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Características[editar]

Anna Ajmatova 1913-1914 por Savely Sorin.

Los acmeístas reprochan a los simbolistas su gusto por la incomprensibilidad y el


hermetismo, así como su vaguedad expresiva y sus ensoñaciones de otros mundos; por el
contrario, los acmeístas aspiran a un lenguaje claro, concreto y preciso, desean hablar de
la Tierra y del hombre actuales unidos en uno. A diferencia del simbolismo ruso, el
acmeísmo se empeñó en reemplazar el hermetismo, la polisemia, la vaguedad y el
misticismo de aquel con un lenguaje cincelado en la claridad y ajuste con lo retratado,
simple, concreto y directo para llevar a su apogeo la dimensión poética de lo cotidiano.
Querían equilibrar la estructura formal del poema mediante un lenguaje fresco y
significativo, buscando la aproximación a la realidad sin la mediación de recursos retóricos
vagos propios de la poesía como el símbolo o la metáfora, devolviendo al lenguaje la
pureza pusjiniana. Gustaban asimismo de llamarse «adanistas», por su aspiración a lo
fuerte, lo claro, lo viril, lo simple, lo primitivo y directo. Critican el ocultismo y el aspecto
religioso del simbolismo y rechazan su aspiración al conocimiento de verdades ocultas y
del más allá. Por eso esta estética se denomina también "neoclasicismo", "adanismo" y
"clarismo".1

Historia[editar]
El poeta Osip Mandelshtam en 1914

Los impulsores del acmeísmo se agrupaban en torno al llamado Gremio de Poetas (Цех


поэтов) y la revista Apollon. Ya en 1910 Mijaíl Kuzmín ayudó a dar a luz al movimiento
acmeísta con su ensayo Sobre la hermosa claridad, en que deploraba los «ornamentos
cósmicos incomprensibles y oscuros» e instaba a los escritores a ser «lógicos en la
concepción y construcción de la obra, en la sintaxis... que amen al mundo, como Flaubert,
y sean económicos en los medios y tacaños con las palabras, precisos y genuinos, para
encontrar así el secreto de algo asombroso -la bella claridad-, que me gusta llamar
"clarismo"». El nacimiento de la estética fue proclamado sin embargo por Gumiliov el 1 de
marzo de 1912 y en diciembre del mismo año, Gumiliov y Gorodetski hicieron conocer sus
manifiestos acmeístas en un cabaré de San Petersburgo donde se reunía la bohemia
artística de la ciudad, «Para el perro callejero». El primer número de la
revista Apollon publicó el manifiesto desde enero, en el primer número de 1913, con el
título "Los preceptos del simbolismo y del acmeísmo". En él se juzga que las últimas obras
de los simbolistas carecen de valor, y se reprocha a sus representantes envolverse en la
«toga de la incomprensibilidad». El acmeísmo se opone a las ensoñaciones de los
simbolistas sobre otros mundos encarnando los valores estéticos, metafísicos y éticos
universales en una aprehensión carnal, directa y sensual de la realidad. Los acmeístas se
reclaman de Alexander Pope, Théophile Gautier, Rudyard Kipling, Innokienti Ánnienski y
del círculo Parnasiano. Como es natural, el manifiesto provocó el rechazo de los
simbolistas, plasmado en el artículo de Aleksandr Blok «Без божества, без вдохновенья»
("Sin deidad, sin inspiración").
Los representantes del "Gremio de poetas" organizaron reuniones literarias y editaron la
revista de crítica y poesía Гиперборей ("Hiperbórea"), 1912-1913, que dio a luz 10
números en total. A partir de octubre de 1912 también se solían reunir los viernes en el
apartamento de Mijaíl Lozínskiy (1886-1955). Pero el gremio se desintegró en 1914. En
1916, por iniciativa de Georguíy Ivanóv y Georguíy Adamovich, se formó un segundo
«Gremio de los poetas», que tan solo existió alrededor de un año. La tercera unión fue
organizada por Gumilióv en 1920. Pero a causa de la persecución comunista, la gran
mayoría de los miembros de este grupo emigró del país y hasta mediados de los años 20
apoyaron las actividades del gremio, pero desde ciudades tan distantes como Berlín y
París. Sus representantes fueron desapareciendo bajo el yugo del régimen: los poemas de
Ajmátova fueron prohibidos y ella, acusada de traición, fue inmediatamente deportada; su
primer marido, el también poeta y fundador del movimiento acmeísta Gumiliov, terminó
fusilado. Su segundo marido murió extenuado en un gulag, y Mandelshtam no corrió mejor
suerte al ser denunciado y arrestado en 1934 por escribir un poema contra Stalin, de forma
que fue condenado a tres años de destierro en los Urales y deportado después a Kolymá,
donde moriría en un gulag en 1938.
A finales de los años 1910, pues, el movimiento se había dispersado, aunque sus poetas
representativos conservaron los rasgos estéticos del acmeísmo en sus obras posteriores y
esta corriente fue una de las más influyentes de la poesía rusa.

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