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FICHA JURISPRUDENCIAL

SALA: Civil

PROCESO: Mejor derecho propietario, reivindicación más pago de daños y perjuicios ocasionados por
usufructo indebido.

AUTO SUPREMO / AS/0752/2019 del 02-08-2019


SENTENCIA:

MAXIMA: INVIABILIDAD DE CONTROVERTIR EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO POR


ACCIÓN DE NULIDAD/ No es jurídicamente posible controvertir en sede ordinaria los
pormenores sobre la regularización de derecho propietario, aun resultando evidentes las
?inusuales? manipulaciones sobre la información con la que los contrarios obtuvieron su título
propietario, sí el debate se limitó a cuestionar aspectos sobre la inscripción del derecho
propietario, esa postura no controvierte la validez del documento sino su posterior trámite
administrativo, por lo que la falta de valoración y error en la valoración de la prueba no
aplican.

SINTESIS DEL CASO: Las recurrentes, aludiendo al contenido del art. 1538 del Código Civil, manifestaron que antes
de aplicar la citada norma legal debieron analizar si el registro de propiedad de Elena Flores
era o no ?amañada? (sic), no obstante el Tribunal de alzada sostuvo que Elena Flores
Huarachi acreditó su derecho propietario sin que se refiera al procedimiento fraudulento de la
transferencia y la inscripción del lote en el municipio de El Alto, cuando esta obtuvo el derecho
propietario por Escritura Pública N° 2064/2009 de forma dolosa e ilícita, vulnerando normas
de cumplimiento obligatorio, pues aseguran que buscaban burlar la compra venta de 25 de
febrero de 2002, en ese sentido refiere que no se consideró: a) Que toda inscripción de
inmueble en Derechos Reales debe cumplir las normas estipuladas en la Ley de 15 de
noviembre de 1887, el Decreto Supremo N° 27957 de 24 de diciembre de 2004 y art. 1566 del
Código Civil, b) Que a solicitud del Juez N° 5 de Partido en lo Civil de la ciudad de El Alto, el
Gobierno Autónomo Municipal de El Alto, remitió informe de 19 de octubre de 2015 sobre el
trámite administrativo efectuado para el pago del impuesto a la transferencia del inmueble
realizado por Elena Flores Huarachi, quien sin tener una carta notariada o poder especial que
faculte actuar en representación de Josefa Velasco de acuerdo a los arts. 13 y 14 de la Ley
N° 2341 de 23 de abril de 2002, procedió a la modificación de datos técnicos del inmueble y
firmó el formulario N° 020 suplantando a esta como se desprende a fs. 940, otorgando datos
falsos como que la construcción de habitaciones donde viven es desde 2002, fue construida
el 2007 c) Que el trámite de inscripción de inmueble en Derechos Reales fue ejecutado sin el
cumplimiento de los requisitos exigidos por la normativa y el reglamento en concordancia con
el art. 1561 del Código Civil, afirmando que Elena Flores Huarachi no presentó planos
aprobados legalmente, no cumplió con los requisitos establecidos en el art. 6 de la Ley de 15
de noviembre de 1887, concordante con el art. 6.I, 24, 78, 74.I y II y 100 del Decreto
Supremo N° 27957, y el art. 5 del Acuerdo del Pleno del Consejo de la Judicatura N° 024/98
de 8 de septiembre de 1998 y d) La fotocopia legalizada del informe de 18 de noviembre de

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2010 emitida por la Sub Alcaldía del Distrito 2 de El Alto (fs. 855 a 856), donde indica que no
se pudo realizar la verificación de la dimensión del predio, que la documentación presentada
por Elena Flores Huarachi Escritura Pública N° ?2064/20089? (sic) Folio Real N°
2.01.4.01.0017213 en la casilla A) solo existiría 2 asientos correspondientes a Josefa Velasco
Vda. de Zapata y Elena Flores Huarachi sin que exista una tercera casilla de sub inscripción
de dominio relativa a una escritura pública de aclaración de datos técnicos del inmueble,
además del plano visado y certificación de fs. 5 y 6, advierten que carecería de legalidad e
idoneidad para acreditar el derecho propietario y aplicar el art. 1538 del Código Civil.

Consideraron que el Tribunal Ad quem debió tener en cuenta el informe


SAD-2/DOTCAU/UAU/041/2010 suscrito por la Arq. Teresa Vargas Sub Alcaldía D-2 del
Gobierno Autónomo Municipal de El Salto de fs. 665, afirmando que se está logrando un
beneficio a Elena Flores Huarachi con la presentación de documentación dolosa e ilegalmente
obtenida, pues la inscripción carecería de seguridad jurídica, por lo que existiendo un
procedimiento de registro de propiedad irregular imposibilita la aplicación del art. 1538 del
Código Civil, que debió ser un aspecto analizado anteriormente, enfatizando que las
irregularidades harían nulo el acto de Elena Flores de acuerdo al art. 549 num.1) del
sustantivo civil.

EXTRACTO DE LA " ? se desprende que Elena Flores Huarachi plantea en su demanda la reivindicación del
RATIO DECIDENDI: lote de terreno signado como 5, ubicado en la ex comunidad Cupilupaca, actualmente
urbanización Cupilupaca, manzana 32, con una superficie de 150 m2 en la ciudad de El Alto,
por haberla adquirido por compraventa con la suscripción del contrato de 25 de noviembre de
2009, protocolizado en la Escritura Pública N° 2064/2009 de 26 de noviembre y inscripción del
Folio Real N° 2.01.4.01.0017213, documento que mereció fe probatoria en virtud del art. 1289
del Código Civil, la parte demandada interpuso demanda reconvencional por nulidad del
contrato de compra venta de 25 de noviembre de 2009, pretensiones que tramitadas
merecieron la sentencia de primera instancia por la que se declaró probada la demanda
principal e improbada la demanda reconvencional, por cuanto al criterio del juez analizados
los hechos que motivaron la contrademanda, advirtió que el contrato en el que sustentan
derecho propietario la parte demandada, se hallaba sujeto a condición, y según los arts. 494.I
y 499 del Código Civil, referidos a la eficacia del contrato que está subordinada a un
acontecimiento futuro e incierto que de no producirse o se tiene certeza de que no sucederá,
se entenderá que el contrato no existió, consecuentemente al no haberse acreditado el
cumplimiento de la condición a la que se hallaba sujeto el contrato por los suscribientes.
Tanto el juez como el Tribunal de alzada, observaron el registro del contrato para verificar su
oponibilidad frente a terceros, el Ad quem acogió el pago empero ello no funda la nulidad, al
margen verificaron que el contrato labrado en la gestión 2002 mediante el cual la parte
demandada pretende acreditar la posible presencia de causa y motivo ilícito, en el contrato
efectuado en la gestión 2009, surte efectos con fuerza de ley solo entre Victoria Velasco Vda.
de Zapata y las ahora recurrentes conforme el art. 523 del Código Civil, sin que la misma
afecte a la demandante Elena Flores Huarachi, como lo describió el Ad quem, ya que las

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recurrentes no demostraron que Elena Flores Huarachi a momento de firmar el contrato de 26
de noviembre de 2009 hubiera conocido que adquiría un inmueble que ya estaba vendido a
las recurrentes.
Ahora bien, con relación a una supuesta omisión a la cosa juzgada al existir una anterior
demanda de resolución de contrato planteada por la entonces vendedora Josefa Velasco y
que fue objeto de rechazo, se debe tener presente que el caso de Autos es seguido por Elena
Flores Huarachi quien pretende mejor derecho propietario, reivindicación y pago de daños y
perjuicios, no existiendo similitud en acciones ni partes que como requisitos exige el art. 1319
del CC, además resulta suficiente considerar que, como refiere la parte recurrente, el proceso
descrito se trataría de una demanda rechazada que no tiene trascendencia en el caso de
autos. (...) En cuanto a esta denuncia, por el que las recurrentes, pretenden soslayar el
cumplimiento del art. 1538 del Código Civil, aludiendo que el registro de propiedad de Elena
Flores sería ?amañada? (sic), a través de un proceso fraudulento de la transferencia
mediante Escritura Pública N° 2064/2009, y que a causa de ello no se habría considerado
que: a) La inscripción de inmueble que se solicita a Derechos Reales debe cumplir las normas
estipuladas de acuerdo, b) A solicitud del Juez N° 5 de Partido en lo Civil de la ciudad de El
Alto, el Gobierno Autónomo Municipal de El Alto, remitió informe de 19 de octubre de 2015
sobre el trámite administrativo efectuado para el pago a la transferencia del inmueble
realizado por Elena Flores Huarachi, lo que evidencia que fue ella que sin tener una carta
notariada o poder especial que faculte actuar en representación de Josefa Velasco de
acuerdo a los arts. 13 y 14 de la Ley Nº 2341 de 23 de abril de 2002, procedió a la
modificación de datos técnicos del inmueble y en constancia firma el Formulario Nº 020
suplantando a Josefa Velasco Vda. de Zapata como se desprendería de fs. 940, otorgando
datos falsos, c) el trámite de inscripción de inmueble ante Derechos Reales fue ejecutado sin
el cumplimiento de los requisitos exigidos por la normativa y el reglamento de acuerdo con el
art. 1561 del Código Civil, y los requisitos del art. 6 de la Ley de 15 de noviembre de 1887,
concordante con el art. 6.I, 24, 78, 74.I y II y 100 del Decreto Supremo N° 27957; y, el art. 5
del Acuerdo del Pleno del Consejo de la Judicatura N° 024/98 de 8 de septiembre de 1998 y
d) la fotocopia legalizada del informe de 18 de noviembre de 2010 de la Sub alcaldía del
Distrito Dos de El Alto.
Estas afirmaciones cuya consideración extraña la parte recurrente, no enervaron las
pretensiones aducidas en la demanda, la misma al debatir una acción de defensa de la
propiedad se funda en el título inscrito en Derechos Reales y el plano aprobado en el ente
municipal, el procedimiento administrativo que dio lugar a regularizar la propiedad adquirida
por la actora no puede ser controvertida en este proceso ordinario civil.
Al margen de ello los requisitos para la inscripción de un título están sujetos a fiscalización y
control por el Registrador y personal de apoyo, extrañamente las recurrentes modifican su
postura recursiva que inicialmente plantearon en apelación; al presente exponen que la
inscripción no se desarrolló de acuerdo a la normativa aludiendo la falta de un plano, cuando
en el recurso a fs. 1664 vta., aluden al plano de fs. 65 y que las literales de fs. 855 a 856,
carecerían de idoneidad para aplicar el art. 1538 del CC., pese al cambio de estrategia
recursiva, la inscripción conforme el art. 4 del D.S. Nº 27957 tiene su causa en un título

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(contrato de venta), por lo que siendo esta la fuente del registro, solo corresponderá su
cancelación en alguna de las formas previstas por el art. 1558 del CC., que no demandó en
ese sentido, sino que la acción reconvencional se centró en que la falta de requisitos
inusuales fuera causa de nulidad del contrato, ahí el cambio de postura.
Ahora bien el análisis de las razones por las que no se dio curso a las mismas fueron
expuestas tanto en la sentencia como en el Auto de vista, por lo que mayores
consideraciones sobre una prueba que no fue pertinente para la demostración de la acción
reconvencional, ya que no se acreditó que la documentación a la que hacen referencia las
recurrentes haya sido obtenida de forma dolosa e ilegal, ni que la inscripción provocaría una
falta de seguridad jurídica, pues esta labor de valoración de la prueba en la sentencia,
corresponderá al juez A quo, considerar las pruebas esenciales y decisivas, ponderando unas
por sobre las otras, a efectos de llegar a la convicción necesaria que fundamente su fallo, tal
cual aconteció en la presente causa, decidiendo los hechos en razón de principios de lógica
probatoria, por lo que no se ha demostrado la existencia de una valoración errónea de la
prueba, sin que se haya aludido tampoco a un error de hecho o de derecho en la misma,
aspecto que tampoco las recurrentes han sabido fundamentar, tanto a través de su recurso
de apelación, ni en el presente recurso de casación en análisis.
4) Se incurrió en error in judicando, porque la reivindicación es una consecuencia de declarar
probado el mejor derecho propietario.
Sobre este reclamo, por el que las recurrentes aluden a que no se dio cumplimiento al Auto
de calificación del proceso, referido a la acción de reivindicación, debido a que demostraron la
posesión desde el 2002 del inmueble con base en documentación y atestaciones, resultando
necesaria la demostración del despojo que habría sufrido Elena Flores y que al no haberlo
hecho se debió rechazar la demanda.
Al respecto se debe tener en cuenta que los requisitos que hacen viable la acción
reivindicatoria como es la restitución de la cosa a su poder por el que la posee, esta acción se
encuentra reservada para el titular del derecho propietario, el propietario lo que pretende
reivindicar la posesión, caso para el cual no necesariamente debió estar en posesión corporal
o natural del bien, en consideración a que tiene la ?posesión civil?, que está a su vez
integrado por sus elementos ?corpus? y ?ánimus?, por lo que el derecho de propiedad
permite reivindicar la cosa de manos de un tercero, a efectos de ejercitar todos los derechos
como propietario enmarcados en el art. 105 del Código Civil, de lo que se concluye que la
acción reivindicatoria como acción de defensa de la propiedad se halla reservada al:
"propietario que ha perdido la posesión de una cosa" y que por su naturaleza, conlleva la
"posesión" emergente del derecho mismo."

DESCRIPTOR: Derecho Civil / Derecho Procesal Civil / Procesos / Procesos Ordinarios / Acciones de
defensa de la propiedad / Acción de mejor derecho propietario

RESTRICTOR: No se constituye una cuestión previa, la nulidad de uno de los titulos ni de sus respectivos
registros

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Auto Supremo N° 204/2015 de 27 de abril: ?? La doctrina orienta que tres son los supuestos
para la acción reivindicatoria: a) que el actor cuente con derecho propietario de la cosa a
reivindicar; b) que esté privado o destituido de ésta; c) que la cosa se halle plenamente
identificada; supuestos que fueron cumplidos por los demandantes, en razón que para la
estimación de su pretensión presentaron su derecho propietario debidamente registrado del
inmueble, a su vez se probó que, como corroboran tanto la Sentencia como el Auto de Vista,
PRECEDENTE:
estar privados de su propiedad, misma que está plenamente identificada; elementos que
evidencian la consistencia de la pretensión reivindicatoria.
La acción reivindicatoria debe otorgarse a aquel propietario que no ostenta posesión de su
propiedad y pide restituírsele de aquel que ejerce la posesión, aunque no haya tenido la
posesión corporal del inmueble, es por ello que el Estado mediante sus órganos
jurisdiccionales deben resguardar el derecho de propiedad que es garantizada conforme
señala el art. 56 de la Constitución Política del Estado, y en ese marco mientras aquel título
de propiedad se encuentre vigente tiene la eficacia requerida para instaurar la acción real de
reivindicación.
Auto Supremo N° 664/2014 de 6 de noviembre: ?? De manera general se tiene que la nulidad
de un contrato puede ser pretendida por las partes del contrato o finalmente por sus
causahabientes o herederos, toda vez que se presume que quien contrata lo hace para sí y
para sus herederos y causahabientes conforme manda el art. 524 del Código Civil, quienes
tienen la legitimación activa para pretender la nulidad del mismo.
Por otro lado, también es posible que la nulidad de un contrato pueda ser instada por un
tercero que no fue parte de la relación contractual que se pretende invalidar, en este caso,
cuando la nulidad es pretendida por un tercero el art. 551 del Código Civil indica: ?la acción
de nulidad puede ser interpuesta por cualquier persona que tenga interés legítimo?,
entendiéndose que el interés legítimo configura la legitimación activa para poder demandar,
configurándose esa legitimación en un presupuesto de admisibilidad de la demanda que debe
ser analizada por los Jueces al momento de admitir la demanda; por lo tanto el interés
legítimo debe ser demostrado ab initio al momento de la presentación de la demanda y los
Jueces tiene el deber de exigir dicha prueba a tiempo de admitirla porque de ella depende la
acreditación de la legitimación activa del actor, que constituye presupuesto de admisibilidad
como se señaló.
En ese entendido, también corresponde establecer qué es lo que se entiende por el interés
legítimo normado en el art. 551 del Código Civil, presupuesto necesario que debe tener quien
pretenda la nulidad de un contrato en el que no es parte, motivo por el cual se dirá que la
titularidad de un derecho subjetivo cuya eficacia dependa real y directamente de la invalidez
del contrato o del acto jurídico que se pretende su nulidad, configura el llamado interés
legítimo, en otras palabras los efectos generados por el contrato o acto jurídico cuya invalidez
se pretende que entren en pugna con el derecho subjetivo del cual es titular la persona que
demanda.
La fórmula del art. 551 del Código Civil, solo dispensa la calidad de accionante a quien tenga
interés legítimo, y no está abierto a todas las personas estantes del Estado, pues la nulidad
siendo de orden público apunta a la invalidez de un acto jurídico privado, donde no existe la
afectación de un derecho difuso, siendo el punto de partida la consideración del carácter
privado del acto jurídico que se pretende invalidar, pues lo contrario nos situaría en una
acción de defensa de derechos colectivos o difusos.
Convengamos entonces que la norma permite accionar la nulidad cuando el interesado
ostenta un derecho subjetivo no hipotético que dependa actual e inmediatamente de la

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invalidez del acto jurídico, siendo ese el interés legítimo que debe demostrar para acreditar la
legitimación activa, es decir el interés legítimo está limitado al interés personal que emerge
del derecho subjetivo en función inmediata de la nulidad del contrato??.
Auto Supremo Nº 504/2014 de 08 de septiembre 2014, señaló: ?Ahora el objeto de un
contrato o de un convenio, debe reunir ciertos requisitos, conforme a los que señala el art.
485 del Código Civil, debe ser posible, lícito y determinado o determinable, cuando el Código
hace referencia al requisito de lo posible, señala que la prestación prometida sobre un bien
debe pertenecer al obligado y en el caso de una venta, el cual el objeto del contrato resulta
ser la transferencia del derecho de propiedad de un bien, y este bien debe pertenecer al
vendedor, de ello se deduce que la transferencia del derecho propietario tenga un objeto
posible, conlleva a señalar que el vendedor se encuentra en la posibilidad de transferir dicho
bien. Lo propio sucede cuando se trata de una división y partición de terrenos, los
copropietarios tengan la posibilidad de dividir dicho bien, o sea, que el bien debe existir en el
patrimonio de los copropietarios, por eso se dice que la cosa debe ser cierta, en sentido de
que los copropietarios sean titulares de dicho bien y el mismo exista objetivamente y
tratándose de bienes sujetos a registro, deben estar respaldos con el título y su pertinente
registro, así demostrados se entenderá que el bien se encuentra dentro del patrimonio de los
copropietarios y por ello que dicha división puede ser posible, porque los titulares tienen en su
patrimonio el bien descrito que será dividido.
Sobre la causa ilícita y motivo ilícito, corresponde remitirnos al Auto Supremo N° 311 de 17 de
junio de 2013, en el que se señaló lo siguiente: ?La causa ilícita, en nuestra legislación ha
sido interpretada en el Auto Supremo Nº 252/2013 de 17 de mayo en el que se indicó que:
?Ahora el Código Civil en lo pertinente "De la causa de los contratos" en su art. 489 refiere:
"(Causa Ilícita) La causa es ilícita cuando es contraria al orden público o las buenas
costumbres o cuando el contrato es un medio para eludir la aplicación de una norma
imperativa". En lo referente, nuestra legislación, conforme la corriente doctrinaria moderna,
aceptó a la causa como un elemento constitutivo del contrato, entendiendo a ésta en la
función económica-social que el contrato desempeña, tesis defendida por Mazeaud, entre los
más destacados, que al exponer sus argumentos de la causa indicaba que "...ésta cumple
una función económico- social, que el contrato cumple, y consiste en la modificación de una
situación existente que el derecho objetivo considera importante para sus propias finalidades;
como tal, la causa es constante e inmutable, sea cual fuere la intensión personal de cada una
de las partes". De igual criterio podemos citar a Carlos Miguel Ibañez (Derecho de los
contratos, 2010, pág. 358) que señala: "...la causa es la finalidad inmediata y directa que se
propone el que se obliga, y esa finalidad es igual para todos los que celebran un mismo
contrato con igual carácter en él. Todo comprador se propone la adquisición de una cosa,
todo vendedor la obtención del precio en dinero. Entendiendo por causa esa sola finalidad del
valor constante y abstracto...". Bajo estos términos la causa es independiente de la voluntad
de los contratantes y es distinta del motivo, pues solo tiene relevancia la causa final. Es por
ello, que en nuestra normativa Sustantiva Civil, se distinguió claramente en lo referente a la
causa de los contratos, la causa ilícita (art. 489 Código Civil) y al motivo ilícito (art. 490 Código
Civil); razón que la doctrina refiere que para la causa no interesa el motivo, que es individual y

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contingente, sino el fin económico-social que se vaya a cumplir.
La causa es lícita cuando es conforme al orden público o las buenas costumbres y no busca
eludir una norma de aplicación imperativa; en contrario sensu, se puede referir un contrato
con causa ilícita cuando las partes persigan una finalidad económico- práctica contraria a
normas imperativas (contrato ilegal) o a los principios de orden público (contrato prohibido) o
de las buenas costumbres (contrato inmoral).
Si el contrato es ilícito por ilicitud de causa, forzosamente es ilícito para ambos contratantes,
porque la causa es un elemento común, ya que juntas proponen conseguir el fin propio del
contrato celebrado, por ello, el motivo -como elemento subjetivo- que instó a alguna de las
partes a contratar, no puede supeditar al contrato como ilícito, más aún sabiendo que la parte
que concurre al contrato de buena fe lo hace pretendiendo cumplir con una finalidad lícita.
Estableciéndose que para sancionar con nulidad por causa ilícita a un contrato,
necesariamente debe probarse en Autos que ambas partes lo celebraron con una finalidad
contraria al orden público o las buenas costumbres, o cuando lo hicieron para eludir la
aplicación de una norma imperativa, conforme establece el art. 489 del Código Civil?.
En cuanto al motivo ilícito el mismo se encuentra comprendido en el art. 490 del Código Civil
que textualmente señala: ?(Motivo ilícito) El contrato es ilícito cuando el motivo que determina
la voluntad de ambos contratantes es contrario al orden público o a las buenas costumbres?,
entendiendo por causa esa sola finalidad del valor constante y abstracto...". Bajo estos
términos la causa es independiente de la voluntad de los contratantes y es distinta del motivo,
pues solo tiene relevancia la causa final. Es por ello, que en nuestra normativa sustantiva
Civil, se distinguió claramente en lo referente a la causa de los contratos, la causa ilícita (art.
489 Código Civil) y al motivo ilícito (art. 490 Código Civil); razón que la doctrina refiere que
para la causa no interesa el motivo, que es individual y contingente, sino el fin económico-
social que se vaya a cumplir??.

FORMA DE INFUNDADO
RESOLUCION:

TIPO DE Reiteradora
JURISPRUDENCIA:

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