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¿Son adecuadas las condiciones de Salud en el departamento de Santander?

La principal motivación para escribir este ensayo surge con la intención de

explicar al lector lo qué sucede en el sistema de salud en Santander, cómo las

inconformidades frente a la atención en salud son consecuencia de la implementación de

un modelo y una política que supuestamente se creó para favorecer, debería tratarse de

causas exclusivamente biológicas pero paso deliberadamente a un fenómeno social y

lastimosamente político, este tuvo como resultado una mar de consecuencias. Es por

ello, que a continuación se expone algunas creencias propias sobre el sistema y por qué se

considera que funciona mal, hay que recordar la ley 100, que se creó para hacer frente a

un sistema de atención en salud inequitativo y con serios problemas de acceso para todos

los niveles sociales y que tuvo como consecuencia que la salud decayera no solo en

Santander si no en todo el territorio colombiano. La segunda situación surgió en 2013,

cuando los estudiantes, profesionales y trabajadores de la salud se arriesgaron a dar una

pelea valientemente contra la propuesta del gobierno Santos de reformar el sistema de

salud, no porque se defendiera lo que hay, sino porque lo propuesto era peor. otro

sistema de salud es posible, que es cierto que no se puede prescindir de las EPS, y que el

modelo de aseguramiento con administrador privado es un gran logro económico y de

bienestar para la comunidad en general.

Según María-Luisa Escobar, Griffin, & Shaw, (2010). “Si queremos compararnos

con los países ricos, también debe saberse que en la amplia mayoría de países el

aseguramiento en salud es de naturaleza pública, solo Chile y Estados Unidos superan el

20% de gasto en aseguramiento privado” Se debe aclarar que aunque se realiza una critica
al actual sistema, no se reduce a regresar al sistema anterior, lo que definitivamente es

que si se debe mantener lo bueno de las experiencias vividas, es decir una atención en

salud ventajosa económicamente hablando y de gran consecuencia para el usuario frente

a una atención integral y modificar todo aquello que no represente una ganancia social

para los colombianos.

Desde hace 20 años, cuando en Colombia se instituyó el actual modelo de salud,

diversos sectores han mantenido una posición crítica frente al sistema, en tanto que la

reforma, en formato Ley 100 de 1993, introdujo el concepto de salud como mercancía y

de competencia entre inversionistas. La explicación del modelo es sencilla, el sistema

tiene como principio la competencia entre intermediarios de la salud para afiliar al mayor

número de colombianos. A estas empresas intermediarias les va mejor cuando a la gente

le va peor, su ganancia es más alta si a las personas se les atiende de la manera más

infame posible. En el afán de ganancia, las Entidades Promotoras de Salud (EPS) acuden

a diferentes estrategias, entre ellas la negación de servicios a los pacientes, la restricción

del acceso, la limitación a la autonomía médica, manipulación de leyes, decretos y

resoluciones para que estén en concordancia con sus intereses. Y aunque un sector

importante de liderazgo político en el país considera que sin EPS no se puede vivir.

La pregunta clave que se debe plantear es: ¿cuál es el valor agregado que las EPS

le dan al sistema de salud en Santander? La respuesta debe considerar el descontento y

pérdida de confianza en el sistema de salud de miles de santandereanos, mejor diría de

millones de colombianos, así como la quiebra de hospitales públicos, Las fallas del

sistema se hacen evidentes diariamente. Los servicios de urgencias se observan

colapsados porque la consulta externa no resuelve con prontitud las necesidades del
paciente. Muchos colombianos, en Bucaramanga aun teniendo hospitales cerca de sus

hogares, se desplazan largas distancias para poder ser atendidos en el hospital

contratado por la EPS, porque éstas no funcionan para lo que están creados, servir a los

pacientes, Los hospitales de primer y segundo nivel son cerrados sino responden a los

márgenes de ganancia esperado, pero resulta que para la gente de los municipios

pequeños y de zonas rurales alrededor de Santander, ese hospital que no es sostenible es

lo único que tienen para acceder a los servicios médicos. La capacidad para resolver en

primera estancia del médico general se ve limitada cuando la EPS pone la barrera de

redireccionar al especialista, hace que muchos pacientes desistan de la atención o que

esperando la cita se compliquen sus padecimientos y con suerte para la entidad se

produzca el fallecimiento del usuario, para que finalmente las EPS no tenga que gastar

recursos en una atención. Entregar de manera incompleta los medicamentos, negar la

atención, retrasar la consulta, dilatar la realización del procedimiento, hace que miles de

santandereanos desistan de la atención, claro está, que aquellos que cuentan con un

recurso económico, paguen de su bolsillo.

Con estas criticas arrojadas al sistema de salud en Santander, incluso en

Colombia; no se pretende afirmar que no hay solución, pues con un estricto control a

estas instituciones de salud sobre todo refiriéndose a los recursos que parcialmente (lo

que dejan los políticos) son asignados para la mejoría de infraestructura, insumos,

personal calificado, convenios, etc. No se utilizan responsablemente, se creería que, sin

dilaciones en los pagos en los convenios con especialistas y centros externos, pues estos

al no pagárseles en 4 o 5 meses, dejan de atender el usuario, con estas y otras

recomendaciones que por falta de conocimiento no se puede expresar, se mejoraría las

condiciones en el municipio, región, ciudad, país. Todo esto con el único fin de instaurar
una adecuada educación en salud. La Vigilancia en Salud Pública con enfoque

Comunitario es un componente para la estrategia de vigilancia, clave para la

identificación temprana de situaciones que pueden afectar el estado de salud de la

población en Santander, sería un método para educar y culturizar la prestación efectiva e

integral en salud, desde un punto de vista educativo.


Referencias bibliográficas

María Luisa Escobar, Griffin, & Shaw, (2010).

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https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/PP/ENT/

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