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Todo el mundo debería estudiar a las hormigas tienen una extraordinaria y sorprendente
filosofía, que se compone de cuatro actitudes ante vida extremadamente poderosas.
3. Las hormigas piensan en el verano todo el invierno. Y este principio, quizá sea de los
más importantes. Durante el invierno, las hormigas se recuerdan a sí mismas. “Esto no
puede durar eternamente; pronto estaremos fuera de este momento duro”. Y en cuanto
llega el verano, con su primer día de calor, las hormigas salen de sus nidos. Las hormigas
saben que en la naturaleza, no existen dos inviernos seguidos ni dos noches seguidas, así
que trabajan sabiendo que el amanecer de sus vidas está cerca.
La Filosofía de la Hormiga
Ayer salí a correr, para realizar la tirada larga de la semana pasada. Dado que
este fin de semana he estado en una convención en Barcelona, me era
imposible realizarla. No obstante los deberes están para hacerlos y el plan de
entrenamiento así lo requería y a menos de un mes para el Maratón de Nueva
York, una tirada larga no es negociable.
Durante el entrenamiento hubo un momento que me encontré a mi derecha una
hilera enorme de hormigas en fila india, transportando comida de forma casi
militar. Esto me recordó algo que escuche hace tiempo del maestro Jim Rohn.
Se trata de la filosofía de la hormiga.
Las hormigas tienen la particularidad de ser insectos capaces de transportar
hasta 50 veces su peso.
Pero por encima de todo tienen una filosofía vital que las hace especiales. Es
por esto que me parece muy interesante estudiar dicha filosofía para aprender
de ella.
Son animales que se encuentran distribuidos por todo el mundo, excepto en la Antártida. Existen alrededor de 15 mil
especies conocidas, de las que unas 250 se hallan en Israel.
Dos de los géneros más abundantes que presentan una distribución mundial son Camponotus y Leptothorax, cada uno
de ellos con varias especies distintas. Al primero pertenecen formas de mayor tamaño, mientras que el segundo está
formado por especies pequeñas.
En hebreo, el término general para hormiga es nemalah, cuyo significado literal es “agruparse juntas”, así es
como aparece en el libro de Proverbios, palabra que fue traducida al griego de la Septuaginta por myrmex, y a la
Vulgata latina como formica.
En general, el ser humano tuvo desde la antigüedad un alto concepto de las hormigas. Los árabes, por ejemplo,
cuando nacía un bebé, le colocaban hormigas en las manos con el fin de desearle que fuera una persona inteligente y
habilidosa.
Las hormigas se pasan información entre sí mediante sustancias químicas que van dejando por
los lugares que transitan (feromonas de hidrocarburos cuticulares).
También en el Talmud se reconoce que estos pequeños animales se comportan con sabiduría porque reflejan la
inteligencia del Creador de todas las cosas.
En el Nuevo Testamento, al recomendar a los creyentes que vivan diligentemente y que aprovechen bien el tiempo,
de alguna manera se tiene presente la actitud de las hormigas (Pr. 6:6; 30:25; Ef. 5:16; Col. 4:5).
Las hormigas suelen asociarse con otros insectos e incluso con ciertos vegetales en una especie de mutualismo
con beneficio para ambas especies. Por ejemplo, se dedican a “ordeñar” a los pulgones.
Éstos viven perforando las hojas de determinadas plantas para absorber la nutritiva savia. Las hormigas, que parecen
conocerlos bien, se acercan a ellos y mediante las antenas los palpan y frotan hasta que los pulgones, estimulados por
semejante frotamiento, segregan su “leche”.
Un líquido azucarado y nutritivo denominado “ligamaza” que constituye las delicias de esta especie de hormigas. Por
su parte, las hormigas cuidan y protegen a los pulgones.
Los cambian de lugar cuando las pequeñas hojas se secan. Los colocan en el envés de la hoja cuando el haz se moja
por la lluvia.
Algunas especies de hormigas suelen asociarse con determinadas especies de pulgones con el
fin de obtener un beneficio mutuo.
Si aparece algún depredador hambriento, como pueden ser las temibles mariquitas, es inmediatamente atacado y
ahuyentado por las hormigas. En fin, todo un ejemplo de colaboración entre amigos.
Las hormigas se benefician del alimento que producen los pulgones y éstos obtiene cuidado o protección. Es
decir, mutualismo en su máxima expresión.
Las hormigas son insectos sociales del orden de los himenópteros, como las abejas y las avispas, pero pertenecientes
a la familia Formicidae. La disciplina científica que las estudia se llama mirmecología.
Forman colonias u hormigueros que pueden estar constituidos por unos pocos individuos o por más de un millón de
hormigas. La mayoría son hembras estériles sin alas que se dividen en obreras, soldados y otros grupos con funciones
concretas.
También hay machos fecundantes así como una o varias hembras fértiles llamadas “reinas”. Una sola hormiga reina
puede poner entre 800 y 1500 huevos al día.
Las hormigas aladas pueden ser tanto machos como hembras que vuelan fuera de los hormigueros para aparearse y
convertirse en hormigas reina ponedoras de huevos y así es como se constituyen los nuevos hormigueros.
Algunas especies de hormigas pueden alejarse cientos de metros del hormiguero y después
regresar directamente hacia él sin perderse.
En ocasiones, a los hormigueros se les considera como si fueran grandes organismos ya que actúan como un solo
animal y están presentes en casi todos los ecosistemas terrestres.
Se cree que puede haber más de diez mil billones de hormigas viviendo sobre el planeta y que este éxito
alcanzado se debe a la buena comunicación entre individuos, así como a la división del trabajo y a la capacidad para
resolver dificultades ambientales.
De ahí que hayan sido desde la antigüedad una fuente de inspiración para el hombre y objeto de numerosos estudios
científicos.
No obstante, las hormigas pueden también suponer serios inconvenientes para la sociedades humanas. No sólo
perjudicando los cultivos o invadiendo las casas sino también agrediendo directamente a las personas.
Algunas especies, como las hormigas rojas, o de fuego, del género Solenopsis, tienen la capacidad de invadir nuevas
regiones, donde han sido introducidas de manera accidental, y contribuyen a deteriorar los ecosistemas ya que no
poseen los depredadores que las mantenían a raya en sus lugares de origen.
Son animales físicamente muy resistentes pues una simple hormiga puede levantar hasta 50 veces su propio
peso. Es como si un ser humano fuera capaz de levantar 3000 kg.
Los hormigueros de determinadas especies pueden contener varias docenas de millones de
individuos y llegar a una profundidad de hasta seis metros.
En Israel ocurrió una de tales intromisiones accidentales de las hormigas Solenopsis. En el año 2005, fueron
detectadas cuando unos niños que jugaban en una piscina del Kibutz Afikim salieron gritando del agua porque habían
sido picados por tales insectos.[2]
Las hormigas rojas, que venían en un cargamento de maderas de Sudamérica, infectaron a unas 300 comunidades
israelíes ya que se propagan a gran velocidad, e incluso son capaces de flotar sobre el agua, pues entrelazan sus patas
formando pequeñas balsas en el mar de Galilea, llegando así a todas las orillas.
Alcanzaron también el valle del Jordán, la costa mediterránea, el desierto del mar Muerto y hasta Eilat. Su picadura
es dolorosa y son capaces de destruir todo lo que encuentran a su paso, insectos, reptiles, roedores y pollos de
distintas especies de aves.
En general, los huevos de las hormigas se convierten en hembras si es que han sido fertilizados por los machos. Por lo
tanto, las hembras poseen dos dotaciones cromosómicas (son diploides), una procedente del padre y otra de la madre.
En cambio, si el huevo no ha sido fertilizado, nacerá un macho con una sola dotación cromosómica (haploide).
Este tipo de reproducción propio de los insectos himenópteros se denomina haplodiploidía. Sin embargo, se han
descrito varias estrategias reproductivas diferentes en las hormigas.
Las hembras de algunas especies pueden reproducirse asexualmente (sin el concurso de ningún macho)
mediante partenogénesis. Y existe alguna especie, como Mycocepurus smithii, propia de América Latina, en la que
solamente hay hembras.[3] Las hormigas comunes pueden llegar a vivir más de diez años.
El teólogo inglés, Stephen Charnock (1628-1680), menciona las hormigas en un comentario escrito en el año 1667:
“No hay una sola cosa creada que podamos contemplar con nuestros ojos, que aparte de mostrarnos el poder y la
sabiduría del Creador no nos aporte un beneficio moral y nos señale algo que aprender de ella. Así pues: aprendamos
de la oveja paciencia; de la paloma inocencia; que la laboriosidad de la hormiga nos haga enrojecer por nuestra
desidia; y que el pánfilo buey y el asno torpe corrijan nuestra ingratitud y nuestra ignorancia... Quien tiene los ojos
bien abiertos, no tiene necesidad de instructor, a menos que carezca de corazón.”[4]
[1] https://revistapesquisa.fapesp.br/es/2019/04/24/el-lenguaje-quimico-de-los-insectos/
[2] https://www.radiojai.com/rj/noticom.php?cod=3167
[3] Himler, Anna G.; Caldera, Eric J.; Baer, Boris C.; Fernández-Marín, Hermógenes; Mueller, Ulrich G.
(2009). «No sex in fungus-farming ants or their crops». Proceedings of the Royal Society B (en inglés) 276 (1667):
2611-2616. doi:10.1098/rspb.2009.0313. Resumen divulgativo – BBC News (16/4/2009).
Se activo
Las hormigas construyen sus hormigueros frente al sol de norte a oriente y contra
un árbol. De este modo tiene todas las ventajas para que el hormiguero se
mantenga cálido. Temprano en la mañana cuando alumbra el sol, las hormigas
comienzan a trabajar. Todos los caminos de las hormigas llevan al hormiguero;
cada hormiga trabaja tanto como puede. Si una ramita es demasiado grande para
una hormiga, otras la vendrán a ayudar y llevaran hasta el hormiguero.
La ociosidad crea pereza, y la pereza necesidad. Mira a la hormiga y observa sus
caminos. Primero desde el punto de vista natural, despues el espiritual. “La cual
no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y
recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.” Proverbios 6:7-8.
El hormiguero y el templo
En la iglesia también van todos los caminos al hormiguero – es decir, al templo
espiritual, que se construye. Aquí somos edificados uno con otros para una morada
de Dios en el Espíritu. ¡Que todas las cosas en tu vida sean hechas para
edificación! Sé activo para la edificación del reino de Dios. Si hay una rama muy
pesada para tu hermano, entonces ve y dale una mano, ayúdalo a cargarla. No
todos son ministros de la Palabra, pero todos pueden ser servidores de Dios,
mientras el templo se construye. No tenemos gobernante, supervisor o jefe;
tampoco las hormigas, y sin embargo su trabajo se lleva a cabo con rapidez. Ellas
construyen legítimamente, de acuerdo a una motivación y determinación interna.
Así es como debe ser.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un
poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo;
así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado. Prov.
6:9-11.
Este artículo fue publicado por primera vez en el periódico “Skjulte Skatter”
("Tesoros Escondidos") en junio de 1932
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