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Una Iglesia ferviente en el amor que tolera algunos que amen el mal.

El amor mata
“Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son
más que las primeras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer
Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas
sacrificadas a los ídolos”. Apocalipsis 2:19-20

Introducción:

De todas las siete cartas esta es la más enigmática. Nuestro problema es que tenemos
muy poca información directa de Tiatira y que se nos presenta una serie de cuatro
cuestiones: ¿Cuál era la situación de la iglesia de Tiatira? ¿Quién era Jezabel? ¿Qué
enseñaba? ¿Qué quieren decir las promesas que se le hacen a la iglesia de Tiatira? El Señor
elogia a la iglesia de Tiatira por sus obras, amor, fe, servicio y paciencia, lo que nos enseña
que era una congregación que practicaba el fruto del Espíritu, y sus últimas obras eren
mejores que las primeras; sin embargo, Jesús tenía un reclamo ante ella: que toleras que esa
mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer
cosas sacrificadas a los ídolos.

I. La tolerancia en el Pueblo de Dios


Dios nunca ha estado de acuerdo con el pecado de la tolerancia de la maldad en medio
de su pueblo. Lo vemos en el caso del sacerdote Elí que permitía que sus hijos Ofni y Fines
deshonraran el sacerdocio robándose las ofrendas y fornicando en el Templo: “¿Por qué
habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has
honrado a tus hijos más que a mí, ¿engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi
pueblo Israel? ... He aquí, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu
padre, de modo que no haya anciano en tu casa”, (1 Samuel 2:29,31). 

De igual manera, el apóstol Pablo reprendió a la iglesia de los corintios por tolerar el
pecado de una persona dentro de la iglesia: “De cierto se oye que hay entre vosotros
fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene
la mujer de su padre… el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de
que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús… ¿No sabéis que un poco de levadura leuda
toda la masa?”, (1 Corintios 5:1, 5-6).

Ante este mandato la iglesia en Corinto obedeció y como consecuencia el pecador se


arrepintió y fue recibido de nuevo: “Le basta a tal persona esta reprensión hecha por
muchos; así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no
sea consumido de demasiada tristeza. Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con
él. Porque también para este fin os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes
en todo.
Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si
algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no
gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”, (2 Corintios 2:6-
11).

Queda claro que la iglesia no debe tolerar ninguna clase de pecado que se esté dando
dentro de ella. Sin embargo, ¿quién era Jezabel? Hay varias sugerencias en
respuesta a esta pregunta:

1.       Unos opinan que se trata de una mujer literal, la esposa del ministro o de algún
anciano o líder de la iglesia de Tiatira. En griego las palabras toleras que esa mujer Jezabel
son eáo guné Iedsabél (ἐάω γυνή Ἰεζαβήλ), donde guné se puede traducir en dos sentidos:
mujer o esposa. En este sentido la esposa del predicador influía negativamente en la iglesia,
como Jezabel lo hizo con Acab rey de Israel en tiempos del profeta Elías. Jezabel había
perseguido y matado a todos los profetas de Dios y había traído desde su tierra Sidón a sus
profetas de Baal y de Asera. Arrastro a Israel a la idolatría y controlaba la voluntad de su
esposo Acab rey de Israel.

2.       Otros sugieren que el término Jezabel se refiere a una pitonisa que habitaba en
Tiatira la cual a través de un oráculo daba bienaventuranzas al pueblo pagano, sin embargo,
esta conjetura es poco probable ya que el texto sugiere que esta mujer está dentro de la
iglesia.

3.       Algunos, sin ninguna base, han identificado a Jezabel con Lidia, la vendedora de
púrpura de Tiatira, a la que Pablo conoció y convirtió en Filipos. Se sugiere que volvió a
Tiatira y llegó a ser una mala influencia en la iglesia por su gran riqueza e intereses
comerciales. Esa teoría no es más que una calumnia contra Lidia.

4.       Algunas más piensan que no era la esposa de algún líder, pero si era una mujer
literalmente que al igual que la Jezabel del Antiguo Testamento, influenciaba a la iglesia al
pecado lo cual desagradaba a Dios.

5. Finalmente algunos lo ven como un término alegórico, designado para hacer


referencia a un grupo de personas, que enseñaban y seguían una falsa doctrina el la iglesia.

Nuestro Señor Jesús acusa a esta mujer Jezabel de dos cosas: La primera era que
toleraban las enseñanzas perversas de esta mujer: “…que se dice profetisa, enseñe y seduzca
a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos”.

El hecho de que se hiciera llamar profetisa implicaba que afirmaba que sus
enseñanzas tenían autoridad divina.

En el Antiguo Testamento Dios reprobó a aquellos que decían profetizar en su nombre


cuando Él no se los había autorizado: “El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra
en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses
ajenos, el tal profeta morirá”, (Deuteronomio 18:20). El pecado de esta Jezabel consistía en
enseñar, bajo la supuesta autoridad de Dios, aspectos desagradables a su palabra.

En la Biblia el Señor no exhortar a examinar toda enseñanza con el fin de comprobar


que está de acuerdo a la verdad.

“Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o


prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de
dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni
al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a
Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová
vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él
serviréis, y a él seguiréis. Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto
aconsejó rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de
casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que
anduvieses; y así quitarás el mal de en medio de ti”. Deuteronomio 13:1-5

                Tenemos también el ejemplo de los discípulos de Berea los cuales escudriñaban a la
luz de la palabra de Dios todo lo que el apóstol Pablo les enseñaba:

“Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos,
habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que
estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día
las Escrituras para ver si estas cosas eran así”. Hechos 7:10-11

                De igual forma el apóstol Pablo escribía a la iglesia de Corinto exhortándolas a


examinar los dones de profecía que se daban dentro de la iglesia: “Asimismo, los profetas
hablen dos o tres, y los demás juzguen”, (1 Corintios 14:29). Y a los tesalonicenses les pidió
examinar toda profecía y retener lo bueno: “No menospreciéis las profecías. Examinadlo
todo; retened lo bueno”, (1 Tesalonicenses 5:20-21). Al parecer la iglesia de Tiatira paso por
alto este punto y se dejó llevar por las enseñanzas de esta mujer llamada Jezabel la cual se
hacía pasar por una profetiza.

La segunda cosa de la cual Dios acusa a esta mujer llamada Jezabel era del hecho de
que ella seducía (del griego planáo πλανάω, que se puede traducir como engaño o extraviar)
a sus siervos (del griego doúlos δοῦλος, que literalmente significa esclavo) a fornicar y comer
de las cosas sacrificadas a los ídolos… “seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas
sacrificadas a los ídolos…” La fornicación puede entenderse tanto en sentido espiritual como
física. Generalmente el adulterio espiritual conduce al pecado de la inmoralidad sexual. En
los tiempos de Elías, Jezabel había seducido a Israel a fornicar con sus dioses y sus falsos
profetas los dirigían en este error, por esa razón Elías los desafío a congregarse en el monte
Carmelo.
“Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos
cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de
Jezabel. Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte
Carmelo.
Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos
pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió
palabra. Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; más de los
profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres. Dénsenos, pues, dos bueyes, y
escojan ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego
debajo; y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo.
Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el
Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo:
Bien dicho”. 1 R. 18:19-24

En general, podemos observar cómo este mismo espíritu que opero en Israel en
tiempos del Profeta Elías estaba actuando de manera semejante en la iglesia de Tiatira,
manipulando a los líderes de la iglesia, introduciendo sus enseñanzas diabólicas haciéndose
pasar por una profetiza y provocando que los creyentes comiencen de lo sacrificado a los
ídolos. En cuanto a este último punto, de comer de lo sacrificado a los ídolos, Pablo lo toca
muy bien en su primera carta a los corintios.

En primer lugar, les dice que lo que se les ofrece a los ídolos no es nada porque no son
dioses reales: “Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un
ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. Pues, aunque haya algunos que se
llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para
nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y
nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y
nosotros por medio de él”, (1 Corintios 8:4-6).

En la antigüedad se acostumbra llevar la carne de los animales sacrificados en los


templos paganos a los mercados donde su carne se vendía, ahora bien, Pablo dice que
comprar carne en el mercado de animales que hayan sido sacrificados en los templos y
posteriormente comerla no es pecado, pero esto se vuelve pecado cuando esta acción
provoca conflicto en la conciencia de aquellos que son de débil condición en cuanto al
conocimiento que ha desarrollado respecto a si esto es pecado o no: “Pero no en todos hay
este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como
sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina. Si bien la vianda no nos hace
más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos,
seremos menos. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los
débiles. Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar
de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a
los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió. De
esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo
pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás,
para no poner tropiezo a mi hermano”, (1 Corintios 8:7-13).
A parte de esto, el comer de lo sacrificado a los ídolos se convertía en pecado si los
creyentes participaban de los banquetes públicos que se hacían al aire libre donde
participaban todos los paganos en una fiesta donde habían vinos y bailes lujuriosos
dedicados a Dionisio, un dios griego, obviamente, al ver esta conducta un débil de la fe lo
hacía tropezar además que participaba de las obras de las tinieblas.
“Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”,
(Efesios 5:11). Aunque Pablo afirma que un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay más
que un Dios (1 Corintios 8:4); también dice que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios
lo sacrifican (1 Corintios 10:20). Por tanto, no es de dudar que Jezabel estuviera seduciendo a
los cristianos a que participaran de los ceremoniales paganos: a comer cosas sacrificadas a
los ídolos…
En cuanto a este asunto Pablo desarrolla ciertos principios que nos pueden ayudar a
desarrollar convicciones en cuanto a participar de ciertas cosas que en el mundo se practican
(como el participar de ciertas fiestas de origen pagano o actividades pecaminosas) y es así
donde nos dice que antes de practicarlas debemos evaluar las siguientes consignas:

1.       Provecho. Pregúntese: ¿es bueno para mí?, ¿añadirá esto una mejor calidad a mi
vida?: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas,
más yo no me dejaré dominar de ninguna”, (1 Corintios 6:12).
2.       Control. Pregúntese: ¿me controlará eso, o disminuirá el control que Cristo tiene
sobre mí?: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son
lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna”, (1 Corintios 6:12).
3.       Propiedad. Considere las siguientes preguntas: como propiedad de Cristo,
¿puedo justificar esta actividad?, ¿esta actividad es propia de un embajador de Cristo?: “¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad,
pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”, (1 Corintios 6:9-
20).
4.       Influencia. Considere: ¿podría esta acción influir negativamente en algunos de
mis hermanos en Cristo o peor aún, hacerlos tropezar?: “Pero mirad que esta libertad
vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a ti, que tienes
conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil,
¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se
perderá el hermano débil por quien Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los
hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida le es a
mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano”,
(1 Corintios 8:9-13).
5.       Testimonio. Ahora considere: ¿cómo afectará esta actividad mi testimonio?:
“Andad sabiamente para con los de afuera”, (Colosenses 4:5).
Una advertencia final. “Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere
arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que
con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y
todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada
uno según vuestras obras”. Apocalipsis 2:21-23

                El hecho de que Dios le ha dado tiempo para que se arrepienta nos habla de su
maravillosa paciencia y misericordia.
El llamado al arrepentimiento se dirige a Jezabel y no a la iglesia, sin embargo, el texto
sugiere que no existe la disposición de querer dejar su pecado, por tanto, el Señor advierte
su juicio venidero: He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella
adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte.

El juicio está dirigido hacia Jezabel y sus aliados. El vocablo cama se traduce del griego klíne
(κλίνη), el cual sugiere la cama de un enfermo y no el lecho de adulterio. Además, el texto
griego nos habla de una mega tribulación: mégas zlípsis (μέγας θλίψις), lo que nos dice que
Jezabel y sus cómplices serán arrojados en el lecho de la angustia y aflicción en lugar de
permitirles reposar en el lecho de su pecado. Su juicio traería efectos sobre su iglesia: y todas
las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno
según vuestras obras.

La muerte de Jezabel Si uno recuerda la historia de esta mujer llamada Jezabel se


dará cuenta que ya anteriormente Dios ejecuto un juicio similar. Dios levanto a Jehú quien
ejecuto el juicio sobre Jezabel, sus hijos y todos sus aliados. Primero mato a su hijo Joram
quien era el rey de Israel: “Entonces Joram volvió las riendas y huyó, y dijo a Ocozías:
¡Traición, Ocozías! Pero Jehú entesó su arco, e hirió a Joram entre las espaldas; y la saeta
salió por su corazón, y él cayó en su carro”, (2 Reyes 9:23-24).

También mato a Ocozías el rey de Judá por ser uno de sus aliados: “Viendo esto Ocozías rey
de Judá, huyó por el camino de la casa del huerto. Y lo siguió Jehú, diciendo: Herid también a
éste en el carro. Y le hirieron a la subida de Gur, junto a Ibleam. Y Ocozías huyó a Meguido,
pero murió allí. Y sus siervos le llevaron en un carro a Jerusalén, y allá le sepultaron con sus
padres, en su sepulcro en la ciudad de David”, (2 Reyes 9:27-28).

Luego se dirigió a matar a Jezabel: “Vino después Jehú a Jezreel; y cuando Jezabel lo oyó, se
pintó los ojos con antimonio, y atavió su cabeza, y se asomó a una ventana. Y cuando
entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Sucedió bien a Zimri, que mató a su señor? Alzando él
entonces su rostro hacia la ventana, dijo: ¿Quién está conmigo? ¿quién? Y se inclinaron hacia
él dos o tres eunucos. Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron; y parte de su sangre
salpicó en la pared, y en los caballos; y él la atropelló. Entró luego, y después que comió y
bebió, dijo: Id ahora a ver a aquella maldita, y sepultadla, pues es hija de rey. Pero cuando
fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las
manos. Y volvieron, y se lo dijeron. Y él dijo: Esta es la palabra de Dios, la cual él habló por
medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: En la heredad de Jezreel comerán los perros las
carnes de Jezabel, y el cuerpo de Jezabel será como estiércol sobre la faz de la tierra en la
heredad de Jezreel, de manera que nadie pueda decir: Esta es Jezabel”, (2 Reyes 9:30-37).
Y en general, Jehú mato a toda la descendencia de Jezabel, 70 de sus hijos, a todos sus
familiares, a todos sus sacerdotes y a todos sus aliados, así se cumplió el juicio de Dios sobre
esta mujer:
“Mató entonces Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos
sus príncipes, a todos sus familiares, y a sus sacerdotes, hasta que no quedó ninguno”, (2 R
9:11).
Este juicio similar fue prometido a esta mujer y todos sus aliados que estaban contaminando
la iglesia de Tiatira. De igual forma hoy en día nuestro Dios está contra todo aquel que haga
tropezar a su iglesia y si no se arrepiente sus juicios lo alcanzaran: “¡Horrenda cosa es caer en
manos del Dios vivo!”, (Hebreos 10:31).

La promesa. “Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa
doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No
os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. Al que venciere y
guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara
de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi
Padre; y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias”. Apocalipsis 2:24-29

                El Señor elogia al que es remanente fiel en la iglesia de Tiatira, los que no se habían
contaminado con la doctrina de Jezabel y sus prácticas pecaminosas las cuales el Señor llama
las profundidades de Satanás. Además, Dios les promete no imponerles otra carga de la que
ya tienen que llevar y deben mantenerse fieles hasta que el venga por ellos. A los vencedores
se les promete dos cosas, la primera es tener autoridad sobre las naciones. Al parecer aquí se
hace una referencia al Salmo 2:8-9 donde el Señor promete dar a su pueblo autoridad sobre las
naciones y pareciera que esta es un anuncio profético del futuro reino milenial: “Pídeme, y te
daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los
quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás”, (Salmo 2:8-9).

En segundo lugar, está la promesa de la estrella de la mañana. A esto se le han dado cuatro
posibles explicaciones principales.

1.       Se ha tomado como una promesa de la primera resurrección. Como la estrella matutina sale
después de la noche, así el cristiano se levantará después de la noche de la muerte.
2.       Se ha tomado como la conquista de Lucifer. Lucifer es el diablo, el ángel que era tan
orgulloso que se rebeló contra Dios y fue arrojado desde el cielo. Lucifer quiere decir el que
trae la luz y era el responsable de llevar esa luz a toda la creación como querubín protector,
pero como se revelo en contra de Dios perdió esa autoridad. En ese caso, esta es la promesa
del dominio definitivo sobre Satanás y el pecado.
3.       Se ha considerado en relación con Daniel 12:3. Allí la promesa es: “Los entendidos
resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la
multitud, como las estrellas, a perpetua eternidad”. En ese caso, la estrella de la mañana es la
gloria que recibirán los íntegros, y los que hayan ayudado a otros a tomar el camino de la
integridad.
4.       Apocalipsis llama a Jesús “la estrella resplandeciente de la mañana” (Apocalipsis 22:16).
La promesa de la estrella matutina es la promesa de Cristo mismo. Si el cristiano es auténtico,
cuando llegue al final de esta vida tendrá a Cristo para no perderle ya nunca más, La esperanza
mas firme e importante en la vida de un verdadero hijo de Dios.

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