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Ley 27.592
En el marco de la Ley provincial 10.758
ECONOMÍA LINEAL
ECONOMÍA CIRCULAR
La Economía Circular emerge como una alternativa, que más que definirse dentro de un
esquema cerrado, se puede conceptualizar como una filosofía del diseño ab initio, un
sistema industrial restaurador o regenerativo inspirado en los seres vivos, que emula los
ciclos de la naturaleza, en la que los desechos de una especie se convierten en el alimento de
otra y así sucesivamente.
En esta nueva economía, los recursos se regeneran dentro del ciclo biológico o se
recuperan y restauran gracias al ciclo técnico. Los componentes del ciclo biológico
(nutrientes biológicos) son biodegradables, por lo que se pueden introducir en la naturaleza
después de que su valor de uso ya no sea rentable, en cambio los del ciclo técnicos
(nutrientes técnicos como computadoras, motores, plásticos) son poco aptos para volver de
inmediato a la naturaleza, por lo que se diseñan para ser ensamblados y desmontados un gran
número de veces, favoreciendo la reutilización de materiales y el ahorro energético.
(Ellen Macarthur Foundation (2013).
La economía circular
permite crecer sin
depender únicamente del
uso de recursos, ya que
utiliza tecnologías
avanzadas y modelos de
negocio.
El modelo de economía circular plantea una dinámica cíclica que disminuye considerablemente el
impacto medioambiental.
Este nuevo paradigma plantea prácticas productivas que no dañen al ambiente, diseñando productos y
procesos que sean responsables y tengan en cuenta su vida útil y su disposición final, que contemplen
su reutilización y reciclado.
El concepto de economía circular debe atravesar diagonalmente todas las prácticas y hábitos de nuestra
cultura, formar parte de nuestra vida en nuestro cotidiano para cambiar el paradigma de una cultura del
descarte a una sociedad sustentable con una ciudadanía responsable y consciente.
Es fundamental que para poder ser conscientes de nuestras acciones sepamos los impactos que estos
tienen en el ambiente.
Desde el consumo consciente de productos amigables con el ambiente a la separación en origen de los
residuos en fracción seca y húmeda inicialmente, por ejemplo, constituyen algunos de los principios que
debemos implantar habitualmente para ayudar y fomentar la economía circular.
Hay reglas prácticas que se usan para internalizar el paradigma circular, como por ejemplo las 5R:
Reducir, Reparar, Reusar, Recuperar y Reciclar.