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Moncloa y Covarrubias , Manuel
Mujeres de teatro .
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THE LIBRARY
OF
THE UNIVERSITY
OF TEXAS

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DATE 10 déo 51
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Moncloa y Covarrubias
... Mujeres de teatro .

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911. Monclu v Covarrubias
CLOAMON )

X MUJERES
DE

TEATRO
(Apuntes, perfiles y recuerdos)

PRÓLOGO DE

Clemente Palma

ỦALAO
Imp. El ProgresoGalvez 41 y Libertad 56
1910
(Monclowy C ‫ای کی بی پر پورا خم‬
‫کار و کارر م‬

MUJERES

DE

TEATRO

DE
GE
NS
THE LIBRARY
THE UNIVERSITY
L.A.
OP TERAS
6.00
Gow
chel

Proemio ó lo que fuere


Mi buen amigo don Manuel Moncloa уy Cova
rrubias, técnico experto en asuntos teatrales y en
tretenido cronista ( le las cosas que pasan' entre
bastidores, y aun de muchas que pasan fuera de
cllos, tiene la peregrina ocurrencia de pedirme que
- dejando por un rato de gastarme el magín en
escribir cosas serias ( Moncloa llama cosas serias
mis crónicas políticas de Variedades) -le perjene
algunas líneas de introducción á este su nuevo li
bro sobre figuras teatrales. Yo, francamente hu
biérame escusado ó , mejor dicho, lo hice, fundan
dome en mi insignificancia literaria y en mi in
competencia de la materia sobre que versa el li
bro. Tengo una modestia para mi uso que consti
tuye un socorrido recurso para , entre otras co
sas , revestir mi indolencia ó flojera de criollo
C011 un ropaje muy simpático. ¡ Oh la virtud de
helere

los hombres que yo más admiro y que más atrac


tivos y estímulos ejerce en mi mañosa psicología
es la modestia ! Cuando por casualidad alguien
me insinúa que lea un manuscrito de versos, no
velas, cuentos, disertaciones ó lo que sea á fin de
que le dé mi juicio , logro salir del compromiso em
pequeñeciéndome voluntariamente , para llegar á
0206 -BOUND MAR 1952
1950
15
NOV
la apetecida conclusión de que mi modestia no me
permite emitir un juicio de la obra monumental.
Y de mi modestia encantadora nadie me saca ni
nadie se resiente . Naturalmente, como de boto .
nes adentro nadie se engaña, sé con toda eviden
cia queno hav tal modestia ni tales ocho cuartos.
Lo que hay es u121 pereza endiablada . recalci.
trante . Como juzgar me creo cap'iz de juzgar
punto por punto hasta las Pandectas y la enciclo
pedia del siglo XVIII . Pero este don Manuel Mon
cloa, así con sns graves anteojos cabalgados so
bre una nariz un tanto papagallesca , con su aire
campechano y bonachón es un diablo : me ha cala
do al vuelo el fondo mañoso de mi psicología y no
me ha aceptado la escusa de mi incompetencia y
de mi modestia . Cuando le dije que no entendía
de achaques teatrales, me soltó esta perdigonada:
-¿Quiá hombre! Como no ha de entender usted si
desde hace dos años no hace usted otra cosa que
escribir de teatro . ¿ Qué otra cosa es nuestra polí
tica que una comedia con sus puntas trágicas íí
las veces , que diría Castro Oyanguren ? A usted le
ha dado el naipe por comentar eso, luego, pues,
somos colegas en el género con pequeña diferencia
de inatíz : el mío es más divertido : -Y tiene razón
Moncloa . Y tiene otra cosa que por lo pronto es
de más importancia : , tiene editor para su libro .
rara avis en nuestro mercado literario . Hombre
que encuentra aquí editor que le publique por pro
pia cuenta un libro es digno de todas las conside
raciones sociales. Además eso quiere decir que el
libro es bueno y útil . No necesito más datos.
Este libro de Moncloa es una galería de las
damas artístas, discípulas aventajadas de Talía ,
Melpomene y Terpsicore que han venido por es
tos barrios, algunas de ellas de reputación mun
dial tales como la Ristori . Sarah Bernardt, Clara
Della Guardia y la Guerrero ; desfilan en el libro
las principales figuras femeninis teatrales que
han hecho reír ó llorar á los limeios, desde la Me
rino que fué la artista que en 1821 entonó por
primera vez el himno nacional, de Alcedo , hasta la
bella y genial Rosario Pino que acaba de llegar.
A todas ellas consagra Moncloa capítulos intere
santes, sazonados con anécdotas ó recuerdos per
sonales. Moncloa os hoy la autoridad más com
petente en asuntos de teatros, pues, una gran
parte cle su vida la ha consagradocon pasión á es
" cudriñar los recovecos de los proscenios y á anotar
Crónicas y apuntes curiosos sobre la vila origina
lísima é inquieta de los artistas. Como un duende
atisbón y travieso ha huzineado los mil secretos de
los camerinos y bastidores, en nuestros corrales
escénicos. Esto de los corrales es sin malicia : los
llamo así porque todos saben que esta es la deno)
minación clásica de los teatros de antaño . Picar
días de artistas, chascos y desventuras de las
prima donnas, enredos de partiquinos,, gallos y
morcillas, éxitos y silbatinas, truchimanadas de
empresarios, pellejerías de las compañías, así co
mo heroismos, rasgos de ingenio ó de nobleza de
corazón de la gente de teatro que Muncloa no co .
nozca no las conoce ni el diablo .
Yo debiera - siguiendo el protocolo que rige
los prólogos --decir quien es Moncloa . sobarle la
pantorrilla á Moncloa y llamarle génio portento
SO . Pero me parece que salir á estas alturas pre
sentando á Moncloa 10 sería una novedad ¿ Quién
no conoce á Moncloa ? En cuanto á llanarle ge
nio portentoso no lo hago por dos razones . 1 °
Porque no lo creo tal ; y 2º Porque si yo lo dijera
de él , ya él no lo podría decir de mí, en alguna oca
sión , sin que se le tildara de hacerlo por mutuali
dad. Moncloa es sencillamente un mozo estudio .
110
so , aprovechado y productor. Digo mozo , aunque
por la edad puede ser mi padre, por la frescura y
lozanía de su espíritu y la juvenil perduración de
su actividad y entusiasmo. Ha escrito más de 20
obras para el teatro, llenas de sal criolla , que han
'sido muy aplaudidas. Una de ellas Lima por den
tro , escrita en colaboración con su hijo Manuel,
alcanzó 70 representaciones, lo que entre noso
tros es un éxito loco , que no recordamos haya al
canzado otra obra nacional. Además ha escrito
una interesante monografia sobre el teatro muni
cipal ó principal; y un Diccionario teatral det
Perú, obra verdaderamente meritoria por el cú
mulo de datos que encierra .
Deseo á " Mujeres de Teatro " un éxito edito
rial despampanante, siempre y cuando se traduzca
para el autor en un buen chaparrón de esa lluvia re .
confortante con que Júpiter acudió á Danae . Creo
que Cloamón no sufriria , al mojarse, de anginas
ó romadizos.
C. Palma.
THE LIBRARY
THE UNIVERSITY
OF TEXAS

La Merito
Al advenimiento de la República actuaba en el
teatro de Lima una compañía dramático - lírica,
cuya primera figura era la cantatriz nacional
Rosa Merino, siguiéndole en mérito el tenor Bar
beito ; quienes , como reza una gacetilla de la épo
ca , eran los únicos de la compañía “ de verdadero
arte ."
Rosa Merino, que poseía una hermosa voz de
tiple, fué la artista que cantó en la escena por pri
mera vez , el himno nacional del Perú del maestro
Alcedo; y por ese tiempo la actriz mimada de los
limeños.
Siete años antes figuró como comprimaria de
la primera compañía de ópera que hubo en Lima.
En las fiestas que entonces se dieron en Pala
cio , fué ella uno de los mayores atractivos. Cuan
do se celebró la promulgación del estatuto , en los
primeros días de octubre de 1821 , la Merino hizo
en la vieja casa de Pizarro, las delicias de la selec
ta concurrencia invitada por el general San Mar
tín . Y así, en otras solemnidades.
Fué , pues, la artista predilecta de los albores
de la inclepenciencia .
De la época del virreinato , apenas podemos
citar los nombres de tres mujeres de teatro : la
universalmente conocida Perricholi, la Dubarry
del virrey Amat; la Inés Mayorga, de fines del si
glo XVIII ; y , la infortunada María Moreno , ase
sinada por su amante el cómico Rafael Cebada ,
en 1814 .
- 6

La Samtauiego
La primera actriz de reputación que tuvimos
á principlos del siglo XIX , fué Teresa Samaniego.
En España había sido, por corto tiempo, que.
rida de Fernando VII .
“ Contábase en Lima -nos dice un eminente es
critor nacional, - que, cuando el rey rompió con
élla , algunos cortesanos la prepararon una gran
silbatina, y fué entonses cuando ella se vino á
América , por salvar de que la regalacen los oídos."
La Samaniego en sus momentos íntimos . so
lía decir con orgullo, señalando á uno de sus hijos:
-Este es hijo de un rey !
La noche del 8 de noviembre de 1827 , se pre
sentó por primera vez en las tablas del teatro de
Lima, con la obra : Lo cierto por lo dudoso, obti
niendo extraordinario éxito. En Barcelona había
adquirido reputación , pues era “ artista discreta ,
mujer guapa, con brío y gracia ” .
Don Andrés Bello la juzgaba así, cuando es
tuvo en Chile : “ Es una actriz de la mejor escuela .
Aunque su voz no es suficientemente juvenil, sabə
darle una grata variedad de inodulaciones para
expresar los diversos afectos, y en todos ellos le
es dado hallar el camino del corazón . El papel de
Jocasta , en la tragedia de Los hijos de Edipo, bas
ta para dar á conocer toda la flexibilidad de su ta
lento у de su voz . Sea que exprese la ternura ma
terna ó que los crímenes y desgracias de su malha
dada familia le arranquen acentos de dolor, ó que
desesperada pida á sus implacables hijos que claven
el puñal en el seno que les dió la vida, es siempre
noble, siempre digna de la tragedia, siempre con
mueve y arrebata. Una de sus prendas sobresa
-7

lientes es el juego graduado que economiza los


grandes esfuerzos, reservándolos para los pasajes
más enérgicos y verementes."
La Samaniego llegó á Lima acompañada de
sus hijos Emilia Hernandez, dama joven , y José
Hernández, galán dramático . Emilia debutó con
el monólogo: Mariquita la golosa ; y José con la
tragedia: Sancho Ortiz de las Roelas; alcanzando
ambos grandes aplausos del público limeño .
Hasta el año 1829 trabajó aquí; pasó luego á
Chile de donde volvió en 1834, y en enero del si
guiente año reapareció en el teatro de Lima .
Murió por los años de 1843, la notable actriz,
que tuvo á sus pies una testa coronada de la ma
dre patria .
-8

Toribia Miranda
Allá en 1834 era estrella del teatro de Lima la
artísta nacional Toribia Miranda .
Nacida en la capital , llena de la agudeza y de
la lisura que hizo célebres á las limeñas de mitad
del siglo pasado, con facultades y talento ; debió ,
pues, ser la niña mimada del público y ejercer so
bre él esa influencia de las mujeres de teatro que
ofrecen no sólo el atractivo de sus dotes y de su
inteligencia, sino el de sn belleza y de su gracia .
Morena, de lineamiento provocativo y sen
sual, fué entonces como un heraldo vago del sica
liptismo que hoy suele caldear los escenarios,
reemplazando el arte declamatorio por excelencia
que, por aquel tiempo, informaba el concepto ar
tístico .
Toribia , á quien llamaba cariñosamente el pú .
blico : " la zamba " , fué una de las acabadas intér
pretes del teatro de Segura , nuestro Bretón na
cional.
Por largos diez años imperó en nuestra esce
na; y no fué raro que alguna vez su risa picaresca
resonara en la vieja casa de Pizarro, siendo presi
dente del Perú el grau mariscal Castilla .
Por el año 1871 estuvo esta interesante actriz
en Chile.
" Tenía ( 1 ) un instinto artístico admirable .
Se introducía maravillosamente bajo la piel de la
heroína á quien caracterizaba, y procedía como
tal. Sentía lo que hablaba y lo que accionaba .
La pasión palpitaba en sus labios. El llanto co
( 1) -Amunátegui, “ Las primeras representaciones dramá
ticas en Chile .”
- 9 -

rria por sus mejillas. La belleza de que estaba


adornada, contribuía poderosamente á la influen .
cia y fascinación que ejercía en el auditorio . Tenía
la tez pálida; los ojos negros, rasgados, incendia
rios; el cuerpo contorneado y voluptuoso ; los pies
pequeños, y ese donaire que es la sal de su suelo
nativo . Los mozos se influnaban con sus miradas.
Los viejos perdían el seso con ellas. Los sujetos
más graves y doctos le componían sonetos y de
cían en prosa : “ esta mujer tiene en su cuerpo todo
el fuego de su patria ."
Cuando en 1852 se unieron para trabajar en
el Principai las compañías de Fedriani vile O'Lo
ghlin , la Miranda trabajó con este primer actor
que , entonces, no reconocía rival entre nosotros.
6

" Nadie, en su época , era capaz de hacer pape


les con gracia criolla , ni de ponerse saya y manto ,
ni de hacer una china , ... ..como Toribia Miranda ,"
nos dice un maestro que la conoció .
Fué, pues , una figura de primera línea en la
escena limeña , la salada у hermosa “ zamba Mi
randa ."
-10

Chepa Manteca
Por aquellos primeros años de la república
eran , asimismo, muy aplaudidas en nuestro tea
tro , varias artistas nacionales: Petronila Pró , Te
resa Navarrete, llamada " la templadora ” ; y la
dama de canto Josefa Bohorquez á quien por su
sandunga y lisura , apellidaba el público: “ Chepa
Manteca ” ; y que era muy popular en la tonadilla :
Los retratos .
Una noche cantando esta tonacilla aludió de
senfadadamente á los marinos , y uno que se halla
ba en los palcos, se quitó el cutó de la cintura y se
lo arrojó á la escena . Flojo fué el toletole que se
armo!
También es de recordar de los tiempos viejos
á María Jáuregui, á quien conocimos ahora mu
chos años, de muy avanzada edad , como carac
terística .
- 11 -

Competencias
En los famosos tiempos de la Barilli y O'Lo
ghlin , allá por los años de 1852 , ocurrieron en el
teatro de Lima, sucesos extraordinarios, que aún
recuerdan con deleite los viejos aficionados .
Como no existía más teatro en forma que el
Principal, que sólo dos años antes tomara este
nombre para distinguirlo del “ Variedades " de la
calle de Espaderos, estrenado en septiembre de
1850 , -á él iban á dar todas las compañías gran
des que nos visitaban , alternándose en el uso del
vetusto coliseo .
* En la temporada de dicho año, trabajaba en
el Principal la compañía de ópera de la Clotilde
Barilli , y la dramática de O'Loghlin , suscitándo .
se cierta noche un escándalo que tomó colosales
proporciones.
Los ardientes partidarios de la comedia , -
pues el público se había dividido en barillistas y
ologhlinistas, -se propusieron una noche de ópe.
ra , que en vez de este espectáculo se representara
un drama. Los barillistas protestaron ruidosa
mente, contestáronle los otros, y se armó la gran
batahola , que como el trueno presagiador del gra
nizo , se resolvió en palos уy bofetadas surtidas.
La guardia del teatro era impotente para con
tener el desborde, el general don Pedro Cisneros,
á la sazón prefecto de Lima , hizo venir, paso al
trote , una columna de gendarmes que, como es
natural , dada la indole revoltosa de aquellos
tiempos, puso en gran alarma á buena parte de
la ciudad y hubo el cierrapuertas consiguiente.
Mientras tanto en el Principal la tempestad
-12

arreciaba : los estoques habían salido de los bas


tones y algunos pistoletazos se habían (lejado oír.
D. Alfredo Thorn , marido de la diva , dió dos es
toca las á un joven ologhlinista ; y un caballero ma
yor recibió un feroz garrotazo que lo trajo á tierra .
Los denuestos, los palos, las bofetadas ame
nazaban no terminar nunca , cuando llegaron los
gendarmes y , en medio de los gritos opuestos de
¡Viva la Barilli! y ¡ Viva O'Loghlin ! y la consi
guiente algarabía, fué llevada media concurrencia
entre calles de soldados, hasta las carceletas.
Jamás hubo en el teatro competencia más rui
dosa , ni que trajera mayores disturbios: los co
municados de los periódicos registraban diaria
mente diatribas furibundas; los palos y bofetadas
se repetían casi todas las noches; se denunciaron
artículos; hubo lances personales; y , más de una
vez fué impotente, como hemos visto , la guardia
del teatro para restablecer el orden perturbado
por el ardiente entusiasmo de los partidarios de
la bella Clotilde y del aplaudido O’Loghlin .
Al año siguiente , entablóse nueva competen
cia entre la Barilli y la Elisa Biscaccianti, que tu .
vo como la anterior, no poca resonancia ; volvie.
ron á ponerse á la orden del día las bofetadas y
los garrotazos.
En 1866 llegó á nuestras playas Marieta Mo
llo , una romana simpática que debuto el 12 de
mayo con Il Trovatore - primera función que se
dió en Lima después del combate del 2 de mayo ,
la cual fué mimada del público , pues la noche de
su beneficio el Principal resultó pequeño para la
enorme concurrencia que acudió á manifestarle
sus simpatías y su cariño.
Tres años después volvía la Mollo al Perú ,
motivándose entonces enragé competencia con
Marietta Mollo
-
13 -

Luisa Marchetti , que había sacado de quicio á los


limeños hasta el punto de haberle tirado del coche,
en clase de caballerías auténticas, los jóvenes uni
versitarios .
El teatro las más de las noches, se convertía
en un campo de batalla : llovían flores y palomas,
gallinazos y tercios de verba , que los partidarios
de una y otra diva lanzaban á la escena, y apa
sionado de la Marchetti hubo ( 1 ) que mandó acu
ñar 5,000 medallas de plata para arrojarlas en el
teatro .
Y el viejo coliseo se llenaba hasta las clarabo
yas , con gran contentamiento de la empresa .
Posteriormente las competencias entre artis
tas han tenido menor entusiasmo y calor , se han
reducido á aplausos, flores y pitos, y cuando más ,
á alguna bofetada suelta sin ulteriores conse
cuencias.

LOTSA
หมอย

9
186

FACSIMILE DE LAS MEDALLAS

( 1 ) -Señor Pelipe Argoain.

620640
- 14 -

La Geraldinte
A hora cuarenta años la música chispeante y
cancanesca de Offenbach , retozaba, por primera
vez en los ámbitos del viejo teatro Principal , co
mo un desbordamiento de champagne que enar .
decía la sangre y ponía inusitado contento en los
corazones

La obra que, állá en el apogeo del segundo


imperio estrenara , en París , la Schneider; y que
dió lugar á que esta célebre artista fuera confun:
dida con la emperatriz de los franceses, fué la ele
gida por la Geraldine para presentarse ante el pú
blico de Lima, el 29 de agosto de 1870. Nos refe
rimos á La grande duchese de Gerolstein, le cher
d'euvre de Offenbach .
Veamos la anécdota de la Schneider. Una tar
de se presentó ésta en la Exposición Universal de
París, por la puerta de los Príncipes , y el oficial
de guardia saludó cortesmente á la elegante tiple ,
á quien no conocía , y le preguntó :
--A quién tengo el honor ..... ?
-La Gran Duquesa de Gerolstein .
-Pase V. A.
La prensa de París, conocido el hecho, lo co
mentó en todos los tonos. El oficial estuvo á pun .
co de suicidarse.
Días después se presentó en la misma puerta
la emperatriz en persona.
-A quién tengo el honor ?......
. - La Emqeratriz.
-Sí ! -dijo el oficial-á mí con emperatrices de
ópera bufa . ¡No entra nadie !......
La Geraldine era una rubia , de ojos picares
cos y rientes, que, desde su aparición fue dueña
G. Geraldine
-
- 15 -

absoluta del cariño de nuestro público, que la re


cuerda siempre como á la más acabada intérprete
del género bufo francés.
De movimientos graciosos y voz de timbre
agradable; con gestos y ademanes de niña volun
tariosa ; y, con ese chic peculiar á las mujeres de
su país ; era . natural que fuera tout de suite l'en
fant gatée de los limeños .
Para éstos, la Geraldine será siempre la Gran
Duquesa de Gerolstein .
16 -

Josefina Castro
Conocimos á Josefina Castro en su casita de
la plazuela de las Nazarenas, cionde iban diaria
mente á ensayar los artistas de las compañías de
su marido, el primer actor Gonzalo Duclós , las
obras que luego debían estrenarse en el Olimpo ó
Principal.
La habitación en que se efectuaban los ensa
yos era pequeña , con las paredes cubiertas de re
tratos de artistas con dedicatorias reñidas con la
gramática; de coronas marchitas de laurel , ó de
laurel figurado, recuerilos de glorias y triunfos es
cénicos . En el centro , una mesita cuadrada de
pintado pino , al rededor de la cual se hacían los
ensayos; varias sillas y un sofá de cerda, un si es
no es , quebrantado por los años . Y allí ensaya-.
ban Encarnación Coya , la eximia caracteristica
nacional , acabada intérprete de Na Catita : y Fe.
lices , Teresa Duelos y Ortiz, Colunga, Baeza ,
Ureta .
Nos estrenó Josefina dos obritas, estudiando
las con amor y cariño. Anotamos esta excepcio
nal circunstancia , porque los artistas que nos vi
sitan jamás estudian las obras nacionales que no
les sirven para nada , como dicen ; y, sin embargo,
gracias a ellas no bajan la bandera la mayor par
te de las veces , ó , por lo menos, obtienen magnífi
cas entradas. Y buena prueba de lo disho nos
dan las temporadas de los últimos años, en que
las empresas han tenido que recurrir al título na
cional para no morir por consunción .
Y con todo, los comiquillos kilométricos que
vienen á Lima sienten por nuestro teatro gran
desprecio.
Josefina Castro

- 17 -

Josefina Castro era trujillana, hermosa mujer


y actriz muy discreta. Casó con Duclós , quien con
esta base formaba compañías ó cuadros compues
tos casi siempre, y en su mayor parte, de artistas
nacionales; y se daba á recorrer el Perú .
Temporada de estas hubo en que las entradas
fueron tales, que los artistas apartándose del
sueldo contratado y aún del trabajo á partido ,
tuvieron que conformarse con recibir diaria
mente ; ¡dos pesetas! para el plato, y ......gracias.
Josefina murió en 1888 , en su ciudad natal,
aún joven , aún hermosa .
En Lima estrenó: El gran Galeoto de Eche
garay. y casi todas las obras de los autores na
cionales que entonces se escribieron ( 1885-87 . )
Tuvo muchos apasionados y entusiastas.
En la nómina de las actrices peruanas nota
bles -la Villegas, la Merino, la Miranda , la Coya ,
las Pérez - debemos colocar á Josefina Castro , úl .
tima distinguida comedianta rle nueitra escena .
- 18 –

Carolina Ciuili
Entre los artistas notables que han pisado la
escena de Lima debemos mencionar á Carolina
Civili, que nos visitó ahora 39 años, pues se es
trenó en nuestro viejo Principal el 17 de julio de
1871 , con el drama " María Estuardo."
Alta , rubia , con hermosos ojos garzos, arro
gante, mereció de los limeños grandes ovaciones,
como las conquistó con su indiscutible talento
en teatros importantes del viejo mundo , en que la
crítica estuvo unánime en colocarla al lado de las
primeras actrices en su tiempo .
En nuestro teatro hizo , dejando imborrable
recuerdo, entre otras obras, “ Adriana Lecou
vreur " , " Isabel la católica ” , “ Doña Juana la lo
ca " , " Pía de Tolomey ". y la graciosa piececita
“ La casa de campo " , que ella estrenó, bordando
el tipo cómico de la protagonista con tal gracia ,
que ninguna actriz española la ha superado en
esa obra .
La Civili trabajaba en castellano, sin que ni
por el más ligero roce en el acento pudiera sospe.
charse que era italiana .
Trajo en su compañía á las hermanas Rome
ral , una de las cuales. Gabriela , entonces actriz
cómica , volvió al Perú como característica de la
compañía Galé , en 189S ; á la Quintana, la Arceo ,
la Guerra y la Rodriguez, y á Palau , Miranda ,
Arana, Cordero , Marín , Gaytán y otros artistas.
Selgas decía de ella que sabía fingir la muerte
admirablemente, lo que vale más que saber morir
se, pues llegada la hora suprema, cualquier mor
tal lo hace á maravilla .
Carolina Civili
- 19

Años después que la Civili estrenara en Lima


“ La casa de campo ,', ocurrió en el Olimpo , con el
simpático actor cómico cubano Ricardo Bireli ,
que murió en Chile en 1893 , -un incidente, gra
ciosísimo .
Se daba como estreno en la temporada - que
era la primera de tandas - y en segunda sección la
dicha obrita , y el utilero no se había provisto del
tambor que debía sacar Bireli á escena .
El traspunte había dado ya la segunda pre
vención , y no había tambor.
En este apuro ocurrió el utilero al represen
tante de la empresa para que consiguiera del Co
misario del distrito, que era su amigo, el instru
mento que faltaba .
Mientras tanto el público impaciente , por la
media hora larga de espera , golpeaba las butacas
y silbaba amenazador.
Salió escapado el ayudante del utilero , y en
10 minutos regresó á todo correr.
-Ya está ahí ! -gritaron en el escena rio al ver.
jo ' venir ,
Bireli respiró.
-Que den la tercera ! Que empiece la orquesta !
- mangó el Director de escena .
El muchacho llegó , efectivamente , como dis
parado, jadeante, sin poder hablar, y se dejó caer
sobre el fondal de una cárcel de granito .
Traía en la mano el instrumento militar que
faltaba ......
Traía ......una corneta !
Porque en la comisaría no había tambor, y el
Comisario , atento y con la mejor buena voluu
tad , mandaba lo que tenía ......
Nada , q'e Birelli hizo esa noche “ La casa de
campo " redoblando .........con la boca !
- 20 -

bat Ristori
Era el año de 1874,
Actuaba entonces en el Principal, si mal no re
cordamos, la compañía dramática de la eminente
trágica Adelaida Ristori, y dábase una gran fun
ción de gala á la que debía asistir don Manuel
Pardo, á la sazón Presidente de la República.
El coliseo estaba resplandeciente: la plazuela
del teatro retumbaba con el incesante rodar de los
coches que conducían á las familias de nuestra cle
gante sociedadı, ataviadas y trajeadas con todo
lujo y esplendidez; mientras por la calle de Lezca
no , y demás adyacentes, casi atropelladamente,
venía cordón interminable de gente que amenaza
ba llenar el teatro de bote en bote, como dicen los
cronistas.
La fachada del edificio , recién restaurado, ilu
minada profusamente con picos de gas, como se
estilaba entonces sólo en las grandes funciones ó
beneficios, adornada con guirnaldas, flores y es
cudos nacionales, ofrecía agradable aspecto.
Algunos muchachos brincaban por entre los
coches , y no faltaban grupos de tapadas y hom
bres , estacionados en el portalito de San Agustín
para ver entrar en el teatro á las elegantes, y dar
gusto á la lengua, ya que no podían hacer otra
cosa .

En la puerta
pu del Principal, muy vestidos y
acicalados, pero con un peso por todo capital en
tre los dos, nos hallábamos con un amigo, miran
do con ojos de deseo , aquella balumba de público
que entraba sin cesar en el teatro .
El Presidente no había llegado tod :ivía , y , por
9
6

Adelaida Ristori
i
- 21

consiguiente, no había empezado el espectáculo ;


pues antes era costumbre no principiar las funcio
nes áá que asistía el primer mandatario hasta que
éste no se hallaba en su palco .
De pronto aparecen por la esquina de la Mer .
ced los cuatro batidores que precerlen al coche pre
sidencial, y nuestro amigo concibe una idea sal.
vadora , que ponemos ipso facto en práctica.
Entonces el Presidente de la República entra
ba en el teatro por la puerta falsa que daba á la
calle de este nombre, y que por un pasillo y una
escalera conducía directamente al palco de S. E. y
á los de fila .
Esta puerta falsa , ó del Presidente, no tenía
alumbrado alguno para la calle , y sólo se abría en
el momento de llegar el Jefe del Estado . Nos apos
tamos á ambos lados de la puerta , sin que nadie
nos viera , gracias a la oscuridad dela calle, y espe ,
ramos . Llegó S. E. , abrióse la puerta, é inmedia
tamente antes que él entramos en el pasillo .......
Uno de los empleados que había abierto la
pụerta díjole, á media voz, al otro:
-Son los hijos de S. E !
Nosotros seguimos muy gravemente por el
pasillo , pero cuando cogimos la escalera de dos
brincos estuvimos arriba , y después de algunas
idas y venidas, nos instalamos en un palco de 3a
fila , que había quedado en taquilla , y mediante
medio peso nos dejó el palquero tranquilos y có
modos en nuestra localidad .
La función nos pareció soberbia y aplaudi
mos con entusiasmo .
Así vimos, los hijos de S. E. , á la gran trági
ca italiana aquella noche, en palco y sin más gas
to que dos pesetas, dándonos todavía el pisto de
tomar en la cantina algunos pasteles уy refrescos.
-- 22 -

Antalia Pérez
Siel haber ocupado lugar distinguido en el an
tiguo corral de la Pacheca , de Madrid, es, para
los artistas españoles, lo que los entorchados de
general para los militares, nuestra compatriota
Amalia Pérez, puede considerarse como la eminen
cia nacional.
Hija de españoles - don Juan Pérez y la nota
ble característica Isabel Padio , -nació Amalia en
Moquegua en 1843 .
Dedicada por sus padres al teatro , figuró en
Lima como dama joven de O'Loghlin y de Fe
driani.
Casada con el recordado actor don Lutgardo
Fernández Gómez, partió con éste para España, y
en la temporada de 1873 actuó , como decimos,
en el Español en unión de artístas tan notables
como la Mendoza Tenorio, la Valverde, Maza y
otros de ese tiempo .
En Madrid la llamaban : la criolla .
Era hermosa , decía con calor y sabía imprimir
el sello de su talento de actriz notable , á los pape
les que desempeñaba .
Volvió al Perú en 1875 , en unión del aplaudi
do galán joven Juan Reig, y dió una corta serie
de representaciones en el Odeón, que fué brusca
mente cortada por el suicidio del empresario don
Guillermo Soto , el 22 de julio de ese año, en su
alojamiento del hotel de Europa .
Amalia Pérez
23

Suspendida la temporada, Reig pasó á formar


parte de la compañía de Valero que á la sazón ac
tuaba en el Principal, y la Pérez emprendió viaje
al sur en dirección á la vecina república de Boli
via ; y halló la muerte en Puno, en setiembre de
1876 la notable y hermosa actriz peruana .
Fué madre de las artistas Lelia , Carmen y
Cristina Fernández; y hermana de la dama joven
Clotilde Pérez, quien , como ella , estuvo en Espa
ña y actuó con los mejores actores que entonces
figuraban en la madre patria.
- 24 -

Zoe Belia
En 1896 vino á Lima la compañía de ópera
francesa , cuya primera triple era la Zoe Belia , y >

empresario Mr. Augusto Garpary .


La noche del beneficio de éste y despedida de
la companía, hubo en el Principal, turbona da
gorda .
Entre los números que formaban el programa ,
figuraba el himno de Rouget de L'Isle, pue debía
cantar la Belia , inmediatamente después del 2
acto de La fille de Mne Angot que entre grandes
aplausos había representado, anunciándose luego
que : “ por repentina indisposición de la señora
Belia, se suspendía la Marsellesa , cantando en su
lugar el tenor cómico Matray , la chansonette
“ L'oiseau léger ."
Aquí fué Troya.
El público , que llenaba completamente el tea
tro , exigió que se cumpliera el programa y que la
repentina indisposición se la contaran á otro . La
empresa se mantuvo firme en sus trece, el inspec
tor de espectáculos , Espiell , habló á la sala ; y nada .
El público , silhó durante media hora ; luego
rompió algunas bancas, cuyos fracmentos fueron
á dar al proscenio , estrellándose contra el telón de
boca ; después tomó por asalto la contaduría y
volaron por el patio libretos y partituras. Algu
nos se dirigieron al escenario , custodiado por la
policía, y á la voz : ¡ vamos á darle una cencerrada,
al hotel de Europa !” mas de 300 personas toma
ron la dirección de este hotel , en la esquina de la
Merced .
- 25 -

Allí empezaron á llover las piedras sobre los


balcones, en medio de una gritería espantosa .
De pronto, divisaron los manifestantes por la
calle de Lezcano una columna de celadores que , al
mando del comisario Bustamante, avanzaba pa
so al trote .
Juan Castilla el valiente hijo del general Cas
tilla , á quien cariñosamente apellidábamos to
dos " el cholo Castilla ”, - y que, cinco años des
pués, murió valientemente en la batalla de
San Juan ; -dirigía el ataque cencerresco contra
Gaspary , y cuadrándose en la mitad de la plazue
la de la Merced , gritó:
-¡Si esa fuerza no se detiene, haremos fuego!
Diez ó doce revólveres brillaron heridos por la
luz de los faroles.
La columna se detuvo en mitad de la citada
calle, y el comisario avanzó solo .
Después de una larga conferencia con el cholo
Castilla y otros jóvenes, se supo que la autoridad
había dispuesto que el producto íntegro de la fun
ción pasase á la Beneficencia pari un hospital de
Lima por lo que se disolvió pacíficamente la ma
nifestación , regresando la columna de celadores á
su cuartel de la calle ( le Calonge, y todo quedó
tranquilo .
Así terminó la brillante temporada que hizo
en Lima la ópera bufa de la Zoe Belia , una de las
mejores astistas francesas que hemos conocido.
- 26

Aliur Alhaiza
Cuando aún Lima era Lima, según la gráfica
expresión de los limeños viejos para demostrar los
tiempos de abundancia y esplendor de la sultana
del Pacífico , nos visitó una compañía de ópera bufa
francesa, que hizo brillante campaña en el Princi
pal y cuya premiere chanteuse era la Aline Alhaiza .
Antes habían visto la luz de nuestras candile
jas la Geraldine, la graciosa creadora entre noso
tros del chef d'oeuvre de Offenbach , La grande
duchesse; Matilde Lafourcade la intérprete de
Barbe Bleu , Luisa Goosz la atrevida Belle Eléne;
y , Zoé Belia , la inimitable Fille de Mdme. Angot.
El vetusto teatro de Olavide , remozado tres
años antes, resplandecía con sus cornisas y relie
ves dorados, que si no eran del más refinado gus.
to le daban aspecto agradable y simpático, y os
tentaba su nuevo telón de boca pintado por Bou
dat en el que se veían Lima y el Callao separados
por las musas , que el artista quiso se parecieran
á otras tantas bellezas criollas , aunque , en honor
de la verdad, sin conseguirlo por completo.
Durante esa temporada estaba el teatro lleno
todas las noches, y en el beneficio de la tiple se cu
brió el escenario de flores, ramos y coronas , y re
volaron por la sala muchas palomas blancas en
cintadas con los colores nacionales y franceses .
Era la Alhaiza una morena graciosa , con ojos
dormidos que imprimían á su fresca fisonomía de
Aline Alhaiza
27

francesa meridional , un sello adorable de ingenui


dad y dulzura .
Dueña de una preciosa voz de soprano ligero ,
su garganta era un derroche de notas puras, lim
pias, argentadas, que levantaban tempestades de
aplausos. Decía con gracia, cobrando los calem
bours en su boca un saborcillo agridulce, encanta
dor, que sólo provoca risa francı y alegre , y acom
pañaba sus movimientos con leliciosos mohines
die niña mimada .
Los gallos de entonces eran emprendedores y
osados y , á las veces , se veían entrar en el esce
nario ramos de flores yy bouquets, si no auténticos
aderezos de brillantes, y más (le un hotel á mezza
notte, apagadas ya sus luces y recogidos los pa
sajeros, volvía á animarse con el ajetreo de mo
zos, pinches y cocineros, y los taponazos del cham .
pagne sonaban como disparos y las carcajadas ....
en francés ó en castellano , ponían la nota alegre
en las escenas, donde solía verse graves señores
de cabeza calya ó bisoñés ambarinos, mano á
mano con tiples ó bailarinas yy aún coristas, que
acababan por rodar bajo los sofás, a sombrando
á esos tenorios criollos, 110 acostumbrados á tan
ta franqueza ......
No tenemos noticia de que Aline cenara en Li
ma , aunque algunos brillantes chispearon en su
camarín, y más de un pollo puso ojos lánguidos y
citra tristona ante los descuidos y morbideses de
la deliciosa morena .
--Ah ! que vous etes charmante !
-Mercí, monsieur; je vous demande pardon :
on m'apelle.
V sonriendo escapaba de la deciaratoria en
francés macarrónico que se le venía encima.
Delutó entre nosotros, con La Traviata el 7
-
- 28

de julio de 1877, y en Mdme. l'Archiduc, Un voya


ge en Chine y Les amours du diable, especialmen
te , hizo lujo de los primores de su garganta ex
cepcional , que algunas sopranos de ópera, de las
que luego nos han visitado, hubieran querido pa
ra un día de fiesta .
Hasta la venida de Carlota Millanes no ha
biamos tenido nada semejante en este género , ni
que dejara tan amable recuerdo en los amateurs .
Murió la Alhaiza en Nueva York , á mediados
de 1891 .
Ramona alla
- 29 -

Ramtonta Sánchez Allu


Los cómicos son de suyo superticiosos, hasta
el punto de no querer algunos, debutar en martes,
ni ocupar el camarín número 13 , ni empezar á
calzarse por el pie izquierdo.
Es sabido asimismo, que no pueden oír el
nombre de la bicha sin experimentar violento
calofrío, y temblar por una inmediata desgracia
que, che fijo ha de sobrevenirles.
Nada, que son unos verdaderas Lorenzos
XVII de la zarzuela .
Así , creen que hay obras que tienen jettatura ,
y no quieren hacerlas nunca , porque traen la
ruina de las empresas; que en cambio, hay otras
que todo lo salvan ; que dando tres golpes secos
con los nudillos de la mano derecha en la venta
nilla de la boletería viene el público á comprar
holetos; que tocándole la protuberancia á un jo
robado todo sale bien ; y multitud de otras supers
ticiones.
Entre las obras del género grande que en Li
ma tienen mala sombra , señalan los cómicos
La Tempestad y Campanone, porque casualmen
te tres empresas quebraron dando la zarzuela de
Chapí, y otras vieron venir á menos el negocio
después de cantarse la segunda.
Nosotros hemos visto La Tempestad muchas
noches con casa llena, y salvarse una temporada
casi exclusivamente con Campanone.
¡ Qué si quieres ! esas son excepciones de la re
gla , dicen ellos y nadie les apea del burro.
Osorio, el cómico mimado del público lime
ño , no creía por cierto en la mala sombra de La
- 30

Tempestad, que él estrenó aquí y que dió tan fa


mosas entradas; y el simpático y siempre recor
dado maestro Rupnick no pensó , sin duda , en la
jettatura de Campanone, cuando la dirigió en
1895 en el teatro Principal, varias noches con
grandes llenos
Deberían desengañarse los cómicos: ' la mala
sombra no está en ciertas obras buenas, sino en
ciertos cómicos malos.
Y va de preocupaciones.
Así como nuestras abuelas no pisan la puertà
de calle sin persignarse para evitar una desgracia ,
hay artistas - casi estamos por asegurar que to
das, las españolas principalmente - que al hacer
en cada función la primera salida , ya en la caja ,
se santiguan precipitadas para salir airosas en el
desempeño de su parte.
La primera á quien vimos pers ignarse fué la
aplaudida tiple Ramona Sánchez. Allú , y luego á
todas, á casi todas las que hemos conocido.
Si el público, de suyo católico, que suele ir
al teatro supiera esto, aplaudiría con entusiasmo
loco á las artistas; porque estamos seguros que
cree que no tienen costumbres cristianas, ni temor
cie Diós , ni nada, y que andan casi ardiendo en
pleno pecado mortal.
Pues ya lo sabe, no es así .
Entre los últimos compases de la orquesta , la
campanilla del consueta y el chirrár de las cuerdas
del telón , no falta artista que esté haciendo la se
ñal de la cruz entre bastidores.
Julia Combesi
- 31

Julia Tomliesi
Julia Tombesi era una joven guapa á las dere.
chas, cuando vino por primera vez á Lima, ahora
veintiseis años, como mezzo - soprano de la compa
ñía de ópera D'Aponte.
La conocimos el día de su llegada; no habla
ba una sola palabra de castellano, pero había en
sus ojos grandes é inteligentes, tal atención para
escucharnos, que comprendimos, desde luego, que
la hermosa joven italiana , llegaría pronto y sin
esfuerzo á dominar nuestro idioma.
Concluyó la temporada de ópera , que dicho
sea de paso , fué poco halagūeña para la empresa .
De pronto, y cuando menos lo esperábamos,
se presentó una noche haciendo la Guayaba de la
zarzuela Robinson. Después, Marina , en la que .

tuvo un lapsus. Al concluir la carta en el 2º acto ,


dijo mny tranquila: " hasta que punto es hoy tua
figlia disgraziada ” ......frase que le valió, sin em
bargo , un aplauso .
Pero poco tiempo después, hablaba el caste
llano sin rezago ninguno de su idioma natal.
Recordamos que en 1889 , cuando se implan
taron entre nosotros las tandas, Arcos al oirla
ensayar, le preguntó :
-Es uste : española .....?
Julia rompió á reir :
-No señor, soy italiana .
-Pues señor, me la ha pegado usted , lijo Ar
cos, aunque algo sospechaba yo al oirla cantar.
¿ Quién no la recuerda haciendo Chateau Mar
gaux, Boccacio , La Verbena , Tela de Araña , Mas.
cota y otras obras, en que Julia lucía su buena
-
- 32 -

voz de mezzo - soprano, su elegante y lujosa indu


mentaria , su hermoso continente de mujer bella ?
A quién se le ocurrió pensar, viéndola hacer
estas obras, que la tiple que aplaudia era italiana ?
Julia nos estrenó allá por 1886 , una za rzueli
ta , desempeñándose con mucha gracia .
Vivía entonces modestamente en un cuartito
del tercer piso del extinguido hotel del Nuevo
Mundo, muy claro y alegre, como que tenía vistas
á la plazuela de la Mercerl, en unión de su esposo
el talentoso maestro triestino Antonio Rúpnick ,
que tan cariñosamente recuerda siempre el públi
co limeño; cuando estrenó Oswaldo Carreño De
hesa su comedia La princesa Artidí.
En Lima había en ese tiempo pocos artistas de
verso y era grande el personal de la comedia :
obligó, pues, á los zarzuelistas á hacerla , -lo
contrario le pasó á Luis Márquez, que estrenó su
zarzuela La novia del colegial, con los dramáticos
de Duclós; -y el propio maestro Rúpniek , que
siempre rehuyó presentarse en escena , hizo un pa
pelito de dos palabras.
- Pero , Toni - le dijo Julia , - parece mentira
que no sepas hablar castellano !
- Addio ......española !, le contestó su marido
riendo, io sólo se l'idiuma universale: la música!
Y va de a péndice.
En uno de los ensayos de la comedia de Care
ño Dehesa , -éste que había viviilo algunos años
en París y usaba , á las veces, en la conversación ,
giros y palabras francesas, --se dirigió al tenor có .
mico Fernando Cuello, diciéndole :
-A fin de que la obra tenga la mayor propie
dad posible, ustedes, los hombres, deberán sacar
tres ó cuatro decoraciones cada uno .
33

-¡Caramba !-ijo Cuello abriendo con asoin


hro los ojos - ¿quién va á poder ...... ; y para qué ?
-Hombre, tratándose de gentes nobles eso es
corriente en Europa, y además es chic trés chic.....
-Ah, vá ......! -- exclamó Cuello, comprendien
do que las decoraciones de que hablaba Carreño,
no eran telones , sino condecoraciones ......

1
- 34 -

Alejandrina Gara
Alejandrina Caro vino á Lima como primera
dama de la compañía de su esposo , Paulino Del
gado . Actriz muy discreta , hermosa y elegante;
pronto se hizo querer del público limeño, que la
distinguió mucho, llegando a abrirse para ella va
rios salones de nuestra sociedad .
Cuanto á Pauiino, Lima no podrá olvidar que
llevando en el corazón la memoria de nuestro pú
blico, rechazó con altivez de caballero digno y
honrado, y con grave perjuicio de sus intereses, la
imposición que se le hiciera en una población de
Chile, para que su compañía cantara el himno
chileno, en función de gal : i con que se celebraha
un día de luto para el Perú !
Este noble actor y leal amigo nuestro , nació .
en la Habana en 1857 , y murió en Madrid , el 26
de julio de 1896 , donde actuaba en unión del gran
Vico.
Adalgisa Gabbi
;

{
- 35 -

Adalgisa falli
El barítono de ópera de más hermosa voz que
hemos conocido, ha sido Salvati, que vino con
Adalgisa Gabbi en 1886 .
El público le colmó de aplausos en toda la
temporada, que corrió con magnífico resultado
para la empresa .
Anuncióse al fin la serata d'onore de la prime
ra donna con Fausto, obra que despertó vivo en
tusiasmo en el público, pues no se había cantado
en abono , .y los artistas, se conjeturaba, deberían
estar á gran altura en la interpretación de la par
tida de Gounod ; sobre todo la beneficiada , que
era á la sazón , una espléndida belleza pletórica de
facultades.
El Politeama, cuyos 2,000 asientos sólo se
agotan cuando repican gordo - apenas recorda
mos unas cinco ó seis ocasiones en que se haya
volteado aquel tablero, - se hallaba la noche de la
Gabbi lieno hasta los pasillos.
Habían tocado las 9 y el Fausto no empezaba.
Pronto se supo que el barítono Salvati, por
desa venencias con la beneficiada, se hallaba á
bordo del vapor que esa noche debíu, zarpar para
el sur, burlando de esa suerte , no sólo á la Gabbi,
sino al público de Lima.
La indignación fué general, á los pocos que
intentaban dar la razón á Salvati, les disuadian
los partidarios de la , diva que entonces eran mu
chos, y los celosos de sus fueros , que eran todos.
Luego se avisó que la autoridad había desem
harcado al barítono, y que de un momento á otru
llegaría al teatro .
- 36 -

Con efecto, llegó un tren del Callao, y en él


Salvati y sus maletas.
Tocóse la tercera y prelució la orquesta .
Empezó la ópera .
Al presentarse Salvati, de todos los ámbitos
del teatro partió una formidable silbatina , que
hizo retumbar el coliseo .
El artista inclinó la cabeza y aguantó la ho
rrible tempestad . Extinguida ésta , comenzó á
cantar y al terminar su primer número, oyó la
más unánime ovasión que se haya tributado á
cantante alguno.
Salvati sonreía .
El público le demostró así , que castigada la
acción vituperable del hombre, premiaba debida
mente la excelente labor del artista .
Y siguió la ópera en medio de francos aplau
sos . Para el público había concluído el incidente,
Pero el hombre, corregido injustamente según
su criterio , macluró en su fuero interno una ven
ganza contra sus jueces.
Pasados algunos días anunció su beneficio y
despedida, dedicando el producto al manicomio
de Lima.
Naturalmente el público no descendió á dar
se por aludido con la dedicatoria del artista , ni
los locos...... tampoco .
Saralı Bernhardt
>
- 37

Sarah Gerilljardi
La eminente actriz francesa que ha brillado
sin ocaso , en el último tercio del siglo XIX , y que
hoy, no obstante sus 66 años conserva la plenitud
de sus excepcionales facultades, nos visitó cuando
aún el Perú no había convalecido de sus inmereci
das desgracias, lo que no fué óbice para que nues
tro público, apesar de lo costoso del espectáculo ,
llenara todas las noches el lejano Politeama.
Sarah Bernhadt, nació en la capital de Fran
cia el 22 de octubre de 1844 , de padres judíos . Su
verdadero nombre es Rosina .
A los 14 años de edad , comenzó sus estudios
de declamación en el Conservatorio de Paris, bajo
la dirección de Provost.
En la temporada que hizo en el Odeon de la
gran capital, se dió á conocer y desarrolló su ta
lento artístico , que después lienó el mundo, como
antes lo llenara Isabel Rachel, la inmortal suiza
( 1 ) , .v Adelaida Ristori, la eminente italiana .
Sarah goza fama de exéntrica, y la gacetilla
universal se ha ocupado en contar inultitud de
SUS ('osas.

Además escribe, pinta y cincela ; sus principa


les obras son : Aprés la tempete; bronce; Jeune fille
et la Mort, cuadro al óleo ; su libro Impresiones;
y , para el teatro, las comedias: L ,auveau, La
duquesa Catalina, un coeur d'homme y el drama
Adriana Lecouvreur, recientemente estrenado en
París, con gran éxito . ( 2 )
( 1 ) -La Rachel nació en Suiza , en 1821 .
( 2 ) -Los dramas hasta ahora conocidos del mismo título ,
de Scribe y Legouvé, no se parecen en nada al de Sarah , que
ella misma ha estrenado alcanzando doble éxito , como autora
y como actriz .
38

" Las escentricidades y aterraciones de esta


mujer admirable , -dice Serafín Ramirez, en su
" Habana artística ,' ...han sido tantas y de tal
naturaleza, que de ellas se ha ocupado más de
una vez la prensa europea . Baste decir que en su
dormitorio tuvo largos años un ataúd en donde
hacía sus siestas , y que cría fieras á sus pies que
después la desconocen , la atacan y la hieren . Ha
vestido trajes deslumbradores y de un valor fa
buloso, como el de Doña Sol en “ Hernani” , bor
dado todo él con perlas finísimas ” ...... " I en el es
treno de " Cleopatra ” , llamó la atención , entre
otras cosas, la serpiente natural con que se dió la
muerte .”
Su temporada en Lima, empezó el 24 de no
viembre de 1886 , con la " Fédora " , que Sardou le
escribió , para que pudiera representarla , como
ella decía , con los hijos de su portero .
Alojóse en el hotel de “ France et d'Anglete
rre ” , donde recibió contadas visitas , de personas
visibles y periodistas limeños.
Una comisión del Círculo Literario de Lima,
le dió á bordo la bienvenida, y la gran artista de
sembarcó del brazo de Luis Márquez, presidente
entonces de esa sociedad.
Aquí recibió algunos obsequios raros y valio
sos , como el que le hizo el doctor Macedo, de un
traje incásico completo.
Toreaba á la sazón en Lima, el espada Anto
nio Flores, el " Valiente. "
La plaza se hallaba llena . Las galerías y cuar
tos no podían contener más gente, y los tendidos
semejaban un mar alborotado con el constante
llegar y acomodarse del público .
El sol caía de plano sobre “ el sol” , donde la
- 39 -

apiñada multitud se hacía aire con sombreros,


pañuelos y periódicos.
Llegada la suerte suprema, Flores columbró
á la gran actriz en una de las galerías, se fué á
élla , y montera en mano brindóle el toro , en puro
andaluz.
Sarah, que no entendió al Valiente, ni tanto
así de su dedicatoria . se limitó , sonriente , á ba
jar levemente la cabeza, como diciendo: " c'est
bien . "
Flores despachó al berrendo de una estocada ,
y la actriz, tan cansada de oír aplausos, batió
palmas muy alegre, al entonces bravo mataor. ( 3)
Solo dió Sarah, en Lima, diez funciones, á pre
cios alzados ( 4 ) , con un promedio de 7,000 soles
por función . Y la noche de su benefieio , que hizo
" La dama de las Camelias " , llenóse el teatro por
completo y la voz de oro de la actriz fué, á cada
rato , apagada por ovasiones interminables que le
llevaron, sin duda, el convencimiento de que no
había trabajado ante un público " incapaz de com
prenderla ” , como le dijo Julio Lemaitre al despe
dirla para América .

( 3 ) -El Valiente murió loco en el manicomio de Lima .


( 4 ) -Los palcos valían 30 soles de plata , y las butacas 6 ;
precios que nunca se habían cobrado en Lima.
-- 40 -

Troutiបំ ne Hlinelli
Eran todavía los tiempos de Lima en que ha
bía quien tirara el dinero por la ventana; en que ,
como sucedió con la primera compañía de zarzue
la, no faltó caballero, ajeno por completo á la em
presa , que vistió á la troupe de capitán á pa
je , pues llegaron al Callao casi en cutis. Hoy no
falta voluntad , lo que falta es lo otro .
Ahora 32 años vino á nuestro antiguo Princi
pal la última compañía francesa de ópera bufa
que hemos tenido, la cual debutó con La petite
mariée, de Lecocq.
Esa noche , por enfermedad del tenor se pre
sentó en calidad de tál Mr. Dupin , nuevo en Lima,
hombre de 60 años próximos, calvo y completa
mente rasurado, que produjo naturalmente, mal
efecto en el público , aunque se vió que era artista
y que de falsete cantaba irreprochablemente.
En la 2a función debutó el tenor que era Ver
neuil , joven , de buena figura y con una voz, si 110
de poder, dulce y agradable. El público respiró .
Vino luego el estreno de la opereta de Planquette.
Los cloches de Corneville, y reapareció el tenor de
la primera noche, pero en su cuerda , haciendo el
Grenicheux de la obra . Hasta ahora se escuchan
los aplausos del público, y con razón , como que
ha sido uno de los mejores cónicos que han veni
do á Lima.
Leontine Minelli era la soprano de la compa
ñía, una morena deliciosa, elegante, con un cachet
de ingénua encantador, y una voz muy bonita y
de buena extensión .
La noche del estreno se hallaba el Principal
de bote en bote .
- 41

Varios caballeros, entre ellos un militar y un


hacendado, ocupaban una reja de 18 fila , y los
aludidos quedaron prendados de la diva , resol
viendo , en consecuencia , ponerle sitio en forma, no
sin que mediara una apuesta .
Mientras el militar averiguaba todo lo averi
guable relativo á la chanteuse y dejaba desnudos
los jardines de Lima y sus alrededores, para ofre
cerle una lluvia de flores nunca vista, capaz , sin
duda , de interesar a la más insensible de las artis
tas ; el otro , el hacendado, no se movía ; nadie le
había visto dar el menor paso, ni acercarse siquie
ra al teatro ó al hotel de la tiple.
Los amigos veían , pues, seguro el triunfo del
militar; que había reunido flores por toneladas.
Vino la segunda función . El teatro estaba
llano .
Al aparecer la Minelli se cubrió el escenario de
flores hasta una altura que impedía verle medio
cuerpo; y seguía la lluvia ......
La Minelli enviaba besos á la sala , y
у sonrisas
á la reja . Los otros artistas que estaban en esce
na , huían de las flores que les caían por la cabeza .
Y de las rejas de 3 " y del telar, seguían llo
viendo flores ......
Al escampar, un criado de escena salió de bas
tidores y presentó á la tiple un estuche......
Después de la función salía la Minelli del bra
zo del hacendado.
El estuche que éste le mandó contenía una
piocha de brillantes que valía cuatro mil soles de
á 48 peniques !......
- 42

Pepita Mari
Con Leopoldo Burón nos visitó, en 1896 , la
primera actriz Pepita Marí.
Mujer hermosa , elegante; sabe estar en escena
con naturalidad , y las situaciones culminantes le
dan campo á su nerviosidad artística para crecer
y apoderarse del público.
Es de las que, en el argot teatral, se dice que
se dan ; es decir, que se identifican con la sicología
del personaje que hacen , y proceden ya prescin
diendo de la ficción teatral.
Debatida cuestión es esta de que si los artis
tas " sienten " ó nó, sus papeles.
.
Salvini y Rossi, lo afirmaban , citando la opi
nión de la eminente Ristori, " la cual noche á no
che vertía verdaderas lágrimas por la suerte de
los personajes que élla misma encarnaba.”
Se cuenta del viejo Valero que, cada vez que
hacía La carcajada, debía sangrarse para evitar
la congestión que podía sobrevenirle.
En cambio , la gran Rachel fingía solamente.
Y Talma también fingía .
De las memorias de Cremieux, trascribimos
estas líneas, que lo prueban; pues éste no creía en
la ficción del gran cómico francés:
“ Talma le demostró lo contrario con “ An
dromeca ” de Racine. El gran actor encarnaba á
Orestes. Llega - narra Cremieux - la escena en
que Orestes, víctima de los Erineas es presa de
la más espantosa furia . Talma recitaba con
tanta verdad que á cada espectador agitaba un
calofrío de impresión. A mí en cambio , me fué po
sible verlo de cerca y me convencí que no sentía
ICC

Pepita Mari
- 43

nada de la agitación en que había puesto á su au


ditorio . “ Y tiene que ser así, decía Talma, porque
de otro modo įá dónde iríamos á parar si sintié.
ramos en nuestras vísceras los célos de Otelo ? Des
pués de breve tiempo entregaríamos el alma...... "
Por nuestra parte, dejamos la cuestión en pié .
Sólo podemos referir que el genial Vico, el más
grande actor español que hemos conocido; salía
de escena tranquilo , después de la situación más
culminante en que había sacudido como un hura .
cán , los nervios del auditorio .
44

Jenta Gásperis
En la temporada de las hermanas Gásperis,
que aún recuerdan gratamente los habitués al gé
nero chico , pues no sólo gozaron de un conjunto
discreto de artistas y del estreno de muchas obras ,
sino de la presencia de tres mujeres guapas, gra
ciosas y modestas: Zema, Irma y Magdalena ( 1 ) ;
ocurrió cierta noche un incidente que pudo tener
desagradable consecuencia .
El teatro veíase noche á noche lleno de una
concurrencia entusiasta que colmaba de flores el
escenario á la aparición de las mimadas tiplecitas
italianas, y durante la representación no se can .
saba de aplaudirlas, así como á la Sánchez y á
Eduardo Reig
Al hacer mutis éste en una de las tandas, al
guien de la platea dijo sotto voce " mal cómico ."
Reig se volvió rápidamente y contestó con el sig
no que cuentan hizo Picado, el secretario de Piza .
rro , á los almagristas. y que precipitó la muerte
del Marqués ; el cual signo aunque Reig lo marcó
casi en las cajas fué visto por gran parte de los es
pectadores.
Cayo el telón, y ardio Troya é islas adyacentes.
El público indignado quiso asaltar el escena
rio y dar á Reig una severa lección , pero la auto
ridad protegió la entrada con toda la fuerza de
celadores que había en el teatro y luego le acom
pañó hasta su hotel.
En las noches siguientes el público, que siem
pre había aplaudido á Reig se mantuvo frío con
él , hasta que una noticia mnuy sensible para el ac
tor determinó el olvido de lo pasado .
Irma Gásperis
1
- 45

Estaba entre hastidores para salir á escena


cuando le llegó un cablegrama dándole la nueva
del fallecimiento de su padre. No faltó sin embar
go , quien pensara que la noticia fué obra del em
presario Vergiú á fin de romper el hielo y que la
temporada no acalara á capazos.
La noticia corrió como la pólvora en el públi
co , y al presentarse Reig fué recibido con un pro
longado aplauso de simpatía y condolencia.
Y a partir de esa noche ya no hubo para él di
ficultad alguna en la temporada.
Una noticia semejante, como es sabido, asegu
ró el porvenir del renor Gayarre.
La noche de su estreno en Milán , en momen
tos en que debía salir para cantar la célebre ro
manza una lágrima furtiva del tercer acto de la
ópera Elixir d'amore, el avisa lor llegó hasta la
caja en que estaba prevenido Gayarre, y le dió un
despacho en que le comunicaban la muerte de su
madre .
El tenor quedó anonadado, pero la orquesta
preludiaba la romanza , y le empujaron á la esce
na . Saliò y cantó brotando de su garganta las
más sentidas у sublimes notas.
La ovación fué indescriptible.
Por eso Gayarre al recordar su debut decía
siempre :
-Mi madre me dió á luz dos veces : primero á
la vida ; después al arte !

(*) - Debuta en el Municipal de Lima , en marzo del pre


sente año , en unión del eminente actor Emilio Thuillier .
46

La Collamarini
De paso para el norte, en 1898, dió Lambardi
dos funciones - Carmen y Mignon- en el teatrito
de la Exposición, en las que el público de Lima
pudo apreciar la labor de la mezzo -soprano Este
fanía Collamarini: joven, espléndidamente hermo
sa , de voz fresca, poderosa y bien timbrada. Fué
muy aplaudida, especialmente en Carmen .
En Guayaquil dejó esta joven diva intenso re
cuerdo de su actuación y de su belleza , así como
en Costa Rica .
En Panamá la vimos por última vez . Fué una
abrasadora mañana de agosto , en su cuarto del
hotel de “ La Marina” , del simpático y caballero .
so Caselli, un suizo joven, gordo, siempre vestido
de blanco , que nos acogió con cariño inolvidable .
( 1 ) La Collamarini, ligeramente vestida , -pues en
el hotel, apesar de hallarse sobre el mar se sudaba
á chorros,-mostraba por encima rie la ropa sus
poderosas curvas; nos recibió con la más encan
tadora de sus sonrisas ; charlamos un buen rato .
amigablemente; nos despedimos con un fuerte
apretón de manos . Nunca nos pareció más her
mosa .
Después no hemos sabido más de la gallarda
artista ; por quien, según se dijo , pretendió suici
darse uno de los tenores de la compañía , allá en el

[ 1 ] -- De este viaje guardamos, asímismo), recuerdo grati


simo del notable maestro Hugo Barducci, que llegó á Pana
má al frente de la compañía. En Guayaquil había muerto el
representante Benvenuto de fiebre amarilla . En aquella nu
che de Panamá, en que hablamos por primera vez con el maes
tro Barducci, hallamos en él un noble amigo y un cumplido
caballero .
Estefania Collamarini
- 47

puerto de Limón, que baña el mar Caribe. ¡ Cosas


del querer , ..... seña Rita ! .....
La Collamarini viajaba con la sua mamma , y
sólo tenía entonces 23 años .
A propósito.
En el teatro hay mamás que varían de condi
ción , según las circunstancias : unas veces hay que
ocultarse de ellas , porque son : la mámma; otras,
no importa su presencia sólo son : la serva !
- 48

Carlota Willantes
En todo lo que alcanzan nuestros recuerdos
no nos ha visitado tiple ligera de zarzuela de más
hermosa voz y más limpia ejecución que Carlota
Millanes .
Dotada de excepcionales facultades y de una
facilidad asombrosa en la emisión, de timbre puro
y extensión tal que llega á las notas más agudas
de su registro de soprano ligera sin esfuerzo al
guno, sin descomposición de las líneas del rostro,
es Carlota, la mejor tiple española que hemos oí
do, y vamos camino de perder la esperanza de oír
otra que la iguale.
Fuera de la zarzuela, como dijo el cesante del
cuento, han sido nones y no llegan á cinco las que ,
pueden superarla.
Nacida en Barcelona y discípula del maestro
Cabrera , puede decirse sin embargo , que empezó
su carrera en América .
En la capital bonaerense fué donde se dio á co.
nocer, causando más tarde en Madrid , hace ape
nas seis años, verdadero asombro al hacer una
brillante campaña en el género chico . No estaban
acostumbrados á encontrar dentro de las facul
tades de los cantantes al uso - cantantes mudos,
como los llama un amigo, -las notables cualida
des que adornan á la eximia tiple, á quien apelli
daron “ la Barrientos del teatro por horas”” unos ,
y " la Patti de la zarzuela " , otro
Carlota ha hecho en Lima dos temporadas,
la de 1899 con el tenor Abelardo Barrera ( 1 ) en el

(1 ) El tenor Barrera murió en México el 17 de enero


de 1907 .
Carlota Millanes
- 49

genero grande, que es el suyo; y la de 1906 con


Peralta y Obregón , en el chico, -dejando en am :
bas recuerdo imperecedero de su singular mérito .
La Millanes posee brazos y manos de correcto
dibujo y espléndido cuello .
Cierta noche que después de oírla el adiós de
la Guerra Santa , entramos en su camerino á feli
citarla ,-había cantado como ella canta - la en
contramos arreglándose el peinado y'adelantán
dose á nuestro sincero elogio nos preguntó alar
gándonos la mano :
-Cómo me habéis encontrado ?
-Como siempre, dijinos.
-Sí ; gracias por su bondad ; pero ......agregó
sonriendo con cierta sutil ironía ante el espejo que
reproducía sus facciones, al ver llegar á varios de
sus admiradores,-esta noche me siento caracte
rística !......
Carlota bromea siempre con sus defectos, adi.
vinando el pensamiento de sus devotos que deplo
ran no tenga , quien canta como un ángel, la be
lleza del admirable mármol de Escopas.
Simpática, muy simpática, adquiere al can
tar, como los brillantes al ser heridos por la luz,
belleza extraordinaria : triunfa solo con su arte,
con su voz que es gran triunfo, pues en el teatro
la belleza es quizá el principal resorte del éxito.
Sabido es que la noche del estreno en Roma,
del célebre Barbero de Sevilla, todo fué silbado,
desde el autor hasta los trajes; y al presentarse la
Giorgi Righetti, que era mujer de singular belleza ,
el airado público dulcificó sus iras aplaudiéndola
estruendosamente, lo que hizo exclamará Rossini:
-Oh , natura ! ......
- 50

Julia Aced
Los autores del género chico se encariñan por
temporadas con ciertos asuntos que explotan
hasta el cansancio .
Pasadas las revistas, cuyo modelo y genera
dor fué la popularísima obra de Pérez y Chueca y
Valverde, vino la torería , luego el chulapeo , des
pués el drama comprimiilo , en seguilla los milita
res , más tarde los telones y los trajes como únicos
asuntos , y, en fin , lo sicalíptico ......
Pues bien , cuando llegó á Lima la hornada
militar, Julia Aced , la simpática tiple española de
irreprochables formas , estrenó aquella tanda de
pantalon's rojos, que empezó con El Tambor de
granaderos y acabó con El cabo primero; que aúu
se hace como obra de prueba para las tiples can
tantes , como ahora se titulan las que tienen voz ;
...... porque en el teatro chico hay tiples que no
cantan , y esto es , desgraciadamente, lo general ,
aunque parezca ilógico ,
Entre esas obritas se estrenó una titulada La
espada de honor, cuyo principal mérito estriba
en unas maniobras militares ... ..femeninas.
A un partiquino que había sido sargento del
ejército español, le encomendó el director de esce
na la instrucción del coro de señoras.
Y Maraña, que así se llamaba el partiquino,
las puso tan diestras......que causaron envidia á
nuestros propios soldados, los cuales aquella no
che , de buena gana , se hubieran dado de alta en
esas filas ........
8

Julia Aced
51 -

El teatro Principal estaba colmado de públi.


co que ocupaba hasta las puertas y pasillos.
Llega el momento de la salida del ejército, y
aparece Maraña correctamente vestido, á la cabe
za de su tropa que, desde ese punto, impresionó
favorablemente al público .
Hubo un minuto de profundo silencio en la
sala .
-¡Firmes! -dijo Maraña.
La sala no respiraba, á fin de no perder ni el
menor detalle .
Y en medio de este silencio casi hierático, se
oyó una voz rotunda , partida de la primera fila
de butacas, que dijo :
-Qué elegante estás Marana !........
Mil bocas estallaron en sonora carcajada, á
la que siguió entusiasta aplauso al autor de la
graciosa ocurrencia.
La frase hizo fortuna , no sólo en el teatro, -
donde algunos chuscos se la repitieron después á
Maraña ,-sino en Lima, pues durante muchos
años 'se aplicó a los que , estando de ordinario mal
trajeados, cambiaban de pronto de indumentaria.
Y aún hoy, de cuando en cuando, se suele oír
la picante frasecita.
52

La Celimrudi
Hija de artistas, -el tenor Antonio Monjardín
y la tiple Paulina Celimendi, -vino á Lima muy
niña . Alguna vez la tuvimos en nuestras rodillas .
Se educó en el colegio de Belén .
Con la compañía de zarzuela Palou trabajó
por primera vez entre nosotros, como corista y
partiquina. Más tarde, en 1896, hizo la tempora
da de ese año, como segunda tiple de la Aced , es
trenando con ésta El tambor de granaderos, La
revista, y lemás obras de la temporada.
Era entonces una joven delgada con una bo
uita voz , ! 110 ) poca gracia , como que le restó
simpatías á la primera tiple.
Después, hecha ya una buena tiple y una es
pléndida mujer, volvió en 1902 con la compañía
de Zapater, y en 1905, con éste y Perdiguero.
Elvira Celimenili, ---que ignoramos la causa
por qué sólo usa el apellido materno , como sus
hermanas, -es una artista, aunque el serlo por ley
de herencia , le haya costado poco esfuerzo ; que
hace suyo á cualquier público, á la par que con su
interesante figura, con su apreciable actuación y
su agradable voz .
No se ha borrado aún su recuerdo en La tra
pera , en Cuadros disolventes, en La venta de Don
Quijote, en Los saltimbanquis.
Nos estrenó el boceto dramático Luz, expi
diéndose con impecable labor, digna de una ac
triz de verso .
Elvira Celimendi
!
Emilia Colás
1
-
- 53

Emilia Colás
Con la compañía infantil de Peires vino á Li
ma, por primera vez, en 1898 , Emilia Colás, en
calidad de tiple cómica . Era entonces una criatu
ra llena de gracia y talento. En el tenor de El
anillo, Los cocineros y demás obras del repertorio
se expedía muy bien , sobrepujando en gracia y
arte á muchas tiples cómicas de verdad . Era es
pigadita y con unos ojos negros hermosos y rien
tes . Tendría entonces once años de edad .
Ultimamente, en 1906 , volvió , para formar
parte de la compañía que actuaba en el Principal.
Casi no ha ganado nada en estatura , pero su
voz naturalmente aumentada en volumen y ex
tensión, la coloca entre las buenas tiples cantan
tes del género chico que hemos tenido .
Ha obtenido merecidos aplausos en La cacha.
rrera , El barbero y otras obras.
Emilia , viva de genio, buena chica , ha sabido
en ocasiones ganarse el agradecimiento de sus
compañeras con prodigalidades no comunes en el
teatro .
La noche de sui estreno como tiple grande, en
el Principal, rodeabanla varios pollos, de esos que
ruedan por los bastidores á caza de amores colec
tivos , si que también baratos. Era un coro de
alabanzas .
La felicitamos. Abrazó á su antiguo amigo; y
guiñándonos graciosamente un ojo , nos dijo, re
firiéndose á la pollería que la rodeaba :
- 54 -

-Si los pongo de cabeza , no cae de todos los


bolsillos, ni un solo real al suelo .
Y soltó vibrante carcajada .
Ibamos á contestarle, pero nos abandonó, sal
tando como una chiquilla , como que es , para
salir á escena ,
Cabecita alegre, lengua viva , y corazón de
oro : eso es la piccola Emilia Colás.
Virginia Réiter
_'55 -

Virginia Reiter
En dos ocasiones visitó Lima el eminente ac
tor italiano Giovani Emanuel, notable en el Rey
Lear , en Otelo y en otras obras del repertorio clá
sico de Shakespeare. En ambas le acompañó co
mo primera actriz Virginia Réiter, una joven ele
gante, de hermosos ojos, dulce voz y gran intui.
ción artística, á quien mimaba el notable actor y
enseñaba con el mayor cariño .
Alguna temporada inició en nuestro antiguo
Principal con la célebre obra de Dumas: La dama
de las camelias, á fin de estrenarla á élla , aunque
él quedará fuera de caja en el Armando; sus
cincuenta años largos no eran yit á propó .
sito para primeros actores jóvenes , como el per
sonaje de Dumas.
Y al llegar á Guayaquil, en viaje de Lima ,
1892 , por descuido del agente de la empresa , ha
llóse en el hotel principal de aquel puerto , con una
mala habitación en que sólo había una estrecha
cama . La Réiter insti al maestro al amigo, a
empresario, para que la ocupara ; pero Emanuel
instaló á su mimada actriz en ella ; y él durmió .....
sobre una mesa de billar!......
El eminente actor debió recordar esa noche los
usos de los cómicos de la legua, allá en los comien
zos del teatro , cuando no encontraban en las po .
sadas camas en que dormir, y lo hacían, no sólo
en mesas , sino en el santo suelo la mayor parte de
las veces .
Virginia acompañó durante muchos años al
viejo actor que en la fama siguió de cerca á Rossi
y Salvini; pero llegó un día en que se separó de su
- 56 -

lado , y como una tarde que se opáca por la desa


parición del sol , decayeron las energías y entusias
mos del aplaudido actor, que siguió trabajando
maquinalmente, sin voluntad , á la fuerza , como
un galeote , hasta que dobló la cabeza para no
levantarla más.
Su talento de gran cómico viejo , necesitaba
del calor del astro nuevo y brillante que a su lado
resplandecía con lampos de juventud y vida .
Emanuel murió luego , diciendo á sus hijos con
palabra resignada y dolorida :
- “ No lloréis, no debe ser un dolor para voso
tros, lo que para vuestro padre es un hien de
seado ...... "
Y Virginia Réiter extendió las alas, y se re
montó al cielo uel arte, ocupando uno de los pri
meros puestos en el teatro italiano, que es , quizá,
el primero del mundo .
No nos ha visitado desde entonces; tal vez no
quiere pisar sola los escenarios donde partió los
aplausos con el ilustre actor, como homenaje a la
memoria del maestro , ó como un remordimiento .
Emanuel como Vico pasaron por América , ya
en la frontera de la decadencia , alentados por el
contacto de las actrices jóvenes que les acompa
ñaban .
Amalia
Colonne
--
- 57

. Calon
La
Entre el aluvión de tiples del género chico que,
en los veinte años que cuentan las tandas en Li
ma, hemos tenido oportunidad de conocer, una
de las sobresalientes ha sido, sin duda, Amalia
Colom .
Nacida en Sevilla , es una morena con esa gra
cia en los ojos y en la boca , que es como la cédula
de vecindad en las mujeres de su tierra .
Trasplantada al género pequeño , del teatro
de verso en donde había hecho sus primeras ar
mas al lado de Burón, Catalina, Tanayo, Delga
do , Reig y el gran don Antonio , adivínase en eila
algo que las demás no tienen, algo á manera de
título de nobleza, pero de nobleza no heredaila ,
sino habida con su talento y su arte.
Amalia ha hecho en Lima tres campañas,
siempre entre aplausos, dejando recuerdo grato
en nuestro público de su actuación artística . Des
de El Patio hasta la Trapera, desde el Puña o de
rosas hasta el Flechazo, la Colom fué siempre, lo
que muchas sueñan ser y pocas lo son , uaartista .
Una zarzuela y un monólogo nos estrenó , co
sechando aplausos muy merecidos,
Debutó en Madrid ( 1907 ), donde la opinión y
la crítica " con unanimidad alsoluta " , la coloca
ron en primera línea ,--aunque cuentan con las
eminencias del género chico , -corroborándose así
nuestros vaticinios y el entusiasta r constante
aplauso del público limeño .
- 58

Clara Della Guardia


Joven , extremadamente simpática, alta, es
belta , elegante , y con unos bellísimos ojos negros
llenos de luz y de vida , que ora acarician con dul
zura infinita , ora hieren como rayos; su voz tiene
matices limpios, de timbre argentino, purísimo;
sus movimientos naturales y exactos, sus adema
nes exquisicos: dice admirablemente y escucha de
modo inimitable, en una palabra, es una actriz ra
ramente dotada de todas las cualidades deseables
para ser intérprete de los afectos profundos y de
las grandes pasiones.
No sólo entusiasma al público en las situacio
nes de cuerda tirante ” , en los apóstrofes y cua
dros, sino en un gesto , en una sonrisa, en una
transición, en una mirada .
Clara Della Guardia , hija de los esposos Mi
guet, de lescendencia francesa , nació en Turín , en
1873. A los trece años era una de las alumnas
más inteligentes de la escuela de declamación de
la señora Valfatti. A los quince, entraba triun
fante en el teatro en calidad de primera actriz jo
ven de la compañía de la Tessero .
Un año después pertenecía á la compañía de
Emanuel, á la sazón en el apogeo de su carrera
artística .
es
En 1892, en Roma, recibió Clara una
pléndida muestra de estimación de parte de las ce
libridades del arte italiano. Tomás Salvini inicia
dor de una función extraordinaria en el teatro Ar
gentina , á beneficio de la Casa de Providencia de
1los artistas dramáticos ” , confió á Clara la parte
de primera actriz en La morte civile de Giacometti,
acompañindola por la Marchi, Ernesto Novelli,
Clara Della Guardia
:
- 59 -

Maggi y Leigheb. El resultado fué excelente: esa


velada dejó imperecedero recuerdo en el mundo
intelectual romano , y fué , sin duda, uno de los
más notables fastos teatrales del último decenio . "
En 1897 Clara entró como primera actriz de
la " Compañía del Teatro del Arte " , formada en
Turín por un comité de aficionados.
El 3 de abril de 1904 debutó en Lima, con la
comedia de Berton y Simón Zazá, habiendo estre
nailoen su corta temporada, además de esta come.
dia , Mad. Sans Géne, de Sardou y Moreau, L'Au
tre danger de Maurice Donay, Cyrano de Berge
rac, de Rostand ; Come le foglie, de Giacosa ; La
Gioconda , de Gabriel d'Annunzio ; y Musotte
de Guy de Maupassant.
En todas estas obras, Clara entusiasmó al se
lecto público que tuvo la fortuna de verla .
La infeliz enamorada Musotte no murió tea
tralmente: murió de verdad . Si el telón no se des
corre siete ú ocho veces para aclamarla , 'hubiera
quedado en la sala un ambiente de dolor profundi
simo.
Clara ha tenido de nuestro público el aplauso
más sincero , más espontáneo , el aplauso que sólo
arranean las verdaderas encarnaciones del arte:
el aplauso de las lágrimas.
La noche de su despedida el público delirante
la acompañó en oración inmensa hasta su hotel,
demostrando así a la genial artista que supo apre.
ciar la eminencia de su arte, y que agradecía su
visita á Lima, como se agradece después de larga
11oche, la aparición radiante del sol.
-- 60

La Ferri
Con el elegante primer actor de la Princesa de
Madrid , con el magnífico intérprete del Cyrano
de Bergerac, con el creador del Juan José, llegó á
nuestra capital Ana M. Ferri , en 1906 .
Joven , guapa ; dueña de una voz de matices
suaves y tonos acariciadores; finge las pasiones
sin arranques nerviosos fronterizos al desplante,
que si bien consiguen aplausos, pugnan con la na
turalilari, у sabe mantenerse dentro de discretos
límites.
Desde la dulce Roxana , de la comedia heróica
Rostand , hasta la Moza de cántaro , supo' inter
pretar diversos roles, si no con excepcionales fa .
cultades, con apreciable talento .
Ana Ferri tenía apenas tres años de primera
actriz entonces .
En Las flores, esa sencilla y deliciosa comedia
de los Quintero; en Las rosas de otoño , del ge
nial Benavente; en El adversario ; en toda su la
bor, se des mpeñó con plausible acierto , ganando
noche á noche las justas simpatías de nuestro
público.
Cluuillier
Y Ana Ferri
Concepción Olona
1
- 61

La Olona
Cuatro veces en tres años, nos ha visitado Con
cepción Olona, la primera dama cie Muñoz.
Nació esta joven actriz en Barcelona el 21 de
'enero de 1883 , y se presentó ante el público por
primera vez en el teatro " Novedades" de la ciudad
condal con la Roxana de Cyrano . Luego trabajó
en Madrid y todas las capitales de provincia de
España; y en Buenos Aires , Montevideo , Santia
go y otras ciudades sudamericanas.
Ha actuado con los actores españoles Mata ,
González , Sánchez de León , Balaguer y Larra .
Primera actriz , especialmente de comedia , ha
ganado sus mejores aplausos en Genio alegre. De
mi-monde y Divorciémonos, que son , á lo que pare .
ce, las obras de su predilección. También en Sulli
van tiene momentos dignos de alabanza .
La Olona estrenó en Lima Le voleur, traduc
ción de Federico Elguera , Las de Caín , Genio ale
gre, Intereses creados, Por las nubes, Elgran ta
caño » Más fuerte que el amor.
Alta , rubia , bien dibujada , al pisar la escena
atrae las simpatías del público. Posée voz agra
dable y gallarda figura de mujer hermosa.
62

La Guerrero
María Guerrero, empezó su carrera como pri
mera dama del Teatro de la Comedia de Madrid ,
ahora 18 años. Antes sólo había hecho papeles
de poca importancia ; y al retirarse de la escena la
Mendoza Tenorio , tomó el cetro la Guerrero ,
que en 1890 debutaba como primera actriz del
Español con una comedia de Tirsn .
La Inés de Zorrilla fué el papel queció margen
á la Guerrero para esbozar su fama artística .
María Guerrero es madrileña ; nació en 1869;
fué discípula distinguida , -en la Escuela Nacional
de Música y Declamación, --de la célebre dona
Teodora Lamadrid , y rebutó como damita joven
2

de la coinpañía que, en 1889 , dirigía don Emilio


Mario .
Más tarde fué á París á escuchar las lecciones
del eminente Coquelin .
Por el año de 1896 casó la Guerrero con don
Fernando Diaz de Mendoza , marqués de Fonta
nai, que era á la sazón , primer actor de su com
pañía .
En 1897 hizo el primer viaje á América ;
luego estuvo en París, en el teatro de la Renai
ssance; pasó luego á Italia y Bélgica
Con la aparición en la escena española de una
intérprete de las condiciones de la Guerrero, Eche
garay dió nuevo rumbo á su obra, creándole pa
peles, como antes lo había hecho para Vico y
Calvo .
En el estreno de “ Mariana " confirmó sus no
comunes cualidades de talentosa dama.
En Lima se estrenó con La niña boba, el 14
María Guerrero
63

de febrero de 1909 alcanzando sus mejores éxitos


en el teatro clásico , que ella “ resucitó brillante .
mente " en España. La obra del estreno, La da .
ma duende, Amores y amorios de los Quintero ,
obra que ha estrenado en América y Locura de
amor , fueron las creaciones en que la Guerrero le ~
vantó el entusiasmo de nuestro público.
“ Es, dice uno de nuestros más notables escri
tores, la más perfecta intérprete del teatro clási .
co ; ninguna actriz ha sabido comprender como
ella tan hondamente el alma femenina del siglo de
or

" Porque la señora Guerrero , es únicamente es


pañola. El arraigo de raza en ella es profundo,
tan profundo que la perjudica para ampliar su es
fera de acción al teatro de otras razas” .
- 64 -

La ulicasi
No vamos a hablar de las primeras bailarinas
que se conocieron en Lima: María Rodríguez,
de la época de la Perricholi; Paca Rodríguez, que
bailaba á principios del siglo pasado; Carmen Pi
nilla , y nuestra compatriota Rosa Lozano; Josefa
Vallejos que entusiasmó á los habitués del teatro
de Variedades ; -- ni de les que, ahora treinta años
hicieron época en el Principal: --Rosa Expert , que
trajo die París reputación ejecutoriada de notable
bailarina; Eugenia Oberti y María Wesmael; -ni
de las de la primera compañía de zarzuela : - Ma
ría Llorente y Antonia Luque, que aún vive entre
nosotros; -ni de la graciosa y simpática Amalia
Ortega, que vino con Palmada, y que tenía en su
foja de servicios anotado un gran éxito en la Zar
zuela de Madrid , donde " conquistó grandes ova
ciones" en el estreno del Excelsior; ui de las deinás
que en distintas épocas han bailado en Liina :-las
hermanas Rousset, Winter Ravel, Amalia Dimier,
Luisa Rodenas, Teresa Antonino, Ermelinda Dia .
ni, Camila Rossi, Angelina Vitulli y Carmen Can
cino; la Basignana y las hermanas Cerri , y otras
más .
Vamos a hablar de una joven bailarina que ,
con su actuación de tiple sicalíptica, marcó, aun
que fugaz, una época en nuestro teatro . Nos refe
rimos á Enriqueta Nicasi.
A mediados del año pasado, 1909, llegó á Li
ma el conoci lo actor cómico Perliguero, con su
compañía de tandas, y , después del primer mes de
temporada empezó á bajar la taquilla; por lo que,
para salvarse', echó mano del genero sicalíptico ,
- 65

que, hasta entonces , nadie se había atrevido á lle.


var á escena en nuestros coliseos.
La tanda vermouth ó cocktail, de las 6 de la
tarde , fué la elegida para el efecto ; y como sus ti
ples no se atrevían , contrató á la Nicasi, ya cono
cida aquí como bailarina.
Debutó esta beila tiple cómica con La boleta
de alojamiento, y Perdiguero cortó las entradas
por llenos.
Era de ver la calle de Concha á las 6 de la
tarde. Aubas aceras negras de concurrentes que
precipitadamente in vadían el teatrito; coches
echando chispas llenos de caballeros. Un çeshor.
de incontenible de público masculino , que llenaba
el teatro hasta los pasillos.
Y salía la Nicasi, refrescando el ambiente con
su bella figura de mujer joven, de líneas provoca
tivas y sonrosadas, envuelta e: gasas blancas y
sedas de colores pálidos. Y el público aplaudlía .
Cantaba luego La pulga . - canción que nos,
hizo conocer en Lima, la Maieronni de la opereta
Scognamiglio , -pero la cantaba libremente con
su vocecita riente y picaresca :
“ Cómo corre ,
como brinca ,
cómo pica,
¡ qué dolor!
ojo alerta
que ya es mía ......
esta vez se me escapó.........'
y en el teatro se producía algo así como la sensa
ción que embargó á los jueces el Areopago al ab
solver á Phriné.
El aplauso era ensordecedor, y la bella valen
cianita tenía que repetir la cacería por entre la
- 66 -

fina malla que acusaba las exuberantes líneas de


su cuerpo .
Esto duró muchas tardes, hasta que la auto
ridad prohibió el género ; y Perdiguero después de
esfuerzos inauditos, se vió obligado á suspender
la temporada . Sin la Nicasi nadie quiso pasar ya
por el Olimpo......Entonces tuvo ésta un rasgo .
Se empeñó en alcanzar permiso para dar su bene
ficio con las obras prohibidas. Lo consiguió . Esa
noche se llenó el Olimpo hasta las cornisas; el ins
pector de espectáculos tuvo que cerrar las puertas
del teatro, pues ya no cabía ni un alfiler, quedán
dose más de cien personas sin entrar; y el produc
to íntegro de tal entrada lo regaló Enriqueta á
Perdiguero .
La Nicasi tiene 21 años de edad . A los dieci
siete debutó en el " Novedades " de Barcelona, tra
bajando después en Madrid y en Zaragoza ; en el
“ Casino' de París y en Portugal, en Colombia y
en Lima.
h
Kesi
lt
luu

Lucía Cavalli
- 67

Lucía Cavalli
Desde Carolina Grijoni, la primera soprano de
ópera que conocieron los limeños, allá en 1814,
hasta Lucía Cavalli, que actuó como prima dona
en el Municipal; han desfilado por las modestas
candilejas de nuestros teatros varias distinguidas
intérpretes del bell canto .
Luisa Schieronni, que ahora setenta años des
pertó en Lima el gusto por el arte lírico , pues la
Grijoni , que era de escaso mérito , no logró intere
sar al público; la famosa Clorinda Corradi Pan
tanelli, contralto de hermosísima voz , y Teresa
Rossi , primadona que con aquella se dividió el fa
vor de los entusiastas , -que de esa época arranca
entre nosotros la afición por la ópera ; -Clotilde
Barilli , hermana de las l'atti , y como ellas, canta
1
triz de raras y excepcionales facultades, que ac
tuó en el viejo teatro de Lima durante cuatro
años, casi sin interrupción ; que afianzó definitiva
mente, a mediados del siglo pasado, el entusias
mo por las audiciones líricas, y originó la más
ruidosa competencia ; Elisa Biscaccianti, de grato
recuerdo en Sonámbula ; la Amie Gazán y la Ca
talina Hayes; Ana Bazzuri y la Sconcia; Luisa
Marchetti , cuyo coche fué tirado por los universi
tarios de Lima, la noche de su serata d'onore y
Marietta Mollo , una romana simpática que aho
ra cuarenta años fué mimada del público ; la Bulli
Paoli y la Príncipi; Carlota Patti; la Carozzi
Succhi , que estrenó el remozado teatro Principal
en 1874 ; Elvira Repetto , eminente soprano ligero ,
la más notable que hemos oído: la Bianca Monte .
sini, la Ida Kottas, que estrenó el Politeama; y ,
en los últimos tiempos, Elisa D’Aponte, Adalgui
- 68 -

sa Gabbi, Adelina Sthel. soprano ligera de nom


hre después ; Blanca Barducci , Italia Repetto, Ce
sira Prandi; la notable Eugenia Mantelli ; y , por
fin , Ana de Revers y Adriana Palermi, Josefina
Sims y Adelina Pedovani.
Si las estrellas de primera magnitud del arte
lírico europeo, si las eminencias mundiales, no
han actuado en Lima; por lo menos, nos han vi
sitado distinguldas artistas, que luego han recibi
do la consagración del aplauso y de la crítica en
el viejo mundo .
Puede decirse que la primadona del Municipal
nos ofreció las primicias de su arte .
Empezó su carrera en 1907 , con la Margarita
del Fausto de Gounod , en el teatro de Manila ; y
después sólo ha cantado en el " Máximo" de Pa
lermo y en el “ Víctor Manuel" de Turín; en Qui
to y en Guayaquil.
Tiene , pues, apenas tres años de teatro, y da
do su actual mérito , promete llegar á donde lle
gan las artistas que consagra la fama.
Lucía Cavalli es quizá la soprano de ópera
más joven que ha cantado en Lima. Nació en Bér
gamo, en 1886 , y es discípula de la señora Giom
bini.
De temperamento artístico , nerviosa , con ac
titudes que manifiestan su gracioso lineamiento
de mujer joven y simpática ; clueña de una vez
bien timbrada y extensa , interpreta sin esfuerzo
las partituras y no ofrece al emitir la voz , como
ocurre con los cantantes velados, esas contorsio
nes y gestos que simulan ademanes dramáticos, у
no son sino recursos de la impotencia.
Por la nerviosidad de su temperamento, está
más cerca de los heroínas apasionadas, de las dra
- 69
--

máticas, que de las ingénuas: Tosca, Aída , Ma


nón, Santuzza , Mimí.
Los arranques grandiosos, pasionales, entran
más en la idiosincrasia artística de la diva berga
masca , que las situaciones llanas.
Dado nuestro medio, donde muy bien podria
aplicarse la gráfica frase del célebre propietario
del Tacón de la Habana : - " aquí no podemos aún
tener sino principiantes ó acabantes ” ; la últi
ma soprano dramática, en la plenitud de sus fa
cultades , se halla en el justo medio de lo que
nuestra modicidad puede tener ; y en el que no
siempre se han encontrado muchas de las que , con-:
formándonos, hemos aplaudido más de lo que me
recían .
- 70 - *

Jinto *(2)
Rosario Viita
El 2 marzo de 1901 celebró su beneficio en el
teatro de la Comedia de Madrid , la primera ac
triz de la compañía que dirigía García Ortegar , re
presentándose la comedia de Serra : Don Tomás ,
La Praviana de Vital Aza , y estrenándose el bo
ceto de comedia : Sin querer', de Benavente, apro
pósito escrito expresamente por el eminente autor
para la beneficiada. Era ésta , Rosario Pino.
La novedad de la noche no fué, por cierto , el
estreno de la obra del autor de Lo cursi, aunque
esta circunstancia , á primera vista , fuera bastan
te para llenar el teatro y despertar el entusiasmo
del público madrileño .
Esa noche debía efectuarse algo inusitado en
la representación de la pieza que se estrenaba .
Jacinto Benavente, debutaba como actor dramá
tico, haciendo la parte de galán .
" La obrita que Jacinto Benavente dedicó a la
señora Pino, --dice un crítico , -llevando su defe
rencia con la citada artista hasta el punto de
acompañarla en su desempeño, fué muy bien aco
gida por el auditorio , que en Sin querer tuvo oca
sión de saborear una vez más el brillante estilo de
Benavente y celebrar el acierto que para idear y
escribir el apropósito había tenido el distinguido
literato ."

Y agrega el crítico que Benavente " como ac


tor no habría seguramente alcanzado la populari
dad que goza ."

(*) -Debuta en el Municipal de Lima, en marzo del pre


sente año , en unión del eminente actor Emilio Thuillier.
Rosario Lino
- 71

Algo parecido ocurrió en Lima, ahora 30


años, con el estreno de la obra de Eloy P. Buxó ,
titulada: Muerto en vida, apropósito patriótico
escrito por éste con motivo de la guerra del Pací
fico . Buxó , como Benavente, hizo el galán de la
obrita, aunque á diferencia del autor de Intereses
creados, se desempeñó como un cómico discreto y
digno de aplauso .
Lo que dejamos apuntado declara la gran es
timación que le merece, al más grande de los au
tores dramáticos españoles, la genial actriz Ro
sario Pino .
Otro crítico al referirse á ella , dice : “ Aún no
hace muchos años presentaba María Tubau á Ro
sario Pino en el teatro de la Princesa, en calidad
de dama joven. Entonces era una esperanza.
La esperanza se transformó en realidad al pa
sar la dama joven al teatro de la Corredera . Se
abrió el capullo, y la rosa , con sus brillantes co
lores y su delicioso perfume, embalsamó el am
biente y entusiasmó á la multitud ." Y termina:
" surge con la aparición de Rosario Pino en el tea
tro de la Comedia una esperanza de color de rosa
que hace vacilar al pesimista y alegra el corazón
de los literatos. "
Esto se decía ahora cliez años de la artista Ro
sario Pino , que hoy, incuestionablemente, es una
eminencia en su género, pues se halla en la pleni
tud de sus facultades de actriz llena de talento , de
gracia y de hermosura .
Envejecida ya la Tubau , que llevó en España
el cetro de las interpretes de comedia, nadie puede
con más legítimo derecho empuñarlo hoy , que la
Pino ; " la más sugestiva y la más femenina de las
9
actrices españolas modernas."
1

ERRATAS .

Pág. 6 , línea 8 , dice : entonses léase : entonces

14 25 punco punto
29 Emgeratriz 99 Emperatriz
16 disho
1

27 dicho
18 11 en de
26 1895 ‫ܙܕ‬ 1898
.
.

22 Padio 1 ) Podio
24

1896 1876
9
ópera ópera bufa
* ) 23 fracmentos fragmentos
25 29 astistas artistas
71 27 20 escenas cenas

9 29 morbideses 9 inorbideces
-

9 verdaderas verdaderos
>

29

30 29 chirrár chirriar
22

19 35 12 partida partitura
36 99 11 ovasión ovación
19 37 99 20 exéntrica excéntrica
39 19 1 o vasiones ovaciones
60 11 heróica heroica de
61 7 . y todas y en todas
,,

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1

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UNIVERSITY OF TEXAS AT AUSTIN - UNIV LIBS

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