Está en la página 1de 10

Pío IX

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Pío IX
Pius IX, by Adolphe Braun, 1875.jpg
Fotografiado por Adolphe Braun
el 13 de mayo de 1875
Emblem of the Holy See usual.svg
Papa de la Iglesia católica
16 de junio de 1846-7 de febrero de 1878
Predecesor Gregorio XVI
Sucesor León XIII
Otros títulos
Soberano de los Estados Pontificios (hasta 1870)
Gran Maestre de la Suprema Orden de Cristo
Información religiosa
Ordenación sacerdotal 10 de abril de 1819
por Fabrizio Sceberras Testaferrata
Ordenación episcopal 3 de junio de 1827
por Francesco Saverio Castiglione
Proclamación cardenalicia 14 de diciembre de 1840
por Gregorio XVI
Iglesia Católica
Culto público
Beatificación 3 de septiembre de 2000
por Juan Pablo II
Festividad 7 de febrero
Santuario Basílica de San Lorenzo Extramuros
Información personal
Nombre Giovanni Maria Mastai Ferretti
Nacimiento 13 de mayo de 1792
Bandera de Estados Pontificios Senigallia, Estados Pontificios
Fallecimiento 7 de febrero de 1878 (85 años)
Bandera de Italia Roma, Italia
Alma máter Pontificia Universidad Gregoriana
Firma Firma de Pío IX
C o a Pius IX.svg
Crux de Cruce1
(La cruz de las cruces)
[editar datos en Wikidata]
Pío IXn. 1 (en latín, Pius PP. IX), nacido como Giovanni Maria Battista Pellegrino
Isidoro Mastai Ferretti (Senigallia, 13 de mayo de 1792-Roma, 7 de febrero de 1878)
fue el 255.o papa de la Iglesia católica y último soberano de los Estados
Pontificios. Su pontificado de 31 años, 7 meses y 22 días –desde el 16 de junio de
1846 hasta su muerte en febrero de 1878–, ha sido el segundo más largo de la
historia de la Iglesia, o el más largo si se descarta el de Simón Pedro, cuya
duración es difícil de determinar. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 3
de septiembre de 2000 junto a Juan XXIII.23

Índice
1 Biografía
1.1 Orígenes
1.2 Estudios y actividades previas
1.3 Episcopado y cardenalato
1.4 Elección papal
1.5 Pontificado
1.5.1 Inicios del catolicismo social
1.5.1.1 El caso alemán: Monseñor Ketteler
1.5.2 Vida sacramental y espiritual del pontificado de Pío IX
1.5.3 La renovación de la Teología moral
1.6 Últimos años y muerte
2 Beatificación
3 Obra
3.1 Documentos
3.1.1 Encíclicas
3.1.2 Constituciones apostólicas
3.1.3 Cartas apostólicas
3.2 Centros Educativos
4 Notas
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Biografía
Orígenes
Nació el 13 de mayo de 1792 en Senigallia, una localidad del territorio de la Marca
de Ancona, perteneciente a los Estados Pontificios (actualmente, Italia), con el
nombre de Giovanni Maria Battista Pellegrino Isidoro Mastai Ferretti. Fue el noveno
hijo de Girolamo (miembro de la noble familia del conde Mastai Ferretti) y de su
esposa Caterina Solazzi. Fue bautizado el mismo día de nacer en el Duomo de la
ciudad.

Recibió la confirmación el 9 de junio 1799 del cardenal Bernardino Honorati, obispo


de Senigallia, y la primera comunión el 2 de febrero de 1803. Cursó sus estudios
clásicos en el famoso Colegio de nobles de Volterra, dirigido por los padres
escolapios, del 1803 al 1808; sus estudios fueron interrumpidos de improviso por un
repentino ataque epiléptico, como consecuencia de un traumatismo en el cráneo
causado por un grave accidente, al caer al cauce de un torrente en octubre de 1797.

Estudios y actividades previas


De joven, para dar gusto a los deseos de su padre, intentó hacer carrera en la
Guardia noble de la Santa Sede; sin embargo, al no conseguir ser admitido a causa
de su epilepsia, decidió seguir sus propias inclinaciones y secundar los deseos de
su madre, por lo que comenzó a estudiar teología en el seminario de Roma. Mientras
tanto, su enfermedad cesó y pudo ser ordenado sacerdote el 10 de abril de 1819.4

En un principio, trabajó como rector del Instituto Tata Giovanni de Roma, hasta que
fue enviado a Chile,56 donde permaneció entre el 7 de marzo de 1824 y junio de 1825
en Santiago con los dominicos, como parte de la representación apostólica del
nuncio monseñor Giovanni Muzi,7 la primera misión en la América del Sur
postrevolucionaria. La misión llegó a Montevideo el 1 de enero de 1824 y a Buenos
Aires el 3 de enero, recorriendo luego las Provincias Unidas del Río de la Plata en
dirección a Chile. Fue auditor asesor del secretario de Estado, el cardenal Ercole
Consalvi.

Regresó a Roma para dirigir el hospital de San Michele (1825-1827) y para ocupar el
oficio de canónigo de Santa Maria in Via Lata.

Episcopado y cardenalato
El 21 de mayo de 1827 fue nombrado arzobispo de Spoleto a los 35 años de edad y
consagrado el 3 de junio siguiente por el cardenal Francesco Saverio Castiglioni, —
futuro papa Pío VIII—. De esta etapa destaca la amnistía que logró para los que
participaron en una fallida revolución que, en 1831, se había extendido a aquella
ciudad. Este hecho y sus simpatías por la causa italiana le hicieron ganar fama de
liberal. Al año siguiente de ese suceso, fue trasladado al prestigioso obispado de
Imola manteniendo el cargo de arzobispo ad personam. Fue nombrado cardenal in
pectore el 23 de diciembre de 1839 y hecho público el 14 de diciembre del año
siguiente con el título de cardenal presbítero de los Santos Pedro y Marcelino.
Elección papal
Artículo principal: Cónclave de 1846
El cónclave que siguió a la muerte de Gregorio XVI en 1846 tuvo lugar en un momento
de ambiente político inestable en Italia. Esto motivó que varios cardenales
extranjeros decidieran no asistir a él. A su comienzo, solo estaban presentes 46 de
los 62 cardenales.

Este cónclave se celebró en el palacio del Quirinal de Roma, que entonces era la
residencia pontificia, y fue escenario de una división entre conservadores y
liberales. Los conservadores apoyaban a Luigi Lambruschini, cardenal obispo de
Sabina y secretario de Estado del papa Gregorio XVI. Los liberales, en cambio,
apoyaban alternativamente a dos candidatos: a Tommaso Pasquale Gizzi, cardenal del
título de Santa Pudenziana y antiguo nuncio apostólico en el reino de Cerdeña, y al
cardenal Mastai Ferretti. En la primera votación, Mastai Ferretti obtuvo quince
votos y los demás votos fueron para Lambruschini y Gizzi. Muchos pensaban que si
Lambruschini no resultaba elegido, lo sería Gizzi con toda probabilidad.

Obelisco en honor al papa Pío IX. Jamay, Jalisco, México.


Llegado el cónclave a un punto muerto a causa del desacuerdo, los liberales y
moderados decidieron votar por Mastai Ferretti, una decisión que fue contraria al
sentir de buena parte de los gobiernos de Europa. El segundo día del cónclave, el
16 de junio de 1846, Mastai Ferretti fue elegido papa con una mayoría de 36 votos,
mientras que Lambruschini solo obtuvo diez; Gizzi no recibió ningún voto. Dado que
era de noche, no se realizó ningún anuncio formal, exceptuando la fumata blanca.
Muchos católicos asumieron que Gizzi había sido escogido como sucesor de san Pedro.
De hecho, empezó a haber celebraciones en su ciudad natal, Ceccano, y sus
ayudantes, de acuerdo con una antigua tradición, quemaron sus vestiduras
cardenalicias.

Moneda de 20 baiocchi con la efigie de Pío IX.


A la mañana siguiente, se anunció la elección del cardenal Mastai Ferretti ante lo
que debió ser una sorprendida multitud de católicos. Cuando el nuevo papa apareció
en el balcón, el clima fue de júbilo. Mastai Ferretti escogió el nombre de Pío IX
en honor de Pío VII. A las pocas horas de su elección llegó a Roma Carlo Gaetano
von Gaisruck, cardenal del título de San Marco y arzobispo de Milán, que llevaba el
veto del emperador Fernando I de Austria-Hungría a la elección de Mastai Ferretti,
pero los hechos ya se habían consumado.

Pío IX fue entronizado el 21 de junio por el cardenal Ludovico Gazzoli,


protodiácono de San Eustachio. Inmediatamente nombró a Gizzi secretario de Estado.
Los liberales europeos aplaudieron su elección como sumo pontífice.

Pontificado

Pío IX en 1864.

Tiara palatina.
Pío IX tenía fama de ser un hombre culto,[cita requerida] al ser elegido proclamó
una amnistía para los presos con delitos políticos e instituyó La Consulta, una
cámara deliberante de representación popular —pero elegida no por sufragio
universal, sino censitario— que propició una mayor participación ciudadana en el
gobierno de los Estados pontificios. También abolió el antiguo gueto judío de Roma.
Para sus propósitos liberalizadores tuvo que pugnar arduamente con la propia curia
romana, hasta el punto que en dos años tuvo no menos de siete secretarios de
Estado.

Durante las revoluciones de 1848, se proclamó la república en Roma y el papa tuvo


que huir a Gaeta, en el reino de las Dos Sicilias, disfrazado de monje. Desde allí
pidió ayuda a las principales potencias católicas: España, Austria, Francia y las
Dos Sicilias, que acudieron en su ayuda. Cuando sus territorios le fueron
restituidos por los franceses, volvió animado por propósitos menos liberales,
ejemplo de ello, la restauración del gueto judío.

En 1853 se reconcilió con las monarquías protestantes de los Países Bajos y el


Reino Unido, las cuales permitieron el restablecimiento en sus países de la
jerarquía católica.

Los siguientes actos que llevó a cabo, tanto políticos como religiosos, fueron
encaminados a la defensa doctrinal y a la preservación de los Estados Pontificios,
amenazados por la unificación de los territorios italianos que estaba llevando a
cabo el reino de Piamonte. Hacia 1860 el rey Víctor Manuel II había conquistado
casi todos los dominios papales.

En 1864 Pío IX promulgó la encíclica Quanta cura que lleva como apéndice el
celebérrimo Syllabus errorum, compendio de ochenta proposiciones condenatorias de
las doctrinas del momento. Específicamente anatematizó el panteísmo, el
naturalismo, el racionalismo, el indiferentismo, el latitudinarismo, el socialismo,
el comunismo, el liberalismo (al que calificó como «el error del siglo»),8 las
sociedades secretas, el biblismo, y la autonomía de la sociedad civil. Reafirmaba
la invalidez del matrimonio celebrado entre católicos no separados de la Iglesia,
que se celebrase ante una autoridad civil, por un defecto de forma canónica.

Otras acciones a destacar de este papa son la proclamación del dogma de la


Inmaculada Concepción (encíclica Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854) y la
convocatoria del Concilio Vaticano I (1869-1870), donde se definió la infalibilidad
papal para sus pronunciamientos ex cathedra -circunstancia ésta que se produce en
contadísimas ocasiones- y el fortalecimiento del primado romano (constitución
apostólica Pastor Aeternus de 18 de julio de 1870). El Concilio también recogió las
tesis del Syllabus y mediante la constitución Dei Filius (De fide catholica)
reconocía a los romanos pontífices el primado de jurisdicción sobre todos los
obispos, tanto individual, como colectivamente considerados.

Los esfuerzos de Pío IX para conservar los Estados de la Iglesia fueron en vano ya
que el 20 de septiembre de 1870 el ejército piamontés entró en Roma y puso fin a la
soberanía de los papas que había durado más de mil años.

Se negó a reconocer el reino de Italia, a establecer relaciones diplomáticas con


él, rechazó las garantías personales que se le ofrecían y excomulgó a Víctor Manuel
II, convertido ya en rey de la Italia unificada. Mediante la bula Non Expedit
prohibió a los católicos, bajo severas penas canónicas, toda participación activa
en la política italiana, incluido el sufragio.

Los últimos años de su pontificado los vivió en condiciones de aislamiento en los


palacios del Vaticano, viendo como las propiedades de la Iglesia en Italia eran
confiscadas, mientras que en Alemania, Bismarck comenzaba su Kulturkampf contra el
catolicismo. Su pontificado había sido uno de los más largos de la historia y, a su
vez, uno de los que tuvo que afrontar problemas más graves.

El 23 de julio de 1858, las autoridades civiles de los Estados Pontificios


retiraron la patria potestad a los padres de Edgardo Mortara, que eran judíos, dado
que había sido bautizado como cristiano. Fue acogido en una institución de
educación católica; con todo, sus padres intentaron recuperar la custodia durante
doce años, empeño que nunca consiguieron. Cuando, finalmente, a raíz del declive
del poder de los Estados Pontificios, le fue posible reencontrase con sus padres
judíos, rechazó tal posibilidad. Poco tiempo después, fue ordenado sacerdote. El
llamado Caso Mortara conmovió a la opinión pública de la época y, más
recientemente, ha sido causa de las críticas que recibió la beatificación de Pío
IX.

Inicios del catolicismo social


Durante el pontificado de Pío IX se inicia en la Iglesia el denominado catolicismo
social, para defender los derechos de los trabajadores tras la revolución
industrial.

Los católicos tomaron pronto conciencia de los problemas político-religiosos que se


derivaban de la Revolución francesa, sin embargo muy lentamente, como el resto de
la sociedad, fueron conscientes de una segunda revolución de otra naturaleza que
estaba modificando en profundidad la sociedad tradicional, la denominada revolución
industrial.

Desde 1830 los teóricos y activistas, como Robert Owen (cartistas) en Inglaterra y
Saint-Simon, Fourier y Proudhon en Francia, habían denunciado las injusticias del
capitalismo y del liberalismo, promoviendo la resistencia obrera. En 1847 Marx y
Engels habían elaborado el “manifiesto comunista”, la carta magna del socialismo
científico.

Mientras el movimiento obrero se organizaba de este modo, amplios sectores de la


sociedad, hasta el fin del siglo, rechazaban tomar en consideración la necesidad de
lo que hoy se llama “reforma de las estructuras” sea por incomprensión de los
nuevos problemas, sea por la absoluta novedad de los mismos.

Lo penoso de la situación fue reconocido por un número cada vez mayor de personas,
sin embargo éstos no veían otra solución que la caridad privada y las obras de
beneficencia, que más bien eran remedios sintomáticos para paliar algunas de las
consecuencias de la nueva estructura socioeconómica de Europa, pero no para atacar
las raíces del problema.

No obstante, una minoría muy pronto hizo propias estas preocupaciones sociales,
dándose cuenta de que la cuestión obrera constituía un grave problema de justicia.
Sobre todo en Alemania, la toma de conciencia de esta situación se adelantó al
resto de países, de modo que, en justicia, debe ser colocado en este país el origen
del movimiento social católico que en 1891 tendrá su primera expresión oficial en
la encíclica Rerum Novarum de León XIII.

Con todo, no es exacto que con esta encíclica se iniciara la doctrina social de la
Iglesia. Pío IX, si bien más preocupado por las repercusiones del liberalismo en el
campo político y doctrinal, no ignoraba la faceta social de esta doctrina. A menudo
se olvida que Pío IX, en la encíclica Quanta Cura, (1864) condenó el socialismo y
el liberalismo económico, por lo que hizo un primer esbozo de las enseñanzas que
León XIII desarrollará: denunciaba conjuntamente, por una parte, la pretensión del
socialismo del siglo XIX de sustituir la Providencia divina por el Estado y, por
otra, el carácter materialista del liberalismo económico que excluye el aspecto
moral de las relaciones entre capital y trabajo.

El caso alemán: Monseñor Ketteler

Pio IX en 1863.
Alemania estuvo a la vanguardia del movimiento social católico, y en este país se
inicia el primer partido político católico. Se puede afirmar que, en gran parte, el
caso alemán se debe a la obra y la actividad de obispo de Maguncia G.U. von
Ketteler.

Su importancia es de orden doctrinal, sintetizado en su obra "La cuestión obrera y


el cristianismo" (1864), escrito tras 15 años de reflexión. Su novedad radicaba más
en el diagnóstico de la problemática, que en la concreta solución que proponía: no
se conformaba con sugerir algunas reformas concretas, sino que señalaba que el
problema obrero era de tal magnitud que no se podía concebir sino mediante una
nueva concepción del estado opuesta al individualismo liberal y al totalitarismo
estatalista.

Con independencia de la solución apuntada por monseñor Ketteler (postulaba la


organización de la sociedad en un modo corporativista) su análisis de la situación
señalaba que no era suficiente limitarse a paliar determinadas carencias sociales,
sino que había que cambiar el mismo sistema de las cosas.

Ketteler, del cual León XIII dirá que fue su “ gran precursor”, murió en 1877, pero
su espíritu no desapareció con él, y se le puede atribuir en buena parte las
primeras leyes sociales, muy progresistas para la época, que fueron votadas en el
Reichstag con el apoyo del Partido de Centro, cuya doctrina social se inspiró en
Ketteler.

Es justo señalar, además, que junto con importante aportación doctrinal, monseñor
Ketteler desarrolló toda una gran actividad en su diócesis y en toda Alemania,
empeñando todo su prestigio como prelado para fomentar la creación de entidades
asociativas católicas de obreros que defendiesen por medios pacíficos sus derechos:

- Aumento de salarios.

- Disminución de horas de trabajo.

- Descanso dominical.

- Prohibición del trabajo a los menores.

Vida sacramental y espiritual del pontificado de Pío IX

Pío IX con el rey de las Dos Sicilias, Francisco II (a su derecha), durante la


visita de este último al Quirinale en 1859.
Una de las características del pontificado de Pío IX fue la superación del
jansenismo en la Iglesia católica. El jansenismo es un movimiento del siglo XVI en
cuya base está una doctrina sobre la gracia, que dio por resultado una especie de
catolicismo “calvinizado”.

En síntesis, la posición dogmática del jansenismo era que el pecado original había
provocado una corrupción radical de la naturaleza humana. La voluntad humana desde
la caída de Adán es impotente ante el asalto de la concupiscencia. No puede
evitarse el pecado en tanto al hombre no le sea concedida la gracia divina. La
gracia es omnipotente e irresistible. Si Dios concede la gracia, el hombre evita el
pecado; sin la gracia no se puede hacer otra cosa que pecar. Sin embargo, la gracia
solo se concede a unos pocos, a quien Dios desea salvar; por lo tanto Cristo no
murió por todos los hombres, sino por unos pocos.

Esta doctrina fue reprobada repetidas veces por los Romanos Pontífices; sin embargo
este movimiento seguía ejerciendo influencia en el catolicismo, especialmente en
Francia y en los Países Bajos.

En particular, la práctica jansenista del uso de los sacramentos en general, y de


la penitencia y la eucaristía en particular era contraria al espíritu de la Iglesia
post-tridentina.

Para el movimiento jansenista la comunión eucarística solo era una recompensa para
el que triunfaba en la virtud; es más, rechazar la recompensa era, incluso, más
meritorio que aceptarla. Por ello, en los territorios de influencia jansenista, era
frecuente que los fieles católicos recibieran raramente la comunión.
Dadas estas premisas, se puede señalar, por contraposición, que una de
características de la vida sacramental promovida durante el pontificado de Pío IX
como superación del jansenismo, es la mayor frecuencia en la recepción de los
sacramentos, en especial de la eucaristía y la penitencia, así como un aumento de
las devociones de los fieles católicos. En síntesis, y sin afán de exhaustividad,
se puede enumerar:

- Aumento de la piedad eucarística y de la adoración al Santísimo Sacramento fuera


de la celebración eucarística. Y así, en efecto, en 1851 Pío IX recomienda
oficialmente la Adoración Perpetua.

- Otro rasgo de la superación del jansenismo es la extensión a toda la Iglesia de


la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Pío IX proclama venerable a Margarita
María Alacoque y extiende la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús a la Iglesia
Universal. En este sentido, es destacable la iniciativa para consagrar al Sagrado
Corazón individuos, familias, congregaciones religiosas, incluso Estados. Hubo una
petición presentada a Pío IX al acabar el Concilio Vaticano I suscrita por casi
todos los obispos y superiores de Órdenes religiosas y más de 1 000 000 de fieles
laicos para consagrar el mundo entero al Sagrado Corazón de Jesús.

- Redescubrimiento de Cristo: El jansenismo daba más importancia a la majestad


abstracta de Dios que a Cristo “Perfectus Deus, Perfectus Homo”. Ahora la piedad se
hace más cristocéntrica; de modo que, con propiedad, algunos autores señalan la
espiritualidad de esta época como la del “redescubrimiento de Cristo”. En este
sentido, y con carácter anecdótico, se puede señalar la gran popularidad y difusión
que tuvieron algunas obras de espiritualidad centrada en la vida de Cristo, como
por ejemplo “la Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo” de Ana Catalina
Emmerick.9

La renovación de la Teología moral


También en este campo, el jansenismo había dejado su huella, generando una teología
moral que se caracterizaba por un rigorismo muy acentuado; se puede sintetizar
señalando que entendían que las obras de los no cristianos no tenían absolutamente
ningún valor; además rechazaban el dolor de atrición (en contradicción con el
Concilio de Trento) por considerarlo sumamente imperfecto.

Frente a esta postura moral, surgió ya en el siglo XVIII la figura de san Alfonso
María de Ligorio, cuya renovación en este campo es recomendada por Roma en
numerosas ocasiones; Pío IX, en este sentido, en un gesto muy significativo,
proclamó a san Alfonso María de Ligorio doctor de la Iglesia en 1871, a petición de
un número muy elevado del episcopado mundial —unos seiscientos obispos—. Esta nueva
perspectiva moral fue acogida con entusiasmo por los clérigos.

Últimos años y muerte

Máscara mortuoria de Pío IX.

Funeral de Pío IX.


Pío IX logró vivir lo suficiente para presenciar la muerte de su antiguo
adversario, Víctor Manuel II de Italia en enero de 1878. Tan pronto como se enteró
de la gravedad de la situación del rey, Pío IX lo absolvió de todas las
excomuniones y otras penas eclesiásticas. El propio Pío IX murió un mes después, el
7 de febrero de 1878 a las 5:40 de la tarde, de una epilepsia que dio lugar a un
repentino ataque al corazón, mientras rezaba el rosario con sus colaboradores.10

Desde 1868, el papa sufría erisipelas faciales y luego, llagas abiertas en las
piernas.11 Sin embargo, insistió en la celebración de la misa todos los días. El
calor sofocante del verano de 1877 empeoró sus llagas, llegando incluso a tener que
ser transportado para poder moverse. Se sometió a varios procedimientos médicos
dolorosos, que llevó a cabo con notable paciencia. Pasó la mayor parte de sus
últimas semanas en su biblioteca, donde recibió a sus cardenales y realizó
audiencias.12 El 8 de diciembre, en la fiesta de la Inmaculada Concepción, su
situación mejoró notablemente hasta el punto de que pudo volver a caminar. En
febrero podía decir la misa de nuevo por su cuenta, de pie, disfrutando de la
fiesta popular del 75.o aniversario de su primera comunión.

Bronquitis, una caída al suelo y un aumento de la temperaturas empeoraron su


situación después del 4 de febrero de 1878. Siguió bromeando sobre sí mismo, cuando
el cardenal vicario de Roma ordenó tocar las campanas y decir oraciones durante su
recuperación. «¿Por qué quieres impedirme ir al cielo?», le preguntó con una
sonrisa. Pero le dijo a su médico que había llegado su hora.13 Con su muerte a los
85 años, se concluyó el pontificado más largo en la historia del catolicismo,
después del de san Pedro, que la tradición sostiene había reinado durante 37 años.
Sus últimas palabras fueron: «Guarda la Iglesia a la que tanto amé y sagradamente»,
según lo registrado por los cardenales de rodillas al lado de su cama. [cita
requerida]

Su cuerpo fue enterrado inicialmente en las grutas vaticanas, pero se trasladó en


procesión la noche del 13 de julio de 1881 a la Basílica de San Lorenzo Extramuros,
tal y como él mismo había señalado en su testamento. Cuando el cortejo se acercaba
al río Tíber, un grupo de romanos anticlericales amenazó con lanzar el ataúd al
río. Solo la llegada de un contingente de la milicia libró al cuerpo de Pío IX de
semejante acto.14

Durante casi treinta años, los restos de Pío IX descansaron en un sepulcro


construido por Raffaele Cattaneo, cuya lápida ostentaba la frase «Ossa et cineres
Pii IX papae. Orate pro eo» («Huesos y cenizas del papa Pío IX. Rogad por él»). El
28 de junio de 1956, se llevó a cabo la exhumación del cuerpo para verificar su
incorruptibilidad, tras la cual fue reubicado en una capilla próxima al altar de la
basílica de San Lorenzo para veneración pública.15

Beatificación

Urna con los restos de Pío IX, en la basílica de San Lorenzo Extramuros.
El proceso para la beatificación de Pío IX —que en sus primeras etapas tuvo la
firme oposición del gobierno italiano— se inició el 11 de febrero de 1907 y se
reanudó en tres ocasiones.16 Sin ningún tipo de oposición italiana, el papa Juan
Pablo II lo declaró venerable el 6 de julio de 1985 y lo beatificó el 3 de
septiembre de 2000 —cuando también se incluyó la beatificación del papa Juan XXIII
—.23 Se le conmemora litúrgicamente el 7 de febrero, aniversario de su muerte.

La beatificación de Pío IX fue controvertida y criticada tanto por judíos como por
cristianos debido a la percepción de su política como autoritaria y reaccionaria,
la acusación de abuso del poder episcopal y el antisemitismo —en concreto, el caso
de Edgardo Mortara—.17 Los críticos sostienen que su beatificación coloca «una
carga insoportable sobre las relaciones entre los judíos y católicos»,
especialmente teniendo en cuenta los gestos conciliadores de Juan Pablo II hacia el
judaísmo.18 El proceso coincidió con la también polémica canonización de Edith
Stein.19

Obra
Documentos
Encíclicas
Artículo principal: Anexo:Encíclicas de Pío IX
Constituciones apostólicas
Nei giorni, proclamando un indulto para los condenados por delitos políticos en los
Estados de la Iglesia (9 de noviembre de 1846)
Nelle istituzioni, proclamación del Estatuto Fundamental para el Gobierno Temporal
de los Estados de la Iglesia, (14 de marzo de 1848)
Ex aliis nostris, condiciones para obtener indulgencias en el jubileo
extraordinario proclamado (21 de noviembre de 1851)
Reversurus, sobre la correcta elección de obispos (12 de julio de 1867)
Dei Filius, promulgando la constitución del Concilio Vaticano I que condena el
“racionalismo” o “naturalismo” (24 de abril de 1870)
Pastor Aeternus, constitución del Concilio Vaticano I que reafirma el Primado
Romano y proclama la infalibilidad del papa cuando habla ex cathedra (18 de julio
de 1870)
Cartas apostólicas
Tuas libenter, al nuncio en Baviera, sobre la reciente reunión de teólogos
celebrada en Múnich sin el consenso de la Santa Sede (21 de diciembre de 1863)
Religiosas regularium, al obispo de Tiane, sobre la Orden Antoniana y la situación
de la Iglesia católica en Armenia (23 de febrero de 1870)
Ecclesia Dei, al cardenal Costantino Patrizi, obispo de Ostia, decano del Sacro
Colegio y vicario para la ciudad de Roma, manifestando el rechazo de las
Guarentigie ofrecidas al papa por el rey Víctor Manuel II (2 de marzo de 1871)
Costretti nelle attuali, al cardenal Costantino Patrizi, sobre las intenciones del
Reino de Italia de suprimir las órdenes religiosas (16 de junio de 1872)
Centros Educativos
Asociación Católica de Señoras de Madrid.
Notas
En español, para la pronunciación del ordinal IX se emplea "noveno" y "nono",
siendo Pío Noveno o Pío Nono
Referencias
«Pius IX Revisited: 1878-1978 | EWTN». EWTN Global Catholic Television Network (en
inglés). Consultado el 29 de agosto de 2021.
«Beatificación de Pío IX, Juan XXIII, Tomás Reggio, Guillermo José Chaminade,
Columba Marmion | Juan Pablo II». www.vatican.va. 3 de septiembre de 2000.
Consultado el 29 de octubre de 2021.
Matthei, Mauro. «La beatificación de Pío IX y Juan XXIII | Iglesia».
www.humanitas.cl. Consultado el 29 de octubre de 2021.
Biografía de Pío IX en la Enciclopedia Católica On Line
Sarmiento, D. F. (mayo de 1848). Viaje a Chile del canónigo don Juan María Mastai-
Ferreti oi sumo pontífice Pío, Papa IX (PDF). Santiago de Chile: Imprenta de La
Opinión. Archivado desde el original el 8 de febrero de 2015. Consultado el 6 de
diciembre de 2012.
Shea, John Gilmary (1877). «Chapter I - Mission to Chili». The Life of Pius IX and
the Great Events in the History of the Church during his Pontificate (en inglés).
Nueva York. pp. 9-54. Consultado el 11 de julio de 2012.
Ott, Michael (2012). «Pope Pius IX: Before his Papacy - His early years» (HTML)
(en inglés). www.catholicity.com. Consultado el 11 de julio de 2012.
Aubert, Roger (1977). «Tres pontificados: Pío IX, León XIII, Pío X». Nueva
historia de la Iglesia. Tomo V: La Iglesia en el mundo moderno (1848 al Vaticano
II). Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 17. ISBN 84-7057-223-7.
Ficha técnica de la película The Passion of the Christ
Schmidlin 100-102
see Martina III, and «Copia archivada». Archivado desde el original el 11 de marzo
de 2007. Consultado el 11 de marzo de 2007.
Schmidlin 101
Schmidlin 102
The Oxford Dictionary of Popes,J.N.D. Kelly, Oxford 1987 p.310
«La relazione di mons. Carlo Liberati al Convegno del Lions di Senigal…».
papapionono.it (en italiano). 25 de noviembre de 2000. Archivado desde el original
el 1 de agosto de 2020. Consultado el 30 de octubre de 2021.
Woodward 310-11.
Milavec, Aaron (2007). Salvation is from the Jews (John 4:22): saving grace in
Judaism and messianic hope in Christianity. Liturgical Press. pp. 159-60. ISBN
9780814659892.
Heinz, Michael Alan Signer; Michael Alan Signer (2007). «Pope Pius IX and the
Jews». Coming together for the sake of God: contributions to Jewish-Christian
dialogue from post-Holocaust Germany. Liturgical Press. p. 110. ISBN 9780814651674.
Consultado el 16 de julio de 2010.
Cassidy, Edward Idris (2005). Ecumenism and interreligious dialogue: Unitatis
redintegratio, Nostra aetate. Paulist Press. p. 217. ISBN 9780809143382.
Bibliografía
Aubert, Roger. Pío IX y su época. Valencia: Edicep, 1974.
Cárcel Ortí, Vicente. Pío IX, pastor universal de la Iglesia. Valencia: Edicep,
2000.
Chiron, Yves (2003). Pío IX. Palabra. ISBN 9788482396682.
Clerici, Eduardo: Pio IX, vita e pontificato. Milano: Federazione Giovanile
Diocesana, 1928.
Erba, A.y Guiducci, L. “La Chiesa nella Storia”. Pp 515-518 (“la controversia
giansenista”) y pp 554-559 (“Il pontefice dell´inmmaculata: il beato Pio IX”). Ed.
Elledici. Torino 2003.
Fernessole, Pierre. Pius IX, pape (1792-1878). París: Lethielleux, 1963.
Ghisalberti, Alberto M. Roma da Mazzini a Pio IX: ricerche sulla restaurazione
papale del 1849-1950. Milano: Giuffré, 1958.
Hasler, August Bernhard Como llegó el Papa ser infalible - Fuerza y debilidad de un
dogma, con el famoso prólogo del polémico teólogo Hans Küng 1980
Kelly, John Norman Davidson. "Pius IX" en The Oxford Dictionary of Popes. Oxford-
New York: Oxford University Press, 1986, pp. 309-311.
Kertzer, David I. The Kidnapping of Edgardo Mortara. New York: Vintage, 1998.
Martina, Giacomo. "Pio IX, beato" en Enciclopedia dei papi. Roma: Istituto della
Enciclopedia Italiana, 2000, vol. III, pp. 560-575.
Parocchi, Lucido M. Pio IX caro a Dio e agli uomini. Città del Vaticano: Libreria
Editrice Vaticana, 1986.
Pirri, Pietro. Pio IX e Vittorio Emanuele II dal loro carteggio privato. Roma:
Pontificia Università Gregoriana, 1944-1961, 3 vols.
Queralt Teixidó, Antonio. Pío IX, el papa de la Inmaculada y del Sagrado Corazón.
Barcelona: Apostolado de la Oración, 2001.
Serafini, Alberto. Pio Nono: Giovanni Maria Mastai Ferretti, dalla giovinezza alla
morte nei suoi scritti e discorsi editi e inediti. Città del Vaticano: Librería
Poliglotta Vaticana, 1958, 2 vols.
Sosa Wagner, Francisco. Pio IX, el último soberano. Zaragoza: Yalde, 2000.
Thornton, Francis Beauchesne. Cross upon cross. The life of Pope Pius IX. New York:
Benziger Bros., 1955.
Vilarrasa, Eduardo María; Moreno Cebada, Emilio (1871). Pío IX. Historia
documentada de su vida y de los veinte y cinco primeros años de su glorioso
pontificado (2 tomos). Barcelona: Imprenta y librería religiosa y científica del
heredero de D. Pablo Riera.
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre Pío IX.
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Pío IX.(Categoría)
El papa Pío Nono en Catholic Hierarchy
Encíclicas del papa Pío Nono
El papa Pío Nono

También podría gustarte