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EL DESPEGUE DEL SILICON VALLEY CRIOLLO

Por Eduardo Moya Contreras, participante en la misión Silicon Valley 2014 de Innpulsa

En Silicon Valley se encuentran diversos enfoques, algunos muy académicos y estrictamente


apegados a la legislación, como los de la universidad de Stanford y el otro extremo con la
impaciencia de salir rápido al mercado de Paul Bragiel, que recomienda primero ganar dinero con la
idea antes de obtener la patente. La cultura del valle de silicio tiene una conjugación de elementos
que pareciera que rodarán articuladamente, aunque no lo sea así estrictamente. Ideación e
imaginación de miles de emprendedores, mucha tecnología disponible, puestos de trabajo
compartidos, empresas detrás de buenas propuestas y grupos de inversionistas de riesgo con el
dinero allí disponible. Particularmente me vine convencido que el motor fundamental para este
desarrollo lo colocó el estado creando las condiciones apropiadas que impulsaron por décadas el
crecimiento de este valle de conocimiento. No solo las inversiones a través de universidades e
instalaciones como presidio, con 1200 edificaciones cedidas de guarnición militar a centro de
pensamiento, sino por la legislación pertinente y oportuna.

Toda comparación, por odiosa que parezca, tiene sus limitantes y justificaciones. Y es que allí en
California no solo están ideando y visionando permanentemente el futuro de base tecnológica, el
desarrollo humano y las mejores condiciones para vivir, sino también han generado un modelo que
recibe miradas de todo el mundo, a la vez que se buscan allí mentores para que vayan y abran las
posibilidades de aplicación en todo el planeta.

Colombia ha avanzado, así la mayoría de integrantes de la misión de innpulsa y connect Bogotá nos
hayamos sorprendido y hubiésemos dejado testimonios de las amplias brechas que tenemos en
cada una de nuestras regiones. Recientemente participé en el foro de líderes por la educación
organizado por la revista semana y me llevé gratas sorpresas. Me emocioné inicialmente cuando se
destacó ante todo el auditorio a la escuela de audiovisuales de Belén de los Andaquíes, Caquetá,
como modelo de educación transmedia. La misma escuela que le mereció un premio india catalina
en Cartagena de Indias, como televisión comunitaria y que se viene financiando con recursos de la
Unión Europea en los últimos años, ante la pobre financiación local. La cita y presentación de un
audiovisual fue de Hugo Pardo Kuklinsky, con su concepto de generar cultura de emprendimiento en
las aulas para enfrentar problemas en concreto. Excepcional ver a niños creando contenidos
audiovisuales propios para emitir sus vivencias y mensajes.

Pero también fue grato encontrar por lo menos quince website colombianos mostrándose allí,
buscando clientes y buscando inversionistas. Cuando vi a uno de ellos, tutorya, plataforma para
aprendizaje, me acordé de Hernán Jaramillo echándonos su cuento en un parque de San Francisco
California. Esto muestra que hay muchos Jaramillos en Colombia que también andan en busca de
futuro y desarrollo. Esto ya es una muestra de lo que será nuestro silicon valley criollo en pocos
años. Y es que para llegar a ello, guardando las proporciones, ya han cambiado las condiciones de
financiación estatal. El cambio constitucional que creó el sistema general de regalías es el detonante
positivo. Destinar millonarios recursos públicos frescos para ciencia, tecnología e innovación parecía
algo imposible en este país donde la guerra, sin victoria militar y la impunidad de la justicia, se llevan
las más altas asignaciones del presupuesto nacional. La cuestión era de voluntad política.

Corresponde ahora a las regiones direccionar efectivamente los recursos para la ciencia y tecnología
y potenciar el desarrollo que les ha sido esquivo por limitaciones presupuestales. En Caquetá
sobresalen los analistas y desarrolladores de software del Sena, pero la mayoría emigran a otras
regiones tras oportunidades laborales. Es urgente invertir en laboratorios bien dotados que brinden
condiciones y oportunidades a quienes ya se enrutaron por el camino de la innovación y los
emprendimientos de base tecnológica. En esta iniciativa estamos en mora todos los actores
regionales. Aquí podríamos hasta tener grupos de inversionistas locales. Sorprende que el
crecimiento de la liquidez en el sistema financiero de Caquetá haya sido en 2013 del 50 por ciento.
Dinero inoficioso por la baja rentabilidad financiera y el nulo aporte al desarrollo del departamento.
Los poseedores de estos capitales ni siquiera miran otros emprendimientos de sectores productivos
ligados a la agroindustria o la recuperación del ecosistema amazónico, patrimonio de la humanidad y
razón de ser de quienes aquí vivimos.

Caquetá debe avanzar con firmeza en el cierre de las brechas que tiene muy acentuadas a nivel
nacional. La materialización de los corredores digitales para Florencia, que está ejecutando la
UNAD, dará un fuerte impulso para masificar el uso de las TIC a todos los niveles y no solo en la
población estudiantil. Igualmente llegar con conectividad en este segundo semestre a otros siete
municipios será un gran salto que nos obligará a ampliar la cobertura de programas de ciudadanía
digital y servicios virtuales a nuestros grupos de interés de esas localidades.

La Cámara de Comercio, como actor fundamental para el desarrollo de la región, participa en un


convenio con el Sena y Confecámaras para cursos de 40 horas con conferencistas nacionales e
internacionales. Uno de innovación orientado a desarrollar las competencias de gestión estratégica
de la innovación en las camaras de comercio, que les permita ser dinamizadores y articuladores ante
el Sistema Nacional de Innovación, de las necesidades de los empresarios de la región. Y otro, de
modelo de negocios basados en tecnología y apps, que pretende brindar los elementos,
metodologías y herramientas necesarias para desarrollar modelos de negocios que involucren el
desarrollo de nuevos productos con base en las tecnologías de la información. Igualmente en pocos
días se inicia la alianza regional para la iniciación a la innovación, en convenio con las cámaras de
comercio de la Amazonía, Confecámaras, el Sena y Colciencias. Una iniciativa que ya ha sido
exitosa en otras regiones del país que permitirá generar capacidades en gestión de la innovación en
las empresas y sectores productivos de la región. En poco tiempo tendremos nuestros propios
consultores en innovación para potenciar nuestras apuestas productivas.

Para que se conecten la innovación y el emprendimiento hay que establecer vínculos y desarrollar
sinergias. Entre los objetivos principales de un proyecto emprendedor, el líder debe tener
sensibilidad para mostrar el desarrollo personal y social para crear y operar una nueva empresa.
Esto permitirá la articulación interdisciplinaria que se requiere para materializar un proyecto, a la vez
que facilita el surgimiento de negocios innovadores y también puede alentar la transferencia de
tecnología a través de las redes de empresarios. Los emprendimientos ligados a la innovación
estimulan una nueva cultura empresarial y la rápida aplicación en negocios existentes. Sin embargo
los modelos educativos tradicionales todavía aplican precarias herramientas que frenan el impulso
de esta generación, muy adelantada en la revolución digital.

Solo la reducción de las brechas digitales y una verdadera apropiación de las TIC, darán la
oportunidad a las personas de aumentar su relacionamiento social y meterse en la cultura de
innovación, con ello se podrá cambiar el modelo económico y social de su entorno. Avanzamos
lentamente en un cambio social, sobre todo en los jóvenes, por la creación de redes, que permiten
no solo consumir conocimiento, sino generándolo también. Estos instrumentos dan las posibilidades
de traspasar las fronteras y acercarnos en una perspectiva global. No hay duda que las TIC
contribuyen a acelerar la creación de territorios innovadores y competitivos.

El problema de la innovación no es solo de las empresas y si estas se desarrollan o no


tecnológicamente, para ello se requiere de una sociedad innovadora o lo que se conoce como
innovación social, de por sí, de muy baja aplicación en varias latitudes. En Colombia no encontramos
esa innovación social en las pequeñas ciudades o regiones. La innovación social es muy conocida
como la materialización de ideas que permiten alcanzar objetivos sociales a la mayor parte de una
población. Nos falta cooperar de verdad, en todos los ámbitos posibles para obtener mejores
resultados. Hay que aprovechar el conocimiento colectivo porque la destreza y la colaboración son
claves para la innovación.

Pueden existir buenas ideas, pero la limitación en recursos persiste. Está de moda buscar el
crowdfounding. Método éste que permite financiar proyectos de carácter social a través de aportes
pequeños de comunidades o personas anónimas, que solo buscan satisfacciones de carácter
emocional. Generalmente se dirigen los recursos a proyectos de comunidades vulnerables o
estigmatizadas socialmente o a sectores de baja financiación estatal.

John kao, Paul Bragiel y otros que conocen el ecosistema colombiano, coinciden en señalar las
potencialidades de Colombia a pesar del ortodoxo sistema educativo. También reconocen los
esfuerzos del gobierno a través de Innpulsa para acelerar la innovación y propiciar el desarrollo del
País. No puedo terminar sin reconocer el visionario manifiesto de la innovación que en 2002 publicó
John Kao y que cada día es más consistente. Sin duda la innovación es necesaria porque todo está
cambiando, está estrechamente ligada a otras agendas organizacionales, proporciona vínculos entre
los elementos de una organización como capital intelectual, las ideas, capital humano, el talento y el
capital financiero. Seguirá vigente que la innovación y la estrategia deben estar estrechamente
vinculadas, y que es una expresión de cultura organizacional, que está habilitada por el pluralismo y
que es el resultado de un ecosistema vibrante.

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