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MANUEL BORJA SORIANO PROFESOR HONORARIO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES CONCORDADA CON LA LEGISLACION VIGENTE POR: JORGE ALFREDO DOMINGUEZ MARTINEZ y FRANCISCO E IGNACIO BORJA MARTINEZ 20% edicion EDITORIAL PORRUA AV. REPUBLICA ARGENTINA 15 MEXICO, 2006 TEOR{A GENERAL DE LAS OBLIGACIONES 327 parrafos 442 y 442 bis; Manresa, t. XII, pags. 576-594; Vaxverpe, t. III, paginas 587-593; Digco, t. V, pags. 331-337; Grorar, t. V, nams. 73-136, CAP{TULO PRIMERO Elementos constitutivos 607. Nocién general. Hay pago de lo indebido cuando una persona, ereyendo por error que es deudora de otra, le entrega una cosa o ejecuta otra prestacién a favor de ella [véanse arts. 1545 y siguientes del Cédigo de 1884 y arts. 1883 y sigs. del Cédigo de 1928]. 608. El error. El Cédigo de 1884 sdlo considera como elemento del ago de lo indebido el error de hecho [art. 1545], en consecuencia con su articulo 1296. El Cédigo de 1928 considera el error [art. 1883], es decir, el de hecho y el de derecho, sin distincién, en armonia con su articulo 1813. 609. Ausencia de deuda. Planiol enumera tres casos: 1° Jamas ha existido obligacin, la persona que ha pagado no debia nada y nada se debia a la que ha recibido. Por ejemplo, una mujer heredera de su marido paga un pagaré que cree haber sido firmado por su marido, siendo la firma falsa. 2° El deudor de una deuda que realmente existe la paga a una persona distinta de su acreedor. 3° El acreedor recibe su pago de persona distinta de su deudor. En este caso, como en el precedente, aunque hay realmente una deuda, se puede decir que no existe obligacién alguna entre el que ha recibido y cl que ha pagado [t: II, ném. 838]. 610. Carga de la prueba. El Cédigo de 1928, en su articulo 1891, es- tablece lo siguiente: “La prueba del pago incumbe al que pretende haberlo hecho. También corre a su cargo la del error con que lo realizé, a menos que el demandado negare haber recibido la cosa que se le reclama. En este caso, justificada la entrega por el demandante, queda relevado de toda otra prueba. Esto no limita el derecho del demandado para acreditar que le era debido Io que recibid.” Este articulo reproduce, con muy ligera modi- ficacién, el articulo 1900 del Cédigo Espafiol, refiriéndose al cual Manresa hace este comentario: “Y la razén de dicha disposicién es facilmente per- ceptible, pues, como el que hizo el pago fue el causante principal, si no tinico del hecho, y a él debe imputarse el error, no puede menos de venir obligado a la prueba del mismo, 0 sea que pag6 con dicha circunstancia, a no ser que el que cobré negare haber recibido la cosa entregada en pago, en cuyo caso, en consideracién a la mala fe que desde luego revela dicha negativa, le exime de la prueba del yerro, aunque no de la certeza del pago, cuya prueba viene a destruir la negativa del demadado dando los caracteres de verdad a Ia reclamacién” [t. XII, pag. 592]. 328 MANUEL BORJA SORIANO 611. Presuncién, El Cédigo vigente, en su articulo 1892, establece que: “‘Se presume que hubo error en el pago, cuando se entrega cosa que no se debfa o que ya estaba pagada; pero aquel a quien se pide la devoluci6n puede probar que la entrega se hizo a titulo de liberalidad o por cualquiera otra causa justa.” Este articulo es una copia textual del 1901 del Cédigo Espafiol, cuyo comentario de Manresa es el siguiente; “Dicha declaracién. . . tiene su fundamento juridico en la consideracién derivada de lo que sucede en el orden natural de las cosas, segiin la que, quien da lo que no debe no puede presumirse que lo dona mientras no conste de una manera segura y eficaz que lo hizo por mera liberalidad. Mas la presuncién. establecida en este articulo es meramente juris tantum y admite, por consiguiente, la prueba en contrario. ..”” 612. Observacién. Lo que designamos, de acuerdo con la terminologia empleada por los autores en general, como pago de lo indebido y que también se designa con el nombre de pago en nuestros Cédigos, no es en realidad un pago, ya que éste consiste, como después veremos, en el cum- plimiento de una obligacién [arts. 1514 del Cédigo de 1884 y 2062 del Cédigo vigente]. En consecuencia, no han obrado con acierto los autores del Cédigo de 1884, tratando del pago de lo indebido en el capitulo dedi- cado al pago. 613. Caso de enriquecimiento ilegitimo. El Cédigo vigente coloca los articulos relativos al pago de lo indebido en el capitulo del enriquecimiento ilegitimo, imitando al Cédigo (Suizo) de las obligaciones [arts. 62 y sigs.], y al alem&n [arts. 812 y sigs.]. Para los autores de nuestro Cédigo vigente el pago de lo indebido es una aplicacién del principio del enriquecimiento ilegitimo, de acuerdo con el parecer de Bonnecase [Précis, t. II, nim. 434], Colin y Capitant [t. II, ntim. 232], Demogue [t. III, ntims. 84-85] y Val- verde [t. III, pag. 58]. CAPITULO SEGUNDO Efectos principales SECCION 1" LA RESTITUCION 614. Principio. Segtin el Cédigo de 1884, ‘Cuando por error de hecho pagare alguno lo que realmente no debe, podré recobrar lo que hubiere dado [art. 1545]. El mismo principio se encuentra en el Cédigo de 1928, sin distincién entre error de hecho y de derecho, como puede verse en el articulo que dice: “Articulo 1883. Cuando se reciba alguna cosa que no se tenfa derecho de exigir y que por error ha sido indebidamente pagada, se tiene obligacién de restituirla.” TEOR{A GENERAL DE LAS OBLIGACIONES 329 615. Cosa determinada. Cuando la cosa recibida, de buena o de mala fe, haya sido cierta y determinada, deberd restituirse en especie [arts. 1546. 1547, 1550 y 1551 del Cédigo de 1884], o en otros términos: “Cuando se reciba alguna cosa que no se tenfa derecho de exigir y que por error ha sido indebidamente pagada, se tiene obligacién de restituirla” [1% parte del articulo 1883 del Codigo de 1928]. 616, Cantidad, El que, de buena o de mala fe, recibe una cantidad indebida, esté obligado a restituir otro tanto [arts. 1546 y 1550 del Cédigo de 1884], en el mismo sentido est el Cédigo vigente {art. 1883, primera parte]. 617. Otra prestacién. El Cédigo de 1928, en su articulo 1883, segunda parte, previene que si lo indebido consiste en una prestacién cumplida, cuando el que la recibe procede de buena fe, sdlo debe pagar lo equivalente al enriquecimiento recibido; si procede de mala fe debe pagar el precio corriente de esa prestacién. No estando previsto este caso en el Cédigo de 1884, bajo la vigencia del mismo, habria que aplicar el principio del enri- quecimiento ilegitimo. 618. Caso excepcionul. El articulo 1890 del Cédigo de 1928, prevé el caso de un acreedor que de buena fe ha recibido el pago de persona distinta de su deudor, y dispone lo siguiente: “Queda libre de la obligacién de restituir el que, creyendo de buena fe que se hacfa el pago por cuenta de un crédito legitimo y subsistente, hubiese inutilizado el titulo, dejado prescribir la accién, abandonado las prendas 0 cancelado las garantias de su derecho. El que paga indebidamente s6lo podré dirigirse contra el verdadero deudor 0 los fiadores, respecto de los cuales Ja accién estuviese viva.” Este articulo es una reproduccién del 1899 del Cédigo Espafiol. En el comentario de Manresa leemos lo siguiente: “Consfgnase en este articulo una excepcién de la obligacién impuesta por los anteriores respecto de la devolucién por parte del que realiz6 el cobro de la cosa... entonces la equidad exige que no se le obligue restituir, pues de otro modo saldria perjudicado o perdiendo en lo que representare el crédito que inutilizé siendo el error principal de quien hizo cl pago indebidamente. Por virtud de dicha exen- cién, el pagador sélo tendré accién para reclamar la restitucién contra el verdadero deudor o los fiadores, respecto de los cuales estuvicse atin viva Ja accién del crédito que correspondia al que cobro, y por cuenta del cual crey6 recibir e] pago. Hay, pues, una sustitucién de acciones’” [tomo XII, pagina 591]. 619. El mismo caso en Derecho Francés. El articulo 1377 del Cédigo Civil Francés, contiene el mismo principio que el articulo espafiol citado, diciendo: “Cuando una persona que, por error, se crefa deudora, ha pagado una deuda, tiene el derecho de repeticién contra el acteedor. Sin embargo, 330 MANUEL BORJA SORIANO este derecho cesa en el caso en que el acreedor ha suprimido su titulo como conscuencia del pago, salvo el recurso del que ha pagado en contra del verdadero deudor.” Refiriéndose Planiol a este precepto, lo explica asi: “Creyéndose (el acreedor) regularmente pagado, no tenfa interés en con- seryat un titulo intitil para lo sucesivo. Si se concediese contra él la repe- ticién, podria encontrarse en seguida en la imposibilidad de presentar la prueba de su crédito contra su verdadero deudor y de hacerse pagar por él. La Ley lo autoriza, pues, para conservar lo que ha recibido y obliga al ter- cero pagador a recurrir como pueda en contra del deudor” [tomo, I, nt- mero 861]. 620. Referencias. Al final del capitulo del Cédigo de 1928, que con- tiene los preceptos relativos al pago de lo indebido, se encuentran los ar- ticulos 1894 y 1895. El primero trata de un caso del que nos ocuparemos al estudiar las obligaciones naturales. El segundo se refiere al pago de una obligacién ilicita 0 inmoral, caso que hemos estudiado en los ntimeros 241 a 248 de este libro, y que no hay que confundir con el pago de lo indebido. En este sentido se pronuncia Bonnecase /Précis, t. I, nim, 436]. SECCION 2* ENAJENACION DE LA COSA I, TiTULO ONEROSO 621. Buena fe. Segin el Cédigo de 1884, articulo 1548, “Si el posee- dor (de buena fe) vendid la cosa, no debe restituir mas que el precio de la yenta o ceder su accién para recobrarla.” Este articalo tiene por origen el pérrafo tercero del articulo 1896 del Proyecto de Cédigo Espafol, redac- tado asi: “Si yendié la cosa, no debe restituir mds que el precio de la venta o ceder su accién para conseguirla.” Garcia Goyena comenta este pdrrafo en los términos siguientes: “Si vendié la cosa: este tercer parrafo. es el artfculo 1380 Francés, 1334 Napolitano, 1032 de Vaud; el 1498 Sardo afiade: ‘O ceder su accién para conseguirlo’, que habemos adoptado, porque puede no haberlo recibido, pero tendra accién para reclamarlo... Segin este tercer pdrrafo la yenta queda firme, y el comprador no puede ser inquietado por el duefio de ja cosa. Hay, pues, aqui una excepcién al principio de jurisprudencia universal consignado en Ja 11 de regulis juris: Quod rostrum est, sine facto nostro ad alium transferri non potest (Lo que es nuestro, no puede pasar a otro, sin algtin hecho nuestro). Lo mismo se infiere necesariamente de las Leyes Romanas y de Partida citadas, pues s6lo habla de Ja restitucién del precio, y los Cédigos modernos y nuestro articulo dicen simplemente lo que aquéllas. En el discurso 63 francés, se da por toda razén de esta excepcién: ‘La buena fe le hace justamente considerar como legitimo propietario de la cosa; de donde nace la conse- cuencia que tenfa-el derecho de disponer de ella como estimase més con- TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES 331 veniente a sus intereses.’ Pero esta razén no satisface, porque en las demés enajenaciones hechas por poseedores de buena fe rige la disposicién ge- neral en contrario. La dada por Rogron parece més satisfactoria. En el que paga lo que no debe hay siempre algo de negligencia, o por lo menos un error que debe imputarse a si mismo, y del que no debe ser victima el comprador de buena fe: en los demés casos, el duefio que reclama la cosa no fue quien la entreg6, aqui, si.” Segiin el Cédigo de 1928, el que de buena fe hubiere aceptado un pago indebido de cosa cierta y determinada, si la hubiere enajenado, restituiré el precio o ceder4 la accién para hacerlo efectivo [art. 1887], es decir, restituiré “el precio si hubiere sido satisfecho 0 cederd, en otro caso, al duefio la accién que por virtud de la enajenacién le corresponda para hacer efectivo dicho precio” [Manresa, t. XII, pag. 588]. Lo que implica que la venta quede firme 622. Mala fe. “Si el que recibié 1a cosa con mala fe, la hubiera ena- jenado a un tercero que tuyiere también mala fe, podré el duefio reivin- dicarla” [arts, 1553 del Cédigo anterior y 1885 del Cédigo vigente]. Pero si el tercero la recibié de buena fe, solamente podré reivindicarse si el que enajené estuviere insolvente, segtin el articulo 1554 del Cédigo de 1884, y ni aun en este caso, segiin el articulo 1886 del Cédigo de 1928. Il. Tfruro GRATUITO 623. Buena fe. Si el que recibio la cosa de buena fe la hubiere do- nado, no subsistira la donacién [arts. 1549 del Cédigo anterior y 1888 del Cédigo vigente]. 624. Mala fe. Si el que recibid la cosa con mala fe, la enajenare a titulo gratuito, podré reivindicarse, aunque el tercero a quien se hubiere enajcnado la hubiere recibido de buena fe [arts. 1554 del Cédigo anterior y 1886 del Cédigo vigente]. CAPITULO TERCERO Efectos accesorios SECCION 1! COSA DETERMINADA I. BUENA FE 625. Menoscabo y pérdidas. C. a. 1547 (2* parte). C. v. 1887 (1? parte).

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