taxi y enfrentándose con energía a él,
le dijo que no continuaba la carrera, que de allí no
pasaba y que debía abonarle 1.000 pesetas más de
lo acordado en un principio por haber pasado más
allá de Turís.
Que el joven, que llevaba una caja alargada y
pequeña de anchura, de cartón, le pagó con dinero
del bolsillo, notando entonces que llevaba gran
cantidad de dinero, continuó camino andando, vol-
viendo el manifestante con su taxi a Valencia.
346
Que a los dos días fue cuando, al tener conocimien-
to de los hechos de Alcácer, supo que este joven era
el llamado Antonio Anglés Martins.
PREGUNTADO para que diga si vio algún arma o la
forma que iba vestido, manifiesta que recuerda que
le dijo en varias ocasiones que quitara la radio de la
emisora que tenía puesta, recordando que estaban
radiando un partido de fútbol, que no le vio arma
alguna, pues solamente llevaba una caja que no
dejaba en ningún momento, y que iba vestido con
ropa deportiva y el pelo tintado de rubio.
Que no tiene nada más que decir...
350
Que cuando observó a Antonio Anglés, el mismo
venía solo, no comentando absolutamente nada
más con él.
Que al día siguiente, fue cuando se enteró por la
prensa y amigos, que pudiera haber sido el autor del
asesinato de las jóvenes de Alcácer.
214
Coqueto hasta el final.
215
Llama la atención que los testigos se fijasen en que llevaba lentillas de color y en la marca de las
zapatillas, pero todo es posible en Valencia.
351
dinero para pagar por adelantado. La respuesta de
Juanjo fue que ya pagaría luego y pasó a sentarse.
»El supuesto Anglés permaneció en el estableci-
miento alrededor de una hora y cuarto, comentando
“que tenía intención de irse a Madrid, para operarse la
cara para ensancharse los pómulos”216. Parecía un
joven simpático que se dedicó no sólo a bromear con
las empleadas que lo atendieron, sino que además in-
tentó quedar con una de ellas para salir a tomar unas
copas. Dijo a una empleada que pasaría a recogerla
horas más tarde, después que terminara su trabajo,
aunque el supuesto Antonio Anglés no volvió a apa-
recer por el lugar. Pero lo más curioso es que durante
el tiempo que Antonio Anglés estuvo en la peluquería,
entró en dos ocasiones un acompañante que esperaba
fuera para interesarse por el tiempo que faltaba para
terminar y advertir a Antonio que ya llevaba demasiado
tiempo en ese lugar. Este individuo, algo menor que
Antonio, de unos veintidós años y que llevaba el pelo
casi rapado, vigiló desde el exterior todos los movi-
mientos de personas y vehículos que se producían en
las inmediaciones de la peluquería217.
»Cuando terminaron de atenderle, Anglés se hizo
un pequeño lío al pagar. Primero sacó un billete de mil
pesetas y al darse cuenta de que no era suficiente sacó
un gran fajo de billetes, para acabar pagando con uno
de cinco mil un servicio que le costó tres mil quinientas
pesetas.218
»Las empleadas de esta conocida peluquería des-
cubrieron que habían tintado el pelo al supuesto ase-
sino de las niñas de Alcácer cuando la Guardia Civil
hizo público el nombre de Francisco Partera Zafra, que
fue el que él utilizó para rellenar la ficha como cliente,
práctica habitual en este tipo de establecimientos.
216
Por detalles que no quede.
217
Vamos, un experto en el arte del disimulo.
218
¿Saltó de la ventana de su casa con lo puesto y con todo el dinero de la familia?
352
»Como quiera que sea, Antonio entró con el pelo
rubio, de tinte casero, y salió de la peluquería con el
pelo tintado de color castaño oscuro. Pero, inexplica-
blemente, la Guardia Civil nunca tomó declaración a
ninguno de estos testigos, y en el sumario no existe
dato alguno referente al episodio de “La Peluquería”,
salvo un breve documento en el que agentes de la
Benemérita, hacen constar que acudieron al citado
establecimiento219, con varias fichas policiales, para
ver si el dueño o alguna de las empleadas, podía reco-
nocer el rostro del desconocido acompañante de Anto-
nio Anglés, que se había quedado en la puerta vigilan-
do. Desgraciadamente, no consiguieron identificar-
le220.
»Tampoco existe ningún dato oficial de la siguiente
vez que Anglés fue visto. Sin embargo, la prensa si se
hizo eco del incidente:
«Una dotación de la policía irrumpió a las nueve y
media de la noche del viernes, 29 de enero, en la pen-
sión Boluda, situada junto a la estación del Norte, con
una fotografía de Antonio Anglés en la mano. El gerente,
sorprendido, le reconoció "sin ningún género de dudas"
como el joven que minutos antes le había pedido una
habitación para pasar la noche.
»El responsable de la pensión manifestó que no le
había permitido quedarse en su establecimiento porque
no llevaba el D.N.I. "Me dijo que sólo tenía el carnet de
conducir y eso aquí no es suficiente". El encargado dijo
que no le reconoció como el presunto asesino de las
niñas, pero cuando los agentes le mostraron la foto-
grafía se declaró "absolutamente convencido". Además,
este hombre dio a los policías una descripción del
sospechoso que coincidía totalmente con la que, minutos
antes, habían dado dos toxicómanos de la zona:
"Llevaba una cazadora acolchada de color azul con dos
219
¡Casi siete meses después!
220
Si no hubiesen tardado 7 meses en ir a preguntar…
353
franjas rojas en los brazos, pantalones claros, zapati-
llas de deporte y el pelo desaliñado y peinado hacia
atrás".
»El mismo testigo afirmó que el joven no llevaba
ningún bulto o equipaje entre las manos y "estaba muy
nervioso y asustado" cuando se acercó hacia él. Cuando
le dijo que no le admitía, "se limitó a marcharse corrien-
do. Si llego a saber en ese momento que era él le dejo
hecho una hamburguesa".»
A partir de ese momento, el rastro de Antonio
Anglés desaparece durante dos días, hasta que el 31
de enero, a las ocho y diez de la tarde, un grupo de cin-
co personas se presenta en el cuartel de la Guardia
Civil de Villamarchante.
354
»Según su testimonio, Antonio, Roberto y Mauricio
Anglés, acompañados de Miguel Ricart, llegaron al lugar
una tarde de mediados de noviembre a bordo de un Opel
Corsa de color blanco. "Estuvieron mirando por aquí y
se quedaron viviendo en lo que antes era la caseta del
guardagujas", un pequeño recinto de unos 9 metros
cuadrados, al que llevaron colchones para dormir.
»Los cuatro amigos entablaron amistad con las
familias y "muchas veces venían por aquí a calentarse
con la hoguera que tenemos". A las familias no les
importaba que "vivieran de hacerse bancos y manejaran
mucho dinero".
»Sin embargo, este grupo de jóvenes, dado que solo
utilizaban la caseta muy de vez en cuando, se la
cedieron a Juan, el patriarca de otra familia de gitanos,
"ellos ocuparon la casa antes que nosotros, pero solo la
usaban de vez en cuando. Cuando llegamos, nos
dejaron vivir aquí, y ellos venían a veces y pasaban aquí
temporadas con nosotros". En la madrugada del sábado
"llegó Antonio, nos despertó, dijo que volvería y se
marchó. Yo creo que durmió entre los naranjos que hay
aquí cerca".
»A las doce del mediodía del mismo sábado,
Antonio regresó de nuevo a la casa para decirle al padre
de familia "que quería un coche y que me lo pagaría en
mano. Yo le contesté que bueno, que le conseguiría un
coche. Entonces me dijo que volvería entre las nueve y
las diez de la noche".
»Pero la Guardia Civil ya estaba sobreaviso puesto
que había seguido al hermano pequeño de Antonio,
Mauricio, y le había visto entrar en un supermercado y
bar de Villamarchante, y después dirigirse a la casa de
Juan, "El Gitano", donde le detuvieron. Eso ocurría a las
seis de la tarde del sábado, cuatro horas antes de la
cita que Antonio tenía con "El Gitano", que iba a venderle
un Seat Ritmo de color gris por 130.000 pesetas.
355
»Cuando fue interrogado por la Guardia Civil, "El
Gitano" reconoció que Antonio le había visitado la noche
anterior y esa misma mañana. Aunque ellos no le
conocían por ese nombre. "Nos enteramos de que se
llamaba Antonio cuando la Guardia Civil nos enseñó su
fotografía. El vino aquí diciendo que se llamaba Rube,
de Rubén, y llevaba un carnet con ese nombre. Ahora
sabemos que el carnet era falso".
»El cebo del coche estaba preparado para las diez
de la noche, pero Antonio Anglés no cayó. Estaba escon-
dido cerca de la antigua estación y escapó cuando vio
como los guardias civiles de paisano se llevaban espo-
sado a su hermano Mauricio.
»Inmediatamente se montó un importante dispositi-
vo de búsqueda, helicóptero incluido, que no dio ningún
resultado. Antonio Anglés había vuelto a evaporarse.
370
mento de huella dactilar, de la furgoneta en cues-
tión no fue posible dicha pretensión.
Puestos en contacto con el propietario del vehículo,
éste tras apreciar el combustible existente en la
misma en el momento de la recuperación, y compa-
rándolo con el momento de la sustracción alegó que
no se había consumido apenas combustible, por lo
cual se puede deducir que el trayecto que recorrió
la misma fue reducido, posiblemente desde la loca-
lidad de Minglanilla (Cuenca), donde se sustrajo,
hasta esta localidad de Graja de Iniesta (Cuenca),
lugar de recuperación, o sea unos SIETE KILÓME-
TROS, más lo que anduviese por el camino.
Y para que conste...
377
DIRECCIÓN GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL
"CONFIDENCIAL"
NOTA INFORMATIVA NÚMERO 128
ENRIQUE ANGLÉS:
Que Antonio ha practicado sexo conmigo.
MAURICIO ANGLÉS:
Que mi hermano Antonio, yo en una ocasión abrí la
puerta de mi casa y estaba enfrente de un espejo
con ropa de mujer.
Que vi a mi hermano vestido de mujer, no sé si eso
aporta algo.
Que mi hermano creo que si es homosexual.
Me acuerdo cuando era pequeño, yo y un par de
amigos más, para sacarnos un dinerillo, le
hacíamos masajes a él, y él nos daba 500 pesetas, y
en una ocasión nos dijo que nos daba mil pesetas si
le hacíamos una paja y nosotros nos levantamos y
nos fuimos.
383
HECHOS COMPROBADOS ANTONIO ANGLÉS
394
-Una vez llegaron a Alborache se quedaron allí, sin
que sea cierto lo manifestado en la declaración
anterior, de que hubieran destruido las ropas en un
vertedero de Buñol, ya que el declarante no se man-
chó sus ropas para nada, aunque cree que Antonio
si debió mancharse el pantalón vaquero que llevaba,
ya que después no se lo ha vuelto a ver.
-Y desde entonces el declarante no ha vuelto a subir
más a la caseta de Llombay, ni a la fosa, sino que
únicamente él y Mauricio, el hermano de Antonio,
fueron a recoger la pistola, porque al día siguiente
iban a hacer un atraco en Buñol el declarante,
Antonio y Roberto, el hermano de Antonio, a la Caja
Rural, si bien no llegaron a entrar en la entidad
bancaria, ya que estando esperando en el coche a la
puerta, la Guardia Civil les dio el alto y salieron
huyendo.
-Hace constar el declarante, que el día cinco de
noviembre anterior, él junto con el Mauri hicieron
otro robo en la misma entidad bancaria, llevando y
usando el declarante la pistola de Antonio, cargada
con cinco cartuchos, mientras que éste último les
esperaba fuera en el coche para huir, obteniendo un
botín que no llegaba al millón de pesetas. Hechos
estos que los cuenta entre risas y comentarios
irónicos de que como para los bancos Antonio es un
"cagado".
-En relación en el atraco del día cinco de noviembre
aclara que Antonio quedó a una cierta distancia con
el vehículo, yendo desde éste hasta la entidad
bancaria el declarante y el Mauri con una moto
Derby Variant negra, que anteriormente Antonio
había sustraído en Pedralva.
-Por otra parte también rectifica el declarante que
el Opel Corsa que utilizaron en los hechos, si bien
aparece con el nombre del declarante realmente su
propietario es Antonio Anglés, ya que su precio lo
395
obtuvo en otro atraco, que lo consiguió en
compañía de su hermano Mauricio en el Banco
Popular de Villar del Arzobispo, provistos de una
moto Honda que también había sustraído Antonio.
-A preguntas del Sr. Fiscal, que nunca habían visto
ni conocido a las chicas ni el declarante y cree que
tampoco Antonio, ya que al subirlas en el coche ni
en el trayecto, nada reveló que éste pudiera cono-
cerlas.
-Cuando Antonio dijo al declarante que tenía ganas
de coger a unas chicas y abusar de ellas creía el de-
clarante que era exageración.
-Ratifica lo que dijo en su anterior declaración,
respecto que las tres niñas al vestirse tenían en la
parte interna de los muslos tenían mucha sangre.
-No se explica después de haber reconocido el
colchón de muelles que consta en las fotografías,
donde se llevaron a cabo los hechos no tiene nin-
guna mancha de sangre.
-La postura del colchón de muelles que está en la
fotografía del atestado no es la que tenía el día de
los hechos ya que ese día estaba en sentido
transversal al que la fotografía tiene.
-Nuevamente a preguntas del Sr. Juez manifiesta:
que rectifica, en el sentido de que es posible que a
Miriam no la atasen en una percha o travesero,
como ha indicado anteriormente, sino en el mismo
poste donde estaban atadas las otras, pero de pie
tal como aparece desprenderse de las fotografías
del atestado, así como que Antonio pegaba a las
niñas no sólo para hacerlas callar, sino porque le
gustaba verlas sufrir.
-Rectifica también en el sentido de que cuando
Antonio mantuvo relación sexual con Miriam el
declarante estuvo todo el tiempo manteniendo a
ésta por los tobillos ya que la misma con las piernas
había estado rechazando a Antonio y que no
396
recuerda si con Miriam se le puso el mismo palo que
con las otras analmente. También rectifica en el
sentido que a Desirée Antonio le hizo lo mismo que
las otras dos de penetrar por vía anal tanto con su
miembro viril como con un palo similar, y que
también a Desirée la sujetó por los tobillos el
declarante mientras Antonio la agredía sexualmen-
te.
-En cuanto al corte de pezón que se le hizo a una
de las niñas, lo único que sabe es por lo que se le
ha dicho al tomársele declaración, pero él no lo
presenció ni se apercibió de ello, suponiendo que
ocurriría cuando Antonio, estando acostados, se
levantó del colchón porque las niñas lloraban, pero
el declarante no lo vio ya que permaneció todo el
tiempo acostado y tapado con la moqueta.
-No recuerda o no se apercibió que después de
muertas Antonio clavara algo en la vagina de
Miriam, así como que en general se hiciese algo con
los cadáveres.
-También manifiesta que cuando se hizo el primer
disparo que falló y se inclinó hacia Antonia, digo
dirigido el requerido disparo a Antonia, Antonio se
inclinó para poderle disparar a la cabeza, desde una
distancia de unos tres o cuatro palmos.
-Cuando ayudó a Antonio a enterrar los cuerpos, no
vio la posición de estos ya que estaban cubiertos
por la moqueta.
-Que ignora la razón y el modo de por qué las
pegatinas de la moto Honda sustraída por Antonio,
aparecieron despegadas y enterradas en la fosa.
Terminada la presente leída y hallada conforme la
firman todos los presentes detrás de Su Señoría, de
lo que doy fe.
398
No hay constancia de las fotos exhibidas, porque
serían muchas fotos, mil dos mil, tres mil, y eso
nunca.
Que no recuerda por qué amigos se le pregunta.
Que no recuerda qué lugares de ocultación le dijo
Ricart.
Que no recuerda qué personas se trataba de
identificar.
399
sometieron a torturas, y me dijeron exactamente lo
que tenía que decir.
Es más, me dijeron los siguientes datos: que
había una bala en la fosa, eso no me lo creo yo; que
las niñas fueron violadas en la caseta de "La
Romana", tampoco me lo creo; que las niñas fueron
asesinadas ahí, tampoco me lo creo.
También dijeron que las niñas tenían marcas
en los tobillos, y que dijese que no les habían
metido palos por el culo, que se las habían follado
por el culo. Que me dijeron que los accesos carnales
solamente habían sido anatómicos, que no les
habían introducido objetos en sus partes, que dijese
que no les habían metido nada, que había sido
penetración masculina.
Me dijeron que dijese que eso había sucedido
ahí en la casa esa, porque ellos lo sabían. Me dijeron
que una de las víctimas murió de rodillas y con las
manos tapándose la cara. Parece ser que la Guardia
Civil sabe mucho.
Y una cosa tengo muy clara: esto dos tíos, no
lo han hecho. Dos hombres, dos personas solas, eso
se lo digo yo que no lo han hecho.
Que dije que estando las tres niñas al borde de
la fosa, Antonio hizo un disparo a una de ellas, pero
se le encasquilló el arma y al volver a montarla el
cartucho salió cayendo dentro de la fosa. Que
recuerdo haber dicho esto, porque me dijo la
Guardia Civil que había una bala en la fosa y que
seguramente les falló el disparo.
Que la que fue pinchada, estaba boca abajo,
gimiendo y gritando, y la última arrodillada y las
tres al borde de la fosa. Así lo dije porque así es
como me lo dijo la Guardia Civil.
Que digo que lo dije pero me lo dijeron ellos a
mí.
400
Que ahí se tiene que dar cuenta que todo lo
declarado es falso, exceptuando que hay tres chicas
muertas.
Que en cuanto al corte del pezón que se le hizo
a una de las niñas, lo único que sé es lo que se me
dijo al tomarme declaración. El médico forense dijo
ahí que a una de las niñas le faltaba un pezón,
arrancado seguramente, ellos sabrán lo que han
hecho con las autopsias, yo en eso no quiero entrar.
Que los dos que me visitaron en la prisión de
Castellón, para forzarme a hacer una declaración,
fueron un tal Pedro y el que me interrogó la primera
vez, un sargento gordo de más de 40 años y con
algún pelo cano.
Que esta visita tenía por objeto darme todo lo
que habían encontrado, no supuestamente nuevo,
y cambiar el lugar de los hechos.
Que si me amenazan de muerte qué quiere que
haga, yo no voy de mártir.
Que lo que pretendo es que metan en la cárcel
a los que hayan hecho esto y que no se justifique
nadie conmigo, pero no digo la Justicia, sino unos
mandos de la Guardia Civil ante la Justicia, y lo
puedo demostrar.
Que lo único que falta es que me maten, más
que me han acosado, ya no me pueden acosar.
403
ANA FLORES CABRERA HIGUERA
Que nunca he declarado a la Guardia Civil que el 13
de noviembre Miguel Ricart viniera a mi estableci-
miento.
Que no firmamos porque no coincidía lo que se
manifestaba con lo que era.
Que la persona que estaba fuera, estaba junto a una
palmera.
Que no reconocí a esa persona como Antonio An-
glés. No era Antonio Anglés, porque Antonio era o
es muy alto, y ese chico era un poquito más bajito.
Que características que pueda decir de esta per-
sona, sería muy parecida a Mauricio, y más o menos
su misma complexión física.
404
LA LEYENDA NEGRA DESMENUZADA
405
Alcácer, porque entienden que la Sociedad Española no
soportaría la realidad de lo ocurrido... Alcácer es un
auténtico crimen de Estado, y es un pacto...una forma
de verse todos involucrados en una misma acción, de
cubrirse y asegurarse... la mayor parte de los nombres
de esas personas intervinientes, pues son conocidos por
la Opinión Pública Española.»224
Llega incluso más lejos:
«Las niñas tenían amistades fuera de Alcàsser.
Una semana antes de la desaparición, una de ellas
certifica el compromiso de las cuatro para acudir a una
fiesta privada donde van a conocer a unas personas que
les pueden abrir las puerts del mundo del espectácu-
lo/modelos/cine. Este acuerdo se cierra en Picasent con
un individuo que es uno de los ganchos para llevarlas a
esta fiesta privada en un chalet. Las niñas son llevadas
a este chalet y allí están cuatro días hasta que se realiza
una llamada que la Guarcia Civil no rastrea (presunta-
mente la realiza Toñi González a su domicilio). Es recep-
cionada por su padre, Fernando Gómez. La explicación
de la Guardia Civil es que se trató de una broma ma-
cabra. Al ser descubierta por uno de los individuos que
allí la retienen, éste no sabe el tiempo que Toñi ha
hablado ni con quién. Ante esta duda, se ordena el
traslado de las chicas y que desaparezcan. Cambia el
destino de las tres. Son trasladadas a unos cuantos
kilómetros, a un cobertizo, y son enregadas a un grupo
de delincuentes que abusan de ellas bajo efectos de
drogas y después son abandonadas a la intemperie.
Pasadas las fiestas, la Guardia Civil llega muy cerca de
donde han sido asesinadas. Alguien se toma la molestia
de arrojarlas a un canal de riego, de donde son
224
Declaraciones del 20 de noviembre de 2014
406
extraídas por efectivos de la Guardia Civil. Los cadáve-
res son introducidos en sudarios térmicos y esto es
puesto en conocimiento del Ministerio del Interior. Los
cadáveres son llevados a una especie de morgue, donde
quedan en stand by a la espera de órdenes. Se apro-
vecha el viaje de Fernando García a Londres para que,
de forma misteriosa, las chcas aparezcan en La Roma-
na, una fosa donde hay huesos de cadáveres que no
corresponden con los cadáveres de Miriam, Toñi y
Desirée, que algunos de ellos son incluso masculinos,
tal vez de Anglés. Por eso la caseta de La Romana no
tiene ni gota de sangre, a pesar de que allí se extirpó un
pezón a lo vivo. Los cadáveres presentan dos tipos de
descomposición distintos en cuerpo y cráneo. Los
cráneos aparecen más descompuestos. Hay cosas que
no coinciden, como el color grosella de los dientes y
placas dentales de los cadáveres, la fosforescencia en
el calzado demuestra la presencia cercana de un medio
acuático inexistente en La Romana. Los cuerpos tenían
tierra caliza de La Romana, pero también arcillosa pro-
pia de una parte concreta de la provincia de Valencia.
Los cuerpos están vestidos y devorados parcialmente,
sin embargo, la ropa está impecable. Aparecen tres
cinturones cuando las chicas salieron con dos. (…) El
gancho fue una mujer».225
Las teorías de Blanco y Fernando García encon-
traron desde el principio una respuesta muy positiva
por parte del público, que se sumó a la idea de que tras
Alcàsser había una conspiración o, cuando menos, un
secreto que superaba con creces lo que quedó expli-
cado en la verdad oficial. Quizás el que mejor desme-
nuza con nombres y apellidos la leyenda negra, la
225
Declaraciones al programa radiofónico “La Quinta Esfera”, 30.09.2013
407
versión alternativa o como la queramos llamar del
crimen de Alcàsser sea el redactor de es.sott.net, que,
bajo su exclusiva responsabilidad expone en las redes
lo que, según él, ocurrió en realidad. Reproducimos
aquí el contenido íntegro de lo que ha publicado porque
consideramos que, de no hacerlo, este libro quedaría
totalmente cojo en su finalidad de exponer todas las
versiones y perspectivas del asunto226. Y lo hace
comparando cronológicamente distintos hechos de la
historia política de nuestro país e interconectándolos
con el período de desaparición de las niñas, el hallazgo
de sus cuerpos y todo el largo y tortuoso periplo de la
instrucción sumarial y posterior juicio contra Miguel
Ricart.
226
Fuente: https://es.sott.net/article/50464-Habla-la-abuela-de-Miriam-una-de-las-ninas-de-Alcacer-para-
contar-la-verdad-de-este-terrible-crimen-en-Espana-audio
408
Por las filtraciones deliberadamente colocadas en la
red, se infiere que:
05 11 92
13 11 92
227
http://elpais.com/diario/1983/01/18/espana/411692419_850215.html
410
salidas, a 3 lugares diferentes, para ser violadas por 3
grupos distintos de personas. »
El 4º grupo agresor estaba conformado por sádicos
que ya habían torturado y asesinado anteriormente,
y que volverán a hacerlo posteriormente al crimen
de Alcácer.
228
Se refiere a Juan Ignacio Blanco.
411
de un grupo agresor conocen todas las identida-
des, de 2 grupos agresores conocen parte de las
identidades, y del otro grupo agresor no tienen a
nadie identificado.
14 11 92
15 11 92
16 11 92
18 11 92
412
19 11 92
20 11 92
27 11 92
02 12 92
229
Se refiere a Esther.
413
lo que tenía que hacer era irse a casa a llorar como
los demás padres..."
24 12 92
414
llevar el nombramiento de Almansa al Consejo de
Ministros del 8 de enero, era hombre muerto para el
futuro. No había más remedio que tirar para ade-
lante..."
230
http://elpais.com/diario/1995/06/20/espana/803599209_850215.html
231
http://elpais.com/diario/1995/04/10/espana/797464815_850215.html
232
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/06/16/espana/1245180744.html
416
cacerías... guarda en frigoríficos del Centro las piezas
que mata en ellas (ciervos...]
05 01 93
08 01 93
417
enero de 1993 almorzábamos los tres [Almansa,
Lasarte y Conde] en mi casa... Fernando me lo
agradeció... porque era a mí a quien debía su puesto..."
(Mario Conde)]
09 01 93
13 01 93
14 01 93
234
https://elcrimendealcasser.wordpress.com/weekly-post-1993/#jp-carousel-1526
418
Moraleja... comencé a percibir que algo flotaba en el
ambiente... sobre el modo en que Fernando [Almansa]
parecía querer conducir las relaciones entre el Rey y
yo... [Posteriormente al 14 enero] aproveché para
decirle al Rey [ante Almansa]: ¿Le ha contado a
Fernando que está aquí a consecuencia de un terre-
moto sobre vuestra majestad?..."]»
15 01 93
20 01 93
25 01 93
235
http://www.elmundo.es/cronica/2002/352/1026718784.html
419
Nakachian... ha ayudado a las autoridades cuantas
veces han sido requeridos sus servicios...]
(elpais.com 1993/01/26)236:
El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier
Solana, efectuó ayer [lunes, 25] un viaje sorpresa y
relámpago a Israel, inducido por sus interlocutores
árabes... A su regreso a Torrejón de Ardoz, la pasada
medianoche [del 25]... La visita se gestó, según los
acompañantes del ministro, en la madrugada del lunes
[25]
26 01 93
236
http://elpais.com/diario/1993/01/26/espana/728002832_850215.html
237
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1993/01/26/025.html
420
(Fernando Rueda)238: «...que interceptaba las llama-
das escuchó una conversación relacionada con el
brutal asesinato [de las niñas de Alcácer]. Uno de
los que hablaba era un hombre que no tardó en
identificar como un valenciano influyente con
buenas relaciones con el gobierno ―al que podría
haber pertenecido―. Hizo un informe con todos los
datos disponibles y se lo pasó a su jefe y éste a su vez
al suyo. La respuesta fue nítida, muy clara: abandonar
inmediatamente la escucha...»
238
http://fernandoruedarieu.blogspot.com.es/2013/12/el-crimen-de-alcasser-y-el-cesid-la.html
239
http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2002/11/547/
240
http://elpais.com/diario/1996/09/21/espana/843256805_850215.html
241
http://www.elmundo.es/papel/hemeroteca/1995/06/15/nacional/
421
(elmundo.es 1999/abril/13)242: El sustituto de Juan
Alberto Perote al frente de la Agrupación Operativa del
Cesid, Manuel López Fernández, ha manifestado ante
el tribunal que juzga las supuestas escuchas irregu-
lares que ordenó que se borraran las cintas
almacenadas en un armario... El sustituto de Perote,
quien ocupó esa jefatura de forma interina entre 1991
y 1993, desvinculó entre sí los ceses del fallecido Juan
Manuel Navarro Benavente, del imputado Juan Miguel
Nieto, y de los dos ex agentes Enrique de la Torre y
Rafael Molero Dorado, quienes comparecieron como
testigos y aseguraron que su cese se debió a una
escucha de narcotráfico...
Por su parte, Molero explicó que Navarro Bena-
vente le contó a él y a un tercero que cuando comunicó
a sus superiores la detección de esa conversación
relacionada con narcotráfico le prohibieron continuar
la investigación, y aseguró que los cesaron de manera
fulminante... Molero, por su parte, indicó que tras
conocer que Navarro había detectado una red de
narcotráfico "tremendamente importante", le fueron
intervenidos los teléfonos, aunque reconoció que es un
"convencimiento personal"...
422
Los hombres de la UCO encargados del caso Alcácer
reciben la orden de ser relevados por otros
compañeros, abandonando Alcácer.
27 01 93
244
http://elpais.com/diario/1993/01/28/espana/728175617_850215.html
423
en la medida de lo posible, fuera del conocimiento de
la opinión pública.]
(elpais.com 1996/11/10):
425
"porque se han dicho muchas mentiras sobre lo que
pasó..." Hidalgo detalla que Antonio Anglés... "es un
delincuente de chichinabo, de tres al cuarto... hay
muchas cosas que son mentira"... hace hincapié que
es mentira que Anglés saltara por una ventana para
huir...»
(ABC 25-6-97):
28 01 93
426
• Fernando García (y Luisa Gómez) llegan al
aeropuerto de Manises, procedentes de Lon-
dres, a las 13:20 h.: Los guardas jurados
acordonan la zona de desembarque, dónde
sólo pudo entrar Nieves Herrero y sus cá-
maras de Antena 3.
246
http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2001/11/317/
247
http://www.abc.es/tv/20131204/abci-programa-alcacer-error-pies-201312041315.html
427
La periodista Patricia Murray, que ha tenido una
intervención esencial en estas 2 últimas semanas,
desaparece del asunto Alcácer.
29 01 93
Segunda autopsia:
248
http://elpais.com/diario/1996/11/10/espana/847580419_850215.html
428
["...Lo único que hay de verdad son las fotografías...que
las fotografías no puedan verse..."]
30 01 93
03 02 93
249
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1993/01/29/028.html
250
Se refiere el editor a Federico Mayor Zaragoza.
251
Se refiere el editor a los atentados del 11-M. El lector encontrará amplia información al respecto en mi
libro LA LEYENDA DEL CABALLO TURCO.
429
12 04 93
04 05 93
430
Para la neutralización de la crisis se utilizarán
procedimientos brutales, para paralizar, por puro
terror, al mayor porcentaje posible de apoyos a
Mario Conde:
20 05 93
31 05 93
06 06 93
252
http://elpais.com/diario/1993/05/05/madrid/736601054_850215.html
253
http://elpais.com/diario/1993/05/20/madrid/737897059_850215.html
254
http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/monarquia/un-rey-golpe-a-golpe-capitulos-del-
libro/6329-qun-rey-golpe-a-golpeq-cap-20-el-rey-con-el-pp
431
• Elecciones Generales.
• Se inicia la neutralización de Mario Conde.
29 06 93
02 10 93
14 10 93
25 y 28 octubre 1993
255
http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1995/09/29/pagina-27/34437688/pdf.html
432
(Patricia Sverlo256): Aznar fue recibido en La Zarzuela
el 25 de octubre, el 28 se reunió para cenar en La
Moncloa con el presidente González, y los días
siguientes la prensa (tanto El País como ABC) publi-
caba que se había sellado un pacto entre ellos..
En torno a 30 10 93
28 12 93
Intervención de Banesto:
15 11 94
23 12 94
256
http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/monarquia/un-rey-golpe-a-golpe-capitulos-del-
libro/6298-qun-rey-golpe-a-golpeq-cap-17-de-sabino-a-conde-y-de-conde-a-polancofantasmas-del-
pasado-
433
nal (39 días) al que deliberadamente colocan junto
a Julián Sancristóbal (ex Director de Seguridad
del Estado)
En torno a 01 03 95
19 04 95
08 95
09 95
08 96
07 09 96
257
La ópera prima de Alejandro Amenábar.
435
Juan Ignacio Blanco, por orden de Pepe Navarro, acude
el fin de semana a Alcácer para obtenerinformación
para el "Mississippi".
En torno a 01 11 96:
10 11 96
436
siendo utilizados en esa guerra tanto por los de
una parte como por los de la otra...»
«...he sido utilizado por el grupo principal como
advertencia a los [4] grupos asociados, al
habérseme facilitado material gráfico y escrito
que implicaba a determinadas personas.»
«...las cintas forman parte de su estrategia del
miedo con sus asociados...»
14 12 96
29 01 97
30 01 97
Pepe Navarro telefonea al “clan de La Moraleja”
pidiéndoles perdón.
31 01 97
17 02 97
24 02 97
12 05 97
25 05 97
439
Francisco Umbral: Artículo El Halcón Maltés:
«...la justicia necesita un culpable... Lo que sabemos es
que Ricart está ahí, disponible... Es sobre todo cul-
pable de estar ahí, encarnando la culpa, haciéndola
vivible y visible... La verdad está ausente y vuela muy
alto... Miguel Ricart no es más que un fetiche falso...
Ricart, la prueba definitiva, sólo es un burdo engaño,
una mentira. Se sabe falso y llora.»
05 09 97
440
JIB: Evidentemente, era Desireé Hernández, que es
una de las niñas de Alcásser...esa cinta, se puso en
manos del Ministerio del Interior y yo no he vuelto a
saber absolutamente nada más del tema..."
"...alguien depositó en [mi] poder la primera filmación
y la vi. Desde ese día la angustia nunca me ha
abandonado."
15 09 97
05 98
260
http://elpais.com/diario/1998/09/18/cvalenciana/906146289_850215.html
261
http://www.lainformacion.com/policia-y-justicia/criminalidad/piden-dimision-del-diputado-que-
publico-autopsias-de-victimas-de-pederastia_o3DFuUchVcxqRU5BisSOr/
441
las autopsias de Julie y Melissa, dos de las víctimas del
pederasta Marc Dutroux, ha desatado una ola de in-
dignación entre la clase política belga... El diputado
anunció ayer en rueda de prensa que había difundido
en su blog el informe de la autopsia de dos de las
víctimas de Dutroux, que incluye dos fotografías, con
el objetivo de demostrar que la justicia ha ocultado
"la verdad" sobre la muerte de las dos niñas...]
19 02 99
En torno a 01 12 99:
442
de, además hay pruebas gráficas para corroborarlo. Así
nadie puede escapar: si cae uno, caen todos, si uno
sólo traiciona al grupo, caerá también él. Y estando así,
atrapados en una especie de red invisible, los negocios
que realizan los coparticipantes en esas perversiones
son más lucrativos: se favorecen unos a otros y ni aún
queriendo es posible la traición en sus negocios: la
lealtad al grupo está asegurada de por vida. Y si
alguien quiere entrar en el grupo para enriquecerse o
alcanzar poder antes debe aceptar este juego perverso.
Es una técnica mafiosa de demostrada eficacia...»
17 11 02
13 02 04
20 08 09
263
http://www.elmundo.es/cronica/2002/370/1037613607.html
443
(ABC.es): Elena Valenciano, secretaria de política
internacional del PSOE: «Tengo la certeza de que un
destacado dirigente nacional del PP ha cometido un
grave delito sexual»264
05 12 09
13 11 10
13 11 12
16 11 12
444
05 13
29 11 13
23 11 10
08 03 15
265
http://blog.elespanol.com/arponero/la-fermentada-letrina/
446
MACASTRE
447
tema de Alcàsser y el tema no pierde auge periodístico.
Era muy complicado dejarlo en el limbo. Cuando
aparece el cadáver de Anglés en La Romana a alguien
se le abren las puertas del cielo y tiene la solución. (…)
Los bolsos de las niñas eran muy infantiles (llevaban
chuches). (…) Ellas no eran conscientes de adónde iban,
pero tampoco pensaban que fueran a ir a misa.
Pensaban que iban a ir a “algo de mayores”. Eran
infantiles, pero estaban en la edad del pavo. (…) Es
difícil hablar sin hablar. (…) La alfombra no pertenece a
La Romana. Cumple la misión del transporte de los
cadáveres que forman un bloque separado por grietas
del resto dela tierra. De ahí que sobren huesos a los que
los jueces no quieren hacer análisis de ADN. Proceden
de una fosa donde hay más cuerpos y donde, con ese
bloque de cuerpos, se han colado dos o más huesos de
otro enterramiento. Pero los juzgados no quieren entrar
ahí. (…) El crimen de ellos está organizado al milímetro.
Ellas están escogidas y todo es llevado hasta sus
últimas consecuencias conforme a los planes trazados.
Todo lo de despuésproviene de una segunda historia. El
crimen está realizado por profesionales. Lo que se hizo
con los cadáveres tiene un objeto, un propósito
determinado y una finalidad muy clara. El chapucerío
posterior es todo del Estado. Las personas que lo
realizan y organizan tiene mucho poder y con unos
intereses muy concretos. (…) Las niñas son utilizadas
PARA. El trabajo sucio fue a sueldo. Hay otros casos que
demuestran el poder de los que están detrás: a Antonio
Herrero266, tres días antes le dijeron cómo iba a morir.
266
Antonio Herrero Lima (Madrid, 1955-Marbella, 1998) fue un periodista español. Tras trabajar en
diversos medios escritos, en 1983 inicia su andadura radiofónica en las emisoras locales de Antena 3. En
1985 empezó a dirigir El primero de la mañana, con el que se convirtió en líder de audiencia con una
influencia política sin precedentes. En 1992 se produjo lo que popularmente se conoció como el antenicidio,
una operación del Gobierno que facilitó al grupo PRISA la compra (y cierre) de Antena 3 Radio. El 2 de
mayo de 1998, con 43 años, murió ahogado en Marbella mientras practicaba submarinismo.
448
¿Le ha preocupado a alguien de la profesión periodística
la muerte de Antonio Herrero267? ¿Por qué Pepe Navarro
no ha vuelto a TV? (…) En la vida real, cuando un
inocente cae en una conspiración, muere instantánea-
mente. Pedro J. nos ofreció una enorme suma a
Fernando García y a mí por salirnos del Mississippi y
dalr el sumario a él. (…) En el Mississippi recibimos 250
sacos de cartas de apoyo y de gente que nos daba
pistas. (…) El párroco de Alcàsser nos contó que una
persona había ido a confesarse con él y le había
entregado un vídeo y una carta en mano para Fernando.
La carta era de confesión: se iba a morir de cáncer y en
ella daba cuatro nombres que no eran ajenos a la
investigación.»
Pero la afirmación más escandalosa e inquietante
para mi gusto, es la referida al CASO MACASTRE, que
Blanco cuenta de la siguiente manera:
«Macastre ocurre también en 1992, cuatro meses
antes de Alcàsser. Es uno de los hechos más olvidados
de la Historia de España. Dos chicas y un chico de 14,
15 y 16 añis se van a pasar un fin de semana a una
caseta de Catadau, muy cerca de donde está la fosa de
la Romana y el bar El Parador. Los tres chicos
desaparecen. Se les está buscando durante un mes
hasta que un vecino del pueblo, dando un paseo por el
campo, entra en una caseta abandonada y dentro está
el cuerpo de una de las chicas, la de 14 años, com-
pletamente vestida salvo los vaqueros, que los tiene con
la cremallera bajada. Se le realiza la autopsia y sale
una autopsia blanca268. Los forenses no logran averi-
267
«Es que no se puede oír. Las cosas que ha dicho Antonio son intolerables». FEDERICO JIMÉNEZ
LOSANTOS desvela en «De la noche a la mañana» la cena que Luis Herrero y él tuvieron el 1 de mayo de
1998 con Aznar en Moncloa, en la que el presidente, muy tenso, afirmó que no aguantaba más las críticas
de Antonio. La fatalidad hizo que al día siguiente el periodista muriera ahogado en Marbella.
268
Una autopsia blanca es cuando no se puede determinar el motivo de la muerte.
449
guar la causa de la muerte ni la data269. Se barren los
alredores. Una semana después, a 35 metros de la
caseta aparece el cadáver del chico, que tiene 15 años,
con un boquete en el pecho del cual sale una rata en el
momento de la inspección ocular. La autopsia sale,
nuevamente, blanca. La tercera chica, de 16 años no
aparece, sólo un resto suyo, en septiembre: una pierna
que alguien deja en un banco de la calle Alcácer de
Valencia. Así pues, Alcácer es el punto final de algo
mucho más largo y de muchas víctimas apriorísticas.»
A pesar de los datos que Juan Ignacio Blanco,
quien afirma poseer también el sumario de Macastre,
comete varios errores que es conveniente señalar.
En efecto, Macastre es una fiesta de muchachos:
dos de 14 años y uno de 15: Francisco Valerio, Rosa
Ayete y Pilar Ruiz. Se fueron juntos a una zona de
Catadau, próxima a Macastre, con una tienda de
campaña. Era el 14 de enero de 1989 y no en 1992,
como afirma Blanco. Jamás volvieron a casa. Los
investigadores siguen sin saber qué ocurrió realmente.
Estaban en una caseta, nunca abrieron la tienda
decampaña. Era una zona fría, con frondosos bosques
y alguien se tuvo que aproximar; alguien que sabía que
ellos estaban allí. Sin embargo, no se encontró ni una
sola huella. La policía fue encontrando los cuerpos en
diferentes lugares y fechas. En una fecha significativa
aparece la primera señal. Los jóvenes habían
desaparecido sin dejar rastro. En una población a
bastantes kilómetros del lugar de la desaparición,
aparecerá algo concreto. Javier Martínez, del Diario las
Provincias, nos dará datos concretos:
«El 27 de enero de 1989, trágica coincidencia con el
caso Alcácer270, en la calle Alcácer de Valencia
encuentran un pie amputado. En posteriores pruebas
269
La data es la fecha del óbito.
270
Recordemos que la fosa de La Romana se descubrió también un 27 de enero.
450
forenses se determinó que pertenecía a Rosario. Estaba
serrado por una sierra mecánica. Al poco tiempo
aparecerá el cuerpo del muchacho, brazos en cruz, en
pleno campo, en un territorio solitario: como si también
hubiese sido colocado adrede. La policía sospecha que
ingirieron tóxicos, que esnifaron pegamento y que se
intoxicaron mientras se escuchaba la aparición de un
extraño. Quizá una de las chicas se puso mal. El otro
compañero y la otra amiga salieron a pedir ayuda y algo
pasó en el interín. Todo se desbarata cuando surge el
pie amputado. Después, en un cobertizo, sin signos de
violencia y los brazos en cruz, aparece la otra chica. Las
autoridades no saben qué decir. Vuelven al pie
amputado. Lo intentan identificar. Casi cuatro meses
después aparece el resto de la chica. También le falta
una mano y tiene la cara desfigurada. Los tres
cadáveres del caso Macastre habían aparecido en
diferentes puntos. En tono Hollywoodiense, piensan en
tres niños y un hombre con una sierra mecánica; y
piensan en un cóctel mortal de droga. Pero nadie explica
los cortes ni la distribución de los cuerpos.»
Como vemos, esta versión ya no coincide con la de
Juan Ignacio Blanco, que afirma, insistimos, en poseer
el Sumario Macastre y en haberlo estudiado por sus
similitudes con el de Alcàsser. Por eso uno opta por
consultar la versión del inspector de policía José
Alfredo Pellicer, la cual dice lo siguiente:
« Pilar, Rosario y Francisco, de 14 y 15 años van el
14 Enero 1989 de acampada a una caseta situada en
los montes de Catadau. Se trata de la Sierra del
Caballón, entre Dos Aguas y Catadau, a una hora de
camino desde Macastre.
• El día 19 Enero 1989 se descubre el cuerpo de Rosario
en una caseta.
451
• El día 8 Abril 1989 se descubre el cuerpo de Francisco
en mitad del monte.
• El día 24 Mayo 1989 a unos 7 km del anterior, cerca
de Turís, se descubre el cuerpo de una mujer
desconocida de entre 18 y 25 años a la que le falta un
pie y una mano.
• En Junio 1989 aparecen los restos del pie de la mujer
desconocida en la zona de Chiva. Se desconoce su
identidad.
• En 1999 se encuentran unos restos óseos en la zona
de Macastre. Se confirma que son de Pilar, la niña que
faltaba.
452
siete kilómetros del lugar donde apareció el de dicha
mujer.
El 24 de Mayo aparece, en una cañada o arroyo de
Aguas de Turís, en avanzado estado de descompo-
sición, el cadáver de una mujer. Al principio se creyó que
era el de Pilar, pero se comprobó que no era así. Era una
mujer desconocida de entre 18 y 25 años, a la que le
faltaba un pie y una mano. Su desaparición no había
sido denunciada. En la actualidad continua sin ser
identificada. En Junio de 1989, aparecen los restos de
un pie en la zona de Chiva. Resultó ser el que le faltaba
a la mujer desconocida. Desde 1985 hasta 1995 han
desaparecido en esa concreta zona valenciana
(Macastre, Catadau, Tous, Chiva, Lliria...) 23
jóvenes y han aparecido 18 cadáveres. Todos estos
casos (incluido el de Alcásser) siguen sin
resolverse.
HECHOS:
453
El 19 de Enero, un campesino, o más bien
ganadero, encuentra su caseta o masía, (que tenía luz
eléctrica y agua de pozo y muebles. Estaba en
condiciones de ser habitada, situada en el monte de
Catadau, con la puerta forzada (el candado que la
cerraba había desaparecido, y nunca apareció). Este
ganadero acudía a su caseta (situada cerca de un coto
de caza menor) dos veces por semana, por las mañanas,
para recoger utensilios, ya que se dedicaba al pastoreo
de su ganado. En el interior de la caseta halla a Rosario
muerta sobre una cama. Parece ser que murió en la
misma cama, aunque no se descarta que la llevaran allí,
ya muerta o inconsciente.
Estaba vestida, sin que haya indicios de que se
desnudara o la desnudaran, ni rastros de violencia.
Según la autopsia murió el día 16, de un paro cardíaco
provocado por asfixia, debido al consumo de drogas
(mezcla de drogas altamente tóxicas) e inhalación de
monóxido de carbono. Algunos investigadores que
intervinieron en el caso creen que la muerte fue un
asesinato, que fue lenta y dolorosa (de corte sádico) y
que la obligaron a tomar drogas.
No hay constancia de agresión sexual ni de haber
mantenido relaciones sexuales consentidas o en estado
de inconsciencia. En la vagina y ano de Rosario
encuentran un líquido rojizo que no era semen. No se
sabe si la llevaron a la caseta o se dirigió allí junto a sus
amigos ya que hacía frío. En la caseta aparece la tienda
de campaña guardada en su funda. Al parecer, según
las huellas, Francisco hizo un amago de montar la
tienda, pero al final no la montó.
También se hallaron ropas, pero no los utensilios
personales, tales como llaves, anillos, collares, etc...
En los alrededores de la caseta, los investigadores
hallan las huellas de al menos cuatro individuos,
diferentes a los tres niños. Las huellas son de botas de
montaña de tallas 43 y 45, y por lo tanto, de adultos.
454
Parece ser que a cada niño se lo llevan, personas
diferentes, a lugares diferentes, de modo que ninguno
presencia lo que les pasa a los otros. También se
hallaron huellas de caballos, ovejas y otros animales, lo
que es normal al ser una zona de pastoreo; y de varios
vehículos. La hipótesis de los investigadores es que los
asesinos dejaron su/s vehículo/s a un kilómetro de
distancia y llegaron hasta la caseta andando.
Cuatro meses después, el 8 de Abril, aparece en
mitad del monte, el cadáver en avanzado estado de
descomposición, de Francisco. Ha muerto de un disparo
en la cabeza, realizado con una pistola automática de
las usadas en aquella época por la guardia civil y la
policía. El calibre es de 9 mm parabelum.
No obstante, algunos investigadores dicen que la
muerte se produjo por una brutal paliza (con uso de
palos, piedras, patadas...) y que el tiro se lo dieron
cuando había muerto o estaba agonizando, para
rematarlo. No hay indicios de abuso sexual, pero
tampoco se descarta.
Al parecer, y según las huellas encontradas, se
trató de una especie de cacería humana, de manera que
se llevó a Francisco a un descampado (donde hay un
arroyo o cañada) donde se estaba mutilando el cadáver
de una mujer con una motosierra, se dejó escapar al
chico y se le persiguió y se le dio muerte. El cadáver
aparece a unos siete kilómetros del lugar donde se
encontró el de la mujer. La tierra adherida a sus
zapatillas no se corresponde con la del lugar donde se
encontró. Seguramente fue llevado hasta allí ya muerto.
Pilar Ruiz Barriga, fue encontrado el cadáver de
una chica en Valencia: algunos forenses aseguran que
era el suyo y otros lo desmienten radicalmente. El 24 de
Mayo aparece, en una cañada o arroyo de Aguas de
Turís, en avanzado estado de descomposición, el
cadáver de una mujer. Estaba vestida. Al principio se
creyó que era el de Pilar, pero se comprobó que no era
455
así. Era una mujer desconocida de entre 18 y 25 años,
a la que le faltaba un pie y una mano. Su desaparición
no había sido denunciada. En la actualidad continua
sin ser identificada. Pudo tratarse de una prostituta
extranjera que fue llevada al lugar voluntariamente,
prometiéndole una cantidad de dinero a cambio de
participar en una orgía. La mataron seguramente de
una paliza (tenía la cara deformada) y después la
mutilaron con la motosierra.
En Junio de 1989, aparecen los restos de un pie en
la zona de Chiva. Resultó ser el que le faltaba a la mujer
desconocida. La mano nunca apareció.
En 1999 aparecen restos óseos (correspondientes a
piernas, brazos y cráneo) en Macastre, en las tierras
propiedad de un vecino llamado Antonio G., debajo de
unos plásticos. Se cotejaron con una muestra de la
hermana de Pilar y resultaron ser, tras la prueba de
ADN, de Pilar Ruiz Barriga. Se piensa que murió también
de una paliza. No se dieron noticias por deseo de la
familia. Desde 1985 hasta 1995 han desaparecido en
esa concreta zona valenciana (Macastre, Catadau,
Tous, Chiva, Lliria...) 23 jóvenes y han aparecido 18
cadáveres. Todos estos casos (incluido el de Alcásser)
siguen sin resolver. Destaca el caso de Cristina
Mercedes Llorca, cuyo cadáver apareció maniatado en
Lliria poco antes de la desaparición de las niñas de
Alcásser. Las cuerdas son similares a las que usaron
con éstas, aunque por las características del asesinato
(apuñalamiento, sin síntomas de sadismo, aunque sí de
ensañamiento) y el hecho de no haber sufrido abusos
sexuales no parece estar relacionado con Alcásser y/o
Macastre. Y también el de Yolanda Vicente, de 17 años,
que apareció muerta de un disparo a bocajarro en una
caseta abandonada en Benimamet.
456
SIMILITUDES
457
Turia, la mutilan con una motosierra, y al huir le
persigue su asesino y le mata.
271
Cabe añadir, aunque no esté relacionado directamente, que en Córdoba apareció desmembrado, a orillas
del Gualdalquivir, el cadáver de Soledad Donoso.
459
niño cerca del término urbano de Macastre en unas
bolsas de plástico. Y luego está el triple crimen de
Macastre.»
Pues si a él le parece poco…
Lo que está claro es que, en una comarca determi-
nada, entre mediados de los años 80 y 90 ocurrieron
cosas que jamás se han resuelto. Muchos investiga-
dores, entre ellos Juan Ignacio Blanco, lo relacionan
directamente con Alcàsser y llegan a afirmar que
Macastre fue una especie de “ensayo” de lo que se iba
a perpetrar tres años después. Pero no podemos pasar
por alto que hay mucha leyenda urbana en torno.
Por otra parte, ¿cómo se distingue entre un arre-
bato, una cuestión mafiosa, un ajuste de cuentas o
algo que tenga hedor a ritual esotérico? Es difícil a ve-
ces distinguir unas cosas de otras. En la prensa, ya lo
estamos viendo, se dan los datos muy a la ligera, cali-
ficando de satánico o de crimen en serie casi cualquier
cosa. Pero tampoco podemos pasar por alto la esce-
nografía de Macastre: dos cuerpos que aparecen en
cruz, miembros mutilados… Está claro que hubo pre-
meditación.
460
¿CÓMO EMPEZÓ TODO?
461
coche a la gasolinera Mari (hoy REPSOL) y no puede
acercar a las niñas porque está perdiendo aceite273 el
coche; sin embargo, declara que las niñas no hacen
autostop, sino que él se para voluntariamente y les dice
que suban. La declaración de su novia, veinte minutos
después en el mismo cuartel de la Benemérita, es un
calco salvo en dos detalles curiosos: que las niñas
estaban muy nerviosas y que hacían autostop.
Luego hay dos testigos dentro del casco urbano de
Picassent que supuestamente ven a las niñas: uno que
va andando y se cruza con ellas de acera y otro que va
en una moto y las ve. Ambos acabarían reconociendo,
según Juan Ignacio Blanco, que nunca vieron a las
niñas274.
La siguiente testido es Maria Dolores Vadall, que
las vio entrar en un coche blanco pequeño. Su versión
quedó desmontada por el abogado de la acusación po-
pular cuando puso en evidencia que la mujer no podía
haber visto en ningún caso a las niñas por una sencilla
razón: ella declaró que cuando se asomó al balcón de
su casa estaban encendiendo las luces de las farolas,
cosa reiterada en el juicio, pero merced a los informes
del ayuntamiento de Alcàsser, se comprobó que las
luces se habían encendido dos horas andes de las
20,15-20,20, horaen la que todo el mundo ve a las
niñas dirigirse a la carretera de Picassent.
Por otra parte, durante el transcurso de la vista
oral quedó claro que, de la pareja, al menos uno de los
dos mentía porque no se pusieron de acuerdo ni en el
color ni en la marca del coche en el que iban275
Otras dos testigos que vieron a las niñas fueron su
amiga Esther, a la cual fueron a visitar, y su madre.
Pero cuando se les pregunta sobre la hora en que las
niñas abandonaron la casa para, presumiblemente
273
Lo extraño es que, si el coche tenía agujereada la tapa del cárter, lo normal es que no ande… En fin.
274
En la España de la época, esta actitud de mentir en un momento tan delicado podría tener explicación
(que no justificación) en el afán de notoriedad que provocaban los medios de comunicación entre la gente.
275
Y eso que ambos estaban bajo juramento.
462
dirigirse a la discoteca Coolor, existen dos horas de
diferencia entre la versión de la hija y la de la madre.
Si el testimonio más fiable es el de Esther, ella señala
que eran las 20,20 de la tarde “porque lo vio en el reloj
del vídeo”, por lo tanto, a esas horas, no podían estar
en la gasolinera.
Por lo tanto, ir a una fiesta a Coolor, donde no
llegarían antes de las nueve de la noche unas niñas
que tenían que estar en casa a las nueve y media es del
todo absurdo y carece de sentido.
Por otra parte, cabe destacar que Coolor estaba
cerrada aquella noche para el público general porque
se celebraba una fiesta privada de alumnos del ins-
tituto de Picassent con el fin de recaudar fondos para
el viaje de estudios. Es decir, para poder acudir a la
discoteca hacía falta tener entrada, y de hecho esas en-
tradas se estuvieron vendiendo durante toda la sema-
na en el instituto de Picassent y por la calle. Las niñas
no tenían entradas para la fiesta. ¿Habrían quedado
“con alguien” en las inmediaciones del establecimien-
to? Dudoso porque era una noche de noviembre y hacía
frio (además, Coolor estaba en mitad de ninguna par-
te).
Sin lugar a dudas, Coolor fue una de las primeras
distracciones del caso: la versión desde el principio fue
que “tres niñas iban a una discoteca y no llegaron”. La
realidad es que nadie las esperaba allí ni tenía cons-
tancia de que fuesen a ir... salvo Esther y los padres de
Miriam, como veremos después.
Así pues, ¿por qué unos testigos iniciales mintie-
ron? Como ya he señalado en una nota a pie de página,
y en contra de lo que pueda parecer apriorísticamente,
en el procedimiento de Alcàsser casi nadie obra de
mala fe. Hubo quien reconoció a posteriori que lo que
había negado ante la policía (haberlas visto) después lo
admitió cuando llegaron las cámaras de la televisión.
463
Todo se resumiría en un “yo no me acuerdo si las he
visto, pero es probable que las haya visto”.
Matilde Iborra, la madre de Miriam, recibe una
llamada, tal vez desde una cabina o desde casa de
Esther, en la que ésta le pide a su madre que el padre
(Fernando García) las lleve. Esa llamada no está en el
Sumario. Así pues, surge una nueva pregunta: si no
iban, ¿por qué Miriam llama a su madre? Pero aún hay
algo más extraño. Fernando García trabajaba hasta
tarde en la fábrica familiar de colchones. Normalmente
llegaba a su casa sobre las nueve y media de la noche.
Precisamente aquel día se encontraba indispuesto y
llegó mucho antes para acostarse en la cama y reposar.
El motivo por el que Fernando no acudió a la llamada
de su hija fue ése: que no se encontraba bien. Otras
veces las había llevado a las tres en domingo para que
se divirtieran. Sin embargo, ¿cómo sabía Miriam que
su padre estaba en casa si había salido de allí antes de
que éste regresara indispuesto del trabajo? ¿Cómo
podía saberlo? Esta llamada no está en el Sumario
porque, como hemos dicho, ninguna de las actuacio-
nes de la Guardia Civil aparece en él276.
Podríamos decir que Coolor aparece en esta
historia porque Miriam le dice a su madre “que van a
ir a Coolor”. Eso Fernando lo hace público a los medios
casi de inmediato cuando aquella misma noche del 13
de noviembre, enfermo y sin cenar, se echa a la calle a
buscar desesperado a su hija y a a las dos amigas.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, si
salieron andando desde casa de Esther, a eso de las
ocho y veinte de la noche, en dirección a Coolor, la
distancia entre este domicilio y la discoteca es de siete
kilómetros. Así pues, si fueron a Coolor… ¿cómo
fueron? Es ahí donde se hace necesario interponer un
QUIÉN.
276
Y eso que hicieron pesquisas sin parar durante los 75 días que duró la búsqueda.
464
También sabemos que a Coolor no pudieron llegar
porque en la discoteca había cerca de trescientos
testigos esperando, por lo que debía establecerse un
modelo de desaparición en un punto intermedio entre
la casa de Esther y a la mitad del camino real de
Picassent y la distancia de la discoteca.
Lo que siempre le quedó claro a Fernando era que,
a pesar de la llamada recibida por su esposa, Miriam
no podía saber que él se encontraba en casa para
recibir el recado de llevarlas: su hija no podía saber en
absoluto que había regresado antes del trabajo porque
estaba enfermo. La petición de Miriam carecía de lógi-
ca.
Llegados a este punto cabe preguntarse si, en su
visita a Esther, le contaron algo sobre sus planes. Tal
vez ella o alguna otra amiga de las niñas podría saber
algo. Y así es.
Su amiga Marisa dice que Miriam había quedado
en verse con Lean (el novio de Miriam) en la sala de re-
creativos Zass, y eso tuvo que ser presumiblemente por
la tarde. Nos lo confirma Esther cuando dice que sobre
las 17,30 horas se fueron las tres junto con otra amiga
llamada Vanessa a Zass. Más concretamente, afirma
que fueron «a jugar a las maquinitas, pero en realidad
debieron ir porque Miriam quería ver al Lean, que estaba
jugando al billar».
He buscado en todo el sumario, y no he encontra-
do la mínima mención a la tal Vanessa. Si estuvo con
ellas esa tarde en los recreativos, tendríamos un testi-
monio de primera mano de lo que pasó antes de la
desaparición, de cuándo se gestó la idea de ir a Coolor.
Tampoco he visto ninguna entrevista ni interrogatorio
al tal Lean, y a mi juicio ambos testimonios tienen una
importancia vital; ellos dos nos podrían decir si antes
de salir hacia la casa de Esther ya habían decidido ir a
Coolor.
465
En las actas del juicio encontramos el testimonio
del para muchos, un mentiroso Cano Llacer. En la
decimosegunda sesión, éste afirmó que él sabía que
iban a subir a la discoteca, aunque no nos dice como
lo sabía, y no dice que las niñas se lo dijeran. De hecho,
les ofreció entradas, probablemente esa tarde en Zass,
y ellas no las compraron, ni él nos cuenta la
conversación que tuvieron.
466
―Antonio Soria Chaveli (Tomo IV, folio 656)
277
http://lawebdelassombras.blogspot.com.es
468
ir a Coolor, pero hay más; Esther no le dijo cuando ésta
llamó que iban hacia la discoteca. Y Marisa fue a bus-
carlas a los recreativos.
Aquí nos caben dos posibilidades:
1. Esther no estaba segura de que las amigas
se hubieran ido a Coolor al final.
2. Esther mintió a todo el mundo después de la
desaparición. Sus amigas nunca tuvieron
intención de ir a Coolor, sino a otro lugar
diferente.
Lo segundo resulta improbable. Esther siempre se
mostró firme en sus declaraciones, tanto ante la Guar-
dia Civil, como en el juicio y en el libro de Fernando
Martínez Laínez: sus amigas iban a Coolor.
Pero la tarde del día 13, después de que ellas salie-
ran de su casa, no estaba tan segura de que ese fuera
el destino final de sus amigas, pues no tendría lógica
que cuando Marisa la llamó se limitara a decir que ya
se habían marchado, y no decirle adónde. De hecho,
Marisa se va a los recreativos a buscarlas, y lógicamen-
te ya no las encuentra por allí.
El día 14, cuando los padres van a poner la denun-
cia por la desaparición ante la Guardia Civil, los tres
declaran que sus hijas iban hacia Coolor, y esto no lo
podían saber. Según Rafael Hersainz, en el libro de
Fernando Martínez Laínez278, se recogen los testimo-
nios de las madres de las niñas, y ninguna de las tres
sabía que sus hijas iban a ir a Coolor. Es más, la madre
de Miriam le dijo a su hija que no fuera cuando ésta la
llamó desde casa de Esther. La única forma de saber
hacia dónde se dirigían sus hijas era el testimonio de
Esther, con la cual hablarían la misma noche (o duran-
te la madrugada) de la desaparición.
Si Esther no tenía tan claro si iban o no a Coolor
¿por qué esa seguridad de los padres en la denuncia?
278
Sin Piedad, novela de Fernando Martínez Laínez. Ediciones B. 1993
469
Si Esther tenía dudas de si fueron o no hacia allí, lo
lógico era que a la hora de denunciar se hubiera dicho
que “posiblemente” o “probablemente” fueran hacia la
dis-coteca. Sin embargo, este hecho se afirma con
rotundi-dad.
¿Mintió Esther o había algún otro testimonio? Más
bien lo segundo; otra vez Cano Llacer:
471
3.- Sobre las 19,45 salen de los recreativos y se dirigen
hacia la casa de Esther. La casa de esta chica está cer-
ca del ambulatorio.
4.- Francisco Soria Chaveli, que va con prisas porque
se dirige a un examen, las ve cerca del ambulatorio y
las saluda sin detenerse a hablar con ellas279.
5.- Se encuentran con Esther en la puerta de su casa,
y allí cuentan el dinero para ver si tienen suficiente pa-
ra ir a la discoteca. Como no tienen suficiente Miriam
le pide a Esther de subir a su casa y llamar a su padre
para ver si las lleva (a pesar de que no pueden saber
que él se encontraba en casa… ¿o sí lo sabían?).
6.- La madre de Miriam les dice que su padre está en-
fermo y no las puede llevar, así que lo mejor es que no
vayan hacia la discoteca. Su hija le dice que sí y cuelga
el teléfono.
7.- Se quedan un ratito en casa de Esther, pero salen
hacia Coolor empujadas por Toñi, a quien le gusta Ca-
no Llacer. El motivo de ir a Coolor es ver a Cano Llacer.
Salen de casa de Esther sobre las 8,20 de la tarde.
472
tica normal entre la chiquillería de la época porque,
siendo un sitio pequeño, se conocían todos, como vul-
garmente se dice). Eso explicaría el porqué no le dijo a
Marissa donde estaban sus amigas.
Más tarde, cuando supo que sus amigas no ha-
bían vuelto a casa, Esther comentaría a los padres que
posiblemente habían ido a Coolor en autostop. Esto,
junto a la llamada a la madre de Miriam y el testimonio
de Cano Llacer, convenció a todo el mundo de que el
"posiblemente" era "seguramente", hicieron el resto.
El día 20 de noviembre, cuando Esther declaró an-
te la Guardia Civil, ya sabría que las vio Cano Llacer
en Picassent, y sabría también del testimonio de
Hervás y de su novia. Y que sus amigas le dijeron a la
parejita que si las podían llevar hasta Coolor. Esther,
al fin y al cabo una niña más, no tenía ningún motivo
para dudar al respecto, al contrario, todo esto convirtió
la duda que tendría Esther de si iban o no a Coolor en
certeza. Y en el caso de que las niñas hubieran mencio-
nado algo así como “si no vamos a X iremos a Y, y si no
a Coolor”, Esther lo desterró de su memoria, pues por
los otros testimonios ella tendría la certeza de que al
final fueron a Coolor.
¿A dónde nos conduce todo esto? Pues a la crea-
ción del “mito de Coolor”. Todos damos por sentado
que las niñas iban hacia allá, y en parte puede ser cier-
to, como no lo es menos que nunca llegaron, que se
perdieron por el camino.
Las niñas pudieron hacer autostop con intención
de llegar a la discoteca, y les paró la parejita. Éstos no
las pudieron acercar a la discoteca porque llevaban un
coche averiado, así que las dejaron a la entrada de Pi-
cassent. En ese momento se cruza Cano Llacer con
ellas, y éste va en dirección contraria. Las niñas, sobre
todo Toñi, se quedan sin la principal motivación para
ir a la discoteca: el chico que le gusta está de vuelta.
¿Qué hacer ahora? Aún les falta 1,5 km. para llegar, es
473
tarde y en la zona en la que están es difícil que les pare
ningún vehículo, así que se van a X o Y... Lugares bo-
rrados de la memoria de Esther por el "mito de Coolor".
280
Entiéndase y sea dicho sin animus injuriandi, porque bastante presión sufrieron los magistrados durante
el proceso.
477
478
CONCLUSIONES DEL FISCAL VERSUS HECHOS
PROBADOS
1. SECUESTRO
479
1.2. SENTENCIA DE LA AUDIENCIA DE VALENCIA
(HECHOS PROBADOS)
2. TRASLADO A LA ROMANA
481
2.2. SENTENCIA DE LA AUDIENCIA DE VALENCIA
(HECHOS PROBADOS)
3. VIOLACIONES Y TORTURAS
482
»Ya dentro de la casa, ellos hicieron subir a las
muchachas al piso alto, donde encendieron una
linterna de luz rojiza para evitar que se viera el
resplandor desde el exterior y que para ello tenían
preparada de antemano y, así dispuestos, dieron
comienzo a la desenfrenada serie de actos que tenían
previstos.»
6. BAR PARADOR
485
6.2. SENTENCIA DE LA AUDIENCIA DE VALENCIA
(HECHOS PROBADOS)
8. CAVAR LA FOSA
487
8.2. SENTENCIA DE LA AUDIENCIA DE VALENCIA
(HECHOS PROBADOS)
9. ASESINATOS
10. ENTERRAMIENTO
490
10.2. SENTENCIA DE LA AUDIENCIA DE VALENCIA
(HECHOS PROBADOS)
491
492
APELANDO A LA OBJETIVIDAD
493
pudiesen intervenir en los hechos enunciados en las
presentes actuaciones, circunstancia que constituye un
factor sobresaliente para que SEA AMPLIADA LA FASE
INVESTIGATORIA CON LA PRACTICA DE CUANTAS
DILIGENCIAS SE CONSIDEREN CONVENIENTES PARA
EVIDENCIAR O DESCARTAR LA POSIBILIDAD REFE-
RIDA, TRAMITE PROCESAL QUE TIENE RECONOCIDO
EL TRIBUNAL SUPREMO EN RELACION CON DETERMI-
NADAS CAUSAS ANTERIORES....".
283
En referencia a Miguel Ricart
284
En referencia al párrafo anterior de la Sentencia 287/1997
494
cina Legal de Santiago de Compostela... calificándolo
de HIPOTESIS ESCASAMENTE VEROSIMILES.
Además, curiosamente el Tribunal valenciano,
para evitar la contradicción que supone acusar a
Miguel Ricart y a la vez reconocer que no hay pruebas
biológicas contra él (ninguno de los pelos encontrados
era suyo), introdujo una curiosa constatación: Miguel
Ricart demuestra su culpabilidad porque “comenzó a
declararse no-culpable cuando se enteró que no había
evidencia biológica contra él”. En otras palabras, Miguel
Ricart no se puede beneficiar de esa falta de pruebas
biológicas porque el ya se autoinculpó en 1993.
Así la situación actual es esta paradoja: existe la
terrible evidencia de unos pelos y vellos encontrados
en los cadáveres y en lugares no contaminados, es
decir no afectados por manipulaciones posteriores a su
hallazgo; y existe la información genética del ADN de al
menos 12 de los 15 pelos encontrados, pertenecientes
como mínimo a 7 personas distintas (que, por cierto,
ninguno corresponde a Miguel Ricart o a Antonio An-
glés ni a hijo varón alguno de Neusa Martins). Pero
como el Tribunal Supremo, en su autoridad afirma que
eso no es más que una “hipótesis escasamente verosí-
mil”, entonces, la terrible evidencia, el hecho irrefuta-
ble, debe callar para siempre ante la autoridad del
Supremo.
De este modo, y a pesar de existir un Sumario B
que deja abierta la puerta a la identificación de otros
autores, queda sellada la opacidad en la versión ofi-
cial. Como todo lo que cuenta Miguel Ricart ocurrió
entre él, Antonio Anglés y las niñas y sólo queda él para
contarlo y la policía, el fiscal y los jueces le creyeron
porque su versión casaba con los resultados de la
investigación que servían a un cierre rápido y, si se me
permite la expresión, “facilongo”, del caso. Uno no pone
en duda la profesionalidad de los tribunales, y aún
menos la de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del
495
Estado, pero se queda desconcertado cuando los mis-
mos se repliegan ante una serie de evidencias científi-
cas que siembran dudas y causan, quiérase o no, una
clamorosa alarma social (de ahí que este libro vea la
luz 25 años después de los hechos). Uno no es preci-
samente de los que opinan que, como dice el adagio
popular, “cuando el río suena, agua lleva”, pero sí se
siente lo suficientemente consternado cinco lustros
después como para recabar todos los datos, plasmarlos
en este libro en la medida de sus posibilidades y
preguntarse por qué se hicieron las cosas así. Está uno
en su derecho constitucional (al menos por ahora).
Y es que resulta contradictorio con los métodos de
la policía y la justicia del siglo XXI que un hecho
cuesionable y cuestionado sea elevado a la categoría de
verdad y pase así a formar parte del imaginario popu-
lar. Por eso le cuesta tanto, todavía hoy a los defenso-
res de la versión oficial imaginar que los hechos tal vez
fueran algo diferentes a como los cuenta Ricart y
admitir que, en honor a la verdad, Miguel Ricart llegó
a aparentar tener el control del proceso, porque consi-
guió que los demás creyesen o aceptasen su versión de
la parte más opaca de su propio relato (la que ocurre
entre él, Anglés y las niñas supuestamente en la
partida de La Romana).
En resumen, el esquema de por qué hay personas
que creen en la versión oficial originada en el relato de
Miguel Ricart podría ser este:
1. Miguel Ricart narra una historia, tan sólo tangen-
cialmente creíble y con algunas coincidencias aparen-
tentemente verificables, algunas ya esfumadas285 y
otras relacionadas con las lesiones de las niñas286.
2. Pero en la historia de Ricart hay una parte más opa-
ca: el momento en el que relata que Anglés es el autor
de la mayoría de daños a las niñas, además de su ase-
285
Como el testimonio de la Sra. Badal, negado por el fiscal Beltrán y el Tribunal valenciano.
286
Relatadas después de que la guardia civil y sin permiso del juez grabase las autopsias.
496
sinato. Pero esa parte no es verificable como las ante-
riores pues no hay pruebas biológicas ni de Anglés ni
de Ricart para contradecir o confirmar la versión de
Ricart acerca de que tendría que estar presente Anglés.
Por otra parte, tampoco se ha podido, se puede, ni se
podrá someter a ambos a un careo.
3. La policía, el fiscal, los abogados acusadores y el juez
de instrucción, no obstante, se creen esa parte inveri-
ficable del relato de Miguel Ricart. Luego hay una parte
del relato de Ricart que no se somete a prueba alguna.
Se cree y punto.
4. Los medios de comunicación y la sentencia del Tri-
bunal valenciano en la parte de “hechos probados” me-
ten en el mismo saco lo “verificable” y lo “no verificable”
del relato de Miguel Ricart, que a partir de ese momen-
to es elevado a la categoría de versión oficial.
5. A partir de ese punto a algunas personas les cuesta
imaginar que los hechos, aún siguiendo en gran parte
la versión oficial, hubieran ocurrido de otra manera.
Es decir, los que se creen la versión oficial se están
creyendo la parte más opaca del relato de Miguel Ricart
porque antes, otras personas más respetables y juicio-
sas, servidores públicos profesionales le han creído y
los medios de comunicación han contribuido a difun-
dir lo que no ha dejado nunca de ser la versión de
Ricart.
Y así tenemos libros que han ido saliendo en estos
años, como el de Manuel Marlasca y Luis Rendueles,
Así son, así matan287 que lleva en la portada una foto-
grafía de Antonio Anglés288, con varios capítulos, hasta
22, dedicados a sendos asesinos contemporáneos. En
lugar destacado, capítulo 2º, destaca Antonio Anglés
con el subtítulo de "El nuevo hombre del saco".
El capítulo dedicado a Antonio Anglés. de 22 pági-
nas es versión oficial de principio a fin, hasta el punto
287
Editorial Temas de Hoy, 2012.
288
Supondremos que por aquello del reclamo publicitario.
497
de que se desprecian varios aspectos en el capítulo
dedicado a Antonio Anglés como por ejemplo la total
ausencia de información sobre los pelos encontrados
en los cadáveres y cuyo ADN se conoce de unas siete
personas o más que estuvieron en contacto con las
niñas antes de su muerte... un dato que no extraña
pues al comienzo del texto ya se anuncia su opinión
sobre el profesor Luis Frontela (aunque sin nombrarlo):
“médicos forenses ávidos de publicidad”. Lo mismo
podríamos decir sobre la total ausencia o referencia bi-
bliográfica al libro de Juan Ignacio Blanco, al que i-
gualmente se le despacha, sin nombrarlo, con el si-
guiente comentario: “periodistas con hambre de gloria”.
El texto está ciertamente ayuno de crítica a la ver-
sión oficial. En ningún momento se cuestiona la confe-
sión de Miguel Ricart al que se le concede la gracia de
considerarlo único “notario” (pues es el único que da fe
sobre la versión oficial), hasta el punto que Marlasca y
Rendueles le conceden autoridad para conocer lo que
pasó en La Romana: “Lo cierto es que Ricart violó al
menos a una de las niñas, y colaboró en las torturas de
las otras tres”. Versión oficial pura y dura que no
permite un cambio en el desarrollo de los aconteci-
mientos y la verdadera autoría de los crímenes... por
ejemplo: ¿por qué Ricart no puede ser el verdadero
asesino de las niñas?... ¿por que lo dice él?...
Resulta extraño, incluso bochornoso, que un pe-
riodista acepte tan gratuitamente y sin cuestiones el
verdadero punto débil de la verdad oficial (Abellán no
lo hizo diez años antes) que se fundamenta únicamente
en la confesión del único imputado y nada más, siendo
lo más grave que cualquier otra prueba o información
que contradiga lo que dice el delincuente (recordemos,
mentiroso patológico) Ricart es rechazado de plano por
los que deberían ser más avezados, si entendemos que
la prensa es absolutamente imprescindible para que el
Estado de Derecho funcione.
498
Actitudes así no sólo llevan a confusión, sino que
hacen, por omisión, cómplice al propio Estado de las
mentiras de un recluso al que las circunstancias pro-
bablemente obligaron para que confesara una versión
que le implicaba a él mínimamente y hacía descargar
el grueso de la responsabilidad a un Antonio Anglés
que continúa desaparecido desde entonces. ¿Pecado de
ingenuidad?
Marlasca y Rendueles afirman que Antonio Anglés
huyó porque un político (¿quién?) alertó a los periodis-
tas y estos hicieron de altavoces y comunicaron por la
radio que los cuerpos de las niñas se habían encon-
trado y que la policía iba a por los asesinos289 y que
Antonio Anglés lo oyó por la radio (¿cómo lo saben?),
pero no Miguel Ricart (¿cómo lo saben?). Sin embargo,
unas líneas después dicen que Antonio Anglés se hizo
ver al día siguiente en una peluquería ("La Peluquería")
muy conocida de la Gran Vía Fernando el Católico de
Valencia290. Entonces, ¿Antonio Anglés huye o no hu-
ye?
Y no resulta menos curioso que quienes airean con
mayor énfasis el asunto del “juicio paralelo” durante la
etapa del proceso a Miguel Ricart, no tengan ningún
rubor en continuar en un permanente “juicio paralelo”
cual es la machacona condena mediática de Antonio
Anglés sin que exista su correspondiente juicio y con-
dena en el ámbito jurídico. Máxime cuando en la sen-
tencia contra Miguel Ricart en ningún momento apa-
rece el mentado Antonio Anglés, SINO ALGUIEN SIN
IDENTIFICAR DENOMINADO “EL OTRO”.
En cualquier caso, la Ley dice que todo el mundo
es inocente hasta que se demuestre lo contrario, si bien
el término “presunto” y la actividad de los grupos
mediáticos tienen harta facilidad en convertirnos a
289
Esto no fue exactamente así, como ya hemos podido comprobar.
290
Dato del que no cuentan todos los detalles, ver el libro de Juan Ignacio Blanco, mucho más y mejor
documentado y que hemos reproducido críticamente en páginas anteriores.
499
todos en bultos sospechosos a la menor ocasión. En
casos como el de Alcàsser, la ciencia puede determinar
con mucha probabilidad la culpabilidad de un indivi-
duo. Una sencilla prueba de ADN puede significar,
como parece que ha sucedido en el caso Alcàsser, el
esclarecimiento de que el “culpable oficial” Miguel Ri-
cart Tárrega es inocente de los cargos de violación, tor-
tura y asesinato. La mala noticia es que, tras haberse
autoinculpado, tras haber cumplido 20 años de prisión
y haberse acogido a la “Doctrina Parot” para quedar en
libertad, no sólo siguen sin estar a disposición de la
justicia los verdaderos violadores, torturadores y
asesinos de las niñas de Alcàsser y cuyo perfil genético
se conoce gracias al trabajo del profesor Ángel Carra-
cedo con el ADN mitocondrial de los pelos y vellos
púbicos encontrados por el equipo del profesor Luis
Frontela… ¡Es que además el crimen YA HA PRESCRI-
TO!
En el caso de Ricart existían indicios bastante en-
debles. El sospechoso se había autoinculpado inicial-
mente, pero las pruebas físicas y biológicas halladas
así como la naturaleza de los daños infligidos a las
víctimas no concordaban con el relato de su presunta
culpabilidad. Además, no cuadraba en absoluto que
Miguel Ricart se hiciera responsable de una única
violación a la vez que responsabilizaba de todo lo de-
más a su presunto cómplice Antonio Anglés y que los
investigadores y jueces dieran por buena esta versión
sin refutarla, aceptando de buena gana una versión
que exculpaba a Ricart de los mayores daños a la vez
que inculpaba de la responsabilidad de ellos a un
tercero en paradero desconocido y por tanto sin po-
sibilidad de defender una versión alternativa. En todo
caso, el asunto podía oler a que el verdadero autor ha-
bía sido Ricart: recordemos que, tras su paso por la
Legión, sabía manejar un arma, conocía cómo hacer
nudos de doble lazo… y era el que cometía físicamente
500
los atracos junto con el Mauri mientras Anglés los
esperaba a ambos fuera. Por otra parte, durante los
días previos al juicio, Ricart fue definido por los
funcionarios de la prisión como un recluso con los
nervios de acero que no daba idea ni pizca de
nerviosismo. Sus días se repartían entre el patio y la
celda, en el módilo de preventivos de Picassent, donde
veía la tele, evitaba la prensa escrita y comía con gran
apetito. Además, cultivó la amistad del cura. Fuertes
principios y religión; una imagen sólida de inocente
falsamente imputado, pero de alguien que, no lo
olvidemos, en sus primeras confesiones describió
golpes y lesiones de las niñas que coinciden como una
plantilla con los que detallan las autopsias y confirman
los análisis del Instituto Nacional de Toxicología. El
único fallo aquí es que sus confesiones fueron sacadas
cuando ya obraban en poder de la Guardia Civil los
resultados de dichas periciales291
Esta situación anómala en nuestra jurisprudencia
llevó al absurdo jurídico de trasladar a los “hechos
probados” de la sentencia la versión del acusado, otor-
gando de este modo naturaleza de “verdad” dicha ver-
sión sin ninguna reconstrucción de la escena del cri-
men que refutase la misma y, por tanto, haciendo
recaer toda la carga de la prueba sobre el acusado.
Esta anomalía también se evidenció durante el juicio
con la existencia de varias irregularidades en la ins-
trucción del Sumario que llevaron a insinuar la nece-
sidad de deducción de testimonio a varios guardias
civiles, algo que tiempo después denunciaron varios
colectivos de ciudadanos. Por ello, aunque existía una
confesión inicial del acusado hay que recordar que en
nuestro sistema jurídico una confesión nunca es con-
291
Recordemos que nunca se llegó a aclarar qué hacía un número de la Guardia Civil grabando las autopsias
cuando ya lo estaban haciendo miembros del Anatómico Forense. La única explicación que cabe es que no
quisiesen esperar al informe forense, que tardaría meses. La pregunta es, ¿quién les dio permiso y con qué
fin? La duda es si estas grabaciones de la Benemérita sirvieron para corroborar las confesiones de Ricart o
para dirigirlas. La mala praxis deja la duda sembrada.
501
cluyente si no está fundamentada en pruebas que debe
demostrar la parte acusadora. Y en caso de no encon-
trarse dichas pruebas el principio in dubio pro reo debe
beneficiar siempre al acusado. Porque lo que está en
juego en última instancia no es el riesgo de dejar
suelto a un presunto asesino, si no la propia
credibilidad del sistema jurídico.
En nuestra memoria colectiva existen casos de
triste recuerdo de “confesiones” extraídas de manera
poco ortodoxa a acusados que tiempo después se de-
mostró su inocencia. Afortunadamente ya no estamos
en el siglo XIX y la prueba del ADN sí es concluyente y
no los relatos ―autoinculpatorios o exculpatorios― cre-
ados ad hoc por los acusados. Por eso ha sido el ADN
―el documento de identidad genética de una persona―
lo que ha resuelto virtualmente estos asesinatos.
Las nuevas técnicas contribuirán también a que
no se desate la histeria colectiva y la predisposición de
los cuerpos y fuerzas de seguridad y de los medios de
comunicación a culpabilizar a alguien como sucedió en
el caso Alcàsser, donde en apenas unas horas desde
que se encontraron los cuerpos de las niñas se anunció
triunfalmente la resolución del caso con la detención
de un delincuente común y la identificación de su pre-
sunto complice. Enmascarar una pretendida eficacia
policial con la rapidez en la resolución puede llevar a
cometer tres graves errores: investigar sin rigor, acusar
a inocentes y desacreditar a las fuerzas de seguridad.
Y en última instancia a desconfiar de la Justicia.
Esta es la lección que nos ha proporcionado el
caso Alcàsser.
«Las pruebas de ADN suponen una revolución ex-
traordinaria a la hora de avanzar en la investigación cri-
minal. Gracias a esta técnica, la Administración de Jus-
ticia será más eficaz para detener y castigar a los cul-
pables y se evitará la tortura física y psicológica de
502
muchos acusados que no pueden probar de otra manera
su inocencia.
»En el caso del esclarecimiento de los asesinatos de
Sonia Carabantes y Rocío Wanninkhof parece que el
ADN ha sido determinante. Es probable que las fuerzas
de seguridad hicieran pruebas de este tipo al asesino
confeso Tony Alexander King antes de su detención.
Existía una laguna en nuestra legislación por la que los
jueces sólo podían autorizar la prueba del ADN a un
inculpado. El pasado viernes, el PP presentó una
enmienda a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, cuya
modificación se estudia en el Senado, por la que los
jueces podrán ordenar la toma de muestras de ADN a
simples sospechosos. Supone un paso muy importante.
Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo
contrario pero la ciencia puede determinar con mucha
probabilidad la culpabilidad de un individuo. Una
sencilla prueba de ADN puede significar, como parece
que ha sucedido en los casos malagueños, el esclareci-
miento de los asesinatos.
»En el caso de King existían indicios bastante con-
cluyentes. El sospechoso se había presentado en su do-
micilio con arañazos y manchado de sangre. Su coche
presentaba desperfectos que concordaban con los res-
tos encontrados en el lugar de uno de los crímenes.
Estaba también su confesión, aunque en este sentido
hay que recordar que no siempre es concluyente. Baste
recordar el caso del Asesino de la Baraja, aún confuso
a pesar de la autoinculpación del presunto asesino. Por
eso ha sido el ADN ―el documento de identidad genética
de una persona― lo que ha resuelto virtualmente estos
dos asesinatos.
»Las nuevas técnicas contribuirán también a que no
se desate la histeria colectiva y la predisposición a
culpabilizar a alguien como sucedió en el caso de Rocío
Wanninkof. De confirmarse que King actuó en solitario
habría que remarcar cómo el resentimiento y el ansia de
503
reparación pueden llegar a nublar la mente de un
familiar directo de la víctima.
»Es el caso palpable de la madre de Rocío, que aún
insiste en la culpabilidad de Dolores Vázquez, su anti-
gua amante, una mujer que ha vivido ―como probable-
mente otros sentenciados sin pruebas suficientes― el
calvario de un linchamiento popular, dos años de prisión
preventiva y una condena por un crimen que todo indica
que no cometió.»292
Por lo tanto, ¿por qué Ricart no pudo mentir seña-
lando a Anglés? Miguel Ricart sabe mucho del triple
crimen de Alcàsser y no ha contado prácticamente
nada. Sin embargo, señaló a Anglés desde el primer
momento, acaso porque sabía que no podría llevarle la
contraria. Merced a las confesiones de Ricart, se le
atribuye a Anglés el papel más relevante del crimen,
pero no hay ninguna prueba fehaciente que confirme
que fue él. Pueden encontrarse muchas de que vivió en
La Romana, pero nada más. De hecho, en La Romana
no aparecieron señales, rastros ni pruebas de que allí
se torturase, violase y matase a nadie (y no era
precisamente el lugar más pulcro del mundo).
El destino y paradero de Anglés, “el otro” para el
ministerio fiscal, es uno de los grandes enigmas del
caso, probablemente el único que, de resolverse, podría
explicar todos los demás. SU DESAPARICIÓN ES LA
PRINCIPAL SOSPECHA DE QUE UNA TRAMA OCULTA
PUEDE ESTAR DETRÁS EL CRIMEN DEL ALCÀSSER.
Sabemos que Anglés era un hombre sexualmente
confundido, despiadado y con adicción a las pastillas
de Rohipnol. Los que andan tras suspasos detacan “la
atracción sexual que sentía por las niñas menores, a
las que le gustaría violar bucal y analmente”, rasgo éste
que se complementa con la indiferencia ante mujeres
adultas o jóvenes. Por todo ello se destaca su afición a
292
Fuente: diario El Mundo (22-IX-2003)
504
crear adicción a la droga entre chicas muy jóvenes para
dominarlas y humillarlas. Se llegó a contar que a las
drogadictas en estado más lamentable con las que
camelleaba las obligaba a mantener sexo con terceros
(y él de espectador) para disfrutar de la cómo se deja-
ban vejar. La única vez que su hermano menor, el
Mauri, lloró durante la declaración en la Sala Segunda
de la Audiencia de Valencia fue cuando el letrado le
preguntó por la sexualidad de Antonio. Fue cuando
contó que lo había pillado vestido de mujer, mirándose
al espejo. Pero no fue eso lo que le hizo llorar, sino
cuando relató que le había pedido, delante de amigos,
que le masturbara a cambio de mil pesetas. Mauricio,
que lo admiraba, le despreció por eso.
Sí: la sexualidad de Antonio es definitiva para
entender su modo de actuar.
Sexualmente confundido, maltratador despiadado
y con una fuerte adicción a unas pastillas que podían
sacar a flote sus más sucios instintos, Anglés era el
gran candidato a culpable. Además, conforme fue cre-
ciendo, Antonio perdía frenos y escrúpulos, ganando
fama de perverso. Pertenecía a una familia emigrante y
marginada que no conseguía levantar cabeza y se
convirtió en un delincuente peligroso de reacciones
imprevisibles. Según quienes le conocían, Antonio era
un cobarde en la calle que necesitaba la protección de
otros y que pagaba incluso porque le mantuvieran a
salvo de las agresiones. Es decir: perverso, violento,
astuto, peligroso y cobarde.
Tirano en casa, sometió a toda su familia. A
Ricardo le obligaba a darle la mayor parte desu pensión
por minusvalía293. A su madre le daba unas palizas de
muerte. A su padre, alcohólico, al que odiaba, le
despejó el camino a la tumba. A su hermano Roberto
le sometió a una cura salvaje para inentar desinto-
293
Recordemos que estaba cojo por una fractura mal curada.
505
xicarle de la heroína porque, como camello, no podía
tolerar que hubiese nadie enganchado en su familia.
Además, a Robertole había desviado el tabique nasal
de un golpe. La desintoxicación consistió en llevárselo
a Llombay (el nombre que ellos le daban al paraje de
La Romana) y tenerlo allí atado pasando el mono.
Sin embargo, tenía un lado humano: mujeres que
le trataron afirman que era un gran seductor. Por otra
parte, amigos suyos afirman que daba dinero para el
mantenimiento de la casa, lo cual contrasta con la
versión de su madre que afirmó que llegaba a
esconderse su dinero en la vagina para que su hijo no
se lo quitara. Y jóvenes marginales que convivieron con
él afirman que ganaba mucho dinero con la droga y que
no le importaba ser generoso, que solía convidar a
juergas y comidas.
Contra Antonio, pues, lo único sólido que hay es
la imputación que le hace en sus declaraciones Miguel
Ricart, pero Ricart ya mintió cuando quiso imputar a
Mauri. ¿De dónde venía la obsesión de Ricart por
Mauri? Juan Ignacio Blanco nos da la respuesta:
«El 13 de noviembre294 Anglés ya estaba muerto y
bien enterrado. Murió en un ajuste de cuentas y fue en-
terrado en la fosa de La Romana. El cadáver que descu-
brieron los colmeneros fue el suyo295. Sus asesinos
fueron Mauricio (el Mauri) y Ricart. Cuando a Anglés le
scan sus proveedores el tema de la droga porque es mal
pagador, se dedica, junto a Miguel Ricart y Mauricio a
atracar bancos. En estos atracos siempre ocurría lo
mismo: Anglés se quedaba en el coche y entraban al
banco Ricart y el Mauri; Ricart armado con una pistola
del 9 corto comprada a un yonqui que se la había robado
a un policía local de un pueblo de Valencia. Los repartos
iban de la misma manera: Anglés se llevaba la casi
294
Se refiere al día del rapto de Miriam, Toñi y Desirée.
295
Lo cual casa a la perfección con el testimonio que dieron los colmeneros en el juicio de que “la mano
que vieron emerger de la tierra ERA DE UN HOMBRE ADULTO y no la que apareció en el Sumario
fotografiada por la Guardia Civil”
506
totalidad del botín, Ricart una parte muy pequeña y el
Mauri, como tenía trece años, pues mil duros y una
colleja.
»Ricart era el más “hormiguita”. Guardaba su parte
del botín en una bolsa de plástico que enterraba a los
pies de un árbol en una zona concreta. En un momento
dado, él pasa un mal momento: tiene problemas con su
ex mujer, que le quiere quitar la custodia de la niña y a
la que no está pasando la pensión. Le amenaza con
denunciarle por no pagar la manutención si no se pone
al día. Entonces, Ricart va a buscar el dinero que tiene
guardado en el árbol. Cuando saca el dinero, se le había
podrido y estaba que se deshacía.
»Como no tenía otra solución fue a pedirle dinero a
Antonio Anglés y éste le pegó una patada en los
genitales y lo mandó a hacer puñetas. A partir de ese
momento, lo único que Ricart tenia en la cabeza para
conseguir dinero era hablar con el Mauri para que le
dijera dónde escondía Anglés su dinero. A partir de ahí
hubo una confrontación con la pistola de por medio y se
lo cargó. Es lo que me contó Ricart. Eso salvo quién fue
el que disparó. Y si en el sumario llama la atención el
interés de Ricart en implicar al Mauri como participante
en los hechos es porque ya que se comía el marrón, se
llevaba por delante al único miembro vivo de la banda.»
507
Por otra parte, ¿estaba el resto de la familia Anglés
al corriente de la muerte de Antonio? Hablamos de
personas acostumbradas a estar en comisaría y que
sumaban entre todos cincuenta detenciones (Ricart,
Kelly y Enrique Anglés) que no dudaron en afirmar el
mismo 27 de enero de 1993 que ellos no habían tenido
nada que ver, PERO QUE SEGURO QUE ANTONIO
ANGLÉS SÍ, PORQUE ES CAPAZ DE HACERLO. Así, a
la primera. Kelly resultó ser una gran amiga de Ricart
y afirmó no creer en su culpabilidad y además ratificó
el carácter colérico de su hermano Antonio: «le
temíamos», afirmó. Por otro lado, había un afecto
confuso o una especie de lealtad difusa entre Neusa, la
matriarca y Miguel. Cuando tuvo la oportunidad de
testificar, ella también cargó las tintas contra su propio
hijo Antonio: «Se me han olvidado muchas cosas, de
tanto que me ha pegado mi hijo Antonio.» Sin embargo,
lo que no le perdonó a Ri-cart es que quisiese “meter
en el saco” al Mauri, su otro hijo296. En el juicio, ella se
despidió del imputado pidiéndole perdón porque «la
verdad siempre por delante».
Esto sería “algo y aún algos”, que diría Cervantes,
que nos conduciría un poco mejor a lo que de verdad
pasó. Y esclarecería por qué Ricart le echabala culpa a
Anglés, que no se podía defender.
En lo que respecta a la fosa de La Romana, sabe-
mos que en ningún caso se excavó para enterrar allí
ningún cadáver, sino para esconder una moto Honda
que Anglés había robado y que luego no pudo “lucir”
porque se trataba de un modelo muy poco corriente en
la zona y la pasma la estaba buscando. Eso explicaría
también que en los alrededores de la fosa aparecieran
las pegatinas de dicha motocicleta.
Luego hay otro tema: Anglés era, además de un
cobarde (todos los maltratadores familiares lo son), un
296
Incluso quiso dejar claro que “estaba dispuesta a matarlo si seguía acusando al Mauri de ser el tercero”
508
gandul. ¿Es de imaginar que, siguiendo el testimonio
de Ricart, tras haber torturado, violado y vejado a las
niñas, empastillado como estaba, él solo (Ricart afirma
en su declaración que no le ayudó) él, digo, se fuese a
cavar DE NOCHE para ampliar la fosa donde les daría
el tiro de gracia? ¿Resulta creíble que un sujeto que no
tenía ni siquiera el cuajo de entrar en una sucursal
bancaria pistola en mano, le descerrajase tres tiros a
las niñas sin que le temblara el pulso? Digo más: el
propio testimonio de Ricart afirma que la primera bala
se atascó y hubo que sacarla. Lo normal es que un
hombre cansado, con el bajón de adrenalina propio de
lo que ha estado haciendo toda la noche y que nunca
ha empuñado una pistola, cuando va a darle el primer
tiro de gracia a una de sus víctimas y ve que la pistola
se le encasquilla, ésta se le caiga al suelo y él salga
corriendo con un ataque de nervios. Sin embargo, re-
cordemos, Ricart sí sabía disparar, pues había estado
dos años en la Legión.
El cuajo y la sangre fría para ampliar la fosa y
disparar mientras Anglés descansaba eran caracterís-
ticas más propias de Ricart, el mentiroso patológico
que se autoinculpó parcialmente y que, cuando supo
que no había pruebas orgánicas contra él, cambió de
versión radicalmente y defendió hasta el final su
inocencia.
Pero quedan lagunas. Muchas lagunas.
Por eso este viaje a la obsesión por la verdad que
han emprendido no sólo Fernando García y Juan Igna-
cio Blanco, sino muchas otras personas más y que ha
llevado a la desconfianza de tantos españoles, que ya
de por sí confían poco en la Justicia, hace que sigan
creyendo que tras el crimen de Alcàsser hay mucho
más de lo que se cuenta. ¿Por qué, veinticinco años
después las teorías triunfan sobre las sentencias?
¿Porque hay cosas que no cuadran? No: porque las
cosas que no cuadran se han sabido.
509
―Los colmeneros siempre mantuvieron que lo que
habían encontrado no fue lo que fotografió la policía:
negaron la mano y la alfombra.
―¿Cómo es posible que Antonio Anglés lleve 25
años burlándose de la policía?
―La alfombra que envolvía los cadáveres no cua-
dró nunca. La que hay en el Juzgado es gruesa, de 4
metros por 3,60 y con un peso de 55 kilos. Se supone
que Anglés y Ricart cargaron con ella desde la caseta
que está abajo hasta la fosa simplemente por envolver
a las niñas. ¿Fue acaso la alfombra un medio para
trasladar los cadáveres? ¿Por qué se las entierra con la
alfombra si se las mata a pie de fosa? Eso supone cavar
un agujero más grande y darse la paliza innecesaria-
mente. ¿Se cometieron sobre la alfombra los actos y
aberraciones y era una prueba de la que había que
desembarazarse? Es cierto que las pruebas de toxico-
logía de la alfombra dieron negativo en sangre, fluidos
vaginales y líquido seminal, pero no lo es menos que se
analizaron los cuatro extremos de la pieza y no el
centro, que era el que estaba manchado y sobre el que,
se dice, había una marca identificable con la que de-
jaría un trípode profesional297.
Seguramente lo que ocurrió no dista mucho de lo
que afirma el sumario. Es más que posible que la dife-
rencia sustancial no sea otra que el que llevaba la
iniciativa fuese Ricart. Antonio no da el perfil en nin-
gún manual de criminalística ni psiquiátrico. Antonio
era aficionado a cambiar de nombre, de aspecto, a
suplantar a otros. Por ejemplo, tomaba el nombre de
un hermano o de un vecino para comprar un coche (el
Seat Ronda color azul). Antonio es un descontento. Su
aspecto le molesta, por lo que cualquier cambio le viene
bien. Por eso le gusta jugar a tavestirse. Y, además, es
homosexual.
297
En la foto emitida por el Instituto Nacional de Toxicología se ve que tiene una ona grandísima que es
una costra de barro y sangre, pero las muestras las sacaron de los extremos.
510
Pero el sentido común sigue apuntando a que el
papel de ambos pudo ser más el de “encargados de
rematar los cuerpos y deshacerse de ellos” que otra
cosa. Y las evidencias apuntan a que Ricart eligió el
sitio preferido de Antonio, entre otras cosas porque
Antonio ya estaba enterrado en ese sitio. Y sin duda le
ayudó un tercero y seguramente quiso inculparlo, pero
no pudo. Y es que Miguel Ricart y Antonio Anglés no
dejaban de ser delincuentes de poca monta que olían a
hogar roto, a camellos de segunda, a cutrerío, en fin,
lo cual queda muy próximo, quizás, al perfil de un
abusador sexual, pero muy alejado al mismo tiempo
del de alguien que perpetraría todo lo que les hicieron
a las pobres niñas.
En cuanto a los cambios de versión de Ricart, no
olvidemos que los delincuentes menores se pasan mu-
cho tiempo pensando en que en cualquier momento les
echarán el guante, pero que lo hacen con la inteligencia
de los animales que se crían en la calle.
511
512
CONCLUSIONES
513
con cierta impunidad. Eso, el estrés, la angustia, la
retroinfluencia con Juan Ignacio Blanco, periodista de
sucesos que se implicó mucho más allá de lo profesio-
nalmente aconsejable y el agotamiento físico lo sumie-
ron en una obsesión que acabó contagiándose por
simpatía al imaginario colectivo. Es normal que a los
padres, en su angustia, les pareciera que las gestiones
eran lentas y que estaban mal enfocadas, pero allí
estaban los mejores profesio-nales bajo la lupa de toda
una nación y, hoy lo sabemos mejor que nunca, tras el
esclarecimiento del crimen de Diana Quer, que la
Guardia Civil se ocupe de un asunto criminal es una
garantía de rigor, eficacia y constancia.
Y también hubo mucha presión. Y los agentes es-
tuvieron sobrepasados por un caso inédito en España,
hasta tal punto que tuvo que intervenir el ministerio de
Interior y comprometerse poniendo todos los medios a
su disposición. Hasta Felipe González invitó, en la no-
chebuena de 1992, a los padres de las niñas a almor-
zar, para mostrarles su más decidido apoyo. ¿Lavado
de imagen de cara a la galería? ¿Y por qué no una
muestra sincera de apoyo hacia un hecho que no podía
ni debía manchar bajo ningún concepto un año tan
glorioso como lo fue 1992?
Fernando entró en una vorágine de dormir tres
horas al día y participar a diario, como mínimo, en dos
programas de televisión, más la radio, más las sesiones
del juicio, que duraban cinco horas. En muchos aspec-
tos Fernando fue el padre coraje con el que nos identi-
ficamos todos los españoles, admirábamos como está-
bamos de ver a aquel titán recorriendo incansable los
platós para pedir ayuda. Recorrió nuestra geogafía con
una mesa petitoria para recoger firmas con el fin de
514
cambiar la ley. Y lo consiguió. Pero, aturdido como es-
taba, tansido por el dolor, destrozado física, mental y
familiarmente, acabó por cometer errores (y Juan Igna-
cio Blanco con él). El mayor de ellos, acusar con nom-
bres y apellidos a ciudadanos honorables sin contar
con pruebas. Pero sus declaraciones en caliente (¡qué
fácil es calentarse en un plató de televisión!) acabaron
por convertirse en una cerbataba que disparaba dar-
dos a diestro y siniestro: les llovieron las querellas y
pagaron un alto precio hasta el punto de que ambos
tuvieron que enfrentarse a penas de prisión, amén de
las consabidas y elevadas multas. No era para menos.
Se habían pasado, y mucho. El fiscal jefe, Enrique Bel-
trán, en el último día del juicio que tuvo con Juan Ig-
nacio Blanco por injurias y calumnias contra él, se
planteaba que era un programa de televisión en el que
dos personas defendían una versión y otras dos, Jeró-
nimo Bolois y el jefe de tribunales de Canal Nou, la
otra. Y el Fiscal Jefe respondió: «Ya, pero a sos no los
creía nadie ya Fernando y a Juan Ignacio Blanco los
creía todo el mundo.» Y era cierto. Ambos estaban po-
niendo en un serio aprieto no sólo la resolución del ca-
so Alcàsser, sino la credibilidad de la propia Adminis-
tración de Justicia. Y es que este caso, ante todo, sirvió
para que el Poder se percatase de la fuerza de los me-
dios para que la ciudadanía aceptase una versión o la
cuestionase. Y, en adelante, ya nada sería igual des-
pués de Alcàsser. Y por mucho que incluso hoy Juan
Ignacio Blanco afirme que tiene pruebas “pero que no
las lleva a un juez porque teme por su seguridad”, las
auténticas pruebas testificales o periciales no permi-
tieron desarrollar las hipótesis de Fernando García y
sus colaboradores, que sostuviron siempre que Ricart
fue un mero enterrador a las órdenes de personas de
515
relevancia social y tendencias sádicas. Nada de lo ac-
tuado permite sostener la hipótesis de una supuesta
conspiración para proteger a una red de pederastas ne-
crófilos. Por una parte, bien es cierto, porque nadie
buscaba este tipo de pruebas, y por otra, porque nadie
que las buscó las pudo aportar. Esto no obsta para que
no existan esas redes (y así empezábamos este libro
hace más de 500 páginas), ni para que tengamos que
rendirnos a la evidencia de que en los cuerpos de las
niñas aparecieron pruebas físicas (vellos púbicos) de al
menos cinco varones de los cuales ninguno era Ricart
ni hijo alguno de Neusa Martins.
Tal vez, aun sin saberlo, a Fernando García le mo-
tivaba aquel aforismo de Cicerón que dice que «la ver-
dad se corrompe con la mentira o con el silencio» y a
Juan Ignacio Blanco el otro de Victoria Prego: «Fuerte
es el Poder, pero más fuertes son los hechos». Sin
embargo, Blanco y casi todos los periodistas de España
olvidaron, a raíz del caso Alcàsser, otro adagio mucho
más importante, de Gaspar Rosety: «El periodismo es
la ciencia de buscar la verdad y el arte de saber contarla
desde un procedimiento ético». En lo que a los españoles
respecta, todos aprendimos mucho de aquel caso. Co-
nocimos y nos enfrentamos a lo peor de nosotros mis-
mos. E intuimos, sin saberlo, lo que muchos años más
tarde nos acabaría explicando el juez Bermúdez: que
«La Justicia sirve fundamentalmente para defender los
derechos y libertades de los ciudadanos, para resolver
los conflictos entre ellos y de éstos con la administra-
ción». Y para poco más.
Además de las tres niñas, hubo otras víctimas del
triple crimen de Alcàsser. Una de ellas fue Matilde Ibo-
516
rra299, la madre de Miriam y esposa de Fernando Gar-
cía: a pesar de haber contraído una grave enfermedad,
ordenó a los facultativos del Hospital de la Fe de Va-
lencia que la quitasen de la lista de trasplantes de híga-
do; no tenía fuerzas para seguir. El padre de Desirée,
Vicente Hernández, tenía un cáncer terminal cuando
raptaron a su hija y apenas la sobrevivió300. Además,
dos voluntarios de Protección Civil de Torrent que
participaban en la búsqueda de las niñas fueron arro-
llados por un Nissan Patrol del mismo cuerpo cuando
pararon en el arcén pasadas las seis de la tarde para
ponerse los chalecos reflectantes. Uno de ellos, Fer-
nando Castilla Vela, de 26 años, murió en el acto; el
otro, Francisco Conejo Rodríguez, de 35, quedó invá-
lido301.
La única persona que visitó a Miguel Ricart en
prisión fue su hermana, pero pronto dejaría de hacerlo.
Es falso que Ricart tuviese beneficios extraordinarios
durante el presidio o después: no tenía donde caerse
muerto y a las vistas del juicio solía ir vestido con pren-
das que le dejaba su compañero de celda, Juan Roder-
go Sánchez, alias “el violador del Campanar”. La única
persona que le estuvo ingresando algo en su peculio
durante años y que le proporcionó ropa fue Antonio
Úbeda Portugués, amigo de la familia de Miriam, con
quien intercambió correspondencia durante años.
Los Anglés se cambiaron de apellido. Ahora son
los Martins Monroig. Salieron de la pobreza y ahora vi-
ven de forma desahogada y tienen propiedades en dis-
tintos pueblos de la provivincia de Valencia.
299
Falleció el 6 de febrero de 1998
300
Murió en el verano de 1994
301
Sufrió 14 fracturas en las piernas y traumatismo craneoencefálico.
517
518
ANEXO I:
CIUDAD JUÁREZ
519
patrocinados por empresarios fronterizos que guardan
nexos con políticos de uno u otro partido, y con
funcionarios del gobierno de Vicente Fox Quesada. De
allí la persistente impunidad.(...)»304.
304
http://www.reforma.com/elangel/articulo/248006/
520
profanado en complicidad. La finalidad del crimen es
acreditar a los cofrades para el ingreso o la perma-
nencia en la sociedad de pares.”
»Esta nueva modalidad de femicidio constituye un
femicidio mafioso o femicidio de fratrias. Feministas me-
xicanas y brasileñas han comenzado a llamar a esos
asesinatos crímenes de odio, tomando prestada del in-
glés la expresión hate crimes, que se aplica a los críme-
nes contra homosexuales, negros, turcos u otras mino-
rías. De este modo, se interpreta que el móvil es el odio
contra esas categorías sociales. El término no me parece
adecuado a este tipo de crimen contra la mujer pues no
representa lo que creo es el móvil principal y el sentido
de este tipo de acto violento. La razón por la cual di-
siento con esa denominación es que no es la muerte o la
tortura de la víctima la finalidad principal del crimen
sino meramente un medio para que los co-autores, so-
cios en el acto criminoso y socios también en los nego-
cios mafiosos, sellen o renueven su pacto de lealtad y
silencio. Es el vínculo indisoluble entre ellos lo que se me
ocurre ser el tema principal, un pacto de sangre cobarde,
que se alimenta de sangre ajena e indefensa.»305
Bernardo:
«(...) sé que entre la gente muy rica, entre industria-
les, banqueros, terratenientes, políticos, etc. hay lo que
se llama "ceremonias de iniciación", algo así como
tenerse mutuamente cogidos de los huevos unos a otros
en algo muy feo ―violación, torturas, asesinato― en los
que han participado todos y donde, además hay
pruebas gráficas para corroborarlo. así nadie puede
escapar: si cae uno, caen todos, si uno sólo traiciona al
grupo, caerá también él. Y estando así, atrapados en
una especie de red invisible los negocios que realizan
los coparticipantes en esas perversiones son más
305
http://www.geocities.com/pornuestrashijas/
521
lucrativos: se favorecen unos a otros y ni aún queriendo
es posible la traición en sus negocios: la lealtad al grupo
está asegurada de por vida. Y si alguien quiere entrar
en el grupo para enriquecerse o alcanzar poder antes
debe aceptar este juego perverso. Es una técnica
mafiosa de demostrada eficacia. Al que quiera "salirse"
sólo le queda una opción: el suicidio ... o que le suici-
den.(...)»306
306
http://webs.demasiado.com/elpalleter/gargantx.htm
522
ANEXO II:
LA HISTORIA DE MARGARITA RUIZ DE LIHORY
523
música valenciana" en 1.904. además, fue alcalde de
Valencia y Diputado a Cortes.
Esta mujer era cualquier cosa menos común y co-
rriente; rubia, alta y hermosa. Fue educada en Francia,
y su curriculum es impresionante:
A los 18 años terminó la carrera de Derecho en dos
años.
Tocaba el piano.
Escribía crónicas periodísticas
Pintaba retratos al pastel del todo-Madrid de la época
Participó en el guión de una película
Escribió guías turísticas de Madrid
Tenía muy buena puntería: practicaba el tiro al
blanco.
Además es una mujer muy liberal, demasiado
para la época (hablamos entre la I Guerra Mundial y
los primeros años 20, más o menos) Tuvo numerosos
amantes, fumaba en público, era extravagante...
Durante la guerra con Marruecos fue espía de Pri-
mo de Rivera, llegando a ser amante de Ab-el-Krim. Pa-
só algún tiempo en Marruecos, y se dice que allí apren-
dió magia negra magrebí y otras malas artes africanas.
Se habla que pudo aprender ciertas artes mágicas de
la secta satánica-islámica de los Yezidi.
Protagonizó un sonado suceso con Manuel Aznar,
el abuelo del ex-presidente José María Aznar. Este se-
ñor era periodista, e iba de viaje en barco hacia México
para comenzar allí un negocio de cajas de cerillas con
publicidad impresa. En dicho viaje conoció a la mar-
quesa, y tuvieron un affaire. Cuando llegaron a México
él quiso deshacerse de la señora, y eligió mal el mo-
mento, ya que lo hizo antes de la recepción en la cual
iba a vender su “invento” al presidente de México. Pues
ella le arañó la cara y le destrozó el smoking, teniendo,
ante el escándalo, que salir por patas hacia Cuba D.
Manuel Aznar.
524
Posteriormente, nuestra protagonista se casó con
un valenciano de origen irlandés, Ricardo Shelly. Este
hombre satisfizo todos sus caprichos. Con él tuvo dos
hijos: Margot y Luis Shelly Ruíz de Lihory.
Durante la Guerra Civil desempeñó un papel fun-
damental entre Inglaterra y España, a favor del bando
nacional. Volvió al África septentrional para realizar
misiones. Se llegó a comentar que estaba muy cercana
al general Franco.
Al contrario que su madre, Margot resultó ser una
chica muy piadosa, que entregaba la mayoría de su
tiempo a realizar obras de caridad. Tuvo muchos roces
con su madre, que la llevaron a marcharse a vivir fuera
del palacio.
En el lado oscuro de la marquesa Ruíz de Lihory
estaba su afición por la magia negra, las vísceras y el
sexo sin medida. Parece ser que organizaba auténticas
orgías en su casa de Barcelona (sita en el barrio de
Gracia) para los jefazos del régimen.
Tras enviudar de Ricardo Shelly, se unió a un abo-
gado valenciano o catalán, José Mª Bassols Iglesias, de
quien tuvo dos hijos más. Este matrimonio parece ser
decepcionante para ella. Se le junta a esta decepción
los problemas económicos y una psique frágil. En esta
época es cuando aparece su "supuesta" afición por las
visceras y a la práctica de rituales de magia africana.
La familia de Bassols poseía la mayor colección de
España de libros de ocultismo hacia finales del siglo
XIX.
En aquella época alterna su residencia entre sus
palacetes de Madrid de la calle Princesa y Albacete, en
la calle Mayor, 58.307
Parece ser que en esa época se dedicó al contra-
bando de hachís entre España y Marruecos. El sistema
era el comercio de animales disecados, rellenos de esa
307
Que hoy es la Consejería de Industria del Gobierno autonómico de Castilla la Mancha.
525
mercancía. Sin embargo, este dato podría tener que ver
con la leyenda urbana, pues quizá fue la excusa que
dio ante la cantidad de vísceras de animales que en-
contraron en sus palacetes tras la muerte de Margot.
Entre 1.954 y 1.952 residen en su casona de
Albacete dos médicos/biólogos/veterinarios o científi-
cos nórdicos. Ambos con pasaporte canadiense falso.
Se llamaban: George Framrenberg y Schmidt
Estos nombres deberían de ser falsos, ya que tras
una búsqueda en las páginas del Holocausto nazi y en
la fundación Simón Wissental no aparecen como bus-
cados. Años después salió la teoría de que estos dos
elementos eran científicos nazis escondidos en España
para huir de los juicios de Nüremberg, y relizando
algún siniestro experimento.
A prinicipios del año 1954 Margot cae gravemente
enferma en Albacete, y la trasladan inmediatamente a
Madrid. Fallece el 19/01/1954. El motivo oficial de la
muerte fue leucemia, pero no se llegó a saber.
Tras el fallecimiento, Margarita se encierra dos
días con el cadáver de su hija Margot, no dejando en-
trar a nadie a verlo. El velatorio se realiza con la caja
cerrada, sobre la cual hay un portarretratos. La foto es
del cadáver de Margot y de su madre, pareciendo Mar-
got como dormida sobre la cama.
Margot es enterrada el día 21 o 22 de enero de
1954.
El 27/01/1954308, Luis, el hermano mayor de
Margot, se presenta en Madrid ante la comisaría de
policía, y no sale de allí hasta que no les convence de
que su madre “le ha hecho algo horrible al cadáver de
su hermana”. Además considera que ha habido algo
nada claro en la muerte de la misma. Tanto insiste que
al día siguiente, el juez Aguado autoriza el registro de
la casa, siendo éste dirigido por el mismísimo juez. Allí
308
¡VEINTISIETE DE ENERO! ¿Les suena?
526
encuentran un auténtico museo de los horrores, pues
toda la casa está llena de tarros con vísceras de anima-
les. En un armario encuentran un frasco lleno de alco-
hol, y allí flotando está la mano derecha de Margot309.
Inmediatamente son detenidos la marquesa y su
marido, Bassols, y el juez ordena la exhumación del
cadáver. Los marqueses ingresan inmediatamente en
un psiquiátrico. Los médicos alemanes se largan de
inmediato hacia Canadá.
El día 4/2/1954 se exhuma el cadáver de Margot,
y los forenses comprueban que le faltan los ojos, la len-
gua y algunos dientes310. También el vello público.
La autopsia que se le hace es superficial.
Se registra la casa de Albacete, y allí se encuen-
tran los órganos de Margot en frascos de alcohol, ade-
más de muchas más visceras de origen animal, y
algunos animales disecados.
Preguntada la marquesa, ésta responde que guar-
daba estas partes del cuerpo como reliquias, ya que su
hija era una santa, por la que ella sentía devoción. No
explica el porqué esos órganos parecen haber sido ex-
traidos por profesionales.
No hay juicio, y los marqueses pasan 10 años en
un psiquiátrico. Ignoro cuando murió Bassols, pero la
marquesa falleció el 15/05/1968 en la indigencia. Está
enterrada en el cementerio de San José, 3º barrio, fila
147.
Los científicos nórdicos huyeron hacia la ciudad
de Bandon en Canadá. De allí pasaron a Buenos Aires,
volviendo después a Europa, a Hilversum, para, de
nuevo, regresar a España e instalarse en el Levante
español, donde se dedicaron a los análisis geológicos.
Margot tenía un novio, de apellido Panadero, que
murió unos años después en extrañas circunstancias.
309
A las niñas de Alcàsser también les faltaban manos.
310
A las niñas de Alcàsser también les faltaban dientes.
527
Se le relacionó con un agente de la CIA en España, un
tal David Cook.
No he encontrado nada sobre los otros tres hijos
de la marquesa, ni quien ostenta hoy en día el marque-
sado de Villasante y la baronía de Alcahalí.
Todos estos hechos fueron tratados con "guante
de seda" por la prensa de la época. No se habló dema-
siado de la profanación del cadáver, y ni mucho menos
de la extraña presencia de los médicos nórdicos311.
311
Años después saltó a luz que estos dos médicos nazis eran... ¡extraterrestres del planeta Ummo! Las
cartas de Ummo en que se habla de este caso son: Carta fechada el 6 de agosto de 1971, recibida en
Barcelona, y la puede consultar el lector en mi libro UMMO, ediciones RG, 2017
528
ANEXO III:
EN TIEMPOS DE JUANA DE ARCO312
529
finanzas que aumentó la fortuma de su nieto de forma
espectacular, además de mantener a su señor el Du-
que de Bretaña (Juan V) a raya. Él fue quien convino
su matrimonio con Catalina de Thouards, una prima
lejana muy rica, cuando Gilles tenía 16 años. De ese
matrimonio nació una hija, Marie.
En el terreno personal, parece ser que el abuelo
era un auténtico ogro, por el cual su nieto sentía au-
téntico pavor. Además de la inmensa fortuna, Gilles de
Rais recibió una esmeradísima educación.
Después de la muerte de su terrible abuelo y de
ser nombrado Mariscal de Francia, Gilles de Rais se
dedicó a dilapidar su inmensa fortuna. Por esa época
fue cuando empezaron las desapariciones de niños en
la comarca.
Todos los desaparecidos tenían entre 8 y 17 años.
Todos ellos huérfanos o hijos de campesinos y siervos,
o pequeños mendigos. Niños y niñas.
Conocemos el nombre de la primera víctima, Ber-
nard Lecamus de Douardenez, de 15 años de edad.
No sabemos con seguridad cuántos niños sacrificó
este piscópata, pero en el proceso seguido contra él se
habló de entre 140 y 200 niños. Otras fuentes hablan
de más de 300, pero no son tan fiables. En una torre
del castillo de Tiffauges se encontraron más de 40 es-
queletos de pequeños, y un montón de cabezas en el
castillo de Champtocé. Cuando fue detenido en Mache-
coul, los soldados se encontraron con el espectáculo de
50 cadáveres de niños mutilados en las mazmorras.
Lo único bueno que se puede destacar de este per-
sonaje es que intentó desesperadamente salvar de la
hoguera a Juana de Arco. Seguramente se enamoró de
ella, y el hecho de ver morir a su amada secreta de una
forma tan horripilante de marcó. Se cuenta que a raíz
de aquello no volvió a tener una relación sexual normal
con una mujer, y que poco después empezaron las de-
sapariciones de niños.
530
Decíamos que las desapariciones comenzaron a
raíz de que Gilles de Rais se instalara extraoficialmente
en su castillo de Tiffauges, mientras su esposa e hija
vivían en el de Champtocé. Los niños desaparecidos e-
ran de las localidades cercanas; Bourgneuf, Tiffauges,
Machecoul, etc.
Esta no era la única diversión de Gilles de Rais,
pues organizaba lujosísimas fiestas por todos sus
castillos y representaciones teatrales que eran cono-
cidas en toda Europa, pero sus excesivos gastos pronto
empezaron a menguar su fortuna y se vio obligado a
vender varias de sus propiedades. Empezó por las más
periféricas, y a finales de 1438 sólo le quedaban unas
pocas propiedades en Bretaña.
Hizo construir una iglesia dedicada a los Santos
Inocentes, y su riqueza y boato hizo de esta iglesia una
de las más ricas de la cristiandad. A tanto llegó el exce-
so que fue llamado al orden por el Papa desde Aviñón,
pues se cuenta que cubrió las paredes y techos con pa-
neles de oro puro. Y eso sin contar los ornamentos de
piedras preciosas.
Los parientes lejanos de Gilles se escandalizaron
por semejante despilfarro, y solicitaron protección al
rey Carlos. Éste prohibió a los nobles que compraran
ninguna propiedad a Gilles de Rais, pero la medida lle-
gaba tarde; a Gilles sólo le quedaban un castillo propio,
algunas tierras y dos castillos propiedad de su esposa
Catalina.
Como es normal y lógico, el Duque de Bretaña y
su Canciller Jean de Malestroit, el Obispo de Nantes,
se saltaron esta orden y le compraron varias propie-
dades. Parece ser que la preocupación por tales pérdi-
das hizo que el barón de Rais se fue aficionando a la
Alquimia e hizo que se instalase un laboratorio en un
ala del castillo, donde trabajaba sin apenas dormir
ayudado por alquimistas y magos a la búsqueda de la
531
piedra filosofal, capaz, según la tradición esotérica, de
transformar los metales en oro.
Para ello tomó a su servicio a un clérigo de nombre
Blanchart, iniciado en artes alquímicas, quien le pre-
sentó a un colega italiano, Prelati. Este charlatán hizo
creer a Gilles que podía transmutar el plomo en oro...
y postergar indefinidamente el momento en que eso
sucediera.
El italiano y Blanchart iniciaron al barón en otras
“artes oscuras”, como la adoración al diablo y las misas
negras.
Los padres de los niños desaparecidos recurrían
al magistrado local o al obispo para que les ayudara a
encontrar a sus hijos, todo ello con nulo resultado
hasta principios de 1440, cuando Jean de Malestroit
inició una investigación ordenada por el Duque de
Bretaña. ¿Sensibilización ante el problema de las desa-
pariciones? Ni muchísimo menos.
Gilles de Rais había vendido una propiedad a otro
noble antes de la prohibición real, y ante la falta de
resultados mostrados por la alquimia, y que satanás
no le hacía ni caso, tomó por el camino de en medio; se
presentó en la propiedad ―St. Etiénne― y la tomó por
las armas. No contento con ello torturó salvajemente al
párroco de la iglesia, que dio la casualidad que era
hermano menor del conde propietario de la misma.
A pesar de estar casi arruinado, Gilles era un ene-
migo temible y aún contaba con un numeroso ejército.
Además, aún era Mariscal de Francia, y siempre podía
recordarle al rey Carlos el "favor" de haberle llevado al
trono. Por todo esto el Duque de Bretaña se limitó a
ponerle una exhorbitante multa ―a sabiendas que no
la podría pagar― y le ordenó devolver la propiedad de
St. Etiénne. En caso de no pagar la multa sus propie-
dades serían confiscadas.
532
Naturalmente, de todo esto Gilles de Rais no hizo
ni caso, así que hubo que buscar otra solución; el
Santo Oficio o Inquisición.
Gilles de Rais no era santo de la devoción del rey
de Francia, pero no podía olvidar que si ocupaba este
cargo era gracias a él. Seguía siendo Mariscal de Fran-
cia y noble de nacimiento, así que era prácticamente
imposible "inventarse" unos cargos de brujería para
llevarle ante la Inquisición, y con algo de tortura lograr
que confesara.
El maquiavélico Jean de Malestroit, obispo de
Nantes, recordó la desaparición de niños y encontró la
excusa perfecta para llevarle ante el Santo Oficio.
Durante la primavera y el verano de 1440 el obispo
investigó los casos de desapariciones en la comarca, y
presentó más de 140 testimonios ante la Inquisición.
Blanchart y el sacerdote italiano fueron los principañes
testigos de los cargos de adoración al diablo y herejía.
El 29 de septiembre de 1440 Gilles de Rais compareció
ante el Tribunal formado por el obispo de Nantes y la
Inquisición (también había un magistrado civil).
Allí se le acusó de hereje, reincidente, brujo, sodo-
mita, conjurador, espíritu malvado, adivino, asesino de
inocentes, apóstata, servidor de fetiches desviado de la
fe y su enemigo, además del vaticinador y maestro bru-
jo que era y es. Sin ser sometido a tortura (pues era
noble) Gilles de Rais aceptó todos los cargos.
Junto a él fueron juzgados Blanchart, el sacerdote
italiano y dos siniestros compinches, Poitu y Henri, en-
cargados de secuestrar a las víctimas y hacer la lim-
pieza después de que los niños murieran. También fue
acusada una anciana proxeneta, otra de las suminis-
tradoras de víctimas al barón.
Hacía entrar en su castillo a algunos de los niños
mendigos que pedían limosna frente al puente levadi-
zo, que eran retenidos contra su voluntad por sus
servidores, violados y desmembrados posteriormente.
533
La sangre y otros restos se conservaban para propó-
sitos mágicos.
El mismo Gilles contó en alguna ocasión como dis-
frutaba visitando la sala donde los chicos eran a veces
colgados de unos ganchos. Al escuchar las súplicas de
alguno de ellos y ver sus contorsiones, Gilles fingía
horror, le cortaba las cuerdas, le cogía tiernamente en
sus brazos y le secaba las lágrimas reconfortándole.
Luego, una vez se había ganado la confianza del mu-
chacho, sacaba un cuchillo y le segaba la garganta,
tras lo cual violaba el cadáver.
En una ocasión, se acercó a un niño que había
elegido previamente y lo llevó al gran lecho que ocu-
paba el fondo de la sala de torturas. Después de al-
gunas caricias, tomó una daga que colgaba de su cin-
tura, y riendo a carcajadas cortó la vena del cuello del
desdichado. Frente a la sangre que brotaba y al cuerpo
que se convulsionaba, el barón se puso como loco.
Arrancó las vestimentas al moribundo, tomó su propio
miembro y lo frotó en el vientre del niño, que dos de
sus cómplices sostenían porque éste estaba sin cono-
cimiento. Cuando por fin salió el esperma, tuvo un
nuevo acceso de rabia, tomó una espada y de un golpe
cortó la cabeza de la víctima. Gilles, en pleno éxtasis se
tumbó sobre el cuerpo decapitado, introdujo su sexo
entre las piernas rígidas del cadáver, gritando y llo-
rando hasta un nuevo orgasmo, se derrumbó sobre el
cuerpo cubriéndolo de besos y lamiendo la sangre.
Luego ordenó que quemasen el cuerpo y que conser-
vasen la cabeza hasta el día siguiente. En ese mismo
suelo, desnudo y manchado de sangre se habría
quedado dormido.
A la mañana siguiente no quedaba huella ninguna
de su desenfreno de la noche anterior, sus sirvientes la
habían limpiado. Pidió que le trajeran la cabeza y ante
ésta, se arrodilló bañado en lágrimas y prometió refor-
marse. Acercó sus labios a la cabeza, la besó larga-
534
mente y se fue a su cama llevándola consigo y dicién-
dole que muy pronto se reuniría con otras cabezas tan
bellas como ella.
Uno de los mayores placeres de Gilles era tener las
cabezas decapitadas clavadas ante su vista. Luego
llamaba a un artista de su séquito, el cual ondulaba
exquisitamente el cabello del niño, le enrojecía los
labios y las mejillas hasta darle un aspecto de belleza
impresionante.
Cuando tenía bastantes cabezas cortadas, cele-
braba una especie de concurso de belleza, en el cual
sus amigos e invitados votaban sobre cual era la más
bella. La cabeza "ganadora" era dedicada a un uso ne-
crofílico.
En octubre, Gilles aceptó voluntariamente todos
los cargos que se le imputaban y confesó que había dis-
frutado mucho con su vicio, a veces cortando él mismo
la cabeza de un niño con una daga o un cuchillo, y
otras golpeando a los jóvenes hasta la muerte con un
palo y besando voluptuosamente los cuerpos muertos,
deleitándose sobre aquellos que tenían las cabezas
más bellas y los miembros más atractivos. Afirmó ante
los magistrados que su mayor placer era sentarse en
sus estómagos y ver como agonizaban lentamente, y
que en los cargos que se le imputaban no había inter-
venido nadie más que él, ni había obrado bajo la
influencia de otras personas, sino que siguió el dictado
de su propia imaginación con el único fin de procu-
rarse placer y deleites carnales.
Sacado de un extracto del juicio a Gilles de Rais.
Se habla de una de las últimas víctimas:
«Poitu declaró que tuvieron que pasar la noche en
una residencia a las afueras de Nantes. Cuando a su
señor Gilles le dio la "apetencia" el que declara junto a
Henri salieron a buscar entre los pequeños mendigos
que dormían en las calles uno rubio y de rostro angelical
que satisfaciera a su señor. Una vez encontrada la
535
víctima adecuada, de unos 10 años, lo metieron de tapa-
dillo en la mansión, pues el anfitrión no debía enterarse
de lo que aquella noche iba a suceder.
»Taparon la boca del pequeño para que sus gritos
no alertaran a los que allí vivían, y atándole las mu-
ñecas con una soga lo colgaron de una de las vigas del
techo. Gilles de Rais frotó su mienbro con el cuerpo del
niño colgado y lo sodomizó.
»Una vez terminada la aberrante cópula, Poitu y
Henri se llevaron al niño a las caballerizas, y allí lo
asesinaron cortándole la cabeza. Para desacerse del
cadáver lo arrojaron a la letrina, guardando la cabeza
para su señor.»
En octubre de 1440 Gilles de Rais fue condenado
a morir en la hoguera. Por su condición de noble, y da-
do que mostró arrepentimiento de los cargos de herejía
(no así de los de asesinatos) primero fue colgado y su
cadáver quemado en la hoguera.
Sus esbirros Poitu, Henri y la proxeneta fueron
quemados directamente en la hoguera sin más trámite
previo. Blanchart y el sacerdote italiano fueron conde-
nados a cadena perpetua.
Los bienes de Gilles de Rais fueron embargados
por el Duque de Bretaña para el pago de la exorbitante
multa, y las familias de los niños asesinados no vieron
ni un céntimo.
Necrofilia, pedofilia, sadismo mayor, asesinatos en
serie... Si Gilles de Rais no hubiera dilapidado su for-
tuna y no se hubiera creado enemigos políticos (El Du-
que de Bretaña y su hermano, el obispo Malestroit, el
Papa, e incluso el rey Carlos) hubieran seguido desa-
pareciendo niños en la comarca hasta que Gilles de
Rais hubiera muerto de muerte natural.
En aquellos aciagos días los siervos y campesinos
eran poco menos que ganado para la nobleza.
536
ANEXO IV:
APERTURA DE JUICIO ORAL CONTRA FERNANDO
GARCÍA Y JUAN IGNACIO BLANCO POR SUS
DECLARACIONES EN EL PROGRAMA “EL JUI DE
ALCÀSSER”
AL JUZGADO
El Fiscal, en el Procedimiento Abreviado de la Ley Orgánica
7/88 número 23/02, antes Diligencias Previas nº 2.263/97,
del Juzgado de Instrucción nº 4 de PATERNA, evacuando el
traslado conferido y en el trámite del artículo 790 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, interesando la apertura de Juicio
Oral ante el Juzgado de lo Penal para FERNANDO GARCÍA
MEDIANO, JUAN IGNACIO BLANCO DURAN, AMALIA
GARRIGÓS HERNÁNDEZ Y FERRAN PÉREZ ESCRIVÁ y
como responsable civil directa a T.V.V Canal 9 (Televisión
Autonómica Valenciana, S.A.), formula mediante el presente
escrito de acusación, con carácter de provisionales, las
siguientes CONCLUSIONES:
PRIMERA: Como consecuencia de la celebración en la Sección
Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia del juicio oral
dimanante del Sumario 1/93 del Juzgado de Instrucción nº 6
de Alzira sobre el asesinato de tres jóvenes en la localidad de
Alcácer (Valencia), por parte de la televisión pública
valenciana, Canal 9 se realizaba todas las tardes un programa
titulado "El juicio de Alcasser" dirigido por el acusado FERRAN
PÉREZ ESCRIVÁ, mayor de edad y sin antecedentes penales y
537
presentado por la periodista, la también acusada AMALIA
GARRIGÓS HERNÁNDEZ, mayor de edad y sin antecedentes
penales, donde acudían como invitados, aunque alguno de
ellos lo hacía bajo contrato o pago de determinada cantidad,
los también acusados FERNANDO GARCÍA MEDIANO, mayor
de edad y sin antecedentes penales y JUAN IGNACIO BLANCO
DURAN, mayor de edad y con antecedentes penales por delito
de calumnia e injuria, no computables por ser hechos
posteriores a los enjuiciados por esta causa y donde se
realizaba una "tertulia" entre la presentadora y los
intervinientes comentando lo acaecido por la mañana en las
sesiones del Tribunal sobre el juicio anteriormente
mencionado.
En las mencionadas "tertulias", las cuales se emitieron
durante los meses de Mayo, Junio y Julio de 1997, se
estuvieron profiriendo expresiones maliciosas con respecto a
las actuaciones del Fiscal del caso que lo es de la Jefatura de
la Fiscalía del T.S.J., Excmo. Do Enrique Beltrán Ballester, de
los peritos médicos doctores José Delfín Villalaín Blanco,
Manuel Fenollosa González, Francisco Ros Plaza y Fernando
Verdú Pascual y de la Guardia Civil como institución, no
salvándose ni los miembros del Tribunal, los Ilmos. Sres.
Mariano Tomás, Roberto Beaus y la Ilma. Sra. Carmen
Llombart.
Cuando se efectuaban dichas manifestaciones la acusada
AMALIA GARRIGÓS, presentadora del programa, que estaba
conectada mediante un pequeño aparato audífono con el
director del programa, el también acusado FERRAN PÉREZ
ESCRIVÁ, no efectuaba ningún acto que evitara que se
vertieran dichas manifestaciones, sino, muy al contrario, hacía
preguntas y realizaba comentarios a las afirmaciones que los
demás acusados vertían para así seguir haciéndolas e incluso
dejaba paso a otros contertulios para presuntamente
contrarrestar las opiniones vertidas aunque sabiendo con
certeza cuales iban a ser las opiniones a las que daba paso y
mantener de esa manera la audición del programa, ya que
dichas manifestaciones iban acompañadas de fotografías,
videos y todo tipo de documentos gráficos y escritos.
Con respecto al Fiscal Jefe se llegó a manifestar por parte del
acusado FERNANDO GARCÍA expresiones tales como:
538
"...cualquier cosa que se ha hecho, se ha hecho mal adrede o
imprudentemente, y de ser así, en ello está implicado el
Fiscal...".
"...hay confabulación para esconder cosas. La Sala está
consintiendo cosas que ningún Tribunal hubiera consentido y
si tal cosa es así, aunque no se diga, el Fiscal colabora en
ello...".
"...Font de Mora no ha querido venir a declarar...esto es una
vergüenza...todos son unos sinvergüenzas...¿por qué el Fiscal
no pide que venga Font de Mora? Esto es un delito...el Fiscal
chochea...".
"...El Fiscal, además de estar mayor es un atrevido. Tendría
que ser noble y cumplir con su faena y si lo hubiera hecho no
estaríamos aquí...".
"...lo que el Fiscal debería hacer es trabajar o mandar trabajar
a otros fiscales que tampoco lo hacen..."
"...este juicio es un circo, me da vergüenza, esto es el
cachondeo de siempre...no sé este Fiscal porqué está-ya que
debería ser el de turno- y lo que hace es poner las cosas
embutidas con calzador...".
"...el fiscal debe hacer todo lo necesario para buscar la verdad
y ha hecho todo lo contrario...el fiscal está ciego y yo sé porqué
y en su momento lo diré...".
También por parte del acusado JUAN IGNACIO BLANCO se
vertieron opiniones tales como:
"...la actuación de la Guardia Civil es aberrante y que el Fiscal
no haya abierto diligencias por falsedad es aberrante
también...".
"...el Fiscal dice estupideces. Beltrán mintió en lo del ADN
quizás por por su edad desconoce las técnicas nuevas...
Beltrán lo que tiene que hacer es trabajar...".
"...el atestado es un auténtico desastre para desviar la
atención, y esa labor sucia le corresponde al Sr. Beltrán...".
"...hay cierto animal que junto con el hombre tropieza dos
veces en la misma piedra y eso le pasa al Sr. Beltrán..."
Dicha actitud los acusados la han realizado también contra los
peritos médicos que han actuado en el juicio y así el acusado
FERNANDO GARCÍA, ha manifestado expresiones tales como:
"...los forenses han mentido...".
"...los forenses han hecho cosas delictivas...se borró todo para
que no quedaran pruebas, con malas artes.... tirando por la
539
pica las pruebas, el responsable de las autopsias estaba en la
cafetería...".
"...los forenses son unos ineptos, son personas de
tebeo...alguno de los forenses es calificado de mal nacido...".
Con respecto al acusado JUAN IGNACIO BLANCO, destacar
manifestaciones tales como:
"...que el forense Fernando Verdú ha cometido perjurio...ha
mentido en el juicio...".
No bastándole al acusado FERNANDO GARCÍA las expresiones
vertidas contra las personas anteriormente mencionadas,
también lo hizo contra los miembros del Tribunal de la Sección
2ª de la Audiencia Provincial de Valencia dirigiéndoles
afirmaciones tales:
"...el juicio es un circo...aunque Miguel Ricart está condenado
desde el principio...".
"...que la sentencia estaba puesta con anterioridad al
juicio...negando que el juicio se celebrará con las garantías
constitucionales...que el acusado está condenado desde el
principio no habiendo pruebas contra él...".
"...se quita el testimonio de la Sra. Badal porque no interesa,
igual que en todo, es lo que se ha hecho hasta ahora...".
"...todo este Sumario está hecho de errores y la sentencia así
ha salido y está en concordancia...".
Además los acusados, continuando con su ánimo de
menospreciar las conductas de los diversos profesionales que
intervinieron durante la instrucción y enjuiciamiento de la
causa también dirigieron expresiones del todo ofensivas contra
los agentes de la Guardia Civil que habían intervenido en las
actuaciones, tales como:
"...han desaparecido 34 pruebas, la Guardia Civil dice que no
sabe donde están...".
"...hoy en día, y la gente lo sabe, la Guardia Civil tiene métodos
para hacer declarar a la gente...".
"...Anglés estaba rodeado de la Guardia Civil en un cañaveral
y se recibió la orden de dejar la búsqueda...".
"...la Guardia Civil trata de quitar cosas del medio en espera
del Juez...faltan fotos del levantamiento de cadáveres...".
"...fíjate si son brutos...que tanto que llovió los espermato-
zoides se fueron nadando, pero el papelito no, se quedó ahí
quieto...".
540
"...después de una ensalada de torturas, Ricart firma lo que
sea. El no es capaz de inventar este guión..."( todas estas
manifestadas por el acusado FERNANDO GARCÍA).
"...a Ricart se le toma declaración 17 horas después de ser
detenido, una vez que son sabidos los primeros resultados de
la autopsia ¿dónde estuvo la Guardia Civil...?
"...la Guardia Civil falsifica la firma de Mauricio...".
"...el pendiente de Miriam en la caseta lo han puesto...la
Guardia Civil no investiga ni busca...".
"...la actuación de la Guardia Civil es aberrante...".
"...miembros de la Guardia Civil incautaron dos objetos,
objetos que desaparecen...la Guardia Civil debe ser absolu-
tamente estúpida...es que eran un poco tontos y torpes....
efectivamente estamos topándonos con un grupo de personas
torpes que no saben hacer realmente su trabajo...".(todas estas
manifestaciones fueron efectuadas por el acusado JUAN
IGNACIO BLANCO).
SEGUNDA: Los hechos relatados son constitutivos de ocho
delitos continuados de calumnias del artículo 205 y 206 del
Código Penal cometidas contra el Fiscal Jefe, los miembros del
Tribunal y los cuatro médicos forenses y nueve delitos
continuados de injurias graves del artículo 208 y 209 del
Código Penal, cometidos contra el Fiscal Jefe, los miembros del
tribunal, los cuatro médicos forenses, todos ellos en relación
con el artículo 74 del Código Penal.
TERCERA: Son autores directos los acusados Fernando
García y Juan Ignacio Blanco y como cooperadores necesarios
Amalia Garrigós Hernández y Ferran Pérez Escrivá.
CUARTA: No concurren circunstancias modificativas de la
responsabilidad criminal.
QUINTA: Procede imponerse las penas siguientes:
Para los acusados Juan Ignacio Blanco y Fernando García, por
cada uno de los delitos continuados de injurias, multa de 14
meses con una cuota diaria de 5.000 pesetas (30,05 euros).
Y por cada uno de los delitos continuados de calumnias propa-
gadas con publicidad, dos años de Prisión e inhabilitación
especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo
de la condena.
Para los demás acusados, por cada uno de los delitos conti-
nuados de injurias, multa de 8 meses con una cuota diaria de
5.000 pesetas (30,05 euros).
541
Y por cada uno de los delitos continuados de calumnias pro-
pagadas con publicidad, seis meses de Prisión e inhabilitación
especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo
de su condena y además la pena accesoria de inhabilitación
especial para su profesión durante el tiempo de la condena
(artículo 45 del Código Penal)
En vía de responsabilidad civil, los acusados, conjunta y
solidariamente indemnizarán por los daños morales causados
al Excmo. Sr. Enrique Beltrán Ballester en la cantidad de 100
millones de pesetas (601.012,10 euros); y a los médicos foren-
ses en 20 millones de pesetas (120.202,42 euros) declarando
la responsabilidad civil directa y solidaria de Televisión
Valenciana, Canal 9.
No se solicita indemnización alguna para los miembros del
Tribunal al haber renunciado expresamente.
OTROSI DICE: Que se remitan las cintas aportadas a autos al
Juzgado competente de su enjuiciamiento para su visionado
en el acto del juicio oral.
Siguientes medios de PRUEBA:
1) Examen de los acusados.
2) Testifical, citándose judicialmente a:
OLEGARIO FRANCISCO GONZALO COPETE
JERÓNIMO BOLOIX ESCOBAR
EXCMO. SR. ENRIQUE BELTRÁN BALLESTER
ILMO. SR. MARIANO TOMÁS.
ILMO. SR. ROBERTO BEAUS OFICIAL.
ILMA. SRA. CARMEN LLOMBART PÉREZ.
JOSÉ DELFÍN VILLALAÍN BLANCO
MANUEL FENOLLOSA GONZÁLEZ
FRANCISCO ROS PLAZA.
FRANCISCO VERDÚ PASCUAL.
PEDRO CANO NORTE
RAÚL RODRIGO MARTÍN GONZÁLEZ
PABLO PIZARRO PLAZA
JOSÉ MORENO ALEGRE.
542
TOMO I
1 a 11: Diligencias de investigación Penal de la Fiscalía de
Valencia con la denuncia del Fiscal Jefe por un presunto delito
de calumnias contra su persona.
16: Auto de incoación de Diligencias Previas.
23 a 25: Denuncias en la Fiscalía de Valencia de los Peritos
médicos JOSÉ DELFÍN VILLALAÍN BLANCO, MANUEL
FENOLLOSA GONZÁLEZ, FRANCISCO ROS PLAZA y
FERNANDO VERDÚ PASCUAL.
88 y 89: declaración de ENRIQUE BELTRÁN BALLESTER.
101 a 105: Denuncia de los Magistrados de la Sección 2ª de la
Audiencia Provincial - MARIANO TOMÁS, ROBERTO BEAUS y
CARMEN LLOMBART. (Esta denuncia fue a parar al Juzgado
de Instrucción nº 10 de Valencia en el cual se procedió al
visionado de las cintas que habían solicitado los magistrados
y que consta en el folio 121 y 122 y 133 y 134) 121-122 y 133-
134: acta de visionado.
162 y 163 y 584 y 585 y 633 a 635: declaración de FERNANDO
GARCÍA MEDIANO como imputado.
166 y 167: declaración de FERNANDO PÉREZ ESCRIVÁ.
171: declaración de OLEGARIO FRANCISCO GONZALO
COPETE
172: declaración de JERÓNIMO BOLOIX ESCOBAR
190 y 562 a 565: declaración como imputada de la legal
representante de Canal 9, ISABEL JOSÉ RODRÍGUEZ
ESTREMERA.
219 A 222: declaraciones de los peritos médicos denunciantes.
226 y 696 y 697: declaración de JUAN IGNACIO BLANCO
DURÁN.
TOMO II
251 a 253: visionado de cintas de los días 14 y 16 de Mayo de
1997.
254 a 267: querella criminal de la Guardia Civil y
concretamente de PEDRO CANO NORTES, RAÚL RODRIGO
MARTÍN GONZÁLEZ, PABLO PIZARRO PLAZA y JOSÉ
MORENO ALEGRE.
270 a 272: visionado de las cintas de los días 20 y 21 de Mayo
de 1997.
273 a 275: visionado de las cintas del día 23 de Mayo de 1997.
311 a 313: visionado del día 26 de Mayo de 1997.
543
385 a 387: visionado del programa de fecha 30 de Mayo de
1997.
394 a 397: visionado de cintas de fecha 11 de Junio de 1997,
16 de Junio de 1997 y las de 17 y 21 de Junio de 1997.
402 a 412: visionado de cintas de los programas de fecha 23 y
25 de Junio de 1997, 2 de Julio de 1997, 8 de Julio de 1997,
9 de Julio de 1997.
415 a 420: visionado de los días 15 y 16 de Julio de 1997.
425 a 430: visionado de los días 18 de Julio de 1997, 28 y 29
de Julio de 1997.
437 a 447: visionado de los días 18 de Julio de 1997 (la
realizada con anterioridad carecía de voz), 13 de Mayo de 1997,
3 de Junio de 1997, 6 de Junio de 1997.
457 a 463: visionado de los días 3 de Julio de 1997, 15 de Mayo
de 1997, 27 de Mayo de 1997.
465 a 467: visionado de los días 10 de Junio de 1997, 12 y 13
de Junio de 1997.
478 a 487: visionado de los días 13 de Junio de 1997, 12 de
Septiembre de 1997, 11 de Septiembre de 1997.
TOMO III
784 a 786: declaración de SAMANTHA TÁRREGA RICHARD.
854: acreditación pago recibidos por los imputados de R.T.V.V.
Canal 9.
857 y 858: auto de incoación de Procedimiento Abreviado.
OTROSI TERCERO DICE.- Que se oficie a Canal 9 para que
con anterioridad al juicio oral informe del minutaje de
publicidad que emitió el programa desde que se inició hasta el
último día del mismo, incluyendo los anuncios emitidos y la
duración de cada uno de ellos desde la fase previa del
programa, las fases intermedias y la fase final.
Una vez aportados dichos documentos, que por el Juzgado se
cite perito especialista en publicidad a los efectos de tasar las
cantidades ingresadas por el ente televisivo Canal 9 en
concepto de publicidad.
Valencia, a 3 de Junio de 2002.
544
ANEXO V:
CARTA DE JUAN IGNACIO BLANCO AL DIARIO DE
LEVANTE
313
Circula por Internet como CENSURADA.
545
El que afirma que soy alcohólico y los que lo reproducen
por su interés, no solo mienten, sino que demuestran su esca-
sa vergüenza y por ello responderán.
Se manifiesta que “Blanco… se convirtió a través de su
perversa e interesada influencia en el inductor de una serie de
barbaridades, fruto de sus deliriums tremens”.
Los únicos “delirium tremens” que he padecido en el
“Caso Alcàsser”, han sido estudiando los 4.404 folios del su-
mario y los más de 6.000 del rollo de Sala, visitando los lugares
donde ocurrieron supuestamente los hechos y entrevistán-
dome con todos los testigos y personas que de alguna forma
tuvieron relación con los mismos, al comprobar las gravísimas
irregularidades, incongruencias y contradicciones existentes.
Continúan sus “revelaciones” con calificativos tales como:
“inventor de sucesos criminales”, “verdugo”, “manipulador de
la verdad”, “falseador de la historia”, “inductor de barbarida-
des”, y otras lindezas, llegando incluso a afirmar que “a cambio
de vil metal cometió su vergonzante acción”.
Estos insultantes comentarios no se corresponden con la
verdad. Baste leer la valoración que sobre mi trabajo en el
“Caso Alcàsser” tiene el propio Tribunal que condenó a Miguel
Ricart:
“Que el Sr. Blanco, que siempre ha afirmado extraprocesal-
mente su convencimiento de intervención de terceros, se persone
en la pieza, en la que tal extremo se puede y debe investigar,
resulta del todo normal y del todo justificado, ya que ese
enfoque de la pieza le es casi privativo y por razones legíti-
mas,…, es admisible que quiera prescindir de su al parecer an-
terior sola condición de criminólogo… para ofrecer directamente
al Instructor el fruto de sus investigaciones y contribuir con más
efectividad y libertad de movimientos a que “se haga o imparta
justicia” cabal sobre esos extremos aún no dilucidados”. (Auto
de la Sección II Audiencia Provincial de Valencia de 05-03-
1998)
Ya por último, se atreven a afirmar que fui condenado
“por apropiación indebida de los cientos de millones recibidos
para la creación de una fundación inexistente.”
Que me llamen alcohólico es una sinvergonzada, pero que
alguien se atreva a llamarme ladrón es bastante más que
imperdonable. Nunca he sido condenado por apropiación inde-
bida, porque jamás me he apropiado de una peseta de ninguna
546
persona, empresa o Fundación. Y el que mantenga lo contrario,
además de ser un sinvergüenza mentiroso es un mal nacido.
Hay que recordar que, cuando a raíz de un programa
manipulado de Canal 9 sobre la “Fundación Niñas de Alcà-
sser”, el Ministerio Fiscal abrió diligencias de investigación, el
periódico Levante le dedicó 3 días consecutivos su portada.
Lo que los lectores de Levante no conocen, porque el pe-
riódico no lo ha publicado ni lo publicará, es que a instancias
del mismo Ministerio Fiscal, el caso fue sobreseído ante la
inexistencia de delito el 6 abril 2006.
Y es que la verdadera “Cara oculta del caso Alcàsser” no
es Juan Ignacio Blanco. La cara “oculta” es que 14 años des-
pués continúe sin hacerse pública la VERDAD de lo ocurrido
con Miriam, Toñi y Desirée, y que se siga engañando a los es-
pañoles y ocultando la realidad, con el beneplácito y aplauso
de quiénes tendrían la obligación legal y moral de hacer lo
contrario.
Yo, por mi parte, y aunque durante los últimos años haya
ejercido mi actividad profesional como criminalista en el ex-
tranjero y haya mantenido un absoluto silencio con los medios
de comunicación, he continuado trabajando en el caso. Y con-
tinuaré haciéndolo hasta su definitiva resolución, le pese a
quien le pese, ya que del estudio de todos los documentos
sumariales y del resultado de años de trabajo, lo que sigo y
seguiré manteniendo, es que Antonio Anglés y Miguel Ricart no
fueron los autores materiales de las torturas, violaciones y
asesinatos de las niñas de Alcàsser.
Por ello hasta que no se haga pública la VERDAD, seguiré
gritando la misma pregunta: ¿QUÉ PASÓ EN ALCÁCER?
547
548
ANEXO VI
EL RECURSO DE CASACIÓN
549
delitos continuados de violación en concurso ideal descrito
con los delitos de rapto, y en todo caso, a la pena de
inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena,
habiendo sido parte en el presente procedimiento los
recurrentes representados por la Procuradora Dña. Raquel
Nieto Bolaño, en nombre y representación de Miguel Ricart
Tárrega y por la Procuradora Dña. Begoña López Cerezo en
nombre y representación de D. Fernando Gómez Moreno
y, como parte recurridas, las Procuradoras Dña. Rosina
Montes Agustí y Sofía Guardia del Barrio en nombre de la
Asociación "Clara Campoamor" y de Dña. Lourdes Alonso
Beltza, el Ilmo. Sr. Abogado del Estado y el Ministerio Fiscal,
han dictado Sentencia los Excmos. Sres. citados al margen,
bajo Ponencia de D. José Jiménez Villarejo, que expresa el
parecer de la Sala con arreglo a los siguientes.
I. ANTECEDENTES
1.-El Juzgado de Instrucción núm., 6 de Alcira incoó Sumario
con el núm. 1/93 en el que la Sección Segunda de la
Audiencia Provincial de Valencia, tras celebrar juicio oral y
público dictó Sentencia el 5 de Septiembre de 1.997, por la
que condenó a Miguel Ricart Tárrega como autor
responsable de tres delitos de asesinato y de cuatro delitos
continuados de violación, en concurso ideal con tres delitos
de rapto, con la concurrencia de las circunstancias
agravantes de despoblado y ensañamiento en relación a los
delitos de asesinato y violación, a la pena de treinta años de
reclusión mayor, por cada uno de los tres delitos de
asesinato, y a la pena de veinte años de reclusión menor,
por cada uno de los cuatro delitos continuados de violación
en concurso ideal con los delitos de rapto, y en todo caso, a
la pena de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la
condena, y a que en concepto de responsabilidad civil- abone
la cantidad de cincuenta millones de, pesetas a cada uno de
los padres y madres de las víctimas, debiéndose incrementar
en cincuenta millones de pesetas la indemnización a la
madre de María Teresa Deseada Hernández Folch, por
fallecimiento del esposo con posterioridad a los hechos
enjuiciados, y en todo caso, más los intereses legales
correspondientes, absolviéndose al Estado "de la
reclamación en concepto de responsabilidad civil subsidiaria
que se solicitaba.
550
2.- En la citada Sentencia se declararon probados los
siguientes hechos: "el procesado, Miguel Ricart Tárrega,
mayor de edad y sin antecedentes penales, siendo,
aproximadamente, entre las 20,10 y 20,20 horas del día 13
de noviembre de 1.992, conduciendo el vehículo de su
propiedad, un Opel-Corsa de color blanco, matrícula V-7757-
BJ, circulaba por el interior de la población de Picassent
(Valencia), en compañía de otro varón identificado y que no
se encuentra a disposición el Tribunal, y posiblemente de
alguna otra persona más, cuando al llegar a la altura de una
ermita allí existente, observaron a María Teresa Deseada
Hernández Folch, conocida como Desirée, de 14 años
edad, junto con sus amigas, Miriam García Iborra,
también de 14 años y Antonia Gómez Rodríguez, de 15
años , quienes se encontraban practicando "auto-stop" con
la intención de llegar a la Discoteca Coolor, situada a las
afueras de la ciudad, momento en que los pasajeros se
pusieron de acuerdo en recogerlas con la finalidad de
satisfacer con ellas sus deseos libidinosos, por lo que
deteniendo el vehículo, una vez sobrepasadas las mismas,
les invitaron a subir, indicándoles que las llevarían a la
Discoteca referida, situándose las tres en el asiento trasero,
y reiniciándose la marcha, sin que poco después se detuviera
el vehículo al pasar ante el establecimiento indicado, lo que
intranquilizó a las niñas, quienes inmediatamente solicitaron
que las dejaran bajar, exigencia que no fue atendida, más
bien al contrario, pues abandonando la carretera, el vehículo
se adentró por caminos vecinales, y ello provocó que las
niñas empezaran a gritar pidiendo auxilio, reaccionando el
que viajaba al lado del conductor, girándose y poniéndose de
rodillas sobre el asiento, para golpear repetidamente a las
chicas hasta hacerlas callar. En estas condiciones se llego a
las proximidades de una casa de campo abandonada,
conocida del acusado, situada en el paraje de "La Romana"
del término municipal de Nous (Valencia), bajándose todos
del coche, y en fila india recorrieron una senda que llegaba
a la caseta, encabezando la marcha Ricart, y cerrándola su
compañero, llevando ambos una linterna para ayudarse. Al
llegar, subieron al piso alto, encendiendo una linterna de luz
rojiza, y mientras Ricart sujetaba a Antonia, las otras dos
niñas fueron objeto de repetidas agresiones con un palo por
551
haberse quejado, siendo atadas a un poste, que en funciones
de columna allí existe, en el centro de la estancia, y una vez
inmovilizadas, arrojaron a Antonia y después de
desnudarla, en contra de su voluntad, por persona distinta
del acusado, y en su presencia, fue penetrada vaginal y
analmente, con introducción de un palo por el ano, siendo
vestida a continuación y atada al poste indicado.
Seguidamente, desatada Desirée, y tras desnudarla
cortándole la parte delantera de su camiseta así como del
sujetador fue arrojada al mismo tiempo en que Ricart era,
compelido a que la penetrara vaginalmente, lo que
efectivamente realizó, previa la oposición verbal de la
víctima. Luego, el propio acusando, paso a inmovilizar las
piernas de la niña para que su compañero la penetrara
vaginalmente primero, después analmente, y por último, le
introdujera el palo reseñado por el ano, tras lo cual fue
vestida, anudándosele las prendas rotas y atándola de nuevo
al poste. Acto seguido, el acusado en compañía de otra
persona, se dirigió a donde estaba estacionado el coche, y
con el mismo bajó hasta Catadau y en el bar “Parador”
compró bocadillos ensalada y agua, subiendo de nuevo a la
caseta para cenar Después de comer, Miriam fue desatada
y desnudada, siendo objeto de las mismas acciones
libidinosas, anteriormente relatadas en relación con las otras
niñas, con la colaboración de Ricart, que durante todo el
tiempo la sujetó de los tobillos para facilitar las
penetraciones, concluidas las cuales, y una vez vestida y
atada al poste, los agresores decidieron dormir, tumbándose
sobre unos colchones, pero ante los gemidos de las niñas,
éstas fueron golpeadas con el palo tantas veces referido,
siendo conminadas a callarse mediante la amenaza de la
exhibición de una pistola del 9 corto. Pasada la noche, al
amanecer, y previo acuerdo de eliminar físicamente a las
niñas por persona distinta al acusado se procedió a ahondar
una fosa, allí existente, que había sido utilizada para
esconder una motocicleta robada concluido lo cual, las
víctimas fueron llevadas hasta la fosa, ayudando Ricart a
Antonia y Desirée, mientras que Miriam era prácticamente
trasladada por parte de otra persona. Una vez en el lugar,
Ricart regresó a la caseta para recoger una moqueta con la
que se quería envolver a las chicas, momento en que a
552
Desirée le arrancaron con unos alicates el pezón y aureola
mamaria derecha, retornando el acusado cuando las niñas
conscientes de que las iban a matar, procedieron a gritar y
solicitar socorro, lo que provocó una fuerte agresión por otra
persona con unas piedras enrolladas a una camiseta que era
utilizada a manera de onda, hasta que el agresor se lastimó,
y entonces, por medio de un palo golpeó repetidamente y
con gran contundencia a las tres víctimas, llegando a sacar
un cuchillo de monte de los llamados de lanzadera,
clavándolo, por dos veces, en la espalda de Desirée. Todas
las agresiones relatadas, ocasionaron en los cuerpos de las
víctimas una amplia gama de heridas de diversa
consideración. Finalmente, estando Antonia tendida sobre
su costado derecho, y Desirée tumbada boca abajo, y
Miriam arrodillada y acurrucada, por persona distinta al
acusado, quien nada hizo para evitarlo, se procedió, cuando
se encontraba entre las niñas y la fosa, a disparar una pistola
contra la cabeza de Antonia, no saliendo el proyectil por
encasquillado del arma, la que de nuevo montó, expulsando
entonces el proyectil encasquillado que cayó en la fosa,
disparando luego a corta distancia un tiro a la cabeza de cada
chica, produciéndoles a las tres destrucción de centros
vitales encefálicos que les ocasionó la muerte Instantánea. A
continuación, los agresores colocaron la moqueta sobre el
fondo de la fosa en la que arrojaron los tres cadáveres,
cubriéndolos con los bordes de la moqueta y tierra, así como
con ramas y matorrales de los alrededores."
3.- Notificada la Sentencia a las partes, la representación
procesal del recurrente y la acusación particular ejercida por
D. Fernando Gómez Moreno anunciaron su propósito de
interponer recurso de casación teniéndose por preparado y
emplazándose, por Providencia de 29 de Abril de 1.998, a las
partes para que hiciesen uso de su derecho ante esta Sala.
4.- Por medio de escrito que tuvo entrada en el Decanato de
los Juzgados de Servicio de Apoyo a los de Guardia el día 5
de Junio de 1.998, la Procuradora Dña. Begoña López
Cerezo, en nombre, y representación de Fernando Gómez
Moreno, interpuso el anunciado recurso de casación
articulado en los siguientes motivos: "Primero.- Que por
economía procesal venimos a ratificamos en el contenido del
escrito de preparación del recurso en donde se citaban,
553
profusamente, las normas que entendía esta parte
infringidas y que afectan al contenido de la Sentencia.
Segundo.- Que esta parte ampliando la preparación del
recurso, considera que la Sentencia emitida infringe el art.
24 de la Constitución, así como el art- 14 de la Cana Magna.
Tercero.- Que esta parte considera como de sus pretensiones
a la hora de establecer las responsabilidades de la
Administración la cantidad de 200.000.000 de pesetas".
5.- Por medio de escrito que tuvo entrada en el Registro
General de este Tribunal Supremo el día 3 de Septiembre de
1 .998, la Procuradora Dña. Raquel Nieto Bolaño en nombre
y representación de Miguel Ricart Tárrega interpuso el
anunciado recurso de casación articulado en los siguientes
motivos: ''Primero.- Al amparo del artº 5.411 LOPJ por
infracción del precepto constitucional de la presunción de
inocencia recogida en el nº 2 del artº 24 de la C.E. Segundo
Se funda el presente motivo en infracción de ley con base en
el nº 1º del artº 949 de, la Ley de Enjuiciamiento Criminal
por aplicación indebida del artº 10, nº 5 (agravante por
ensañamiento) en relación con los arts. 60, 61,2º y 4º y artº
406, todos del Código Penal. Tercero.- Se funda el presente
motivo en infracción de ley con base en el nº 1º del artº 849
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, por aplicación indebida
del artº 10, nº 5 (agravante por ensañamiento) en relación
con los arts. 60, 61.2º y 4º y artº 429 y 440, todos del
Código Penal. Cuarto,- Se funda el presente motivo en
infracción de ley con base en el nº 1º del artº 849 de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal, por aplicación indebida del artº
10, nº 13 (agravante por despoblado) en relación con los
arts. 61,2º y 4º y artº 429 y 440, todos del Código Penal,
Quinto.- Se funda el presente motivo en infracción de ley con
base en el nº 1º del artº 849 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, por aplicación indebida del artº 10, nº 13,
(agravante por despoblado) en relación con los arts. 6 y 4º
y artº 406, todos del Código Penal. Sexto.- Se funda el
presente motivo en infracción de ley con base en el nº 1º del
artº 849 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal por aplicación
indebida del artº 14.3º en relación con los arts 406, 429 y
440 del Código Penal.
6.- El Excmo. Sr. Fiscal, por medio de escrito fechado el 11
de Noviembre de 1,998, evacuando el trámite que se le
554
confirió, y por las razones que adujo, interesó la inadmisión
de los recursos, del de Fernando Gómez Moreno, como de
Miguel Ricart Tárrega.
7.- El Ilmo. Sr. Abogado del Estado, como parte recurrida,
por medio de escrito que tuvo entrada en el Registro General
de este Tribunal el día 30 de Septiembre de 1998, evacuando
el trámite que se te confirió y por las razones que adujo,
interesó la desestimación de los recursos interpuestos y que
se declarase la inexistencia de responsabilidad civil
subsidiaria del Estado.
8.- Por medio de escrito que tuvo entrada en el Registro
General de este Tribunal el día 2 de Octubre de 1998 la
Procuradora de los Tribunales Dña. Rosina Montes Agustí en
nombre y representación de la Asociación "Clara
Campoamor" y de Dña. Lourdes Alonso Beltza, como parte
recurrida impugnó el recurso interpuesto por Miguel Ricart
Tárrega.
9.- Por Providencia de 7 de Abril de 1.999 se declaró el
recurso admitido y concluso, designándose como Ponente al
que figura en el encabezamiento de la presente resolución
en sustitución del designado anteriormente, señalándose
para la vista del recurso el pasado día 12. En dicho día, se
celebró el acto de la vista. en el que los Letrados D. Fernando
García Canela en nombre y representación de D. Fernando
Gómez Moreno, solicitó la estimación de su recurso, el
Letrado D. Javier Carcelar García en nombre de Miguel
Ricart solicitó la estimación de su recurso sin oponerse al de
la acusación particular, por su parte, el Abogado del Estado
pidió la confirmación de la Sentencia, tanto el Letrado de la
parte recurrida. D. Virgilio Latorre en nombre de la
Asociación Clara Campoamor como la Letrada Mª Luisa
Ramón Gomis, en nombre de Lourdes Alonso Beltrán se
opusieron al recurso de Miguel Ricart y a los motivos 2º a
último de la acusación particular; y el Excmo. Sr, Fiscal,
impugnó todos los motivos de los recursos pidiendo la
confirmación de la Sentencia. A continuación, la Sala deliberó
con el resultado decisorio que a continuación se expresa.
II FUNDAMENTOS DE DERECHO
1.- En el recurso de casación que se ha interpuesto por la
representación procesal de D. Fernando Gómez Moreno,
que fue acusador particular en la instancia, han sido
555
articulados -aparentemente tres motivos de impugnación de
la Sentencia recurrida. El primero de ellos ni siquiera puede
aspirar a que le demos consideración de motivo de casación
ni a recibir, por supuesto, una respuesta de fondo. Lo único
que podemos decir, en relación con el mismo es que, por no
explicitarse si se trata de un motivo de casación por
infracción de ley o por quebrantamiento de forma -y en su
caso, qué norma sustantiva o procesal se estima vulnerada-
, por no consignarse el artículo de la Ley de. Enjuiciamiento
Criminal que lo autoriza y por no expresarse fundamento
doctrinal o legal alguno, el motivo no cumple ni uno sólo de
los requisitos que el art, 874 LECr establece para la
interposición del recurso de casación, por lo que se,
encuentra irremediablemente afectado por la causa de
inadmisión prevista en el art. 884.4" LECr, que, en este
momento procesal, debe operar como causa de
desestimación. Sólo nos cabe agregar, por si se espera que
esta Sala cumpla una función pedagógica, a) que ni la
naturaleza tasada y extraordinaria del recurso de casación ni
el rango del Tribunal Supremo - "órgano jurisdiccional,
superior en todos los órdenes" según el art- 123,1 CE-
permiten que con temeraria ignorancia se presente un
motivo de casación diciendo que "por economía procesal -
venimos a ratificarnos -en el escrito de preparación del
recurso", y b.) que no es mínimamente serio que tan
absoluta omisión de toda formalidad y técnica procesales se
quiera justificar con el deseo de "no cansar en exceso a la
Sala" cuando todavía no se ha escrito una sola línea para
explicar la naturaleza y el fundamento de la impugnación que
se pretende deducir.
2.- El segundo motivo en el que tampoco se considera el
Artículo de la Ley de Enjuiciamiento criminal que lo ampara
denuncia sendas infracciones de los arts. 24 y 14 CE, que
este recurrente atribuye, de una parte, a que no tuvo en
cuenta el Tribunal de instancia la supuesta responsabilidad
que contrajeron las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado por no impedir la comisión del delito ni la fuga de uno
de sus autores y, de otra, a que no aplicó el mismo Tribunal
el criterio que esta Sala -siguió para declarar la
responsabilidad civil subsidiaria del Estado en otros casos de
los que concretamente se cita el de ”la Colza". Parece que el
556
recurrente descubre en lo primero una vulneración del
derecho a la tutela judicial efectiva y en lo segundo una
infracción del principio de igualdad. Ninguna de las dos
denuncias tiene la menor posibilidad de encontrar una
respuesta favorable. El derecho a la tutela Judicial efectiva
que reconoce el art. 24.1 CE no resulta vulnerado, como
enseña una doctrina constitucional tan constante y pacífica
que huelga la fácil cita de sentencias en que la misma se ha
visto recogida, cuando el justiciable, tras haber tenido la
oportunidad de presentar ante el Tribunal sus pretensiones,
de formular sus alegaciones y, en su caso, de hacer que se
practiquen las pruebas pertinentes para su defensa, recibe
una respuesta razonada en derecho, nada de lo cual le ha
faltado, por cierto, al recurrente en su solicitud de que el
Estado fuese condenado como responsable civil subsidiario
en defecto del procesado. Y el principio de igualdad y de no
discriminación sólo es quebrantado, por obra de la sentencia
de un Tribunal, cuando dos casos sustancialmente idénticos
son resueltos de distinta forma sin que la diversidad de la
respuesta sea razonablemente motivada, siendo evidente
que el caso en que tiene su origen este recurso se diferencia
del que trae a colación el recurrente, en un aspecto de todo
punto esencial: que en la Sentencia recurrida no ha sido
condenado, como responsable de delito o falta, ninguna
autoridad o funcionario dependiente de la Administración
pública, por lo que falta un presupuesto fáctico
imprescindible para que pueda ser aplicado el art. 22 CP
1.973 y declarada la responsabilidad civil subsidiaria del
Estado. Si el recurrente entiende que tiene derecho a ser
indemnizado por el Estado, en razón del rapto, violación y
asesinato de su bija, a causa de lo que estima mal
funcionamiento de los ser-vicios públicos de seguridad, debe
utilizar el procedimiento establecido en el art. 142 de la Ley
3011992, de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común pero no
plantear su pretensión en un proceso penal donde ninguna
acción de esta naturaleza ha sido ejercitada contra servidor
alguno de la Administración pública. Todo lo cual no puede
llevar sino al más terminante rechazo del segundo motivo del
recurso.
557
3.- Y no puede correr mejor suerte el tercer y último motivo
de impugnación en el que, de nuevo sin expresión del
amparo procesal autorizante, pretende el recurrente que la
indemnización que le debe ser abonada no es la de
cincuenta millones que le ha reconocido la Sentencia de
instancia sino la de doscientos millones, si bien debe
señalarse que del escueto desarrollo del motivo parece
deducirse la extraña conclusión de que esta última cantidad
no es considerada por quien la postula responsabilidad civil
directa del procesado y subsidiaria de la Administración, sino
directa y exclusivamente de la Administración, sea como sea,
la pretensión contenida en este motivo debe ser rechazada
por una razón bien sencilla: porque en un recurso de
casación no puede ser discutida la cuantía de la
indemnización acordada en la instancia, como afirma una
antigua y constante doctrina de esta Sala, a no ser que se
discutan las bases sobre las que ha sido fijada la
indemnización en la Sentencia recurrida, Y es claro que
aquellas bases no han sido cuestionadas con la mera
afirmación de que la víctima de los delitos es la hija de un
trabajador, ni con la vaga alusión a "las posibilidades de la
hija perdida teniendo en cuenta la edad" que tenía cuando
fue víctima de las terribles agresiones que se describen en la
Sentencia recurrida que finalmente nos lleva a desestimar en
su integridad el recurso interpuesto por la acusación
particular.
4.- En el primer motivo del recurso que ha interpuesto la
representación procesal del sentenciado, residenciado en el
art. 5,4 LOPJ se denuncia la vulneración del derecho a la
presunción de inocencia en que habría incurrido el Tribunal
de instancia, de asistir la razón al recurrente, por haber
tenido por válida la primera declaración prestada por el
procesado ante la Guardia Civil, declaración de la que -se
dice- traen causa todas las demás y también la que figura en
los folios 797 a 799 del sumario El motivo debe ser
rechazado, pero no porque aquella primera declaración sea
válida sino porque la misma no es causa ni antecedente de
manifestación posterior alguna que hiciese el procesado.
Dicha declaración, en efecto, que, se inició a las 0,50 horas
del día 28 de Enero de 1.993 y que se produjo en las
dependencias de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de
558
la Guardia Civil de Valencia -folios 80 a 82- no fue precedida
de la preceptiva información de sus derechos ni en ella
estuvo el declarante asistido de Abogado, cómo exige- el art.
17.3 CE desarrollado por el art. 520 LECr, pese a que el
procesado era ya sospechoso de haber participado en el
hecho que se investigaba y -esto puede fundadamente no se
encontraba en situación de libertad sino detenido Lo primero
cabe deducirlo de estos tres datos extraídos del atestado en
que se prestó la indicada declaración. a) a las 0,40 horas del
mismo día 28, diez minutos antes de que comenzase la
declaración, la Guardia Civil, según se hace constar en el folio
63, procedió a la intervención del vehículo del procesado -
turismo Opel Corsa blanco matrícula V-7757-BJ- Y a su
traslado al acuartelamiento de Patraix para realizar en el
mismo "una exhaustiva inspección ocular" por existir"
"sospechas fundadas", en -virtud de la declaración de una
testigo, de que dicho vehículo hubiese sido utilizado por los
autores de los hechos, b) durante el registro del domicilio de
Neusa Martins Díaz, madre de Antonio Anglés,
practicado entre las 22,40 y las 23,45 del día 27 de Enero,
se intervino una cinta grabada en el contestador automático
del teléfono de dicho domicilio, en que una persona, de la
que inmediatamente se sospechó fuese Antonio Anglés,
transmitía a su hermana un recado urgente para un tal "el
Rubio" del que enseguida se supo podía ser el procesado; c)
al presentarse el procesado en la casa de Neusa Martins
mientras se estaba practicando el registro -folio 54- la
Guardia Civil decidió trasladarlo a las dependencias de la.
Comandancia de Valencia para oír su declaración, Si estos
tres datos son suficientes para concluir que el procesado, al
iniciar su declaración a las 0,50 horas del da 28 de Enero, no
era precisamente un testigo sino un sospechoso de haber
participado en los hechos investigados es decir, un presunto
inculpado por los mismos, de la circunstancia de que fuese
"trasladado" por la Guardia Civil desde el pueblo de Catarroja
a la Comandancia de la capital, puede fácilmente deducirse
que se le detuvo desde ese mismo momento, puesto que a
las personas en situación de libertad no se les traslada a un
centro policial sino se les cita para que comparezcan en el
mismo a una hora que no suele ser de madrugada. El hecho
de que el procesado fuese formalmente detenido a las 5,40
559
horas del día 28 de Enero -folio 82- cuando la Guardia Civil
comprobó que no había dicho la verdad en su declaración y
que no se encontraba en prisión cuando los hechos
ocurrieron, no destruye la vehemente presunción de que
había sido detenido antes de declarar, porque la detención
de una persona no se produce cuando formalmente se le
comunica que está detenido, sino cuando materialmente: se
le priva de libertad. En consecuencia, si sobre el procesado
pesaba ya, cuando prestó su primera declaración ante la
Guardia Civil, la fundada sospecha de que había tenido
alguna participación en los hechos que se estaban
investigando, y por ello se le detuvo y se le trasladó a las
dependencias de la Guardia Civil en Valencia, y en esta
situación fue interrogado, pese a lo cual no se le informó
previamente de las razones de su detención ni de los
derechos que tenía como detenido e imputado, ni se le
facilitó la asistencia de Abogado, se ha de llegar
inevitablemente a la conclusión de que la declaración
prestada en tales condiciones, que comportaron la
vulneración de derechos fundamentales reconocidos en los
arts. 17.3 y 24-2 CE, debe ser considerada nula con arreglo
a lo dispuesto en el art. 11.1 LOPJ y sin valor alguno, por
ende, como prueba de cargo en que fundar un
pronunciamiento de culpabilidad.
5.- Pero la nulidad de la declaración que hemos analizado en
el fundamento jurídico anterior no debe hacer pensar que el
derecho del procesado a la presunción de inocencia no ha
sido desvirtuado ni que el mismo, ha sido vulnerado por la
declaración de su culpabilidad pronunciada en la Sentencia
recurrida. En aquella declaración, el procesado negó
terminantemente haber tenido relación alguna con los
hechos y se amparó en la falsa coartada de que en el mes de
Noviembre de 1.992 había estado en prisión. Fue en la
declaración prestada ante la misma Unidad de Policía Judicial
casi veinticuatro horas más tarde, a las 23,55 del mismo día
28 de Enero -folios 88 a 95-, una vez comprobado por la
Guardia Civil que el procesado estuvo en libertad desde el 20
de Agosto al 4 de Diciembre de 1992, cuando aquél rectificó
su inicial versión y reconoció, ya previa instrucción de
derechos y previa asistencia de Letrado, haber tenido
intervención en el rapto de las tres menores, aunque no en
560
las violaciones y asesinatos de las mismas manifestación que
ratificó y amplió, aunque sin confesar mayor culpabilidad de
la ya reconocida-, en su primera declaración ante el Juez de
Instrucción -folios 178 a 181- con asistencia de su Abogado,
el Fiscal de la Audiencia, el Médico Forense del Juzgado de
Instrucción de Alcira y otro de los Juzgados de Valencia que
tuvo lugar el 30 de Enero. Es necesario subrayar, para dar la
debida respuesta a la pretensión deducida en este primer
motivo del recurso, que las dos declaraciones a que
acabamos de referimos, que no fueron del todo
autoinculpatorias pero sí gravemente comprometedoras para
el procesado, no tuvieron relación alguna con la
primeramente prestada ante la Guardia Civil, por lo que no
se puede considerar que sobre ellas proyectaran alguna
influencia, ni directa ni indirecta, las infracciones de derechos
fundamentales que se produjeron en aquélla.,
inmediatamente después de la detención del procesado. Y si
esto puede decirse con absoluta firmeza de la segunda
declaración ante la Guardia Civil y la primera ante el Juez de
Instrucción, con mayor razón debe ser afirmada la
independencia, con respecto a la que hemos declarado nula,
de la segunda declaración ante el juez -folios 797 a 799- que
se produjo el 3 de Marzo de 1.993 pasado más de un mes
desde la anterior, en la que el -Procesado realizó una amplia
confesión de los hechos atroces en los que había participado
el día de autos, bien que atribuyendo el principal
protagonismo al que se encuentra en situación de rebeldía-
Es esta declaración, con la que en manera alguna guarda una
relación de causa/efecto la afectada por la causa de nulidad
ya analizada, la que sirvió al Tribunal de instancia, mediante
su introducción en el juicio oral y su sometimiento a la
contradicción y publicidad propias del plenario, para llegar a
la convicción sobre la culpabilidad del procesado que se
refleja en la declaración de hechos probados de la Sentencia
recurrida Convencimiento cuyo proceso de elaboración, a
partir de lo manifestado por el procesado el día 3 de Marzo,
esta Sala no puede menos de reputar razonable, sin que le
sea permitido llegar más allá en lo que, si rebasase este
límite, sería una nueva valoración de prueba practicada en la
instancia. Se trata, efectivamente, de una declaración
prestada por el procesado. como hemos dicho. al cabo de
561
más de un mes de ser detenido tras la reflexión que le
permitía el distanciamiento de los hechos y la posibilidad de
ser asesorado para plantear la estrategia de su defensa,
rodeada - de toda clase de garantías y libre de cualquier
sospecha de una eventual orientación puesto que en ella se-
describen circunstancias, detalles y modos de la actuación
de los autores de los hechos, que no podían ser siquiera
imaginados por la Autoridad judicial que le interrogaba Una
declaración que, por otra parte, aun siendo autoinculpatoria,
lo es de forma matizada de suerte que para un lector
superficial y no técnico en derecho el resultado de la misma
podría ser un reproche para quien la hizo acaso menor que
el merecido por el procesado rebelde. Es por ello quizá por
lo que el Tribunal de instancia ha puesto un especial cuidado
en no apartarse apenas, en el relato de los hechos probados,
de la versión que de los mismos dio el procesado en la su
segunda declaración judicial, sin hacer deducciones que le
hubiesen podido perjudicar, aunque serían seguramente
lógicas y admisibles, e incluso introduciendo hipótesis
escasamente verosímiles -como la de la participación de
otros delincuentes además del sentenciado y del rebelde-
incompatibles con el carácter terminante que debe tener una
declaración de hechos probados, aunque tales hipótesis no
alcanzan a desdibujar la calificación jurídica que merece la
intervención del procesado en la sucesión de delitos
cometidos En definitiva, la plena validez constitucional y
legal de la segunda declaración depuesta por el procesado
ante el Juez de instrucción, reproducida en el acto del juicio
oral con todas las garantías, su naturaleza de prueba directa
con evidente sentido de cargo y la razonabilidad del
convencimiento extraído de la misma por el Tribunal de
instancia nos vedan por completo estimar que en la
Sentencia recurrida haya sido desconocido el derecho del
procesado Miguel Ricart a la presunción de inocencia, por lo
que el primer motivo de su recurso debe ser rechazado.
6.- Procede examinar ahora, según el orden que parece
metodológicamente más correcto, el motivo sexto del
recurso en que, al amparo del art. 849. 1º LECr, se denuncia
la indebida aplicación al procesado Miguel Ricart del art.
14.3º CP, en relación con los tres delitos de asesinato y con
tres de los cuatro delitos de violación, de los que se le
562
considera cooperador necesario en el fundamento jurídico
cuarto de la Sentencia recurrida, aunque en el fallo se le
condena, sin más especificación, en concepto de autor de
dichos delitos, Debe entenderse que no es cuestionada en
este motivo la consideración del procesado como autor
material de tres delitos de rapto, de cada uno de los cuales
fue víctima una niña y del delito de violación que perpetró él
mismo en la persona de M.T. Deseada Hernández Folch.
Lo que se discute por el recurrente no es tanto que su
actuación, tal como la describe la declaración de hechos
probados, fuese subsumible en el tipo de participación de la
cooperación necesaria, cuanto que sea técnicamente
correcto condenar a alguien como cooperador necesario no
habiendo sido posible condenar al autor material y directo
por no estar, en el momento de dictarse sentencia contra el
primero, a disposición del Tribunal. No tiene razón el
recurrente. Cuando en una sentencia se declaran probados
unos determinados hechos, que minuciosamente se relatan,
y en la narración se describe la participación en los mismos
de un acusado que precisamente los ha descrito asignando a
otro, no presente en el proceso, un papel aparentemente
más protagónico y asumiendo él otro relativamente
secundario, no existe ningún obstáculo dogmático para que,
si los hechos realizados por el acusado presente son
incardinables en la categoría de la cooperación necesaria, se
le condena según esta modalidad de la autoría. No tendría
sentido alguno que, declarados probados unos hechos que
son constitutivos de delito y afirmada igualmente la
participación en los mismos de un acusado, se hubiese de
esperar por el Tribunal, para dar la adecuada respuesta
jurídico-penal, a que apareciese el acusado a que en el
"factum" ha sido atribuida la ejecución material, Con
independencia de lo dicho, es preciso hacer constar que en
la declaración de hechos probados de la Sentencia recurrida
se atribuye al procesado, hoy recurrente, una intervención
en los hechos no sólo imprescindible para que se cometiesen
los tres asesinatos y las tres violaciones de los que el Tribunal
de instancia le ha considerado cooperador necesario, sino
constitutiva de una verdadera autoría material por haber
tenido en todo momento el dominio funcional del hecho.
563
7.- Para que quede suficientemente, confirmado lo que
hemos dicho al final del fundamento jurídico anterior, basta
que recapitulemos aquí los momentos decisivos en que cabe
descomponer la sucesión de horrores que constituye la
declaración de hechos probados, así como el papel que en
cada uno de ellos desempeñó el procesado: a) fue el
procesado el que, conduciendo su vehículo, lo detuvo, de
acuerdo con su acompañante, para recoger a las niñas y
"satisfacer con ellas sus deseos libidinosos", b) el procesado,
igual que su acompañante, engañó a las niñas haciéndoles
creer que las llevarían a la discoteca a la que ellas se
proponían ir, c) fue el procesado, puesto que el vehículo lo
conducía él, quien continuó la marcha al pasar por la puerta
de la discoteca y quien se abstuvo de parar cuando las niñas,
intranquilizadas, se lo pidieron para bajarse; d) fue el
procesado, igualmente, el que se adentró por caminos
vecinales distanciando a las niñas de cualquier lugar en que
pudieran estay seguras; e) cuando las niñas empezaron a
gritar pidiendo auxilio y su acompañante las hizo callar a
golpes, el procesado no hizo nada por evitarlo antes al
contrario, continuó conduciendo por caminos apartados, que
era sin duda la mejor manera de. contribuir a que aquellas
agresiones se realizasen y a que las niñas, intimidadas por
los golpes, se resignasen de momento a quedar a merced de
sus raptores; f) al llegar a las proximidades de la casa de
campo abandonada que habían elegido para llevar a cabo sus
fechorías, el procesado y su acompañante, encabezando la
marcha el primero y cerrándola el segundo, llevaron a las
niñas hasta la casa; g) una vez todos en la planta alta de la
casa, y mientras su acompañante golpeaba y ataba a un
poste a las niñas llamadas M. T. Deseada y Miriam, el
procesado sujetaba a Antonia que era la mayor de las tres;
h) a continuación ''arrojaron'' a Antonia -el plural significa
claramente que la acción de armarla no fue obra de uno solo-
y, tras desnudarla, presenció cómo su acompañante tenía
con ella acceso carnal, contra su voluntad, penetrándola
vaginal y analmente e introduciéndole después un palo por
el ano, debiendo subrayarse que en aquel momento la
presencia, sin duda aquiescente, del procesado era un factor
más de intimidación, un elemento más que contribuía al
vencimiento de la resistencia de la víctima; i) cuando su
564
acompañante realizó con M.T. Deseada y Miriam las
mismas agresiones sexuales que con Antonia, la
intervención del procesado no fue la de un mero colaborador
necesario, sino la de un autor material toda vez que,
sujetando las piernas de las víctimas para inmovilizarlas,
realizó actos de fuerza orientados a la consumación de los
accesos, esto es, actos que pertenecen al núcleo del tipo de
la agresión sexual violenta; j) el acuerdo con su
acompañante y su colaboración, sin reservas, en los
acontecimientos que se iban desarrollando la noche de autos
encuentran una demostración inequívoca en el hecho de que
tras la violación de M.T. Deseada y antes de la de Miriam
el procesado se desplazó con aquél, en su vehículo, a
Catadau donde compraron comida y bebida para cenar,
retomando seguidamente a la casa donde, hablan quedado
las niñas atadas, no aprovechando dicha ocasión para poner
término, por su parte, a la situación que aquéllas padecían
aunque, por ser el conductor del vehículo, en su mano estaba
hacerlo, k) al amanecer, hubo un "previo acuerdo de eliminar
físicamente a las niñas, que necesariamente implica la
concurrencia del procesado, a la adopción de dicha decisión
criminal; I) no solamente estuvo de acuerdo en el siniestro
propósito sino que llevó a dos de las víctimas -Antonia y
M.T. Deseada- al borde de la fosa existente en las
proximidades de la casa, que había sido ahondada poco
antes para enterrarlas; II) todavía presenció, sin intervenir
ni protestar siquiera cómo su acompañante golpeaba con
redoblada brutalidad a las niñas antes de disparar contra
ellas y de causarles la muerte según tenían acordado para
que, obviamente, no quedase rastro de las inconcebible
agresiones sexuales de que las habían hecho víctimas, m)
fue el procesado el que, tras dejar a las niñas junto a la fosa,
regresó a la casa para recoger una moqueta con la que
pensaban envolver los cadáveres, participando activamente,
una vez efectuados los disparos y producida la muerte de las
tres niñas, en todas las operaciones posteriores: arrojar los
cadáveres a la fosa, cubrirlos con los bordes de la moqueta
y con tierra así como con ramas y matorrales de los
alrededores. La exposición de los hechos que acaban de ser
ordenados cronológicamente no puede dejar duda alguna
sobre la autoría directa del procesado en relación con
565
algunos de ellos ni sobre su colaboración, de todo punto
indispensable, en otros. El procesado fue quien llevó a las
víctimas, en su vehículo, al lugar elegido para violarlas,
privándolas de libertad y colocándolas en una situación de
absoluta indefensión, quien contribuyó decisiva y
violentamente a vencer su resistencia frente a las agresiones
sexuales de su acompañante, quien consintió y colaboró en
la creación y mantenimiento del clima de brutalidad terror
que duró toda la noche de autos y quien consintió y colaboró
también en la producción de la muerte de las tres
desdichadas niñas. Todo ello nos impide, naturalmente, que
declaremos indebidamente aplicado en el caso el art. 14.3º
CP 1973 por lo que se refiere a los tres delitos de violación y
a los tres asesinatos cuya material y directa autoría se
atribuye, por ahora, al procesado en situación de rebeldía.
8.- En el segundo motivo, que se ampara en el art. 849- 1º
LECr, se impugna como indebida la aplicación a los tres
delitos de asesinato, cualificados como tales por la
concurrencia no discutida de la alevosía, de la circunstancia
agravante de ensañamiento prevista en el art 10,5º CP 1973,
Tampoco este motivo puede prosperar. El ensañamiento,
circunstancia genérica de agravación que sólo es legalmente
denominada así al ser convertida en circunstancia específica
del tipo de asesinato, ha sido descrita en el art. 22.5º CP
1995 de un modo más detallado de como se hacía en el art
10,5º CP 1973 pareciendo acentuarse en la nueva
descripción sus elementos subjetivos En el art. 10.5º del CP
derogado la circunstancia consistía en ''aumentar
deliberadamente el mal del delito causando otros males
innecesarios para su ejecución''. Cabía sostener, a la vista de
esta definición, que la naturaleza de esta agravante era
fundamentalmente objetiva puesto que su esencia consistía
en la extensión de los males causados más allá de los
necesarios para la ejecución del delito, aunque sin duda el
adverbio "deliberadamente" podía ser interpretado como
alusión a una actitud. en el agente, especialmente
reprochable que quedaba claramente identificada cuando la
circunstancia se insertaba e el cuadro definitorio del
asesinato -art. 406-Y CP 1973- en que, de un lado, los males
innecesarios debían ser aumentados no sólo deliberada sino
inhumanamente, esto es, con crueldad, y, de otro, era
566
precisamente el dolor del ofendido el mal cuyo aumento
había de ser perseguido. como fin primario por el agente.
Esta dimensión subjetiva del ensañamiento que la
jurisprudencia de esta Sala subrayó vigorosamente -SS,
entre otras, de 26-9-88, 17-3-89 y 11-6-91.- ha sido
acentuada en el CP vigente, en cuyo art 139-3º se ha
mantenido la definición del art. 406.5º CP 1973, en tanto se
ha matizado en un sentido subjetivista, aunque sin eliminar
la base objetiva de la circunstancia., la definición genérica
del art. 22.5º: "aumentar deliberada e inhumanamente el
sufrimiento de la víctima causando a ésta padecimientos
innecesarios para la ejecución del delito". Es necesario, en
consecuencia -para que esta circunstancia agravante. sea
apreciada la concurrencia de estos requisitos: a) que. en la
acción delictiva se hayan causado a la víctima padecimientos
innecesarios para la ejecución del delito, lo que lógicamente
comportará una objetiva extensión de los males inherentes
a la ejecución, b) que este exceso de males padecidos por la
víctima aumente su sufrimiento, -es decir, su dolor físico o
su Pena y aflicción Psíquica y e) que este aumento del
sufrimiento haya sido buscado deliberada e. inhumanamente
o, lo que es igual, de forma intencionada con crueldad.
Aunque todos estos requisitos ya fueron enunciados, de uno
u otro modo , por la doctrina que interpretó la definición del
ensañamiento que se encontraba en el nº 5º del art. 10 CP
1973, que es el precepto aplicado en la Sentencia recurrida,
conviene tenerlos muy en cuenta en este fundamento puesto
que, en todo caso, la interpretación que hagamos ahora de
la vieja norma debe estar inspirada por la redacción de la
actual, aparentemente más restrictiva y exigente.
9.- Aplicando a los hechos enjuiciados y a la participación
que en ellos tuvo el procesado recurrente la doctrina sobre
el ensañamiento que acabarnos de resumir, resulta de todo
punto evidente que dicha circunstancia agravante ha sido
correctamente apreciada en la Sentencia recurrida.
Recordemos que las tres víctimas fueron asesinadas por
sendos disparos de pistola dirigidos a la cabeza, que les
causaron la muerte casi instantáneamente para matar a las
niñas, pues, de acuerdo con el plan previamente establecido
por los malhechores, no hacía ni hizo falta más acción
agresiva que los tres disparos., siendo totalmente innece-
567
sario cualquier otro mal o padecimiento de que anterior-
mente se las hiciera víctimas. Pero no se las hizo víctima de
cualquier mal o padecimiento sino de una serie de males
físicos y psíquicos que se prolongaron a lo largo de toda una
noche y que hubieron de constituir para las niñas un
tormento tan inexplicable como insufrible. Comenzaron a ser
brutalmente golpeadas a puñetazos en el interior del
vehículo cuando gritaron pidiendo socorro .11 ver que se
alejaban de todo lugar habitado, volvieron a serlo, esta vez
con un palo, al llegar a la casa y enseguida se vieron atadas
a un poste e inmovilizadas tuvieron presenciar horrorizadas
las bárbaras agresiones que se realizaban sobre sus
compañeras, vinieron durante largas horas en una atmósfera
de terror que con toda seguridad sólo ellas hubieran sido
capaces de explicar de haber sobrevivido, se les golpeó de
nuevo porque gemían y no dejaban dormir a sus
torturadores, fueron llevadas al borde de la misma fosa
donde iban a ser enterradas e incluso allí, cuando parecía
que su sufrimiento no podía ya rebasar límite alguno, fueron
golpeadas con palos y con piedras envueltas en una camiseta
a modo de honda, llegándose por una de los desalmados a
arrancar con unos alicates el pezón de un pecho de la niña
llamada M.T. Deseada a la que, además, se le clavó una
navaja en la espalda. Esta increíble acumulación de malos y
padecimientos, que hubo de provocar en las tres víctimas un
grado de dolor físico y psíquico por encima de toda
ponderación, no pudo ser obra sino del inhumano deseo de
hacer sufrir porque no cabe lógicamente otra explicación.
Existiese desde el primer momento, en el ánimo del
procesado y su acompañante, el propósito de matar a las
niñas o surgiese este propósito con la finalidad de que no
fuesen conocidas las agresiones sexuales cometidas con
ellas, la innecesariedad de los padecimientos acumulados y
su exclusiva inspiración por el deseo de hacerlas sufrir es
innegable Porque ni para matarlas, en la primera hipótesis,
era preciso atormentarlas previamente durante toda la
noche, ni para vejarlas y herirlas, en el supuesto de que la
decisión de quitarles la -vida se tomase al final de la noche,
era preciso reiterar una y otra vez, y cada vez con mayor
ferocidad. los golpes y las agresiones de toda índole.
Cuestiona el procesado recurrente que se le pueda apreciar
568
legalmente el ensañamiento agravando su responsabilidad
criminal en los delitos de asesinato, puesto que de ellos no
fue autor material sino cooperador necesario, Pero debe
tenerse en cuenta por una parte, que el elemento objetivo
del ensañamiento le es plenamente comunicable, de acuerdo
con el art. 60 CP 1973, porque tuvo perfecto conocimiento
del mismo en el momento de su cooperación y, por otra, que
su cooperación no fue la del que simplemente aporta un
elemento o factor causal que es concretamente
indispensable para la ejecución del hecho- De su
cooperación, que técnicamente está muy próxima a la
autoría en tanto tuvo durante toda la ejecución el dominio
funcional del hecho, se puede decir que le solidarizó, sin
reserva alguna, con cuanto se hizo y, con la forma como se
hizo, a lo largo de la noche de autos, en su presencia y con
su consentimiento y colaboración, de suerte que no sólo es
cierto que a las víctimas no se las hubiese podido matar sin
el concurso del procesado sino que tampoco se las hubiese
podido atormentar sin él. Y siendo, como es, el ensaña-
miento una circunstancia mixta, no puede dejar de
apreciarse en el procesado el elemento subjetivo de la misma
que el CP vigente, como hemos visto, ha acentuado en la
definición del art. 22.5º Si el procesado contribuyó con una
colaboración que hemos considerado decisiva, no sólo a la
muerte de las víctimas sino un progresivo aumento de su
sufrimiento, y lo hizo deliberadamente Puesto que no cabe
excluir la deliberación en la producción de unos males que.
se suceden y multiplican durante siete u ocho horas- debe
ser reprochada, sin duda alguna, la crueldad y la barbarie,
es decir, la inhumana "disposición moral" que constituye
aquel elemento subjetivo de la circunstancia agravante
cuestionada No cabe, en consecuencia, dar una respuesta
favorable al segundo motivo del recurso.
10.- En. el tercer motivo igualmente residenciado en el art.
849.10 LECr, se denuncia la aplicación indebida del art 10.5º
CP 1973 a los delitos de violación continuados por los que
igualmente ha sido condenado el procesado Miguel Ricart
Se debe aprovechar la oportunidad que brinda la respuesta.
a este motivo para hacer una puntualización El procesado ha
sido correctamente condenado por tres delitos continuados
de violación uno de los fue cooperador necesario en tanto en
569
los otros dos intervino con actos propios de la autoría, pero
el cuarto- el que cometió él mismo contra penetrándola por
vía vaginal, no fue continuado puesto que consistió en una
sola acción típica Lo que ocurre es que esta matización no
puede tener relevancia práctica alguna-, toda vez que el
cuarto delito de violación no estaría igualmente agravado por
concurso con el de. rapto de la misma ofendida y por las
circunstancias de ensañamiento y despoblado porque en los
delitos de violación también ha sido apreciada la
circunstancia agravante, prevista en el art 10.5º CP 1973
debiendo ser rechazado en consecuencia, este tercer motivo
del recurso, Dando aquí por reproducido cuanto hemos dicho
en los dos fundamentos jurídicos anteriores sobre los
requisitos necesarios para la concurrencia de la agravante
cuestionada y sobre la comunicabilidad de la misma al
procesado, debe afirmarse energéticamente todo el exceso
de padecimientos que procedió y acompañó a los accesos
canales conseguidos por los autores era absolutamente
innecesario para la ejecución de dichos delitos. Porque
innecesario era golpear brutalmente a las niñas en la boca
cuando comenzaron a protestar todavía dentro del coche,
innecesario agredirlas aún más violentamente con un palo
cuando llegaron a la casa, innecesario atarlas a una columna
-los autores eran dos individuos adultos y las víctimas tres
niñas, ya suficientemente aterrorizadas, de catorce y quince
años innecesario hacerles presenciar desde el lugar donde
estaban inmovilizadas cómo una tras otra iban siendo objeto
de las bárbaras agresiones que se relatan en la declaración
de hechos probados e innecesaria, en fin, era la degradante
y vejatoria brutalidad de introducir un palo por el ano, con
que culminaron todos los ataques a la libertad sexual de las
niñas La introducción del palo estaría posiblemente
comprendida hoy en las circunstancias específicas de
agravación de las agresiones sexuales establecidas en los
núms. 1º y 5º del art. 180 CP 1995 y estaba claramente
tipificada, en el segundo párrafo del art. 430 CP 1973, como
forma agravada de las agresiones sexuales que no
consistieran en acceso carnal. No aplicada esta última
tipicidad en la Sentencia recurrida, es evidente que la
vejatoria agresión a que ahora nos referimos debe ser al
menos incorporada, corno un mal o padecimiento
570
innecesario más, a cuantos contribuyeron a aumentar el
sufrimiento que las víctimas hubieron de soportar al ser
penetradas por la fuerza, primero vaginal y luego analmente.
Sin que parezca necesario ya, en este fundamento, que
reiteremos las consideraciones que hemos hecho el anterior
sobre la concurrencia en el procesado, del elemento
subjetivo del ensañamiento predicable del conjunto de su
comportamiento criminal, Procede claramente el rechazo de
este tercer motivo del recurso.
11.- En el cuarto motivo, con el mismo amparo procesal que
los anteriores, se impugna como indebida la aplicación del
art. 10. 13º CP 1973, en el inciso que recoge la circunstancia
de despoblado, porque -según se dice en el desarrollo del
motivo- concurriendo en los hechos enjuiciados tanto el
elemento objetivo como el subjetivo de la mencionada
agravante., la misma no puede ser apreciada por haberse
condenado al procesado al mismo tiempo por un delito de
rapto, ya que cuando se rapta a una persona se hace siempre
para llevarla a un lugar alejado. Tampoco este motivo puede
ser acogido. El despoblado, agravante que ha perdido en el
CP 1995 su especial y tradicional "nomen iuris" aunque
continua siéndolo, dentro del nº 2º del art. 22, como
circunstancia "de lugar" que debilita la defensa del ofendido
o facilita la impunidad del delincuente, ha sido interpretado
por la jurisprudencia -S, de 10-5-93- como circunstancia
cuyo fundamento se encuentra en "el mayor reproche que
merece la conducta de quien busca, para la comisión de un
acto delictivo, un lugar en el que la víctima va a encontrarse
en una situación de desamparo e imposibilidad de recibir
ayuda", dimensión objetiva que ha sido completada -S. de
19-4-95- con la subjetiva o teleológica que consiste en la
"búsqueda o aprovechamiento por el agente del elemento
objetivo para una más fácil ejecución del delito". Ambos
elementos -el debilitamiento de la defensa del ofendido y el
571
propósito del agente de conseguir una más fácil ejecución o
impunidad- se pueden considerar comprendidos en la nueva
definición de la circunstancia y concurren evidentemente en
el caso enjuiciado como el propio recurrente reconoce. Y no
es de recibo la objeción de que no pueden ser apreciados
simultáneamente el despoblado y los delitos de rapto en
concurso medial con los de violación. El delito de rapto, tal
como quedó configurado en el art, 440 CP .1973 tras la
redacción que le -dio la 46178, que al mismo tiempo derogó
los arts. 441 y 442, era un delito pluriofensivo únicamente
atentatorio contra la libertad sexual y la libertad ambulatoria,
pero no requería para su integración que la persona raptada
fuese llevada a un lugar lejano y mucho menos aislado-
Aunque lógicamente los delitos contra la libertad sexual no
se suelen cometer en público, no es inimaginable que una
persona fuese raptada para atentar contra su libertad sexual
y llevada por el raptor, para conseguir sus propósitos, a una
casa situada en el interior de una población. Por la misma
razón que se podía condenar por un delito de rapto y uno de
violación en relación de concurso medial, era posible apreciar
en el segundo una agravante, como la de despoblado, que
no era inherente al delito de rapto. Todo ello, naturalmente,
sin entrar a analizar, porque no han sido incluidos en el
recurso, los problemas de derecho transitorio que puede
plantear, en el caso enjuiciado, la desaparición del delito de
rapto en el CP 1995.
12.- Finalmente, también ha de ser rechazado el quinto
motivo del recurso, formalizado al amparo del art. 849. 1º
LECr, en que se denuncia la indebida aplicación de la
circunstancia, ya estudiada, de despoblado en los delitos de
asesinato por cuanto, en opinión del recurrente, falta el
elemento subjetivo de la misma. Argumenta el recurrente
que dicha circunstancia no debió ser apreciada en la
Sentencia recurrida porque los autores ya estaban en un
lugar despoblado cuando decidieron matar a las niñas A tan
endeble fundamentación deben ser opuestas estas razones:
Ante todo, que la circunstancia de referencia debe
entenderse concurrente tanto cuando es buscada antes del
inicio de la ejecución del delito como cuando es aprovechada
para debilitar la defensa, facilitar la ejecución o procurar la
impunidad. En segundo lugar, que en la ocasión –de autos
572
los asesinatos, si no habían sido acordados previamente,
fueron el acto final de una sucesión de ataques a la
integridad física de las víctimas que comenzaron y se
intensificaron tan pronto las tuvieron los autores en un lugar
apartado en que ya no podían esperar auxilio de otras
personas, por lo que el despoblado fue buscado al menos
para la comisión de las lesiones primeramente ocasionadas
que quedaron consumidas en los asesinatos posteriores. Y
por último, que en cualquier caso los asesinatos pudieron
realizarse por el procesado y su acompañante sin que las
víctimas tuvieses posibilidad alguna de escapar ni de recibir
ayuda -y en unas condiciones de impunidad para aquéllos
que pudo llegar a convertirse en definitiva si no hubiese sido
por el hallazgo casual de los cadáveres precisamente porque
se habían situado, no por azar sino deliberadamente, en un
lugar que respondía con toda propiedad a la definición vulgar
y jurisprudencial del despoblado. Todo lo cual nos conduce
ya al rechazo del último motivo y a la desestimación global
del recurso.
III. FALLO
Que debemos desestimar y desestimamos los recursos de,
casación por infracción de precepto constitucional y de ley
interpuestos por la representación procesal del sentenciado
Miguel Ricart Tárrega y del acusador particular Fernando
Gómez Moreno, contra la Sentencia dictada el 5 de
Septiembre de 1.997 por la Sección Segunda de la Audiencia
Provincial de Valencia, en el Sumario núm. 1/93 del Juzgado
de Instrucción núm. 6 de Alcira, en la que se condenó a
Miguel Ricart Tárrega como autor responsable de tres
delitos de asesinato y de cuatro delitos continuados de
violación, en concurso medial con tres delitos de rapto, con
la concurrencia de las circunstancias agravantes de
despoblado y ensañamiento en los delitos de asesinato y
violación, a la pena de treinta años de reclusión mayor por
cada uno de los tres delitos de asesinato y a la pena de veinte
años de reclusión menor por cada uno de los cuatro delitos
continuados de violación y en todo caso, a la pena de
inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena,
Sentencia que en consecuencia declaramos firme
condenando a los recurrentes al pago de las costas
devengadas por sus respectivos recurso. Póngase esta
573
resolución en conocimiento de la Sección Segunda de la
Audiencia Provincial de Valencia a la que se devolverán
cuantos antecedentes elevó en su día a esta vista-
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la
Colección Legislativa, lo pronunciarnos, mandamos y
firmamos.
574
CRONOLOGÍA DEL CASO
575
20/11/92 18,00 650 Declaración Maite Romero Ranger vio Chiva
a las niñas en Chiva el día 18/11 a las 20,30
h.
20/11/92 18,05 655 Manifestación de Ramón Torrent Bruvio Sollana
hoy a las niñas en Sollana en un 127 o 133
rojo
20/11/92 19,02 652- Manifestación J.A. Cano Llacer vio a Picassent
654 las niñas en Picassent (13/11) camino de
Coolor
20/11/92 19,30 656 Manifestación Antonio Soria Chaveli vio Alcácer
el 13/11 a las niñas camino de Coolor
20/11/92 20,30 657 Manifestación Esther Díez Martínez Alcácer
vio a las niñas el 13/11 en su casa,
antes de ir a Coolor
21/11/92 20,15 658- Dolores Badal Soria cuartel G.C. Picassent
659
21/11/92 20,15 660 Manifestación Dolores Badal Soria vio Picassent
a las niñas subir a un vehículo blanco el día
13/11 en Picassent
22/11/92 20,30 661 Entrega de una bolsa conteniendo revistas Picassent
y bragas por Leonardo Maestro Valle,
encontradas en un barranco de Picassent
26/11/92 No 662- Amador Teruel Romero vio a las niñas San Juan
indica 663 en el mesón "los curros" en San Juan, día (Alicante)
de hoy, a las 14,30 h.
26/11/92 No 664- Manifestación Amador Teruel Romero San Juan
indica 665
02/12/92 11,30 642 Manifestación Luis Plaza Alacreu Vio a Picassent
las niñas en una gasolinera de Mislata el
día 15/11 en una Nissan Vanette.
03/12/92 12,00 1096- Manifestación Juan Huedo Díaz Vio a Elche
las niñas en Elche, a las 20,45 del día 2-
12―92
06/12/92 18,00 1106- Comparecencia de Adolfina Gregorio Alfafar
1107 Blazquez Ha visto a las niñas en Alfafar
el día de hoy a las 10,45 h.
06/12/92 No 620 Llamada anónima solicitando 150 millones Alcácer
indica de ptas. En el Ayuntamiento
07/12/92 23,00 681 Llamada maliciosa de Alfonso García Doria Alcácer
08/12/92 22,00 1132 Comparecencia Miguel Fernandez Antequera
Gonzalez Dice haber recogido en
autostop a Desi y Toñi de Antequera a
Córdoba
05/01/93 No 708 Desconexión de escucha en el teléfono del Alcácer
indica Ayuntamiento
576
II PARTE – DESDE LA ROMANA HASTA ABRIL 1993 (27-1-93 AL 22-4-93) DÍA
577
29/01/93 04,30 129- Registro corral y caseta. Alborache
131
29/01/93 05,35 116 Hallazgo Moto Honda CBR 600 Alborache
29/01/93 10,30 14-16 Los padres presentan acusación Valencia
particular
29/01/93 No 19-20 Petición de Segunda autopsia Valencia
indica
29/01/93 No 21-22 Juez Bort autoriza la segunda autopsia Valencia
indica
29/01/93 11,10 158- Registro Seat Ronda Patraix
163
29/01/93 11,15 124 Intervención Seat Ronda en el taller Albal
29/01/93 12,10 112- Declaración Severiano Rosique Gomez Patraix
113 (mecánico taller de Albal)
29/01/93 12,35 114 Reconocimiento fotográfico Miguel Patraix
Ricart por Severiano Rosique Gomez
29/01/93 13,40 121 Diligencia por el hallazgo en la fosa de Patraix
las pegatinas de la moto, que coinciden
con las marcas de la moto
29/01/93 13,55 118 Declaración dueño moto Honda 600 Patraix
Sergio González Grau (Ve los daños en
la moto en el cuartel de Patraix)
29/01/93 16,30 115 Diligencia que relaciona la moto hallada Patraix
con la conversación grabada en el
contestador de Kelly
29/01/93 No 583 Solicitud orden de registro domicilio de Valencia
Indica Antonia Perez Jimenez busqueda
de A. Anglés
29/01/93 19,45 126 Se llama abogado de oficio para Enrique Valencia
Anglés
29/01/93 18,00 132- Informe sobre los acesos a la Romana Valencia
141
29/01/93 20,15 142 Diligencia presentación de letrado para Valencia
E. Anglés
29/01/93 20,20 143- Declaración Enrique Anglés ante la Patraix
148 policía
29/01/93 21,45 594 Registro en vivienda de Antonia Perez Valencia
Jimenez busqueda de Antonio
Anglés
29/01/93 23,00 Registro en vivienda Miguel Angel Valencia
Monllor Martinbúsqueda Antonio
Anglés
29/01/93 23,30 149 Presentación letrado para Miguel Ricart Patraix
29/01/93 23,30 150- Ampliación declaración Miguel Ricart Patraix
157
30/01/93 09,00 122 Van a la Fe y comprueban el papel de La Valencia
Romana
30/01/93 09,10 122 Comprobación en el psiquiátrico de Valencia
Bétera que Enrique Anglés es deficiente
mental
30/01/93 11,00 127 El instructor dice que E.Anglés padece Valencia
ESQUIZOFRENIA y no BLENORRAGIA
578
30/01/93 No 174- Declaración Enrique Anglés ante el juez Valencia
indica 175
30/01/93 No 176 Enrique Anglés es puesto en libertad Valencia
indica
30/01/93 No 178- Miguel Ricart declara ante el juez Valencia
indica 182
31/01/93 02,00 204 Auto de prisión de Miguel Ricart Valencia
31/01/93 09,30 244- Búsqueda muestras en Opel Corsa Patraix
245
31/01/93 12,05 296- Comparación pendientes (aro de oro de Patraix
299 la Romana y aro en cazadora Miriam)
31/01/93 16,30 295 Diligencia antecedentes policiales de Valencia
Miguel Ricart
31/01/93 17,35 291 Se unen los documentos a nombre de Valencia
Saturnino Iluminado Amador
31/01/93 18,00 232 Se instruye el atestado del hallazgo de Valencia
los cadáveres
31/01/93 18,15 296 Diligencias antecedentes policiales Valencia
Enrique Anglés
31/01/93 18,30 244/2 Finaliza la búsqueda de muestras en el Patraix
45 Opel Corsa
31/01/93 20,00 247- Finaliza la inspección ocular de la zona La Romana
256 de la Romana
01/02/93 12,15 305- Atestado sobre lo sucedido en la Patraix
311 Romana (levantamiento cadáveres)
01/02/93 17,00 300- Manifestación de Miguel Nicolás Patraix
303 Cortona
02/02/93 No 464- Telegrama a Frontela requiriendo ropas Juzgado de
indica 465 de las niñas Alcira
02/02/93 13,30 304 Manifestación de Rubén Darío Romero Patraix
Pardo
02/02/93 17,00 283- Carta anónima amenazante Alcácer
284
02/02/93 17,30 283- Localización del vehículo de Roberto Patraix
284 Anglés V-5695-Y (se repite folio 1221)
02/02/93 19,00 279 Declaración de Roberto Anglés Prisión
02/03/93 19,05 294 Diligencia haciendo constar que el nº de Patraix
telef. Hallado en al Romana es el de
Neusa
02/02/93 No 899 Intervención telefono novio de Kelly, Patraix
indica J.A. Muñoz Ledesma
02/02/93 20,00 288 Declaración Luis Rivera Gallardo Prisión de
Valencia
03/02/93 No 902- Intervención telefónica: Kelly rompe Torrente
indica 923 con su novio
03/02/93 09,00 283- Informe observatorio astronómico de Patraix
284 Valencia (Emitido folio 287)
287
03/02/93 11,30 257- Entrega de vestigios encontrados en el Patraix
267 Opel Corsa y Seat Ronda
04/02/93 No 460 Entraga de cinta y 20 cruceiros Alborache
indica
579
04/02/93 No 477 Envío muestras al INT Patraix
indica
04/02/93 No 480 Envío muestras al centro de Patraix
indica criminalística de la G.C.
05/02/93 10,20 562- Comparecencia de José Carrascosa Buñol
563 Miralles, propietario de casa Alborache
05/02/93 11,00 565 Comparecencia José Collado Higón Buñol
05/02/93 11,15 566 Comparecencia Ramón Mora Cervera Buñol
05/02/93 11,15 568 Reconocimiento fotográfico José Buñol
Collado Higón
05/02/93 11,15 570 Reconocimiento fotográfico José Buñol
Carrascosa Miralles
05/02/93 11,30 569 Reconocimiento fotográfico Ramón Buñol
Mora Cervera
05/02/93 11,45 564 Comparecencia de Eduardo Bueno Buñol
Perez
05/02/93 11,55 567 Reconocimiento fotográfico Eduardo Buñol
Bueno Perez
08/02/93 No 476 Devolución efectos de las víctimas por Alcira
indica Frontela
09/02/93 No 478 Solicitud entrevista con Miguel Ricart Patraix
indica por la guardia Civil
10/02/93 No 479 Providencia del Juez concediendo la Alcira
indica entrevista
09/02/93 No 902- Intervención telefónica: Kelly y su novio Torrente
indica 923 hablan de Neusa, el ministro Corucuera
y una visita a Madrid
12/02/93 12,30 573- Atestado Villamarchante presencia Patraix
574 Antonio Anglés
12/02/93 18,00 771- Atestado por robo y secuestro Vte. Minglanilla
781 Golfe
13/02/93 10,00 571 Entrega Moto Honda 600 CBR Patraix
13/02/93 13,15 577 Comparecencia de Vicente Golfe Patraix
13/02/93 16,00 575 Ampliación atestado de Villamarchante Lliria
13/02/93 17,00 576 Diligencias en Minglanilla sobre el Minglanilla
paradero de Antonio Anglés
14/02/93 09,00 578 Diligencia de parecer del instructor; Patraix
Vicente Golfe como obstructor
15/02/93 12,00 579 Entrega de objetos a la guardia civil Lliria
abandonados por Anglés
15/02/93 No 724- Acuse de recibo de muestras del INT Madrid
indica 726
15/02/93 16,00 572 Diligencia paradero Antonio Anglés, Patraix
Villamarchante y Minglanilla
17/02/93 No 741- Resultados de criminalística del Madrid
indica 742 laboratorio de la GC
18/02/93 No 736 Acuse de recibo de muestras del centro Madrid
indica de investigación criminalística de la GC
18/02/93 11,45 759- Manifestación Fco. Partera Zafra (se Patraix
761 repite en los folios 1219-1220)
580
19/02/93 No 712 El Juez Bort emplaza a Miguel Ricart a Alcira
indica declarar el día 2 de marzo dadas las
diligencias ampliatorias de la G.C.
19/02/93 No 746 Acuse de recibo de muestras del INT Madrid
indica
19/02/93 09,00 758 Ampliación atestado por tres asesinatos Patraix
23/02/93 11,20 792- Manifestación Mauricio Anglés Martins Paraix
793
23/02/93 12,00 795 Puesta en libertad de Mauricio Anglés Patraix
23/02/93 13,30 785 Diligencia robo banco Villar del Patraix
Arzobispo
24/02/93 10,10 762 Diligencia robo banco Buñol Buñol
26/02/93 14,30 893- Manifestación José Luis Covisa Serrano Paiporta
894 (vio a A.Anglés el 28/01/ en Valencia)
01/03/93 10,30 924- Denuncia por robo en el chalet de Benaguacil
928 Benaguacil y posible estancia allí de
Anglés entre el 24-1 y 28-2
01/03/93 12,00 924- Inspección ocular chalet Benaguacil
928
01/03/93 No 956 Incoación diligencias investigación penal Valencia
indica por divulgar las declaraciones literales
de Ricart, "Levante" día 24/02 y
"Tiempo" 01/03
02/03/93 No 797- Declaración Miguel Ricart Alcira
indica 799
03/03/93 9,00 930- Ampliación diligencias chalet; aparecen Benaguacil
936 50.000 Ptas.
04/03/93 No 805- Informes del INI sobre cadáveres Madrid
indica 813
04/03/93 No 831- Informes del INT sobre cadáveres Madrid
indica 835
09/03/93 9,20 891- Diligencia atraco C. Rural en Buñol el Patraix
892 05-11-92
09/03/93 9,40 892 Diligencia bar Parador de Catadau Patraix
09/03/93 9,40 891- Diligencia atraco BPE Villar del Patraix
892 Arzobispo el 1-09-92
09/03/93 10,30 895 Envío al INI kleex hallado en un chalet Patraix
de Benaguacil
09/03/93 11 896 Cese intervención teléfono J.A. Muñoz, Patraix
novio de Kelly
09/03/93 No 1019- Informe INT sobre cráneos Madrid
indica 1039
11/03/93 No 976- Auto de procesamiento de Miguel Ricart Alcira
indica 979 y Antonio Anglés
12/03/93 No 999 Orden de busqueda y captura de Alcira
indica Antonio Anglés Martins
22/03/93 No 1112 Comparecencia de Fco. Ros Plaza para Alcira
indica solicitar la cinta de video de las
autopsias
26/03/93 No 1143- Informe balística Guardia Civil Madrid
indica 1159
581
29/03/93 No 1171- Declaración indagatoria Miguel Ricart Herrera de
indica 1172 declara que el día 13 estuvo cenando la Mancha
en un chino de Benetuser tras robar el
banco de Buñol
30/03/93 No 1126- Denegación a Frontela de las ropas y Alcira
indica 1127 otras muestras de las niñas
01/04/93 No 1182- Informes del INT sobre muestras de Madrid
indica 1208 ropa cadáveres y otras muestras
13/04/93 No 1180 Informe sobre los DNI de Anglés, Ricart Valencia
indica y Fco. Partera
22/04/93 No 1216 Diligencias previas juzgado Alcira sobre Alcira
indica el robo del banco en Buñol
582
BIBLIOGRAFÍA
583
EDICIONES
584
585