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2.- Bendice a los enfermos y afligidos, Padre, que en esta noche tengan fe
para ser sanados; y cuando haya terminado el servicio de esta noche,
podamos decir como los que iban a Emaús: “¿No ardían nuestros
corazones dentro de nosotros, por causa de Su Presencia?” Lo pedimos en
Su Nombre. Amén.
4.- Ahora en esta noche, siendo lunes por la noche, nuestras multitudes
siempre son menos el lunes por la noche, ya que hace calor, es lunes por la
noche y quizás la gente, algunos solo pueden asistir una sola noche. Pero
yo me estaba preguntando por la cantidad que estaba aquí la primera
vez, me pregunto, esa audiencia repleta que estaba anoche parada junto a
las paredes, ¿dónde estará esta noche? No parece haber muchos. Bueno, así
siempre ha sido la vida de la iglesia. Espero que Dios bendiga a los que
están aquí por primera vez, que Dios los bendiga; y los que han estado aquí
en otras oportunidades, que Dios les bendiga. Pido que nuestro Señor Jesús
manifieste Su amor y poder para con todos y al final del servicio podamos
sentir que ha sido bueno para nosotros congregarnos nuevamente. Ruego
que no haya ningún afligido, lisiado o enfermo en la audiencia al final de
este servicio.
5.- Por supuesto que Uds. saben, yo recibo muchas cartas, y eso es algo
natural para una persona, para un predicador y demás; recibimos
muchísimas cartas y desde luego que muchas veces no llego a leer algunas
de ellas, a menos que sea algo personal o algo así. Tal vez las envían solo
por telitas oradas y demás. Nosotros enviamos miles de esas semanalmente
a todo el mundo. Y cuando oigo un testimonio... En la reunión, en esta
reunión aquí, una joven le entregó una carta a mi hijo, y eso tal vez me
recuerda a gente que estuvo en aquella reunión, eso fue en la reunión
en Hammond. Espero y confío que la joven no piense que esto… o se vaya
a sentir avergonzada, yo no creo que siendo una cristiana, sea así, si yo
tuviera que leer esta carta que me entregó mi hijo. Dice así:
Al día siguiente, una madre me pidió que llamara a su hija, a quien jamás
en mi vida había visto. Ella era una drogadicta. Yo la llevé a la línea de
oración y alabado sea Dios, ella está sana.
Por favor ore por mí, Hno. Branham. Este 11 de Julio, ya hacen dos años
que fui salvada y sanada. Alabado sea Dios.
Le amo, Hno. Branham, por guiarme a Jesús. Durante mis vacaciones voy
a estar en sus reuniones aquí toda una semana. Me encanta ese versículo
en Segunda de Corintios 5:17: “De modo que, si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas”.
6.- Ahora, será mejor que omita el nombre porque es una joven y está aquí
en el auditorio en este momento, es de Hammond, Indiana. Y joven, si Ud.
se encuentra en este momento en el auditorio, yo la recuerdo y recuerdo
haber leído… o haber escuchado la grabación. La joven drogadicta que fue
llevada, creo yo, cuando ella fue llevada a la plataforma, tenía un disfraz,
pero el Espíritu Santo le dijo quién era, creo que era una bailarina y
compañera de baile de Fred Astaire, el gran y famoso bailarín conocido
mundialmente. No sólo eso, sino que ella había estado casada, se había
casado con un joven católico, creo según lo mejor que recuerdo; y había
ocurrido un divorcio en la familia. Ella era muy adicta a las drogas y creo
que traficaba con drogas o algo así. Esa joven está hoy en la Iglesia
Mundial del Señor Jagger, la Iglesia Mundial, en Los Ángeles, California,
estudiando para ser misionera, es lo último que supe de ella.
7.- Como llamó el Señor Jesús a esta joven, creo yo, si no estoy
equivocado, el Señor Jesús la llamó estando en alguna parte de la audiencia
y le dijo su condición. Y allí Dios la salvó y la sanó de ser una alcohólica.
Dios te bendiga, hermana. Que tu testimonio viva mucho tiempo para
alabanza del Señor Jesucristo.
8.- Esta noche, deseo abrir una porción de las Escrituras que se halla en
Génesis, para hablar durante un momento; y luego quiero leer un poco en
el libro de Hebreos.
9.- A propósito, quisiera decir también esto: puede que yo nunca vea a esta
mujer que está en el auditorio, probablemente sea una mujer joven ya que
su nombre está firmado como señorita. Entonces puede que nunca la llegue
a ver, pero ella tenía unos diezmos en un sobre que me fue enviado y ella
jamás sabrá cuánto necesitaba yo eso en ese preciso momento. Llegó en el
momento exacto. Dios le bendiga, mi hermana.
10.- ¿Es esa la dama? ¿Es Ud. la dama? Bueno, está bien. Aquí está ella de
pie justo acá abajo, ¿probablemente estás grabando? Pues, ella está acá
abajo grabando. Alabado sea Dios. Solo levanta tus manos para que la
gente te pueda ver. Ella está acá abajo en la zona de la orquesta, allí está la
joven que fue sanada, era una alcohólica que fue llamada en la línea, está
sentada aquí mismo. Así se hace, no te avergüences de que tu testimonio
sea... No se avergüenza. Eso es maravilloso. Ella está de pie allí con
lágrimas de gozo en sus ojos en esta noche.
En el libro de Génesis capítulo 22, deseo leer dos porciones aquí, antes del
servicio:
18.- Entonces, en aquel momento baló un cordero que estaba trabado por
los cuernos en un zarzal, allá en el desierto. Y Abraham fue y agarró al
cordero, lo llevó, lo colocó allí y lo sacrificó. ¿Se han preguntado Uds.
alguna vez de dónde salió aquel cordero, aquel pequeño carnero? Ahora,
Abraham había salido a un recorrido de tres días desde su casa hasta el
desierto, tres días, un hombre normal puede caminar cuarenta y ocho
kilómetros por día; y aquel sería un recorrido de ciento cuarenta y cuatro
kilómetros desde su... hasta el desierto.
19.- Entonces levantó la mirada y vio a los lejos el monte, tal vez a otros
dieciséis kilómetros de distancia o quizás más lejos; y le pidió a los siervos
que se quedaran allí mientras que él e Isaac continuaban. Y allí en aquel
lugar desolado y desierto, allá por donde los hijos de Israel peregrinaron
años después, es aún un desierto. ¿De dónde salió aquel cordero? Y no sólo
eso, sino que estaba bien arriba en la cima de una montaña donde no habría
agua ni nada para sobrevivir, probablemente a ciento sesenta kilómetros
del campamento de alguien, bien metido en el desierto; y ese cordero
estaba trabado por sus cuernos en el desierto. ¿Alguna vez han pensado en
eso? ¿De dónde salió aquel cordero? Dios recibió un nombre allí. Ellos
llamaron aquel lugar Jehová-Jireh, que interpretado es: El Señor se
proveerá de sacrificio.
23.- Y si Dios hizo una promesa de sanarnos esta noche, Él es Dios que
hizo la promesa y cumplirá la promesa, porque es Dios y no puede hacer
otra cosa. Para poder ser Dios, debe cumplir Su promesa. La única falla
que existe es Ud. y yo dudando de Su promesa, por eso es que Él no
puede llegar a nosotros, porque nos debilitamos en el momento cuando no
deberíamos hacerlo.
24.- Él fue el Dios que sacó a los hijos de Israel y los llevó al desierto, y
cuando había que cruzar el Mar Rojo, Dios proveyó un viento oriental que
soplara y abriera una brecha en medio del Mar Rojo, para que los hijos de
Israel cruzaran en tierra seca. ¿Cómo sopló aquel viento de tal manera que
abrió un sendero como del ancho de este pasillo para que aquella gente
cruzara y después secar la tierra? Y con aquel viento soplando a una
tremenda velocidad, los hijos de Israel no hubieran podido caminar de
frente a él así, pero el camino se mantuvo... el agua se mantuvo en su lugar
y los hijos de Israel pasaron al otro lado por tierra seca y los incrédulos que
intentaron cruzar se ahogaron en el acto. Él es Dios y proveerá. Él siempre
ha provisto.
27.- Eso es lo que pasa con la iglesia hoy: el suministro de agua nos es
cortado por causa de nuestras quejas y dudas. Si Ud. va al desierto, se dará
cuenta que cada planta que encuentre tal vez tenga espinas y cardos,
porque ha crecido en tierra seca y sin agua. Pero Ud. toma la
misma variedad de planta y la lleva a la humedad, a tierra húmeda; y será
blanda porque recibe abundante agua.
28.- Tome Ud. a una iglesia donde siempre estén discutiendo y peleando
sobre que los días de los milagros ya pasaron; recuerden que ellos están en
un desierto y no tienen agua. Pero una iglesia amorosa, humilde, flexible,
que siente y cuadra con la Palabra de Dios, recuerden que ella está
viviendo junto a la fuente que jamás se seca. David dijo: “Bienaventurado
el varón cuya confianza está en Jehová, que en silla de escarnecedores no
se ha sentado, ni andado en camino de pecadores, sino que en la ley de
Jehová está su delicia; será como árbol plantado junto a corrientes de agua
y todo lo que hace prosperará. Su hoja no cae y dará fruto a su tiempo”.
29.- Ahora, cuando ellos necesitaron agua, clamaron a Dios… mejor dicho
a Moisés, y Moisés clamó a Dios por ellos. Y fíjense en lo extraño que hizo
Dios delante de los ojos de la ciencia. En otras palabras, después que ellos
habían estado buscando agua en cada conducto, Él le dijo a Moisés: “Ve a
la roca”. A una roca, el lugar más seco del desierto. Seguramente, si no
había agua en aquel canal donde una vez hubo un manantial, allá arriba en
un cerro, en esa roca seca, no iba a haber nada de agua. Pero Dios, ante los
ojos de este mundo, hace cosas a veces que parecen raras, solo
para avergonzar y confundir a los sabios y entendidos, pero se lo revela a
los niños, que creerán y tendrán fe. Dios hace eso porque es Dios. Él
proveerá. Ahora, Él les había prometido proveerles todo lo que necesitaran
hasta que llegaran a la tierra prometida.
32.- Así es cuando venimos a Cristo, si algo parece estar un poco alto,
trepe las gradas del Evangelio y vea lo que le pertenece. Dios tiene una
escalera que llega hasta la gloria. Jacob la vio una noche, con ángeles que
subían y bajaban de la tierra a la gloria. Eso es todo suyo, Dios la ha
provisto para Uds., solo trépense a ella esta noche y suban hasta alejarse de
esta gente terrenal aquí que dice: “Los días de los milagros ya pasaron”.
Nosotros no somos gente terrenal, somos gente destinados para el cielo,
llenos con el Espíritu Santo y que suben la escalera que va a la gloria. Todo
lo que está a lo largo del camino nos pertenece. Todo por lo cual Jesús
murió nos pertenece. Seguro.
33.- Dios el Creador, allá atrás cuando ellos tuvieron necesidad de carne,
Dios hizo soplar un viento desde alguna parte en el mar; y vinieron
codornices que ni siquiera tuvieron que cazarlas, sencillamente las recogían
y se las comían. ¿De dónde salieron esas codornices? ¿Cómo vinieron del
mar? El viento soplaba en esa dirección y Dios las trajo de alguna parte.
Yo creo que Él es el Dios que podía proveerles alimentos y creó aquellas
codornices y con Su aliento las envió al campamento.
34.- Yo creo que Dios puede hacer lo mismo por cada persona necesitada
aquí en esta noche, puede enviar el Espíritu Santo aquí para hacerlos
conscientes de Su Ser y concederles las cosas que Jesucristo les prometió y
murió para que Uds. las tuvieran. Él es Jehová-Jireh, el Señor proveerá.
35.- Cuando ellos se enfermaban, no tenían que salir a buscar algunos
remedios, Dios les proveyó una expiación. Él hizo una serpiente de bronce,
la puso en un asta y dijo que cualquiera que la mirara, se sanaría. Y todo
aquel que la miró y creyó, se sanó.
36.- Ahora, la serpiente de bronce no podía orar por nadie ni podía imponer
las manos sobre ninguno, porque no tenía manos que poner encima; pero
Dios proveyó una manera de que ellos vieran y vivieran. Aquel era
un símbolo, era una insignia en el campamento de Israel, de que el Dios del
cielo vivía en el campamento de Israel. Y cuando ellos veían a un hombre
con una mordedura de serpiente y nada lo sanaba, pero cuando veía aquella
insignia con todo su corazón y creía, al día siguiente Uds. podían ver a
aquel hombre que ya estaba sano. Eso era una señal para todo Israelita de
que podían mirar y vivir.
38.- La serpiente fue usada como una insignia por muchísimos años, pero
después de cierto tiempo comenzaron a adorar a la serpiente en vez del
Dios al que ella representaba. Y el profeta agarró a la serpiente y la hizo
pedazos.
39.- No quedó entonces una insignia ni nada que la gente pudiera ver o
mirar y creer que Dios aún sanaba. Pero seguidamente bajó un torbellino
del cielo al estanque de Betesda y Dios proveyó otra forma de sanidad para
la gente; y todo Israelita que creyera en Dios y creyera que Él era un
sanador, podía entrar en aquel estanque cuando fuera agitado y ser sanado
de cualquier tipo de enfermedad que padeciera. ¿Es cierto eso? Cuando una
insignia era quitada, Dios levantaba otra. Cuando un medio llegaba a su
fin, Dios levantaba otro medio.
40.- Luego en esos días, vino el Señor Jesús. Ya el estanque estaba a punto
de ser quitado. Pero Dios nunca ha dejado a Su pueblo sin un medio
provisto para la sanidad. Y justo en el tiempo cuando ya el estanque iba a
ser quitado, Tito iba a sitiar los muros de Jerusalén y a quemar la ciudad y
Jesús lo había profetizado, fue enviado a la escena Jesucristo y Él fue el
medio provisto por Dios para la sanidad.
41.- La mujer con el flujo de sangre se dio cuenta que Él era la manera
provista por Dios. Y cuando ellos vieron a Dios obrando a través de aquel
Hombre, supieron entonces que Él era la manera provista por Dios.
Ella dijo: “Si tan solo pudiera tocar Su manto, sería sanada”.
44.- Todas las sombras y todos los tipos fueron cumplidos todos en el
Señor Jesucristo. Jesús era la Roca que estuvo en el desierto, era el Cordero
que murió en lugar de Isaac. ¡Aleluya! Allí estaba el Cordero que murió en
lugar de Isaac, en su lugar. Allí estaba la Roca que estuvo en el desierto.
Allí estaba la serpiente de bronce puesta en el asta. Allí estaba el Ángel del
estanque de Betesda. La gente miraba el estanque para hallar al Ángel y Él
estaba pasando aquí junto a ellos.
47.- Allí está Él, el sacrificio provisto por Dios que puede sacudir los
corazones de los verdaderos creyentes de un lado de la tierra hasta el otro,
y ellos se reunirán en auditorios calientes, en las esquinas de las calles,
padecerán persecución y morirán por la misma causa hecha o creada para
ellos.
50.- ¿Hasta cuándo iba a durar eso? “Id por todo el mundo y predicad el
Evangelio a toda criatura. “Id por todo el mundo y demostrad este poder a
toda criatura. Estas señales seguirán a los que creen”. ¿Hasta dónde? A
todo el mundo. “Y cuando este Evangelio haya alcanzado a todo el mundo,
entonces Yo regresaré. Estas señales les seguirán en todo el mundo. En mi
Nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas, tomarán
serpientes en sus manos, si bebieren cosas mortíferas no les hará
daño. Sobre los enfermos pondrán las manos y sanarán”. Jesús dijo que esa
sería la misma señal... Igual como Moisés levantó la serpiente de bronce y
eso era una señal de que Dios estaba en el campamento.
51.- Cuando salió agua de la roca, esa era una señal de que Dios estaba en
el campamento. Cuando se agitaba el agua en el estanque de Betesda, esa
era una señal de que Dios estaba en el campamento. Cuando Jesús sanó a
los enfermos, haciendo caminar a los cojos y ver a los ciegos, Dios estaba
en el campamento. Cuando Pedro y Juan pasaron por la puerta llamada la
Hermosa y levantaron al cojo desde el vientre de su madre, esa era una
señal de que Dios estaba en el campamento. Cuando el Espíritu Santo
regresó en Pentecostés e invistió de poder a aquel grupo de personas, esa
era una señal de que Dios estaba en el campamento.
52.- Han transcurrido mil novecientos años, pero cada vez que en la
historia bíblica o en la historia del mundo ha surgido un avivamiento,
señales y maravillas han acompañado a ese avivamiento. Dios está en el
campamento. Él es Jehová-Jireh, el Señor ha provisto un sacrificio para su
sanidad. ¿Lo creen Uds.? Entonces solo queda algo por hacer y es recibirlo
hoy.
53.- Esta tarde mientras le hablaba a la pequeña audiencia aquí, pensé que
solo vendría a hablarles un momento, pero me hallé predicando tan fuerte,
que creo que pudieron haberme oído sin micrófono en la siguiente cuadra.
Y mi hijo me dijo: “Yo pensaba que esta tarde ibas a enseñar, papá”. Y le
dije: “Yo también pensé eso”. Pero me dejé llevar por la tanta fe que había
en este auditorio, a tal grado que… Cómo Dios ha preparado una vía de
escape para cada uno de nosotros y como es que si podemos predicar la
Palabra… La Palabra está aquí, pero no se trata de que Ud. lea la Palabra y
diga: “Yo la creo”. Si no de que la reciba, Ud. tiene que recibirla.
54.- Un terreno tiene que recibir el grano de trigo para poder reproducir
vida; y Ud. tiene que recibir la Palabra de Dios en su corazón para producir
lo que la Palabra dice que será. Toda palabra de Dios es una simiente. Jesús
así lo dijo. Un sembrador salió a sembrar y Él dijo que la simiente era la
Palabra de Dios. Y fíjense ahora: el maíz producirá maíz, trigo producirá
trigo, la cebada producirá cebada. Producirá de acuerdo a lo que sea. Y si
la Palabra de Dios es una semilla, como dijo Jesús que lo era; y es colocada
en el corazón humano y allí es regada por la fe, entonces producirá
cualquier cosa que Dios dijo en Su Palabra que produciría. Si Ud. necesita
salvación: “Venid a Mí todos lo que estáis trabajados y cargados que Yo
os haré descansar”. Si necesita sanidad: “Él fue herido por nuestras
rebeliones; y por Sus llagas fuimos nosotros curados”. Dios ha provisto un
sacrificio para el pecado, la enfermedad, la preocupación, los problemas,
las tristezas y todo lo demás. Dios ha provisto el sacrificio y Él está aquí
esta noche.
56.- Creo que esta noche ellos tenían por allí la fotografía, creo yo. Muchos
de Uds. han visto la fotografía de Su Ser. Hace un rato me llamó un
individuo que deseaba saber si yo iba a volver a Chicago dentro de poco
con algo muy tremendo que abarque toda la ciudad y demás. Él acababa de
asistir a las reuniones; y dijo: “Así es, eso es lo que necesita Chicago. Lo
que pasa es que no alcanza lo suficientemente eso es todo”. Y quería que
los periódicos y demás asistieran.
59.- Dios, ayúdanos a esperar eso con ansiedad. Y mientras estamos aquí
esta noche en esta caminata, igual que Israel, de lo cual acabamos de
hablar; y cómo Tú les proveíste el alimento a lo largo del camino hasta que
entraron a la nueva tierra, les hiciste caer maná del cielo, les
trajiste codornices al campamento, sacaste agua de la roca y miel de la
peña. Tú proveíste todo de lo que ellos necesitaban. Cuando estaban
enfermos, Tú le proveíste una expiación y levantaste la serpiente de bronce
por manos de Moisés como una insignia.
60.- En esta noche, Señor, nos contenta saber que nos has redimido del
pecado y tenemos este gran compañerismo con el Espíritu Santo. Te damos
gracias por estos creyentes aquí que han venido para tener compañerismo
alrededor de Tu Palabra, la predicación de la Palabra. Pedimos que el
Espíritu Santo que está en el auditorio ahora mismo, unja a todos aquí y
podamos ver la obra de reproducción de vida de Tu Hijo amado, el Señor
Jesús, que le dijo a la gente lo que estaban haciendo, lo que estaban
pensando, lo que harían y lo que sucedería. La mujer junto al pozo y otros,
todas esas cosas… Él dijo: “Yo no hago nada a menos que el Padre me
muestre primero qué hacer”. Y en esta anoche estamos contentos de que Él
nos haya prometido que nosotros haríamos las mismas cosas. Ahora Padre,
rogamos que cumplas esa Palabra, lo pedimos en el Nombre de Tu Hijo
amado. Amén.
61.- Ahora amigos cristianos, noche tras noche, semana tras semana, mes
tras mes y año tras año, me he parado en una plataforma en distintas partes
del mundo, procurando hablar de nuestro Señor Jesús e intentando
ministrar con todo mi corazón a los necesitados. En esta noche les voy a
pedir algo serio. Honestamente yo… Puede que Uds. no estén de acuerdo
conmigo doctrinalmente hablando, pero si no están de acuerdo conmigo,
denle a Dios el suficiente respeto esta noche como para permanecer
sentados un momento y ser reverentes durante el tiempo de este servicio.
No se estén moviendo, porque cuando lo hacen eso interfiere. No hay
necesidad de que procure explicárselos porque estoy seguro que no
lo entenderían. Yo mismo no lo entiendo. Pero uno hace contacto con cada
espíritu en el auditorio y sabe dónde están. Y cuando ocurren esos cambios
que entran y salen, eso interrumpe. Si quieren sacarle el mejor provecho a
la reunión, sean reverentes. Permanezcan en oración. No duraremos mucho
tiempo.
62.- Cuando Jesús estuvo aquí en la tierra… Permítanme decir otra cosa: si
Ud. es incrédulo o escéptico, yo le aconsejaría que no se quedara en el
culto, porque sepa que las enfermedades pasan de unos a otros y muchos de
los que han estado en las reuniones saben que eso es escritural y realmente
sucede así, de unos a otros. Así que yo no me quedaría donde hay
espíritus malignos sueltos. Y eso no lo digo para asustarlos, lo digo porque
los amo; y aun siendo Uds. incrédulos o escépticos, eso no impide que yo
los ame. Los amo de todas maneras porque no soy yo el que ama, es el
Señor Jesús en mi corazón quien me hace amarlos, ¿entienden? Yo, como
hombre, no haría eso; yo querría saber por qué, cuándo y cómo. Pero Cristo
en mi corazón, dice: “Este soy Yo. Yo morí por esa persona”. ¿Se fijan?
Entonces, está bien, ¿se dan cuenta? No importa lo que Uds. hagan, de
todas maneras, los amo y no de labios sino de corazón. Todo cristiano hará
lo mismo, siempre y cuando Jesús more en su corazón.
63.- Yo solo estoy aquí para ayudar. Ud. dirá: “Bueno, yo no podría creer
eso”. Bien, millones han sido sanados; y creo que si en esta noche se
llamara mundialmente para que declararan, podría haber millones de
personas que fueron sordas, mudas, ciegas, lisiadas, torcidas y con todo
tipo de enfermedades, que podrían ponerse de pie declarando: “Sanados
por el poder de Dios”. Uno solo de ellos ya sería una confirmación, pero
podrían ponerse de pie millones.
64.- Entonces, si Ud. es un incrédulo, siento pena por Ud., mi corazón
sangra por Ud., porque no lo puede evitar. La Biblia dice que Ud. nació
para ese destino, nació para ser incrédulo y está perdido; y es muy pero
muy dudoso que Ud. llegue a ser salvo alguna vez, porque la Biblia dice
que estas personas fueron ordenadas desde la antigüedad para ocupar ese
lugar.
66.- Así que si Ud. es un incrédulo, piense donde está parado esta noche. Si
Ud. es un crítico, está fuera de Dios, fuera de Cristo, está perdido, sin
esperanza y sin remedio, camino al infierno, si Ud. es un incrédulo. Qué
condición tan lamentable. Yo preferiría estar en cualquier otra condición en
el mundo, que estar en esa, cualquier otra cosa distinta a esa. Ud.
está alejado de Dios y nunca estará con Dios, estará en tinieblas por las
edades venideras.
68.- Alguien me envió una nota que decía: “A mí no me importa lo que Ud.
haga, jamás hará que yo le crea”. Fíjense, ¿saben Uds. dónde está esa
persona? Está perdida sin Dios; sin embargo, es el anciano de una iglesia.
Él dijo que lo era. Si ellos no pueden creer, simplemente no pueden creer.
¿Cómo podría yo convertirme en un puercoespín? No podría hacerlo. El
leopardo no puede quitarse las manchas. Así que si Ud. es feliz en Cristo
esta noche, sea agradecido.
69.- Mi forma de ministrar es por medio de un don divino del Espíritu, de
un Espíritu que ve y ve anticipadamente. ¿Me permiten explicarles eso
brevemente? Jesús y cada apóstol o la mayoría de los apóstoles, operaban
casi igual, especialmente Pablo y Pedro. No se comenta nada de los demás,
solo de Ananías. Fíjense ahora: estos dones y llamamientos son sin
arrepentimiento. Es su subconsciente en conexión con Dios lo que le
muestra a Ud. anticipadamente cosas que ya fueron y que serán.
¿Entienden lo que quiero decir?
71.- Ahora, en esta noche Uds. pueden elegir. Jesús dijo: “Las cosas que…
Yo no hago nada de Mí mismo, primero veo al Padre hacerlo y luego el
Hijo obra igualmente”. San Juan 5:19. “De cierto, de cierto os digo, no
puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre,
porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”.
Hasta ahora el Padre trabaja y Yo trabajo. Fíjense si cada Escritura no da
testimonio de eso, Jesús... Era Dios dándole a Cristo una señal o visión
sobre qué hacer antes de que lo hiciera. Un ciego tocó Su fe y Él se volteó
y le preguntó qué quería que le hiciera; y el ciego dijo: “Que reciba mi
vista”. Y Él le dijo: “Tu fe te ha salvado”. Una mujer tocó Su manto y se
alejó de allí con la satisfacción de que iba a ser sanada. Jesús se volteó
buscándola, para ver si alguien lo había tocado, miró alrededor y dijo: “Tu
fe te ha salvado”.
72.- Ahora, cuando ese mismo Jesús se fue, dijo: “Estas cosas que Yo hago
vosotros también las haréis”. Y esa sería una señal hasta el fin del mundo
de que Él era el mismo ayer, hoy y por los siglos. Yo soy uno que lo creo
con todo mi corazón, alma y mente. Háganlo Uds. de la misma manera.
73.- Ahora, anoche repartimos cien tarjetas de oración y creo que eran las
de la letra R, si no me equivoco, las R. Hay cien tarjetas de oración en el
auditorio y anoche iniciamos con la primera parte de ellas. En esta tarde
vamos a comenzar con la última parte y llamaremos las últimas quince
tarjetas de oración. Eso sería como desde la ochenta y cinco hasta la cien,
para intentar con ellas primero.
74.- Si alguien aquí tiene… Puede que algunos no estén aquí esta noche,
pero si alguien tiene la tarjeta de oración número 85, ¿quisiera levantar su
mano? Quien la tenga. ¿Quién... la 85? Muy bien. La 86, ¿levantaría su
mano mientras yo llamo el número? Número 86. ¿Quiere levantar
su mano? ¿Tarjeta de oración 86? Observe la de su prójimo, por favor,
pudiera ser alguien que es sordo, mudo o que esté paralizado y no pueda
levantarse. 86, 87, 88, 89, 90, hasta la 100, pónganse de pie aquí a
mi derecha, por favor. Ahora, mientras ellos lo hacen… Gracias, Hno.
Joseph. Ahora, mientras hacemos esto me gustaría que el órgano… si lo
desean, si el organista pudiera tocar: Llegó Jesús. ¿Puede improvisarlo? Si
es tan amable. El Señor le bendiga. Gracias señor.
76.- Quiero hacerles una pregunta y vamos a hacerla de esta manera, los
que están allá en la audiencia sin una tarjeta de oración, sin una tarjeta de
oración. ¿Cuántos aquí no tienen una tarjeta de oración? Veamos sus
manos. Para ser sanados. Bueno, son tantos. Pues, es difícil decir quién es
quién. Pero deseo preguntarles algo. Uds. saben que yo no los conozco.
Disponemos de tiempo suficiente así que no se agiten. ¿Entienden? Uds.
comienzan a agitarse y el Espíritu Santo es muy tímido. Yo no quiero que
se precipiten, quiero que sean reverentes, como si tuvieran tiempo
suficiente. Luego quiero que estén en profunda oración y lo hagan mientras
se toca este himno Llegó Jesús y libertó a los dementes, libertó a los
cautivos; y está aquí esta noche para hacer lo mismo. Si Uds. quisieran
condicionar la Biblia, la Palabra de Dios siempre está correcta, ¿es así? La
Palabra de Dios dice: “Jesucristo es el mismo de ayer hoy y por siempre”.
El mismo Jesús. ¿Es cierto eso? Jesús dijo que Él sería el mismo: “Estaré
con vosotros y en vosotros”.
78.- Ahora, yo podría con la ayuda de Dios saber cosas por medio de algo
sobrenatural y Dios podría revelarme algo que hubiera sucedido o algo que
le eleve la fe. Y Uds. desconocidos que están aquí esta noche, si Jesucristo
viniera y se parara aquí esta noche… La única… En cuanto a sanarlo o
salvarlo, Él no podría hacerlo porque ya lo ha hecho. ¿Es así? ¿Cuántos lo
creen? Levanten su mano. Él ya ha sanado a los enfermos, lo único que
podría hacer entonces… siendo el Rey de los profetas o el Profeta de todos
los profetas, Él era un Profeta. Moisés dijo: “El Señor vuestro Dios
levantará un Profeta como yo, y acontecerá que el que no le oyere será
cortado de entre el pueblo”.
79.- Ahora, si el Rey de los profetas estuviera aquí esta noche, el Señor
Jesús, en forma física de modo que pudieran verlo como nos están viendo a
nosotros y a esta dama que está aquí o a alguien que pasara, bueno, no
habría nada que se pudiera hacer. Él solo tendría que decirles algo. Pero en
cuanto a sanidad, Él no podría sanarlos porque ya lo hizo. Su sacrificio
fue completo y fue consumado allá. Estos dones son para llevarlos a Uds. a
lo que fue consumado en el Calvario. ¿Entienden? Digan amén.
82.- Hay mucha gente aquí que podría levantar sus manos como testigos de
eso, sabiendo que eso es la verdad. ¿Cuántos saben que esa es la verdad?
Levanten sus manos. ¿Entienden lo que quiero decir? Para los que solo que
no han… los que solo han estado en los cultos, esto pasa allá en la calle, en
alguna parte, junto a una montaña, junto al camino donde nos encontramos
en los automóviles, en cualquier parte. Se trata de que uno se rinda al
Espíritu Santo.
83.- Ahora, Él ya está aquí, el Ángel del Señor está aquí ahora, Ése que
Uds. ven en la fotografía está ahora en el auditorio. Sean reverentes ahora y
no se muevan, por favor. Traigan al paciente. ¿Cómo está Ud., hermana?
Sólo quiero hablar con Ud. por un momento. Ud. es la primera persona en
pasar acá esta noche, pero mientras está de pie allí, está cierta de que esto
es un poco extraño para Ud., es algo así como, tal vez Ud. jamás ha estado
en esa condición antes. Es la unción del Espíritu Santo. Hermana, ¿ha visto
Ud. Su fotografía alguna vez? Esa fotografía que tenemos aquí. Si la ha
visto.
84.- Ahora, Ud. sabe que algo ocurrió en Ud. ahora mismo. Fíjese, el
mismo Ser que está en aquel Espíritu, está pasando entre Ud. y yo ahora
mismo. Es eso mismo. Ud. se dará cuenta que es así en el día del juicio.
Espero que Ud. sepa que es así dentro de un momento. Tan pronto Él me
entregue el espíritu de Ud. en mi poder, por Su gracia… Y sólo le estoy
hablando como Jesús le habló a la mujer junto al pozo, le pidió de beber y
supo cuál era su problema, le dijo dónde estaba su problema y era cierto,
¿no es así? Ella admitió haber tenido cinco maridos.
85.- Ahora, Ud. está de pie allí y talvez pasó en esta línea de sanidad
debido a alguna enfermedad; y ahora Él puede decirme exactamente dónde
está esa enfermedad, todo lo que tenga que ver con eso o cualquier otra
cosa que Él quiera decirme. Yo no la conozco a Ud. y nunca la había visto
en mi vida. No sé si Ud. me conoce a mí o no, ¿me conoce? Ud. me ha
visto. ¿Dónde fue eso? En Chicago. Bueno, eso está bien. Muy bien.
Entonces, Ud. sólo me conoce por haber estado sentada en la audiencia y
haberme visto. Tal vez así es. Probablemente eso es fue lo más cerca que
estuvimos alguna vez en la vida, hasta donde sabemos. Sin embargo, Dios
ha vigilado cada movimiento suyo y también ha observado cada
movimiento que yo he hecho.
86.- Ahora, Ud. está parada allí necesitada y yo estoy parado aquí tratando
de ayudarla. Si yo pudiera ayudarla y no lo hiciera, sería un animal; pero si
yo soy siervo de Dios y le he dicho la verdad sobre este don, entonces Dios
dará testimonio que esa es la verdad, ¿es así? Ahora, el juez será la
audiencia solo en este caso aquí. Aquí está una dama, una de sus damas de
aquí de Chicago, ella está parada aquí necesitada, pero yo no sé cuál es su
necesidad. Puede que ella tenga cáncer, puede que tenga un tumor o una
crisis nerviosa. No lo sé, pero Dios lo sabe. Yo no lo sé. La dama ni
siquiera me conoce y yo no la conozco a ella, pero Dios nos conoce a
ambos. ¿Cierto?
89.- Allí lo tienen. Allí está el Espíritu Santo revelando aquí. Ahora, esos
son los deseos de la dama, eso está en su vida. ¿Es cierto eso, hermana? Si
es correcto, levante su mano. Acérquese. Dios Padre, en el Nombre de Tu
Hijo, el Señor Jesucristo, quien está aquí presente ahora, yo pido que ese
espíritu demoniaco de alcoholismo que ha atado a su esposo para destruir
su hogar y causar este problema, salga del hombre, yo lo condeno en el
Nombre del Señor Jesucristo, enviando Su Palabra a través de la nación y
condenando ese espíritu en su esposo. Que puedan juntarse de nuevo y
sean un hogar feliz otra vez, para la gloria de Dios. Dios, ese es Tu hijo.
Satanás lo ha atado. Él es mi hermano. Satanás, sal de él en el Nombre del
Señor Jesucristo, yo te ordeno que dejes al hombre. Amén. Vaya y reúnase
con él, mi hermana.
90.- Muy bien Hno. Moore. Sean reverentes ahora. ¿Creen Uds. que Dios...
que el Señor Jesucristo ha sido levantado de los muertos? Entonces lo
mismo que Él dijo que haría, lo está haciendo. ¿Creen Uds. eso ahora con
todos sus corazones? Muy bien, sean reverentes entonces, crean y
recibirán.
91.- ¿Lo cree Ud.? La dama que está sentada allí orando y me está mirando
con sinceridad. ¿Cree Ud. que Dios me podría revelar su problema desde
aquí? ¿Lo cree? Ud. se pone toda… ¿Cree Ud. que esa sinusitis le va a
dejar y Ud. va a estar bien? Si lo cree, póngase de pie, la dama allí con…
¿Ud. cree eso? ¿Ud. cree que está sana ahora mismo? Si Ud. lo cree, puede
irse a casa y ser sana. Señora, Ud. que está sentada allí al final, allí; Ud.
también tenía lo mismo. ¿Cree Ud. que también sanó de esa sinusitis al
mismo tiempo? Entonces póngase de pie y está sana también. Ud. puede
irse y ser libre de eso. Amén.
92.- ¿Cómo está Ud., señor? ¿Cree Ud. con todo su corazón? Muy bien.
Quiero que me mire como siervo de Dios y como su hermano. Me doy
cuenta que a su alrededor hay un espíritu oscuro, lo cual es la muerte, se ha
acomodado sobre Ud. y solo Dios puede librarlo. Ud. está sufriendo y
el problema está en un pulmón, Ud. fue a ver a un médico y el médico hizo
algo en Ud., pero no logró nada y lo ha desahuciado. Ese problema en Ud.
es oscuro, es espantoso. Lo veo allí, es un cáncer, es cáncer en su pulmón;
y, ¿no es Ud. Alemán? Sí señor, me lo imaginé. Acérquese. Ud. va a
escribir para Alemania y le va a contar a sus amigos respecto a esto, para
que crean en el Señor Jesucristo cuando yo vaya para allá.
93.- Ahora, Dios Padre que hiciste al hombre, conjuro esta enfermedad de
su cuerpo para la gloria del Señor Jesucristo; y le digo a este demonio,
llamado cáncer: “Sal del hombre como testimonio, en el Nombre de
Jesucristo”. Amén. Vaya gozándose. Tengan fe en Dios y crean con todos
sus corazones y el Señor Jesucristo les dará cualquier cosa que pidan y
crean que Él lo hará.
94.- Cada persona aquí ahora mismo… Por supuesto que ya empiezo a
ponerme débil y a sentirme entumecido. Fíjense, cada persona aquí puede
ser sanada si Uds. lo creen. Esa es la insignia, eso fue lo que Jesús dijo:
“Estas señales seguirán a los que creen... Las obras que Yo hago, ellos
también harán”. ¿Es esa la obra que Dios hizo?
95.- ¿Qué piensa de eso Ud. que está sentada allí? Ud. que está sentada allí
con artritis. ¿Cree Ud. que Dios la sanará? La dama sentada allí, ¿Cree Ud.
que Dios la puede sanar de artritis? Póngase de pie entonces y pise
fuertemente. La artritis se ha ido. Amén. Su fe lo ha tocado, señora. La
dama sentada a su lado tiene endurecimiento de las arterias y ella también
quiere ser libre de eso. ¿No es correcto eso, señora? Su fe lo tocó a Él y
ahora Ud. está sana. Puede irse a casa. ¡Aleluya!
97.- Muy bien, traigan al hombre. Muy bien. Tengan reverencia. Crean con
todo su corazón y el Señor Jesucristo hará exactamente lo que Él dijo.
¿Cómo está Ud., señor? ¿Me cree Ud. como Su siervo? ¿Sí? Muy bien,
entonces ambos somos hombres que vamos rumbo a la eternidad y debo
hablarle como un moribundo a otro moribundo, sabiendo que Dios nos
juzgará a los dos en el día del juicio, cuando los secretos de cada corazón
sean revelados en ese momento. Pero Ud. ha venido a mí esta noche
porque está sufriendo, tiene un problema del estómago que lo está
molestando, ¿es eso verdad? Y también está completamente ciego de un
ojo y casi ciego del otro. Sus ojos se ven bien claros, pero Ud. se
está quedando ciego. Eso es verdad, ¿no es así? Si eso es verdad, levante su
mano. ¿Cree Ud. que Dios me envió para darle la vista y sanarlo por el
Nombre de Su Hijo Jesús?
99.- Ahora, con todos los rostros inclinados y los ojos cerrados, por favor,
sólo un momento; Ud. también puede mantener sus ojos cerrados, señor,
sólo por un momento.
101.- Ahora levante su rostro por un momento. Abra ahora el ojo de este
lado, ¿puede ver? ¿Ve? Ponga su dedo en mi nariz. Muy bien. Ahora,
ponga su dedo en mi nariz. Muy bien, levanten sus rostros. El ciego ha
recibido su vista en su ojo ciego, fíjense. Permítame sostener… Ponga su
dedo en mi nariz, señor. Ponga su dedo en mi nariz, señor. Ud. está
sano, señor. Vaya, el Señor Jesús le ha sanado… Dios le bendiga. Dios le
bendiga. Él está contento ahora. Ahora se ve distinto, ¿verdad? El hombre
parado aquí dijo que ve diferente, puede ver por toda la audiencia allá
ahora. Todo está bien y normal. Dios le ha sanado. Dios le bendiga, señor.
Vaya, no peque más, deje de fumar. Su úlcera saldrá de su estómago y Ud.
será un hombre sano. Dios le bendiga. Vaya y sea lleno del Espíritu Santo
ahora y dele a Él la gloria.
102.- Alabado sea el Cordero de Dios que puede restaurar la vista a los
ciegos. El hombre estaba completamente ciego de un ojo y casi ciego del
otro. Ahora tiene buena vista, normal. Entonces llegó Jesús y libertó al
cautivo. El mismo Señor Jesús que hizo eso aquella noche, puede hacerlo
esta noche, igual que lo hizo allá.
103.- ¿Cómo está Ud., señor? ¿Cree Ud. que yo soy profeta de Dios o
siervo Suyo? ¿Lo cree? Yo creo que Ud. que está de pie allí es un hombre
sincero. Nosotros somos desconocidos el uno para el otro. Hasta donde yo
sé, nunca nos habíamos encontrado en la vida. Eso es verdad, ¿no es así?
Pero Dios nos conoce a los dos. Ahora, Ud. está en Presencia de Su Ser,
señor, no de su hermano, sino de Su Ser. Le puedo decir que Ud. ha venido
por la misma causa que pasó aquel hombre hace un momento. Es su vista,
se está quedando ciego. Algo le ha sucedido en su vista y no lo pueden
detener, sigue avanzando. Ud. ha venido conduciendo desde muy lejos
hasta aquí. Ha venido desde alguna parte del sur hacia el norte; y es de una
ciudad que tiene un enorme edificio, donde hay como un jardín muy
hermoso hacia el este. Es un edificio alto, un lugar hermoso. Es Baton
Rouge, Louisiana. Regrese. Jesucristo lo enviará de vuelta sano de su vista.
Dios le bendiga por su fe. En el Nombre del Señor Jesús concede estas
cosas. Amén.
105.- ¿Quién sigue? Muy bien. ¿Cómo está Ud.? ¿Cree Ud. con todo su
corazón? ¿Cree Ud. que si el Señor Jesús me permitiera saber que hay en
su corazón, Ud. sería sanada o lo que sea que esté pidiendo? ¿Lo cree? ¿Lo
cree? Muy bien, yo confío que Él lo hará, hermana, lo hará. Empiezo a ver
aparecer ahora, entre Ud. y yo, grandes extensiones de tierra. Parece una
región de trigo o una pradera, con pequeñas ciudades ubicadas en los
alrededores. Hay una mujer muriendo y está muriendo de cáncer. Esa
mujer está en Canadá y si yo le dijera, me parece que el lugar es
Saskatchewan. Ella tiene un cáncer y es familia suya. En una ocasión esa
mujer intentó acercarse a mí, pero yo no pude estar en ese lugar debido a
una tormenta de nieve que me lo impidió, pero Ud. ha venido en su lugar,
¿es cierto eso? Hermana, esa no era mi voz, sino la voz de Él.
107.- Tengan fe en Dios. No duden. La distancia no tiene nada que ver con
Dios. Él conoce todas las cosas y hace todas las cosas bien. ¿Creen Uds.
eso?
108.- ¿Cree Ud. que Dios la sanará de ese problema del corazón sentada
allí? ¿Cree Ud. eso con todo su corazón, señora? Ud. no tiene una tarjeta de
oración, ¿verdad? No necesita una. Sí. Ud. no necesita una tarjeta de
oración. No. Ud. está señalando hacia alguien allá. Yo dije, Ud., la dama
con las flores en el sombrero. Sí. Ud. tiene problemas del corazón. ¿Cree
Ud. que el Señor la sanará? ¿Cree Ud. que yo soy Su siervo? Ud. está
interesada en alguien más, es en la persona sentada a su lado, es su hija.
Esa hija realmente está muy mal, es un tumor; y también tiene un problema
nervioso que le causa trastornos mentales, ¿no es cierto eso? Si es correcto,
levante su mano. Ponga su mano sobre su hija, hermana; y Ud. hermana,
ponga su mano sobre su madre.
109.- Señor, mira hacia abajo ahora con ojos de piedad y que ellas, cuya fe
te ha tocado y has hecho voltear a Tu siervo hacia ellas, ofrezco esta
oración a su favor, que ambas sean sanadas para Tu gloria. En el Nombre
de Jesucristo Tu Hijo. Tú dijiste: “Si haces que la gente te crea y
eres sincero cuando oras, nada le hará frente a tu oración”. Y también
dijiste que estas señales serían dadas para que ellos conocieran que Tú has
enviado a Tu siervo a orar por los enfermos. Ahora, yo ruego que ellas
sean sanadas por Jesucristo, el Hijo de Dios. Amén. Dios les bendiga.
Vayan y sean sanadas. Ud. señora, ahora mismo su corazón late distinto,
¿verdad? Está sana y puede volver a casa.
111.- Pase, señora. ¿Cree Ud. con todo su corazón? Ud. es una mujer de
apariencia muy saludable, pero padece de un problema femenino, ¿no es
así? ¿Cree Ud. que Él la sanará? Ud. desea que yo ponga mis manos sobre
Ud., porque así ha sido enseñada. Entonces acérquese por un momento.
Padre, en el Nombre de Jesús el Hijo de Dios, que nuestra hermana sea
sanada para la gloria de Dios. Amén. Dios le bendiga, hermana. Vaya
ahora y crea.
112.- Muy bien, hermana, ¿quiere pasar, por favor? ¡Oh, vaya! ¡Qué
momento, cristianos! Algún día del otro lado, junto al árbol siempre verde,
cuando hablemos de esta noche… Recuerden, yo estoy diciendo ahora que
el Señor Jesús está aquí, Él los ama a todos y yo creo que es Él que les
habla a través de mí ahora. Miren hacia Él y vivan. Miren hacia Él y sean
sanados, todos los confines de la tierra. Mira hacia Él, Chicago. La hora de
tu decisión está a la mano. Escojan a Cristo esta noche y ruéguenle a Dios
que envíe un avivamiento a la manera antigua por toda la ciudad.
113.- ¿Cómo está, hermana? ¿Quiere Ud. quedar libre de ese tumor? ¿Cree
Ud. que Dios la sanará sin una operación? Acérquese. Amado Dios, parado
con mi espalda hacia ella, siento a ese demonio halar y rogar, él sabe que la
fe está cerca ahora. Te pido, Señor, que le des fe a nuestra hermana y a Tu
siervo. Ahora, en el Nombre de Jesucristo, que la vida salga de este tumor
y muera de igual forma que lo hizo el árbol que Tú maldijiste. En el
Nombre de Jesús lo pedimos. Amén. Dios le bendiga, hermana. Muy bien.
114.- La enfermedad más peligrosa del mundo, problemas del corazón.
Pero Jesús también vive en el corazón. Él es la fuerza de su corazón, ¿cree
Ud. eso? Pase acá. Ud. tiene un corazón nervioso. Señor, calma los nervios
de esta pobre mortal que está parada aquí. Tú que calmaste las olas en el
mar aquella noche y dijiste: “Calla, enmudece”. Y sobrevino una gran
calma, los eternos vientos doblaron sus alas y volvieron a lo profundo del
mar para dormir en paz, mientras el Maestro del mar cruzaba para sanar a
los enfermos. Paz para esta mujer en esta noche, Señor. De una manera
representativa impongo mis manos sobre ella y le digo a estos nervios y a
este corazón que brinca y se agita: “Cálmate”. Obedece los mandamientos
del Señor Jesucristo mientras Él habla desde Su Palabra. Le ordeno a este
corazón que se calme y a estos nervios que se aquieten, en el Nombre del
Hijo de Dios, Jesucristo, a quien represento. Amén. Fíjese ahora lo
tranquila que está Ud., ¿ve cómo se ha calmado? Ahora puede volver y ser
sanada. Sea sanada. Vaya y sólo... Ud. se siente diferente ahora, está sana.
Digamos: “Alabado sea Dios”.
115.- Mi niño, hijo mío, ¿crees tú que si el Señor Jesús estuviera aquí…?
Madre, ¿qué piensa Ud. que Él haría si estuviera aquí? Ud. ha traído a este
niño al Señor Jesús. En primer lugar, el Señor Jesús sabría cuál es el
problema del niño, porque fue Él quien se lo concedió y es Él quien lo ha
alimentado; y si hay alguna enfermedad en el muchacho, lo ha hecho el
diablo. Jovencito, ¿le darías tu corazón a Cristo y le servirías con todo tu
corazón? Y si Él te sanara, ¿lo amarías? ¿Haría Ud. lo mismo, señora, le
serviría a Él por la vida de este niño? Dios le bendiga. Francamente, Ud. ha
estado intentando caminar un poco más cerca para hallar favor con Dios,
para que la diabetes de este niño desaparezca y se sane, ¿es cierto eso?
Porque un niño de esta edad con diabetes está en una condición terrible.
Pero, ¿quién hizo la sangre del hombre? Dios. Ud. cree y aun tendría fe de
que si yo pusiera las manos sobre ese niño, él se sanaría, ¿no es verdad
eso?
118.- Creamos con todos nuestros corazones, ahora que el Señor Jesús está
cerca. Mientras Ud. se acerca, hermana, hay una unción de un espíritu frío
y húmedo que significa muerte. Ud. padece de cáncer. Pero el Señor
Jesucristo puede sacar la vida de ese cáncer y sanarla. ¿Lo cree Ud.?
Ahora, los médicos hacen todo lo que pueden, pero son hombre igual que
yo. Pero ahora yo puedo hacer todo lo que puedo hacer; es decir: hago lo
que Jesús me dijo que hiciera. Ahora, ¿puede Ud. hacer lo que Él le dijo
que hiciera: creer? “Todo lo que pidieres orando, creed que lo recibiréis y
os vendrá”.
119.- ¿Puede Ud. creer eso con todo su corazón? ¿Puede Ud. ensombrecer
todo lo demás y caminar y decir: “Esta noche soy sanada por el Señor
Jesucristo, estoy de pie aquí junto a un hombre que creo es Su siervo;
vengo aquí como una desconocida para él y él me dice cuál es mi
problema; y me dice que Jesús quiere sanarme, si tan sólo yo le creo?”
¿Acepta Ud. eso? Entonces acérquese. Bondadoso Padre Celestial, en el
Nombre del Señor Jesucristo concede que esta mujer que está de pie aquí
llena de curiosidad y demás, ruego que eches fuera todo temor, toda duda y
el demonio que ahora la ata, que eso la deje. En el Nombre de Jesucristo.
Amén. Vuelva feliz ahora, gozándose hermana y alabando a Dios por Su
bondad.
120.- Muy bien. Crean. Muy bien. Desde luego, vemos que… ¿Cree Ud.
que Dios sanó su vista en ese instante, mientras está sentada allí? Amén.
Dios le bendiga, siga adelante entonces. Se acabó. Amén. Amén.
121.- Quiero que inclinen sus rostros por un momento, porque hay un
espíritu sordo en la dama. ¿Inclinaría su rostro por un momento? No
estamos tratando de... Fíjense, hace un rato al mostrar que el ciego podía
ver, yo no hice eso para parecer listo. Ciertamente, a mí me es concedido
echar fuera espíritus malignos, pero yo dejo que la gente use su fe. Ud.
mismo debe tener fe, pero a veces siento algo en mi corazón que dice:
“Haz esto para que la gente pueda saber que yo estoy con ellos”. Esa es la
razón, por la gracia de Dios, le fue restaurada la vista al ciego. Por eso es
que quizás en esta noche Uds. verán, si Dios lo permite… La dama aquí,
como Uds. ven, la del espíritu sordo, está tratando de inclinarse hacia
adelante para leer mis labios. Pero ahora, inclinen Uds. sus rostros y
manténganlos inclinados hasta que yo les pida que los levanten, por favor.
123.- Ahora Satanás, tú has hecho sorda a esta mujer, pero yo te ordeno por
el Dios Viviente, por el Hijo del Dios Vivo a quien represento aquí por
medio de un don de sanidad divina, que me es ministrado por un Ángel,
sal de esta mujer, no puedes retenerla. [La mujer dice: “¡Soy libre! ¡Soy
libre!”] ¿Puede oírme ahora? Abra sus ojos, mire hacia acá, ¿puede oírme?
[“Sí”.] Diga amén. [La mujer dice: “Amén”]. Amo al Señor. [La mujer
dice: “Amo a mi Señor”.] ¿Tenía Ud. un problema en sus pies? También
están sanos. Ahora puede irse gozándose y contenta. Digamos: “Alabado
sea el Señor”.
125.- Júntense todos. Mire hacia acá, señora. ¿Cree Ud. que yo soy siervo
de Dios? Ud. está preparada para una operación y la operación es por un
crecimiento al que llaman tumor. ¿Es cierto eso? ¿Cree Ud. que Dios le
quitará eso? Entonces, en el Nombre de Jesucristo, pido que eso la deje
esta noche. Amén. Vaya creyendo, amada hermana, con todo su corazón.
Dios hará que suceda exactamente lo que Ud. ha pedido.
126.- Oh, señora, ¿cree Ud. que Él la sanará? ¿Cree Ud. que Él le quitará
esa diabetes y todo lo que está mal en Ud.? ¿Cree que Él la sanará ahora
mismo? Señor Jesús, te ruego que sanes a esta mujer y la hagas estar
completamente bien para Tu gloria. En el Nombre de Jesucristo. Amén.
Dios le bendiga hermana. Vaya gozándose. Ahora, sean reverentes
nuevamente por un momento. No sé si una de las damas que salieron en
ese momento fue sanada. Vi Eso colgando en esta dirección, el Espíritu del
Dios Vivo, pero ellos se estaban moviendo y no pude descifrar
exactamente qué sucedió. Parecía alguien de pie. Ahora Eso va siguiendo a
la dama que acaba de estar… que pasó por aquí. Está a su alrededor.
Permanece… Oh, es la dama que está sentada allí con un vestido que
parece rosado, tiene su cabeza inclinada, está orando. Ella está sufriendo de
diabetes, ¿cree Ud. con todo su corazón, señora? ¿Cree Ud. que Jesús...?
Ud. estaba orando, estaba creyendo y Él escuchó su oración. La dama...
Vi lo que era. Permanezca de pie por un momento. Esa dama que acaba de
ser sanada, ¿no era diabética también? Por eso es que ese espíritu estaba
llamando. Oh, era Ud. que estaba orando para ser sanada de diabetes, ¿no
es cierto eso? Así es. Por eso era que ese espíritu estaba siguiendo a
la dama.
127.- Si quieren ver la gracia de Dios, miren para acá: alguien estaba
perturbando, moviéndose; y yo sé que algo pasó. Era una dama que estaba
orando. Una dama fue sanada de diabetes aquí en la plataforma, se movió y
la perdí, pero el Espíritu Santo, con gracia, siguió a la mujer hasta
que llegó allí y se detuvo. Satanás, sabiendo que su hora había llegado… el
Espíritu Santo señaló la mujer. Yo nunca antes había visto algo así.
128.- Ud. es una creyente, hermana, ¿verdad? Ud. también. Y ése que está
frente a Ud. es su esposo, ¿es así? Él está sufriendo de un problema
nervioso, ¿no es cierto? No le estoy leyendo la mente. Ese es su hijo que
está enfermo, ¿cierto? Ud. también tiene una hija, ¿verdad? Y ella está en
una escuela bíblica, ¿no es así? Ella tiene un crecimiento. Dios los sane en
el Nombre de Jesucristo. Todos aquí pueden ser sanados ahora mismo, si
tan sólo se levantan y creen al Señor Jesucristo…