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Prólogo
Prólogo
ajolote adulto que presenta agallas como si se mantuviera siempre en un estado larval
de eterna juventud, no sufre metamorfosis alguna y muere con los rasgos típicos que
caracterizan a los individuos más jóvenes. Pero el ajolote no es el protagonista de esta
extraña historia, básicamente porque este manual no está dirigido a los ajolotes sino a
otra especie neoténica: el Homo sapiens.
Cuando un bebé intenta coger los muñequitos que cuelgan en su cuna está jugando,
cuando un niño de seis años imita los actos que ha visto realizar a sus personajes
preferidos de la televisión también está jugando y cuando un adolescente enciende su
consola desde luego que su objetivo es jugar. Pero cuando un adulto lee, escribe, pinta o
escucha música también está jugando, y es cierto que algunos comportamientos nos
pueden parecer que se asemejan más al concepto mental que tenemos de juego que
otros, pero todos ellos son, de una u otra forma, un entretenimiento. El arte, la
escritura, la filosofía y, por supuesto, la ciencia responden a una necesidad que no solo
está presente en el alma de los hombres sino también en su naturaleza más terrenal,
una necesidad que la evolución ha grabado en sus genes. No obstante, el juego no es un
mero mecanismo para el entretenimiento de nuestra especie sino que su objetivo va
mucho más allá, el juego es una forma sencilla y motivadora que permite aprender al
individuo.
Los cachorros de un león juegan saltando, arañando, mordiendo y corriendo con sus
hermanos, juegan con la gacela muerta que ha capturado su mamá, e incluso, a veces,
en un juego más cruel pero necesario, rematan a la ya moribunda presa. Este juego
tiene un objetivo que será crucial para la supervivencia futura de los cachorros de león y
para el mantenimiento de su especie; los leoncitos están aprendiendo a cazar. El juego
que las crías de muchas especies llevan a cabo tiene un único objetivo, el aprendizaje de
alguna habilidad que le será rentable, en muchos casos imprescindible, cuando el
individuo sea adulto. Pero en nuestra especie el juego no se limita a los primeros
estadios de la vida sino que se perpetúa durante toda la existencia del individuo, en el
Homo sapiens el aprendizaje mediante el juego es una constante durante su etapa
infantil, de adulto e incluso en la vejez. Desde este punto de vista, leer, escribir, pintar,
investigar y analizar, pero también conspirar, engañar, cotillear o apostar son
diferentes formas de jugar, y también de aprender.
Nuestra naturaleza juguetona y curiosa nos hace aprender de forma constante y ese
aprendizaje es la principal característica que define a nuestra especie, una capacidad
que va más allá de aprender a cazar o a distinguir plantas comestibles de aquellas que
no lo son, permitiéndonos tomar consciencia de nosotros mismos, formularnos
cuestiones sobre nuestros orígenes y, en muchos casos, dar respuestas a interrogantes
que el resto de organismos ni siquiera son capaces de plantearse. Pero nuestra
tendencia natural hacia el juego, hacia el aprendizaje no solo es el rasgo que nos define
como especie sino que se ha transformado en una necesidad que completa al individuo.
No solo aprendemos porque seamos hombres y esté en nuestra naturaleza, sino que
además aprendemos para completarnos, para perfeccionarnos como seres humanos.
Nuestra forma de ver e interpretar el mundo está determinada por los conceptos que
manejamos, las habilidades que presentamos, las destrezas que hemos adquirido y los
enfoques que nos han sido revelados durante nuestros años de aprendizaje. Todo lo que
aprendemos no solo nos transforma a un nivel espiritual sino que también nos cambia
desde un punto de vista estrictamente anatómico y fisiológico. Con cada aprendizaje las
neuronas establecen nuevas conexiones, refuerzan otras y eliminan aquellas que ya no
son útiles porque han dejado de utilizarse. De hecho, en cada proceso de aprendizaje
nuestra mente cambia y nuestra forma de ver e interpretar el mundo también lo hace.
Cuando aprendemos nuevos conceptos, cuando desarrollamos nuevas habilidades,
cuando se nos revelan nuevos enfoques, nuevas ideas que jamás habíamos imaginado,
nuestro cerebro se transforma a la misma velocidad que el universo que nos rodea.
1.1. Introducción
Se puede vivir sabiendo muy poco, es un hecho, y de hecho todos sabemos muy poco,
todos, unos menos que otros por supuesto, pero en comparación con la magnitud total
del conocimiento acumulado por nuestra especie a lo largo de la historia, el individuo
particular se ve condenado a desconocer mucho más de lo que jamás pueda conocer. En
la actualidad, el volumen de conocimientos es tal que el ideal del hombre ilustrado,
aquel que estaba versado en todos los campos de conocimiento, resulta inviable. Hoy
día es posible saber acerca de una o unas pocas áreas de conocimiento, pero
difícilmente una persona doctorada en Antropología y que dedica su vida a la
investigación de los diferentes sistemas de parentesco y en concreto, a aquellos grupos
humanos con una terminología bifurcada de fusión (“merging”), por poner un ejemplo,
podrá tener un nivel similar de conocimientos acerca de cristalografía, metafísica
aristotélica, neurociencia, o cualquier otra cosa. Parece claro que a lo más que se puede
aspirar en nuestro tiempo es a ser un especialista en un determinado y reducido campo
de conocimiento, y a ser un ignorante en todo lo demás, peaje este a pagar por la
continua segregación a partir de las matrices o áreas de conocimiento clásicas de
nuevos campos de conocimiento, cada vez más concretos y especializados. No es este el
lugar para evaluar las posibles consecuencias de tal hecho, esa especie de
hiperespecialismo, consecuencias muchas de ellas inesperadas y no siempre positivas,
pero sí que nos es útil intuir el volumen general de conocimientos generados para saber
que antes de lanzarnos a aprender en una u otra área de conocimientos se hace
necesaria una reflexión acerca de qué es eso que llamamos conocimiento en
general, y ciencia en particular, y que como hemos visto se nos ha hecho
inabarcable a nivel individual en cuanto a los contenidos.
Debemos partir por tanto de una primera reflexión acerca de las condiciones de
posibilidad del llamado conocimiento científico, ya que una vez introducidos en un
área de conocimiento particular, la que fuera, corremos el riesgo de perdernos en ella,
esto es, perder la perspectiva general acerca del qué y el cómo de esa inmensidad a la
que solemos llamar ciencia, su función y su modo de operar.
Antes de entrar en lo que sea eso a lo que llamamos ciencia, deberíamos tener muy
claro qué es el conocimiento en general, puesto que la ciencia es un tipo de
conocimiento con unas características concretas. Si hay una cuestión de amplio alcance
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Apuntes tema 1: El conocimiento científico
es la del conocimiento, y es que sea lo que sea el conocimiento es claro que lo es todo, al
menos para nosotros, los sujetos cognoscentes.
No tengo que saber nada para estar sentado con los ojos cerrados delante de este
documento en este mismo instante, sin embargo puedo saber mucho acerca de lo que
está sucediendo en este momento para que yo esté aquí sentado. Lo decíamos al
principio, se puede vivir sabiendo muy poco, y así es; no necesito saber nada acerca de
un proceso múltiple tan complejo como la respiración y la circulación humana para
estar aquí y ahora, vivo. Sin embargo, es ingente la cantidad de conocimiento que se
podría adquirir sobre tales funciones, tanto que dependiendo del nivel de exigencia de
cada uno, me podría ver forzado a estudiar medicina y bioquímica a un elevado nivel
para aprender todo lo que a día de hoy conocemos de tales funciones.
Tanto el unicornio como ese jabalí alado existen, en el ámbito del pensamiento y la
imaginación, y en el caso del unicornio, además, en toda la literatura en la que aparece,
de hecho estamos hablado de ellos, pero lo que digamos de ellos no supone
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Apuntes tema 1: El conocimiento científico
Realismo ingenuo
Si algo parece claro es que toda la información de la que disponemos está mediada por
nuestro propio sistema perceptivo, no puede ser de otra manera, por tanto la supuesta
existencia independiente de ese mundo de ahí fuera con existencia independiente de
nosotros como sujetos cognoscentes no es más que papel mojado, una mera suposición
casi infantil. El mundo, la realidad, no sería el mismo si tuviésemos los ojos a los lados
de la cabeza como los ciervos, o si tuviésemos decenas de ojos, o si no tuviésemos ojos y
percibiésemos la temperatura…Porque somos como somos y no de otra manera, porque
nuestro sistema nervioso es como es, la realidad es la que es, y en ningún caso
independiente del sujeto cognoscente. Percibimos, procesamos y conocemos en las
cosas lo que nosotros ponemos en ellas. En algunos casos esta mediación del sujeto es
tan poderosa que procesamos información que no procede de ninguna
realidad, como por ejemplo en el caso de los dolores en la pierna de un amputado que
carece de piernas (miembro fantasma).
Con esta definición al uso del término ciencia, propia de cualquier diccionario común,
las cosas deberían estar claras. Sin embargo, dicha definición da por supuestas
demasiadas cosas, aspectos que deberíamos conocer, esto es, problematizar u
objetivar.
Ya nos hemos asomado al gran magma que supone el conocimiento, desde saber mi
nombre hasta la receta del cocido madrileño, pero dentro de esa gran variedad de
conocimientos que podemos tener lo que es común a todos es que conocer lo implica
decir algo acerca de algo.
Los juicios que hacemos de las personas pueden ser de muy diversos tipos, pero a ese
tipo de conocimiento que llamamos ciencia solo le interesan un tipo muy concreto de
ellos, aquellos que poseen un valor de verdad (verdadero o falso) con independencia del
contexto. Está claro que todos los juicios que dependan de las circunstancias, el dónde,
el cómo, el cuándo y el quién, no suponen conocimiento científico, puesto que son
subjetivos. El conocimiento científico se afana en la búsqueda de invariantes, esto es, de
regularidades sin excepción, en este tipo de conocimiento la excepción anula la
regla, e invalida el conocimiento en tanto que científico. El conocimiento científico
“Todo triángulo consta de tres lados y tres ángulos”, está proposición tiene un
claro valor de verdad, V, es objetiva y cumple el requisito de universalidad que, en
principio, establece todo juicio científico. Nadie en su sano juicio se dedicaría a
investigar por diferentes países si tal enunciado es o no verdadero. Dicha proposición
cumple con los requisitos que hasta ahora hemos visto, pero no es un auténtico
enunciado científico, ya que además de esos requisitos el conocimiento científico debe
aportar información más allá de la que está implícita en los términos utilizados.
Buscamos proposiciones universales verdaderas pero que además amplíen la
información. En la proposición del ejemplo el predicado está incluido en el sujeto, y por
tanto en nada amplía nuestro conocimiento sobre la realidad, de hecho no estamos
haciendo nada más que explicitar en qué consiste la definición de aquello que llamamos
triángulo. Este tipo de juicios son llamados juicios analíticos, y son independientes
de la experiencia en tanto que verificables atendiendo al mero significado de los
términos que incluyen. El conocimiento científico busca algo más que la validez
universal del juicio, busca explicar, ampliar conocimiento, y eso es lo que hacen los
juicios que se denominan sintéticos; aquellos juicios que aportan información, en los
que el predicado no está incluido en el sujeto y con valor de verdad, V o F, y cuya
verificación depende, pues, de la experiencia. La Tierra es plana, juicios como este son
los que le interesan a la ciencia, ya que suponen una generalización objetiva y
explicativa, es decir, pueden ser calificados como verdaderos o falsos, y amplían la
información, la Tierra podría ser de mil maneras diferentes, pero afirma que es de una
en concreto. Obviamente el conocimiento científico no consta de juicios de este tipo
aislados, sino que su principal tarea consiste en justificarlos, y demostrar la validez
universal de los mismos, en todo lugar y tiempo. Si posteriormente se demuestra que la
Tierra no es plana se desenmascara como inválida la anterior afirmación.
Antes de pasar al último punto de este tema, en el cual trataremos del discurrir real de
investigación científica real, en contexto, para resaltar así diversos aspectos que
concurren en la producción de conocimiento científico.
En relación con el conocimiento científico se debe distinguir entre los procesos que
originan dicho conocimiento, contexto de descubrimiento, y aquellos que son las
reglas o normas que permiten aceptarlo como conocimiento válido, contexto de
justificación. Si tales contextos son independientes o no, ya es un asunto más
controvertido.
Desde los primeros tiempos en los que se empezaba a reflexionar sobre la producción
de conocimiento, se insistía en la importancia de la observación, al tiempo que en la
insuficiencia de la misma, ya Aristóteles señalaba que el conocimiento científico debe
ser explicativo, esto es, ir más allá de la particularidad e inmediatez de lo que estudia,
lo que sin lugar a dudas apunta a la necesidad de procesos de categorización de la
experiencia y abstracción en busca de principios ciertos y evidentes.
Inductivismo
Es con Francis Bacon (1561-1626), primer autor relevante de lo que se conoce como
inductivismo, cuando realmente se apuntala una nueva filosofía de la ciencia, una
nueva teoría del método que fundase la nueva ciencia, la nueva manera de generar
conocimiento científico. El novum organum supone una alternativa al método
aristotélico, precisamente proponiendo una restauración del método inductivo de
Aristóteles, pero sin sus condiciones.
Por poner un ejemplo, he observado decenas de veces cuervos, y siempre han sido
negros, por tanto concluyo que los cuervos (todos, no solo todos los observados) son
negros. Obviamente este tipo de argumentos es formalmente inválido si la conclusión
quiere tener alcance universal, puesto que por muchos cuervos que haya visto jamás
conoceré el universo discurso total al que se refiere dicha generalización, esto es, no
puedo tener experiencia directa de todos los cuervos que han existido, existen y
existirán. El argumento solo será válido en el caso de que generalice sobre un conjunto
de particulares, en nuestro caso todos y cada uno de los cuervos que he visto, en cuyo
caso, pese a ser verdadera, la conclusión general carece de valor explicativo alguno, no
aporta nada nuevo. Bacon consciente de la debilidad intrínseca de dicho tipo de
argumentaciones formuló una serie de métodos, llamados cánones, aplicables a la
observación, y que permitirían distinguir entre las auténticas generalizaciones y nexos
causales (expresadas en lo que llamamos leyes), y las meras coincidencias.
Queda claro, pues, que el salto de algunos a todos no está justificado, ya que los
casos observados siempre serán menos que los totales; nada impide que el siguiente
cuervo que vea sea blanco.
Porque algo no funcione del todo bien no significa que no valga para nada. Que el
método inductivo no nos permita distinguir entre correlaciones accidentales y
auténticas leyes no implica que se pueda mostrar que algunas de las hipótesis tengan
más probabilidades de ser verdaderas que otras.
Que no exista esa base firme del conocimiento no impide que no haya una base
suficiente que nos permita someter a crítica nuestro conocimiento. Los enunciados
básicos son falsables, y por tanto pueden ser revisados y en su caso, reemplazados si
fuera necesario. Ese es el interés de la ciencia para Popper, criticar y testar las teorías
en busca de sus errores, y es por esta vía por la que se sustenta la comparación entre
teorías, y se posibilita así la noción de progreso en el conocimiento científico,
desterrando por completo el fantasma de un estéril falsacionismo que nos condenase al
escepticismo. Las teorías, por falibles que sean, precisamente por ser falibles, pueden
ser testadas, y en función de los resultados, unas superarán unos test más severos que
otras, se superaran unas a otras. Por tanto unas teorías progresarán más que otras,
mostrando un mejor rendimiento.
Nos encontramos que finalmente, y como hemos visto a lo largo de la evolución del
pensamiento de Popper, desde esa originaría e inequívoca desfundamentación del
conocimiento científico en tanto que conocimiento probado, y caracterizando la
investigación científica como actitud crítica, falsadora, que nos indica cuales son los
caminos equivocados, llegamos, por eliminación, a aquellos otros caminos por los que
el conocimiento avanza. Saber que uno está equivocado no es lo mismo que saber a
dónde va el camino, pero finalmente avanzamos, lo que posibilita, después de todo, el
progreso del conocimiento científico. Llegamos pues a tratar de comparación entre
teorías en función de las consecuencias de sus enunciados, y la posible sustitución de
unas por otras menos falsas, lo que en cierto modo supone un acercamiento a una
perspectiva cada vez más realista en el último Popper, y que se recoge en la noción de
verosimilitud.
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Apuntes tema 1: El conocimiento científico
Unas teorías serán más verosímiles que otras, la teoría de Newton es más verosímil que
la de Galileo-Kepler, puesto que el conjunto de enunciados verdaderos (las
consecuencias de los mismos, no olvidar) de esta última está incluido en el conjunto de
enunciados de verdad de la de Newton, que además tiene más consecuencias
verdaderas.
Thomas S. Kuhn
Para finalizar, vamos a ocuparnos del particular enfoque de Thomas Kuhn (1922-
1996), referencia ineludible en el tema que nos ocupa, y que sin lugar a dudas aporta
una interesante perspectiva acerca de la construcción del conocimiento científico.
Según Kuhn, los hechos, la propia historia de la ciencia, nos muestran que no es posible
atender a la elección entre teorías mediante un criterio metodológico, una supuesta
lógica de la investigación objetiva, sino que hay que atender al contexto en que se
desarrolla el conocimiento científico, prestando atención a variables sociológicas y
psicológicas. No debemos obviar por tanto el sistema de valores que los científicos, cada
comunidad científica, ha heredado de la tradición en la que se instaura. El
conocimiento no surge en el vacío, de la nada, es fruto de personas, de comunidades
científicas concretas, con una formación y proceso de maduración científica particular
y no otra, aspecto este en el que Kuhn incidirá mucho.
Las personas que mantienen una teoría están aprendiendo una serie de patrones
perceptivos que condicionan lo que ven. Es imposible, pues, hablar de un lenguaje
observacional neutro, y por tanto de una hipotética valoración entre diferentes
teorías en competencia mediante pruebas. Las teorías, los marcos teóricos o
paradigmas según la terminología empleada por Kuhn, suponen marcos
incomparables, inconmensurables. Los paradigmas implican un cuerpo de
conocimiento establecido y compartido por la comunidad científica durante un tiempo
determinado, aportando modelos de problemas y soluciones a dicha comunidad.
Ocurre sin embargo, como observa Kuhn, que de modo habitual se van acumulando
anomalías que el paradigma vigente no puede resolver. Y si en los periodos de ciencia o
investigación normal, el trabajo de investigación siempre opera dentro del paradigma
en cuestión, llegado un punto en el cual las anomalías no resueltas por el paradigma
afectan de modo extremadamente grave al rendimiento explicativo del mismo, este
entra en crisis, iniciándose un periodo de actividad científica conocido como ciencia
revolucionaria. En ese periodo la comunidad científica, o parte de ella, abandona los
compromisos teóricos con el anterior paradigma, y la investigación se centra en atender
a los sucesos y fenómenos no resueltos no ya como anomalías, sino como casos a
explicar desde una nueva perspectiva, y que darán lugar a un nuevo paradigma. Se
trabaja por tanto con nuevas reglas y compromisos, diferentes a las que regían la
investigación en el periodo de ciencia normal. Se genera así, una nueva teoría que da
cuenta de esos casos, constituyendo un nuevo paradigma que no supone un simple
incremento de conocimiento sobre el anterior enfoque o paradigma, sino una verdadera
reconstrucción de la teoría anterior, y una reevaluación de los hechos, de ahí la
acertada inclusión del término revolución (científica). No se trata pues, de una simple
acumulación extra de la nueva teoría sobra la anterior, mejor que ella, sino de una
auténtica revolución, ya que el nuevo paradigma inhabilita en cierto modo al anterior, y
en gran medida se tornan incompatibles pues sus fundamentos teóricos no permiten la
traducción plena de uno a otro ni siquiera a la hora de analizar los mismos fenómenos,
pues en su tratamiento hay inmersos elementos teóricos, recordemos siempre la
cuestión acerca de la carga teórica en la observación y en el diseño de las
investigaciones. Un ejemplo claro de este modo de operar del conocimiento científico lo
encontramos en el derrumbe e inhabilitación de la física clásica, al instaurarse el nuevo
paradigma newtoniano.
Para finalizar, y por poner en relación la posición de los dos enfoques en que nos hemos
centrado, podemos dejar bien claro que frente a la contrastación, la posibilidad de
discusión crítica entre diferentes teorías o marcos teóricos del enfoque de Popper,
Kuhn trata de elección entre teorías, y califica como una especie de falsacionismo
ingenuo la idea de que una supuesta refutación de una determinada teoría por la
falsación de alguna de sus consecuencias o predicciones implique el rechazo de dicha
teoría. En vista de los diversos ejemplos históricos de persistencia de teorías o
paradigmas, revoluciones científicas, cohesión de las comunidades científicas y carga
teórica de la observación, y pese a las acusaciones de relativismo e incluso
irracionalismo, no parece que Kuhn marcará una dirección de estudio estéril.
Sabemos que comparar dos teorías por su poder explicativo supone un patrón de
medida común, aspecto que como hemos visto que en este autor no parece estar
presente, aún cuando suavizó en cierto modo su posición para evitar la acusación de
irracionalidad, hablando posteriormente de inconmensurabilidad no total sino local
entre paradigmas, esto es, habrá partes de los paradigmas teóricos que sí podrán
compararse, ya que si las diversas teorías científicas no son realmente comparables,
parece claro que no habrá un auténtico progreso en el conocimiento, sino una mera
imposición de un paradigma científico sobre otro paradigma rival. De cualquier forma
lo que sí parece claro es que ninguna interpretación posible salva a Kuhn de un feroz
relativismo contextualista en lo que refiere a la construcción del conocimiento
científico, pero quizá no haya nada que salvar, sino que Kuhn simplemente haya
prestado como ningún otro atención al modo en que realmente discurre la
investigación científica, sin tener que entrar en aspectos valorativos sobre el asunto.
2.1. Introducción
El último punto que se trabajará, hace referencia a dos conceptos que, de forma
habitual, se confunden: la masa y el peso. Aprenderemos a distinguir ambas
magnitudes y conoceremos las unidades en las que se expresan, corrigiendo todos
aquellos errores conceptuales que nos llevan a confundir dos magnitudes relacionadas
pero totalmente diferentes.
Inicialmente lo que sería nuestro Sistema Solar no era más que los restos de una
supernova, es decir una nebulosa de polvo y gases liberados tras el estallido de una
estrella. Esta nebulosa se encontraba en equilibrio, es decir, la fuerza de la gravedad
que permitiría la atracción de los materiales estaba compensada por una fuerza de
repulsión, de tal forma, que estas fuerzas se contrarrestaban la una con la otra y la
nebulosa se encontraba estática y estable. Pero el joven Universo estaba en constante
cambio y el estallido en forma de supernova de una estrella cercana liberó una gran
cantidad de energía que rompió el equilibrio de nuestra “estable” nebulosa, y, además,
lo hizo favoreciendo a las fuerzas gravitacionales. De esta forma, los materiales
comenzaron a juntarse unos con otros, formando un enorme remolino en cuyo centro
se acumulaban, incrementando la temperatura y la presión.
gravitatoria ejercida por los planetesimales de mayor tamaño atrajo a otros más
pequeños, uniéndose para formar cuerpos de grandes dimensiones, algunos enormes,
de la magnitud de nuestra Luna. Posteriormente, la acreción de nuevos materiales a
estos protoplanetas dio lugar a los planetas del Sistema Solar.
Los planetas
Los planetas que constituyen el Sistema Solar se dividen en dos grandes grupos:
Planetas terrestres
Mercurio, Venus, Tierra y Marte. Se trata de planetas rocosos y de pequeño
tamaño y, por tanto, con una gravedad no demasiado grande. Debido a que su
gravedad es relativamente pequeña la mayoría de los gases que se desprendieron
durante su formación y consiguieron escapar al espacio por lo que sus atmósferas
son poco extensas y de escasa densidad. La pequeña gravedad que dejo escapar a la
mayoría de los gases también es la responsable de que los planetas rocosos no
tengan -en el caso de Mercurio y Venus- o tengan muy pocos satélites, la Luna en el
caso de la Tierra; y Phobos y Deimos, en el caso de Marte.
Planetas gaseosos
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Son planetas gaseosos, si bien su núcleo
es sólido, de enorme tamaño -en Júpiter caben hasta 1.300 planetas del tamaño de
la Tierra- por lo que presentan una elevada gravedad. Como consecuencia de los
enormes valores que alcanza la gravedad estos planetas tienen atmósferas muy
densas y extensas, además de un elevado número de satélites e incluso anillos.
Todos los planetas giran alrededor del Sol describiendo trayectorias elípticas muy poco
excéntricas, es decir, son elipses, muy similares a círculos. El punto de la órbita en el
que el planeta se encuentra más cerca del Sol se llama perihelio, mientras que aquel
en el que se sitúa más lejos del Sol, se denomina afelio. Nuestro planeta en el afelio se
encuentra a 152 millones de kilómetros del Sol, mientras que en el perihelio “solo” nos
separa del Sol 147 millones de kilómetros, por lo que aunque la trayectoria sea elíptica
no deja de parecerse a una circunferencia.
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Apuntes tema 2: La Tierra: nuestro planeta
Los planetas giran en sus órbitas alrededor del Sol -movimiento de traslación- y
alrededor de su propio eje imaginario -movimiento de rotación- en sentido
antihorario, excepto Venus, que gira sobre su eje en el mismo sentido que las agujas
del reloj.
Veamos algunas de las características más importantes de los planetas del sistema
solar:
Mercurio
Es el planeta que se encuentra más cerca del Sol y también el más pequeño del
Sistema Solar, con un radio que solo supera al de la Luna en unos 700 km. Su
pequeño tamaño es el responsable de que carezca de atmósfera y de que no presente
satélites que le acompañen.
Presenta una velocidad de traslación muy elevada -si no
fuera así ya habría sido tragado por el Sol- tardando
solamente 88 días en completar una vuelta completa
por su órbita. Esta elevadísima velocidad de traslación
confronta con su lento movimiento de rotación, de tal
forma que transcurren más de 58 días terrestres antes
de que Mercurio dé una vuelta completa sobre su eje
imaginario. Como consecuencia de una rotación tan
ralentizada Mercurio expone la misma superficie al Sol durante largos períodos de
tiempo, es decir, una cara del planeta está “ardiendo” y la otra está congelada. De
hecho, Mercurio presenta la mayor diferencia de temperatura entre el día y la noche
de entre todos los planetas del Sistema Solar.
Venus
Es el planeta en tamaño más parecido a La Tierra aunque en
otros aspectos es muy diferente. Por ejemplo, presenta una
atmósfera compuesta mayoritariamente por dióxido de
carbono -este gas es uno de los principales responsables del
efecto invernadero- que provoca que la temperatura en la
superficie de Venus alcance valores que rondan los 500o C,
superiores incluso a las que presenta la cara “ardiente” de
Mercurio. También presenta numerosas nubes, pero no como las de nuestro planeta
ya que aquí están formadas de ácido sulfúrico. El día venusiano equivale a más de 240
días terrestres, mientras que el periodo de traslación solo dura 224 días, así que
curiosamente en Venus el día es más largo que el año.
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Apuntes tema 2: La Tierra: nuestro planeta
Marte
Es un planeta pequeño ya que su radio es la mitad que el de La Tierra y su masa nueve
veces menor. Presenta una atmósfera constituida principalmente por dióxido de
carbono, pero que al ser muy poco densa no genera un efecto invernadero tan intenso
como el que sufre Venus. De hecho, la superficie de Marte soporta bajas temperaturas
(la temperatura media está por debajo de los -60o C).
En la superficie marciana predomina el óxido férrico, que levantado en forma de
polvo llega incluso a la atmósfera, y es el responsable del color rojo que caracteriza a
este planeta. Volcanes y surcos también aparecen
conformando el suelo de Marte, los primeros como
vestigios de la pasada actividad volcánica que
presentaba el planeta, y los segundos como prueba de
que tiempo atrás torrentes de agua fluyeron por su
superficie.
Se han elaborado múltiples hipótesis que tratan de
explicar el destino del agua que había en el planeta rojo,
y actualmente la más aceptada establece que todo esa
agua se encuentra congelado en el subsuelo.
Júpiter
Es el planeta más grande del Sistema Solar con un radio 10 veces menor que el del
Sol. Curiosamente emite más energía que la que recibe del Sol y, de hecho, se cree que
si su masa hubiese sido un poco mayor constituiría otra estrella.
Su atmósfera está formada
principalmente por hidrógeno con
cantidades apreciables de helio -lo que
aumenta su semejanza con el Sol- y
aparece formando franjas horizontales
de color anaranjado y ocre (llamadas
zonas cuando son brillantes y
cinturones cuando son oscuras)
paralelas al ecuador como
consecuencia de la presencia de otro componente: el amoníaco. Otro aspecto
característico de la atmósfera de Júpiter que todos hemos observado en las fotografías
tomadas por los satélites y telescopios es la Gran Mancha Roja, una tormenta de
enormes proporciones.
Actualmente sabemos que la enorme gravedad de Júpiter ha atrapado 17 satélites,
entre los que destacan Ganímedes (más grande que Mercurio), Europa o Ío.
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Apuntes tema 2: La Tierra: nuestro planeta
También presenta un anillo, solo que por su grosor -de unos 4 km- es demasiado
pequeño como para ser observado por los telescopios, formado por las partículas
resultantes de las colisiones de materia interestelar contra alguno de sus satélites de
menor tamaño.
Hay que destacar la presencia de dos grupos de asteroides que orbitan con él,
flanqueándole por delante –los griegos- y por detrás -los troyanos-.
Saturno
Es el segundo planeta más voluminoso de nuestro Sistema Solar, solo superado por
Júpiter, pero curiosamente su densidad es tan baja -0,69 g/cm3- que podría flotar en
el agua. La composición de su atmósfera -donde predominan el hidrógeno y el helio-
es muy similar a la de Júpiter, y al igual que su gigantesco hermano, Saturno presenta
múltiples satélites -hasta el momento se han descubierto 33, siendo Titán el más
grande de todos ellos.
Pero sin duda, la característica más conocida
de Saturno es el sistema de anillos
concéntricos que lo rodean. Estos anillos
parecen ser materiales que estaban
destinados a formar satélites, pero que
debido a la fuerza gravitatoria ejercida por
Saturno no lo consiguieron y ahora giran a
su alrededor pero formando anillos.
Urano
Es el planeta azul, y no por la presencia de agua
sino por el pequeño porcentaje de metano -
menos del 2%- en su atmósfera que refleja el
color azul. No obstante, los principales
componentes de la atmósfera de Urano siguen
siendo el hidrógeno y el helio característicos de
los planetas gaseosos. Urano también mantiene
otras características comunes a los planetas
gaseosos: la presencia de anillos -se han
observado hasta 11- y de satélites -hasta ahora se conocen 15, siendo el más grande
Titania.
Al igual que Venus, y a diferencia del resto de los planetas, gira sobre sí mismo en
sentido retrógrado, es decir su rotación se da en el mismo sentido del movimiento de
las agujas del reloj. Pero Urano presenta una peculiaridad aún mayor y es que rota
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Apuntes tema 2: La Tierra: nuestro planeta
Neptuno
Es el octavo planeta del sistema solar y al igual que su
vecino Urano presenta una coloración azulada debido
al pequeño porcentaje de metano que forma parte de
su atmósfera. Las temperaturas en Neptuno son muy
bajas, de hecho, se le denomina el planeta helado,
pero la característica más determinante son los
vientos huracanados -2.000 km/h- que recorren su
superficie y que son los más intensos del sistema
solar.
Neptuno presenta 13 satélites siendo el más conocido Tritón. Este satélite gira en
sentido inverso al planeta lo que implica que no se formó con él sino que fue atrapado
posteriormente debido a la acción gravitatoria, probablemente este satélite -del
tamaño de nuestra Luna- proceda del cinturón de Kuiper -donde también se forman
algunos de los cometas.
Hasta el año 2006 eran nueve los planetas del sistema solar, sin embargo, en este
año la Unión Astronómica Internacional propuso una nueva definición de planeta que
establecía, entre otras cosas, que un planeta para ser considerado como tal debía
haber limpiado su órbita de objetos similares a él. En el caso de Plutón -de
tamaño inferior a la Luna- esto no era así puesto que existían multitud de cuerpos a su
alrededor de tamaños similares -entre ellos Sedna-, denominados objetos
transneptunianos. De esta forma, Plutón perdió el estatus de planeta pasando a una
categoría inferior, la de planeta enano.
2.3. La Tierra
Con un radio ecuatorial de 6.378 km -en los polos el radio es de 6.356 km- es el
planeta interior de mayor tamaño, si bien, todos los planetas gaseosos le superan
ampliamente.
Movimientos de la Tierra
La Tierra al igual que todos los objetos del universo se encuentra inmersa en un
movimiento constante. No obstante, el complejo movimiento de nuestro planeta se
puede desglosar en cuatro movimientos más sencillos: rotación, traslación, precesión y
nutación, que se reduciría a los dos primeros si nuestro planeta fuese una esfera
perfecta.
Rotación: la Tierra gira sobre sí misma alrededor del eje imaginario que atraviesa
sus polos, dando una vuelta completa cada 24 horas (realmente 23 horas y 56
minutos), de tal forma, que la mitad del planeta permanece iluminada por el Sol
mientras que la otra mitad permanece a oscuras. Por tanto, el movimiento de
rotación es el responsable de la aparición del día y la noche, y también de los
ritmos circadianos que marcan muchas de las actividades biológicas de todos los
seres vivos del planeta.
Solsticio de invierno
Los rayos de sol que inciden de forma oblicua deben recorrer dentro de la atmósfera
un espacio mayor -perdiendo parte de su calor- que el recorrido por los rayos solares
que inciden perpendicularmente. De esta forma la radiación solar llega a la
superficie del hemisferio norte con una menor “carga” energética y su calentamiento
es también menor.
El 21 de diciembre el Sol alcanza la menor altura sobre nuestras cabezas, sale más
tarde y se pone antes, por lo que se trata del día más corto y la noche más larga del
año.
Solsticio de verano
Durante este solsticio el Sol alcanza su mayor altura en el firmamento, de tal manera
que amanece antes y anochece después. Estamos ante el día más largo y la noche
más corta del año.
precesión- lleva a cabo un ligero cabeceo en forma de elipse con un período de 18,6
años. Por tanto, durante una vuelta completa del movimiento de precesión se
producen más de 1.300 bucles de nutación.
La Luna
Se trata del único satélite que presenta la Tierra, su forma es prácticamente esférica –el
eje en dirección a la Tierra es tan sólo un kilómetro y medio mayor que el otro eje
perpendicular- con un radio de 1.740 km.
La órbita que describe la Luna alrededor de la Tierra también es elíptica, de tal forma,
que hay un punto donde la distancia a nuestro planeta es máxima: apogeo, y otro
punto donde es mínima: perigeo. Durante el viaje a través de su órbita la Luna nos
enseña su superficie iluminada de forma diferente, es lo que conocemos como fases
lunares. Las fases lunares aparecen como consecuencia de la diferente posición
relativa que adoptan la Luna y el Sol -que la ilumina-respecto a la Tierra.
Eclipses
Son fenómenos en los que cuerpos opacos como la Tierra y la Luna interceptan la luz
producida por el Sol como consecuencia de la disposición relativa entre el planeta,
el satélite y la estrella.
Por tanto, en un eclipse lunar no hay otra opción más que la Luna se encuentre en
fase de Luna Llena. Además -a diferencia del eclipse solar- este será observable
desde cualquier lugar de la superficie terrestre donde la Luna se encuentre por
encima del horizonte.
Las mareas
Aquella zona de la Tierra orientada hacia la Luna se ve más fuertemente atraída por
esta, de tal forma que en esa dirección se produce una elevación del nivel del mar, es lo
que conocemos como marea alta o pleamar. Es importante destacar que el aumento
del nivel del mar se produce simultáneamente en ambos lados del planeta en la
dirección marcada por el eje Tierra-Luna. Como consecuencia de ello el nivel del mar
disminuye en la dirección perpendicular a este eje, lo que conocemos como marea baja
o bajamar.
Cuando la Luna y el Sol se encuentran alineados con la Tierra –durante la Luna Nueva
y Luna Llena- las mareas se vuelven más intensas, es decir, el nivel del agua alcanzado
durante la pleamar es mayor de lo habitual, mientras que en la bajamar el nivel del
agua desciende a niveles por debajo de lo usual. Estas intensas mareas provocadas por
la adición de la fuerza gravitatoria solar a la ejercida por la Luna se denominan
mareas vivas. Sin embargo, cuando Sol y Luna se disponen perpendicularmente
respecto a nuestro planeta -cuarto menguante o creciente- las mareas son de menor
intensidad, debido a que parte de la fuerza gravitatoria ejercida por la Luna sobre la
Tierra es compensada por el Sol. Estas mareas de mínima intensidad se llaman
mareas muertas.
Esta atmósfera primigenia, formada en los albores del origen de la Tierra, comenzó un
lento pero irreversible cambio cuando sus componentes empezaron a reaccionar con
una nueva molécula: el O2. Pero ¿de dónde surgió ese compuesto? Algunos podrían
pensar que de las plantas, pero para entonces no había vida en nuestro planeta, es más
ni siquiera existían los océanos donde esta se originaría. Este oxígeno era prebiótico y
su origen hay que buscarlo en una reacción química que sufría las moléculas de H2O: la
fotolisis.
La luz que incidía sobre nuestro planeta rompía las moléculas de H 2O liberando el O2.
Este, a su vez, oxida el NH3 hasta N2, y al CH4 hasta dióxido de carbono (CO2), e incluso
era capaz de unirse a radicales de oxígeno para formar el ozono (O3).
Finalmente fue esta vida, mediante un proceso denominado fotosíntesis -fijación del
CO2 y liberación del O2-, quien determinó la composición de la atmósfera que llegó a
nuestros días.
Estructura de la atmósfera
Troposfera: es la capa de la
atmósfera más cercana a la
superficie, alcanzando una altura
media de 12 km, siendo su
espesor máximo en el ecuador y
mínimo en los polos. Contiene las
tres cuartas partes de la masa
total de la atmósfera, y en ella se
producen los fenómenos
Figura 17. Variación de la temperatura
meteorológicos. A medida que
atmosférica con la altitud
ascendemos en ella la temperatura y
la presión van disminuyendo paulatinamente, en el caso de la temperatura
el descenso es de aproximadamente 6,5oC por cada kilómetro.
En los mapas meteorológicos los puntos de la atmósfera que tienen igual presión se
unen formando unas curvas conocidas como isobaras. El viento siempre irá de la
isobara de mayor valor de presión a la de menor valor. Curiosamente viendo estas
isobaras, podemos conocer si el viento será o no muy intenso. Cuando las isobaras
están muy juntas el viento será muy intenso, y si se encuentran relativamente
separadas soplará una suave brisa.
La intensidad y la dirección son los dos parámetros que definen a un tipo de viento.
La intensidad del viento se mide a 10 metros sobre la superficie utilizando un
anemómetro, y en el Sistema Internacional se expresa en m/s como cualquier
velocidad, sin embargo, es habitual expresar la intensidad del viento en nudos. El
nudo equivale a 0,5 m/s, así un viento de 10 nudos equivale a un viento de 5 m/s de
velocidad. La dirección del viento se mide con la veleta y está determinada por el
punto del horizonte desde donde sopla el aire, que recibe el nombre de barlovento,
mientras que el punto opuesto hacia el que se dirige el viento se conoce como
sotavento. Es habitual nombrar al viento en función del punto desde donde sopla,
así el viento del norte sopla del norte hacia el sur, o los famosos vientos de levante y
poniente, a los que tan acostumbrados estamos en nuestras costas, soplan desde el
este y desde el oeste respectivamente.
Figura 18. A la izquierda un viento del este de 15 nudos. A la derecha viento del oeste de 65 nudos
El movimiento de energía, en forma de calor, desde el ecuador hacia las zonas polares,
que contribuye a calentar toda la Tierra, se transmite en forma de corrientes
convectivas. Se han propuesto diferentes modelos que tratan de explicar la circulación
Se trata de un modelo propuesto a mediados del siglo XIX por el meteorólogo William
Ferrel y plantea que la transferencia de calor desde el ecuador hacia los polos se lleva a
cabo, en cada hemisferio, a través de tres celdas convectivas diferentes: celda de
Hadley, celda de Ferrel y celda polar.
Se trata de fenómenos atmosféricos a mucha menor escala y, por tanto, más cortos
desde el punto de vista temporal que los vientos alisios o polares. Estos fenómenos
atmosféricos son los frentes, las borrascas y los anticiclones.
provocará su ascenso hacia capas más altas de la atmósfera y se dirigirá hacia la costa
donde desplazará al aire que se encuentra sobre esta, más frío y denso que se dirigirá
hacia el mar como viento de superficie, en este caso llamado terral.
Vamos a diferenciar ambas magnitudes, que aunque relacionadas, son muy diferentes.
Sin embargo el peso es una fuerza, concretamente la fuerza con la que nos atrae
otro cuerpo como consecuencia de la gravedad que este posee, y por tanto, como
cualquier otra fuerza, se mide en newton (N) en el S.I.
También debemos tener en cuenta que el valor de la gravedad, y por tanto del peso,
cambia dentro del mismo planeta, así en los polos de la Tierra –más cercanos al centro
debido a que nuestro planeta se encuentra achatado por los polos- la gravedad es mayor
que en el ecuador. Por la misma razón la gravedad a nivel del mar es ligeramente
superior a la gravedad en la cima de una montaña, no obstante, estas diferencias son
tan pequeñas que consideraremos la gravedad terrestre constante y cercana a 9,8 m/s2.
Así un cuerpo de 80 kg de masa pesará 784 N en nuestro planeta, solo 130 N en la Luna
o 1.850 N en Júpiter.
m = 80 kg
P = 784 N P = 130 N P = 1850 N
3.1. Introducción
En este tema se abordan los aspectos más importantes sobre la energía. En primer
lugar, definiremos la energía desde diferentes puntos de vista, incidiendo en
sus manifestaciones básicas (energía cinética y potencial), en el calor y el trabajo
como mecanismos de transferencia de energía, en su importantísimo Principio de
Conservación y sus implicaciones en el comportamiento de la naturaleza.
Finalmente, en este tema se realizarán algunos ejemplos numéricos para que adquieras
otra perspectiva, más allá de la teoría, del concepto de energía y sus diferentes
transformaciones.
Es muy probable que todos nosotros escuchemos varias veces al día la palabra
energía; que sí fuentes de energía por acá, que sí bebidas energéticas por allá, la
energía vital o el derroche energético,… Probablemente la enorme cantidad de matices
que parece adquirir este concepto nos impide llegar a conocer realmente ¿qué es la
energía? Y es que, ciertamente, la idea de energía se presenta tremendamente
imprecisa y ambigua, no solo a nosotros, sino también a los propios científicos.
energía de la gasolina permite que mi coche acelere. Parece que en todos los casos la
energía provoca cambios en los cuerpos, pero no siempre es así.
Durante el desarrollo del tema veremos que la energía no se crea ni se destruye, pero sí
se degrada, es decir, la energía en el transcurso de sus transformaciones va perdiendo
calidad. La energía de alta calidad, como la energía eléctrica, es capaz de provocar en
los cuerpos muchas y variadas transformaciones: permite encender una bombilla,
calentar un alimento en el microondas, que suene la música en un reproductor MP3, o
que yo pueda escribir estas líneas en mi portátil. Pero la energía en sus sucesivas
transformaciones va perdiendo la capacidad para producir cambios, se va convirtiendo
en una energía de baja “calidad”, como la energía térmica, hasta que llega un momento
que no es capaz de producir ningún cambio. Llegados a este punto tendríamos una
energía de tan baja “calidad” que no sería capaz desplazar ningún objeto, y mucho
menos encender una bombilla o hacer funcionar un ordenador, pero seguiría siendo
energía.
La muerte térmica constituye una de las hipótesis sobre el fin de nuestro Universo, que
se produciría cuando toda la energía presente en él se hubiera degradado totalmente,
de tal forma, que al no poder producirse ningún cambio nos encontraríamos inmersos
en un universo estático y, a fin de cuentas, muerto.
Por tanto, y aunque nosotros por simplicidad vamos a adoptar el concepto de energía
mencionado anteriormente, debemos ser conscientes que definir la energía como la
capacidad de un cuerpo para producir cambios no es del todo acertado, aunque es
cierto que nos vale como aproximación en un mundo como el nuestro, que todavía, está
dinámico y vivo.
La energía desde el punto de vista de la física es una magnitud, y, por tanto, se puede
medir. La unidad que utiliza la energía en el Sistema Internacional (S.I.) es el Julio
(J), no obstante, en otros contextos es habitual expresar la energía usando otras
unidades, como la caloría (cal) y el kilovatio-hora (Kwh.).
Por otro lado el kilovatio hora (Kwh.) es utilizado para calcular la energía que
hemos consumido en nuestros hogares porque el Julio es una unidad demasiado
pequeña. Concretamente 1 Kwh. equivale a 3.600.000 J.
La energía cinética (EC) es la energía que posee cualquier cuerpo que se encuentre
en movimiento, y depende de dos magnitudes: la masa del cuerpo y la velocidad que
este lleve. La EC de un cuerpo viene determinada por la ecuación:
1
Ec m.v 2
2
Veamos un ejemplo:
Por otro lado, la energía potencial gravitatoria (Ep) es la energía que presenta un
cuerpo por el simple hecho de encontrarse a una determinada altura sobre el suelo, y
depende de dicha altura, la masa del cuerpo y el valor de la gravedad (en nuestro
planeta suponemos un valor de 9,8 m/s2, si bien como ya sabemos no se trata de un
valor constante).
E p m.g.h
De esta forma la manzana, situada en una rama del árbol a 2 m sobre el suelo y con una
masa de 10g1, presenta una Ep de 0,196 J.
Em Ec E p
m
El avión de la Figura 3, con una masa de 1000 kg, vuela a una velocidad de 200 a
s
una altura de 500 m sobre el suelo, y por tanto, presenta tanto energía cinética como
potencial.
1 La masa en el Sistema Internacional debe expresarse en kg, de tal forma que 10 g equivalen a 0,01 kg.
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Apuntes tema 3: La energía
De esta forma la energía del avión mientras vuela por el cielo es de Em = 4,9.106 +
2.107= 2,49.107J.
Resumiendo en una sola frase podemos enunciar este Principio como: “la energía
de un sistema ni se crea ni se destruye, solamente se transforma”.
Para mostrar las diferentes transformaciones de la energía vamos a tomar como punto
de partida el Sol, nuestra principal fuente de energía. El Sol es una estrella mediana en
cuyo interior se están dando constantemente reacciones de fusión nuclear, donde dos
núcleos de hidrógeno (H) se fusionan para formar otro elemento químico, el helio (He).
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Apuntes tema 3: La energía
Los organismos que son incapaces de fabricar su propio alimento, como nosotros,
tomamos la glucosa de las plantas, o de una ternera que previamente se ha alimentado
de la hierba del campo donde pasta, y extraemos su energía. La energía química de los
alimentos la podemos utilizar para dar un paseo en bici por el parque, y, de esta forma,
transformamos la energía química de la glucosa en la energía cinética que mueve la
bicicleta. Si se nos hace de noche podemos transformar la energía cinética de las ruedas
en energía luminosa de la dinamo que alumbrará nuestro camino. De esta forma, la
energía presente en el interior de los átomos de H en el Sol ha ido tomando diferentes
formas, para paradójicamente, volver a iluminarnos en el parque durante la noche.
Desde el punto de vista físico el trabajo (W) se define como el producto de la fuerza (F)
ejercida sobre el objeto por la distancia (s) que hemos desplazado ese objeto, y al
tratarse de una manifestación de la energía, su unidad es la misma, el julio.
W F .s
Figura 4. Muñeco sosteniendo un objeto y, por tanto, sin transferir energía en forma de trabajo
(izq.). Muñeco golpeando una pelota y, por tanto, transfiriéndola energía en forma de trabajo (der.).
De esta forma, podemos definir la potencia (P) como la celeridad con la que se realiza
un trabajo, y, en el Sistema Internacional se mide en vatios (W), aunque es frecuente
utilizar los caballos de vapor (CV), donde 1 CV equivale a 735 W. A menor tiempo en
realizar un trabajo mayor será la potencia.
W
P
t
En este caso para que se produzca la transferencia de energía es necesario que los
cuerpos presenten diferente temperatura, de tal forma, que la energía en forma de calor
pasará del cuerpo de mayor al de menor temperatura. Una vez que las temperaturas se
igualen la transferencia de energía en forma de calor cesará.
De nuevo debemos ser cuidadosos con este concepto puesto que tendemos a asociarlo
con nuestras percepciones sensoriales. Cuando tenemos calor en una habitación lo que
está sucediendo es que mi cuerpo está ganado energía en forma de calor procedente del
ambiente que se encuentra a más temperatura, y cuando percibo el frío es porque soy
yo quién está cediendo al ambiente parte de mi energía en forma de calor.
Aunque el calor es una energía en tránsito, porque solo aparece cuando hay un
desequilibrio térmico entre dos cuerpos, se puede transmitir de tres formas diferentes:
conducción, convección y radiación.
trasmiten parte de su energía a las partículas del otro cuerpo con las que entran en
contacto. Cuando situamos nuestra mano sobre la mesa fría las partículas de la mano
ceden energía en forma de calor a las partículas de la mesa, hasta que ambas igualan su
temperatura.
energía del Sol atraviesa el espacio vacío hasta llegar y calentar nuestra atmósfera, y
también es el mecanismo utilizado por el microondas para calentar los alimentos.
Un concepto muy unido al calor es la temperatura. Como hemos dicho el calor pasa
de un cuerpo que está a más temperatura a otro cuerpo cuya temperatura es menor.
Todo cuerpo está formado por partículas: átomos y moléculas. Estas partículas no están
fijas en el cuerpo. Si el cuerpo es sólido vibran en torno a su posición, si el cuerpo es
líquido estás partículas se mueven por todo el volumen que ocupan. Este movimiento
es observable cuando a un vaso de leche añadimos café caliente, si el proceso es
realizado de forma lenta, observamos como el café, en un principio, se sitúa en la parte
superior del vaso y como poco a poco se va mezclando con la leche. En el caso de los
gases este movimiento es más fácil de observar, si en invierno miramos el radiador
caliente veremos como el aire a su alrededor se va moviendo.
Figura 8. Estructura molecular en sólidos, líquidos y gases. A mayor separación mayor movilidad y
temperatura
En los EEUU es más común la escala Fahrenheit. Esta escala tiene un origen similar a
la nuestra, Fahrenheit marco dos puntos en la escala como 0 y 100 ºF que fueron
distintos a la escala Celsius. La relación que podemos encontrar es que a 0ºC tenemos
una temperatura de 32ºF y a 100ºC tenemos 212ºF.
º C º F 32
5 9
En el ámbito científico se utiliza la escala Kelvin. Kelvin intentó marcar el cero absoluto
o la temperatura en la que no había movimiento de partículas. Este cero absoluto se
encuentra a -273 ºC y es un valor inalcanzable. Esta escala es similar a la escala Celsius
ya que para calcular una temperatura en Kelvin solo hay que sumar 273 grados. Así una
temperatura de 25ºC podemos decir que es 298 K (25 + 273).
K 273º C
otro, afianzar los conceptos que de forma teórica se han desarrollado previamente en
este capítulo.
En este caso el problema nos plantea el cálculo de la energía cinética del coche,
puesto que esta es la energía asociada a los cuerpos en movimiento. La otra
manifestación básica de la energía es la potencial, pero esta energía está
directamente relacionada con los cuerpos que se sitúan a una determinada altura
sobre el suelo, y en este caso suponemos que el coche circula por la carretera.
Por tanto, ya sabemos que energía debemos calcular, y lo que haremos es poner la
expresión matemática que la define:
m v2
E cinética =
2
Una vez que nos hemos asegurado de que las unidades de masa y velocidad sean las
correctas solo resta sustituir su valor en la fórmula y, de esta forma, calcular la E c del
coche.
No debemos olvidar poner las unidades de la magnitud que nos piden calcular. En
este caso al tratarse de una energía pondremos sus unidades en el SI, por tanto, en
julios (J).
Ep m g h
De nuevo, debemos asegurarnos que el valor de todas las magnitudes que vamos a
utilizar en el cálculo de la Ep están expresadas en unidades del SI. En este caso nos
damos cuenta que la altura y la gravedad (supondremos para nuestro planeta un
m
valor constante de 9,8 independientemente del lugar de este en el que nos
s2
encontremos) presentan las unidades adecuadas, pero no sucede lo mismo con la
masa, que aparece en gramos (g) cuando debe expresarse en kilogramos (kg).
Por tanto, en primer lugar debemos transformar los g en kg y para ello solo tenemos
que dividir entre 1.000. De esta forma, los 400 g equivalen a 0,4 kg.
Una vez que todas las magnitudes (masa, gravedad y altura) están expresadas en
unidades del SI solo nos restará sustituirlas en la ecuación y operar.
Si en los problemas anteriores, tanto el coche como el cuadro solo presentaban una
de las dos manifestaciones básicas de la energía (cinética el coche y potencial
gravitatoria el cuadro), en este caso el pájaro, por el hecho de estar moviéndose a
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Apuntes tema 3: La energía
m v2
Em Ec E p ( ) (m g h)
2
m v2 0,02 102
Em ( ) (m g h) ( ) (0,02 9,8 4) 1 0,784 1,784 J
2 2
En este problema no nos piden la energía, de hecho la Ec es un valor que nos dan en
el enunciado, sino la velocidad del corredor. No obstante, la fórmula que
utilizaremos para su resolución será la misma expresión de la Ec que hemos utilizado
en otros ejercicios, pero despejando la magnitud que debemos calcular, la velocidad.
m v2
E cinética =
2
m v2 Ec 2
Ec Ec 2 m v 2 v2
2 m
Ec 2
v
m
Ec 2 57,6 2 115,2 m
v 1,44 1,2
m 80 80 s
Em2 E c 2 E p 2 Ec 2 o Ec 2
Sabemos que la Ep2 es nula, pero desconocemos el valor de la Ec2 que nos permitiría
calcular la velocidad con la que la maceta golpea el suelo. Sin embargo, sabemos que la
Em se conserva en toda la trayectoria de la maceta, y es la misma cuando la maceta
está estática en el alféizar de la ventana (Em1) y cuando golpea contra el suelo
(Em2).Así que si la Em1 tiene un valor de 19,6 J sabemos que la Em2 tiene exactamente
el mismo valor de 19,6 J. De esta forma, volviendo a la expresión anterior vemos como
la Em2 coincide con la Ec2.
No es algo que debiera sorprendernos, lo que ha sucedido es que toda la Ep que tenía la
maceta en lo alto de la ventana se ha transformado en cinética al llegar al suelo.
Ec 2
v
m
Ec 2 2 19,6 2 39,2 m
v 196 14
m 0,2 0,2 s
Sin embargo, la pelota se lanza con una velocidad de 2 m/s, por lo que
sí tiene Ec1, cuyo valor se calcula utilizando la expresión:
m v 2 0,1 5 2
Ec 1,25J
2 2
Em2 E c 2 E p 2 0 E p 2 E p 2
Sabemos que la Ec2 es nula, pero desconocemos el valor de la Ep2 que nos permitiría
calcular la altura máxima alcanzada por la pelota.
De nuevo, lo que ha sucedido es que toda la Ec que tenía la pelota cuando la lanzamos
desde el suelo se ha transformado en potencial al alcanzar su máxima altura, antes de
empezar a caer.
Por tanto, sabemos que el valor de la Ep2 es de 1,25J, de tal forma, que si despejamos la
altura y posteriormente sustituimos por los valores veremos que la altura máxima
alcanzada por la pelota es de 1,28 metros.
E p2 1,25
E p2 m g h h 1,28m
mg 0,1 9,8
W F .s
Para sostener el paquete el individuo debe realizar una fuerza equivalente al peso del
objeto, y, tal y como hemos visto durante el desarrollo del tema, el peso se calcula
multiplicando la masa por la gravedad del lugar (9,8m/s2 en nuestro planeta).
P m g 2 9,8 19,6 N
W F s 19,6 0 0 J
W F .s
En primer lugar debemos calcular la fuerza ejercida para levantar el objeto y, al igual
que en el ejercicio anterior, esa fuerza coincide con el peso del paquete.
P m g 2 9,8 19,6 N
Una vez conocida la fuerza sustituimos en la ecuación inicial para calcular el trabajo.
W F s 19,6 3 58,8J
W F .s
Como conocemos tanto la fuerza ejercida sobre la pelota como la distancia recorrida
por esta, simplemente debemos sustituir y operar en la ecuación para obtener la
cantidad de energía que el futbolista ha transferido a la pelota durante el golpeo.
W F s 50 40 2.000J
W
P
t
W F .s
Al igual que en los problemas anteriores la fuerza que debe realizar el obrero para
subir el palé de ladrillos coincide con el peso de este.
P m g 40 9,8 392N
W F s 392 5 1.960J
Una vez que hemos calculado el trabajo, y que conocemos el tiempo invertido para
realizarlo, 20s, procedemos a calcular la potencia que desarrolla nuestro
protagonista cada vez que tiene que subir un palé repleto de ladrillos hasta el
segundo piso de la casa.
W 1.960
P 98W
t 20
Cuando situamos nuestra mano bajo el agua fría, esta, que se encuentra a mayor
temperatura, cede energía en forma de calor al agua, que está a menor
temperatura. La transferencia de energía en forma de calor se produce mediante
el mecanismo de conducción.
El radiador que calienta el aire más frio de una habitación lo hace
suministrando energía en forma de calor, pero el principal mecanismo de
transferencia de calor es la convección.
Cuando lanzamos el dardo hacia la diana estamos provocando un
desplazamiento y, por tanto, la energía que mi mano transfiere al dardo lo hace
en forma de trabajo.
El aire en el interior del automóvil aumenta su temperatura como consecuencia
de la incidencia de los rayos solares. De esta forma el Sol transfiere su energía al
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Apuntes tema 3: La energía
º C º F 32
5 9
Como nuestro objetivo es conocer los ºF lo primero que haremos será despejarlos en
la ecuación anterior.
º C º F 32 º C 9 ºC 9
º F 32 º F 32
5 9 5 5
T mínima= -2º C
ºC 9 29
ºF 32 32 3,6 32 28,4º F
5 5
T máxima= 10º C
ºC 9 10 9
ºF 32 32 18 32 50º F
5 5
K 273º C
T mínima= -2ºC
K 273º C 273 2 271K
T máxima= 10ºC
4.1. Introducción
El tema recoge una serie de ejercicios que servirán para aplicar de forma práctica la
Ley de Coulomb y la Ley de Ohm. Estos ejercicios presentarán un bajo nivel de
dificultad pero permitirán que el alumno adquiera destrezas más allá de los simples
conocimientos teóricos. Se diferenciará entre corriente continua y alterna explicando
las ventajas, desventajas así como las aplicaciones de cada uno de estos dos tipos de
corriente eléctrica.
4.2. La electricidad
Al frotar el ámbar con un trapo, o un bolígrafo con nuestro jersey, decimos que el
ámbar, o el bolígrafo, se han cargado y, como consecuencia de ello, manifiestan el
fenómeno que conocemos como electricidad. De esta forma, al agente causante de la
electricidad de un cuerpo se le denominó carga eléctrica. La carga eléctrica es una
propiedad que poseen los cuerpos y que, por tanto, se puede medir; en el S.I la unidad
de carga eléctrica es el culombio (C).
Sin embargo, existe un pequeño problema con este enfoque, porque parece como si la
carga eléctrica surgiera solo cuando frotamos un objeto con otro, y eso no es cierto,
porque los átomos que constituyen la materia, y por tanto los átomos del ámbar y del
bolígrafo, presentan, sin necesidad de fricción ninguna, muchas partículas con carga. El
átomo está formado por varios tipos de partículas subatómicas, dos de las cuales,
protones y electrones, presentan de forma natural carga.
protón 1,6.1019 C
electrón 1,6.1019 C
en amarillo) compensan sus cargas, y es como sí el átomo no tuviera carga y, por tanto,
no manifiesta el fenómeno de la electricidad.
Pero supongamos que ahora llevamos a cabo la experiencia de Tales de Mileto, pero con
el bolígrafo en vez del ámbar, que es más difícil de conseguir. Inicialmente los átomos
que forman el bolígrafo y el jersey no presentan carga neta, porque el número de
protones coincide con el de electrones en los átomos de ambos objetos. Pero cuando
frotamos el bolígrafo con el jersey, átomos de ambos materiales entran en contacto, y
algunos de los electrones más externos (nunca los protones porque están “protegidos” y
retenidos en el núcleo del átomo) pasan de los átomos del jersey a los átomos que
conforman el bolígrafo. De esta forma, se produce un desequilibrio de cargas, en los
átomos del jersey habrá un déficit de electrones y, por tanto, este adquiere una carga
neta positiva, mientras que en los átomos del bolígrafo habrá un exceso de electrones
que serán responsables de la aparición de una carga neta negativa. Es en este momento,
y no antes cuando los átomos tenían el mismo número de protones que de electrones,
cuando se manifiesta el fenómeno de la electricidad.
Acabamos de ver como solo un desequilibrio de cargas en los átomos pueden originar el
fenómeno de la electricidad. Por tanto, la aparición de la electricidad siempre viene
precedida por un trasiego de electrones entre átomos vecinos; los átomos del jersey
veían como algunos de sus electrones eran arrancados al ser frotados con el bolígrafo y
tenían como destino a los propios átomos del bolígrafo. Sin embargo, los electrones
separados de sus átomos originales pueden llevar a cabo dos comportamientos
radicalmente distintos, que serán los responsables del fenómeno eléctrico que se
producirá.
Los fenómenos de electricidad estática son muy frecuentes en nuestra vida diaria: los
calambrazos al recoger a los niños en el tobogán o al abrir la puerta del coche, los pelos
que se erizan al quitarnos un jersey o los rayos durante una tormenta, son fenómenos
eléctricos de esta naturaleza.
Expliquemos brevemente los ejemplos anteriores; así cuando el niño se tira por el
tobogán se produce una fricción entre los átomos que forman parte de la ropa con los
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Apuntes tema 4: Electricidad y Magnetismo
átomos del plástico del que está hecho el tobogán. En este caso son los átomos de este
último los que ganan electrones, y como el plástico es tan mal conductor de la
electricidad los acumula, hasta que el papá o la mamá se acercan o tocan el tobogán al
ir a recoger al nene. En ese instante todos los electrones acumulados por el tobogán
pasan graciosamente al solícito progenitor, quién los recibe en forma de desagradable
calambrazo.
Curiosamente si el día que vamos al parque con los niños es un día lluvioso o al menos
con elevada humedad ambiental observaremos que el número de calambrazos
disminuye e incluso desaparecen, y la explicación es que el tobogán ha elegido a otro
material más solícito en la ganancia de electrones que nosotros, se trata de la
humedad del entorno.
Figura 3. utilizar será el que tome los electrones y cuál el que los ceda
Serie triboeléctrica debemos consultar la llamada serie triboeléctrica.
se verán atraídas por la acción de una fuerza, del mismo modo que se verá repelida si el
campo es generado por una partícula de signo positivo. Es decir, cuando interaccionan
cargas del mismo signo estas se verán repelidas, mientras que si son de signo contrario
se verán atraídas.
La fuerza con la que se atraen dos partículas de distinto signo o con la que se repelen
dos partículas de igual signo, recibe el nombre de fuerza electrostática y podemos
calcularla haciendo uso de la Ley de Coulomb.
q1 .q 2
F k.
r2
Donde:
F es la fuerza con la que se atraen o repelen y se mide en Newton (N).
K es un valor fijo que depende del medio en que nos encontremos. En el caso del
vacío es 9·109 Nm2/C2.
q1 y q2 son las cargas y la unidad que utilizaremos es el Culombio (C).
r es la distancia que separa las cargas y la mediremos en metros (m).
N .m 2
k vacío 9.10 9
q1=-2.10-9C C2 q2 = -3.10-7C
- -
r = 2 mm = 0,002 m
De esta forma la fuerza con la que se repelen en el vacío las dos cargas situadas a una
distancia de 2 mm es de 1,35 N.
Aunque los electrones siempre salen del polo negativo o cátodo en dirección al polo
positivo o ánodo, en los circuitos eléctricos se utiliza el criterio contrario, y se supone
que los electrones salen del ánodo y se dirigen al cátodo. La razón hay que
buscarla en el inicio de los circuitos, cuando todavía no se conocía la naturaleza del
electrón y se fijó un criterio de movimiento contrario al real, pero que se ha respetado
hasta la actualidad.
Un circuito eléctrico está constituido por un generador de corriente que es el que crea el
desequilibrio de cargas o diferencia de potencial entre los dos extremos del conductor y
un material conductor de corriente –normalmente se trata de finos hilos de cobre-. La
diferencia de potencial se denomina también voltaje (V) y su unidad en el S.I. es el
voltio (v). La cantidad de corriente que circula por dicho conductor se denomina
Intensidad (I) y su unidad en el S.I. es el Amperio (A).
Así, podemos definir la intensidad de corriente como el número de cargas que circulan
por unidad de tiempo. Expresado en términos matemáticos será:
I = q/t
Donde:
q es la carga y se mide en Culombios (C).
t es el tiempo y se expresa en segundos (s).
I es la intensidad de corriente y se mide en Amperios (A).
I = V/R
Donde:
V es la diferencia de potencial o voltaje y se mide en voltios (v)
R es la resistencia del circuito y se mide en ohmios (Ω).
Finalmente definiríamos la resistencia (R) como la fuerza que opone el cable conductor
(prácticamente despreciable) o los aparatos que conectamos al circuito (horno,
televisión, bombilla…) al paso de la corriente eléctrica. En este caso lo podríamos
asemejar a las grandes piedras en el curso de un río, que hacen que la velocidad del
agua sea menor al quedar retenida por las piedras. Lo mismo pasa con la corriente
eléctrica, una elevada resistencia dificulta el paso de las cargas y por tanto provoca una
disminución de la I. Por eso se dice que la resistencia y la intensidad son magnitudes
inversamente proporcionales, cuando una aumenta la otra disminuye.
Resistencias en serie: las resistencias de nuestro circuito están seguidas, tal y como
muestra la siguiente figura. La resistencia total será la suma de todas las resistencias
situadas en dicho circuito
R = R1 + R2 + R3…
La ubicación de los aparatos en serie tiene dos inconvenientes, por un lado sí algunos
de los aparatos se estropea impedirá que la corriente eléctrica llegue al resto de los
aparaos, que dejarán de funcionar. Además, esta disposición provoca un mayor gasto
energético y su rendimiento disminuye cuanto mayor es el número de resistencias que
se coloquen en serie.
I = V / R = 12 / 200 = 0, 06 A
R = 50 Ω
I = V/R
I = 12/50
I = 0,24 A
Las cargas circulan a través del cable conductor de forma ordenada pero eso no quiere
decir que siempre vayan en el mismo sentido. En la actualidad empleamos dos tipos de
corrientes, según como sea el movimiento que realicen las cargas:
Todos desde pequeños hemos jugado con los imanes y hemos observado como al
acercar dos imanes estos se aproximan hasta juntarse, o si damos la vuelta a uno de
ellos no podemos unirlos porque se repelen. También hemos probado a atraer clavos y
otros objetos de hierro con nuestro imán y comprobamos como posteriormente ese
clavo puede atraer a otros clavos. El magnetismo es la propiedad que presentan
ciertos materiales y que vamos a estudiar a continuación.
Y es que la Tierra funciona como un gigantesco imán cuyos polos magnéticos están
situados cerca de los polos geográficos. En la actualidad, el polo Sur magnético está
localizado muy cerca del polo Norte geográfico, desviado unos 11 grados, pero lo
suficientemente cerca como para que la brújula funcione como guía. El magnetismo
terrestre es variable y cada cierto tiempo, varios miles de años, los polos invierten su
polaridad.
Todo imán presenta dos polos denominados polo Norte y polo Sur. Cuando
enfrentamos dos imanes por sus polos opuestos, uno con el polo Norte y otro con el
polo Sur, estos se atraerán. Si invertimos uno de los imanes, de forma que queden
enfrentados con el mismo polo veremos que los imanes tienden a repelerse y por
Volvamos a la brújula, hemos dicho que se orienta según el campo magnético terrestre
pero si la introducimos en un campo magnético más fuerte se orientara según dicho
campo magnético. Existen gran cantidad de sustancias que funcionan como imán.
Como ya hemos mencionado la magnetita es un mineral que de forma natural funciona
como tal. El clavo de hierro de nuestro ejemplo sería otro imán, en cambio la madera
donde vamos a colocar ese clavo no tiene esas propiedades magnéticas.
4.7. Electromagnetismo
Hasta ahora hemos visto que existen sustancias que de manera natural o inducidas por
otro campo magnético generan un campo magnético a su alrededor (de hecho cualquier
material en presencia de un campo magnético lo suficientemente potente presenta
magnetismo). En este apartado vamos a ver como una corriente eléctrica puede
generar un campo magnético y al revés, un campo magnético puede
generar una corriente eléctrica, es decir, veremos la relación entre la electricidad y
el magnetismo: estamos hablando del electromagnetismo.
Experimento de Oersted:
Para realizar este experimento necesitamos una brújula y un circuito eléctrico que
permita el paso de corriente eléctrica. Debemos colocar el hilo conductor de nuestro
circuito sobre la brújula de tal forma que el conductor y la aguja imantada estén en
paralelo.
De este experimento podemos deducir que toda carga eléctrica en movimiento, sin
importar que sea una única carga o una corriente, genera un campo magnético a su
alrededor.
Experimento de Faraday-Henry
Inducción electromagnética
Por otra parte, hemos visto que una corriente eléctrica puede crear un campo
magnético, entonces ¿se puede crear una corriente eléctrica a partir de otra corriente
eléctrica? La respuesta es sí, siempre que consigamos crear un campo eléctrico
variable.
Al circular corriente por el primer circuito se crea un campo magnético que actúa sobre
el segundo y, hasta que el campo magnético se estabiliza, circula corriente por el
segundo circuito. En el momento que se estabiliza el campo magnético deja de circular
corriente por el segundo circuito. Al abrir el interruptor, cesa la corriente en el primer
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Apuntes tema 4: Electricidad y Magnetismo
circuito pero de nuevo tenemos una modificación del campo magnético por lo que
vuelve a aparecer corriente en el segundo circuito. La corriente creada será de sentido
contrario a la anterior. Si abrimos y cerramos el interruptor continuamente
obtendremos una corriente alterna.
Los motores electromagnéticos están presentes en gran parte de los aparatos que
utilizamos hoy en día: en el ordenador, electrodomésticos… En este caso nos basamos
en la misma propiedad física pero modificamos el diseño. Todos estos aparatos tienen
un imán que genera un campo magnético estable y un circuito con un generador de
corriente y una espira que gira dentro de dicho campo magnético.
F = q v B senѲ
Donde:
F es la fuerza resultante y se mide en Newtons (N).
q es la carga, en Coulombios (C).
v es la velocidad que lleva dicha carga, en metros por segundo (m/s).
B es la intensidad de campo magnético con el que interactúa la carga, en Teslas (T).
θ es el ángulo que forman el campo magnético con la carga en movimiento.
Esta expresión es útil cuando se trata de una sola carga pero si tenemos un conductor
utilizaremos la Intensidad de corriente, es decir, la cantidad de cargas que circulan por
él cada segundo, de forma que queda:
F = I l B senѲ
Donde:
I es la intensidad de corriente, en Amperios (A).
l es la longitud del conductor, en metros (m).
Datos:
q1 = 1,6.10-9 C
q2 = -1,6.10-9C
r = 0,002 mm = 2.10-6 m
Sustituimos los datos en la fórmula de la Ley de Coulomb, cada letra por su valor en
el problema, y por último operamos:
Datos:
q1 = 8.10-4 C
q2 = -3.10-4C
F = 4,4.10-3 N
En segundo lugar vamos a despejar r (distancia) porque es el dato que nos pide el
problema. Para ello recordamos que cuando despejamos (pasamos de un lado a otro
de la ecuación) el elemento cambia su operación. De este modo en primer lugar
despejaremos el elemento r2, que como está dividiendo pasará al lado contrario
multiplicando.
Y solo nos queda sustituir cada magnitud por su valor numérico y operar (recordar
que el signo de las cargas no se pone):
Datos:
q2 =4.10-5 C
F = 2.103 N
r = 50 cm = 0,5 m
En este caso el problema hace referencia a la repulsión entre cargas y por tanto
volvemos a aplicar la Ley de Coulomb.
Fijaros que en este caso no nos dicen nada del medio en el que se encuentran las
cargas y debemos suponer que es en el vacío. Por tanto el valor de la constante (K) es
el mismo del ejercicio anterior, en caso contrario deben hacer referencia al medio en
que están las cargas. También debéis pasar los 50 cm a metros, puesto que en la
ecuación de la Ley de Coulomb la distancia siempre tiene que ir en metros (unidades
del Sistema Internacional): 50 cm equivalen a 0,5 m. Seguimos un procedimiento
análogo al del ejercicio anterior solo que en este caso despejamos una carga (la que
queramos, por ejemplo q1).
Y solo nos queda sustituir cada magnitud por su valor numérico y operar:
Daros cuenta que el signo de la carga debe coincidir con el de la primera, y por tanto
es positivo. Solo de esta forma las dos cargas se repelen.
I = V/R
R = V/I =10/0,4 = 25 Ω
Una vez que conocemos la resistencia total del circuito es muy sencillo determinar el
valor de la primera bombilla (resistencia), puesto que al estar conectadas en serie
sabemos que la suma de la resistencia de ambas bombillas será 25 Ω.
R= R1 + R2
R = 13,3Ω
5.1. Introducción
Nos encontramos en un momento crucial dentro de la historia del hombre, las reservas
de los combustibles fósiles, que hasta ahora han permitido un desarrollo tecnológico y
social sin precedentes en la historia de la humanidad, han disminuido de forma
alarmante, y parece que estas fuentes de energía tiene los días contados. Muy
probablemente las generaciones futuras tendrán que utilizar de forma mayoritaria otro
tipo de recursos energéticos, entre los que deberán primar las energías renovables.
La energía nuclear, por un lado, y las energías renovables, por otro, parecen
postularse como las posibles soluciones a corto y a medio plazo; pero, de nuevo,
encontramos importantes inconvenientes en ambas alternativas. La energía nuclear de
fusión sería, sin duda, la energía de elección, puesto que a su bajo impacto ambiental
uniría un elevado rendimiento energético, que nos permitiría mantener el nivel de
crecimiento que hasta ahora nos ha posibilitado el uso de los moribundos combustibles
fósiles. Sin embargo, la tecnología que permita el uso de este tipo de energía no está,
aún, lo suficientemente desarrollada, y no parece que a corto plazo vaya a estarlo.
El otro tipo de energía nuclear, la energía nuclear de fisión, ya está siendo utilizada en
gran parte de los llamados países desarrollados, y las ingentes cantidades de energía
obtenida también pueden permitir que las sociedades más desarrolladas mantengan su
estatus de riqueza y comodidad. Sin embargo, se trata de un tipo de energía altamente
contaminante, ya que tanto la materia prima como los productos obtenidos tras la
“extracción” de la energía son enormemente radiactivos y, por tanto, potencialmente
lesivos con las personas y nuestro entorno. Además se trata de un tipo de energía muy
difícil de controlar, tal y como los desastres de Chernóbil y Fukushima se han
encargado de recordarnos, que podría terminar con todo rastro de vida sobre el
planeta.
El carbón
El gas
El pretóleo
natural
Energía
nuclear
una relación directa entre el periodo en el que se formó el carbón y la energía que
suministra; cuanto más antigua es la roca más cantidad de energía liberará durante su
combustión. El carbón más antiguo se formó hace unos 300 millones de años, durante
el periodo denominado, no por casualidad, Carbonífero, y recibe el nombre de
antracita. La hulla, el lignito y finalmente la turba se fueron formando en épocas cada
vez más recientes, y, por tanto, su poder energético es cada vez menor.
El petróleo es una roca sedimentaria que se presenta en estado líquido y que, tal y
como se comentaba anteriormente, tiene un proceso de formación similar al del
carbón, pero con la gran diferencia de que se formó en los océanos mediante la
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Apuntes tema 5: Fuentes de energía
El gas natural es el tercero de los combustibles de origen fósil, en este caso aparece en
estado gaseoso asociado a los yacimientos de petróleo, y, curiosamente, en el pasado
era desechado al extraer el petróleo. El gas natural está constituido por una
combinación de hidrocarburos sencillos -formados por uno o varios, pero siempre
pocos, átomos de carbono, lo que provoca que se encuentren en estado gaseoso, y no en
estado líquido como los hidrocarburos más complejos que forman parte del petróleo-
entre los que destaca un 90% de metano (CH4) y pequeñas cantidades de etano (C2H6),
propano (C3H8) y butano (C4H10).
El gas natural aún siendo un combustible fósil conforma una fuente de energía mucho
menos contaminante que el carbón o el petróleo ya que prácticamente no emite óxidos
de nitrógeno y azufre (responsables de la lluvia ácida) y libera menores cantidades de
CO2 (principal responsable del Calentamiento Global). No obstante, no deja de ser una
fuente de energía no renovable y, por tanto, su disponibilidad está muy limitada, sobre
todo en nuestro país y, en general, en toda Europa.
La combustión de carbón, de los derivados del petróleo, y, en menor medida, del gas
natural, provoca la liberación a la atmósfera de ciertos compuestos químicos
(hidrocarburos volátiles, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, dióxido de carbono,
monóxido de carbono, etc.) que alteran su composición y provocan serios problemas
ambientales tanto a nivel local como global.
Para poder entender en qué consiste este grave problema ambiental necesitamos
conocer mínimamente algunas de las características que presentan los rayos que
continuamente nos envía nuestra estrella, el Sol. Sin profundizar demasiado ni
complicarnos con complejas definiciones físicas, debemos saber que lo que
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Apuntes tema 5: Fuentes de energía
Una vez que sabemos que un rayo de Sol está compuesto por varios tipos de ondas,
debemos saber que la mayor parte de las radiaciones que llegan a la superficie de
nuestro planeta, iluminándolo, pertenecen al rango del visible, ya que gran parte de la
radiación ultravioleta emitida por el Sol ha sido destruida por la capa de ozono en la
estratosfera. Y llegados a este punto nos preguntaremos ¿qué tiene todo esto que ver
con el Efecto Invernadero y el Calentamiento Global de nuestro planeta?, pues allá
vamos.
Nuestra atmósfera está constituida por una mezcla de gases, donde predomina el N2
(78%) y, en menor medida, el O2 (21%), pero también aparecen pequeñas cantidades de
otros gases, entre ellos el CO2 (0,03%) o el CH4. Curiosamente aunque los porcentajes
de estos dos gases nos parezcan irrisorios comparados con los del N2 y el O2,
desempeñan un papel crucial en la regulación de la temperatura de nuestro planeta.
Cuando la radiación solar procedente del Sol penetra en nuestra atmósfera gran parte
de la radiación ultravioleta e infrarroja interacciona con muchos de los gases presentes
en ella y no son capaces de atravesarla, y, de esta forma, la mayor parte de la radiación
que llega a la superficie es en forma de radiación visible, que apenas calienta nuestro
planeta. Sin embargo, cuando esta radiación visible “rebota” sobre la superficie del
planeta se convierte en radiación infrarroja que se dirige hacia el espacio. Pero las
moléculas de CO2 y CH4 de la atmósfera que antes habían dejado pasar sin problema a
la radiación visible en dirección a nuestro planeta no hacen lo mismo con la radiación
infrarroja emitida por este. Las moléculas de CO2 y CH4 retienen la radiación infrarroja
que calienta la atmósfera y, de esa forma, todo el planeta. Este efecto recibe el nombre
de Efecto Invernadero y, lejos de ser un tipo de contaminación atmosférica, es el
mecanismo que permite que la temperatura de la Tierra sea adecuada para originar y
albergar vida.
Energía nuclear
En el interior de los núcleos de los átomos se acumula una gran cantidad de energía que
es la encargada de mantener unidos a los protones, venciendo incluso la repulsión que
entre ellos se genera al presentar idéntica carga. Para obtener una pequeña fracción de
esta energía es necesario desestabilizar al núcleo que lo contiene; y esto se puede
conseguir de dos formas diferentes.
La fisión nuclear libera ingentes cantidades de energía, para hacernos una idea basta
decir que con solo 28 gramos de 235U obtenemos tanta energía como en la combustión
de 90 toneladas de carbón o de 7.500 litros de petróleo. Toda esta energía extraída del
núcleo de los átomos es utilizada en las centrales nucleares para calentar agua hasta
convertirlo en vapor a alta velocidad. Este vapor moverá las turbinas de un generador -
hay que recordar que el rotor de la turbina es un enorme electroimán que, tal y como
establece la Ley de Faraday, al girar en torno al estátor (cable conductor) genera una
corriente eléctrica- que permitirá transformar parte de la energía cinética en
electricidad, que luego será enviada a las ciudades para iluminar las calles o hacer
funcionar los electrodomésticos en nuestros hogares.
El principal problema de la fisión nuclear es que los átomos pesados con los que se
debe trabajar (como el 235U) son tremendamente radiactivos y, por tanto,
potencialmente peligrosos para cualquier forma de vida. Radiactividad que los
productos residuales procedentes de las centrales nucleares todavía mantienen y que
obliga a su almacenamiento en zonas alejadas de los focos de población.
La otra alternativa que permite desestabilizar un núcleo atómico para obtener parte de
su energía es el proceso conocido como fusión nuclear. En la fusión, al contrario de
lo que ocurría en la fisión, dos átomos se unen -unen sus núcleos- para formar un
nuevo elemento químico. Durante este proceso no solo dos elementos originan un
nuevo elemento sino que además se libera una parte de la energía presente en los
núcleos de los átomos originales. En este caso se trata de un proceso “muy limpio”
porque los elementos que se fusionan suelen ser isótopos del hidrógeno (en general
muy poco peligrosos) y los elementos obtenidos, como el helio (He), tampoco presentan
un problema para la vida.
ilimitado como la energía del Sol, la velocidad del viento o la fuerza de las olas.
También hay que destacar que el impacto que, en general, ejercen las energías
renovables sobre el entorno es menor que el producido por la explotación y el uso de las
no renovables; si bien es cierto, que no debemos caer en un error muy común y es el de
considerar a las energías renovables como energías “limpias” puesto que, en mayor o
menor medida, también ejercen un impacto sobre el entorno.
Solar
Hidráulica Eólica
Geotérmica De biomasa
Energía solar
Este tipo de energía aprovecha la radiación emitida por nuestra estrella, si bien es
cierto que la mayoría de la energía que mueve la vida en nuestro planeta procede
directa o indirectamente del Sol. De hecho, la energía que mis células están extrayendo
en este instante de la glucosa con la que me he alimentado, es la misma energía, que
procedente del Sol, fue fijada por alguna planta mediante la fotosíntesis. No obstante,
cuando hablamos de energía solar hacemos referencia a dos tipos de sistemas: pasivos y
activos.
Energía eólica
Hay que destacar que los aerogeneradores no pueden extraer toda la energía cinética
del aire, el viento disminuye su velocidad al atravesar el aerogenerador pero no se
detiene; de hecho se estima que “solo” un 59% de la energía cinética del viento es
aprovechada por el aerogenerador. No obstante, no está nada mal ya que se considera
que si pudiéramos aprovechar la energía eólica en el conjunto del planeta se
conseguiría satisfacer más de 20 veces las demandas energéticas actuales de todos los
habitantes de la Tierra.
Energía hidráulica
La energía hidroeléctrica es
el claro ejemplo de que no todas las energías renovables son respetuosas con el
entorno, puesto que las enormes presas o los saltos de agua artificiales creados para las
minicentrales hidroeléctricas no solo generan un impacto enorme sobre la fauna
acuática -dificultan la migración de algunos peces como los salmones-, sino que, sobre
todo en el caso de las grandes centrales hidroeléctricas, además inundan zonas -obligan
a desalojar zonas habitadas, eliminan tierras de cultivo y áreas con otros valores
naturales-, cambian el curso natural de las aguas, e incluso pueden afectar al clima de
la zona. A todo ello hay que unir el impacto previo que supone la construcción de estas
grandes presas, para lo que es necesario la eliminación de la vegetación y el
movimiento de tierras que, entre otras cosas, desplazan a la fauna, erosionan el suelo y
emiten ingentes cantidades de polvo a la atmósfera.
Energía geotérmica
casos con temperaturas cercanas a Figura 11. Diseño de suelo radiante utilizando una
los 0ºC. bomba de calor geotérmica
Por tanto, aunque estas bombas de calor geotérmicas no evitan el uso de energías
convencionales sí disminuyen de forma importante la cantidad consumida.
Energía de la biomasa
Antes de explicar este tipo de recurso energético renovable conviene fijar el concepto de
biomasa. La biomasa hace referencia a todo material orgánico de origen animal o
vegetal, es decir, los restos de actividades agrícolas, las ramas y astillas resultantes del
desbroce y la tala de los bosques, los residuos sólidos urbanos, los residuos ganaderos e
incluso algunos residuos procedentes de la industria -como los lodos de las
depuradoras o los desperdicios de las industrias agrícolas y madereras- forman parte de
la biomasa. Además, en la actualidad, gran parte del sector agrícola está reconvirtiendo
su actividad, antaño dedicada a la producción de cereales, frutas y hortalizas para el
consumo humano, hacia el cultivo de plantas que tienen como único objetivo servir de
materia prima para este tipo de energía. Así los campos de frutales, remolacha, trigo o
avena están siendo sustituidos por cultivos de cardos, chopos y eucaliptos que servirán
de materia prima para obtener energía.
Hasta ahora se han estudiado los diferentes tipos de energías utilizados hoy en día y se
han realizado dos tipos de clasificación: renovables o no renovables y limpias o
contaminantes. Con respecto a la primera clasificación queda claro cuando una energía
Una herramienta que puede ser utilizada para la realización del Estudio de Impacto
Ambiental y que se está desarrollando en los últimos años es el llamado Análisis de
Ciclo de Vida (ACV). En dicho análisis se sopesan los impactos tanto negativos como
positivos, que provocará, no solo la instalación de una planta energética sino cualquier
otra actividad humana, desde el momento de su construcción hasta que es eliminada de
su entorno. El principio de este estudio es analizar los factores que pueden afectar al
medioambiente “desde el nacimiento hasta la tumba”. En un principio se desarrolló
para ser efectuado sobre productos de consumo, por ejemplo, en el ACV de una lata de
refresco se valoraría desde la obtención del aluminio para la fabricación de la lata hasta
que es reciclada o eliminada en vertedero.
En la tabla siguiente, se muestra otro ejemplo con los puntos a tener en cuenta a la hora
de realizar un Análisis de Ciclo de Vida para un combustible alternativo como
puede ser un cultivo energético.
Otro aspecto que debemos tener en cuenta, tanto en una instalación energética como
cuando hacemos uso en nuestras casas de dicha energía, es la eficiencia con que se
trabaja. Cuando hablamos de eficiencia estamos haciendo referencia al rendimiento
que se obtiene de dicha energía. En primer lugar es necesario diferenciar eficiencia de
eficacia. El primer término, hace referencia a los logros obtenidos según los recursos
gastados. En cambio, el segundo término solo se refiere a los logros obtenidos. Por
ejemplo, dos alumnos se dedican a estudiar esta asignatura, el primero emplea mil
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Apuntes tema 5: Fuentes de energía
Por lo tanto, podemos definir eficiencia energética como la disminución del gasto
energético manteniendo los mismos servicios. De esta forma, aplicando los principios
de eficiencia se producirá una disminución del consumo de energía y, por lo tanto, el
impacto medioambiental será menor.
Esta eficiencia energética debemos tenerla presente también cuando hacemos uso de la
energía eléctrica en nuestros hogares o en el transporte. No es lo mismo calentar una
casa con todas las ventanas cerradas que hacerlo cuando una de ellas está abierta, será
más costoso, necesitaremos mucho más combustible y también se notará en nuestra
factura. Otro ejemplo, el gasto de gasolina es distinto si cada uno de nosotros va a
trabajar con su propio coche o se comparte el coche entre varias personas, obviamente
el consumo de gasolina quedará dividido entre el número de ocupantes del coche. Por
otra parte, debemos ser conscientes de las consecuencias que acarrea el uso de la
energía, no sólo en nuestro bolsillo, sino también para el medioambiente y tratar de
reducir en lo posible nuestro gasto energético.
6.1. Introducción
A pesar de que actualmente todo lo químico parece tener una connotación negativa la
realidad es que nuestro mundo, nuestro universo es química pura. La química aparece
en cada uno de los materiales que vemos a nuestro alrededor, los plásticos, los
insecticidas y los fármacos son química, pero la fotosíntesis que permite a las plantas
fijar la energía del Sol, el proceso de la visión e incluso sentimientos como el amor o el
odio también son procesos con un importante componente químico. Por ello, en una
asignatura que tiene como objetivo darnos a conocer los aspectos más importantes de
la ciencia no podía faltar uno de sus pilares básicos.
Toda la materia que podemos observar en el universo está constituida por átomos. Los
átomos ya eran conocidos en la antigua Grecia, concretamente una corriente filosófica
denominada atomismo, cuyo máximo representante fue Demócrito, estableció el
concepto de átomo (“partícula sin división”) puesto que para ellos era la partícula
más pequeña que constituía cualquier material.
Actualmente sabemos que toda sustancia puede ser dividida en partes más pequeñas
que el átomo, pero este proceso no se puede llevar a cabo indefinidamente. Si
siguiéramos con esa división, la sustancia perdería sus propiedades. Por ejemplo, si
elegimos el hierro para dividirlo, podríamos llegar a un átomo de hierro y seguiría
teniendo el aspecto inicial: mismo brillo, mismo color...(aunque sería imposible verlo
ya que el tamaño de un átomo de hierro es minúsculo: 2,5·10-9 m). Por lo tanto, átomo
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Apuntes tema 6: La Materia
es la partícula más pequeña de una sustancia que mantiene todas sus propiedades.
Las experiencias llevadas a cabo por Thomson (descubridor del electrón), Chadwick
(descubridor del neutrón), Goldstein o Rutherford (descubridores del protón) entre
otros, permitieron deducir que, a pesar de su nombre, el átomo sí se podía dividir en
partículas más sencillas: los protones (partículas con carga positiva y localizados en el
núcleo del átomo), los neutrones (partículas sin carga localizados también en el núcleo)
y los electrones (partículas con la misma carga que el protón pero de signo contrario,
negativa, que se ubican en la corteza del átomo alrededor del núcleo).
Para hacernos una idea de las dimensiones del átomo, si este fuera tan grande como un
campo de fútbol, el núcleo sería una cabeza de alfiler situada en el centro del campo, y
girando a su alrededor, hasta las mismas gradas, nos encontraríamos a los electrones.
Hoy en día muchas personas siguen pensando que los protones, neutrones y electrones
son las partículas más pequeñas que constituyen un átomo, sin embargo se equivocan,
puesto que en 1963 el físico estadounidense Murray Gell-Mann descubrió que protones
y neutrones estaban constituidos por unas partículas más pequeñas a las que denominó
quark.
De esta forma en la actualidad podemos decir, que por ahora, las partículas más
pequeñas que constituyen un átomo son los electrones y los quarks.
Existe otro número que permite caracterizar a los átomos, es el número másico (A)
que representa la suma de protones y neutrones que tiene un átomo. Este número
indica la masa del átomo, ya que los protones y neutrones tienen masa 1 u (unidad de
masa atómica unificada) y la masa de los electrones, el tercer constituyente del átomo,
es tan pequeña que es despreciable y no se tiene en cuenta.
El número atómico Z se sitúa en la parte inferior izquierda del símbolo del elemento
químico, mientras que el número másico A se localiza en la parte superior izquierda.
12 A
7 X Z X
Figura 4. Ubicación del número atómico (Z) y del número másico (A)
Figura 5. Cálculo del número de protones, neutrones y electrones que constituyen diferentes átomos
No obstante, no todos los átomos de un elemento son neutros. Los átomos tienen
tendencia a ganar y a perder electrones de su corteza -nunca protones- generando un
desequilibrio entre el número de cargas negativas y positivas y, por tanto, provocando
que el átomo presente carga neta. Los átomos de un elemento que como consecuencia
de la pérdida o ganancia de electrones manifiesten carga neta se denominan iones.
Cuando el átomo gana electrones el desequilibrio de cargas se produce a favor de las
negativas y, de esta forma, el ión presenta una carga neta negativa, y se le conoce como
anión. Si, por el contrario, el átomo ha perdido electrones su carga neta será positiva, y
el ión recibe el nombre de catión.
12 12
7 X2- 7 X+
Figura 6. Anión que ha ganado dos electrones (izq.). Catión que ha perdido un solo electrón (der.)
Figura 7. Cálculo del número de protones, neutrones y electrones que constituyen diferentes iones
Isótopos
Hemos visto cómo átomos de un mismo elemento nunca pueden diferir en el número
de protones que contiene su núcleo (si así fuera estaríamos hablando de elementos
distintos), pero sí en el número de electrones que hay en su corteza, son los iones. No
obstante, existe otra posibilidad en la que átomos de un mismo elemento difieren en el
número de partículas que los constituyen, en este caso se diferencian en el número de
neutrones y se conocen como isótopos.
Configuración electrónica
Según el modelo atómico propuesto por Rutherford, que hemos expuesto con
anterioridad, protones y neutrones se agrupan en el pequeño núcleo del átomo
mientras que los electrones giran en órbitas, como sí de planetas alrededor de su
estrella se tratara, en torno a dicho núcleo. Una vez planteado este modelo atómico la
cuestión que debería surgirnos es si los electrones siguen algún orden en esas órbitas o
si por el contrario se ubican de forma aleatoria. Y la respuesta es que existe un orden
concreto, una ubicación adecuada y única para cada electrón del átomo. La ordenación
de los diferentes electrones en las distintas órbitas del átomo se denomina
configuración electrónica.
Las capas son los elementos que hasta ahora hemos venido denominando como
órbitas, es decir, cada una de las órbitas que hemos dibujado en el átomo de la Figura 2
es una capa. En nuestro dibujo el átomo presenta solo 2 capas, y decimos “solo” porque
un átomo puede presentar hasta un máximo de 7 capas. Cada una de las capas se
nombra utilizando su posición con respecto al núcleo, así la capa más cercana a este se
llama Capa 1, la siguiente Capa 2, Capa 3,… y así hasta, como máximo, la Capa 7. Las
capas que constituyen la corteza de un átomo no presentan el mismo tamaño, de hecho
su tamaño aumenta conforme lo hace la distancia que les separa del núcleo. De esta
forma, la Capa 1 es la más pequeña y la Capa 7 la más grande.
Los electrones se ubican en las capas, pero no siempre lo hacen en el mismo lugar sino
que tienen tendencia a colocarse con más frecuencia en unas zonas pertenecientes a la
capa que en otras. Esas zonas “preferidas” por los electrones para ubicarse dentro de
una capa, y donde tenemos más probabilidad de encontrarlos, se llaman orbitales.
Vayamos ahora con el concepto de orbital, que previamente hemos establecido que
representa la probabilidad de encontrar al electrón en zona concreta de una capa. Así
que supongamos que yo, un electrón, vivo tranquilo y alejado del ruido del centro de la
ciudad en la capa 7. De esta forma ya sabemos que yo estaré en la capa 7, pero ¿en qué
parte de la enorme capa 7 tendréis mayor probabilidad de encontrarme? Obviamente
me podéis encontrar paseando cerca de mi casa pero lo más normal sería encontrarme
dentro de ella. De esta forma, la mayor probabilidad de encontrar un electrón dentro de
una capa sería dentro de su portal, es decir, en su orbital. Curiosamente, y siguiendo
con la analogía, al igual que existen diferentes portales con diferentes tamaños dentro
de una misma calle también tenemos distintos orbitales con distintos tamaños.
Concretamente existen cuatro tipos diferentes de orbitales, que se denominan s, p, d y
f.
Un último aspecto que debemos tener en cuenta es que, la mayoría de las veces, los
electrones se ubican en las capas y orbitales de forma ordenada. Es decir, un electrón
no puede ocupar la Capa 2 del átomo si antes no se ha llenado con otros electrones la
Capa 1. De igual forma este orden se sigue con los orbitales, y un electrón que se
encuentra en la Capa 2 tendrá que ubicarse en el orbital s si tiene espacio, antes de
colocarse en el p.
Empecemos por la Capa 1, sabemos que solo puede contener un orbital s, y que, a su
vez, en este solo caben dos electrones, por lo que de los 6 que presenta el C ubicaremos
2 en la Capa 1 y en el orbital s. Ya sabemos en química es habitual utilizar símbolos así
que todo lo que hemos escrito con letras se expresa simplemente como 1s2. Donde el
número 1 indica el número de la capa, la s el orbital, y su exponente el número de
electrones que hemos ubicado en él. Todavía nos quedan 4 electrones por colocar, y
como la Capa 1 ya está llena no queda más remedio que pasar a la Capa 2. La capa 2 es
12
Finalmente la configuración electrónica del 6 C sería: 1s2 2s2 2p2
En la actualidad todos los elementos químicos se ubican de forma ordenada en los que
conocemos como Sistema Periódico o Tabla Periódica. Moseley ordenó los elementos
químicos en orden creciente de número atómico (Z) y observó que de esta forma todos
los elementos que quedaban ubicados en una misma columna (grupo) tenían una
estructura atómica parecida y, como consecuencia de ello, propiedades físico-químicas
semejantes. De esta forma, cada columna de la Tabla Periódica corresponde a una
familia (grupo 1: Alcalinos, grupo 2: Alcalinotérreos,…), mientras que cada fila se
denomina periodo. De esta forma, todos los elementos que se encuentran en el primer
grupo, los metales alcalinos, tienen tendencia a perder un electrón, convertirse en
cationes monopositivos y reaccionar violentamente en presencia de agua. En el extremo
opuesto, en la última columna se encuentran los gases nobles, deben este nombre a que
no reaccionan con otros elementos ni forman iones, permaneciendo siempre en su
estado elemental.
Los elementos situados en el mismo periodo tienen en común que el número de capas
en las que están organizados los electrones es el mismo. Así el sodio (Na), aluminio
(Al), azufre (S) y argón (Ar) tienen sus electrones organizados en tres capas por eso
están situados en la tercera fila, es decir, en el tercer periodo.
La cuestión es ¿por qué la mayoría de los elementos químicos se combinan entre sí para
formar las moléculas y, sin embargo, un pequeño grupo de ellos no lo hace y aparecen
en la naturaleza en forma de átomos? Los elementos químicos se combinan formando
las moléculas buscando su estabilidad. Un elemento químico adquiere la estabilidad
cuando, en su corteza, la última capa (se denomina capa de valencia) presenta 8
electrones.
Si nos fijamos en la Figura 10 vemos como el neón (Ne) que es un gas noble tiene 8
electrones en la capa 2, que es su capa de valencia. Esto hace que el Ne tenga su última
capa 8 electrones y, por tanto, se trata de un elemento estable que no necesita
combinarse con otros. Sin embargo, si en la misma Figura 10 centramos nuestra
atención sobre el átomo de sodio (Na) nos damos cuenta de que en su capa de valencia
(en este caso la capa 3) tiene un solo electrón, muy lejos de los 8 que lo estabilizarían.
De igual forma, si nos fijamos en el átomo de cloro (Cl) observamos algo parecido, y es
que en su capa de valencia, que también es la capa 3, presenta 7 electrones, lo que hace
que también sea inestable.
Los átomos de Na y Cl, que son inestables, tienen que buscar una estrategia para
estabilizarse, y en este caso como diría un castizo “se juntan el hambre con las ganas de
comer”, ya que si el Na perdiese un electrón su última capa dejaría de ser la capa 3 y
pasaría a ser la capa 2, donde curiosamente tiene los 8 electrones que lo estabilizarían.
Por su parte al átomo de Cl le falta un electrón para tener 8 en su capa de valencia y,
por tanto, para estabilizarse. De esta forma, el átomo de Na “regala” el electrón que le
sobra al átomo de Cl, pero este trasiego de electrones cambia la naturaleza de ambos
átomos. Inicialmente tanto el átomo de Na como el de Cl eran neutros (su número de
protones coincidía con el de electrones) pero cuando el Na pierde un electrón adquiere
una carga neta positiva, convirtiéndose en un catión, mientras que el átomo de Cl al
ganar ese electrón se convierte en un anión. En temas anteriores hemos visto qué es lo
que sucede cuando dos partículas cargadas de diferente signo se encuentran muy
cercanas, la Ley de Coulomb no solo nos indica que ambas partículas se van a ver
atraídas la una por la otra, sino que además nos permite calcular la fuerza con la que se
atraen. Cuando el catión Na y el anión Cl se juntan por acción de la fuerza de atracción
electrostática ya no hablamos de Na ni de Cl sino de una molécula, el NaCl conocida
como cloruro sódico (se trata de la típica sal con la que cocinamos en casa).
más) de tal forma que se generan aniones y cationes que se quedan unidos, formando
una molécula, mediante la fuerza de atracción electrostática.
En la Figura 12 podemos ver una representación gráfica del proceso que contribuirá a
asimilar mejor este tipo de enlace.
Moléculas gaseosas como el O2, el N2 o el CO2 son moléculas covalentes, pero también
lo son el agua, el grafito o el diamante.
De esta forma podemos hacer una clasificación de la materia según esté compuesta por
una o varias sustancias:
Sustancias
Mezclas
puras
Las sustancias puras son aquellas que están formadas por un único tipo de molécula,
como puede ser el H2O, el O2, o el diamante (formado por la unión covalente de átomos
de C). Las sustancias puras se dividen en:
Simples: no solo están formadas por un único tipo de molécula sino que además
esas moléculas resultan de la asociación de átomos idénticos. Por ejemplo, en el
oxígeno está formado por un único tipo de molécula O2, la cual a su vez está
formada por la combinación de dos átomos idénticos, dos átomos de O. Con el
diamante sucede lo mismo, está formado exclusivamente por la unión de un único
tipo de átomos, átomos de C, y, por tanto, es una sustancia pura y simple.
Compuestas: en este caso aunque están formados por un único tipo de molécula,
esta resulta de la combinación de átomos de diferentes elementos. Así el agua
destilada es una sustancia pura compuesta porque aunque solo este formado por
moléculas de H2O, cada molécula de H2O está constituida a su vez por la unión de
átomos de H y O.
Con el objetivo de aclarar estos conceptos vamos a desarrollar algunos ejemplos más:
Vaso de leche: la leche tiene múltiples componentes como agua, lactosa, grasa,
calcio, etc. y, por tanto, no puede ser una sustancia pura sino una mezcla. La clave
es si es homogénea o heterogénea, y en principio nos podría parecer que no
distinguimos ninguno de los componentes, pero si observamos a microscopio (o si
simplemente la calentamos y la dejamos enfriar veremos la nata) se distingue muy
bien las gotas de grasa, y de esta forma se trata de una mezcla heterogénea.
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Apuntes tema 6: La Materia
Bronce: el bronce es una aleación de cobre (Cu) y estaño (Sn), no es una molécula
que esté formada por Cu y Sn, tal y como el H y el O forman el H2O, sino que
estamos mezclando una sustancia como es el Cu con otra diferente como es el Sn.
De esta forma, está claro que es una mezcla, pero no podemos distinguir dónde
están los átomos de Cu y dónde los de Sn por lo que se trataría de una mezcla
homogénea. De hecho, todas las aleaciones (acero, el oro blanco o la plata de ley)
son mezclas homogéneas.
Lingote de oro: en este caso el lingote está formado exclusivamente por átomos
de oro (Au) unidos mediante el enlace metálico, de tal forma que es una sustancia
pura. Como además solo aparece un elemento químico, el Au, decimos que es
simple.
Estado sólido
Las partículas que componen la materia mantienen posiciones fijas debido a que la
fuerza que los une es muy elevada. Al definir la temperatura vimos que todas las
partículas poseían movimiento, en el caso del estado sólido, las partículas tienen el
movimiento muy limitado y se limitan a vibrar en torno a su posición.
Estado líquido
La fuerza que mantiene unidas las partículas no es tan fuerte como en el estado sólido,
las partículas siguen unidas pero tienen libertad de movimiento. Como consecuencia
de ello las partículas tenderán a ocupar todo el recipiente que lo contiene, si el líquido
se derrama tenderá a esparcirse y fluir por toda la superficie.
Estado gaseoso
Ya no hay fuerza de cohesión que mantenga unidas las partículas, por esta razón, éstas
se mueven libremente ocupando todo el espacio que la contiene.
Cuando una sustancia está en estado líquido o gaseoso se le denomina fluido porque
tiende a ocupar todo el espacio disponible. Toda sustancia se puede encontrar en
cualquiera de estos tres estados, el paso de un estado a otro depende principalmente
de la temperatura, es decir, toda sustancia puede pasar de un estado a otro. En la
Figura 14 están representados los tres estados de la materia y el nombre que recibe el
paso de un estado a otro.
Densidad
Densidad = masa/volumen
De esta forma, cuanto mayor sea la masa de un objeto y menor el volumen que ocupa
mayor será su densidad. La densidad se expresa en S.I. en kg/m3, la masa, como ya
vimos en el Capítulo 2, en kg y el volumen en m3.
Por ejemplo, la densidad del agua es 1.000 kg/m3 esto quiere decir que 1.000 kg de
agua ocupan un volumen de 1 m3. Es decir, si tomamos 1 litro de agua (1 dm3 de agua)
tendremos 1kg de agua.
Por otra parte y según lo que hemos estudiado de los estados de agregación de la
materia, una sustancia será más densa en su estado sólido que en su estado líquido, ya
que la misma cantidad de masa, al estar las partículas muy juntas y ordenadas
ocuparán menos volumen en el estado sólido que en estado líquido o en el gaseoso.
Solo existe una notable excepción a la anterior afirmación: el agua. El agua líquida es
más densa que su sólido, el hielo, y esta característica es la responsable de que las
tuberías se revienten durante los fríos inviernos y de que los lagos estén helados en su
superficie pero nunca bajo ella.
Vamos a explicar esta importante peculiaridad del agua, y para ello debemos saber que
las moléculas de agua se unen unas con otras mediante un tipo de enlace llamado
puente de hidrógeno.
Sin duda estos enlaces intermoleculares son los responsables de las características
fisicoquímicas tan peculiares y distintivas que presenta el agua, y que a su vez le
permiten desempeñar numerosas funciones en los seres vivos, haciéndolo esencial en el
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Apuntes tema 6: La Materia
Si el agua se comportara como la mayoría de las sustancias, el hielo sería más denso
que el agua líquida, de tal forma que cuando la temperatura atmosférica descendiera, la
capa más superficial de nuestro lago se congelaría y se hundiría, provocando que otra
capa de agua líquida en contacto con la atmósfera se congelara y volviera a hundirse.
Este proceso continuaría hasta que toda el agua del lago se hubiera congelado y toda la
vida que en él se desarrollaba hubiera desaparecido.
Figura 18. Gerris lacustris andando sobre el agua debido a la tensión superficial de este
Para entenderlo supongamos una molécula de agua que se encuentra en el medio de,
por ejemplo, un vaso de agua. Esta se encontrará rodeada por otras moléculas de agua
que mediante puentes de hidrógeno tirarán de ella en todas las direcciones (hacia
arriba, abajo y a los lados). Sin embargo, una molécula de agua que se encuentre en la
superficie solo se unirá mediante este tipo de enlace a las moléculas que se encuentren
al lado y por debajo de ella, ya que por encima no hay ninguna otra molécula de agua,
está el aire. Esto provoca que los enlaces tiren de la molécula hacia los lados y hacia
abajo pero nunca hacia arriba, generando una superficie muy tensa de moléculas de
agua en la parte superior del vaso, esa es la tensión superficial.
Figura 19. Molécula de agua en la superficie (izq.). Molécula de agua en el interior (der.)
Los fenómenos físicos han sido estudiados durante el desarrollo de los primeros
capítulos del presente manual, y este apartado se dedicará al otro tipo de procesos, los
fenómenos químicos o reacciones químicas.
Las reacciones químicas son procesos en los que las sustancias iniciales,
denominadas reactivos, se transforman en otras sustancias, llamadas productos. En los
ejemplos anteriores la levadura, el azúcar, la harina y los huevos constituirían los
reactivos, mientras que el bizcocho sería el producto. De igual forma sucede con el
segundo ejemplo, es la reacción de la fotosíntesis, donde CO2 y H2O son los reactivos y
C6H12O6 y O2 los productos.
Sin embargo la reacción que se muestra en la Figura 20 no está completa. Hemos visto
como en las reacciones químicas utilizadas en los ejemplos anteriores aparece la
energía como un elemento más del proceso –el calor del horno o la energía luminosa
del Sol-, y realmente eso siempre es así. En toda reacción química, además de la
transformación de los reactivos en productos, entra en juego una mayor o menor
cantidad de energía. En determinadas ocasiones la energía se pone del lado de los
reactivos, es decir, si no se suministra energía el proceso nunca se dará (es el caso de
nuestro bizcocho o el de la fotosíntesis); pero en otros la energía aparece como un
producto más de la reacción (en cualquier proceso de combustión). De esta forma, las
reacciones químicas se pueden clasificar en función del papel que desempeña la energía
en el proceso químico. Cuando es necesario suministrar energía a los reactivos para que
se transformen en productos decimos que la reacción es endotérmica. Si por el
contrario, la energía se libera junto con los productos, decimos que se trata de una
reacción exotérmica.
Figura 21. Reacción química endotérmica (izq.). Reacción química exotérmica (der.)
Volviendo al ejemplo del bizcocho, si mezclamos 1 Kg. de harina con 0,1 Kg. de
levadura, 0,2 Kg. de azúcar y varios huevos -que hacen un total de 0,5 Kg.-, el bizcocho
que vamos a cocinar tiene que mantener todas esas cantidades que hemos introducido
en los reactivos, así que su masa será de 1,8 Kg. El Principio de Conservación de la
masa, propuesto por Lavoisier, establece que en toda reacción química la masa de los
reactivos se conserva en los productos.
Del Principio de Conservación se deduce que si la masa tiene que ser la misma en
reactivos y productos es porque los átomos que constituyen a los reactivos son los
mismos y están en la misma cantidad que los que forman a los productos, aunque su
combinación sea distinta. De esta forma, si volvemos sobre la reacción mostrada en la
Figura 20 vemos que aún corrigiendo el factor de la energía algo sigue fallando. En los
reactivos tenemos un solo átomo de C por seis en los productos, lo mismo sucede con
los átomos de oxígeno e hidrógeno, tres y dos en los reactivos y ocho y doce en los
productos respectivamente. Claramente se está incumpliendo el Principio de
conservación de la masa porque debe haber el mismo número de átomos de C, H y O en
ambos lados de la reacción.
Para que la reacción sea correcta debemos asegurarnos que en reactivos y productos
aparezcan el mismo número de átomos de cada elemento –en ese caso se dice que la
reacción está ajustada-, y para ello podemos multiplicar cualquier molécula por
cualquier número (entero o fraccionario) que consideremos adecuado para ajustar la
reacción química. De esta forma, si multiplicamos ambos reactivos (CO2 y H2O) por seis
y en los productos la molécula de O2 también por seis, tendríamos en reactivos y
productos el mismo número de átomos de H (12), C (6) y O (18), y la reacción ajustada.
A+B C
2Fe + O2 2FeO
Reactivos Productos
Figura 23. Reacciones de síntesis. Arriba oxidación del hierro (Fe) y abajo del aluminio (Al).
A B+ C
AB + C B + AC
Figura 25. Reacción de sustitución entre el cloruro sódico (NaCl) y el nitrato de plata (AgNO3).
En primer lugar debemos saber que el carbono (C) presenta cuatro enlaces,
denominados valencias, con los cuales puede unirse a otros cuatro radicales distintos.
En nuestro caso solamente uniremos a las valencias del C con otros átomos de C y
átomos de hidrógeno (H), obteniendo así un tipo de moléculas llamadas hidrocarburos.
Cuando los enlaces que unen a los átomos de C que constituyen el esqueleto carbonado
del hidrocarburo son sencillos, el hidrocarburo es un alcano, pero si aparece al menos
un enlace doble o triple entre los C, tendríamos alquenos y alquinos
respectivamente.
Alcanos
Los alcanos que vamos a encontrarnos pueden ser lineales o ramificados, y aunque
se nombren de forma muy similar hay alguna diferencia que debemos tener en cuenta:
Para nombrarlos sólo debemos contar el número de átomos de carbono que tienen
y poner el prefijo correspondiente a ese número, para posteriormente poner el
sufijo –ANO, característico de los alcanos.
2º Numeramos los C de la cadena principal de tal forma que los radicales queden
siempre en los C más pequeños.
4º Ahora debemos nombrar el radical –CH3, que al tener sólo un C tendrá el prefijo
MET-, y al tratarse de un radical el sufijo –IL, es decir METIL.
2º Numeramos los C de la cadena principal de tal forma que los radicales queden
siempre en los C más pequeños.
1 2 3 4 5
Un aspecto importante que debemos tener en cuenta es que es obligatorio utilizar los
prefijos Di-, Tri-,… para indicar el número de radicales de un mismo tipo que hay
unidos a la cadena principal, tal y como se ha hecho con el compuesto anterior.
2º Numeramos los C de la cadena principal de tal forma que los radicales queden
siempre en los C más pequeños.
4 5
2 3 6
1
4º Ahora debemos nombrar los radicales. Tenemos tres METIL (1 solo átomo de
carbono) y un ETIL (2 átomos de carbono).
Cuando tenemos varios radicales distintos se colocan por orden alfabético sin tener
en cuenta los prefijos DI-, TRI-,…, por eso primero ponemos el ETIL y luego el
METIL.
Por último, veamos un ejemplo de un alcano ramificado más complejo que en los
casos anteriores:
2º Numeramos los C de la cadena principal de tal forma que los radicales queden
siempre en los C más pequeños.
Ejercicios resueltos
5,5-dietil-2-metil-4-
propilnonano
4,5-dietil-2,2,7,8-
tetrametildecano
3-etil-2,3,7-trimetil-5-
propiloctano
7-etil-2,4,8-trimetil-6-
propildecano
3,4-dietil-2,2-dimetiloctano
7.1. Introducción
Este tema tendrá como objetivo el dotar al alumno de unos conocimientos básicos pero
sólidos sobre geología. Para ello el tema se dividirá en tres pequeños bloques, uno
referente a los métodos de investigación que nos permite conocer la estructura de
nuestro planeta, en el segundo se explicará la diferencia entre minerales y rocas
llevando a cabo una clasificación básica de cada uno de ellos, y el último bloque se
dedicará al desarrollo de la Teoría de la Tectónica de placas que permitirá al alumno
conocer el porqué de la mayor parte de los fenómenos geológicos que se producen en
nuestro planeta.
Este modelo divide la Tierra en cuatro capas concéntricas, que, de fuera hacia dentro,
se denominan: corteza, manto, núcleo externo y núcleo interno.
Corteza
Es la capa más externa del planeta, sólida y formada por silicatos de aluminio. Presenta
una profundidad variable de entre 8 a 35 km, si bien en ciertos puntos bajo los continentes
alcanza profundidades de hasta 75 km. El límite entre la corteza y el manto recibe el
nombre de discontinuidad de Mohorovicic, de esta forma podríamos definir la
corteza como la región que va desde la superficie hasta la discontinuidad de Mohorovicic.
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Apuntes tema 7: Geología
Manto
Núcleo externo
Núcleo interno
Algo que nos debería sorprender es la precisión con la que establecemos las diferentes
capas de la Tierra, más aún si añadimos que la máxima profundidad que hemos alcanzado
mediante sondeos de investigación que perforan la corteza ha sido de trece “ridículos”
kilómetros, lo que supone un pequeño arañazo en la corteza. No obstante, los científicos
disponen de diversos métodos que aportan información tanto de la composición como de
la estructura del interior de nuestro planeta.
Sin embargo, el método de investigación indirecto que aporta más información sobre la
estructura interna del planeta, permitiéndonos establecer con tanta precisión las
discontinuidades que separan corteza, manto y núcleo, es el método sísmico.
Sí, aunque nos parezca extraño son los frecuentemente destructivos sismos, seísmos o
terremotos los fenómenos que más información aportan a los geólogos sobre el interior de
la Tierra.
En primer lugar, y antes de explicar cómo los terremotos aportan información tan útil
para desentrañar las características del interior de la Tierra, debemos recordar algunos
conceptos y terminología relacionada con los seísmos. Un terremoto consiste en un
movimiento, más o menos intenso, de la corteza de la Tierra que libera enormes
cantidades de energía. De hecho, la energía liberada por un terremoto determina su
magnitud según la conocida escala de
Richter.
Durante el terremoto se liberan diferentes tipos de ondas sísmicas, entre las que destacan
las ondas P, las ondas S y las ondas superficiales.
Ondas P. Son las ondas primarias puesto que al ser las más rápidas son las primeras en
ser detectadas por los sismógrafos. Son capaces de propagarse por cualquier medio, ya sea
sólido, líquido o gas. Se propagan comprimiendo y dilatando alternativamente el medio, es
decir, si nos fijáramos en una pelota de tenis apoyada en el suelo veríamos como esta iría
hacia detrás y luego hacia delante.
Ondas S. Se denominan secundarias ya que son detectadas en los sismógrafos tras las
ondas P. En este caso estas ondas solo pueden propagarse por medios sólidos,
desapareciendo cuando el medio es líquido o gaseoso. Las ondas S a su paso deforman el
suelo de forma perpendicular a la dirección en la que se propagan; de esta forma nuestra
pelota de tenis no iría hacia delante y atrás como ocurría bajo la acción de las ondas P,
sino que botaría hacia arriba y hacia abajo.
Ondas superficiales. Son las denominadas ondas Love y ondas Rayleigh que se
propagan exclusivamente por la superficie del planeta como si de olas en el mar se tratara.
Una vez establecidos los conceptos más importantes sobre los terremotos debemos volver
al tema que nos ocupa, concretamente su aplicación en el estudio del interior de la Tierra.
Para ello nos centraremos en los dos primeros tipos de ondas sísmicas, las ondas P y las
ondas S, descartando las ondas superficiales, que aunque son las principales responsables
de los efectos devastadores de los terremotos, no aportan ninguna información sobre el
interior del planeta, básicamente porque, como su propio nombre indica, son ondas
superficiales que no penetran en el interior de la Tierra.
Utilizaremos la Figura 4 para ilustrar la forma en la que las ondas sísmicas P y S nos
aportan información del interior de la Tierra. Para ello debemos recordar que las ondas P
pueden propagarse por cualquier medio, ya sea sólido, líquido o gas, mientras que, las
ondas S exclusivamente pueden propagarse por medios sólidos. Para una correcta
interpretación de la gráfica también tenemos que considerar que la velocidad de las ondas
sísmicas, tanto P como S, aumenta cuanto mayor es la rigidez del medio por el que se
propagan; es decir, ambas ondas irán más rápido cuando atraviesen un material rígido
como el granito y más lentamente cuando recorran un material menos rígido como la
arcilla.
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Apuntes tema 7: Geología
Inicialmente las ondas P y S atraviesan la corteza que es un medio muy rígido por lo que la
velocidad de ambas, siendo la S más lenta que la P, aumenta paulatinamente. Sin
embargo, a una profundidad de unos 35 km -este valor es muy variable en las diferentes
zonas de la Tierra- ambas ondas sufren un frenazo. Podemos observar en la gráfica como
la velocidad de la onda P ve disminuida su velocidad de 8 hasta 6 km/s, y la de la onda S
de 5 a 3 km/s, lo que indica que a esa profundidad la rigidez del medio ha disminuido. Las
zonas del interior del planeta donde las ondas sufren un cambio importante en su
propagación se denominan discontinuidades y establecen el límite entre dos capas de la
Tierra. En este caso el límite que hemos encontrado a una profundidad de unos 35 km se
denomina discontinuidad de Mohorovicic, y separa la rígida corteza del manto
semifundido y, por tanto, más plástico.
de Gutenberg separa el manto sólido, aunque semifundido, del núcleo externo líquido.
A partir de este punto olvidamos las ondas S, porque son incapaces de atravesar el núcleo
externo líquido, y nos centraremos en las P. Las ondas P sí son capaces de atravesar el
núcleo externo y mientas lo hacen su velocidad va aumentando muy poco a poco. Esta
dinámica sufre un cambio a una profundidad de unos 5.100 km, ya que a partir de esta
profundidad las ondas P aumentan su velocidad con mayor celeridad, hecho que solo
puede implicar una cosa: la rigidez del medio ha aumentado. Concretamente nos
encontramos ante la discontinuidad de Wietchert-Lehman, que separa el núcleo
externo líquido del núcleo interno sólido.
De esta forma hemos visto como el comportamiento de las ondas generadas durante un
terremoto nos permite interpretar la estructura interna de nuestro planeta.
De esta forma, antes de explicar esta importante teoría, realizaremos un breve recorrido
por los planteamientos que permitieron establecerla.
El paradigma reinante hasta casi mediados del siglo pasado era completamente opuesto al
actual, ya que aunque los científicos admitían que en la corteza se producían movimientos
verticales, de elevación y destrucción de las montañas, descartaban completamente la
posibilidad de movimientos horizontales que separasen los continentes y formaran nuevos
océanos; es decir, desde este punto de vista, conocido como fijismo, los continentes
estaban inmóviles en sus posiciones y siempre lo habían estado.
Wegener llegó a esta conclusión mediante una serie de observaciones, que denominamos
pruebas de la deriva continental.
Todo ello llevó a Wegener a pensar que en el pasado cuando estas especies estaban en el
cénit de su desarrollo, los continentes se encontraban unidos.
Pruebas paleoclimáticas
Otra de las pruebas que parece indicar que los continentes en el pasado ocuparon
posiciones diferentes a las actuales, la encontramos en los tipos de rocas presentes en
diferentes continentes. De esta forma, es habitual encontrar en lo que antaño fueron
depósitos glaciales un tipo de roca, la tillita. Esta roca se forma en los ambientes gélidos de
las zonas glaciales y, sin embargo, hay enormes depósitos de tillitas distribuidos en el sur
de África, el sur-este americano, en la India e incluso en Australia (Figura 7), lugares que
en algún momento no solo se encontraban juntos, sino que además se ubicaban en
latitudes más al sur.
Pruebas geológicas
A pesar de todas estas pruebas que indicaban claramente que en el pasado los continentes
habían estado juntos ocupando posiciones diferentes a las actuales, la Teoría de Wegener
no fue aceptada por los científicos del paradigma fijista que imperaba en su época. La
causa es que Wegener no fue capaz de encontrar una fuerza capaz de mover los
continentes, ya que pensó que la fuerza centrífuga generada durante la rotación terrestre o
la acción de la Luna eran las responsables del desplazamiento de los continentes, de la
misma forma que esta última es responsable del movimiento del agua en las mareas. Sin
embargo, aunque la acción de la gravedad lunar es capaz de provocar las mareas no es lo
suficientemente intensa como para desplazar los continentes, y aún menos la fuerza
centrífuga generada durante el movimiento de rotación de la Tierra.
Sin embargo, en 1944 el geólogo británico Arthur Holmes descubrió una fuerza capaz de
desplazar los continentes que, curiosamente, no se encontraba en el espacio exterior sino
en el propio interior del planeta. Esa enorme fuerza capaz de mover los continentes son las
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Apuntes tema 7: Geología
Tectónica de placas
Según esta Teoría la corteza y parte del manto superior (se conoce como litosfera) está
dividida en fragmentos que encajan como las piezas en un puzle, y que se denominan
placas tectónicas. Las placas tectónicas están formadas por tres tipos de límites, que
básicamente nos indican que es lo que sucede en la placa.
Los límites de una placa son los límites constructivos, límites destructivos y los
límites pasivos.
Límites constructivos
Límites destructivos
Figura 11. Zona de subducción corteza oceánica bajo corteza continental que provoca la formación de
cordilleras pericontinentales
En el primer caso (Figura 11) la corteza oceánica, que aún siendo más delgada que la que
forma el continente también es más densa, desciende por debajo de la corteza del
continente en dirección al manto donde se fundirá. Durante este trayecto, a través del
denominado plano de Benioff, la placa que subduce fricciona con la situada por encima,
provocando la liberación de enormes cantidades de energía, responsables en muchos casos
de la aparición de terremotos, y fundiendo parte de la roca. Esta roca fundida asciende y
calienta la corteza continental provocando la aparición de volcanes y la formación de
cordilleras, que al situarse en el borde de un continente reciben el nombre de
pericontinentales, como es el caso de los Andes. Como se comentaba anteriormente existe
otra alternativa, y es que la corteza oceánica de una placa tectónica subduzca bajo otra
placa de corteza oceánica (Figura 12). En este caso hay que destacar que las fricciones
entre las placas generan el ascenso de magma que solidifica al entrar en contacto con el
agua, formando un conjunto de islas con forma de arco. Se trata de las arco-islas, el
archipiélago japonés es, sin duda, el conjunto de arco-islas más conocido, aunque existen
otros como las Aleutianas o las Kuriles. Junto a estas arco-islas se localizan las zonas más
profundas en el océano, las fosas marinas. Entre ellas destacan las fosas de las Kuriles,
Aleutinas o la famosa fosa de las Marianas que alcanza una profundidad superior a los 11
km.
Figura 12. Zona de subducción corteza oceánica bajo corteza oceánica y formación de arco-islas
Por supuesto no todas las islas volcánicas tienen este origen, nuestras Islas Canarias, por
ejemplo, no se formaron de esta forma, sino que su origen se debe a un fenómeno
conocido como Hot-Spot. Básicamente se trata de un punto más caliente bajo la corteza
del océano, que funde la corteza situada sobre él provocando la erupción volcánica que al
solidificar forma la isla (Figura 12).
Límites pasivos
Las rocas son agregados de minerales, aunque algunas como la caliza estén formadas
por un solo mineral. La composición química en cada fragmento de la roca no tiene
porqué ser el mismo, y de la misma forma sus propiedades físico-químicas pueden
variar. El granito, constituido por la combinación de minerales como el feldespato, la
mica y el cuarzo, o el basalto, formado por feldespato, piroxeno y olivino, son rocas
especialmente abundantes en la corteza de nuestro planeta.
Minerales
Una vez que se ha establecido el concepto de mineral se van a dedicar los siguientes
apartados a clasificar los minerales en diferentes grupos utilizando como criterio su
composición química y a conocer los diferentes métodos, que en base a sus propiedades,
nos permiten identificarlos.
Identificación de minerales
Los minerales se pueden identificar a partir de sus propiedades físicas, tales como la
dureza, la exfoliación o el brillo, pero también por su comportamiento y composición
química. De esta forma, se diferencia entre métodos físicos y métodos químicos de
investigación de minerales.
Las principales propiedades físicas que nos permiten reconocer un mineral son la
dureza, la exfoliación y fractura, el brillo, el índice de refracción, el peso específico y el
color y la raya.
Haciendo uso de la dureza de los minerales de esta escala podemos deducir la dureza
de otros minerales, lo que puede ayudarnos a identificarlos. Por ejemplo, fijándonos
en los valores establecidos en la escala de Mohs (Figura 15), la pirita raya a la ortosa
pero es rayada por el cuarzo, por tanto su dureza está comprendida entre la de ambos
minerales, deducimos que es de 6,5. La argentita no raya al yeso pero tampoco es
rayado por él, por lo que su dureza es 2.
tipo de figura. Por ejemplo, las micas se exfolian formando láminas planas
(exfoliación basal) pero la galena lo hace formando cubos perfectos (exfoliación
cúbica).
cuando se encuentra fuera de él. Esto es algo que todos hemos comprobado jugando
en la piscina y observando cómo es más fácil levantar un objeto bajo el agua que fuera
de él.
Obviamente el peso específico de cada mineral tiene un valor concreto que oscila
entre 1 y 23, por lo que conociendo el valor teórico y realizando la anterior experiencia
podemos determinar de qué mineral se trata.
Color y raya: el color es una propiedad que nos puede llevar a confundir el mineral
porque minerales del mismo tipo pueden tener coloraciones ligeramente diferentes
debido a impurezas, al calor, la luz, la corrosión, etc. Sin embargo, si raspamos el
mineral y obtenemos un polvo (llamado raya), éste será siempre del mismo color y
nos ayudará a identificar el mineral.
Una variante más sencilla, y también menos precisa, de esta técnica son los ensayos a
la llama, que consiste en calentar con un mechero una pequeñísima muestra del
mineral y observar cómo se colorea la llama. Los diferentes elementos químicos darán
colores diferentes, así si calentamos un mineral con una elevada proporción de sodio
la llama se vuelve amarilla -es fácil comprobarlo si quemamos con un mechero unos
granitos de sal (NaCl)-, pero si el elemento más abundante es el estroncio la llama se
vuelve rojo intenso y si es el potasio se transforma en violeta.
Tratamiento con ácidos: una técnica habitual para distinguir algunos minerales
concretos consiste en tratar su superficie con unas gotitas de algún ácido fuerte (como
el ácido clorhídrico o el ácido sulfúrico) ya que solo algunos minerales son atacados
por ellos. Dentro de esta técnica existen diferentes posibilidades ya que hay minerales
que son sensibles al tratamiento con ácidos concentrados pero no si están diluidos, o a
ácidos calientes pero no fríos.
1. Elementos nativos
Se trata de elementos en estado casi puro, ya que no se han combinado con otros
elementos. En realidad son minerales raros puesto que lo más habitual es que aparezcan
combinados con oxígeno (en forma de óxidos) o con azufre (en forma de sulfuros), de esta
forma, en nuestro planeta solo 22 de los 112 elementos químicos se encuentran en estado
puro, en forma de minerales nativos. Sin embargo, algunos de estos elementos nativos
pueden aparecer en estado puro con formas muy diferentes, por ejemplo, el carbono (C)
aparece como grafito, diamante e incluso en forma de fullereno (estructura en la que los
átomos de carbono se disponen en forma de balón de futbol), en lo que se conoce como
formas alotrópicas de un mineral nativo.
Oro: es un mineral amarillento con brillo metálico utilizado sobre todo en joyería y
medicina. Presenta un elevado peso específico, 19,3, pero es muy blando pues su
dureza está en torno a 3, lo que unido a que se trata de un mineral no exfoliable,
facilita el trabajo de los orfebres y joyeros. También hay que destacar su elevada
resistencia a la oxidación y a la acción de los ácidos.
Diamante: se trata, al igual que el grafito, de una forma alotrópica del carbono, pero
en este caso los átomos de carbono se ubican en los vértices de un tetraedro (pirámide
con sus cuatro caras formadas por triángulos equiláteros idénticos). Esta disposición
es la responsable de sus propiedades, casi opuestas a las del grafito, como su elevada
dureza (10 en la escala de Mohs) o su transparencia (aunque los diamantes pueden
presentar diferentes colores). El diamante aún siendo el mineral más duro del planeta
también es extremadamente frágil presentando una fractura concoidea y un peso
específico de, aproximadamente, 3,5.
Figura 16. Disposición de los átomos de carbono en grafito (izq.) y diamante (der.)
2. Halogenuros
Fluorita: aparece con una gran variedad de colores, incluso en un mismo fragmento
del mineral se pueden encontrar varios colores. Está constituida por moléculas de
CaF2 (fluoruro de calcio), con un peso específico y una dureza superiores a los que
presenta la halita, de valores 3,2 y 4 respectivamente.
3. Sulfuros
Los sulfuros son minerales formados por la combinación de un elemento metálico con el
azufre (S). Probablemente dos de los sulfuros más conocidos sean el cinabrio y la galena.
Cinabrio: se origina por la combinación del mercurio (Hg) con el azufre para formar
moléculas de HgS (sulfuro mercúrico) que conforman el mineral.
4. Óxidos
5. Hidróxidos
6. Sulfatos
Son minerales típicos de regiones volcánicas y químicamente son sales del ácido sulfúrico,
SO42
por lo que en su composición aparece el grupo (sulfatos) diferente al grupos S2- que
caracteriza al grupo de los sulfuros que se han visto anteriormente y con los que no
debemos confundir. La anhidrita y el yeso son dos de los sulfatos más conocidos y
habituales en nuestro entorno.
7. Carbonatos
Los carbonatos son minerales muy frecuentes en las rocas, sobre todo la calcita y la
dolomita.
8. Silicatos
El cuarzo, la ortosa y las micas son algunos de los silicatos más conocidos y abundantes.
Rocas
Tipos de rocas
Existe un tercer tipo de rocas volcánicas donde la cristalización no es tan buena como en
las rocas plutónicas, ni tan mala como en las rocas volcánicas, denominadas rocas
filonianas. Son rocas filonianas el pórfido, la pegmatita y la aplita.
Rocas metamórficas
Las rocas metamórficas se producen por cambios de presión y temperatura sobre otras
rocas ya formadas, provocando en éstas deshidrataciones, recristalizaciones, etc. es decir
cambios en su estructura que les convierte en nuevas rocas. Son rocas metamórficas:
Rocas sedimentarias
Las rocas sedimentarias se han originado a partir de otras preexistentes gracias a la acción
de los agentes geológicos externos (viento, agua, seres vivos,...).
Las rocas sedimentarias orgánicas están formadas por la acción de los seres
vivos, concretamente el carbón se forma por el depósito de residuos vegetales en
zonas pantanosas durante el período carbonífero (+ 280 millones de años) y que,
junto con el petróleo, se desarrolló en el capítulo 5 “Fuentes de energía”.
8.1. Introducción
Haciendo un poco de historia, fue en 1674 cuando el científico holandés Anton van
Leeuvenhoek diseñó un rudimentario microscopio que le permitió observar por
primera vez algunas células y organismos microscópicos. Curiosamente una de las
primeras células que observó fueron los espermatozoides, o animáculos como él los
llamó, en el esperma humano. Sin embargo, fue Robert Hooke quién, observando a
través del microscopio óptico una finísima muestra de corcho, descubrió unas
estructuras en forma de celdilla a las que llamó células (realmente Hooke observó la
pared celular de las células vegetales). De esta forma, desde hace varios siglos ya se
conocía la existencia de las células, pero no fue hasta mucho más adelante, durante el
siglo XIX, cuando se establecieron los tres principios que definen a la Teoría Celular,
que hemos comentado al inicio del presente capítulo y que a continuación concretamos.
En este tema, conoceremos los diferentes tipos de células, sus características y todos los
orgánulos que las constituyen. No obstante, inicialmente dedicaremos el primer
apartado del tema a establecer los diferentes niveles de organización de los seres vivos,
lo que no solo nos servirá para contextualizar el capitulo actual sino que nos permitirá
dar sentido y establecer un nexo entre diferentes disciplinas científicas tratadas en esta
asignatura.
Nivel subatómico. Está constituido por aquellas partículas más pequeñas que el
átomo del que forman parte. Es decir, por los electrones y los quarks, aunque estos
últimos se asocian de tres en tres para formar los nucleones –protones y
neutrones- alrededor de los cuales giran los electrones.
Nivel molecular. La mayoría de los átomos, no así los gases nobles, se combinan
con el objetivo de alcanzar la estabilidad. Al unirse dos o más átomos, iguales o
diferentes, se obtienen estructuras de un mayor nivel de complejidad: las
moléculas. De esta forma, cuando dos átomos de hidrógeno (H) se combinan con
uno de oxígeno (O) se obtiene la molécula de agua (H2O), o cuando se combinan
tres átomos de oxígeno obtenemos una molécula de ozono (O3). No obstante, en
este nivel encontramos estructuras todavía más complejas que el agua o el ozono,
como gigantescas moléculas como los hidratos de carbono o las proteínas. Incluso
los orgánulos citoplasmáticos y los virus, que trataremos en este tema, formados
por la unión de las grandes macromoléculas también pertenecen al nivel abiótico
molecular.
En estos niveles el nivel de complejidad es tal que todos sus constituyentes son capaces
de llevar a cabo todas las funciones vitales: se nutren, reproducen y relacionan. Al igual
que sucede en los niveles abióticos la complejidad de cada grupo biótico va en aumento,
siendo el más sencillo el nivel celular, que además es el objetivo del presente tema.
Nivel celular. Como su propio nombre indica está formado por las células, tanto
procariotas como eucariotas. Como las células procariotas son incapaces de
asociarse para formar tejidos, este es su nivel de complejidad mayor.
Nivel población. Este nivel está formado por todos los organismos de una misma
especie que conviven en un entorno concreto durante un periodo de tiempo
determinado. Por ejemplo, podríamos hablar de la población actual de cigüeña
negra del río Adaja, o de la población de abetos pinsapo de la Sierra de Grazalema.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Apuntes tema 8: La célula. Unidad de vida
La célula procariota es la célula más antigua, surgió en nuestro planeta hace unos
3.500 millones de años y actualmente constituye el grupo más numeroso de seres vivos,
que, además, han colonizado todos los ambientes, desde el fondo de los océanos
pasando por los volcanes más profundos hasta incluso hospedarse en los intestinos de
numerosos animales.
Aunque las bacterias no son capaces de asociarse para formar tejidos sí pueden
vincularse para formar colonias. Las agrupaciones en forma de colonia implican un
menor grado de vinculación entre las células, de tal forma, que las células de un tejido
no pueden desvincularse de sus compañeras, por ejemplo cuando el tejido queda
dañado, de tal forma que su destino va unido al de sus compañeras. Sin embargo, la
asociación de las células procariotas en colonias no implica tal grado de dependencia y
si la bacteria quiere separase de sus compañeras podrá hacerlo sin ningún problema.
Tal y como hemos visto en el apartado anterior los tejidos conforman un mayor nivel de
organización, y es el paso casi –algunas algas y las briofitas son organismos
pluricelulares pero no presentan tejidos verdaderos- imprescindible para formar
organismos pluricelulares.
Pared bacteriana
Se trata de la estructura más externa (en algunas bacterias se sitúa por encima de la
pared celular otra estructura llamada cápsula) de las bacterias, recubriendo la
membrana plasmática. Está constituida por una sustancia de naturaleza glicídica
llamada péptidoglucano que se dispone de forma diferente en las bacterias. Algunas
bacterias presentan una gruesa capa de péptidoglucano, se les conoce como bacterias
Gram +, mientras que en otras bacterias esta sustancia es más delgada dejando un
espacio vacío a ambos lados, son las bacterias Gram -. Esta pequeña diferencia
estructural cobra importancia en el tratamiento con antibióticos de las bacterias
patógenas (bacterias productoras de enfermedades) puesto que determinados
antibióticos solo eliminan a un tipo concreto de bacterias y no al otro (por suerte
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Apuntes tema 8: La célula. Unidad de vida
existen antibióticos de amplio espectro que son capaces de destruir a ambos tipos de
bacterias).
Membrana plasmática
La membrana plasmática de las bacterias es muy similar, tanto en las funciones que
desempeña como en su composición, a la membrana plasmática de las eucariotas que
desarrollaremos más adelante. No obstante, existen algunas diferencias, la más
importante es que en el lado endoplásmico (interior de la célula) la membrana
plasmática de las bacterias presentan una serie de repliegues llamados mesosomas.
En los mesosomas se produce la respiración celular, es decir, es el lugar donde las
bacterias extraen la energía de los nutrientes, y además estas estructuras también
intervienen en la división de la bacteria para dar lugar a dos células hijas.
Citoplasma
Ribosomas
Se trata de los únicos orgánulos citoplasmáticos que presentan las bacterias. Aunque su
tamaño es ligeramente menor al de los ribosomas eucariotas su función es la misma:
sintetizar proteínas.
Cromosoma bacteriano
Las anteriores estructuras aparecen en todas las células procariotas, sin embargo
existen otras estructuras que aparecen solo en algunas bacterias:
Cápsula
Flagelos
Pili
Apéndices más finos y cortos que los flagelos que están implicados en la transferencia
de material genético entre las bacterias.
Plásmido
La célula eucariota apareció sobre nuestro planeta hace unos 2.000 millones de años, y
la teoría más aceptada es que surgió por la asociación de varias bacterias. La Teoría de
la Endosimbiosis Seriada propuesta por Lynn Margulis establece que inicialmente
tres bacterias (una de ellas son las actuales mitocondrias) se asociaron para formar la
nueva célula eucariota, base de los Reinos Protista, Fungi y Animal.
Esta nueva célula literalmente engulló a otra pequeña bacteria que poseía la capacidad
para fijar la energía del Sol y obtener compuestos orgánicos como la glucosa. Esta
bacteria actualmente conforma los cloroplastos que encontramos en la célula vegetal
que constituye los organismos del Reino de las plantas. De esta forma, el origen de la
célula eucariota se aleja de la competencia establecida por el paradigma neodarwinista
y se acerca a la cooperación entre diferentes organismos: tres bacterias para constituir
la célula eucariota animal y cuatro en la célula eucariota vegetal.
La célula eucariota está constituida por tres estructuras básicas: membrana plasmática,
citoplasma y núcleo.
Membrana plasmática
La membrana plasmática está formada por una doble capa lipídica atravesada por una
serie de proteínas, conocidas como proteínas transmembrana. En la cara exoplásmica
(externa) presenta unas cadenas de naturaleza glicídica unidas a algunas de las
proteínas y de los lípidos, formando el glucocálix. Este modelo recibe el nombre de
modelo de mosaico fluido.
En las células vegetales aparece una estructura situada por encima de la membrana
plasmática, se trata de la pared celular.
Todas las células vegetales presentan una estructura constituida por pectina y
celulosa rodeando a su membrana plasmática, se trata de la pared celular
primaria, que al no ser excesivamente rígida permite el crecimiento de la célula y,
por tanto, del vegetal. Sin embargo, algunas células vegetales también tienen, por
debajo de esta pared celular primaria, una segunda capa, formada por celulosa y
por una sustancia que le confiere enorme rigidez: la lignina. Esta estructura recibe
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Apuntes tema 8: La célula. Unidad de vida
Citoplasma
Mitocondria
Ribosomas
De esta forma, los ribosomas son simples cocineros de la célula, que sintetizan
proteínas leyendo un libro de recetes muy especial: el ADN.
Debemos recordar que este es el único orgánulo que también aparece en la célula
procariota, si bien los ribosomas de la célula eucariota son de mayor tamaño.
Retículo endoplásmico
Se trata de una estructura membranosa formada por sacos aplanados y vesículas que se
dirigen hacia el Aparato de Golgi. Realmente se distinguen dos tipos de retículo
endoplásmico, el rugoso (RER) y el liso (REL) que aparecen comunicados.
Aparato de Golgi
Hay que destacar que aunque su principal función sea la modificación y secreción de
proteínas y lípidos fabricados por el retículo endoplásmico, también realiza otras
importantes funciones:
Sintetiza los lisosomas. Los lisosomas son vesículas formadas por el Golgi
rellenas de enzimas y ácidos. Su función es la de destruir las bacterias fagocitadas
por algunas células, como los macrófagos, sustancias de desecho e incluso
estructuras. Centrándonos en la destrucción de las bacterias llevada a cabo por los
macrófagos, hay que decir que el proceso comienza cuando el glóbulo blanco
fagocita a la bacteria, introduciéndola en una bolsa celular que se conoce como
fagosoma. Los lisosomas sintetizados por el Golgi se dirigen hacia el fagosoma,
fundiendo su membrana con la de este, y liberando su contenido al interior. Las
enzimas y los ácidos contenidos en el lisosoma y ahora en el fagosoma matan y
destruyen a la bacteria, descomponiéndola en elementos más sencillos, como
proteínas o glúcidos, que pueden ser reciclados por la propia célula, o expulsado
fuera de ella mediante el proceso de exocitosis (Figura 11, parte derecha).
Figura 11. Formación de vesículas de secreción (izquierda) y de lisosomas (derecha) por el Aparato de
Golgi
Centriolos
Las células vegetales también tienen citoesqueleto y forman el huso acromático durante
su división, pero al carecer de centriolos es una zona localizada en el citoplasma,
conocida como Centro Organizador de Microtúbulos, donde “nacen” los
microtúbulos que se encargan de formar estas estructuras.
Cilios y flagelos
Actualmente sabemos que el cuerpo basal de cilios y flagelos presenta un pequeño ADN
que codifica proteínas del propio elemento móvil. Las mitocondrias y los cloroplastos
son orgánulos citoplasmáticos que también presentan su propio ADN y, de esta forma,
sabemos que son antiguas bacterias. La presencia de ese material genético en el cuerpo
basal de cilios y flagelos no hace sino refrendar la idea de la Teoría de la
Endosimbiosis Seriada propuesta por Margulis, donde la tercera bacteria que se
asoció para formar la célula eucariota sería una célula móvil que habría dado lugar a los
cilios y flagelos.
Vacuolas
Plastidios
Los plastidios son orgánulos citoplasmáticos exclusivos de las células vegetales, al igual
que las mitocondrias presentan una doble membrana, pequeños ribosomas típicos de
procariotas y una molécula de ADN circular. De nuevo nos encontramos con un
orgánulo que en el pasado fue una procariota de vida libre pero que ahora forma parte
de las células vegetales.
Se distinguen tres tipos básicos de plastidios: los leucoplastos, los cloroplastos y los
cromoplastos.
Estructuralmente, y tal y
como se comentaba
anteriormente, presentan
una doble membrana como
las mitocondrias, pero a
diferencia de estas el
cloroplasto no presenta
crestas en su membrana
interna. El interior del Figura 14. Cloroplasto
cloroplasto se denomina
estroma, y en él encontramos apilados unos saquitos llamados tilacoides (cada
apilamiento de tilacoides se conoce como granum, y al conjunto de todos los
granum se le llama grana), en cuyo interior se localiza la clorofila.
Núcleo
Nucléolo. Pueden aparecer uno o más nucléolos en el núcleo de una célula. Esta
estructura es la encargada de sintetizar las subunidades de los ribosomas que, a
través de los poros nucleares, saldrán al citoplasma donde realizan su función.
través de los poros nucleares viaja hasta el citoplasma. Una vez en el citoplasma los
ribosomas ensamblan sus dos subunidades alrededor de la molécula mensajera de
ARN y comienzan a juntar aminoácidos en el orden indicado (el proceso recibe el
nombre de traducción), fabricando de esta forma la proteína.
Volvamos con los cromosomas, ya sabemos que estas estructuras, formadas por la
asociación de ADN y proteínas, contienen los genes que a su vez son responsables de
gran parte de nuestras características y de las características que heredarán nuestros
descendientes.
Pero también debemos saber que estructuralmente los cromosomas presentan una
especie de brazos que se llaman cromátidas unidas por el centrómero, y que estos
pueden aparecer en estado de una o de dos cromátidas. Las dos cromátidas de un
mismo cromosoma son idénticas ya que el objetivo es repartir una a cada una de las dos
células hijas durante la división celular.
El número de cromosomas que presentan los individuos de una misma especie siempre
es el mismo, y de esta forma 46 es el número de cromosomas que define a nuestra
especie, 48 a un chimpancé, 38 a un gato o 18 a la lechuga. Si bien es cierto que la
mayoría de nuestras células presentan los 46 cromosomas que definen a nuestra
especie también es verdad que algunas de nuestras células tienen la mitad de ese
número de cromosomas. Las células sexuales o gametos son células haploides, es decir
tienen la mitad del número de cromosomas que el resto de las células de nuestro
organismo (conocidas como células somáticas y que son diploides por tener el juego
completo de cromosomas), y la explicación es bien sencilla. Para que nazca un nuevo
Homo sapiens es necesario que se junten un espermatozoide de su padre y un óvulo de
su madre, pero a la vez es necesario que el número de cromosomas del niño coincida
con el de su especie: 46. Para que esto suceda la única opción es que los gametos de los
progenitores tengan la mitad del número de cromosomas característico de su especie,
es decir que las células sexuales sean haploides, de esta forma al unirse los cromosomas
procedentes del padre y de la madre darán un total de 46 en el hijo.
Cuando los dos cromosomas de la pareja 23 son idénticos (se dice XX) el individuo será
una mujer, mientras que si uno de los cromosomas es mucho más pequeño (se dice XY)
el individuo será un hombre. En la figura 16 podemos observar la representación de los
cromosomas (cariotipo) de una mujer (izquierda) y de un hombre (derecha).
Para finalizar el tema sobre citología se van a plantear, a modo de resumen, de todos los
aspectos desarrollados en el tema, las características que diferencian a la célula
procariota de la eucariota, para posteriormente llevar a cabo el mismo proceso con los
dos tipos de células eucariotas: célula eucariota animal y vegetal.
9.1. Introducción
Durante el desarrollo del presente tema aprenderemos los principales grupos en los que
los científicos catalogan y ordenan a los seres vivos que pueblan nuestro planeta,
conoceremos las características generales que los definen y algunas curiosas
particularidades que seguramente nos sorprenderán. Tras la lectura del tema de
biodiversidad seremos conscientes del gran tesoro que esconde el planeta Tierra, pero
también de las acciones antropogénicas que amenazan con destruir el hábitat de
muchas de estas especies, avocándolas a la desaparición. Solo desde el conocimiento, y
también desde el respeto, se pueden corregir comportamientos profundamente
arraigados en el pensamiento humano que amenazan con devastar el gran tesoro de
nuestro planeta, y solo desde ese conocimiento podremos enseñar a nuestros alumnos
el valor que cualquier especie, desde la más extraña hasta la más espectacular, tiene
dentro del gran ecosistema del que nosotros también formamos parte.
Whittaker estableció 5 categorías, llamadas Reinos, en las que ubicar a todos los seres
vivos:
Monera
Protista
Hongos (Fungi)
Vegetal
Animal
9.2. Virus
Los virus son estructuras microscópicas, 100 veces más pequeños que las bacterias,
que no se pueden observar con los clásicos microscopios ópticos aunque sí con los
microscopios electrónicos que presentan un mayor poder de resolución. Están
formados por una estructura proteica denominada cápsida, en cuyo interior encierra el
material genético del virus, bien ADN (ácido desoxirribonucleico) o ARN (ácido
ribonucleico). Hay que destacar que las células solo presentan ADN como material
genético, si bien utilizan diferentes tipos de ARN para el desempeño de otras funciones.
Tras esta breve descripción podría parecernos que los virus son semejantes a las células
y, por tanto, no sería extraño que se les catalogase como seres vivos; sin embargo, para
definir a un ser como ser vivo es necesario que desempeñe las funciones de nutrición,
relación y reproducción, y los virus no se nutren ni tampoco se reproducen, solamente
parecen relacionarse.
Figura 1. A la izquierda Virus bacteriófago T4. A la derecha virus con envoltura como el virus de la
gripe
Los virus infectan a las células, esta es una buena forma de relacionarse, para
introducirles su material genético y que sean las células infectadas, utilizando su propia
maquinaria enzimática, sus recursos y su energía, quienes realicen copias del virus. Por
tanto, el virus parasita a las células con el objetivo de que estas lo repliquen, pues él es
incapaz de reproducirse, y recompensa con la muerte a las células que lo han replicado.
Reconocimiento y fijación
Ensamblaje
Lisis celular
Reconocimiento y fijación
característicos de cada tipo de célula, interaccionan con los receptores que también
posee el virus.
Una vez que el virus se ha situado sobre la bacteria comienza a perforar su membrana
plasmática creando un pequeño poro a través del cual introduce su material genético,
ADN o ARN. En el caso de que el material genético sea ARN, tal y como sucede con el
virus de la gripe o con el VIH, será necesario que este ARN sea transformado en ADN. A
estos virus que presentan ARN se les denomina genéricamente retrovirus.
El ADN vírico contiene la información para fabricar nuevos virus, pero para que la
bacteria “lea” este ADN vírico y sintetice nuevos virus es necesario que se encuentre
acoplado a su propio ADN. Digamos que cuando el ADN vírico se une al ADN
bacteriano la bacteria no distingue entre su material genético y el del virus, y de esta
forma es engañada para fabricar nuevos virus.
La célula infectada, con el ADN viral unido a su propio material genético, puede vivir
durante cierto tiempo si manifestar la infección, de hecho es habitual que la célula se
divida dando lugar a nuevas células que también contendrán el ADN viral en su
interior. Esta fase es lo que conocemos como periodo de incubación.
Ensamblaje
La propia maquinaria celular empezará a unir los diferentes componentes del virus,
formando una gran cantidad de virus en su interior.
Lisis celular
Finalmente los virus revientan la célula hospedadora que los ha sintetizado saliendo al
exterior celular en busca de nuevas células que infectar.
Se trata del único Reino constituido por células procariotas. Antiguamente estaba
formado exclusivamente por las bacterias, pero actualmente se divide en bacterias
(eubacterias o verdaderas bacterias) y archeas. Las archeas son células procariotas muy
parecidas a las bacterias pero que, entre otras diferencias, son capaces de desarrollarse
en ambientes extremos, como en zonas de gran salinidad o de elevadas temperaturas,
donde las eubacterias no podrían sobrevivir.
ortográfica.
Figura 3. Tipos de bacterias según su
forma
Nuestras células necesitan el O2 del aire para poder extraer la energía de los nutrientes,
y muchas bacterias también requieren de esta molécula, se les denomina bacterias
aerobias. Sin embargo, otras muchas bacterias no lo necesitan, e incluso para muchas
de ellas es un tóxico en contacto con el cual mueren rápidamente, son las bacterias
anaerobias; las primeras anaerobias facultativas (no necesitan el O2 pero toleran su
presencia) y las segundas anaerobias estrictas (mueren en contacto con el O2).
Es posible que te hayas preguntado qué son esas burbujitas que se producen cuando
echamos el agua oxigenada sobre las heridas. Se trata de O2, que liberado sobre la
herida mata a todas las bacterias anaerobias estrictas que intentan penetrar a través de
ella, algunas de estas bacterias son potencialmente peligrosas como el Clostridium
tetani responsable del tétanos.
Las bacterias pueden utilizar dos estrategias radicalmente diferentes para conseguir los
nutrientes que les aportarán la materia y la energía para vivir. Algunas bacterias son
capaces de fabricar su propio alimento, se les denomina bacterias autótrofas;
mientras que otras necesitan conseguir los nutrientes “quitándoselos” a otros
organismos, son las bacterias heterótrofas.
Las bacterias autótrofas fabrican su propio alimento utilizando la energía del Sol,
bacterias fotosintéticas, o la energía procedente de reacciones químicas que se dan en
el suelo, bacterias quimiosintéticas.
Las bacterias heterótrofas pueden utilizar dos tácticas para conseguir el alimento que
ellas no pueden fabricar: unas parasitan a otros seres vivos, son las bacterias
patógenas que producen enfermedades como meningitis (meningococo), la tularemia
(Francisella tularensis) o la legionelosis (Legionella pneumophila). Sin embargo, otras
bacterias simplemente utilizan los nutrientes que hay en el medio, por ejemplo la
lactosa de la leche. En este caso las bacterias utilizan parte de esa lactosa para obtener
la energía que les permita desarrollarse, dejando en el medio parte de esa lactosa no
digerida en forma de ácido láctico, que es el compuesto responsable del sabor agrio del
yogur. Este proceso de degradación incompleta se denomina fermentación, y los
famosos Lactobacillus son un género de bacterias expertas en este proceso.
Tal y como vimos en el apartado dedicado a las células, las células procariotas no
forman tejidos aunque son capaces de asociarse para formar colonias. Según la
disposición de las bacterias podemos distinguir varios tipos de agrupaciones:
Probablemente este sea el Reino más desconocido para todos nosotros, sin embargo los
organismos pertenecientes a este grupo de seres vivos son habitantes habituales de los
embalses, los pantanos e incluso de los pequeños charcos que se forman durante un día
lluvioso. Otros son parásitos que sobreviven en el interior de los gatos o en las
glándulas salivales de los mosquitos.
La ameba, que podemos ver en la imagen anterior, vive en las aguas estancadas
cazando bacterias para alimentarse. Su movimiento se produce mediante la
deformación de su membrana formando unas estructuras conocidas como
pseudópodos, estos mismos pseudópodos, que permiten a la ameba desplazarse,
rodean a la bacteria y terminan por introducirla en el interior de la ameba donde será
digerida. Aunque las amebas no suelen parasitar de forma habitual a ningún otro
organismo tampoco desaprovechan la ocasión si se les presenta. Lo más habitual es
contraer una molesta amebiasis intestinal al ingerir alimentos o bebidas contaminadas
con este organismo, sin embargo, mucho más grave es cuando la ameba en vez de
afectar a nivel intestinal lo hace a nivel del sistema nervioso. La meningoencefalitis
amebiana, con una elevadísima mortalidad, se contrae normalmente por bañarse en
aguas contaminadas donde el parásito penetra a través de la vía nasofaríngea, e incluso
a través de la esclerótica del ojo.
Otros protistas muy conocidos, también habitantes habituales de las aguas retenidas,
son los paramecios. Estos organismos utilizan unas pequeñas prolongaciones en forma
de pelillos para desplazarse por el agua y cazar a sus presas preferidas: las bacterias.
También es conocido como el Reino de los hongos y está constituido tanto por
organismos unicelulares como pluricelulares, pero eso sí todos son eucariotas. Los
hongos unicelulares se conocen como levaduras y, probablemente, una de las
levaduras más conocida sea Saccharomyces cerevisiae que desde la antigüedad viene
siendo utilizada por el hombre para fermentar el vino, la cerveza y el pan. El proceso de
fermentación de esta levadura es similar al que realizan los Lactobacillus de los que se
trató dentro del Reino Monera, pero en este caso Saccharomyces cerevisiae no libera
ácido láctico como consecuencia de su acción metabólica, sino que sintetiza un tipo de
alcohol, el etanol. De esta forma, la fermentación llevada a cabo por estas levaduras
recibe el nombre de fermentación alcohólica (de la misma forma la fermentación
llevada a cabo por los Lactobacillus se denomina fermentación láctica), y sí, en la
fabricación del pan también se sintetiza etanol por la acción de las levaduras, solo que
cuando se hornea a elevadas temperaturas todo el alcohol se evapora.
Entre los hongos pluricelulares encontramos algunos de los más conocidos, algunos tan
importantes en la historia del hombre como el Penicillium notatum puesto que de él se
obtiene un compuesto llamado penicilina. La penicilina es una sustancia química
fabricada de forma natural, aunque en la actualidad se fabrica fácilmente en los
laboratorios farmacéuticos, por algunos tipos de levaduras del género Penicillium para
combatir a su gran enemigo: las bacterias. Desde el descubrimiento realizado por
Alexander Fleming en 1928 el hombre lleva décadas utilizando las penicilinas y sus
derivados para combatir infecciones bacterianas, y de esta forma se han salvado
millones de vidas.
Es importante destacar que durante mucho tiempo los científicos ubicaban a los hongos
dentro del reino de los vegetales, sin embargo, en la actualidad sabemos que estos
organismos se parecen mucho más a los animales que a las plantas. De hecho, los
hongos son organismos heterótrofos como los animales, incapaces de sintetizar su
propio alimento, como sí hacen las plantas.
Los hongos utilizan tres estrategias diferentes para conseguir el alimento del
medio:
Hongos saprófitos
Hongos parásitos
Algunos hongos han elegido una estrategia más “cómoda”, utilizan los nutrientes
presentes en otros organismos a los que parasitan. Existen multitud de hongos
parásitos, algunos como la Candida albicans o Microsporum canis responsables de la
candidiasis y de la tiña que afectan al ser humano, pero por lo curioso de su
comportamiento hemos preferido contar la historia de un hongo peculiar, los hongos
del género Cordyceps.
Una vez allí, sobre la cabeza de la hormiga zombi comienza a crecer el hongo, y cuando
alcanza un tamaño determinado libera sus esporas que infectarán al resto de habitantes
del hormiguero.
No obstante, la historia no suele ser tan trágica ya que este hongo ha convivido millones
de años con las hormigas, y estas son capaces de detectar el extraño comportamiento
del congénere infectado, por lo que lo más habitual es que las compañeras primero
expulsen y después terminen con la vida de la hormiga infectada, evitando así que el
resto de sus compañeras tengan el mismo destino.
Hongos simbiontes
La tercera estrategia que permite a los hongos obtener un alimento que son incapaces
de fabricar es conocida como simbiosis. La simbiosis es una asociación entre dos
organismos pertenecientes a diferentes especies donde cada uno aporta algún
componente, estructura o característica imprescindible para el otro individuo que hace
que ambos organismos no puedan vivir separados.
simplemente el cuerpo fructífero del hongo, es decir, la estructura que utiliza el hongo
para diseminar sus esporas y propagarse.
Algas
Briofitas
Pteridofitas
Cormofitas
Gimnospermas
Espermafitas
Angiospermas
Algas
Las algas son vegetales acuáticos, algunas son unicelulares pero la mayoría son
pluricelulares con estructura tipo talo.
Briofitas
Cormofitas
Este grupo de plantas terrestres presenta verdaderos tejidos que forman la raíz, el tallo
y las hojas, por tanto, su estructura es tipo cormo (de ahí el nombre de cormofitas).
Presentan sistema vascular, es decir, dos tipos de tubos conductores: xilema y floema
que portan savia bruta, de la raíz a las hojas, y savia elaborada, de las hojas,
conteniendo los nutrientes, al resto del organismo. Crecen por un tipo de tejido
llamado meristemo: a través de la yema terminal en el extremo del tallo y de las yemas
axilares que dan lugar a las hojas. Las hojas son características de cada especie aunque
pueden presentar adaptaciones, por ejemplo, las espinas del cactus son sus hojas
adaptadas para reducir al mínimo la pérdida de agua.
Sin embargo, también hay gimnospermas dioicas donde las flores masculinas
aparecen en un individuo y las femeninas en otro, es el caso del enebro.
Las flores de estas plantas suelen ser hermafroditas, es decir, en la misma flor
encontramos las estructuras reproductoras masculinas (estambres) y las
Entre las angiospermas encontramos muchas de las plantas y árboles que nos
son más familiares como encinas, arces, castaños, magnolios, etc.
Figura 18. Arriba izquierda Encina. Arriba derecha Castaño de Indias. Abajo Arce de Montpellier.
Está formado por organismos pluricelulares cuyas células son eucariotas y heterótrofas
con un elevado nivel de diferenciación, es decir, existen células encargadas de trasmitir
impulsos nerviosos, otras transportan gases en la sangre e incluso algunas están
encargadas de defender al organismo de las invasiones por patógenos.
Se trata de un Reino muy grande que, simplificando radicalmente, podemos dividir en:
Invertebrados.
Vertebrados.
Los invertebrados carecen de notocorda y tampoco tienen esqueleto interno como los
vertebrados. Más del 90% de los animales son invertebrados, de hecho agrupa una gran
variedad de filos como el de los poríferos (esponjas), cnidarios (medusas, anémonas e
hidras), platelmintos (tenia), anélidos (lombrices, gusanos y sanguijuelas),
equinodermos (estrellas y erizos de mar), moluscos (pulpos, caracoles o almejas) o
artrópodos (arañas, gambas o insectos).
Clase Condrictios
Clase Osteíctios
Clase Anfibios
Clase Reptiles
Clase Aves
Clase Mamíferos
Dentro de los vertebrados las clases de los Condrictios y los Osteíctios se pueden
agrupar en el grupo más genérico de los peces. Es probable que Condrictios y Osteíctios
nos sea más conocidos por los nombres de peces cartilaginosos y peces óseos, y por ello
esta será la nomenclatura que utilizaremos en adelante.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Apuntes tema 9: Biodiversidad
Los peces cartilaginosos son los tiburones y las rayas, que haciendo honor a su
nombre presentan un esqueleto formado por cartílago, y también dos pares de
branquias con cinco hendiduras sin opérculos (visibles, no protegidas por una placa
ósea).
Anfibios
Reptiles
Aves
Mamíferos
Si hace 200 millones de años los animales que dominaban el planeta eran los
dinosaurios, en la actualidad lo son los mamíferos. Los mamíferos se han adaptado a
todos los medios -hay mamíferos terrestres, acuáticos y voladores- y colonizado todo
tipo de hábitats, desde las regiones polares y la alta montaña hasta los desiertos de
temperaturas más extremas. Los mamíferos, tras la extinción de los dinosaurios, se han
convertido en los dominadores de la naturaleza, y sobre todos ellos “reina” un
mamífero bípedo, el Homo sapiens.
Los mamíferos son unos animales que amamantan a sus crías con la leche producida
por sus glándulas mamarias (de ahí su nombre), recubiertos de pelo, capaces de regular
su temperatura corporal (homeotermos) y que en su inmensa mayoría (con la notable
excepción de los monotremas) son vivíparos. Este último aspecto, relacionado con el
desarrollo de los embriones, es el que nos permite dividir a los mamíferos en tres
grupos diferentes: monotremas, marsupiales y placentarios.
Monotremas
Todo ello nos lleva a suponer que se trata de los mamíferos más antiguos, con ciertos
vínculos con los reptiles. El ornitorrinco y el equidna son los dos monotremas que
existen en la actualidad.
Marsupiales
Placentarios
9.8. Ecología
Podemos definir la ecología como la parte de la biología que se encarga del estudio de
los diferentes constituyentes de un ecosistema, y también de las relaciones que se
establecen entre ellos. De esta forma, la ecología no se limita a la simple descripción de
los elementos vivos (bióticos) e inertes (abióticos) que constituyen un determinado
hábitat, sino que va mucho más allá, analizando las interacciones que se producen
entre los organismos vivos entre sí (entre los que se encuentra el propio ser humano), y
con los factores abióticos en los que se desenvuelven.
De forma habitual se suele dividir a la ecología en tres ramas diferentes según el nivel
de organización sobre el que se focalice su estudio. Así, podemos hablar de
autoecología, cuando el protagonista del estudio son los organismos; de sinecología
cuando lo son las comunidades; o demoecología (también conocida como ecología de
poblaciones) cuando son las relaciones establecidas entre las poblaciones y su entorno
el objetivo de estudio.
Autoecología
Demoecología
Sinecología
Ecosistema
Al iniciar este apartado hemos definido la ecología como la ciencia que se encarga del
estudio de los ecosistemas, pero podemos no tener del todo claro el significado de este
concepto. Por ello, y al tratarse de una idea clave para entender la ecología y la
biodiversidad, procederemos a estudiarlo.
El biotopo está formado por todos los factores carentes de vida que constituyen el
marco espacial en el que se desenvuelven los seres vivos (biocenosis) de un ecosistema.
Por lo tanto, estos factores pueden ser hidrográficos (ríos, charcas, salinas…),
climáticos (temperatura, precipitaciones…), energéticos (energía química, solar…) y
edáficos (composición del suelo, pH…).
Por su parte, la biocenosis esta constituida por la comunidad de organismos vivos que
se desarrollan en el ecosistema, o, lo que es lo mismo, por las diferentes poblaciones
que interaccionan entre sí. De forma sencilla podemos clasificar a estos organismos en
tres grandes grupos según el papel que desempeñan en el ecosistema.
Relaciones intraespecíficas
Las asociaciones
familiares como
las que establecen
las hembras de
elefante para el
cuidado y la
protección de sus
crías, o el gran
gorila de espalda
plateada con su
harén de hembras
para asegurarse su
reproducción. Figura 32. Asociación familiar matriarcal de hembras de elefante
Las asociaciones en castas, como las que llevan a cabo algunos himenópteros
(abejas, hormigas…), constituyen también un buen ejemplo de relaciones
intraespecíficas positivas.
Relaciones interespecíficas
Este tipo de relación beneficia directamente al predador, puesto que de este modo
consigue la energía y la materia que necesita para poder sobrevivir. Pero, curiosamente,
también lo hace de una forma menos directa sobre la especie depredada. Esta claro que
el conejo que perece bajo las garras de un águila imperial no se siente demasiado
beneficiado, pero probablemente sí lo serán otros individuos de su misma especie. El
papel que desempeña un predador en un ecosistema es fundamental, puesto que
preferentemente va a dar caza a los individuos enfermos, ancianos y va a mantener la
población de presas en un nivel por debajo de la capacidad de carga del ecosistema. La
disminución de predadores provoca un desequilibrio en un ecosistema, de tal forma
que la población de presas crecería desmesuradamente, intensificándose la
competencia intraespecífica y la aparición de plagas.
Ectoparasitismo
Endoparasitismo
El mutualismo es una relación que se establece, como la simbiosis, entre dos especies
diferentes, pero con la gran diferencia de que aunque ambas especies sacan beneficios
de su relación, pueden vivir la una sin la otra. Así podríamos ver el mutualismo como
una relación de menor intensidad que la que se produce en la simbiosis.
Existe un tipo de relación interespecífica en la que una de las especies se beneficia pero
la otra no se ve favorecida, pero tampoco perjudicada. Estamos hablando del
comensalismo.
Esta relación la podemos observar con los peces piloto que infatigablemente
acompañan a los grandes peces, como los tiburones. Estos pececillos se alimentan de
los restos en forma de desperdicios de las presas que han cazado los peces de mayor
tamaño.
10.1. Introducción
Se considera que un ser está vivo cuando es capaz de realizar las tres funciones vitales:
nutrición, relación y reproducción.
En este tema se van a desarrollar los aparatos y sistemas implicados en estas tres
funciones vitales para cualquier ser vivo y, por supuesto, para el ser humano.
10.2. La nutrición
Se entiende como función de nutrición la toma de materia y energía del exterior para
asimilarla a nuestro cuerpo, mantener la vida y/o poder realizar cualquier actividad
voluntaria -como caminar- o involuntaria -como respirar-.
En realidad la verdadera función de nutrición se produce en las células que son las que
transforman la materia y obtienen en realidad la energía necesaria, como hemos visto
en el tema 8:
El aparato digestivo
Boca
En la boca también se localizan las glándulas salivales que segregan la saliva, un líquido
cargado un tipo de enzima -amilasa-, encargadas de realizar la primera transformación
química de los alimentos, en este caso comienza a degradar el almidón. A la cavidad
bucal descargan su contenido tres pares de glándulas salivales: las parótidas (son las
glándulas a ambos lados del cuello que se inflaman cuando tenemos parotiditis o
paperas), las submaxilares y las sublinguales.
Faringe
Es el conducto común a las vías digestivas y respiratorias a través del cual la comida
pasa de la boca hacia el esófago o el aire procedente de la propia boca o de las fosas
nasales a la laringe. A su vez está comunicada con los oídos por dos conductos, trompas
de Eustaquio, y con la nariz, la epiglotis.
Esófago
Es el tubo que comunica la faringe con el estómago. Las paredes del esófago están
constituidas por un tipo de músculo –músculo liso- que se mueve de forma rítmica, son
los llamados movimientos peristálticos, que ayudan a trasladar el bolo alimenticio al
estómago.
Estómago
A través del píloro, el quimo, producto final de la digestión estomacal, pasa al intestino
delgado, concretamente al duodeno dónde finalizará el proceso de digestión química.
Intestino delgado
Intestino grueso
Como su propio nombre indica es más grueso que el intestino delgado y también más
corto. Aquí la mayor parte de los nutrientes ya han sido absorbidos, aunque se sigue
absorbiendo el agua y ciertas vitaminas formándose las heces. El intestino grueso
presenta tres regiones conocidas como ciego, colon y recto. El ciego es la zona donde el
intestino delgado se une con el grueso, y presenta una estructura conocida como
apéndice vermiforme que es un vestigio se nuestros antepasados herbívoros. A
continuación se encuentra el colon dispuesto en forma de U invertida con tres tramos:
colon ascendente, colon transverso y colón descendente, este último se comunica con el
recto que desemboca en un esfínter, el ano. Los movimientos peristálticos van
conduciendo las heces a través de todo el intestino grueso hasta que durante el proceso
de egestión son liberados, a través del ano, al exterior.
Hígado
El hígado es la víscera más grande de nuestro cuerpo. Está comunicada con la vesícula
biliar y con el duodeno a través del conducto hepático. Su función digestiva principal es
segregar la bilis.
La bilis es un jugo de color verde y sabor amargo que contiene ácido biliares que actúan
como agentes emulsionantes dispersando las grasas ingeridas en los alimentos y
convirtiéndolas en pequeñas gotas, favoreciendo así la acción de las lipasas -enzimas
que degradan las grasas- pancreáticas. La vesícula biliar almacena la bilis fabricada por
el hígado para ser vertida al intestino delgado en el momento que sea necesaria.
Páncreas
Vierte al duodeno el jugo pancreático que contiene lipasas y proteasas. Las lipasas
actúan sobre las gotitas de grasa formadas gracias a la bilis, que junto con las enzimas
segregadas por el hígado y el intestino delgado terminarán de realizar la degradación
química de los alimentos.
Aparato respiratorio
Vías respiratorias
Fosas nasales.
Faringe: forma parte tanto del aparato respiratorio como del aparato digestivo.
De ahí la gran importancia de la epiglotis para evitar el paso de alimentos al
aparato respiratorio.
Laringe: donde se localizan las cuerdas vocales que vibran con el paso del aire
generando los sonidos.
Tráquea: conducto flexible formado por anillos cartilaginosos que permiten que
el aire pase de forma continua sin colapsarse.
Bronquios: estructuras similares a la tráquea en cuya parte final se divide en dos.
De esta forma, cada bronquio se dirige a cada uno de los pulmones.
Pulmones
Los pulmones son dos órganos esponjosos situados uno a cada lado de la caja torácica
y están constituidos por los alvéolos pulmonares. Los alvéolos pulmonares son unos
saquitos cada vez más finos rodeados por capilares sanguíneos dónde se produce el
intercambio gaseoso. Los pulmones se encuentran protegidos por una fina membrana
llamada pleura.
El aire penetra por las fosas nasales y recorre las vías respiratorias hasta llegar a los
alveolos pulmonares. Una vez aquí se produce el intercambio del oxígeno y dióxido de
carbono con la sangre gracias al proceso de difusión. La difusión es un proceso físico
que sucede en todos las sustancias fluidas, líquidas o gaseosas, los gases pasan de
donde hay más concentración a donde hay menor concentración. De esta forma, la
sangre que llega a los pulmones llega cargada de CO2 y sale con oxígeno.
Aparato circulatorio
El aparato circulatorio está formado por la sangre, los vasos sanguíneos y el corazón.
Básicamente, el funcionamiento del aparato circulatorio consiste en que el corazón
bombea la sangre a través de los vasos sanguíneos para repartirla por todo el cuerpo.
La sangre
La sangre está compuesta por una matriz líquida llamada plasma y unas células
sanguíneas.
El plasma se trata de una disolución acuosa en la que se hallan disueltas una serie de
sustancias como sales minerales, proteínas, glúcidos, lípidos, sustancias de deshecho...
Vasos sanguíneos
Arterias: son los vasos por los que la sangre sale del corazón y es repartida por
todo el cuerpo. Al salir del corazón, la sangre se agolpa en las arterias, por esta
razón la pared de las arterias debe ser muy resistente para soportar la presión que
ejerce la sangre, además tienen unas válvulas (válvulas sigmoideas) que impiden el
retorno de la sangre al corazón.
Venas: son los vasos a través de los que la sangre retorna al corazón desde el resto
del cuerpo. En este caso las paredes son más finas ya la sangre vuelve con mucha
menos presión hacia el corazón por lo que deben evitar también el retroceso de la
sangre, para ello presentan las válvulas venosas o semilunares.
Capilares sanguíneos: son los vasos encargados de hacer el intercambio de
nutrientes y oxígeno por las sustancias de desecho y el dióxido de carbono con las
células, por esta razón son muy finos, su pared está compuesta por una única capa
de células. Es una pared permeable que permite el paso de los nutrientes y el
oxígeno hacia las células y, a la vez, el paso de las sustancias de desecho y el
El corazón
Sístole: la sangre llega al corazón a través de las venas y penetra en las aurículas,
éstas se llenan y contraen para hacer pasar la sangre hacia los ventrículos que se
contraen para imprimir la presión necesaria que haga que la sangre pueda ser
repartida por todo el cuerpo.
Diástole: una vez expulsada la sangre del corazón, éste se relaja para permitir la
entrada de más sangre.
reparto por todo el cuerpo y, por lo tanto, ha intercambiado el oxígeno por dióxido
de carbono. Una vez en los pulmones, en los alvéolos pulmonares, libera el dióxido
de carbono y recoge el oxígeno que llevará de nuevo a todas las células del cuerpo.
Una vez realizado el intercambio, vuelve por las venas pulmonares a la aurícula
izquierda del corazón.
Sistema linfático
La Linfa
Plasma: procedente del líquido intersticial, líquido presente entre las células. La
sangre, a su paso por los capilares sanguíneos pierde parte del plasma que lleva
quedándose entre las células y que es recogido por el sistema linfático.
Linfocitos: son un tipo de leucocitos y su función es defender al organismo de
posibles agresiones. Actúan como mecanismo de defensa de nuestro cuerpo frente
a la agresión de las bacterias, hongos y otros patógenos para ello segregan
anticuerpos, se trata de la respuesta inmune específica de nuestro cuerpo.
Nutrientes: sobretodo grasas que pasan del intestino delgado directamente a la
linfa. Una vez asociadas a proteínas las grasas llegarán a la sangre.
Sustancias de desecho que han sido excretadas por las células.
Conductos linfáticos
Se trata de una serie de conductos que van desde todos las partes del cuerpo hacia los
ganglios linfáticos. Así como el aparato circulatorio forma un circuito cerrado –la
sangre que sale del corazón vuelve al corazón- en el caso del sistema linfático no ocurre
así. Los vasos linfáticos son vasos que se originan en todos los puntos del cuerpo y
acaban en las venas que van hacia el corazón.
Podemos encontrar:
Aparato excretor
tanto, la sangre debe ser depurada para evitar que se acumulen dichas sustancias y se
vuelvan tóxicas para el organismo. El encargado de dicha función es el aparato
excretor.
Riñones.
Vías urinarias: uréteres, vejiga y uretra.
Riñones
Los riñones son dos órganos situados en la región lumbar a ambos lados de la columna
vertebral. Tienen forma de alubia y si cortamos uno de ellos de forma longitudinal
observaremos tres partes:
Pelvis renal: cavidad que hay en la parte interna de los riñones encargada de
recoger la orina y conducirla hacia el uréter. La orina está compuesta básicamente
por agua, urea y ácido úrico.
Vías urinarias: la orina es conducida desde la pelvis renal hasta la vejiga a través
de los uréteres. La vejiga es una bolsa elástica dónde se va acumulando hasta el
momento de ser eliminada a través de la uretra. La apertura de la vejiga está
controlada por un esfínter.
Todos los seres vivos tienen la capacidad para percibir los cambios que se producen en
su entorno y responder a ellos de forma adecuada. Cuando la temperatura ambiental
desciende nuestro cuerpo responde aumentando el metabolismo celular e incluso
erizando los pelillos que recubren la piel, y de esta forma impedir que la temperatura de
nuestro cuerpo descienda. Sin embargo, cuando la temperatura se eleva, nuestro
organismo responde secretando sudor a través de los poros de la piel, el sudor, al
evaporarse, absorbe gran parte del calor, enfriándonos y evitando así que nuestro
cuerpo alcance temperaturas letales por encima de los 40 ºC.
La capacidad que presentan los seres vivos y que les permite responder a los cambios y
estímulos del entorno se denomina función de relación, y esta función está
directamente relacionada con el sistema nervioso y con el sistema endocrino.
El sistema nervioso no solo nos permite captar las variaciones que se producen en
nuestro entorno (los estímulos), sino que además nos permite comprenderlas y
elaborar la respuesta más adecuada.
La percepción de los estímulos se produce por una parte especializada del sistema
nervioso: los órganos de los sentidos. De esta forma, los estímulos visuales se perciben
a través de la retina de los ojos, las ondas sonoras a través del órgano de Corti del oído,
o los compuestos químicos en el aire a través de la pituitaria amarilla situada en las
fosas nasales. No obstante, aunque los órganos de los sentidos detectan las variaciones
en el entorno no son ellos quienes ven, oyen o huelen, eso solo lo puede realizar otra
parte del sistema nervioso: el cerebro. Además, es también este órgano el encargado de
procesar toda esa información que recibe del entorno a través de los sentidos, y de
elaborar la respuesta que considere más adecuada.
Los órganos de los sentidos son los encargados de percibir las variaciones, que en
forma de estímulos, se producen en el entorno, para posteriormente enviar esta
información, en forma de impulso nervioso, hasta el cerebro. En última instancia será
este quién interprete dicha información, y por tanto, como ya se comentó con
anterioridad, es el cerebro quién realmente ve, oye, huele, saborea o percibe el dolor, el
calor y el frío.
Vista
El órgano implicado en la
percepción de estímulos visuales
es el ojo. El ojo está formado por
tres capas concéntricas, que de
fuera hacia dentro son la
esclerótica, la coroides y la retina.
La esclerótica es la capa, de
color blanco, más externa y su
función es proteger al ojo; en la
parte anterior se hace
transparente para permitir que la
En su parte anterior presenta un pequeño agujerito llamado pupila, por el que penetra
la luz al interior del ojo. El tamaño de la pupila es variable, y depende de la cantidad de
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Apuntes tema 10: El cuerpo humano
luz que hay en el entorno. El iris, parte coloreada del ojo, se encarga de dilatarla en
condiciones de baja luminosidad, y contraerla cuando hay una gran intensidad
luminosa. La retina es la capa más interna del ojo, en ella se encuentran las neuronas
que se estimulan por la luz. Realmente en el ojo humano existen dos tipos de neuronas,
unas se estimulan por la intensidad luminosa y perciben las formas, son los bastones,
mientras que las otras neuronas perciben los colores y se llaman conos.
En el globo ocular también encontramos dos fluidos que lo rellenan, por delante del
cristalino se sitúa el humor acuoso, mientras que el humor vítreo se localiza entre
el cristalino y la retina.
Oído
Los canales semicirculares están dispuestos en las tres direcciones del espacio y
también presentan células nerviosas que serán estimuladas por el movimiento de la
endolinfa según la posición del cuerpo. Esta información, junto con la suministrada por
la vista, está implicada en el mantenimiento de la posición y el equilibrio.
Olfato
Los receptores sensoriales capaces de ser estimulados por los compuestos químicos
volátiles se ubican en una región interna de las fosas nasales conocida como pituitaria
amarilla. Por delante se encuentra un tejido muy vascularizado que calienta el airea al
penetrar en las fosas nasales, es la pituitaria roja.
Gusto
que podemos percibir ligeramente el umami en alimentos tan comunes como las
anchoas, el jamón ibérico o la salsa de soja típica de las comidas japonesas.
Los receptores gustativos para cada estímulo están bien diferenciados en la lengua de
tal forma que la zona donde percibimos el dulce es distinta de la del amargo y así con
todos los sabores.
Tacto
El sistema nervioso está constituido por dos tipos de células: las neuronas y las
células de la glía. Centraremos nuestra atención en las neuronas puesto que son estas
células las responsables de las principales funciones desempeñadas por el sistema
nervioso, limitándose las células de la glía a alimentar, limpiar y proteger a las
primeras.
nervios, de una neurona a otra, hasta llegar al cerebro. Las neuronas de una zona
concreta nuestro cerebro asimilan la información y elaboran una respuesta (¡salir
corriendo!), que de nuevo es transmitida, en forma de impulso nervioso, a través de las
neuronas, hacia los músculos que mueven nuestras piernas.
Sin embargo, un médico español, Santiago Ramón y Cajal descubrió que a pesar de que
las neuronas están muy, pero que muy cerca unas de las otras, nunca se llegan a tocar,
lo que echa por tierra la idea de que el impulso nervioso pasa de una neurona a otra por
contacto directo.
El impulso nervioso que se genera en una neurona que previamente ha sido estimulada,
como sucede por ejemplo con las neuronas de la retina cuando sobre ellas incide la luz,
se transmite a través del axón en dirección al terminal axónico. Si las neuronas
estuviesen en contacto este impulso nervioso pasaría del terminal axónico de una
neurona hasta las dendritas de la siguiente, y así sucesivamente hasta llegar al cerebro.
Pero sabemos que no hay contacto entre las neuronas, el terminal axónico de la
neurona que transmite el impulso nervioso (neurona presináptica) está separado de las
dendritas de la neurona que recibirá el impulso nervioso (neurona postsináptica) por
un pequeño espacio conocido como hendidura sináptica. Por tanto, el impulso no
pasa de una neurona a otra por contacto directo, sino que lo hace mediante unos
compuestos químicos, llamados neurotransmisores, que liberados a la hendidura
sináptica por el terminal axónico de la neurona presináptica interaccionan con
receptores específicos situados en las dendritas de la neurona postsináptica. Cuando los
neurotransmisores se unen a sus receptores en la neurona postsináptica se induce en
ella el impulso nervioso, que recorrerá su axón hasta llegar al terminal axónico, lugar
donde se liberarán nuevos neurotransmisores que inducirán el impulso en la siguiente
neurona, y así sucesivamente.
Está formado por el encéfalo y la médula espinal. Ambos se encuentran protegidos por
tres membranas llamadas meninges (duramadre, piamadre y aracnoides) y por los
huesos del cráneo y de la columna vertebral respectivamente.
Situado bajo la parte posterior del cerebro encontramos otra de las estructuras que
forman el encéfalo: el cerebelo.
por otro, es capaz de “tomar el mando” como si del propio cerebro se tratase y
elaborar respuestas en forma de acto reflejo.
En condiciones normales, los estímulos que son recogidos por las terminaciones
nerviosas de, pongamos, el dedo de una mano, son enviados en forma de impulso
nervioso hasta el cerebro, que será quién tome la decisión más adecuada. En este caso
la médula espinal se limita a actuar como una gran autopista por la que circulan los
impulsos hacia el cerebro, y posteriormente, los impulsos generados por el cerebro en
dirección a los músculos.
Sin embargo, en determinados contextos la respuesta del SNC se hace muy urgente si
se quiere evitar el daño, y eso es lo que ocurre cuando el mismo dedo del ejemplo
anterior se quema. Si el dedo no se retira rápidamente de la fuente de calor sufrirá
daños irreparables, y es bajo estas circunstancias de urgencia cuando la médula toma el
mando, y sin que el impulso llegue al cerebro es ella quien envía la orden a los músculos
de la mano para que el dedo se retire de la fuente de calor.
El SNP está formado por los nervios y los ganglios nerviosos. Los axones de las
neuronas se empaquetan y se rodean de tejido conjuntivo formando los nervios,
mientras que sus somas se agrupan formando los ganglios.
Los nervios salen de la médula espinal y de la base del cerebro para inervar todas las
zonas de nuestro organismo. Los nervios que salen del cerebro se denominan craneales,
son 12 pares e inervan zonas del cuello y de la cara. Por ejemplo, el nervio hipogloso
responsable de los movimientos de la lengua o el famoso nervio trigémino implicado en
la masticación. Los nervios que salen de la médula espinal se denominan espinales, y
están conformados por 31 pares que inervan el corazón, los pulmones, las
extremidades, etc.
La sustancia utilizada por el sistema nervioso para pasar del modo tranquilo
parasimpático- al modo activado –simpático- es la adrenalina.
Aparato locomotor
El esqueleto
Generalmente, las articulaciones están protegidas por los ligamentos. Los ligamentos
son el conjunto de fibras que unen los huesos entre sí fortaleciendo las articulaciones.
Articulaciones fijas: son las que se localizan entre huesos planos, como entre los
huesos del cráneo. Los huesos se unen entre sí formando una línea en zigzag y no
hay posibilidad de movimiento entre ellos.
Articulaciones semimóviles: permiten cierto movimiento entre los huesos que
las conforman, como es el caso de la columna vertebral. Los huesos están unidos a
través de una estructura llamada fibrocartílago de unión y los ligamentos que
protegen esta unión.
Articulaciones móviles: permiten gran cantidad de movimientos. Es el caso de
la unión entre los huesos de la mano. Los extremos de los huesos están protegidos
por tejido cartilaginoso, además esa zona está lubricada gracias a una bolsa
sinovial rellena de líquido. Como las articulaciones semimóviles están protegidas
por los ligamentos que evitan que los huesos se salgan.
Los músculos
El tejido muscular está formado por fibras musculares y que tienen capacidad para
estirarse o contraerse provocando el movimiento. Las fibras musculares son el
resultado de la unión de varias células especializadas, llamadas miofibras, formando
estructuras alargadas. Además estas fibras musculares contienen unas proteínas
llamadas actinas con capacidad para contraerse y miosinas. El conjunto de estas
estructuras conforman los sarcómeros. El movimiento se produce gracias a la
contracción de los sarcómeros.
Tejido muscular esquelético: es el tejido que forman los músculos que están
unidos a los huesos. Su movimiento es rápido y voluntario y gracias a él se produce
el movimiento de los huesos y por lo tanto el desplazamiento del cuerpo. La unión
de los músculos a los huesos se hace a través de los tendones.
Tejido muscular cardíaco: es el tipo de tejido que reviste las paredes del
corazón. Presenta un tipo de contracción rápida e involuntaria, gobernada por el
sistema nervioso central.
Tejido muscular liso: presenta un movimiento involuntario, lento y rítmico. Es
el tipo de tejido que reviste la pared del estomago, de esófago,… y es responsable
de los movimientos peristálticos.
Sistema endocrino
Las hormonas vertidas a la sangre por las glándulas endocrinas actúan sobre otras
glándulas o sobre los órganos diana. Se denominan órganos diana porque sus células
tienen una serie de sustancias específicas, en su membrana plasmática, que actúan
como receptores de dichas hormonas que a su vez desencadenarán una serie de
procesos en dichas células. Podríamos comparar una hormona con la llave que hace
funcionar una máquina. La llave es colocada en la ranura adecuada, no todas las llaves
encajan para la misma ranura, y seguidamente se gira poniendo en funcionamiento la
máquina, de esta forma, las hormonas llegan a sus células diana y activan el
funcionamiento de los distintos órganos. Como en este ejemplo, cada hormona activa
un órgano en concreto y no otro. El sistema nervioso, a través del hipotálamo, es el que
controla la producción de las hormonas, el que esté en funcionamiento el sistema
simpático o parasimpático hará que se produzcan unas u otras hormonas.
Otras glándulas muy conocidas son las glándulas suprarrenales, como su nombre
indica están situadas encima de los riñones. Estas glándulas producen la conocida
adrenalina y su hormona antagónica la noradrenalina. De esta forma la primera es la
encargada de activar el sistema nervioso simpático, favoreciendo la actividad muscular,
y la segunda activa el sistema nervioso parasimpático, produciendo la relajación del
organismo.
medio, fuera del cuerpo de la hembra. También hay que destacar que en nuestra
especie el embrión formado se desarrolla dentro de la madre, en una estructura
llamada placenta, por lo tanto se trata de una reproducción vivípara placentaria.
Los conductos deferentes se unen para formar la uretra, se trata del conducto que
llevará a los espermatozoides hasta el exterior. En el sexo masculino, la uretra es
común a dos aparatos distintos: el aparato excretor y el aparato reproductor. El pene es
el órgano copulador que ayudará a introducirlos en el aparato reproductor femenino.
En su parte final se produce un ensanchamiento denominado glande que está
recubierto por un pliegue de piel llamado prepucio.
El aparato reproductor femenino tiene una doble función: debe fabricar los óvulos y
debe albergar el feto durante su desarrollo hasta el parto. Está formado por los ovarios,
las trompas de Falopio, el útero, la vagina y la vulva.
Pero volvamos sobre el óvulo que ha sido liberado hacia las trompas de Falopio,
para que se produzca la concepción este gameto debe ser fecundado por un
espermatozoide en el primer tercio de las trompas, nuca después puesto que debe llegar
con un número mínimo de células al útero dónde se implantará en forma de embrión.
Las trompas de Falopio están formadas por tejido muscular liso, por lo que en ellas se
producen movimientos peristálticos que, como ya se ha comentado anteriormente,
también son típicos del aparato digestivo y que ayudan al desplazamiento del óvulo o
del óvulo fecundado (cigoto).
El útero es una estructura musculosa situada entre las trompas de Falopio y la vagina.
Su función es albergar al feto durante el embarazo y para ello presenta una estructura
que crece y se destruye de forma cíclica llamada endometrio. El proceso periódico de
formación-destrucción del endometrio conforma el ciclo uterino. De forma general
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Apuntes tema 10: El cuerpo humano
también vamos a suponer que este proceso se produce en períodos de 28 días. Los
primeros días del ciclo uterino el endometrio va creciendo poco a poco sobre las
paredes internas del útero, de tal forma que llegado, aproximadamente, el día 18-20 del
ciclo su espesor es máximo. No es casualidad que en estos días su grosor sea tan grande
puesto que son esos días cuando el óvulo fecundado debería llegar al útero. De esta
forma, si no ha habido fecundación el endometrio no sirve para nada, más bien al
tratarse de un tejido profusamente vascularizado constituye una pérdida de recursos
para el organismo, y se pierde mediante una hemorragia llamada menstruación.
Llegado el día 28 comenzará un nuevo ciclo uterino de formación del endometrio. En el
caso de que se produzca fecundación el endometrio se mantendrá gracias a los niveles
elevados de una hormona llamada progesterona y no habrá menstruación.
La vagina se encuentra situada debajo del útero y su función es, teniendo en cuenta
que nuestra fecundación es interna, albergar al peno durante el coito.
La vulva es la parte externa del aparato reproductor femenino. Presenta dos orificios
distintos ya que, a diferencia del sexo masculino, la uretra y la vagina están separadas.
Además presenta una serie de repliegues denominados: clítoris, labios mayores y labios
menores.
11.1. Introducción
Por todos es sabido que ciertas características presentes en los progenitores pasan a sus
hijos, y de estos a sus nietos. Heredamos características poco importantes como la
clásica marca de nacimiento, el color de los ojos o cierta tendencia a la obesidad, pero
también podemos recibir de nuestros antepasados importantes enfermedades que
limiten o acaben con nuestras vidas. Este proceso hereditario no solo sucede en nuestra
especie sino también en todos y cada uno de los seres vivos que pueblan nuestro
planeta, desde los organismos unicelulares más sencillos hasta los complejos
organismos pluricelulares. De hecho, desde la revolución neolítica el hombre es
consciente de que las características de un organismo pueden pasar a su descendencia,
y en base a este conocimiento se fueron seleccionando aquellas plantas y animales con
características que nos permitían su mejor aprovechamiento. La agricultura y la
ganadería actual se fundamentan en la selección de aquellos individuos con mayor
productividad, mejor adaptación a las condiciones de cautiverio, menor agresividad,
etc.
El germen de lo que más adelante sería la genética debemos buscarlo en las huertas que
rodeaban un convento de monjes agustinos en la actual República Checa. Allí un monje
llamado Gregor Johann Mendel experimentaba con diferentes semillas de guisantes
(Pisum sativum) cruzando semillas rugosas con lisas y plantas amarillas con blancas,
estas experiencias, que describiremos más adelante, constituyeron la base de la
genética actual.
Si bien es cierto que Mendel desconocía todos y cada uno de los conceptos que vamos
a desarrollar a continuación, también lo es que su conocimiento previo nos facilitará la
comprensión de las tres leyes formuladas por el propio Mendel. De esta forma,
En primer lugar, debemos recordar que las características del individuo, y muchas de
las características que él no manifestará pero que sí podrán heredar sus descendientes,
se encuentran codificadas en una enorme molécula que conocemos como ácido
desoxirribonucleico o, de forma más sencilla, como ADN. Esas características de las
que estamos hablando se denominan caracteres y hacen referencia, entre otras, al
color de ojos, la altura, el grupo sanguíneo o la presencia de una determinada
enfermedad. En el capítulo 8 vimos como el ADN se encuentra en las células formando
unas estructuras llamadas cromosomas, y como estos cromosomas aparecían por
parejas -procedente cada miembro de la pareja de cada uno de los progenitores-. Es en
los cromosomas dónde residen las características del individuo, las cuales podrán
heredar sus descendientes. No obstante, la información para un carácter concreto,
pongamos el grupo sanguíneo, se localiza en una zona concreta dentro del cromosoma,
y es lo que se conoce como gen.
Vamos con un ejemplo que nos facilite la comprensión del concepto de gen y a la vez
nos dé pie a introducir otro concepto clave en genética, el concepto de alelos.
Imaginemos que tenemos una especie de ratoncitos que solo pueden presentar tres
colores de pelo: negro, blanco y gris. Obviamente el color del pelo de los roedores es un
caracter y debe estar codificado en un gen dentro de los cromosomas que constituyen
su ADN. Pero debemos recordar que los cromosomas se asocian por parejas, un
cromosoma procede del padre y el otro de la madre, por lo que un ratoncito no tendrá
un único gen para el color de pelo sino dos, uno heredado de su padre y otro de su
madre. La pareja de genes que codifican un mismo caracter reciben el nombre de
alelos.
Continuando con nuestro ratoncito ya sabemos que tiene dos genes para el color de
pelo, y ahora añadimos que los dos colores que pueden codificar estos genes son o
negro (N) o blanco (B). De esta forma, el roedor puede tener varias alternativas en su
pareja de alelos. Puede suceder que sus dos alelos codifique el color negro, es decir, el
alelo procedente del padre sea negro y el de la madre también. En este caso los alelos
del ratoncito se simbolizan como NN, y como son idénticos se dice que el individuo es
homocigótico para el color de pelo que, obviamente, será negro. Otra posibilidad es que
los dos alelos que recibe el ratón de sus progenitores sean blancos, en este caso sus
alelos serían BB y el ratón tendrá un pelaje blanco.
Pero existe un tercera alternativa, que el roedor reciba alelos distintos de sus
progenitores, el gen que hereda de uno de ellos codifica el pelaje negro, y el otro gen,
procedente del otro progenitor, el pelaje blanco. En este caso los alelos del ratoncito
serían NB, el individuo sería heterocigótico para el color de pelo, que se teñiría de gris.
En los dos primeros casos hemos visto como los alelos que presenta la cría de ratón
coinciden con el color del pelo que manifiesta, sin embargo, en la tercera opción el color
marcado por los alelos no aparece en el pelaje del roedor. Esto es debido a que la
información presente en los genes del individuo, el genotipo, no siempre se manifiesta
en las características externas de este, el fenotipo.
Pero ahora imaginemos que el alelo que codifica el negro (N) es dominante frente al
alelo que codifica el pelo blanco (b) -se ponen en minúscula para simbolizar que no es
el dominante, se le llama recesivo- en los roedores. En este caso el alelo dominante
siempre que aparezca en el genotipo se manifestará en el fenotipo, mientras que el
recesivo solo se manifestará en el fenotipo si no hay ningún dominante en el genotipo.
De esta forma, los roedores con genotipo NN y Nb serán siempre negros, y solo los
ratones que presenten el genotipo bb tendrán el pelo blanco.
Por tanto, un alelo dominante es aquel que siempre se expresa en el fenotipo del
individuo, mientras que el alelo recesivo solo se expresará cuando no haya un
dominante en el genotipo. Cuando los dos alelos son dominantes se manifiestan ambos
o una mezcla de ambos y se habla de codominancia (tal y como sucedía con los ratones
AB de pelo gris).
Pertrechados con estos sencillos conceptos sobre genética podemos abordar ya las leyes
de Mendel y resolver sencillos problemas de genética mendeliana.
Tal y como se comentaba al inicio de este tema, Gregor Mendel fue el precursor de la
genética actual. Las experiencias de Mendel se basaban en cruzar diferentes plantas de
guisantes y observar las características que presentaba la descendencia. A partir de las
observaciones realizadas con los cruzamientos de diferentes plantas de guisante
Mendel estableció sus tres leyes que nos permiten conocer cómo se heredan los
caracteres.
Una de las experiencias llevada a cabo por Mendel consistía en cruzar dos razas puras
de la planta de guisante. Cuando hablamos de razas puras nos estamos refiriendo a que
cada una de las plantas utilizadas era homocigótica para el caracter analizado. Así si
cruzamos una planta de flores blancas con otra planta de flores amarillas ambas deben
ser homocigóticas, es decir, la planta blanca tendrá los dos alelos que codifican el color
de sus flores como blancos (A), mientras que la planta de guisante de flor amarilla
presentará los dos alelos codificando el color amarillo (a).
Luego los genotipos de ambas flores, razas puras u homocigóticas para el color, serían
AA y aa respectivamente. Al simbolizar el color blanco con A y el color amarillo como a
estamos indicando que el color blanco de las flores en el guisante es dominante frente
al amarillo, que será el alelo recesivo.
Mendel observó que al mezclar dos individuos homocigóticos para el color de la flor,
uno blanco y el otro amarillo, todos los individuos que surgían de ese cruzamiento eran
blancos. Por ese motivo Mendel denominó a esta ley como la de la uniformidad ya que
todas las plantas que obtenía eran idénticas a uno de los progenitores. Debemos tener
muy en cuenta que Mendel solo podía conocer los fenotipos (que es la característica
observable) de sus plantas pero no el genotipo (que se encuentra en el núcleo de las
células). No obstante, si nos fijamos en la figura anterior veremos que si bien es cierto
que todas las plantas obtenidas en la F1 son fenotípicamente idénticas a la flor blanca
parental, no sucede lo mismo con el genotipo. Todas las flores de la generación F1 son
heterocigóticas ya que presentan un alelo de cada progenitor, y el procedente de la
planta de flor amarilla es el alelo a. Como el alelo amarillo (a) es recesivo no se
manifiesta en las flores de la F1 y todas ellas son blancas aunque en sus genes aparezca
la posibilidad de tener flores amarillas. ¿Cuándo aparecerá el color amarillo que se
encuentra “escondido” en el patrimonio genético de las flores blancas de la generación
F1? Para verlo debemos estudiar la siguiente de las leyes de Mendel.
En una segunda experiencia Mendel cruzó entre sí a las plantas blancas obtenidas en la
generación F1. Curiosamente observó que el 25% de las plantas generadas como
consecuencia de este cruzamiento, en la denominada F2, manifestaban el gen recesivo
“a” y debido a ello sus flores no eran blancas sino amarillas. El 75% restante de la
descendencia perteneciente a la generación F2 si que presentaban flores blancas,
idénticas a las de sus progenitores.
La consecuencia de esta experiencia es que el gen recesivo para el color de flor amarillo
(a) que parecía haber desaparecido en la generación F 1 se ha manifestado en la segunda
generación (F2). Esto implica que los diferentes alelos para un caracter no se fusionan
ni se mezclan, como hasta entonces se creía, sino que permanecen separados y se
segregan para formar gametos diferentes, tal y como podemos observar en la Figura 2.
En las dos primeras leyes Mendel trabajó con un único caracter: el color de las flores. El
objetivo de la siguiente experiencia, que constituye la tercera de las leyes de Mendel,
combina dos caracteres diferentes, por un lado el color de la flor –blanco (A) y amarillo
(a)- y el tamaño de las plantas –grandes (G) y pequeñas (g)-, donde los alelos que
codifican las flores blancas (A) y las plantas grandes (G) son dominantes, mientras que
los alelos que determinan las flores de color amarillo (a) y las plantas pequeñitas (g)
son recesivos.
Para ello se combinan plantas homocigóticas de flores blancas y grandes (AAGG) con
plantas de flores amarillas y pequeñas (aagg). Tal y como establece la primera de las
leyes de Mendel todos los individuos obtenidos en la generación F1 serán homocigotos
para ambos caracteres (AaGg) y, por lo tanto, se tratará de plantas grandes con flores
blancas.
De esta forma, la tercera ley de Mendel establece que los alelos de diferentes caracteres
se transmiten de forma independiente, de modo que pueden aparecer en la
descendencia combinados de todas las formas posibles.
En las plantas del guisante existen dos tipos de flores, blancas y amarillas, donde el
color blanco es dominante sobre el amarillo. Indica el genotipo y fenotipo de los
individuos que surgirán si se cruza una planta homocigótica blanca con otra planta
de flores amarillas.
Una de las plantas tiene la flor blanca, y existen dos genotipos diferentes que
permitirían a una planta del guisante tener flores blancas: AA o Aa. Pero el propio
enunciado del problema nos resuelve la duda puesto que dice que nuestra planta es
homocigótica y por tanto los dos alelos deben ser idénticos. De esta forma el primer
progenitor presenta un genotipo AA.
La otra planta de guisante tiene la flor amarilla y el único genotipo posible que permite
a la planta de guisante presentar flores amarillas es el aa.
Generación parental AA x aa
En segundo lugar, debemos determinar el alelo que llevarán los gametos de ambos
progenitores, y en este caso no puede ser más fácil ya que al tratarse de individuos
homocigóticos –los dos alelos son idénticos- cualquier gameto será idéntico. Todos los
gametos de la planta de flores blancas llevarán el alelo A, y todos los gametos de la
planta de guisante amarilla el alelo a.
Generación parental AA x aa
Gametos A a
Por último se combinan los gametos de todas las formas posibles. De nuevo, es este
problema al haber solo un tipo de gameto por progenitor solo hay una alternativa
posible, que el gameto A se combine con el gameto a para formar una descendencia
idéntica con genotipo Aa y con fenotipo de flores blancas, tal y como postula la
primera ley de Mendel.
Generación parental AA x aa
Gametos A a
Generación filial (F1) Aa
Al combinar dos de las plantas del guisante se ha obtenido una planta de flores
amarillas. Sabiendo que los dos progenitores eran plantas de flores blancas, indica
los genotipos de todas ellas.
En la generación parental está claro que ambos progenitores deben tener el gen
dominante A que les permita tener flores blancas, pero el segundo alelo podría ser otro
A o el alelo a. La solución nos la da el genotipo de la planta hija, que al tener flores
amarillas no queda otra opción que su genotipo sea aa. La planta hija de flores
amarillas ha heredado los genes de sus progenitores, de tal forma que si tiene los dos
alelos a es porque ha recibido uno de cada progenitor. Duda resuelta, el genotipo de
ambos progenitores es idéntico: Aa (individuos heterocigóticos).
Generación parental Aa x Aa
Gametos A a A a
De esta forma, el primer progenitor tendrá dos tipos de gametos, unos llevando el alelo
A y los otros el alelo a. El segundo progenitor, la planta de flores amarillas, solo tendrá
un tipo de gametos, todos conteniendo el alelo a.
Generación parental Aa x aa
Gametos A a a
Indica el genotipo
Observado y el fenotipo
la generación que se puede
filial podemos obtener
ver que combinando
hay dos una planta
tipos de genotipos en de
la
guisante pequeña
descendencia. y contienen
La mitad flores un
amarillas con
genotipo Aaotra
y detambién de son
esta forma flores amarillas
plantas pero
con flores
heterocigótica paraque
blancas, mientras el tamaño.
el otro 50% son plantas con genotipo aa y, por tanto, con
flores amarillas.
La planta pequeña con flores amarillas debe presentar solo los alelos recesivos, se trata
de una planta homocigótica para ambos caracteres, y su genotipo es aagg.
El otro progenitor también presenta flores amarillas (aa) pero es heterocigótica para el
tamaño, luego debe presentar los dos alelos (Gg). El genotipo de esta planta será aaGg.
El siguiente paso consiste en establecer los gametos que formará cada progenitor, de
esta forma la planta pequeña de flores amarillas únicamente presentará un tipo de
gametos ag. Mientras que el otro progenitor formará dos tipos diferentes de gametos,
unos contendrán los alelos aG y los otros gametos tendrán los alelos ag.
Gametos ag aG ag
Las plantas que se obtendrían en la primera generación filial serían de dos tipos: 50%
de plantas con genotipo aaGg y fenotípicamente de flores amarillas y de tamaño
grande; y otro 50% de plantas con genotipo aagg, que se manifestará en el fenotipo en
forma de plantas pequeñas de flores amarillas.
Sin embargo, en realidad existen muchos casos en los que un determinado caracter está
determinado por más de dos alelos diferentes, es lo que se conoce como alelismo
múltiple. Un muy buen ejemplo de alelismo múltiple lo constituye el grupo sanguíneo
ABO que se desarrolló en el capítulo 8 del presente manual.
En principio nos podría parecer que de nuevo estamos ante un caso similar al del color
de las flores y el tamaño en las plantas de guisante, es decir, dos alelos que determinan
las dos únicas posibilidades de un determinado caracter. Pero no es así, ya que hay
individuos que no presentan ni el receptor A ni el B en la membrana de sus glóbulos
rojos, decimos que pertenecen al grupo sanguíneo O, ya que, curiosamente, hay un
tercer alelo que es el responsable de la aparición de este grupo sanguíneo (llamémosle
alelo O). De esta forma, el grupo sanguíneo está determinado por tres alelos, el A, el B
y el O, y, por tanto, el grupo sanguíneo es un carácter que presenta alelismo múltiple.
Curiosamente los alelos A y B son codominantes y cuando ambos aparecen en un
individuo se manifiestan los dos generando el grupo AB, pero ambos alelos son
dominantes ante el alelo O, que es el recesivo.
Los posibles genotipos y fenotipos del grupo sanguíneo que se originan por la
combinación de los tres alelos se pueden observar en la Figura 5.
Vamos a aplicar las reglas sobre la herencia que hemos aprendido en apartados
anteriores con el objetivo de resolver problemas relativos a la herencia del grupo
sanguíneo, cuestión que forma parte de un tipo especial de herencia ligada a varios
alelos: el alelismo múltiple. Para la resolución de este tipo de ejercicios puede resultar
muy útil emplear la Figura 5 que relaciona genotipos y fenotipos en los distintos grupos
sanguíneos.
Una pareja tienen un hijo cuyo grupo sanguíneo es O. Sabiendo que el grupo
sanguíneo del padre es A y el de la madre O, determina los genotipos de los tres
miembros de la familia.
Cualquier individuo que tenga por grupo sanguíneo el grupo O debe ser homocigoto y
presentar los dos alelos O, ya que este es recesivo. De esta forma, madre e hijo que
fenotípicamente pertenecen al grupo sanguíneo O tendrán como genotipo el OO. Sin
embargo, en el caso del padre hay dos posibles opciones en el genotipo que darían
como grupo sanguíneo el A. Se trata de los genotipos AA y AO. No obstante, como el
hijo presenta los dos alelos O y, obviamente, uno lo recibe del padre y otro de la madre
no queda más remedio que uno de los alelos O lo haya heredado de su padre, y por
tanto, el genotipo de este último es AO.
Padre Madre
Generación parental AO OO
Gametos A O O
Madre Padre
Familia 1 AB B
Familia 2 A AB
Familia 3 A B
El bebé pertenece al grupo O y, por tanto, su genotipo es OO. De esta forma, el niño ha
recibido un alelo O de cada uno de sus progenitores. Eso descarta a la Familia 1 porque
el grupo sanguíneo de la madre es AB y los alelos que heredará su hijo podrían ser el
alelo A o el alelo B pero nunca el O.
De esta forma, la única opción que nos queda es la Familia 3, donde la madre presenta
el grupo sanguíneo A, pero deducimos que su genotipo será AO. En el caso del padre,
que pertenece al grupo sanguíneo B, sucede algo parecido, es heterocigoto y además del
alelo B tiene que presentar el O. El bebé ha heredado sus dos alelos O de la madre y el
padre de la Familia 3.
Indica los posibles genotipos y el grupo sanguíneo que presentarían los hijos de una
pareja si el padre es heterocigoto del grupo B y la madre, también heterocigoto, del
grupo A.
Padre Madre
Generación parental BO AO
Gametos B O A O
Un aspecto muy importante del conocimiento del mecanismo por el cual se transmite la
herencia genética es la predicción de determinadas enfermedades asociadas a los genes.
Estas enfermedades que pasan de generación en generación son las enfermedades
genéticas.
Los genes se ubican en los cromosomas, pero a su vez los cromosomas se pueden
dividir en dos grupos. En el primero nos encontramos con las primeras 22 parejas de
cromosomas en los que se ubican genes que determinan muchas de las características
del individuo, pero no una característica muy importante: el sexo. Estas 22 parejas de
cromosomas se denominan autosomas, mientras que la última pareja, la pareja 23, se
conoce como cromosomas sexuales, puesto que los genes que contienen determinan
el sexo del individuo.
En este caso las enfermedades genéticas son debidas a genes mutados que aparecen en
alguno de los 44 cromosomas que conforman el grupo de los autosomas. Estos genes
mutados responsables de la enfermedad pueden comportarse como dominantes o como
recesivos, y en función de este comportamiento la enfermedad se manifestará o no en el
individuo.
Una pareja formada por una mujer heterocigótica con polidactilia y un hombre con
un número normal de dedos en sus extremidades quieren conocer la probabilidad de
que sus hijos presenten polidactilia como la madre.
En primer lugar, tenemos que darnos cuenta que la polidactilia es una enfermedad
autosómica y, por tanto, independiente del sexo del individuo, por lo que no es
relevante que la mujer sea la potadora del gen mutado, o lo sea el hombre. Lo que sí es
Generación parental Aa aa
Gametos A a a
La probabilidad de que los hijos de esta pareja presenten polidactilia sería del 50%,
exactamente la misma probabilidad de que no la presenten.
Una pareja de enanos acondroplásicos han tenido un hijo con altura “normal”.
Indica los genotipos de los padres y del hijo, e indica la probabilidad de que el
segundo hijo presente también una altura normal.
Si alguno de los dos progenitores fuese homocigoto para el gen A toda su descendencia
manifestaría la acondroplasia, así que la única posibilidad de que dos individuos
acondroplásicos tengan algún hijo de talla “normal” es que ambos sean heterocigóticos
Aa. El genotipo del hijo de estatura “normal” es aa, porque de presentar el alelo
mutado lo manifestaría, y su talla demuestra que no es así.
Generación parental Aa Aa
Gametos A a A a
Dentro de las enfermedades genéticas asociadas a los autosomas existe una segunda
alternativa, que consiste en que el alelo mutado responsable de la enfermedad no es
dominante sino recesivo. Este tipo de enfermedades, entre las que destacan por su
elevada prevalencia el albinismo, la sordomudez congénita o la fibrosis quística, se
denominan enfermedades autosómicas recesivas.
Generación parental Aa Aa
Gametos A a A a
El daltonismo es una enfermedad genética debido a una alteración en uno de los genes
del cromosoma sexual X que genera en el individuo incapacidad para distinguir entre
colores complementarios, como el rojo y el verde. La hemofilia es una enfermedad
hereditaria asociada a los cromosomas sexual bastante más grave que el daltonismo,
puesto que consiste en la dificultad (hay diferentes grados) para coagular la sangre.
¿Qué probabilidad hay de que una pareja formada por una madre
hemofílica y un padre no hemofílico tengan hijas sanas? e ¿hijos sanos?
Para realizar este tipo de ejercicios donde la herencia está ligada a los cromosomas
sexuales modificares ligeramente la estrategia que hemos venido utilizando hasta
ahora, y en vez de representar los alelos lo que haremos será indicar los cromosomas
sexuales (XX en la mujer y XY en el hombre) situando sobre el cromosoma X en forma
de letra el gen responsable de la enfermedad. Así si el cromosoma X presenta el gen
responsable de la hemofilia lo denotaremos como XH y si, por el contrario, está libre del
gen simplemente lo pondremos como X.
Los gametos de la madre serían todos idénticos y portarían el cromosoma X con el alelo
responsable de la enfermedad (XH), mientras que en el hombre aparecerían dos tipos
de espermatozoides, unos conteniendo el cromosoma X libre de hemofilia (X) y los
otros presentando el cromosoma Y.
Padre Madre
Generación parental XY XHXH
Gametos X Y XH
En este caso todas las hijas de la pareja serán portadoras del gen mutado responsable
de la hemofilia, pero ninguna de ellas desarrollará la enfermedad ya que poseen el otro
alelo sano procedente de su padre. Sin embargo, todos los hijos varones de esta pareja
serán hemofílicos porque el alelo que presentan en su único cromosoma X es el gen
mutado responsable de la hemofilia que procedía de los cromosomas maternos.
Padre Madre
Generación parental XDY XX
Gametos XD Y X
Ninguno de los hijos o hijas de la pareja será daltónico, pero todas las niñas serán
portadoras del gen del daltonismo.
Hay dos tipos de teorías que han tratado de dar respuesta al origen de las especies,
pero, al igual que las cuestiones que se planteaban anteriormente, las respuestas son
radicalmente diferentes.
El primer gran grupo de teorías constituyen el Fijismo, mientras que bajo la segunda
postura sobre el origen de las especies se sustentan las teorías Evolucionistas.
El paradigma reinante a principios del siglo XIX era el fijismo, cuya máxima establecía
que las diferentes especies permanecían invariables a lo largo del tiempo, o lo que es lo
mismo, que los individuos de una especie se reproducen para originar otros individuos
de su misma especie, jamás de otra especie distinta. Científicos tan importantes como
Carl von Linneo o Georges Cuvier se convirtieron en los principales defensores del
fijismo articulando sus investigaciones conforme a este paradigma. Sin embargo, una
Fósiles
Todo ser vivo durante su estancia en la Tierra deja un rastro o una huella. Una vez que
muere ese rastro suele desaparecer con el paso del tiempo pero en ocasiones perdura,
generalmente se transforma en piedra y se conserva indefinidamente. Cuando esto
sucede estamos hablando de fósiles. Gracias a ellos tenemos una idea de cómo fue la
vida en épocas muy anteriores a la nuestra y podemos seguir la pista del proceso
evolutivo.
La característica más común es que tras la muerte o paso de esa planta o animal quedan
cubiertos por una capa que evita la presencia de oxígeno y, por lo tanto, impide su
descomposición, aunque sí sufren otro tipo de reacciones que llevan a mineralizar esos
restos.
Los restos de seres vivos que podemos encontrarnos en forma de fósiles son:
Las partes duras como huesos o caparazones que se han fosilizado. Las
partes blandas de un animal o planta se descomponen muy rápidamente, en
cambio, las partes duras pueden sufrir una serie de reacciones químicas en las que
se mineraliza, aunque en ocasiones, también esta desaparece y lo que queda es una
impresión de su molde.
Restos de sus heces. Cuando las heces de, generalmente, grandes animales
quedan fosilizadas se denominan coprolitos.
Restos de su actividad. Este tipo de fósiles se suelen encontrar en zonas
pantanosas y nos dan idea del modo de vida de la fauna que habitaba esa zona.
Seres completos. Suele suceder cuando el ser vivo queda inmerso en un fluido
que solidifica rápidamente sin darle tiempo a descomponerse. Este es el caso de
insectos que han quedado fosilizados en ámbar o de grandes animales atrapados en
un glaciar.
Figura 6. Trilobites: artrópodo extinto que vivió durante el Paleozoico (izq.). Ammonites:
cefalópodos extintos hace 65 millones de años (der.)
El estudio de los fósiles nos ayuda a conocer cómo fue la vida hace millones de años y
también constituyen una de las principales pruebas de la evolución. En muchas
ocasiones se han encontrado fósiles que permiten relacionar unas especies ya extintas
con otras que actualmente pueblan nuestro planeta, constituyendo las llamadas
formas intermedias. El Archaeopterix, que aparece en el capítulo 9 del presente
manual, constituye una forma intermedia entre reptiles y aves, de la misma forma que
el Tiktaalik conforma una pieza clave en la evolución de los tetrápodos al tratarse de
una forma intermedia entre peces y anfibios.
Pero sin lugar a dudas el mejor registro fósil, que a su vez constituye una de las grandes
pruebas del proceso evolutivo, es el que nos explica la evolución de los équidos. Se han
encontrado restos datados en hace unos 58 millones de años pertenecientes a una
especie de pequeñísimo caballo de menos de 50 cm de altura conocido como
Hyracotherium que además presentaba las patas terminadas en cuatro dedos. Esta
especie evolucionó aumentando su tamaño a la vez que disminuía el número de
falanges en sus patas, así se han encontrado restos, datados en un poco menos de 40
millones de años, de otro equino de poco más de 60 cm de altura y con patas coronadas
por tres dedos, el Mesohippus. Este a su vez evolucionó hacia otro equino, el
Merychippus, más grande y con dos pequeñas falanges flanqueando a otra de mayor
tamaño, que vivió sobre nuestro planeta hace unos 25 millones de años. El proceso
evolutivo de los equinos ha llegado hasta nuestros días en forma del caballo actual, con
una altura media de aproximadamente 1,5 metros y patas con una única falange.
Anatomía comparada
La comparación entre diferentes estructuras de los seres vivos nos revela múltiples
semejanzas que parecen reflejar un antepasado común del que estos organismos
evolucionaron. Los órganos o estructuras de los seres vivos que presentan cierta
semejanza al tener un antepasado común se denominan órganos homólogos. Un
ejemplo clásico de órganos homólogos lo constituyen las extremidades anteriores en los
mamíferos, donde los mimos huesos aparecen modificados formando el brazo de un
humano, la pata de un perro, la aleta de un delfín y el ala de un murciélago. En este
caso el origen embriológico de estas estructuras es el mismo, pero el proceso evolutivo
ha permitido su adaptación a los diferentes medios y necesidades de la especie.
No debemos confundir este tipo de estructuras u órganos con otras estructuras que
parecen similares pero que no tienen un origen embriológico similar, conocidas como
órganos análogos. Las alas de una paloma, de un murciélago o de una mosca, que a
pesar de tener una misma utilidad su origen anatómico es muy diferente, conforman un
tipo de estructuras análogas pero no homólogas.
Pruebas embriológicas
Todos nosotros somos capaces de diferenciar sin mayor problema una trucha, de una
rana, de una gallina o de un humano, pero tendríamos muchas, muchísimas
dificultades para distinguir entre los embriones de un pez, de un anfibio, de un ave y de
un mamífero. En los primeros estadios de su desarrollo son prácticamente iguales,
todos ellos presentan branquias y un corazón sin tabicar que permanecerá así en el caso
de los peces pero se irá transformando poco a poco en el resto de los vertebrados. De
esta forma, todos los embriones de los vertebrados son muy parecidos en los primeros
estadios de su desarrollo pero poco a poco, según se van desarrollando adquieren las
características que los diferencian. Es como sí el desarrollo embrionario fuese una
película a cámara rápida del proceso evolutivo seguido por esa especie. Curiosamente
esta percepción tomo forma en la denominada Ley biogenética fundamental
propuesta por Haeckel en el siglo XIX, y en la que se establece que el desarrollo
embrionario de un individuo es una recapitulación del proceso evolutivo que ha sufrido
su especie.
Pruebas bioquímicas
Todo ser vivo está formado por un mismo tipo de moléculas químicas: los glúcidos, los
lípidos, las proteínas e incluso los ácidos nucleicos forman parte de todos y cada uno de
los organismo vivos, lo cual conforma una nueva prueba del nexo, del origen común
entre todos ellos. Pero todavía más espectacular es que todos y cada uno de los seres
vivos “hablan” el mismo idioma genético, todos utilizan el código genético. La
información codificada dentro de cada uno de los genes de un ser vivo puede ser leída
por las células de cualquier otro ser vivo; el código genético es universal.
Pruebas biogeográficas
En primer lugar, tenemos que saber que la biogeografía es una disciplina científica que
estudia la distribución geográfica de las especies. Mediante la biogeografía sabemos que
los seres vivos presentan más diferencias cuanto más separadas, espacial o
temporalmente, se encuentran las regiones donde habitan, como consecuencia de la
diferente acción del proceso evolutivo. El mejor ejemplo lo constituyen las especies de
mamíferos presentes en Australia que difieren de las presentes en, casi, todo el resto del
mundo. En Australia, que se separó del resto de continentes hace unos 70 millones de
años, los mamíferos son monotremas y sobre todo marsupiales y hasta que el hombre
nos los introdujo no existían los mamíferos placentarios que pueblan el resto de
continentes. Otra prueba biogeográfica la encontramos en la flora similar que se
desarrolla en Europa y Norteamérica que permanecieron juntas –mientras sus especies
evolucionaron- hasta hace unos 40 millones de años; lo que contrasta con la flora tan
diferente que encontramos en el continente africano y en las regiones sudamericanas
que divergieron mucho tiempo antes –unos 80 millones de años- provocando que sus
especies evolucionaran de forma separada.
Como contrapunto a las teorías fijistas, el evolucionismo plantea que las especies
cambian a lo largo del tiempo, es decir, con el paso del tiempo unas especies se van
transformando en otras diferentes.
Lamarckismo
Los organismos se adaptan a las condiciones del medio, y para ello pueden
desarrollar un órgano o atrofiarlo hasta hacerlo desaparecer. Es lo que
clásicamente se ha venido a denominar como: “La función crea el órgano”.
Las características desarrolladas por los antepasados (caracteres adquiridos) pasan
a su descendencia.
Los organismos muestran una tendencia evolutiva hacia la complejidad.
En el pasado las jirafas cuellicortas vivirían alimentándose de la hierba que crecía sobre
el suelo y de las carnosas hojitas que se desarrollaban en las ramas más bajas y
accesibles de los árboles. Pero, como todos sabemos y la ciencia nos ha demostrado,
vivimos en un planeta cambiante donde los periodos glaciares se alternan con los siglos
de bonanza climatológica y con otros de intensa sequía. De tal forma, que las jirafas
cuellicortas tuvieron que vivir durante un periodo de sequía, donde el agua estaba
limitado y las praderas que les suministraban la mayoría de los nutrientes se secaron,
dejando como principal fuente de alimentación las hojas de las pocas acacias que
resistían la sequía.
Por lo tanto, parece que en la afirmación “la función crea el órgano” Lamarck no estaba
muy desencaminado; sin embargo, si lo estaba en el segundo de los planteamientos,
que además es clave para comprender su teoría. Según el lamarckismo los caracteres
adquiridos por los antepasados, cuellos largos en las jirafas y en las mujeres padaung o
músculos desproporcionados en el caso de los culturistas, deberían pasar a sus
descendientes, y eso no es así. Básicamente porque para que una característica pase a la
descendencia es necesario que esta se encuentre en la única estructura que reciben
nuestros hijos de nosotros, en nuestro ADN. Los esfuerzos de la jirafa o del culturista
modifican el cuello y los músculos de su poseedor pero no su patrimonio genético y, por
tanto, estas modificaciones desaparecerán cuando su dueño lo haga.
Nos queda un último aspecto del lamarckismo por analizar, probablemente el más
interesante y controvertido, que establece que los organismos evolucionan para hacerse
más complejos y, por tanto, que la evolución tiene un fin: el organismo más complejo.
De ahí a decir que esa evolución ha culminado en el ser más complejo y perfecto: el ser
humano, es un gran salto sin red que algunos están dispuestos a realizar. En principio
no habría que reprocharnos nada, como Homo sapiens que somos miramos al mundo a
través de los ojos de un humano, un enfoque antropocentrista, y tenemos claro que
nuestra inteligencia nos ha hecho mostrarnos como la culminación de la evolución,
como el organismo perfecto cuya complejidad le sitúa por encima de los demás seres
vivos.
podamos reprocharnos una actitud que parece innata no quiere decir que en modo
alguno estemos acertados, ya que de ninguna manera el Homo sapiens es la
culminación del proceso evolutivo. Si es cierto que su característica más definitoria, la
inteligencia, nos ha situado en la cima del planeta, reinando sobre rocas, animales y
plantas, e incluso nos ha permitido someter a las leyes de la naturaleza, y parece
habernos apartado del proceso evolutivo, pero es muy probable que hace 60 millones
de años unos reptiles enormes que dominaban la Tierra se sintiesen igual de poderosos
e intocables, sin ser conscientes de que su cercano fin llegaba del cielo. Esta idea la
retomaremos una vez explicado el darwinismo puesto que es la única forma de darle un
sentido global.
Darwinismo
La idea principal que subyace bajo la Teoría darwinista es que las especies evolucionan
como consecuencia de los cambios en el entorno pero que, a diferencia de las ideas
lamarckistas, esta evolución no tiene ninguna dirección, es un proceso abierto sin un
fin único. No obstante, para explicar el darwinismo seguiremos los mismos pasos que
hemos llevado a cabo con el lamarckismo, estableciendo inicialmente las ideas que
perfilan este enfoque evolucionista:
Vamos a aplicar estos principios darwinistas al mismo ejemplo de las jirafas que
utilizamos en el caso del lamarckismo, solo que en este caso necesitamos tres y no dos
imágenes.
Figura 8. Población con jirafas con diferentes características (1). Población donde predominan las
jirafas “cuellilargas” (2). Población exclusivamente con jirafas “cuellilargas” (3)
En la primera imagen podemos ver a los antepasados de las jirafas, esa especie de
antílopes que habíamos denominado “jirafas cuellicortas”. Solo que en este caso, y
frente a la homogeneidad presentada en el ejemplo lamarckista, observamos como en la
población de jirafas cuellicortas aparecen algunas compañeras con el cuello más largo.
Durante los años de bonanza, cuando los prados estaban rebosantes de vegetación, las
jirafas con el cuello más corto comían sin problema de los abundantes pastos, con la
gran ventaja de que mantener un largo cuello es muy costoso en términos energéticos,
en pocas palabras mantener un gran cuello implica ingerir mucho más alimento. Bajo
estas circunstancias las jirafas de cuello y patas más largas se encontraban en franca
desventaja frente a sus compañeras con las que compiten por el alimento, ya que el
cuello y las patas más cortas de las cuellicortas les permitían acceder mejor al pasto y
requerir menor cantidad de alimento. La selección natural bendecía a estas pequeñas
jirafas frente a sus hermanas cuellilargas.
Sin embargo, como ya hemos visto las condiciones del entorno son cambiantes, y en
una época de sequía donde los pastos desaparecen y solo sobreviven los árboles más
resistentes, el inconveniente de unas patas y un cuello más largo se transforma en una
bendición, ya que estas jirafas cuellilargas pueden alimentarse sin problema de las
hojas más altas que crecen en las acacias, mientras que sus congéneres de cuello más
corto perecen de inanición, en una muestra del poder de la selección natural.
Bajo las condiciones actuales, los humanos somos los “reyes del mambo” y nos vemos
como la culminación de una evolución lamarckista, pero realmente la evolución se rige
por las directrices del darwinismo, y bajo estas reglas solo somos una especie más,
perfectamente adaptada a un entorno concreto y no el objetivo final del proceso
evolutivo.
Neodarwinismo
Volviendo al ejemplo de las jirafas, el cuello corto o largo se encuentra codificado en los
genes, de tal forma que si las jirafas cuellilargas comen más y mejor que las cuellicortas,
serán las que se reproduzcan pasando los genes donde reside cuello largo a su
descendencia. De esta forma, las jirafas cuellilargas serán cada vez más y las
cuellicortas cada vez menos, llegando incluso a desaparecer.
Las mutaciones son modificaciones aleatorias del ADN de un individuo, que cuando se
producen en sus gametos (óvulos o espermatozoides) pasan a su descendencia. En la
mayoría de los casos estas mutaciones son neutras, es decir ni benefician ni perjudican
a su poseedor, en otras circunstancias son negativas y provocan la muerte de su
poseedor, y en el menor número de casos resultan positivas, beneficiando al individuo
al conferirle una ventaja frente a sus congéneres, que en muchos casos puede
desembocar en la aparición de una nueva especie.
Sin embargo, las mutaciones no son tan habituales como podría parecernos y la
variabilidad (altos, bajos, rubios, morenos,…) de los individuos de una especie
normalmente no es debida a estas mutaciones, sino a un proceso de intercambio de
genes que se da en las células sexuales de nuestros progenitores, denominado
recombinación génica, y que es el responsable de que mis hermanos y yo nos
parezcamos, más o menos, pero desde luego no seamos iguales.
Ahora las jirafas cuellilargas se alimentaban más, estaban más fuertes y, por lo tanto,
eran ellas las que se reproducían, pasando sus genes -en los que residen su largo cuello
y sus enormes patas- a su descendencia. En este caso la selección natural ha marcado a
las jirafas cuellicortas para una rápida extinción.
Anexo I
En este anexo vamos a recordar cómo se multiplican y dividen potencias que tienen la
misma base, y concretamente trabajaremos en base 10 porque es la utilizada en los
problemas en los que aplicamos la ley de Coulomb.
exponente
base ab
El exponente nos indica el número de veces que multiplicamos la base por sí misma así
la potencia 95 sería 9.9.9.9.9 = 59049.
Para multiplicar potencias que tienen la misma base, mantenemos esa base y
sumamos los exponentes:
Para dividir potencias que tienen la misma base, mantenemos la base y restamos los
exponentes:
Sin embargo en los ejercicios que hacemos al aplicar la ley de Coulomb las potencias en
base diez van acompañadas por números, en este caso debemos operar esos números
por un lado y las potencias por otro, para luego juntarlas. Veamos un ejemplo:
= 6.1012
Anexo II
A continuación se explican los pasos que debemos llevar a cabo para operar las
potencias en base 10 que pueden aparecernos al aplicar la Ley de Coulomb.
Anexo III
Notación científica
En primer lugar empezamos con números muy grandes, como el 354.000, y los
expresaremos en notación científica: de esta forma la parte numérica es mayor que 9,
puesto que es 354.000. En primer lugar lo que hacemos es mover la coma, en este caso
imaginaria y situada a la derecha del último 0, hacia la izquierda hasta situarla entre los
números 3 y 5.
3,54000
El siguiente paso consiste poner la potencia 10, elevada a 5 porque ese el número de
posiciones que hemos movido la coma hacia la derecha. De esta forma el número
354.000 se expresa en notación científica como 3,54 .105.
Las posiciones que hemos desplazado la coma (4 en total) se ponen como exponente de
la base 10 pero en negativo. Así el número 0,00067 en notación científica es 6,7.10-4
Ejemplos:
3.572 = 3,5.103
0,000002 = 2.10-6
34,5 = 3,45.101
0,000234 = 2,34.10-4
Bibliografía