La inclusión e igualdad en la educación

¿es posible?
Por Prof. Gallo Luis Fernando

Durante varios años en nuestro país, hubo

diversos intentos para lograr la inclusión e
igualdad educativa, ¿Cómo se llevaron a
cabo? ¿Qué consecuencias han tenido sus
intentos?

Este artículo muestra los distintos caminos

implementados por el Estado Argentino para
lograr la igualdad educativa en todo el
territorio nacional. Las diferentes alternativas
aplicadas dieron pautas para su logro, sin
embargo, todavía no está develado este
misterio.

Indagaremos la historia y analizaremos cuáles

creemos serían los pasos a seguir para
lograrlo.

Desde la apertura de la educación secundaria

a comienzo de siglo XX, se buscó ampliar el
abanico de oportunidades educativas, pero la
enseñanza secundaria era para pocos. Hijos
de aristócratas, ricos y pudientes. En el caso
de los varones, existían dos tipos de ofertas
educativas: secundarias para formar futuros
dirigentes, enfocados a reforzar la inclusión
del país como agroexportador en el sistema
económico capitalista mundial.
Y las escuelas técnicas, generando oficios
útiles para tal fin.
Para las Mujeres estaban las escuelas
normales orientadas a formar maestras.
A mitad del siglo XX se produce una
masificación de escuelas secundarias, pero la
segmentación siguió, esta vez, con una
discriminación por origen social del
estudiante.
En las décadas del 70 y 80 se incrementaron
las matrículas, pero continuó la inequidad,
con mayores ingresos en regiones más
desarrolladas.
En los 90 se elabora e implementa la Ley
Federal de Educación (1993) ampliando la
obligatoriedad escolar de 7 a 10 años, y los
contenidos básicos comunes para eliminar la
brecha en el pasaje de escuela primaria a
secundaria. Se otorgaron becas a estudiantes
de bajos recursos y financiamientos a
escuelas rurales con el objetivo de brindar
mayor igualdad de oportunidades a todos.
Pero no se logró una verdadera inclusión con
igualdad y equidad, ya que, por lo visto, no
involucraron activamente a las familias. Otra
problemática fue traspasar las escuelas
nacionales a las provincias con distintas
economías educativas, y recortes a escuelas
técnicas.
A comienzos del siglo XXI se revisionaron las
políticas anteriores y buscando nuevamente
la intervención estatal y los derechos
sociales. Entre las medidas estaba la
Asignación Universal por Hijo para incluir a la
población de empleo informal, pero solo
exigieron la asistencia de sus hijos a la
escuela.
En 2005 con la Ley de Financiamiento
Educativo se incrementó el PBI en educación.
En el 2006 con la Ley Nacional de Educación,
se sanciona la obligatoriedad escolar hasta
finalizar la escuela secundaria. Nuevamente,
se enfatizó sobre la responsabilidad de la
familia y el Estado, pero no se clarificó la
forma para lograr la inclusión.
Surgen nuevamente los fracasos, repitencias,
abandonos e inequidades entre escuelas.
En 2009 se implementó el Plan Nacional de
Educación Obligatoria para disminuir la
repitencia, sobre edad y abandono, con
políticas enfocadas a superar la
fragmentación, y la desigualdad mediante
tutorías, planes como FinEs, Becas y aportes
para movilidad y materiales de estudio.
También surgieron alternativas provinciales
enfocadas a la terminalidad de los estudios
secundarios como PIT 14-17 y CENMA. Pero
estas instituciones generaron fragmentación
de sectores sociales, poca adhesión a estos
planes alternativos, mucha repitencia y
abandono.
En estos intentos de lograr inclusión, igualdad
y equidad, el Estado no definió la
responsabilidad de la familia y su
intervención en la educación, haciendo que
los estudiantes encontraran grandes
dificultades para sostener la escolaridad.
Por ello, si bien se busca el derecho a una
educación inclusiva de calidad, siguen
apareciendo múltiples trabas y desigualdades
que lo dificultan.
La necesidad de aplicar políticas orientadas a
distribuir recursos, a garantizar la igualdad y
equidad educativa con una enseñanza de
calidad integral, son parte de una solución,
pero no toda. Es imperante la participación y
responsabilidad de todos los actores
intervinientes (Estado, Ministerios, Escuelas,
Familias, Estudiantes) en el rol de cada uno y
el estar atentos a todas las nuevas
necesidades educativas que vayan surgiendo,
sin olvidar las anteriores.
A modo de cierre
En base a estudios realizados sobre la
inclusión y el rol de la familia en la educación,
se pudo comprobar que el Estado realizó
cambios, pero enfocados en sus intereses.
Si bien, se responsabilizó en repartir recursos
para lograr una equidad educativa, creo que
éste, le dio una mínima responsabilidad a la
familia, desatendiendo a varios aspectos
como: las nuevas conformaciones familiares
(no solo desde el vínculo sanguíneo directo,
sino desde quienes les brindan el apoyo para
que ellos logren una trayectoria sostenida,
como abuelos y tutores que muchas veces
cumplen el rol de los padres respecto al
compromiso con los estudiantes), también a
los nuevos vínculos que se generan entre
padres e hijos, a los alejamientos de las
nuevas generaciones en los proyectos
familiares, a la pérdida de valores de
moralidad y eticidad, tampoco tuvo en
cuenta el sufrimiento que experimenta el
estudiante al no tener el apoyo familiar y la
soledad que surge con una sociedad cada vez
menos empática con los jóvenes.
La mayoría de los niños y adolescentes
necesitan un acompañamiento por parte de
sus familias, esto es importante para su
desarrollo integral.
Es evidente que cuando los jóvenes están
solos, hay una crisis de identidad, de sentido,
de motivación, porque nadie le muestra un
ideal o sueño por el cual luchar, y esto se
puede dar en todos los estratos sociales.
Atendiendo a todas las formas que podemos
entender como familia, ellas, deben sumarse
a este esfuerzo para lograr una verdadera
inclusión, conociendo sus roles y la
responsabilidad que tienen junto con la
escuela y con sus hijos.
Algunos teóricos han descrito diferentes
roles de las familias para afianzar la inclusión
en la educación:
Grolnick y Slowiaczek (1994) describen tres
tipos de participación de los padres: la
conductual, referida a la participación en
actividades escolares (asistir a conferencias)
y de la casa (ayudar al niño con la tarea); la
cognitivo-intelectual, mediante actividades
intelectuales a los estudiantes, como
acompañarlos en sus estudios; y la personal,
que refiere a estar informado y al corriente
de la conducta y del aprovechamiento del
niño en la escuela.
Epstein (1995) describe otra tipología más
detallada para el progreso de los estudiantes:
1º ejercer como padres: refiere a las
obligaciones básicas familiares, como brindar
condiciones positivas familiares para
fomentar el éxito escolar, apoyando al
estudiante en la escuela.
2º Comunicación: consiste en generar una
doble comunicación efectiva entre familia y
escuela, sobre la enseñanza y el proceso de
los estudiantes.
3º Voluntariado: es reclutar padres para
actuar como apoyo a las iniciativas escolares.
4º Aprendizaje en casa: brindar información,
sugerencias y oportunidades a las familias
acerca de cómo ayudar a sus hijos en las casas
con sus tareas y actividades.
5º Toma de decisiones: participación activa
de los padres en decisiones escolares.
6º Colaborar con la comunidad: integrando
recursos y servicios de la comunidad para
apoyar a las escuelas y a las familias para una
mejor educación de los estudiantes.
El Estado debe asignar a las familias, las
alternativas y responsabilidades antes
nombradas y otras que surjan, también
formarlas en estas tareas para lograr una
educación inclusiva eficaz.
En esta cambiante realidad, entiendo que es
necesario un nuevo contrato social entre
familias y escuelas, orientados a trabajar en
conjunto en las diversas formas expresadas y
de manera articulada para apoyar el
aprendizaje de los estudiantes.
LA VIOLENCIA ESCOLAR: ¿UNA IRRUPCION?
UN MAL ANTIGUO EN TIEMPOS MODERNOS
Por Profa. Mercedes Raquel Álvarez
La violencia es tan antigua como el hombre
mismo. Por lo tanto, irrumpe escondida
detrás de los cuerpos y rostros juveniles de
niñas, niños y adolescentes, irrumpe en
tiempos modernos y se presenta en un
espacio que le favorece: las Instituciones
Escolares. Según el diccionario “algo que
irrumpe lo hace en forma inesperada,
desborda lo pensado, en un lugar particular”
por lo tanto si “algo irrumpe”
inesperadamente también lo hace
intempestivamente y viene “desde afuera”.
Esto hará que ellos logren mejorar en
aprendizajes, en emociones, en el disfrute de
estar estudiando y en la convivencia escolar.
Por todo ello, la inclusión e igualdad en la
educación debe ser responsabilidad de todos.
Referencia
 Solís Castillo F.; Aguiar Sierra R.; (2017).”
Análisis del papel del involucramiento de la
familia en la escuela secundaria y su repercusión
en el rendimiento académico.
https://scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_artte
xt&pid=S1665-109X2017000200013.
La idea de que la violencia viene de afuera
motiva un gran número de investigaciones,
tanto en nuestro país como en el resto del
mundo.
Los eventos violentos que irrumpen en la
escuela y se hacen públicos a través de los
medios de comunicación preocupan no solo
a los miembros de las instituciones escolares
sino a la comunidad en general. Sin embargo,
antes de instalarse dentro de las instituciones
escolares formó parte de complejos procesos
económicos, políticos, sociales y culturales.
Estos indicadores corroboran que los
procesos de desigualdad, exclusión social y
las diferencias culturales son un factor
significativamente relacionado con la
irrupción de la violencia social en el ámbito
escolar, lo que se podría denominar
“violencia en la escuela” o “hacia la escuela”
como establecimiento.
Consideración especial merece la idea de
“diversidad cultural”, que, según los estudios
realizados, no constituye en sí misma un
problema, sino que la atraviesan otras
variables sociales e históricas como la
historia reciente de Argentina que posibilitó
un trágico relato de cómo el intento de
suprimir las diferencias culminó en la
desaparición de los que pensaban diferente.
Por lo tanto, cabe pensar que la diversidad
cultural y las diferencias de ideas son un
obstáculo para el encuentro enriquecedor
cuando no se generan canales para la
comunicación que permitan a “los distintos”
interactuar.
A estos indicadores se suman
invariablemente la pobreza extrema, la
exclusión, los mensajes xenófobos, etc., que
afectan la convivencia humana. INFORME
MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y SALUD
(2002)
De esta manera, las niñas, niños y
adolescentes que ingresan a las instituciones
educativas traen consigo ese “afuera de la
escuela “, de la sociedad compleja que en el
interior escolar se convierte en violencia,
manifestándose en forma física y simbólica,
afectando la convivencia pacífica y
democrática de los espacios escolares. IANI
Y PEREZ, E. (1999). Sin embargo, la escuela
en su función socializadora se manifiesta en
las interacciones cotidianas y en las
actividades habituales escolares, también se
hace explícita en las charlas, discursos y
diálogos planificados para reflexionar sobre
esas interacciones, reconocer los acuerdos,
las diferencias y las formas de alcanzar el
consenso y de aceptar el disenso. Por lo
tanto, la institución educativa afronta la
responsabilidad y el desafío de convertirse
en propulsora de principios de
democratización y participación y brindar a
los jóvenes estudiantes un cuerpo de leyes
de procedencia nacional, regional e
internacional( protocolos, leyes, acuerdos
escolares, resoluciones, etc.) que permitan a
las autoridades educativas realizar acciones
Es decir, que, teniendo herramientas como
el proyecto de convivencia y la mediación
escolar, capacitaciones, la enseñanza y
aprendizaje de valores democráticos,
ejercicio de la ciudadanía, promoción de la
solidaridad, la paz y la justicia, como así
también la responsabilidad individual y
social; consecuentemente todos estos
valores se traducen en las acciones
cotidianas que transcurren en el aula y en la
actitud comprensiva y educadora de los
docentes que son responsables de la
formación de las jóvenes generaciones. En
evidencia, la escuela brinda posibles
respuestas a un mal social antiguo en
tiempos escolares modernos: prevención de
la violencia escolar, promoción de la paz y
para la detección, prevención y solución
pacífica y democrática de eventos violentos
en el ámbito escolar, sin olvidar la Ley de
Obligatoriedad escolar, que permite a los
jóvenes en situación de vulnerabilidad social
y económica el ingreso y la permanencia a la
escuela secundaria obligatoria. Creo que
solo de esta forma se aprende a convivir
mejor.
construcción de modos de convivencia sana
y democrática.
Referencia
 Sismando, Adriana y Torcomian, Claudia
en Maldonado, Horacio (Comp.) Convivencia
Escolar. Ensayos y Experiencias. Ed. Lugar,
Buenos Aires, Argentina, 2004.
 Informe Mundial sobre la Violencia y
Salud. Resumen. Publicado en español por la
Organización Panamericana de la Salud para la
Organización Mundial de la Salud. Washington,
DC, 2002.
 Castoriadis Cornelius ((1992- 1997).
Est5udio Derecho y Economía. Fue Psicoanalista
y Profesor de Filosofía en Francia. (Extractos de
las Entrevistas que recopila en el Libro “La
Sociedad a la Deriva).
 LA DESMOTIVACIÓN: UN TRAMPOLÍN AL
FRACASO ESCOLAR
Como estudiantes, a menudo nos sentimos
frustrados, cansados, y solemos decir que
nos encontramos desmotivados…. Ahora
imaginemos un escenario diferente, el de los
estudiantes de secundaria, que están
obligados a estudiar y egresarse, ¿Qué
sucede cuando a ellos los invade la
desmotivación? ¿Qué hacemos como
futuros docentes para ayudarlos?
La desmotivación se encuentra atravesada
por múltiples factores que pueden ser los
causantes, ya sea que provengan éstos del
universo mismo del adolescente o su
entorno familiar, así como también del
espacio institucional y los elementos que a
éste lo atraviesan. Es importante conocer
Por Melisa Monserrat
este factor desencadenante, para saber
cómo ayudar a cada estudiante en particular
y que este mal no lo empuje al fracaso en su
trayectoria.
Es evidente que la escuela dejó de ser hace
muchos años ese espacio exclusivamente
académico en donde se asistía a estudiar y
aprender, ello quedó en el pasado, hoy los
estudiantes necesitan ser convencidos de la
utilidad de sus estudios. La escuela, si bien
con el tiempo ha ido modificando y
ampliando sus funciones, sigue siendo un
lugar con una organización muy particular y
rígida ante los cambios, los estudiantes no se
sienten atraídos al no encontrar algo
novedoso que los motive a asistir, lo hacen
porque es obligatorio, la escuela no es un
espacio de disfrute. A ello le sumamos la
falta de creatividad dentro de las aulas, el
sistema educativo y su estructura no
parecen atender a las necesidades y
preocupaciones de los estudiantes de la
actualidad, que cada día se ven más
incomprendidos y optan por abandonar sus
estudios.
Las instituciones también cumplen la función
de espacio de socialización, aunque el
primero es la familia, el entorno familiar es
el que determina como llega el estudiante a
la institución, tiene una gran importancia
éste en la labor de la motivación: la
valoración de la escuela por parte de los
estudiantes tiende a ser cada vez más
negativa, aunque se observan diferencias
según el tipo de estudiante y teniendo en
cuenta un dato no menor, sus edades: la
adolescencia, es un momento muy delicado
en el que es necesario tomar en
consideración todos los cambios que se
producen en la persona. La aprobación de las
familias y los profesores tiene una influencia
relativa sobre la motivación o desmotivación
de los estudiantes.
¿Qué podemos hacer entonces para mejorar
la motivación de los adolescentes en las
aulas?
¡Vaya tarea! Primeramente, estar atentos y
saber detectar esa desmotivación de cada
estudiante, que no pase desapercibido, para
en base a ello actuar adecuadamente. Un
catedrático de Psicología y profesor de la
Universidad de Madrid, Jesús Alonso Tapia,
propone ciertas medidas de acción para
trabajar la motivación en las aulas, a partir
de lo que le propone vamos a hablar a
continuación.
Se debe como docente prestar atención a
ciertas cuestiones específicas y, en base a
ello, hay ciertas medidas de acción:
• Detección: es importante estar
atentos y detectar cuando un estudiante
está desmotivado y fallando en su
rendimiento, con el fin de actuar en
consecuencia para poder ayudarlo.
• Metas de aprendizaje: tener en
cuenta como los estudiantes afrontan las
tareas a resolver, no enfocarnos en la
adquisición de los contenidos solamente,
sino en como desarrollan estrategias de
pensamiento. Parece importante proponer
un trabajo orientado más al aprendizaje y la
incrementación de la propia competencia,
en donde la enseñanza cumpla con ciertas
condiciones: que su realización sea ocasión
para percibir o experimentar lo que es
competente.
• Fracaso: trabajar sobre como
afrontan el fracaso, sino les brindamos esta
intervención puede que la acumulación de
fracasos los lleve a no creer en la posibilidad
de mejorar y que desarrollen una
inseguridad acerca de sus habilidades y
capacidades académicas.
• Autorregulación: la forma en como
autorregulan su aprendizaje está
determinada por ciertos procesos cognitivos
que funcionan de manera coordinada, éstos
tienen que ver con cómo están alertas,
seleccionan, conectan, planifican y
supervisan los contenidos a trabajar.
• Autonomía: que se incentive en el
trabajo a la experiencia de la autonomía, ya
que la motivación se encuentra afectada
cuando se debe realizar algo “porque el otro
lo quiere”.
• Competición: crear espacios o
ambientes de trabajo que no sean
competitivos, ya que los mismos influyen de
manera directa en el rendimiento, en la
realización del trabajo de clase, al estar
sujeto a cumplir ciertas expectativas.
Esto nos lleva a pensar que debemos
reflexionar sobre las prácticas pedagógicas,
con el fin de orientarlas en los sentidos
hablados anteriormente, y tener en cuenta
también que no todos los estudiantes se
desmotivan ante las mismas cosas. Es por
ello que se debe tratar a cada uno
La autoridad pasa por otro lado - Construyendo
la “nueva” educación
“No importa que un niño aprenda despacio.
Importa que no dejemos de apoyarlo para que siga aprendiendo”
Si retrocedemos el tiempo, “educación” era
sinónimo de autoridad, estaba catalogada
como una imposición adoctrinada, el orden,
la disciplina y el respeto eran los pilares que
debían cumplirse para no recibir castigos por
parte del docente, la regla o el puntero no
solo servían como recursos del docente sino
también para “corregir” a los alumnos,
atendiendo a sus necesidades,
preocupaciones y situación individual. No
hay una solución que se pueda aplicar a
todos por igual y les sirva de igual manera,
no hay dos estudiantes desmotivados
igualmente, es muy personal de cada uno.
Dentro del aula, el profesor debe estar
atento a cuáles son los intereses e
inquietudes de sus estudiantes, como
perciben su manera de enseñar o que
maneras se ajustan a la forma de aprender
de su grupo de estudiantes.
Referencia
 Tapia, Jesús A. (1992). Motivar en la
adolescencia: teoría, evaluación e intervención.
Facultad de Psicología, Instituto de Ciencias de la
Educación, Universidad Autónoma de Madrid.
Por Maya Murúa
Anónimo.
existía una amplia brecha entre el docente y
el alumno (“seres sin luz”).
Hoy en día la sociedad se ha ido
transformando y la educación también, lo
que antes era impuesto hoy se establece en
acuerdos, la autoridad de aquel docente
rígido, ha desparecido.
La pregunta que hoy se plantea es: ¿Es
posible educar sin “autoridad”? ¿Cómo se
articula esa autoridad dentro del aula? A
continuación, daremos a conocer cuáles son
las posibles estrategias o habilidades que se
pueden implementar en el aula para
favorecer la comunicación profesor-
estudiante.
Ese carácter de dominación que se ejercía
antes demostró que la autoridad no es
imponer sino generar un aprendizaje.
Comprender que el principio de autoridad es
orientar, guiar construir con el estudiante en
base a sus experiencias y modos de
permanecer en el aula, estableciendo una
relación amena que permita la fluidez del
habla y la escucha por parte del estudiante,
pero también conformando estrategias
posibles como la libertad de pensamiento y
la autonomía del estudiante. Como hace
mención Edelmira Gómez (2011:9):
“El profesor debe de tener en cuenta, el
contexto o lugar en el cual el niño desarrolla
esa actitud, sus consecuencias más
inmediatas y la propia conducta de este.
Conociendo estos tres factores, es posible
entender con más nitidez, el por qué, el
cómo y cuáles son las estrategias posibles a
utilizar”.
Gracias a los intereses de mejorar y aprender
acerca de cómo solucionar los distintos
comportamientos de los estudiantes en
clases, es posible lograr una buena
educación.
Posibles estrategias para implementar en
el aula
1. Como primera recomendación los
profesores deben llegar a clases temprano
antes del ingreso a un curso. No dar la clase
rápido esto impide que el estudiante
comprenda el tema asignado.
2. Nombrar al estudiante por su
nombre y/o apellido, como primer
argumento nos permite reconocer a nuestro
estudiante, en segundo lugar, el estudiante
siente que el profesor lo reconoce, sabe
quién es, nos permite tener un primer
contacto visual con el estudiante.
3. Pedir silencio a los estudiantes
cuando estén dando una clase las veces que
sea necesario, es imprescindible pedir
silencio ya que por un lado los estudiantes
no comprenden la explicación y por otro
lado deben reconocer que al frente está un
adulto impartiendo clases.
4. El maestro es responsable de la
educación de los estudiantes, por lo tanto,
debe poseer el conocimiento en lo que
enseña, no debe existir “baches” en la
explicación. Ser precisos, claros, tener
profesionalización. El estudiante se
compromete a respetar la autoridad del
conocimiento del maestro y sobre todo a
esforzarse para lograr su enseñanza.
5. Mantener siempre una sucesión
ordenada de las actividades de las clases, de
modo que los estudiantes se habitúan a ella,
evitándose sorpresas que provoquen
desórdenes en la clase.
6. El profesor debe, desde el principio,
trabajar con toda la clase, ocupando la
atención de todos los estudiantes y dándoles
tareas definidas e inmediatas para que las
hagan; después de eso es cuando deberá
atender a los problemas o dificultades
individuales de cada estudiante.
Estas estrategias pueden orientar a un
aprendizaje de construcción democrática de
las normas que regularicen la conducta tanto
individual como grupal, y en este caso,
escolar.
En otras palabras, el estudiante puede ir
construyendo normas necesarias para la
EL DOCENTE NOCAUT
Ningún comienzo es fácil, todo trabajo al
principio suele entusiasmarnos, pero
también luego de un tiempo
convivencia en el aula, respetar al otro para
exigir respeto, tener empatía con sus
compañeros y/o docente.
Todas estas normas, acuerdos contribuirá a
una construcción real de una comunidad
democrática, permitirá la participación en la
elaboración de las normas y acuerdos.
(Gómez, 2011:44)
La profesionalización de los docentes, su
continua formación y estar actualizado
frente a los cambios que se vienen dando
son las herramientas que tiene el docente
para construir su formación como
profesional, agente de educación, para
mejorar y/o encontrar las distintas
estrategias para su quehacer docente.
Nosotros como futuros profesores debemos
desplegar estrategias que nos permitan
establecer relaciones con los estudiantes e
inculcarles que ellos pueden lograr sus
metas, anhelos y sueños si se lo proponen.
Referencia
 Gómez Vidal E. 2011 Estrategias para
mejorar la disciplina en el interior del aula en la
escuela primaria. Ciudad del Carmen.
Por Sofía Cappellari
desconcertarnos. Los desafíos que enfrenta
la docencia se ven en todos los docentes, ya
sean viejos o novatos.
La profesión docente es un desafío personal
en el que todos los que se quieren dedicar a
esto deben atravesar, los cambios también
son parte, tanto del docente como del
estudiante ya sean personales o
institucionales.
¿Cómo lograr no llegar a la frustración de
nuestro trabajo? ¿Cómo sacarnos de la
mente si seremos un docente bueno o un
docente malo?
La frustración que se produce luego de un
tiempo es casi inevitable, pese a los
esfuerzos de intentar no llegar a ese
sentimiento, muchas veces son los docentes
nuevos los que ven esa frustración y
desinterés en aquellos que tienen varios
años de desempeño; ¿se puede escapar de
ese sentimiento? Se puede hacer el mayor
esfuerzo para que esto no nos invada,
primordialmente debemos hacer foco en el
vínculo docente-alumno, de la forma de ser
que el docente presente, teniendo un buen
carácter frente a ellos, entendiéndolos,
escuchándolos, conociéndolos y sobre todo
saber cómo piensan, trabajan, actúan y
cuáles son sus potenciales.
Se ha demostrado que mantener la
motivación en los estudiantes, mantiene el
vínculo docente-alumno y lo hace más “los educadores son modificadores del
ameno. alma” Hugo Di Taranto (2007)

Por otra parte, los sentimientos de
inseguridad al comienzo son muy habituales
en los docentes primerizos, los docentes que
asumen la grandeza que requiere enseñar
sienten que nunca van a poder hacerlo;
tomar ese sentimiento, hacerse cargo que lo
sentimos, y asumir la tarea que conlleva
enseñar va a provocar que la confianza nos
invada y nos ayude a seguir para adelante.
“Quien enseña tendría como meta
fundamental transformar a los otros”
Francois Dubet (2006)
La buena enseñanza siempre se vincula con
los buenos resultados interiorizando el saber
y haciéndolo propio, ¿cuesta enseñar?
Claro que sí, pero los docentes lo hacen
mucho mejor cuando el sentimiento de
poseer una vocación se mantiene
fuertemente arraigado a nosotros, para una
buena convivencia y un buen trabajo
sostenido en el tiempo es necesario
finalmente encontrar el equilibrio y los
modos de llegar con nuestros alumnos y
también con nosotros mismos.

Este Seminario de problemáticas y desafíos de la educación quiere ser un espacio creativo de crítica
y reflexión que nos colabore en la difícil tarea de encontrar alternativas a las múltiples problemáticas
y desafíos, valga la redundancia; que empobrecen la experiencia de aprender y convivir en la
escuela, o empobrecen el rol o la tarea de cada uno de los actores que intervienen.

Fue un gusto haberlos acompañado a lo largo de este año, y una gran alegría que lleguen a producir
un artículo donde la voz de cada uno y cada una, se manifiesta en pos de que esta tarea, que pronto
comenzará a ser lo cotidiano como es la docencia, los ayude a crecer y sacar lo mejor de cada uno de
uds. y de cada uno de sus estudiantes, familias y colegas con quienes compartirán el camino.

Prof. Daniel Pinotti

Seminario de Problemáticas y desafíos de la educación - 2022