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e fine linen is the

righteous deeds of the

Compasión
saints.

And the angel said


to me, “Write this:

E X T R AO R D I N A R I A
Blessed are those who
are invited to th

Revelando el corazón de Jesús

E R I N D AV I S
Prólogo por Nancy DeMoss Wolgemuth
© 2020 Aviva Nuestros Corazones.

Publicado por Aviva Nuestros Corazones


P.O. Box 2000, Niles, MI 49120

ISBN: 978-1-934718-81-0

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida en forma
alguna sin permiso del editor, excepto en el caso de breves citas incorporadas en otros trabajos o
reseñas.

Diseñado en español por Nicole Tejera. Edición General: Yamell de Jaramillo en conjunto con el equipo
de edición ANC.

Todas las citas de las Escrituras de la Nueva Biblia de las Américas® (NLBLA), al menos que se indique
lo contrario. Derecho reservados © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California 90631.
Sociedad no comercial. Derechos Reservados. Utilizado con permiso.

Las citas de las Escrituras marcadas como NTV están tomadas de la Santa Biblia, New Living Translation,
copyright ©1996, 2004, 2015 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House
Publishers, una división de Tyndale House Ministries, Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos
reservados.

Partes del capítulo 3 fueron adaptaciones de Erin Davis, Una Hermosa Historia: Making God's Story Yours
(Nashville: LifeWay, 2017). Usado con permiso. El énfasis en las citas de las Escrituras ha sido añadido
por el autor.
Tabla de Contenido

Prólogo �����������������������������������������������������������������������������������������������������5

Un comienzo extraordinario:
Compasión en el Jardín������������������������������������������������������������������������� 9

Una gracia extraordinaria:


Compasión a través de los Profetas��������������������������������������������������� 17

Un salvador extraordinario:
Compasión en los evangelios �������������������������������������������������������������25

Un sacrificio extraordinario:
Compasión en la Cruz ������������������������������������������������������������������������� 31

Un final extraordinario:
Esperanza compasiva��������������������������������������������������������������������������� 35

Sobre la autora �������������������������������������������������������������������������������������41


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Prólogo
NANCY DEMOSS WOLGEMUTH

Cuando el matrimonio en el que has invertido durante décadas se


desploma de repente y dolorosamente, ¿qué anhela tu corazón?

Cuando una enfermedad física (ya seas tú la paciente o la cuidadora) te


impide vivir la vida activa que amas o servir en la iglesia donde rindes
culto, ¿cómo esperas que reaccionen los demás?

Cuando te sientes perdida, quebrantada, indefensa o desesperada, ¿cómo


te imaginas la respuesta de Dios?

Todas anhelamos compasión. Hay necesidades que no podemos satisfacer,


objetivos que no podemos alcanzar, y patrones que no podemos romper.
Anhelamos que alguien nos mire a los ojos y nos diga: «Te veo. Me duele
que estés sufriendo. Y te ayudaré».

Y aún así, abrumadas por la magnitud de la necesidad en el mundo, en


las vidas de los amigos y familiares, y en nuestras propias vidas, es difícil
cultivar la compasión. Podemos sentirnos tentadas a mirar hacia otro
lado, a buscar distracción, o a esperar que alguien más venga a satisfacer
nuestra necesidad.

La apatía es la respuesta natural. La compasión es extraordinaria.

AVIVA NUESTROS CORAZONES 5


L A COMPASIÓN ES EL AMOR EN ACCIÓN
Cuando leemos las Escrituras, no podemos olvidar que Dios cuida de los
necesitados. Dios nos dice: «Si [el oprimido] clama a mí, yo lo escucharé,
porque soy compasivo» (Ex. 22:27). Como Dios se revela a nosotros a
través de su Palabra, quiere que sepamos que es un Dios de compasión.

El Antiguo Testamento contiene literalmente cientos de leyes que se


ocupan de la protección de los pobres, los enfermos y los oprimidos; junto
con las viudas, los huérfanos y los forasteros. Estos no son solo estatutos
anticuados para una cultura lejana. Son un reflejo de lo que Dios siente
por nosotros.

La ley de Dios es más que una lista de lo que se debe y no se debe hacer.
Dios dio estas disposiciones para revelar su corazón y para guiarnos a
nosotras, sus portadoras de imagen, en nuestra misión de mostrarlo a un
mundo perdido y quebrantado.
Entonces, ¿qué es la compasión, exactamente? ¿Cómo afecta nuestras
vidas el saber que tenemos un Dios compasivo? ¡Compasión es el amor en
acción! Un tema que vemos una y otra vez en las Escrituras:

• Dios puso el amor en acción cuando vistió a Adán y Eva


después de la caída (Gen. 3:21).

• Nuestro Padre celestial puso su amor en acción enviando a su


único Hijo, Jesús, a la tierra como Emanuel, Dios con nosotros
(Is. 7:14).

• Jesús puso su amor en acción cuando fue a la cruz para cargar


nuestros pecados y así poder ser hechos justos (2 Cor. 5:21).

Desde el Jardín hasta los Evangelios, desde el Génesis hasta el


Apocalipsis, vemos a un Dios compasivo que incesantemente manifiesta
su amor en acciones a favor de Su pueblo.

6 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
NUES TRA NECESIDAD, SU RESPUES TA

Fue el Rey David quien oró,

Inclina, oh Señor, Tu oído y respóndeme, Porque estoy


afligido y necesitado (Sal. 86:1).

David tenía riquezas casi ilimitadas a su disposición. Era el rey más


amado de Israel. Sin embargo, se consideraba a sí mismo como «pobre y
necesitado». ¿Qué podría haberle faltado? La respuesta viene cuando nos
damos cuenta de que David no estaba orando por sus necesidades físicas.
Dado que era un hombre conforme al corazón de Dios (1 Sam. 13:14),
estaba asombrado por la santidad de Dios y era muy consciente de su
propia pecaminosidad. Destrozado por su pobreza espiritual, David se
dio cuenta que no había nada que pudiera ofrecer para ganarse el favor de
Dios.

Espiritualmente hablando, todas somos pobres y necesitadas. El pecado


nos arruina. ¡Necesitamos un Salvador! Sin embargo, Dios mira desde el
cielo y responde con compasión. En lugar de responder a nuestras muchas
necesidades con apatía o frustración, responde con amor en acción.

L A COMPASIÓN MISERICORDIOSA DE DIOS

En Lucas 1, Zacarías describió el inminente nacimiento de Cristo cuando


profetizó,

...Gracias a la tierna misericordia de Dios, la luz matinal del


cielo está a punto de brillar entre nosotros, para dar luz a
los que están en oscuridad y en sombra de muerte, y para
guiarnos al camino de la paz» (v. 78-79 NTV).

Zacarías bendijo al Señor por su «compasión misericordiosa» que lo


llevaría a visitar a su pueblo en la forma de Cristo, compasión que
aliviaría la miseria causada por el pecado.

AVIVA NUESTROS CORAZONES 7


«Compasión misericordiosa» (tender mercy-ESV) traduce la palabra
griega splanchnon. Es una palabra muy rica, que se usa a menudo en el
Nuevo Testamento. Se refiere a las partes internas del cuerpo, la parte que
se siente más profundamente. Es lo que una madre siente por un niño
que puede estar en peligro, herido, enfermo o necesitado. Hay algo en el
corazón de una madre y es compasión por su hijo amado.

Este es el corazón de Dios hacia nosotras. Su compasión es profunda,


tierna y anhelante, motivándolo a moverse hacia nosotras con amor.

Comprender la compasión de nuestro Padre nos ayuda a movernos hacia


Él, confiadas en su amor, como los niños que responden a sus madres.
Ver su amor en acción a través de Cristo nuestro Salvador, nos motiva a
volvernos hacia los demás y responder a sus necesidades con compasión-
amor en acción.

En este recurso, mi amiga Erin Davis, nos ofrece ilustraciones de nuestro


Dios compasivo y de su misericordiosa compasión hacia nosotras,
comenzando en el Génesis y terminando en el libro del Apocalipsis.

Cada capítulo incluye preguntas diseñadas para ayudarte a considerar la


compasión de Dios hacia ti y para animarte a expresar esta compasión
«extraordinaria» a otros.

Que la compasión «extraordinaria» de nuestro Dios te mueva a la


adoración y al asombro. Y que te inspire a dejar que su compasión, su
amor en acción, fluya a través de ti para satisfacer las necesidades de los
que te rodean.

Si mostramos juntos su compasión, nuestro mundo se enfrentará cara


a cara con la asombrosa e irresistible gracia salvadora, y con el amor de
Cristo

8 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
CAPÍTULO 1

Un comienzo extraordinario:
Compasión en el Jardín
Es imposible para cualquiera de nosotras imaginar el «antes».
Antes que hubiera planetas...
Antes que hubiera abejorros...
Antes que hubiera oxígeno para respirar o pulmones que necesitaran
ser llenados...
Antes que los ríos estuvieran llenos de peces o los cielos llenos de
pájaros...

Estaba Dios.

Génesis 1:2 los describe así: «La tierra estaba sin orden y vacía, y las
tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía
sobre la superficie de las aguas».

Detente por un momento. Intenta imaginártelo. Piensa que todo lo que


has visto, probado, tocado u oído está a punto de formarse. Deja que el
hecho de que Dios haya hecho todo de la nada te quite el aliento otra vez
(o por primera vez).

En Romanos 1:20 el Apóstol Pablo escribe: «Porque desde la creación del


mundo, Sus atributos invisibles, Su eterno poder y divinidad, se han visto
con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera
que ellos no tienen excusa».

AVIVA NUESTROS CORAZONES 9


La creacion es la primera obra misionera de Dios. La forma de tulipán de
los labios de un recién nacido, los tonos impactantes de las plumas de
un pavo real, y el cielo de color de algodón de azúcar al atardecer; todo
ello tiene por objeto revelar algo sobre el carácter de Dios. ¿Pero qué,
exactamente?

Si esperas seleccionar una respuesta correcta de una lista de opciones


múltiples, me temo que podrías enfrentarte a un cierto nivel de
decepción. (Al menos, inicialmente). Esta pregunta mas bien requiere un
ensayo como respuesta. Pablo no dijo que el atributo de Dios, en singular,
es visible en la creación; sino sus atributos, en plural. Los atributos de
Dios son las características que son verdaderas de Él, y como Dios no
cambia (Heb. 13:8), son características que siempre han sido verdaderas
de Él.
¿Qué es lo que la creación revela como verdadero acerca de Dios?
Adelante, haz una lista rápida.

Te invito a echar un vistazo a la mia:

• Dios es creativo. (¿No tendría que serlo para que se le


ocurriera crear al oso hormiguero?).

• Dios es poderoso. (¡Creó hasta volcanes!).

• Dios es sabio. (Por eso el salmista escribió en el Salmo


104:24, «¡Oh, Señor, cuán numerosas son tus obras! Con
sabiduría las has hecho todas»).

• Dios es meticuloso. (¿Sabías que las caléndulas tienen


exactamente cinco pétalos?).

• Dios tiene el control. (Mateo 8:27 nos dice que incluso los
vientos y las olas le obedecen).

Hay otro atributo que veo en la creación, uno que es fácil de perder de
vista si recorro rápido el relato que se encuentra en Génesis 1; o si me
quedo demasiado inmersa en mi lista de quehaceres que me olvido de ver
el mundo que me rodea: la compasión de Dios.

10 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
NUES TRO CREADOR COMPASIVO
La tierna atención de Dios hacia la creación es sorprendente. Él es un
Dios sin límites que podría haber creado el mundo de cualquier manera
que quisiera. Con una sola palabra, todo y todos, podrían haber aparecido
en escena de una sola vez.

En cambio, vemos a Dios tomándose su tiempo. Él es un Creador


práctico que, de manera habilidosa, hizo el mundo con cierto orden.

En el libro de Génesis vemos que primero vino la luz, seguida de la


oscuridad (v. 3-5). Luego vinieron las aguas y la tierra (v. 6-10), seguidas
de las plantas y las estrellas (v. 11-13), la luna y el sol (v. 14-19). Entonces,
los peces comenzaron a nadar y las aves a volar (v. 20-23). Las vacas
empezaron a mugir, y los caballos empezaron a galopar por la tierra que
Dios había hecho (v. 24-25).

No fue hasta que Dios creó un hogar lleno de comida y flores, pastos
suaves para tumbarse y árboles llenos de hojas para dar sombra, que creó
algo (o mejor dicho, alguien) totalmente diferente.

Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo


creó; varón y hembra los creó (v. 27).

Esta imagen de la humanidad es anterior a la caída (llegaremos a eso en


un momento), pero la ausencia de pecado en Adán y Eva no significó
la ausencia de necesidad en ellos. Estaban desnudos y vulnerables,
totalmente dependientes del cuidado del Señor.

Como madre, entiendo la respuesta del Señor a la necesidad de la


humanidad. Como Adán y Eva, mis cuatro hijos vinieron al mundo
desnudos y vulnerables, totalmente dependientes de mí para sobrevivir.
Mientras sus pequeños gritos pidiendo leche, calor y consuelo llegaban
a mis oídos, no me alejé frustrada. No me despreocupe y deje que mis
recien nacidos se las arreglaran o se satisficieran por si mismos. Me
acerqué a ellos con compasión, motivada por una profunda conciencia
de que no podían satisfacer sus necesidades por sí mismos. Cada padre

AVIVA NUESTROS CORAZONES 11


o madre amorosa simplemente lleva la imagen de nuestro primer padre,
nuestro Padre Celestial, que siempre se ha movido hacia sus hijos con una
respuesta tierna.

Mira lo que nos dice Génesis 1:28-29

Dios los bendijo y les dijo: «Sean fecundos y


multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Ejerzan
dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo
y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra».
También les dijo Dios: «Miren, Yo les he dado a ustedes
toda planta que da semilla que hay en la superficie de
toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla;
esto les servirá de alimento...

Antes de que Adán se formara del polvo o Eva fuera hecha de las
costillas de Adán, Dios tenía un plan compasivo para su cuidado. No
los dejó que se defendieran por sí mismos o que se preguntaran sobre
su propósito. Creó a los humanos con necesidades, y Él amorosamente,
compasivamente, satisfizo esas necesidades.

Todos estos años después, nuestras necesidades no son del todo diferentes
a las de nuestros antepasados. Seguimos siendo débiles y vulnerables.
Nos enfrentamos al hambre física y espiritual. Necesitamos refugio,
seguridad y dirección. El primer capítulo de la Biblia nos muestra que
Dios está atento al mundo que ha creado. No es indiferente o apático a
nuestra debilidad. Más bien, responde a nuestra insuficiencia con bondad
amorosa.

L A COMPASIÓN EN EL MOMENTO DE L A C AÍDA


La compasión de Dios por la creación es una cosa. El Edén era brillante,
nuevo y no estaba manchado por el pecado. ¿No es cierto que la mayoría
de los padres alegremente ponen su amor en acción cuando su «hermoso
bebé» aún no puede desobedecer, responder de manera irrespetuosa o
dejar pasta de dientes pegada en el lavamanos?

12 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
¿Y después que Adán y Eva se rebelaron contra Dios? ¿El pecado hizo
que Dios retirara su compasión?

Espero que ya conozcas la historia. Génesis 3 nos dice que la serpiente


se deslizó al Edén con la determinación de enganar. (v. 1). Eva mordió
el anzuelo y buscó el fruto que el Señor había prohibido (v. 6). Le dio un
poco a su marido, Adán, y él también lo comió (v. 6).

«Entonces se abrieron los ojos de ambos y supieron que estaban


desnudos. Y cosieron hojas de higuera y se hicieron taparrabos» (v. 7)
–este verso hace que mi estómago se haga un nudo–. La bomba nuclear
del pecado fue lanzada sobre el mundo de Dios, y todas estamos viviendo
en la zona de lluvia radioactiva. Es inútil endulzarlo, Adán y Eva lo
arruinaron. Desobedecieron a su Creador a pesar de que les había dado
todo lo que necesitaban.

Se me ocurren mil formas en las que habría respondido. Mis hijos ya


no son recién nacidos. Son lo suficientemente grandes como para tener
mentes propias, y a menudo esas mentes toman decisiones que recuerdan
la rebelión de Adán y Eva. Van en contra de las reglas que su padre y yo
hemos establecido para su bien. Cuestionan nuestra autoridad, y a veces
nuestra bondad. Son propensos a pensar que sus caminos son mejores
que el nuestro. Ellos no son niños malos (de hecho, creo que son bastante
excepcionales), pero su ADN ha sido marcado con el pecado. Porque el
mío también lo ha sido mi inclinación no es a responder a su pecado con
compasión, sino con ira o desesperación. Dios, sin embargo, se movió
hacia sus hijos rebeldes con tierna misericordia.

Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde


estás?».

El Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su


mujer, y los vistió (Gen. 3:9,21).

El pecado de Adán y Eva no quedó impune. Fueron enviados lejos de


su perfecto hogar en el jardín y de su trabajo, y sus relaciones fueron
maldecidas. Debido a su pecado, se vieron obligados a enfrentar la muerte

AVIVA NUESTROS CORAZONES 13


física y nunca más caminarían con Dios dentro de los muros del Edén.

Su castigo fue severo, pero siempre mostró su gracia compasiva. Mientras


Adán y Eva se escondían, Dios los buscaba. Cuando se acobardaron en
su vergüenza, Él los cubrió tiernamente. Su debilidad se había agravado
en un enésimo grado. No había nada que pudieran hacer para ocultar
su pecado y no había forma que arreglaran las cosas. Pero Dios es un
Creador compasivo. En el epicentro de la Caída, Él puso su amor en
acción.

El Edén libre de pecado hace tiempo que ya no existe. Si la compasión


de Dios se hubiera agotado en ese primer pecado, tú y yo estaríamos sin
esperanza. ¡Alabado sea Dios, no fue así!

Escucha las palabras del profeta Isaías,

En gran manera me gozaré en el Señor,


Mi alma se regocijará en mi Dios.
Porque Él me ha vestido de ropas de salvación,
Me ha envuelto en manto de justicia
Como el novio se engalana con una corona,
Como la novia se adorna con sus joyas (61:10).

El pecado nos ha despojado de nuestra santidad. Como Adán y Eva,


estamos desnudas ante el Señor sin poder ocultar nuestro pecado y
vergüenza. Cualquier intento de ganar nuestro camino de vuelta a la gracia
de Dios, es el equivalente espiritual a Adán y Eva tratando de hacerse ropas
con hojas. No funcionará. Y aún así, Dios no nos mira con asco. Se mueve
hacia nosotros con compasión.

La compasión de Dios hacia nuestra condición pecaminosa es tan grande


que envió a su Hijo para vestirnos con ropas de justicia que no podíamos
ganar, pero que Jesús sí ganó (2 Cor. 5:21).

La respuesta compasiva de Dios hacia el pecado y el quebrantamiento

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humano no se detuvo en el Jardín del Edén. Se movió hacia nosotras
en compasión en el Calvario. Él se mueve hacia nosotras en compasión
todavía.

COMPASIÓN ILIMITADA

Anhelo ser la embajadora que Cristo me llama a ser; y sin embargo, mi


corazón se aleja de la ley de Dios a diario. Veo mucho de Eva reflejado
en mí. Sé, sin lugar a dudas, que si pudiéramos intercambiar lugares,
yo también alcanzaría el fruto prohibido. Y cuando peco, mi primera
inclinación es tratar de esconderme avergonzada.

Pablo lo dijo de este modo,

Porque lo que hago, no lo entiendo. Porque no practico lo


que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago…
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita
nada bueno. Porque el querer está presente en mí, pero
el hacer el bien, no. Pues no hago el bien que deseo, sino
el mal que no quiero, eso practico (Rom. 7:15, 18–19).

Al igual que Pablo y como todas nosotras, mi vida vive en un «sube y


baja» de pecado. Quiero vivir correctamente, pero no lo hago. Quiero huir
de las cosas que Dios ha «prohibido» pero me encuentro corriendo hacia
ellas. A veces no puedo evitar preguntarme si Dios se dará por vencido
conmigo. No lo hará. Él ha prometido ser «fiel y justo para perdonar
nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9). No hay
fecha de caducidad, ni estatuto de limitaciones, ni cuota de gracia que
Dios se niega a conceder.

La creación no es la única herramienta que Dios usa para revelar quién


Él es. Nos ha dado Su Palabra como un mapa de ruta para dar a conocer
Su carácter. Cuando usamos la Biblia como el lente para ver nuestro
pecado, vemos que aunque somos pecadoras y débiles espiritualmente,
Dios responde a nosotras como lo hizo con nuestros padres en el Jardín.

AVIVA NUESTROS CORAZONES 15


Él responde con compasión.

Como un padre se compadece de sus hijos, Así se


compadece el Señor de los que le temen (Sal. 103:13).

Pausa para Reflexionar


¿Cómo ves el amor de Dios en acción en el mundo que te rodea?

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¿Cómo te anima la respuesta de Dios al pecado de Adán y Eva?

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Cuando consideras la respuesta de Dios a tu propio pecado, ¿qué palabras


te vienen a la mente? ¿De qué manera cambia tu visión de Dios el añadir
"compasión" a esta lista?

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CAPÍTULO 2

Una gracia extraordinaria:


Compasión a través de los Profetas
Con Adán y Eva comenzó una milagrosa multiplicación. El hombre se
convirtió en la humanidad y pronto se extendió más allá de las fronteras
del Edén. Las Escrituras pasan del nacimiento de la humanidad al
nacimiento de Israel, una nación apartada para la gloria de Dios. Sigue
leyendo y encontrarás una colección de diecisiete libros que constituyen el
último tercio del Antiguo Testamento. Estos libros de profecía registran
las palabras de los hombres llamados por Dios y llenos de su Espíritu
para proclamar la verdad de Dios a su pueblo.
A lo largo de los libros proféticos vemos la repetición de varios temas:
un llamado para que Israel regrese a la adoración pura del Único Dios
Verdadero y el pronunciamiento de un juicio inminente si continúan en
su rebelión. A menudo, el mensaje que Dios asignó a sus profetas para
entregar era desagradable. No es de extrañar que Jeremías haya llegado a
ser conocido como «el profeta llorón», Míqueas juró «lamentar y llorar»
(Miq. 1:8) , y el profeta Isaías declaró:

El estómago me duele y me arde de dolor; me dominan


agudas punzadas de angustia, como las de una mujer en
parto. Me desmayo cuando oigo lo que Dios se propone
hacer: tengo demasiado miedo para mirar (21:3 NTV).

Los libros proféticos no son una lectura ligera como las que leemos en la
playa. Sin embargo, incluso dentro de los mensajes difíciles de escuchar

AVIVA NUESTROS CORAZONES 17


proclamados por los profetas de Dios, vemos la compasión de Dios en
despliegue.

EL MENSAJE DE COMPASIÓN DE MIQUEAS


Cuando se trataba del enfoque de su mensaje para el pueblo de Dios,
Miqueas no andaba con rodeos.

Haré, pues, de Samaria un montón de ruinas en el


campo, lugares para plantar viñas; Derramaré sus piedras
por el valle, y pondré al descubierto sus cimientos. Todos
sus ídolos serán destrozados, y todas sus ganancias serán
quemadas por el fuego. Destruiré todas sus imágenes,
porque las obtuvo de ganancias de ramera, y a ganancias
de ramera volverán (Miqueas 1:6-7).

El juicio, declaró Miqueas, estaba llegando.

Versículo tras versículo, el Espíritu de Dios impulsó a Miqueas a


proclamar un mensaje de derrota y destrucción; pero es la compasión, no
la devastación, la que tiene la última palabra.

¿Qué Dios hay como Tú, que perdona la iniquidad y pasa


por alto la rebeldía del remanente de su heredad? No
persistirá en Su ira para siempre, porque se complace
en la misericordia. Volverá a compadecerse de nosotros,
Eliminará nuestras iniquidades. Sí, arrojarás a las
profundidades del mar todos nuestros pecados (Miqueas
7:18-19).

OSEAS REVEL A EL CORAZÓN COMPASIVO DE


DIOS

Dios llamó a Oseas para casarse con una mujer descarriada y en última
instancia para comprarla de los amantes que insistió en perseguir. Aunque

18 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
adoro el libro de Oseas, admito que me hace sentir avergonzada.

Oseas fue un marido fiel y devoto que no recibió nada más a cambio que
el rechazo y el dolor de su novia. La historia de Oseas es difícil de leer
porque carece del final feliz que todas anhelamos en un romance. Se hace
muy difícil de leer cuando lo vemos como lo que realmente es, una imagen
cruda y gráfica de la rebelión de Israel y nuestras propias tendencias
pecaminosas a huir de Dios a los brazos de los amantes menores.

Considera el nombre que Dios instruyó a Oseas para dar a su segundo


hijo.

Al poco tiempo, Gomer quedó embarazada otra vez y


dio a luz una niña. Entonces el Señor le dijo a Oseas:
«Ponle por nombre a tu hija Lo-ruhama —«no amada»—
porque ya no le demostraré amor al pueblo de Israel ni lo
perdonaré...» (1:6 NTV).

El nombre de la preciosa niña de Oseas significaba «sin compasión».


¿Podría ser que la compasión de Dios tuviera un límite? ¿Podemos
agotarlo si huimos de Él demasiadas veces?
Escucha atentamente a Oseas 11:8 y encuentra esperanza.

«Oh, Israel, ¿cómo podría abandonarte? ¿Cómo podría


dejarte ir? ¿Cómo podría destruirte como a Adma o
demolerte como a Zeboim? Mi corazón está desgarrado
dentro de mí y mi compasión se desborda (NTV).

Parece que la profecía de Oseas tiene un final feliz después de todo.


Aunque somos obstinadas, Dios es fiel. Aunque seamos débiles y
merezcamos ser juzgadas, Dios es compasivo con nosotras.
Nuestro nombre no es Lo-ruhamah. En su lugar nos llama a cada una de
nosotras:

• Amiga ( Juan 15:15)

AVIVA NUESTROS CORAZONES 19


• Libre (Rom. 6:6)

• Su hija (Rom. 8:17)

• Aceptada (Rom. 15:7)

• Santas (1 Cor. 1:2)

• Elegidas (Ef. 1:4)

• Embajadoras (2 Cor. 5:20)

ISAÍAS SEÑAL A AL CRISTO COMPASIVO

Isaías instruyó al pueblo de Dios para que se alejara de su pecado,


mientras advertía del inminente juicio si continuaban rebelándose. Hay
un énfasis inconfundible en las consecuencias del pecado en una cara
de la moneda. Pero dale la vuelta. Hay un segundo mensaje, igualmente
significativo, contenido en las palabras de Isaías; un mensaje de
compasión.

No tendrán hambre ni sed y el sol ardiente ya no los


alcanzará. Pues el Señor en su misericordia los guiará; los
guiará junto a aguas frescas (49:10 NTV).

g
Griten de júbilo, cielos, y regocíjate, tierra. Prorrumpan,
montes, en gritos de alegría, porque el Señor ha
consolado a Su pueblo, y de Sus afligidos tendrá compasión
(49:13).
g
Hablaré del amor inagotable del Señor; alabaré al Señor
por todo lo que ha hecho. Me alegraré por su gran bondad
con Israel, que le concedió según su misericordia y su amor
(63:7 NTV).

20 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
El libro de Isaías contiene dos sonidos de tambor complementarios:
la necesidad de alejarse del pecado para evitar el juicio de Dios y la
compasión de Dios al aceptarnos cuando lo hacemos. Este es el latido de
las Escrituras. La profecía de Isaías se diferencia de muchos otros libros
proféticos porque revela la venida de nuestro Cristo compasivo.

Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado,


y la soberanía reposará sobre Sus hombros. Y se llamará
Su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre
Eterno, Príncipe de Paz. El aumento de Su soberanía y
de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre
su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la
justicia desde entonces y para siempre. El celo del Señor
de los ejércitos hará esto (9:6-7).

• Aunque Isaías acusaba con razón al pueblo de Dios de pecado y


rebelión...
• Incluso cuando instó a sus hermanos a regresar y adorar al Señor...
• Incluso cuando anunció la llegada de Dios y su justo juicio...

Dios usó a Isaías para declarar que la ayuda estaba en camino. Venía un
Salvador que daría su vida como rescate compasivo por los hijos de Dios.

Los profetas nos ayudan a ver que el juicio de Dios y su compasión no


son contradictorios. Debido a que Él es compasivo, Dios no permitirá
que permanezcamos en nuestro pecado y que continuemos huyendo de
Él. Las palabras de Isaías declararon, que se acercaba el día en que Dios
pondría su amor en acción enviando a su Hijo Jesús.

AVIVA NUESTROS CORAZONES 21


Pausa para Reflexionar
¿Ha sido el juicio de Dios una prueba de Su compasión en tu vida?

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Lea Jeremías 12:15 y 30:18. ¿Qué más aprendes sobre la compasión de


Dios en este libro profético?

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Más allá de los libros proféticos, ¿dónde vemos los temas de la compasión
y el juicio vinculados en las Escrituras?

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22 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
CAPÍTULO 3

Un salvador extraordinario:
Compasión en los evangelios
Los profetas como un todo representan un coro que lleva el Antiguo
Testamento hacia un final. El Nuevo Testamento comienza con una
compasión que irrumpe abruptamente en la escena de la humanidad de
una manera completamente nueva.

Los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan registran la vida y el


ministerio de Jesús. Al rastrear Sus pasos a través de estos libros centrales,
vemos a Jesús mostrando compasión una y otra vez (¡y otra vez!) de
nuevo.

UNA CELEBRIDAD COMPASIVA

En nuestra cultura amante de las celebridades, la popularidad rara vez se


asocia con la benevolencia. Claro, algunas celebridades ocasionalmente
posan para fotos con un niño enfermo o donan parte de su riqueza a
una buena causa (aunque rara vez de forma anónima); pero si multitudes
de personas bombardearan constantemente a nuestras celebridades con
peticiones, nunca esperaríamos que respondieran con compasión. Sin
embargo, Jesús lo hizo.

Las multitudes lo seguían a todas partes donde iba.

• Ellos querían ser sanados.

• Ellos querían justicia.

AVIVA NUESTROS CORAZONES 23


• Ellos querían ser escuchados.

Jesús no respondió escondiéndose detrás de un séquito o suplicando a


las personas que respetaran Su privacidad. Él respondió con compasión.
«Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban
angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor» (Mateo 9:36).

Cada multitud estaba llena de individuos creados a imagen de Dios. Jesús


caminó por la tierra y experimentó debilidad humana de primera mano.
Sabía cuán desesperadamente necesitaban salvación aquellos creados
a Su imagen. Miró a los ojos de las personas que lo buscaban y vio su
quebrantamiento, su profunda necesidad y su dolor. Cuando lo hizo, la
compasión brotó dentro de Él.

COMPASIÓN POR UN PADRE DESESPERADO


Lucas 8:41–56 cuenta la historia de la respuesta compasiva de Jesús
ante un padre aterrorizado. Jairo era un gobernante religioso importante
cuya hija de doce años estaba gravemente enferma. Él vino a Jesús para
pedir ayuda cuando Jesús ya estaba en medio de un importante trabajo
ministerial. Pero para Jesús, una necesidad no es una interrupción. Es una
oportunidad para poner Su amor en acción.

Conmovido por la desesperada petición de Jairo, Jesús aceptó ir con la


niña enferma. Cuando llegó, una multitud de dolientes se habían reunido.
Al parecer, era demasiado tarde. La hija de Jairo ya estaba muerta.

Jesús les dijo: «No lloren, porque no ha muerto, sino que duerme» (v. 52).

La multitud respondió con risas entre lágrimas, suponiendo que Jesús


había perdido su cordura en el camino al visitarlos (v. 53).

A veces, cuando le decimos a los demás que no lloren, queremos que


detengan las lágrimas porque nos incomoda. Otras veces, simplemente no
sabemos qué decir. Pero cuando Jesús dice: «No llores», quiere decir algo
completamente diferente.

Jesús interrumpió el duelo porque iba a hacer algo con respecto al dolor

24 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
de aquellas personas. La situación les parecía sin esperanza, pero Jesús
sabía algo. Cuando Él les dijo que dejaran de llorar, no les estaba pidiendo
que aguantaran y fingieran que todo estaba bien. Les estaba haciendo
saber que la esperanza estaba llegando a una situación que parecía
desesperada. Fue movido a la compasión por la niña y los que la amaban.

Pero Él, tomándola de la mano, clamó, diciendo: «¡Niña,


levántate!». Entonces le volvió a ella su espíritu y se
levantó al instante (v. 54–55).

La compasión sobrepasa la apatía y va mucho más allá de la simpatía.


No es una palmadita en la cabeza o un «Dios te bendiga». La compasión
es amor en acción. Al devolverle la vida, Jesús puso Su amor en acción
por Jairo y su pequeña niña, y por los amigos y familiares que lloraban su
muerte.

¿Quién más podría mostrar tanta compasión? ¿Quién más podría mostrar
un amor tan espectacular?

COMPASIÓN POR UNA MADRE AFLIGIDA


En Lucas 7:11–17, encontramos a una mujer desesperada por compasión.

Aconteció poco después que Jesús fue a una ciudad


llamada Naín; y Sus discípulos iban con Él acompañados
por una gran multitud. Y cuando se acercaba a la puerta
de la ciudad, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su
madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad
estaba con ella (v. 11–12).

Antes de centrarnos en la respuesta de Jesús, imaginémonos entre los


dolientes. Trata de imaginar a la viuda como tu hermana, vecina o amiga.
Imagina a una madre llorando de pie junto al cuerpo de su único hijo,
sin marido que la consuele. Considera tu respuesta. ¿Mirarías en otra

AVIVA NUESTROS CORAZONES 25


dirección porque su dolor se sentiría demasiado grande para ti? ¿Tus
propios ojos se llenarían de lágrimas comprensivas? ¿Abrazarías a tus
hijos y al mismo tiempo te sentirías culpable por sentir alivio de que esto
le haya sucedido a ella y no a ti?

Estas son todas respuestas naturales, humanas. Pero ella no necesitaba


una respuesta humana. Como una viuda cuyo único hijo había muerto,
probablemente estaba relacional y económicamente desahuciada. Para
encontrar una pizca de esperanza en su desesperada situación, necesitaba
ayuda sobrenatural. Ella necesitaba un Salvador compasivo.

Y [ Jesús] acercándose, tocó el féretro; y los que lo


llevaban se detuvieron. Y Jesús dijo: «Joven, a ti te
digo: ¡Levántate!». El que había muerto se incorporó y
comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre (v.
14–15).

¿Qué motivó a Jesús a redirigir sus pasos hacia el funeral de este hombre?
Compasión. ¿Qué sintió Jesús cuando vio a una mamá a punto de
enterrar a su hijo? Compasión. ¿Qué lo llevó a ignorar la ley ceremonial
de no tocar los cadáveres y devolverle la vida al muerto? Compasión.

Pero observa de nuevo. Esto fue más que amor en acción. Esta fue la
misericordia más tierna.

..y Jesús se lo entregó a su madre (v. 15).

Pienso en el momento en que me dieron a cada uno de mis hijos


inmediatamente después del nacimiento. Esos segundos de mi vida están
guardados para siempre y son sagrados. Incapacitada por el parto, no
podía alcanzar a mis hijos recién nacidos por mi cuenta, pero alguien,
una enfermera o un médico, los colocó tiernamente en mis brazos. Esto
es lo que hizo Jesús por la viuda de Nain. Él secó sus lágrimas (v. 13) y le
devolvió a su hijo.

26 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
Estos no son incidentes aislados.

• Lázaro resucitó de entre los muertos debido a la compasión de


Cristo por Sus hermanas ( Juan 11:1–44).

• El endemoniado gadareno fue liberado de sus torturadores


(Marcos 5:1–17).

• A los ciegos se les devolvió la vista (Mateo 9:27–34).

• Los leprosos fueron hechos limpios (Mateo 8:1–4).

• La mujer adúltera fue liberada de su vergüenza ( Juan 8:2–11).

Cristo tiene un claro historial de compasión. No hay suficientes páginas


en los Evangelios para contener todas Sus obras compasivas.

Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que


si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo
mismo podría contener los libros que se escribirían ( Juan
21:25).

La imagen del carácter de Jesús preservado para nosotras en los


Evangelios nos muestra que la compasión no es algo que Jesús hace,
Él personifica la compasión. Cuando ve las multitudes de la humanidad,
cuando escucha nuestras oraciones desesperadas por ayuda... Él responde
con compasión.

AVIVA NUESTROS CORAZONES 27


Pausa para Reflexionar
Cuando te enfrentas a un momento de profunda necesidad, ¿confías en
que Dios responde a tus necesidades con compasión? ¿Por qué si? o ¿Por
qué no?

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¿Qué revelan las historias que se encuentran en los evangelios acerca de


cómo se siente Dios con respecto a tus necesidades?

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¿Puedes pensar en otra historia registrada en los Evangelios que muestre


la compasión de Cristo?

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28 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
CAPÍTULO 4

Un Sacrificio extraordinario:
Compasión en la Cruz
Hay una canción de adoración que cantamos con frecuencia en mi iglesia,
que siempre me deja un nudo en la garganta. El coro dice:
Tu amor nunca falla y nunca cede,
Nunca se acaba.

Tal vez algunos de mis compañeros fieles puedan leer la letra sin que sus
ojos se llenen de lágrimas. Tal vez piensan en un amor que simplemente
se seca o expira, como la leche que ya pasó su fecha de caducidad. Pero
sé por experiencia que la expresión del amor no siempre es tan pasiva.
A veces, la persona que amas en realidad se da vuelta y huye, olvidando
su compromiso, y dejando tu corazón hecho pedazos. Todas sabemos lo
que es ser abandonada u olvidada. Esas heridas tienen una manera de
deformar nuestros corazones, distorsionando la forma como vemos a
Dios.

• Quizás vivimos en constante temor al juicio de Dios.

• Tal vez nuestros días están llenos de luchas espirituales, intentos


de crear una cuenta de ahorros para ganar el favor de Dios.

• Tratamos de ocultar nuestro pecado porque dudamos del


perdón de Dios.

• O nos sentimos aplastadas por el peso de nuestro fracaso.

AVIVA NUESTROS CORAZONES 29


• Hay momentos en que nuestras necesidades se sienten tan
inmensas, y Dios parece tan grande que nos preguntamos si
nuestras debilidades están incluso en Su radar.

• O vivimos con miedo de que el amor y la compasión de Dios se


agoten, que Él vea nuestra necesidad y decida alejarse.

Cuando alguna de estas es la narrativa que tenemos en nuestra cabeza,


necesitamos ojos para ver la cruz por lo que realmente es: un monumento
a la compasión de Cristo.

NUES TRO DIOS COMPASIVO


¿Recuerdas cómo Dios se describió a sí mismo en Éxodo 22:27? «Y será
que cuando él clame a Mí, Yo le oiré, porque soy clemente».

Al rastrear la compasión de Dios a través de las páginas de nuestras


Biblias, vemos que la compasión no es algo que Dios hace, sino que es
algo que es Él. La mayor evidencia de esto se encuentra en el Calvario,
donde Jesús murió voluntariamente para rescatarnos de nuestra necesidad
más profunda.

Tomaron, pues, a Jesús, y Él salió cargando Su cruz al


sitio llamado el Lugar de la Calavera, que en hebreo se
dice Gólgota, donde lo crucificaron, y con Él a otros dos,
uno a cada lado y Jesús en medio ( Juan 19:17–18).

¡Esto es amor en acción!


Considera nuevamente cómo Dios respondió al pecado de Adán y Eva en
el Jardín.

El Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su


mujer, y los vistió (Gen. 3:21).

Multiplica ese momento por el infinito.

30 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
En gran manera me gozaré en el Señor,
Mi alma se regocijará en mi Dios.
Porque Él me ha vestido de ropas de salvación,
Me ha envuelto en manto de justicia... (Isa. 61:10).

Reflexiona sobre la respuesta de Dios a la rebelión crónica de Israel:


«Volverá a compadecerse de nosotros» (Miq. 7:19) y considera la oración
de Jesús, pronunciada mientras moría en la cruz. Jesús dijo: «Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34).

Recuerda cómo reaccionó Jesús a la muerte de la hija de Jairo y a la viuda


del hijo de Naín: «Al verla, el Señor tuvo compasión de ella» (Lucas 7:13).
Entonces reflexiona en esta verdad: «ustedes, que estaban muertos en sus
delitos y pecados» (Ef. 2:1).

Espiritualmente hablando, todas estábamos tan muertos como la hija


de Jairo y el hijo de la viuda, atrapados en nuestro pecado y destinadas
a la muerte que el pecado demanda. Sin embargo, Jesús se acercó hacia
nosotras con compasión. Su sacrificio nos salvó de la ley del pecado y la
muerte.

Por tanto, ahora no hay condenación para los que están


en Cristo Jesús. Porque la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la
muerte (Rom. 8:1–2).

MAYOR AMOR EN ACCIÓN


Fue Jesús quien declaró: «Nadie tiene un amor mayor que este: que uno
dé su vida por sus amigos» ( Juan 15:13), y fue Jesús quien vivió esta
verdad espectacularmente.

Jesús puso en acción el mayor amor de todos, Su amor, con cada paso
que dio hacia el Gólgota. Su amor estaba en plena exhibición mientras
colgaba en la cruz. Su sacrificio es una respuesta compasiva a nuestra
necesidad.

AVIVA NUESTROS CORAZONES 31


Verdaderamente, «Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas,
porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor»
(Mat. 9:36).

Cuando dudes de la gracia de Dios o temas que Él no te mostrará


compasión una vez más, considera la magnitud del sacrificio que Él hizo
para demostrar Su profundo amor. Él no levanta las manos en señal de
frustración por tu necesidad, sino que extiende Sus brazos para poner Su
amor en acción.

Pausa para Reflexionar


¿Has experimentado un amor humano que «se terminó»? Pídele al Señor
que te revele cómo eso ha impactado tu percepción de Su amor.

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Revisa la lista con viñetas en la página 29 y 30. Encierra en un círculo los


patrones que ves en tu propia vida.

¿Cómo impacta la compasión que Cristo demostro en la cruz la forma


como respondes a otros?

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32 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
CAPÍTULO 5

Un Final extraordinario:
Esperanza Compasiva
La compasion de Dios se muestra en toda Su palabra.Vimos Su amor en
acción en la creación, en Génesis. Al pasar juntas al capítulo final de la
Palabra de Dios, veremos allí también la compasión de Dios.

¿Pero qué hay de nuestras propias vidas? ¿Veremos la compasión de


Dios hasta el final? ¿Cómo podemos confiar en la compasión de Cristo
al enfrentar el deterioro de nuestros cuerpos humanos, la pérdida de
aquellos a quienes amamos y la inevitabilidad de la muerte? ¿Será Cristo
compasivo con nosotros cuando nuestro quebrantamiento llegue a su
punto culminante?

Pasemos al último capítulo de la Palabra de Dios juntas. El libro de


Apocalipsis revela que la compasión de Cristo transforma nuestro infeliz
final en un futuro lleno de esperanza.

UN PODEROSO ENEMIGO

Las Escrituras usan estas palabras para describir al enemigo de nuestras


almas: «Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda
al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar» (1 Pedro 5:8).

Un experto en engaño ( Juan 8:44), Satanás ha atacado y cazado a los


hijos de Dios desde el Jardín. Satanás es un poderoso adversario. Nunca
podremos vencerlo en nuestras propias fuerzas.

AVIVA NUESTROS CORAZONES 33


UN HÉROE COMPASIVO
Como ex miembro del Partido Nazi, Karl Plagge conocía el poder del
enemigo que decidió desafiar.

Karl fue reclutado en el ejército nazi al comienzo de la Segunda


Guerra Mundial y puesto a cargo de una unidad encargada de reparar
vehículos militares dañados. Su tarea lo obligó a ver el genocidio judío
con sus propios ojos. Prometió hacer lo que pudiera para proteger a sus
compatriotas judíos que no podían defenderse. Karl contrató a la mayor
cantidad posible de judíos para trabajar en su tripulación, aunque no eran
mecánicos.

Uno de los lugartenientes de Karl informó más tarde:

El Sr. Plagge había tomado una gran cantidad de judíos


para trabajos que no eran útiles ni necesarios. Había,
por ejemplo, peluqueros, zapateros, sastres, personal
de cocina, mujeres y niñas para trabajar en el jardín,
incluso un médico para supervisar el estado de salud de
los trabajadores civiles. Mirando a estos trabajadores
calificados desde afuera, nadie hubiera dicho que estaban
camuflados como trabajadores de vehículos de motor.

En un momento, Plagge advirtió a los judíos detenidos en un campo de


concentración de una amenaza inminente de las SS. Muchos prisioneros
huyeron o se escondieron. Los que permanecieron fueron ejecutados,
pero unos 250 fueron salvados por las acciones de Plagge, número que
representa uno de los grupos individuales más grandes de sobrevivientes
judíos del Holocausto.1

Aunque plenamente consciente del poder de las SS, Karl se interpuso


entre los nazis y sus objetivos judíos. Arriesgó su vida para salvar a un

1
Carmelo Lisciotto, “Karl Plagge: An Unlikely Hero,” Holocaust Research Project (Holocaust Education
& Archive Research Team, 2010),

34 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
grupo de personas necesitadas que no podían salvarse a sí mismas. Su
vida nos da una idea de lo que Cristo ha hecho por nosotros.

Satanás está empeñado en nuestra destrucción. Como personas


destrozadas en un mundo roto, somos el blanco perfecto. Jesús ve la lucha
en la que estamos. Sabe que somos débiles y estamos cansadas ​​de la
batalla, y Él ha prometido asegurar la victoria que no podemos obtener.
Nuestro compasivo Salvador se interpone entre nosotras y Satanás,
nuestro adversario.

Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles


combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles
lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar
para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la
serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual
engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus
ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran
voz en el cielo, que decía: «Ahora ha venido la salvación,
el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de Su
Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que
los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido
arrojado. Ellos lo vencieron por medio de la sangre del
Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no
amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte (Ap.
12:7–11).

NO MÁS L ÁGRIMAS
¿Recuerdas las palabras que Jesús habló a los dolientes que se reunieron
para llorar la muerte de la hija de Jairo?

«No lloren» (Lucas 8:52). Le dijo las mismas palabras a la viuda de Naín
mientras el cuerpo de su hijo estaba siendo llevado para ser enterrado
(Lucas 7:13). Cuando las hermanas María y Marta se conmocionaron por
la muerte de su hermano, las Escrituras registran que Jesús «se conmovió

AVIVA NUESTROS CORAZONES 35


profundamente» ( Juan 11:33). El patrón que vemos claramente es que
Jesús se acerca hacia aquellos que lloran, cumpliendo las palabras del
profeta Isaías: «Por tanto, el Señor desea tener piedad de ustedes, y por
eso se levantará para tener compasión de ustedes» (Isa. 30:18).

Si bien las palabras de consuelo y las lágrimas de empatía están dentro


de los límites de la compasión humana, la compasión de Cristo es mucho
más grande. El libro de Apocalipsis revela que viene un día en que Dios
hará más que llorar con Sus hijos. Él declarará «No lloren» al mundo.

Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: «El


tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre
ellos y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él
enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá
más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han
pasado» (Ap. 21:3–4).

C AMINO AL ATARDECER
Tengo una confesión: a menudo leo el último capítulo de los libros antes
de terminar de leer el resto. Quiero saber cómo termina la historia. Más
específicamente, quiero que cada historia termine con una boda. No
quiero que la que la última toma de la cámara sea la cara del enemigo
derrotado. Quiero que la historia termine con amor, con esperanza.

Humanamente hablando, no tenemos el final que anhelamos. Las réplicas


del Edén todavía retumban en cada una de nuestras vidas. Hasta que el
Señor regrese, todas enfrentaremos la muerte física. Pero como hemos
visto tan claramente a través de la Palabra de Dios, cuando el pecado
tiene consecuencias de las que no podemos escapar, cuando parece que
la muerte tuvo la última palabra, Jesús se acerca hacia nosotras con
compasión. Él sabe que necesitamos ser rescatadas de nuestro final infeliz.
Él ha creado un futuro lleno de gloriosa esperanza.

36 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
Oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo
de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos,
que decía:

«¡Aleluya!
Porque el Señor nuestro Dios
Todopoderoso reina.
Regocijémonos y alegrémonos,
y démosle a Él la gloria,
Porque las bodas del Cordero han llegado
y Su esposa se ha preparado».
Y a ella le fue concedido vestirse
de lino fino, resplandeciente y limpio,
Porque las acciones justas de los santos son el lino fino.

El ángel me dijo: «Escribe: “Bienaventurados los que


están invitados a la cena de las Bodas del Cordero”».
También me dijo: «Estas son palabras verdaderas de
Dios» (Ap. 19:6–9).

Este no es el giro de la trama que merecemos. Aunque somos débiles y


quebrantadas por el pecado, en Su compasión, Cristo abrió un camino para
que seamos liberadas de nuestra necesidad y experimentemos Su presencia
para siempre. Él se interpone entre nosotras y la muerte, y pone Su amor en
acción al concedernos una nueva vida con Él.

Para el pueblo de Dios, el final no podría ser más feliz. Se acerca un día en
que el enemigo será vencido y estaremos unidos con Cristo como Su novia.
¡Qué amor! ¡Qué compasión!

AVIVA NUESTROS CORAZONES 37


Pausa para Reflexionar
¿Tienes temores sobre tu futuro que te hagan cuestionar la compasión de
Cristo?

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¿Cómo puedes aferrarte a la esperanza que se encuentra en los pasajes


que leímos arriba?

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¿Cómo ha cambiado tu respuesta a Dios el enfocarte en la compasión de


Cristo? ¿Y tu respuesta a otros?

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38 Compasión E X T R AO R D I N A R I A
Sobre la Autora

Erin Davis es una escritora y maestra apasio-


nadamente comprometida a guiar a las mujeres
de todas las edades hacia el profundo pozo de
la Palabra de Dios. Ella es la autora de más de
una docena de libros y estudios bíblicos, incluy-
endo Conectados, Más allá del tiempo de baño, y 7
Fiestas. Erin es la encargada de contenido del ministerio Revive
Our Hearts, además del podcast de la serie Mujeres de la Biblia en
su versión en inglés y en el videocast Grounded. Cuando no está
escribiendo, puedes encontrar a Erin persiguiendo pollos y niños en
su pequeña granja en el medio oeste de los Estados Unidos.
Cuando Jesús desembarcó, vio una
gran multitud, y tuvo compasión de ellos
y sanó a sus enfermos.
Mateo 14:14

En este breve libro, trazarás la compasión de Jesús a través


de toda la Biblia. Comenzando en Génesis y terminando en
el libro de Apocalipsis, este recurso te ayudará a mirar las
Escrituras y a ver que el Señor es verdaderamente compasivo y
que Sus misericordias hacia ti son tiernas.

Cada breve capítulo incluye preguntas de reflexión diseñadas


para ayudarte a considerar la compasión de Cristo hacia ti
con asombro renovado y para equiparte para demostrar una
compasión extraordinaria hacia los demás.

Que la compasión extraordinaria de Cristo te lleve a adorar y


te inspire a responder a las necesidades de los demás poniendo
tu amor en acción.

P.O. Box 2000, Niles, MI 49120


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