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Noé: Fe
Dando un salto de fe ciega, Noé no tuvo miedo de parecer tonto frente a una multitud.
Él obedeció el mandato de Dios de construir un barco enorme, a pesar de que nunca
antes había llovido en la tierra. ¡Y gracias a su liderazgo, salvó casi sin ayuda a toda la
raza humana!
Después de soportar una serie de eventos desafortunados, ser vendido como esclavo,
acusado falsamente de violación y dejado pudrirse en una lúgubre prisión durante 14
años, José mantuvo una actitud positiva. A través de sus luchas, permitió que Dios le
enseñara y le convirtiera en el líder que Egipto necesitaba.
Moisés: paciencia
Hacer una sola tarea durante 40 años requiere mucha determinación y paciencia, y
mucho menos llevar a millones de personas quejándose a través de un desierto. La
habilidad de Moisés para guiar a los israelitas con calma y confianza fue gracias a su
relación cercana y personal con Dios.
Cuando Moisés murió, el Señor prometió estar con Josué “como estaba con Moisés” y
le pidió que fuera “fuerte y valiente”. Josué tenía algunos zapatos grandes que llenar,
pero gracias a la guía de Dios y al observar de cerca el liderazgo de Moisés mientras
estaba vivo, pudo llevar a los israelitas a la tierra prometida.
Al ser coronado futuro rey por el profeta Samuel cuando era solo un niño, David estaba
destinado a liderar algún día a los israelitas. Creer esto le dio el valor para marchar a la
batalla y derrotar a Goliat a pesar de lo loco que parecía. Sabía que Dios no lo dejaría
morir.
Daniel: Integridad
A pesar de múltiples pruebas y amenazas a su fe en Dios (la dieta del rey, una estatua de
oro, un foso de leones), Daniel demostró una y otra vez que sin importar las
consecuencias políticas o sociales, siempre es mejor tener integridad y servir al Rey de
reyes que cualquier rey terrenal.
Juan el Bautista no tuvo miedo de decir la verdad, llamando a los fariseos y líderes
religiosos “una generación de víboras”. Al ser brutalmente honesto, Juan sentó un
precedente importante que Jesús continuó a lo largo de Su ministerio: que el evangelio
no se trataba de parecer justo. Más bien, fueron buenas noticias para los injustos.
Durante su tiempo en la tierra, Jesús demostró un estilo de liderazgo que cautivó a las
multitudes. Al amar genuinamente a los demás, curar sus enfermedades y atender sus
necesidades, fue el servicio de Jesús lo que hizo que la gente lo siguiera. Quizás esto se
demostró mejor cuando lavó los pies de sus discípulos.
Pablo: Pasión
Los verdaderos líderes sienten pasión por la causa que apoyan, y Paul es un ejemplo
fantástico de esto. A través de sus prolíficos escritos, ayudó a transformar las creencias
y la cultura del mundo moderno. Y gracias a su interpretación del evangelio, millones
han encontrado la vida eterna gracias a sus palabras.
A pesar de haber negado a Jesús tres veces y haber entendido mal por completo lo que
realmente era el reino de los cielos, después de la ascensión de Jesús y se le pidió que
“apacienta mis ovejas”, se convirtió en uno de los líderes más influyentes de la
cristiandad primitiva.