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El padre y el hijo discuten sobre la hora a la que el hijo debe volver a casa después de visitar a unos amigos. El hijo quiere llegar más tarde, mientras que el padre insiste en que debe estar de vuelta a las 10 pm porque tiene colegio al día siguiente. A medida que continúa la negociación, el padre reduce progresivamente la hora límite a medida que el hijo se queja, hasta que finalmente le dice al hijo que está castigado y no puede salir porque ha llegado 15 minutos tarde a la hora acordada de las 8 pm.
El padre y el hijo discuten sobre la hora a la que el hijo debe volver a casa después de visitar a unos amigos. El hijo quiere llegar más tarde, mientras que el padre insiste en que debe estar de vuelta a las 10 pm porque tiene colegio al día siguiente. A medida que continúa la negociación, el padre reduce progresivamente la hora límite a medida que el hijo se queja, hasta que finalmente le dice al hijo que está castigado y no puede salir porque ha llegado 15 minutos tarde a la hora acordada de las 8 pm.
El padre y el hijo discuten sobre la hora a la que el hijo debe volver a casa después de visitar a unos amigos. El hijo quiere llegar más tarde, mientras que el padre insiste en que debe estar de vuelta a las 10 pm porque tiene colegio al día siguiente. A medida que continúa la negociación, el padre reduce progresivamente la hora límite a medida que el hijo se queja, hasta que finalmente le dice al hijo que está castigado y no puede salir porque ha llegado 15 minutos tarde a la hora acordada de las 8 pm.
Padre – Hasta luego. He !!! Un momento ¡ ¿ Adónde vas ?
Hijo – Pues … Estoy yendo hacia la puerta. Padre - ¿ Adónde vas Alex ? Hijo – Voy a casa de unos amigos. ¿ Qué pasa ? Padre – Te recuerdo que mañana, tienes colegio. Pero cómo que “a casa de unos amigos”? Oye, ¿qué pasa ? Que tú no le vas a decir nada ? Madre – Luis, por favor, llevo todo el día negociando con mis empleados; no voy a alargar mi jornada laboral ¡ Hijo – No llegaré tarde, te lo prometo. Padre - Venga vale. A las diez. Hijo – Venga papá. Déjame llegar a las doce. Padre – No Alex. A las diez, es una buena hora, que mañana tienes que ir al cole. Hijo – Venga, ni para ti ni para mí. Pongamos a las once y media. Padre – Cómo que “ni para ti ni para mí”. No estoy dispuesto a negociar. Las 10 es una buena hora y punto. Y cada vez que me repliques, te quito media hora. Hijo – Pues esto es injusto Padre – Nueve y media Hijo – Vale vale, a las once Padre – Nueve Hijo – Eres lo peor. Padre – Sí, ocho y media. Hijo – ¡ Mamáááá ¡! Padre – ocho Hijo – Esto no tiene sentido Padre – Sí, siete y media Hijo – Bueno, son las ocho menos cuarto, tú me dirás qué hago! Padre – Pues es que has llegado quince minutos tarde. Así que, ¡ castigado! Y ¡ a tu cuarto ! Mañana, no sales. ¡ Venga ! Hijo – Vale…. Volveré a las diez. Padre – Mmmm Madre – Eres lo peor. Ahora, que esto, me lo apunto para mañana en la oficina.