A la titubeante recuperación de 2021 le ha seguido una
evolución cada vez más sombría en 2022, ya que los riesgos empezaron a materializarse. Durante el segundo trimestre de este año, la producción mundial se contrajo por la desaceleración de China y Rusia, mientras que el gasto de los hogares en Estados Unidos no alcanzó las expectativas. Varias perturbaciones han sacudido una economía mundial ya debilitada por la pandemia: una inflación más alta de lo previsto en todo el mundo -especialmente en Estados Unidos y las principales economías europeas- que ha provocado un endurecimiento de las condiciones financieras; una desaceleración peor de lo previsto en China, como consecuencia de los brotes y confinamientos del COVID-19; y nuevas repercusiones negativas de la guerra en Ucrania. :* A pesar de la crisis internacional, Bolivia logró una tasa de inflación del 1,2% en junio de 2022, la más baja del continente sudamericano, con la aplicación del Modelo Económico Social y Productivo Comunitario (MESCP). El país cuenta con mecanismos para ayudar a contener la inflación de los alimentos, como la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), una compañía estatal que brinda apoyo financiero a los productores agrícolas, y el Fondo Rotatorio de Seguridad Alimentaria, que importa alimentos de las cuentas públicas y los distribuye en el mercado para mantener los precios bajos. Posibles soluciones propuestas por la delegación boliviana: Desdolarización. Aumentar los costes de las carteras dolarizadas: Encarecer el uso del dólar para el ahorro, ampliando el diferencial cambiario entre la compra y la venta, penalizando el hábito de comprar dólares mensualmente para ahorrar, mientras se ofrece una tasa de interés real ligeramente superior a quienes ahorran en la moneda original. Cambiar la composición de la deuda pública, haciendo desaparecer los títulos en dólares, emitiendo títulos en la moneda original, incluso para los pequeños ahorradores. Aumentar la oferta. Créditos destinados a sustituir importaciones. Financiación para proyectos de inversión pública de gobiernos subregionales. Fondos concursables para inversión productiva dirigidos a gobiernos municipales autónomos. Amplias inversiones en infraestructura vial y de servicios públicos, que ampliarán la oferta al extender el área geográfica desde donde se abastece a los grandes centros urbanos.