resuhaba que ser mudo se contagia.

paul Smirh es
gallinas. Yo creo que si vendieran cabezas cortadas
un pendejo. Desde que soy muào hay mâs cosas
en el sriper las personas las usarian para hacer el
misteriosas. ;Paul Smith es listo y por eso volviô?
pozole. Pero primero habrla que quirarles el pelo,
No puede ser, Paul Smith con sus injemos de pelo
igual que a las flinas se les quiran las plumas.
y sus ideas absurdas no puede ser liito. Seguio es
Los calvos serlamos mds caros, porque ya estaria-
un pendejo. pero no puedo preguntarle a yolcaut,
mos listos para el pozole.
ni modo. Ese enigma seguir:i iin resolverse. Los
Antes de que me firera a dormir Yolcaut me
mudos no piden explicaciones ni dan explicacio_
dio un regalo. Era un sombrero de vaquero grin-
nes. Los mudos se tratan del silencio.
go, de esos que sirven para lazar vacas. Luego me
di.io que los cowbol.s no andan en bata. Como yo
.., ./ no [e contesté nada, ni gracias, me grit6:
-ur ,, lS -;Habla, chingada madre, déjate de pende-
y$g/ Oesde 1ue volvimos de Monrovia las cabezas
-
J /cortadas pasaron de moda. Ahora .n 13 lq!ç se
jadas!

\'^ùr Creo que tenia ganas de pegarme, pero no me

usan mds los restos humanos. A veces es una na_
M desglose peg6, porque Yolcaut nunca me ha pegado. En
. ÿ- rlz) otras ÿeces es una trâquea o un intestino. lugar de pegarme Yolcaut me da regalos. É,stos son
Tàmbién las orejas. Puede sà cualquier cosa me-
\l,t
\ nos cabezas y manos. por eso son restos
todos los regalos que Yolcaut me ha dado para
hurnanos quitarme lo mudo: la playstation nueva, que es la
y no cadâveres. Con los cadâveres se sabe las per-
playstation 3, con seis juegos diferentes; unas cha-
§onas que elan antes de convefiitse en cadâveres.
parreras de r,zquero, como si a ml me gustaran las
En cambio con los restos humanos no se sabe qué
chaparreras o los.vzqueros; una jaula con tres hâms-
pelsonas elan.
te$; una pecen con dos toftugas; comida para los
Para guardar los restos humanos no se usan
hâmsters y comida para las tortugas; una rueda de
cestas ni cajas de brandy a.iejo, sino bolsas del sri_
la fortuna para los hâmsters; unas piedras y una
per, como si en el süper se pudieran comprar los
palmera de plâstico para la pecera de las tortugas.
restos humanos. Si acaso en el sriper se pueden
A ml no se me quita lo mudo con regalos, ni mo-
comprar los restos de las vacas, los puercos o las
do. Ni dejaré de ser un samurâi japonés nomâs
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 porque Yolcaut quiere que sea un cowboy como
Paul Smith.
Lo mds misterioso que han hecho para inten-
tar quimrme lo mudo fue en la ma6ala. cuando
llegaron a rrabajar Cinreod e Itzpapalotl. No ve-
Iztapalapa
nlan solas, rrajeron a dos ninos: un sobrino de
Cinreorl y un vecino de ltzpapalotl. Los dos re-
nian el pelo horrible. corrado como soldados, que
ft
es el peor corte de pelo del universo. yolcaut
iro
dejd qu_e los ni;os se quedararr, por mâs que Cin_
teotJ e lrzpapalotl Ie declan que yo necesitaba
re-
ner amigos de mi edad. que era para quirarme lo
mudo. TâmbËn dijeron que no.r, norm"l qu.
anouÿ,era en bata y que usâr? esos sombreros tan
curiosos que me gustan. yolcaut se cans<j de ellas
y nomds les dijo:
-Se callan o se largan.
Y le ordend a Mizdi que llevara a los ni6os de
it
fi{.q lrreha a sus casas. Uno de ellos, el que era el veci_
fJ
). " rr no de Izpapalotl. antes de irse se aàrcô y me re_
gal6 un juguete que traIa. patético, aunque Itzpa_
palorl le dijo que era un nino muy bueno. Era un
ÿ dole a las plumas. El problema fue que adentro de
mufieco de Ia guerra de las galaxias, pero no era
un mufleco original, era una imitacidn del tian-
guis. Ni siquiera estaba bien pintado. Se supone
que el mufie_co tenla Ja ropa color rojo y Ia piel
color cârne. Pues resulta que tenla una pedazo de
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la mano derecha pintado de rojo. Y no era sangre.
Era sdlo que el mufieco era corriente. Cuando se
fueron lo tiré a la basura. r
!l
é
Esto sI que es misterioso: las balas minrlscüas
de la pistola peque6ita s{ siwen para hacer cadâ-
veres, A la meio! cadâveres humanos no, ni cadâ-
veres de animales graldes tampoco, pero al menos
cadâveres de animales pequefios si. Yo no querla
matâI al periquito, querla ver qué haclan las aÿes
con el ruido de los balazos. [o que pasd fue que
después del primer balazo todos los pâjaros de co-
,#P
lores y los periquitos comenzâron a volar como si
estuvieran locos. Se pegaban contra las paredes de
la jaula y se atacaban unos a otros como si el que
disparaba fuera uno de ellos. Por todos lados em-
pezaron a volar plumas de colores. Habia plumas
rojas, azules, verdes, amarillas, blancas, negras y
grises. Entonces disparé dos veces mâs, apuntân-
la jaula habia mucho relajo. Cuando los pâjaros
de colores y los periquitos se calmaron y volvieron
a sus casas y a sus rarnas fue cuando descubri el
cadâver del periquiro en el suelo. Era un periquiro
color azul cielo, aunque en realidad J.a no era un
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