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Ubicación: 

Barranca de Huentitán, Guadalajara, Jalisco, México


Construcción: Pedro Bravo, Francisco Martínez, Sandy Minier, Javier Reyes, Gerardo Monroy +
100 voluntarios
Método constructivo: Concreto reforzado, aparejo de piedra y ladrillo de lama, bajareque,
entramado de carrizo y tejido de palma
Año proyecto: 2013
Área: 375 m2
Cliente: IMDEC, Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario
Fotografías: Pedro Bravo, Sofía Hernández, Francisco Martínez

El proyecto se desarrolla en demanda por instalaciones para la recepción y alojamiento de


participantes de talleres y convenciones convocados por IMDEC y cuya sede, CEDE, se
acomodaba en un salón de usos múltiples y en los jardines del complejo. El objetivo del
proyecto se centraba en facilitar la participación de comunidades distantes y prolongar la
interacción, enalteciendo la experiencia del evento.

Las nuevas instalaciones -que fueron levantadas en tan sólo dos jornadas de trabajo y más de
100 voluntarios-, se construyen a partir de una estructura base de hormigón, muros de
bahareque (cañas entretejidas y barro) y una celosía de carrizo entretejido (de la familia
del bambú), que recorre gran parte de su perímetro.

El proyecto fue concebido y simplificado en relación a tres factores clave:

El entorno educativo que proveían los talleres de autoconstrucción que se desarrollan en sitio


y su relación con materiales sustentables; optando por utilizar bahareque, un sistema
constructivo compuesto de carrizo entretejido y cubierto con una mezcla de tierra húmeda y
paja.

El presupuesto limitado, el apremio por su realización y la participación de voluntarios en su


construcción; tomando está condición como oportunidad para fortalecer el vínculo entre el
elemento arquitectónico y la comunidad, planear su versatilidad y permitir su apropiación.

El favorecido clima y el espléndido entorno natural; lo que permitió desarrollar una edificación


abierta.

Descripción

En su estructura el proyecto se desarrolla entre plataformas y pilares de concreto que


interceptan la topografía, procurando el ingreso libre en cualquier punto de encuentro. Entre
el sembrado de pilares se disponen marcos de madera modulares conformando los muros de
bahareque con puertas y ventanas tejidas en palma.

En el perímetro y a manera de protección contra el viento y la perdida de calor, lo


envuelve una celosía de carrizo entramado que reivindica al concreto y le comparte
identidad. Escaleras y detalles en el tradicional ladrillo de lama proporcionan la
fortaleza reconocida localmente y su relación terrosa.

En repetidos periodos de tres meses la construcción de plataformas y pilares de


concreto, instalaciones y elementos técnicos fueron terminados, dejando una estructura
completamente desnuda y lista para su intervención.
Ya próximos al evento de cierre de obra, los marcos de madera con entramado de carrizo
fueron preparados, los tejidos de palma recibidos y el montículo de tierra y paja listo
para el pisoteado. Se requirió de un esfuerzo de grupos de trabajo para el
posicionamiento de paneles, preparación y acarreo de mezcla, entortado de muros,
fijación de puertas y ventanas, empedrado.
CASA EN PUEMBO

Arquitectos       Fernanda Castillo, Sebastián Corral 


Colaboración:    Bolívar Romero, Carlos Espinoza, Rogelio y Orlando Tiba
Ubicación:         Puembo, Ecuador
Superficie:         210 m2
Fecha:             2008-2010
Fotografías:      Sebastián Corral
Construcción:    SCARQ

La Casa en Puembo parte del interés por experimentar con materiales “no convencionales” o
reciclados para lograr una construcción de bajo impacto ecológico, y sustentable. Combina una
serie de aspectos constructivos en su diseño: sistemas tradicionales y tecnológicos que de
manera conjunta, conforman su interior y estructura. Esta variedad, en cuanto a materiales,
permite que cada espacio posea un tratamiento distinto como respuesta cada necesidad
funcional. 

Tierra, como tapial y bareque; madera, como pino reciclado y eucalipto de cultivo; piedra,
metal y concreto; todos estos ubicados de tal manera que la arquitectura como “producto
final“ estético sea el reflejo del proceso constructivo y los ensambles entre elementos.

La casa funciona como una L en donde se contrasta el ala social, construida con paredes de
tapial de 50cm de espesor asentado sobre un contrapiso normal, como elementos pesados;
con la zona intima que se presentada como un volumen liviano tipo esqueleto suspendido
sobre piedra.

Esta relación entre partes manifiesta también dos imágenes inconscientes de arquitectura
vernácula: la casa de la sierra y la casa de la costa.

Al tapial como estructura y envolvente a compresión se le refuerza con un sistema de tensores


de hormigón armado en tres alturas, uno de los cuales recorre la totalidad de los “diafragmas”,
esta técnica crea flexibilidad al sistema, mientras que los contrafuertes o “espuelones”
refuerza su estabilidad.

Al tapial a manera de estructura perimetral, permite liberar la planta para facilitar los
diferentes usos en la parte social, mientras que el esqueleto de pingos y metal sostiene al
bareque para dividir los espacios íntimos.

La casa consta de dos dormitorios enlazados por el inodoro compostero, sala comedor, cocina
y un taller en el sótano. La cocina se ubica en el centro de la casa uniendo las dos áreas y los
dos niveles.

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