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DERECHO

ROMANO
Presenta: Eugenia Jaimes.

Maestro Gerardo Emmanuel


Sepúlveda Rojas
“La Usucapión en Roma y en el
Código Civil de la Ciudad de
México.”
Campus: Coyoacán
INTRODUCCIÓN

El Derecho Romano es un estudio trascendental para la vida normativa académica y


profesional, ya que los cimientos del Derecho Civil en sentido general tienen su origen
esencial en la legislación civil Romana. Como se mencionará a lo largo de este ensayo
las figuras de posesión la cual es necesaria para explicar lo que es la usucapión, y de
igual modo se explicará el tema de propiedad. Distinguir conceptualmente la posesión
de la propiedad resulta una actividad analítica fundamental para lograr entender lo que
es la prescripción positiva de la propiedad.

En virtud de que la usucapión es una institución vigente en el Código Civil mexicano se


hará una oposición entre los términos jurídicos de dicha figura conforme a lo entendido
en el Derecho Romano con lo que le fue legado de éste al Derecho Civil mexicano.

´Por ende solo queda mencionar las fuentes empleadas para el presente trabajo, se
utilizaron las fuentes trabajadas a lo largo de éste semestres e igualmente un libro
particular del civilista mexicano, Edgardo Peniche López.
DESARROLLO

Como es mencionado en la introducción para lograr entender la usucapión, sus


cambios de Roma a la legislación vigente de México es obligatorio oponer los
conceptos e instituciones de posesión y propiedad, lógicamente contrastando la noción
romana con la actual. Por lógica lo primero que se debe hacer es mencionar una noción
de cosa y de bien. Para eso el jurista Peniche López establece lo siguiente: “Se
entiende por cosa todo lo que existe en el universo, sea material o inmaterial, creación
de la naturaleza o abstracción del ingenio humano.” (Peniche López, 2019 p.147). En
virtud de esta conceptualización podemos entender que cosa es toda entidad externa
perceptible y palpable para los sentidos humanos. Ya sea porque le puede ser útil, pero
algo que debemos considerar es que siempre le resulta entendible a su racionalidad.
Por otro lado el mismo autor explica lo que es un bien:” Las cosas que rinden algún
beneficio al género humano reciben la denominación general de “bienes”, pueden ser
cosas que el hombre fábrica o que se encuentran en la naturaleza.” (Peniche López,
2019 p. 147)

Al igual que Peniche López los romanos habían conceptualizado lo que se entiende
como cosa o bien llegando al mismo punto, en el sentido de entenderlo como cualquier
entidad ajena al ser humano pero la cual al momento de ser percibida le brinda un
beneficio o utilidad al hombre. Los siguientes autores, Morineau, I. M. y Iglesias, G. R.
exponen lo que era un derecho real, es decir, derecho subjetivo que vincula a la
persona con una cosa, y la noción de cosa en Roma: “El derecho real forzosamente
presupone la existencia de una cosa sobre la cual va a recaer la conducta autorizada al
titular, entendiéndose por cosa o bien -res- todo objeto del mundo exterior que puede
producir alguna utilidad al hombre”. (Morineau, I. M. y Iglesias, G. R., 2000 p.112)

Una vez explicados estos tres conceptos, cosa, bien y Derecho Real se puede concluir
que la existencia de una relación entre una persona y una cosa constituye un derecho
real, dando lugar a la posesión o a la propiedad dependiendo la situación en la que se
encuentre el vínculo de la persona con el bien.
Se debe mencionar que no se hablará respecto a los tipos de bienes tanto como los
entendidos para el Derecho romano como para los susceptibles en nuestra legislación,
de tal modo que el siguiente tema será la posesión abordada desde la perspectiva
romana.

La posesión es una figura jurídica que nace en Roma, por lo tanto es fundamental
analizar dicha figura desde la perspectiva etimológica con el fin de entender la
naturaleza del concepto, hay que recordar que ésta figura será contrastada con lo que
la legislación civil percibe actualmente. Los autores citados previamente nos dicen lo
siguiente al respecto de la esencia etimológica de la palabra posesión: “La palabra
possidere, de donde possessio se deriva, contiene a su vez la palabra sedere o
sentarse, sentarse o asentarse en una cosa, de ahí la definición de posesión como el
poder de hecho que una persona ejerce sobre una cosa, con la intención de retenerla y
disponer de ella como si fuera propietario”. (Morineau, I. M. y Iglesias, G. R., 2000
p.115). La esencia fáctica de la posesión es una característica relevante para lograr
entender lo que es la usucapión.

Para el Código Civil de la Ciudad de México la posesión es entendida de acuerdo al


artículo 790 como: “Es poseedor de una cosa el que ejerce sobre ella un poder de
hecho, salvo lo dispuesto en el artículo 793. Posee un derecho el que goza de él.”
(Código Civil, CDMX). Aquí se puede observar que la esencia de sentarse sobre la
cosa, es decir, que de modo fáctico o de hecho la persona tiene el poder sobre la cosa
se mantiene vigente en la noción de posesión para el Derecho Civil mexicano. Y aquello
dispuesto en el artículo 793 señala la excepción conforme a la situación por la cual
aquel que se presume poseedor no lo es ya que el propietario original se la otorgo.

En otro sentido para conocer mejor el carácter de posesión conforme al Derecho


romano hay exponer los elementos esenciales que la conforman. Para los autores que
se han citado previamente el primer elemento es el corpus, ellos lo entienden de la
siguiente forma: “La posesión se constituye por la reunión de dos elementos. El
primero, de carácter objetivo, se llama corpus y es precisamente el control o poder
físico que la persona ejerce sobre la cosa.” (Morineau, I. M. y Iglesias, G. R., 2000
p.117). Como se ya se ha mencionado la posesión se efectúa mediante el hecho de
poder que tiene una persona sobre una cosa, ese control de poder que cae sobre la
cosa es el corpus. Siguiendo a los mismos autores el segundo elemento es el animus:
“El segundo elemento tiene carácter subjetivo, se denomina animus possidendi o
simplemente animus, y consiste en la intención o voluntad del sujeto de poseer la cosa,
reteniéndola para sí, con exclusión de los demás.” (Morineau, I. M. y Iglesias, G. R.,
2000 p.117). Solo se puede mencionar que la conjunción de estos dos elementos va a
constituir el carácter vital de la posesión, pues la voluntad intencional de querer ejercer
el control de poder por parte de una persona sobre la cosa. Evidentemente la posesión
en Roma tiene muchas variables y de la posesión las cuales no serán mencionadas
para objeto de este ensayo. Por otro lado la siguiente cita expone los grandes cambios
en materia de Derechos Humanos que se ha presentado desde la legislación romana
hasta nuestros días. “Se podía adquirir el corpus a través de otra persona, como un hijo
o un esclavo, o bien, por un representante”. (Morineau, I. M. y Iglesias, G. R., 2000
p.117). Naturalmente para el Derecho Civil vigente es inconcebible que una persona
pueda ejercer un poder de control sobre otro ser humano, y siguiendo este eje
humanista e igualitario, el artículo segundo del Código Civil establece igualdad de
condiciones entre las personas, ya sean hombres o mujeres. Mencionamos la igualdad
de capacidad entre ambos géneros porque para que se pueda efectuar la posesión en
Roma resultaba esencial tener capacidad, por lo que desde el contexto jurídico romano
la mujer no tiene una capacidad. “En lo concerniente al animus o intención de poseer,
era necesaria la capacidad jurídica para poder adquirir la posesión”. (Morineau, I. M. y
Iglesias, G. R., 2000 p.117)

En el sentido que hace referencia a la posesión de bienes inmuebles en Roma los


autores que se han citado últimamente, dicen lo siguiente: “En cuanto a la adquisición
de la posesión de un inmueble, no hacía falta recorrer todo el fundo, era suficiente con
introducirse en él; tratándose de cosas muebles, bastaba con que quedaran puestas a
disposición del poseedor.” (Morineau, I. M. y Iglesias, G. R., 2000 p.117). Está premisa
resulta fundamental para el entendimiento de la prescripción positiva. Ya que se hablará
de buena fe o mala fe en los términos siguientes: “La posesión también puede ser de
buena o de mala fe. Es de buena fe cuando el poseedor cree tener derecho a la
posesión, y es de mala fe cuando sabe que no lo tiene, como es el caso del ladrón”.
(Morineau, I. M. y Iglesias, G. R., 2000 p.118). Es necesario que se destaque la buena
fe y la mala fe ya que aquel que quiera ejercer la acción de usucapir deberá demostrar
con las pruebas necesarias el hecho de haber poseído el bien por buna fe o mala fe.
Para finalizar con el tema de posesión explicaremos la noción que el jurista Peniche
López expone: “Es el acto de tener o poseer una cosa material con el ánimo de
propietario. El poseedor de una cosa es el que ejerce sobre ella un poder de hecho”.
(Peniche López, 2019 p.153)

El siguiente concepto que se explicará es la propiedad, obviamente se seguirá el


esquema analítico que se ha venido empleando de comparar brevemente la noción
romana con lo vigente la legislación Civil. Hay que mencionar una vez más el carácter
etimológico del concepto propiedad ya que en Roma la noción es univoca. “El más
antiguo es el término mancipium", después usaron la palabra dominiums y, finalmente,
la de proprietas.” (Morineau, I. M. y Iglesias, G. R., 2000 p.121). En comparación con la
conceptualización etimológica legada por el Derecho romano la legislación Civil de la
Ciudad de México nos menciona en los artículos 830 y 831 la concepción de propietario
como aquel que puede gozar de una cosa y que también puede disponer de estas con
las limitaciones y modalidades que establece la norma, el segundo artículo garantiza la
protección de la propiedad ya que argumenta que la propiedad no puede ser ocupada
contra la voluntad de su dueño. En los artículos 832, 833, 834 se distingue entre la
propiedad privada, es decir, la que pertenece a los particulares y la propiedad pública,
que es aquella que pertenece a la Estado mexicano. En virtud de esto solo cabe
mencionar que la propiedad privada es el eje rector de todo desarrollo socioeconómico
y jurídico pues le brinda a las personas la oportunidad de generar un patrimonio.
Conforme a esto los autores citados a ulterior mencionad que la propiedad: “Es el
derecho de propiedad el derecho real por excelencia, el más importante de esta clase
de derechos, por ser el más extenso en cuanto a su contenido, y también porque es el
derecho real originario y conceptualmente fundante de los otros derechos que autorizan
a actuar sobre las cosas, ya que todos ellos suponen la existencia previa de la
propiedad para poder estructurarse.” (Morineau, I. M. y Iglesias, G. R., 2000 p.121)

Ahora bien, solo queda citar al jurista Peniche López para que nos ilustre de manera
clara y breve lo que es la propiedad: “En Derecho se entiende por propiedad una
pertenencia, la adquisición de bienes útiles al hombre, por lo cual se hacen
apetecibles”. (Peniche López, 2019 p.157). En este sentido el mismo autor nos explica
lo en el Derecho Romano eran considerados los atributos de la propiedad como los
siguientes: “Designados con las palabras fruendi, utendi et abutendi, que traducidas
representa la facultad de disfrutar, usar y abusar de la propiedad sin ninguna clase de
impedimento.” (Peniche López, 2019 p. 157 y 158)

Entonces para tocar el tema central de este ensayo hay que destacar que la posesión
es el acto de tener bajo control de poder un bien distinguiendo esta figura de la
propiedad como el acto mediante el cual una persona tiene el dominio absoluto de un
bien logrando así el aprovechamiento total de dicho bien, solo con las limitaciones
establecidas por la ley. La usucapión es entendida como el acto de adquirir una
propiedad por una posesión prolongada durante el tiempo suficiente según lo
establecido por el ius civile. (E. Petit, 2019). Para objeto de este ensayo se empleará de
fuente al jurista francófono Eugéne Petit realizando un breve estudio de la noción
clásica de la usucapión y de la noción entendida por Justiniano. En el primer sentido, es
decir, desde la perspectiva clásica la usucapión este entendida conforme la siguiente
forma de aplicación de dicha figura: “Procura el dominium ex jure quiritium a quien tiene
una cosa in bonis. Cuando se ha querido adquirir una cosa mancipi, y cuando se tiene
solamente recibida tradición de propietario, se le tiene in bonis.” (E. Petit, 2019 p. 266).
En esta primera forma de aplicación de la usucapión se destaca la esencia que debe
tener la propiedad originaria de los ciudadanos antiguos de Roma ya que a través de
una posesión prolongada y de una venta ficticia el poseedor se facultaba para reclamar
la propiedad de dicho bien. La segunda forma de aplicación de la usucapión en el
sentido clásico es la siguiente: “Hacer adquirir la propiedad al poseedor de buena fe
que ha recibido una cosa mancipi o nec mancipi de una persona que era propietaria o
no tenía poder para enajenar.” (E. Petit, 2019 p.266). En la premisa anterior se
menciona el ánimo de buena fe que resulta urgente para poseer bienes en la
usucapión. Conforme a la legislación Civil vigente la usucapión aún es conservada por
nuestra legislación, conforme a los artículos 1135, 1136, 1137, 1138, 1139 y 1140 la
prescripción positiva es entendida como la manera de adquirir la propiedad sobre
ciertos bienes o de librarse de obligaciones, mediante el transcurso de cierto tiempo,
bajo las condiciones establecidas por la ley.

Desde la otra forma de aplicación entendida desde la época de Justiniano se tiene


como principio máximo lo siguiente: “La cualidad de ciudadano pertenecía a todos los
individuos del Imperio, y no había ya diferencia, en el punto de vista de la propiedad del
terreno, entre los fundos itálicos y los fundos provinciales.” (E. Petit, 2019 p. 274). En
virtud de esto la usucapión ya no tiene una forma de aplicación exclusiva por parte de
los ciudadanos romanos, pues esa condición elemental de connubium y commercium
quedo en desusos de tal modo que la usucapión es aplicada en tiempos de Justiniano
sin distinción alguna de personas, solo se aplica conforme lo siguiente: “La división res
mancipi y nec mancipi esta suprimida lo mismo que la distinción del dominio quiritario y
del in bonis; la usucapión sólo hace ya adquirir la propiedad al poseedor de buena fe
que ha recibido tradición en virtud de una causa justa.” (E Petit, 2019 p.274 y 275)

En los tiempos de Justiniano ya se puede percibir una legislación más justa entre las
personas pues ya no hay tanta limitación conforme a la personalidad, ciudadanía y
capacidad jurídica. Por lo que resulta más familiar esta última forma de aplicación de la
usucapión en relación con el Código Civil vigente. Se va a categorizar en dos clases de
prescripciones la negativa y la positiva según lo estudiado en la legislación mexicana.
La primera conforme a los artículos 1140 y 1136 es entendida como la liberación de
obligaciones, ya que no se reclamó su cumplimiento. La segunda es la que es del
interés de el presente ensayo. La prescripción positiva es entendida conforme al
artículo 1136 cuando se adquieren los bienes gracias a la posesión continua de estos.
El capítulo segundo de la prescripción positiva establece en el artículo 1151 que la
posesión tiene que ser de forma pacífica, en concepto de propietario, continua y
pública. Abordando el siguiente artículo, el 1152, los bienes inmuebles tienen cierto
tiempo para que se puedan prescribir, por lo que de cinco años a diez años son las
condicione temporales para que prescriba la propiedad en nuestro sistema jurídico.

CONCLUSIÓN

Hay que entender que los bienes son todas aquellas entidades susceptibles de ser
apreciadas por las personas, sin importar su naturaleza de origen lo único relevante es
que dicho bien sea percibido por la realidad jurídica, haciendo de cosas como la Luna,
un unicornio o el planeta Marte entidades imposibles de entrar a la vida jurídica. Ahora
bien, la relación que surge entre una persona y un bien, es un vínculo denominado por
el Derecho como un derecho real. De estos nacen efectos como la posesión o la
propiedad. La primera esta determinada por dos elementos esenciales según el
Derecho romano. En primer sentido tenemos el animus, que es la intención voluntaria
de disponer de la cosa, como segundos elementos está el corpus, que es la fuerza de
poder que se ejerce sobre el bien, entonces la posesión desde la noción romana le
hereda a nuestro Derecho Civil la esencia encontrada en el artículo 790. Por otro lado,
la propiedad es disponer de manera plena y tener absoluto dominio sobre un bien, claro
tenido en cuenta las limitaciones que establece la ley. Hoy día en nuestra legislación no
existen limitaciones para adquirir la propiedad pues ya no hay brechas jurídicas que
formen una distinción entre las personas, su capacidad o el valor de ciertos bienes, tal y
como sucedía en Roma donde ciertos fundos no podían enajenarse.

Por último, el tema central de este ensayo es la usucapión donde mediante la posesión
prolongada, continua y pacífica, y pública de un bien. En el Derecho Romano durante la
etapa clásica se contempló a la usucapión como una amenaza que dañaba los
derechos reales de los propietarios por lo que la Ley de las XII Tablas la prohibió, en
otro sentido el Emperador Justiniano la considero una acción necesaria que cualquier
persona podía ejercer. Al igual que en nuestro Código Civil se consideró la buena fe y la
mala fe como elementos esenciales para poder exigir la prescripción positiva.

En fin es necesario recordar la trascendencia que tiene el Derecho Romano para los
sistemas jurídicos occidentales, sobre todo en aquellos que tienen una esencia
románica en todas sus instituciones, como es el caso de México donde la figura de la
usucapión aun es empleada, y es un hecho socio-jurídico.

BIBLIOGRAFÍA

I. Petit, E.(2019), Derecho Romano.Trad. 9na edición, D Jose. González,


Jose.Ma.Rizzi. Porrúa. (1892)

II. Moranchel, P. M. (2017). Compendio de Derecho Romano  [Archivo


PDF]. Recuperado de
http://www.cua.uam.mx/pdfs/revistas_electronicas/libros-electronicos/
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III. Morineau, I. M. y Iglesias, G. R. (2000). Derecho Romano [Archivo PDF].


Recuperado de https://docs.google.com/viewer?
a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxyb2Rvb2Fycm95bzl8Z3
g6MzUwNDA1Y2U2NThmMGFmMQ

IV. Peniche López. (2019). Introducción al Derecho y Lecciones de Derecho


Civil. Ciudad de México, México. Porrúa.

V. Código Civil de la Ciudad de México.

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