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CALISTO, GANADOR DE JUEGOS OLIMPICOS

PRÓLOGO

Hola. Soy Calisto un joven guerrero que nací en Arcadia, de padres agricultores, tengo
una complexión fibrosa, con piel morena y cabello medio largo de color marrón. Desde
pequeño ya nos formaban para la guerra con un duro entrenamiento militar. Ahora
mismo me encuentro en Olimpia, en el año 415 a.c, periodo de Guerras del Peloponeso.
He viajado a esta Polis gracias a una tregua en la guerra contra estos insoportables
atenienses. Los Juegos Olímpicos se inician y tengo ganas de vencer. Cuando terminen
regresare a casa a ver a mi familia antes de volver al frente a retomar la batalla, pero
ahora me encuentro centrado en la competición y disfrutar de estos días.

Hace unos días se pactó la tregua de la Guerra contra los envidioso Griegos, que solo
piensan en sus comerciantes y en su industria, y mientras, a los de origen agricultor se
nos considera inferiores. Han colonizando la zona del Egeo, el Ponto y el Mediterráneo
Occidental, pensando que somos un poco tontos, pero bueno, intentare olvidar eso
durante estos días de Juegos y lucharé por conseguir honrar a Zeus y conseguir esa
corona de ramos de olivo del campeón.

¡Qué alegría llegar al Ágora y respirar el ambiente de vida que se ve en este maravilloso
espacio! al aire libre, rodeado por esos edificios dedicados a nuestros Dioses. Hay
numerosos comerciantes de vino, aceite, ánforas o jarrones, metales, telas, trigo y
cebada de tierras extranjeras, por lo que aprovecho y compro aceite de oliva, ya que lo
necesito para untármelo al inicio de las pruebas en los juegos, estas las realizo desnudo.
Tras comprar una vasija de aceite me acerco a escuchar las discusiones de filósofos y
científicos buscando explicaciones al origen de la vida y del mundo mediante la razón y
la lógica, con lo fácil que nos lo ponen nuestros Dioses. Un día mi padre me explicó que
el Ágora es el lugar que nos concedió la democracia, tan anhelada en estos tiempos,
aquí en sus asambleas discutían sanamente de la política y de los problemas que afectan
a la comunidad, pero estos no son tiempos para hablar mucho con los atenienses.

Creo que ya estoy un poco cansado y voy a ir a descansar a mi hospedaje en la parte


baja de la Polis, aunque por otro lado me gustaría ir a la parte alta, la Acrópolis, a visitar
el Partenón y buscar la protección de la divinidad de la Diosa, aunque mi cansancio, hoy
me va a llevar a descansar, la dureza del viaje más el pensamiento en esos cinco días de
juegos que tengo por delante con sus pruebas de lanzamiento de jabalina, carrera con
armas, lanzamiento de disco, salto de longitud y la prueba final de la lucha a dos, hacen
que ya no pueda más.

Cinco días de juegos me dejan exhausto, tengo ganas de volver a casa y allí poder
disfrutar de unos días de paz y celebrar mi victoria con los mi familia. Aunque sé que el
descanso será breve ya que una vez pasada la semana tras la finalización de los juegos
volveremos a estar en guerra. No logro explicar mis sentimientos al pensar que me
puedo encontrar en el campo de batalla con los que han sido mis compañeros y rivales
en los juegos, donde estos se han realizado con el mayor honor y respeto a Zeus,
dejando las diferencias atrás. ¿Nadie se da cuenta que esto no nos lleva a ningún sitio?
¿No ven que esto no traerá nada bueno?.

EPÍLOGO

Desde mi olimpo puedo observar, que como era de esperar, nuestras guerras no nos
llevaron a nada bueno. Es un sufrimiento observar como Roma conquista nuestro
impero aprovechando la debilidad de nuestras guerras internas, que me costaron la vida.

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