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Los 4 métodos más prestigiosos para enseñar música a

los niños
Método Suzuki
Su fundador, el japonés Shinichi Suzuki, estaba convencido de que si todos los niños
aprenden una lengua, también pueden aprender el lenguaje musical. Su método recoge
todas las peculiaridades del aprendizaje del habla: empezar muy pronto, respetando el
ritmo del niño, repetir las veces que hagan falta, siempre con el apoyo y el aliento
cariñoso de los padres, etc.  Lleva más de 50 años cosechando éxito.
El método del genial pedagogo asocia el aprendizaje musical con un instrumento. El
violín ha sido el instrumento con el que empezó a trabajar, pero se ha ampliado a otros:
piano, flauta y otros instrumentos de cuerda. El aprendizaje se asienta sobre 3 pilares: el
niño, el profesor y los padres, una triada que configura el llamado "triángulo Suzuki".
Comenzar temprano -entre 3 y 4 años, en un ambiente lleno de música, aprender de
forma gradual, entrenarse un ratito cada día en presencia de los padres y estimulado por
sus alientos, compartir los aprendizajes con otros niños son otras características del
método.
De la misma manera que el niño no aprende a escribir antes de dominar el habla, en el
método Suzuki, el niño no aprende a leer música antes de alcanzar un nivel de destreza
básico en su instrumento.
¿Cómo no iba a poner un método japonés? En este caso su creador y
fundador es el pedagogo japonés Shinichi Suzuki, el cuál lleva más
de 50 años logrando éxitos. Este pedagogo propone la idea de
aprender la música como si de un idioma se tratase. En este
sentido, Suzuki pensaba que si todos los niños/as aprenden una
lengua, también pueden aprender el lenguaje musical.

Este método propone comenzar lo antes posible, respetar siempre el


ritmo del niño/a, tener paciencia repitiendo los ejercicios las veces
que haga falta y apoyar al menor en todo lo que necesite.

Shinichi Suzuki ofrece el violin como instrumento principal, pues


fue con el que comenzó a trabajar; pero también utiliza otros
instrumentos de cuerda como el piano o de viento, como la flauta
para el aprendizaje musical.

El método japonés dispone de tres claves fundamentales, para el mejor


desarrollo musical del menor: los padres, el niño y el profesor.
También propone comenzar temprano a una edad estimada de 3 ó
4 años. Cada día y aprendiendo poco a poco los sentidos del niño se
van estimulando y desarrollando.

De la misma manera que el niño no aprende a escribir antes de


dominar el habla con ejercicios de ortografía, por ejemplo, utilizando
el método Suzuki el niño no aprende a leer música antes de
alcanzar un nivel de destreza básico en su instrumento. ¿Qué te
parece este método?

Método Aschero
Al doctor en musicología argentino Sergio Aschero le debemos una escritura musical
basada en el color, lo que él denominó Numerofonía. Un sistema de números, colores y
figuras que reemplazan la tradicional y compleja escritura musical. Los colores vivos
representan los sonidos agudos y los fríos los graves. La simplicidad del método lo hace
muy apto para niños pequeños en general y especialmente interesante en niños con
problemas emocionales. Por desgracia, existen pocas obras escritas con esta escritura
musical.
El argentino Sergio Aschero es doctor en musicología y su método se
basa en la “Numerofonía” (como él mismo la llamó). Este método se
basa en un sistema de colores, números y formas que reemplazan
la escritura musical (clásica y compleja).

Gracias a la sencillez de este método son muchos niños los que


aprenden rápido y correctamente. Los colores vivos, por ejemplo,
representan a los sonidos agudos, mientras que los colores fríios
serán los graves. Aunque este método es perfecto para los niños, la
verdad es que es una idea fantástica incluso para que los adultos (con
menos capacidades musicales) se atrevan a probar. Este sistema de
números, colores y formas está especialmente indicado para niños
con problemas emocionales. No obstante podemos seguirlo
cualquiera de nosotros. ¿Qué te parece este método?

Método Kódaly
El músico y compositor húngaro Kódaly dejó su carrera profesional para poner todos sus
esfuerzos en desarrollar sus ideas sobre la pedagogía musical.  Basó su método en la
voz, en su opinión el más perfecto y versátil instrumento musical que todos
compartimos. Aprendiendo canciones de buena calidad -sólo la música de la mejor
calidad es apta para formar a los niños-, el niño se va adentrando en el universo musical,
las notas y los ritmos lo que le permitirá abordar aprendizajes más complejos en el
futuro. Exponer al niño a la música desde el embarazo y empezar su formación musical
en cuanto antes -en torno a los 3 o 4 años-, son otros importantes aspecto del método. 
Kódaly es un músico y compositor de origen húngaro que trabajó muy
duro, para desarrollar sus ideas sobre la pedagogía musical. Este
método se basa en la voz pues es un instrumento propio y musical que
comparte el ser humano. La música de la mejor calidad es la
herramienta para ayudar a la voz. Según el propio compositor -solo
la música de la mejor calidad es apta para formar a los niños-.

Una vez que los niños se adentren en estas canciones se


concentrarán en las notas, los ritmos y esto desarrollará sus
capacidades, para un aprendizaje mejor en ejercicios más complejos.

El compositor húngaro nos propone incluir la música en nuestras


vidas desde muy pequeños e incluso durante el propio embarazo.
Más adelante sobre los 3 ó 4 años se puede iniciar la formación
musical. ¿Qué te parece este método?

Método Carl Orff


El músico y pedagogo alemán Karl Orff situaba el inicio de la educación musical en el
ritmo del lenguaje, los movimientos y las percusiones que se derivan de él. Como el
método Kódaly, el inicio del aprendizaje musical surge de las canciones pero también
de las rimas infantiles o las adivinanzas. Los ritmos se trabajan con las palabras y el
movimiento corporal. Los niños hacen música con su cuerpo como si se tratara de un
instrumento de percusión que emplean cuatro planos sonoros, los pies, las rodillas, las
palmas y los dedos. Al cuerpo se suman instrumentos muy simples como el triángulo o el
tambor. 
Karl Orff, músico y pedagogo alemán, concluye que el aprendizaje
musical surge de las canciones, de las adivinanzas e incluso de las
rimas infantiles. Su pedagogía se basaba en el ritmo del lenguaje y los
movimientos y percusiones de los mismos. En este sentido los ritmos
se trabajan con palabras y también con el propio movimiento
corporal.

Los más pequeños de la casa aprenden a utilizar su cuerpo como una


caja de música o un instrumento de percusión. Al igual que
se establece la iniciación a la lectura y a la escritura, también es
importante hacer iniciaciones musicales. Las palmas de las manos,
los dedos, el pecho, las piernas… todo el cuerpo es un instrumento
musical. Por último, también se incluyen en esta técnica
instrumentos muy simples como un tambor o un triángulos. ¿Alguna
vez has escuchado hablar de este músico alemán?

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