Ponerse en el lugar del otro

El autor nos muestra que armonizar con los demás pasa por ponerse “en su propia
piel”, tratar al resto como nos gustaría que nos tratasen a nosotros.
El valor de la justicia es garantizar que la dignidad humana sea inquebrantable.

Principio básico de la vida buena, como
ya hemos visto, es tratar a las personas
como a personas, es decir: ser capaces
de ponernos en el lugar de nuestros
semejantes y de relativizar nuestros
intereses para armonizarlos con los
suyos.
Si prefieres decirlo de otro modo, se trata
de aprender a considerar los intereses del
otro como si fuesen tuyos y los tuyos
como si fuesen de otro. A esta virtud se le
llama justicia y no puede haber régimen
político decente que no pretenda, por
medio de leyes e instituciones, fomentar
la justicia entre los miembros de la
sociedad. La única razón para limitar la
libertad de los individuos cuando sea
indispensable hacerlo es impedir, incluso
por la fuerza si no hubiera otra manera,
que traten a sus semejantes como si no
lo fueran, o sea que los traten como a
juguetes, a bestias de carga, a simples
herramientas, a seres inferiores, etc.
A la condición que puede exigir cada
humano de ser tratado como semejante a
los demás, sea cual fuere su sexo, color
de piel, ideas o gustos, etc., se le llama
dignidad. Y fíjate qué curioso: aunque la
dignidad es lo que tenemos todos los
humanos en común, es precisamente lo
que sirve para reconocer a cada cual
como único e irrepetible. Las cosas
pueden ser “cambiadas” unas por otras,
se las puede “sustituir” por otras
parecidas o mejores, en una palabra:
tienen su “precio” (el dinero suele servir
para facilitar estos intercambios,
midiéndolas todas por un mismo rasero).
Dejemos de lado por el momento que
ciertas “cosas” estén tan vinculadas a las
condiciones de la existencia humana que
resulten insustituibles y, por lo tanto, “que
no puedan ser compradas ni por todo el
oro del mundo”, como pasa con ciertas
obras de arte o ciertos aspectos de la
naturaleza. Pues bien, todo ser humano
tiene dignidad y no precio, es decir, no
puede ser sustituido ni se lo debe
maltratar con el fin de beneficiar a otro.
FERNANDOSAVATER: Ética para Amador, Ariel

1. Contesta a las siguientes preguntas sobre el texto.

a) ¿A quién se dirige el autor? ¿Qué intencionalidad comunicativa tiene?
b) En el texto se hace uso de categorías gramaticales variables e invariables. Indica
tres ejemplos para cada caso.
2. Señala qué tienen en común, en cuanto al género, estos sustantivos del texto.
a) personas c) individuos
b) miembros d) ser humano
3. Clasifica estos sustantivos en función de su significado.
a) principio c) dignidad
b) instituciones d) obras de arte
4. Determina de qué clase son los siguientes adjetivos del texto según su
terminación y su significado.
a) buena c) único
 b) capaces d) insustituibles
5. Localiza en el texto algún adjetivo en grado comparativo y explica de qué
clase es, su género y su número.
6. Encuentra en el texto un ejemplo de los siguientes determinantes.
a) demostrativo c) posesivo
b) artículo determinado d) cuantificador indefinido
7. Identifica a qué clase pertenecen los pronombres destacados del texto y si
poseen un valor deíctico anafórico o catafórico.
8. ¿Qué clase de construcción es Dejemos de lado? Busca en el texto un
ejemplo de cada una de las formas no personales del verbo.
9. Relaciona los verbos con la clase a la que pertenecen. Explica a qué tiempos
verbales corresponden junto con su valor estilístico.
 fuesen  pleno, transitivo
 hubiera  semicopulativo
 resulten  copulativo
10. Completa las siguientes oraciones con ejemplos del texto.
a) En el texto sobresalen las perífrasis modales de posibilidad, como ●●●.
b) También se recurre a perífrasis de infinitivo que indican repetición de la acción,
como ●●●.
c) Expresa obligación una perífrasis como ●●●.
11. Clasifica estos adverbios según su estructura morfológica y su significado.
a) ya b) no c) precisamente
12. Indica si son verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones.
a) Las interjecciones propias son aquellas creadas a partir de otras categorías.
b) Los saludos y despedidas son un ejemplo de interjecciones apelativas.
c) Las preposiciones solo introducen un grupo nominal, adjetival o una oración.
d) La mayoría de conjunciones subordinantes suelen ser locuciones conjuntivas.
13. Sustituye las siguientes palabras destacadas por otras más precisas.
a) He hecho dos fundas de cojín para la cama de Macarena.
b) Le dan cosa las arañas.
14. Escribe una breve redacción en la que expreses tu opinión sobre el tema del
texto. Tienen que aparecer las nueve categorías gramaticales estudiadas.