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¿Qué relación tienen la Virgen de Guadalupe y la diosa Coatlicue?

La identidad moderna de la Virgen de Guadalupe es la mezcla del sincretismo del culto católico con varias
deidades prehispánicas como Coatlicue y Tonatzin.
Creadoras de vida, madres de todos los mexicanos
México es un crisol de costumbres e ideologías. Debido a la gran cantidad de culturas, etnias y sociedades
que han compartido el territorio nacional, nuestro país siempre ha estado colmado por diferentes creencias
que han chocado y se han entremezclado entre si.
Santos, mártires e incluso la madre misma de Cristo, la Virgen de Guadalupe, están permeados por las
tradiciones y simbología de las religiones prehispánicas.
El contacto cotidiano y bélico llevó a que los cultos de diversos pueblos se enfrentaran, los dioses del
vencedor y del vencido se unieron en versiones nuevas capaces de unir a gente muy diferente debajo de una
misma fe.
La madre tierra Coatlicue
Coatlicue, la dama de la falda de serpientes,  es la madre tierra, representa a la vez la fertilidad (el
nacimiento, la vida) y la muerte.
Mientras que su vientre dio a luz a miles de dioses, la tierra es también una devoradora insaciable.  Según la
creencia mexica, la vida requiere de sacrificios para poder regenerarse por lo que el culto a la madre
requería todo tipo de sacrificios tanto en tributos enterrados como en sangre.
La representación más emblemática de la Coatlicue está situada en el Museo Nacional de Antropología. Sus
pies y manos tiene forma forma de garras, su falda está constituidas por serpientes entrelazadas. Sus pechos
son una representación habitual de la fertilidad femenina y en vez de una cabeza humana, dos serpientes
nacen de su cuello emulando chorros de sangre que correrían a partir de un cuerpo degollado. Parecería
terrorífica pero ¿no es terrorífico el enorme poder de la tierra?, ¿no nos aterra y maravilla la capacidad que
tiene para generar vida y para consumirla?
El pecho de la diosa está cubierto por un collar hecho con cráneos, manos y corazones humanos,
recordatorio de su impactante dualidad.
El origen de la Virgen guadalupana
Es el 12 de diciembre de 1531 cuando se creó la imagen original de la Virgen de Guadalupe. Su supuesto
autor, el indígena Marcos Cipac de Aquino o “Marcos Griego”, fue un escribano o “tlacuilo” quién también
se desempeñaba como pintor.
La imagen se volvió desde ese entonces un ícono dentro de la idiosincracia mexicana.
La autora y doctora de lenguas latinoamericanas de la Universidad de Texas, Malgorzata Oleszkiewicz
Peralba detalló en su libro La Maddona Negra en Latino América y Europa: Tradición y

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Transformación,  que la creación de una versión latina de la madre del mesías judeo-cristiano contribuyó en 
gran forma a la construcción de una identidad mestiza mexicana.
Rasgos que comparten
Son varios los elementos compartidos entre la Coatlicue y la Virgen de Guadalupe; el principal de ellos es su
papel como madres del dios principal de sus respectivos cultos.
La identidad maternal, símbolo de protección y familiaridad se extiende a sus seguidores, ellos también son
sus hijos y su adoración les lleva a tratar a estas representaciones como a una madre.
Ambas concibieron a su hijo pródigo de forma asexual y pura, no hubo participación de varón. Ambas
también lo hicieron a través del contacto con una representación de naturaleza celestial. En el caso de María
fue el espíritu santo en forma de paloma quien la ayudó a concebir a Jesús sin haber conocido hombre. Por
otro lado, la diosa Coatlicue, siendo ya madre de 400 dioses, tuvo a bien recoger una esfera de plumas que
había descendido del cielo, lo puso en su falda y después concebiría a Huitzilopochtli, dios de la guerra,
quien nació armado para salvarle la vida y se convertiría en la figura principal del panteón de los antiguos
mexicanos.
Además, ambas comparten el lugar donde son veneradas, un sitio que desde la época prehispánica ha sido
tomado como sagrado: el Tepeyac.
Lugar de veneración
El cerro del Tepeyac, cerca de la Ciudad de México, fue utilizado como el lugar para alzar un templo en
honor a Toci-Tonantzin o “Nuestra madrecita reverenciada” una advocación de Coatlicue, también conocida
como Teteo inan (la madre de los dioses).
Al igual que un gran número de edificaciones religiosas, el templo fue destruido durante la Conquista de
México. Sin embargo, los monjes franciscanos mantuvieron una pequeña capilla en este lugar para que los
conversos pudieran hacer su transición al rito cristiano de una forma menos violenta.
egún el cronista español Bernardino de Sahagún:
Está un montecillo que llaman Tepeacac y que los españoles llaman Tepequilla, y ahora se llama Nuestra
Señora de Guadalupe. En este lugar tenían un templo dedicado a la madre de los dioses, que ellos llaman
Tonantzin, que quiere decir nuestra madre. Allí hacían muchos sacrificios en honra de esta diosa, y venían a
ella de muy lejanas tierras, de más de veinte leguas de todas las comarcas de México, y traían muchas
ofrendas: venían hombres y mujeres y mozos y mozas a estas fiestas. Era grande el concurso de gente en
estos días y todos decían ‘vamos a la fiesta de Tonantzin’; y ahora que está ahí edificada la iglesia de
Nuestra Señora de Guadalupe, también la llaman Tonantzin, tomando ocasión de los predicadores que
también la llaman Tonantzin. (…) y vienen ahora a visitar a esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como de
antes, la cual devoción también es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias de Nuestra
Señora, y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin como antiguamente.“

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Hasta la fecha hay un debate entre los historiadores acerca de si los conquistadores españoles decidieron
utilizar el culto a Tonantzin como base para desarrollar el culto a la Virgen de Guadalupe. La mezcla de
creencias ya se había iniciado de cualquier forma, los indígenas acuñaron el nombre de Guadalupe-
Tonantzin, ya que la consideraban la misma identidad.
La Basílica de Guadalupe, principal centro de oración a la Virgen en México acabó su construcción en 1709.
Es hasta este día el centro de reunión de una de las peregrinaciones religiosas más importantes de
Latinoamérica y del mundo.
Actualmente, el culto a Tonantzin-Guadalupe es practicando por miles de indígenas de México y por otros
países del continente.
Indignación alimentada por ignorancia
Un caso relevante a cerca de estas dos figuras religiosas tuvo lugar el 14 de de agosto de 2017, cuando la
escultura “Sincretismo” del escultor Ismael Vargas fue develada en uno de los cruces viales más importantes
de Guadalajara.
La escultura combina elementos de Coatlicue y de la Virgen guadalupana en un solo símbolo femenino que
fue creado para poder ser apreciado de forma frontal sin importar de que punto se le vea.
Aunque “Sincretismo” fue avalada por la Arquidiócesis de Guadalajara, una gran cantidad de católicos
tomaron a mal la representación creada por Vargas, al punto que pronto iniciaron una campaña para
removerla del ojo público. Esta petición llegó a reunir 36 mil 800 firmas.
Incluso el cardenal Sandoval Íñiguez expresó que la escultura es una ofensa y falta de respeto para los que
profesan la religión católica.
“Eso no se vale, atropellando los sentimientos religiosos, es una ofensa al pueblo”
No todos los representantes de la iglesia opinan igual, el padre Alejandro Solalinde se refirió a la escultura
“Sincretismo” como una “obra maestra”
El religioso instó también al clero a no fomentar la ignorancia ni el fanatismo entre los creyentes ya que, en
su opinión, la obra del escultor representa “la transición de la teología náhuatl a la teología cristiana”
Mezcla de agua bendita y mezcal
Aún en medio de uno de los rituales más fervientes de la creencia católica de nuestro país, siguen existiendo
lazos irrompibles con el mundo y tradiciones prehispánicos, incensarios con copal impregnan el aire de las
visitas a la Basílica de Guadalupe, danzantes bailan a modo de homenaje a la “madrecita”. Las usanzas
paganas se convirtieron en actividades piadosas.
Solo una entre las muchas vírgenes mestizas del mundo
Aunque el origen intercultural de la Vírgen de Guadalupe siga siendo fuente de controversia, la verdad es
que es solo uno de múltiples sincretismos relacionados con la madre de Jesucristo que existen alrededor del
mundo.

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Vírgenes de todas las razas y lenguajes abundan en el panorama internacional; Nuestra Señora de las
Virtudes, una María de piel negra es adorada en la misma España mientras que Nuestra Señora de la
Monserrate, una virgen claramente, mestiza es idolatrada en Puerto Rico.
Todas representan a la madre del dios cristiano y, sin embargo, no pierden su contacto con las culturas y
creencias que existían antes de la llegada de los colonizadores. En ocasiones, incluso parece que fueron ellas
quienes colonizaron a la religión impuesta.

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