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Salud de Los Pueblos Indígenas
Salud de Los Pueblos Indígenas
interculturalidad
El derecho a la salud es uno de los derechos fundamentales más relevantes,
protegido tanto en instrumentos jurídicos nacionales como internacionales; no
obstante, también es un derecho que aún no logra la plena vigencia en nuestro
país, ya que el Estado no proporciona la atención ni los servicios médicos
necesarios en todas localidades de México. A pesar de los esfuerzos que se
han hecho, aún quedan varios pendientes en materia de atención médica, de
recursos humanos para las clínicas comunitarias y de infraestructura y
equipamiento para clínicas y hospitales. En estos rubros, las comunidades
indígenas del país, tal y como sucede en otros aspectos del desarrollo social,
son las más desprotegidas y a las que la atención les llega después y con
deficiencias. Este documento pretende revisar los instrumentos jurídicos que
garantizan el derecho a la salud, tanto en el ámbito nacional como en el
internacional, para después señalar cuáles son los derechos de las y los
usuarios de los servicios de salud en las clínicas de las comunidades, en
especial de las y los usuarios pertenecientes a los pueblos indígenas. Es
importante recordar que entre las obligaciones del Estado está la de garantizar
la seguridad social y el acceso a los servicios de salud para toda la población, y
que el personal médico de las clínicas en las comunidades está obligado a
velar por la plena vigencia y el respeto a los derechos humanos en general y de
los de los pueblos y comunidades indígenas en particular. Una novedad del
programa de CHIRAPAQ es que busca abordar uno de los determinantes
estructurales de la desnutrición infantil en zonas quechuas de Ayacucho: la
seguridad y soberanía alimentaria. Esto último, ayudaría a enfrentar
directamente uno de los resultados de las inequidades sociales y económicas
en el ámbito de la producción y comercialización de alimentos, que perpetúan
la pobreza y desnutrición en las zonas rurales. La seguridad alimentaria sería el
acceso permanente a la alimentación, pero con soberanía alimentaria, que
implica que la población quechua pueda tener control sobre los sistemas de
producción agrícola. Se plantea una visión de la agricultura orientada a la
alimentación y la cohesión comunitaria, que a su vez esté en equilibrio con la
naturaleza, por lo que se fomenta que esta sea diversa y sostenible y repercuta
en el bienestar de las poblaciones indígenas. Esta propuesta supera diversas
iniciativas estatales para enfrentar la desnutrición infantil que han combinado
básicamente la donación temporal de canastas de alimentos y la capacitación
de las madres para dar una mejor alimentación a sus hijos usando productos
locales. Adicionalmente, el proyecto incluye en su formulación otros factores
que pueden considerarse determinantes sociales intermedios de la
desnutrición, como son fortalecimiento de organizaciones sociales (las que
facilitarían la implementación de diversos proyectos de desarrollo), una mayor
participación de los varones en el cuidado del hogar y de sus hijos (visibilizando
así la importancia de la equidad de género), así como mejoras en las
condiciones de habitabilidad de la población campesina.
El programa de formación de enfermeros técnicos indígenas en salud
intercultural se plantea como una estrategia inicial para construir un sistema de
salud intercultural, el cual cobraría forma concreta en “un modelo de atención
que articule los conocimientos médicos occidentales e indígenas que aún se
conservan y practican, con el objetivo de mejorar la calidad de la salud de las
comunidades indígenas”. Este sistema de salud intercultural implica también,
desde la propuesta de AIDESEP, la necesidad de fortalecer los sistemas de
salud indígenas, como base de este nuevo modelo de atención en salud. Cabe
resaltar que, desde sus inicios, los objetivos de salud pública de disminuir la
mortalidad materna han estado muy fuertemente presentes en la
institucionalización de la adecuación intercultural del parto en zonas andinas
que presentaba altas tasas de mortalidad materna. Ello hace que a veces sea
difícil distinguir cuando y para quiénes la salud intercultural es un fin valioso en
sí mismo, o una estrategia útil para lograr cumplir con la meta de disminuir las
muertes maternas en zonas rurales quechuas como las de Huancavelica.
Ciertamente, disminuir la muerte materna es una meta urgente en la agenda
nacional y global de salud, y es compartida por diferentes actores de la
sociedad civil, incluidas las organizaciones indígenas, y la cooperación
internacional en el Perú. Lo que queremos es llamar la atención respecto al
contraste de partir por considerar la salud intercultural como una demanda
política de reconocimiento y equidad (presente en los dos casos anteriores
impulsados por organizaciones indígenas), y el considerarla principalmente
como un medio para lograr disminuir la mortalidad materna. Este punto es
desarrollado más ampliamente en los hallazgos del estudio resumidos en el
acápite de resultados del proyecto. Además de la salud intercultural, otro
aspecto crucial en las zonas amazónicas donde realizamos el estudio es la
demanda por una mayor capacidad resolutiva de los puestos de salud. Los
puestos de salud son establecimientos concebidos como de primer nivel de
atención, pero por la lejanía y difícil acceso a los establecimientos de mayor
capacidad resolutiva en Amazonas, estos terminan cumpliendo no sólo
funciones preventivas sino también recuperativas y asistenciales. Es así que la
población y los propios enfermeros técnicos, demandan contar con más
personal de salud calificado (en uno de los puestos de salud que estudiamos
sólo laboran un enfermero técnico y un técnico sanitario anciano que ya no
puede cumplir con las responsabilidades asignadas y se reclama un obstetra;
en la otra posta, se pide especialmente un odontólogo), tener mayor
equipamiento y disponibilidad de medicinas adecuadas para atender.
En el sentido integral el pleno disfrute de la salud para los pueblos indígenas,
además de los factores de orden médico (biológico) está relacionado con los
factores contextuales que lo determinan: acceso a la tierra/territorio, a los
recursos naturales, al un medio ambiente sano, condiciones de vivienda,
nutrición, y la armonía social que emana de la expresión irrestricta de su
identidad cultural y su libre determinación en sus asuntos. Por ello la salud
indígena en su dimensión de salud colectiva está relacionado con los factores
de orden ecológico, político, económico, cultural, social y espiritual.