Está en la página 1de 13

La Personalidad en Psicoanálisis

Felipe Gamaliel Mercado López

Universidad Autónoma de Durango

Psicología Profunda

Lic. Ismael Alejandro Rangel Belmán

10 de agosto de 2022
Energía y elaboración psíquica

Comencemos explicando que es, el cuerpo humano es un sistema de energía

complejo que proviene de los alimentos que comemos y pasa a la circulación, la

respiración, la digestión, la conducción nerviosa, la actividad muscular, la percepción, la

memoria y el pensamiento. No hay razón para creer que la energía que hace funcionar

al organismo es fundamentalmente diferente de la energía que hace funcionar al

universo. La energía se presenta en muchas formas: mecánica, térmica, eléctrica y

química, y se puede convertir de una a otra. La forma de energía que opera en los tres

sistemas de personalidad se llama energía psíquica.

No hay nada misterioso, vital o sobrenatural en el concepto de energía psíquica.

Hace un trabajo o es capaz de hacerlo como cualquier otra forma de energía. La

energía mental realiza tareas mentales, a saber, el pensamiento, la percepción y la

memoria, de la misma manera que la energía mecánica realiza el trabajo mecánico.

De la energía nace la iniciativa de la Preparación Psíquica, para Freud esta era

una vez que el artefacto psíquico aspira mantener el control de los estímulos exteriores,

éstos al acumularse tienen la posibilidad de llegar a ser enfermedades.

Se habla de control una vez que el estímulo no inmuta la composición enérgica

ni tiene un efecto importante dentro del entorno del individuo que lo obtiene. Mientras

tanto que la derivación es una vez que se interpreta el estímulo de forma que puede

darse un significado correcto. Al final mencionamos que el estímulo se ha ligado en

orden de modificar la composición por medio del aprendizaje o bien, del trauma. Se

menciona que el estímulo se ha ligado en orden de modificar la composición por medio

del aprendizaje o bien, del trauma. Al no existir preparación psíquica es una vez que
pasa un tipo de derivación llamada derivación somática, o sea que el individuo al no

poder adaptar el estímulo lo expresa mediante símbolos.

Se interpreta a menudo al paciente la elaboración fuera de sesión como la

actuación de su parte de niño, envidioso o celoso de la unión gratificadora y fructífera de

su parte adulta con el analista, pero podemos concebir también otro significado de este

fenómeno. Siendo la elaboración un proceso intrapsíquico, muy relacionado con el

duelo y con los avances en la posición depresiva puede concebirse que se efectúa con

más facilidad fuera de la sesión.

Distribución de la energía psíquica

El Yo, tiene un poder diferente a medida que empieza a tener más energía,

recupera la energía que se puso en contracatexia y bloquea las partes que antes se

habían perdido. Termina aumentando la función autónoma del Yo al darle una cantidad

considerable de energía. Una de las razones de esto es una fuerza que tiende hacia la

irreversibilidad de las relaciones de objeto y, en algunos casos, impone un rango muy

estrecho de posibilidades en el proceso de refinamiento.

Una contracatexia es una carga de energía que se opone a una catexia. Las

contracatexias del yo se dirigen contra las catexias del Ello pues éstas presionan para

hallar alivio inmediato de la tensión. La zona limítrofe entre el Yo y el Ello podría ser

comparada a la frontera entre 2 territorios, uno de los cuales trata de irrumpir al otro. El

territorio amenazado de invasión erige fortificaciones contracatexias del Yo para

desechar al invasor, las catexias del Ello.

La energía de la identificación se utiliza para la gratificación instintiva a través de

acciones y cumplimiento de deseos, como comer, vaciar la vejiga y el orgasmo, la

energía se libera automáticamente durante los movimientos motores y la energía se


utiliza para generar imágenes de objetos instintivos. El propósito de estos dos procesos

es gastar energía instintiva para eliminar la necesidad y proporcionar descanso al

individuo.

Invertir la energía en la imagen de un objeto, o consumirla en una acción de

descarga sobre un objeto que satisfaga un instinto, se denomina elección de objeto o

Catexia de objeto. Toda la energía del ello se consume en Catexias de objeto o

Catexias objétales. La energía empleada por el Ello en elecciones objétales es bastante

fluida. Esto significa que la energía se puede desviar de forma fácil de un objeto a otro.

Esta desviación de energía se denomina movimiento, Tal cual, si no está

alimento, un bebé hambriento puede situar un trozo de madera o su propia mano en la

boca. Una vez que los procesos del Yo o del Súper Yo interceptan el flujo direccional de

la energía instintiva, ésta trata de abrirse camino por medio de las resistencias y

descargarse en la fantasía o en la acción. Una vez que el Ello no puede hallar salidas

directas para la energía instintiva, el Yo o el Súper Yo se realizan cargo de tal energía y

la usan para vigorizar la operación es de sus sistemas.

Una vez que las contracatexias ceden, las catexias objétales del Ello dominan al

Yo y generan un comportamiento impulsivo. Esto ocurre una vez que una persona

usualmente controlada se disgusta. La energía del yo además podría ser usada para

conformar novedosas catexias objétales. Dichos objetos no satisfacen de manera

directa las necesidades primordiales del organismo, aunque se encuentren involucrados

por nexos asociativos con objetos que las satisfacen.

El miedo al castigo y el deseo de aprobación llevan al niño a identificarse con

sus padres. Esta identificación con el padre produce la formación del superyó. La

identificación en la que se basa el superyó es la identificación de esos padres


idealizados y omnipotentes, aquellos que tienen un enorme poder para castigar y

recompensar y por eso el superyó también tiene el poder de premiar y castigar. El

primero lo imponen los ideales del Yo, el segundo lo impone la conciencia moral.

La inhibición consciente es la inhibición o perfusión inversa que impide la

liberación de energía instintiva, ya sea directamente a través de la conducta impulsiva y

el cumplimiento del deseo, o indirectamente a través de los mecanismos del ego. Es

decir, la conciencia moral opone el ello y el yo, y trata de suspender el funcionamiento

del principio de placer y del principio de realidad. Una persona con una conciencia moral

fuerte siempre está en guardia contra los impulsos inmorales.

El superyó gasta parte tan enorme de su energía en la custodia contra el Ello,

que no le queda la suficiente para realizar labores útiles y satisfactorias y se inmoviliza y

vive una vida oprimida.

Las contracatexias de la conciencia moral difieren de las del Yo. Las fuerzas de

resistencia del Yo poseen la finalidad de demorar la acción final para que el Yo logre

desarrollar una estrategia satisfactoria de acción.

Existe una cantidad de energía limitada. Esto quiere decir que, si el Yo gana

energía, el Ello o el Súper Yo o ambos tienen que perderla. La energización de un

sistema de personalidad significa la desenergización de los otros sistemas. Una persona

con un Yo fuerte tendrá un Ello y un Súper Yo débiles. Si la mayor parte de la energía

está controlada por el Súper Yo, su conducta será moralista. Si está controlada por el

Yo, su conducta será realista. Y si depende del Ello, sus acciones serán impulsivas.
El instinto y sus manifestaciones

El instinto es una condición innata que dirige los procesos mentales y se

considera cotidiana como un comportamiento heredado de cualquier especie animal

cuyo fin es responder a determinados estímulos, también conocidos como pulsiones.

Los instintos tienen fuentes, propósitos, metas y motivaciones. La principal

fuente de energía instintiva son las necesidades o impulsos físicos. Una necesidad o

impulso es un proceso excitante en ciertos tejidos u órganos del cuerpo que libera la

energía almacenada en ellos. Esta energía instintiva transmite instrucciones a los

procesos mentales de percepción, memoria y pensamiento.

El propósito del instinto es eliminar la necesidad del cuerpo, es decir, eliminar su

fuente. Siempre trata de producir un retorno a un estado anterior a el. Esta tendencia del

instinto a repetir el ciclo desde la excitación hasta el reposo se denomina compulsión

repetitiva.

Freud reconoció 2 enormes conjuntos de instintos, son los que están al servicio

de la vida y los que están al servicio de la muerte. La meta final de los instintos de

muerte es el retorno a la constancia de la materia inorgánica. Entonces Su destino final

era continuamente volver a lo inorgánico. Freud creía que la vida era un camino

indirecto hacia la muerte.

Los instintos de vida son más conocidos porque sus efectos son más

manifiestos, son los representantes mentales de cada una de las necesidades

corporales cuya satisfacción es elemental para sobrevivir y reproducirse. Los instintos

sexuales fueron los más profundamente estudiados de todos los instintos de vida y

poseen mucho peso en la teoría psicoanalítica de la personalidad.


Los instintos sexuales poseen sus fuentes en distintas regiones corporales, la

boca, el ano y las regiones erógenas, los órganos genitales, estas últimas son las

principales zonas erógenas y además interactúan con los otros instintos vitales. La boca

es el ingreso para el alimento y el ano es el órgano por el que se eliminan los residuos,

sin embargo, además genera placer una vez que se lo estimula de cierta forma. El

derivado primordial de los instintos sexuales es el amor.

Catexias y Contracatexias

La fuerza impulsora son las catexias y la fuerza controladora es la

contracatexias. El ello sólo tiene catexias, pero el yo y el superyó también tienen

contracatexias, y el yo y el superyó también tienen sus propias pulsiones. Otra forma de

ver el concepto de contracatexias es considerarlo como una frustración interna. La

resistencia dificulta la liberación de la tensión.

La frustración se divide en interna y externa, cuando una persona quiere hacer

algo, pero hay obstáculos externos que bloquean su camino, eso es una externa.

Cuando una persona quiere hacer algo, pero su Yo o superyó se lo impide, nos

enfrentamos a la frustración interior.

Hasta que las frustraciones externas sientan las bases para ello, no surgen

contratiempos internos como contracatexias. Es decir, una persona debe experimentar

privación o pérdida de algo antes de desarrollar control interno.

El concepto de fuerzas impulsoras y controladoras nos permite comprender por

qué pensamos y actuamos como lo hacemos, si las fuerzas impulsoras son más fuertes

que las controladoras, se llevará a cabo alguna clase de acción o se hará consciente de

alguna idea. Si las contracatexias superan a las catexias, se reprimirá la acción o el

pensamiento.
La oposición de una contracatexia a una catexia se llama conflicto interno o

endopsíquico, Un conflicto endopsíquico reside dentro de la personalidad.

se los puede clasificar en dos categorías, los conflictos del Ello y Yo, y los

conflictos del Yo y superyó. No existen conflictos entre el Ello y el Súper Yo porque la

oposición entre el Ello y el superyó siempre implica al Yo.

El Yo es esencial en todos los conflictos, incluyendo los que implican oposición

con el mundo externo. Prácticamente todo proceso de la personalidad está regulado por

la interacción de las catexias y las contracatexias.

Culpa, masoquismo y pulsión de muerte

La raíz de la culpa radica en la estructura del superyó, especialmente en la

construcción del ideal del yo. Al crecer, los adultos se encuentran inmersos en

personalidades agresivas compuestas de culpa y pasión, a diferencia del Yo infantil

inocente, la culpa que es objeto de estudio es inconsciente, el masoquismo y la pulsión

de muerte porque expresa la necesidad de castigo.

Juega un papel decisivo la culpa consciente o inconsciente, la agresión, el

masoquismo, la rebeldía y la pulsión de muerte hacia los adultos. Estas etapas se viven

de manera abusiva a lo largo del desarrollo psicosexual. Los sexólogos actuales

describen el masoquismo como una práctica que asocia el placer con el dolor y la

humillación y el concepto de placer se plantea por Freud allá del placer físico.

Algunos han sugerido el "masoquismo moral", en el que una persona que siente

culpa intenta posicionarse como víctima, reviviendo la situación una y otra vez. Por

supuesto, esto implica una cierta oleada de placer, a medida que retroceden los tiernos

sentimientos de la infancia, lo que hace que otros se preocupen o salven, como apegos

infantiles. También se presentan el masoquismo femenino y el masoquismo sensual.


La pulsión de muerte sigue el concepto de autocastigo ya señalado. Tiene su

origen en la autolesión, que es el principio de la agresión. Dada la suposición de que los

humanos buscan constantemente el placer a través de la destrucción, esto puede ser

una compensación abusiva derivada de la infancia.

Para Freud, la meta de toda vida es la muerte, por lo que como resultado de esta

pulsión el individuo buscará revivir el trauma o entrar en una situación que te pone en

una situación similar a la que te causó el dolor.

Narcicismo

El concepto Narcisismo se empleaba para llamar a el comportamiento de toda

persona que mira su propio cuerpo con el deseo que en lo “normal” podría ser

designado a un objeto distinto. La iniciativa de acariciar el propio cuerpo e inclusive

realizarlo objeto de mimos para conseguir el orgasmo, era una perversión, debido a que

se entiende que el paciente en esta situación desenvolvía toda su sexualidad en sí

mismo sin compartirla con nadie más y a su vez los individuos que tenían otras

perversiones como la homosexualidad además solían presentar narcisismo.

En el narcisismo en la vida amorosa, se aprende que el niño toma sus objetos de

placer con base a las vivencias que quiere que sean reiteradas y con las que se siente a

gusto y es común que la iniciativa de la satisfacción sea consigo mismo hasta la llegada

de la adolescencia en la que los objetos tienden a ser diferentes a él mismo pero los

narcisistas, son incapaces de experimentar amor hacia otros, o sea, no llegan a

encontrar un objeto fuera de sí mismos. En las mujeres esto se explica como la

imposibilidad de desear al ideal varonil.


Estructuras de base

Cuando hablamos de las líneas en las que se basa la personalidad adulta, nos

referimos a la estructura, y estas líneas pueden manifestarse de manera psicótica,

límite, perversa y neurótica.

El ingenio de un verdadero intento psicoanalítico de clasificar las estructuras

mentales no puede basarse en superclases aparentes, sino por el contrario, en

escudriñar la precisión y el matiz que ofrecen los modos de funcionamiento de la

estructura mental subyacente, tanto en su estado normal como en la evolución

patológica. de esos tejidos subyacentes; además, los métodos utilizados deben

centrarse en las conexiones, asociaciones e inversiones que controlan los patrones de

circulación, representación y satisfacción de la pulsión.

La estructura psicótica tiene su origen en frustraciones muy tempranas, al menos

en lo que se refiere a las más primitivas, básicamente de lado materno. De acuerdo con

el modelo ya expuesto anteriormente, siguiendo las líneas estructurales de la psicosis,

un yo que ha sufrido una fijación severa y está impedido desde el principio, o

experimenta una regresión inmediata a ese nivel, se preorganiza a una velocidad

considerable en la primera etapa. Esto sólo puede ocurrir durante la fase oral, o como

máximo en la primera etapa de la fase anal, que Karl Abraham define como la fase anal

de rechazo.

El niño no puede ser considerado como un separado de su madre, y se forja una

personalidad incompleta, incapaz de imaginarse separándose de esta parte

indispensable de sí misma. El Yo jamás está completo, a partir de un inicio está

fraccionado, así sea aquel fraccionamiento aparente o bien suceda que los fragmentos
permanezcan, si no hay descompensación, pegados entre sí y el superyó nunca logra

un rol organizativo o conflictivo fundamental.

El trastorno límite de la personalidad se reformulará como límite, destacando las

siguientes características: un autoconcepto extremadamente frágil que se altera y

fragmenta fácilmente en situaciones estresantes, lo que lleva a sentimientos crónicos de

vacío y falta de identidad; cambios rápidos, intensos e impredecibles; altamente

inestable relaciones interpersonales basadas en fantasías de necesitar a otros para

sobrevivir, una disonancia cognitiva que involucra el procesamiento de la información de

una manera específica, tipo todo y nada o blanco y negro, todas asociadas a fuertes

impulsos. Las autolesiones, la ideación suicida y los intentos de suicidio a menudo se

asocian con momentos de intensa angustia e irritabilidad, especialmente en el contexto

de sentimientos de abandono.

Referente a la organización limite, se trata frente a todo de una patología del

narcisismo. Una vez superado el riesgo de la psicosis, el Yo no pudo formarse

correctamente, pero pudo llegar a una psicogénesis de tipo neurótico, la interacción de

objeto ha permanecido centrada sobre la dependencia analítica del otro, el riesgo

inmediato contra el cual luchan cada una de las variedades de estados es

principalmente la depresión.

Para la estructura neurótica, el joven preneurótico ha podido acceder a la

triangulación genital sin frustraciones precoces demasiado intensas ni fijaciones

pregenitales anteriores demasiado severas.

El periodo de latencia hará una momentánea interrupción de la evolución

estructural, lo que no minimiza en absoluto la importancia de las manifestaciones


genitalizadas de este periodo, pero tampoco corresponde a ningún desarrollo libidinal

particular.

Esta estructura neurótica ya no habrá de variar en lo sucesivo, y si alguien de

esta estructura de personalidad se enferma, solo podrá hacerlo según uno u otro de los

modos neuróticos auténticos que son la neurosis obsesiva o la histeria, de angustia o de

conversión, que corresponden a las dos únicas estructuras factibles de manifestarse en

la línea estructural neurótica en general, estas serían la estructura obsesiva y la

estructura histérica.
Referencias
LBS+. (2019). Psicologia profunda I. Universidad Autonoma de Durango.

También podría gustarte