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La historia de las mentalidades: Se concentra desde el principio, en el

estudio de las actitudes mentales, las visiones colectivas de las cosas, los
universos culturales, los sentimientos y creencias de una sociedad con unas
coordenadas espacio-temporales determinadas. La historia de las
mentalidades nunca tuvo una definición clara, incluso si comparamos las
definiciones diferentes y a su vez confusas que han dado a las llamadas
mentalidades.

Gracias al libro pude entender que la historia de las mentalidades, si es bien linda
con la historia de las ideas en pocos aspectos, y en mayor grado con la llamada
historia cultural, se diferencia claramente de ella, lo mismo que de ciertas formas de
"historia": historia de las religiones, historia demográfica o historia de la mujer. En
este sentido, tiene un propósito más amplio, integrador. Tanto lo intelectual como lo
afectivo caben en ella, lo que Marc Bloch, en su Apología por la historia o la
profesión de historiador, había subrayado ampliamente al señalar que "los hechos
históricos son por esencia hechos de índole psicológico". Lo que tiene como
consecuencia dicho sea de paso una necesaria distancia ante el objeto de estudio y
un cierto rigor metodológico, a la par que una sutil complicidad. Así mismo, los
instrumentos provienen precisamente de estas disciplinas afines.

La principal atracción de la historia de las mentalidades está precisamente en su


imprecisión. Pese, o mejor a causa de su carácter vago, la historia de las
mentalidades está en vías de establecerse en el campo de la problemática histórica.
Y así ocurrió. La indefinición declarada, y mantenida año tras año, del concepto de
mentalidad hizo posible su asunción por parte de una gran variedad de disciplinas
históricas que de este modo renovaron sus planteamientos.

Le Goff, quien por otro lado no deja de reconocer que «lo que aportará quizá la
definición satisfactoria de esta palabra ambigua «mentalidad» será la medición
cuantitativa de las masas de hechos, opiniones o expresiones verbales utilizando el
método de las escalas de actitudes. El uso de los métodos cuantitativos puestos a
punto por los psicólogos sociales no obstante se relega, como en la década anterior,
a un futuro indefinido -«los historiadores y psicólogos algún día deberán encontrarse
y colaborar»-, a la vez que crecen en importancia las lecciones que la antropología,
la otra ciencia social fronteriza, aporta a la historia de las mentalidades. Hasta el
punto de que, en este momento, buena parte de la escuela de Annales más que
historia de las mentalidades hace antropología histórica, por lo demás sumamente
interesante.

Historia regional y local: En el libro se deja en claro que esta es una segmentación
del objeto de la ciencia histórica para restringirse a las regiones espaciales de un
territorio, su utilización en el contexto de la expresión historia regional normalmente
designa a la fracción territorial de una nación-estado. La historia regional y local “ees
aquella que remite al pasado de las localidades, sean parroquiales, barrios o
urbanizaciones, ofreciéndonos un panorama de las motivaciones, individuales y
colectivas, de un gran valor para el conocimiento, cultivo y uso de la población en
general”.

La enseñanza de la historia regional y local persigue la promulgación de la realidad


social en torno a procesos sociales que se van dando es imperante buscar y brindar
una explicación de lo que ha pasado hasta llegar ahí, es justamente la historia
regional y local, la principal para asumir como propiamente es, la cultura, tradición y
acontecimientos de distintos tiempos.

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