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TERCERA PARTE

DEL PODER A LOS PODERES

INTRODUCCION:

La Fuente, expuesta por Marcel Duchamp (1917), creada por la varonesa ELSA VON FREYTAG.

Marcel Duchamp (1887-1968), pintor y escultor francés, fue el primero que plantea una
crítica al autor, como creador ( en La Fuente, no crea nada, se limita a recoger y firmar un
objeto cualquiera), iniciando una auténtica revolución en el mundo del Arte, al demostrar que
cualquier objeto mundano podría considerarse una obra de Arte, al desplazarla de su contexto
habitual.

TEMA 10. ENTRE IDEOLOGIAS

Fascismo y Modernidad.

El epicentro mas influyente es la ciudad de París, con sus diferentes movimientos artísticos.
El concepto que puede resumir las décadas anteriores al estallido de la I Guerra Mundial es la
MODERNIDAD, entendida como culminación de una idea de progreso humano y civilizador,
completamente deudor de las transformaciones industriales, técnicas y científicas, filosóficas e
ideológicas. La modernidad lleva implícita la consecución de un nuevo orden, siendo una
posibilidad tan táctil que nadie dudaba de sus beneficios y de su capacidad transformadora.

La cámara fotográfica, el cine, el telégrafo, el teléfono, el coche, el avión, las nuevas


capacidades fabriles e industriales, la dinamita… empezaban a ser objetos de uso y de
consumo beneficiando a un mayor numero de personas (masas) y ya no solo a las clases
pudientes del Antiguo Régimen.

El anverso de la modernidad será el despuntar del capitalismo (Crash 1929) en el que el


reparto de obligaciones y beneficios no es equitativo. La suma de conflictos no resueltos, la
lucha de clases, las tensiones nacionales y nacionalistas y los nuevos sistemas político-
económicos abrieron la puerta a conflictos trágicos agravados por la aparición de otros
sistemas e ideologías entre los que cabe destacar EL FASCISMO.

El Fascismo italiano se movió entre la legitimación histórica con su vinculación al pasado


glorioso del Imperio Romano y las formas modernas del nuevo Estado fascista, generando
tensiones entre elementos clasicistas y ruralistas. En los años 20 el fascismo italiano había
apostado por una política de transformación agraria, creando nuevas ciudades (Sabaudia en el
Agro Pontino) poniendo en cuestión el concepto de ciudad jardín.

El movimiento artístico que mejor refleja la modernidad es el FUTURISMO (nació en la Italia


unificada a principios del S.XX), siendo su principal precursor el poeta italiano MARINETTI
(manifiesto artístico-ideológico de 1909), ideólogo de un movimiento que propugnaba la
ruptura con el pasado y que ponía su énfasis en el futuro que describía la modernidad, con su
admiración por la máquina, el movimiento, el valor heroico e incluso la violencia. Esta
reconocida admiración por lo bélico haya sido el punto de conexión con el fascismo italiano,
aunque la realidad dramática de la I Guerra Mundial supuso de manera formal el final del
Futurismo como movimiento cohesionado.
La arquitectura racionalista fascista de Italia.

Los pintores y escultores futuristas, es un claro deudor de los hallazgos formales del
Cubismo (forma de presentar la realidad a través de diferentes planos, incorporando la
representación del movimiento), algo presente en la fotografía (capacidad de congelar el
instante) y el cine. Balla y Boccioni investigan y plasman este movimiento.

El periodo de los años 20 posterior a la guerra del 1914 y anterior a la II Guerra Mundial
(conocido como periodo de entreguerras) es un tiempo de florecimiento cultural inigualable,
en paralelo a las tensiones político-sociales, producto del conflicto y al florecimiento de los
fascismos que desembocan en la contienda de 1939.

En el periodo de entreguerras será la arquitectura la que ocupe un espacio en la


transformación de la modernidad. A partir de la década de 1910 una generación de arquitectos
transforma la arquitectura con la asimilación de los principios de la técnica industrial con la
aportación de nuevos materiales, como el acero, el cristal y el hormigón, dando respuesta a las
nuevas tipologías edificatorias propias del mundo moderno, como los espacios fabriles,
comerciales, de ocio o ingenieriles. Se interesaron por dar respuesta a todos los estratos
sociales (vivienda social) y la reconstrucción europea tras la II Guerra Mundial. Los
movimientos totalitarios europeos aceptaran solo en parte esta renovación de las formas
modernas, siempre y cuando los nuevos lenguajes fueran capaces de transmitir los valores de
la ideología imperante, el fascismo italiano o el nacionalismo alemán.

Roma debía ocupar el espacio central de la simbología fascista italiana, vinculando las
glorias del pasado con la nueva propuesta del Estado, siendo el régimen fascista de Mussolini
uno de los primeros laboratorios de creación de un imaginario visual reconocible, utilizando
como elemento de propaganda. Las Camisas Negras del partido fascista son precursoras del
uniforme Pardo de las SS Nazis, creado por el diseñador Hugo Boss en la Alemania de los años
30.

Frente al discurso ruralizante y agrario, Mussolini anhelaba una Roma capital del fascismo,
en la que la arqueología se convirtió en un elemento esencial excavando y demoliendo el
centro para crear el Parque Arqueológico de los Foros (Plan regulador aprobado en 1931)
expandiendo la ciudad en capas residenciales concéntricas. El punto culminante del poder
fascista llego en 1942, con una Exposición Universal en Roma (EUR), construyendo edificios
simbólicos y que se convirtió en la expansión de la ciudad de Roma hacia el mar. Giuseppe
Terragni (Casa del Fascio,1932), fue uno de los mejores arquitectos del nacionalismo italiano,
una mezcla de modernidad y clasicismo altamente depurado.

El arco de medio punto, la simetría, la monumentalidad y el orden traerán a la memoria del


espectador las construcciones mas representativas de la arquitectura clásica romana. Palacio
de la Civilización Italiana (1938-1943).

El Gran Berlín diseñado por Albert Speer.

El caso alemán es muy similar al italiano, al valorar la idea de retorno a la Tierra, unida al
anti-urbanismo, por pensar que la ciudad obrera era el foco de los problemas de Alemania.
Esto se tradujo en un rechazo a los artistas de vanguardia e imponiendo la arquitectura
moderna del III Reich asimilando el valor del monumentalismo y el historicismo, similar a la
Roma clásica.

Todos los avances de La Bauhuas en el terreno de la arquitectura y el urbanismo fueron


rechazados. En el Caso de las ciudades obreras los diseños se regían por la estética folklorista y
la reducción de los tiempos de recorrido entre fabricas y viviendas para obtener el máximo
rendimiento del conjunto.

La transformación de la capital del Reich, Berlín, como símbolo de la Alemania Nazi, debía
expresar el afán desmedido del Führer por superar toda obra anterior y erigir una ciudad que
se convertiría en el auténtico centro del planeta.

El arquitecto Albert Speer (acompañaba siempre a Hitler) diseño El Plan para el gran Berlín
(1936-1939) donde se centraba en la apertura de gigantescas vías conectadas con las
autopistas que debían formar el tejido de comunicaciones que cohesionara todo el país. Una
gran avenida central contendría los edificios grandes mas representativos del nazismo, de una
escala colosal sin precedentes en los que era reconocible un clasicismo atemperado, que
funcionaba visualmente más por su volumen que por su capacidad formal de transmitir algún
valor simbólico.

El cine como producto de propaganda.

La cineasta alemana Leni Riefenstahl y su conocida película OLYMPIA (basada en los Juegos
Olímpicos de Berlín, 1936), junto a los reportajes sobre las grandes concentraciones nazis,
filmadas de manera absolutamente nueva en la forma y en el fondo. El producto final de
Riefenstahl es la capacidad de alteración de la realidad que el espectador contempla a través
del trabajo de filmación y edición basado en fines de propaganda sutiles.

LAS CONTRAVISIONES DEL TRIUNFANTE CAPITALISMO EN EL ARTE

El final de la II Guerra Mundial trajo un orden nuevo a la humanidad, en el que los dos
grandes colosos, Estados Unidos y la Unión Soviética, polarizaron hasta la caída del muro de
Berlín de 1989 buena parte de los movimientos políticos y económicos de un mundo que se
había globalizado en la guerra de manera atroz. El diseño de nuevas fronteras y el futuro
despertar de la independencia de los países del Tercer Mundo hasta los ámbitos sociales y
culturales.

En el caso Soviético el feroz estalinismo arruino cualquier atisbo de creación artístico que no
contara con el beneplácito del autoritarismo comunista. En los años 60, la nueva función
política del arte es una clara respuesta al sistema capitalista que se impuso. Una parte del arte
se posicionaría frente al poder y la utilización de este, siendo los recursos y lenguajes artísticos,
posiciones de denuncia y cuestionamiento.

La propuesta de Andy Warhol con su serie de accidentes de trafico de los años 60, leído
como respuesta o como el final de la narración sobre la máquina, la velocidad y las
consecuencias del mundo moderno. Crea una nueva imagen ante el espectador que quiere
poner en duda por su contradicción, la asimilación y el consumo de imágenes y de mensajes
como si todo fuera publicidad y mercado.
Mucho menos dramática, es la obra de otro pintor norteamericano, Edwar Hopper, cuyo
trabajo de simplicidad formal, lo ha hecho caer en las redes de lo comercial. Aunque la soledad
y la abstracción de los personajes de Hopper, nos puede recordar esas imágenes de las
mujeres holandesas en los interiores de Vermeer, pone en imagen una buena y muy notable
producción cultural norteamericana.

Lo que pudieron tener en común Warhol, Hopper y Bob Dylan, es que su mirada a la
realidad social se encuentra casi siempre en el punto contrario al imaginario de triunfalismo y
publicidad propio de lo mediático e icónica sociedad americana.

En el caso de la Arquitectura, un claro ejemplo lo encontramos en el libro LEARNING FROM


LAS VEGAS (1972) escrito por Robert Venturi, Denise Scott Brown y Steven Izenour,
ofreciendo un reconocimiento ambivalente al capitalismo americano en el campo de la
edificación, al incorporar elementos de la iconografía popular de manera natural. También nos
sirve para entender que en la arquitectura del S.XX la palabra ha jugado un papel importante a
través de textos reflexivos que han servido para generar puntos de inflexión y nuevas
perspectivas de trabajo.

Dando un salto en el tiempo acercándonos al S.XXI, cave destacar las ultimas obras de la
arquitecta Zaha Haid (1950-2016).

Hadid es una mujer arquitecta, nacida en Iraq, pero formada en Londres, formaba parte del
Star System (sistema de las estrellas, siendo estas los arquitectos más influyentes y conocidos
del momento), primera mujer en recibir el Premio Pritzker en 2004 (Nobel de la arquitectura).
Entre sus obras, el proyecto de Chengolu (2014), es el mas grande edificio cultural de China,
que albergara además un complejo comercial, de ocio y de oficinas, revestido de una piel
tecnológica y sustentado con una estructura ingenieril que permite cualquier tipo de forma
imaginable.

De nuevo como las grandes pirámides de Egipto, el tamaño, la técnica mas avanzada y la
forma al servicio de la función, permiten al espectador admirar y contemplar la obra de arte
como símbolo del poder, del nuevo poder…

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