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Autoliderazgo: por qué es importante

Dra. Michelle Browning


El liderazgo es el proceso de influencia y, con mayor frecuencia, se hace referencia a él
en relación con el servicio, la motivación y el empoderamiento de los demás. Hay
muchas teorías de liderazgo, la mayoría agrupadas en cuatro grupos de teoría
centrales, que incluyen teorías de rasgos, teorías de comportamiento, teorías de
contingencia y teorías de poder e influencia. Generalmente, liderar a otros es el
enfoque clave dentro de cada una de las teorías comunes de liderazgo. Sin embargo,
se ha prestado una atención mínima al liderazgo de uno mismo. El autoliderazgo
incluye la autoconciencia, establecer metas para uno mismo, honrarse a sí mismo,
rechazar activamente el pesimismo y ser el cambio que desea ver en el mundo. El
enfoque de la investigación actual es el autoliderazgo, incluida una exploración del
proceso de autoliderazgo y por qué es importante el autoliderazgo.
2. Teorías fundamentales del liderazgo
El liderazgo es probablemente el tema más estudiado en las ciencias organizacionales.
Miles de líderes Se han publicado estudios y se han escrito miles de páginas sobre
liderazgo en libros académicos y revistas (Luthan, 2005). Hay cuatro teorías centrales
del liderazgo que constituyen la columna vertebral de la comprensión del liderazgo.
Primero, las teorías de los rasgos argumentan que los líderes efectivos comparten una
serie de características o rasgos de personalidad.
Las primeras teorías de los rasgos decían que el liderazgo es una cualidad instintiva e
innata que los individuos tienen o no tienen. Ninguno de estos rasgos, ni ninguna
combinación específica de ellos, garantizan el éxito como líder. Las teorías de los
rasgos, sin embargo, ayudan a identificar rasgos y cualidades como la integridad, la
empatía y asertividad que son útiles para liderar a otros.
La segunda de las teorías centrales del liderazgo son las teorías del comportamiento.
Estas teorías se centran en cómo los líderes comportarse. En la década de 1930, Kurt
Lewin desarrolló un marco basado en el comportamiento de un líder. Argumentó que
hay tres tipos de líderes, específicamente, el líder autocrático, democrático y del
laissez-faire. Los líderes autocráticos hacen decisiones sin consultar a sus equipos. Este
estilo de liderazgo se considera apropiado cuando las decisiones necesitan hacerse
rápidamente, cuando no hay necesidad de aportes y cuando el acuerdo del equipo no
es necesario para un éxito.
Los líderes democráticos permiten que el equipo proporcione información antes de
tomar una decisión, aunque el grado de información puede varían de un líder a otro.
Este estilo es importante cuando importa el acuerdo de equipo. Los líderes del laissez
faire no interferir y permitir que las personas del equipo tomen muchas decisiones. Sin
embargo, esto puede resultar difícil cuando Hay varias perspectivas e ideas.
La tercera de las teorías centrales del liderazgo es el enfoque de contingencia o
situacional. Un componente fundamental de El líder de contingencia es que la
organización o el grupo de trabajo afecta la medida en que los rasgos de líder y los
comportamientos serán efectivos. Introducida en 1967, la teoría de la contingencia de
Fiedler fue la primera en especificar cómo los factores situacionales interactúan con
los rasgos y el comportamiento del líder para influir en la eficacia del liderazgo (Fiedler,
1967).
Las teorías de contingencia ganaron prominencia a finales de los años sesenta y
setenta. Cuatro teorías de contingencia bien conocidas son:
La teoría de la contingencia de Fiedler, la teoría del camino-objetivo, el modelo de
liderazgo de toma de decisiones de Vroom-Yetton-Jago y la teoría del liderazgo
situacional.
La cuarta de las teorías centrales del liderazgo son las teorías del poder y la influencia.
Estas teorías se centran en la fuente del poder del líder y se basan en las diferentes
formas en que los líderes usan el poder y la influencia para conseguir cosas hecho. Una
de las más conocidas de estas teorías son las cinco formas de poder de French and
Ravens. Este modelo destaca tres tipos de poder posicional - legítimo, recompensa,
coercitivo - y dos fuentes de poder personal - experto y referente. El modelo sugiere
que usar el poder personal es más efectivo cuando se combina con la experiencia
como fuente legítima de poder personal. Otra fuente de poder e influencia es el
liderazgo transaccional.
El enfoque asume que las personas hacen cosas por recompensa y por ninguna otra
razón. Contrastando lo transaccional. El estilo de liderazgo es el estilo de liderazgo
transformacional. Los líderes transformacionales muestran integridad y saben cómo
para desarrollar una visión robusta e inspiradora del futuro. Motivan a las personas a
lograr esta visión y gestionan su entrega. El líder transformacional está más
estrechamente vinculado al concepto de autoliderazgo.
3. Autoliderazgo
El liderazgo es un arte cultivado que comienza con el autoliderazgo (Ng, 2017). El
autoliderazgo es tener un desarrollo sentido de quién eres, qué puedes hacer, adónde
vas, junto con la capacidad de influir en tu comunicación, emociones y
comportamientos en el camino para llegar allí. En el centro del liderazgo está la
persona quien, más que cualquier otra cosa, marca la diferencia. Aunque la gran
mayoría de las teorías del liderazgo se encuentran fuera
En el ámbito del autoliderazgo, hay varias personas destacadas que han estudiado
varios aspectos del autoliderazgo.
Daniel Goleman (2013) explica que los líderes excepcionales se distinguen por un
autoliderazgo superior. Aunque se ha escrito mucho sobre la importancia del yo, la
investigación dominante se centra principalmente en gestión de uno mismo en lugar
de liderazgo de uno mismo. Por ejemplo, Bill Hybels (2002), un destacado líder de uno
de los las organizaciones sin fines de lucro más grandes del mundo, explica que el
desafío administrativo más difícil es siempre la autogestión. Además, Drucker (1999)
sostiene que existe una conexión explícita entre la excelencia en manejo y cultivo de la
comprensión de uno mismo. Drucker analiza además la importancia de la autogestión
al alentar a las personas a conocer sus fortalezas y valores como un camino hacia la
construcción de los dimensiones positivas que ya están presentes en nuestras vidas en
lugar de trabajar para mejorar los déficits.
Basándose en más de veinte años de investigación en liderazgo y un galardonado
laureado en los Estados Unidos Business Hall of Fame, Dee Hock (2000) comparte su
sabiduría al sugerir que los líderes deben invertir al menos cincuenta por ciento de su
amperaje de liderazgo en auto-liderazgo con el cincuenta por ciento restante en
liderazgo hacia abajo, conduciendo hacia arriba y conduciendo lateralmente. Para
resaltar aún más la importancia de uno mismo dentro del proceso de liderazgo, Chris
Lowney (2005) explica que, para alentar a los equipos a desempeñarse heroicamente,
los líderes deben reconocer al héroe.
En resumen, el autoliderazgo es un camino para liderar a otros de manera más eficaz.
En el colaborativo, descentralizado entorno laboral, capacitando a las personas para
que se conviertan en líderes autónomos que establezcan prioridades, tomen la
iniciativa y resuelvan
Los problemas son más importantes que nunca. Afortunadamente, se pueden
desarrollar auto-líderes. Presidente de Lolly Daskal (2017) de una consultoría global
especializada en liderazgo y desarrollo empresarial, anima a los líderes a concentrarse
en el liderazgo dentro de sus propias vidas. Daskal ofrece doce pautas específicas para
liderar desde dentro como se detalla en la Tabla 1 a continuación.
1. Establezca metas para su vida.
Establezca metas diarias, mensuales y a largo plazo vinculadas a sus visiones y
sueños. No tenga miedo de ir por algo grande, recuerde, nada es imposible si crees
que puedes lograrlo. Una vez que haya establecido sus metas, pregúntese todos los
días qué está haciendo para alcanzarlos.
2. Predique con el ejemplo.
Todos los días, estás dando un ejemplo a quienes te rodean, ya sea que te des
cuenta o no, positivo o negativo. Tu vida es su mensaje, por lo que para ser el líder
de su vida, debe decidir qué mensaje desea enviar.
3. Sea valiente.
Demasiadas personas atraviesan la vida sin siquiera tomar la iniciativa de encontrar la
grandeza dentro de sí mismas. En cambio, enséñale usted mismo para ser atrevido, audaz
y valiente. Esté dispuesto a caer, fallar y volver a levantarse para otra ronda. Para llevar en
tu vida Requiere que hagas cosas que te dan miedo, porque la vida se desarrollará en
parte de tu valentía.
4. Honrar a las demás.
Otros le dirán que se asegure de obtener todo el crédito y la validación que le
corresponde. Pero ser el líder de tu propia vida significa aprender a ser humilde y
regalar el mérito. Salir por delante de los demás es solo una parte del liderazgo;
también tienes que ir con ellos. En lugar de buscar reconocimiento para sí mismo,
demuestre que está con ellos y que los reconoce y aprecia.
5. Adopte nuevas ideas y oportunidades.
No evite nada nuevo, ya sea una oportunidad, una idea o una experiencia.
Convierte cada día en una aventura y trabaja para convertir en posibilidades todos
los programas, proyectos y procesos de tu vida. Todo era imposible hasta que lo
hizo la primera persona, así que esfuérzate por ser siempre esa primera persona.
6. Cuestiona todo.
Conviértete en la persona que constantemente hace preguntas. Cuanto más
preguntas, más aprendes y cuanto más aprendes, más sabes. Si no nació con él,
desarrolle el impulso para aumentar sus conocimientos, habilidades y
comprensión. Hágase preguntas para mantenerse concentrado: preguntas
sencillas para aclarar cuestiones y hechos, y preguntas complejas para
comprender mejor los conceptos y las creencias. La curiosidad es una forma
importante de convertirse en el líder de su propia vida.
7. Haz lo correcto, no lo fácil.
Hay algunas cosas con las que simplemente no te tomas libertades. Cuando se
trata de integridad, honestidad y ética, no hay lugar para concesiones. Asegúrese
de que lo que dice y lo que hace siempre esté alineado; mantén la integridad en el
corazón de tu carácter y nunca la perderás de vista. Todos somos humanos y los
humanos no somos perfectos. Pero siempre puede hacer el esfuerzo de elegir lo
que es correcto sobre lo que es conveniente o personalmente beneficioso.
8. Encuentra bondad y belleza en todos y en todo.
Es fácil sentirse abrumado por la negatividad y la fealdad que existen en el mundo.
Pero si dedicamos nuestro tiempo a buscar la belleza en todo y en todos, qué
diferente se vuelve la vida. Depende de nosotros ver, apreciar y compartir la
belleza que nos rodea todos los días.
9. Rechace activamente el pesimismo.
Siempre habrá algo de lo que ser negativo. En su lugar, practique la tolerancia cero
con la negatividad. Cuanto más rechaces las cosas derrotistas, críticas, fatalistas y
apáticas, más espacio dejas en tu vida para la positividad. Como líder de tu propia
vida, tienes el poder de hacerte sentir miserable o feliz con las decisiones que
tomas todos los días.
10. Sea el cambio que quiere ver en el mundo.
Todo lo que quieres empieza contigo. Empieza por dentro. Para vivir en el mundo
de sus sueños, debe, en las famosas palabras de Gandhi, ser el cambio que desea
ver. Sueña en grande y empieza con algo pequeño.
11. Rodéate de mentores y profesores.
No puedes crecer cuando crees que eres la persona más inteligente de la sala. Esté
siempre atento a maestros y mentores que sean más inteligentes y con más
experiencia que usted. Busque estar continuamente inspirado por algo y aprender
sobre todo. Fomentar el crecimiento y el desarrollo es tan importante para liderar
en su propia vida como lo es con sus empleados en el trabajo.
12. Cuidar y cuidar a las personas.
Asegúrate de que la compasión y la empatía sean una parte central de quién eres y
permanecerás conectado con tu humanidad básica. Cuando lo haga, no solo se
convertirá en un mejor líder de su propia vida, sino también en alguien que los
demás elijan para liderarlos.

4. Por qué es importante el autoliderazgo


Existe una correlación directa entre el autoliderazgo y el liderazgo público (Rima,
2000). Rima (2000) explica que la forma en que un líder conduce su vida personal
tiene un impacto profundo en la capacidad del líder para ejercer un liderazgo
público eficaz. Las áreas específicas mejoradas mediante el autoliderazgo incluyen
el intelecto emocional, la autoconciencia y la gestión de relaciones, incluidas las
habilidades intrapersonales e interpersonales. El autoliderazgo sirve para mejorar
el intelecto emocional de un líder fortaleciendo la conciencia de uno mismo.
Pinnow (2011: 131) destaca la importancia de la autorreflexión, ya que da forma
crucial al estilo de liderazgo y la organización; “No hay total objetividad, ni realidad
inquebrantable, ni verdad absoluta, sino siempre sólo una comprensión individual
de ella”. Añade que los líderes que fracasan son aquellos que no logran ver o
comprender la verdadera razón de su acción y, finalmente, envían la señal
incorrecta. Por ejemplo, los líderes deben comprender por qué se comportan de
manera agresiva o defensiva en determinadas situaciones o con determinadas
personas (Pinnow, 2011). Una vez que comprenden las razones reales, pueden
evaluar una situación o personas de manera más objetiva sin verse abrumados por
un guión interno predefinido (Pinnow, 2011). Esto ayudará a los líderes a alinear
más plenamente su comportamiento con los valores propios y las aspiraciones
(Joiner y Joseph, 2007). Luego pueden manipular los defectos como oportunidades
de aprendizaje para el autodesarrollo (Ashridge, 2009; Rasli et al., 2014).

Las habilidades de liderazgo involucran las habilidades de los líderes propios para
reflexionar sobre las fortalezas y debilidades de uno mismo. Participar en el
pensamiento reflexivo influirá en la capacidad de los líderes para aprender sobre sí
mismos y sobre los demás. Para que un personal rectifique o compense sus
debilidades o defectos, primero debe darse cuenta y reconocer sus debilidades.
Esto es apoyado por Hamill (2011) quien afirma que la autoconciencia es el punto
de partida para el desarrollo del liderazgo. Explica que el desarrollo del liderazgo
implica un proceso de autorreflexión, desarrollo de la autoconciencia y el
autocultivo (proceso de cultivación y crecimiento). Tal proceso conduce a un
cambio de comportamiento. El autoliderazgo también mejora la capacidad de un
líder para gestionar las relaciones intrapersonales e interpersonales. De acuerdo
con la Teoría del Liderazgo Sistémico, la gestión de las relaciones implicadas la
gestión de las relaciones tanto intrapersonales como interpersonales. El corazón
del liderazgo eficaz, según Pinnow (2011), es la capacidad de gestionar
eficazmente la relación entre uno mismo (el líder), los empleados y la
organización. La teoría de sistemas postula que todos vivimos realmente en un
sistema y somos parte de él. Este sistema se forma y sustenta en base a las
relaciones de sus miembros y su trabajo en red.
Varios estudios han demostrado que las relaciones interpersonales efectivas son
uno de los factores principales en el éxito y el fracaso del líder (Jandro, 2011). La
arrogancia, la indiferencia, la insensibilidad, las acciones dictatoriales, demasiado
críticas y de autoaislamiento son algunos de los rasgos que descarrilan a los líderes
(Van Velsor y Leslie, 1996). Además, los puntos fuertes como la asertividad y la
iniciativa que funcionan bien en las primeras etapas de la carrera de un líder, a
menudo se convierten en contratiempos, ya que los líderes necesitan orientarse
más hacia las relaciones para trabajar de manera más colaborativa con los demás
(Denton y Van Dill, 2006). La necesidad de habilidades intrapersonales efectivas es
esencial para el liderazgo efectivo de los demás. Como afirma Pinnow (2011: 130)
“nosotros (los humanos) somos mucho más producto de principios, imágenes,
mensajes y expectativas de roles irracionales y en parte inconscientes”. Por lo
tanto, la interpretación que hace un líder del estimulante externo se basa en su
contexto de realidad o "autodefinición" (Pinnow, 2011) que puede contradecirse
con la percepción de los demás. La autodefinición dicta el guión interno de uno,
sus creencias sobre lo que está bien y lo que está mal, su visión de los demás, su
motivación, debilidades y miedos (Pinnow, 2011). Un líder solo puede ver los
problemas o situaciones de manera objetiva si es capaz de “alejarse de la
autodefinición consciente para darse cuenta de quiénes son realmente, no
quiénes quieren ser” (Pinnow, 2011: 131).
Las habilidades relacionales, por otro lado, se refieren a habilidades blandas,
incluida la capacidad de desarrollar equipos de trabajo efectivos (Gentry et al.,
2007). Este tema refleja las habilidades de los líderes para desarrollar relaciones
interpersonales efectivas con miembros internos y establecer relaciones sólidas
con partes interesadas externas. Es posible que los líderes deban ser más sensibles
a los problemas internos, como la diversidad y la gestión del talento, así como a
las presiones de las partes interesadas externas, como socios comerciales,
reguladores y organizaciones no gubernamentales. Los líderes deben poder
reflexionar sobre sus propias debilidades y fortalezas y traducirlas en
oportunidades de aprendizaje. Esto, según Ashridge (2009), implica la capacidad
de los líderes para aprender de los errores. Sin embargo, el aprendizaje solo puede
tener lugar cuando un líder admite voluntaria y honestamente sus defectos (Perrin
et al., 2012). Por eso es importante el autoliderazgo.
5. Conclusión
A pesar de cualquier teoría y estilo de liderazgo que exista dentro de una
organización, los líderes pueden servir más plenamente a los demás cuando
exhiben liderazgo propio. Los empleadores prefieren trabajadores que puedan
tomar decisiones efectivas por sí mismos y puedan influirse a sí mismos para
trabajar con eficacia. El autoliderazgo ayuda a los líderes a ser más conscientes de
sí mismos, disciplinados y a construir relaciones más sólidas. Al capacitar a las
personas para que se conviertan en líderes autónomos, las organizaciones se
vuelven más orientadas a los clientes, rentables, innovadoras y eficaces. En última
instancia, una cultura que fomenta el autoliderazgo es una cultura que conducirá a
la grandeza dentro de una organización.

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