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entre consentimiento y rechazo

El cuerpo es el Otro

Virginia Thedy + Paula Vallejo

Ma. Del Carmen Arias Silvia Bermúdez Susana Besson


Roxana Chiatti Ma. Eugenia Cora Silvia Crosetto
Verónica Fernández Ana Cecilia González Graciela González
Silvina Molina Enrique Prego Andrés Rosental
Adrián Secondo Ramiro Tejo Natalia Thomas
Adriana Wolfson Diana Wolkowicz

jornadaseol.ar
El cuerpo es el Otro

“[…] ¿qué es ese Otro, cuál es su sustancia?”. Dejé que me dijesen […]
durante un tiempo que yo camuflaba en ese lugar del Otro al espíritu.
Lo fastidioso es que es falso.
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El Otro, en el fondo de los fondos, todavía no lo adivinaron, es el cuerpo” .
JACQUES LACAN, 1967

En esta frase, enigmática en el momento en que fue pronunciada, ubicamos el punto de partida de una
perspectiva de la experiencia analítica diferente de la que Lacan había enfatizado hasta allí, perspectiva
que lo conduce “hacia el final de su enseñanza –como señala Miller– a abjurar de la fórmula ‘el incons-
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ciente procede de lo lógico puro’ para reemplazarla por ‘lo inconsciente procede del cuerpo hablante’” .
Si para Lacan, decir “el Otro es el cuerpo” fue en aquel momento un modo de alejarse de la concepción
estructuralista que hacía del Otro un lugar de puro significante, hoy en día el contexto ha cambiado. Las
políticas identitarias derivadas de la teoría de género se afirman en una identificación del sujeto con su
cuerpo y en un rechazo de la alteridad. En esta coyuntura, el psicoanálisis apunta a destacar la necesa-
riedad del pasaje por el Otro para tener un cuerpo.

I – ¿Qué cuerpo?
En esa misma clase del seminario 14, Lacan señala “… el cuerpo está hecho para inscribir algo que se
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llama la marca. El cuerpo está hecho para ser marcado” . Más adelante, precisa que “la relación del sujeto
con el cuerpo pasa por el objeto a”, que este “es la juntura más segura del sujeto con el cuerpo” .
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En “Radiofonía” explora la referencia a la función incorporal que toma de los estoicos. Plantea allí que
el cuerpo que consideramos nuestro es un incorporal del lenguaje, es decir, es efecto de las marcas que
este deja, que no son solo marcas significantes sino también de goce.
Por su parte, en su lectura de “Radiofonía”, Eric Laurent señala que es “… del encuentro del cuerpo de
lo simbólico con la carne que se desprende el objeto a como incorporal…” . Y aclara que “este efecto (el
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objeto a) […] no se inscribe sobre o en sino fuera del cuerpo; y es así como el fuera-del-cuerpo puede articu-
larse con el cuerpo” .
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II – Clínica del cuerpo hablante


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En “El ser y el Uno” Miller nos indica que el cuerpo se define como “lo que se goza” . Más aún, que “el
goce repetitivo, el que damos en llamar adicción […] no es más que un auto goce del cuerpo, alcanzado por
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el S1 sin S2. Aquello que cumple con la función S2, que hace las veces de Otro de ese S1, es el cuerpo mismo” .
Es decir que, cuando se trata del hay Uno “la inscripción sobre el cuerpo no es una inscripción sobre
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una superficie sino que es una impresión topológica, es un agujero” . El significante hace agujero, entra
en el cuerpo y produce efectos de goce: es la corporización.
Con esta indicación interrogamos la práctica. Nos servimos de dos viñetas clínicas y de dos testimo-
nios de pase para explorar cómo, a partir de las marcas contingentes, se arma la consistencia fantasmá-
tica del cuerpo, y también cómo una vez atravesado el fantasma es posible acceder a otra consistencia
corporal, ya no sostenida del deseo del Otro, sino de la propia relación a esas marcas producidas por la
incidencia de lalengua .
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III – La incidencia de la marca
1. Lucía trae a sus sesiones una queja marcada por la insatisfacción en sus encuentros sexuales.
Evoca un recuerdo infantil de su madre sentada, cruzada de piernas, y ella montando la pierna que queda
colgada. “Esa fue la primera vez que sentí ‘eso’ y de ahí nunca más lo dejé”.
En la preadolescencia se encuentra con revistas pornográficas. Queda maravillada por la expresión
de placer de esas mujeres y quiere ser una de esas chicas de revista. A partir de allí, para poder tener
relaciones sexuales le es preciso previamente verse en el espejo, excitarse consigo misma y luego, en un
segundo tiempo, que su partenaire le diga que le gusta. Quiere (ver)se como las chicas de re(vista), pero no
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ha encontrado todavía quién pueda darle “eso” que alguna vez sintió .
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2. Una adolescente de 15 años se produce cortes superficiales en sus brazos. No puede controlar el
impulso a cortarse, ni ligarlo a ninguna escena. Solo hay una contabilización de momentos de angustia.
“Necesito las marcas para recordar el alivio”.
Se trata aquí del trazo de “una marca que se contabiliza, un significante uno que repite el goce”. No es para
recordar una hystoria, sino que son cortes en “el cuerpo como tal” , con los que –a diferencia de lo que
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sucede en el cuerpo sintomatizado–, la paciente intentará inscribir aquello que no cesa de no escribirse.
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3. De niña el relato dramático de su madre sobre el sufrimiento que le había causado darle el pecho
deja una marca que se traduce para esta analizante en un reproche de existir. Solo puede separarse de
esta mortificación una vez que advierte cómo su fantasma “un hijo es matado por la madre” hacía de espejo
al fantasma materno, “una madre se sacrifica para alimentar a su hijo”.
Otra frase emerge entonces en el análisis, sin haber formado nunca parte de la cadena inconsciente:
antes de nacer ella, su padre le habría dicho a su hermana “si es una niña, la tiraremos por la ventana”. Esta
frase que quedó fuera del saber y fuera de sentido percute en el cuerpo. Los significantes  tirar, ventana,
niña son las huellas sonoras escuchadas del Otro que provocan un efecto de vértigo y sensación de caída,
sin que ningún sentido se enmarque ahí.
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4. Otro analizante aísla la insistencia de un rasgo melancólico anudado a la matriz del fantasma en
torno al relato de las coordenadas de su gestación. Un podrías no haber nacido, insiste como un eco que toca
su cuerpo y da origen a dos afectos, la angustia y la tristeza.
La sorpresa acontece en una sesión, en la que refriéndose a su nacimiento dice: “entonces me tienen,
nazco”. El analista equivoca la frase quitando la coma; lo que resuena es: “me tienen asco”. El analizante
advierte allí su propia relación con lalengua.
Ubicamos en estos cuatro fragmentos clínicos dos tratamientos diferentes de la marca a partir de la
cual se jugará el consentimiento o rechazo, y la posibilidad o no de tener un cuerpo. El primero sigue la vía
del encadenamiento significante, lo cual posibilita un tratamiento del goce por el aparato del fantasma. El
segundo acentúa el S1 solo de lalengua, fuera de sentido. Se trata aquí de lo real sonoro de la palabra sin
la consistencia de un orden articulado.
El choque de la lengua en el cuerpo es un acontecimiento traumático del que resulta una huella corporal,
huella de afectos que se llama goce. Ese goce que Lacan denomina goce Uno es un goce primitivo de lalengua,
no tiene conexión con el Otro y define la matriz del cuerpo hablante.

IV – Del Otro al Uno


Siguiendo el viraje que produce Lacan cuando declara en 1967 “el Otro es el cuerpo”, concebido como
superficie de inscripción, nuestra hipótesis de lectura parte de considerar la inversión de dicha frase, que
escribe “el cuerpo es el Otro”, como un modo de poner de relieve la relación íntima con el Uno del goce.
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De este modo, “El cuerpo se nos devela como el único y verdadero Otro, como el Otro único” . No se
trata aquí del Otro del lenguaje sino más bien de lo Otro que habita en el parlêtre y que impugna toda pose-
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sión del cuerpo. Concebir esa Otredad del cuerpo a partir del Uno en su goce , alteridad radical y fractura
inextinguible, abre paradójicamente a la perspectiva de la inexistencia del Otro.
V – Tratamientos contemporáneos de la Otredad del cuerpo
Son los artistas quienes nos enseñan acerca de su singular modo de tratar la Otredad del cuerpo. Ellos
muestran distintas versiones de cómo arreglárselas con esa brecha, que siempre pone en cuestión la forma
en que se experimenta o no la juntura vital, y echa luz sobre lo que situamos en nuestras conversaciones
con una fórmula oximorónica: “delirar con el cuerpo”.
1. Orlan, cuyo trabajo se ubica entre lo artificial y lo vivo, utiliza su cuerpo tomado como objeto y
lo somete a operaciones quirúrgicas que son filmadas y transmitidas en directo. Hace un tratamiento
del cuerpo femenino articulándolo con la historia del arte occidental y localizándolo en una performance
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donde lo ilimitado encuentra un borde a partir del marco que ella arma: espacio, acciones y guion propio .
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Su interés es darle un nuevo estatuto al cuerpo .
2. Sterlac, artista de performance, se implanta quirúrgicamente una tercera oreja en su brazo. A través
de su obra, escenifica una fórmula que hace de marco fantásmático para experiencias diversas: la idea
de que, frente a la sofisticación tecnológica alcanzada en los últimos decenios, el cuerpo, como dato bioló-
gico, está obsoleto.
Ambos traducen a slogan el anhelo de hacer saltar los límites que la condición corpórea impone, recu-
rriendo para ello a los medios técnicos que la ciencia ofrece.
3. En la película Crímenes del futuro de David Cronenberg, vemos que por mucho que se apele a la cirugía
para extirpar los excesos del goce manipulando la materialidad del cuerpo, el goce se traslada entonces
sobre el procedimiento mismo: surgery is the new sex. “Palabras flotantes”, que no se encarnan en el cuerpo
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y ausencia de dolor, esbozan en el film el surgimiento de una dimensión transhumana .
Nos preguntamos cómo nombrar la transformación técnica del cuerpo en la que incursionan estos
artistas. ¿Es posible pensar que asistimos hoy a variaciones de lo que J.-A. Miller denomina en Piezas sueltas,
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“relación corporal” ? Plantea allí que Joyce da cuenta de una infracción a la relación de adoración que el
parlêtre sostiene con su cuerpo, y que en su caso se trata de una “yoización” del cuerpo, lo cual supone una
relación del lado del ser, en vez del tener. ¿Hasta qué punto podemos tomar esta propuesta de Miller como
clave de lectura para pensar ciertos tratamientos contemporáneos de la Otredad del cuerpo?

VI – La Verwerfung cartesiana del cuerpo


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A diferencia del cuerpo cartesiano atrapado en las tres dimensiones homogéneas de la geometría euclidiana
y asimilado a una esfera, son los bordes, agujeros y superficies lo que le permite a Lacan concebir al cuerpo
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como tórico, prolongando la línea abierta por Freud al hablar de las zonas erógenas del cuerpo pulsional .
En el seminario 20, vuelve a reintroducir el cuerpo que había sido arrojado a la extensión por Descartes,
al hablar de una tercera sustancia, la sustancia gozante, que surge de la acción del significante en tanto
causa de goce sobre el cuerpo. Al año siguiente en su escrito “La tercera”, desarrolla lo que se conoce
como el cogito lacaniano, el cual se formula: “pienso, luego se goza” . Finalmente, le debemos a J.-A. Miller
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haber aislado lo que podría considerarse como la fórmula de un nuevo cogito en la actualidad: “Yo soy lo
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que digo” . Un ejemplo de esta última lo encontramos en Paul B(eatriz) Preciado quien, a través del cambio
de sexo redoblado por el agregado de un nombre masculino, pero conservando la inicial del nombre feme-
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nino, pone en acto su desidentificación del Otro con una autodesignación que califica de “heterogénea”
y constituye su invención sinthomática.

VII – Un-cuerpo transindividual


Constatamos también que el cogito cartesiano se ubica en el origen de la oferta neoliberal del cuerpo
individual que se cree poseer por fuera de toda determinación. “Tener un cuerpo” llega en algunos casos
hacia una suerte de identificación con el yo ideal, que crea la ilusión de un ser que carece de toda falla o
hiancia. Pero hay también una alteridad del cuerpo derivada de la perspectiva cartesiana que consiste en
tratarlo como un objeto más que se puede instrumentar, despedazar, reparar, etc., y reducir a un “valor
de intercambio”. Un tener instrumental del que, paradójicamente, ciertas prácticas contemporáneas hacen
uso para poner el cuerpo al servicio de una pasión identitaria que pretende transformarlo a voluntad.
En concordancia con la tesis de Spinoza de que un cuerpo es susceptible de ser afectado y enlazado a
otros cuerpos, definimos al cuerpo político como aquel que está en el lazo social y experimenta afectos
y pasiones. Y muestra que, frente a la evaporación del padre, no es el rasgo identificatorio lo que colecti-
viza sino el afecto, dando lugar a la proliferación de “comunidades de goce” en una época signada por un
racismo enraizado en el cuerpo y un empuje al Uno solo, que segrega el goce como hétero.
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Para el psicoanálisis, el cuerpo del sujeto es de entrada transindividual , efecto de un acontecimiento de
cuerpo, en tanto que marcado por la lalengua. “El cuerpo hablante hace contrapeso siempre al cuerpo del
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individuo, […] testimonia del discurso como vínculo social que en él se inscribe: es un cuerpo socializado” .
Lejos entonces de la sentencia del “soy lo que digo”, se trata, para el psicoanálisis, de concebir un parlêtre
político que reintroduce la dimensión de lo político como acontecimiento de cuerpo. Esta perspectiva permite
hacer frente a la segregación a partir de un lazo social sostenido en la singularidad del síntoma, en oposi-
ción a la oferta de las pasiones fantasmáticas que proliferan en el presente, que forcluyen el inconsciente
y rechazan la alteridad del cuerpo.

1
Lacan, J., Seminario 14, La lógica del fantasma, clase del 10 de mayo de 1967 (inédito). 2
González, A. C. “Otra vuelta sobre la cuestión del cuerpo”,
Virtualia, #33, 2017. Cfr: Miller, J.-A. “Habeas corpus”, Lacaniana, 21, Revista de la Escuela de la Orientación Lacaniana, Buenos Aires, Grama, octubre
2016. 3
Lacan, J., Seminario 14, op. cit. 4
Ibid., clase 21, del 7 de junio de 1967. 5
Lacan, J., “Radiofonía” (1971), Otros escritos, Buenos Aires, Paidós,
2012. 6
Laurent, E., El reverso de la biopolítica, Buenos Aires, Grama, 2016, p. 39. 7
Ibid., p. 40. 8
Miller, J.-A. (2011) Clase VIII: El desnivel entre el Ser
y la existencia en Freudiana 68, Revista de la ELP, Catalunya/ELP, Barcelona, 2013, pp. 7-25 9
Ibíd. 10
Laurent, E., “El Uno solo”, Freudiana, 82, Revista
de la ELP, Comunidad de Cataluña/ELP, Barcelona, abril-julio 2018, p. 85. 11
Cfr. Lacan, J., “Conferencia en Ginebra sobre el síntoma”, Intervenciones y
textos 2, Buenos Aires, Manantial, 2007, donde plantea al síntoma como la instilación de un modo de hablar. 12
Viñeta presentada por Andrés Rosental.
13
Cfr. caso de María Inés Iammateo, “Otra marca posible”, en: Laurent, E. y otros. Cuerpos que buscan escrituras, Buenos Aires, Paidós, 2014. 14
Ibid.,
p. 42. Comentario de E. Laurent. 15
Bonnaud, H., “Anatomía de un decir”, Freudiana, 66, Revista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis-Catalunya/ELP,
Barcelona, enero/abril 2012, pp. 119-125. 16
Ventura, O., “Silencio, Memoria, ruido…y Olvido”, Lacaniana, 23, Revista de la Escuela de la Orientación
Lacaniana, Buenos Aires, Grama, octubre 2017. 17
Bassols, M., La diferencia de los sexos no existe en el inconsciente, Buenos Aires, Grama, 2020, p. 59.
18
Cfr. Lacan, J., El seminario, libro 20, Aún, Buenos Aires, Paidós, 1999, pp. 172-173: “… el cuerpo es el Uno encarnado en la lengua”. 19
Entrevista
realizada a Orlan por J.-A. Miller “Impone tu oportunidad, atrapa tu felicidad, arriésgate” en Enlaces, 14, Buenos Aires, Grama, abril 2009, pp. 95-103.
20
Antuña, A., “Orlan: la pasión de la imagen”, en Enlaces, 14, ibid., p. 106. 21
Baudini, S., “El cuerpo que habito”, presentado en la 3ra. Noche Preparatoria
Jornadas el 15 de septiembre de 2022, XXXI Jornadas de la EOL “El cuerpo que habito. Entre consentimiento y rechazo”. Recuperado en jornadaseol.
ar/31J/3raNochePreparatoria.pdf 22
Miller, J.-A., Piezas sueltas, Paidós, Bs. As., 2013, pp 416-419. 23
Lacan, J., El seminario, libro 15, El acto analí-
tico, clase del 10 de enero de 1968 (inédito). 24
Rodríguez, G., “El escabel y la esfera”, en: Revista Consecuencias n° 15. 2015. revconsecuencias.com.
ar/ediciones/015/default.php 25
Gorostiza, L. “El cogito lacaniano”. En: Bitácora lacaniana n° 2, Satisfacciones del síntoma, Revista de Psicoanálisis
de la NEL, Noviembre 2013. 26
Miller, J.-A. Intervención durante “Question d´École”, École de la Cause Freudienne, Paris, 22 de enero 2022, Inédito.
27
Giovanelli, P., “Fabriquer un corps pour dire son identité”, en L´Hebdo Blog n° 278, 12/9/22. En: hebdo-blog.fr 28
Laurent, E., El reverso de la biopolítica,
op. cit., p. 257. 29
Ibid., p. 258.
entre consentimiento y rechazo

CARTEL ORGANIZADOR
Alejandra Loray
Juan Mitre
Luciana Rolando
Eugenia Serrano
Marisa Morao (Más Uno).

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