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Prólogo
A donde sea que él volteara, lo único que podía ver en esa oscura noche, eran
múltiples explosiones a la distancia, naves espaciales de gran tamaño a lo lejos,
edificios en ruinas alrededor suyo, de los cuales brotaban charcos de sangre.
Era imposible saber la expresión que podría tener este niño al presenciar tal
horrible escenario, ¿por qué? Al parecer este niño tenía puesta una máscara
bastante peculiar, con símbolos negros muy extraños y con dos orificios en la
parte central superior que dejaban claro que era por ahí donde podía ver, sin
embargo, se podía escuchar a través de la máscara un pequeño llanto.
“No esperaba encontrarme a una cría Arcadiana viva en un lugar como este…”
Fueron las palabras que el niño escuchó de una voz gruesa y tenebrosa provenir
detrás de él.
Al voltear, lo primero que vio fue una silueta humanoide oscura por la escasa luz
estaba detrás de él.
Aquel ser tenía puesta una capucha negra que no dejaba ver su rostro, solamente
se podían ver sus dos brillantes ojos rojos como la sangre y era notable la falta de
algún tipo de vestimenta que cubriera su torso, y llevaba unos pantalones que
tenía algunos detalles metálicos que brillaban con la poca luz de la luna y todo eso
acompañado de aura aterradora como si tuviera frente a él a un gran depredador.
“Sería un desperdicio dejar que tu carne tierna se pudriera en un lugar como este,
¿no lo crees?”
Este extraño ser, con hedor putrefacto empezó a inclinar su espalda hacia atrás
para abrir una gran boca de su torso, de la cual empezaron a salir varios
tentáculos, listos para llevarse al niño al interior suyo.
El infante arcadiano estaba aterrado ante tal escenario, sabía que iba a ser
sometido por esos tentáculos para luego ser devorado y triturado por esa gran
boca.
Fue lo único que el niño podía pensar y repetir en su mente mientras lloraba
dentro de la máscara.
El niño en lágrimas cubrió su cabeza con sus manos y cerró sus ojos como su
último instinto de supervivencia, espero en un silencioso llanto su muerte mientras
su corazón latía a mil por hora, pero, ese fin que jamás llegó…
Juthge era el nombre que se les daba a los Arcadianos con la capacidad de
controlar 1 de los 7 elementos primordiales de la creación y eran reconocidos por
su gente como guardianes de la paz en su planeta.
El Juthge que salvó al pequeño niño, cortando los tentáculos con una gran y
pesada espada que era indistinguible para cualquier habitante de Arcadia.
El niño al ver la forma de la espada que empuñaba y por su túnica blanca con
tonos rojizos y detalles dorados supo de inmediato que su salvador era el Juthge
de fuego.
Al igual que el niño, este contaba con una máscara blanca, pero con diferentes
símbolos grabados en ella, los orificios oculares de la máscara brillaban por un
color rojo cálido.
El gemido que indicaba disgusto provenía del ser que estaba a punto de atacar al
infante, parece que no le agrado que le hayan cortado los tentáculos del torso de
su boca.
“Por tu aspecto, y ropa deduzco que eres Zibaik el devorador, uno de los tres
generales del ejército Zorick, ¿verdad?”
“Supongo que es un honor, que mi reputación haya llegado a los oídos de uno de
los seres más poderosos del universo.”
“Niño es momento de que corras, no te preocupes por mí, cuando termine con
este monstruo te llevaré a un lugar seguro.”
El niño estaba atónito por la presencia del Juthge, no fue capaz de contestarle o
de por lo menos asentir a la petición de su salvador.
“¡Ahora! ¡corre!” —Dio un fuerte grito el Juthge para hacer reaccionar al niño.
“¿Es en serio?, ¿te adentras en el frente de la guerra solo para salvar a una cría?,
que patético.”
Los dedos del brazo derecho de Zibaik empiezan a retorcerse de una forma muy
grotesca, después de unos segundos, el brazo de Zibaik se había convertido en
una cuchilla hecho de su propio tejido.
“No… Es patético que creas que saldrás con vida de aquí para salvar a esa cría.”
‘Rise’ es el termino que se les da a las habilidades mas poderosas que pueden
llegar a desarrollar los Juthges, pero muy pocos llegan a dominarlas, ya que su
único objetivo, es la destrucción.
Detrás del Juthge 3 grandes círculos con grabados extraños luminosos comienzan
a salir, uno posicionado arriba de la cabeza de él y los otros 2 a unos pocos
metros arriba de sus hombros.
De los tres círculos luminosos comienzan a salir rayos de energía de gran grosor,
con patrones y colores similares a los de un sol, y estaban en dirección a Zibaik.
El ataque de energía del Juthge colisiona con el cuerpo de Zibaik y una gran nube
de polvo se alza en el lugar del impacto.
«Fue un golpe directo, sin duda debió de haberse desintegrado por completo…»
«E-es imposible…estoy seguro que recibió el ataque, ¡¿Por qué sigue de pie?!»
“Al parecer el poder de tu ataque ‘Rise’ fue demasiado débil para mí... ¿no tienes
algo con más poder? ¿o acaso eso es todo lo que tienes?”
Fueron las palabras de Zibaik que mostraban un claro tono burlesco y decepción.
Esas fueron las últimas palabras que escucho el Juthge aquella noche.