Uno de los componentes principales del concreto son los agregados y
estos se clasifican en finos (arena) y gruesos (grava). Los cuales ocupan un porcentaje entre el 60% y 75% del volumen total del concreto a sí que por lo tanto su selección es muy importante. Por un lado, los agregados finos generalmente consisten en arena natural o piedra triturada cuyas partículas sean menores que los 5mm, y deben de ser partículas limpias, duras, resistentes, y libre de productos químicos absorbidos y de otros materiales finos que puedan afectar la hidratación de la pasta de cemento. Para tamizar el agregado correcto procedemos a utilizar las diversas mallas, y con su ayuda llevar a cabo todo el proceso de selección, hasta encontrar la más adecuada para el concreto. Por otro lado, los agregados gruesos consisten en una grava o una combinación de gravas o agregado triturado cuyas partículas sean predominantemente mayores que 5 mm y generalmente entre 9.5 mm y 38 mm. Los cuales no deben de tener residuos que pudieran afectar la composición del concreto. La separación y clasificación de estos agregados, haciendo uso de los materiales, además de ejecutar cada paso correspondiente, nos permitirán obtener y observar su granulometría, peso volumétrico, peso específico y absorción.