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CORTE I N TERAM ERI CAN A D E D ERECH OS H UM AN OS

CASO GON ZÁLEZ Y OTRAS ( “CAM PO ALGOD ON ERO”) VS. M ÉXI CO

SEN TEN CI A D E 1 6 D E N OVI EM BRE D E 2 0 0 9


( EXCEPCI ÓN PRELI M I N AR, FON D O, REPARACI ON ES Y COSTAS)

En el caso González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) ,


la Cort e I nt eram ericana de Derechos Hum anos ( en adelant e “ la Cort e I nt eram ericana” ,
“ la Cort e” o “ el Tribunal” ) , int egrada por los siguient es j ueces1 :
Cecilia Medina Quiroga, President a;
Diego García- Sayán, Vicepresident e;
Manuel E. Vent ura Robles, Juez;
Margaret t e May Macaulay, Jueza;
Rhadys Abreu Blondet , Jueza, y
Rosa María Álvarez González, Jueza ad hoc;

present es, adem ás,

Pablo Saavedra Alessandri, Secret ario, y


Em ilia Segares Rodríguez, Secret aria Adj unt a,
de conform idad con los art ículos 62.3 y 63.1 de la Convención Am ericana sobre
Derechos Hum anos ( en adelant e “ la Convención” o “ la Convención Am ericana” ) y con
los art ículos 29, 31, 37.6, 56 y 58 del Reglam ent o de la Cort e 2 ( en adelant e “ el

1
El 15 de diciem bre de 2007 el ent onces President e de la Cort e, Juez Sergio García Ram írez, de
nacionalidad m ex icana, cedió la Pr esidencia a la Jueza Cecilia Medina Quiroga e inform ó al Tribunal de su
inhibit or ia par a conocer del present e caso. El Juez García Ram ír ez expuso las razones que sust ent aron su
inhibición, las cuales fueron acept adas por el Tribunal. El 21 de diciem br e de 2007 se com unicó est a decisión
al Est ado y se le infor m ó que podría designar un j uez ad hoc para que part icipara en la consideración del
present e caso. El 29 de febr ero de 2008, luego de dos prórrogas, el Est ado designó a la señora Verónica
Mart ínez Solares com o j ueza ad hoc. El 18 de sept iem bre de 2008 los repr esent ant es de las presunt as
víct im as obj et aron dicha designación señalando que la señora Mart ínez Solares “ no re[ unía] uno de los
requisit os que est ablece el art ículo 52 de la [ Convención Am er icana] para ser j uez de la Cort e
I nt eram ericana” . El 30 de oct ubr e de 2008 la Cort e em it ió una Resolución en la que señaló que la señora
Mart ínez Solar es “ no cum pl[ ía] con los requisit os para part icipar com o Jueza ad hoc en el present e caso” . En
dicha Resolución la Cort e ot orgó un plazo al Est ado par a que designara un nuevo j uez ad hoc. El 3 de
diciem bre de 2008 el Est ado designó en t al calidad a la señora Rosa María Álvarez González. De ot ra part e,
por razones de fuerza m ayor, el Juez Leonardo A. Franco no par t icipó en la deliberación y fir m a de la
present e Sent encia.
2
Conform e a lo dispuest o en el ar t ículo 72.2 del Reglam ent o de la Cort e I nt eram er icana vigent e,
cuyas últ im as reform as ent raron en v igor a part ir del 24 de m arzo de 2009, “ [ l] os casos en curso se
cont inuarán t r am it ando conform e a est e Reglam ent o, con la ex cepción de aquellos casos en que se hay a
convocado a audiencia al m om ent o de ent rada en vigor del present e Reglam ent o, los cuales seguirán
t ram it ándose conform e a las disposiciones del Reglam ent o ant erior” . De ese m odo, el Reglam ent o de la
Cort e m encionado en la pr esent e Sent encia corresponde al inst r um ent o aprobado por el Tr ibunal en su XLI X
Período Ordinario de Sesiones, celebrado del 16 al 25 de noviem bre de 2000, y reform ado parcialm ent e por
la Cort e en su LXI Per íodo Ordinar io de Sesiones, celebrado del 20 de noviem bre al 4 de diciem br e de 2003.
2

Reglam ent o” ) , dict a la present e Sent encia.

I
I N TROD UCCI ÓN D E LA CAUSA Y OBJETO D E LA CON TROVERSI A

1. El 4 de noviem bre de 2007 la Com isión I nt eram ericana de Derechos Hum anos
( en adelant e “ la Com isión” o “ la Com isión I nt eram ericana” ) present ó, de conform idad
con los art ículos 51 y 61 de la Convención, una dem anda cont ra los Est ados Unidos
Mexicanos ( en adelant e “ el Est ado” o “ México” ) , a part ir de la cual se inició el present e
caso. La pet ición inicial fue present ada ant e la Com isión el 6 de m arzo de 2002. El 24
de febrero de 2005 la Com isión aprobó los I nform es No. 16/ 05, 17/ 05 y 18/ 05,
m ediant e los cuales declaró adm isibles las respect ivas pet iciones. El 30 de enero de
2007 la Com isión not ificó a las part es su decisión de acum ular los t res casos.
Post eriorm ent e, el 9 de m arzo de 2007 aprobó el I nform e de fondo No. 28/ 07, en los
t érm inos del art ículo 50 de la Convención, el cual cont enía det erm inadas
recom endaciones para el Est ado. Est e inform e fue not ificado al Est ado el 4 de abril de
2007. Tras considerar que México no había adopt ado sus recom endaciones, la
Com isión decidió som et er el present e caso a la j urisdicción de la Cort e. La Com isión
designó com o delegados a los señores Florent ín Meléndez, Com isionado, Sant iago A.
Cant on, Secret ario Ej ecut ivo, y com o asesores legales a Elizabet h Abi- Mershed,
Secret aria Ej ecut iva Adj unt a, y Juan Pablo Albán, Marisol Blanchard, Rosa Celorio y
Fiorella Melzi, especialist as de la Secret aría Ej ecut iva.
2. La dem anda se relaciona con la supuest a responsabilidad int ernacional del
Est ado por “ la desaparición y ult erior m uert e” de las j óvenes Claudia I vet t e González,
Esm eralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ram os Monárrez ( en adelant e “ las
j óvenes González, Herrera y Ram os” ) , cuyos cuerpos fueron encont rados en un cam po
algodonero de Ciudad Juárez el día 6 de noviem bre de 2001. Se responsabiliza al
Est ado por “ la falt a de m edidas de prot ección a las víct im as, dos de las cuales eran
m enores de edad; la falt a de prevención de est os crím enes, pese al pleno
conocim ient o de la exist encia de un pat rón de violencia de género que había dej ado
cent enares de m uj eres y niñas asesinadas; la falt a de respuest a de las aut oridades
frent e a la desaparición [ …] ; la falt a de debida diligencia en la invest igación de los
asesinat os [ …] , así com o la denegación de j ust icia y la falt a de reparación adecuada” .
3. La Com isión solicit ó a la Cort e que declare al Est ado responsable por la
violación de los derechos consagrados en los art ículos 4 ( Derecho a la Vida) , 5
( Derecho a la I nt egridad Personal) , 8 ( Garant ías Judiciales) , 19 ( Derechos del Niño) y
25 ( Prot ección Judicial) de la Convención, en relación con las obligaciones est ablecidas
en los art ículos 1.1 ( Obligación de Respet ar los Derechos) y 2 ( Deber de Adopt ar
Disposiciones de Derecho I nt erno) de la m ism a, y el incum plim ient o de las
obligaciones que derivan del art ículo 7 de la Convención para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia cont ra la Muj er ( en adelant e “ Convención Belém do Pará” ) . La
dem anda fue not ificada al Est ado el 21 de diciem bre de 2007 y a los represent ant es el
2 de enero de 2008.
4. El 23 de febrero de 2008 las organizaciones Asociación Nacional de Abogados
Dem ocrát icos A. C., Com it é de Am érica Lat ina y el Caribe para la Defensa de los
Derechos de la Muj er, Red Ciudadana de No Violencia y por la Dignidad Hum ana y
Cent ro para el Desarrollo I nt egral de la Muj er A. C., represent ant es de las presunt as
3

víct im as3 ( en adelant e “ los represent ant es” ) , present aron su escrit o de solicit udes,
argum ent os y pruebas ( en adelant e “ escrit o de solicit udes y argum ent os” ) . Adem ás de
los alegat os present ados por la Com isión, los represent ant es solicit aron am pliar el
núm ero de víct im as a once m uj eres y que la Cort e se pronuncie sobre la supuest a
det ención arbit raria, t ort ura y violaciones al debido proceso de t res personas m ás.
Adicionalm ent e a los art ículos invocados por la Com isión, los represent ant es solicit aron
a la Cort e que declare que el Est ado es responsable por la violación de los derechos
consagrados en los art ículos 7 ( Derecho a la Libert ad Personal) y 11 ( Derecho a la
Dignidad y a la Honra) de la Convención, t odos ellos en relación con las obligaciones
generales que se derivan de los art ículos 1.1 y 2 de la m ism a, así com o el art ículo 7 de
la Convención Belém do Pará, en conexión con los art ículos 8 y 9 del m ism o
inst rum ent o. Adem ás, solicit aron la violación del derecho consagrado en el art ículo 5
de la Convención Am ericana, en perj uicio de las t res presunt as víct im as ident ificadas
por la Com isión.
5. El 26 de m ayo de 2008 el Est ado present ó su escrit o de cont est ación de la
dem anda y observaciones al escrit o de solicit udes y argum ent os ( en adelant e
“ cont est ación de la dem anda” ) . Dicho escrit o cuest ionó la com pet encia de la Cort e
para conocer sobre las presunt as violaciones a la Convención Belém do Pará.
Adicionalm ent e, obj et ó la am pliación de las víct im as propuest a por los represent ant es,
y reconoció parcialm ent e su responsabilidad int ernacional. El Est ado designó al señor
Juan Manuel Góm ez- Robledo Verduzco com o Agent e y a Pat ricia González Rodríguez,
Joel Ant onio Hernández García, María Carm en Oñat e Muñoz, Alej andro Negrín Muñoz y
Arm ando Vivanco Cast ellanos com o Agent es Alt ernos.
6. El 16 de j ulio de 2008 la President a de la Cort e ( en adelant e “ la President a” ) ,
luego de la revisión de la cont est ación de la dem anda, inform ó al Est ado que los
alegat os referidos a la Convención Belém do Pará const it uían una excepción prelim inar.
En razón de ello, de conform idad con el art ículo 37.4 del Reglam ent o, ot orgó a la
Com isión y a los represent ant es un plazo de 30 días para present ar alegat os escrit os.
Dichos alegat os fueron present ados el 20 de agost o de 2008 y el 6 de sept iem bre de
2008, respect ivam ent e.

II
PROCED I M I EN TO AN TE LA CORTE

7. El 21 de agost o de 2008 los represent ant es m anifest aron su int ención de


pronunciarse sobre “ inform ación relevant e" cont enida en los anexos a la cont est ación
de la dem anda y de inform ar sobre el acont ecim ient o de “ hechos supervinient es" . El 26
de agost o de 2008 la President a negó la solicit ud de los represent ant es de
pronunciarse en esa et apa procesal sobre los anexos a la cont est ación a la dem anda,
puest o que no argum ent aron los m ot ivos por los que debería aplicarse el art ículo 39
del Reglam ent o. En t odo caso, la President a inform ó a los represent ant es que podrían
hacer las alegaciones que est im aran pert inent es en el procedim ient o oral o en sus
alegat os finales escrit os.
8. El 6 de sept iem bre de 2008 los represent ant es present aron un escrit o en el que,
int er alia, realizaron " algunas consideraciones respect o a lo señalado por el Est ado
m exicano en su cont est ación a la dem anda" . El 9 de sept iem bre de 2008 la President a
3
El 14 de diciem bre de 2007 las m encionadas organizaciones com unicaron al Tribunal, de
conform idad con el art ículo 23.2 del Reglam ent o de la Cort e, la designación de la señora Sonia Torres
Hernández com o int erv inient e com ún ( expedient e de fondo, t om o V, folio 1936) .
4

consideró que dicha sección del escrit o no sería t om ada en cuent a, puest o que su
present ación no est aba previst a en el Reglam ent o y no fue requerida. En t odo caso la
President a inform ó a los represent ant es que podrían present ar las alegaciones que
est im aran pert inent es en el procedim ient o oral o en sus alegat os finales escrit os.
9. El 19 de enero de 2009 la Cort e negó m ediant e Resolución la solicit ud de
am pliación de presunt as víct im as y det erm inó que las presunt as víct im as del present e
caso serían Esm eralda Herrera Monreal y sus fam iliares: I rm a Monreal Jaim e ( m adre) ,
Benigno Herrera Monreal ( herm ano) , Adrián Herrera Monreal ( herm ano) , Juan Ant onio
Herrera Monreal ( herm ano) , Cecilia Herrera Monreal ( herm ana) , Zulem a Mont ij o
Monreal ( herm ana) , Erick Mont ij o Monreal ( herm ano) , Juana Ballín Cast ro ( cuñada) ;
Claudia I vet t e González y sus fam iliares: I rm a Josefina González Rodríguez ( m adre) ,
Mayela Banda González ( herm ana) , Gem a I ris González ( herm ana) , Karla Arizbet h
Hernández Banda ( sobrina) , Jacqueline Hernández ( sobrina) , Carlos Hernández Llam as
( cuñado) ; y Laura Berenice Ram os Monárrez y sus fam iliares: Benit a Monárrez Salgado
( m adre) , Claudia I vonne Ram os Monárrez ( herm ana) , Daniel Ram os Monárrez
( herm ano) , Ram ón Ant onio Aragón Monárrez ( herm ano) , Claudia Dayana Berm údez
Ram os ( sobrina) , I t zel Arely Berm údez Ram os ( sobrina) , Paola Alexandra Berm údez
Ram os ( sobrina) , At ziri Geraldine Berm údez Ram os ( sobrina) 4 . Adem ás, en dicha
resolución se analizó la negat iva del Est ado de rem it ir det erm inada prueba solicit ada
por el Tribunal. La Cort e resolvió que los hechos que sean dem ost rables únicam ent e a
t ravés de prueba que el Est ado se niegue a rem it ir, el Tribunal los podrá t ener por
est ablecidos5 .
10. Mediant e Resolución de 18 de m arzo de 2009 6 la President a ordenó la
recepción, a t ravés de declaraciones rendidas ant e fedat ario público ( affidávit ) , de
algunos de los t est im onios y perit aj es ofrecidos oport unam ent e por las part es.
Adicionalm ent e, se convocó a las part es a una audiencia privada para escuchar el
t est im onio, ofrecido por el Est ado, de Pat ricia González Rodríguez, siem pre y cuando
ést a renunciara a su condición de Agent e Alt erna. I gualm ent e, se convocó a audiencia
pública para escuchar las declaraciones propuest as, según el caso, por la Com isión, el
Est ado y los represent ant es, así com o los alegat os finales orales sobre la excepción
prelim inar y los event uales fondo, reparaciones y cost as. Finalm ent e, la President a fij ó
plazo hast a el 1 de j unio de 2009 para que las part es present aran sus respect ivos
escrit os de alegat os finales.
11. Mediant e Resolución de 3 de abril de 2009 la Cort e resolvió acept ar la
confirm ación de la señora Pat ricia González Rodríguez com o Agent e Alt erna del Est ado
y, por ende, el desist im ient o est at al del ofrecim ient o de su declaración a t ít ulo
inform at ivo en una audiencia privada 7 ( supra párr. 10) .
12. La audiencia pública fue llevada a cabo el 28 y 29 de abril de 2009, durant e el
XXXI X Período Ext raordinario de Sesiones celebrado en la ciudad de Sant iago,
República de Chile 8 .

4
Cfr. González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) Vs. México. Resolución de la Cort e de 19 de enero de
2009, punt o resolut ivo segundo.
5
Cfr. González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) Vs. México, supra not a 4, punt o resolut ivo cuart o.
6
Cfr. González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) Vs. Méx ico. Resolución de la President a de la Cort e de
18 de m arzo de 2009.
7
Cfr. González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) Vs. Méx ico. Resolución de la Cort e de 3 de abril de
2009, punt o resolut ivo pr im er o.
8
A est a audiencia com parecieron: a) por la Com isión I nt eram er icana: Florent ín Meléndez,
Com isionado; Elizabet h Abi- Mershed, Secr et ar ia Ej ecut iv a Adj unt a; Juan Pablo Albán Alencast ro, asesor ;
Rosa Celorio, asesora, y Fiorella Melzi, asesora; b) por las presunt as víct im as: Alfredo Lim as Her nández,
5

13. El 12 de j unio de 2009 la Com isión y el Est ado rem it ieron sus escrit os de
alegat os finales. El 16 de j unio de 2009 los represent ant es rem it ieron su escrit o
respect ivo.
14. El Tribunal recibió escrit os en calidad de am icus curiae de las siguient es
personas, inst it uciones y organizaciones: I nt ernat ional Reproduct ive and Sexual Healt h
Law Program de la Facult ad de Derecho de la Universidad de Toront o ( I RSHL
Program m e) y el Cent ro por la Just icia y el Derecho I nt ernacional ( CEJI L) 9 ; TRI AL-
Track I m punit y Always y la Organización Mundial cont ra la Tort ura10 ; un grupo de
becarios del I nst it ut o de I nvest igaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Aut ónom a
de México ( en adelant e “ la UNAM” ) 11 ; un Grupo de Derechos Hum anos de la División
de Posgrado de la UNAM12 ; Wom en’s Link Worldwide 13 ; Red de Muj eres de Ciudad
Juárez A.C14 ; Program a de Just icia Global y Derechos Hum anos de la Universidad de
los Andes15 ; Program a de Derechos Hum anos y la Maest ría en Derechos Hum anos de
la Universidad I beroam ericana de México 16 ; Hum an Right s Wat ch 17 ; Horvit z & Levy
represent ant e; Andrea de la Barreda Mont pellier, r epresent ant e; Andr ea Medina Rosas, represent ant e; Ariel
E. Dulit zky, asesor; Dav id Peña Rodr íguez, represent ant e; Em ilio Ginés Sant idrián, asesor; Héct or Faúndez
Ledesm a, asesor; Héct or Pér ez Riv era, asesor; I vonne I . Mendoza Salazar, represent ant e; María del Carm en
Herrera García, asesora; Mar ía Edit h López Hernández, asesora; Karla Micheel Salas Ram írez, represent ant e,
y Sonia Josefina Torres Hernández, int ervinient e com ún, y c) por el Est ado: Alej andro Negrín Muñoz, Agent e,
Dir ect or General de Derechos Hum anos y Dem ocracia de la Cancillería m exicana; Mario Leal Cam pos,
asesor , Em baj ador de Méx ico en Chile; Pat ricia González Rodríguez, Agent e Alt erna, Pr ocuradora General de
Just icia del est ado de Chihuahua; Mario Alber t o Prado Rodríguez, asesor, Coordinador de Asesor es del
Subsecret ario de Asunt os Jur ídicos y Derechos Hum anos de la Secret ar ía de Gober nación; Maur icio Elpidio
Mont es de Oca Durán, asesor, Direct or General Adj unt o de I nv est igación y At ención a Casos de Derechos
Hum anos de la Secret aría de Gobernación; Víct or Manuel Uribe Aviña, asesor, Consult or Jurídico Adj unt o de
la Canciller ía; Art uro Licón Baeza, asesor, Subprocurador de Derechos Hum anos y At ención a Víct im as del
Delit o del est ado de Chihuahua; Pablo Nav arret e Gut iérr ez, asesor, Coordinador de Asunt os Jurídicos del
I nst it ut o Nacional de las Muj eres; Carlos Garduño Salinas, asesor, Dir ect or de Der echos Hum anos de la
Procuradur ía General de la República; Fernando Tiscareño Luj án, asesor, Asesor del Secret ario General de
Gobier no del est ado de Chihuahua; Rodolfo Leyva Mar t ínez, asesor, funcionar io de la Subprocuraduría de
Derechos Hum anos y At ención a Víct im as del Delit o del est ado de Chihuahua; José I gnacio Mart ín del Cam po
Covarrubias, asesor , Direct or del Área de Lit igio I nt er nacional en m at eria de Derechos Hum anos de la
Canciller ía; Xim ena Mar iscal de Alba, asesora, Subdirect ora del Área de Lit igio I nt ernacional en m at eria de
Derechos Hum anos de la Canciller ía; Dav id Ricardo Uribe González, asesor, Jefe de Depart am ent o del Ár ea
de Lit igio I nt er nacional en m at er ia de Der echos Hum anos de la Canciller ía; Luis Manuel Jardón Piña, asesor ,
Jefe de Depart am ent o de Lit igios de la Consult or ía Jurídica de la Cancillería, y Car los Gim énez Zam udio,
asesor , Encargado del Área de Polít ica I nt er na, Prensa y Derechos Hum anos de la Em baj ada de Méx ico en
Chile.
9
Dicho escrit o fue pr esent ado por Sim ona Cusack, Rebecca J. Cook, Viviana Krst icev ic y Vanessa
Coria el 4 de diciem br e de 2008.
10
Dicho escrit o fue pr esent ado por Eric Sot t as y Philip Grant el 16 de abril de 2009. El 28 de abr il de
2009 el Consej o General de la Abogacía Española y la Fundación del Consej o General de la Abogacía General
se adhirieron a est e escrit o.
11
Dicho escr it o fue present ado por Miguel Ángel Ant em at e Mendoza, Selene Cr uz Alcalá, Rafael
Caballero Hernández, Car los Alej andro Mart iarena Leonar y Alm a Elena Rueda Rodríguez el 23 de abril de
2009.
12
Dicho escrit o fue pr esent ado por Ray m undo Gil Rendón y varios de sus alum nos el 24 de abr il de
2007.
13
Dicho escr it o fue present ado por Viviana Waism an y Palom a Soria Mont añez el 27 de abr il de 2008.
14
Dicho escr it o fue t am bién pr eparado por: Cárit as Diocesana de Ciudad Juárez, Past oral Obrera,
Program a Com pañeros, Ciudadanos por una m ej or Adm inist ración Pública, Casa Am iga Cent ro de Crisis, y a
t it ulo per sonal por Clara Eugenia Roj as Blanco, Elizabet h Loera y Diana I t zel Gonzáles. El m ism o fue
present ado por I m elda Marrufo Nava el 15 de m ayo de 2009.
15
Dicho escr it o fue present ado por César A. Rodríguez Garav it o el 1 de j unio de 2009.
16
Dicho escr it o fue present ado por José Ant onio I báñez Aguirre el 10 de j ulio de 2009.
17
Dicho escr it o fue present ado por Clive Baldwin el 8 de j unio de 2009.
6

LLP18 ; Com isión I nt ernacional de Jurist as19 ; Am nist ía I nt ernacional 20 ; Cent ro de


Derechos Hum anos y la Escuela de Derecho de la Universidad de Essex, el Cent ro
I nt ernacional para la Just icia Transicional y Redress21 .
15. El 22 de sept iem bre de 2009 los represent ant es present aron un escrit o en el
que inform aron al Tribunal sobre “ hechos supervinient es” , relat ivos al nom bram ient o
del señor Art uro Chávez Chávez para encabezar la Procuraduría General de la
República.
16. La Secret aría, siguiendo inst rucciones de la President a, concedió plazo a la
Com isión y al Est ado para que present aran sus observaciones al escrit o de los
represent ant es indicado en el párrafo ant erior. El 15 de oct ubre de 2009 la Com isión
señaló que no t enía observaciones que form ular. El 16 de oct ubre de 2009 el Est ado
expresó que “ los hechos expuest os por los represent ant es [ …] de ninguna m anera
guardan relación alguna con la lit is del asunt o ni aport an elem ent o alguno que [ la]
Cort e pueda t om ar en consideración para m ej or resolver” . Agregó que los hechos
narrados por los represent ant es no poseían “ un m ínim o vínculo fenom enológico con los
hechos del proceso y, por el cont rario, pret enden int roducir a la lit is hechos dist int os a
los que conform an su m arco fáct ico” . Finalm ent e, hizo not ar que los represent ant es no
referían la form a en que la designación del act ual Procurador General de la República
incidía o se encuent ra relacionada con algún hecho m at eria del present e asunt o.
17. Al respect o, el Tribunal reit era que si bien los hechos supervinient es pueden ser
plant eados por las part es en cualquier est ado del proceso, ant es de la sent encia, “ est o
no quiere decir que cualquier sit uación o acont ecim ient o const it uya un hecho
supervinient e para los efect os del proceso. Un hecho de esa índole t iene que est ar
ligado fenom enológicam ent e a los hechos del proceso, por lo que no bast a que

18
Dicho escr it o fue respaldado por: Am nest y I nt ernat ional, Thom as Ant kowiak, Tam ar Bir ckhead,
Mary Boyce, Break t he Cir cle, Art uro Carrillo, Cent er for Const it ut ional Right s, Cent er for Gender & Refugee
St udies, Cent er for Just ice & Account abilit y, Cent ro de Derechos Hum anos Univer sidad Diego Port ales,
Colum bia Law School Hum an Right s Clinic, Cornell Law School I nt ernat ional Hum an Right s Clinic, Bridget J.
Crawford, The Dom est ic Violence and Civ il Prot ect ion Order Clinic of The Univer sit y of Cincinnat i, Margaret
Drew , Mar t in Geer , Hum an Right s and Genocide Clinic, Benj am ín N. Cardozo School of Law, Hum an Right s
Advocat es, Deena Hurwit z, I m m igrat ion Clinic at The Univ ersit y of Maryland School of Law, The I m m igrat ion
Just ice Clinic, I MPACT Personal Safet y, The I nt ernat ional Hum an Right s Clinic at Willam et t e Universit y
College of Law , I nt ernat ional Ment al Disabilit y Law Refor m Proj ect of New York Law School, The I nt er nat ional
Wom en’s Hum an Right s Clinic at Georget own Law, Lat inoj ust ice PRLDEF, Legal Services Clinic at West ern
New England College School of Law, Leit ner Cent er for I nt ernat ional Law and Just ice at Fordham Law School,
Bert B. Lockw ood, Allard K. Lowenst ein I nt er nat ional Hum an Right s Clinic, Yale Law School, Bet h Lyon,
Thom as M. McDonnell, The Nat ional Associat ion of Wom en Lawyer s, Los Angeles Chapt er of The Nat ional
Lawyers Guild, The Nat ional Organizat ion for Wom en, Noah Novogrodsk y, Jam ie O´ Connell, Sarah Paolet t i,
Jo M. Pasqualucci, Naom i Roht - Arriaza, Dar ren Rosenblum , Susan Deller Ross, Set on Hall Universit y School
of Law Cent er for Social Just ice, Gwynne Skinner, Kat hleen St audt , Jeffrey St em pel, Maureen A. Sweeney ,
Jonat han Todr es, The Urban Morgan I nst it ut e for Hum an Right s, U.S. Hum an Right s Net work, Penny M.
Venet is, Deborah Weissm an, Richard J. Wilson, The Wom en’s Law Proj ect , Wom en Lawyers Associat ion of
Los Angeles, and World Organizat ion for Hum an Right s USA. El m ism o fue present ado por Dav id S. Et t inger
y Mary- Chr ist ine Sungaila el 17 de j ulio de 2009.
19
Dicho escr it o fue present ado por Leah Hoct or el 17 de j ulio de 2009.
20
Dicho escr it o fue present ado por Widney Br own el 13 de j ulio de 2009.
21
Dicho escr it o fue present ado el 21 de sept iem bre de 2009 por Clara Sandoval y est udiant es del
Cent ro de Der echos Hum anos y la Facult ad de Derecho de la Universidad de Essex , Carla Ferst m an y Mart a
Valiñas de Redress, Jav ier Ciur lizza y Cat alina Díaz del Cent ro I nt ernacional para la Just icia Transicional
( I CTJ) , Rut h Rubio Marín del I nst it ut o Univer sit ario Europeo, y a t ít ulo personal por Mariclaire Acost a,
Xim ena Andión I bañez y Gail Aguilar Cast añón.
7

det erm inada sit uación o hecho t enga relación con el obj et o del caso para que est e
Tribunal pueda pronunciarse al respect o” 22 .
18. De ot ra part e, la Cort e resalt a que en el present e caso su función es
det erm inar, en ej ercicio de su com pet encia cont enciosa com o t ribunal int ernacional de
derechos hum anos, la responsabilidad del Est ado por las violaciones alegadas, y no la
responsabilidad personal del señor Chávez Chávez u ot ros funcionarios públicos. Esa
t area es exclusiva del Est ado, sin perj uicio de que est e Tribunal pueda verificar si aquél
ha cum plido o no con las obligaciones que al respect o se derivan de la Convención
Am ericana.
19. En razón de lo ant erior, el Tribunal no adm it e el escrit o de los represent ant es
señalado en el párrafo 15 supra y se lim it ará a analizar los alegat os de las part es
relat ivos a la supuest a responsabilidad int ernacional del Est ado.

III
RECON OCI M I EN TO PARCI AL D E RESPON SABI LI D AD I N TERN ACI ON AL

20. El Est ado realizó un reconocim ient o parcial de responsabilidad int ernacional en
los siguient es t érm inos:
El Est ado reconoce que en la prim era et apa de las invest igaciones, ent r e el 2001 y el 2003,
se present aron irregularidades. [ …]
[ En] la segunda et apa de las inv est igaciones de est os t res casos, a part ir del año 2004, [ …]
se subsanaron plenam ent e las irregular idades, se reint egraron los expedient es y se
reiniciaron las invest igaciones con un sust ent o cient ífico, incluso con com ponent es de apoyo
int ernacional.
[ …]
El Est ado reconoce que, derivado de las irr egularidades ant es r eferidas, se afect ó la
int egridad psíquica y dignidad de los fam iliares de Claudia I vet t e González, Esm eralda
Herrera Monreal y Laura Ber enice Ram os Monárrez. No obst ant e, se exponen con am plit ud
los apoyos con recur sos económ icos, asist encia m édica y psicológica y asesor ía j ur ídica que
se ha venido prest ando a los fam iliares de cada una de las t res v íct im as, const it uy endo una
reparación al daño causado.
Sin em bargo, el Est ado est im a que en est os t res casos no puede alegar se en m odo alguno la
configuración de violación al derecho a la vida, a la int egridad personal, a la dignidad y a la
libert ad per sonal de Esm eralda Herrera Monreal, Claudia I vet t e González y Laura Berenice
Ram os Monárr ez. Por un lado, en ninguno de los t res hom icidios part iciparon agent es del
Est ado. Por ot r o lado, se pr esent a am plia inform ación que dem uest ra el pleno cum plim ient o
de la obligación de m edio del Est ado a est e respect o incluso, con los result ados cont undent es
de las inv est igaciones y casos resuelt os ent re 1993 y est a fecha.
En el m ism o sent ido, el Est ado ha em pr endido acciones plenam ent e dem ost radas para
prot eger y prom over los der echos de los niños, por lo que no se puede declarar violación al
art ículo 19 de la Conv ención Am er icana en perj uicio de las víct im as. En sum a, el Est ado no
puede ser declarado responsable direct a ni indirect am ent e de haber violado el der echo a la
vida, int egridad personal y libert ad per sonal en el caso sub j udice.

21. En t al sent ido, el Est ado solicit ó a la Cort e que:


valore el reconocim ient o par cial de r esponsabilidad del Est ado por el incum plim ient o de las
obligaciones cont enidas en los art ículos 8.1 y 25.1 de la Convención Am er icana [ sobre]
Derechos Hum anos, y 5 de la m ism a Convención respect o de los fam iliar es de Laura Berenice
Ram os Monárr ez, Claudia I vet t e González y Esm eralda Her rera Monreal.

22
Caso Perozo y ot ros Vs. Venezuela. Ex cepciones Prelim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as.
Sent encia de 28 de enero de 2009. Serie C No. 195, párr. 67.
8

Declar e la inex ist encia de violaciones por part e del Est ado m ex icano a los art ículos 4.1, 5.1,
7, 11 y 19 de la Convención Am er icana [ sobre] Der echos Hum anos por lo que se refiere a
Claudia I vet t e González, Esm eralda Herrera Monreal y Laur a Berenice Ram os Monárrez.
Declar e que el Est ado ha cum plido con las obligaciones de prev ención, invest igación y
reparación, cont enidas en los art ículos 4.1 y 5.1 en r elación con el art ículo 1.1 de la
Convención Am er icana [ sobr e] de Der echos Hum anos.
En el event o de que fuese declarado algún t ipo de reparación, [ solicit ó] que est a se fij e
at endiendo a los lím it es y consideraciones hechos valer por el Est ado [ …] , así com o que se
reconozcan los esfuerzos realizados por el Est ado m exicano para reparar a los fam iliar es de
las v íct im as, incluso desde ant es de que dicho proceso iniciara, y los m últ iples acercam ient os
con los m ism os para acordar una reparación adicional.

22. La Com isión valoró el reconocim ient o parcial de responsabilidad int ernacional
efect uado por México, pues consideró que ést e era “ un paso posit ivo hacia el
cum plim ient o con sus obligaciones int ernacionales” . No obst ant e, sin desest im ar el
valor y la t rascendencia de dicho reconocim ient o, la Com isión not ó que el m ism o
“ deriva de una int erpret ación de los hechos diversa a la plant eada en la dem anda y en
el escrit o de solicit udes, argum ent os y pruebas” . Agregó que “ varios de los
argum ent os expuest os por el Est ado en el propio escrit o de cont est ación a la dem anda
cont roviert en los hechos supuest am ent e reconocidos” . Asim ism o, observó que por los
t érm inos del reconocim ient o en cuest ión “ las im plicaciones j urídicas en relación con los
hechos no han sido t ot alm ent e asum idas por el Est ado, y t am poco la pert inencia de las
reparaciones solicit adas por las part es” . En consecuencia, la Com isión consideró que
era “ indispensable que el Tribunal resuelva en sent encia las cuest iones que
perm anecen en cont ención” .
23. Los represent ant es solicit aron “ que se t om e en consideración el reconocim ient o
de responsabilidad hecho por el Est ado [ …] en su j ust a dim ensión” y que la Cort e “ se
pronuncie sobre las violaciones a los derechos hum anos de las víct im as ocurridas
desde el día de su desaparición hast a la fecha” .
24. De conform idad con los art ículos 53.2 y 55 del Reglam ent o, y en ej ercicio de
sus poderes de t ut ela j udicial int ernacional de los derechos hum anos, la Cort e puede
det erm inar si un reconocim ient o de responsabilidad int ernacional efect uado por un
Est ado dem andado ofrece base suficient e, en los t érm inos de la Convención, para
cont inuar el conocim ient o del fondo y det erm inar las event uales reparaciones y
cost as23 .
25. En ese sent ido, la Cort e observa que la frase “ la procedencia del allanam ient o” ,
así com o el t ext o ínt egro del art ículo 55 del Reglam ent o, indican que est os act os no
son, por sí m ism os, vinculant es para el Tribunal. Dado que los procesos ant e est a
Cort e se refieren a la t ut ela de los derechos hum anos, cuest ión de orden público
int ernacional que t rasciende la volunt ad de las part es, la Cort e debe velar porque t ales
act os result en acept ables para los fines que busca cum plir el sist em a int eram ericano.
En est a t area el Tribunal no se lim it a únicam ent e a verificar las condiciones form ales

23
El art ículo 53.2 del Reglam ent o dispone que:
Si el dem andado com unicar e a la Cort e su allanam ient o a las pret ensiones de la part e
dem andant e y a las de los represent ant es de las pr esunt as v íct im as, sus fam iliares o
represent ant es, la Cort e, oído el parecer de las part es en el caso, resolverá sobre la
procedencia del allanam ient o y sus efect os j urídicos. En est e supuest o, la Cort e procederá a
det er m inar, cuando fuere el caso, las reparaciones y cost as correspondient es.
Por su part e, el art ículo 55 del Reglam ent o est ablece que:
La Cort e, t eniendo en cuent a las responsabilidades que le incum ben de pr ot eger los derechos
hum anos, podr á decidir que prosiga el exam en del caso, aun en pr esencia de los supuest os
señalados en los art ículos pr ecedent es.
9

de los m encionados act os, sino que los debe confront ar con la nat uraleza y gravedad
de las violaciones alegadas, las exigencias e int erés de la j ust icia, las circunst ancias
part iculares del caso concret o y la act it ud y posición de las part es24 .
26. En el present e caso, la Cort e considera que el reconocim ient o parcial de
responsabilidad efect uado por el Est ado const it uye una cont ribución posit iva al
desarrollo de est e proceso, al buen despacho de la j urisdicción int eram ericana sobre
derechos hum anos, a la vigencia de los principios que inspiran la Convención
Am ericana y a la conduct a a la que est án obligados los Est ados en est a m at eria 25 , en
virt ud de los com prom isos que asum en com o part es en los inst rum ent os
int ernacionales sobre derechos hum anos26 .
27. En lo que se refiere a los hechos, la Cort e observa que el Est ado adm it ió, en
t érm inos generales, los hechos de cont ext o relat ivos a la violencia cont ra las m uj eres
en Ciudad Juárez, part icularm ent e los hom icidios que se han regist rado desde el inicio
de los años 90, así com o los hechos referent es a lo que el Est ado denom ina “ prim era
et apa” de las invest igaciones de los crím enes perpet rados en cont ra de las t res
víct im as, que abarca el período 2001 a 2003. Adem ás, México acept ó los hechos
relat ivos a la afect ación de la int egridad psíquica y dignidad de los fam iliares de las
t res víct im as.
28. Sin perj uicio de lo ant erior, el Tribunal not a que si bien el Est ado acept ó en
t érm inos generales dichos hechos, en su argum ent ación post erior relat iva al fondo del
asunt o cont rovirt ió hechos específicos de cont ext o o de la “ prim era et apa” de las
invest igaciones. Por ello, la Cort e det erm inará en los siguient es capít ulos t odo el m arco
fáct ico de est e caso y hará las especificaciones correspondient es cuando un hecho se
t om a com o est ablecido, con base en la acept ación del Est ado, o com o probado, de
acuerdo a la evidencia aport ada por las part es.
29. En lo que se refiere a las pret ensiones de derecho, el Tribunal declara que ha
cesado la cont roversia sobre la violación de los art ículos 5.1, 8.1, 25.1 de la
Convención Am ericana, en perj uicio de los fam iliares de las víct im as ident ificados
supra párr 9, por las violaciones acept adas por el Est ado en la “ prim era et apa” de las
invest igaciones. De ot ra part e, declara que subsist e la cont roversia en t orno a las
alegadas violaciones de los art ículos 4, 5, 7, 11 y 19 de la Convención Am ericana, en
relación con los art ículos 1.1 y 2 de la m ism a y el art ículo 7 de la Convención Belém do
Pará. Tam bién subsist e la cont roversia en t orno a la alegada violación del art ículo 5 de
la Convención Am ericana por hechos dist int os a los reconocidos por el Est ado, respect o
a los fam iliares de las víct im as, así com o la cont roversia relat iva a la alegada violación
de los art ículos 8.1 y 25.1 de la Convención, en relación con los art ículos 1.1 y 2 de la
m ism a, respect o a la “ segunda et apa” de las invest igaciones.
30. Finalm ent e, en cuant o a las pret ensiones de reparaciones, el Est ado acept ó que
t iene el deber de reparar las violaciones por él acept adas e indicó una serie de m edidas
reparat orias que ha realizado o que ofrece realizar, lo cual será valorado en el capít ulo
I X de est a Sent encia, conform e a los argum ent os y prueba present ados por las part es.

24
Cfr. Caso Kim el Vs. Argent ina. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 2 de m ayo de 2008.
Serie C No. 177, párr. 24, y Caso Ticona Est rada Vs. Boliv ia. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 27
de noviem br e de 2008. Serie C No. 191, párr. 21.
25
Cfr. Caso Truj illo Oroza Vs. Bolivia. Fondo. Sent encia de 26 de enero de 2000. Serie C No. 64, párr.
42; Caso Albán Cornej o y ot ros Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 22 de noviem br e
de 2007. Serie C No.171. pár r 24, y Caso Kim el Vs. Argent ina, supra not a 24, párr. 25.
26
Cfr. Caso Carpio Nicolle y ot ros Vs. Guat em ala. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 22 de
noviem bre de 2004. Serie C No. 117, párr. 84; Caso Albán Cornej o y ot r os Vs. Ecuador, supra not a 25, párr.
24, y Caso Kim el Vs. Argent ina, supra not a 24, párr. 25.
10

IV
EXCEPCI ÓN PRELI M I N AR
( I N COM PETEN CI A RATI ON E M ATERI AE D E LA CORTE)

31. El Est ado alegó la incom pet encia de la Cort e para “ det erm inar violaciones” a la
Convención Belém do Pará. Ello fue rechazado por la Com isión y los represent ant es,
quienes alegaron la com pet encia de la Cort e respect o al art ículo 7 de dicha
Convención. Los represent ant es alegaron que, adem ás, la Cort e t iene com pet encia
para “ conocer de violaciones” al art ículo 9 y “ aplicar el art ículo 8” de dicha Convención.
32. Para resolver cont roversias sobre la int erpret ación de norm as, la Cort e ha
invocado 27 la Convención de Viena sobre el Derecho de los Trat ados. En lo pert inent e,
est a Convención señala:
Art ículo 31. Regla general de int erpret ación. 1. Un t rat ado deberá int erpret arse de buena fe
conform e al sent ido corrient e que haya de at ribuirse a los t ér m inos del t rat ado en el
cont ext o de est os y t eniendo en cuent a su obj et o y fin.
[ …]
Art ículo 32. Medios de int erpret ación com plem ent arios. Se podrán acudir a m edios de
int erpret ación com plem ent ar ios, en par t icular a los t rabaj os preparat orios del t rat ado y a las
circunst ancias de su celebración, para confirm ar el sent ido result ant e de la aplicación del
art ículo 31, o para det erm inar el sent ido cuando la int erpret ación dada de conform idad con el
art ículo 31:
a) dej e am biguo u oscuro el sent ido; o
b) conduzca a un result ado m anifiest am ent e absurdo o irrazonable.

33. La Convención de Viena cont iene una regla que debe int erpret arse com o un
t odo. El sent ido corrient e de los t érm inos, la buena fe, el obj et o y fin del t rat ado y los
dem ás crit erios confluyen de m anera unida para desent rañar el significado de una
det erm inada norm a. Por ot ra part e, la Cort e recalca que el Derecho I nt ernacional de
los Derechos Hum anos se com pone t ant o de un conj unt o de reglas ( las convenciones,
pact os, t rat ados y dem ás docum ent os int ernacionales) , com o de una serie de valores
que dichas reglas pret enden desarrollar. La int erpret ación de las norm as se debe
desarrollar ent onces t am bién a part ir de un m odelo basado en valores que el Sist em a
I nt eram ericano pret ende resguardar, desde el “ m ej or ángulo” para la prot ección de la
persona. En est e sent ido, el Tribunal, al enfrent ar un caso com o el present e, debe
det erm inar cuál es la int erpret ación que se adecua de m ej or m anera al conj unt o de las
reglas y valores que com ponen el Derecho I nt ernacional de los Derechos Hum anos.
Concret am ent e, en est e caso, el Tribunal debe est ablecer los valores y obj et ivos
perseguidos por la Convención Belém do Pará y realizar una int erpret ación que los
desarrolle en la m ayor m edida. Ello exige la ut ilización en conj unt o de los elem ent os
de la norm a de int erpret ación del art ículo 31 cit ado ( supra párr. 32) .
34. Teniendo en cuent a lo ant erior, en prim er lugar el Tribunal analizará su
com pet encia respect o al art ículo 7 de la Convención Belém do Pará, para luego dirim ir
lo pert inent e en t orno a los art ículos 8 y 9 del m ism o t rat ado.

27
Cfr. Caso I v cher Bronst ein Vs. Perú. Com pet encia. Sent encia de 24 de sept iem br e de 1999. Serie C
No. 54, párr . 38, y Caso Blake Vs. Guat em ala. I nt erpret ación de la Sent encia de Reparaciones y Cost as.
Sent encia de 1 de oct ubre de 1999. Serie C No. 57, párr. 21.
11

1. Com pe t e ncia con t e nciosa de l Tr ibu na l r e spe ct o a l a r t ícu lo 7 de la


Con ve n ción Be lé m do Pa r á

1.1. La regla general de com pet encia expresa y el crit erio lit eral de
int erpret ación
35. El Est ado alegó que la Cort e sólo puede int erpret ar y aplicar la Convención
Am ericana y los inst rum ent os que expresam ent e le ot orguen com pet encia. Adem ás,
señaló que la Cort e, “ ej erciendo su facult ad consult iva” puede “ conocer e int erpret ar
t rat ados dist int os” a la Convención Am ericana, pero “ la facult ad de sancionar ot ros
t rat ados no es ext ensiva cuando la m ism a ej erce su j urisdicción cont enciosa” , t oda vez
que “ el principio fundam ent al que rige la com pet encia j urisdiccional de la m ism a es la
volunt ad [ o acept ación expresa] del Est ado de som et erse a ella” . Agregó que el
principio de seguridad j urídica “ garant iza no sólo la est abilidad del sist em a
int eram ericano” sino “ la cert eza en las obligaciones que derivan para el Est ado por
som et erse a los órganos int ernacionales de prot ección a los derechos hum anos” .
36. El Tribunal considera que el Est ado t iene razón respect o a que la Convención
Am ericana est ablece en su art ículo 62 una regla de com pet encia expresa, según la cual
la com pet encia de la Cort e debe ser est ablecida por “ declaración especial” o por
“ convención especial” .
37. México alega que cada t rat ado int eram ericano requiere una declaración
específica de ot orgam ient o de com pet encia a la Cort e. Al respect o, el Tribunal resalt a
que en el caso Las Palm eras Vs. Colom bia rat ificó la posibilidad de ej ercer su
com pet encia cont enciosa respect o a ot ros inst rum ent os int eram ericanos dist int os a la
Convención Am ericana, en el cont ext o de inst rum ent os que est ablezcan un sist em a de
pet iciones obj et o de supervisión int ernacional en el ám bit o regional 28 . En est e sent ido,
la declaración especial para acept ar la com pet encia cont enciosa de la Cort e según la
Convención Am ericana, t eniendo en cuent a el art ículo 62 de la m ism a, perm it e que el
Tribunal conozca t ant o de violaciones a la Convención com o de ot ros inst rum ent os
int eram ericanos que le ot orguen com pet encia.
38. Corresponde ent onces analizar cóm o se est ablece la com pet encia para el
t rám it e de pet iciones en la Convención Belém do Pará. Los art ículos pert inent es de
dicho inst rum ent o señalan lo siguient e:
CAPÍ TULO I V. MECANI SMOS I NTERAMERI CANOS DE PROTECCI ÓN
Art ículo 10. Con el propósit o de prot eger el derecho de la m uj er a una vida libre de v iolencia,
en los infor m es nacionales a la Com isión I nt eram ericana de Muj eres, los Est ados Part es
deberán incluir inform ación sobre las m edidas adopt adas para prevenir y erradicar la
violencia cont r a la m uj er , para asist ir a la m uj er afect ada por la violencia, así com o sobr e las
dificult ades que observen en la aplicación de las m ism as y los fact ores que cont ribuy an a la
violencia cont r a la m uj er.
Art ículo 11. Los Est ados Par t es en est a Convención y la Com isión I nt eram er icana de Muj eres,
podrán requerir a la Cort e I nt eram er icana de Derechos Hum anos opinión consult iva sobre la
int erpret ación de est a Convención.
Art ículo 12. Cualquier per sona o grupo de personas, o ent idad no gubernam ent al legalm ent e
reconocida en uno o m ás Est ados m iem bros de la Or ganización, puede pr esent ar a la
Com isión I nt eram er icana de Derechos Hum anos pet iciones que cont engan denuncias o
quej as de violación del art ículo 7 de la present e Convención por un Est ado Part e, y la
Com isión las considerará de acuerdo con las norm as y los requisit os de procedim ient o para la
present ación y consideración de pet iciones est ipulados en la Convención Am ericana sobre

28
Cfr. Caso Las Palm eras Vs. Colom bia. Excepciones Pr elim inares. Sent encia de 4 de febr er o de 2000.
Serie C No. 67, párr. 34.
12

Derechos Hum anos y en el Est at ut o y el Reglam ent o de la Com isión I nt eram er icana de
Derechos Hum anos ( subrayados fuera del t ext o) .

39. El Est ado señaló que el cit ado art ículo 12 “ m enciona expresa y exclusivam ent e
a la Com isión I nt eram ericana com o el órgano encargado de la prot ección de la
Convención, m ediant e el procedim ient o de pet iciones individuales” , lo cual “ no dej a
lugar a dudas” y lleva a la conclusión de que la Cort e “ es incom pet ent e” para conocer
de violaciones a dicho inst rum ent o. Explicó que “ [ s] i la int ención de los Est ados [ …]
hubiera sido la de ot orgarle com pet encia a [ la] Cort e, no sólo se habría señalado
[ expresam ent e] , sino que a la par de la Convención Am ericana, el Est at ut o y del
Reglam ent o de la Com isión, necesariam ent e se hubieran incluido t am bién el Est at ut o y
el Reglam ent o de la Cort e” .
40. El Tribunal considera errados los alegat os del Est ado. La Convención Bélem do
Pará est ablece que la Com isión considerará las pet iciones respect o de su art ículo 7 “ de
acuerdo con las norm as y los requisit os de procedim ient o para la present ación y
consideración de pet iciones est ipulados en la Convención Am ericana [ …] y en el
Est at ut o y el Reglam ent o de la Com isión” . Est a form ulación no se excluye ninguna
disposición de la Convención Am ericana, por lo que habrá que concluir que la Com isión
act uará en las pet iciones sobre el art ículo 7 de la Convención Bélem do Pará “ de
conform idad con lo dispuest o en los art ículos 44 al 51 de [ la Convención Am ericana] ” ,
com o lo dispone el art ículo 41 de la m ism a Convención. El art ículo 51 de la Convención
y el art ículo 44 del Reglam ent o de la Com isión se refieren expresam ent e al
som et im ient o de casos ant e la Cort e cuando ocurre incum plim ient o de las
recom endaciones del inform e de fondo al que se refiere el art ículo 50 de la Convención
Am ericana. Asim ism o, el art ículo 19.b del Est at ut o de la Com isión est ablece que ent re
las at ribuciones de la Com isión est á la de “ com parecer ante la Corte I nteram ericana de
Derechos Hum anos en los casos previstos en la Convención”.
41. En sum a, parece claro que el t enor lit eral del art ículo 12 de la Convención
Belém do Pará concede com pet encia a la Cort e, al no except uar de su aplicación
ninguna de las norm as y requisit os de procedim ient o para las com unicaciones
individuales.
42. Ahora bien, aunque el t ext o parezca lit eralm ent e claro, es necesario analizarlo
aplicando t odos los elem ent os que com ponen la regla de int erpret ación del art ículo 31
de la Convención de Viena ( supra párr. 32) . Tam bién lo ha dicho est e Tribunal al
señalar que el “ sent ido corrient e” de los t érm inos no puede ser una regla por sí m ism a
sino que debe involucrarse dent ro del cont ext o y, en especial, dent ro del obj et o y fin
del t rat ado, de m anera t al que la int erpret ación no conduzca de m anera alguna a
debilit ar el sist em a de prot ección consagrado en la Convención 29 .

1.2. I nt erpret ación sist em át ica


43. La Cort e resalt a que, según el argum ent o sist em át ico, las norm as deben ser
int erpret adas com o part e de un t odo cuyo significado y alcance deben fij arse en
función del sist em a j urídico al cual pert enecen.

29
Cfr. “ Ot ros t rat ados” obj et o de la función consult iva de la Cort e ( art . 64 Convención Am er icana
sobre Derechos Hum anos) . Opinión consult iva OC- 1/ 82 de 24 de sept iem bre de 1982. Serie A No. 1, párrs.
43 a 48; Rest ricciones a la Pena de Muert e ( art s. 4.2 y 4.4 Convención Am er icana sobre Derechos
Hum anos) . Opinión Consult iva OC- 3/ 83 de 8 de sept iem bre de 1983. Ser ie A No. 3, párrs. 47 a 50;
Propuest a de m odificación a la Const it ución Polít ica de Cost a Rica relacionada con la nat uralización. Opinión
Consult iva OC- 4/ 84 de 19 de enero de 1984. Serie A No. 4, párrs. 20 a 24, y, ent r e ot ros, Caso Velásquez
Rodríguez Vs. Honduras. Excepciones Prelim inares. Sent encia de 26 de j unio de 1987. Serie C No. 1, párr.
30.
13

44. El Est ado alegó que “ acept [ ó] la j urisdicción” de la Cort e “ exclusivam ent e para
casos que versen sobre la int erpret ación o aplicación de la Convención Am ericana y no
así sobre t rat ado o inst rum ent o int ernacional dist int o” . De ot ra part e, México
argum ent ó que es posible la no j udicialización del sist em a de pet iciones incluido en la
Convención Belém do Pará, t eniendo en cuent a inst rum ent os int ernacionales de
derechos hum anos que “ no est ablecen m ecanism os ipso j ure para el som et im ient o de
pet iciones a t ribunales int ernacionales” , que incluso han est ablecido “ Prot ocolos” que
incluyen “ com it és ad hoc para analizar pet iciones individuales” . Dest acó que “ no debe
olvidarse que est os no son órganos j urisdiccionales sino que m ant ienen est ruct uras,
procedim ient os y facult ades sim ilares a las de la Com isión I nt eram ericana” .
45. En el sist em a int eram ericano exist en t rat ados que no est ablecen com o
m ecanism o de prot ección ninguna referencia al t rám it e de pet iciones individuales,
t rat ados que perm it en t rám it e de pet iciones, pero la rest ringen para ciert os derechos y
t rat ados que perm it en t rám it e de pet iciones en t érm inos generales.
46. En el prim er supuest o se encuent ra la Convención I nt eram ericana para la
Elim inación de Todas las Form as de Discrim inación cont ra las Personas con
Discapacidad ( en adelant e la “ CI ETFDPD” ) , cuyo art ículo VI est ablece que un Com it é
para la Elim inación de t odas las Form as de Discrim inación cont ra las Personas con
Discapacidad “ será el foro para exam inar el progreso regist rado” en la aplicación de la
Convención. En est e t rat ado no se hace m ención al t rám it e de pet iciones individuales
que denuncien la violación de dicha Convención.
47. Un segundo supuest o se encuent ra en t rat ados que ot organ com pet encia para
el t rám it e de pet iciones pero las rest ringen rat ione m at eriae a ciert os derechos. Así,
por ej em plo, el art ículo 19.6 del Prot ocolo Adicional a la Convención Am ericana en
m at eria de Derechos Económ icos, Sociales y Cult urales, “ Prot ocolo de San Salvador” ,
perm it e la present ación de denuncias sólo respect o al derecho a la educación y los
derechos sindicales.
48. En el t ercer supuest o se encuent ran la Convención I nt eram ericana para
Prevenir y Sancionar la Tort ura ( en adelant e la “ CI PST” ) , la Convención I nt eram ericana
sobre Desaparición Forzada de Personas ( en adelant e “ CI DFP” ) y la Convención Belém
do Pará. Est os t rat ados cont ienen norm as de j urisdicción diferent es a las de la
Convención Am ericana, t al com o se explica a cont inuación.
49. El Est ado alegó la “ inaplicabilidad” de los crit erios ut ilizados por la Cort e
respect o a la “ aplicación” de la CI PST y la CI DFP, t eniendo en cuent a que ést as
“ cont ienen cláusulas dist int as” al art ículo 12 de la Convención Belém do Pará, m ient ras
que ést e rest ringe la posibilidad únicam ent e a la Com isión I nt eram ericana, razón por la
cual se aplica el crit erio int erpret at ivo conform e al cual “ la m ención expresa de una
circunst ancia excluye a las dem ás” y “ la expresión especial im pide t oda int erpret ación
ext ensiva” .
50. El Tribunal const at a que la CI DFP, en su art ículo XI I I , señala que las pet iciones
est arán suj et as a las norm as de procedim ient o de la Com isión y de la Cort e, razón por
la cual se ha declarado su violación en algunos casos30 .
51. De ot ro lado, el art ículo 8 de la CI PST aut oriza el acceso " a inst ancias
int ernacionales cuya com pet encia haya sido acept ada por [ el] Est ado" al que se
at ribuye la violación de dicho t rat ado. Dicha Convención no m enciona a la Cort e

30
Cfr. Caso Góm ez Palom ino Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 22 de noviem bre
de 2005. Serie C No. 136, párr. 110; Caso Ticona Est rada y ot ros Vs. Boliv ia, supra not a 24, párr. 85, y Caso
Anzualdo Cast ro Vs. Per ú. Excepción Prelim inar , Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 22 de
Sept iem bre de 2009. Serie C No. 202, párr. 61.
14

I nt eram ericana en ninguno de sus art ículos. Sin em bargo, la Cort e ha declarado la
violación de dichos t rat ados en diversos casos ut ilizando un m edio de int erpret ación
com plem ent ario ( los t rabaj os preparat orios) ant e la posible am bigüedad de la
disposición 31 .
52. La Cort e considera que, a diferencia de lo que señala México, la Convención
Bélem do Pará hace m ención aun m ás explícit a que la CI PST a la j urisdicción de la
Cort e, puest o que alude expresam ent e a las disposiciones que perm it en a la Com isión
enviar dichos casos a la Cort e.
53. De ot ra part e, el Est ado alegó que si bien la Convención Belém do Pará señala
que la Com isión deberá conocer de las pet iciones de conform idad con las norm as y
procedim ient os est ablecidos en la Convención Am ericana, “ ello sólo puede significar
que deberá acogerse a lo est ablecido en la Sección 4 del Capít ulo VI I de la Convención
Am ericana” , pues “ es ahí donde se est ablecen las reglas que norm an el procedim ient o
de una pet ición individual” . México alegó que el hecho de que la Com isión pueda
som et er un caso a la Cort e “ no debe confundirse” con el procedim ient o de pet iciones
individuales. Por el cont rario, señaló el Est ado, “ el art ículo 12 de la Convención de
Belém do Pará es aquel en el que la Com isión ej erce sus funciones
cuasij urisdiccionales” , y que “ el hecho de que el t rám it e de una pet ición ant e la
Com isión I nt eram ericana pudiera derivar en un caso ant e la Cort e [ …] no im plica que
el procedim ient o ant e la Com isión dependa del proceso ant e la Cort e” , lo cual “ es
evident e en t ant o que la conclusión de una pet ición no siem pre es una sent encia de la
Cort e” .
54. A part ir de una int erpret ación sist em át ica, nada en el art ículo 12 apunt a hacia
la posibilidad de que la Com isión I nt eram ericana aplique el art ículo 51 de la
Convención Am ericana de m anera fragm ent ada. Es ciert o que la Com isión
I nt eram ericana puede decidir no enviar un caso a la Cort e, pero ninguna norm a de la
Convención Am ericana ni el art ículo 12 de la Convención Belém do Pará prohíben que
un caso sea t ransm it ido al Tribunal, si la Com isión así lo decide. El art ículo 51 es claro
en est e punt o.
55. La Cort e reit era su j urisprudencia en t orno a la “ int egridad inst it ucional del
sist em a de prot ección consagrado en la Convención Am ericana” . Ello significa, por un
lado, que el som et im ient o de un caso cont encioso ant e la Cort e respect o a un Est ado
Part e que haya reconocido la com pet encia cont enciosa del Tribunal requiere del
desarrollo previo del procedim ient o ant e la Com isión 32 . De ot ra part e, la com pet encia
asignada a la Com isión por el inciso f del art ículo 41 convencional abarca los diversos
act os que culm inan en la present ación de una dem anda ant e la Cort e para recabar de
ést a una resolución j urisdiccional. Est e art ículo se refiere a un ám bit o en el que se
act ualizan las at ribuciones t ant o de la Com isión com o de la Cort e, en sus respect ivos
m om ent os. Cabe recordar que la Cort e es el único órgano j udicial en est as m at erias33 .
56. Lo ant erior no quiere decir que un Est ado Part e que no haya reconocido la
j urisdicción cont enciosa de la Cort e según la Convención Am ericana y haya rat ificado,
por ej em plo, la Convención Belém do Pará, pueda ser obj et o de la j urisdicción
cont enciosa de est e Tribunal. En ese caso, la aplicación del art ículo 51 se hace

31
Cfr. Caso de los “ Niños de la Calle” ( Villagrán Morales y ot ros) Vs. Guat em ala. Fondo. Sent encia de
19 de noviem bre de 1999. Serie C No. 63, párrs. 247 y 248.
32
Cfr. Asunt o de Viviana Gallar do y ot ras. Ser ie A No.G 101/ 81, párrs. 12.b) , 16, 20, 21 y 22, y Caso
Acevedo Jaram illo y ot ros Vs. Perú. Excepciones Pr elim inar es, Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 7
de febrero de 2006. Serie C No. 144, párr. 174.
33
Cfr. Caso Velásquez Rodr íguez Vs. Honduras. Excepciones Prelim inares, supra not a 29, párr. 45.
15

im posible, puest o que para que ese com ponent e del art ículo 51 opere, se requiere
haber cum plido con lo dispuest o por el art ículo 62 de la Convención Am ericana.
57. Asim ism o, el Tribunal reit era que haber conferido com pet encia a la Cort e según
la Convención Am ericana es garant izar que en los event os en los que se est ablezca un
sist em a de pet iciones, de ser pert inent e, se garant ice el cont rol j udicial de la Cort e en
la m at eria. Dist int o sería en aquellos inst rum ent os en los que no se est ablece un
sist em a de pet iciones com o m ecanism o de prot ección, t al com o ocurre con la
CI ETFDPD.
58. En conclusión, una int erpret ación sist em át ica de las norm as relevant es para
resolver est a cont roversia perm it e respaldar aún m ás la com pet encia cont enciosa de la
Cort e respect o al art ículo 7 de la Convención Belém do Pará.

1.3. I nt erpret ación t eleológica y principio del efect o út il


59. En una int erpret ación t eleológica se analiza el propósit o de las norm as
involucradas, para lo cual es pert inent e analizar el obj et o y fin del t rat ado m ism o y, de
ser pert inent e, analizar los propósit os del sist em a regional de prot ección. En est e
sent ido, t ant o la int erpret ación sist em át ica com o la t eleológica est án direct am ent e
relacionadas.
60. El Est ado indicó que si bien “ el obj et o y fin de la Convención de Belém do Pará
es la elim inación t ot al de la violencia cont ra la m uj er” , “ no puede confundirse ese fin
últ im o [ …] con la j udicialización del sist em a de derechos y obligaciones que rige al
inst rum ent o” .
61. El fin del sist em a de pet iciones consagrado en el art ículo 12 de la Convención
Belém do Pará es el de fort alecer el derecho de pet ición individual int ernacional a part ir
de ciert as precisiones sobre los alcances del enfoque de género. La adopción de est a
Convención reflej a una preocupación uniform e en t odo el hem isferio sobre la gravedad
del problem a de la violencia cont ra la m uj er, su relación con la discrim inación
hist óricam ent e sufrida y la necesidad de adopt ar est rat egias int egrales para prevenirla,
sancionarla y erradicarla 34 . En consecuencia, la exist encia de un sist em a de pet iciones
individuales dent ro de una convención de t al t ipo, t iene com o obj et ivo alcanzar la
m ayor prot ección j udicial posible, respect o a aquellos Est ados que han adm it ido el
cont rol j udicial por part e de la Cort e.
62. En est e punt o es fundam ent al t ener present e la especificidad de los t rat ados de
derechos hum anos y los efect os que ello t iene sobre su int erpret ación y aplicación. Por
una part e, el obj et o y fin es la prot ección de los derechos hum anos de los individuos;
por la ot ra, significa la creación de un orden legal en el cual los Est ados asum en
obligaciones no en relación con ot ros Est ados, sino hacia los individuos baj o su
j urisdicción 35 . Adem ás, est os t rat ados se aplican de conform idad con la noción de
garant ía colect iva 36 .
63. En el present e caso el Est ado señaló que la int erpret ación t eleológica deriva de
que, m ient ras el art ículo 12 es om iso en señalar a la Cort e, “ el art ículo 11 sí le ot orga
com pet encia exclusiva para em it ir opiniones consult ivas” , lo cual indica que “ la

34
Preám bulo de la Convención Belém do Pará.
35
Cfr. “ Ot ros t rat ados” obj et o de la función consult iva de la Cort e ( art . 64 Convención Am er icana
sobre Derechos Hum anos) , supra not a 29, párr. 29.
36
Cfr. Caso del Tribunal Const it ucional Vs. Perú. Com pet encia. Sent encia de 24 de sept iem bre de
1999. Serie C No. 55, párr. 41, y Caso I vcher Bronst ein Vs. Perú, supra not a 27, párr. 42.
16

int ención de las part es en el t rat ado era precisam ent e delim it ar las facult ades de la
Cort e a su función consult iva” . Por su part e, la Com isión y los represent ant es
señalaron que la Cort e no puede dej ar de asum ir com pet encia para conocer de
violaciones a la Convención Belém do Pará, pues ello desconocería el “ principio del
efect o út il” . Sobre est o últ im o, el Est ado señaló que “ el efect o út il se encuent ra ya
garant izado en la Convención y la aplicación del m ism o no im plica que la Cort e ej erza
su j urisdicción sobre la m ism a” ; t oda vez que ello sería “ desconocer y descalificar” las
funciones que desem peñan la Com isión I nt eram ericana de Muj eres y la Com isión
I nt eram ericana de Derechos Hum anos en el m arco de los m ecanism os de prot ección
est ablecidos por la Convención Belém do Pará.
64. La alegación que el Est ado hace en el sent ido de que la Cort e no t endría
com pet encia cont enciosa porque el art ículo 11 de la Convención Bélem do Pará sólo se
refiere a la j urisdicción consult iva de la Cort e, no apoya est a posición, sino que, por el
cont rario, la cont radice. En efect o, la com pet encia consult iva no est á incluida en los
art ículos 44 a 51 de la Convención Am ericana, por lo cual era necesario est ablecerla
expresam ent e en ot ra disposición.
65. Con respect o al efect o út il, la Cort e reit era lo señalado en su prim er fallo
cont encioso, en el sent ido de que una finalidad inherent e a t odo t rat ado es la de
alcanzar est e efect o 37 . Ello es aplicable a las norm as de la Convención Am ericana
relacionadas con la facult ad de la Com isión de som et er casos a la Cort e. Y es ést a una
de las norm as a la que rem it e la Convención Belém do Pará.

1.4. Crit erio com plem ent ario de int erpret ación: los t rabaj os preparat orios de
la Convención Belém do Pará
66. El Est ado m anifest ó que “ los represent ant es de los Est ados discut ieron
am pliam ent e la form a en la que se podrían reclam ar violaciones [ …] , concluyendo que
la Com isión sería el único órgano com pet ent e para conocer de est as quej as” ,
m anifest ando su “ inconform idad de ot orgar facult ades j urisprudenciales a la Cort e
I nt eram ericana para revisar posibles violaciones” de dicha Convención. Adem ás, según
el Est ado, el art ículo incluido en el ant eproyect o de dicha Convención que facult aba a
est a Cort e para conocer violaciones a la m ism a, “ no fue incluido en el proyect o final de
la [ C] onvención” . Asim ism o, indicó que “ la facult ad de acept ar la com pet encia
obligat oria de un t ribunal es un act o soberano de cada Est ado que no encuent ra m ás
lím it es que la volunt ad m ism a del Est ado” . Concluyó que “ es evident e que fue la
int ención de los Est ados signat arios delim it ar la com pet encia exclusiva de la Com isión
para conocer sobre pet iciones individuales referent es a presunt as violaciones a [ dicha]
Convención” .
67. La Com isión refut ó los argum ent os del Est ado relat ivos a los t ravaux
préparat oires de la Convención Belém do Pará y consideró que “ en ningún m om ent o
los Est ados discut ieron [ …] la posibilidad de excluir la com pet encia m at erial de la Cort e
[ …] para conocer sobre el incum plim ient o de las obligaciones em anadas de [ dicha]
Convención” . Los represent ant es no ofrecieron alegat os en est e punt o.
68. La Cort e observa que la Convención de Viena exige acudir a los t rabaj os
preparat orios solo en form a subsidiaria. En el present e caso, no sería necesario hacerlo
t eniendo en cuent a lo analizado hast a el m om ent o. Sin perj uicio de ello, el Tribunal
est udiará los t rabaj os preparat orios para responder a los alegat os present ados por el
Est ado.

37
Cfr. Caso Velásquez Rodr íguez Vs. Honduras. Excepciones Prelim inares, supra not a 29, párr. 30.
17

69. El “ Text o aprobado por m ayoría” en la “ Reunión I nt ergubernam ent al de


Expert os” convocada en oct ubre de 1993 para revisar el proyect o de Convención
I nt eram ericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia cont ra la Muj er,
señalaba lo siguient e:
Art ículo 15. Todo Est ado Part e puede, en cualquier m om ento y de acuerdo con las norm as y
los procedim ientos estipulados en la Convención Am ericana sobre Derechos Hum anos, declarar
que reconoce com o obligatoria de pleno derecho y sin convención especial, la com petencia de
la Cort e I nt eram ericana de Derechos Hum anos sobre todos los casos relat ivos a la
int erpretación o aplicación de la present e Convención 38 .

70. El 26 de oct ubre de 1993 la delegación de México present ó una propuest a


relacionada con las com pet encias de la Com isión I nt eram ericana de Derechos
Hum anos y la Com isión I nt eram ericana de Muj eres ( en adelant e “ CI M” ) 39 . En
part icular, la propuest a de México se dirigía a que se creara un Com it é sobre la
Elim inación de la Violencia cont ra la Muj er que auxiliara a la CI M en el exam en de
inform es nacionales y que revisara denuncias o quej as relat ivas a la Convención,
present ando “ un dict am en sobre [ dichas denuncias] a la [ CI M] , con vist as a la
present ación del o los casos ant e la Com isión I nt eram ericana de Derechos
Hum anos” 40 . Por su part e, la delegación de Brasil inform ó que “ reserva[ ba] su
posición” frent e a dicho art ículo 15 del ant eproyect o 41 .
71. De ot ra part e, uno de los docum ent os analizados en la VI Asam blea
Ext raordinaria de Delegadas que durant e 1994 analizó el ant eproyect o de Convención,
incluye los com ent arios de algunos Gobiernos a dicho docum ent o 42 . Trinidad y Tobago
apoyó la propuest a de México, m ient ras que Ant igua y Barbuda, Baham as, Colom bia,
Cost a Rica, Ecuador, El Salvador, Guat em ala, Paraguay, Sant a Lucía, Uruguay y
Venezuela señalaron su acuerdo con el ant eproyect o. Chile present ó observaciones que
no se relacionaban con los m ecanism os de prot ección. St . Kit t s y Nevis se “ reserv[ ó] el
derecho de t om ar una decisión sobre los Art ículos 13 a 15 del Proyect o de Convención,
y sobre las m odificaciones propuest as al m ism o” . Barbados y Dom inica m anifest aron
que se ent endía que el t rám it e de pet iciones individuales est aba regulado por la
Convención Am ericana. Por su part e, Perú consideraba pert inent e un “ proyect o de
procedim ient o que debiera seguirse ant e la CI DH” o “ el est ablecim ient o de una
relat oría ad- hoc para el caso específico de las denuncias” .
72. El 19 de abril de 1994 se reunieron las delegadas de la CI M a discut ir el
proyect o de Convención y procedieron a una vot ación nom inal de los diversos

38
Cfr. Com isión I nt eram ericana de Muj eres, VI Asam blea Ext raordinaria de Delegadas, Tex t o
Prelim inar I nicial y la Últ im a Versión de Proyect o de Tex t o para la Convención I nt eram ericana para Prevenir ,
Sancionar y Er radicar la Violencia Cont ra La Muj er ( Punt o 1 del t em ario) , OEA/ Ser.L/ I I .3.6 CI M/ doc.9/ 94, 13
de abril de 1994, p. 16.
39
Cfr. Com isión I nt eram ericana de Muj eres, I nform e Pr elim inar de la Segunda Sesión de la Reunión
I nt ergubernam ent al de Expert os para Considerar el Ant eproyect o de Convención I nt eram er icana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Cont ra la Muj er, OEA/ Ser.L/ I I .7.5 CI M/ Recovi/ doc.36/ 93 corr. 2,
14 de abril de 1994. Ver en part icular, Anex o I , Grupo de Trabaj o I I , Propuest as de reform a present adas por
la delegación de México a los art ículos 13 al 16 del capit ulo I V del proyect o de Convención, WG- I I / doc. 5/ 93
26 oct ubre 1993, pp. 12 y 13.
40
Cfr. Com isión I nt eram ericana de Muj eres, Anexo I , Gr upo de Trabaj o I I , Propuest as de r eform a
present adas por la delegación de Méx ico a los art ículos 13 al 16 del capit ulo I V del proyect o de Conv ención,
supra not a 39, p. 13.
41
Cfr. Com isión I nt eram er icana de Muj eres, VI Asam blea Ex t raordinaria de Delegadas, supra not a 38,
p. 16.
42
Cfr. Com isión I nt eram ericana de Muj eres, VI Asam blea Ext raordinar ia de Delegadas, Com ent ar ios
Recibidos de los Gobiernos al Proyect o de Convención I nt er am er icana par a Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia Cont r a la Muj er ( Punt o 1 del t em ario) , OEA/ Ser.L/ I I .3.6 CI M/ doc.4/ 94, 4 de abril de 1994.
18

art ículos. Part iciparon 22 países m iem bros de la OEA. Respect o al art ículo 15 del
Proyect o, la vot ación t uvo com o result ado: “ 16 vot os a favor, uno en cont ra y cuat ro
abst enciones” 43 . En un “ act a resum ida” de dicha vot ación, se indicó que el art ículo “ no
fue aprobado” porque se “ requer[ ían] 18 vot os a favor para aprobar una m oción” . La
Cort e observa que no es correct o sost ener que no hubo una m ayoría a favor de la
aprobación de dicho art ículo, sino sólo que no se obt uvo la cant idad de vot os
suficient es.
73. Los t rabaj os preparat orios, por ende, en t ant o se relacionan con un m ét odo
subsidiario de int erpret ación, son com plet am ent e insuficient es com o fundam ent o
sólido para desechar la int erpret ación realizada del art ículo 12 de la Convención Bélem
do Pará. Por t al m ot ivo, la Cort e acudió a t odos los elem ent os prim arios de
int erpret ación de la Convención de Viena.

1.5. Efect os del precedent e est ablecido en la sent encia del caso Penal Miguel
Cast ro Cast ro
74. El Est ado señaló que en el caso Penal Miguel Cast ro Cast ro Vs. Perú la Cort e “ no
analizó su com pet encia para conocer de la Convención de Belém do Pará” , razón por la
cual “ no exist e evidencia de los m ot ivos por los que ej erció su com pet encia” . Adem ás,
alegó que el hecho de que en dicho caso “ no [ se] haya obj et ado la com pet encia de
es[ t ] a Cort e y que ést a t am poco la analizara, no debe ser obst áculo para que la Cort e
at ienda la obj eción del Est ado” en est e caso y “ declare su incom pet encia” .
75. En el caso del Penal Miguel Cast ro Cast ro el Tribunal declaró violada la
Convención Belém do Pará, lo que es equivalent e a declarar su com pet encia sobre ella.
Asim ism o, la Cort e resalt a que no sólo en dicho caso ha est ablecido su com pet encia en
la m at eria. En efect o, en los casos Ríos y ot ros Vs. Venezuela y Perozo y ot ros Vs.
Venezuela, si bien la Cort e declaró que “ no correspond[ ía] analizar los hechos de
[ dichos casos] baj o las [ …] disposiciones de la Convención de Belém do Pará” 44 porque
no se dem ost ró que las agresiones fueron “ especialm ent e dirigid[ as] cont ra las
m uj eres” ni que “ ést as se hayan debido a su condición [ de m uj er] ” 45 , est a conclusión
de no violación fue posible a part ir del análisis de dicha Convención. En ello se
proyect ó ent onces la com pet encia del Tribunal sobre la m ism a.
76. En consecuencia, si bien es ciert o que en el caso del Penal Miguel Cast ro Cast ro
Vs. Perú no se realizó un análisis exhaust ivo de la com pet encia del Tribunal para
conocer de violaciones al art ículo 7 de la Convención Belém do Pará, que en su
m om ent o se consideró innecesario ant e la falt a de cont roversia de las part es, en el
present e caso, en el que México ha cuest ionado dicha com pet encia, la Cort e ha
expuest o los m ot ivos que le llevan a reafirm ar su j urisprudencia en la m at eria.
*

43
Cfr. Com isión I nt eram er icana de Muj eres, VI Asam blea Ext r aordinaria de Delegadas, Act a Resum ida
de la Segunda Sesión Plenaria, OEA/ Ser.L/ I I .3.6 CI M/ doc.24/ 94, rev.1, 6 de j unio de 1994. Los países que
vot aron a favor fueron: Ecuador, Bolivia, Trinidad y Tobago, Barbados, República Dom inicana, Guat em ala,
Argent ina, Colom bia, Nicaragua, Paraguay, Dom inica, Venezuela, Chile, St . Kit t es y Nevis, Perú, Uruguay. El
único país que vot ó en cont r a fue Brasil. Se abst uvieron de vot ar los siguient es países: Méx ico, Est ados
Unidos, Canadá y Jam aica.
44
Caso Ríos y ot ros Vs. Venezuela. Excepciones Prelim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as.
Sent encia de 28 de enero de 2009. Serie C No. 194, párr. 280 y Caso Perozo y ot ros Vs. Venezuela, supr a
not a 22, párr. 296.
45
Caso Ríos y ot ros Vs. Venezuela, supra not a 44, párr. 279 y Caso Perozo Vs. Venezuela, supra not a
22, párrs. 295 y 296.
19

* *
77. Todo lo ant erior perm it e concluir que la conj unción ent re las int erpret aciones
sist em át ica y t eleológica, la aplicación del principio del efect o út il, sum adas a la
suficiencia del crit erio lit eral en el present e caso, perm it en rat ificar la com pet encia
cont enciosa de la Cort e respect o a conocer de violaciones del art ículo 7 de la
Convención Belém do Pará.

2. I n com pe t e n cia de l Tr ibu na l r e spe ct o a los a r t ícu los 8 y 9 de la


Con ve n ción Be lé m do Pa r á
78. La Com isión I nt eram ericana no alegó la com pet encia cont enciosa de la Cort e
respect o a los art ículos 8 y 9 de la Convención Belém do Pará. Por su part e, los
represent ant es aludieron a dicha com pet encia, t eniendo en cuent a la “ relación direct a”
del art ículo 9 con el art ículo 7 de dicha Convención, en razón de una “ int erpret ación
pro personae” del art ículo 12 y del principio del efect o út il. Agregaron que la Cort e
debe “ asum ir en conj unt o am bos art ículos para conocer de las violaciones alegadas” .
79. La Cort e considera que los crit erios sist em át icos y t eleológicos son insuficient es
para superponerse a lo que indica claram ent e el t enor lit eral del art ículo 12 de la
Convención Belém do Pará, donde se señala que el sist em a de pet iciones se
concent rará exclusivam ent e en la posible violación del art ículo 7 de dicha Convención.
Al respect o, la Cort e resalt a que a part ir del principio de int erpret ación m ás favorable
no se puede derivar un enunciado norm at ivo inexist ent e, en est e caso, la int egración
de los art ículos 8 y 9 al t enor lit eral del art ículo 12. Ello no obst a a que los diversos
art ículos de la Convención Belém do Pará sean ut ilizados para la int erpret ación de la
m ism a y de ot ros inst rum ent os int eram ericanos pert inent es.
*
* *

80. Por t odo lo expuest o el Tribunal decide acept ar parcialm ent e la excepción
prelim inar int erpuest a por el Est ado y, por ende, declarar que: a) t iene com pet encia
cont enciosa en razón de la m at eria para conocer de alegadas violaciones al art ículo 7
de la Convención Belém do Pará, y b) no t iene com pet encia cont enciosa en razón de la
m at eria para conocer de supuest as violaciones a los art ículos 8 y 9 de dicho
inst rum ent o int ernacional.

V
COM PETEN CI A
81. La Cort e I nt eram ericana es com pet ent e, en los t érm inos del art ículo 62.3 de la
Convención, para conocer el present e caso, en razón de que México es Est ado Part e en
la Convención Am ericana desde el 24 de m arzo de 1981 y reconoció la com pet encia
cont enciosa del Tribunal el 16 de diciem bre de 1998. Asim ism o, el Est ado rat ificó la
Convención Belém do Pará el 12 de noviem bre de 1998.

VI
20

PRUEBA
82. Con base en lo est ablecido en los art ículos 44 y 45 del Reglam ent o, así com o en
su j urisprudencia respect o de la prueba y su apreciación 46 , la Cort e exam inará y
valorará los elem ent os probat orios docum ent ales rem it idos por las part es en diversas
oport unidades procesales, así com o las declaraciones rendidas m ediant e affidávit y en
audiencia pública. Para ello, el Tribunal se at endrá a los principios de la sana crít ica,
dent ro del m arco legal correspondient e47 .

1. Pr u e ba t e st im on ia l y pe r icia l
83. Fueron recibidas las declaraciones escrit as de los siguient es t est igos y perit os:
a) Luis Albert o Bosio. Test igo propuest o por la Com isión. Declaró, int er alia,
sobre “ los reconocim ient os m édico forenses y dict ám enes m édico óseos
en ant ropología forense que pract icó en relación con varios de los rest os
encont rados en el denom inado ‘Cam po Algodonero’ ent re el 6 y 7 de
noviem bre de 2001; las conclusiones a las que arribó, y la
com pat ibilidad de los exám enes realizados con ant erioridad, respect o de
los m ism os rest os, con los est ándares int ernacionales aplicables en la
m at eria” .
b) Mercedes Doret t i. Test igo propuest a por la Com isión. Declaró, int er alia,
sobre “ las invest igaciones desarrolladas por el EAAF [ Equipo Argent ino
de Ant ropología Forense] en relación con los hom icidios de m uj eres y
niñas com et idos en el Est ado de Chihuahua, México; el proceso de
ident ificación de las víct im as de t ales crím enes; la conduct a y niveles de
colaboración de las aut oridades frent e a t ales invest igaciones, y las
conclusiones a las que ha arribado el EAAF a part ir de sus
invest igaciones” .
c) Carlos Cast resana Fernández. “ [ M] iem bro del equipo de la Oficina de
Naciones Unidas cont ra la Droga y el Delit o ( ONUDD) que fiscalizó en el
2003 las invest igaciones adelant adas en el ám bit o int erno en relación
con los hom icidios de m uj eres y niñas en Ciudad Juárez, incluidos los
casos de Cam po Algodonero” . Perit o propuest o por la Com isión. Declaró,
int er alia, sobre “ la debida diligencia en los procesos de invest igación de
crím enes de est a nat uraleza; y la conducción de las invest igaciones en
los Casos del Cam po Algodonero a la luz de los est ándares
int ernacionales aplicables a la m at eria” .
d) Servando Pineda Jaim es. “ Direct or de la Facult ad de Ciencias Sociales de
la Universidad Aut ónom a de Ciudad Juárez” . Perit o propuest o por la
Com isión. Declaró, int er alia, sobre “ las causas y consecuencias del
fenóm eno de las desapariciones y hom icidios de m uj eres y niñas en el
Est ado de Chihuahua; y los pat rones sociocult urales que condicionan las
act uaciones j udiciales y de la policía respect o de est e t ipo de casos” .

46
Cfr. Caso de la “ Panel Blanca” ( Paniagua Morales y ot ros) Vs. Guat em ala. Reparaciones y Cost as.
Sent encia de 25 de m ayo de 2001. Serie C No. 76, párr . 50; Caso Acevedo Buendía y ot ros ( “ Cesant es y
Jubilados de la Cont ralor ía” ) Vs. Perú. Excepciones Prelim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de
1 de j ulio de 2009. Serie C No. 198, párr. 22, y Caso Escher y ot ros Vs. Brasil. Excepciones Prelim inares,
Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 6 de j ulio de 2009. Serie C No. 199, párr. 55.
47
Cfr. Caso de la “ Panel Blanca” ( Paniagua Morales y ot ros) Vs. Guat em ala, supra not a 46, párr. 76;
Caso Rev erón Truj illo Vs. Venezuela. Excepciones Pr elim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de
30 de j unio de 2009. Serie C No. 197, párr. 26, y Caso Escher y ot ros Vs. Brasil, supra not a 46, párr. 55.
21

e) Clyde Snow. “ Ant ropólogo forense” . Perit o propuest o por la Com isión.
Declaró, int er alia, sobre “ los est ándares int ernacionales aplicables a la
ident ificación de los rest os de víct im as de crím enes violent os; la
preservación correct a de evidencia esencial en est e t ipo de casos; [ y] el
proceso de ident ificación genét ica de rest os hum anos” .
f) Oscar Máynez Grij alva. Test igo propuest o por los represent ant es.
Declaró, int er alia, sobre “ el proceso de levant am ient o de los cuerpos, el
m anej o inst it ucional del caso durant e el t iem po en que él se desem peñó
com o servidor público, las [ supuest as] presiones de las aut oridades para
dar una respuest a pront a; las [ alegadas] anom alías e irregularidades
que le const an; el m ot ivo de su renuncia; [ y] las [ presunt as] presiones
por part e de las aut oridades” .
g) Ana Lorena Delgadillo Pérez. Test igo propuest a por los represent ant es.
Declaró, int er alia, sobre “ el desem peño inst it ucional de las aut oridades
( federales y locales) involucradas en la invest igación y j uzgam ient o del
caso; la form a de at ención y t rat o a los fam iliares de las víct im as por
part e de las diversas inst ancias de gobierno que int ervinieron en el caso;
las [ alegadas] dificult ades de las fam ilias [ para lograr] acceso a la
j ust icia; la colaboración de las diversas aut oridades ent re s[ í] ; [ y] la
necesidad de m ecanism os nacionales eficient es para la búsqueda de
m uj eres desaparecidas” .
h) Abraham Hinoj os. Test igo propuest o por los represent ant es. Declaró,
int er alia, sobre “ elem ent os [ supuest am ent e] valiosos sobre t odos [ los]
elem ent os que int egran la im punidad en el caso: víct im as y fabricación
de culpables” .
i) Rosa I sela Pérez Torres. Test igo propuest a por los represent ant es.
Declaró, int er alia, sobre “ [ su docum ent ación de] la violencia cont ra las
m uj eres en Ciudad Juárez y las [ supuest as] act uaciones irregulares de
las aut oridades locales y federales” y “ la [ presunt a] influencia del
gobierno del Est ado en el m anej o de la inform ación en los m edios de
com unicación sobre la violencia cont ra las m uj eres, en especial sobre los
hom icidios de m uj eres regist rados desde 1993” .
j) Elizabet h Lira Kornfeld. “ [ E] xpert a en psicología social” . Perit a propuest a
por los represent ant es. Declaró, int er alia, sobre “ los crit erios y
m ecanism os para reparar el daño a las víct im as de violencia cont ra las
m uj eres, especialm ent e a las fam ilias de m uj eres víct im as de hom icidio”
y sobre “ lineam ient os para m it igar las secuelas de la t ort ura psicológica
en las fam ilias víct im as desde crit erios de salud m ent al com unit aria y
derechos hum anos” .
k) Jorge de la Peña Mart ínez. “ [ P] siquiat ra” . Perit o propuest o por los
represent ant es. Declaró, int er alia, sobre el “ [ alegado] daño psicológico
ocasionado a la[ s s] eñoras Josefina González y Benit a Monárrez y sus
fam ilias con m ot ivo de la [ presunt a] desaparición y hom icidio [ de] sus
hij as, ligado con la [ supuest a] violencia inst it ucional de que fueron
part e” .
l) Fernando Coronado Franco. “ [ E] xpert o en derecho penal m exicano y
derecho int ernacional de los derechos hum anos” . Perit o propuest o por
los represent ant es. Declaró, int er alia, “ sobre el papel y la act uación del
[ M] inist erio [ P] úblico y el [ P] oder [ J] udicial en el caso de ‘cam po
algodonero’; los [ supuest os] principales obst áculos para el acceso a la
22

j ust icia y el desarrollo de un derecho penal dem ocrát ico a raíz de las
reform as const it ucionales; la [ supuest a] repercusión de dichas reform as
en las legislat uras de los est ados, ent re ellos, el est ado de Chihuahua;
las repercusiones de no cont ar con un sist em a acusat orio y la [ alegada]
ausencia de cont roles para la act uación del [ M] inist erio [ P] úblico en el
caso de Cam po Algodonero; los poderes fáct icos que [ supuest am ent e]
im posibilit aron un result ado para la resolución de las invest igaciones
llevadas a cabo en el caso del Cam po Algodonero; la [ presunt a] ausencia
de m ecanism os eficaces en la prot ección y prom oción de los derechos
hum anos en el Est ado [ m ] exicano[ ,] y la [ alegada] repercusión de est o
t ant o en las víct im as com o en los probables responsables” .
m) Elena Azaola Garrido. “ [ E] xpert a en psicología, perspect iva de género,
derechos de la niñez y procesos de vict im ización” . Perit a propuest a por
los represent ant es. Declaró, int er alia, sobre “ el [ supuest o] proceso de
vict im ización de los fam iliares de las víct im as de hom icidio y
desaparición relacionados con el caso de Cam po Algodonero, la
[ alegada] repercusión en sus vidas y los [ presunt os] daños causados” y
sobre “ el [ alegado] daño psicológico ocasionado a la [ s] eñora I rm a
Monreal Jaim e y su fam ilia con m ot ivo de la [ presunt a] desaparición y
hom icidio de Esm eralda Herrera Monreal, ligado con la [ supuest a]
violencia inst it ucional de que fue part e” .
n) Marcela Pat ricia María Huait a Alegre. “ [ E] xpert a sobre violencia de
género y el derecho de las m uj eres de acceso a la j ust icia” . Perit a
propuest a por los represent ant es. Declaró, int er alia, sobre “ el [ alegado]
problem a de las fam ilias relacionadas con el caso de ‘cam po algodonero’
para acceder a la j ust icia, la [ supuest a] conduct a discrim inat oria de las
aut oridades para resolver casos de violencia cont ra las m uj eres, la
[ presunt a] ausencia de polít icas de género en la procuración y
adm inist ración de j ust icia, la [ supuest a] ausencia de presupuest os con
perspect iva de género; [ y] la [ alegada] ausencia de est rat egias est at ales
y nacionales para invest igar casos paradigm át icos de violencia cont ra las
m uj eres que pueden est ar vinculadas con t rat a o explot ación sexual” .
o) Marcela Lagarde y de los Ríos. “ [ E] xpert a en derechos hum anos de las
m uj eres, perspect iva de género y polít icas públicas” . Perit a propuest a
por los represent ant es. Declaró, int er alia, sobre “ la [ alegada] ausencia
de polít ica de género en Ciudad Juárez y Chihuahua, así com o en el
rest o del [ E] st ado m exicano; las [ supuest as] dificult ades de las m uj eres
para acceder a los servicios que prest a el [ E] st ado, las polít icas
[ supuest am ent e] discrim inat orias por el hecho de ser m uj er; la
[ presunt a] falt a de prevención de la violencia de género; el papel del
poder legislat ivo en la creación de polít icas de género; el papel del poder
legislat ivo com o órgano supervisor en la act uación de las inst it uciones;
[ y] la especificación de los diferent es t ipos y m odos de violencia que han
enfrent ado las m uj eres en Ciudad Juárez, en concret o las [ presunt as]
víct im as de desaparición, hom icidio y sus fam iliares” .
p) Clara Jusidm an Rapoport . “ Expert a en polít icas públicas y género” . Perit a
propuest a por los represent ant es. Declaró, int er alia, sobre “ la
evaluación [ …] que llevó a cabo en Ciudad Juárez y Chihuahua,
señalando los principales obst áculos que [ presunt am ent e] enfrent a la
adm inist ración pública de Ciudad Juárez com o result ado de la [ supuest a]
ausencia de polít icas públicas con perspect iva de género; las [ alegadas]
23

repercusiones de la [ presunt a] ausencia de polít icas públicas con


perspect iva de género a nivel nacional; los principales desaciert os en
m at eria de género por part e de las aut oridades est at ales y nacionales;
[ y] el cont ext o social, polít ico y económ ico de violencia cont ra las
m uj eres que vive Ciudad Juárez” .
q) Julia Monárrez Fragoso. “ [ E] xpert a en violencia en razón de género [ …]
que ha est udiado durant e años el cont ext o de violencia de género en
Ciudad Juárez” . Perit a propuest a por los represent ant es. Declaró, int er
alia, sobre “ los [ supuest os] fem inicidios en Ciudad Juárez y en especial,
sobre el [ alegado] pat rón sist ém ico de violencia sexual fem inicida; la
[ presunt a] im pericia de las aut oridades para invest igar casos que
present an el m ism o pat rón de violencia; la [ alegada] falt a de acceso a la
inform ación o de inform ación sist em at izada y clara que im pide
invest igaciones basadas en dat os oficiales; el m anej o [ …] del [ E] st ado
para inform ar a la sociedad sobre el núm ero de hom icidios de m uj eres
[ y] núm ero de m uj eres desaparecidas; la [ presunt a] m inim ización de las
aut oridades ant e el cont ext o de violencia cont ra las m uj eres; el papel de
las inst ancias gubernam ent ales y no gubernam ent ales en la at ención de
los fam iliares de las m uj eres desaparecidas o no ident ificadas; el papel
de la sociedad j uarense ant e el cont ext o de violencia cont ra las m uj eres;
los act ores polít icos y sociales que [ supuest am ent e] perm it ieron el
cont ext o de violencia cont ra las m uj eres; [ y] la reacción de los
em presarios, m edios de com unicación, iglesia y ot ros sect ores de la
sociedad ant e los [ alegados] fem inicidios” .
r) Mara Galindo López. Test igo propuest a por el Est ado. Declaró, int er alia,
sobre “ [ l] as funciones del órgano [ de At ención a Víct im as de la
Subprocuraduría de Zona Nort e de la Procuraduría General de Just icia
del est ado de Chihuahua] ; [ l] os [ alegados] apoyos m at eriales que se ha
proporcionado a los fam iliares de Claudia I vet t e González, Laura
Berenice Ram os Monárrez y Esm eralda Herrera Monreal; y [ l] a
[ supuest a] at ención no m at erial que se ha proporcionado a los fam iliares
de Claudia I vet t e González, Laura Berenice Ram os Monárrez y
Esm eralda Herrera Monreal” .
s) Flor Rocío Murguía González. Test igo propuest a por el Est ado. Declaró,
int er alia, sobre “ [ l] a int egración m inist erial de las averiguaciones por la
m uert e de Claudia I vet t e González, Laura Berenice Ram os Monárrez y
Esm eralda Herrera Monreal; y [ l] as direct rices de invest igación de la
Fiscalía [ Especializada de I nvest igación de Hom icidios de Muj eres en
Juárez,] a su cargo” .
t) Ebert h Cast añón Torres. Test igo propuest o por el Est ado. Declaró, int er
alia, sobre “ [ l] os análisis periciales realizados en t orno a las
invest igaciones de las m uert es de Claudia I vet t e González, Laura
Berenice Ram os Monárrez y Esm eralda Herrera Monreal” ; y los
“ [ alegados a] vances y result ados en m at eria de genét ica forense en el
est ado de Chihuahua, especialm ent e en Ciudad Juárez, derivado de la
im plem ent ación del nuevo sist em a de j ust icia penal y de las reform as en
m at eria forense” .
u) Luisa Fernanda Cam beros Revilla. Test igo propuest a por el Est ado.
Declaró, int er alia, sobre “ [ l] a polít ica int egral del gobierno del est ado de
Chihuahua im plem ent ada para prevenir, invest igar, sancionar y elim inar
la violencia en cont ra de la m uj er; [ l] os result ados de los program as
24

para prevenir, invest igar, sancionar y elim inar la violencia en cont ra de


la m uj er im plem ent ados por el gobierno del est ado de Chihuahua, y [ l] os
[ alegados] apoyos m at eriales y no m at eriales que ot orga el I nst it ut o
[ Chihuahuense de la Muj er] a los fam iliares de m uj eres víct im as de
delit os, especialm ent e aquellos ot orgados a los fam iliares de Claudia
I vet t e González, Laura Berenice Ram os Monárrez y Esm eralda Herrera
Monreal” .
v) María Sofía Cast ro Rom ero. Test igo propuest a por el Est ado. Declaró,
int er alia, sobre “ [ l] a creación y funcionam ient o de la Com isión para
Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juárez [ , y
l] os result ados de la int ervención de la Com isión para Prevenir y
Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juárez en los
program as de prevención y at ención a la violencia cont ra las m uj eres en
Chihuahua, especialm ent e en Ciudad Juárez” .
84. En cuant o a la prueba rendida en audiencia pública, la Cort e escuchó las
declaraciones de las siguient es personas:
a) Josefina González Rodríguez. Madre de Claudia I vet t e González y
presunt a víct im a. Test igo propuest a por la Com isión. Declaró, int er alia,
sobre “ las diversas gest iones realizadas por la fam ilia de [ Claudia I vet t e]
en el período inm ediat o post erior a su [ alegada] desaparición; la
respuest a y act it ud de las aut oridades frent e a t ales gest iones; la
conducción de las invest igaciones en el ám bit o int erno t ras el hallazgo
de los rest os de su hij a; los [ supuest os] obst áculos enfrent ados por la
fam ilia de [ Claudia I vet t e] en la búsqueda de j ust icia para el caso; [ y]
las [ alegadas] consecuencias en su vida personal y para la fam ilia de las
[ presunt as] violaciones a los derechos hum anos sufridas por su hij a” .
b) I rm a Monreal Jaim e. Madre de Esm eralda Herrera Monreal y presunt a
víct im a. Test igo propuest a por la Com isión. Declaró, int er alia, sobre “ su
[ supuest a] hist oria de vict im ización a raíz de la [ alegada] desaparición
de su hij a, las gest iones realizadas, las [ presunt as] violaciones de que
fue obj et o por part e de las aut oridades m exicanas, su respuest a, act it ud
y los [ alegados] daños ocasionados; el [ supuest o] t ort uoso y confuso
proceso de ident ificación de [ su hij a Esm eralda] ; la conducción de las
invest igaciones; los [ alegados] obst áculos y la denegación de j ust icia; la
conducción del fondo creado por la Procuraduría est at al y la
[ Procuraduría General de la República] ; las repercusiones en su vida y la
de su fam ilia con m ot ivo del [ presunt o] proceso de vict im ización; el
m anej o de los ot ros apoyos dados por el gobierno; la [ alegada] falt a de
acceso a la inform ación; la [ supuest a] ausencia de asesoría y apoyo
j urídico para im pulsar las invest igaciones; la [ alegada] negligencia de las
aut oridades; el proceso que t uvo que vivir para lograr acceder al
Sist em a I nt eram ericano; [ y] la [ presunt a] presión de las aut oridades” .
c) Benit a Monárrez Salgado. Madre de Laura Berenice Ram os Monárrez y
presunt a víct im a. Test igo propuest a por la Com isión. Declaró, int er alia,
sobre “ su [ supuest a] hist oria de vict im ización a raíz de la [ alegada]
desaparición de su hij a, las gest iones realizadas, las [ presunt as]
violaciones de que fue obj et o por part e de las aut oridades m exicanas, su
respuest a, act it ud y los daños ocasionados; el [ supuest o] t ort uoso y
confuso proceso de ident ificación de [ su hij a Laura] ; la conducción de las
invest igaciones; los [ alegados] obst áculos y la denegación de j ust icia; la
conducción del fondo creado por la Procuraduría est at al y la
25

[ Procuraduría General de la República] ; las [ supuest as] repercusiones en


su vida y la de su fam ilia con m ot ivo del [ presunt o] proceso de
vict im ización; el m anej o de los ot ros apoyos dados por el gobierno; la
[ alegada] falt a de acceso a la inform ación; la [ supuest a] ausencia de
asesoría y apoyo j urídico para im pulsar las invest igaciones; la [ alegada]
negligencia de las aut oridades; el proceso que t uvo que vivir para lograr
acceder al Sist em a I nt eram ericano; [ y] la [ presunt a] presión de las
aut oridades” .
d) Rhonda Copelon, Profesora de derecho, especialist a, int er alia, en
derechos hum anos, derecho penal int ernacional, género y violencia
cont ra las m uj eres. Perit a propuest a por la Com isión. Declaró, int er alia,
sobre “ el problem a de la violencia cont ra las m uj eres en general; su
relación con la discrim inación hist óricam ent e sufrida; la necesidad de
fort alecim ient o inst it ucional y adopción de est rat egias int egrales para
prevenirla, sancionarla y erradicarla; y el acceso a la j ust icia por part e
de las víct im as de violencia de género” . Luego de su declaración oral, la
perit a rem it ió al Tribunal una versión por escrit o de su expert icia.
e) Rodrigo Caballero Rodríguez. Test igo propuest o por el Est ado. Declaró,
int er alia, sobre “ [ l] as diligencias realizadas en la int egración m inist erial
de las averiguaciones por la m uert e de Claudia I vet t e González, Laura
Berenice Ram os Monárrez y Esm eralda Herrera Monreal, durant e la
segunda et apa de las invest igaciones; [ l] os result ados obt enidos en
dicha[ s] indagaciones; y [ l] as diligencias en proceso y pendient es de
desahogar” .
f) Silvia Sepúlveda Ram írez. Test igo propuest a por el Est ado. Declaró, int er
alia, sobre “ [ l] os análisis periciales realizados en t orno a las
invest igaciones de las m uert es de Claudia I vet t e González, Laura
Berenice Ram os Monárrez y Esm eralda Herrera Monreal; y [ los a] vances
y result ados en m at eria de genét ica forense en el est ado de Chihuahua,
especialm ent e en Ciudad Juárez, derivados de la im plem ent ación del
nuevo sist em a de j ust icia penal y de las reform as en m at eria forense” .
g) Rosa I sela Jurado Cont reras. “ Magist rada de la Sext a Sala Penal del
Suprem o Tribunal de Just icia de Chihuahua” . Perit a propuest a por el
Est ado. Declaró, int er alia, sobre “ [ l] as reform as legislat ivas y el
funcionam ient o del nuevo sist em a de j ust icia penal en el est ado de
Chihuahua, así com o sus result ados y proyecciones” .

2. Va lor a ción de la pr u e ba
85. En est e caso, com o en ot ros48 , el Tribunal adm it e el valor probat orio de aquellos
docum ent os present ados oport unam ent e por las part es que no fueron cont rovert idos ni
obj et ados, ni cuya aut ent icidad fue puest a en duda, así com o los docum ent os
solicit ados com o prueba para m ej or resolver y aquéllos que se refieren a hechos
supervinient es.
86. Respect o de los t est im onios y perit aj es, la Cort e los est im a pert inent es en
cuant o se aj ust en al obj et o definido por la Presidencia en la Resolución que ordenó

48
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Hondur as. Excepciones Pr elim inares, supra not a 29, párr. 140;
Caso Ríos y ot ros Vs. Venezuela, supra not a 44, párr. 81, y Caso Perozo y ot ros Vs. Venezuela, supr a not a
22, párr. 94.
26

recibirlos ( supra párr. 10) , los cuales serán valorados en el capít ulo que corresponda.
En cuant o a las declaraciones de las víct im as, por t ener un int erés en el present e caso
sus declaraciones no serán valoradas aisladam ent e sino dent ro del conj unt o de las
pruebas del proceso 49 .
87. El Est ado cuest ionó las declaraciones periciales de los señores Cast resana y
Snow, así com o las declaraciones t est im oniales de los señores Bosio e Hinoj os y de la
señora Delgadillo Pérez, afirm ando que los m ism os se refirieron a personas aj enas a
est a lit is. Al respect o, el Tribunal reit era que conform e a la Resolución de 19 de enero
de 2009 ( supra párr. 9) , la sit uación de personas aj enas a est e caso podrá ser ut ilizada
com o pr ueba relevant e al m om ent o de ev aluar el alegado cont ext o de violencia cont ra la
m uj er , las supuest as falencias en las inv est igaciones llevadas en el fuero int erno y ot ros
aspect os denunciados en perj uicio de las t res presunt as víct im as ident ificadas en la
dem anda 50 .

88. El Est ado im pugnó la declaración del perit o Cast resana Fernández, alegando
que el perit o no part icipó en las acciones del Est ado llevadas a cabo desde el 2003. Al
respect o, el Tribunal valorará en el fondo del asunt o si lo dicho por el perit o encuent ra
sust ent o probat orio.
89. El Est ado cuest ionó al perit o Pineda Jaim es por parcialidad y falt a de
conocim ient o en el área de su perit aj e. Tam bién señaló que no proporcionó
inform ación m et odológicam ent e organizada que aport e elem ent os especializados e
im parciales y que las conclusiones referent es a las m edidas y parám et ros de
reparación del daño y los derechos de los defensores de derechos hum anos se
encuent ran fuera del obj et o de su perit aj e. Al respect o, el Tribunal considera que el
Est ado no ha present ado fundam ent os de la alegada parcialidad que indiquen que se
present a una de las causales de im pedim ent o previst as en el art ículo 19 del Est at ut o.
En cuant o a las conclusiones del perit o que est arían fuera del obj et o de su declaración,
la Cort e las encuent ra út iles para el present e caso, por lo que las adm it e, de
conform idad con el art ículo 45.1 del Reglam ent o.
90. El Est ado indicó que el señor Snow est ableció observaciones genéricas en su
perit aj e que no deben ser t om adas en cuent a. Al respect o, la Cort e analizará las
supuest as observaciones genéricas del perit o en el fondo del asunt o y cot ej ará si las
m ism as encuent ran respaldo en el rest o del acervo probat orio.
91. Sobre la perit a Copelon, el Est ado señaló que el escrit o present ado por ést a
( supra párr. 84.d) excede lo perm it ido expresam ent e por la President a en la audiencia
pública, y que la expert a hace alusión a sit uaciones presunt am ent e ocurridas en
Ciudad Juárez “ sin cont ar con la aut oridad pericial para hacerlo” , por lo que solicit ó que
se desest im aran ciert as secciones del perit aj e. Al respect o, el Tribunal no t endrá en
cuent a los dichos de la perit a que excedan el obj et o definido por la President a en la
audiencia pública. En cuant o a la “ aut oridad pericial” , el Tribunal valorará en el fondo
del asunt o si lo aseverado por la expert a t iene relación con el rest o del acervo
probat orio.
92. El Est ado cuest ionó el perit aj e de la señora Lira Kornfeld por falt a de
m et odología, parcialidad y desconocim ient o del caso. Fundam ent ó lo ant erior en el
hecho de que la perit a basó sus dichos en inform es psicológicos realizados por ot ras
personas y en t est im onios present ados en nueve casos análogos, así com o por el
49
Cfr. Caso Loayza Tam ayo Vs. Perú. Fondo. Sent encia de 17 de sept iem br e de 1997. Ser ie C No. 33,
párr. 43; Caso Valle Jaram illo y ot ros. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 27 de noviem bre de
2008. Serie C No. 192, párr. 54, y Caso Rev erón Truj illo Vs. Venezuela, supra not a 47, párr. 45.
50
Cfr. González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) Vs. México, supra not a 4, considerando cuadragésim o
sext o.
27

hecho de que la perit a hizo ciert as acusaciones en cont ra del Est ado en m at eria de
adm inist ración de j ust icia. El Tribunal no considera que referirse a t est im onios de ot ras
víct im as o inform es de ot ros profesionales im plique una falt a de m et odología de la
expert a, m ás aún si dichas declaraciones e inform es t ienen que ver con la
problem át ica t rat ada en el present e caso. De ot ro lado, el Tribunal recuerda que, a
diferencia de los t est igos, los perit os pueden proporcionar opiniones t écnicas o
personales en cuant o se relacionen con su especial saber o experiencia. Adem ás, los
perit os se pueden referir t ant o a punt os específicos de la lit is com o a cualquier ot ro
punt o relevant e del lit igio, siem pre y cuando se circunscriban al obj et o para el cual
fueron convocados51 .
93. En cuant o a la declaración pericial del señor de la Peña Mart ínez, el Est ado
sost uvo que “ si bien podrían ser valiosas las observaciones del perit o, est as no pueden
ser t om adas en cuent a por el Tribunal, ya que de conform idad con la m et odología
ut ilizada por el declarant e, se desprende que ést e nunca t uvo acercam ient o direct o con
las víct im as ni evaluó las acciones del Est ado en m at eria de reparación del daño
psicológico, hecho que a t odas luces denot a la subj et ividad de sus m anifest aciones” . La
Cort e coincide con el Est ado en que la ent revist a direct a con las presunt as víct im as
hubiese podido proporcionar m ás dat os al expert o para la realización de su perit aj e.
Sin em bargo, la falt a de ent revist a direct a no es m ot ivo suficient e para desechar la
expert icia, sino que es una cuest ión que incide en el peso probat orio de la m ism a.
Consiguient em ent e, el Tribunal la adm it e y la valorará j unt o con el rest o de la prueba
obrant e en el expedient e.
94. Sobre la declaración del señor Coronado Franco, el Est ado reprochó que el
perit aj e se basara en la dem anda de la Com isión, el escrit o de los represent ant es y las
causales penales No. 426/ 01, 48/ 01 y 74/ 04, sin t om ar en cuent a la inform ación que
proporcionó el Est ado, ni explicar la relación de esas causas penales con el caso. La
Cort e considera que el hecho de que el perit o se haya abst enido de t om ar en cuent a la
inform ación proporcionada por el Est ado no es m ot ivo para desechar el perit aj e. Lo
que corresponde en dicha sit uación es que el Tribunal t om e en consideración lo
expuest o por el perit o, lo cot ej e con los alegat os y la prueba rem it ida por el Est ado y
obt enga de ello las conclusiones que de la lógica y la sana crít ica se deriven, lo cual se
hará en el fondo del asunt o.
95. En cuant o a la declaración de la señora Azaola Garrido, el Est ado indicó que de
la hoj a de vida de la perit a “ se desprende su desconocim ient o e inexperiencia respect o
a la disciplina de psicoanálisis, al síndrom e de est rés post raum át ico y a la evaluación
de daños a la salud física y m ent al de las personas” . El Est ado no solicit ó que se
deseche est e perit aj e, así que la Cort e lo valorará j unt o el rest o de pruebas obrant e en
el expedient e, t eniendo en cuent a las observaciones est at ales y la hoj a de vida de la
expert a.
96. Sobre la expert icia de la señora Huait a Alegre, el Est ado m anifest ó que “ no se
basa en los conocim ient os especializados [ …] sino en det erm inaciones de la
C[ om isión] ” ; no dem uest ra la supuest a conduct a discrim inat oria de las aut oridades en
la adm inist ración de j ust icia con post erioridad al año 2003, y que la perit o solicit a a la
Cort e que “ declare la responsabilidad del Est ado por no haber act uado con la debida
diligencia, siendo que no est á dent ro del obj et o de su perit aj e j uzgar las act uaciones
del Est ado” . El Tribunal, de ser necesario, valorará en el fondo del asunt o las fuent es
en las que la perit a basa sus conclusiones y el lapso t em poral al que su perit aj e se
refiere.

51
Cfr. González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) Vs. México, supra not a 6, considerando sept uagésim o
quint o.
28

97. En lo que se refiere a la señora Lagarde y de los Ríos, el Est ado expuso una
serie de cuest ionam ient os a los dat os proporcionados por la perit a, que solicit ó sean
considerados a la hora de fij ar el peso probat orio de la expert icia. El Tribunal en el
fondo del asunt o analizará el perit aj e j unt o con las dem ás pruebas del expedient e y
t om ando en cuent a las observaciones del Est ado.
98. Sobre el perit aj e de la señora Jusidm an Rapoport , el Est ado indicó que cont iene
dat os desact ualizados, por lo que solicit ó sea desechado. La Cort e considera que aún
cuando el perit aj e cont uviera dat os desact ualizados, eso no es m ot ivo suficient e para
desecharlo, sino para valorarlo en el ám bit o t em poral al que se refiere y t om ando en
cuent a la prueba act ualizada que las part es hayan aport ado. De ot ro lado, la Cort e
observa que la perit a am plió m ot u propio el obj et o de su expert icia, lo cual no fue
obj et ado por las part es. Teniendo en cuent a lo ant erior y considerando que la
am pliación result a út il para el present e caso, el Tribunal la acept a, conform e al art ículo
45.1 del Reglam ent o.
99. En cuant o a la expert a Monárrez Fragoso, el Est ado obj et ó que el perit aj e se
basara en una invest igación realizada con un fin dist int o al perit aj e, que la perit a se
refiere a casos fuera de la lit is, que los dat os est adíst icos present ados por la perit a no
est án act ualizados, así com o t am bién ciert a t erm inología ut ilizada por la perit a que,
según el Est ado, no exist e en la legislación nacional. El Tribunal considera que el fin
inicial de la invest igación realizada por la perit a no incide en el valor probat orio de su
expert icia; que los casos a los que se refiere la perit a son relevant es para valorar el
cont ext o en el que se enm arca el present e caso; que la expert icia será t om ada en
cuent a en el lapso t em poral al que se refiera, y que las cuest iones t erm inológicas y de
peso probat orio serán analizadas en el fondo del asunt o.
100. Sobre el t est im onio de la señora Cast ro Rom ero, los represent ant es
cont radij eron varias de sus afirm aciones, lo cual, de ser pert inent e, será valorado por
la Cort e en el fondo del asunt o.
101. En lo referent e al t est im onio del señor Bosio, el Est ado m anifest ó que el t est igo
realizó un análisis de algunos de los perit aj es m édico forenses de los cuerpos
encont rados en Cam po Algodonero en 2001 y que “ la realización de dichos perit aj es
son hechos que no le const an direct am ent e al t est igo ya que su int ervención en el caso
fue a part ir de 2005” ; que la Com isión debió proponer su declaración en calidad de
perit aj e y no de t est im onio; y que el t est igo realizó conclusiones que “ no le const an ni
le son propias” . Al respect o, el Tribunal reit era que un t est igo puede referirse a los
hechos y circunst ancias que le const en en relación con el obj et o de su declaración y
debe evit ar dar opiniones personales52 , por lo que cualquier m era opinión del t est igo
Bosio no será t om ada en cuent a por la Cort e.
102. Sobre el t est im onio de la señora Doret t i, el Est ado lo obj et ó porque “ present a
inform ación confidencial que podría afect ar la invest igación de los hom icidios” de las
presunt as víct im as. Al respect o, el Tribunal confirm a lo expuest o en la Resolución de la
President a de 18 de m arzo de 2009 ( supra párr. 10) , en el sent ido de que,
a efect os del procedim ient o int er nacional ant e est e Tribunal, el conflict o de der echos ent r e
el deber de confidencialidad y el int erés público int ernacional por esclarecer los hechos
relacionados con los alcances de la at ribución de r esponsabilidad al Est ado, se resuelve en
ofrecer la m ay or prot ección posible de los t est igos que com parecen ant e la Cort e, en orden
a que sus declaraciones puedan ser efect uadas con la m ayor libert ad. En est e sent ido, la
defensa del Est ado no puede descansar en obj et ar t ot alm ent e una declaración que, en

52
Cfr. González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) Vs. Méx ico, supra not a 6, considerando cuat r igésim o
sépt im o.
29

algunos de sus com ponent es, difícilm ent e pueda ser reem plazada con ot ros m edios
probat orios53 .

103. Sobre el t est im onio del señor Maynez Grij alva, el Est ado cuest ionó su veracidad
y afirm ó que en varios apart ados el t est igo ofreció opiniones personales sin sust ent o
probat orio. La Cort e no t om ará en cuent a las m eras opiniones del t est igo y cot ej ará
con el rest o del acervo probat orio cada una de sus afirm aciones que sean relevant es
para el present e caso.
104. El Est ado solicit ó que se desest im e el t est im onio de la señora Delgadillo Pérez,
en virt ud de que la declarant e excedió el obj et o del t est im onio y expuso opiniones
personales. El Tribunal m anifiest a que las m eras opiniones de la t est igo no serán
t om adas en cuent a. En cuant o a las afirm aciones de la t est igo que caen fuera del
obj et o de su declaración, la Cort e las apreciará si son út iles para la resolución del
present e caso.
105. Sobre el t est im onio del señor Hinoj os, el Est ado expuso que ést e es “ el
represent ant e legal de Edgar Álvarez Cruz, quien ha sido sent enciado por su
responsabilidad en el hom icidio de una m uj er en Ciudad Juárez [ y s] u t est im onio
carece de valor en t ant o que podría est ar t rat ando de favorecer a su defendido” . Al
respect o, el Tribunal reit era que para los t est igos rige el deber consagrado en el
art ículo 48.1 del Reglam ent o de decir “ la verdad, t oda la verdad y nada m ás que la
verdad” respect o a los hechos y circunst ancias que le const en. Para verificar si el señor
Hinoj os se aj ust ó a la verdad, la Cort e valorará su declaración, en el fondo del asunt o,
j unt o con el rest o del acervo probat orio.
106. En cuant o a la declaración de la señora Pérez Torres, el Est ado solicit ó sea
desest im ada, int er alia, porque no fue rendida ant e fedat ario público com o lo requirió
la President a. La Cort e confirm a que no const a en el expedient e que los represent ant es
hayan enviado la declaración ant e fedat ario público de la m encionada t est igo, por lo
que decide desest im arla por no aj ust arse a lo ordenado por la President a ( supra párr.
10) .
107. Sobre las declaraciones de los t est igos Murguía González, Cast añón Torres,
Galindo López y Cam beros Revilla los represent ant es cuest ionaron la inform ación por
ellos proporcionada y obj et aron su credibilidad, lo cual será verificado por el Tribunal
en el fondo del asunt o, conform e a la sana crít ica y t eniendo en cuent a el rest o del
acervo probat orio.
108. El Tribunal observa que varios docum ent os cit ados por las part es en sus
respect ivos escrit os no fueron aport ados a la Cort e, ent re est os se encuent ran algunos
correspondient es a inst it uciones públicas del Est ado, que pudieron ser ubicados a
t ravés del I nt ernet . Del m ism o m odo las part es incluyeron enlaces elect rónicos
direct os a páginas de I nt ernet . En el present e caso, la Cort e observa que los
docum ent os aport ados de est a m anera son pert inent es y las part es t uvieron la
posibilidad de cont rovert irlos, pero no lo hicieron. Por ello, dichos docum ent os se
acept an e incorporan al expedient e, ya que no se afect ó la seguridad j urídica ni el
equilibrio procesal de las part es.

VI I
SOBRE LA VI OLEN CI A Y D I SCRI M I N ACI ÓN CON TRA LA M UJER EN ESTE CASO

53
Cfr. González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) Vs. Méx ico, supra not a 6, considerando t rigésim o
sext o.
30

ARTÍ CULOS 4 ( D ERECH O A LA VI D A) 5 4 , 5 ( D ERECH O A LA I N TEGRI D AD


PERSON AL) 5 5 , 7 ( D ERECH O A LA LI BERTAD PERSON AL) 5 6 , 8 ( GARAN TÍ AS
JUD I CI ALES) 5 7 1 9 ( D ERECH OS D EL N I Ñ O) 5 8 Y 2 5 ( PROTECCI ÓN JUD I CI AL) 5 9 EN
RELACI ÓN CON LOS ARTI CULOS 1 .1 ( OBLI GACI ON D E RESPETAR LOS
D ERECH OS) 6 0 Y 2 ( D EBER D E AD OPTAR D I SPOSI CI ON ES D E D ERECH O
I N TERN O) 6 1 D E LA CON VEN CI ÓN AM ERI CAN A Y CON EL ARTÍ CULO 7 D E LA
CON VEN CI ÓN BELÉM D O PARÁ 6 2

54
El art ículo 4.1 de la Conv ención est ipula:
Toda persona t iene derecho a que se respet e su v ida. Est e derecho est ará prot egido por la
ley y , en general, a par t ir del m om ent o de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida
arbit rar iam ent e.
55
El art ículo 5 de la Convención est ablece:
1. Toda persona t iene derecho a que se r espet e su int egridad física, psíquica y m oral.
2. Nadie debe ser som et ido a t ort uras ni a penas graves o t rat os crueles, inhum anos o
degradant es. Toda persona privada de liberad será t rat ada con el r espet o debido a la
dignidad inherent e al ser hum ano. [ …]
56
El art ículo 7 de la Convención dispone:
1. Toda persona t iene derecho a la liber t ad y a la seguridad personales.
2. Nadie puede ser privado de su liber t ad física, salvo por las causas y en las condiciones
fij adas de ant em ano por las Const it uciones Polít icas de los Est ados Part es o por las leyes
dict adas confor m e a ellas.
3. Nadie puede ser som et ido a det ención o encarcelam ient o arbit rarios.
[ …]
57
El art ículo 8.1 de la Conv ención est ablece que:
Toda persona t iene derecho a ser oída, con las debidas garant ías y dent ro de un plazo
razonable, por un j uez o t ribunal com pet ent e, independient e e im parcial, est ablecido con
ant er ioridad por la ley, en la sust anciación de cualquier acusación penal for m ulada cont r a
ella, o para la det er m inación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o
de cualquier ot ro caráct er. [ …]
58
El art ículo 19 de la Conv ención est ablece:
Todo niño t iene der echo a las m edidas de prot ección que su condición de m enor r equier en
por part e de su fam ilia, de la sociedad y del Est ado
59
El art ículo 25.1 de la Convención señala que:
Toda persona t iene derecho a un r ecurso sencillo y rápido o a cualquier ot ro recurso efect ivo
ant e los j ueces o t r ibunales com pet ent es, que la am pare cont ra act os que v iolen sus
derechos fundam ent ales reconocidos por la Const it ución, la ley o la present e Convención,
aun cuando t al violación sea com et ida por personas que act úen en ej ercicio de sus funciones
oficiales.
60
El art ículo 1.1 de la Conv ención est ablece:
Los Est ados Part es en est a Convención se com prom et en a respet ar los derechos y liber t ades
reconocidos en ella y a garant izar su libre y pleno ej ercicio a t oda persona que est é suj et a a
su j ur isdicción, sin discr im inación alguna por m ot ivos de r aza, color, sex o, idiom a, religión,
opiniones polít icas o de cualquier ot ra índole, or igen nacional o social, posición económ ica,
nacim ient o o cualquier ot ra condición social.
61
El art ículo 2 de la Convención dispone:
Si el ej er cicio de los der echos y liber t ades m encionados en el ar t ículo 1 no est uviere ya
garant izado por disposiciones legislat ivas o de ot ro caráct er, los Est ados Part es se
com prom et en a adopt ar, con arr eglo a sus procedim ient os const it ucionales y a las
disposiciones de est a Convención, las m edidas legislat iv as o de ot ro caráct er que fueren
necesar ias par a hacer efect iv os t ales derechos y libert ades.
62
El art ículo 7 de la Convención Belém do Pará est ipula:
31

109. La Com isión solicit ó a la Cort e que declare que el Est ado incum plió su obligación
de garant izar el derecho a la vida de las víct im as “ m ediant e la adopción de m edidas
para prevenir sus asesinat os[ ,] incurriendo de est e m odo en una violación del art ículo
4 de la Convención Am ericana, en conexión con los art ículos 1.1 y 2 del m ism o
t rat ado” . Asim ism o, solicit ó que “ declare que el Est ado falló en su deber de act uar con
la debida diligencia para prevenir, invest igar y sancionar los act os de violencia sufridos
por [ las víct im as] en cont ravención del art ículo 7 de la Convención de Belém do Pará” .
Por últ im o, sost uvo que el Est ado incum plió su obligación de invest igar efect iva y
adecuadam ent e las desapariciones y post erior m uert e de las j óvenes González,
Herrera y Ram os, en violación de los art ículos 8, 25 y 1.1 de la Convención Am ericana.
Según la Com isión, “ [ n] o obst ant e el t ranscurso de seis años, el Est ado no ha
avanzado en el esclarecim ient o de los sucesos o de la responsabilidad
correspondient e” .
110. Los represent ant es coincidieron con la Com isión y adem ás alegaron que “ la
om isión del [ E] st ado para preservar los derechos hum anos de las v[ í] ct im as aplica en
cuant o al derecho a la vida, pero t am bién al derecho a la int egridad personal y a la
libert ad personal, en relación direct a con el derecho al debido proceso” . Señalaron que
“ la om isión de acción y reacción de las aut oridades ant e las denuncias de desaparición,
no solo favoreció que las m at aran sino t am bién que las m ant uvieran privadas de
libert ad y que las t ort uraran; lo ant erior a pesar de la conocida sit uación de riesgo en
la que se encont raban las m uj eres” .
111. El Est ado, aunque reconoció “ lo grave que son est os hom icidios” , negó
“ violación alguna” de su part e a los derechos a la vida, int egridad y libert ad
personales. Según el Est ado, ni la Com isión ni los represent ant es “ han probado
responsabilidad de agent es del Est ado en los hom icidios” . Adem ás, alegó que en la
segunda et apa de las invest igaciones de est os t res casos, a part ir del año 2004, “ se
subsanaron plenam ent e las irregularidades, se reint egraron los expedient es y se
reiniciaron las invest igaciones con un sust ent o cient ífico, incluso con com ponent es de
apoyo int ernacional” . Según el Est ado, “ no exist e im punidad. Las invest igaciones de
los casos cont inúan abiert as y se siguen desahogando diligencias para dar con los
responsables” .
112. La cont roversia plant eada exige que la Cort e analice el cont ext o que rodeó a los
hechos del caso y las condiciones en las cuales dichos hechos pueden ser at ribuidos al
Est ado y com prom et er, en consecuencia, su responsabilidad int ernacional derivada de
la presunt a violación de los art ículos 4, 5 y 7 de la Convención Am ericana, en relación
con los art ículos 1.1 y 2 de la m ism a y con el art ículo 7 de la Convención Belém do
Pará. Asim ism o, a pesar del allanam ient o efect uado por el Est ado, subsist e la
necesidad de precisar la ent idad y gravedad de las violaciones ocurridas respect o a los
art ículos 8.1 y 25.1 de la Convención, en conexión con los art ículos 1.1 y 2 de dicho
t rat ado y el art ículo 7 de la Convención Belém do Pará. Para ello, el Tribunal pasará a

Los Est ados Part es condenan t odas las for m as de violencia cont ra la m uj er y convienen en
adopt ar, por t odos los m edios apropiados y sin dilaciones, polít icas or ient adas a prevenir ,
sancionar y err adicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguient e:
[ …]
b. act uar con la debida diligencia para pr evenir , inv est igar y sancionar la violencia cont ra la
m uj er ;
c. incluir en su legislación int erna nor m as penales, civiles y adm inist rat iv as, así com o las de
ot ra nat uraleza que sean necesar ias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia cont ra
la m uj er y adopt ar las m edidas adm inist rat ivas apropiadas que sean del caso;
[ …]
32

realizar las consideraciones de hecho y de derecho pert inent es, analizando las
obligaciones de respet o, garant ía y no discrim inación del Est ado.

1. An t e ce de nt e s con t e x t u a le s

1.1. Ciudad Juárez


113. Ciudad Juárez est á ubicada en el nort e del est ado de Chihuahua, exact am ent e
en la front era con El Paso, Texas. Su población es de m ás de 1.200.000 habit ant es63 .
Se caract eriza por ser una ciudad indust rial - en donde se ha desarrollado
part icularm ent e la indust ria m aquiladora- y de t ránsit o de m igrant es, m exicanos y
ext ranj eros64 . El Est ado, así com o diversos inform es nacionales e int ernacionales,
hacen m ención a una serie de fact ores que convergen en Ciudad Juárez, com o las
desigualdades sociales65 y la proxim idad de la front era int ernacional 66 , que han
cont ribuido al desarrollo de diversas form as de delincuencia organizada, com o el

63
Cfr. Radiografía Socioeconóm ica del Municipio de Juárez elaborada por el I nst it ut o Municipal de
I nvest igación y Planeación, 2002 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXV, anex o
2, folios 8488 a 8490, 8493, 8495 y 8510)
64
Cfr. Radiografía Socioeconóm ica del Municipio de Juárez 2002, supra not a 63, folio 8492; CI DH,
Sit uación de los Der echos de la Muj er en Ciudad Juárez, México: El Der echo a No Ser Obj et o de Violencia y
Discrim inación, OEA/ Ser.L/ V/ / I I .117, Doc. 44, 7 de m arzo de 2003 ( expedient e de anexos a la dem anda,
t om o VI I , anex o 1, folio 1742) ; Naciones Unidas, I nform e de México producido por el CEDAW baj o el Art ículo
8 del Prot ocolo Facult at ivo de la Convención y respuest a del Gobierno de México,
CEDAW/ C/ 2005/ OP.8/ MEXI CO, 27 de ener o de 2005 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I , anexo
3b, folio 1921) ; Naciones Unidas, I nfor m e de la Relat or a Especial sobre la violencia cont ra la m uj er, sus
causas y consecuencias, Yakin Ert ürk, I nt egración de los Derechos Hum anos de la Muj er y la Perspect iva de
Género: La Violencia cont ra la Muj er, Misión a Méx ico, E/ CN.4/ 2006/ 61/ Add.4, 13 de enero de 2006
( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I , anexo 3c, folio 2011) , y Am nist ía I nt er nacional, México:
Muer t es int olerables, Diez años de desapariciones y asesinat os de m uj eres en Ciudad Juárez y Chihuahua,
AMR 41/ 027/ 2003 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I , anexo 6, folio 2267) .
65
Cfr. I nfor m e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1921; I nform e de la Relat or a
Especial sobre la violencia cont ra la m uj er, supra not a 64, folio 2011; Am nist ía I nt er nacional, Muer t es
int olerables, supra not a 64, folio 2268, y Com isión Mexicana de Defensa y Prom oción de los Derechos
Hum anos A.C., Com pendio de recom endaciones sobr e el fem inicidio en Ciudad Juár ez, Chihuahua, 2007
( expedient e de anexos al escr it o de solicit udes y argum ent os, t om o XX, anexo 11.1, folio 6564) .
66
Cfr. CNDH, I nform e Especial sobre los Casos de Hom icidios y Desapariciones de Muj eres en el
Municipio de Juárez, Chihuahua, 2003 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I , anexo 5, folio 2168) ;
I nform e de la Relat ora Especial sobre la violencia cont ra la m uj er, supra not a 64, folio 2011, y Am nist ía
I nt er nacional, Muer t es int oler ables, supra not a 64, folio 2267.
33

narcot ráfico 67 , la t rat a de personas68 , el t ráfico de arm as69 y el lavado de dinero 70 ,


increm ent ando así los niveles de inseguridad y violencia 71 .

1.2. Fenóm eno de hom icidios de m uj eres y cifras


114. La Com isión y los represent ant es alegaron que desde 1993 exist e un aum ent o
significat ivo en el núm ero de desapariciones y hom icidios de m uj eres y niñas en
Ciudad Juárez. Según la Com isión, “ Ciudad Juárez se ha convert ido en el foco de
at ención de la com unidad nacional com o int ernacional debido a la sit uación
part icularm ent e crít ica de la violencia cont ra las m uj eres im perant e desde 1993 y la
deficient e respuest a del Est ado ant e est os crím enes” .
115. El Est ado, reconoció “ la problem át ica que enfrent a por la sit uación de violencia
cont ra las m uj eres en Ciudad Juárez[,] part icularm ent e, los hom icidios que se han
regist rado desde principios de los 90s del siglo pasado” .
116. Diversos m ecanism os nacionales e int ernacionales de vigilancia de los derechos
hum anos han seguido la sit uación en Ciudad Juárez y han llam ado la at ención de la
com unidad int ernacional. En 1998 la Com isión Nacional de Derechos Hum anos de
México ( en adelant e la “ CNDH” ) exam inó 24 casos de hom icidios de m uj eres y
concluyó que durant e las invest igaciones se habían violado los derechos hum anos de
las víct im as y sus fam iliares72 . A part ir de esa fecha, se han pronunciado al respect o,
int er alia, la Relat ora Especial sobre las ej ecuciones ext raj udiciales, sum arias o
arbit rarias de las Naciones Unidas ( en adelant e la “ Relat ora sobre ej ecuciones
ext raj udiciales de la ONU” ) en 1999 73 , el Relat or Especial sobre la independencia de los
m agist rados y abogados de las Naciones Unidas ( en adelant e el “ Relat or sobre
independencia j udicial de la ONU” ) en el 2002 74 , la Com isión I nt eram ericana y su
Relat ora Especial sobre los Derechos de la Muj er ( en adelant e la “ Relat ora de la CI DH” )

67
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1742;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1921 y 1922; CNDH, I nform e Especial,
supra not a 66, folio 2168, y Com isión para Prevenir y Er radicar la Violencia cont ra las Muj er es en Ciudad
Juárez, Pr im er I nform e de Gest ión, noviem bre 2003- abril 2004 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XXV, anexo 7, folio 8666) .
68
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1922 e I nform e de la Relat or a
Especial sobr e la violencia cont ra la m uj er, supra not a 64, folio 2011.
69
Cfr. Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont r a las Muj eres en Ciudad Juárez, Prim er
I nform e de Gest ión, supra not a 67, folio 8666 e I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64,
folio 195.
70
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1922 e I nform e de la Relat or a
Especial sobr e la violencia cont ra la m uj er, supra not a 64, folio 2011.
71
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1742;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1921 a 1922; CNDH, I nform e Especial,
supra not a 66, folio 2168, y Com isión Mex icana de Defensa y Prom oción de los Der echos Hum anos A.C.,
Com pendio de recom endaciones, supra not a 65, folio 6564.
72
Cfr. CNDH, Recom endación 44/ 1998 em it ida el 15 de m ayo de 1998 ( expedient e de anexos a la
dem anda, t om o VI I , anexo 4, folios 2113 a 2164) .
73
Cfr. Naciones Unidas, I nform e de la m isión de la Relat ora Especial sobre las ej ecuciones
ext raj udiciales, sum arias o arbit rar ias, E/ CN.4/ 2000/ 3, Add.3, 25 de noviem bre de 1999 ( expedient e de
anexos a la dem anda, t om o VI I , anexo 3d, folios 2025 a 2058) .
74
Cfr. Naciones Unidas, I nform e de la Misión del Relat or Especial sobre la I ndependencia de
Magist rados y Abogados, E/ CN.4/ 2002/ 72/ Add.1, 24 de enero de 2002 ( expedient e de anexos a la dem anda,
t om o VI I , anexo 3e, folios 2060 a 2111) .
34

en el 2003 75 , la Com isión de Expert os I nt ernacionales de la Oficina de las Naciones


Unidas cont ra la Droga y el Delit o en el 2003 76 , el Com it é para la Elim inación de la
Discrim inación cont ra la Muj er de las Naciones Unidas ( en adelant e “ el CEDAW” ) en el
2005 77 y la Relat ora Especial sobre la Violencia cont ra la Muj er de las Naciones Unidas
( en adelant e la “ Relat ora sobre la violencia cont ra la m uj er de la ONU” ) en el 2005 78 .
Cabe not ar que el Parlam ent o Europeo em it ió una Resolución al respect o en el 2007 79 .
Adem ás, se cuent a con inform es realizados por organizaciones no gubernam ent ales de
derechos hum anos int ernacionales y nacionales com o Am nist ía I nt ernacional 80 , el
Observat orio Ciudadano para Monit orear la I m part ición de Just icia en los casos de
Fem inicidio en Ciudad Juárez y Chihuahua81 ( en adelant e el “ Observat orio Ciudadano” )
y la Com isión Mexicana de Defensa y Prom oción de los Derechos Hum anos A.C82 .
117. El I nform e de la Relat ora de la CI DH resalt a que aunque Ciudad Juárez se ha
caract erizado por un pronunciado aum ent o de los crím enes cont ra m uj eres y
hom bres83 ( supra párr. 108) , el aum ent o en lo referent e a las m uj eres “ es anóm alo en
varios aspect os” , ya que: i) en 1993 se increm ent aron not ablem ent e los asesinat os de
m uj eres84 , ii) los coeficient es de hom icidios de m uj eres se duplicaron en relación con
los de los hom bres85 , y iii) el índice de hom icidios correspondient e a m uj eres en Ciudad
75
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folios 1732 a
1779.
76
Cfr. Naciones Unidas, I nfor m e de la Com isión de Exper t os I nt ernacionales de la Organización de las
Naciones Unidas, Oficina de las Naciones Unidas cont ra la Droga y el Delit o, sobre la Misión en Ciudad
Juárez, Chihuahua, México, noviem bre de 2003 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I , anexo 3a,
folios 1861 a 1913) .
77
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1921.
78
Cfr. I nform e de la Relat ora Especial sobr e la violencia cont ra la m uj er, supra not a 64, folios 2011 a
2021.
79
Cfr. Parlam ent o Europeo, Resolución sobre los asesinat os de m uj eres ( fem inicidios) en México y en
Am ér ica Cent ral y el papel de la Unión Eur opea en la lucha cont ra est e fenóm eno, em it ida el 11 de oct ubr e
de 2007, 2007/ 2025/ ( I NI ) ( expedient e de anexos al escrit o de solicit udes y argum ent os, t om o XI I I , anexo
3.1, folios 4718 a 4727) .
80
Cfr. Am nist ía I nt er nacional, Muer t es int oler ables, supra not a 64, folios 2256 a 2305.
81
Cfr. Observat orio Ciudadano para Monit orear la I m part ición de Just icia en los casos de Fem inicidio
en Ciudad Juár ez y Chihuahua, I nform e Final. Evaluación y Monit or eo sobre el t rabaj o de la Fiscalía Especial
para la At ención de Delit os Relacionados con los Hom icidios de Muj er es en el Municipio de Juár ez, Chihuahua
de la Procuraduría General de la República, noviem br e de 2006 ( expedient e de anexos al escrit o de
solicit udes y ar gum ent os, t om o XX, anexo 11.2, folios 6629 a 6759) .
82
Cfr. Com isión Mexicana de Defensa y Prom oción de los Derechos Hum anos A.C., Com pendio de
recom endaciones, supra not a 65, folios 6561 a 6626 y Com isión Mex icana de Defensa y Prom oción de los
Derechos Hum anos, Fem inicidio en Chihuahua. Asignat ur as Pendient es, 2007 ( expedient e de anex os al
escr it o de solicit udes y argum ent os, t om o XX, anexo 11.3, folios 6761 a 6864) .
83
Según la Com isión Mex icana de Defensa y Prom oción de los Derechos Hum anos, aunque el
fenóm eno de v iolencia en Ciudad Juárez afect a t ant o a hom bres com o a m uj er es, “ es im port ant e m encionar
que en el caso de los hom bres se sabe que las causas de los asesinat os est án relacionadas con el
narcot ráfico, aj ust es de cuent as, riñas callej eras, ent re ot ras” y “ [ e] n el caso de los asesinat os de m uj er es
[ …] no exist en causas aparent es” ( Com isión Mex icana de Defensa y Pr om oción de los Derechos Hum anos,
Com pendio de recom endaciones, supra not a 65, folio 6565) . En sim ilar sent ido, la Com isión para Ciudad
Juárez señaló que a pesar de que el cuadro de violencia en Ciudad Juárez afect a a hom br es, m uj eres y
niñas, “ subyace un pat rón de violencia de género que se adviert e no obst ant e la necesidad de cont ar con
m ás est udios y est adíst icas locales sobr e el t em a” ( Com isión para Prev enir y Erradicar la Violencia cont ra las
Muj eres en Ciudad Juárez, Pr im er I nfor m e de Gest ión, supr a not a 67, folio 8668) .
84
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folios 1744 y
1761.
85
El I nform e de la Relat ora de la CI DH explica que según una exposición r ealizada el 17 de m arzo de
2000 por Cheryl Howard, Georgina Mar t ínez y Zulm a y Méndez t it ulada “ Wom en, Violence and Polit ics” , un
35

Juárez es desproporcionadam ent e m ayor que el de ciudades front erizas en


circunst ancias análogas86 . Por su part e, el Est ado proporcionó prueba referent e a que
Ciudad Juárez ocupaba en el 2006 el cuart o lugar en hom icidios de m uj eres ent re
ciudades m exicanas87 .
118. De la inform ación aport ada por las part es, la Cort e observa que no exist en
dat os claros sobre la cifra exact a de hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez a part ir
del año 1993 88 . Diversos inform es indican cifras que oscilan ent re 260 y 370 m uj eres
ent re 1993 y 2003 89 . Por su part e, el Est ado rem it ió prueba según la cual hast a el año
2001 se habían regist rado 264 hom icidios de m uj eres y hast a el 2003, 328 90 . Según la

análisis basado en los cert ificados de defunción y ot ros dat os llevaron a la conclusión de que en el período
1990- 1993 fuero asesinados 249 hom bres, m ient ras que ent r e 1994 y 1997 lo fueron 942 hom bres, lo que
im plica un incr em ent o del 300% . Según el m ism o est udio, ent re 1990 y 1993 fueron asesinadas 20 m uj eres
y ent r e 1994 y 1997 lo fuer on 143, lo que im plica un increm ent o del 600% ( Cfr. CI DH, Sit uación de los
Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1761) .
86
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folios 1743 y
1761; I nform e de la Relat ora Especial sobre la v iolencia cont ra la m uj er, supra not a 64, folio 2007, y
Com isión Especial para Conocer y Dar Seguim ient o a las I nvest igaciones Relacionadas con los Fem inicidios
en la República Mex icana y a la Procuración de Just icia Vinculada, de la Cám ara de Diput ados del H.
Congreso de la Unión, Violencia fem inicida en 10 ent idades de la República Mexicana, publicado en abril del
2006 ( expedient e de anexos al escrit o de solicit udes y argum ent os, t om o XXI , anexo 11.4, folio 6930) .
87
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juárez, Chihuahua, I nform e Final, em it ido en ener o de 2006 ( ex pedient e de anexos a la cont est ación
de la dem anda, t om o XL, anexo 59, folio 14607) . Cabe not ar que las cifras referent es a hom icidios con
víct im as fem eninas por cada cien m il habit ant es m encionadas por la Com isión y por la Fiscalía Especial en
sus respect ivos inform es difieren. La cifra proporcionada por la Com isión es de 7.9 ( el inform e no indica qué
período se ut ilizó para calcularlo) y por la Fiscalía Especial de 2.4, para el per íodo 1991 a 2004 ( Cfr. CI DH,
Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1761 y Fiscalía Especial para la
At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj er es en Ciudad Juárez, I nfor m e Final, folio
14607) .
88
I nform es apor t ados com o pr ueba al Tr ibunal, así com o la prueba rem it ida por part e del Est ado,
dem uest ran que no ex ist e consenso sobre las est adíst icas de los hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez. Al
respect o, el CEDAW señaló: “ [ n] o ex ist en regist ros clar os, convincent es sobre la cant idad de m uj eres
asesinadas y desaparecidas. No hay coincidencia en las cifras que present an las diferent es inst ancias del
Gobier no y las que cit an las ONGs” ( I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1934) .
Asim ism o, según la Com isión Nacional de Derechos Hum anos, ex ist e “ dispar idad y cont radicción de dat os,
núm eros e inform ación proporcionados por las aut oridades federales y est at ales com pet ent es a est a
Com isión Nacional, así com o a diversos organism os int er nacionales y no gubernam ent ales defensor es de los
derechos hum anos respect o de las m uj er es víct im as de hom icidios o desapar iciones en el m unicipio de
Juárez, Chihuahua, lo cual de por sí denot a una negligencia en el desem peño de la procuración de j ust icia”
( CNDH, I nfor m e Especial, supra not a 66, folio 2247) . Por su part e, la Fiscalía Especial dest acó que “ [ u] no de
los aspect os m ás difíciles de det er m inar y que m ayor polém ica ha generado en t orno a lo sucedido en el
Municipio de Juárez [ …] , es el relat ivo al núm ero de casos de m uert es y desapar iciones ahí acaecidas, con
caract eríst icas o pat rones conduct uales sim ilares durant e los últ im os t r ece años. La especulación a que se ha
llegado en est e rubro ha sido enor m e, m anej ándose sin ningún r igor cifras o hechos que no corresponden
con lo sucedido en la realidad” . Según la Fiscalía Especial, “ con cifras y pruebas se dem uest ra, que en los
últ im os años se ha generado una per cepción diferent e a la realidad, creándose un círculo vicioso, de hechos,
im punidad y especulación que ha afect ado principalm ent e a la sociedad j uarense” ( Fiscalía Especial para la
At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en Ciudad Juárez, I nform e Final, supr a not a
87, folios 14540 y 14607) . La Com isión para Ciudad Juárez señaló que “ [ n] o hay cert eza en cuant o al
núm ero de hom icidios y desapariciones en Ciudad Juárez; no hay una cifra que repr esent e credibilidad par a
grupos fam iliares e inst it uciones del gobierno” ( Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las
Muj eres en Ciudad Juárez, Pr im er I nfor m e de Gest ión, supr a not a 67, folio 8677) .
89
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1743;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1921; CNDH, I nfor m e Especial, supra not a
66, folios 2166 y 2167, y Am nist ía I nt ernacional, Muer t es int olerables, supra not a 64, folios 2256 y 2262.
90
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juár ez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14646.
36

m ism a prueba, para el año 2005 los hom icidios de m uj eres ascendían a 379 91 . Al
respect o, el Observat orio Ciudadano señaló que “ difícilm ent e se podría considerar
com o confiable est a cifra, debido a la ya docum ent ada inconsist encia en la
conform ación de expedient es, invest igaciones y proceso de audit oría em prendido por
la PGR [ Procuraduría General de la República] , cont rast ado adem ás con la inform ación
que aport aron el Colegio de la Front era Nort e y la Com isionada para Prevenir y
Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres, de la Secret aría de Gobernación, que hablan
de 442 m uj eres asesinadas” 92 .
119. En cuant o a las desapariciones de m uj eres, según inform es del 2003 del CEDAW
y Am nist ía I nt ernacional, las ONGs nacionales m encionan alrededor de 400 93 , ent re los
años 1993 y 2003, m ient ras que según el I nform e de la Relat ora de la CI DH, para el
año 2002 no se había encont rado el paradero de 257 m uj eres declaradas com o
desaparecidas ent re 1993 y 2002 94 . Por ot ra part e, la Fiscalía Especial para la At ención
de Delit os Relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el Municipio de Juárez ( en
adelant e la “ Fiscalía Especial” ) est ableció que en el período ent re 1993 y 2005 hubo
4.456 report es de m uj eres desaparecidas y el 31 de diciem bre de 2005 había 34
m uj eres pendient es de localizar 95 .
120. El Observat orio Ciudadano cuest ionó est a cifra y señaló que hay “ firm es indicios
de que [ …] rest os hum anos corresponden a m ás de las 34 m uj eres que supone la
[ Fiscalía Especial] , en virt ud de que lo que suponía eran osam ent as de una sola
persona, han result ado ser de m ás de 60” . Agregó que la inform ación que da sust ent o
a la invest igación de la Fiscalía Especial “ es por com plet o inaccesible a la observación
ciudadana, por lo que es virt ualm ent e im posible cot ej ar las fuent es y la consist encia en
los dat os que la propia [ Fiscalía Especial] m anej a” 96 . En sent ido sim ilar se pronunció la
CNDH en el 2003, aunque no en relación a las cifras proporcionadas por la Fiscalía
Especial, y señaló que observó “ la falt a de diligencia con la que se han em prendido las
acciones, por part e de la [ Procuraduría General de Just icia del Est ado] , de los casos de
m uj eres report adas com o desaparecidas” y que las aut oridades proporcionaron
diferent es inform es a la CNDH de los proporcionados a organism os int ernacionales. A
su vez, la CNDH indicó que al ser requerida oficialm ent e inform ación y el est ado act ual
de las invest igaciones, “ se recibió com o respuest a que no est aban en posibilidad de
saber cuál había sido el dest ino de 2.415 casos, t oda vez que ‘los expedient es no los
t enían físicam ent e’” 97 .
121. La Cort e t om a not a de que no exist en conclusiones convincent es sobre las cifras
en cuant o a hom icidios y desapariciones de m uj eres en Ciudad Juárez, pero observa
que de cualquier form a son alarm ant es. Más allá de los núm eros, que aún cuando son

91
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juár ez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14691 y Com isión Mexicana de Defensa y Prom oción de
los Derechos Hum anos, Fem inicidio en Chihuahua, supra not a 82, folios 6761 a 6864.
92
I nform e Final del Observat or io Ciudadano, supra not a 81, folio 6647.
93
Cfr. I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1928 y Am nist ía I nt er nacional,
Muer t es int oler ables, supra not a 64, folio 2253.
94
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1746;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1928, y Am nist ía I nt er nacional, Muer t es
int olerables, supra not a 64, folio 2274.
95
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folios 14543, 14661, 14584 y 14587, y CNDH, Segundo
I nform e de Ev aluación I nt egr al, supra not a 72, folio 4667.
96
I nform e Final del Observat or io Ciudadano, supra not a 81, folios 6650 y 6659.
97
CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folio 2238.
37

m uy significat ivos no son suficient es para ent ender la gravedad del problem a de
violencia que viven algunas m uj eres en Ciudad Juárez, los alegat os de las part es, así
com o la prueba aport ada por ést as, apunt an a un fenóm eno com plej o, acept ado por el
Est ado ( supra párr. 115) , de violencia cont ra las m uj eres desde el año 1993, que ha
sido caract erizado por fact ores part iculares que est a Cort e considera im port ant e
resalt ar.

1.3. Víct im as
122. En prim er lugar, la Com isión y los represent ant es alegaron que las víct im as
eran m uj eres j óvenes de 15 a 25 años de edad, est udiant es o t rabaj adoras de
m aquilas o de t iendas u ot ras em presas locales, y que algunas vivían en Ciudad Juárez
desde hacía relat ivam ent e poco t iem po. El Est ado no se pronunció al respect o.
123. Los alegat os de los dem andant es encont raron sust ent o en diversos inform es de
ent idades nacionales e int ernacionales que est ablecen que las víct im as de los
hom icidios parecen ser predom inant em ent e m uj eres j óvenes98 , incluyendo niñas99 ,
t rabaj adoras –sobret odo de m aquilas- 100 , de escasos recursos101 , est udiant es102 o
m igrant es103 .

1.4. Modalidad
124. En segundo lugar, la Com isión y los represent ant es alegaron que un núm ero
considerable de los hom icidios present aron signos de violencia sexual. Según un

98
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1744;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1924 y 1926; I nform e de la Relat ora
Especial sobr e las ej ecuciones ex t raj udiciales, sum arias o arbit rarias, supra not a 73, folio 2052; Am nist ía
I nt er nacional, Muer t es int oler ables, supra not a 64, folios 2256 y 2271, y Fiscalía Especial para la At ención de
Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en Ciudad Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folio
14605.
99
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1764;
Am nist ía I nt er nacional, Muer t es int olerables, supra not a 64, folios 2256 y 2271, y declaración rendida ant e
fedat ar io público por la perit a Jusidm an Rapoport el 21 de abril de 2009 ( expedient e de fondo, t om o XI I I ,
folio 3806) .
100
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1744;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1924 y 1926; I nform e de la Relat ora
Especial sobre la violencia cont ra la m uj er , supra not a 64, folio 2012, y Am nist ía I nt ernacional, Muert es
int olerables, supra not a 64, folios 2257 y 2271.
101
Cfr. I nfor m e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1924 y 1926; I nform e de la
Relat ora Especial sobre la violencia cont r a la m uj er , supra not a 64, folio 2012; Am nist ía I nt er nacional,
Muer t es int oler ables, supra not a 64, folio 2257; Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con
los Hom icidios de Muj eres en Ciudad Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14605; declaración r endida
ant e fedat ario público por la perit a Monárr ez Fragoso el 20 de nov iem bre de 2008 ( expedient e de fondo,
t om o XI I I , folio 3911) , y Com isión para Pr evenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juár ez,
Tercer I nform e de Gest ión, m ayo 2005- sept iem br e 2006, cit ando el Segundo I nfor m e de Gest ión, t it ulado
“ El fem inicidio: form as de ej ercer la v iolencia cont ra las m uj eres” ( expedient e de anexos a la cont est ación de
la dem anda, t om o XXVI I , anexo 12, folio 9016) .
102
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1744;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1924 y 1926; I nform e de la Relat ora
Especial sobre la violencia cont ra la m uj er , supra not a 64, folio 2012, y Am nist ía I nt ernacional, Muert es
int olerables, supra not a 64, folios 2257 y 2271.
103
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1744 e
I nform e de la Relat ora Especial sobre las ej ecuciones ext r aj udiciales, sum arias o arbit r arias, supra not a 73,
folio 2053.
38

inform e de la Fiscalía Especial, algunos de los hom icidios y las desapariciones desde
1993 “ han present ado caract eríst icas y/ o pat rones conduct uales sim ilares” 104 .
125. Diversos inform es est ablecen los siguient es fact ores en com ún en varios de los
hom icidios: las m uj eres son secuest radas y m ant enidas en caut iverio 105 , sus fam iliares
denuncian su desaparición 106 y luego de días o m eses sus cadáveres son encont rados
en t errenos baldíos107 con signos de violencia, incluyendo violación u ot ros t ipos de
abusos sexuales, t ort ura y m ut ilaciones108 .
126. En cuant o a las caract eríst icas sexuales de los hom icidios, el Est ado alegó que
según cifras del año 2004, alrededor del 26% de los hom icidios obedecía a act os de
índole sexual violent o.
127. Por su part e, aunque la Fiscalía Especial concluyó que la m ayoría de los
hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez fueron independient es unos de ot ros y que,
por t ant o, eran com et idos en circunst ancias de t iem po, m odo y ocasión dist int os109 ,
hast a el año 2005 est a inst it ución “ logró det erm inar que el núm ero de casos en los que
se present [ ó] el pat rón conduct ual que ha[ bía] ident ificado el fenóm eno denom inado
‘Muert as de Juárez’, e[ ra] de alrededor [ d] el 30% de los 379 hom icidios ident ificados” ,
o sea alrededor de 113 m uj eres. Asim ism o, la Com isión para Prevenir y Erradicar la
Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juárez ( en adelant e la “ Com isión para Ciudad
Juárez” ) señaló que, aunque seguían guardando discrepancias en cuant o a cifras
absolut as, dist int os inform es coincidieron en que una t ercera part e del t ot al de los
hom icidios de m uj eres eran aquéllos clasificados com o sexuales y/ o seriales, est os
últ im os “ son aqu[ é] llos donde se repit e un pat rón en el que por lo general la víct im a
no conoce a su vict im ario y es privada de su libert ad y som et ida a vej aciones y
sufrim ient os m últ iples, hast a la m uert e” 110 . Los inform es del CEDAW y de Am nist ía
I nt ernacional t am bién coincidieron en que alrededor de un t ercio de los hom icidios
t enían un com ponent e de violencia sexual o caract eríst icas sim ilares111 .

104
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juár ez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14525.
105
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1924 y 1927 y Am nist ía
I nt er nacional, Muer t es int oler ables, supra not a 64, folio 2271.
106
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra 64, folio 1744.
107
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1744;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1927, e I nform e Final del Observat orio
Ciudadano, supra not a 81, folio 6640.
108
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1744;
I nform e de la Relat ora Especial sobre las ej ecuciones ext r aj udiciales, sum arias o arbit r arias, supra not a 73,
folio 2052; Am nist ía I nt ernacional, Muert es int olerables, supra not a 64, folio 2271; CNDH, Recom endación
44/ 1998, supra not a 72, folio 2154, e I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1927.
109
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14608. Al respect o, cabe not ar que la Com isión para
Ciudad Juárez señaló que, “ [ s] i bien es cier t o que ha sido difícil dem ost r ar que los hom icidios de m uj eres en
Ciudad Juárez est án relacionados con asesinos ser iales, falt ó de part e de la [ Fiscalía Especial] un análisis
sobre el fenóm eno crim inal que const it uyer on los casos paradigm át icos, aquéllos en los que sí puede haber
evidencias de lo que la [ Fiscalía Especial] llam a ‘hom icidios de m uj eres con caract eríst icas y/ o pat rones
conduct uales sim ilares’” . En sim ilar sent ido, crit icó que la Fiscalía Especial “ sigue sin enfocar su análisis
desde la perspect iva de género; no obst ant e las recom endaciones int er nacionales que se han hecho”
( Com isión par a Prev enir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juárez, Tercer inform e de
gest ión, supra not a 101, folio 9073) .
110
Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juárez, Tercer infor m e
de gest ión, supra not a 101, folios 8996 y 8997.
111
Según el inform e del CEDAW, publicado en el año 2005, el I nst it ut o Chihuahuense de la Muj er
refirió 90 casos, la Fiscalía Especial y el Delegado de la Procuradur ía General de la República en Ciudad
39

1.5. Violencia basada en género


128. Según los represent ant es, el t em a de género es el com ún denom inador de la
violencia en Ciudad Juárez, la cual “ sucede com o culm inación de una sit uación
caract erizada por la violación reit erada y sist em át ica de los derechos hum anos” .
Alegaron que “ niñas y m uj eres son violent adas con crueldad por el solo hecho de ser
m uj eres y sólo en algunos casos son asesinadas com o culm inación de dicha violencia
pública y privada” .
129. El Est ado señaló que los hom icidios “ t ienen causas diversas, con diferent es
aut ores, en circunst ancias m uy dist int as y con pat rones crim inales diferenciados, pero
se encuent ran influenciados por una cult ura de discrim inación cont ra la m uj er” . Según
el Est ado, uno de los fact ores est ruct urales que ha m ot ivado sit uaciones de violencia
cont ra las m uj eres en Ciudad Juárez es la m odificación de los roles fam iliares que
generó la vida laboral de las m uj eres. El Est ado explicó que desde 1965 em pezó en
Ciudad Juárez el desarrollo de la indust ria m aquiladora, el cual se int ensificó en 1993
con el Trat ado de Libre Com ercio con Am érica del Nort e. Señaló que, al dar preferencia
a la cont rat ación de m uj eres, las m aquiladoras causaron cam bios en la vida laboral de
ést as, lo cual im pact ó t am bién su vida fam iliar porque “ los roles t radicionales
em pezaron a m odificarse, al ser ahora la m uj er la proveedora del hogar” . Est o, según
el Est ado, llevó a conflict os al int erior de las fam ilias porque la m uj er em pezó a t ener
la im agen de ser m ás com pet it iva e independient e económ icam ent e 112 . Adem ás, el
Est ado cit ó el I nform e del CEDAW para señalar que “ [ e] st e cam bio social en los
papeles de las m uj eres no ha sido acom pañado de un cam bio en las act it udes y las
m ent alidades t radicionales - el cariz pat riarcal- m ant eniéndose una visión est ereot ipada
de los papeles sociales de hom bres y m uj eres” .
130. Ot ros fact ores m encionados por el Est ado com o generadores de violencia y
m arginación son la falt a de servicios públicos básicos en las zonas m arginadas; el
narcot ráfico, t ráfico de arm as, crim inalidad, lavado de dinero y t rat a de personas que
se dan en Ciudad Juárez por ser una ciudad front eriza; el consum o de drogas; el alt o
índice de deserción escolar, y la exist encia de “ num erosos agresores sexuales” y
“ efect ivos m ilit ares [ …] provenient es de conflict os arm ados” en la cercana ciudad de El
Paso.
131. Según prueba rem it ida por el Est ado, en los hom icidios de m uj eres ocurridos
ent re 1993 y 2005, el 31.4% fue por violencia social ( que incluye venganza, riña,
im prudencia, pandillerism o, robo) , 28% fue por violencia dom ést ica, 20.6% fue por
m óvil sexual y 20.1% es indet erm inado 113 . Cabe not ar que ent re cifras del m ism o
Est ado hay inconsist encias. Por ej em plo, en su respuest a al inform e del CEDAW del
2003, el Est ado señaló que 66% de los hom icidios son el result ado de la violencia

Juárez m encionó 93 casos y las ONGs cont abilizaban 98 ( Cfr. I nform e de México producido por el CEDAW,
supra not a 64, folio 1924) .
112
Est os alegat os coinciden con las conclusiones del Prim er inform e de gest ión de la Com isión para
Ciudad Juárez, el cual señala que en la década de los set ent a y los ochent a, la indust ria m aquiladora se
caract erizó por la ofert a casi exclusivam ent e a m uj eres en un cont ext o de desem pleo m asculino, lo cual
“ produj o un choque cult ural al int erior de las fam ilias” y que “ los hom br es se quedaron sin t rabaj o y las que
sost enían el hogar eran las m uj er es” ( Com isión para Pr evenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en
Ciudad Juárez, Prim er I nfor m e de Gest ión, supra not a 67, folio 8663. Ver t am bién, I nfor m e de México
producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1922; declar ación r endida ant e fedat ar io público por el perit o
Pineda Jaim es el 15 de abr il de 2009, expedient e de fondo, t om o VI I I , folio 2825, y declaración de la perit a
Jusidm an Rapoport , supra not a 99, folio 3778) .
113
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juár ez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14549.
40

int rafam iliar o dom ést ica y com ún, el 8% t ienen un m óvil desconocido y el 26%
rest ant e obedece a act os de índole sexual violent o 114 .
132. La Cort e t om a not a de que a pesar de la negación del Est ado en cuant o a la
exist encia de algún t ipo de pat rón en los m ot ivos de los hom icidios de m uj eres en
Ciudad Juárez, ést e señaló ant e el CEDAW que “ est án influenciados por una cult ura de
discrim inación cont ra la m uj er basada en una concepción errónea de su
inferioridad 115 ” . Tam bién cabe dest acar lo señalado por México en su I nform e de
Respuest a al CEDAW, en relación a las acciones concret as realizadas para m ej orar la
sit uación de subordinación de la m uj er en México y en Ciudad Juárez:
debe reconocerse que una cult ura fuer t em ent e arraigada en est ereot ipos, cuya piedra
angular es el supuest o de la inferior idad de las m uj er es, no se cam bia de la noche a la
m añana. El cam bio de pat rones cult urales es una t area difícil para cualquier gobierno. Más
aún cuando los problem as em ergent es de la sociedad m oderna: alcoholism o, drogadicción,
t ráfico de dr ogas, pandillerism o, t urism o sexual, et c., cont ribuyen a agudizar la
discrim inación que sufren var ios sect ores de las sociedades, en part icular aquellos que ya se
encont raban en una sit uación de desvent aj a, com o es el caso de las m uj eres, los y las niñas,
los y las indígenas116 .

133. Dist int os inform es coinciden en que aunque los m ot ivos y los perpet radores de
los hom icidios en Ciudad Juárez son diversos, m uchos casos t rat an de violencia de
género que ocurre en un cont ext o de discrim inación sist em át ica cont ra la m uj er 117 .
Según Am nist ía I nt ernacional, las caract eríst icas com part idas por m uchos de los casos
dem uest ran que el género de la víct im a parece haber sido un fact or significat ivo del
crim en, influyendo t ant o en el m ot ivo y el cont ext o del crim en com o en la form a de la
violencia a la que fue som et ida 118 . El I nform e de la Relat oría de la CI DH señala que la
violencia cont ra las m uj eres en Ciudad Juárez “ t iene sus raíces en concept os referent es
a la inferioridad y subordinación de las m uj eres” 119 . A su vez, el CEDAW resalt a que la
violencia de género, incluyendo los asesinat os, secuest ros, desapariciones y las
sit uaciones de violencia dom ést ica e int rafam iliar “ no se t rat a de casos aislados,
esporádicos o episódicos de violencia, sino de una sit uación est ruct ural y de un
fenóm eno social y cult ural enraizado en las cost um bres y m ent alidades” y que est as
sit uaciones de violencia est án fundadas “ en una cult ura de violencia y discrim inación
basada en el género” 120 .
134. Por su part e, la Relat ora sobre la Violencia cont ra la Muj er de la ONU explica
que la violencia cont ra la m uj er en México sólo puede ent enderse en el cont ext o de
“ una desigualdad de género arraigada en la sociedad” . La Relat ora se refirió a “ fuerzas
de cam bio que ponen en ent redicho las bases m ism as del m achism o” , ent re las que
114
El Est ado explicó en su Respuest a al I nform e del CEDAW que el cont ext o de v iolencia cont ra la
m uj er en el que est án inm ersos m uchos de los hom icidios y las concepciones fuert em ent e arraigadas en la
opinión pública sobre las posibles causas de ést os, “ dificult a[ n] sobr e m anera r ealizar una clasificación en
base a sus m óviles” , pero que es posible realizar la clasificación refer ida “ a la luz con que se cuent a sobre
aut ores del hom icidio, qué t est igos exist en, y baj o qu[ é] circunst ancias se dio” ( I nform e de México pr oducido
por el CEDAW, supra not a 64, folio 1957) .
115
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1957.
116
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1960.
117
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1735;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1922; I nform e de la Relat ora Especial sobre
la violencia cont ra la m uj er, supra not a 64, folios 2001 a 2002, y Am nist ía I nt ernacional, Muert es
int olerables, supra not a 64, folios 2259 y 2269.
118
Am nist ía I nt er nacional, Muer t es int olerables, supra not a 64, folio 2269.
119
CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1766 ( cit ando
cart a del Secret ario de Gobier no de Chihuahua a la Relat or a Especial de 11 de febrero de 2002) .
120
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1937 y 1949.
41

incluyó la incorporación de las m uj eres a la fuerza de t rabaj o, lo cual proporciona


independencia económ ica y ofrece nuevas oport unidades de form arse.
Est os fact ores, aunque a la larga perm it an a las m uj eres superar la discrim inación
est r uct ural, pueden exacerbar la violencia y el sufr im ient o a cort o plazo. La incapacidad de
los hom bres para desem peñar su papel t radicionalm ent e m achist a de proveedores de
sust ent o conduce al abandono fam iliar, la inest abilidad en las relaciones o al alcoholism o, lo
que a su vez hace m ás probable que se recurra a la violencia. I ncluso los casos de v iolación
y asesinat o pueden int erpr et arse com o int ent os desesperados por aferrarse a norm as
discrim inat or ias que se ven superadas por las cam biant es condiciones socioeconóm icas y el
avance de los derechos hum anos121 .

135. Por ot ro lado, la Com isión para Ciudad Juárez dest acó que el énfasis de la
Fiscalía Especial en la violencia int rafam iliar y en la grave descom posición social com o
razones para los crím enes sexuales, no rescat a “ los elem ent os de discrim inación por
género de la violencia que específicam ent e afect a a las m uj eres” , lo cual, “ am algam a
la violencia de género com o part e de la violencia social, sin ahondar en la form a com o
afect a específicam ent e a las m uj eres” 122 .
136. Por su part e, el I nform e de la Com isión resalt ó las caract eríst icas sexuales de
los hom icidios y señaló que “ [ s] i bien no se conoce con suficient e cert eza la m agnit ud
de est os aspect os del problem a, las pruebas recogidas en det erm inados casos indican
vínculos con la prost it ución o el t ráfico con fines de explot ación sexual” y que “ [ e] n
am bos casos pueden darse sit uaciones de coacción y abuso de m uj eres que t rabaj an
en el com ercio sexual o se ven forzadas a part icipar en él” 123 .

1.6. Sobre el alegado fem inicidio


137. La Com isión no calificó los hechos acaecidos en Ciudad Juárez com o fem inicidio.
138. Los represent ant es expresaron que “ [ l] os hom icidios y desapariciones de niñas
y m uj eres en Ciudad Juárez, son la m áxim a expresión de la violencia m isógina” , razón
por la que alegaron que est a violencia se ha concept ualizado com o fem inicidio. Según
explicaron, ést e consist e en “ una form a ext rem a de violencia cont ra las m uj eres; el
asesinat o de niñas y m uj eres por el solo hecho de serlo en una sociedad que las
subordina” , lo cual im plica “ una m ezcla de fact ores que incluyen los cult urales, los
económ icos y los polít icos” . Por est a razón, argum ent aron que “ para det erm inar si un
hom icidio de m uj er es un fem inicidio se requiere conocer quién lo com et e, cóm o lo
hace y en qué cont ext o” . I ndicaron que aun cuando no siem pre se t iene t oda la
inform ación disponible en los crím enes de est e t ipo, exist en indicadores t ales com o las
m ut ilaciones de ciert as part es del cuerpo, com o la ausencia de pechos o genit ales.
139. Por su part e, el Est ado en la audiencia pública ut ilizó el t érm ino fem inicidio al
hacer referencia al “ fenóm eno [ …] que prevalece en Juárez” . No obst ant e, el Est ado,
en sus observaciones a perit aj es present ados por los represent ant es, obj et ó el hecho
de que pret endieran “ incluir el t érm ino fem inicidio com o un t ipo penal, cuando ést e no
exist e ni en la legislación nacional, ni en los inst rum ent os vinculant es del sist em a
int eram ericano de derechos hum anos” .

121
I nform e de la Relat ora Especial sobre la v iolencia cont ra la m uj er, supra not a 64, folios 2001 y
2002.
122
Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juár ez, Prim er I nfor m e
de Gest ión, supra not a 67, folio 9074.
123
CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folios 1748 y 1750
( cit ando cart a del Secret ario de Gobierno de Chihuahua a la Relat ora Especial de 11 de febrero de 2002) .
42

140. En México, la Ley General del Acceso de las Muj eres a una Vida Libre de
Violencia, vigent e desde 2007, define en su art ículo 21 la violencia fem inicida com o “ la
form a ext rem a de violencia de género cont ra las m uj eres, product o de la violación de
sus derechos hum anos, en los ám bit os público y privado, conform ada por el conj unt o
de conduct as m isóginas que pueden conllevar im punidad social y del Est ado y puede
culm inar en hom icidio y ot ras form as de m uert e violent a de m uj eres” 124 . A su vez,
algunas inst ancias gubernam ent ales han proporcionado definiciones para el t érm ino
fem inicidio en sus inform es125 .
141. Los perit os Monárrez Fragoso 126 , Pineda Jaim es127 , Lagarde y de los Rios128 y
Jusidm an Rapoport 129 calificaron lo ocurrido en Ciudad Juárez com o fem inicidio.
142. Adicionalm ent e, el inform e de la Com isión Especial para Conocer y Dar
Seguim ient o a las I nvest igaciones Relacionadas con los Fem inicidios en la República
Mexicana de la Cám ara de Diput ados ( en adelant e la “ Com isión de la Cám ara de
Diput ados” ) y los de la Com isión para Ciudad Juárez, se refieren al “ fem inicidio” que
supuest am ent e ocurre en Ciudad Juárez130 . Asim ism o, lo hacen el Observat orio
Ciudadano 131 , las ONGs Cent ro para el Desarrollo I nt egral de la Muj er y AC / Red
Ciudadana de NO violencia y Dignidad Hum ana 132 , la Com isión Mexicana de Defensa y
Prom oción de los Derechos Hum anos A.C133 , así com o t am bién diferent es am ici curiai
allegados a la Cort e 134 .
143. En el present e caso, la Cort e, a la luz de lo indicado en los párrafos ant eriores,
ut ilizará la expresión “ hom icidio de m uj er por razones de género” , t am bién conocido
com o fem inicidio.
144. Para efect os de est e caso, la Cort e considera que, t eniendo en cuent a la prueba
y argum ent ación sobre prueba obrant e en el expedient e, no es necesario ni posible

124
Art ículo 21 de la Ley General de Acceso de las Muj eres a una Vida Libr e de Violencia, publicada en el
Diar io Oficial de la Federación el 1 de febrero de 2007 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XLI I I , anexo 109, folio 16126) .
125
Cfr. Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont r a las Muj eres en Ciudad Juárez, Prim er
I nform e de Gest ión, supra not a 67, folio 8661 y Com isión de la Cám ar a de Diput ados, Violencia Fem inicida
en 10 ent idades de la República Mex icana, supra not a 86, folio 6885.
126
Cfr. declaración de la perit a Monárrez Fragoso, supra not a 101, folio 3906.
127
Cfr. declaración del perit o Pineda Jaim es, supra not a 112, folio 2813.
128
Cfr. declaración rendida ant e fedat ar io público por la perit a Lagarde y de los Ríos el 20 de abril de
2009 ( expedient e de fondo, t om o XI , folio 3386) .
129
Cfr. declaración de la perit a Jusidm an Rapoport , supra not a 99, folio 3806.
130
Cfr. Com isión de la Cám ara de Diput ados, Violencia Fem inicida en 10 ent idades de la República
Mexicana, supr a not a 86, folio 6889 y Com isión para Prev enir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en
Ciudad Juár ez, Prim er I nfor m e de Gest ión, supra not a 67, folio 8662.
131
Cfr. I nform e Final del Observ at orio Ciudadano, supra not a 81, folio 6714.
132
Cfr. Cent ro par a el Desarrollo I nt egral de la Muj er y AC / Red Ciudadana de No violencia y Dignidad
Hum ana. Las Víct im as de Fem inicidio en Ciudad Juár ez. I nform e del Est ado de la Procuración de Just icia y el
Acceso a las Garant ías Judiciales sobre fem inicidios y m uj er es desaparecidas en Juárez, 1993 – 2007.
Repor t e ant e la Com isión I nt eram er icana de Der echos Hum anos, m ayo 2007 ( expedient e de anexos a la
dem anda, t om o I V, apéndice 5 Vol. I I I , folios 544 y 555) .
133
Cfr. Com isión Mexicana de Defensa y Prom oción de los Derechos Hum anos A.C., Com pendio de
recom endaciones, supra not a 65, folio 6654.
134
Cfr. escrit o present ado por el Program a de Just icia Global y Derechos Hum anos de la Univer sidad de
los Andes, Colom bia ( expedient e de fondo, t om o XV, folio 4416) ; escr it o present ado por la Organización
Mundial cont ra la Tort ura y TRI AL – Track I m punit y ( ex pedient e de fondo, t om o VI , folio 2197) , y escr it o
present ado por la Red Mesa de Muj er es de Ciudad Juárez ( expedient e de fondo, t om o XV, folio 4290) .
43

pronunciarse de m anera definit iva sobre cuáles hom icidios de m uj eres en Ciudad
Juárez const it uyen hom icidios de m uj eres por razones de género, m ás allá de los
hom icidios de las t res víct im as del present e caso. Por est a razón, se referirá a los
casos de Ciudad Juárez com o hom icidios de m uj eres, aunque ent ienda que algunos o
m uchos de ést os puedan haber sido com et idos por razones de género y que la m ayoría
han ocurrido dent ro de un cont ext o de violencia cont ra la m uj er.
145. En cuant o a las m uert es producidas en el present e caso, la Cort e analizará en
secciones post eriores, conform e a la prueba aport ada por las part es, si const it uyen
hom icidios de m uj eres por razones de género.

1.7. I nvest igación de los hom icidios de m uj eres


146. Según la Com isión y los represent ant es, ot ro fact or que caract eriza est os
hom icidios de m uj eres es su falt a de esclarecim ient o y las irregularidades en las
invest igaciones respect ivas, lo que, según ellos, ha generado un clim a de im punidad.
Al respect o, la Cort e t om a not a del reconocim ient o del Est ado en cuant o a “ la com isión
de diversas irregularidades en la invest igación y procesam ient o de hom icidios de
m uj eres com et idos ent re los años de 1993 y 2004 en Ciudad Juárez” . El Est ado,
adem ás, lam ent ó “ los errores com et idos hast a ant es del año 2004 por servidores
públicos que part iciparon durant e algunas de est as invest igaciones” .

1.7.1 I rregularidades en las invest igaciones y en los procesos


147. Aunque el Est ado reconoció la com isión de irregularidades en la invest igación y
procesam ient o de los hom icidios de m uj eres ent re los años 1993 y 2003 ( supra párr.
20) , no especificó cuáles fueron las irregularidades que encont ró en las invest igaciones
y en los procesos realizados durant e esos años. Sin em bargo, la Cort e t om a not a de lo
señalado al respect o por el I nform e de la Relat ora de la CI DH:
El Est ado m ex icano, por su part e, adm it e que se com et ieron errores durant e los pr im eros
cinco años en que se vio confront ado con esos asesinat os. Reconoce, por ej em plo, que no
fue infrecuent e que la Policía le dij era a un fam iliar que t rat ara de inform ar la desaparición de
una niña que volviera a las 48 horas, siendo evident e que había cosas que invest igar. Tant o
los represent ant es del Est ado com o de ent idades no est at ales señalaron que las aut or idades
de Ciudad Juár ez solían desechar las denuncias iniciales, m anifest ando que la víct im a habría
salido con un novio y no t ardaría en volver al hogar. La PGJE m encionó t am bién falt a de
capacidad t écnica y cient ífica y de capacit ación, en esa época, por part e de los m iem bros de
la Policía Judicial. Aut oridades del Est ado de Chihuahua señalaron que las fallas eran t ales
que en 25 casos, que dat aban de los prim eros años de los asesinat os, los " expedient es" eran
poco m ás que bolsas que cont enían una serie de huesos, lo que práct icam ent e no serv ía de
base para avanzar en la inv est igación 135 .

148. La Cort e observa que aún cuando los det alles esgrim idos por las aut oridades del
Est ado a la Relat ora de la CI DH y señalados supra fueron circunscrit os a las
invest igaciones y procesos llevados a cabo hast a 1998, el m ism o Est ado reconoció
ant e la Cort e que hubo irregularidades hast a ant es del año 2004 ( supra párr. 20) ,
aunque no las det allara.
149. Diversos inform es publicados ent re 1999 y el 2005 coinciden en que las
invest igaciones y los procesos de los hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez han
est ado plagados de irregularidades y deficiencias136 y que dichos crím enes han

135
CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1750 ( cit ando
cart a del Secret ario de Gobier no de Chihuahua a la Relat or a Especial de 11 de febrero de 2002) .
136
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1767;
CNDH, Recom endación 44/ 1998, supra not a 72, folios 2118 a 2129 y 2138; I nform e de Méx ico producido
44

perm anecido im punes137 . Según la Fiscalía Especial, “ debe hacerse hincapié en que la
im punidad de los casos no resuelt os se produj o, principalm ent e, ent re los años 1993 al
2003, por causa de las graves om isiones en que incurrió el personal que laboró en la
Procuraduría General de Just icia del Est ado [ de Chihuahua] ” . Agregó que durant e ese
período “ los gobiernos est at ales no im pulsaron polít icas públicas encam inadas a dot ar
a la Procuraduría de [ dicho e] st ado de la infraest ruct ura, procesos de t rabaj o y
personal especializado que le perm it ieran realizar las invest igaciones de hom icidios de
m uj eres en rangos de confiabilidad razonablem ent e acept ables” 138 .
150. Conform e a la prueba aport ada, las irregularidades en las invest igaciones y en
los procesos incluyen la dem ora en la iniciación de las invest igaciones139 , la lent it ud de
las m ism as o inact ividad en los expedient es140 , negligencia e irregularidades en la
recolección y realización de pruebas y en la ident ificación de víct im as141 , pérdida de
inform ación 142 , ext ravío de piezas de los cuerpos baj o cust odia del Minist erio Público 143 ,
y la falt a de cont em plación de las agresiones a m uj eres com o part e de un fenóm eno
global de violencia de género 144 . Según el Relat or sobre la independencia j udicial de la
ONU, luego de una visit a a Ciudad Juárez en el 2001, “ [ l] e sorprendió la absolut a
ineficacia, incom pet encia, indiferencia, insensibilidad y negligencia de la policía que
había llevado hast a ent onces las indagaciones” 145 . Por su part e, la Fiscalía Especial
señaló en su inform e del 2006 que de 139 averiguaciones previas analizadas, en m ás
del 85% se det ect aron responsabilidades at ribuibles a servidores públicos, graves

por el CEDAW, supra not a 64, folio 1924, e I nform e de la Com isión de Expert os I nt er nacionales de las
Naciones Unidas, supra not a 76, folio 1898.
137
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1749;
I nform e de la Com isión de Expert os I nt er nacionales de las Naciones Unidas, supra not a 76, folio 1869;
CNDH, I nfor m e Especial, supra not a 66, folio 2167, y declaración rendida ant e fedat ar io público por el perit o
Cast resana Fer nández el 21 de abril de 2009 ( expedient e de fondo, t om o VI I I , folio 2904) .
138
Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj er es en Ciudad
Juárez, I nfor m e Final, supra not a 87, folio 14573.
139
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1746,
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1924, y Am nist ía I nt er nacional, Muer t es
int olerables, supra not a 64, folio 2274.
140
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1767;
CNDH, Recom endación 44/ 1998, supra not a 72, folio 2140; Fiscalía Especial para la At ención de Delit os
relacionados con los Hom icidios de Muj eres en Ciudad Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folios 14579 y
14610; Conferencia de prensa que ofrecieron el Subprocur ador de Derechos Hum anos, At ención a Víct im as y
Servicios a la Com unidad y la Fiscal Especial para la At ención de los Delit os Relacionados con Act os de
Violencia Cont ra las Muj eres en el audit or io de j urist as, de Reform a 211, México, D.F., 16 de febr ero de
2006, anexo 4 del I nfor m e Final del Observ at orio Ciudadano, supra not a 81, folio 6714.
141
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1750;
CNDH, Recom endación 44/ 1998, supra not a 72, folio 2140; I nform e de la Com isión de Expert os
I nt er nacionales de las Naciones Unidas, supra not a 76, folio 1929, Fiscalía Especial para la At ención de
Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en Ciudad Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folio
14579, y declaración rendida ant e fedat ario público por la t est igo Doret t i el 17 de abril de 2009 ( expedient e
de fondo, t om o VI , folio 2326 y 2327) .
142
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1750;
I nform e de la Com isión de Expert os I nt ernacionales de las Naciones Unidas, supra not a 76, folios 1898 y
1899; declaración de la t est igo Doret t i, supra not a 141, folio 2332.
143
Cfr. declaración de la t est igo Doret t i, supra not a 141, folios 2371 y 2372.
144
Cfr. I nform e de la Com isión de Exper t os I nt ernacionales de las Naciones Unidas, supra not a 76, folio
1897; CNDH, Recom endación 44/ 1998, supra not a 72, folio 2154; CNDH, I nform e Especial, supra not a 66,
folio 2227, y Am nist ía I nt ernacional, Muert es int olerables, supra not a 64, folio 2279.
145
I nform e del Relat or Especial sobre la I ndependencia de Magist rados y Abogados, supra not a 74,
folio 2100.
45

deficiencias y om isiones que “ ent orpecieron la resolución de los hom icidios ahí
relacionados, provocando im punidad” 146 .

1.7.2. Act it udes discrim inat orias de las aut oridades


151. La Com isión y los represent ant es alegaron que las act it udes de las aut oridades
est at ales frent e a los hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez eran not oriam ent e
discrim inat orias y dilat orias, sit uación que la Com isión describió com o un “ alarm ant e
pat rón de respuest a y concepciones est ereot ipadas de las m uj eres desaparecidas” . En
part icular, el pat rón “ se m anifest aba en la percepción de los funcionarios est at ales que
la búsqueda y prot ección de m uj eres report adas com o desaparecidas no era
im port ant e” e im plicaba que en un principio las aut oridades se negaban a invest igar.
152. Al respect o, el Est ado señaló que la cult ura de discrim inación de la m uj er
“ cont ribuyó a que t ales hom icidios no fueran percibidos en sus inicios com o un
problem a de m agnit ud im port ant e para el cual se requerían acciones inm ediat as y
cont undent es por part e de las aut oridades com pet ent es” 147 . El Tribunal observa que
aunque el Est ado no señaló est e reconocim ient o en el t rám it e ant e la Cort e, sí rem it ió
el docum ent o en el que const a t al reconocim ient o 148 , siendo part e del acervo
probat orio que será analizado conform e a las reglas de la sana crít ica.
153. Diversas fuent es afirm an que la respuest a de funcionarios est at ales frent e a los
crím enes fue influenciada por un cont ext o de discrim inación basada en género 149 .
Según el Relat or Especial sobre la independencia j udicial de la ONU, “ al principio es
indudable que est os hechos no conm ovieron m ucho a los agent es de la policía y a los
procuradores, quienes llegaron incluso a reprochar a las m uj eres su presunt a falt a de
m oralidad” 150 . La Relat ora sobre ej ecuciones ext raj udiciales de la ONU señaló que:
[ l] a conduct a arrogant e de algunos funcionarios públicos y su m anifiest a indifer encia ant e
[ …] est os delit os per m it en concluir que m uchos de ellos fueron deliberadam ent e pasados por
alt o por la m era razón de que las v íct im as eran ‘sólo’ m uchachas corrient es y, por lo t ant o,
no eran consideradas una gr an pérdida. Cabe t em er que, com o consecuencia de los ret rasos
y las irr egularidades, se hayan perdido t iem po y dat os m uy valiosos151 .

154. Dist int as pruebas allegadas al Tribunal, señalaron, int er alia, que funcionarios
del est ado de Chihuahua y del Municipio de Juárez m inim izaban el problem a y llegaron
a culpar a las propias víct im as de su suert e, fuera por su form a de vest ir, por el lugar
en que t rabaj aban, por su conduct a, por andar solas o por falt a de cuidado de los
padres152 . En est e sent ido, dest acaron las afirm aciones de la CNDH en su

146
Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj er es en Ciudad
Juárez, I nfor m e Final, supra not a 87, folios 14575 y 14609.
147
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1957.
148
Cfr. Respuest a del gobierno de Méx ico al inform e producido por el CEDAW baj o el art ículo 8 del
Prot ocolo Facult at ivo de la Convención, 27 de enero de 2005 ( anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o
XXV, anexo 6, folios 8612 a 8653) .
149
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folios 1734 y
1742; I nform e de Méx ico pr oducido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1928; Am nist ía I nt ernacional,
Muer t es int olerables, supra not a 64, folios 2259 y 2269; declaración del perit o Pineda Jaim es, supr a not a
112, folio 2832, y declaración de la per it a Jusidm an, supra not a 99, folio 3808.
150
I nform e del Relat or Especial sobre la I ndependencia de Magist rados y Abogados, supra not a 74,
folio 2100.
151
I nform e de la Relat ora Especial sobre las ej ecuciones ex t r aj udiciales, sum arias o arbit r arias, supra
not a 73, folio 2053.
152
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1765;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1928; I nform e de la Relat ora Especial sobre
46

Recom endación 44/ 1998, con respect o a que las declaraciones de funcionarios y
aut oridades de la Procuraduría est at al docum ent adas por esa inst it ución denot aban
“ ausencia de int erés y vocación por at ender y rem ediar una problem át ica social grave,
así com o una form a de discrim inación” y que const it uían una “ form a de m enosprecio
sexist a” 153 .

1.7.3. Falt a de esclarecim ient o


155. La Com isión hizo énfasis en que la respuest a de las aut oridades ant e los
crím enes cont ra m uj eres había sido “ not ablem ent e deficient e” y alegó que la gran
m ayoría de los asesinat os seguían im punes al m om ent o de la visit a de la Relat ora de la
CI DH a Ciudad Juárez en el 2002. Adem ás, señaló que aunque el Est ado t enía
conocim ient o de la gravedad de la sit uación, “ exist ía una gran brecha ent re la
incidencia del problem a de violencia cont ra las m uj eres y la calidad de la respuest a
est at al ofrecida a est e fenóm eno, lo cual propendió a la repet ición de los hechos” .
156. Los represent ant es alegaron que en el año en que ocurrieron los hechos del
present e caso, “ es decir, a 8 años de que se t uvo not icia del increm ent o de la violencia
cont ra las m uj eres” , la sit uación de im punidad no había t enido m ej ora alguna,
dest acando que ese año present ó el m ás alt o porcent aj e de hom icidios de m uj eres.
157. El Est ado reit eró “ su convicción de que en [ el present e caso] y en general, en
relación a los hom icidios de m uj eres ocurridos en Ciudad Juárez, no se configura una
sit uación de im punidad, ya que se ha invest igado, perseguido, capt urado, enj uiciado y
sancionado a un núm ero significat ivo de responsables” . Tam bién indicó que ent re
enero de 1993 y m ayo de 2008 se habían regist rado 432 casos de hom icidios de
m uj eres, de los cuales “ 45.25% fueron resuelt os por una inst ancia j urisdiccional y el
33.02% en et apa de invest igación” .
158. La Cort e observa que diversos inform es coinciden en que la falt a de
esclarecim ient o de los crím enes es una caract eríst ica de los hom icidios de m uj eres en
Ciudad Juárez que revist e especial im port ancia. El I nform e de la Relat oría de la CI DH
del 2003 señaló que la gran m ayoría de los casos siguen im punes154 . Asim ism o, según
el CEDAW “ una cult ura de im punidad se ha enraizado que perm it ió y fom ent [ ó]
t erribles violaciones de los derechos hum anos” , y según la Oficina de Drogas y Delit os
de la ONU señaló que los diferent es fact ores com plej os del fenóm eno crim inal en
Ciudad Juárez “ han puest o a prueba un sist em a de por sí insuficient e, que ha sido
m anifiest am ent e desbordado por un desafío crim inal para el que no est aba preparado,
dando lugar a un colapso inst it ucional que ha det erm inado la im punidad generalizada
de los responsables de los crím enes” 155 .
159. La Cort e t om a not a de que dist int os inform es apunt an a diferent es cifras sobre
el est ado de los casos de hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez156 . Según cifras
oficiales aport adas por el Est ado, no cont rovert idas por las ot ras part es, de 379 casos

las ej ecuciones ex t raj udiciales, sum ar ias o arbit rar ias, supra not a 73, folio 2052; CNDH, Recom endación
44/ 1998, supr a not a 72, folio 2139, y declar ación de la per it a Monárrez Fragoso, supra not a 101, folios 3938
y 3940.
153
CNDH, Recom endación 44/ 1998, supra not a 72, folio 2155.
154
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1734.
155
I nform e de la Com isión de Expert os I nt ernacionales de Naciones Unidas, supra not a 76, folio 1869.
156
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1734;
I nform e de la Relat ora Especial sobr e la Violencia cont r a la m uj er , supra not a 64, folio 2012, y CNDH,
Recom endación 44/ 1998, supra not a 72, folio 2232.
47

de hom icidios de m uj eres que ocurrieron en Ciudad Juárez ent re 1993 y 2005, 145
cont aban en el año 2005 con sent encias condenat orias o sanciones157 , lo que
represent a alrededor de un 38.5% . Por ot ro lado, el Est ado proporcionó al Tribunal una
list a de 203 sent encias definit ivas con respect o a los hom icidios de m uj eres hast a
sept iem bre de 2008, de las cuales 192 son sent encias condenat orias158 . Al respect o, la
Cort e observa que el Est ado no inform ó los núm eros globales de hom icidios hast a el
año 2009 y no ot orgó prueba en relación a sus alegat os de hecho relat ivos a que, en el
año 2008, 41.33% de los hom icidios de m uj eres habían sido resuelt os por un órgano
j urisdiccional y 3.92% por el Tribunal para Menores.
160. En cuant o a las sent encias, específicam ent e aquéllas im puest as a los
responsables de hom icidios dolosos, la Fiscalía Especial observó en su inform e del año
2006 que ést as se enm arcaron en un prom edio no m ayor a los 15 años de prisión, a
pesar que en la m ayoría de los casos se com et ieron con agravant es y que est o:
pudo haber obedecido a una polít ica j udicial que en su m om ent o deberá ser rev isada por el
propio Poder Judicial del Est ado, o bien al hecho de que el Minist erio Público del fuero com ún
no efect uó t odas las acciones que perm it ieran a los j ueces allegarse de elem ent os para
sancionar de una m anera m ás sev era a los responsables159 .

161. Un aspect o relacionado recogido por los inform es es que el núm ero de
sent encias y la pena im puest a son m ás baj os cuando se t rat a de los hom icidios de
m uj eres con caract eríst icas sexuales. Sobre est e punt o, según cifras aport adas por el
Est ado ant e la Com isión I nt eram ericana, de 229 casos de hom icidios de m uj eres ent re
1993 y 2003 160 , 159 fueron casos con m óviles diferent es al sexual y de ést os, 129
habían “ concluido” , m ient ras que de 70 casos de hom icidios de m uj eres con m óvil
sexual, sólo habían “ concluido” 24 161 . Es im port ant e señalar que el Est ado no
especificó qué ent iende por “ concluidos” 162 y que sobre el m ism o punt o en su
respuest a al inform e del CEDAW est ableció que de los 92 delit os sexuales ocurridos
hast a el 2004 sólo en 4 casos se había dict ado sent encia 163 .

157
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juár ez, I nform e Final, supra not a 87, folios 14617 a 14651.
158
Cfr. fichas de 203 casos de hom icidios de m uj er es com et idos en Ciudad Juárez, en los que se han
dict ado sent encia definit iva, sept iem br e 2003 ( expedient e de anexos a los alegat os finales escr it os del
Est ado, t om o XLI X, anexo 6, folios 17347 a 17400) .
159
Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj er es en Ciudad
Juárez, I nfor m e Final, supra not a 87, folio 14612.
160
Cabe not ar que exist en inconsist encias ent r e las cifras globales, ya que según el I nfor m e Final de la
Fiscalía Especial, hast a el 2003 habían ocurrido 328 casos de hom icidios de m uj er es en Ciudad Juárez
( Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en Ciudad Juárez,
I nform e Final, supra not a 87, folio 14646) .
161
Cfr. Procuraduría General de Just icia del est ado de Chihuahua, Fiscalía Especial para la
I nvest igación de Hom icidios de Muj er es, Ciudad Juár ez, 2003. Anexos al cuart o inform e m ensual del Est ado
a la Com isión I nt eram ericana de Der echos Hum anos de 17 de febrero de 2003 ( expedient e de anex os a la
cont est ación de la dem anda, t om o XLI I , anexo 75, folio 15446) .
162
De m anera general, en cuant o a los llam ados casos “ concluidos” por el Est ado, el CEDAW señaló en
su inform e de 2005 que le preocupaba que se consideraran e infor m ar an com o concluidos o resuelt os los
casos al ser present ados ant e los Tribunales, “ aunque los inculpados no sean det enidos ni sancionados”
( I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1959) . Asim ism o, y t am bién de m aner a
general, la CNDH en su inform e del 2005 indicó que “ obt uvo inform ación suficient e para desvir t uar las
afirm aciones de la PGJE, en el sent ido de dar por resuelt os casos, sin que ex ist an bases j urídicas par a
sust ent ar dichas afir m aciones” ( CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folio 2234) .
163
Cfr. I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1964. Al respect o, cabe not ar
lo señalado por el CEDAW en su inform e: “ El Gobier no asegura que de los 90 casos que consideran com o de
violencia sexual s[ ó] lo en 4 se ha dict ado sent encia, m ient ras que la casi t ot alidad de las fuent es de la
sociedad civil plant ean que esos 4 casos t am poco est án r esuelt os y que t al vez algunos de los acusados no
48

162. La Com isión para Ciudad Juárez, por su part e, dest acó que “ [ l] o que m ás
sorprende de est as hist orias [ de hom icidios de m uj eres] es la im punidad aún vigent e
en m uchos de los casos clasificados com o sexuales y/ o seriales” 164 . Según el CEDAW,
las aut oridades m exicanas expresaron que había avances en el proceso de
invest igación, ident ificación y enj uiciam ient o de los culpables por crím enes con m óviles
com o violencia int rafam iliar o delincuencia com ún y que la m ayoría de los sent enciados
han sido condenados a penas que rebasan los 20 años de prisión, m ient ras que en los
act os de caráct er sexual violent o “ hay personas que llevan 7 años presas, ot ras 5 y
aunque la Ley est ablece que hay que dict ar sent encia en el t érm ino de 2 años, ocurre
que los expedient es est án incom plet os y las pruebas no result an convincent es para los
j ueces” 165 . Por su part e, la Relat ora Especial sobre la Violencia cont ra la Muj er de la
ONU ha señalado que el porcent aj e de encarcelam ient o para los crím enes sexuales es
m enor que para el rest o de los crím enes cont ra las m uj eres, represent ando
específicam ent e un 33.3% y 46.7% , respect ivam ent e 166 .
163. Finalm ent e, la Cort e observa que algunos inform es señalan que la im punidad
est á relacionada con la discrim inación cont ra la m uj er. Así, por ej em plo, el I nform e de
la Relat ora de la CI DH concluyó que “ [ c] uando los perpet radores no son
responsabilizados –com o en general ha ocurrido en Ciudad Juárez— la im punidad
confirm a que esa violencia y discrim inación es acept able, lo cual fom ent a su
perpet uación” 167 . En sim ilar sent ido, la Relat ora sobre ej ecuciones ext raj udiciales de la
ONU expresó que: “ los sucesos de Ciudad Juárez son el t ípico ej em plo de delit o sexist a
favorecido por la im punidad” 168 .

1.8. Conclusiones de la Cort e


164. De t odo lo expuest o ant eriorm ent e, la Cort e concluye que desde 1993 exist e en
Ciudad Juárez un aum ent o de hom icidios de m uj eres, habiendo por lo m enos 264
víct im as hast a el año 2001 y 379 hast a el 2005. Sin em bargo, m ás allá de las cifras,
sobre las cuales la Cort e observa no exist e firm eza, es preocupant e el hecho de que
algunos de est os crím enes parecen present ar alt os grados de violencia, incluyendo
sexual, y que en general han sido influenciados, t al com o lo acept a el Est ado, por una
cult ura de discrim inación cont ra la m uj er, la cual, según diversas fuent es probat orias,
ha incidido t ant o en los m ot ivos com o en la m odalidad de los crím enes, así com o en la
respuest a de las aut oridades frent e a ést os. En est e sent ido, cabe dest acar las
respuest as ineficient es y las act it udes indiferent es docum ent adas en cuant o a la
invest igación de dichos crím enes, que parecen haber perm it ido que se haya
perpet uado la violencia cont ra la m uj er en Ciudad Juárez. La Cort e const at a que hast a
el año 2005 la m ayoría de los crím enes seguían sin ser esclarecidos, siendo los
hom icidios que present an caract eríst icas de violencia sexual los que present an
m ayores niveles de im punidad.

sean culpables. S[ ó] lo un prisionero ha sido j uzgado y sancionado, después de 8 años, encont rándose aún
en fase de apelación” ( I nform e de Méx ico pr oducido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1934) .
164
Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juár ez, Tercer I nfor m e
de Gest ión, supra not a 101, folio 8997 ( cit ando el Segundo I nform e de Gest ión, t it ulado “ El fem inicidio:
form as de ej er cer la v iolencia cont ra las m uj eres) .
165
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1931.
166
Cfr. I nform e de la Relat ora Especial sobre la violencia cont ra la m uj er , supra not a 64, folio 2012.
167
CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1766.
168
I nform e de la Relat ora Especial sobre la v iolencia cont ra la m uj er , supra not a 64, folio 2053.
49

2. H e chos de l ca so

2.1. Desapariciones de las víct im as


165. Laura Berenice Ram os Monárrez t enía 17 años de edad y era est udiant e del
quint o sem est re de la preparat oria. La últ im a not icia que se conocía de ella era una
llam ada que hizo a una am iga el sábado 22 de sept iem bre de 2001 para avisar que
est aba list a para ir a una fiest a169 . La denuncia inst aurada señalaba que desapareció el
m art es 25 de sept iem bre de 2001, sin que se ofrezcan m ás det alles170 .
166. Claudia I vet t e González t enía 20 años de edad y t rabaj aba en una em presa
m aquiladora. Según una am iga cercana, “ casi siem pre salía con el t iem po lim it ado ya
que le ayudaba a su herm ana con el cuidado de su m enor hij a, m ot ivo por el cual
llegaba a veces t arde” 171 al t rabaj o. El 10 de oct ubre de 2001 llegó dos m inut os t arde a
la m aquila, por lo que le fue im pedida la ent rada 172 . Ese m ism o día desapareció 173 .
167. Esm eralda Herrera Monreal t enía 15 años de edad y cont aba con “ grado de
inst rucción t ercero de secundaria” 174 . Desapareció el lunes 29 de oct ubre del 2001,
luego de salir de la casa en la que t rabaj aba com o em pleada dom ést ica 175 .
168. Según los represent ant es, las j óvenes Ram os, González y Herrera eran de
“ origen hum ilde” .

169
Cfr. com par ecencia de Claudia I vonne Ram os Monárrez ant e un subagent e del Minist er io Público
adscr it o a la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Desaparición y Hom icidio de Muj eres efect uada el 1 de
oct ubr e de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I I , anex o 17, folio 2621) y com parecencia de
Rocío I t xel Núñez Acevedo ant e un subagent e del Minist erio Público adscrit o a la Fiscalía Especial para la
I nvest igación de Desaparición y Hom icidio de Muj er es efect uada el 5 de oct ubr e de 2001 ( expedient e de
anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexo 19, folio 2625) .
170
Cfr. Regist ro de Per sonas Desaparecidas No. 225/ 2001 diligenciado el 25 de sept iem bre de 2001
respect o a Laura Berenice Ram os Monárrez ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexo 11, folio
2609) , y com parecencia de Benit a Monárrez Salgado ant e un subagent e del Minist erio Público adscrit o a la
Fiscalía Especial en la I nv est igación de Hom icidios de Muj eres y Desaparición de Personas efect uada el 25 de
sept iem br e de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexos 12 y 14, folio 2611) .
171
I nform ación r eseñada en el part e inform at ivo em it ido por dos agent es de la Policía Minist erial
adscr it os a la Fiscalía Mixt a para la At ención de Hom icidios de Muj eres de Chihuahua el 28 de sept iem bre de
2007 ( expedient e de anexos a la contest ación de la dem anda, t om o XXXV, anexo 50, legaj o I I , t om o I V,
folio 12974) .
172
Cfr. declaración efect uada el 24 de oct ubre de 2001 por Juan Ant onio Mart ínez Jacobo ant e la
Fiscalía Especial para la I nv est igación de Hom icidios de Muj eres y Per sonas Desaparecidas ( expedient e de
anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexo 23, folio 2637) y Regist ro de Personas Desaparecidas No. 234/ 2001
diligenciado el 12 de oct ubr e de 2001 respect o a Claudia I vet t e González ( expedient e de anex os a la
dem anda, t om o VI I I , anexo 8, folio 2603) .
173
Cfr. Regist ro de Per sonas Desaparecidas No. 234/ 2001, supra not a 172; com parecencia de Mayela
Banda González ant e un subagent e del Minist erio Público adscrit o a la Fiscalía Especial en la I nvest igación de
Hom icidios de Muj eres y Personas Desaparecidas efect uada el 12 de oct ubre de 2001 ( expedient e de anex os
a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI I , anexo 50 legaj o I I , t om o I , folio 11102) , y declaración r endida
por la señora González en la audiencia pública celebrada ant e la Cort e I nt eram ericana el 28 de abril de
2009.
174
Com parecencia de I r m a Monr eal Jaim e ant e un agent e del Minist erio Público adscrit o a la Fiscalía
Especial en la I nvest igación de Hom icidios de Muj er es y Personas Desaparecidas el 30 de oct ubre de 2001
( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexo 29, folio 2653) .
175
Cfr. com parecencia de I r m a Monreal Jaim e, supra not a 174; Regist ro de Personas Desaparecidas
No. 241/ 2001 diligenciado el 30 de oct ubr e de 2001 respect o a Esm eralda Herrera Monreal ( expedient e de
anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexo 13, folio 2613) , y declaración rendida por la señora Monr eal en la
audiencia pública celebrada ant e la Cort e I nt eram er icana del 28 de abril de 2009.
50

2.2. Las prim eras 72 horas


169. Los alegat os de la Com isión y de los represent ant es en est e punt o present an
inconsist encias, ya que se refieren en unas inst ancias a que las aut oridades
m anifest aron a los fam iliares que debían esperar 72 horas respect o a una o dos
víct im as y en ot ras inst ancias señalan que fue respect o de las t res víct im as. Asim ism o,
algunos alegat os se refieren a que no se levant aba la denuncia ant es de t ranscurridas
las 72 horas y ot ros a que no se iniciaban invest igaciones hast a después de 72 horas.
170. El Est ado cont rovirt ió lo ant erior e indicó que “ est e señalam ient o [ no] est á
probado y es incorrect o” , t oda vez que se “ levant ó el report e de desaparición de las
j óvenes en el m om ent o en que sus fam iliares acudieron a denunciarlo” . Adem ás,
señaló de m anera general y sin m encionar fechas específicas que “ las aut oridades [ …]
ordenaron la búsqueda y localización inm ediat a de las m uj eres desaparecidas” ,
“ t om ando en cuent a la inform ación proporcionada por los fam iliares” .
171. La Cort e const at a que la j oven Ram os desapareció el 22 de sept iem bre de 2001
y, según lo alegado por la Com isión y los represent ant es el 25 de sept iem bre la m adre
int erpuso la denuncia ant e las aut oridades, lo cual no fue cont rovert ido por el Est ado.
Ese día se levant ó el inform e de desaparición.
172. La j oven González desapareció el 10 de oct ubre de 2001. Los represent ant es
alegaron que el 11 de oct ubre sus fam iliares y am igos cercanos fueron a int erponer la
denuncia 176 . La Com isión y el Est ado señalaron que el 12 de oct ubre se report ó la
desaparición. La fecha del regist ro de persona desaparecida es del 12 de oct ubre de
2001 177 .
173. La j oven Herrera desapareció el 29 de oct ubre de 2001. Al día siguient e se hizo
la denuncia 178 y el report e de desaparición t iene fecha de ese m ism o día 179 .
174. Salvo el caso de la m adre de la j oven González, no const a en el expedient e
prueba con relación a que los fam iliares hubieran acudido a las aut oridades ant es de la
fecha que se señala com o el día que se present ó la denuncia. Ni la Com isión ni los
represent ant es cont rovirt ieron la validez de los regist ros de desaparición aport ados por
el Est ado. Por t odo est o la Cort e concluye que el report e de desaparición fue em it ido el
m ism o día en que fue puest a la denuncia en los casos de las j óvenes Herrera y Ram os,
m ient ras que en el caso de la j oven González la Cort e no cuent a con suficient e prueba
para det erm inar si los fam iliares acudieron a las aut oridades por prim era vez el 11 o el
12 de oct ubre, pero en t odo caso no t ranscurrieron 72 horas desde el m om ent o en que
acudieron a las aut oridades hast a que se em it ió el report e de desaparición.
175. En cuant o a la alegada espera de 72 horas para iniciar las invest igaciones, el
Tribunal const at a que en los t res casos, el m ism o día en el que se hizo el “ Regist ro de
Personas Desaparecidas” 180 , el Program a de At ención a Víct im as de los Delit os dirigió

176
Cfr. com par ecencia de May ela Banda Gonzáles, supra not a 173, folio 2605.
177
Cfr. Regist ro de Personas Desaparecidas No. 234/ 2001, supra not a 172.
178
Cfr. t est im onio efect uado el 5 de abril de 2006 por I rm a Monreal Jaim e ant e la Fiscalía Mixt a para la
I nvest igación de Hom icidios de Muj eres ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o
XXVI I I , anexo 38, folio 9555) , y com par ecencia de I rm a Monreal Jaim e, supra not a 174.
179
Cfr. Regist ro de Personas Desaparecidas No. 241/ 2001, supra not a 175.
180
Regist ro de Personas Desaparecidas No. 225/ 2001, supra not a 170, folio 2609; Regist ro de
Personas Desaparecidas No. 234/ 2001, supra not a 172, y Regist ro de Personas Desapar ecidas No.
241/ 2001, supra not a 175.
51

un oficio al Jefe de la Policía Judicial 181 . Dichos oficios t enían por obj et o inform ar que
se puso en conocim ient o de esa oficina la desaparición de las t res víct im as, razón por
la cual se solicit aba al personal de dicha dependencia la práct ica de “ invest igaciones
t endient es a lograr el esclarecim ient o de los hechos” 182 .
176. Durant e la audiencia pública ant e la Cort e, las m adres de las t res víct im as
m anifest aron que en el prim er cont act o con las aut oridades se les m anifest ó que
debían t ranscurrir 72 horas para dar com o desaparecidas a sus hij as183 , lo cual fue
reit erado en ot ras declaraciones184 .
177. Según los represent ant es, la prueba de la dem ora en el inicio de las
invest igaciones se encuent ra en las “ Fichas 103- F” del inform e especial de la CNDH de
2003. Sin em bargo, dichas fichas no hacen alusión a que las aut oridades hayan hecho
una afirm ación en t al sent ido 185 .
178. Las declaraciones periciales confirm an que las m adres inform aron a su
psiquiat ra o psicóloga respect iva, sobre una supuest a negat iva del Est ado a iniciar una
posible averiguación ant es de las 72 horas186 . Adicionalm ent e, la t est igo Delgadillo
Pérez, refiriéndose a t odas las desapariciones del cam po algodonero, indicó que las
invest igaciones en “ [ v] arios de los expedient es no se iniciaron en el m om ent o en que
las fam ilias lo denunciaron, sino una vez que t ranscurrieron 72 horas” , señalando
específicam ent e el caso de la j oven Herrera y concluyendo que “ [ s] e perdieron las
prim eras horas que eran fundam ent ales para la búsqueda” 187 . En el m ism o sent ido la
perit a Jusidm an Rapoport indicó que, a la fecha, “ para las aut oridades es necesario
que t ranscurran 72 horas para iniciar la búsqueda de m uj eres report adas com o
desaparecidas” 188 . Est o t am bién fue indicado en el inform e del EAAF para el caso de la

181
Cfr. oficio No. 549/ 2001 em it ido el 25 de sept iem br e de 2001 por la Coordinadora del Program a de
At ención a Víct im as de los Delit os y Per sonas Desapar ecidas en relación con la desapar ición de Laura
Berenice Ram os Monárrez ( ex pedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXVI I I , anex os 20
y 90, folio 9420) ; oficio No. 589/ 2001 em it ido el 12 de oct ubre de 2001 por la Coordinadora del Program a de
At ención a Víct im as de los Delit os en relación con la desaparición de Claudia I vet t e González ( expedient e de
anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexo 10, folio 2607) , y oficio No. 634/ 01 em it ido el 30 de oct ubre de
2001 por el Program a de At ención a Víct im as de los Delit os en relación con la desaparición de Esm eralda
Herrera Monreal ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXVI I I , anexos 32 y 88, folio
9575) .
182
Oficios No. 549/ 2001, 589/ 01 y 634/ 01, supra not a 181.
183
Cfr. declaraciones rendidas por las señoras Monárrez, González y Monreal en la audiencia pública
celebrada ant e la Cort e I nt er am er icana el 28 de abril de 2009.
184
Cfr. com parecencia volunt aria de I r m a Monreal Jaim e ant e un Agent e del Minist erio Público de la
Federación Com isionado a la Agencia Mix t a de I nvest igaciones de Hom icidios de Muj er es efect uada el 20 de
oct ubr e de 2003 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXX, anexo 50, legaj o I ,
t om o I , folio 10578) ; docum ent o pr esent ado por Josefina González y la Red Ciudadana de No Violencia y
Dignidad Hum ana ant e la CI DH el 3 de sept iem br e de 2006 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I I ,
apéndice 5, vol. I , folio 131) , y docum ent o present ado por I rm a Monreal Jaim e y la Asociación Nacional de
Abogados Dem ocrát icos ant e la CI DH el 29 de j ulio de 2005 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I V,
apéndice 5 vol. I I I , folio 734) .
185
Cfr. CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folios 2192 a 2220.
186
Cfr. declaración rendida ant e fedat ario público por el per it o de la Peña Mart ínez el 21 de abril de
2009 ( expedient e de fondo, t om o XI , folio 3350) , y declaración rendida ant e fedat ario público por la perit a
Azaola Garr ido el 20 de abril de 2009 ( expedient e de fondo, t om o XI , folio 3369) .
187
Declaración rendida ant e fedat ario público por la t est igo Delgadillo Pérez el 21 de abril de 2009
( expedient e de fondo, t om o XI , folios 3481 y 3482) .
188
Declaración de la perit a Jusidm an Rapoport , supra not a 99, folio 3824.
52

j oven Herrera 189 . La Cort e not a que aunque est as declaraciones proporcionan indicios
sobre una supuest a dem ora de 72 horas para iniciar la búsqueda de personas
desaparecidas, los perit os no indicaron la fuent e de sus conclusiones a part ir de las
cuales sea posible valorar su afirm ación. Adem ás, las declaraciones de los perit os no
brindan fechas específicas, por lo cual la Cort e no puede concluir si, según ellos, la
espera de 72 horas exist ía en el año 2001.
179. Para resolver la cuest ión, la Cort e t iene en consideración que en est e aspect o la
carga de la prueba corresponde al Est ado, ya que ést e es el que sost iene que sus
aut oridades procedieron con las invest igaciones, lo cual es suscept ible de prueba.
Dist int a es la sit uación de la Com isión y los represent ant es, quienes alegan un hecho
negat ivo, es decir, la ausencia de invest igación en las prim eras 72 horas. Adem ás, se
t om a en cuent a que los m edios de prueba est án a disposición del Est ado, por lo que su
defensa no puede descansar sobre la im posibilidad de los dem andant es de allegar
pruebas que no pueden obt enerse sin su cooperación 190 .
180. Al respect o, la Cort e observa que la prueba rem it ida por el Est ado indica que en
las prim eras 72 horas únicam ent e se regist raron las desapariciones y los t est im onios
de quienes las int erpusieron, se em it ió un oficio del Program a de At ención a Víct im as
de los Delit os y se recibieron t est im onios de apenas t res personas, una en cada caso,
apart e de las declaraciones adopt adas al m om ent o de la present ación de denuncia 191 .
Es decir, m ás allá de diligencias rut inarias y form ales, el Est ado no present ó alegat os
ni prueba sobre acciones t om adas en el período referido para m ovilizar al aparat o
invest igador en la búsqueda real y efect iva de las víct im as.
181. Adem ás, la Cort e resalt a que el Est ado no present ó copia de la t ot alidad del
expedient e penal en est os casos, t al com o le fue solicit ado ( supra párr. 9) . Por t al
m ot ivo, el Tribunal cuent a con un m argen de discreción para dar por est ablecidos
ciert o t ipo de hechos según la ponderación que pueda efect uarse con el rest o del
acervo probat orio. Por est o la Cort e concluye que, aunque no se puede dar por
probado que efect ivam ent e las aut oridades le dij eron a las m adres de las víct im as que
t enían que esperar 72 horas luego de su desaparición para que em pezaran las
invest igaciones, el Est ado no ha dem ost rado qué gest iones concret as realizó y cóm o
buscó efect ivam ent e a las víct im as durant e el período m encionado.

2.3. Alegada falt a de búsqueda de las víct im as ant es del hallazgo de sus
rest os
182. La Com isión alegó que “ [ l] a act uación de las aut oridades est at ales frent e a [ las]
denuncias de desaparición se lim it ó a la realización de gest iones form ales y
189
Cfr. EAAF, dict am en en ant ropología y genét ica forense, Esm eralda Herr era Monr eal, 12 de j unio de
2006 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXX, anexo 50, legaj o I , t om o I , folio
10326) .
190
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Hondur as. Excepciones Pr elim inares, supra not a 29, párr. 135;
Caso Kawas Fernández Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 3 de abril de 2009. Serie
C No. 196, pár r. 95, y Caso Escher y ot ros Vs. Brasil, supra not a 46, párr. 127.
191
En el caso de la j ov en Ram os est á la declaración de su padre, Daniel Ram os Canales, de 28 de
sept iem br e de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexo 15, folio 2615) . En el caso de la
j oven González, una am iga de nom bre Juana González Flores acudió volunt ar iam ent e a rendir declar ación el
12 de oct ubr e de 2001 ant e un Subagent e del Minist er io Público adscrit o a la Fiscalía Especial para la
I nvest igación de Desaparición y Hom icidio de Muj eres, el m ism o día que se int erpuso la denuncia
( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI I , anexo 50, legaj o I I , t om o I , folios
11104 y 11105) . En el caso de la j oven Herrera, const a la declaración de Eduardo Chávez, quien acudió
volunt ariam ent e el 2 de nov iem bre de 2001 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o
XXX, anexo 50, legaj o I , t om o I , folios 10315 y 10316) .
53

adm inist rat ivas, sin m edidas concret as, t endient es a encont rar a la brevedad a las
víct im as, con vida” .
183. Los represent ant es señalaron que las t res m adres “ t uvieron que iniciar sus
propias acciones de búsqueda” ant e la “ falt a de acciones eficient es por part e de las
aut oridades” , com o pegar volant es en las calles, acudir a m edios de com unicación y
hacer rast reos.
184. El Est ado cont rovirt ió lo ant erior y señaló que las aut oridades “ ordenaron la
búsqueda y localización inm ediat a de las m uj eres desaparecidas” , “ t om ando en cuent a
la inform ación proporcionada por los fam iliares” . Asim ism o, alegó que realizó diversas
acciones para dar con el paradero de las víct im as.
185. Tal com o fue señalado, el día en el que se levant aron los regist ros de
desaparición de las víct im as fue solicit ado a la Policía Judicial que se adelant aran
invest igaciones. Sin em bargo, no fue aport ada alguna respuest a a t al solicit ud y el
Est ado no brindó det alles sobre el seguim ient o que se dio a la m ism a.
186. Por ot ra part e, aún cuando const e evidencia de que las aut oridades elaboraron
un cart el con inform ación respect o a la desaparición de cada una de las víct im as192 ,
dichos cart eles no indican la fecha en la que fueron em it idos y el Est ado no precisó en
qué m om ent o y cóm o los hizo circular. Según la m adre de la j oven Herrera, fue ella
“ quien se encargó de difundirlo y pegarlo en varios punt os de la Ciudad” 193 . La m adre
de la j oven González señaló que luego de int erponer la denuncia de desaparición,
com enzaron “ con rast reos y a poner fot os de ella com o volant es, [ …] y pregunt ando,
buscando en la Cruz Roj a, en los hospit ales” 194 , y la m adre de la j oven Ram os dij o que
ella buscó a su hij a en t odos los lugares “ habidos y por haber” 195 . Est o coincide con lo
declarado por la t est igo Delgadillo Pérez, quien señaló que “ [ s] on las fam ilias las que
ant e la desesperación y falt a de apoyo inst it ucional, se m ueven por la ciudad t rat ando
de encont rar a sus hij as” 196 .

192
Cfr. car t eles t it ulados “ ay údanos a encont rar a est a persona” , em it idos por el Gr upo Especial de
At ención a la Fam ilia Unidad Juárez de la Procuraduría General de Just icia del Est ado de Chihuahua
( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexos 30, 31 y 32, folios 2655, 2657 y 2659) .
193
Docum ent o pr esent ado por I rm a Monreal Jaim e y la Asociación Nacional de Abogados Dem ocrát icos
ant e la CI DH el 29 de j ulio de 2005 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I V, apéndice 5, vol. I I I , folio
756) ; com parecencia volunt aria de I rm a Monreal Jaim e de 20 de oct ubr e de 2003 ( expedient e de anexos a
la cont est ación de la dem anda, t om o XXX, anexo 50, legaj o I , t om o I , folios 10578) ; t arj et a inform at iva del
15 de oct ubre de 2003 ( expedient e de anex os a la cont est ación de la dem anda, t om o XXX, anexo 50, legaj o
I , t om o I , folios 10571 y 10572) ; t est im onio de I r m a Monreal Jaim e ant e un agent e del Minist er io Público de
la Fiscalía Mix t a para la At ención de Hom icidios de Muj eres efect uado el 5 de abril de 2006 ( expedient e de
anexos a la cont est ación a la dem anda, t om o XXX, anex o 50, legaj o I , t om o I , folios 10286 y 10287) , y
t est im onio de Benigno Herrr era Monreal ant e un agent e del Minist er io Público de la Fiscalía Mixt a para la
At ención de Hom icidios de Muj eres efect uado el 5 de abr il de 2006 ( expedient e de anex os a la cont est ación a
la dem anda, t om o XXX, anex o 50, legaj o I , t om o I , folio 10294) .
194
Declaración rendida por la señora González, supra not a 183. En el m ism o sent ido declaró la
herm ana de la j oven González m encionando acciones t om adas por la fam ilia ( Cfr. com parecencia de Mayela
Banda González, supra not a 173) .
195
Declaración rendida por la señora Monárrez, supra not a 183; com par ecencia de I v onne Ram os
Monárrez, supra not a 169, folio 2620; com parecencia volunt aria de Benit a Monárrez Salgado ant e un agent e
del Minist erio Público de la Federación adscrit a a la Subprocuradur ía de Cont rol Regional, Procedim ient os
Penales y Am paro efect uada el 20 de oct ubre de 2003 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XXXVI I , anexo 50, legaj o I I I , t om o I I , folio 13593) , y com parecencia de I vonne Ram os
Monárrez ant e un agent e del Minist er io Público de la Federación adscr it a a la Subpr ocuradur ía de Cont rol
Regional, Procedim ient os Penales y Am par o efect uada el 20 de oct ubr e de 2003 ( expedient e de anex os a la
cont est ación de la dem anda, t om o XXXVI I , anexo 50, legaj o I I I , t om o I I , folio 13600) .
196
Declaración de la t est igo Delgadillo Pérez, supra not a 187, folio 3523.
54

187. En relación con la j oven Ram os, las aut oridades recibieron, adem ás de la
declaración rendida cuando se denunció su desaparición 197 , declaraciones de dos
fam iliares198 y t res am igas de su escuela 199 . De est os t est im onios la Cort e observa que
se desprenden ciert os posibles indicios que pudieron haber ayudado en la búsqueda de
la j oven Ram os, com o por ej em plo, inform ación sobre un m uchacho con quien ella
hablaba frecuent em ent e por t eléfono 200 , lugares que frecuent aba 201 , sus planes para la
noche de su desaparición 202 , sobre un m uchacho que t rabaj aba con ella y ot ras
personas que pudiesen t ener inform ación, 203 así com o de un hom bre, con quien, según
lo declarado, la j oven Ram os no quería salir 204 .
188. Asim ism o, la m adre de la j oven Ram os declaró en el año 2003 sobre varias
llam adas que recibió en los días post eriores a la desaparición de su hij a, y que en una
de ellas “ logr[ ó] escuchar que [ su] hij a Laura discut ía con una persona” y que por est a
razón se t rasladó “ a la Procuraduría General de Just icia del Est ado para que rast rearan
la llam ada” y le dij eron que no la podían rast rear 205 . Adicionalm ent e, según la señora
Monárrez, no se llevaron a cabo diligencias de averiguación en la escuela donde
est udiaba su hij a, ot ras ent revist as a sus am igas y conocidos, o en algunos sit ios que
frecuent aba, con el propósit o de encont rarla 206 . Asim ism o, no se realizaron gest iones
en relación con las llam adas t elefónicas que la j oven Ram os había efect uado y recibido
en su celular 207 .
189. En relación con la j oven González, adem ás de la declaración rendida cuando se
denunció la desaparición 208 , se t om aron las declaraciones de cinco am igos209 , un

197
Cfr. com par ecencia de Benit a Monárrez Salgado, supra not a 170, folio 2611.
198
Cfr. com parecencia de Daniel Ram os Canales ant e un Subagent e del Minist er io Público adscrit o a la
Fiscalía Especial en la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres y Desaparición de Personas efect uada el 28 de
sept iem br e de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I I , anex o 15, folio 2615) , y
com par ecencia de Claudia I vonne Ram os Monárrez, supra not a 169, folios 2619 a 2621.
199
Cfr. com parecencia de Ana Cat alina Solís Gayt án ant e un subagent e del Minist er io Público adscrit o a
la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Desapar ición y Hom icidio de Muj er es efect uada el 1 de oct ubr e
de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexo 16, folio 2617) ; com parecencia de Diana
Am ér ica Corral Hernández ant e un subagent e del Minist erio Público adscrit o a la Fiscalía Especial en la
I nvest igación de Hom icidios de Muj er es y Desaparición de Per sonas efect uada el 1 de oct ubre de 2001
( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I I , anex o 18, folio 2623) , y com parecencia de Rocío I t xel
Núñez Acevedo, supra not a 169 ( folios 2625 a 2626) .
200
Cfr. com par ecencia de Ana Cat alina Solís Gayt án, supra not a 199.
201
Cfr. com par ecencia de Rocío I t xel Núñez Acevedo, supra not a 169, folio 2626.
202
Cfr. com par ecencia de Rocío I t xel Núñez Acevedo, supra not a 169, folio 2626.
203
Cfr. com parecencia de Claudia I vonne Ram os Monárr ez, supra not a 169, folios 2620 y 2621 y
com par ecencia de Rocío I t x el Núñez Acevedo, supra not a 169, folio 2626.
204
Cfr. com par ecencia de Diana Am ér ica Corral Hernández, supra not a 199.
205
Cfr. t arj et a inform at iva del 15 de oct ubre de 2003 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XXXVI I , anex o 50, legaj o I I I , t om o I I , folio 13580) .
206
Cfr. docum ent o present ado por Benit a Monárrez Salgado y la Red Ciudadana de No Violencia y
Dignidad Hum ana ant e la CI DH, supra not a 184, folio 294.
207
Cfr. com par ecencia de Rocío I t xel Núñez Acevedo, supra not a 169, folios 2625 y 2626.
208
Cfr. com par ecencia de May ela Banda González, supra not a 173.
209
Cfr. com parecencia de Juana González Flor es, supra not a 191; com parecencia de Ana I sabel Suárez
Valenciana ant e un agent e del Minist er io Público adscr it o a la Fiscalía Especial para la I nvest igación de
Desaparición de Personas y Hom icidio de Muj eres efect uada el 16 de oct ubre de 2001 ( expedient e de anexos
a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI I , anexo 50, legaj o I I , t om o I , folios 11106 a 11108) ;
com par ecencia de Aide Navar ret e Gar cía ant e un agent e del Minist erio Público adscrit o a la Fiscalía Especial
para la I nvest igación de Desaparición de Personas y Hom icidio de Muj eres efect uada el 16 de oct ubre de
55

com pañero de t rabaj o en la m aquiladora 210 , su ex parej a sent im ent al 211 y dos j efes de
seguridad de la em presa 212 . De est os t est im onios se desprenden ciert os posibles
indicios que pudieran haber ayudado en la búsqueda de la j oven González, com o por
ej em plo, inform ación sobre un m uchacho con quien ella salía 213 , sobre una parej a que
al parecer la observaba m ucho cada vez que pasaba 214 y un m uchacho de la m aquila
que la m olest aba 215 .
190. Por ot ra part e, la Com isión alegó que se había com unicado a las aut oridades
que dos sem anas ant es de su desaparición la j oven González había sido host igada por
dos policías. Si bien es ciert o que la prueba present ada por la Com isión corresponde a
una not a de prensa em it ida en 2005 - donde la m adre de la j oven González no precisa
el m om ent o en que inform ó de dichos hechos a las aut oridades- y que las dem ás
declaraciones al respect o fueron efect uadas en 2007 y 2009 216 , el Est ado no
cont rovirt ió ni los hechos ni la fecha en la que se alega fueron inform adas las
aut oridades. Adem ás, no present ó la t ot alidad del expedient e penal. Por est a razón, el
Tribunal da por est ablecido que se com unicó dicha inform ación a las aut oridades ant es
del 6 de noviem bre de 2001, es decir, ant es del hallazgo de su cuerpo 217 . No se
2001 ( expedient e de anexos a la contest ación de la dem anda, t om o XXXI I , anexo 50, legaj o I I , t om o I ,
folios 11109 a 11111) ; com parecencia de Arm ando Velazco Fernández ant e un agent e del Minist er io Público
adscr it o a la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Desaparición de Personas y Hom icidio de Muj eres
efect uada el 19 de oct ubre de 2001 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI I ,
anexo 50, legaj o I I , t om o I , folios 11112 y 11113) , y com parecencia de Verónica Her nández Est rada ant e un
agent e del Minist erio Público adscr it o a la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Desaparición de Personas
y Hom icidio de Muj eres efect uada el 19 de oct ubr e de 2001 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XXXI I , anexo 50, legaj o I I , t om o I , folios 11114 a 11115) .
210
Cfr. com parecencia de Efrén Pérez Maese ant e un agent e del Minist er io Público adscr it o a la Fiscalía
Especial para la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres y Personas Desaparecidas efect uada el 24 de
oct ubr e de 2001 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI I , anexo 50, legaj o I I ,
t om o I , folio 11116) .
211
Cfr. com parecencia de Víct or Hugo Hernández Bonilla ant e un agent e del Minist erio Público adscrit o
a la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Hom icidios de Muj er es y Personas Desaparecidas efect uada el
25 de oct ubr e de 2001 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI I , anexo 50,
legaj o I I , t om o I , folios 11119 a 11120) .
212
Cfr. com parecencia de Juan Ant onio Mar t ínez Jacobo ant e un agent e del Minist er io Público adscr it o a
la Fiscalía Especial para la I nv est igación de Hom icidios de Muj eres y Per sonas Desaparecidas efect uada el 24
de oct ubre de 2001 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI I , anexo 50, legaj o
I I , t om o I , folios 11117 a 11118) y com parecencia de Jesús Moisés Cuellar Juárez ant e un agent e del
Minist er io Público adscr it o a la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Hom icidios de Muj er es y Per sonas
Desaparecidas efect uada el 25 de oct ubre de 2001 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda,
t om o XXXI I , anexo 50, legaj o I I , t om o I , folio 11121) .
213
Cfr. com parecencia de May ela Banda González, supra not a 173; com par ecencia de Juana González
Flores, supra not a 191; com parecencia de Ana I sabel Suárez Valenciana, supra not a 209, folios 11106 y
11107; com parecencia de Aide Navarr et e García, supra not a 209, folio 11110, y com parecencia de Arm ando
Velazco Fernández, supra not a 209, folio 11113.
214
Cfr. com par ecencia de Juana González Flores, supra not a 191, folio 11105.
215
Cfr. com par ecencia de Ana I sabel Suárez Valenciana, supra not a 209, folio 11107.
216
Cfr. not a de pr ensa t it ulada “ I m punes cr ím enes de las ocho m uj eres” , publicada en el diario “ Nort e”
el 6 de nov iem bre de 2005 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I I , anexo 7, folio 2329) ; part e
inform at ivo, supra not a 171; t est im onio r endido por I r m a Josefina González ant e un agent e del Minist er io
Público adscrit o a la Fiscalía Mix t a para la I nv est igación de Hom icidios de Muj eres en Ciudad Juárez
efect uado el 12 de febrero de 2009 ( expedient e de anexos a los alegat os finales escrit os del Est ado, t om o
XLVI I I , anexo 4, folios 17193 y 17194) , y t est im onio rendido por Ana I sabel Suárez Valenciana ant e un
agent e del Minist er io Público adscrit o a la Fiscalía para la At ención de Hom icidios de Muj er es en Ciudad
Juárez efect uado el 25 de febrero de 2009 ( expedient e de anexos a los alegat os finales escr it os del Est ado,
t om o XLVI I I , anexo 4, folio 17197) .
217
En sim ilar sent ido ver ECHR. Case of Pukhigova v. Russia, Judgm ent of 2 July 2009, paras. 75 and
84.
56

desprende del expedient e que los invest igadores hayan adelant ado línea de
invest igación en t orno a dicha inform ación, con el propósit o de encont rar a la j oven
González con vida.
191. Una declarant e señaló que un m uchacho le dij o a ella y a la herm ana de la
j oven González que “ él se había dado cuent a, no dij o cóm o, que Claudia I vet t e est aba
desaparecid[ a] ” 218 . Tam poco const a que el Est ado haya señalado alguna invest igación
respect o a est e indicio.
192. Según la Com isión, ent re el report e de la desaparición de la j oven González y el
hallazgo de sus rest os el único cont act o de las aut oridades con la fam ilia de ést a
fueron dos llam adas efect uadas por la Fiscalía Especial, en las que se indagó si t enían
novedades. El Est ado no cont rovirt ió lo ant erior ni present ó prueba en cont rario.
193. En el caso de la j oven Herrera, según el Est ado, la m adre inform ó ant e un
agent e de la policía que su hij a conocía a un j oven que t rabaj aba en una im prent a y
que “ le insist ía en que fuera a com er con él” y que dicho j oven no había ido a t rabaj ar
el día en que desapareció la víct im a. Las aut oridades post eriorm ent e recibieron la
declaración de est e j oven, quien reconoció haber saludado a la j oven Herrera, pero
negó haberla invit ado a com er 219 . No const a en el expedient e que el Est ado haya
adelant ado alguna ot ra gest ión encam inada a encont rar con vida a la j oven Herrera.
194. A pesar de que el Est ado alegó haber em pezado la búsqueda de las víct im as de
inm ediat o, según lo que const a en el expedient e, lo único que se hizo ant es del
hallazgo de los rest os fue elaborar los regist ros de desaparición, los cart eles de
búsqueda, la t om a de declaraciones y el envío del oficio a la Policía Judicial. No const a
en el expedient e que las aut oridades hayan hecho circular los cart eles de búsqueda ni
que efect uaran una indagación m ás profunda sobre hechos razonablem ent e relevant es
que se derivaban de las m ás de 20 declaraciones t om adas220 .
195. Adem ás, la Cort e considera que es posible enm arcar est os hechos dent ro de un
cont ext o general docum ent ado en el expedient e. En efect o, en enero de 2006 la
Relat ora de Naciones Unidas sobre Violencia cont ra la Muj er indicó que “ [ a] l parecer, la
policía m unicipal de Ciudad Juárez no em prende acciones de búsqueda ni adopt a
ninguna ot ra m edida prevent iva por sist em a en el m om ent o de recibir una denuncia de
desaparición de una m uj er. I nexplicablem ent e, la policía suele esperar a que se
confirm e la com isión de un delit o” 221 .

218
Test im onio rendido por Ana I sabel Suárez Valenciana, supr a not a 209.
219
Cfr. com parecencia de Eduardo Chávez Marín ant e un agent e del Minist er io Público adscr it o a la
Fiscalía Especial en la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres y de Desaparición de Per sonas efect uada el 2
de noviem br e de 2001 ( expedient e de anex os a la cont est ación de la dem anda, t om o XXX, anexo 50, legaj o
I , t om o I , folios 10315 a 10316) .
220
No obst ant e, la Cort e observ a que ex ist e una declaración de un agent e policial señalando diver sas
declaraciones t om adas, incluyendo algunas t om adas en la m aquila donde t rabaj aba la j oven González y la
escuela donde est udiaba la j oven Ram os ( Cfr. t est im onio de José Miram ont es Caro efect uado el 14 de abril
de 2009 ant e un Agent e del Minist er io Público, expedient e de anexos a los alegat os finales escr it os del
est ado, t om o XLVI I I , anexo 4, folios 17221 y 17222) .
221
I nform e de la Relat ora Especial sobre la v iolencia cont ra la m uj er , supra not a 64, folio 2018.
57

2.4. Alegados est ereot ipos proyect ados por los funcionarios hacia los
fam iliares de las víct im as
196. La Com isión alegó que “ cuando se denunció cada desaparición, los fam iliares
recibieron com ent arios por part e de agent es est at ales sobre la conduct a de sus hij as
que consideran influenciaron la inacción est at al post erior” .
197. Los represent ant es señalaron que “ las aut oridades m inim izaban los hechos o
desacredit aban” las denuncias de los fam iliares de las víct im as “ baj o el pret ext o de que
eran m uchachit as que ‘andaban con el novio’ o ‘andaban de voladas’” .
198. La m adre de la j oven Herrera declaró que, al int erponer la denuncia, las
aut oridades le dij eron que su hij a “ no est á desaparecida, anda con el novio o anda con
los am igos de vaga” 222 , “ que si le pasaba eso era porque ella se lo buscaba, porque
una niña buena, una m uj er buena, est á en su casa” 223 .
199. La m adre de la j oven González indicó que cuando acudieron a present ar el
report e de desaparición, un funcionario habría dicho a una am iga de su hij a que
“ seguro se había ido con el novio, porque las m uchachas eran m uy ‘voladas’ y se les
avent aban a los hom bres” 224 . La m adre t am bién señaló que cuando fueron a poner la
denuncia le dij eron que “ a lo m ej or se fue con el novio, que a lo m ej or al rat o
regresaba” 225 .
200. Por su part e, la m adre de la j oven Ram os indicó que los agent es policiales le
dij eron que ella t enía que buscar a su hij a porque “ t odas las niñas que se pierden,
t odas [ …] se van con el novio o quieren vivir su vida solas” 226 . Agregó que en una
ocasión solicit ó a los agent es policiales para que la acom pañaran a un salón de baile a
buscar a su hij a y que ellos le habrían dicho “ no señora, es m uy t arde, nosot ros ya
t enem os que ir a descansar y ust ed espere el m om ent o en que le t oque para buscar a
Laura” , y palm eando su espalda habrían m anifest ado: “ vaya ust ed para que se relaj e,
t óm ese unas heladas a nuest ra salud, porque nosot ros no podem os acom pañarla” 227 .
201. El Est ado no cont rovirt ió est as declaraciones de las m adres de las víct im as.
202. De ot ra part e, el t est im onio de la señora Delgadillo Pérez, respect o al
desem peño de las aut oridades en el present e caso, indica que “ [ s] e det erm ina[ ba] la
responsabilidad o no de la víct im a, de acuerdo al rol social que a j uicio del invest igador
t enía en la sociedad. Est o quiere decir que si la m uj er asesinada le gust aba divert irse,
salir a bailar, t enía am igos y una vida social, es considerada en part e, com o
responsable por lo que sucedió” 228 . Según la t est igo “ [ e] n ese ent onces la aut oridad

222
Cfr. declaración rendida por la señora Monreal, supra not a 183. Ver t am bién la m anifest ación de
I rm a Monreal Jaim e en la pet ición pr esent ada ant e la Com isión I nt eram er icana el 6 de m arzo de 2002
( expedient e de anexos a la dem anda t om o XXVI I , anexo 42, folio 9802) . En el m ism o sent ido, el her m ano de
la víct im a declaró que las aut oridades decían no poder hacer nada “ por que seguram ent e se había ido con el
novio” ( Cfr . declaración de la perit o Azaola Garrido, supra not a 186, folio 3369) .
223
Cfr. declaración de la señora Monreal Jaim e, supra not a 183.
224
Cfr. com unicación present ada por Josefina González ant e la Com isión I nt eram er icana en sept iem br e
de 2006 ( escr it o de anexos a la dem anda, t om o I I , apéndice 5 volum en I , folio 141) .
225
Cfr. declaración de la señora González, supr a not a183.
226
Cfr. declaración de la señora Monárrez, supr a not a 183.
227
Cfr. declaración de la señor a Monárrez, supra not a 183 y t arj et a inform at iva em it ida por el
Com andant e de la Agencia Federal de I nvest igación inform ando de la ent r evist a sost enida con la señor a
Benit a Monárr ez Salgado el 15 de oct ubre de 2003 ( expedient e de anex os a la cont est ación de la dem anda,
t om o XXXVI I , anexo 50, legaj o I I I t om o I I , folio 13579) .
228
Cfr. declaración de la t est igo Delgadillo Pér ez, supra not a 187, folio 3481.
58

est igm at izaba a las víct im as de desaparición por el hecho de ser m uj eres” , siendo el
pret ext o que “ andaban con el novio” o “ andaban de locas” , “ [ s] e llegó t am bién a culpar
a las m adres por perm it ir que sus hij as anduvieran solas o que salieran por la
noche” 229 .
203. La Cort e resalt a que el t est im onio de la señora Delgadillo Pérez, así com o las
declaraciones de las m adres y fam iliares de las víct im as, concuerdan con el cont ext o
descrit o por diversas inst ancias nacionales e int ernacionales, en el cual funcionarios y
aut oridades “ m inim izaban el problem a” y denot aban “ ausencia de int erés y vocación
por at ender y rem ediar una problem át ica social grave” ( supra párr. 154) .
204. Los represent ant es relacionan los com ent arios efect uados por los funcionarios
que at endieron los casos con una polít ica que, al m om ent o de los hechos, dist inguiría
ent re “ desapariciones de alt o riesgo” y ot ras que no lo eran.
205. Am nist ía I nt ernacional señaló que “ en el año 2001 la PGJECH había puest o en
práct ica el crit erio de ‘desapariciones de alt o riesgo’, basado únicam ent e en el
com port am ient o de la víct im a. Si la m uj er desaparecida era una persona con una
rut ina est able, ést a podría ser candidat a para est e t ipo de búsqueda. Est e crit erio
result ó alt am ent e discrim inat orio y poco funcional ya que para el año 2003, solo exist ía
un caso de desaparición considerado com o de alt o riesgo” 230 .
206. En sim ilar sent ido la CNDH en el 2003 indicó que “ [ l] a Procuraduría del est ado
adopt ó hace t res años el crit erio de desapariciones de ‘alt o riesgo’, basado en que la
j oven ant es de desaparecer t enía una rut ina est able o [ no] había m anifest ado su
volunt ad de abandonar a su fam ilia” 231 . Asim ism o, el CEDAW en el 2003 crit icó la
clasificación ent re las consideradas de “ alt o riesgo” y las que no lo son 232 .
207. De ot ra part e, la Cort e const at a que el form at o en el que los fam iliares
denunciaban la desaparición requería inform ación sobre las “ preferencias sexuales” de
las víct im as233 .
208. El Tribunal considera que en el present e caso, los com ent arios efect uados por
funcionarios en el sent ido de que las víct im as se habrían ido con su novio o que
t endrían una vida reprochable y la ut ilización de pregunt as en t orno a la preferencia
sexual de las víct im as const it uyen est ereot ipos. De ot ra part e, t ant o las act it udes
com o las declaraciones de los funcionarios dem uest ran que exist ía, por lo m enos,
indiferencia hacia los fam iliares de las víct im as y sus denuncias.

2.5. Hallazgo de los cuerpos


209. El 6 de noviem bre de 2001 se encont raron los cuerpos de t res m uj eres en un
cam po algodonero 234 . Est as t res m uj eres fueron post eriorm ent e ident ificadas com o las
229
Cfr. declaración de la t est igo Delgadillo Pér ez, supra not a 187, folios 3494 y 3495.
230
Según un inform e de Am nist ía I nt ernacional, para m arzo de 2003, del t ot al de 69 desapariciones
vigent es sólo un caso en Ciudad Juár ez era considerado para las aut oridades com o de “ alt o riesgo” . Se
t rat aba de una j oven de 18 años desapar ecida desde el 10 de m ayo de 2002 ( Cfr. Am nist ía I nt ernacional,
Muer t es I nt olerables, supra not a 64, folio 2274) . Cabe not ar que según la CNDH, de un oficio de 18 de j unio
de 2003 se desprendía “ que los casos de [ cinco personas] se t iene considerados com o de ‘alt o riesgo’”
( CNDH, I nfor m e especial, supra not a 66, folio 2204) .
231
CNDH, I nform e especial, supra not a 66, folio 2174.
232
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1950.
233
Regist ro de Personas Desaparecidas No. 225/ 2001, supra not a 170, folio 2609; Regist ro de
Personas Desaparecidas No. 234/ 2001, supra not a 172, folio 2603, y Regist ro de Per sona Desaparecida No.
241/ 2001, supra not a 175, folio 2613.
59

j óvenes Ram os, González y Herrera. El 7 de noviem bre de 2001, en un lugar cercano
dent ro del m ism o cam po algodonero, fueron encont rados los cuerpos de ot ras cinco
m uj eres235 , quienes no son consideradas presunt as víct im as en el present e caso, por
los m ot ivos expuest os en la Resolución del Tribunal de 19 de enero de 2009 236 .
210. La Com isión y los represent ant es m anifest aron que los cuerpos de las j óvenes
Herrera, González y Ram os fueron obj et o de un part icular ensañam ient o por part e de
los perpet radores de los hom icidios. Los represent ant es añadieron que “ [ l] a form a en
que fueron encont rados los cuerpos [ de las t res víct im as] sugiere que fueron violadas
y abusadas con ext rem a crueldad” .
211. El Est ado alegó que el cert ificado de aut opsia concluyó que “ los fenóm enos
cadavéricos iniciales ya no eran apreciables en [ los] cuerpo[ s] por el t ranscurso del
t iem po y por la acción am bient al sobre [ los] m ism o[ s] ( cont ract ura m uscular post -
m ort em y livideces cadavéricas) , lo que im plicaba que el grado de descom posición era
t an elevado que inhibía cient íficam ent e un análisis porm enorizado y, por lo t ant o, el
est ablecim ient o de la causa de m uert e” . México enfat izó que el “ est ado de
descom posición de los cuerpos ( cuest ión de orden nat ural [ que] no [ le es] at ribuible” )
im pidió “ det erm inar la causa de la m uert e” . Asim ism o, señaló que la “ prim era acción
de la Procuraduría General de Just icia fue det erm inar la nat uraleza de las m uert es,
t om ando en consideración las condiciones en que fueron encont rados los cuerpos” .
212. De la prueba aport ada se desprende que el 6 de noviem bre de 2001, día en que
fueron encont rados los cadáveres de las t res presunt as víct im as, se dict ó act a de

234
Cfr. act as de levant am ient o de cadáv er de los cuerpos no ident ificados No. 188/ 2001, 189/ 2001 y
190/ 2001 em it idas por el Depart am ent o de Servicios Periciales de la Pr ocuradur ía General de Just icia del
Est ado de Chihuahua el 6 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 35,
36 y 37, folios 2672 a 2675, 2677 a 2679 y 2681 a 2683) .
235
Cfr. fe prej udicial de ev idencia em it ida por un agent e del Minist er io Público adscrit o a la Fiscalía
Especial para la I nv est igación de Hom icidios de Muj eres en el Expedient e de Averiguación Prev ia
27913/ 01/ 1501 el 8 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos al escrit o de solicit udes y argum ent os,
t om o XI V, anexo 3, folios 4778 a 4783) .
236
En dicha Resolución la Cor t e señaló, int er alia:
40. Que [ …] la Com isión em it ió los inform es de adm isibilidad sólo respect o de [ …] t res v íct im as
y sus fam iliar es. [ …]
41. Que con post erioridad a la adopción de los inform es de adm isibilidad, en la et apa de fondo,
los r epresent ant es hicieron solicit udes a la Com isión para que ést a se pronunciara sobre posibles
violaciones a los derechos de las ot ras presunt as víct im as halladas en el cam po algodonero. En
part icular, solicit aron a la Com isión que t ram it ara m ot u proprio dichos casos y los acum ulara a los
casos que ya se encont raban en desarrollo, o que, suplet or iam ent e, se considerara a la ANAD com o
pet icionar ia por las nuevas pr esunt as víct im as.
[ …]
44. Que [ …] la Com isión no se pronunció en ningún m om ent o sobre las solicit udes de los
pet icionarios [ …] . La Cort e observa que los represent ant es únicam ent e conocieron la posición de la
Com isión t res años después, cuando la Cort e requirió a ést a inform ación sobre el punt o.
[ …]
46. Que t eniendo en cuent a que respect o de las nuevas presunt as víct im as alegadas por los
represent ant es no se cum plieron con t odas las et apas procesales necesarias que per m it ieran a la
Com isión int egrarlas a su I nform e de fondo, la Cort e debe rechazar la solicit ud de incluir a María de
los Ángeles Acost a Ram írez, Guadalupe Luna de la Rosa, Mayra Juliana Rey es Solís, Verónica
Mart ínez Hernández, Bárbar a Aracely Mart ínez Ram os, María Rocina Galicia Meraz, Merlín Elizabet h
Rodríguez Sáenz y a la m uj er que perm anece com o fem enina no ident ificada 195/ 01, así com o a los
señor es Víct or Javier García Ram ír ez, Gust av o González Meza y Edgar Álv arez Cruz com o presunt as
víct im as en el present e caso. [ …]
60

levant am ient o de los cuerpos237 y fe m inist erial de lugar y de cadáveres238 , y adem ás


se les pract icó las correspondient es aut opsias, cuyos cert ificados se expidieron el 9 de
noviem bre de ese m ism o año 239 . De est os docum ent os const a la siguient e inform ación:
a) respect o de Esm eralda Herrera Monreal, vest ía blusa desgarrada 240 en el
lado superior derecho y brassier, am bas prendas levant adas por encim a de
la región pect oral, así com o calcet ines blancos desgarrados. El est ado de
conservación del cuerpo era incom plet o, encont rándose en una posición
decúbit o dorsal, con su ext rem idad cefálica en dirección al orient e, sus
ext rem idades inferiores en dirección opuest a y flexionadas, m ient ras que
sus ext rem idades superiores se encont raban unidas ent re sí en la región
lum bar, con un cordón negro el cual daba dos vuelt as en cada m uñeca, con
dos nudos en la m uñeca derecha y t res en la m ano izquierda. El cordón
rodeaba el cuerpo en su t ot alidad por la región abdom inal. Al ret irarse el
cordón se apreciaron m arcas equim ót icas alrededor de las m uñecas. La piel
present aba coloración de violácea a negruzca. El cráneo y el cuello se
present aron descarnados, así com o la región clavicular derecha, hom bro
derecho, t ercio superior de brazo derecho y la región pect oral derecha. El
cráneo present aba algunos cabellos adheridos. Ausencia de región m am aria
derecha. Ausencia parcial de part es del pezón de la región m am aria
izquierda. Am bas m anos present aban desprendim ient o de la piel a est e nivel
en form a de guant e. El cadáver present aba fauna cadavérica. Baj o el
cráneo, sobre el piso de t ierra, se encont ró una m ancha roj iza. Se est ableció
causa de la m uert e indet erm inada y el t iem po de la m uert e de 8 a 12 días;
b) en cuant o a Claudia I vet t e González, vest ía blusa blanca de t irant es y
brassier de color claro. Su est ado de conservación era incom plet o. Se
encont raba en una posición decúbit o lat eral derecho, con la ext rem idad
cefálica apunt ando hacia el orient e, de las ext rem idades superiores la
derecha por debaj o del t órax y la izquierda sem i flexionada y separada del
cuerpo. La ext rem idad inferior derecha ext endida y hacia el lado opuest o de
la ext rem idad cefálica y la izquierda flexionada a la alt ura del pliegue de la
rodilla. Presencia de veget ación propia del lugar. Cráneo descarnado con
escasa presencia de cuero cabelludo. Ausencia de t ej ido en cuello y t órax.
Se est ablece causa de la m uert e indet erm inada y el t iem po de la m uert e de
4 a 5 sem anas, y
c) en relación con el cuerpo de Laura Berenice Ram os Monárrez, vest ía blusa
blanca de t irant es de cuello en V y brassier color negro colocados am bos por
encim a de la región m am aria y se observaba en el pezón derecho herida
plana de 5 m m que cercenó la punt a del m ism o. El est ado de conservación

237
Cfr. act as de levant am ient o de cadáver , supra not a 234, folios 2672 a 2683.
238
Cfr. fe m inist erial de lugar y de cadáveres em it ida por un agent e del Minist erio Público de
Chihuahua y dos t est igos de asist encia el 6 de noviem bre de 2001 ( ex pedient e de anexos a la dem anda,
t om o I X, anex o 33, folios 2661 a 2667) .
239
Cfr. cert ificados de aut opsia de los cuer pos no ident ificados 188/ 2001, 189/ 2001 y 190/ 2001
em it idos por un Médico Legist a de la Oficina Técnica de Servicios Per iciales de la Procur aduría de Chihuahua,
el 9 de nov iem bre de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexos 40, 41 y 42, folios 2696,
2697, 2699, 2700, 2702 y 2703) .
240
La fe m inist erial de lugar y de cadáveres señala lo siguient e: “ blusa a rayas de colores blanco, rosa
y roj o la cual se encuent ra desgarrada de su par t e superior derecha” ( Cfr . fe m inist er ial de lugar y de
cadáveres, supra not a 238, folio 2662) . Por su par t e, el cert ificado de aut opsia se r efiere a “ blusa roj a con
blanco y anaraj anda desgarrada que le falt a part e del lado derecho” ( Cfr. cert ificado de aut opsia del cuerpo
no ident ificado 188/ 2001, supra not a 239, folio 2696) .
61

del cuerpo era incom plet o. Se encont raba en posición decúbit o dorsal con la
ext rem idad cefálica apunt ando hacia el sur, las ext rem idades inferiores en
dirección cont raria y las superiores ext endidas por encim a de la ext rem idad
cefálica. Present aba acart onam ient o en la piel. El cráneo descarnado en su
part e post erior. Cabello escaso con cort es irregulares. Se encont raba
cubiert o de veget ación propia del lugar. Se est ablece causa de la m uert e
indet erm inada y el t iem po de la m uert e de 4 a 6 sem anas241 .
213. El 2 de febrero de 2002 los perit os de cam po que realizaron el levant am ient o de
los cadáveres en noviem bre de 2001 em it ieron un dict am en crim inalíst ico 242 en el que
indicaron, int er alia, que “ es posible est ablecer que la[ s] agresi[ ones] fueron
perpet radas en el lugar del levant am ient o” . Agregaron que pese a que no fue posible
m ediant e aut opsia de ley det erm inar que hubo violación sexual, “ debido a las
condiciones de sem i desnudez en las que se [ …] encont ra[ ron] , es posible est ablecer
con alt o grado de probabilidad que se t rat a de [ …] crím en[ es] de índole sexual” .
214. Específicam ent e, respect o de la j oven Herrera, concluyeron que “ [ p] or el grado
de dificult ad que se apreciaba en el am arre que present aba [ …] de la cint ura a sus
ext rem idades superiores, [ era] posible est ablecer que [ …] llegó m aniat ada al lugar de
los hechos” ; que en relación a la ausencia de t ej ido blando desde el t órax hast a la
ext rem idad cefálica era “ posible est ablecer que [ …] present aba alguna lesión en dichas
regiones, que le causar[ on] la m uert e” , y que era “ fact ible suponer que la causa del
deceso fuera por est rangulam ient o” .
215. En cuant o a la j oven Ram os, los perit os concluyeron que en base a los
hem at om as que se apreciaron en diferent es t ej idos óseos era “ posible est ablecer que
[ …] fue severam ent e golpeada ant es de su deceso” .
216. En relación con dict am enes crim inalíst icos realizados por perit os de cam po, el 9
de j ulio de 2003 el Direct or de Medicina Forense hizo de conocim ient o del Juzgado
Sépt im o Penal que “ un perit o en crim inalíst ica de cam po no se encuent ra capacit ado
para det erm inar cuest iones est rict am ent e m édicas, com o lo es det erm inar la causa de
la m uert e de cada uno de los cadáveres que se m encionan en las diferent es foj as del
expedient e [ …] , así com o t am poco es posible que [ …] det erm ine la dat a est im ada del
fallecim ient o de cada uno, est o corresponde al área de m edicina legal” 243 .
217. En la resolución de la Sala Cuart a del Tribunal de Chihuahua em it ida el 14 de
j ulio de 2005 se est ableció, en referencia al dict am en crim inalíst ico ( supra párr. 213) ,
que los “ perit os hablan de probabilidad y ést as no son m ás que suposiciones,
conj et uras, las que por su caráct er de índole subj et ivo [ …] no son, en est e caso,
m edios adecuados para llegar a la verdad hist órica y legal de los verdaderos
acont ecim ient os” 244 .

241
Se hace not ar que en el act a de levant am ient o del cadáv er se est ablece t iem po de m uert e de 3 a 4
sem anas ( Cfr. act a de levant am ient o de cadáver del cuer po no ident ificado No. 190/ 2001, supra not a 234,
folio 2681) . Por su part e, en el cert ificado de aut opsia se det er m ina un t iem po de m uer t e de 4 a 6 sem anas.
( Cfr. cert ificado de aut opsia del cuerpo no ident ificado 190/ 2001, supra not a 239, folio 2703) .
242
Cfr. dict am en de crim inalíst ica em it ido por perit os oficiales de la Procuraduría General del est ado de
Chihuahua en las áreas de cr im inalíst ica de cam po, fot ogr afía forense y excavación for ense el 2 de febrero
de 2002 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 62, folios 2914 a 2920) .
243
Cfr. m anifest ación efect uada por el Direct or de la Dirección de Serv icios Periciales y Medicina
Forense de la Procuradur ía General de Just icia y consignada en un acuerdo fir m ado por el Juez Sépt im o
Penal del Dist r it o Judicial Mor elos el 9 de j ulio de 2003 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo
74, folios 2982 a 2983) .
244
Cfr. sent encia de 14 de j ulio de 2005 em it ida por la Cuart a Sala Penal del Suprem o Tribunal de
Just icia del Est ado de Chihuahua ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o X, anexo 83, folios 3422 a
3500) .
62

218. El 18 de noviem bre de 2005 el Equipo Argent ino de Ant ropología Forense
( EAAF) realizó una segunda aut opsia de los rest os de la j oven Herrera 245 . Dicho equipo
est ableció que la aut opsia realizada el 6 de noviem bre de 2001 ( supra párr. 212) no
t uvo en cuent a los principios generales en los que debe basarse una correct a necropsia
m édico legal, por lo que “ [ a] l carecer de est as norm as no se arriba a los obj et ivos de
una aut opsia m édico legal [ …] . I nclusive en algún punt o de su redacción lleva a [ …]
confusión [ y c] arece de la profundidad necesaria para realizar un diagnóst ico diferido
al no ser com plet a la necropsia y carecer de est udios com plem ent arios” . El EAAF
concluyó que “ [ d] e la lect ura de [ la] aut opsia no se pueden sacar conclusiones válidas,
dad[ a] la pobre descripción de los exám enes int erno y ext erno, los cuales, hubiesen
perm it ido est ablecer una hipót esis fundada de la causa de la m uert e” . Respect o de la
j oven Ram os, la fam ilia sólo cont aba con una clavícula, ya que habían incinerado los
dem ás rest os, por lo que la ent regaron al EAAF para que confirm aran su ident idad 246 .
Los rest os de la j oven González no fueron incluidos en los casos a reexam inar por el
EAAF ant e la negat iva de los fam iliares247 .
219. A pesar de las deficiencias en las prim eras et apas de las invest igaciones,
especialm ent e en el procedim ient o para la realización de las aut opsias - a las que el
Tribunal se referirá en det alle m ás adelant e- es posible concluir que Esm eralda Herrera
Monreal, al est ar m aniat ada en la espalda, desnuda en la part e inferior del cuerpo, con
la cam iset a y brassier por encim a de la zona pect oral, sin región m am aria derecha y
con daños en part es del pezón izquierdo ( supra párr. 212) , sufrió un ensañam ient o t al
que le debió causar severos sufrim ient os físicos y psíquicos en form a previa a su
m uert e.
220. En cuant o a Laura Berenice Ram os Monárrez y Claudia I vet t e González, no es
posible para est e Tribunal, por las señaladas deficiencias en las prim eras et apas de las
invest igaciones, diferenciar cient íficam ent e cuáles signos fueron causados por agresión
y cuáles por el paso del t iem po. Por ello, la Cort e debe t ener en consideración los
diversos fact ores que se dieron respect o a la desaparición de las víct im as. En concret o,
que el t rat o sufrido durant e el t iem po que perm anecieron secuest radas ant es de su
m uert e con t oda probabilidad les causó, al m enos, un sufrim ient o psicológico agudo, y
que m uy posiblem ent e los hechos acaecidos ant es de su m uert e, al igual que en el
caso de la Esm eralda Herrera Monreal, t uvieron un m óvil sexual, pues las j óvenes
fueron encont radas sem i desnudas en la part e inferior del cuerpo y Laura Berenice
Ram os Monárrez con la blusa y el brassier levant adas por encim a de los senos ( supra
párr. 212) . Lo ant erior se une al hecho de que en Ciudad Juárez, al m om ent o de la
desaparición de las víct im as, exist ían num erosos casos análogos al present e en los que
las m uj eres present aban signos de “ violencia sexual” ( supra párrs. 116 y 117) .
221. Las t res víct im as est uvieron privadas de su libert ad ant es de su m uert e. Por las
deficiencias en los cert ificados de aut opsia, el Tribunal no puede det erm inar con
cert eza cuant o t iem po duró su secuest ro.

245
Cfr. reaut opsia de Esm eralda Herrera Monr eal efect uada por Luis Alber t o Bosio el 18 de noviem bre
de 2005 ( expedient e de fondo, t om o VI I , folio 2481) .
246
Cfr. com par ecencia de Benit a Monárrez Salgado ant e un agent e del Minist erio Público de Chihuahua
el 24 de j ulio de 2006 ( expedient e de fondo, t om o VI I , folio 2718) .
247
Cfr. dict am en en ant ropología y genét ica forense, em it ido por el Equipo Argent ino de Ant ropología
Forense respect o a Esm eralda Herrera Monreal el 12 de j unio de 2006 ( expedient e de anexos a la
cont est ación de la dem anda, t om o XXX, anexo 50, legaj o I , t om o I , folio 10341) .
63

3. La viole n cia con t r a la m u j e r e n e l pr e se n t e ca so


222. La Com isión y los represent ant es se refirieron a lo vivido por las j óvenes
González, Ram os y Herrera com o “ violencia cont ra la m uj er” . Los represent ant es
alegaron que “ los asesinat os del present e caso coinciden en su infinit a crueldad, y son
crím enes de odio cont ra est as niñas y m uj eres j uarenses, crím enes m isóginos
acunados en una enorm e t olerancia - e im pulso social y est at al- a la violencia genérica
cont ra las m uj eres” .
223. El Est ado reconoció “ [ l] a sit uación de violencia cont ra la m uj er en Ciudad Juárez
[ …] com o un problem a que debe com bat irse en form a int egral” .
224. Ant es de analizar la posible responsabilidad int ernacional del Est ado en est e
caso, la Cort e considera pert inent e est ablecer si la violencia que sufrieron las t res
víct im as const it uye violencia cont ra la m uj er según la Convención Am ericana y la
Convención Belém do Pará.
225. En el caso Penal Cast ro Cast ro vs. Perú, la Cort e se refirió a algunos alcances
del art ículo 5 de la Convención Am ericana en cuant o a los aspect os específicos de
violencia cont ra la m uj er, considerando com o referencia de int erpret ación las
disposiciones pert inent es de la Convención Belém do Pará y la Convención sobre
Elim inación de t odas las Form as de Discrim inación cont ra la Muj er, ya que est os
inst rum ent os com plem ent an el corpus j uris int ernacional en m at eria de prot ección de
la int egridad personal de las m uj eres, del cual form a part e la Convención
Am ericana 248 .
226. La Convención Belém do Pará define la violencia cont ra la m uj er com o
“ cualquier acción o conduct a, basada en su género, que cause m uert e, daño o
sufrim ient o físico, sexual o psicológico a la m uj er, t ant o en el ám bit o público com o en
el privado” 249 .
227. Est a Cort e ha est ablecido “ que no t oda violación de un derecho hum ano
com et ida en perj uicio de una m uj er conlleva necesariam ent e una violación de las
disposiciones de la Convención de Belém do Pará” 250 .
228. En el present e caso, la Cort e t om a not a, en prim er lugar, del reconocim ient o del
Est ado con respect o a la sit uación de violencia cont ra la m uj er en Ciudad Juárez ( supra
párr. 222) , así com o su señalam ient o con respect o a que los hom icidios de m uj eres en
Ciudad Juárez “ se encuent ran influenciados por una cult ura de discrim inación cont ra la
m uj er” ( supra párr. 129) .
229. En segundo lugar, el Tribunal observa lo est ablecido supra ( párr. 133) en
cuant o a que los inform es de la Relat oría de la CI DH, del CEDAW y de Am nist ía
I nt ernacional, ent re ot ros, señalan que m uchos de los hom icidios de m uj eres en
Ciudad Juárez son m anifest aciones de violencia basada en género.
230. En t ercer lugar, las t res víct im as de est e caso eran m uj eres j óvenes, de escasos
recursos, t rabaj adoras o est udiant es, com o m uchas de las víct im as de los hom icidios
en Ciudad Juárez ( supra párr. 123) . Las m ism as fueron hechas desaparecer y sus
cuerpos aparecieron en un cam po algodonero. Se ha t enido com o probado que
sufrieron graves agresiones físicas y m uy probablem ent e violencia sexual de algún t ipo
ant es de su m uert e.

248
Cfr. Caso del Penal Miguel Cast ro Cast ro Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 25
de noviem br e de 2006. Serie C No. 160, párr. 276.
249
Art ículo 1 de la Convención Belém do Pará.
250
Caso Perozo y ot ros Vs. Venezuela, supra not a 22, párr. 295.
64

231. Todo est o lleva a la Cort e a concluir que las j óvenes González, Ram os y Herrera
fueron víct im as de violencia cont ra la m uj er según la Convención Am ericana y la
Convención Belém do Pará. Por los m ism os m ot ivos, el Tribunal considera que los
hom icidios de las víct im as fueron por razones de género y est án enm arcados dent ro de
un reconocido cont ext o de violencia cont ra la m uj er en Ciudad Juárez. Corresponde
ahora analizar si la violencia perpet rada cont ra las víct im as, que t erm inó con sus vidas,
es at ribuible al Est ado.

4. D e be r de r e spe t o, ga r a n t ía y n o discr im in a ción de los de r e ch os


con sa gr a dos e n los a r t ícu los 4 , 5 y 7 de la Con ve n ción Am e r ica n a
y a cce so a la j u st icia con for m e a los a r t ícu los 8 y 2 5 de la m ism a
232. La Com isión I nt eram ericana no alegó la violación de los art ículos 5 y 7 de la
Convención en perj uicio de las víct im as. Teniendo est o en cuent a, la Cort e reit era que
las presunt as víct im as y sus represent ant es pueden invocar la violación de ot ros
derechos dist int os a los ya com prendidos en la dem anda, en t ant o son ellos t it ulares
de t odos los derechos consagrados en la Convención, m ient ras ello se at enga a los
hechos ya cont enidos en la dem anda 251 , la que const it uye el m arco fáct ico del
proceso 252 . Por ot ra part e, el m om ent o para que las presunt as víct im as o sus
represent ant es ej erzan plenam ent e aquel derecho de locus st andi in j udicio es el
escrit o de solicit udes, argum ent os y pruebas253 .
233. En el present e caso, los alegat os de los represent ant es relat ivos a la supuest a
violación de los art ículos 5 y 7 de la Convención fueron som et idos al Tribunal en su
escrit o de solicit udes y argum ent os y se basan en hechos cont em plados en la dem anda
de la Com isión. Por ello, la Cort e los analizará.
234. El Tribunal ha est ablecido que, de acuerdo con el art ículo 1.1 de la Convención,
los Est ados est án obligados a respet ar y garant izar los derechos hum anos reconocidos
en ella. La responsabilidad int ernacional del Est ado se funda en act os u om isiones de
cualquier poder u órgano de ést e, independient em ent e de su j erarquía, que violen la
Convención Am ericana 254 .
235. En cuant o al deber de respet o, la Cort e ha sost enido que la prim era obligación
asum ida por los Est ados Part es, en los t érm inos del cit ado art ículo, es la de " respet ar
los derechos y libert ades" reconocidos en la Convención. Así, en la prot ección de los
derechos hum anos, est á necesariam ent e com prendida la noción de la rest ricción al
ej ercicio del poder est at al 255 .

251
Cfr. Caso “ Cinco Pensionist as” Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 28 de febrero
de 2003. Serie C No. 98, párr . 155; Caso Kawas Fernández Vs. Honduras, supra not a 190, párr. 127, y Caso
Escher y ot ros Vs. Brasil, supr a not a 46, párr . 191.
252
Cfr. Caso de la “ Masacre de Mapiripán” Vs. Colom bia. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de
15 de sept iem bre de 2005. Serie C No. 134, párr. 59; Caso Escher y ot ros Vs. Brasil, supra not a 46, párr.
63, y Caso Gar ibaldi Vs. Brasil. Excepciones Prelim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 23 de
sept iem br e de 2009. Serie C No. 203, párr. 59.
253
Cfr. Caso de la “ Masacre de Mapir ipán” Vs. Colom bia, supr a not a 252, párr. 56; Caso Perozo y ot ros
Vs. Venezuela, supra not a 22, párr. 33, y Caso Rev erón Tr uj illo Vs. Venezuela, supra not a 47, párr. 135.
254
Cfr. Caso Cant oral Huam aní y García Sant a Cruz Vs. Perú. Excepción Prelim inar, Fondo,
Reparaciones y Cost as. Sent encia de 10 de j ulio de 2007. Serie C No. 167, párr 79 y Caso Kawas Fer nández
Vs. Honduras, supra not a 190, párrs. 72 y 73.
255
Cfr. La expresión " leyes" en el ar t ículo 30 de la Convención Am ericana sobre Derechos Hum anos,
Opinión Consult iva OC- 6/ 86 del 9 de m ayo de 1986. Serie A No. 6, párr . 21.
65

236. Sobre la obligación de garant ía la Cort e ha est ablecido que puede ser cum plida
de diferent es m aneras, en función del derecho específico que el Est ado deba garant izar
y de las part iculares necesidades de prot ección 256 . Est a obligación im plica el deber de
los Est ados de organizar t odo el aparat o gubernam ent al y, en general, t odas las
est ruct uras a t ravés de las cuales se m anifiest a el ej ercicio del poder público, de
m anera t al que sean capaces de asegurar j urídicam ent e el libre y pleno ej ercicio de los
derechos hum anos257 . Com o part e de dicha obligación, el Est ado est á en el deber
j urídico de “ prevenir, razonablem ent e, las violaciones de los derechos hum anos, de
invest igar seriam ent e con los m edios a su alcance las violaciones que se hayan
com et ido dent ro del ám bit o de su j urisdicción a fin de ident ificar a los responsables, de
im ponerles las sanciones pert inent es y de asegurar a la víct im a una adecuada
reparación” 258 . Lo decisivo es dilucidar “ si una det erm inada violación [ …] ha t enido
lugar con el apoyo o la t olerancia del poder público o si ést e ha act uado de m anera que
la t rasgresión se haya cum plido en defect o de t oda prevención o im punem ent e” 259 .
237. Corresponde ent onces al Tribunal verificar si México cum plió con sus
obligaciones de respet ar y garant izar los derechos a la vida, la int egridad personal y a
la libert ad personal de las j óvenes González, Ram os y Herrera.

4.1. Deber de respet o


238. La Com isión alegó que “ en el present e caso [ …] t odavía no se sabe si los
asesinos son part iculares o agent es est at ales, dado que los t res casos siguen en la
im punidad” .
239. Según los represent ant es, “ de acuerdo con lo que se desprende de los
t est im onios, en los casos de Laura Berenice y Claudia I vet t e las m adres habían
señalado algún t ipo de relación ent re agent es del Est ado y la desaparición de sus
hij as” . En part icular, señalaron que la señora Monárrez t est ificó en el 2003 que al
m om ent o de los hechos su hij a t enía relación con un policía j udicial, pero que el Est ado
no lo llam ó a declarar hast a el 2007.
240. De ot ra part e, los represent ant es señalaron que “ [ s] i bien no t enem os
elem ent os de prueba direct os, a lo largo del present e escrit o hem os m anifest ado
algunas circunst ancias que el Est ado no ha logrado aclarar” y que m ant ienen el caso
en la im punidad. Según los represent ant es, dicha im punidad “ lleva a plant ear dos
hipót esis en cuant o a los aut ores m at eriales de la desaparición, t ort ura y asesinat o de
Esm eralda, Laura y Claudia: a) Los aut ores eran agent es de la aut oridad o b) Eran
part iculares organizados prot egidos desde el Est ado” .
241. El Est ado negó que hubiera responsabilidad de agent es del Est ado en los
hom icidios de las víct im as.

256
Cfr. Caso de la “ Masacr e de Mapiripán” Vs. Colom bia, supra not a 252, párrs. 111 y 113; Caso
Perozo Vs. Venezuela, supra not a 22, párr. 298, y Caso Anzualdo Cast ro Vs. Perú, supr a not a 30, párr . 62
257
Cfr. Caso Velásquez Rodr íguez Vs. Hondur as, Fondo. Sent encia de 29 de j ulio de 1988. Ser ie C No.
4, párr. 166; Caso Kawas Fernández Vs. Honduras, supra not a 190, párr. 137, y Caso Anzualdo Cast ro Vs.
Perú, supra not a 30, párr. 62
258
Caso Velásquez Rodr íguez Vs. Honduras. Fondo, supra not a 257, párr. 174 y Caso Anzualdo Cast r o
Vs. Perú, supr a not a 30, párr . 62
259
Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, supra not a 257, párr. 173; Caso Godínez Cruz Vs.
Honduras. Fondo. Sent encia de 20 de enero de 1989. Serie C No. 5, párr . 182, y Caso Gangaram Panday Vs.
Surinam . Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 21 de enero de 1994. Serie C No. 16, párr. 62.
66

242. Tant o la Com isión com o los represent ant es hacen alusión a la posible
part icipación de agent es est at ales sin proporcionar prueba al respect o, m ás allá de la
declaración de la señora Monárrez260 . El hecho de que la im punidad en el present e caso
im pida conocer si los perpet radores son agent es est at ales o part iculares act uando con
su apoyo y t olerancia, no puede llevar a est e Tribunal a presum ir que sí lo fueron y
condenar aut om át icam ent e al Est ado por el incum plim ient o del deber de respet o. Por
t ant o, no se puede at ribuir al Est ado responsabilidad int ernacional por violaciones a los
derechos sust ant ivos consagrados en los art ículos 4, 5 y 7 de la Convención
Am ericana.

4.2. Deber de garant ía


243. La Cort e reit era que no bast a que los Est ados se abst engan de violar los
derechos, sino que es im perat iva la adopción de m edidas posit ivas, det erm inables en
función de las part iculares necesidades de prot ección del suj et o de derecho, ya sea por
su condición personal o por la sit uación específica en que se encuent re261 .
244. Los derechos a la vida y a la int egridad personal revist en un caráct er esencial
en la Convención. De conform idad con el art ículo 27.2 del referido t rat ado, esos
derechos form an part e del núcleo inderogable, pues no pueden ser suspendidos en
casos de guerra, peligro público u ot ras am enazas.
245. Asim ism o, el Tribunal ha est ablecido que el derecho a la vida j uega un papel
fundam ent al en la Convención Am ericana, por ser el presupuest o esencial para el
ej ercicio de los dem ás derechos. Los Est ados t ienen la obligación de garant izar la
creación de las condiciones que se requieran para que no se produzcan violaciones de
ese derecho inalienable y, en part icular, el deber de im pedir que sus agent es at ent en
cont ra él. La observancia del art ículo 4, relacionado con el art ículo 1.1 de la
Convención Am ericana, no sólo presupone que ninguna persona sea privada de su vida
arbit rariam ent e ( obligación negat iva) , sino que adem ás requiere que los Est ados
adopt en t odas las m edidas apropiadas para prot eger y preservar el derecho a la vida
( obligación posit iva) 262 , conform e al deber de garant izar el pleno y libre ej ercicio de los
derechos de t odas las personas baj o su j urisdicción 263 .
246. Respect o de la obligación de garant izar el derecho reconocido en el art ículo 5 de
la Convención Am ericana, ést a im plica el deber del Est ado de prevenir e invest igar
posibles act os de t ort ura u ot ros t rat os crueles, inhum anos o degradant es. Al respect o,
el Tribunal ha señalado que
a la luz de la obligación general de garant izar a t oda persona baj o su j urisdicción los
derechos hum anos consagrados en la Conv ención, est ablecida en el art ículo 1.1 de la m ism a,
en conj unt o con el derecho a la int egr idad personal conform e al ar t ículo 5 ( Derecho a la

260
Cfr. t est im onio rendido ant e fedat ar io público por la señora Monárrez Salgado el 23 de j ulio de 2006
( expedient e de anexos a la cont est ación a la dem anda, t om o XXXVI , anexo 50 legaj o 2 t om o I , folio 13082) .
261
Cfr. Caso Baldeón García Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 6 de abril de 2006.
Serie C No. 147, párr. 81; Caso Com unidad I ndígena Sawhoyam axa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y
Cost as. Sent encia de 29 de m arzo de 2006. Serie C No. 146, párr. 154; y Caso de la Masacre de Pueblo
Bello Vs. Colom bia. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 31 de enero de 2006. Serie C No. 140, párr .
111.
262
Cfr. Caso de los “ Niños de la Calle” ( Villagrán Morales y ot ros) Vs. Guat em ala, supra not a 31, párr.
144; Caso del Penal Cast ro Cast ro Vs. Perú, supra not a 248, párr. 237, y Caso Vargas Areco Vs. Paraguay.
Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 26 de sept iem bre de 2006. Serie C No. 155, párr. 75.
263
Cfr. Caso de la Masacre de Pueblo Bello Vs. Colom bia, supra not a 261, párr. 120; Caso del Penal
Cast ro Cast ro Vs. Perú, supra not a 248, párr. 237, y Caso Vargas Areco Vs. Paraguay, supra not a 262, párr .
75.
67

I nt egridad Per sonal) de dicho t rat ado, exist e la obligación est at al de iniciar de oficio e
inm ediat am ent e una invest igación efect iva que per m it a ident ificar, j uzgar y sancionar a los
responsables, cuando ex ist e denuncia o razón fundada para creer que se ha com et ido un
act o de t ort ura 264 .

247. En lo que se refiere al art ículo 7.1 de la Convención, est a Cort e ha sost enido
que ést e consagra en t érm inos generales el derecho a la libert ad y seguridad y que los
dem ás num erales del art ículo 7 reconocen diversas garant ías que deben darse a la
hora de privar a alguien de su libert ad. De ahí se explica que la form a en que la
legislación int erna afect a al derecho a la libert ad es caract eríst icam ent e negat iva,
cuando perm it e que se prive o rest rinj a la libert ad. Siendo, por ello, la libert ad siem pre
la regla y la lim it ación o rest ricción siem pre la excepción 265 . Consecuent em ent e, el
Est ado debe prevenir que la libert ad de los individuos se vea m enoscabada por la
act uación de agent es est at ales y t erceros part iculares, así com o invest igar y sancionar
los act os violat orios de est e derecho.
248. Corresponde ahora al Tribunal analizar si el Est ado previno adecuadam ent e la
desaparición, vej ám enes y m uert e sufridas por las t res víct im as y si invest igó las
m ism as con debida diligencia. En ot ras palabras, si cum plió con el deber de garant ía de
los art ículos 4, 5 y 7 de la Convención Am ericana, conform e al art ículo 1.1 de la m ism a
y al art ículo 7 de la Convención Belém do Pará, que com plem ent a el corpus j uris
int ernacional en m at eria de prevención y sanción de la violencia cont ra la m uj er 266 , y si
perm it ió un acceso a la j ust icia a los fam iliares de las t res víct im as, conform e lo
est ipulan los art ículos 8.1 y 25.1 de la Convención Am ericana, en relación con los
art ículos 1.1 y 2 de la m ism a.

4.2.1. Deber de prevención de los derechos a la libert ad personal,


int egridad personal y vida de las víct im as
249. La Com isión alegó que el Est ado “ no adopt ó m edidas razonables para prot eger
la vida y prevenir los asesinat os” de las víct im as “ aunque t enía conocim ient o del riesgo
inm inent e que corrían de ser asesinadas por haber sido report adas com o
desaparecidas a la fecha de los hechos” . En sim ilar sent ido, señaló que la inform ación
aport ada por el Est ado durant e el t rám it e ant e ella “ no indica que se im plem ent aron
norm as y práct icas orient adas a garant izar una orden de búsqueda inm ediat a ant e las
denuncias de desaparición, o que exist ieran disposiciones sancionadoras ant e una
deficient e respuest a de funcionarios est at ales frent e a las m ism as” .
250. Los represent ant es señalaron que “ las aut oridades m exicanas al m om ent o de
que ocurrieron las desapariciones de las víct im as t enían conocim ient o de que exist ía un
riesgo real e inm ediat o para la vida de est as” , “ [ d] ebido a que, los casos aquí
expuest os form an part e del pat rón de violencia cont ra m uj eres y niñas, y el Est ado no
t om ó las m edidas necesarias con la debida diligencia para evit arlo” .
251. El Est ado alegó que “ ha cum plido con sus obligaciones de prevención,
invest igación y sanción en cada uno de los casos” .
252. La Cort e ha est ablecido que el deber de prevención abarca t odas aquellas
m edidas de caráct er j urídico, polít ico, adm inist rat ivo y cult ural que prom uevan la
264
Caso del Penal Miguel Cast ro Cast ro Vs. Perú, supra not a 248, párr. 345; Caso Vargas Areco Vs.
Paraguay, supra not a 262, párr. 79 y Caso Bueno Alves Vs. Argent ina. Fondo, Reparaciones y Cost as.
Sent encia de 11 de m ayo de 2007. Serie C No. 164, párr. 89.
265
Caso Chaparro Álvarez y Lapo Í ñiguez. Vs. Ecuador. Excepción Prelim inar, Fondo, Reparaciones y
Cost as. Sent encia de 21 de noviem bre de 2007. Serie C No. 170, párr. 53.
266
Cfr. Caso del Penal Miguel Cast ro Cast ro Vs. Perú, supra not a 248, párr. 276.
68

salvaguarda de los derechos hum anos y que aseguren que las event uales violaciones a
los m ism os sean efect ivam ent e consideradas y t rat adas com o un hecho ilícit o que,
com o t al, es suscept ible de acarrear sanciones para quien las com et a, así com o la
obligación de indem nizar a las víct im as por sus consecuencias perj udiciales. Es claro, a
su vez, que la obligación de prevenir es de m edio o com port am ient o y no se
dem uest ra su incum plim ient o por el m ero hecho de que un derecho haya sido
violado 267 .
253. La Convención Belém do Pará define la violencia cont ra la m uj er ( supra párr.
226) y en su art ículo 7.b obliga a los Est ados Part es a ut ilizar la debida diligencia para
prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia.
254. Desde 1992 el CEDAW est ableció que “ los Est ados t am bién pueden ser
responsables de act os privados si no adopt an m edidas con la diligencia debida para
im pedir la violación de los derechos o para invest igar y cast igar los act os de violencia e
indem nizar a las víct im as” 268 . En 1993 la Declaración sobre la elim inación de la
violencia cont ra la m uj er de la Asam blea General de las Naciones Unidas inst ó a los
Est ados a “ [ p] roceder con la debida diligencia a fin de prevenir, invest igar y, conform e
a la legislación nacional, cast igar t odo act o de violencia cont ra la m uj er, ya se t rat e de
act os perpet rados por el Est ado o por part iculares” 269 y lo m ism o hizo la Plat aform a de
Acción de la Conferencia Mundial sobre la Muj er de Beij ing 270 . En el 2006 la Relat ora
Especial sobre violencia cont ra la m uj er de la ONU señaló que “ [ t ] om ando com o base
la práct ica y la opinio j uris [ …] se puede concluir que hay una norm a del derecho
int ernacional consuet udinario que obliga a los Est ados a prevenir y responder con la
debida diligencia a los act os de violencia cont ra la m uj er” 271 .
255. En el caso Maria Da Penha Vs. Brasil ( 2000) , present ado por una víct im a de
violencia dom ést ica, la Com isión I nt eram ericana aplicó por prim era vez la Convención
Belém do Pará y decidió que el Est ado había m enoscabado su obligación de ej ercer la
debida diligencia para prevenir, sancionar y erradicar la violencia dom ést ica, al no
condenar y sancionar al vict im ario durant e quince años pese a las reclam aciones
oport unam ent e efect uadas272 . La Com isión concluyó que dado que la violación form a
part e de un “ pat rón general de negligencia y falt a de efect ividad del Est ado” , no sólo
se violaba la obligación de procesar y condenar, sino t am bién la de prevenir est as
práct icas degradant es273 .

267
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Hondur as. Fondo, supra not a 257, párr. 166; Caso Perozo y
ot ros Vs. Venezuela, supra not a 22, párr. 149, y Caso Anzualdo Cast ro Vs. Perú, supra not a 30, párr. 63.
268
Cfr. CEDAW, Recom endación general 19: La Violencia cont ra la Muj er, 11° período de sesiones,
1992, U.N. Doc. HRI \ GEN\ 1\ Rev .1 at 84 ( 1994) , párr. 9.
269
Cfr. Naciones Unidas, Declar ación sobre la elim inación de la violencia cont ra la m uj er . Resolución de
la Asam blea General 48/ 104 del 20 de diciem bre de 1993. A/ RES/ 48/ 104, 23 de febr ero de 1994, art ículo
4.c.
270
Naciones Unidas, I nfor m e de la Cuart a Conferencia Mundial sobre la Muj er, Beij ing, 4 al 15 de
sept iem br e de 1995, Declar ación y Plat aform a de Acción de Beij ing aprobada en la 16° sesión plenaria
celebrada el 15 de sept iem br e de 1995. A/ CONF.177/ 20/ Rev.1, página 54, párr. 124 b.
271
I nform e de la Relat ora Especial sobre violencia cont ra la m uj er, supra not a 64.
272
CI DH, Caso 12.051, I nform e No. 54/ 01, Maria Da Penha Maia Fernandes vs. Brasil, I nform e Anual,
2000, OEA/ Ser .L/ V.I I .111 Doc.20 rev. ( 2000) .
273
CI DH, Maria Da Penha Maia Fernandes vs. Brasil, supra not a 272, párr. 56. En el m ism o sent ido se
han pronunciado el CEDAW. Así, en el caso A.T. Vs. Hungría ( 2005) , det erm inó que el Est ado no había
cum plido las obligaciones est ablecidas en la Convención para pr evenir la violencia cont ra la v íct im a y
prot eger la. En part icular, señaló que “ preocupa especialm ent e que no se haya prom ulgado legislación
específica que com bat a la violencia dom ést ica y el acoso sexual, y la inexist encia de órdenes j udiciales de
am paro o de abandono del hogar, o de albergues para la prot ección inm ediat a de las m uj eres víct im as de
69

256. De ot ra part e, la Relat oría Especial sobre la violencia cont ra la m uj er de la ONU


ha proporcionado direct rices sobre qué m edidas deben t om ar los Est ados para cum plir
con sus obligaciones int ernacionales de debida diligencia en cuant o a prevención, a
saber: rat ificación de los inst rum ent os int ernacionales de derechos hum anos; garant ías
const it ucionales sobre la igualdad de la m uj er; exist encia de leyes nacionales y
sanciones adm inist rat ivas que proporcionen reparación adecuada a las m uj eres
víct im as de la violencia; polít icas o planes de acción que se ocupen de la cuest ión de la
violencia cont ra la m uj er; sensibilización del sist em a de j ust icia penal y la policía en
cuant o a cuest iones de género, accesibilidad y disponibilidad de servicios de apoyo;
exist encia de m edidas para aum ent ar la sensibilización y m odificar las polít icas
discrim inat orias en la esfera de la educación y en los m edios de inform ación, y reunión
de dat os y elaboración de est adíst icas sobre la violencia cont ra la m uj er 274 .
257. Asim ism o, según un I nform e del Secret ario General de la ONU:
Es una buena práct ica hacer que el ent orno físico sea seguro para las m uj eres, y se han
ut ilizado com unit arias audit orías de segur idad para det ect ar los lugares peligrosos, exam inar
los t em ores de las m uj eres y solicit ar a las m uj eres sus recom endaciones para m ej orar su
segur idad. La prevención de la violencia cont ra la m uj er debe ser un elem ent o explícit o en la
planificación urbana y rural y en el diseño de los edificios y residencias. For m a part e de la
labor de prev ención el m ej oram ient o de la seguridad del t ransport e público y los cam inos
que em plean las m uj eres, por ej em plo hacia las escuelas e inst it uciones educacionales, los
275
pozos, los cam pos y las fábr icas .

258. De t odo lo ant erior, se desprende que los Est ados deben adopt ar m edidas
int egrales para cum plir con la debida diligencia en casos de violencia cont ra las
m uj eres. En part icular, deben cont ar con un adecuado m arco j urídico de prot ección,
con una aplicación efect iva del m ism o y con polít icas de prevención y práct icas que
perm it an act uar de una m anera eficaz ant e las denuncias. La est rat egia de prevención
debe ser int egral, es decir, debe prevenir los fact ores de riesgo y a la vez fort alecer las
inst it uciones para que puedan proporcionar una respuest a efect iva a los casos de
violencia cont ra la m uj er. Asim ism o, los Est ados deben adopt ar m edidas prevent ivas
en casos específicos en los que es evident e que det erm inadas m uj eres y niñas pueden
ser víct im as de violencia. Todo est o debe t om ar en cuent a que en casos de violencia
cont ra la m uj er, los Est ados t ienen, adem ás de las obligaciones genéricas cont enidas
en la Convención Am ericana, una obligación reforzada a part ir de la Convención Belém
do Pará. La Cort e pasará ahora a analizar las m edidas adopt adas por el Est ado hast a la
fecha de los hechos del present e caso para cum plir con su deber de prevención.
259. El Est ado alegó que “ a part ir del cont ext o de violencia en Ciudad Juárez
reconocido por las aut oridades gubernam ent ales, se t om aron y se siguen adopt ando,
t odas las m edidas que se consideraron necesarias para evit ar que los hechos de
violencia cont ra las m uj eres se repit ieran” . Asim ism o, señaló que ha quedado
dem ost rado “ el fort alecim ient o de la capacidad y de la infraest ruct ura inst it ucional
orient adas a que las invest igaciones en los casos de violencia cont ra las m uj eres sean

violencia dom ést ica” ( Cfr. CEDAW, Com unicación No. 2/ 2003, Sra. A. T. Vs. Hungría, 32° período de
sesiones, 26 de enero de 2005 párr. 9.3) . En sim ilar sent ido, en el caso Yildirim Vs. Aust r ia, en el cual la
víct im a fue asesinada por su esposo, el CEDAW encont ró que el Est ado había falt ado a su deber de debida
diligencia por no haberlo det enido ( Cfr. CEDAW, Com unicación No. 6/ 2005, Fat m a Yildirim Vs. Aust r ia, 39°
período de sesiones, 23 de j ulio a 10 de agost o de 2007, párr. 12.1.4 y 12.1.5) .
274
Cfr. Naciones Unidas, La violencia cont ra la m uj er en la fam ilia: I nform e de la Sra. Radhika
Coom araswam y, Relat ora Especial sobre la violencia cont ra la m uj er, con inclusión de sus causas y
consecuencias, present ado de conform idad con la resolución 1995/ 85 de la Com isión de Derechos Hum anos,
UN Doc. E/ CN.4/ 1999/ 68, 10 de m arzo de 1999, párr. 25.
275
Naciones Unidas, Asam blea General, Est udio a fondo sobre t odas las form as de v iolencia cont ra la
m uj er . I nform e del Secr et ar io General, Sex agésim o prim er período de sesiones, A/ 61/ 122/ Add.1, 6 de j ulio
de 2006, párr. 352.
70

efect ivas y represent en un seguim ient o j udicial consist ent e” , así com o “ los am plios
program as orient ados a erradicar pat rones sociocult urales discrim inat orios en cont ra
de la m uj er, com o polít icas int egrales de prevención, program as de at ención a víct im as
del delit o, part icipación ciudadana, y capacit ación de funcionarios públicos” .
260. La Com isión señaló que exist ía una “ ausencia de m edidas est at ales efect ivas
ant e la desaparición y post erior m uert e de las víct im as” y que “ para la época en que
ocurrieron los hechos, el Est ado no había adopt ado las polít icas ni las m edidas
necesarias para garant izar la efect iva prevención, invest igación, y sanción de hechos
violent os cont ra las m uj eres” .
261. Los represent ant es alegaron de m anera general que “ ninguna de las pocas
acciones adopt adas por las aut oridades desde 1993 hast a 2001 y los recursos
económ icos dest inados pueden considerarse com o m edidas efect ivas para prevenir la
violencia cont ra las m uj eres y las niñas” .
262. De la prueba allegada al Tribunal se desprende, en prim er lugar, que México
creó la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres en Ciudad
Juárez de la Procuraduría de Just icia de Chihuahua ( en adelant e la “ FEI HM” ) en
1998 276 , com o respuest a a la Recom endación No. 44/ 98 de la CNDH277 . Según el
Est ado, dicha Fiscalía fue creada com o “ una prim era respuest a al fenóm eno de
violencia cont ra las m uj eres en Ciudad Juárez” .
263. Al respect o, el I nform e de la Relat oría de la CI DH de 2003 señaló que según lo
que inform aron aut oridades del est ado de Chihuahua durant e la visit a de la Relat ora
en el 2002, dicha Fiscalía “ ha[ bía] puest o en m archa las m edidas necesarias para
reaccionar pront a y adecuadam ent e” frent e a los hom icidios, est aba form ada por
agent es “ con capacit ación especializada” , que la m ism a había sido “ dot ada de
capacidad t écnica para responder m ás eficazm ent e a esos delit os” , que se habían
inst alado diversos sist em as de inform ación y que cada uno de los hom icidios “ se había
asignado a det erm inado grupo de agent es encargados de la invest igación en t odas sus
et apas, para evit ar el posible cost o que im plica la pérdida de inform ación y garant izar
la int egridad de la invest igación” 278 .
264. En cuant o a los logros de la FEI HM, dest aca la respuest a del Est ado al I nform e
del CEDAW en el 2005, en la cual indicó que “ su inst alación generó un proceso de
invest igación que ha llevado a obt ener result ados favorables y ha perm it ido la
ident ificación, enj uiciam ient o y sanción de los responsables en el 45.72% de los
casos” 279 . Al respect o, la Cort e observa lo est ablecido previam ent e ( supra párr. 159) ,
en cuant o a que en el año 2005 alrededor de un 38% de los casos de hom icidios de
m uj eres en Ciudad Juárez cont aban con sent encias condenat orias o sanciones. En
segundo lugar, la Cort e observa que en la m ism a respuest a del Est ado al I nform e del

276
Cfr. I nfor m e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1922; CNDH, I nform e
Especial, supra not a 66, folio 2168, y Am nist ía I nt ernacional, Muer t es int olerables, supra not a 64, folio
2265.
277
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1963. Según la CNDH, la
creación de dicha Fiscalía obedeció a que " las inv est igaciones de t odos los hom icidios que se suscit aban en
Ciudad Juárez, Chihuahua, de 1993 a 1996, est aban a cargo del grupo de hom icidios de la Policía Judicial de
la m ism a ent idad federat iva" y según Am nist ía I nt ernacional, “ fue un r eclam o de las or ganizaciones locales
desde 1996 dada la incapacidad de la [ Pr ocuradur ía General de Just icia del Est ado] de r esponder a la
sit uación” ( Cfr. CNDH, I nfor m e Especial, supra not a 66, folio 2168 y Am nist ía I nt er nacional, Muer t es
int olerables, supra not a 64, folio 2278) .
278
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, México, supra not a 64, folio
1752.
279
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1963.
71

CEDAW se precisa que la cifra de 45.72% de sent encias se refiere a los delit os no
sexuales, m ient as que de los 92 delit os sexuales docum ent ados, sólo 4 habían recibido
sent encia 280 ( supra párr. 161) .
265. De ot ra part e, la FEI HM t uvo varios fiscales especiales281 , la m ayoría con una
perm anencia de unos cuant os m eses, y la inform ación con la que cont aba era
insuficient e para realizar un análisis int egral sobre los hom icidios y desapariciones
ocurridos en Ciudad Juárez, así com o del im pact o de la FEI HM en dicha sit uación 282 .
266. Finalm ent e, según el I nform e de la Relat oría de la CI DH del año 2003, “ [ l] a
inform ación disponible reflej a que los esfuerzos desplegados para m ej orar la reacción
frent e a esos crím enes a t ravés de la Fiscalía Especial han alcanzado algunos logros” y
que “ [ c] iert am ent e, la sit uación no es t an grave com o en los prim eros años, en que en
algunos casos el único ‘expedient e’ de un asesinat o consist ía en una bolsa de
huesos” 283 .
267. Tam bién const a en el expedient e ant e la Cort e que el 27 de j unio de 1998 fue
publicada en el Periódico Oficial de est ado de Chihuahua la “ Ley Sobre el Sist em a
Est at al de Seguridad Pública” 284 , pero el Est ado no proporcionó argum ent os ni prueba
sobre cóm o est a m edida cont ribuyó a prevenir, según lo alegado, que “ los hechos de
violencia cont ra las m uj eres se repit ieran” .
268. La Cort e t om a not a de que, según la Ley Orgánica del Poder Ej ecut ivo del
est ado de Chihuahua reform ada en 1998 y vigent e en el 2001, es función de la
Procuraduría General de Just icia del est ado “ [ d] ict ar las m edidas adecuadas para
com bat ir y erradicar la violencia cont ra la m uj er y los niños, desarrollando para t al
efect o m ecanism os inst it ucionales” 285 , así com o “ [ o] t orgar la prot ección que la ley
prevé a los derechos de las víct im as” 286 .
269. Asim ism o, la Cort e const at a que a nivel federal se creó el I nst it ut o Nacional de
Muj eres ( en adelant e el “ I NMUJERES” ) , a t ravés de una ley publicada el 12 de enero de
2001 en el Diario Oficial 287 . Dicha ley est ableció que el obj et o general del I NMUJERES
es “ prom over y fom ent ar las condiciones que posibilit en la no discrim inación, la
igualdad de oport unidades y de t rat o ent re los géneros; el ej ercicio pleno de t odos los
derechos de las m uj eres y su part icipación equit at iva en la vida polít ica, cult ural,
económ ica y social del país” 288 . Sin em bargo, las act ividades y program as del
I NMUJERES señalados en el expedient e son post eriores al 2001, año de los hom icidios
280
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juár ez, I nform e Final, supra not a 87, folios 14617 a 14651.
281
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1937 y CNDH, I nform e
Especial, supra not a 66, folio 2235.
282
Cfr. CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folio 2235 y Am nist ía I nt ernacional, Muert es
int olerables, supra not a 64, folio 2278.
283
CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1752.
284
Cfr. Ley Sobr e el Sist em a Est at al de Seguridad Pública em it ida por el H. Congr eso del Est ado,
publicada en el Per iódico Oficial del Est ado No. 51 del 27 de j unio de 1998 y reform ada en el 2002, 2004 y
2005 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI I , anexo 72, folios 15326 a 15364) .
285
Cfr. art ículo 35, fracción V de la Ley Orgánica del Poder Ej ecut ivo del Est ado de Chihuahua,
publicada en el Periódico Oficial No. 79 del 1 de oct ubre de 1986, últ im a r eform a POE 2005.01.19/ No. 6.
286
Cfr. art ículo 35, fracción VI de la Ley Orgánica del Poder Ej ecut ivo del Est ado de Chihuahua, supra
not a 285.
287
Cfr. Ley del I nst it ut o Nacional de las Muj eres ( expedient e de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XLI I I , anexo 86, folios 16010 a 16019) .
288
Art ículo 4 de la Ley del I nst it ut o Nacional de las Muj eres, supra not a 287, folio 16010.
72

de las víct im as, por lo que no es aplicable al present e caso.


270. México t am bién hizo referencia a la creación en 1998 de un program a pilot o
denom inado “ Program a de At ención a Víct im as del Delit o” y que en el 2000, com o
part e de dicho Program a, “ se creó una base de dat os para facilit ar la búsqueda y
localización de personas desaparecidas” . Sin em bargo, la Cort e observa que no cuent a
con inform ación pert inent e en el expedient e para valorar dichas iniciat ivas.
271. Adem ás, el Est ado rem it ió com o prueba un inform e de la Procuraduría General
de Just icia del est ado de Chihuahua present ado ant e la Com isión I nt eram ericana en
m arzo del 2002, el cual señaló una serie de acciones adopt adas por part e del gobierno
est at al. México no rem it ió prueba adicional sobre las diversas m edidas señaladas en
dicho docum ent o. Asim ism o, el Est ado no profundizó sobre est as acciones en sus
alegat os289 ni brindó inform ación específica com o la fecha y lugares en las que fueron
im plem ent adas, así com o los result ados de las m ism as. Est o im pide que la Cort e
pueda valorarlas.
272. El Tribunal t om a not a de que los inform es de la Relat oría de la CI DH y de
Am nist ía I nt ernacional, am bos del año 2003, hacían alusión a una serie de m edidas
t om adas por el Est ado que incluían la am pliación de alum brado público, pavim ent ación
de cam inos, increm ent o de seguridad en las zonas de alt o riesgo, m ej orar la selección
de los conduct ores de aut obuses que t ransport an t rabaj adores a t oda hora, program as
de cont rol m ás est rict o del consum o de alcohol y la inst alación de dos líneas
t elefónicas de urgencia 290 . Sin em bargo, dichos inform es no proporcionan las fechas
cuando se llevaron a cabo est as m edidas, por lo cual le es im posible al Tribunal
valorarlas com o m edidas de prevención adopt adas por México ant es del 2001.
273. La Cort e observa que inform es nacionales e int ernacionales coinciden en que la
prevención de los casos de hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez, así com o la
respuest a frent e a ellos, ha sido ineficaz e insuficient e 291 . Según el I nform e del CEDAW
del 2005, no fue sino hast a el 2003 y sobre t odo com o seguim ient o al I nform e de la
Relat oría de la CI DH “ que se em pez[ ó] a encarar de frent e la necesidad de un
program a global [ e] int egrado, con dist int as y com plem ent arias áreas de
int ervención” . El CEDAW concluyó que “ [ c] onsiderando que en el present e hay una
m ayor volunt ad polít ica, sobret odo en las est ruct uras federales [ …] , no puede dej ar de
decirse que [ …] desde 1993 en lo que respe[ c] t a a la prevención, la invest igación y la
sanción [ …] , las polít icas adopt adas y las m edidas t om adas han sido ineficaces y han
perm it ido un clim a de im punidad” 292 .
274. Desde 1998 el Est ado fue advert ido públicam ent e de la problem át ica exist ent e
en Ciudad Juárez, por m edio de la Recom endación No. 44 de la CNDH. En dicha
Recom endación, la CNDH señaló que obt uvo argum ent os:

289
El Est ado m encionó el Program a de Cero Tolerancia y el Operat ivo Crucero en sus alegat os pero no
explicó los logr os ni result ados de est os program as ( Cfr. escrit o de cont est ación de la dem anda, expedient e
de fondo, t om o I I I , folio 1031) . La Cort e observa que en el docum ent o de la Procur aduría descr it o supra
párr. 270, el Est ado m encionó que los delit os dism inuy eron com o product o de est os program as, pero no
brindó m ayor explicación ni proporcionó pr ueba adicional al respect o.
289
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64.
290
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1820 y
Am nist ía I nt er nacional, Muer t es I nt olerables, supra not a 64, folio 2285.
291
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1749;
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1924, y CNDH, Recom endación 44/ 1998,
supra not a 72, folio 2155.
292
I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1938 y 1926.
73

que per m it en señalar que las aut or idades est at ales han incurr ido en una om isión culposa al
observar el crecim ient o de est e fenóm eno social, y no at enderlo, cont rolarlo o erradicarlo, y a
que no sólo no lo prev ieron ni pr evinieron sino que t am poco ext r em ar on sus cuidados; y
t om ando com a referencia los casos de m uj eres asesinadas durant e 1998, es una t endencia
que de no t om arse de inm ediat o las m edidas necesar ias para prevenirlo y repr im irlo, al
parecer , lam ent ablem ent e rebasar[ án] las cifras de los años ant er iores293 .

275. En 1999 la Relat ora sobre ej ecuciones ext raj udiciales de la ONU visit ó Ciudad
Juárez, se reunió con aut oridades est at ales y en su inform e observó que “ el Gobierno,
al descuidar deliberadam ent e la prot ección de las vidas de los ciudadanos por razón de
su sexo, había provocado una sensación de inseguridad en m uchas de las m uj eres de
Ciudad Juárez. Al m ism o t iem po, había logrado que los aut ores de esos delit os
quedaran im punes” 294 .
276. La CNDH, en el 2003, det erm inó que “ a m ás de cinco años de haberse em it ido
[ la Recom endación No. 44] , el fenóm eno social no fue cont rolado y, en cam bio, el
índice de crim inalidad en cont ra de las m uj eres que radican o t ransit an en el m unicipio
de Juárez, Chihuahua, cont inuó su escala ascendent e” . Con respect o a
recom endaciones específicas hechas por la CNDH relat ivas a convenios de colaboración
con ot ras Procuradurías y cuerpos policiales, al est ablecim ient o de program as de
seguridad pública y a capacit aciones a los cuerpos policiales, la CNDH concluyó que
“ [ l] as const ancias que fueron rem it idas [ …] perm it ieron observar la insuficiencia de las
acciones adopt adas” 295 .
277. Según los hechos del present e caso, las víct im as González, Ram os y Herrera
eran m uj eres j óvenes de 20, 17 y 15 años respect ivam ent e, t odas hum ildes, una
est udiant e, las ot ras dos t rabaj adoras. Salieron de su casa un día y sus cuerpos fueron
encont rados días o sem anas m ás t arde en un cam po algodonero con signos de
violencia sexual y dem ás m alt rat os. En los días ent re sus desapariciones y el hallazgo
de sus cuerpos, sus m adres y fam iliares acudieron a las aut oridades en busca de
respuest as, pero se encont raron con j uicios de valor respect o al com port am ient o de las
víct im as y con ninguna acción concret a dest inada a encont rarlas con vida apart e de la
recepción de declaraciones.
278. La Cort e ha dado por probado y el Est ado ha reconocido que en el año 2001
Ciudad Juárez vivía una fuert e ola de violencia cont ra las m uj eres. Los hechos del caso
revelan paralelos significat ivos con el cont ext o probado.
279. A pesar de que el Est ado t enía pleno conocim ient o del riesgo que corrían las
m uj eres de ser obj et o de violencia, no dem ost ró haber adopt ado m edidas efect ivas de
prevención ant es de noviem bre de 2001 que reduj eran los fact ores de riesgo para las
m uj eres. Aunque el deber de prevención sea uno de m edio y no de result ado ( supra
párr. 251) , el Est ado no ha dem ost rado que la creación de la FEI HM y algunas
adiciones a su m arco legislat ivo, por m ás que fueran necesarias y dem uest ren un
com prom iso est at al, fueran suficient es y efect ivas para prevenir las graves
m anifest aciones de la violencia cont ra la m uj er que se vivía en Ciudad Juárez en la
época del present e caso.
280. Ahora bien, conform e a j urisprudencia de la Cort e es claro que un Est ado no
puede ser responsable por cualquier violación de derechos hum anos com et ida ent re
part iculares dent ro de su j urisdicción. En efect o, las obligaciones convencionales de
garant ía a cargo de los Est ados no im plican una responsabilidad ilim it ada de los
293
CNDH, Recom endación 44/ 1998, supra not a 72, folio 2155.
294
I nform e de la Relat ora sobre las ej ecuciones ext raj udiciales, sum ar ias o arbit rar ias,, supra not a 73,
folio 2053.
295
CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folios 2224 y 2226.
74

Est ados frent e a cualquier act o o hecho de part iculares, pues sus deberes de adopt ar
m edidas de prevención y prot ección de los part iculares en sus relaciones ent re sí se
encuent ran condicionados al conocim ient o de una sit uación de riesgo real e inm ediat o
para un individuo o grupo de individuos det erm inado y a las posibilidades razonables
de prevenir o evit ar ese riesgo. Es decir, aunque un act o u om isión de un part icular
t enga com o consecuencia j urídica la violación de det erm inados derechos hum anos de
ot ro part icular, aquél no es aut om át icam ent e at ribuible al Est ado, pues debe at enderse
a las circunst ancias part iculares del caso y a la concreción de dichas obligaciones de
garant ía 296 .
281. En el present e caso, exist en dos m om ent os claves en los que el deber de
prevención debe ser analizado. El prim ero es ant es de la desaparición de las víct im as y
el segundo ant es de la localización de sus cuerpos sin vida.
282. Sobre el prim er m om ent o –ant es de la desaparición de las víct im as- la Cort e
considera que la falt a de prevención de la desaparición no conlleva per se la
responsabilidad int ernacional del Est ado porque, a pesar de que ést e t enía
conocim ient o de una sit uación de riesgo para las m uj eres en Ciudad Juárez, no ha sido
est ablecido que t enía conocim ient o de un riesgo real e inm ediat o para las víct im as de
est e caso. Aunque el cont ext o en est e caso y sus obligaciones int ernacionales le
im ponen al Est ado una responsabilidad reforzada con respect o a la prot ección de
m uj eres en Ciudad Juárez, quienes se encont raban en una sit uación de vulnerabilidad,
especialm ent e las m uj eres j óvenes y hum ildes, no le im ponen una responsabilidad
ilim it ada frent e a cualquier hecho ilícit o en cont ra de ellas. Finalm ent e, la Cort e no
puede sino hacer present e que la ausencia de una polít ica general que se hubiera
iniciado por lo m enos en 1998 –cuando la CNDH advirt ió del pat rón de violencia cont ra
la m uj er en Ciudad Juárez- , es una falt a del Est ado en el cum plim ient o general de su
obligación de prevención.
283. En cuant o al segundo m om ent o –ant es del hallazgo de los cuerpos- el Est ado,
dado el cont ext o del caso, t uvo conocim ient o de que exist ía un riesgo real e inm ediat o
de que las víct im as fueran agredidas sexualm ent e, som et idas a vej ám enes y
asesinadas. La Cort e considera que ant e t al cont ext o surge un deber de debida
diligencia est rict a frent e a denuncias de desaparición de m uj eres, respect o a su
búsqueda durant e las prim eras horas y los prim eros días. Est a obligación de m edio, al
ser m ás est rict a, exige la realización exhaust iva de act ividades de búsqueda. En
part icular, es im prescindible la act uación pront a e inm ediat a de las aut oridades
policiales, fiscales y j udiciales ordenando m edidas oport unas y necesarias dirigidas a la
det erm inación del paradero de las víct im as o el lugar donde puedan encont rarse
privadas de libert ad. Deben exist ir procedim ient os adecuados para las denuncias y que
ést as conlleven una invest igación efect iva desde las prim eras horas. Las aut oridades
deben presum ir que la persona desaparecida est á privada de libert ad y sigue con vida
hast a que se ponga fin a la incert idum bre sobre la suert e que ha corrido.
284. México no dem ost ró haber adopt ado las m edidas razonables, conform e a las
circunst ancias que rodeaban a los casos, para encont rar a las víct im as con vida. El
Est ado no act uó con pront it ud dent ro de las prim eras horas y días luego de las
denuncias de desaparición, dej ando perder horas valiosas. En el período ent re las
denuncias y el hallazgo de los cuerpos de las víct im as, el Est ado se lim it ó a realizar
form alidades y a t om ar declaraciones que, aunque im port ant es, perdieron su valor una
296
Cfr. Caso de la Masacr e de Pueblo Bello Vs. Colom bia, supra not a 261, párr. 123; Caso Com unidad
I ndígena Saw hoyam axa Vs Paraguay, supra not a 261, párr. 155, y Caso Valle Jaram illo y ot ros Vs.
Colom bia, supr a not a 49, pár r. 78. Ver t am bién ECHR, Case of Kiliç v. Turkey, Judgm ent of 28 March 2000,
paras. 62 and 63 y ECHR, Case of Osm an v. t he Unit ed Kingdom , Judgm ent of 28 Oct ober 1998, paras. 115
and 116.
75

vez ést as no repercut ieron en acciones de búsqueda específicas. Adem ás, las act it udes
y declaraciones de los funcionarios hacia los fam iliares de las víct im as que daban a
ent ender que las denuncias de desaparición no debían ser t rat adas con urgencia e
inm ediat ez llevan al Tribunal razonablem ent e a concluir que hubo dem oras
inj ust ificadas luego de las present aciones de las denuncias de desaparición. Todo est o
dem uest ra que el Est ado no act uó con la debida diligencia requerida para prevenir
adecuadam ent e las m uert es y agresiones sufridas por las víct im as y que no act uó
com o razonablem ent e era de esperarse de acuerdo a las circunst ancias del caso para
poner fin a su privación de libert ad. Est e incum plim ient o del deber de garant ía es
part icularm ent e serio debido al cont ext o conocido por el Est ado - el cual ponía a las
m uj eres en una sit uación especial de vulnerabilidad- y a las obligaciones reforzadas
im puest as en casos de violencia cont ra la m uj er por el art ículo 7.b de la Convención
Belém do Pará.
285. Adem ás, la Cort e considera que el Est ado no dem ost ró haber adopt ado norm as
o im plem ent ado las m edidas necesarias, conform e al art ículo 2 de la Convención
Am ericana y al art ículo 7.c de la Convención Belém do Pará, que perm it ieran a las
aut oridades ofrecer una respuest a inm ediat a y eficaz ant e las denuncias de
desaparición y prevenir adecuadam ent e la violencia cont ra la m uj er. Tam poco
dem ost ró haber adopt ado norm as o t om ado m edidas para que los funcionarios
responsables de recibir las denuncias t uvieran la capacidad y la sensibilidad para
ent ender la gravedad del fenóm eno de la violencia cont ra la m uj er y la volunt ad para
act uar de inm ediat o.
286. En razón de t odo lo expuest o, el Tribunal considera que el Est ado violó los
derechos a la vida, int egridad personal y libert ad personal reconocidos en los art ículos
4.1, 5.1, 5.2 y 7.1 de la Convención Am ericana, en relación con la obligación general
de garant ía cont em plada en el art ículo 1.1 y la obligación de adopt ar disposiciones de
derecho int erno cont em plada en el art ículo 2 de la m ism a, así com o con las
obligaciones cont em pladas en el art ículo 7.b y 7.c de la Convención Belém do Pará, en
perj uicio de Claudia I vet t e González, Laura Berenice Ram os Monárrez y Esm eralda
Herrera Monreal.

4 .2 .2 . D e be r de in ve st iga r e fe ct iva m e n t e los h e ch os,


con for m e a los a r t ícu los 8 .1 y 2 5 .1 de la Con ve n ción ,
de r iva do de la obliga ción de ga r a n t ía de los de r e chos a
la vida , in t e gr ida d pe r son a l y libe r t a d pe r son a l
287. De la obligación general de garant ía de los derechos a la vida, int egridad
personal y libert ad personal deriva la obligación de invest igar los casos de violaciones
de esos derechos; es decir, del art ículo 1.1 de la Convención en conj unt o con el
derecho sust ant ivo que debe ser am parado, prot egido o garant izado 297 . Asim ism o,
México debe observar lo dispuest o en el art ículo 7.b y 7.c de la Convención Belém do
Pará, que obliga a act uar con la debida diligencia 298 y a adopt ar la norm at iva necesaria
para invest igar y sancionar la violencia cont ra la m uj er.
288. En su sent encia de fondo em it ida en el caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras,
la Cort e est ableció que, conform e al deber de garant ía:

297
Cfr. Masacr e de Pueblo Bello Vs. Colom bia, supra not a 261, párr. 142; Caso Heliodoro Port ugal Vs.
Panam á. Excepciones Prelim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 12 de agost o de 2008. Ser ie
C No. 186, pár r. 115, y Caso Perozo y ot ros Vs. Venezuela, supra not a 22, párr. 298.
298
Cfr. Caso del Penal Miguel Cast ro Cast ro Vs. Perú, supra not a 248, párr. 344.
76

[ e] l Est ado est á [ …] obligado a invest igar t oda sit uación en la que se hayan violado los
derechos hum anos prot egidos por la Convención. Si el aparat o del Est ado act úa de m odo
que t al violación quede im pune y no se rest ablezca, en cuant o sea posible, a la v íct im a en
la plenit ud de sus derechos, puede afirm ar se que ha incum plido el deber de garant izar su
libr e y pleno ej ercicio a las personas suj et as a su j ur isdicción. Lo m ism o es válido cuando
se t olere que los part icular es o grupos de ellos act úen libr e o im punem ent e en m enoscabo
de los derechos hum anos reconocidos en la Convención 299 .

289. El deber de invest igar es una obligación de m edio y no de result ado, que debe
ser asum ida por el Est ado com o un deber j urídico propio y no com o una sim ple
form alidad condenada de ant em ano a ser infruct uosa 300 . La obligación del Est ado de
invest igar debe cum plirse diligent em ent e para evit ar la im punidad y que est e t ipo de
hechos vuelvan a repet irse. En est e sent ido, la Cort e recuerda que la im punidad
fom ent a la repet ición de las violaciones de derechos hum anos301 .
290. A la luz de ese deber, una vez que las aut oridades est at ales t engan
conocim ient o del hecho, deben iniciar ex officio y sin dilación, una invest igación seria,
im parcial y efect iva por t odos los m edios legales disponibles y orient ada a la
det erm inación de la verdad y a la persecución, capt ura, enj uiciam ient o y event ual
cast igo de t odos los aut ores de los hechos, especialm ent e cuando est án o puedan est ar
involucrados agent es est at ales302 .
291. De ot ra part e, la Cort e ha advert ido que est a obligación se m ant iene
“ cualquiera sea el agent e al cual pueda event ualm ent e at ribuirse la violación, aún los
part iculares, pues, si sus hechos no son invest igados con seriedad, result arían, en
ciert o m odo, auxiliados por el poder público, lo que com prom et ería la responsabilidad
int ernacional del Est ado” 303 .
292. En t al sent ido, en el m arco de la obligación de prot eger el derecho a la vida, la
Cort e Europea de Derechos Hum anos ha desarrollado la t eoría de la “ obligación
procesal” de efect uar una invest igación oficial efect iva en casos de violaciones a aquél
derecho 304 . La Cort e I nt eram ericana tam bién ha aplicado esta t eoría en diversos
casos305 .
293. La Cort e considera que el deber de invest igar efect ivam ent e, siguiendo los
est ándares est ablecidos por el Tribunal ( supra párrs. 287 a 291) t iene alcances
adicionales cuando se t rat a de una m uj er que sufre una m uert e, m alt rat o o afect ación
a su libert ad personal en el m arco de un cont ext o general de violencia cont ra las
m uj eres. En sim ilar sent ido, la Cort e Europea ha dicho que cuando un at aque es

299
Caso Velásquez Rodr íguez Vs. Honduras, Fondo, supr a not a 257, para. 176, y Caso Kawas
Fernández Vs. Honduras, supra not a 190, párr. 76.
300
Cfr. Caso Anzualdo Cast ro Vs. Perú, supra not a 30, párr. 123 y Caso Gar ibaldi Vs. Brasil, supra not a
252, párr. 113.
301
Cfr. Caso Anzualdo Cast ro Vs. Perú, supra not a 30, párr. 179 y Caso Gar ibaldi Vs. Brasil, supra not a
252, párr. 141.
302
Cfr. Caso de la Masacre de Pueblo Bello Vs. Colom bia, supra not a 261, párr. 143; Caso Heliodor o
Port ugal Vs. Panam á, supra not a 297, párr . 144, y Caso Valle Jaram illo y ot ros Vs. Colom bia, supra not a 49,
párr. 101.
303
Caso de la Masacre de Pueblo Bello Vs. Colom bia, supra not a 261, párr. 145, y Caso Kawas
Fernández Vs. Honduras, supra not a 190, párr. 78.
304
Cfr. ECHR, Ergi v. Turkey, Judgm ent of 28.07.1998, Reports of Judgm ents, n. 81, paras. 85- 86, ECHR,
Akkoç v . Tur key, Judgm ent of 10 Oct ober 2000, paras. 77 t o 99, and ECHR, Kiliç v. Turkey, Judgm ent of 28
March 2000, paras. 78 t o 83.
305
Cfr. Caso Juan Hum ber t o Sánchez Vs. Honduras. Excepción Prelim inar, Fondo, Reparaciones y
Cost as. Sent encia de 7 de j unio de 2003. Ser ie C No. 99, párr. 112; Caso Valle Jaram illo y ot ros Vs.
Colom bia, supr a not a 49, párr . 97, y Caso Garibaldi Vs. Br asil, supra not a 252, párr. 23.
77

m ot ivado por razones de raza, es part icularm ent e im port ant e que la invest igación sea
realizada con vigor e im parcialidad, t eniendo en cuent a la necesidad de reit erar
cont inuam ent e la condena de racism o por part e de la sociedad y para m ant ener la
confianza de las m inorías en la habilidad de las aut oridades de prot egerlas de la
am enaza de violencia racial 306 . El crit erio ant erior es t ot alm ent e aplicable al analizarse
los alcances del deber de debida diligencia en la invest igación de casos de violencia por
razón de género.
294. Para det erm inar si la obligación procesal de prot eger los derechos a la vida,
int egridad personal y libert ad personal por la vía de una invest igación seria de lo
ocurrido se ha cum plido a cabalidad en est e caso, es preciso exam inar las diversas
acciones t om adas por el Est ado con post erioridad al hallazgo de los cuerpos sin vida,
así com o los procedim ient os a nivel int erno dest inados a dilucidar los hechos ocurridos
y a ident ificar a los responsables de las violaciones com et idas en perj ucio de las
víct im as.
295. El Tribunal analizará la cont roversia ent re las part es sobre alegadas
irregularidades relacionadas con 1) la cust odia de la escena del crim en, recolección y
m anej o de evidencias, elaboración de las aut opsias y en la ident ificación y ent rega de
los rest os de las víct im as; 2) act uación seguida cont ra presunt os responsables y
alegada fabricación de culpables; 3) dem ora inj ust ificada e inexist encia de avances
sust anciales en las invest igaciones; 4) fragm ent ación de las invest igaciones; 5) falt a
de sanción a los funcionarios públicos involucrados con irregularidades, y 6) negación
de acceso al expedient e y dem oras o negación de copias del m ism o.

4.2.2.1. Alegadas irregularidades en la cust odia de la escena del


crim en, recolección y m anej o de evidencias, elaboración de
las aut opsias y en la ident ificación y ent rega de los rest os de
las víct im as
296. Tal com o ha sido señalado ( supra párr. 20) , el Est ado alude a dos et apas de las
invest igaciones, la prim era ent re 2001 y 2003 y la segunda ent re 2004 y 2009. El
Est ado reconoció su responsabilidad por algunas irregularidades en la prim era et apa,
pero alegó que en la segunda et apa se corrigieron est as deficiencias y se im pulsó el
“ Program a de I dent idad Hum ana” con la part icipación del EAAF.
297. La Cort e observa que el 1 de m ayo de 2005 la Procuraduría de Chihuahua
cont rat ó al EAAF con el fin de asesorar en la “ ident ificación de rest os de m uj eres no
ident ificadas en las ciudades de Juárez y Chihuahua” , así com o t am bién “ la revisión de
casos en los que los fam iliares de las víct im as expresan dudas sobre la ident idad de los
rest os que han recibido” 307 . Teniendo en cuent a las conclusiones elaboradas por el
EAAF respect o al present e caso, la prueba obrant e en el expedient e y el
reconocim ient o de responsabilidad del Est ado, el Tribunal se referirá a las
irregularidades que se present aron en: a) el hallazgo de los cuerpos, la cust odia de la
escena del crim en, y en la recolección y m anej o de evidencias; b) la práct ica de
aut opsias, y c) la práct ica de pruebas de ADN, ident ificación y ent rega de los rest os.

306
Cfr. ECHR, Case of Angelova and I liev v, Bulgaria, Judgm ent 26 July 2007, para.98.
307
Cfr. cont rat o de prest ación de servicios profesionales celebrado por la Procuraduría General de
Just icia del Est ado de Chihuahua con el Equipo Argent ino de Ant ropología Forense el 1 de m ayo de 2005
( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLV, anexo 136, folios 16581 a 16586) .
78

a) I rregularidades en la elaboración del inform e de hallazgo de los


cuerpos, preservación de la escena del crim en y en la recolección
y m anej o de evidencias
298. La Com isión alegó que “ el act a de levant am ient o de los cadáveres no señala los
m ét odos ut ilizados para recolect ar y preservar la evidencia” y que las aut oridades
“ asociaron algunos elem ent os de evidencia [ …] con det erm inados cadáveres [ …] en
razón de su cercanía con los cuerpos siendo que t odo est o se encont ró en un espacio
am plio” . Los represent ant es alegaron que las aut oridades no rast rearon debidam ent e
el lugar. Agregaron que del conj unt o “ de obj et os y evidencias observados en el lugar,
no hubo m ayores result ados que la t ipificación sanguínea de algunos, sin que
post eriorm ent e se confront aran con ot ros elem ent os y con los cuerpos” . Asim ism o, la
Com isión y los represent ant es sost uvieron que no se hizo “ const ancia o ident ificación
del lugar donde quedaron resguardadas las evidencias” , ni de los funcionarios a cargo
de las m ism as. Los represent ant es agregaron que “ [ n] o hay un orden ni una secuencia
para m arcar las evidencias encont radas” , lo cual result ó “ en cont radicciones e
inconsist encias en los result ados de los dict ám enes periciales” .
299. Ent re las irregularidades reconocidas por el Est ado durant e la prim era et apa de
las invest igaciones se encuent ran “ [ l] a inapropiada preservación del lugar del
hallazgo” , la no adopción de “ m edidas necesarias” para que la escena del crim en “ no
fuera cont am inada” , “ el procesam ient o no exhaust ivo de las evidencias recabadas” y la
no realización de “ diligencias periciales sobre los indicios probat orios” .
300. Est e Tribunal ha est ablecido que la eficient e det erm inación de la verdad en el
m arco de la obligación de invest igar una m uert e, debe m ost rarse desde las prim eras
diligencias con t oda acuciosidad 308 . En est e sent ido, la Cort e ha especificado los
principios rect ores que es preciso observar en una invest igación cuando se est á frent e
a una m uert e violent a. Las aut oridades est at ales que conducen una invest igación de
est e t ipo deben int ent ar com o m ínim o, int er alia: i) ident ificar a la víct im a; ii)
recuperar y preservar el m at erial probat orio relacionado con la m uert e, con el fin de
ayudar en cualquier pot encial invest igación penal de los responsables; iii) ident ificar
posibles t est igos y obt ener sus declaraciones en relación con la m uert e que se
invest iga; iv) det erm inar la causa, form a, lugar y m om ent o de la m uert e, así com o
cualquier pat rón o práct ica que pueda haber causado la m uert e, y v) dist inguir ent re
m uert e nat ural, m uert e accident al, suicidio y hom icidio. Adem ás, es necesario
invest igar exhaust ivam ent e la escena del crim en, se deben realizar aut opsias y análisis
de rest os hum anos, en form a rigurosa, por profesionales com pet ent es y em pleando los
procedim ient os m ás apropiados 309 .
301. Adem ás, los est ándares int ernacionales señalan que, en relación con la escena
del crim en, los invest igadores deben, com o m ínim o, fot ografiar dicha escena, cualquier
ot ra evidencia física y el cuerpo com o se encont ró y después de m overlo; t odas las
m uest ras de sangre, cabello, fibras, hilos u ot ras pist as deben ser recogidas y
conservadas; exam inar el área en busca de huellas de zapat os o cualquier ot ra que
t enga nat uraleza de evidencia, y hacer un inform e det allando cualquier observación de
la escena, las acciones de los invest igadores y la disposición de t oda la evidencia

308
Cfr. Caso Serv ellón García y ot ros Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 21 de
sept iem br e de 2006. Serie C No. 152, párr . 120; Caso del Penal Miguel Cast ro Cast ro Vs. Perú, supra not a
248, párr. 383, y Caso Zam brano Vélez y ot ros Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 4
de j ulio de 2007. Serie C No. 166, párr. 121.
309
Cfr. Caso Juan Hum ber t o Sánchez Vs. Honduras, supra not a 305, párr. 127; Caso Escué Zapat a Vs.
Colom bia. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 4 de j ulio de 2007. Serie C No. 165, párr. 106, y
Caso Kawas Fernández Vs. Honduras, supra not a 190, párr. 102.
79

coleccionada 310 . El Prot ocolo de Minnesot a est ablece, ent re ot ras obligaciones, que al
invest igar una escena del crim en se debe cerrar la zona cont igua al cadáver, y
prohibir, salvo para el invest igador y su equipo, el ingreso a la m ism a 311 .
302. En el present e caso, el 6 de noviem bre de 2001 se hizo el levant am ient o de los
cadáveres de las t res víct im as. La inform ación en el expedient e ant e la Cort e indica
que una llam ada de un “ t rabaj ador de la const rucción que cruzaba el t erreno a pie para
recort ar dist ancia” 312 alert ó sobre la exist encia de los cuerpos. Sin em bargo, esa
inform ación, ni ninguna ot ra relacionada con las circunst ancias del hallazgo, fue hecha
const ar en el inform e j udicial respect ivo. Tan solo const a que el agent e del Minist erio
Público inició la invest igación a raíz de una llam ada t elefónica del radio operador de la
Policía Judicial del Est ado 313 .
303. En la fe m inist erial de 6 de noviem bre fueron reseñadas un t ot al de 26
evidencias e indicios314 . Sin em bargo, est as no son, a excepción de una, las evidencias
que figuran en las t res act as de levant am ient o de cadáver 315 , cada una de las cuales
señala evidencias dist int as sin que se observe la ubicación de las m ism as, la relación
ent re ellas y su relación con la fe m inist erial. Ot ras evidencias fueron encont radas el 7
de noviem bre de 2001, al hacer el levant am ient o de los ot ros cinco cadáveres ( supra
párr. 209) . Sin em bargo, el list ado de las evidencias recogidas el 7 de noviem bre es
igual al elaborado el 6 de noviem bre 316 . Adem ás, en las act as de levant am ient o de los
ot ros cinco cadáveres t am bién const an ot ras evidencias dist int as a las ant eriores317 , sin
que se dem uest re en el expedient e la ubicación de las m ism as, la relación ent re ellas y
con la fe m inist erial.
304. Con post erioridad a la recolección de evidencias efect uadas el 6 y 7 de
noviem bre, los fam iliares de las víct im as hicieron dos rast reos ent re el 24 y 25 de
febrero del 2002 para recabar prueba adicional en el lugar del hallazgo de los cuerpos.
Encont raron un núm ero significat ivo de evidencias. El invent ario de las evidencias
recolect adas incluye prendas de vest ir, nueve piezas de calzado y once obj et os
diversos ent re los que se encont raba una placa de vehículo front erizo y un perm iso
m unicipal provisional. Tam bién se incluían cabellos, rest os hem át icos, vest im ent a de
las posibles víct im as, t rozos de plást ico, envases diversos, m uest ras de t ierra, rest os
óseos, ent re ot ros. No se señala quiénes eran los funcionarios responsables de est as
m uest ras, a dónde fueron enviadas y en qué condiciones fueron conservadas318 .
310
Cfr. Manual sobre la Prevención e I nv est igación Efect iva de Ej ecuciones Ext raj udiciales, Arbit rar ias y
Sum ar ias de Naciones Unidas, Doc. E/ ST/ CSDHA/ .12 ( 1991) .
311
Cfr. Manual sobre la Pr evención e I nvest igación Efect iva de Ej ecuciones Ext raj udiciales, supra not a
310.
312
Cfr. declaración t est im onial r endida ant e fedat ario público por el señor Máynez Grij alv a el 21 de
abril de 2009 ( expedient e de fondo, t om o XI I I , folio 3845) .
313
Cfr. aviso em it ido por el agent e del Minist erio Público adscrit o a la Fiscalía Especial para la
I nvest igación de Hom icidios de Muj eres en Ciudad Juár ez el 6 de nov iem bre de 2001 ( expedient e de anexos
al escr it o de solicit udes y ar gum ent os, t om o XI V, anex o 3, folio 4742) y resolución em it ida por la Cuar t a
Sala Penal del Suprem o Tr ibunal de Just icia del Est ado de Chihuahua el 14 de j ulio de 2005 ( expedient e de
anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 83, folio 3431) .
314
Cfr. fe m inist er ial de lugar y de cadáver es, supra not a 238, folio 2667.
315
Cfr. act as de levant am ient o de cadáver , supra not a 234.
316
Cfr. list a de ev idencias elabor ada por el Jefe de la Oficina Técnica de Ser vicios Periciales y Medicina
Legal el 13 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 44, folios 2708,
2720 y 2721) y fe m inist erial de lugar y de cadáveres, supra not a 238, folio 2667.
317
Cfr. act as de levant am ient o de cadáver , supra not a 234, folios 2710, 2712, 2714, 2716 y 2718.
318
En est os rast reos de los fam iliares encont rar on la credencial de elect or y la credencial de t rabaj o de
la j oven González ( Cfr. fe m inist er ial de lugar y obj et os em it ida el 24 de febrero de 2002 por la agent e del
80

Algunas de est as evidencias perm anecieron m ás de seis años sin ser analizadas. En
efect o, el 22 de noviem bre de 2007, en el m arco de la organización de caj as con
evidencia respect o a casos t ram it ados en Ciudad Juárez, fue encont rada una caj a con
m uest ras de cabello y huesos de las víct im as, sin indicación alguna respect o a por qué
dicha evidencia se encont raba en ese lugar y sin indicación sobre procedim ient os
est ablecidos para prot eger dichas evidencias, es decir, sin debida cadena de
cust odia 319 .
305. Sobre est e punt o, el Manual de Naciones Unidas indica que la debida diligencia
en una invest igación m édico- legal de una m uert e exige el m ant enim ient o de la cadena
de cust odia de t odo elem ent o de prueba forense 320 . Ello consist e en llevar un regist ro
escrit o preciso, com plem ent ado, según corresponda, por fot ografías y dem ás
elem ent os gráficos, para docum ent ar la hist oria del elem ent o de prueba a m edida que
pasa por las m anos de diversos invest igadores encargados del caso. La cadena de
cust odia puede ext enderse m ás allá del j uicio y la condena del aut or, dado que las
pruebas ant iguas, debidam ent e preservadas, podrían servir para el sobreseim ient o de
una persona condenada erróneam ent e. La excepción la const it uyen los rest os de
víct im as posit ivam ent e ident ificadas que pueden ser devuelt os a sus fam ilias para su
debida sepult ura, con la reserva de que no pueden ser crem ados y que pueden ser
exhum ados para nuevas aut opsias321 .
306. El Tribunal concluye que en el present e caso se present aron irregularidades
relacionadas con: i) la falt a de precisión de las circunst ancias del hallazgo de los
cadáveres; ii) la poca rigurosidad en la inspección y salvaguarda de la escena del
crim en pract icada por las aut oridades; iii) el indebido m anej o de algunas de las
evidencias recolect adas, y iv) los m ét odos ut ilizados no fueron acordes para preservar
la cadena de cust odia.
307. Adem ás, la Cort e observa que est e caso no es el único en el que se han
denunciado negligencias en la recolección de evidencias ( supra párr. 150) . En efect o,
la Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de
Muj eres en Ciudad Juárez indicó que ent re 1993 y 2005 frecuent em ent e “ los
dict ám enes periciales, fundam ent alm ent e los de crim inalíst ica de cam po, no
correspond[ ían] en su cont enido a las const ancias m inist eriales pract icadas en el lugar
de los hechos por el agent e del Minist erio Público respect ivo” 322 . Adem ás, se com et ían

Minist er io Público adscr it a a la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Hom icidios de Muj er es, expedient e
de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 63, folios 2923 y 2924) ; fe prej udicial de lugar y obj et os em it ida el
25 de febrero de 2002 por el agent e del Minist er io Público adscrit o a la Fiscalía Especial para la I nvest igación
de Hom icidios de Muj eres, ex pedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 64, folios 2927 y 2928) , y
declaración rendida por la señora Monárrez Salgado ant e el agent e del Minist er io Público adscr it o a la
Cont ralor ía de Asunt os I nt er nos Zona Nort e el 23 de j ulio de 2006 ( ex pedient e de anexos a la dem anda
t om o I X, anex o 84, folios 3504 a 3507) .
319
Cfr. t est im onio rendido por una perit o en Quím ica adscrit a a la Dirección General de Serv icios
Periciales y Ciencias For enses de Ciudad Juárez ant e el agent e del Minist er io Público adscr it o a la Fiscalía
Mixt a para la I nvest igación de Hom icidios de Muj er es en Ciudad Juárez el 15 de m arzo de 2008 ( expedient e
de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXVI I I , anexo 50, folios 14072 a 14074) .
320
Cfr. Manual sobre la Pr evención e I nvest igación Efect iva de Ej ecuciones Ext raj udiciales, supra not a
310.
321
Cfr. declaración rendida ant e fedat ar io público por el perit o Snow el 17 de abril de 2009 ( expedient e
de fondo, t om o XI V, folio 4225) .
322
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14580 y declaración de la t est igo Doret t i, supra not a
141, folio 2326.
81

m uchos errores en la preservación de la escena del crim en 323 , dest rucción de


evidencias324 e irregularidades en la preservación y análisis de evidencia 325 .

b) I rregularidades en la realización de aut opsias


308. Los represent ant es alegaron que las conclusiones respect o de la causa de
m uert e de las víct im as, no son claras y no ofrecen cert eza. I gualm ent e, dest acaron
que las aut oridades no ordenaron los exám enes correspondient es y que t om aron
m uest ras de órganos para realizar exám enes, pero se desconocen los result ados de los
m ism os y la ubicación de la m uest ra.
309. El Est ado reconoció “ [ e] l im propio proceso de ident ificación de los cuerpos y de
det erm inación de la causa de m uert e” .
310. La Cort e resalt a que las aut opsias t ienen com o obj et ivo recolect ar, com o
m ínim o, inform ación para ident ificar a la persona m uert a, la hora, fecha, causa y
form a de la m uert e. Est as deben respet ar ciert as form alidades básicas, com o indicar la
fecha y hora de inicio y finalización, así com o el lugar donde se realiza y el nom bre del
funcionario que la ej ecut a. Asim ism o, se debe, int er alia, fot ografiar adecuadam ent e el
cuerpo; t om ar radiografías del cadáver, de su bolsa o envolt orio y después de
desvest irlo, docum ent ar t oda lesión. Se debe docum ent ar la ausencia, solt ura o daño
de los dient es, así com o cualquier t rabaj o dent al, y exam inar cuidadosam ent e las
áreas genit al y para- genit al en búsqueda de señales de abuso sexual. En casos de
sospecha de violencia o abuso sexual, se debe preservar líquido oral, vaginal y rect al,
y vello ext erno y púbico de la víct im a 326 . Asim ism o, el Manual de Naciones Unidas
indica que en los prot ocolos de aut opsia se debe anot ar la posición del cuerpo y sus
condiciones, incluyendo si est á t ibio o frío, ligero o rígido; prot eger las m anos del
cadáver; regist rar la t em perat ura del am bient e y recoger cualquier insect o 327 .
311. En el present e caso, un perit o del EAAF que analizó la aut opsia de la j oven
Herrera señaló que ést a no era com plet a, que se om it ieron t ant o las anot aciones
respect o a lesiones en el sist em a óseo y falt a de piel, com o la realización de est udios
para det erm inar ot ros indicios. No se describieron el período de la put refacción, la
m acroscopía de los órganos int ernos, ni se realizó el t iem po craneano, es decir no hay
apert ura del m ism o 328 . Las aut opsias no anexaron fot ografías ni radiografías que se
han debido t om ar, ni hicieron referencia a ellas329 . Sim ilares conclusiones se pueden
est ablecer respect o a las dem ás aut opsias a part ir de la prueba disponible ant e la
Cort e 330 . Tam poco docum ent aron la realización de exám enes específicos en búsqueda
de evidencias de abuso sexual, lo cual result a part icularm ent e grave debido al cont ext o
probado en el present e caso y a las caract eríst icas que present aban los cuerpos al
323
Cfr. I nform e de la Com isión de Exper t os I nt ernacionales de las Naciones Unidas, supra not a 76, folio
1900 e I nform e de Méx ico pr oducido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1929.
324
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1929.
325
Cfr. declaración de la t est igo Doret t i, supra not a 141, folio 2326.
326
Cfr. Manual sobre la Pr evención e I nvest igación Efect iva de Ej ecuciones Ext raj udiciales, supra not a
310.
327
Cfr. Manual sobre la Pr evención e I nvest igación Efect iva de Ej ecuciones Ext raj udiciales, supra not a
310.
328
Cfr. declaración rendida por el per it o Bosio rendida ant e fedarario público el 15 de abril de 2009
( expedient e de fondo, t om o VI , folio 2279) .
329
Cfr. declaración del perit o Bosio, supra not a 328, folio 2378.
330
Cfr. cer t ificados de aut opsia, supra not a 239.
82

m om ent o de su hallazgo ( supra párr. 212) .


312. La Cort e const at a que est as negligencias no son aisladas sino que form an part e
de un cont ext o en Ciudad Juárez, según el cual “ [ e] n gran part e de los expedient es
analizados no se apreció que se haya solicit ado, ni que corra agregado en act uaciones,
dict am en pericial alguno para la búsqueda de fibras en las ropas de las víct im as, a
efect o de una post erior confront a[ ción] ; lo ant erior, incluso, en los rest os hum anos u
osam ent as de víct im as no ident ificados” 331 . Según un inform e de Am nist ía
I nt ernacional de 2003 las aut opsias no se llevaban a cabo “ conform e a los est ándares
necesarios para cont ribuir al esclarecim ient o de los crím enes” 332 , ni t am poco se
exponen los m edios ut ilizados para llevar a conclusiones, com o por ej em plo, la
est at ura, t ipo de m uert e o la posible hora o fecha de m uert e 333 . Asim ism o, la Fiscalía
Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juárez hace referencia a que “ se det ect ó que en algunos casos[ ,] dichos
dict ám enes est ablecen fechas en las que est á plenam ent e acredit ado que las víct im as
t odavía se hallaban con vida” 334 . Adem ás, la t est igo Doret t i afirm o que m uchos
expedient es de hom icidio “ no cont enían inform ación sobre la ubicación final de los
rest os después de su paso por el [ Servicio Médico Forense] , incluyendo t ant o aquellos
que fueron ent regados a sus fam iliares, com o los que fueron inhum ados com o rest os
no [ i] dent ificados en pant eones m unicipales o deposit ados” en dicho servicio 335 .

c) Alegadas irregularidades en la ident ificación y ent rega de los


cuerpos
313. La Com isión y los represent ant es aludieron a cont radicciones e inconsist encias
en los result ados de ident ificación de los rest os. El Est ado “ reconoc[ ió] la falt a de una
det erm inación cient ífica e irrefut able de la ident idad de las t res víct im as en un prim er
m om ent o” . La Cort e analizará a cont inuación irregularidades en a) la asignación de los
nom bres a los cuerpos encont rados, b) la ent rega incom plet a de los cuerpos sin que
exist iese una ident ificación posit iva, y c) las cont roversias relat ivas a los análisis de
ADN.

c.1) I nicial asignación arbit raria de nom bres a los cuerpos


314. La Com isión y los represent ant es alegaron que la asignación inicial de los
nom bres en los cuerpos fue arbit raria. Los represent ant es, adem ás, indicaron que al
m om ent o en que se “ dict ó aut o de form al prisión en cont ra de dos inculpados, cada
uno de los cuerpos t enía nom bre y apellido, a pesar de que [ …] no hubieran aparecido
nuevas evidencias o pruebas cient íficas que llevaran a esa conclusión” .
315. Sobre la relevancia de una ident ificación de las víct im as según las reglas de
debida diligencia, el perit o Cast resana Fernández señaló lo siguient e:

331
Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14580.
332
Am nist ía I nt er nacional, Muer t es int olerables, supra not a 64, folio 2301.
333
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14580 y declaración del perit o Bosio, supra not a 328,
folios 2281, 2284 y 2286.
334
Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e Final, supra not a 87, folio 14580.
335
Cfr. declaración de la t est igo Doret t i, supra not a 141, folio 2331.
83

I niciada la invest igación, cuando es necesaria la ident ificación de la v íct im a, los


procedim ient os adecuados - t écnico forenses- , cobran relevancia com o quiera que de acuerdo
a las condiciones de hallazgo de los cadáveres o rest os hum anos, no es posible m uchas
veces realizar ident ificación en form a visual - dir ect a o por fot ografía- , o por las prendas de
vest ir y efect os que llevaba la víct im a. En est os casos, la ident ificación por m edios cient íficos
com o los sist em as ant ropom ét rico, dact ilar, geom ét r ico de Mat heios, biom ét r icos, ADN,
ant ropología forense, odont ología forense, et c[ .] , requieren de laborat orios especializados
con la acredit ación y el r econocim ient o int er nacional que garant icen la fiabilidad de los
procedim ient os y la idoneidad de los profesionales que realicen las pr uebas336 .

316. Respect o a la asignación arbit raria de nom bres, el t est igo Máynez Grij alva
declaró que “ la ident idad de los cuerpos dada por el Procurador se desprendió de la
confesión de los det enidos” 337 . Asim ism o, el EAAF señaló que se solicit ó que “ cuat ro de
las ocho osam ent as recuperadas[ , incluyendo las t res víct im as, fueran] com paradas
[ …] sólo con una desaparecida” 338 . El EAAF agregó que “ [ l] os oficios en los que se
realiza est a solicit ud y el expedient e consult ado no especifican la razón por la que
ciert os cuerpos se com paran específicam ent e [ …] sólo con ciert as m uj eres
desaparecidas a uno y dos días del hallazgo” 339 .
317. El Est ado no cont rovirt ió las precisiones de hecho efect uadas por dichos
t est im onios y docum ent os, razón por la cuál el Tribunal da por probadas est as
irregularidades relacionadas con la asignación arbit raria de ident idades.

c.2) Ent rega de los cuerpos sin que exist iese una ident ificación
posit iva
318. Los est ándares int ernacionales exigen que la ent rega de rest os ocurra cuando la
víct im a est é claram ent e ident ificada, es decir, una vez que se haya conseguido una
ident ificación posit iva. El Prot ocolo de Minnesot a est ablece que “ el cuerpo debe ser
ident ificado por t est igos confiables y ot ros m ét odos obj et ivos” 340 .
319. En el present e caso, a pesar de haberse ordenado la realización de diversos
dict ám enes periciales341 , incluyendo unos basados en la superposición cráneo- rost ro y
la realización de pruebas de ADN342 , al m om ent o de la ent rega de los cuerpos el Est ado
sólo cont aba con las opiniones que algunos fam iliares em it ieron respect o a algunos
dat os físicos generales y al reconocim ient o de vest im ent a 343 .

336
declaración del perit o Cast r esana Fer nández, supra not a 137, folio 2883.
337
declaración del t est igo Máynez Grij alva, supra not a 312, folio 3846.
338
Cfr. EAAF, Dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folio 10330.
339
Cfr. EAAF, Dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folio 10331.
340
Cfr. Manual sobre la Pr evención e I nvest igación Efect iva de Ej ecuciones Ext raj udiciales, supra not a
310.
341
Cfr. oficio No. 0504/ 00 em it ido por la agent e del Minist er io Público t it ular de la Fiscalía Especial para
la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres el 10 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda,
t om o I X, anex o 39, folio 2687) .
342
Cfr. oficio No. 0507/ 01 em it ido por la agent e del Minist er io Público t it ular de la Fiscalía Especial para
la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres el 8 de noviem bre de 2001 ( ex pedient e de anexos a la dem anda,
t om o I X, anex o 39, folio 2688) ; oficio 504/ 01 em it ido por la agent e del Minist er io Público t it ular de la Fiscalía
Especial para la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres el 8 de nov iem br e de 2001 ( ex pedient e de anexos a
la dem anda, t om o I X, anexo 39, folio 2689) ; oficio No. 513/ 01 em it ido por la agent e del Minist er io Público
t it ular de la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres el 9 de noviem bre de 2001
( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 39, folio 2690) , y oficio No. 514/ 01 em it ido por la
agent e del Minist er io Público t it ular de la Fiscalía Especial para la I nv est igación de Hom icidios de Muj er es el 9
de noviem br e de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 39, folio 2691) .
343
Cfr. EAAF, Dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folio 10331.
84

320. En efect o, en el caso de la j oven González, el 15 de noviem bre de 2001 su


herm ana señaló que la había reconocido por una m uest ra de cabello, una uña, una
bat a y una blusa, así com o por un relleno dent al 344 . El cuerpo fue ent regado a los
fam iliares ese m ism o día 345 . En el caso de la j oven Herrera, el 16 de noviem bre de
2001 fue reconocida por su herm ano y por su padre a t ravés de “ la ropa que
encont raron” en el lugar del hallazgo de los cadáveres346 . Ese m ism o día les fue
ent regado el cuerpo a los fam iliares347 . Sobre est e caso el EAAF consideró que al
ent regarse los rest os a los fam iliares “ no se cont aba aun con suficient es elem ent os
para est ablecer una ident ificación posit iva” 348 . En el caso de la j oven Ram os, el 22 de
m arzo de 2002 su m adre señaló que reconoció el cuerpo de su hij a por un brassier y
unos “ huar[ a] ches” ( sandalias) que le m ost raron. Asim ism o, indicó que le pregunt aron
si su hij a t enía una fract ura en el brazo, a lo que respondió afirm at ivam ent e 349 . Est a
ident ificación fue rat ificada por el t ío de la víct im a al reconocer los rasgos que le fueron
descrit os y la fract ura en el brazo350 . Ese m ism o día les fue ent regado el cuerpo 351 .
321. Después de haber ent regado los cuerpos a los fam iliares, la Oficina de Servicios
Periciales de Chihuahua em it ió dict ám enes en m at eria de craneom et ría y odont ología y
det erm inó “ coincidencia en relación oseo- facial” y “ caract eríst icas en dient es” al
com parar fot ografías de las víct im as, su cráneo y su dent adura 352 .
322. En relación con la ut ilización de est a m et odología de superposición cráneo-
rost ro, la prueba pericial obrant e en el expedient e indica que debe est ar
com plem ent ada con ot ros dict ám enes para llegar a una ident ificación posit iva. El perit o
Snow precisó que “ ningún ant ropólogo forense responsable ut iliza est a t écnica com o
m edio de ident ificación posit iva” 353 . Por ej em plo, en el caso de la j oven Herrera, la

344
Cfr. com par ecencia de May ela Banda González, supra not a 173, folios 2796 y 2797.
345
Cfr. oficio No. 530/ 01 em it ido por la agent e del Minist er io Público adscr it a a la Fiscalía Especial para
la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres el 15 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda,
t om o I X, anex o 51 y 53, folio 2799) .
346
Cfr. declaración t est im onial de ident ificación de cadáver efect uada por Adrián Herrera Monreal el 16
de noviem bre de 2001 ( expedient e de anex os a la dem anda, t om o I X, anexo 54, folio 2882) y declaración
t est im onial de ident ificación de cadáv er efect uada por Ant onio Herrera Rodríguez ( expedient e de anexos a la
dem anda, t om o I X, anexo 55, folio 2884) .
347
Cfr. oficio No. 534/ 01 em it ido por la agent e del Minist er io Público adscr it a a la Fiscalía Especial para
la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres el 16 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda,
t om o I X, anex os 56 y 57, folio 2886) .
348
Cfr. declaración de la perit a Doret t i, supra not a 141, folio 2347.
349
Cfr. declaración t est im onial de ident ificación de cadáver efect uada por Benit a Monárr ez Salgado el
22 de m arzo de 2002 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 67, folio 2934) .
350
Cfr. declaración t est im onial de ident ificación de cadáver efect uada por Pablo Monárrez Salgado el 22
de m arzo de 2002 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 68, folio 2937) .
351
Cfr. oficio No. 248/ 02 MP aut orización de ent rega del cadáver de Laura Berenice Ram os Monárrez
em it ido por la agent e del Minist erio Público adscr it a a la Fiscalía Especial para la I nvest igación de Hom icidios
de Muj er es el 22 de m arzo de 2002 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 69 y 70, folio
2939) .
352
Cfr. dict am en en ident ificación forense em it ido por la Oficina de Servicios Per iciales en relación con
la j oven González el 21 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 58,
folios 2888 a 2893) ; dict am en en ident ificación forense em it ido por la Oficina de Servicios Per iciales en
relación con la j oven Herrera el 21 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I X,
anexo 59, folios 2895 a 2900) , y dict am en en ident ificación forense em it ido por la Oficina de Servicios
Periciales en r elación con la j oven Ram os el 8 de enero de 2002 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o
I X, anexo 72, folios 2955 a 2962) .
353
Cfr. declaración del perit o Snow, supra not a 321, folio 4224 y declaración de la per it a Doret t i, supra
not a 141, folio 2345.
85

t est igo Doret t i precisó que “ el análisis de superposición cráneo- fot o debería haber sido
reforzado por un análisis genét ico com plet o previo a la ent rega de los rest os” . Al
respect o, la t est igo precisó que est a ent rega de los rest os generó que un dict am en
genét ico realizado casi un año después, ofreciera result ados inconclusos debido a la
poca inform ación genét ica recuperada 354 .
323. Adem ás, el EAAF indicó que en oct ubre de 2003 se solicit aron nuevos análisis
genét icos para los ot ros casos de cam po algodonero. Sin em bargo, los rest os de las
víct im as del present e caso no se analizaron “ posiblem ent e porque ya habían sido
ent regados a sus fam ilias y las m uest ras t om adas en sept iem bre del 2002 se agot aron
en los análisis del 2002” 355 .
324. La Cort e concluye que el reconocim ient o efect uado por part e de fam iliares no
era suficient e para una ident ificación posit iva, así com o t am poco lo eran las pruebas
cráneo- rost ro. Adem ás, la Cort e const at a que la ent rega de cuerpos fue realizada
ant es de que exist iera cert eza sobre la ident idad de los m ism os, lo cual generó
m ayores dificult ades en el proceso post erior de ident ificación a t ravés de m uest ras de
ADN.
325. Con t odo, el Tribunal observa que la ident ificación final de la j oven Ram os se
logró ent re el 18 de oct ubre de 2005 y el 16 de m arzo de 2006, luego de que el EAAF
efect úa un segundo exam en de ADN a una clavícula que su fam ilia conservaba 356 . El 15
de m arzo de 2006 la m adre de la j oven Herrera com pareció ant e el Minist erio Público a
fin de expresar su deseo de no cont inuar con el cot ej o de ADN, m anifest ando su
conform idad con la ident ificación efect uada previam ent e 357 . Los fam iliares de la j oven
González indicaron su conform idad con la ident ificación inicial ( supra párr. 218) .

c.3) . Cont roversias relat ivas a los análisis de ADN


326. La Com isión y los represent ant es alegaron que los result ados de las m uest ras
de ADN “ fueron ent regados dos años después” y que “ no se pud[ ieron] obt ener perfiles
genét icos com plet os” .
327. El Est ado argum ent ó que “ la t ardanza en los result ados de [ …] ADN [ …] no
obedecía a negligencia por part e de la aut oridad m inist erial local sino al procedim ient o
que dichos perit aj es requieren” .
328. En el present e caso se realizaron t res dict ám enes genét icos en 2002. En un
dict am en de sept iem bre de 2002 se concluyó que no exist ía relación genét ica ent re el
cuerpo ident ificado com o el de la j oven Ram os y su fam ilia 358 , lo cual cont radecía las
conclusiones est ablecidas por los exám enes ant ropológicos359 . En ot ro análisis genét ico
realizado en oct ubre de 2002, se det erm inó que la j oven Ram os no present aba

354
Cfr. declaración de la perit a Doret t i, supra not a 141, folio 2347.
355
Cfr. EAAF, dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folio 10341.
356
Cfr. EAAF, dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folios 10358, 10367 y
10368.
357
Cfr. t est im onio de la señor a I rm a Monreal Jaim e rendido ant e el agent e del Minist erio Público
adscr it o al grupo de la Fiscalía Mix t a para la I nvest igación de Hom icidios de Muj eres el 15 de m arzo de 2006
( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXX, anex o 50, Legaj o, I t om o I , folio 10230) .
358
Cfr. EAAF, dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folio 10339.
359
Cfr. declaración de la t est igo Doret t i, supra not a 141, folios 2352 y 2353.
86

parent esco con dos fam ilias analizadas360 y se det erm inó “ probable relación de
parent esco genét ico [ de una osam ent a] con la [ f] am ilia Herrera” 361 . En el caso de la
j oven González, no se pudo confront ar con su fam ilia “ debido a la ausencia de perfil
genét ico en [ su] osam ent a” 362 .
329. Sobre est os result ado el EAAF indicó que el hecho de que se haya concluido que
dos de los perfiles genét icos de dos osam ent as pert enecen a una m ism a persona exigía
“ nuevas m uest ras de los rest os para poder rat ificar o rect ificar el diagnost ico” 363 .
Adicionalm ent e, el EAAF crit icó que “ no t odos los rest os fueron com parados cont ra
t odos los fam iliares de las ocho fam ilias” 364 .
330. Respect o al caso de la j oven Herrera el EAAF señaló que la conclusión de uno de
los análisis era “ insuficient e [ …] para est ablecer una relación genét ica” 365 y que “ [ n] o
const a en el expedient e la cadena de cust odia de las m uest ras de los rest os
m encionados que se analizan en est e prim er análisis genét ico” 366 .
331. La Cort e const at a que exist ieron irregularidades en la aplicación de las pruebas
genét icas y que ést as sólo t uvieron un result ado parcialm ent e posit ivo para el caso de
la j oven Herrera. Para el caso de la j oven González no se t uvo ningún result ado,
m ient ras que para el caso de la j oven Ram os los result ados cont radij eron la
ident ificación ya realizada por los fam iliares y el dict am en cráneo- fot o. En lo que
respect a al alegat o referent e al excesivo t iem po que t om o la realización de las
m encionadas pruebas, no se ofreció argum ent ación sobre prueba que perm it a concluir
sobre dem oras irrazonables.
332. Teniendo en cuent a t odo lo ant erior, la Cort e considera que el present e caso se
relaciona con lo verificado por la Oficina de las Naciones Unidas cont ra la Droga y el
Delit o en ot ros casos sim ilares. Dicha oficina const at ó la “ falt a de t om a de m uest ras de
ADN a las víct im as, a las desaparecidas y a los respect ivos fam iliares” 367 . Cuando est os
se realizaron, m uchos m ost raron result ados dist int os a las ident ificaciones iniciales368 .
En est e sent ido, los result ados de análisis genét icos obt enidos eran en algunos casos
cont radict orios ent re sí, “ un laborat orio por ej em plo, obt iene un result ado posit ivo
ent re det erm inados rest os y una det erm inada fam ilia [ …] , m ient ras que ot ro
laborat orio obt iene result ados negat ivos al realizar la m ism a com paración” . Tam poco
se ut ilizaban soluciones posibles, t ales com o “ j unt a de perit os para revisar las
opiniones divergent es y t rat ar de proporcionar m ayores elem ent os de análisis” 369 .
*
* *

360
Cfr. dict am en realizado por una perit a en genét ica forense el 8 de oct ubre de 2002 ( expedient e de
anexos a la dem anda, t om o XI , folio 2908) .
361
Cfr. dict am en en genét ica forense, supra not a 360, folio 2908.
362
Cfr. dict am en en genét ica forense, supra not a 360, folio 2908.
363
Cfr. EAAF, dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folio 10339.
364
Cfr. EAAF, dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folio 10339.
365
Cfr. EAAF, dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folio 10341.
366
Cfr. EAAF, dict am en en ant ropología y genét ica forense, supra not a 189, folio 10338.
367
Cfr. I nform e de la Com isión de Exper t os I nt ernacionales de las Naciones Unidas, supra not a 76, folio
1901.
368
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1930 y declaración de la perit a
Doret t i, supra not a 141, folio 2352.
369
Cfr. declaración de la perit a Doret t i, supra not a 141, folio 2334.
87

333. Teniendo en cuent a lo expuest o, así com o el reconocim ient o de responsabilidad


efect uado por el Est ado, el Tribunal concluye que se present aron irregularidades
relacionadas con: i) falt a de inform ación en el report e sobre el hallazgo de los
cadáveres, ii) inadecuada preservación de la escena del crim en, iii) falt a de rigor en la
recolección de evidencias y en la cadena de cust odia, iv) cont radicciones e
insuficiencias de las aut opsias, y v) irregularidades e insuficiencias en la ident ificación
de los cuerpos, así com o en la ent rega irregular de los m ism os.

4.2.2.2. Alegadas irregularidades en la act uación seguida cont ra


presunt os responsables y alegada fabricación de culpables
334. La Com isión alegó que se acusó com o responsables de los asesinat os a los
señores Víct or Javier García Uribe y Gust avo González Meza ( en adelant e “ el señor
García” y “ el señor González” ) , a pesar de que no t enían una “ relación evident e con los
hechos” y que su “ det ención [ …] se realizó de m anera arbit raria y sus confesiones de
culpabilidad fueron ext raídas baj o t ort ura” . Los represent ant es concordaron con la
Com isión y agregaron que el “ Procurador [ ordenó] ‘arm ar’ el expedient e y fabricar
culpables, para evit ar la presión social” . Asim ism o, señalaron que el señor González
falleció en la cárcel después de una operación por una hernia, la cual se relacionaría
con la t ort ura padecida. La Com isión y los represent ant es agregaron que los abogados
defensores de los señores García y González fueron asesinados en circunst ancias aún
no aclaradas y que sus fam iliares habrían recibido am enazas, lo cual m ot ivó la
adopción de m edidas caut elares en su favor.
335. El Est ado m anifest ó que la Cort e “ únicam ent e puede conocer de las presunt as
violaciones” por la m uert e de las t res víct im as y no respect o al proceso penal seguido
en cont ra de los señores García y González. Asim ism o, el Est ado señaló que “ la
hipót esis de la probable responsabilidad” de dichos señores “ no puede ni debe ser
considerada com o una fabricación de culpables” , sino que “ se t rat ó del result ado del
análisis de varios elem ent os de convicción que [ …] perm it ían en ese m om ent o,
presum ir [ su] part icipación direct a” en los hom icidios. Sin em bargo, el Est ado
reconoció que la invest igación cont ra dichos señores hizo que no se agot aran “ ot ras
líneas de invest igación” y que “ la det erm inación de la no responsabilidad penal” de
esos dos señores “ generó en [ los] fam iliares falt a de credibilidad en las aut oridades
invest igadoras, pérdida de indicios y pruebas por el sim ple t ranscurso del t iem po” .
336. Respect o al alegat o de incom pet encia señalado por el Est ado, la Cort e reit era lo
señalado en la Resolución de 19 de enero de 2009 ( supra párr. 9) , en el sent ido de
t oda la prueba obrant e en el expedient e en t orno a lo ocurrido con los señores García y
González puede ser ut ilizada com o “ prueba relevant e al m om ent o de evaluar [ …] las
supuest as falencias en las invest igaciones llevadas en el fuero int erno” sobre la m uert e
de las t res víct im as.
337. Al respect o, luego del hallazgo de los cuerpos en el cam po algodonero los días 6
y 7 de noviem bre de 2001, los señores García y González fueron det enidos el 9 de
noviem bre de 2001. En sus declaraciones iniciales acept aron haber com et ido los
crím enes y describieron la form a com o los habrían realizado 370 . Sin em bargo, el 12 de
noviem bre del 2001, al ser escuchados en “ declaración preparat oria” , señalaron que la

370
Cfr. declaración de Víct or Javier Gar cía Ur ibe ant e el Agent e del Minist erio Público adscrit o a la
Procuradur ía General de Just icia del Est ado de Chihuahua el 9 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos
al escr it o de solicit udes y ar gum ent os, t om o XI V, anex o 3, folios 4839 a 4842) y declaración de Gust avo
González Meza ant e el Agent e del Minist erio Público adscr it o a la Procur aduría General de Just icia del Est ado
de Chihuahua el 9 de noviem bre de 2001 ( expedient e de anexos al escrit o de solicit udes y argum ent os,
t om o XI V, anexo 3, folios 4854 a 4857) .
88

confesión que habían hecho se originaba en act os de t ort ura que habían recibido y en
am enazas cont ra ellos y sus fam iliares371 .
338. El 5 de febrero de 2002 el abogado del señor González m urió por disparos a
m anos de la Policía Judicial del Est ado de Chihuahua, en circunst ancias aún no
aclaradas372 . Ese m ism o día, según un inform e de Am nist ía I nt ernacional de 2003, la
esposa del señor García fue am enazada por dos hom bres no ident ificados373 . El 8 de
febrero de 2003 el señor González falleció en el cent ro penit enciario donde se
encont raba recluido, horas después de una int ervención quirúrgica 374 .
339. El 13 de oct ubre de 2004 el Juez Tercero Penal del Dist rit o Judicial Bravos
condenó al señor García a cincuent a años de prisión com o responsable de los
hom icidios en el cam po algodonero 375 . El j uez señaló que la “ ret ract ación” de los
inculpados “ no produce ninguna convicción” porque “ son el result ado de reflexiones de
m ayor m edit ación sobre las consecuencias que t rae el reconocim ient o de la com isión
de un delit o o bien sugerencias de asesores” . El j uzgado agregó que “ las huellas de
violencia encont radas en sus cuerpos no pueden ser la razón por [ la] cu[ al] hayan
est am pado sus firm as en sus prim eras declaraciones.”
340. El 14 de j ulio de 2005 la Cuart a Sala del Suprem o Tribunal de Just icia de
Chihuahua revocó la decisión de prim era inst ancia por falt a de prueba en cont ra del
señor García 376 . Asim ism o, dicha Sala señaló que para det ener e inculpar al señor
García se ut ilizó una averiguación previa relacionada con “ hechos t ot alm ent e dist int os”
ocurridos en 1999, lo cual “ de ninguna form a [ …] era det erm inant e para ordenar [ su]
det ención” . Finalm ent e, se const at ó que no hubo orden j udicial de det ención cuando
perfect am ent e se hubiera podido lograr. A part ir de lo ant erior, la Sala señaló que “ la
det ención de [ los señores García y González] fue arbit raria” . En relación con las
confesiones efect uadas, la Sala señaló que “ result a difícil creer que, conociendo sus
derechos [ a la no aut oincrim inación,] am bos inculpados hubieran relat ado en form a
t an m inuciosa [ …] su part icipación en los hechos” y que incluso hubieran acept ado los
hechos de 1999 “ sin que nadie les pregunt ara al respect o” . Tam bién se aludió a la
“ cont radicción que exist e ent re [ las confesiones] y las aut opsias” , de t al form a que “ las
confesiones de los dos inculpados se elaboraron para coincidir con las fechas de las
desapariciones de las m uj eres que se dij eron ofendidas” .

371
Cfr. declaración preparat or ia de Gust avo González Meza ant e el Juez Ter cero de lo Penal del Dist rit o
Bravos, Chihuahua, el 12 de nov iem bre de 2001 ( expedient e de anexos al escrit o de solicit udes y
argum ent os, t om o XI V, anexo 3, folios 4887 a 4894) y declaración preparat oria de Víct or Javier Gar cía Uribe
ant e el Juez Tercero de lo Penal del Dist rit o Bravos, Chihuahua, el 12 de noviem br e de 2001 ( expedient e de
anexos al escrit o de solicit udes y argum ent os, t om o XI V, anexo 3, folios 4896 a 4904) .
372
La CNDH señaló que “ fue asesinado al ser confundido, a decir de las aut oridades del est ado de
Chihuahua, con un delincuent e, y, según cier t os inform es, el abogado que act ualm ent e defiende a García
Uribe t am bién ha sido am enazado” ( CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folio 2230; CI DH, Sit uación de
los Derechos de la Muj er en Ciudad Juár ez, supra not a 64, folio 1749, y Am nist ía I nt er nacional, Muer t es
int olerables, supra not a 64, folio 2294) .
373
La Com isión y los represent ant es señalaron que en enero de 2006 fue asesinado el abogado del
señor García en circunst ancias aún no aclar adas. Sin em bargo, la única prueba obrant e en el expedient e es
la declaración de una periodist a que fue r echazada por el Tribunal por m ot ivos de form a ( supra párr . 106) .
374
Cfr. resolución de sobreseim ient o por m uert e del procesado Gust avo González Meza ( expedient e de
anexos al escrit o de solicit udes y argum ent os, t om o XVI I I , anexo 3, folios 6164 a 6166) .
375
Cfr. Juez Ter cero Penal del Dist r it o Judicial Bravos, sent encia dict ada en la causa penal 74/ 2004,
“ Guadalupe Luna de la Rosa y ot ras” el 13 de oct ubr e de 2004 ( expedient e de anexos al escrit o de
solicit udes y ar gum ent os, t om o XVI I I , folios 6213 a 6398) .
376
Cfr. Cuart a Sala Penal del Suprem o Tribunal de Just icia del Est ado de Chihuahua, sent encia de 14
de j ulio de 2005 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o X, anexo 83, folios 3422 a 3500) .
89

341. Cabe resalt ar que en 2003 la CNDH, consideró que “ no exist e m om ent o alguno
en que hubiera quedado det allado, o bien, const ancia que perm it a al m enos presum ir
que las lesiones fueron aut oinfligidas, y sí exist en en cont rapart ida, las afirm aciones de
que [ …] fueron obj et o de t ort ura” , por lo cual, para la CNDH, “ quedó acredit ado que
[ …] fueron obj et o de sufrim ient os graves para que rindieran una confesión sobre un
delit o” . Adem ás, precisó que la defensa “ aparece en una labor que dist a de la que debe
realizarse en t érm inos const it ucionales” , “ t oda vez que incluso en una part e de la
confesional com plem ent a la respuest a de sus defendidos para lograr una m ej or
inculpación” 377 .
342. Por su part e, el EAAF resalt ó irregularidades relacionadas con el hecho de que:
i) sólo se les haya enseñado fot ovolant es de 8 m uj eres desaparecidas, siendo que
había m ás m uj eres desaparecidas en esa fecha; ii) j ust am ent e los fot ovolant es que se
les present aron, const it uyeron la list a final de víct im as de cam po algodonero dada
oficialm ent e; iii) es not oria la sim ilit ud de sus declaraciones con el cont enido de
docum ent os oficiales, com o por ej em plo los fot ovolant es y las aut opsias, iv)
recordaban con m ucha precisión dat os físicos y de vest im ent a de cada una de sus
víct im as, a m ás de un año y m eses de algunas desapariciones y que adem ás
recordaban lo m ism o. Asim ism o, el EAAF consideró que dado el nivel de cont radicción
en los perit aj es rendidos, no había explicación sobre su valoración en la sent encia de
condena 378 .
343. La Cort e recuerda que los señores García y González no son las víct im as
respect o de quienes se est á det erm inando la exist encia de presunt as violaciones a la
Convención. Sin em bargo, la inform ación respect o a las irregularidades en la
invest igación es fundam ent al para valorar el acceso a la j ust icia que t uvieron las
m adres y dem ás fam iliares de las t res m uj eres asesinadas. Teniendo en cuent a la
prueba analizada, es posible concluir que las invest igaciones respect o a los “ crím enes
del cam po algodonero” se relacionan con un cont ext o de irregularidades en la
det erm inación de responsables por crím enes sim ilares. Así por ej em plo, la CNDH, en
2003, se refirió a la “ obt ención indiscrim inada de confesiones” por part e de agent es del
Minist erio Público y elem ent os policiales a su cargo. A part ir de 89 casos que se
som et ieron al conocim ient o de la aut oridad j urisdiccional, la CNDH observó que:
las per sonas involucradas en la com isión de los delit os confesaron de m anera " espont ánea"
su par t icipación ant e el agent e del Minist erio Público del est ado, no obst ant e que con
post er ioridad m anifest aron ant e el órgano j urisdiccional que habían sido som et idos a
t ort uras, m alt rat os o am enazas para que fir m aran declaraciones con las que no se
encont raban de acuerdo, y que les habían sido arrancadas con violencia.
[ …]
es claro que en el caso de t ort uras infer idas a personas det enidas, generalm ent e los
responsables suelen recurr ir a práct icas orient adas a t rat ar de no dej ar huella alguna en el
cuerpo de la víct im a, y en su caso a j ust ificar su act uación m ediant e la sim ulación de
cert ificados m édicos, los cuales, por regla general, sin cum plir ningún parám et ro
m et odológico, se concr et an a señalar que la persona exam inada se encont raba " sin
lesiones" 379 .

344. Un I nform e de la Oficina de las Naciones Unidas cont ra la Droga y el Delit o


( ONUDD) sobre su m isión en Ciudad Juárez, analizó el caso Cam po Algodonero y ot ros
casos. Dicha Oficina verificó que varios j ueces invert ían indebidam ent e la carga de la

377
CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folios 2229 y 2230 y Segundo Visit ador General de la
Com isión Nacional de Der echos Hum anos, oficio No. V2/ 004191 de 27 de febrero de 2004 ( expedient e de
anexos a la dem anda, t om o I X, anexo 78, folios 2994 y 2995) .
378
Cfr. declaración de la t est igo Doret t i, supra not a 141, folio 2379.
379
CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folios 2228 y 2229.
90

prueba, rechazaban los alegat os de t ort ura rest ando veracidad a las ret ract aciones e
indicaban que no est aban suficient em ent e probadas, sin una valoración m édico pericial
de las lesiones y sin que se hubiera iniciado una averiguación previa al respect o. El
inform e concluyó que:
[ e] n t odos los procedim ient os exam inados se reproduce el m ism o pat rón: [ …] una part e
significat iva de los [ inculpados] confiesa los cr ím enes que les son im put ados en el
m om ent o de prest ar declar ación en la fase preprocesal o en la averiguación prev ia
asist idos de defensor público ( no designado por ellos) , y no rat ifican aquella en
presencia j udicial, [ …] denunciando t rat os inhum anos y degradant es, y [ …] delit os de
t ort ura, m ediant e los que aquellos habrán obt enido su confesión. I nvariablem ent e, t ales
alegaciones son rechazadas por los Jueces int ervinient es, las sucesivas r esoluciones por
ellos dict adas, con argum ent os m ás o m enos abst ract os, o con diver sa t er m inología
t écnico j urídica, pero sin ordenar invest igaciones o diligencias t endent es a esclarecer si
las denuncias de t ort uras t ienen o no fundam ent o. Est o sucede, a pesar de que en varios
casos, t ales denuncias son ext rem adam ent e det alladas, reproducen en los dist int os
procedim ient os exam inados los m ét odos supuest am ent e ut ilizados por la Policía Judicial
( picanas eléct r icas o " chicharras" , cobij as em papadas de agua, asfix ia con bolsas de
plást ico, et c.) y aparecen confirm adas por inform es inequívocos em it idos por m édicos
part iculares y / o de inst it uciones oficiales que cert ifican las señales físicas de m alos t rat os
incom pat ibles con las hipót esis de aut olesión, así com o por fot ografías y ot ros m edios de
prueba. [ …] Las denuncias de privaciones ilegit im as de libert ad y de t ort uras, seguidas
de la no invest igación de las m ism as por el Minist er io Público y por los Jueces, t ienen
com o corolario, t am bién sist em át ico, la acept ación por los operadores j urídicos de las
declaraciones de inculpados y t est igos en t ales condiciones com o pruebas de cargo
válidas para sobre ellas, const ruir y sust ent ar la im put ación. Los procesos se const ruy en
en Chihuahua, [ …] fundam ent alm ent e, sobre la aut oinculpación de los procesados, y
sobre la inculpación de co- pr ocesados y t est igos380 .

345. En sim ilar sent ido, la Com isión para Ciudad Juárez indicó que “ las periciales
ofrecidas [ …] est aban encam inadas a j ust ificar una hipót esis del Minist erio Público” 381 .
El Relat or de Naciones Unidas para la I ndependencia del Poder Judicial, en 2002, aludió
a la t ort ura de cinco int egrant es de una banda, acusados de algunos de los
crím enes382 . Adem ás, en un inform e de 2003, Am nist ía I nt ernacional docum ent ó al
m enos ot ros t res casos en la ciudad de Chihuahua en los que se denunció la ut ilización
de t ort ura para obt ener confesiones de sospechosos de asesinat os de m uj eres383 .
346. Teniendo en cuent a t odo lo ant erior, la Cort e acept a el reconocim ient o de
responsabilidad est at al respect o a que la invest igación dirigida cont ra los señores
García y González im plicó que “ no se cont inu[ ara] agot ando ot ras líneas de
invest igación” y que “ la det erm inación de la no responsabilidad penal” de esos dos
señores “ generó en [ los] fam iliares falt a de credibilidad en las aut oridades
invest igadoras, pérdida de indicios y pruebas por el sim ple t ranscurso del t iem po” .
Adem ás, el Tribunal resalt a que la falt a de debida invest igación y sanción de las
irregularidades denunciadas propicia la reit eración en el uso de t ales m ét odos por
part e de los invest igadores. Ello afect a la capacidad del Poder Judicial para ident ificar y
perseguir a los responsables y lograr la sanción que corresponda, lo cual hace
inefect ivo el acceso a la j ust icia. En el present e caso, est as irregularidades generaron
el reinicio de la invest igación cuat ro años después de ocurridos los hechos, lo cual
generó un im pact o grave en la eficacia de la m ism a, m ás aún por el t ipo de crim en
com et ido, donde la valoración de evidencias se hace aún m ás difícil con el t ranscurso
380
Cfr. I nform e de la Com isión de Expert os I nt er nacionales de las Naciones Unidas, supra not a 76,
folios 1878, 1879, 1883 y 1891.
381
Cfr. Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont r a las Muj eres en Ciudad Juárez, Ter cer
I nform e de Gest ión, supra not a 101, folio 9011.
382
Cfr. I nform e del Relat or Especial sobr e la I ndependencia de Magist rados y Abogados, supra not a 74,
folio 2100.
383
Cfr. Am nist ía I nt er nacional, Muer t es int oler ables, supra not a 64, folio 2273.
91

del t iem po.

4.2.2.3. Alegada dem ora inj ust ificada e inexist encia de avances
sust anciales en las invest igaciones
347. La Com isión alegó que “ no hubo seguim ient o a t est im onios claves con
inform ación pert inent e para la invest igación” . Los represent ant es concordaron con ello
y agregaron que “ no t ienen ningún sospechoso consignado por los asesinat os” y que
en el caso de la j oven González el Est ado “ se present ó ant e la Cort e sin ningún
avance” .
348. El Est ado señaló que en la segunda et apa de invest igaciones se “ reem prendió
[ la] labor [ invest igat iva ut ilizando] las const ancias iniciales de las diligencias
efect uadas a part ir del hallazgo de los cadáveres” , incluyendo “ los report es de
paradero desconocido, los t est im onios obt enidos, la inspección del lugar del
descubrim ient o, la relación de las evidencias recolect adas y los dict ám enes de
ident ificación” .
349. Al respect o, la j urisprudencia de la Cort e ha señalado que un Est ado puede ser
responsable por dej ar de “ ordenar, pract icar o valorar pruebas que hubieran sido de
m ucha im port ancia para el debido esclarecim ient o de los hom icidios” 384 .
350. En el present e caso, el 9 de m arzo de 2006 la Tit ular de la Fiscalía Mixt a para la
At ención de Hom icidios de Muj eres en Ciudad Juárez recibió el expedient e penal por las
m uert es del cam po algodonero, luego de que el 14 de j ulio de 2005 fuera revocada la
condena del 13 de oct ubre de 2004 cont ra el único acusado 385 . La Cort e const at a que,
sin j ust ificación alguna, las invest igaciones est uvieron paralizadas durant e casi ocho
m eses después de la revocat oria de la condena.
351. Por ot ra part e, durant e la audiencia pública la Cort e fue inform ada sobre los
result ados de la segunda et apa de las invest igaciones y el plan de t rabaj o a seguir por
part e del Minist erio Público 386 . Sin em bargo, no exist en result ados de las diligencias
anunciadas por el Agent e del Minist erio Público a cargo de la invest igación, t ales com o
el est udio de ciert as prendas, nuevos análisis genét icos y la invest igación en t orno a
presunt os responsables.
352. Finalm ent e, el Tribunal resalt a que las falencias invest igat ivas que se dieron en
la prim era et apa de las invest igaciones y que han sido acept adas por el Est ado,
difícilm ent e podrían ser subsanadas por las t ardías e insuficient es diligencias
probat orias que el Est ado ha desarrollado a part ir del año 2006. Prueba de ello son los
ocho años que han t rascurrido desde que sucedieron los hechos sin que la
invest igación pase de su fase prelim inar.

384
Caso de los “ Niños de la Calle” ( Villagrán Morales y ot ros) Vs. Guat em ala, supra not a 31, párr. 230.
385
Cfr. acuerdo de 9 de m arzo de 2006 de la Procuradur ía General de Just icia del est ado de Chihuahua
Zona Nor t e, Fiscalía Mixt a para la I nvest igación de Hom icidio de Muj eres en Ciudad Juárez en el expedient e
de aver iguación prev ia 27913/ 01- I ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXX,
anexo 50, folio 10184) y resolución de la Cuart a Sala Penal del Supr em o Tribunal de Just icia del est ado de
Chihuahua de 14 de j ulio de 2005 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o X, anexo
83, folios 3422 a 3500) .
386
Declaración rendida por el t est igo Caballer o Rodríguez en la audiencia pública celebr ada el 28 de
abril de 2009.
92

4.2.2.4. Alegadas irregularidades relacionadas con la fragm ent ación de


las invest igaciones y su presunt o im pact o en la generación de
im punidad
El Tribunal observa que la cont roversia ent re las part es sobre la fragm ent ación de los
casos se relaciona con t res t em as dist int os: a) las alegadas irregularidades en la
iniciación de una invest igación por t ráfico de órganos y la no art iculación de ést a con la
invest igación por desaparición y hom icidio, b) alegada necesidad de que el fuero
federal conociera del present e caso, y c) alegadas irregularidades derivadas de
invest igar los t res casos en form a separada.

a) Alegadas irregularidades en la iniciación de una invest igación por


t ráfico de órganos y la no art iculación de ést a con la invest igación
por desaparición y hom icidio
353. Las ocho m uert es del cam po algodonero fueron el obj et o de una m ism a
invest igación ant e la PGR ent re los años 2003 y 2006 que indagaba, en el fuero
federal, la posible vinculación con la delincuencia organizada, en part icular con el
t ráfico de órganos387 . El delit o de hom icidio siguió siendo com pet encia de la PGJE388 .
354. La Com isión alegó que “ cuando la Procuraduría General de Just icia de la
República ret uvo los expedient es en ej ercicio de su facult ad de at racción, no hubo
act ividad procesal ni invest igat iva alguna” . Los represent ant es consideraron que est a
línea de invest igación “ se ha considerado inverosím il” , “ con falt a de seriedad” , que ha
“ despert ado m ás m orbo y am arillism o” y que “ después de 4 años [ …] t am poco hubo
aport es de elem ent os en la invest igación de los hom icidios” del cam po algodonero.
Adem ás, resalt aron que “ nunca exist ió conexión alguna ent re la averiguación previa
federal y el proceso que se siguió a [ los señores García y González] ” .
355. El Est ado alegó que en est a invest igación por t ráfico de órganos se realizaron
“ 273 dict ám enes de m edicina forense, genét ica forense, ret rat o hablado, t rabaj o
social, psiquiat ría, grafoscopía, poligrafía, fot ografía, crim inología, crim inalíst ica,
psicología, dact iloscopia, audio, est om at ología forense, reconst rucción facial,
ident ificación, recopilación hem erográfica, inspección con binom io sensor, vict im ología,
quím ica y ant ropología forense. Tam bién fueron t om adas 737 declaraciones
m inist eriales, 246 indagaciones de la Agencia Federal de I nvest igación, 2 asist encias
j urídicas int ernacionales y 43 exhort os en apoyo a la Procuraduría General de
Chihuahua” . Asim ism o, est ableció que “ [ e] l m at erial derivado de las diligencias de la
PGR fue int egrado a la averiguación previa reiniciada no. 27913/ 01- 1” .
356. En lo que respect a a la no at racción del delit o de hom icidio al fuero federal, el
perit o Cast resana Fernández indicó que “ [ d] e acuerdo al principio de invest igación
int egral, la PGR, debió invest igar los hechos de desaparición y hom icidio del Cam po
Algodonero” 389 .
357. La Cort e observa que a pesar de que la legislación int erna prevé la posibilidad
de que las aut oridades federales conozcan t am bién de los delit os de fuero com ún,

387
Cfr. inform e de la Procuraduría General de la República, “ Hom icidios de Muj er es en Ciudad Juárez,
Chihuahua” ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o I I , apéndice 5, folios 184 a 216) y Fiscalía Especial
para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el Municipio de Juárez, Chihuahua,
t ercer inform e, enero 2005 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o X, anexo 81, folio
3362) .
388
Cfr. Tercer I nform e de la Fiscalía Especial, supra not a 387, folio 3363.
389
Declaración del perit o Cast r esana Fer nández, supra not a 137, folio 2902.
93

cuando est os t enga conexidad con delit os federales390 , en est e caso no ocurrió así391 .
Sin em bargo, los represent ant es no argum ent aron por qué ello desconoce la obligación
de garant izar un acceso efect ivo a la j ust icia. En part icular, no queda claro si se t rat a
de una facult ad o de una obligación y en qué form a ello afect aba la invest igación. La
insuficient e m ot ivación de los represent ant es im pide al Tribunal un pronunciam ient o
sobre est e alegat o.
358. Sobre los result ados de la invest igación por t ráfico de órganos, la Cort e observa
que en efect o algunas diligencias de la m ism a fueron t rasladadas en 2007 a la
averiguación previa sobre hom icidio 392 . Sin em bargo la Cort e no cuent a con evidencia
para det erm inar si se rem it ió t oda la prueba m encionada por el Est ado. Asim ism o, los
represent ant es t am poco argum ent aron en qué sent ido esa prueba era relevant e. Por el
cont rario, sost ienen que dicha línea de invest igación era “ inverosím il” . Teniendo en
cuent a lo ant erior, el Tribunal declara que los represent ant es no aport aron elem ent os
que perm it an concluir que la supuest a negligencia en la rem isión de prueba const it uye
- o cont ribuye a- una violación de derechos hum anos.
359. En lo que respect a a la falt a de conexión ent re est a invest igación federal y la
invest igación en Chihuahua, en el expedient e ant e la Cort e no const a prueba suficient e
respect o a que haya exist ido int ercam bio de inform ación ent re la procuraduría local y
federal respect o a los hom icidios de las j óvenes Herrera, González y Ram os. Asim ism o,
la invest igación ant e la PGR em pezó ant es de que hubiese concluido el proceso en
cont ra del señor García. No exist e explicación que perm it a com prender por qué dicha
invest igación alt ernat iva, la cual probablem ent e cont enía inform ación relacionada con
el m encionado inculpado, no fue valorada en el proceso adelant ado en Chihuahua393 .
Sin argum ent ación sobre prueba, es insuficient e reseñar los hechos descrit os para
concluir sobre su im pact o en la ineficacia de la invest igación.

b) Alegadas irregularidades por la falt a de at racción de los


expedient es por part e de la Procuraduría General de la República
360. Los represent ant es alegaron que “ los invest igadores [ debieron llegar] a la
conclusión, al m enos com o hipót esis de invest igación, de que se encont raban ant e un
grupo crim inal organizado” , por lo que “ la com pet encia para la invest igación y
persecución de los crím enes debió at ribuirse desde el m om ent o m ism o del hallazgo de
los cadáveres, al conocim ient o de las aut oridades policiales, fiscales y j udiciales del
fuero Federal” . El no hacerlo “ im pidió la aplicación de la norm at iva específica y la
ut ilización de los m edios legales y m at eriales de invest igación prevenidos para el
crim en organizado, que no son sin em bargo, aplicables a la delincuencia ordinaria” .
390
Cfr. art ículo 73 fracción XXI de la Const it ución Polít ica de los Est ados Unidos Mex icanos ( expedient e
de anexos a la cont est ación de la dem anda, Tom o XXVI I I , Anexo 43, folio 9852) .
391
Cfr. declaración de la t est igo Delgadillo Pér ez, supra not a 187, folio 3513 y declaración del perit o
Cast resana Fer nández, supra not a 137, folio 2902.
392
Cfr. const ancias del 16 de agost o de 2007 por la cual el agent e del Minist erio Público adscr it o a la
Fiscalía Mixt a para la I nvest igación de Hom icidios en Ciudad Juárez localiza difer ent es diligencias ( ex pedient e
de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXVI I , anexo 50, legaj o I I I , t om o I I , folios 10569,
10570, 13577, 13578, 13641 y 13642) .
393
Si bien la Fiscalía Especial indicó que no se encuent ra acr edit ado que en ninguna de las diecinuev e
averiguaciones se hayan “ vulnerado leyes federales que j ust ifiquen la figura de la at r acción" , dicho órgano
indicó que en el Anexo B del inform e “ se det allan las hipót esis de invest igación correspondient es, así com o la
propuest a de diligencias a pract icarse en cada una de las 19 averiguaciones prev ias" por los hom icidios del
t ot al de 22 obj et o de dicho inform e. Aunque lo ant er ior significa un indicio de int ercam bio de infor m ación, la
Cort e observa que no const a que se hayan recom endado diligencias sim ilar es para los casos de las j óvenes
Herrera, González y Ram os ( Tercer I nform e de la Fiscalía Especial, supra not a 387, folio 3363) .
94

361. La t est igo Delgadillo Pérez indicó que “ [ n] o hay explicación por part e del Est ado
de por qué la Federación no at raj o la invest igación por los hom icidios de las 8 m uj eres
si[ ,] com o quedó dem ost rado[ ,] la Procuraduría Local no t enía la capacidad t écnica,
cient ífica y profesional para hacerlo” 394 . El perit o Cast resana Fernández indicó que por
la form a en que se com et ieron los asesinat os y se abandonaron los cadáveres, con el
riesgo inm inent e para los responsables de ser descubiert os, se deriva que era
delincuencia organizada y se infiere que fueron funcionarios del Est ado, o part iculares
que sim plem ent e gozaban de la prot ección de aquéllos. Teniendo en cuent a est e
supuest o, el perit o indicó que “ el m ant enim ient o deliberado de la invest igación en el
fuero est at al, a pesar de exist ir fundados indicios que at ribuían la com pet encia al fuero
federal, t enía ot ra consecuencia igualm ent e det erm inant e de im punidad: im pidió la
aplicación de la norm at iva específica y la ut ilización de los m edios legales y m at eriales
de invest igación prevenidos para el crim en organizado, que no son sin em bargo,
aplicables a la delincuencia ordinaria” . Agregó que lo ant erior generó que el caso
quedara en m anos de “ las m ism as aut oridades est at ales que m anifest aban t an escasa
diligencia” 395 .
362. El Est ado no present ó alegat os sobre est e punt o. Sin em bargo, anexó un
inform e en el que alude a diversos crit erios que regulan la at racción de casos ant e el
fuero federal. En dicho inform e se m enciona el convenio ent re la PGR y la PGJCH para
adelant ar acciones conj unt as de invest igación, un proyect o de reform a const it ucional
en la m at eria y el est ablecim ient o de la Fiscalía Especial que invest igaría los hom icidios
de m uj eres que fueran de com pet encia federal 396 .
363. La Cort e observa que la prueba t est im onial y pericial present ada por los
represent ant es se refiere, en prim er lugar, a que dicha at racción t enía que ocurrir por
la falt a de capacidad t écnica de las aut oridades de Chihuahua. La Cort e no encuent ra
argum ent os respect o al derecho int erno que le perm it an analizar la at ribución de
com pet encia al fuero federal com o consecuencia de las irregularidades que han sido
const at adas en el present e caso. En segundo lugar, no se argum ent a cuáles son esos
fundados indicios que at ribuían com pet encia al fuero federal, m ás allá de presum ir que
la im punidad del caso im plica la part icipación de agent es est at ales o del crim en
organizado. Tam poco se elaboran argum ent os respect o al funcionam ient o de la
at racción al fuero federal. En sum a, los represent ant es no adelant an argum ent ación
sobre prueba y derecho int erno aplicable que perm it a analizar en qué sent ido la falt a
de at racción de los delit os y la no aplicación de m edios legales correspondient es a la
delincuencia organizada cont ribuyó a la ineficacia de los procesos j udiciales
im pulsados.

c) Alegadas irregularidades relacionadas con la fragm ent ación de los


casos y la falt a de invest igación de los m ism os en el m arco de su
cont ext o
364. Los represent ant es alegaron que la “ individualiza[ ción] de la invest igación de
los hom icidios” deviene en “ falt a de búsqueda de la verdad y [ …] j ust icia para las
víct im as” . I ndicaron que “ es poco creíble que una sola persona [ …] pueda est ar
involucrada” en el hom icidio “ y que no t enga relación alguna con los hom icidios de las
ot ras 7 m uj eres” . Agregaron que “ no es creíble” que “ únicam ent e” esa persona “ haya
asesinado a Esm eralda, la haya ido a arroj ar a un lugar donde ya se encont raban ot ros

394
Declaración de la t est igo Delgadillo Pérez, supra not a 187, folio 3513.
395
Declaración del perit o Cast r esana Fer nández, supra not a 137, folios 2902 y 2903.
396
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1980 y 1981.
95

7 cuerpos en circunst ancias sim ilares y haya realizado alguna acción para acelerar el
proceso de descom posición [ …] en la parte superior de [ su] cuerpo” . Asim ism o,
alegaron que “ el caso sub j udice no puede ser analizado de m anera descont ext ualizada
de est e m arco de violaciones graves y sist em át icas cont ra niñas y m uj eres vivida
desde hace 16 años en Ciudad Juárez” .
365. El Est ado indicó que “ el elem ent o com ún en los t res casos es el hallazgo de los
cuerpos en el m ism o predio” . A part ir de ese hecho, alegó que “ se hizo un exam en
concret o de las circunst ancias de los casos” y “ se les dio un t rat am ient o individualizado
dent ro de la invest igación, sin descart ar ot ros posibles rasgos com unes, pero
igualm ent e sin forzar vínculos ent re ellos” , ya que “ se advirt ieron det alles part iculares
en cada caso que no posibilit aban una invest igación en conj unt o, so pena de propiciar
confusión ent re elem ent os dist int os, que a la post re hubiese redundado negat ivam ent e
en los result ados” . Adem ás, señaló que “ [ p] or m et odología de invest igación delict iva,
j am ás se inicia con el supuest o de que dos casos son sim ilares, pues eso const it uiría
una dist orsión subj et iva en el análisis” .
366. La j urisprudencia de la Cort e ha señalado que ciert as líneas de invest igación,
cuando eluden el análisis de los pat rones sist em át icos en los que se enm arcan ciert o
t ipo de violaciones a los derechos hum anos, pueden generar ineficacia en las
invest igaciones397 .
367. En est e caso, la Cort e observa que cuando se reiniciaron las invest igaciones en
m arzo de 2006, el Minist erio Público decidió “ por razones de m ét odo” , “ desglosar t odas
las act uaciones procesales” en un legaj o dest inado a cada una de las ocho víct im as
halladas en el cam po algodonero 398 . Según el t est igo Caballero Rodríguez, el m ot ivo de
la individualización fue “ est ablecer líneas de invest igación concret as en cada caso” ,
“ con independencia de que sea un m ism o expedient e de averiguación” 399 .
368. Los represent ant es no han present ado una clara argum ent ación y prueba
suficient e que dem uest re que el est ablecim ient o de líneas de invest igación concret as
para cada uno de los ochos casos del cam po algodonero pudo haber afect ado la
eficacia de las m ism as. No obst ant e, el Tribunal considera que a pesar de que la
individualización de las invest igaciones puede, en t eoría, incluso favorecer el avance de
las m ism as, el Est ado debe ser concient e que ést as se enm arcan dent ro de un
cont ext o de violencia cont ra la m uj er. Por ende, debe adopt ar las providencias que
sean necesarias para verificar si el hom icidio concret o que invest iga se relaciona o no
con dicho cont ext o. La invest igación con debida diligencia exige t om ar en cuent a lo
ocurrido en ot ros hom icidios y est ablecer algún t ipo de relación ent re ellos. Ello debe
ser im pulsado de oficio, sin que sean las víct im as y sus fam iliares quienes t engan la
carga de asum ir t al iniciat iva.
369. En el present e caso, en las invest igaciones por los t res crím enes no se
encuent ran decisiones del Minist erio Público dirigidas a relacionar est as indagaciones
con los pat rones en los que se enm arcan las desapariciones de ot ras m uj eres. Est o
últ im o fue rat ificado por el agent e del Minist erio Público en la audiencia pública del
present e caso. Por t odo lo ant erior, la Cort e considera que no es acept able el
argum ent o del Est ado en el sent ido de que lo único en com ún ent re los ocho casos sea
que aparecieron en la m ism a zona, ni es adm isible que no exist a una m ínim a

397
Cfr. Caso de la Masacre de la Rochela Vs. Colom bia. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 11
de de m ayo de 2007. Serie C No. 163, párrs. 156, 158 y 164.
398
Cfr. acuerdo de 9 de m arzo de 2006 de la Procuradur ía General de Just icia del est ado de Chihuahua
Zona Nor t e, supra not a 385, folio 10184.
399
Declaración del t est igo Caballero Rodríguez, supra not a 386.
96

valoración j udicial de los efect os del cont ext o respect o a las invest igaciones por est os
hom icidios.
370. Lo ocurrido en el present e caso es concordant e con lo señalado previam ent e en
el cont ext o respect o a que en m uchas invest igaciones se observa la falt a de
cont em plación de las agresiones a m uj eres com o part e de un fenóm eno generalizado
de violencia de género. En est e sent ido, la CNDH señaló en su inform e del año 2003
que la FEI HM no est aba est udiando “ el fenóm eno de m anera global, sino que, a cada
asunt o se le ha ot orgado un t rat am ient o individual, al m argen de las posibilidades
legales, com o si se t rat ara de casos aislados plenam ent e diferenciados y no de m anera
int egral” 400 . Por su part e, la t est igo Delgadillo Pérez declaró que “ [ n] o exist e una
est rat egia int egral en la invest igación de los hom icidios a part ir de pat rones de
violencia det ect ados en cada caso” . Agregó que “ aunque sea una fiscalía especial, se
asigna un det erm inado núm ero de casos a cada agent e del m inist erio público” 401 y “ no
exist en m esas de discusión sobre est rat egias de invest igación y det erm inación de los
hechos a invest igar, donde la t it ular de la fiscalía, el equipo de invest igadores, los
policías j udiciales y perit os, puedan t ener una visión global de lo que ocurre en cada
hecho denunciado” 402 .

4.2.2.5. Alegada falt a de sanción a los funcionarios públicos


involucrados con irregularidades en el present e caso
371. Los represent ant es alegaron que algunos de los funcionarios que incurrieron en
irregularidades, om isiones y negligencias en el present e caso siguieron t rabaj ando en
la PGEC, algunos sólo fueron sancionados adm inist rat ivam ent e y con un “ alcance m uy
lim it ado” , y ot ros no fueron invest igados y sancionados.
372. El Est ado señaló que a part ir de oct ubre de 2004 analizó expedient es de 255
hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez, a efect o de revisar las act uaciones de los
servidores públicos en las diligencias de invest igación. Alegó que se consignaron veint e
acciones ant e t ribunales penales cont ra funcionarios públicos y se iniciaron 62
procedim ient os adm inist rat ivos ant e el órgano de cont rol int erno gubernam ent al
( Secret aría de la Cont raloría del est ado de Chihuahua) . En est os procedim ient os
adm inist rat ivos, quince funcionarios fueron inhabilit ados, cinco dest it uidos, t res
suspendidos y dos am onest ados. Act ualm ent e, quedan abiert os doce procedim ient os
adm inist rat ivos.
373. En ot ros casos el Tribunal se ha referido a inst ancias disciplinarias de caráct er
j udicial en algunos países, ot orgando im port ant e valor sim bólico al m ensaj e de
reproche que puede significar est e t ipo de sanciones respect o a funcionarios públicos y
m iem bros de las fuerzas arm adas403 . Adem ás, el Tribunal resalt a la im port ancia de las
act uaciones disciplinarias en orden a cont rolar la act uación de dichos funcionarios
públicos, part icularm ent e cuando las violaciones de derechos hum anos responden a
pat rones generalizados y sist em át icos.
374. Sobre la relación de las acciones disciplinarias con el derecho de acceso a la
j ust icia, el Tribunal ha señalado que en los procesos disciplinarios se debe det erm inar
las circunst ancias en que se com et ió la infracción al deber funcional que conduj o al

400
Cfr. CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folio 2235.
401
Cfr. declaración de la t est igo Delgadillo Pér ez, supra not a 187, folio 3481.
402
Cfr. declaración de la t est igo Delgadillo Pér ez, supra not a 187, folio 3481.
403
Cfr. Caso de la “ Masacre de Mapir ipán” Vs. Colom bia, supr a not a 252, párr. 215.
97

m enoscabo del derecho int ernacional de los derechos hum anos404 .


375. En el present e caso, el inform e final de la Fiscalía Especial para la At ención de
Delit os Relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el Municipio de Juárez incluye
una list a de funcionarios públicos que int ervinieron en 139 procesos j udiciales
relacionados con dichos hom icidios, así com o del núm ero de aquéllos con posible
responsabilidad penal y adm inist rat iva para cada caso. Sin em bargo, dicha list a no
incluye ninguno de las t res ej ecuciones de est e caso 405 . Adicionalm ent e, el Est ado
present ó un inform e de funcionarios sancionados, indicando el nom bre del funcionario
y el expedient e sobre el cual se le at ribuye posible responsabilidad, así com o t am bién
el est ado procesal del caso. Sin em bargo, la Cort e observa que en est a segunda list a
t am poco se m enciona a funcionarios que hayan sido invest igados por las
irregularidades com et idas en la invest igación de lo ocurrido con las j óvenes Herrera,
González y Ram os406 .
376. De igual form a, en un escrit o present ado por los represent ant es ant e la
Procuradora General de Just icia del Est ado de Chihuahua se incluyó una list a de 25
funcionarios públicos que se alega deberían ser invest igados por diversas om isiones,
negligencias e irregularidades relacionadas con el caso Cam po Algodonero 407 . El Est ado
no adelant ó alegat o alguno respect o a las denuncias efect uadas por los represent ant es
en dicho escrit o.
377. El Tribunal resalt a que las sanciones adm inist rat ivas o penales t ienen un rol
im port ant e para crear la clase de com pet encia y cult ura inst it ucional adecuada para
enfrent ar los fact ores que explican el cont ext o de violencia cont ra la m uj er que ha sido
probado en el present e caso. Si se perm it e que personas responsables de est as graves
irregularidades cont inúen en sus cargos, o peor aún, ocupen posiciones de aut oridad,
se puede generar im punidad y crear las condiciones para que los fact ores que inciden
en el cont ext o de violencia persist an o se agraven.
378. A part ir de la inform ación disponible en el expedient e ant e la Cort e, se concluye
que no se ha invest igado a ninguno de los funcionarios supuest am ent e responsables
por las negligencias ocurridas en el present e caso. En concret o, no se han esclarecido
las graves irregularidades en la persecución de responsables y en el m anej o de las
evidencias durant e la prim era et apa de la invest igación. Ello hace aún m ás m anifiest a
la sit uación de indefensión de las víct im as, cont ribuye a la im punidad y propicia la
repet ición crónica de las violaciones de los derechos hum anos de que se t rat a.

4.2.2.6. Alegada negación de acceso al expedient e y dem oras o


negación de copias del m ism o
379. La Com isión alegó que los fam iliares “ no han t enido acceso a los expedient es” ni
se les ha perm it ido fot ocopiarlo. Sin em bargo, la Com isión no precisó con claridad
fechas y argum ent os sobre prueba al respect o.

404
Cfr. Caso de la Masacr e de la Rochela Vs. Colom bia, supra not a 397, párr. 207.
405
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en
Ciudad Juár ez, I nform e Final, supra not a 87, folios 14881 al 14892.
406
Cfr. Procuraduría General de Just icia del est ado de Chihuahua, I nform e de Funcionarios
Sancionados, em it ido el 27 de abril de 2009 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o
XLI X, anexo 5, folios 17319 al 17346) .
407
Cfr. denuncia de hechos present ada por la Asociación Nacional de Abogados Dem ocrát icos A.C. el 5
de j unio de 2007 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o X, anexo 92, folios 3546 al 3588) .
98

380. Los represent ant es alegaron que “ se ha negado de m anera sist em át ica el
acceso al [ expedient e] ” . Señalaron que en diciem bre de 2004 la Procuradora de
Chihuahua se com prom et ió a ent regar copia de los expedient es y que est o no sucedió.
Alegaron que la m ism a solicit ud se realizó por escrit o durant e los años 2005, 2006 y
2007 sin t ener respuest a. Sin em bargo, los represent ant es no present aron copias de
est as solicit udes.
381. Asim ism o, los represent ant es alegaron que el 4 de agost o de 2006 se reunieron
con la Procuradora y el EAAF y solicit aron verbalm ent e copia de las invest igaciones
realizadas hast a el m om ent o. Precisaron que las copias fueron ent regadas a una de las
m adres un m es después, pero de una m anera incom plet a, por lo que solicit aron la
part e rest ant e, sin t ener respuest a. I ndicaron que el 13 de sept iem bre de 2006 los
fam iliares solicit aron “ las copias del expedient e o perm it ir su lect ura en las oficinas de
la Fiscalía, ant e est as dos posibilidades [ la aut oridad correspondient e] se negó
argum ent ando que se encont raba int egrando las invest igaciones, debido a algunos
sucesos recient es relacionados con est os hom icidios” . Los represent ant es agregaron
que al m enos en seis ocasiones que solicit aron por escrit o el expedient e, ést e les fue
negado con el argum ent o de que " est án invest igando" y que “ el derecho de las
víct im as a conocer sus propios expedient es no puede est ar por encim a de las acciones
de las aut oridades invest igadoras” . El Tribunal observa que los represent ant es no
adelant aron argum ent ación en t orno a si el derecho int erno regula est e t ipo de
rest ricciones en el acceso a la inform ación, cóm o operarían esas posibles rest ricciones
en el present e caso, y por qué dichas posibles rest ricciones son inj ust ificadas o
desproporcionadas.
382. I ndicaron adem ás que solicit aron copias del expedient e ant e la Subprocuraduría
de I nvest igación Especializada en Delincuencia Organizada. Obt uvieron com o respuest a
que “ no se pude t ener acceso al expedient e porque al invest igarse delincuencia
organizada la inform ación es confidencial” . Agregaron que est e expedient e “ se
m ant iene baj o un absolut o herm et ism o” . La Cort e observa que t am poco se present ó
argum ent ación alguna en t orno al derecho int erno que regule las rest ricciones en el
acceso a inform ación sobre invest igaciones en t orno a delincuencia organizada.
383. La falt a de acceso al expedient e, alegaron los represent ant es, im pidió que
“ conoc[ ieran] los avances en las invest igaciones y las líneas de invest igación que
seguían las aut oridades para fincar responsabilidad a los probables responsables de
est os hechos” , así com o t am poco perm it ió que los fam iliares “ ej erc[ ieran] su derecho
Const it ucional de coadyuvar en las invest igaciones y en su caso de apoyar las
det erm inaciones del Minist erio Público” . La Cort e observa que no se adelant ó
argum ent ación en t orno a cóm o se regula en el derecho int erno dicho derecho a la
coadyuvancia.
384. El Est ado alegó que “ ha brindado [ a los fam iliares de las víct im as] t oda la
inform ación relat iva a los expedient es” y que ellos “ y sus represent ant es acredit ados
en el expedient e t ienen acceso a las invest igaciones en t odo m om ent o” .
385. El t est igo Caballero Rodríguez indicó que los fam iliares de las víct im as t ienen
acceso regular al expedient e de la invest igación, pudiendo acceder a él, leerlo y
fot ocopiarlo. Señaló que “ los fam iliares de [ la j oven Ram os] acceden al expedient e
m ediant e una coadyuvant e represent ant e” , la m adre de la j oven González “ ha t enido
cont act o en dos ocasiones [ con él y le] ha pedido inform es del expedient e incluidas
copias cert ificadas” , y en el caso de la j oven Herrera “ [ la] coadyuvant e [ …] no ha
acudido [ ant e el Minist erio Público] para inform ación en ese sent ido” . Adicionalm ent e,
99

hizo not ar que se le ent regó recient em ent e a la coadyuvant e del caso de la j oven
González “ la t ot alidad de las act uaciones que int egran el expedient e” 408 .
386. La Cort e not a que dent ro de la prueba allegada al Tribunal se encuent ran dos
acuerdos de negación de copias. Uno de ellos est ablece que “ dichas copias [ …] serán
expedidas” , pero se inform a que “ por el m om ent o no es posible da[ r] t rám it e a [ la]
solicit ud por encont rarse el expedient e en una revisión en la Ciudad de Chihuahua” y
se precisa que al regresar el expedient e “ se le dará t ram it e a [ la] solicit ud y se
ent regaran las copias solicit adas a la brevedad posible” 409 . El ot ro acuerdo señala que
no const a en el expedient e “ facult ades com o represent ant e” a la coadyuvant e que
solicit ó la copias 410 . Del m ism o m odo, se incluyen diversas solicit udes de copias y
acuerdos de expedición de copias411 .
387. En conclusión, el Tribunal considera que no ha sido ent regada prueba suficient e
sobre la negación de acceso al expedient e y fot ocopias del m ism o. De ot ra part e, no se
ofrecen argum ent os en t orno al derecho int erno que regula la reserva de la
averiguación previa y el alegado “ derecho a la coadyuvancia” . Adem ás, no se precisa el
im pact o específico que cada negación o dilación haya t enido en el ej ercicio de sus
derechos com o part e civil. Por t odo lo ant erior, la Cort e no cuent a con elem ent os para
analizar dichos alegat os.
*
* *
388. A m anera de conclusión, la Cort e acept a el reconocim ient o de responsabilidad
por las irregularidades com et idas en la prim era et apa de las invest igaciones. Sin
em bargo, el Tribunal ha const at ado que en la segunda et apa de las m ism as no se han
subsanado t ot alm ent e dichas falencias. Las irregularidades en el m anej o de evidencias,
la alegada fabricación de culpables, el ret raso en las invest igaciones, la falt a de líneas
de invest igación que t engan en cuent a el cont ext o de violencia cont ra la m uj er en el
que se desenvolvieron las ej ecuciones de las t res víct im as y la inexist encia de
invest igaciones cont ra funcionarios públicos por su supuest a negligencia grave,
vulneran el derecho de acceso a la j ust icia, a una prot ección j udicial eficaz y el derecho
de los fam iliares y de la sociedad a conocer la verdad de lo ocurrido. Adem ás, denot a
un incum plim ient o est at al de garant izar, a t ravés de una invest igación seria y
adecuada, los derechos a la vida, int egridad personal y libert ad personal de las t res
víct im as. Todo ello perm it e concluir que en el present e caso exist e im punidad y que las
408
Declaración rendida por el t est igo Caballero Rodríguez, supra not a 386.
409
Cfr. acuerdo em it ido por un Licenciado del Minist erio Público adscrit o a la Fiscalía Mixt a para la
At ención de Hom icidios de Muj eres el 3 de m ayo de 2007 ( expedient e de anexos al escrit o de solicit udes y
argum ent os, t om o XXI V, anexo 34, folios 8480) .
410
Cfr. acuerdo em it ido por un Agent e del Minist er io Público el 30 de enero de 2008 ( expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXV, anexo 50, legaj o I I , t om o I V, folio 12982) .
411
En el caso de la j oven González se solicit aron copias el 1 de de abril de 2002, 2 de m ayo de 2007,
29 de enero de 2008, 4 de noviem bre de 2008 y 12 de febrero de 2009 y se expidieron copias el 1 de abril
de 2002, 12 de febrero de 2009 y 11 de m arzo de 2009 ( Cfr. expedient e de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XXXI I , anex o 50, legaj o I I , t om o I , folio 11122; t om o XXI V, anexo 34, folios 8478 y 8479;
t om o XLVI I I , anexo 4b, folio 17313, t om o XLVI I I , folio 17193, y t om o XLVI I I , folio 17208) . En el caso de la
j oven Ram os se solicit aron copias el 26 de febrero de 2002, 6 de m arzo de 2007, 3 de m ayo de 2007 y 29
de enero de 2008 y se expidieron copias el 26 de febrero de 2002 y 1 de j unio de 2007 ( Cfr. expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXVI , anexo 50, legaj o I I I , t om o I , folio 13069; t om o XXI V,
anexo 34, folios 8481; t om o XXXVI , anex o 50, legaj o I I I , t om o I , folio 13129; expedient e de anexos al
escr it o de solicit udes y argum ent os, t om o XXI V, anex o 34, folios 8477; expedient e de anexos a la
cont est ación de la dem anda, t om o XXXVI , anexo 50, legaj o I I I , t om o I , folio 13070, y anexo 50, legaj o I I I ,
t om o I , folio 13130. En el caso de la j oven Herrera se expidieron copias el 11 de m arzo de 2002 ( expedient e
de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXX, anexo 50, folio 13171) .
100

m edidas de derecho int erno adopt adas han sido insuficient es para enfrent ar las graves
violaciones de derechos hum anos ocurridas. El Est ado no dem ost ró haber adopt ado
norm as o im plem ent ado las m edidas necesarias, conform e al art ículo 2 de la
Convención Am ericana y al art ículo 7.c de la Convención Belém do Pará, que
perm it ieran a las aut oridades ofrecer una invest igación con debida diligencia. Est a
ineficacia j udicial frent e a casos individuales de violencia cont ra las m uj eres propicia un
am bient e de im punidad que facilit a y prom ueve la repet ición de los hechos de violencia
en general y envía un m ensaj e según el cual la violencia cont ra las m uj eres puede ser
t olerada y acept ada com o part e del diario vivir.
389. Por lo expuest o, el Tribunal concluye que el Est ado incum plió con su deber de
invest igar - y con ello su deber de garant izar- los derechos consagrados en los art ículos
4.1, 5.1, 5.2 y 7.1 de la Convención Am ericana, en relación con los art ículos 1.1 y 2 de
la m ism a y con el art ículo 7.b y 7.c de la Convención Belém do Pará, en perj uicio de
Claudia I vet t e González, Laura Berenice Ram os Monárrez y Esm eralda Herrera
Monreal. Por los m ism os m ot ivos, el Est ado violó los derechos de acceso a la j ust icia y
prot ección j udicial, consagrados en los art ículos 8.1 y 25.1 de la Convención
Am ericana, en relación con los art ículos 1.1 y 2 de la m ism a y 7.b y 7.c de la
Convención Belém do Para, en perj uicio de los fam iliares de las t res víct im as
ident ificados en el párrafo 9 supra.

4.3. Obligación de no discrim inar: La violencia cont ra la m uj er com o


discrim inación
390. La Com isión señaló que “ [ e] s esencial ent ender el vínculo ent re la violencia
cont ra las m uj eres y la discrim inación que la perpet úa, para apreciar el alcance del
deber de debida diligencia en el present e caso” . Según la Com isión, “ act it udes
discrim inat orias cont ra las m uj eres por part e de funcionarios est at ales influenciaron en
la invest igación de est os asesinat os” .
391. Los represent ant es señalaron que “ m ás allá de la violencia por su género, las
niñas y las m uj eres j uarenses sufren una doble discrim inación, ya que el origen
hum ilde de Claudia, Laura y Esm eralda, com o las niñas y m uj eres asesinadas o que
son report adas com o desaparecidas, así com o de las m adres y fam ilias de est as
m uj eres, t am bién genera una discrim inación de clase social” . Añadieron que los daños
generados por los hechos del caso “ se int ensifican porque t ienen com o causa m ant ener
la desigualdad y la discrim inación de las m uj eres” y que “ ent re ot ras condiciones de
vulnerabilidad, los daños se am plían pues la im punidad creada y propiciada desde el
Est ado [ m ] exicano sust ent a y legit im a los pat rones de discrim inación y violencia cont ra
las m uj eres” .
392. El Est ado señaló que “ en las invest igaciones por la desaparición y los hom icidios
de las j óvenes González, Herrera y Ram os no se han encont rado elem ent os que
perm it an suponer [ …] discrim inación” . Agregó que “ ha est ablecido los m ecanism os
necesarios para que las personas que se encuent ran dent ro de su j urisdicción [ …]
puedan ej ercer [ …] sus derechos sin ser obj et o de discrim inación alguna” . Sin
em bargo, reconoció ant e la Cort e que los hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez se
encuent ran influenciados por “ una cult ura de discrim inación cont ra la m uj er” .
393. Dada la cont roversia ent re las part es y la am bigüedad del reconocim ient o
efect uado por el Est ado, el Tribunal analizará si la obligación de no discrim inar
cont enida en el art ículo 1.1 de la Convención fue cum plida en el present e caso.
394. Desde una perspect iva general la CEDAW define la discrim inación cont ra la
m uj er com o “ t oda dist inción, exclusión a rest ricción basada en el sexo que t enga por
101

obj et o o por result ado m enoscabar o anular el reconocim ient o, goce o ej ercicio por la
m uj er, independient em ent e de su est ado civil, sobre la base de la igualdad del hom bre
y la m uj er, de los derechos hum anos y las libert ades fundam ent ales en las esferas
polít ica, económ ica, social, cult ural y civil o en cualquier ot ra esfera” . En el ám bit o
int eram ericano, la Convención Belém do Pará señala que la violencia cont ra la m uj er
es “ una m anifest ación de las relaciones de poder hist óricam ent e desiguales ent re
m uj eres y hom bres” y reconoce que el derecho de t oda m uj er a una vida libre de
violencia incluye el derecho a ser libre de t oda form a de discrim inación.
395. El CEDAW ha declarado que la definición de la discrim inación cont ra la m uj er
“ incluye la violencia basada en el sexo, es decir, la violencia dirigida cont ra la m uj er [ i]
porque es m uj er o [ ii] que la afect a en form a desproporcionada” . El CEDAW t am bién
ha señalado que “ [ l] a violencia cont ra la m uj er es una form a de discrim inación que
im pide gravem ent e que goce de derechos y libert ades en pie de igualdad con el
hom bre” 412 .
396. El Tribunal Europeo de Derechos Hum anos declaró en el caso Opuz vs. Turquía
que “ la falla del Est ado de prot eger a las m uj eres cont ra la violencia dom ést ica viola el
derecho de ellas a igual prot ección de la ley y est a falla no necesit a ser int encional” . La
Cort e Europea consideró que aunque la pasividad j udicial general y discrim inat oria en
Turquía no era int encional, el hecho de que afect aba principalm ent e a las m uj eres
perm it ía concluir que la violencia sufrida por la pet icionaria y su m adre podía
considerarse violencia basada en género, lo cual es una form a de discrim inación en
cont ra de las m uj eres. Para llegar a est a conclusión, el Tribunal aplicó el principio
según el cual una vez que se dem uest ra que la aplicación de una regla lleva a un
im pact o diferenciado ent re m uj eres y hom bres, el Est ado debe probar que se debe a
fact ores obj et ivos no relacionados con la discrim inación. La Cort e Europea const at ó
que en el lugar en que vivía la pet icionaria se present aba el núm ero m ás alt o de
víct im as de violencia dom ést ica, que las víct im as eran t odas m uj eres, que la m ayoría
de las víct im as eran del m ism o origen y, adem ás, que las m uj eres víct im as
enfrent aban problem as cuando denunciaban la violencia, com o el hecho que los
policías no invest igaban los hechos sino que asum ían que dicha violencia era un “ t em a
fam iliar” 413 .
397. En el caso del Penal Cast ro Cast ro Vs. Perú, la Cort e señaló que las m uj eres
det enidas o arrest adas “ no deben sufrir discrim inación, y deben ser prot egidas de
t odas las form as de violencia o explot ación” , que “ deben ser supervisadas y revisadas
por oficiales fem eninas” , que las m uj eres em barazadas y en lact ancia “ deben ser
proveídas con condiciones especiales” . Dicha discrim inación incluye “ la violencia
dirigida cont ra la m uj er porque es m uj er o que la afect a en form a desproporcionada” , y
que abarca “ act os que infligen daños o sufrim ient os de índole física, m ent al o sexual,
am enazas de com et er esos act os, coacción y ot ras form as de privación de la
libert ad” 414 .
398. En el present e caso, el Tribunal const at a que el Est ado señaló ant e el CEDAW
que la “ cult ura de discrim inación” de la m uj er “ cont ribuyó a que [ los] hom icidios [ de
m uj eres en Ciudad Juárez] no fueran percibidos en sus inicios com o un problem a de
m agnit ud im port ant e para el cual se requerían acciones inm ediat as y cont undent es por
part e de las aut oridades com pet ent es” . Adem ás, el Est ado t am bién señaló que est a

412
Cfr. CEDAW, Recom endación general 19: La Violencia cont ra la Muj er , supra not a 268, párr. 1 y 6.
413
ECHR, Case of Opuz v. Turkey, Judgm ent of 9 June 2009, paras. 180, 191 y 200.
414
Cfr. Caso del Penal Miguel Cast ro Cast ro Vs. Perú, supra not a 248, párr. 303.
102

cult ura de discrim inación cont ra la m uj er est aba basada “ en una concepción errónea
de su inferioridad” ( supra párr. 132) .
399. La Cort e considera que est as declaraciones rem it idas com o prueba por el
Est ado, son coincident es con su reconocim ient o de responsabilidad en el sent ido de
que en Ciudad Juárez exist e una “ cult ura de discrim inación” que influenció en los
hom icidios de las m uj eres en Ciudad Juárez. Asim ism o, la Cort e observa que com o ya
fue est ablecido supra, diferent es inform es int ernacionales hicieron la conexión ent re la
violencia cont ra la m uj er y la discrim inación cont ra la m uj er en Ciudad Juárez.
400. De ot ro lado, al m om ent o de invest igar dicha violencia, ha quedado est ablecido
que algunas aut oridades m encionaron que las víct im as eran “ voladas” o que “ se fueron
con el novio” , lo cual, sum ado a la inacción est at al en el com ienzo de la invest igación,
perm it e concluir que est a indiferencia, por sus consecuencias respect o a la im punidad
del caso, reproduce la violencia que se pret ende at acar, sin perj uicio de que const it uye
en sí m ism a una discrim inación en el acceso a la j ust icia. La im punidad de los delit os
com et idos envía el m ensaj e de que la violencia cont ra la m uj er es t olerada, lo que
favorece su perpet uación y la acept ación social del fenóm eno, el sent im ient o y la
sensación de inseguridad en las m uj eres, así com o una persist ent e desconfianza de
ést as en el sist em a de adm inist ración de j ust icia. Al respect o, el Tribunal resalt a lo
precisado por la Com isión I nt eram ericana en su inform e t em át ico sobre “ Acceso a la
Just icia para Muj eres Víct im as de Violencia” en el sent ido de que
[ l] a influencia de pat rones sociocult urales discrim inat orios puede dar com o r esult ado una
descalificación de la credibilidad de la víct im a durant e el proceso penal en casos de violencia
y una asunción t ácit a de responsabilidad de ella por los hechos, ya sea por su form a de
vest ir, por su ocupación laboral, conduct a sexual, relación o parent esco con el agr esor, lo
cual se t raduce en inacción por part e de los fiscales, policías y j ueces ant e denuncias de
hechos violent os. Est a influencia t am bién puede afect ar en form a negat iva la inv est igación de
los casos y la valoración de la prueba subsiguient e, que puede verse m arcada por nociones
est ereot ipadas sobre cuál debe ser el com port am ient o de las m uj er es en sus relaciones
int erper sonales415 .

401. En sim ilar form a, el Tribunal considera que el est ereot ipo de género se refiere a
una pre- concepción de at ribut os o caract eríst icas poseídas o papeles que son o
deberían ser ej ecut ados por hom bres y m uj eres respect ivam ent e. Teniendo en cuent a
las m anifest aciones efect uadas por el Est ado ( supra párr. 398) , es posible asociar la
subordinación de la m uj er a práct icas basadas en est ereot ipos de género socialm ent e
dom inant es y socialm ent e persist ent es, condiciones que se agravan cuando los
est ereot ipos se reflej an, im plícit a o explícit am ent e, en polít icas y práct icas,
part icularm ent e en el razonam ient o y el lenguaj e de las aut oridades de policía j udicial,
com o ocurrió en el present e caso. La creación y uso de est ereot ipos se conviert e en
una de las causas y consecuencias de la violencia de género en cont ra de la m uj er.
402. Por ello, el Tribunal considera que en el present e caso la violencia cont ra la
m uj er const it uyó una form a de discrim inación y declara que el Est ado violó el deber de
no discrim inación cont enido en el art ículo 1.1 de la Convención, en relación con el
deber de garant ía de los derechos consagrados en los art ículos 4.1, 5.1, 5.2 y 7.1 de la
Convención Am ericana, en perj uicio de Laura Berenice Ram os Monárrez, Esm eralda
Herrera Monreal y Claudia I vet t e González; así com o en relación con el acceso a la
j ust icia consagrado en los art ículos 8.1 y 25.1 de la Convención, en perj uicio de los
fam iliares de las víct im as ident ificados en el párrafo 9 supra.

415
CI DH, Acceso a la j ust icia para las m uj er es víct im as de violencia en las Am ér icas, OEA/ Ser .L/ V/ I I .
Doc. 68, 20 enero 2007 ( expedient e de anexos a la dem anda, t om o VI I , anexo 2, folio 1822) .
103

5. D e r e ch os de la s n iña s, a r t ícu lo 1 9 de la Con ve n ción Am e r ica n a


403. La Com isión alegó que el Est ado “ t enía un deber reforzado de prot eger los
derechos hum anos de Laura Berenice Ram os y Esm eralda Herrera Monreal, por dos
fact ores, su m inoría de edad y la obligación de adopt ar m edidas especiales de cuidado,
prevención y garant ía” . Sin em bargo, según la Com isión, “ las inst ancias est at ales
encargadas de hacer cum plir la ley no act uaron para prevenir que acont ezcan hechos
com o los que aquí se analiza ni para individualizar y sancionar a los responsables” y
“ las agencias est at ales encargadas específicam ent e de la prot ección a la infancia no
int ervinieron de m odo alguno ni en la prevención de est os hechos ni en proponer
alguna clase de solución para el caso” .
404. Para los represent ant es, las niñas Herrera y Ram os “ fueron asesinadas ocho
años después de que se t uviera regist ro de los prim eros hom icidios de niñas y m uj eres
en Ciudad Juárez. El Est ado t enía la obligación de adopt ar m edidas especiales de
prot ección para garant izar su vida, libert ad e int egridad personales” . Manifest aron que
el Est ado “ falló en adopt ar m edidas para prevenir la violencia com unit aria y para
asegurar el pleno goce de los derechos fundam ent ales de la niñez” .
405. El Est ado afirm ó que “ cum ple con su obligación de prot ección a los niños con la
adopción de m edidas acordes con su sit uación especial de vulnerabilidad” . Adem ás,
sost uvo que no t endría responsabilidad int ernacional puest o que “ no exist ió
part icipación direct a de agent es est at ales en los hom icidios [ …] , adem ás de que no se
dem ost ró que la m inoría de edad de las víct im as hubiera sido un fact or relevant e” , y
por ha im plem ent ado “ m edidas especiales para asegurar la plena vigencia de los
derechos del niño” .
406. Com o ya se ha est ablecido con ant erioridad, en la época de los hechos, las
aut oridades públicas t enían conocim ient o de un cont ext o de desapariciones, violencia y
hom icidios cont ra m uj eres j óvenes y niñas ( supra párr. 129) .
407. El expert o independient e de las Naciones Unidas para el est udio de la violencia
cont ra los niños ha afirm ado que “ [ l] a violencia cont ra los niños se present a baj o
diversas form as y depende de una am plia gam a de fact ores, desde las caract eríst icas
personales de la víct im a y el agresor hast a sus ent ornos cult urales y físicos” . El grado
de desarrollo económ ico, el nivel social, la edad, el sexo y el género son algunos de los
m uchos fact ores relacionados con el riesgo de la violencia let al. Asim ism o, ha
m anifest ado que “ la violencia sexual afect a principalm ent e a los que han alcanzado la
pubert ad o la adolescencia” , siendo las niñas las m ás expuest as a sufrir est e t ipo de
violencia 416 .
408. Est a Cort e ha est ablecido que los niños y niñas t ienen derechos especiales a los
que corresponden deberes específicos por part e de la fam ilia, la sociedad y el Est ado.
Adem ás, su condición exige una prot ección especial que debe ser ent endida com o un
derecho adicional y com plem ent ario a los dem ás derechos que la Convención reconoce
a t oda persona 417 . La prevalencia del int erés superior del niño debe ser ent endida
com o la necesidad de sat isfacción de t odos los derechos de la infancia y la
adolescencia, que obliga al Est ado e irradia efect os en la int erpret ación de t odos los

416
Naciones Unidas, I nform e del expert o independient e para el est udio de la violencia cont ra los niños,
Paulo Sérgio Pinheiro, present ado con arr eglo a la resolución 60/ 231 de la Asam blea General, A/ 61/ 299, 29
de agost o de 2006, párrs. 25, 29 y 30.
417
Cfr. Condición Jurídica y Derechos Hum anos del Niño. Opinión Consult iva OC- 17/ 02 de 28 de agost o
de 2002. Serie A No. 17, párrs. 53, 54 y 60; Caso de los Herm anos Góm ez Paquiy auri Vs. Perú. Fondo,
Reparaciones y Cost as. Sent encia de 8 de j ulio de 2004. Serie C No. 110, párr. 164, y Caso de las Niñas
Yean y Bosico Vs. República Dom inicana. Excepciones Prelim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia
de 8 de sept iem bre de 2005. Serie C No. 130, párr. 133.
104

dem ás derechos de la Convención cuando el caso se refiera a m enores de edad 418 .


Asim ism o, el Est ado debe prest ar especial at ención a las necesidades y los derechos de
las presunt as víct im as en consideración a su condición de niñas, com o m uj eres que
pert enecen a un grupo en una sit uación vulnerable 419 .
409. En el present e caso, la Cort e considera que el Est ado t enía la obligación de
adopt ar t odas las m edidas posit ivas que fueran necesarias para garant izar los derechos
de las niñas desaparecidas. En concret o, el Est ado t enía el deber de asegurar que
fueran encont radas a la m ayor brevedad, una vez los fam iliares report aron su
ausencia, especialm ent e debido a que el Est ado t enía conocim ient o de la exist encia de
un cont ext o específico en el que niñas est aban siendo desaparecidas.
410. A pesar de la exist encia de legislación para la prot ección de la niñez420 , así
com o de det erm inadas polít icas est at ales421 , la Cort e resalt a que de la prueba aport ada
por el Est ado no const a que, en el caso concret o, esas m edidas se hayan t raducido en
m edidas efect ivas para iniciar una pront a búsqueda, act ivar t odos los recursos para
m ovilizar a las diferent es inst it uciones y desplegar m ecanism os int ernos para obt ener
inform ación que perm it iera localizar a las niñas con rapidez y, una vez encont rados los
cuerpos, realizar las invest igaciones, procesar y sancionar a los responsables de form a
eficaz y expedit a. En definit iva, el Est ado no dem ost ró t ener m ecanism os de reacción o
polít icas públicas que dot aran a las inst it uciones involucradas de los m ecanism os
necesarios para garant izar los derechos de las niñas.
411. Consecuent em ent e, est e Tribunal encuent ra que el Est ado violó el derecho
consagrado en el art ículo 19 de la Convención, en relación con los art ículos 1.1 y 2 de
dicho t rat ado, en perj uicio de las niñas Esm eralda Herrera Monreal y Laura Berenice
Ram os Monárrez.

6. D e r e ch o a la in t e gr ida d pe r sona l de los fa m ilia r e s de la s víct im a s


412. Est e Tribunal ha det erm inado que no subsist e cont roversia en t orno a las
alegadas violaciones al derecho consagrado en el art ículo 5.1 de la Convención en
perj uicio de los fam iliares de las víct im as, por las violaciones acept adas por el Est ado
en la “ prim era et apa” de las invest igaciones ( supra párr. 20) . Sin perj uicio de lo
ant erior, considera oport uno precisar la ent idad y alcance de t ales violaciones.
Adem ás, se det erm inará si hubo o no violación del art ículo 5 de la Convención por
hechos dist int os a los reconocidos por el Est ado. En est e sent ido, la Cort e analizará la
afect ación a la int egridad psíquica y m oral de los fam iliares de las víct im as por los

418
Cfr. Condición Jurídica y Derechos Hum anos del Niño, supr a not a 417, párrs. 56, 57 y 60 y Caso de
las Niñas Yean y Bosico Vs. República Dom inicana, supra not a 417, párr. 134.
419
Cfr. CEDAW, Recom endación general 24: La m uj er y la salud, 20° período de sesiones,
A/ 54/ 38/ Rev.1, 1999, párr. 6 y Caso de las Niñas Yean y Bosico Vs. República Dom inicana, supra not a 417,
párr. 134.
420
Cfr. Const it ución Polít ica de los Est ados Unidos Mexicanos, art ículo 4 ( expedient e de anexos a la
cont est ación de la dem anda, anexo 43, t om o XXVI I I , folio 9816) y Ley para la Prot ección de los Derechos de
las Niñas, Niños y Adolescent es, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de m ayo de 2000,
art ículos 2 a 5 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, anexo 103, t om o XLI I I , folio
16049) .
421
Com o por ej em plo la cr eación del Consej o Nacional para la I nfancia y la Adolescencia ( expedient e
de anexos a la cont est ación de la dem anda, anexo 104, t om o XLI I I , folios 16065 a 16068) ; el Sist em a
Nacional para el Desarrollo I nt egral de la Fam ilia ( expedient e de fondo, t om o I I I , folio 1082) ; el Plan de
Acción Nacional para Prev enir, At ender y Erradicar la Explot ación Sexual Com ercial I nfant il ( expedient e de
fondo, t om o I I I , folio 1082) , y la Cam paña de Prev ención de la Violencia hacia la Niñez ( expedient e de
fondo, t om o I I I , folio 1085) .
105

hechos acaecidos a ést as, las invest igaciones llevadas a cabo para det erm inar lo
ocurrido y el t rat o que las aut oridades dieron a los fam iliares y a los rest os de las
víct im as. Post eriorm ent e, se analizarán las alegadas violaciones por act os de
host igam ient o, am enazas e int im idaciones a los fam iliares de las víct im as.

6.1. Sufrim ient o de los fam iliares por lo ocurrido con las víct im as y por la
búsqueda de la verdad
413. La Com isión alegó que las m adres de las víct im as fueron afect adas en su
int egridad psíquica y m oral com o consecuencia direct a de la repent ina desaparición de
sus hij as, del desconocim ient o de su paradero durant e un periodo considerable de
t iem po y de la falt a de invest igación de lo ocurrido, así com o por el t rat am ient o que
recibieron por part e de las aut oridades, desde act it udes indiferent es hast a host iles.
414. Los represent ant es alegaron que “ [ l] a desaparición, la t ort ura, el asesinat o, la
dest rucción de sus rest os y la falt a de respuest as apropiadas, oport unas y eficaces por
part e de las aut oridades para esclarecer las circunst ancias de la m uert e de [ las
víct im as] , han provocado en los fam iliares daños considerables a su salud física y
m ent al, a su calidad y proyect o de vida, a su sensación de bienest ar y han vulnerado
de m anera im port ant e su[ s] sent im ient o[ s] de dignidad, de seguridad y de pert enencia
a una com unidad donde los derechos de las víct im as son reconocidos y respet ados,
m arcando un lím it e a sus expect at ivas de vida” .
415. La Cort e ha declarado en ot ras oport unidades que los fam iliares de las víct im as
de violaciones de los derechos hum anos pueden ser, a su vez, víct im as422 .
416. En el caso de la j oven Ram os, su m adre declaró ant e est e Tribunal que:
t uvieron que pasar cinco m eses para que m e pudieran m ost rar el cuerpo de m i hij a, y no er a
cuerpo, eran huesos [ …] y siem pre m e decían que t enía que llevar un m édico o un dent ist a y
los llevaba y nunca nos per m it ieron v er el cuerpo t am poco.
[ …]
Necesit aba saber si m i hij a est aba v iva [ o] m uer t a [ y] necesit aba reconocer ese cuerpo, por
lo que le dij e a la fiscal suplent e que si yo r econocía el cuerpo m e lo ent regaba com o r egalo
de cum pleaños, y m e dij o que era m uy cr uel, pero que sí. El 20 de m arzo logré ent rar a
reconocer los huesos, y m e dij eron que podía hacer lo que quisiera con ellos423 .
[ …]
[ Las invest igaciones realizadas por la aut oridades] fueron nulas, aunque yo les llevaba líneas
precisas de invest igación, nunca m e hicier on caso, t rat aban de darnos m ínim as ayudas que
no reest ablecía[ n] el dolor que llevaba dent ro, t odo lo que t enía que luchar para seguir
invest igando [ …] .
[ N] o es [ sólo el] daño de que m i hij a se perdió, nos dañaron a t oda la fam ilia, m is hij os
Claudia I vonne y Jorge Daniel, ellos necesit an m ucho apoyo psicológico porque les quit aron
t am bién una part e, [ …] ya no est am os com plet os, [ …] yo no necesit o que m e den una

422
Cfr. Caso Bám aca Velásquez Vs. Guat em ala. Fondo. Sent encia de 25 de noviem bre de 2000. Serie C
No. 70, párr. 160; Caso Escué Zapat a Vs. Colom bia, supra not a 309, párr. 77 y Caso Anzualdo Cast ro Vs.
Perú, supra not a 30, párr 105. Si bien en la sent encia del caso Valle Jaram illo, la Cort e est ableció que con
respect o a los fam iliares que no pert enecen al núcleo de “ fam iliar es direct os” no hay presunción de
sufrim ient o si no que corresponde al Tr ibunal analizar en esos casos si exist e, int er alia, v ínculo afect iv o,
sufrim ient o o si part iciparon en la búsqueda de la verdad, en el present e caso el Est ado se allanó respect o al
alegado sufrim ient o de los fam iliares, por lo que la Cort e no aplica en el present e caso t al análisis ( Cfr . Caso
Valle Jaram illo y ot ros Vs. Colom bia. supra not a 49, párr 119) .
423
Cfr. declaración de la señor a Monárr ez en la audiencia pública, supra not a 183. Ver t am bién
declaración de la señora Benit a Monárr ez Salgado ant e el agent e del Minist er io Público de la Procur aduría
General de Just icia del est ado de Chihuahua el 24 de j ulio de 2006 ( expedient e de anexos a la cont est ación
a la dem anda, t om o XXI X, anexo 46, folio 10046) .
106

palm ada de pobrecit a, yo necesit aba que buscaran a m i hij a, que m e ent regaran a m i hij a,
que m e ent regaran el r econocim ient o de que era m i hij a o no. Ahora les ex ij o [ …]
ret ribúyanm e t oda m i v ida, porque m i vida ya no es la m ism a, eso es lo que yo les pido a
est as personas que yo sé que t ienen el poder para poder hacer que ellos paguen t odo el
daño, t odo lo que nos han hecho 424 .

417. En el caso de la m adre de la j oven Herrera, en su declaración ant e la Cort e


relat ó:
La act it ud de las aut oridades ha sido m uy m ala [ …] nunca se han dignado ni siquiera [ en]
llam arnos, en [ …] ocho años, [ para] decir m e [ cóm o] van las invest igaciones [ …] de t odo m e
t engo que ent erar por los m edios de com unicación.
[ …]
El proceso de ident ificación de m i hij a se hace hast a los cuat ro años que yo pido una
exhum ación y un ADN [ …] . Ese proceso fue m uy difícil para m í y para m i fam ilia, porque
volvim os a v ivir un funeral, una ex hum ación, yo en var ias ocasiones [ int ent é] quit ar m e la
vida porque para m í la vida no t enía sent ido, porque yo no veía j ust icia [ …] . Mis hij os m ás
pequeños int ent aron quit arse la vida, est uvieron int ernados. Mi hij a que era una niña de once
años en ese ent onces, [ …] dibuj aba pesquisas y las pegaba por t oda la casa [ …] porque las
aut oridades nunca m e elabor aron una pesquisa.
[ …]
Yo m e pasaba las noches im aginándom e lo que a m i hij a le hicieron, cóm o m e la violaban,
cóm o m e la t or t uraban. Era una cosa horrible, que yo no podía dorm ir , por est ar im aginando.
De igual m anera, por est ar esperándola, yo t enía la esper anza y la ilusión de que m i hij a iba
a aparecer, que algún día que yo llegara de m i t rabaj o m e iban a decir , así com o m e decían
Esm eralda no aparece, [ …] Esm eralda aquí est á. Esm eralda ya apareció.

418. La m adre de la j oven González declaró ant e la Cort e que:


[ Y] o m e afect é m ucho, yo m e enfer m é, m i herm ana se puso m ala t am bién, y t am bién t uve
un hij o m alo de cáncer, a él le afect ó cuando encont ram os el cadáver, a los dos m eses [ …]
falleció [ …] en nada m e ha[ n] ayudado [ las aut oridades] ni siquiera t ienen avances [ …] . No
[ …] nos han respet ado [ …] porque no han hallado a los culpables, y sigue habiendo m uchas
m uchachit as desaparecidas [ …] . No confío ya en ellos [ …] . Tengo hij as y t engo m iedo que
m e vuelva a pasar porque la aut oridad no hace nada [ …] .
[ para] que nos dieran inform ación [ …] íbam os a diario y [ …] a veces [ …] t enían la puert a
cerrada y no nos at endían, [ nada m ás que nuest ra fuerza eran los periodist as. [ …] Nos
hicieron a m i hij a y a m í la prim era vez prueba de ADN y pasaron com o t res m eses y
vinieron a hacer ot ra prueba de ADN. La m andaron ot ra v ez de México y yo les dij e: “ pues
si ya habían hecho una ¿dónde est á?” . [ Respondieron] “ No señora pues que se perdió, que
se echó a perder” [ …] .
Lo m ás difícil es la im pot encia, [ el] coraj e por m is hij as que m e quedan, eso es lo que ya no
quiero que m e pase 425 .

419. Del acervo probat orio se desprende que t ras la desaparición de las t res
víct im as, los fam iliares t uvieron que em prender diferent es act uaciones para buscar a
las desaparecidas ant e la inact ividad de las aut oridades, las cuales al m ism o t iem po
em it ían j uicios reprochables en cont ra de las j óvenes, causando con ello sufrim ient o a
los fam iliares. Así, los inform es periciales indicaron que los j uicios em it idos por las
aut oridades, en el sent ido de que la culpabilidad de las desapariciones radicaba en la
conduct a de las j óvenes, “ producen confusión y angust ia en los fam iliares,
especialm ent e en aquellos en [ los] que les const a que la vida de sus hij as no
concuerda con est as versiones” 426 . Asim ism o, “ [ l] as m adres insist en en el agravio
experim ent ado por la negligencia de las aut oridades y la inhum anidad con que han

424
Cfr. declaración de la señora Monárrez, supr a not a 183.
425
Cfr. declaración de la señora González, supr a not a 183.
426
Cfr. declaración rendida m ediant e fedat ar io público por la perit o Lira Kor nfeld el 21 de abril de 2009
( expedient e de fondo, t om o XI , folio 3340) .
107

sido t rat adas, subrayando [ …] el padecim ient o agravado por ese m alt rat o, por
desalent ar la denuncia que t al vez hubiera perm it ido encont rarlas con vida y por la
falt a de inform ación durant e t odo el proceso” 427 .
420. Por ot ra part e, los fam iliares sufrieron en su salud m ent al y em ocional por la
falt a de diligencia en la det erm inación de la ident idad de los rest os encont rados y la
falt a de inform ación sobre las act uaciones realizadas por part e de las aut oridades. Así,
“ [ l] a no ident ificación de los cuerpos [ por el lapso de varios años] ha im pedido a las
fam ilias vivir los rit os que acom pañan la m uert e y el ent ierro de su ser querido,
alt erando bruscam ent e su proceso de duelo. No han podido sanar las heridas,
obligadas a vivir con un dolor perm anent e que se reaviva cada vez que las not icias
anuncian el hallazgo de nuevos cadáveres” 428 .
421. La falt a de invest igaciones t endient es a hallar la verdad, j uzgar y, en su caso,
sancionar a los responsables “ agrava la experiencia de im pot encia, desam paro e
indefensión de est as fam ilias” 429 .
422. El Est ado reconoció que “ las irregularidades adm it idas por la aut oridad al inicio
de las invest igaciones de los [ t res] hom icidios [ …] , afect aron direct am ent e a los
fam iliares [ …] . En t al virt ud, el Est ado reconoce y acept a que el derecho a la int egridad
psíquica y m oral de los fam iliares se vio vulnerado” .
423. El Est ado especificó el alcance de su allanam ient o en los siguient es t érm inos:
i) al m om ent o en que los cuerpos fueron localizados, las aut oridades no
t om aron las precauciones suficient es para resguardar el lugar de los hechos y
los dem ás elem ent os que se encont raron en el m ism o, elem ent os que
const it uyen evidencias m at eriales de los hom icidios. Est a negligencia
obst aculizó e induj o a errores en las invest igaciones iniciales de los hom icidios,
lo que provocó un sufrim ient o adicional en los fam iliares de las víct im as;
ii) los errores y negligencias en la int egración de los expedient es cont ribuyeron
de igual form a al ret raso en las invest igaciones para encont rar a los
responsables de los hom icidios. Est a cuest ión afect ó a los fam iliares al no t ener
cert eza sobre la seriedad, im parcialidad y exhaust ividad de las invest igaciones
por los hom icidios de las vict im as;
iii) el reinicio de las invest igaciones de los hom icidios se debió en part e a la
necesidad de ident ificar a las víct im as, en virt ud de que los fam iliares habían
expresado duda razonable sobre los exám enes de ident ificación realizados,
reconociendo “ el sufrim ient o de las m adres [ …] al t ener que ident ificar los
cuerpos de sus hij as, cuando est os se encont raban en un alt o grado de
descom posición que los hacía práct icam ent e irreconocibles” ;
iv) el Est ado es conscient e del sufrim ient o que causa a los fam iliares de las
víct im as el hecho de que no se haya ident ificado hast a el m om ent o a los
responsables de los hom icidios de las j óvenes González, Herrera y Ram os, y
v) que al inicio de las invest igaciones los fam iliares no fueron inform ados
punt ualm ent e de las indagat orias y de las diligencias que las aut oridades
llevaban a cabo para ident ificar y ubicar a los responsables. Reprobó las
act it udes insensibles m ost radas por los funcionarios de la Procuraduría General

427
Cfr. declaración de la perit o Lira Kornfeld, supra not a 426, folio 3340.
428
Cfr. Am nist ía I nt er nacional, Muer t es int oler ables, supra not a 64, folio 2282 En igual sent ido CI DH,
Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folio 1745.
429
Cfr. declaración de la perit o Lira Kornfeld, supra not a 426, folio 3339.
108

de Just icia del est ado de Chihuahua con los fam iliares. Reprochó la
insensibilidad de las aut oridades al ent regar los cuerpos de las j óvenes
González, Herrera y Ram os a sus fam iliares y lam ent ó las declaraciones
em it idas por funcionarios públicos en relación con los hom icidios de las j óvenes
González, Herrera y Ram os, que last im aron la int egridad psíquica y m oral de
sus fam iliares.
424. En virt ud de lo expuest o, la Cort e concluye que la violación de la int egridad
personal de los fam iliares de las víct im as se ha configurado por las circunst ancias
sufridas durant e t odo el proceso desde que las j óvenes Esm eralda Herrera Monreal,
Claudia I vet t e González y Laura Berenice Ram os Monárrez desaparecieron, así com o
por el cont ext o general en el que ocurrieron los hechos. La irregular y deficient e
act uación de las aut oridades del Est ado a la hora de buscar el paradero de las víct im as
una vez report ada su desaparición, la m ala diligencia en la det erm inación de la
ident idad de los rest os, de las circunst ancias y causas de las m uert es, el ret raso en la
ent rega de los cadáveres, la ausencia de inform ación sobre el desarrollo de las
invest igaciones y el t rat o dado a los fam iliares durant e t odo el proceso de búsqueda de
verdad ha provocado en ellos un gran sufrim ient o y angust ia. Todo ello, a crit erio del
Tribunal, configura un t rat o degradant e, cont rario al art ículo 5.1 y 5.2 de la
Convención Am ericana, en relación con el art ículo 1.1, en perj uicio de I rm a Monreal
Jaim e, Benigno Herrera Monreal, Adrián Herrera Monreal, Juan Ant onio Herrera
Monreal, Cecilia Herrera Monreal, Zulem a Mont ij o Monreal, Erick Mont ij o Monreal,
Juana Ballín Cast ro, I rm a Josefina González Rodríguez, Mayela Banda González, Gem a
I ris González, Karla Arizbet h Hernández Banda, Jacqueline Hernández, Carlos
Hernández Llam as, Benit a Monárrez Salgado, Claudia I vonne Ram os Monárrez, Daniel
Ram os Monárrez, Ram ón Ant onio Aragón Monárrez, Claudia Dayana Berm údez Ram os,
I t zel Arely Berm údez Ram os, Paola Alexandra Berm údez Ram os, At ziri Geraldine
Berm údez Ram os.

6.2. Am enazas, int im idación y host igam ient os sufridos por los fam iliares
425. La Com isión alegó que “ las m adres de Claudia I vet t e, Esm eralda y Laura
Berenice [ …] han sido víct im as de host igam ient o, m alos t rat os e int im idación por
aut oridades y agent es est at ales de m anera cont inua desde la denuncia de las
desapariciones hast a la act ualidad” . Para la Com isión, “ la búsqueda de j ust icia en est e
caso conllevó a que las m adres y algunos m iem bros de sus fam ilias sean víct im as de
host igam ient os y am enazas en diferent es m om ent os a part ir de que ocurrieron las
desapariciones de sus hij as, poniéndose en riesgo sus vidas e int egridad” .
426. Los represent ant es afirm aron que “ ant e la dem anda de j ust icia y de
invest igación por part e de las m adres de Esm eralda, Laura, Claudia y sus fam ilias, la
respuest a del Est ado m exicano fue la int im idación, host igam ient o, form as sist em át icas
de disuasión, hast a la violencia en su cont ra: direct a, hacia sus hij os o cont ra sus
defensoras” .
427. El Est ado dest acó que “ durant e las invest igaciones por la desaparición, la
ubicación de los rest os y las indagat orias para encont rar a los responsables de los
hom icidios de Claudia I vet t e González, Esm eralda Herrera Monreal y Laura Berenice
Ram os Monárrez, no se encuent ran elem ent os que dem uest ren act os de desprecio
público, persecución o discrim inación en agravio de los fam iliares de est as t res
m uj eres” . El Est ado aseguró que “ no se encuent ran elem ent os que perm it an dem ost rar
acusaciones falsas o am enazas com et idas por agent es del Est ado en cont ra de los
fam iliares de las t res víct im as. Por el cont rario, el Est ado ha inform ado a la Cort e que
los fam iliares de las j óvenes González, Herrera y Ram os cuent an con t odos los
109

recursos cont em plados en la legislación nacional para denunciar posibles acusaciones o


am enazas. No obst ant e, los fam iliares no han acudido a report ar est as act uaciones con
lo que las aut oridades no cuent an con elem ent os para invest igar las m ism as y
sancionar a los responsables.
428. La señora Monárrez declaró ant e el Tribunal lo siguient e:
[ por haber t om ado el hueso de m i hij a] em pezaron seguim ient os, carr os, ident ificados t ant o
por m í com o por m i hij a Claudia I vonne, que nos seguían a t odas part es, vehículos oficiales
de la PGR.
[ …]
yo t uve que salir de m i país porque en alguna ocasión t rat aron de arrollar nos a m is dos hij os
m enor es y a m í, y t uve que pedir asilo en los Est ados Unidos porque después de que no
buscaron a m i hij a yo form é una organización que se llam ó I nt egración de Madres por Juárez
[ …]
[ E] st ábam os siendo perseguidos, inclusive a m i hij a Claudia I vonne, ella se había quedado
en Méx ico cuando yo m e fui a pedir asilo. Tuvim os que llevar un proceso m uy duro. Tuvim os
que est ar det enidos. Yo duré t res sem anas con m i niño de cinco años, que ahorit a él t iene un
problem a. Él no puede ver a las aut oridades. Él no puede ver a un uniform ado porque les
t iene pánico. Mi hij a Claudia se quedó en México porque no podían ay udarnos a t odos a la
vez. Se quedó con m is niet as. Trat aron de sacar le a una de m is niñas de siet e años de la
escuela. A [ Claudia] le pusier on una pist ola en la cabeza y le dij eron que se callara, que [ …]
no siguiera diciendo nada por que si no [ se] la iban a quebr ar [ …]
[ Las aut oridades llevaron a cabo act os de host igam ient o] porque a m í no m e pudieron
com prar nunca, aún con t odas las cosas que m e hacían para t ener m iedo, [ …] por eso m e
fui. [ …]
Tuve que pedir a m ucha gent e que m e ayudara. Tuv e que vender com ida en la calle.
Tuvim os que dorm ir en la calle. Tuvim os que est ar en un lugar con los indigent es de la calle.
Creo que m i fam ilia no m erecía est o. Cr eo que las aut oridades son t an culpables de haberm e
hecho que yo t uviera que em igrar para pr ot eger la vida de m is hij os y la m ía propia [ …] .
[ M] e fui el 4 de sept iem bre de 2006 y m i hij a [ …] el año pasado, que fue cuando ya no pudo
soport ar m ás. [ …] .
[ Las host ilidades se dieron] desde un principio que m i hij a desapar eció, desde ahí y o m e
sent í at ada de pies y m anos430 .

429. El 9 de j ulio de 2007 Claudia I vonne Ram os Monárrez, herm ana de la j oven
Ram os, declaró ant e el Minist erio Público que:
el día dos de m ayo de [ 2006] present [ é] una denuncia sobre unos vehículos y personas que
anduvieron en m i casa pregunt ando donde viv ía yo y con quien vivía y que hac[ í] a y
anduvieron inv est igando m i vida [ …] . [ L] a denuncia se hizo ant e la Procuradura y ella giró
ordenes expresas a [ una] funcionar ia [ quien] m e t om [ ó] declaración y t odo se hac[ í] a en
secr ecía [ …] [ hast a] la fecha no se ha inv est igado nada; [ adem ás] [ …] hace dos m eses [ …]
solicit é por escrit o una copia de la denuncia que [ int er] puse y m e d[ i] cuent a que no era una
denuncia[ ,] [ sino que] m e t om aron m i declaración com o t est im onio y lo anexaron al
expedient e [ …] de m i her m ana Berenice Ram os [ …] [ por lo que] vuelvo a solicit ar se
431
invest igue[ , por qué] est uvier on los j udiciales y carros oficiales enfrent e de m i dom icilio .

430. La fam ilia Ram os Monárrez solicit ó asilo a las aut oridades est adounidenses. El
Juez que decidió sobre la solicit ud de asilo polít ico basó su decisión, int er alia, en la
declaración de varios t est igos, quienes m encionaron que:

430
Cfr. declaración rendida por la señora Monárrez, supra not a 183.
431
Cfr. declaración de Claudia I vonne Ram os Monárrez ant e el agent e del Minist erio Público de la
Procuradur ía General de Just icia de Chihuahua el 9 de j ulio de 2007 ( ex pedient e de anexos a la dem anda,
t om o X, anexo 91, folio 3544) . En r elación con est a denuncia v er t am bién la solicit ud de copia de la denuncia
por host igam ient o realizada el 25 de agost o de 2006, por Claudia I vonne Ram os Monárrez ant e la Fiscalía
Especial de asesinat os cont r a m uj eres el 1 de m ayo de 2007 ( expedient e de anexos a la cont est ación a la
dem anda, t om o XXXVI , folio 13128) .
110

Hay varios gr upos que han hablando en cont ra el fem icidio. Dichos grupos han r ealizado
prot est as y m archas. Uno de est os grupos fue ‘I nt egración de Madres por Juárez’, la cual fue
fundada por la Sra. Monarr ez Salgado. [ La declarant e] int ent a asist ir a una reunión de la
organización. Ant es de llegar, unos hom br es ar m ados asalt an a los asist ent es, por lo que la
432
reunión se cancela ;

[ …]
Prevalece, clar am ent e, un clim a de m iedo e int im idación en cont ra de la gent e que habla en
cont ra de los asesinat os y la falt a de inv est igación relacionada con los hom icidios de las
j óvenes m uj er es en Ciudad Juárez [ ...] . La Sra. Monarrez Salgada se convirt ió en una de los
fam iliar es de las vict im as de fem icidio que m ás se hace oír a la hora de solicit ar que la policía
invest igue est os crím enes [ …] . [ Ha] públicam ent e cuest ionado la com pet encia de la policía, su
nivel de com prom iso para resolver cr ím enes y ha discut ido abiert am ent e la posible
part icipación direct a de la policía en el encubrim ient o de los fem icidios. [ …] Ha par t icipado en
varias ent rev ist as nacionales e int ernacionales a t ravés de dist int as radios, canales de
t elevisión y periódicos. [ …] Los funcionar ios del gobierno y la gent e direct am ent e vinculada al
él, est án det rás de las am enazas y act os de int im idación, dado su int erés en silenciar el apoyo
a los hom icidios y las cr ít icas respect o del m anej o de los casos de fem icidio por part e del
433
gobierno ;

431. Por últ im o, el m ism o j uez consideró los t est im onios de la fam ilia Ram os
Monarrez, los cuales calificó com o “ consist ent es y bien fundam ent ados por la prueba
docum ent ada” 434 . En lo que respect a a las declaraciones de la señora Monarrez señaló
que:
A t ravés de los m edios de com unicación, la Sra. Monárrez Salgado acusó públicam ent e a los
funcionar ios del gobierno de México, incluy endo el Gober nador y el Fiscal General del est ado
m ex icano de Chihuahua, de ser cóm plices de la m uer t e de su hij a y la subsiguient e
deficient e invest igación. [ …]
Después de ident ificar el cuerpo de su hij a, la Sra. Monárrez Salgado em pezó a recibir
llam adas am enazant es. Las personas que la llam aron le dij eron que si cont inuaba hablando,
la iban a m at ar o le iban a hacer desapar ecer a sus hij os. Las llam adas t elefónicas fueron
cont inuas, sin em bargo, se int ensificaron después de que la Cort e I nt eram er icana adm it ió el
caso de los Asesinat os del Cam po Algodoner o;
Un día m ient ras cam inaba hacia un funeral, la Sra. Monárrez Salgado not ó que la seguía una
cam ionet a. La cam ionet a aceleró y se dirigió rápidam ent e hacia ella. Ella pudo quit arse del
cam ino. La cam ionet a dio v uelt a a la m anzana e int ent ó at ropellarla nuevam ent e. La Sra.
Monárrez Salgado pudo evit ar el segundo at aque, por lo que la cam ionet a se alej ó. Luego se
dirigió al funer al;
Al volver del funeral, se encont ró con que alguien había ent rado a su casa y había r evisado
sus expedient es relacionados con la m uert e de su hij a. Falt aban algunos docum ent os. Unas
sem anas después, alguien int ent ó ent rar a su casa por segunda vez.

432. De igual m anera la señora Claudia I vonne Ram os Monárrez y el señor Jorge
Daniel Ram os Monárrez, declararon ant e el j uez de inm igración det erm inados hechos
de host igam ient o que les conduj eron a sent irse am enazados y a ver peligrar su vida,
por lo que solicit aron asilo a las aut oridades est adounidenses, el cual les fue
ot orgado 435 .
433. El Juez ot orgó el asilo al const at ar que “ en el t ranscurso de ocho años, la fam ilia
Monárrez Salgado ha t enido que enfrent ar act os de host igam ient o, am enazas y
at ent ados en cont ra de sus vidas que llegaron al nivel de persecución. Cada m iem bro
de la fam ilia sufrió incident es, llegando a ser una seria am enaza en cont ra de sus vidas

432
Cfr. Unit ed St at es Depart m ent of Just ice, Ex ecut ive Office for I m m igrat ion Review , writ t en decision
of t he I m m igrat ion Court , Apr il 13, 2009 ( ex pedient e de fondo, t om o XI I I , folio 4015) .
433
Cfr. writ t en decision of t he I m m igrat ion Court , supra not a 432, folio 4023.
434
Cfr. writ t en decision of t he I m m igrat ion Court , supra not a 432, folio 4025.
435
Cfr. writ t en decision of t he I m m igrat ion Court , supra not a 432, folios 4018 a 4020.
111

y por lo t ant o, ello const it uiría acoso. Sin em bargo, es claro que han sufrido acoso
cuando se t iene en cuent a el efect o acum ulat ivo de los años de int im idación,
host igam ient o y at aques físicos” 436 .
434. La prueba pericial aport ada en el proceso ant e la Cort e ha det erm inado, en
cuant o a los fam iliares de la j oven Ram os, que sufren m iedo sost enido por los peligros
y las am enazas diversas que han padecido, reflej ados en hechos que han puest o en
peligro su seguridad y su int egridad en espacio público, sin que las aut oridades hayan
dado at ención expedit a y adecuada a sus dem andas. Tam bién han padecido
sensaciones de soledad y aislam ient o por la desconfianza crecient e en las
aut oridades437 .
435. Del expedient e del present e caso se desprenden ciert os dat os en referencia a la
exist encia de un pat rón de conduct as est at ales hacia fam iliares de m uj eres víct im as de
violencia en Ciudad Juárez que consist ían en t rat os despect ivos e irrespet uosos y hast a
agresivos cuando int ent aban obt ener inform ación sobre las invest igaciones438 , que
adem ás generaban en la m ayoría de los casos desconfianza y t em or, por lo que no
denunciaban los hechos. En algunos casos los fam iliares m anifest aron que se les dij o
que dej aran de realizar averiguaciones o llevar a cabo ot ras act ividades en procura de
j ust icia 439 . Asim ism o, se ha report ado que “ el host igam ient o y las am enazas a las
fam iliares de las víct im as, a sus represent ant es y a las organizaciones de la sociedad
civil, se ha recrudecido en la m ism a m edida en que la presión nacional e int ernacional
se han acrecent ado” , haciéndolos responsables por esa dim ensión nacional e
int ernacional que ha t om ado la sit uación 440 .
436. Con base en lo ant erior, la Cort e considera que del acervo probat orio se
desprende que la señora Monárrez sufrió diversos act os de host igam ient o desde la
desaparición de su hij a hast a que abandonó su país para irse com o asilada a Est ados
Unidos, circunst ancias que t am bién sufrieron sus t res hij os y niet os.
437. En lo que respect a a la fam ilia Herrera, el 5 de abril de 2006, la señora Monreal
Jaim e declaró ant e la Fiscalía que a su hij o Adrián Herrera Monreal, “ lo int ercept aron
en su vehículo, llegaron dos pat rullas de la Policía Municipal y dos cam ionet as de la
Policía Judicial, lo baj aron, lo golpearon y se llevaron su vehículo. [ O] cho m eses
después apareció el aut o desm ant elado en un t erreno de la Policía Judicial” 441 . Est a
declaración es consist ent e con la vert ida ant e est a Cort e en la audiencia pública 442 y
con la prueba pericial aport ada 443 .
438. Por ot ro lado, no const a cuest ionam ient o específico por part e del Est ado en
cont ra de est os hechos alegados, ni el m ism o ha aport ado prueba que desvirt úe la

436
Cfr. writ t en decision of t he I m m igrat ion Court , supra not a 432, folios 4028 y 4029.
437
Cfr. declaración del perit o de la Peña Mar t ínez, supra not a 186, folio 3352.
438
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folios 1745 y
1770 y Naciones Unidas, I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1924.
439
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supra not a 64, folios 1748 y
1769.
440
Cfr. I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1946.
441
declaración t est im onial de I rm a Monreal Jaim e ant e el agent e del Minist er io Público, adscrit o al
grupo de la Fiscalía Mix t a par a la I nvest igación de Hom icidios de Muj er es el 5 de abril de 2006 ( expedient e
de anexos a la cont est ación a la dem anda, t om o XXX, anex o 50 legaj o I t om o I , folio 10290) .
442
Cfr. declaración rendida por la señora Monr eal, supra not a 183.
443
Cfr. declaración de la perit o Azaola Garr ido, supra not a 186, folio 3366.
112

exist encia de ést os. Por ende, el Tribunal t iene por est ablecido la exist encia de act os
de host igam ient o cont ra el señor Adrián Herrera Monreal.
439. Por lo que respect a a la fam ilia González, ni los represent ant es ni la Com isión
precisan hechos concret os que reflej en los alegados host igam ient os y am enazas, ni
const ruyeron una argum ent ación con fundam ent os probat orios que le perm it a realizar
a la Cort e una conclusión sobre el alegat o.
440. En virt ud de lo expuest o, la Cort e concluye que los act os de host igam ient o que
sufrieron los fam iliares configura una violación al derecho a la int egridad personal
consagrado en el art ículo 5.1 y 5.2 de la Convención Am ericana, en relación con el
art ículo 1.1 de la m ism a, en perj uicio de Adrián Herrera Monreal, Benit a Monárrez
Salgado, Claudia I vonne Ram os Monárrez, Daniel Ram os Monárrez, Ram ón Ant onio
Aragón Monárrez, Claudia Dayana Berm údez Ram os, I t zel Arely Berm údez Ram os,
Paola Alexandra Berm údez Ram os y Atziri Geraldine Berm údez Ram os.

VI I I
ARTÍ CULO 1 1 4 4 4 ( PROTECCI ÓN D E LA H ON RA Y D E LA D I GN I D AD ) D E LA
CON VEN CI ÓN AM ERI CAN A
441. Los represent ant es alegaron que “ el Est ado ha violado el derecho a la dignidad
y a la honra, previst o en el art ículo 11 de la [ Convención] , al fom ent ar una act it ud de
desprecio por part e de la aut oridad hacia las víct im as, m ediant e pregunt as y
observaciones prej uiciosas a ciert os fam iliares al m om ent o de sus denuncias, así com o
al realizar declaraciones públicas ofensivas” . A crit erio de los represent ant es “ el Est ado
al m anifest ar de m anera pública una act it ud de desprecio y desprest igio hacia las
víct im as, afect a direct am ent e su dignidad y honra; adem ás, no cum ple con su
obligación de m odificar los pat rones cult urales que fom ent an la discrim inación cont ra
las m uj eres ni de capacit ar a las aut oridades encargadas de prevenir, sancionar y
erradicar la violencia cont ra ellas, com o lo est ablece el art ículo 8 de la Convención de
Belém do Pará” . Por últ im o consideraron que “ [ s] e est igm at izó y ridiculizó la acción
que llevaban a cabo las m adres en reclam o de j ust icia” .
442. El Est ado sost uvo que “ no se configuran violaciones al derecho a la honra y
dignidad reclam ados por los pet icionarios en agravio de los fam iliares de [ las t res
m uj eres] ” ya que “ durant e las invest igaciones por la desaparición, la ubicación de los
rest os y las indagat orias para encont rar a los responsables de los hom icidios [ …] no se
encuent ran elem ent os que dem uest ren act os de desprecio público, persecución o
discrim inación en agravio de los fam iliares de [ las] t res m uj eres” .
443. El Tribunal procede a analizar est os alegat os, pese a que la Com isión no
present ó argum ent os en est e sent ido, puest o que se cum plen con los requisit os
expuest os en el párrafo 232 supra.
444. El art ículo 11 de la Convención reconoce que t oda persona t iene derecho al
respet o a su honor, prohíbe t odo at aque ilegal cont ra la honra y reput ación e im pone a

444
El art ículo 11 est ablece:
1. Toda persona t iene derecho al respet o de su honra y al reconocim ient o de su dignidad.
2. Nadie puede ser obj et o de inj erencias arbit rar ias o abusivas en su v ida privada, en la de
su fam ilia, en su dom icilio o en su corr espondencia, ni de at aques ilegales a su honra o
reput ación.
3. Toda persona t iene derecho a la prot ección de la ley cont ra esas inj erencias o esos
at aques.
113

los Est ados el deber de brindar la prot ección de la ley cont ra t ales at aques. En
t érm inos generales, el derecho a la honra se relaciona con la est im a y valía propia,
m ient ras que la reput ación se refiere a la opinión que ot ros t ienen de una persona 445 .
445. El Tribunal hace const ar que los alegat os relacionados con la supuest a violación
del art ículo 11 de la Convención en perj uicio de las víct im as y sus m adres se refieren a
hechos concernient es al t rat o que sufrieron com o consecuencia de la búsqueda de las
j óvenes desaparecidas y el post erior reclam o de j ust icia. Las consecuencias j urídicas
de dichos hechos ya han sido exam inadas en relación con el art ículo 5 de la
Convención, por lo que el Tribunal est im a im procedent e declarar una violación al
art ículo 11 convencional.

IX
REPARACI ON ES
446. Es un principio de Derecho I nt ernacional que t oda violación de una obligación
int ernacional que haya producido daño com port a el deber de repararlo
adecuadam ent e 446 . Esa obligación se regula por el Derecho I nt ernacional 447 . En sus
decisiones a est e respect o, la Cort e se ha basado en el art ículo 63.1 de la Convención
Am ericana.
447. De acuerdo con las consideraciones sobre el fondo expuest as y las violaciones a
la Convención declaradas en los capít ulos ant eriores, así com o a la luz de los crit erios
fij ados en la j urisprudencia de la Cort e en relación con la nat uraleza y alcances de la
obligación de reparar 448 , la Cort e procederá a analizar las pret ensiones present adas por
la Com isión y por los represent ant es, y la post ura del Est ado, con el obj et o de disponer
las m edidas t endient es a reparar los daños.

1. Pa r t e le sion a da
448. La Cort e reit era que aquéllos que han sido declarados víct im as de una violación
de un derecho reconocido en la Convención son considerados “ part e lesionada” 449 . En
est e caso el Tribunal declaró que el Est ado violó los derechos hum anos de Claudia
I vet t e González, Esm eralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ram os Monárrez, así
com o los de sus fam iliares ident ificados en el párrafo 9 supra, por lo que serán
considerados com o “ part e lesionada” y beneficiarios de las reparaciones que se
ordenan en est e capít ulo.

445
Cfr. Caso Trist án Donoso, supra not a 9, párr. 57 y Caso Escher y ot ros Vs. Brasil, supra not a 46,
párr. 117.
446
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Hondur as. Reparaciones y Cost as. Sent encia de 21 de j ulio de
1989. Serie C No. 7, párr . 25; Caso Anzualdo Cast ro Vs. Perú, supra not a 30, párr . 170, y Caso Dacost a
Cadogan Vs. Barbados. Ex cepciones Prelim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 24 de
Sept iem bre de 2009. Serie C No. 204, párr. 94.
447
Cfr. Caso Anzualdo Cast ro Vs. Perú, supra not a 30, párr. 170 y Caso Dacost a Cadogan Vs.
Barbados, supr a not a 446, párr. 94.
448
Cfr. Caso Velásquez Rodr íguez Vs. Hondur as. Reparaciones y Cost as, supra not a 446, párrs. 25 y
26; Caso Anzualdo Cast ro Vs. Perú, supra not a 30, párr. 173 y Caso Dacost a Cadogan Vs. Barbados, supra
not a 446, párr. 95.
449
Cfr. Caso de la “ Panel Blanca” ( Paniagua Morales y ot ros) Vs. Guat em ala. Reparaciones y Cost as.
Sent encia de 25 de m ayo de 2001. Serie C No. 76, párr . 82; Caso Acevedo Buendía y ot ros ( “ Cesant es y
Jubilados de la Cont ralor ía” ) Vs. Perú, supra not a 46, párr. 112, y Caso Dacost a Cadogan Vs. Bar bados,
supra not a 446, párr. 97.
114

2. Ale ga da “doble r e pa r a ción” de la s m e dida s solicit a da s por los


r e pr e se n t a n t e s
449. El Est ado m anifest ó que las reparaciones solicit adas por los represent ant es “ son
excesivas, repet it ivas y const it uyen una solicit ud de doble reparación al referirse
m uchas de ellas a los m ism os concept os de violación” . Agregó que “ el det erm inar y
ot orgar por separado est as [ …] m edidas de reparación im plicaría una carga
desproporcionada para el Est ado, pues ést as excederían el daño causado” . El Est ado
indicó que est as reparaciones “ no pueden referirse al m ism o concept o de violación” y
“ deben t ener en consideración los apoyos [ m édicos, económ icos en especie,
psicológicos y legales] brindados” .
450. La Cort e recuerda que el concept o de “ reparación int egral” ( rest it ut io in
int egrum ) im plica el reest ablecim ient o de la sit uación ant erior y la elim inación de los
efect os que la violación produj o, así com o una indem nización com o com pensación por
los daños causados. Sin em bargo, t eniendo en cuent a la sit uación de discrim inación
est ruct ural en la que se enm arcan los hechos ocurridos en el present e caso y que fue
reconocida por el Est ado ( supra párrs. 129 y 152) , las reparaciones deben t ener una
vocación t ransform adora de dicha sit uación, de t al form a que las m ism as t engan un
efect o no solo rest it ut ivo sino t am bién correct ivo. En est e sent ido, no es adm isible una
rest it ución a la m ism a sit uación est ruct ural de violencia y discrim inación. Del m ism o
m odo, la Cort e recuerda que la nat uraleza y m ont o de la reparación ordenada
dependen del daño ocasionado en los planos t ant o m at erial com o inm at erial. Las
reparaciones no pueden im plicar ni enriquecim ient o ni em pobrecim ient o para la víct im a
o sus fam iliares, y deben guardar relación direct a con las violaciones declaradas. Una o
m ás m edidas pueden reparar un daño específico sin que ést as se consideren una doble
reparación.
451. Conform e a ello, la Cort e valorará las m edidas de reparación solicit adas por la
Com isión y los represent ant es de form a que ést as: i) se refieran direct am ent e a las
violaciones declaradas por el Tribunal; ii) reparen proporcionalm ent e los daños
m at eriales e inm at eriales; iii) no signifiquen enriquecim ient o ni em pobrecim ient o; iv)
reest ablezcan en la m ayor m edida de lo posible a las víct im as en la sit uación ant erior a
la violación en aquello en que no se int erfiera con el deber de no discrim inar; v) se
orient en a ident ificar y elim inar los fact ores causales de discrim inación; vi) se adopt en
desde una perspect iva de género, t om ando en cuent a los im pact os diferenciados que
la violencia causa en hom bres y en m uj eres, y vii) consideren t odos los act os j urídicos
y acciones alegadas por el Est ado en el expedient e t endient es a reparar el daño
ocasionado.

3. Obliga ción de in ve st iga r los he ch os e ide n t ifica r , j uzga r y, e n su


ca so, sa n cion a r a los r e spon sa ble s de la s viola cion e s

3.1. I dent ificación, proceso y sanción de los responsables de la desaparición,


vej ám enes y hom icidio por razones de género de las j óvenes González,
Ram os y Herrera
452. La Com isión indicó que “ una reparación int egral exige que el Est ado invest igue
con la debida diligencia, en form a seria, im parcial y exhaust iva, las desapariciones y
post eriores asesinat os” de las víct im as con el propósit o de “ esclarecer la verdad
hist órica de los hechos” , para lo cual el Est ado debería “ adopt ar t odas las m edidas
j udiciales y adm inist rat ivas necesarias con el fin de com plet ar la invest igación,
115

localizar, j uzgar y sancionar al o los aut ores int elect uales y m at eriales de los hechos, e
inform ar sobre los result ados” . Los represent ant es coincidieron con est a solicit ud.
453. La Cort e acept ó el reconocim ient o de responsabilidad del Est ado por las
irregularidades com et idas en la prim era et apa de las invest igaciones, pero t am bién
concluyó que m uchas de ellas no se subsanaron en la segunda et apa ( supra párr.
388) . El Tribunal concluyó que en el present e caso exist ía im punidad y que esa
im punidad es causa y a la vez consecuencia de la serie de hom icidios de m uj eres por
razones de género que ha sido acredit ada en el present e caso.
454. La Cort e considera que el Est ado est á obligado a com bat ir dicha sit uación de
im punidad por t odos los m edios disponibles, ya que ést a propicia la repet ición crónica
de las violaciones de derechos hum anos450 . La ausencia de una invest igación com plet a
y efect iva sobre los hechos const it uye una fuent e de sufrim ient o y angust ia adicional
para las víct im as, quienes t ienen el derecho a conocer la verdad de lo ocurrido 451 .
Dicho derecho a la verdad exige la det erm inación de la m ás com plet a verdad hist órica
posible, lo cual incluye la det erm inación de los pat rones de act uación conj unt a y de
t odas las personas que de diversas form as part iciparon en dichas violaciones452 .
455. Por ello, la Cort e dispone que el Est ado debe conducir eficazm ent e el proceso
penal en curso y, de ser el caso, los que se llegasen a abrir, para ident ificar, procesar y
sancionar a los responsables m at eriales e int elect uales de la desaparición, m alt rat os y
privación de la vida de las j óvenes González, Herrera y Ram os, conform e a las
siguient es direct rices:
i) se deberá rem over t odos los obst áculos de j ure o de fact o que im pidan la
debida invest igación de los hechos y el desarrollo de los respect ivos procesos
j udiciales, y usar t odos los m edios disponibles para hacer que las
invest igaciones y procesos j udiciales sean expedit os a fin de evit ar la repet ición
de hechos iguales o análogos a los del present e caso;
ii) la invest igación deberá incluir una perspect iva de género; em prender líneas
de invest igación específicas respect o a violencia sexual, para lo cuál se deben
involucrar las líneas de invest igación sobre los pat rones respect ivos en la zona;
realizarse conform e a prot ocolos y m anuales que cum plan con los lineam ient os
de est a Sent encia; proveer regularm ent e de inform ación a los fam iliares de las
víct im as sobre los avances en la invest igación y darles pleno acceso a los
expedient es, y realizarse por funcionarios alt am ent e capacit ados en casos
sim ilares y en at ención a víct im as de discrim inación y violencia por razón de
género;
iii) deberá asegurarse que los dist int os órganos que part icipen en el
procedim ient o de invest igación y los procesos j udiciales cuent en con los
recursos hum anos y m at eriales necesarios para desem peñar las t areas de
m anera adecuada, independient e e im parcial, y que las personas que part icipen
en la invest igación cuent en con las debidas garant ías de seguridad, y

450
Cfr. Caso Goiburú y ot ros Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 22 de
sept iem br e de 2006. Serie C No. 153, párr . 164; Caso de las Masacres de I t uango Vs. Colom bia. Excepción
Prelim inar, Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 1 de j ulio de 2006. Serie C No. 148, párr. 399, y
Caso Baldeón García Vs. Per ú, supra not a 261, párr. 195.
451
Cfr. Caso Heliodoro Port ugal Vs. Panam á, supra not a 297, párr. 146, y Caso Valle Jaram illo y ot ros
Vs. Colom bia, supra not a 49, párr. 102.
452
Cfr. Caso de la Masacre de La Rochela Vs. Colom bia, supra not a 397, párr. 195 y Caso Valle
Jaram illo y ot r os Vs. Colom bia, supra not a 49, párr. 102.
116

iv) los result ados de los procesos deberán ser públicam ent e divulgados para
que la sociedad m exicana conozca los hechos obj et o del present e caso.

3.2. I dent ificación, proceso y, en su caso, sanción de los funcionarios que


com et ieron irregularidades
456. La Com isión m anifest ó, de m anera general, que “ el Est ado est á en la obligación
de invest igar y sancionar a t odos los responsables de la obst rucción de j ust icia,
encubrim ient o e im punidad que han im perado en relación con est os casos” .
457. Los represent ant es solicit aron la realización de una invest igación seria,
exhaust iva e im parcial sobre los funcionarios que part iciparon en la invest igación de
los hom icidios de las t res víct im as del 2001 a la fecha, y que est os fueran sancionados
de m anera proporcional a la lesión y m enoscabo producido. Asim ism o, señalaron que
m uchos de los funcionarios que part iciparon en las invest igaciones del caso “ Cam po
Algodonero” habrían cont inuado t rabaj ando en el est ado de Chihuahua y habrían
com et ido las m ism as irregularidades, om isiones y negligencias.
458. El Est ado sólo reconoció “ su responsabilidad en procesar y sancionar a los
funcionarios públicos que com et ieron [ irregularidades] en el prim er periodo de las
invest igaciones” , y alegó haber sancionado a los funcionarios responsables incluyendo
el “ despido” de algunos de ellos.
459. En el present e caso la Cort e const at ó que no había sido sancionada ninguna de
las personas que incurrió en las graves irregularidades ocurridas en la prim era et apa
de la invest igación ( supra párr. 378) .
460. El Tribunal considera que com o form a de com bat ir la im punidad, el Est ado
deberá, dent ro de un plazo razonable, invest igar, por int erm edio de las inst it uciones
públicas com pet ent es, a los funcionarios acusados de irregularidades y, luego de un
debido proceso, aplicará las sanciones adm inist rat ivas, disciplinarias o penales
correspondient es a quienes fueran encont rados responsables.

3.3. I nvest igación de las denuncias present adas por las fam iliares de víct im as
que han sido host igados y perseguidos
461. Los represent ant es solicit aron que el Est ado invest igue los act os de
host igam ient o e int im idación que fueron denunciados por la señora Benit a Monárrez,
su hij a, Claudia I vonne Ram os Monárrez, y el señor Adrián Herrera Monreal, herm ano
de la j oven Herrera, y que a la fecha no han sido invest igados por las aut oridades.
462. En virt ud de que el Tribunal const at ó que en el present e caso la señora
Monárrez sufrió diversos act os de host igam ient o desde la desaparición de su hij a hast a
que abandonó su país para irse al ext erior com o asilada, circunst ancias que t am bién
sufrieron sus ot ros t res hij os y niet os, y que el señor Adrián Herrera Monreal sufrió
diversos act os de host igam ient o, est a Cort e ordena al Est ado que, dent ro de un plazo
razonable, realice las invest igaciones correspondient es y, en su caso, sancione a los
responsables.
*
* *
463. Los t res hom icidios por razones de género del present e caso ocurrieron en un
cont ext o de discrim inación y violencia cont ra la m uj er. No corresponde a la Cort e
at ribuir responsabilidad al Est ado sólo por el cont ext o, pero no puede dej ar de advert ir
117

la gran im port ancia que el esclarecim ient o de la ant edicha sit uación significa para las
m edidas generales de prevención que debería adopt ar el Est ado a fin de asegurar el
goce de los derechos hum anos de las m uj eres y niñas en México e invit a al Est ado a
considerarlo.

4. M e dida s de sa t isfa cción y ga r a n t ía s de no r e pe t ición


464. En est e apart ado el Tribunal det erm inará las m edidas que buscan reparar el
daño inm at erial y que no t ienen nat uraleza pecuniaria, y dispondrá m edidas de alcance
o repercusión pública.

4.1. Medidas de sat isfacción


465. La Com isión señaló que la gravedad y nat uraleza de los hechos en el present e
caso exigen que el Est ado adopt e m edidas dest inadas a la dignificación de la m em oria
de las víct im as, por lo que solicit ó a la Cort e que ordene al Est ado que: i) publique a
t ravés de m edios de com unicación escrit a, radio y t elevisión, la sent encia que
event ualm ent e pronuncie el Tribunal; ii) realice un reconocim ient o público de su
responsabilidad int ernacional por el daño causado y por las graves violaciones
ocurridas, de la form a digna y significat iva que los obj et ivos de la reparación exigen,
en consult a con las m adres de las víct im as y sus represent ant es, y iii) est ablezca, en
consult a con los fam iliares de las víct im as, un lugar o m onum ent o en m em oria de las
m ism as.
466. Los represent ant es concordaron con la Com isión y solicit aron adem ás que i) la
publicación de los ext ract os de la sent encia que dict e la Cort e se realice en cuando
m enos dos diarios de circulación nacional, dos de circulación est at al en Chihuahua, dos
de circulación int ernacional y en el Diario Oficial de la Federación; ii) en cuant o al
reconocim ient o público de responsabilidad, los represent ant es consideraron que el
Est ado debería incluir a los t res órdenes de gobierno y añadieron que debería est ar
present e el President e de la República, el Gobernador del est ado de Chihuahua, el
Procurador General de la República, el Procurador General de Just icia de Chihuahua, el
President e del Tribunal Superior de Just icia y el President e de la Suprem a Cort e de
Just icia de la Nación, en presencia de las fam ilias de las víct im as, las organizaciones
civiles que han acom pañado la denuncia int ernacional del fem inicidio, y la m ism a
deberá t ransm it irse por m edios im presos, radio y t elevisión; iii) que un m em orial se
est ablezca en el predio donde fueron encont radas las víct im as y ot ro en la Ciudad de
México, y iv) que el día 6 de noviem bre de cada año se conm em ore com o “ Día nacional
en m em oria de las víct im as del fem inicidio” .
467. El Est ado ofreció: i) el reconocim ient o público de responsabilidad; ii) la difusión
pública en m edios m asivos de com unicación del reconocim ient o de responsabilidad, y
iii) la realización de un event o público en el que se ofrezcan disculpas a los fam iliares
de las víct im as por las irregularidades reconocidas por el Est ado durant e la int egración
inicial de las invest igaciones de los hom icidios y los daños sufridos por los fam iliares de
las víct im as.

4.1.1. Publicación de la Sent encia


118

468. Com o lo ha dispuest o la Cort e en ot ros casos453 , com o m edida de sat isfacción,
el Est ado deberá publicar en el Diario Oficial de la Federación, en un diario de am plia
circulación nacional y en un diario de am plia circulación en el est ado de Chihuahua, por
una sola vez, los párrafos 113 a 136, 146 a 168, 171 a 181, 185 a 195, 198 a 209 y
212 a 221 de la Sent encia y los punt os resolut ivos de la m ism a, sin las not as al pie de
página correspondient es. Adicionalm ent e, com o ha sido ordenado por el Tribunal en
ocasiones ant eriores454 , la present e Sent encia se deberá publicar ínt egram ent e en una
página elect rónica oficial del Est ado, t ant o federal com o del est ado de Chihuahua. Para
realizar las publicaciones en los diarios y en I nt ernet se fij a el plazo de seis m eses, a
part ir de la not ificación de la present e Sent encia.

4.1.2. Act o público de reconocim ient o de responsabilidad


int ernacional
469. La Cort e det erm inó que el reconocim ient o de responsabilidad efect uado por el
Est ado const it uye una cont ribución posit iva al desarrollo de est e proceso y a la
vigencia de los principios que inspiran la Convención Am ericana ( supra párr. 26) . No
obst ant e, com o en ot ros casos455 , para que surt a sus efect os plenos, el Tribunal est im a
que el Est ado debe realizar un act o público de reconocim ient o de responsabilidad
int ernacional, en relación con los hechos del present e caso, en honor a la m em oria de
las j óvenes González, Herrera y Ram os. En dicho act o el Est ado deberá hacer
referencia a las violaciones de derechos hum anos declaradas en la present e Sent encia,
hayan sido est as reconocidas por el Est ado o no. El act o deberá llevarse a cabo
m ediant e una cerem onia pública y ser t ransm it ido a t ravés de radio y t elevisión, t ant o
local com o federal. El Est ado deberá asegurar la part icipación de los fam iliares de las
j óvenes González, Herrera y Ram os, ident ificados en el párrafo 9 supra, que así lo
deseen, e invit ar al event o a las organizaciones que represent aron a los fam iliares en
las inst ancias nacionales e int ernacionales. La realización y dem ás part icularidades de
dicha cerem onia pública deben consult arse previa y debidam ent e con los fam iliares de
las t res víct im as. En caso de disenso ent re los fam iliares de las víct im as o ent re los
fam iliares y el Est ado, la Cort e resolverá. Para cum plir con est a obligación el Est ado
cuent a con un plazo de un año a part ir de la not ificación de la present e Sent encia.
470. En cuant o a las aut oridades est at ales que deberán est ar present es o part icipar
en dicho act o, el Tribunal, com o lo ha hecho en ot ros casos, señala que deberán ser de
alt o rango. Corresponderá al Est ado definir a quienes se encom ienda t al t area.

4.1.3. Mem oria de las víct im as de hom icidio por razones de género
471. A crit erio del Tribunal, en el present e caso es pert inent e que el Est ado levant e
un m onum ent o en m em oria de las m uj eres víct im as de hom icidio por razones de
género en Ciudad Juárez, ent re ellas las víct im as de est e caso, com o form a de
dignificarlas y com o recuerdo del cont ext o de violencia que padecieron y que el Est ado
se com prom et e a evit ar en el fut uro. El m onum ent o se develará en la m ism a
cerem onia en la que el Est ado reconozca públicam ent e su responsabilidad int ernacional
453
Cfr. Caso Gar ibaldi Vs. Brasil, supra not a 252, párr. 157; Caso Kawas Fernández Vs. Honduras,
supra not a 190, párr. 199, y Caso Escher y ot ros Vs. Brasil, supra not a 46, párr. 239.
454
Cfr. Caso de las Her m anas Serrano Cruz Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia
de 1 de m arzo de 2005. Serie C No. 120, párr. 195; Caso Escher y ot ros Vs. Brasil, supra not a 46, párr. 239,
y Caso Garibaldi Vs. Brasil, supra not a 252, párr. 157.
455
Cfr. Caso Kaw as Fernández Vs. Honduras, supra not a 190, párr. 202 y Caso Anzualdo Cast ro Vs.
Perú, supra not a 30, párr. 200.
119

( supra párr. 469) y deberá ser const ruido en el cam po algodonero en el que fueron
encont radas las víct im as de est e caso.
472. En vist a de que el m onum ent o se refiere a m ás personas que las consideradas
víct im as en est e caso, la decisión del t ipo de m onum ent o corresponderá a las
aut oridades públicas, quienes consult arán el parecer de las organizaciones de la
sociedad civil a t ravés de un procedim ient o público y abiert o, en el que se incluirá a las
organizaciones que represent aron a las víct im as del present e caso.

4.1.4. Día nacional en m em oria de las víct im as


473. La Cort e considera suficient e, para efect os de sat isfacción de las víct im as, la
publicación de la Sent encia ( supra párr. 469) , el reconocim ient o público de
responsabilidad ( supra párr. 470) , y el m onum ent o que se const ruirá en m em oria de
las víct im as ( supra párr. 472) . Por consiguient e, no est im a necesario conceder la
solicit ud de que el día 6 de noviem bre de cada año se conm em ore com o “ Día nacional
en m em oria de las víct im as del fem inicidio” , sin perj uicio de que una m edida com o
est a pueda ser discut ida por los canales pert inent es en el ám bit o int erno.

4.2. Garant ías de no repet ición

4.2.1. Sobre la solicit ud de una polít ica int egral, coordinada y de


largo plazo para garant izar que los casos de violencia cont ra
las m uj eres sean prevenidos e invest igados, los responsables
procesados y sancionados, y las víct im as reparadas
474. La Com isión consideró que la Cort e debía ordenar al Est ado adopt ar una
“ polít ica int egral y coordinada, respaldada con recursos adecuados, para garant izar
que los casos de violencia cont ra las m uj eres sean adecuadam ent e prevenidos,
invest igados, sancionados y sus víct im as reparadas” .
475. Los represent ant es solicit aron la creación de un program a de largo plazo que
cont ara con los recursos necesarios y la art iculación de los diversos act ores sociales,
en coordinación con las inst it uciones del Est ado, con obj et ivos, m et as, indicadores
definidos que perm it an evaluar periódicam ent e los avances y perm it an hacer del
conocim ient o de la com unidad el t rabaj o realizado para conocer la verdad de los
hechos. Consideraron t am bién que es necesaria una evaluación de los m arcos
norm at ivos que previenen y sancionan la violencia cont ra las m uj eres, así com o de las
polít icas y m odelos de at ención a víct im as de violencia de género, y en part icular de
las fam ilias de m uj eres víct im as de hom icidio, conform e a los parám et ros
int ernacionales de at ención a las víct im as. Finalm ent e, solicit aron que el Est ado
elabore un program a perm anent e y t ransversal con m ecanism os de evaluación
const ant e e indicadores de obst áculos y avances para erradicar la discrim inación por
género dent ro de la adm inist ración pública.
476. El Est ado alegó que “ ha im plem ent ado una polít ica int egral y coordinada,
respaldada con recursos públicos adecuados, para garant izar que los casos específicos
de violencia cont ra las m uj eres sean adecuadam ent e prevenidos, invest igados,
sancionados y reparados por quien sea responsable” .
477. La Cort e observa que el Est ado hizo un recuent o de t odos los act os j urídicos,
inst it uciones y acciones em prendidas desde 2001 a la fecha, t ant o a nivel federal com o
120

local, para prevenir e invest igar los hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez, así com o
de los apoyos gubernam ent ales ot orgados a las víct im as.
478. En cuant o a polít icas de invest igación respect o a est os crím enes, el Est ado
explicó cóm o, a lo largo de los últ im os años, han funcionado diversos t ipos de
Fiscalías, t ant o a nivel federal y est at al com o de caráct er m ixt o. Est as polít icas de
invest igación se explican con m ayor profundidad al analizar la solicit ud de reparaciones
relacionadas con la at racción de casos al fuero federal ( infra párrs. 515 a 518) .
479. Por ot ra part e, el Est ado adopt ó en 2006 y 2007 diversas leyes y reform as
legislat ivas que t ienen com o obj et ivo m ej orar el sist em a penal, el acceso a la j ust icia y
la prevención y sanción a la violencia cont ra la m uj er en el est ado de Chihuahua: i) el
nuevo Código Penal del est ado de Chihuahua 456 ; ii) el nuevo Código de Procedim ient os
Penales del est ado de Chihuahua 457 ; iii) la Ley Est at al del Derecho de las Muj eres a una
Vida Libre de Violencia 458 ; iv) la Ley para Prevenir y Elim inar la Discrim inación 459 , y v)
la Ley Orgánica del Poder Judicial del est ado de Chihuahua460 .
480. El Est ado adopt ó en 2006 la Ley de At ención y Prot ección a Víct im as u
Ofendidos del Delit o del est ado de Chihuahua y facult ó a la Subprocuraduría de
Derechos Hum anos y At ención a Víct im as del Delit o para realizar t areas en derechos
hum anos, acceso a la j ust icia y reparación para las víct im as461 . Asim ism o, el Est ado se
refirió a las reform as de 2006 y 2007 del Minist erio Público del est ado de Chihuahua y
a sus siguient es órganos int ernos: i) la Agencia Est at al de I nvest igación; ii) el Cent ro
de Est udios Penales y Forenses; iii) la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias
Forenses, y iv) la Dirección de At ención a Víct im as de Violencia de Género y Violencia
Fam iliar 462 .
481. Respect o a la seguridad pública, México señaló que el est ado de Chihuahua creó
en el año 2005 el program a “ Chihuahua Seguro” . Ent re las acciones seguidas en dicho
program a se encuent ran: i) el com bat e a la im punidad; ii) la creación en 2005 de la
Fiscalía Especial de Delit os cont ra Muj eres en Ciudad Juárez, para una m ej or at ención
de víct im as y núm ero t elefónico de denuncia ciudadana; iii) la capacit ación de las
corporaciones m unicipales, especialm ent e en derechos hum anos, equidad, género; y
iv) ot ras m edidas para at ender casos de violencia cont ra las m uj eres en el ám bit o

456
Cfr. Código Penal del est ado de Chihuahua, publicado en el Periódico Oficial el 27 de diciem bre de
2006 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI X, anexo 55, folios 14364 a
14452) .
457
Cfr. Código de Procedim ient os Penales del est ado de Chihuahua, publicado en el Periódico Oficial el
9 de agost o de 2006 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI X, anexo 54, folios
14266 a 14362) .
458
Cfr. Ley Est at al de Derecho de las Muj er es a una Vida Libre de Violencia, publicada en el Per iódico
Oficial el 24 de enero de 2007 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI I I , anexo
110, folios 16144 a 16163) .
459
Cfr. Ley para Prevenir y Elim inar la Discr im inación en el est ado de Chihuahua, publicada en el
Periódico Oficial el 7 de j ulio de 2007 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI I I ,
anexo 111, folios 16165 a 16178) .
460
Cfr. Ley Orgánica del Poder Judicial del est ado de Chihuahua, publicada en el Per iódico Oficial el 9
de agost o de 2006 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI X, anexo 53, folios
14187 a 14264) .
461
Cfr. Ley de At ención y Prot ección a Víct im as u Ofendidos del Delit o del est ado de Chihuahua,
publicada en el Periódico Oficial el 21 de oct ubr e de 2006 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XXXI X, anexo 58, folios 14506 a 14513) .
462
Cfr. Ley Orgánica del Minist er io Público del est ado de Chihuahua, publicada en el Per iódico Oficial el
9 de agost o de 2006 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XXXI X, anexo 52, folios
14174 a 14185) .
121

fam iliar 463 . El Est ado aludió a una Red de At ención a Víct im as del Delit o en Chihuahua,
en coordinación con la CNDH464 .
482. Del m ism o m odo, el Est ado señaló que el I nst it ut o Chihuahuense de la Muj er
( en adelant e “ el I CHI MU” ) fue creado en agost o de 2002, para “ im pulsar la igualdad de
oport unidades en la educación, capacit ación, salud, em pleo, desarrollo, así com o
pot enciar el pleno ej ercicio de los derechos de las m uj eres y fom ent ar la cult ura de la
no violencia para elim inar t odas las form as de discrim inación” y, conform e al decret o
de creación del I CHI MU, para im plem ent ar las polít icas públicas que prom uevan el
desarrollo int egral de las m uj eres y su part icipación plena en la vida económ ica, social,
polít ica, fam iliar y cult ural 465 . El Est ado indicó que el I CHI MU t rabaj a en dos vert ient es:
la inst it ucionalización de la perspect iva de género y la prevención de la violencia hacia
las m uj eres.
483. Dent ro del m arco de la planeación y program ación en el est ado de Chihuahua,
la Cort e observa que fue present ada inform ación en t orno a cinco inst rum ent os que se
reseñan a cont inuación: i) el Plan Est at al de Desarrollo 2004- 2010 de Chihuahua ( en
adelant e “ el PEDCH” ) ; ii) Program a para Mej orar la Condición de la Muj er; iii)
Program a I nt egral para Garant izar el Derecho de las Muj eres a una Vida Libre de
Violencia; iv) el Program a de At ención a Víct im as del Delit o, y v) el Program a I nt egral
de Seguridad Pública ent re 2003 y 2004.
484. El PEDCH considera las siguient es est rat egias: i) im pulsar espacios de
part icipación y decisión para las m uj eres, garant izando su colaboración en iniciat ivas
que perm it an avanzar en la equidad de género; ii) reforzar la sensibilización sobre la
perspect iva de género en los ám bit os social y gubernam ent al; iii) enfat izar la
procuración e im part ición de j ust icia en la defensa y prot ección de la m uj er y la
fam ilia; iv) im pulsar reform as j urídicas que prot ej an a la m uj er en sit uación de
violencia; v) increm ent ar las acciones inst it ucionales de form ación e inform ación en el
cuidado de la salud de la m uj er, y vi) prom over la organización y desarrollo de
proyect os product ivos, que perm it an diversificar fuent es de em pleo e ingreso de las
m uj eres, en especial los de m uj eres indígenas y los ubicados en zonas rurales y
localidades urbanas m arginadas466 .
485. Conform e al Est ado, el Program a para Mej orar la Condición de la Muj er,
coordinado por el Consej o Est at al de Población del est ado de Chihuahua, t iene com o
obj et ivo fort alecer de m anera int erinst it ucional las acciones y los esfuerzos
encam inados al desarrollo int egral de la m uj er que generen condiciones e inform ación
que les perm it a ej ercer a plenit ud sus libert ades y derechos.
486. Adem ás, según el Est ado, el Program a I nt egral para Garant izar el Derecho de
las Muj eres a una Vida Libre de Violencia, coordinado por el Sist em a Est at al para el
Desarrollo I nt egral de la Fam ilia de Chihuahua ( en adelant e “ el DI F” ) , prom ueve una
cult ura de no violencia, en part icular cont ra las m uj eres, y una cult ura de denuncia de
act os violent os com et idos cont ra m uj eres, niñas, niños y adult os m ayores, incluyendo
acciones dirigidas a los pueblos indígenas. Dent ro de las acciones del DI F, el Est ado

463
Cfr. Procuraduría General de Just icia del est ado de Chihuahua, inform e acer ca de las polít icas
inst it ucionales im plem ent adas para prevenir, invest igar, sancionar y elim inar la violencia en cont ra de las
m uj er es ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XL, anexo 60, folio 14946) .
464
Cfr. CNDH, Segundo I nfor m e de Evaluación I nt egral, supra not a 79, folio 4714.
465
Cfr. Decret o No. 274/ 02- I I - P.O de 30 de m ayo de 2002 ( expedient e de anexos a la cont est ación de
la dem anda, t om o XLI I I , anex o 112, folios 16179 a 16193) .
466
Cfr. I nform e de la Procuraduría General de Just icia del est ado de Chihuahua, supra not a 463, folio
14944.
122

dest acó diversos program as, foros, j ornadas de inform ación, t alleres y acciones467 . El
Program a de At ención a Víct im as del Delit o es aplicado desde 1998 por la FEI HM
( supra párr. 270) , pero fue reest ruct urado a principios de 2004 468 , y el Est ado indicó
que fue const it uido para “ crear un vínculo direct o de asist encia para la localización y
apoyo ent re las víct im as, sus fam iliares y las inst it uciones est at ales com pet ent es” .
Finalm ent e, el Est ado indicó que el Program a I nt egral de Seguridad Pública t uvo com o
obj et ivo la coordinación de las fuerzas de seguridad de los t res órdenes de gobierno en
el est ado de Chihuahua.
487. En cuant o a la com pet encia federal, la Subcom isión de Coordinación y Enlace
para Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juárez ( en adelant e
“ la SCEPEVM” ) fue creada el 6 de j unio de 2003 para “ analizar la sit uación de violencia
cont ra las m uj eres en Ciudad Juárez y proponer una polít ica pública int egral, con líneas
de acción en dist int os ám bit os a favor de las niñas y m uj eres de Ciudad Juárez” 469 .
488. El 22 de j ulio de 2003 la SCEPEVM anunció en Ciudad Juárez el Program a de
Acciones de Colaboración del Gobierno Federal para Prevenir y Erradicar la Violencia
cont ra las Muj eres de Ciudad Juárez ( “ Program a de las 40 acciones” ) . El Program a de
las 40 acciones “ fue diseñado para at ender las m últ iples causas vinculadas a los
hom icidios y desapariciones de m uj eres en Ciudad Juárez” , y “ basa sus acciones en las
t res principales áreas de acción que derivan de las diversas recom endaciones
recibidas: Procuración de Just icia y Prevención del Delit o, Prom oción Social y Derechos
Hum anos de la Muj er” 470 .
489. La Cort e observa que el Program a de las 40 acciones se basó en t res principios
fundam ent ales: i) coordinación, ii) part icipación social, y iii) la t ransparencia, y t enía
t res ej es est rat égicos: i) procuración de j ust icia y prevención del delit o, con 15
acciones; ii) prom oción social, con 14 acciones; y iii) derechos hum anos de la m uj er,
con 11 acciones471 .
490. Al Program a de las 40 acciones le dio seguim ient o la Com isión para Ciudad
Juárez ( supra párr. 127) , creada el 18 de febrero de 2004 com o un órgano
desconcent rado de la Secret aría de Gobernación, dependient e del Ej ecut ivo federal. La
Com isión para Ciudad Juárez em pezó a operar a finales del 2003 472 . La act ividad de la
Com isión para Ciudad Juárez se concent raba en cuat ro líneas de acción: i) at ención

467
Cfr. I nfor m e de la Procuraduría General de Just icia del est ado de Chihuahua, supra not a463, folios
14951 y 14952.
468
En febr ero de 2004 se inst aló en la FEI HM la base de dat os del Regist r o Nacional de Víct im as del
Delit o y se anunció la cr eación del Banco de Dat os en Génet ica Forense ( Cfr . Fiscalía Especial para la
At ención de Delit os Relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el Municipio de Juár ez, Chihuahua, Prim er
I nform e, 3 de j unio de 2004, expedient e de anexos a la dem anda, t om o X, anexo 79, folios 3103 y 3098) .
469
Cfr. I nfor m e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1940 y 1970 y Com isión par a
Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juárez, Tercer I nform e de Gest ión, supra not a
101, folio 9030.
470
Cfr. I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1938 a 1940; Fiscalía
Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el Municipio de Juárez,
I nform e Final, supra not a 87, folios 7449 y 7450.
471
Cfr. Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont r a las Muj eres en Ciudad Juárez, Ter cer
I nform e de Gest ión, supra not a 101, folios 9156 a 9292 e I nform e de México producido por el CEDAW, supra
not a 64, folios 1938 a 1940.
472
Cfr. Decr et o por el que se crea com o órgano adm inist r at ivo desconcent rado de la Secret aría de
Gobernación, la Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj er es en Ciudad Juárez,
publicado en el Diar io Oficial de la Federación el 18 de febrero de 2004 ( expedient e de anexos al escrit o de
alegat os finales del Est ado, t om o XLI X, anexo 7, folios 17403 y 17404) y Com isión par a Prevenir y Erradicar
la Violencia cont ra las Muj eres en Ciudad Juárez, Pr im er inform e de gest ión, supra not a 67, folio 8690.
123

direct a a víct im as, ii) verdad y j ust icia; iii) polít icas públicas con perspect iva de
género, y iv) fort alecim ient o del t ej ido social 473 . La Com isión para Juárez cont aba con
dos oficinas, una en Ciudad Juárez y una en la Ciudad de México, para el cum plim ient o
de sus funciones474 . La Cort e observa que la Com isión para Juárez fue sust it uida en
j unio de 2009 por la Com isión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las
Muj eres para at ender la problem át ica de la violencia cont ra las m uj eres a nivel
nacional 475 .
491. Exist e un fondo de apoyo económ ico que funciona en Ciudad Juárez, el cual
será explicado post eriorm ent e al valorar las indem nizaciones ent regadas en el
present e caso ( infra párr. 556) . Por ot ro lado, a nivel federal, el I NMUJERES recibió en
el 2008 un presupuest o de poco m ás de $529.000.000,00 ( quinient os veint inueve
m illones de pesos m exicanos) , de los cuales $290.000.000,00 ( doscient os novent a
m illones de pesos m exicanos) se dest inaron a est ados y m unicipios para fort alecer las
inst ancias de la m uj er y organism os de la sociedad civil que t rabaj an en el t em a. Ent re
las inst ancias, el Est ado se refirió al Fondo de Apoyo a los Mecanism os para el
Adelant o de las Muj eres en las Ent idades Federat ivas para la At ención de las Muj eres
Víct im as de Violencia de Género, que t uvo un presupuest o de $112.300.000,00 ( cient o
doce m illones t rescient os m il pesos m exicanos) que se sum inist ró a los est ados de
m anera equit at iva para fort alecer las iniciat ivas locales en m at eria de com bat e a la
violencia de género 476 . Los represent ant es y la Com isión no cont radij eron dichas cifras.
492. A t ravés del I NMUJERES, ent re ot ras act ividades y acciones, el Est ado ha
im part ido diversos t alleres y capacit aciones a funcionarios públicos, adem ás de que ha
fort alecido cent ros de at ención y refugio para m uj eres y cent ros de at ención a
hom bres violent os, incluyendo cent ros en Ciudad Juárez 477 . El I NMUJERES, creado en
2001, ent re ot ras act ividades, i) diseñó polít icas públicas de erradicación en m edios de
com unicación de m ensaj es discrim inat orios o violent os cont ra las m uj eres o con
est ereot ipos de género; ii) em it ió publicidad para prevenir la violencia cont ra las
m uj eres en est aciones de radio y canales de t elevisión en Chihuahua; iii) realizó
cam pañas de erradicación de violencia de género; iv) canalizó a víct im as con
inst it uciones de apoyo a t ravés del servicio de at ención de violencia de género; v)
financió el proyect o del Cent ro para el Desarrollo I nt egral de la Muj er A.C.,
denom inado “ Por los derechos de las Muj eres Víct im as del Fem inicidio en Juárez” ; vi)
financió en 2003, en coordinación con el Consej o Nacional de Ciencia y Tecnología
( CONACYT) para elaborar un diagnóst ico sobre la incidencia de violencia de género en

473
Cfr. Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont r a las Muj eres en Ciudad Juárez, Prim er
inform e de gest ión, supra not a 67, folio 8708.
474
Cfr. Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont r a las Muj eres en Ciudad Juárez, Prim er
inform e de gest ión, supra not a 67, folio 8707.
475
Cfr. Decr et o por el que se crea com o órgano adm inist r at ivo desconcent rado de la Secret aría de
Gobernación, la Com isión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres, publicado en el
Diar io Oficial de la Federación el 1 de j unio de 2009 ( expedient e de anexos al escr it o de alegat os finales del
Est ado m ex icano, t om o XLI X, anexo 8, folios 17406 al 17409) .
476
Cfr. Presupuest o de Egr esos de la Federación para el Ej ercicio Fiscal 2008, publicado en el Diar io
Oficial de la Federación el 13 de diciem bre de 2007 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda,
t om o XLI I I , anexo 85, folios 15794 a 15910) . En el presupuest o aparece que el I NMUJERES recibió 543.2
m illones de pesos m exicanos.
477
Cfr. Ley del I nst it ut o Nacional de las Muj eres, publicada en el Diar io Oficial de la Federación el 12 de
enero de 2001 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI I I , anexo 87, folios 16010 a
16047) . Algunas de las act iv idades que m enciona el Est ado se encuent ran cont enidas en el Anexo del Sext o
I nform e Periódico de Méx ico en cum plim ient o de la Conv ención sobre la Elim inación de t odas las For m as de
Discr im inación cont ra la Muj er, noviem br e de 2005 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda,
t om o XLI I , anexo 82, folio 15479) .
124

Ciudad Juárez, Chihuahua y en cinco ent idades federat ivas m ás, y vii) elaboró el
“ Diagnóst ico Geo- Socio- Económ ico de Ciudad Juárez y su Sociedad” . Los
represent ant es y la Com isión no cont radij eron la exist encia y alcances de est os
proyect os y acciones.
*
* *
493. La Cort e observa que en sus escrit os ni la Com isión ni los represent ant es
obj et aron la exist encia o validez de los organism os y program as referidos por el Est ado
ant eriorm ent e, así com o las valoraciones que el Est ado hizo de cada uno de ellos.
Tam poco la Com isión o los represent ant es argum ent aron suficient em ent e cuáles son
las deficiencias práct icas de las acciones desarrolladas por el Est ado hast a la fecha, ni
precisaron en qué form a las m edidas adopt adas por el Est ado, en su conj unt o, no
pueden ser considerarlas com o una “ polít ica int egral y coordinada” . Al respect o, el
Tribunal recuerda que conform e al art ículo 34.1 del Reglam ent o, es deber de la
Com isión expresar en la dem anda sus pret ensiones de reparaciones y cost as, así com o
sus fundam ent os de derecho y sus conclusiones pert inent es. Est e deber de m ot ivación
y fundam ent ación no se cum ple con solicit udes genéricas a las que no se adj unt a
prueba o argum ent ación, de hechos o derecho, que perm it a analizar su finalidad,
razonabilidad y alcance. Lo m ism o es aplicable a los represent ant es.
*
* *
494. El Tribunal valora los esfuerzos del Est ado m exicano para adecuar form alm ent e
su legislación, ot ros act os j urídicos e inst it uciones y para realizar diversas acciones
orient adas a com bat ir la violencia por razón de género, t ant o en el est ado de
Chihuahua com o a nivel federal, así com o su esfuerzo por adecuar su sist em a j udicial
en m at eria penal a nivel local y federal. Est os avances const it uyen indicadores
est ruct urales relacionados con la adopción de norm as que, en principio, t ienen com o
obj et ivo enfrent ar la violencia y discrim inación cont ra la m uj er en un cont ext o com o el
que ha sido probado en el present e caso.
495. Sin em bargo, la Cort e no cuent a con inform ación suficient e y act ualizada para
poder evaluar si a t ravés de dichos act os j urídicos, inst it uciones y acciones: i) se ha
generado una efect iva prevención e invest igación de los casos de violencia cont ra la
m uj er y hom icidios por razones de género; ii) los responsables han sido procesados y
sancionados, y iii) las víct im as han sido reparadas; t odo ello en el m arco del cont ext o
que ha sido probado en el present e caso. Así, por ej em plo, ninguna de las part es
ofreció inform ación precisa sobre la ocurrencia de crím enes sim ilares a los del present e
caso ent re los años 2006 a 2009 478 . En part icular, el Tribunal no puede pronunciarse
sobre la exist encia de una polít ica int egral para superar la sit uación de violencia cont ra
la m uj er, discrim inación e im punidad, sin inform ación sobre las fallas est ruct urales que
at raviesan est as polít icas, los problem as en sus procesos de im plem ent ación y sus
result ados sobre el goce efect ivo de derechos por part e de las víct im as de dicha
violencia. Adem ás, la Cort e no cuent a con indicadores de result ado respect o a cóm o
las polít icas im plem ent adas por el Est ado puedan const it uir reparaciones con

478
En sus alegat os finales escr it os de j unio de 2009 los repr esent ant es señalaron que “ de 2008 a la
fecha han desaparecido 24 niñas y m uj eres en Ciudad Juárez sin que se conozca su paradero y sin que las
aut oridades hayan realizado diligencias lo suficient em ent e serias y exhaust ivas para localizarlas” , según una
“ cifra com put ada con infor m ación oficial que t iene regist rada” la organización civ il Nuest ras Hij as de Regreso
a Casa A.C. Sin em bargo, ant e la Cor t e no se pr ecisó cuál era esa inform ación oficial, ni con base en qué
m et odología se obt enía dicha cifra. Tam poco se adj unt ó docum ent o probat orio alguno al respect o.
125

perspect iva de género, en t ant o: i) cuest ionen y est én en capacidad de m odificar, a


t ravés de m edidas especiales el st at us quo que causa y m ant iene la violencia cont ra la
m uj er y los hom icidios por razones de género; ii) hayan const it uido claram ent e un
avance en la superación de las desigualdades j urídicas, polít icas y sociales, form ales o
de fact o, que sean inj ust ificadas por causar, fom ent ar o reproducir los fact ores de
discrim inación por razón de género, y iii) sensibilicen a los funcionarios públicos y la
sociedad sobre el im pact o de los fact ores de discrim inación cont ra las m uj eres en los
ám bit os público y privado.
496. Est a insuficiencia de argum ent ación por part e de la Com isión, los
represent ant es y el Est ado, im pide al Tribunal pronunciarse respect o a si las polít icas
públicas act ualm ent e desarrolladas const it uyen realm ent e una garant ía de no
repet ición en cuant o a lo ocurrido en el present e caso.

4.2.2. Est andarización de los prot ocolos, crit erios m inist eriales de
invest igación, servicios periciales y de im part ición de j ust icia,
para com bat ir desapariciones y hom icidios de m uj eres y los
dist int os t ipos de violencia cont ra las m uj eres
497. La Com isión solicit ó, en general, que la Cort e ordene al Est ado que fort alezca su
capacidad inst it ucional para com bat ir el pat rón de im punidad frent e a casos de
violencia cont ra las m uj eres en Ciudad Juárez a t ravés de invest igaciones penales
efect ivas, a las que se les dé un seguim ient o j udicial const ant e, garant izando así la
adecuada sanción y reparación.
498. Los represent ant es señalaron que las práct icas de procuración e im part ición de
j ust icia deben m odificarse desde sus raíces y deben incluir t odas las et apas de
invest igación, preservación de pruebas y evidencias, de resguardo del lugar de los
hechos, de levant am ient o de los cuerpos, de la cadena de cust odia, et c. Solicit aron,
adem ás, que se est andarizara y arm onizara el sist em a de j ust icia penal est at al o de
prevención e invest igación del delit o con las necesidades de respet o de los derechos
hum anos de las m uj eres, principalm ent e prot ocolos y m anuales de invest igación.
499. Respect o al Nuevo Código Penal del est ado de Chihuahua, vigent e desde 2007,
el Est ado señaló que se reform aron: i) los delit os de hom icidio doloso y secuest ro en
perj uicio de m uj eres o m enores de edad, de form a que si exist e concurso de delit os,
aún cuando ello exceda la pena de prisión de 60 años, deberá im ponerse la pena por
cada delit o; ii) el delit o de hom icidio sim ple, de form a que si la víct im a del delit o es
una m uj er o un m enor de edad se aplica una pena de 30 a 60 años en vez de una pena
de 8 a 20 años de prisión, adem ás de la pena que se acum ule por cada delit o adicional
aunque se exceda la pena m áxim a de prisión de 60 años, y iii) el delit o de lesiones, de
form a que si se causa lesión a un ascendient e, descendient e, herm ano, cónyuge,
concubina o concubino, parej a, adopt ant e o adopt ado, aum ent a en una t ercera part e la
pena que corresponda. Finalm ent e, indicó que dicho código cast iga los act os de
violencia fam iliar en t érm inos de la Ley Est at al del Derecho de las Muj eres a una Vida
Libre de Violencia 479 .
500. Respect o al nuevo Código de Procedim ient os Penales del est ado de Chihuahua,
vigent e desde 2006, el Est ado señaló que el m ism o: “ est ablece que no se aplicarán los
crit erios de oport unidad para el ej ercicio de la acción penal t rat ándose de delit os
cont ra la libert ad y seguridad sexuales, o de violencia fam iliar, por afect ar gravem ent e
el int erés público” . Asim ism o, dicho código prevé que en los casos de delit os sexuales
479
Cfr. Art ículos 32, párrafo t ercero; 125, párrafo segundo; 126; 130, y 193 del Código Penal del
est ado de Chihuahua, supra not a 456, folios 14371, 14390, 14391 y 14404.
126

y de violencia fam iliar, la víct im a cuent e “ con asist encia int egral por part e de las
unidades especializadas de la Procuraduría General de Just icia del est ado de
Chihuahua, quienes int ervendrán con la debida diligencia, aplicando los prot ocolos
em it idos” . Finalm ent e, inform ó que se cont em pla la m edida caut elar de separación
inm ediat a del probable delincuent e del dom icilio cuando se t rat e de agresiones a
m uj eres480 .
501. El Est ado adj unt ó com o prueba m odelos de prot ocolos481 y al respect o señaló
que “ para cada t ipo de delit o se sigue un prot ocolo específico. En el caso de los
hom icidios de m uj eres, se cuent a con los prot ocolos relat ivos a los delit os de orden
sexual, lesiones, crim inalíst ica de cam po, at ención a víct im as, at ención en crisis de
m ódulo, quím ica forense, m edicina forense, hom icidio, suicidio y m uert e accident al” .
Afirm ó que la PGJCH ha difundido am pliam ent e el cont enido de la Declaración sobre
Elim inación de la Discrim inación cont ra la Muj er, de la Convención sobre la Elim inación
de t odas las Form as de Discrim inación cont ra la Muj er, y de la Convención Belém do
Pará.
502. La Cort e ha ordenado en ot ros casos norm alizar, conform e a los est ándares
int ernacionales, los parám et ros para invest igar, realizar el análisis forense y j uzgar 482 .
El Tribunal est im a que en el present e caso el Est ado debe, en un plazo razonable,
cont inuar con la est andarización de t odos sus prot ocolos, m anuales, crit erios
m inist eriales de invest igación, servicios periciales y de im part ición de j ust icia,
ut ilizados para invest igar t odos los delit os que se relacionen con desapariciones,
violencia sexual y hom icidios de m uj eres, conform e al Prot ocolo de Est am bul, el
Manual sobre la Prevención e I nvest igación Efect iva de Ej ecuciones Ext raj udiciales,
Arbit rarias y Sum arias de Naciones Unidas y los est ándares int ernacionales de
búsqueda de personas desaparecidas, con base en una perspect iva de género. Al
respect o, se deberá rendir un inform e anual durant e t res años.

4.2.3. I m plem ent ación de un program a de búsqueda y localización


de m uj eres desaparecidas en el est ado de Chihuahua
503. Los represent ant es solicit aron revisar, rediseñar y reest ruct urar el “ Operat ivo
Alba” con “ la part icipación de expert os int ernacionales en la m at eria que perm it an [ …]
est ablecer un program a de invest igación y docum ent ación de respuest a inm ediat a [ que
cuent e con] los recursos financieros correspondient es para su adecuado
funcionam ient o” . Argum ent aron, adem ás, que “ los operat ivos de ‘reacción inm ediat a’
[ vigent es] no const it uyen una m edida efect iva para at ender de inm ediat o un report e
de desaparición o ext ravío y sobre t odo que no const it uyen acciones adecuadas y
efect ivas que im pidan la realización de conduct as crim inales en cont ra de las m uj eres y
las niñas de Ciudad Juárez” , debido principalm ent e a que “ los crit erios para clasificar
las desapariciones com o de ‘Alt o Riesgo’ no son claros ni obj et ivos y revist en crit erios
discrim inat orios” o, incluso, debido a que funcionarios niegan im plem ent ar las m edidas
urgent es sin una j ust ificación plausible.

480
Cfr. Art ículo 83, fracción I , párrafo segundo; 121, últ im o párrafo, y 169, fracción I X del Código de
Procedim ient os Penales del est ado de Chihuahua, supra not a 457, folios 14281, 14291 y 14301.
481
Cfr. Procuraduría General de Just icia del est ado de Chihuahua, Prot ocolos de I nvest igación en
Crim inalíst ica y Prot ocolos de Personal Especializado en At ención a Víct im as ( expedient e de anexos a los
alegat os finales escrit os del Est ado, t om o XLVI I , anexo 3, folios 16955 a 17082) .
482
Cfr. Caso Gut iérrez Soler Vs. Colom bia. Fondo, Repar aciones y Cost as. Sent encia de 12 de
sept iem br e de 2005. Serie C No. 132, párrs. 109 y 110.
127

504. La Cort e observa que el 22 de j ulio de 2003 el Est ado im plem ent ó el Operat ivo
Alba con el “ obj et ivo [ de] est ablecer una vigilancia ext raordinaria sobre la ya exist ent e
en las zonas de alt o riesgo para m uj eres y en donde hubo hallazgos [ …] de víct im as de
hom icidios” . Post eriorm ent e, el 12 de m ayo de 2005 se puso en m archa el Prot ocolo de
At ención, Reacción y Coordinación ent re aut oridades federales, est at ales y m unicipales
en caso de ext ravío de m uj eres y niñas en el Municipio de Juárez o “ Prot ocolo Alba” ,
donde se est ableció, por acuerdo y consenso de las inst it uciones part icipant es, un
m ecanism o de at ención, reacción y coordinación ent re aut oridades de los t res ám bit os
de gobierno en caso de ext ravío de m uj eres y niñas en Ciudad Juárez. Para oct ubre de
2006 el prot ocolo se había “ act ivado en 8 ocasiones, [ desde su creación] de las cuales
ha perm it ido ubicar a 7 m uj eres y 2 niños en sit uación de desaparición o ext ravío” 483 .
505. El Tribunal valora posit ivam ent e la creación del “ Operat ivo Alba” y del
“ Prot ocolo Alba” com o una form a de brindar m ayor at ención a la desaparición de
m uj eres en Ciudad Juárez. Sin em bargo, observa que dichos program as de búsqueda
únicam ent e se ponen en m archa cuando se present a una desaparición de “ alt o riesgo” ,
crit erio que según diversos inform es, sólo se sat isfacía cuando se present aban report es
con “ caract eríst icas específicas” 484 a saber: “ exist e cert eza de que [ las m uj eres] no
t enían m ot ivos para abandonar el hogar” , se t rat a de una niña 485 , “ la j oven [ t uviera]
una rut ina est able” 486 y que el report e “ t uviera caract eríst icas vinculadas con los
hom icidios ‘seriales’” 487 .
506. La Cort e considera que el Prot ocolo Alba, o cualquier ot ro disposit ivo análogo en
Chihuahua, debe seguir, ent re ot ros, los siguient es parám et ros: i) im plem ent ar
búsquedas de oficio y sin dilación alguna, cuando se present en casos de desaparición,
com o una m edida t endient e a prot eger la vida, libert ad personal y la int egridad
personal de la persona desaparecida; ii) est ablecer un t rabaj o coordinado ent re
diferent es cuerpos de seguridad para dar con el paradero de la persona; iii) elim inar
cualquier obst áculo de hecho o de derecho que le rest e efect ividad a la búsqueda o que
haga im posible su inicio com o exigir invest igaciones o procedim ient os prelim inares; iv)
asignar los recursos hum anos, económ icos, logíst icos, cient íficos o de cualquier índole
que sean necesarios para el éxit o de la búsqueda; v) confront ar el report e de
desaparición con la base de dat os de personas desaparecidas referida en la sección
4.2.4 infra, y vi) priorizar las búsquedas en áreas donde razonablem ent e sea m ás
probable encont rar a la persona desaparecida sin descart ar arbit rariam ent e ot ras
posibilidades o áreas de búsqueda. Todo lo ant erior deberá ser aún m ás urgent e y
riguroso cuando la desaparecida sea un niña. Al respect o, se deberá rendir un inform e
anual durant e t res años.
507. De ot ra part e, la Com isión para Ciudad Juárez inform ó que en m arzo de 2005
creó la página elect rónica www.m uj eresdesaparecidascdj uarez.gob.m x donde se
encuent ran dat os de algunas m uj eres, j óvenes y niñas desaparecidas en Ciudad

483
Cfr. Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont r a las Muj eres en Ciudad Juárez, Ter cer
I nform e de Gest ión, supra not a 101, folio 9054.
484
Cfr. Procuraduría General de Just icia del est ado de Chihuahua, Oficio dirigido al Dir ect or de
Derechos Hum anos de la Secret aría Relaciones Ext eriores, 17 de febrero de 2003 ( expedient e de anex os a la
cont est ación de la dem anda, t om o XLI I , anexo 75, folio 15381) .
485
Cfr. I nform e de Méx ico elaborado por el CEDAW, supra not a 71, folio 1929.
486
Cfr. CNDH, I nform e Especial, supra not a 66, folio 2174 y Am nist ía I nt ernacional, Muer t es
I nt olerables, supra not a 64, folio 2274.
487
Cfr. CI DH, Sit uación de los Derechos de la Muj er en Ciudad Juárez, supr a not a 64, folio 1746.
128

Juárez488 . La Cort e not a que la página ha dej ado de act ualizarse desde diciem bre de
2006.
508. Al respect o, y t eniendo en cuent a que una red inform át ica en la que cualquier
persona pueda sum inist rar inform ación sobre una m uj er o niña desaparecida puede ser
út il para localizarla, la Cort e, com o lo ha dispuest o en ot ras ocasiones489 , ordena la
creación de una página elect rónica que cont endrá la inform ación personal necesaria de
t odas las m uj eres, j óvenes y niñas que desaparecieron en Chihuahua desde 1993 y
que cont inúan desaparecidas. Dicha página elect rónica deberá perm it ir que cualquier
individuo se com unique por cualquier m edio con las aut oridades, inclusive de m anera
anónim a, a efect os de proporcionar inform ación relevant e sobre el paradero de la
m uj er o niña desaparecida o, en su caso, de sus rest os. La inform ación cont enida en la
página elect rónica deberá act ualizarse perm anent em ent e.

4.2.4. Confront ación de inform ación genét ica de cuerpos no


ident ificados de m uj eres o niñas privadas de la vida en
Chihuahua con personas desaparecidas a nivel nacional
509. Los represent ant es solicit aron que se cree una base de dat os a nivel nacional
para facilit ar la ident ificación de las personas report adas com o desaparecidas. Tam bién
afirm aron que es necesario im plem ent ar una base de dat os nacional que perm it a
confront ar la inform ación de personas desaparecidas con inform ación de personas que
han sido encont radas sin vida y que se han regist rado com o no ident ificadas.
510. El Est ado específicam ent e no se pronunció al respect o. Sin em bargo, hizo
referencia al denom inado “ Program a de I dent idad Hum ana” , cuando propuso a los
fam iliares de las víct im as que part iciparan en el EAAF con la finalidad de confirm ar la
ident idad de los cuerpos encont rados en el cam po algodonero.
511. Si bien el Tribunal observa que el Est ado creó un regist ro de dat os de m uj eres
desaparecidas en el Municipio de Juárez y un banco de dat os en genét ica forense 490 , la
Cort e no t iene elem ent os probat orios que le perm it an concluir que el Est ado creó una
base de dat os de personas desaparecidas a nivel nacional. Por ot ro lado, si bien la
Cort e observa que exist e un banco de dat os en genét ica forense con inform ación
genét ica de algunos fam iliares de víct im as de hom icidio por razón de género y de
algunos cuerpos encont rados491 , al Tribunal no le const a que el Est ado hubiese
confront ado la inform ación de m uj eres desaparecidas a nivel nacional, así com o la
inform ación genét ica de fam iliares de esas personas desaparecidas con la inform ación
genét ica ext raída de los cuerpos de cualquier m uj er o niña privada de la vida y no
ident ificada en Chihuahua. Tam poco obra en el expedient e inform ación que perm it a a
la Cort e det erm inar la suficiencia de los dat os cont enidos en las referidas bases, así
com o la eficacia y los result ados que dichas bases de dat os han t enido dent ro de la
invest igación de las desapariciones y hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez.
512. La Cort e est im a que la racionalidad de crear una base de dat os de m uj eres y
niñas desaparecidas a nivel nacional y la act ualización y confront ación de la

488
Cfr. Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont r a las Muj eres en Ciudad Juárez, Ter cer
I nform e de Gest ión, supra not a 101, folio 9200.
489
Cfr. Caso de las Her m anas Serrano Cruz Vs. El Salvador. supra not a 454, párr. 190.
490
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e final, supra not a 87, folios 14582 y 14587 a 14594.
491
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e final, supra not a 87, folios 14582 y 14587 a 14594.
129

inform ación genét ica provenient e de fam iliares de personas desaparecidas y de


cuerpos no ident ificados responde a la posibilidad de que los cuerpos de algunas
m uj eres o niñas encont radas en Chihuahua pert enezcan a personas desaparecidas en
ot ras ent idades federat ivas, incluso, ot ros países. Por ello, com o lo ha dispuest o en
ot ros casos492 , la Cort e ordena: i) la creación o act ualización de una base de dat os que
cont enga la inform ación personal disponible de m uj eres y niñas desaparecidas a nivel
nacional; ii) la creación o act ualización de una base de dat os con la inform ación
personal que sea necesaria, principalm ent e genét ica y m uest ras celulares, de los
fam iliares de las personas desaparecidas que consient an –o que así lo ordene un j uez-
para que el Est ado alm acene dicha inform ación personal únicam ent e con obj et o de
localizar a la persona desaparecida, y iii) la creación o act ualización de una base de
dat os con la inform ación genét ica y m uest ras celulares provenient e de los cuerpos de
cualquier m uj er o niña no ident ificada que fuera privada de la vida en el est ado de
Chihuahua. El Est ado en t odo m om ent o deberá prot eger los dat os personales
cont enidos en dichas bases de dat os.

4.2.5. Creación de una figura legislat iva para at raer los casos del
fuero com ún al fuero federal cuando se present en condiciones
de im punidad o se acredit en irregularidades de fondo en las
averiguaciones previas
513. Los represent ant es señalaron que es necesario cont ar con un m ecanism o legal
cont enido en las leyes nacionales para facilit ar y encuadrar la at racción de los casos
del fuero com ún al fuero federal, debido a que en est e caso “ uno de los principales
problem as que perm it ieron y perm it en aún las violaciones a los derechos hum anos de
las víct im as de violencia cont ra las m uj eres y fem inicidio es la im posibilidad de que la
Federación int ervenga, revise y en su caso corrij a las irregularidades y deficiencias de
los expedient es int egrados en el fuero com ún” . I ndicaron que si bien a nivel federal se
creó en el 2004 la Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont ra las Muj eres de
Ciudad Juárez, ést a nunca t uvo facult ades legales para proponer o para corregir las
act uaciones de los funcionarios del fuero com ún. Asim ism o, especificaron que aunque
se hubiera creado en 2004 la Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados
con los Hom icidios de Muj eres en el Municipio de Ciudad Juárez, ést a sólo revisó las
averiguaciones previas que se t enían en el fuero com ún en lo que respect a a
negligencias y responsabilidades de funcionarios que en ellas habían part icipado, sin
revisar, proponer, coadyuvar o corregir deficiencias que había encont rado puest o que
su m andat o no lo facult aba para ello.
514. El Est ado inform ó que el 29 de agost o de 2003 fue creada la Agencia Mixt a del
Minist erio Público en el Municipio de Ciudad Juárez, Chihuahua, para la I nvest igación
de Hom icidios de Muj eres y de los Delit os Conexos ( en adelant e “ la Agencia Mixt a” ) ,
m ediant e un convenio de colaboración ent re la PGR y la PGCH. Conform e a la prueba
aport ada por las part es, el obj et o de la Agencia Mixt a era perseguir los delit os dent ro
de un m arco de plena colaboración y coordinación ent re las dos procuradurías e
inst rum ent ar acciones conj unt as en las invest igaciones encam inadas a esclarecer los
hom icidios de m uj eres en dicho m unicipio. La Fiscalía Especial Federal para Juárez

492
Cfr. Caso Molina Theissen Vs. Guat em ala. Reparaciones y Cost as. Sent encia de 3 de j ulio de 2004.
Serie C No. 108, párr. 91; Caso de las Herm anas Serrano Cruz Vs. El Salvador, supra not a 454, párr. 193, y
Caso Servellón García y ot ros Vs. Honduras, supra not a 308, párr. 203.
130

coordinaba y supervisaba la represent ación del Minist erio Público de la Federación que
conform aba la Agencia Mixt a 493 .
515. El 30 de enero de 2004 se creó la Fiscalía Especial a nivel federal. Conform e lo
alegado por el Est ado, la Fiscalía Especial Federal para Juárez dependía de la PGR y
“ era com pet ent e para dirigir, coordinar y supervisar las invest igaciones de los delit os
relacionados con hom icidios de m uj eres del m unicipio de Juárez, Chihuahua, en
ej ercicio de la facult ad de at racción en aquéllos que t uvieran conexión con algún delit o
federal” . Dicha afirm ación no fue cont rovert ida por la Com isión o los represent ant es.
Ent re las funciones de la Fiscalía Especial se encont raba la de “ revisar [ …] e invest igar
cada uno de los expedient es que cont ienen inform ación sobre hom icidios y
desapariciones de m uj eres, e invest igar con responsabilidad los casos en que
encuent ren pruebas de negligencia, ineficiencia o t olerancia por part e de servidores
públicos, a fin de evit ar la im punidad y sancionar a aquéllos que hayan dej ado de
cum plir con su deber” 494 . La Cort e observa que la Fiscalía Especial desarrolló cuat ro
program as específicos dent ro de su plan de t rabaj o: i) sist em at ización de la
inform ación sobre hom icidios de m uj eres y delit os relacionados; ii) at ención a delit os
relacionados con hom icidios; iii) at ención a denuncias de m uj eres desaparecidas, y iv)
at ención a víct im as495 .
516. La Fiscalía Especial concluyó su act uación en el 2006 al haber sido abrogado el
acuerdo de creación de 2004 496 . La PGR ent regó el 16 de febrero de 2006 a la CNDH el
inform e final de la Fiscalía Especial. La CNDH afirm ó que “ no se report ó en el inform e
final ningún avance significat ivo a los 3 report es ant eriores, de los que incluso est a
Com isión Nacional dio cuent a punt ual en su I nform e de evaluación del 23 de agost o de
2005” 497 .
517. La Fiscalía Especial fue sust it uida post eriorm ent e en dos ocasiones: el 16 de
febrero de 2006 por la Fiscalía Especial para la At ención de Delit os Relacionados con
Act os de Violencia cont ra las Muj eres, adscrit a a la Oficina del Procurador General de la
República, con el obj et o de at ender delit os relacionados con act os de violencia cont ra
las m uj eres en el país498 ; y el 31 de enero de 2008 por la Fiscalía Especial para los
Delit os de Violencia cont ra las Muj eres y Trat a de Personas, adscrit a t am bién a la
Oficina del Procurador General de la República, para invest igar y perseguir delit os
federales relacionados con hechos de violencia cont ra las m uj eres, así com o los de
t rat a de personas499 .
518. A nivel local, en agost o de 2005 el est ado de Chihuahua m odificó el obj et o de
creación de la FEI HM, ya que según el Est ado “ ant es se concent raba exclusivam ent e

493
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os Relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, Chihuahua, Prim er I nform e, supra not a 468, folios 2999 a 3142; Fiscalía Especial par a
la At ención de Delit os r elacionados con los Hom icidios de Muj eres en el Municipio de Juárez, I nform e final,
supra not a 87, folio 14536, e I nform e de México producido por el CEDAW, supra not a 64, folio 1939.
494
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e final, supra not a 87, folio 14532.
495
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e final, supra not a 87, folios 14532, 14536 y 14537.
496
Cfr. Procuraduría General de la República, Acuerdo No. A/ 003/ 06, supra not a 498, folio 15464.
497
Cfr. CNDH, Segundo I nfor m e de Evaluación I nt egral, supra not a 72, folio 4664.
498
Cfr. Procuraduría General de la República, Acuerdo No. A/ 003/ 06, 19 de enero de 2006 ( expedient e
de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI I , anexo 78, folios 15462 a 15465) .
499
Cfr. Procuraduría General de la República, Acuerdo No. A/ 024/ 08, 29 de enero de 2008 ( expedient e
de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI I , anexo 80, folios 15470 a 15473) .
131

en los hom icidios que t uviesen un m óvil sexual” , incluyendo desde esa fecha “ t odos los
casos de hom icidios dolosos en los que las víct im as fuesen m uj eres” 500 .
519. La Cort e observa que la act ividad de la Fiscalía Especial est uvo lim it ada a
sist em at izar la inform ación de los hom icidios de m uj eres en Ciudad Juárez y sólo a
invest igar los delit os que pert enecieran al fuero federal 501 . El Tribunal t am poco t iene
inform ación act ualizada sobre el funcionam ient o y efect ividad de la renovada FEI HM.
520. Los represent ant es no sust ent aron su solicit ud de reparación en argum ent os
claros, pert inent es y suficient es sobre los problem as de acceso a la j ust icia que se
derivarían del derecho int erno aplicable a la figura de at racción al fuero federal.
Tam poco argum ent aron sobre la prueba específica en t orno a las polít icas diseñadas
por el Est ado para solucionar la problem át ica sobre la m at eria durant e los últ im os
años. Ello le im pide al Tribunal pronunciarse sobre est a solicit ud de reparación.

4.2.6. Prohibición a t odo funcionario de discrim inar por razón de


género
521. Los represent ant es solicit aron la prohibición expresa y sancionada a t odo
funcionario present e o fut uro dent ro de los t res niveles de gobierno que declarare o
act uare despreciando o m inim izando las violaciones a los derechos de las m uj eres, en
part icular la negación o m inim ización de la exist encia de violencia cont ra las m uj eres
dent ro del cont ext o de hom icidios por m ot ivos de género en Ciudad Juárez. Señalaron
que en dist int os m om ent os hist óricos, el Est ado m exicano ha insist ido en reducir,
desvirt uar y m inim izar las causas y efect os de los hom icidios y desapariciones de
cient os de m uj eres en esa ciudad, y agregaron que la act it ud de las aut oridades ha
sido not oriam ent e discrim inat oria.
522. El Est ado inform ó sobre la Ley General para la I gualdad ent re Muj eres y
Hom bres, publicada en el 2006, que t iene por obj et o regular y garant izar la igualdad
ent re m uj eres y hom bres y proponer los lineam ient os y m ecanism os inst it ucionales
que orient en al Est ado m exicano hacia el cum plim ient o de la igualdad sust ant iva en los
ám bit os público y privado, prom oviendo el em poderam ient o de las m uj eres. La ley
creó el Sist em a Nacional para la I gualdad ent re Muj eres y Hom bres, inst alado en el
2007 y, dent ro del m arco de aplicación de la m ism a, se puso en m archa el Program a
Nacional para la I gualdad ent re Muj eres y Hom bres 2008- 2012 502 . Por su part e, el
Program a Nacional para la I gualdad ent re Muj eres y Hom bres 2008- 2012 fue
present ado en el 2008 dent ro del m arco del Plan Nacional de Desarrollo 2007- 2012 503
y el Est ado indicó que “ cont ribuye al logro de los obj et ivos, est rat egias y prioridades
nacionales en m at eria de igualdad sust ant iva ent re m uj eres y hom bres” . Est e
program a lo dirige el I NMUJERES. La ley ha sido replicada en el est ado de Chihuahua

500
Cfr I nform e de Méx ico producido por el CEDAW, supra not a 64, folios 1937 y 1963 y CNDH,
Segundo I nform e de Evaluación I nt egral, supra not a 72, folio 4697.
501
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e final, supra not a 87, folios 14532, 14538, 14539 y 14544.
502
Cfr. Ley General para la I gualdad ent re Muj eres y Hom bres, publicada en el Diar io Oficial de la
Federación el 2 de agost o de 2006 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI I I ,
anexo 106, folios 16079 a 16089) .
503
Cfr. Plan Nacional de Desar rollo 2007- 2012, est rat egia 5.4. del ej e 1 y obj et ivo 16 del ej e 3
( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI I , anexo 84, folios 15495 a 15792) .
132

desde el 2007 al publicar la Ley para Prevenir y Elim inar la Discrim inación del est ado
de Chihuahua 504 .
523. Por su part e, el Est ado alegó que la Ley General de Acceso de las Muj eres a una
Vida Libre de Violencia, publicada en 2007, est ablece “ las bases para la prevención,
at ención y erradicación de la violencia cont ra las m uj eres de cualquier edad en el
ám bit o público y privado” , así com o los “ precept os rect ores para que las m uj eres
cuent en con acceso a una vida libre de violencia en el ám bit o federal y local: igualdad
j urídica ent re la m uj er y el hom bre; respet o a la dignidad hum ana de las m uj eres; la
no discrim inación y libert ad de las m uj eres” . Añadió que est a ley “ ident ifica los
m ecanism os para la prevención, prot ección y asist encia a las m uj eres y niñas para
erradicar la violencia en su cont ra y cont em pla la obligación de los órganos de
seguridad pública de los est ados, de los m unicipios y de la federación, así com o de los
órganos de im part ición de j ust icia, de brindar una at ención adecuada y especial a las
víct im as m uj eres” 505 . Finalm ent e, la Ley para la Prot ección de los Derechos de Niñas,
Niños y Adolescent es prevé que la prot ección de sus derechos t iene com o obj et ivo
asegurarles un desarrollo pleno e int egral, lo que im plica la oport unidad de form arse
física, m ent al, em ocional, social y m oralm ent e en condiciones de igualdad 506 .
524. Asim ism o, México reguló en el est ado de Chihuahua un t ipo delict ivo de
discrim inación y una sanción adm inist rat iva para funcionarios públicos que discrim inen
conform e a la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos507 .
525. Los represent ant es no argum ent aron en t orno a los vacíos e insuficiencias que
t endrían est e t ipo de norm as, program as y acciones, razón por la cual el Tribunal no
cuent a con elem ent os para pronunciarse sobre su solicit ud.

4.2.7. Ley para regular los apoyos para las víct im as de hom icidios
por razones de género
526. Los represent ant es solicit aron al Tribunal “ la creación de una [ l] ey que regule
[ …] obj et ivam ent e los apoyos específicos para las víct im as del fem inicidio, así com o los
est ándares m ínim os para el seguim ient o y evaluación de dichos apoyos” . Dicha
solicit ud la j ust ificaron en virt ud de que los apoyos, de caráct er social o de
com pensación general, im plem ent ados por el Est ado a la fecha, no pueden est ar al
arbit rio de los funcionarios en t urno, y porque los apoyos no se fij aron ni est ablecieron
con base en crit erios int ernacionales de reparación del daño sino baj o crit erios polít icos
y de gobierno.
527. El Est ado no se pronunció al respect o específicam ent e. Sin em bargo, la Cort e
observa que al brindar el Est ado los apoyos a los que est e Tribunal se referirá m ás
adelant e, les dio el caráct er de indem nizaciones adicionales a las que ofreció en su
escrit o de cont est ación de dem anda ( infra párr. 550) , e incluso afirm ó que el cont act o
de las aut oridades m ant enido con los fam iliares de las víct im as debía t om arse “ com o
504
Cfr. Ley para Prevenir y Elim inar la Discrim inación en el est ado de Chihuahua, supra not a 459, folios
16164 a 16178.
505
Cfr. Ley Gener al de Acceso de las Muj eres a una Vida Libre de Violencia, supra not a 124, folios
16091 a 16107.
506
Cfr. Ley para la Prot ección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescent es, supra not a 420, folios
16049 a 16063) .
507
Cfr. art ículos 30, 31 y 32 de Ley para Pr evenir y Elim inar la Discr im inación en el est ado de
Chihuahua, supra not a 459, folio 16177; art ículo 197 del Código Penal para el est ado de Chihuahua,
supra not a 456, folios 14364 a 14452, y art ículo 3 de la Ley General para la I gualdad ent re Muj eres y
Hom bres, supra not a 502, folio 16079.
133

una m uest ra de la buena fe del Est ado para reparar las consecuencias de las
irregularidades acept adas por las aut oridades en un prim er m om ent o de las
invest igaciones sobre los hom icidios de las t res m uj eres” .
528. La Cort e observa que la t it ular de la Com isión para Ciudad Juárez reconoció que
al crearse el Fondo de Auxilio Económ ico a Fam iliares de las Víct im as de Hom icidio de
Muj eres en el 2005 ( infra párr. 557) no se le consideró com o una form a de reparación
del daño; el t ipo de auxilio se brindó en consideración de las conduct as delict ivas del
hom icida y no de las responsabilidades del Est ado; y los apoyos est aban condicionados
a la prom oción de j uicios civiles o fam iliares508 .
529. El Tribunal considera que no puede confundirse la prest ación de los servicios
sociales que el Est ado brinda a los individuos con las reparaciones a las que t ienen
derecho las víct im as de violaciones de derechos hum anos, en razón del daño específico
generado por la violación. En t al sent ido, el Tribunal no considerará com o part e de las
reparaciones que el Est ado alega haber realizado, los apoyos gubernam ent ales que no
hayan sido dirigidos específicam ent e a reparar la falt a de prevención, im punidad y
discrim inación at ribuibles al Est ado en el present e caso.
530. Por ot ra part e, la Cort e considera que no puede indicar al Est ado cóm o regular
los apoyos que brinde a las personas com o part e de un program a de asist encia social,
por lo que se abst iene de pronunciarse respect o a est a solicit ud de los represent ant es.

4.2.8. Capacit ación con perspect iva de género a funcionarios


públicos y población en general del Est ado de Chihuahua
531. La Com isión solicit ó al Tribunal que ordene al Est ado realizar program as de
capacit ación para funcionarios públicos en t odas las ram as de la adm inist ración de la
j ust icia y la policía, y polít icas int egrales de prevención. Asim ism o, solicit ó se ordene la
im plem ent ación de polít icas públicas y program as inst it ucionales dest inados a superar
los est ereot ipos sobre el rol de las m uj eres en la sociedad de Ciudad Juárez y
prom over la erradicación de pat rones sociocult urales discrim inat orios que im piden el
acceso pleno de las m uj eres a la j ust icia.
532. Los represent ant es reconocieron que, si bien el Est ado ha hecho esfuerzos
im port ant es en m at eria de capacit ación a funcionarios públicos, sobret odo a aquéllos
cuya labor im pact a direct am ent e en los casos de desapariciones y hom icidios de
m uj eres, dichos esfuerzos no han sido del t odo sat isfact orios, al no haberse
desarrollado una perspect iva t ransversal de género y no incorporar la perspect iva de
género en t oda la act ividad desarrollada por las aut oridades del Est ado. Agregaron que
los funcionarios que com parecieron a la audiencia, si bien han sido capacit ados, “ no
ent ienden de qué se t rat an los cont enidos de las Convenciones [ …] respect o de los
derechos" de las víct im as.
533. El Est ado señaló que “ est á concient e de que part e de las irregularidades
com et idas al inicio de la invest igación por los hom icidios de Claudia I vet t e González,
Esm eralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ram os Monárrez se debieron a la falt a de
capacit ación de los funcionarios públicos que est uvieron involucrados en las m ism as” .
Sin em bargo, el Est ado alegó que la Procuraduría General de Just icia del est ado de
Chihuahua diseñó, a part ir de oct ubre de 2004, en coordinación con las inst it uciones y
universidades locales e int ernacionales, un program a de capacit ación en el que invirt ió
m ás de 14 m illones de pesos para la especialización en t écnicas y procedim ient os de

508
Cfr. Com isión para Prevenir y Erradicar la Violencia cont r a las Muj eres en Ciudad Juárez, Ter cer
I nform e de Gest ión, supra not a 101, folio 9185.
134

invest igación y profesionalización en m at eria pericial. La Cort e no cuent a con


const ancia de la inversión del referido capit al. Dicho program a incluye “ m aest rías con
la colaboración de universidades españolas y la Com isión Nacional de Derechos
Hum anos” 509 . A t ravés del Cent ro de Est udios Penales y Forenses en el 2005, se
im plem ent aron m ás de 122 program as de capacit ación que significaron una inversión
superior de 12 m illones de pesos510 . El Tribunal observa que no exist e const ancia de t al
inversión.
534. En cuant o a t em as de capacit ación, la Ley Orgánica del Poder Judicial del est ado
de Chihuahua da especial im port ancia, a part ir de 2006, a la form ación en derechos
hum anos y equidad de género de los funcionarios que int egran el Poder Judicial
est adual o de Chihuahua 511 .
535. El Est ado afirm ó que capacit ó con perspect iva de género a funcionarios públicos
de los est ados de la República m exicana, ent re ellos al est ado de Chihuahua, a t ravés
de los Cursos de Form ación de Mult iplicadores del Subprogram a de Equidad de
Género 512 . Tam bién m encionó que ofreció capacit ación a funcionarios públicos
federales dent ro del m arco del program a de Sensibilización con Perspect iva de Género
im part ido por el I NMUJERES, así com o del Subprogram a de Equidad de Género a
funcionarios públicos de la Secret aría de Seguridad Pública del Gobierno Federal.
Asim ism o, indicó que en el 2003 y en el 2004 capacit ó a personal de la Secret aría de
Seguridad Pública en t em as básicos y especializados sobre Derechos Hum anos y
Seguridad Pública. El Est ado no exhibió prueba que acredit ara cuáles funcionarios
públicos fueron capacit ados.
536. El Est ado m encionó que baj o el Plan Nacional de Desarrollo 2007- 2012, dent ro
de la est rat egia 5.4 relat iva a “ com bat ir y sancionar con m ayor severidad la violencia
de género” , el Gobierno Federal pondrá en operación program as de “ sensibilización y
capacit ación dirigidos a policías, m édicos, m inist erios públicos y j ueces, y a t odo el
personal encargado de las labores de prot ección y at ención a las m uj eres que sufren
de violencia en t odas sus m anifest aciones” 513 .

509
El Est ado adj unt ó div ersos cont rat os celebrados ent re 2005 y 2008 con inst it uciones nacionales e
int ernacionales com o la UNAM, el I nst it ut o de Mediación de Méx ico, S.C., la Univer sidad Aut ónom a de
Chihuahua, la Univ ersidad Aut ónom a de Ciudad Juárez, la Univer sidad de Barcelona, la Univ ersidad de
Gerona, el I MCAA, S.A. de C.V., el Foro Lat inoam ericano para la Seguridad Urbana y la Dem ocracia, A.C.,
ent r e ot ros, en colaboración con inst ancias locales com o la Procuradur ía General de Just icia del est ado de
Chihuahua o la Com isión Est at al de Derechos Hum anos e inst ancias federales com o la Com isión Nacional de
Derechos Hum anos ( expedient e de anexos a los alegat os finales escr it os del Est ado, t om o L, folios 17565
17833) .
510
El Est ado exhibió un list ado de cur sos im part idos durant e el 2005 y el 2009 con el nom bre del
curso, el lugar y fecha de celebración y las personas que fueron capacit adas ( Cfr . Procuradur ía General de
Just icia del est ado de Chihuahua, Cent ro de Est udios Penales y Forenses, Cursos im part idos durant e 2005-
2009, expedient e de anexos a los alegat os finales escrit os del Est ado, t om o XLI X, folios 17537 a 17564) .
511
Cfr. art ículos 135 y 145- k de la Ley Orgánica del Poder Judicial del est ado de Chihuahua, supra not a
460, folios 14220 y 14226.
512
La Cort e observa que const a un com pr obant e de la realización del curso de form ación de
m ult iplicadores a niv el nacional del Subprogram a de Equidad y Aplicación del Manual de Equidad de Género
en “ Prevención de la Violencia Fam iliar ” a aut oridades de la Secret aría de Seguridad Pública del est ado de
Chihuahua, y en “ Derechos Hum anos de la Muj er y Aut oest im a” , “ Masculinidad y Aut oest im a” y “ Violencia
Fam iliar y Aser t iv idad” , a funcionar ios de Chihuahua ( Cfr . Avances o result ados de las acciones en el m arco
del “ PROEQUI DAD” , r ealizado por el I nst it ut o Nacional de las Muj eres, Dir ección General de Evaluación y
Desarrollo Est adíst ico, Dirección de Evaluación en el per iodo de enero a diciem br e de 2005, expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 6, folios 15014 a 15016) .
513
Cfr. Plan Nacional de Desarrollo 2007- 2012, est rat egia 5.4., supra not a 503, folio 15495 a 15792.
135

537. El Est ado igualm ent e se refirió a los siguient es cursos im plem ent ados en 2007:
un “ Diplom ado I nt ernacional Género y Sist em a Penal” , en el que asist ieron 41
funcionarios públicos514 ; un “ Diplom ado de Violencia Fam iliar y Derechos Hum anos” , el
cual reunió a 69 int egrant es de la Procuraduría 515 ; el curso “ Bases y Principios de Alt a
Especialidad en Derecho Procesal y Género” 516 ; el curso “ Violencia Dom ést ica, un
Problem a de Todos” , dirigido al personal del cent ro de j ust icia alt ernat iva Unidad de
At ención Tem prana y Unidad Especializada de Delit os Cont ra la Libert ad, Seguridad
Sexual y cont ra la Fam ilia 517 . En 2008, el Est ado aludió al curso “ Perit aj es Forenses en
caso de Violencia de Género” , el cual fue dirigido a psicólogos de la “ Dirección de
At ención a Vict im as” 518 . Asim ism o, exist e en el est ado de Chihuahua la “ Licenciat ura
en Procuración de Just icia” cuyo program a de est udio cont em pla la m at eria
“ Perspect iva de Género” 519 .
538. La Cort e observa que la t est igo Cast ro Rom ero declaró que en los días 14 de
oct ubre y 26 de noviem bre de 2005 se llevó a cabo el diplom ado “ Género y Derechos
Hum anos” , im part ido por la red de inst it uciones públicas que at ienden a m uj eres en
sit uación de violencia. Asim ism o, hizo referencia al sem inario sobre “ Derecho
I nt ernacional de los Derechos Hum anos, est rat egias de Lit igio” en el cual part iciparon
alrededor de “ 60 personas, ent re ellas la Subprocuradura de la Zona Nort e de la PGJE
y personal de la FEVI M” 520 .
539. Adem ás, el t est igo Caballero Rodríguez, agent e del Minist erio Público a cargo de
las invest igaciones en el present e caso, m anifest ó haber recibido capacit ación, ent re
ot ros t em as, en relación con la Convención Am ericana y la Convención Belem do
Pará 521 .
540. La Cort e valora posit ivam ent e t odas las capacit aciones con perspect iva de
género que el Est ado ha realizado a funcionarios públicos a part ir del año 2004, así

514
Cfr. conv enio celebrado ent r e el Secret ario General Ej ecut ivo del Foro Lat inoam ericano para la
Seguridad Urbana y la Dem ocracia A.C. y la Procuraduría General de Just icia del est ado de Chihuahua el 15
de m ayo de 2007 ( expedient e de anexos a los alegat os finales escrit os del Est ado, t om o L, folios 17675 a
17688) .
515
Cfr. convenio de colaboración para el diplom ado “ Violencia Fam iliar y Derechos Hum anos” ent re la
Procuradur ía General de Just icia del Est ado de Chihuahua y la Univ ersidad Nacional Aut ónom a de Méx ico del
9 de abril de 2007 ( expedient e de anexos a los alegat os finales escr it os del Est ado, t om o L, folio 17689) e
inform e acerca de las polít icas inst it ucionales im plem ent adas para prevenir, inv est igar , sancionar y elim inar
la violencia en cont ra de las m uj eres, em it ido por la Procuradur ía General del est ado de Chihuahua
( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XL, anexos 60, folio 14960) .
516
Cfr. cont rat o de prest ación de serv icios ent re la Procur aduría General de Just icia del est ado de
Chihuahua y el I nst it ut o Mexicano de Ciencias y Art es Aplicadas ( I NMCAA S.A. de C.V.) de 1 de febrero de
2007 ( expedient e de anexos a los alegat os finales escrit os del Est ado, t om o L, folio 17696) .
517
El Est ado anex ó un list ado del Cent ro de Est udios Penales y Forenses, con los cursos im part idos del
2005 al 2009. En el m ism o const a que se im part ió un cur so denom inado “ Curso de Violencia Dom ést ica; Un
Problem a para Todos” , con una duración de 12 horas, dir igido a 26 personas, ent re el 26 al 28 de j unio de
2007 ( expedient e de anexos a los alegat os finales escrit os del Est ado, t om o XLI X, folio 17551) .
518
Dent ro del list ado de cur sos im part idos dur ant e el 2005 y el 2009, el Est ado indicó que en oct ubre
de 2008 el I nst it ut o Chihuahuense de la Muj er im part ió el curso " Perit aj es Forenses en caso de Violencia de
Género" a 8 psicólogos de at ención a víct im as de la Procuraduría ( Cfr. Procuradur ía General de Just icia del
est ado de Chihuahua, Cent ro de Est udios Penales y Forenses, supra not a 510, folio 17563) .
519
El Est ado anexó un list ado sobre capacit ación en el 2005 donde se hace r eferencia a una
“ Licenciat ura en Procuración de Just icia” que involucrar ía a una cant idad de 549 personas ( expedient e de
anexos a los alegat os finales escr it os del Est ado, t om o XLI X, folio 17535) .
520
Cfr. declaración rendida ant e fedat ar io público por la t est igo Cast ro Rom ero el 27 de abril de 2009,
anexo 1 ( expedient e de fondo, t om o VI I I , folios 2927 y 2928) .
521
Cfr. declaración del t est igo Caballero Rodr íguez, supra not a 386.
136

com o el posible dest ino de cuant iosos recursos dest inados para dicha finalidad. Sin
em bargo, la capacit ación, com o sist em a de form ación cont inua, se debe ext ender
durant e un lapso im port ant e para cum plir sus obj et ivos522 . Adem ás, la Cort e señala
que una capacit ación con perspect iva de género im plica no solo un aprendizaj e de las
norm as, sino el desarrollo de capacidades para reconocer la discrim inación que sufren
las m uj eres en su vida cot idiana. En part icular, las capacit aciones deben generar que
t odos los funcionarios reconozcan las afect aciones que generan en las m uj eres las
ideas y valoraciones est ereot ipadas en lo que respect a al alcance y cont enido de los
derechos hum anos.
541. En consecuencia, sin perj uicio de la exist encia de program as y capacit aciones
dirigidas a funcionarios públicos encargados de la im part ición de j ust icia en Ciudad
Juárez, así com o de cursos en m at eria de derechos hum anos y género, el Tribunal
ordena que el Est ado cont inúe im plem ent ando program as y cursos perm anent es de
educación y capacit ación en: i) derechos hum anos y género; ii) perspect iva de género
para la debida diligencia en la conducción de averiguaciones previas y procesos
j udiciales relacionados con discrim inación, violencia y hom icidios de m uj eres por
razones de género, y iii) superación de est ereot ipos sobre el rol social de las m uj eres.
542. Los program as y cursos est arán dest inados a policías, fiscales, j ueces, m ilit ares,
funcionarios encargados de la at ención y asist encia legal a víct im as del delit o y a
cualquier funcionario público, t ant o a nivel local com o federal, que part icipe direct a o
indirect am ent e en la prevención, invest igación, procesam ient o, sanción y reparación.
Dent ro de dichos program as perm anent es deberá hacerse una especial m ención a la
present e Sent encia y a los inst rum ent os int ernacionales de derechos hum anos,
específicam ent e, a los relat ivos a violencia por razones de género, ent re ellos la
Convención Belém do Pará y la CEDAW, t om ando en cuent a cóm o ciert as norm as o
práct icas en el derecho int erno, sea int encionalm ent e o por sus result ados, t ienen
efect os discrim inat orios en la vida cot idiana de las m uj eres. Los program as deberán
t am bién incluir est udios sobre el Prot ocolo de Est am bul y el Manual sobre la
Prevención e I nvest igación Efect iva de Ej ecuciones Ext raj udiciales, Arbit rarias y
Sum arias de Naciones Unidas. El Est ado deberá inform ar anualm ent e, durant e t res
años, sobre la im plem ent ación de los cursos y capacit aciones.
543. Adem ás, t eniendo en cuent a la sit uación de discrim inación en cont ra de la
m uj er reconocida por el Est ado, es necesario que ést e realice un program a de
educación dest inado a la población en general del est ado de Chihuahua, con el fin de
superar dicha sit uación. A t al efect o, el Est ado deberá present ar un inform e anual por
t res años, en el que indique las acciones que se han realizado con t al fin.

5. Re ha bilit a ción
544. La Com isión m anifest ó que “ México debe adopt ar m edidas de rehabilit ación
para los fam iliares de las víct im as” , las cuales deben incluir “ m edidas de rehabilit ación
psicológica y m édica.”
545. Los represent ant es solicit aron “ que el Est ado [ m ] exicano brinde la asist encia
m édica y psicológica desde dos inst it uciones de caráct er federal para garant izar un
servicio de calidad o [ …] que garant ice la rem uneración de los especialist as que
at iendan a las fam ilias hast a que [ …] se concluya con los [ …] t rat am ient os” . Lo
ant erior debido a que “ las violaciones a los derechos hum anos com et idas en cont ra de
[ las t res víct im as] han t enido repercusiones de fuert e im pact o en sus [ …] m adres [ ,] al

522
Cfr. Caso Escher y ot ros Vs. Brasil, supra not a 46, párr. 251.
137

haber sufrido ellas [ …] ot ras violaciones a los derechos fundam ent ales” . Adem ás,
afirm aron que “ las fam ilias de la víct im as” han padecido “ problem as físicos y
psicológicos” .
546. El Est ado afirm ó que brindó at ención m édica y psicológica a los fam iliares de las
víct im as a t ravés de “ [ l] a Dirección de At ención a Víct im as del Delit o, dependient e de
la PGJCH” , del “ I nst it ut o Chihuahuense de la Muj er” , de “ [ l] a Secret aría de Fom ent o
Social del Est ado de Chihuahua [ …] ” y del “ Cent ro de prevención y at ención a m uj eres
y fam ilias en sit uación de violencia” .
547. La Cort e observa que el Est ado present ó diversas list as elaboradas por
organism os est at ales523 referent es a la supuest a at ención m édica y psicológica
proporcionada a los fam iliares de las víct im as. Tam bién observa que la t est igo
Cam beros Revilla afirm ó que las t res m adres recibieron t rat am ient o m édico y que el
Est ado ofreció t rat am ient o psicológico a las señoras González y Monreal, aunque est a
últ im a se rehusó a recibirlo 524 . La t est igo Galindo afirm ó que la Secret aría de Fom ent o
Social del est ado de Chihuahua apoyó con m edicinas y servicio m édico a los fam iliares
de las j óvenes Ram os y González525 . Conform e a la declaración de la t est igo Cast ro
Rom ero, la señora González y la señora Monreal part iciparon en t erapias grupales
denom inadas “ Del Dolor a la Esperanza” 526 . Tam bién const a que en la audiencia
pública la señora González afirm ó que el Est ado le proporcionó asist encia m édica 527 .
548. Si bien est e Tribunal valora la asist encia m édica y psicológica que el Est ado ha
brindado a algunas de las víct im as, el Est ado no dem ost ró que cada uno de los
fam iliares hubiesen recibido o sigan recibiendo algún t rat am ient o psicológico,
psiquiát rico o m édico, y no acredit ó la calidad de las t erapias o las consult as y el
progreso obt enido por los pacient es a la fecha.
549. Por lo t ant o, la Cort e, com o m edida de rehabilit ación, ordena al Est ado que
brinde at ención m édica, psicológica o psiquiát rica grat uit a, de form a inm ediat a,
adecuada y efect iva, a t ravés de inst it uciones est at ales de salud especializadas, a
t odos los fam iliares considerados víct im as por est e Tribunal en el caso sub j udice, si
ést os así lo desean. El Est ado deberá asegurar que los profesionales de las
inst it uciones de salud especializadas que sean asignados para el t rat am ient o de las

523
Cfr. relación de pagos en el Hospit al Gener al de Madres de Víct im as de Fem inicidios que com prende
el per iodo del 2002 al 8 de m ayo de 2007 elaborada por la j efat ura de t rabaj o social de dicha inst it ución el
11 de m ayo de 2007 ( expedient e de anex os a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folio
15138) ; relación de m edicam ent os propor cionados por la Dir ección de Fom ent o Social a la señora Benit a
Monárrez Salgado elaborado por el Direct or de Fom ent o Social el 11 de m ayo de 2007 ( expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folio 15140) ; relación de m edicam ent os
proporcionados por la Dir ección de Fom ent o Social a la señora I rm a Monreal Jaim e elaborado por el Direct or
de Fom ent o Social el 11 de m ayo de 2007 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o
XLI , anexo 133, folio 15141) ; r elación de serv icios m édicos ot orgados a las per sonas que per t enecen al
Program a de At ención a Víct im as elaborada por el Dir ector General del Hospit al de la Muj er el 11 de m ayo de
2007 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folio 15143) ; relación
de at ención m édica y at ención psicológica elaborada por el Cent ro de Prevención y At ención a Muj eres y
Fam ilias en Sit uación de Violencia el 11 de m ayo de 2007 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XLI , anex o 133, folio 15165) , y oficio No. Jur/ 0223/ 2007 em it ido por el I nst it ut o
Chihuahuense de la Muj er el 4 de m ayo de 2004 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda,
t om o XLI , anexo 133, folios 15173 y 15174) .
524
Cfr. declaración rendida ant e fedat ario público por la t est igo Cam beros Rev illa el 8 de abril de 2009
( expedient e de fondo, t om o I X, folios 2981 a 2983) .
525
Cfr. declaración rendida ant e fedat ar io público por la t est igo Galindo López el 16 de abril de 2009
( expedient e de fondo, t om o X, folios 3308 y 3309) .
526
Cfr. declaración rendida por la t est igo Cast ro Rom ero, supra not a 520, folios 2922 a 2924.
527
Cfr. declaración rendida por la señora González, supra not a 183.
138

víct im as valoren debidam ent e las condiciones psicológicas y físicas de cada víct im a y
t engan la experiencia y form ación suficient e para t rat ar t ant o los problem as de salud
físicos que padezcan los fam iliares com o los t raum as psicológicos ocasionados com o
result ado de la violencia de género, la falt a de respuest a est at al y la im punidad.
Asim ism o, el t rat am ient o debe prest arse por el t iem po que sea necesario e incluir el
sum inist ro de t odos los m edicam ent os que event ualm ent e requieran 528 .

6. I n de m n iza cion e s
550. El Est ado inform ó que com o result ado del reconocim ient o de violaciones
parciales al derecho a la int egridad psíquica y m oral de los fam iliares, ha ot orgado, a
t ravés de sus aut oridades locales y federales, una serie de apoyos para reparar dichas
violaciones529 . Asim ism o, el Est ado solicit ó a la Cort e que “ analice los dat os que se
exponen sobre los apoyos m at eriales ot orgados a los fam iliares de [ las t res víct im as] a
fin de det erm inar que se ha cum plido con la obligación int ernacional de indem nizar a
las víct im as por el reconocim ient o de responsabilidad en la violación parcial de los
derechos [ …] m encionados” .
551. Los represent ant es señalaron que “ el único apoyo ext raordinario ent regado a
las fam ilias de las víct im as [ …] es el denom inado ‘Fondo de Auxilio Económ ico a
Fam iliares de las Víct im as de Hom icidio de Muj eres’, creado en el 2005 ex profeso para
indem nizar a las fam ilias víct im as del fem inicidio de Ciudad Juárez” , y que “ dichas
cant idades son las que reconocen las fam ilias de las víct im as com o indem nización o
pago ext raordinario por concept o de reparación de daño m at erial, sin que hayan
est ado [ de] acuerdo en los requisit os, procedim ient os y condiciones para su ent rega,
pues se les pedía ant es de la ent rega que ‘acept aran’ los rest os de sus hij as y [ que]
‘desist ieran’ de buscar confront a genét ica que dem ost rara claram ent e su
correspondencia filial” .
552. Los represent ant es reconocieron la ent rega por part e del Est ado de los
siguient es recursos provenient es del Fondo de Auxilio Económ ico a Fam iliares de las
Víct im as de Hom icidio de Muj eres ( en adelant e “ el Fondo de Apoyos” ) , a las siguient es
personas:
Fa m ilia r M on t o
Esm e r a lda H e r r e r a M on r e a l
I rm a Monreal Jaim e $136,656.00 pesos
Benigno Herrera Monreal $34,164.00 pesos
Adrián Herrera Monreal $34,164.00 pesos
Juan Ant onio Herrera Monreal $34,164.00 pesos
Cecilia Herrera Monreal $34,164.00 pesos
Cla udia I ve t t e Gon zá le z
I rm a Josefina González Rodríguez $273,312.00 pesos
La u r a Be r e n ice Ra m os M on á r r e z

528
Cfr. Caso Kaw as Fernández Vs. Honduras, supra not a 190, párr. 209 y Caso Anzualdo Cast ro Vs.
Perú, supra not a 30, párr. 203.
529
El Est ado cuant ificó el valor de los apoy os m at eriales por los siguient es m ont os: $551.874,27
( quinient os cincuent a y un m il ochocient os set ent a y cuat r o pesos m exicanos con 27/ 100) para los fam iliares
de Laura Ber enice Ram os Monárrez; $ 545.358,01 ( quinient os cuar ent a y cinco m il t rescient os cincuent a y
ocho pesos m exicanos con 01/ 100) para la fam ilia de Esm eralda Herr era Monreal, y $504.602,62 ( quinient os
cuat ro m il seiscient os dos pesos m exicanos con 62/ 100) para los fam iliar es de Claudia I vet t e González.
139

Benit a Monárrez Salgado $136,656.00 pesos


Daniel Ram os Canales530 $136,656.00 pesos
553. Los represent ant es t am bién indicaron de form a general que los apoyos
ot orgados por el Est ado “ incluye[ n] apoyos en especie y apoyos de caráct er social que
han sido ot orgados algunos a pet ición expresa de los fam iliares de las víct im as y ot ros
que form an part e de program as de apoyo social que act ualm ent e prest a el Gobierno
del Est ado de Chihuahua y el Gobierno Federa[ l] a favor de las víct im as de violencia
cont ra las m uj eres y fem inicidio de Ciudad Juárez” . Asim ism o, afirm aron que incluyen
“ ot ros program as sociales que est án a disposición y para el beneficio de la sociedad en
general pret endiendo acredit ar que t odos ellos form an part e de una reparación
m at erial int egral ot orgada a las víct im as” . Finalm ent e, señalaron que “ algunos apoyos
fueron dest inados a las fam ilias com o part e de un financiam ient o para proyect os
product ivos con part icipación de los gobiernos est at al y federal [ …] sin m encionar que
esos apoyos form an part e de una polít ica pública del Gobierno Federal de apoyo a
personas que deseen em prender un negocio y que se encuent ran en una sit uación
económ ica desfavorable” .
554. La Cort e observa que ent re los apoyos probados que el Est ado ot orgó a las
víct im as se encuent ran: i) los recursos del Fondo de Apoyos que represent an el 50% o
m ás, dependiendo del caso, del valor t ot al de los apoyos que alega el Est ado haber
ot orgado a los fam iliares de las víct im as531 ; ii) apoyos para vivienda con recursos
provenient es del I nst it ut o de la Vivienda del est ado de Chihuahua ( I VI ) para la señora
González y el señor Adrián Herrera Monreal, que según el Est ado ascienden a la
cant idad de de $114.200,00 ( cient o cat orce m il doscient os pesos m exicanos) ,
respect ivam ent e 532 , y apoyo consist ent e en un cont rat o de com pravent a celebrado con
el I VI por el que la señora Monárrez adquirió el inm ueble por la cant idad de un $1,00
( un peso m exicano) 533 ; iii) apoyos para proyect os product ivos provenient es de un
program a coordinado por el Gobierno federal a t ravés de la Secret aría de Desarrollo
Social ( SEDESOL) por la cant idad de $ 60.000,00 ( sesent a m il pesos m exicanos) y de

530
El padre de la j oven Ram os no fue incluido por la Com isión com o v íct im a en el present e caso.
531
Cfr. cert ificación de ent rega del apoyo del Fondo de Auxilio Económ ico a Fam iliares de las Víct im as
de Hom icidio de Muj eres en el Municipio de Juár ez, Chihuahua, a favor de: Benit a Monárrez Salgado, el 11
de noviem bre de 2005 ( expedient e de anex os a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folios
15069 a 15072) ; Daniel Ram os Canales, el 13 de diciem bre de 2005 ( expedient e de anexos a la cont est ación
de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folios 15057 a 15061) ; Cecilia Her rera Monreal, Juan Ant onio Herrera
Monreal, Benigno Herrera Monreal y Adr ián Herrera Monr eal, el 27 de noviem bre de 2006 ( expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI V, anex o 129 y 130, folios 16303 a 16305) ; I rm a Monreal
Jaim e, el 27 de abril de 2006 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI V, anex os
129 y 130, folios 16327 a 16329) , e I rm a Josefina González Rodríguez, el 11 de noviem bre de 2005
( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLV, anexo 132, folios 16527 a 16530) .
532
En el acervo probat orio sólo const a un list ado de viviendas del I VI donde aparace que las señoras
González y Monreal r ecibieron cada una un inm ueble en la calle " Vist a del Pino" . Por ot ro lado, const a un
cont rat o de com pravent a de inm ueble por la cant idad de $30.000,00 ( t reint a m il pesos m ex icanos)
celebrado por Adrían Herrera Monreal en la calle " Vist a del Prado" . No exist e const ancia de que alguno de los
t res inm uebles recibidos asciendan al valor que alega el Est ado ( Cfr. r elación de m adres de víct im as que
cuent an con v ivienda del I nst it ut o de la Vivienda, expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda,
t om o XLV, anexo 132, folio 16570) , y cont r at o privado de com pravent a del inm ueble celebrado por Adrián
Herrera Monr eal el 19 de j unio de 2007, expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI V,
anexo 130, folios 16458 a 16460) .
533
Cfr. declaración de la señor a Monárrez, supra not a 183. Ver adem ás, cont rat o de com pra vent a
celebrado por la señora Benit a Monárrez Salgado el 18 de abril de 2006 ( expedient e de anex os a la
cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 127, folios 15078 y 15079) ; declar ación de la t est igo
Cam beros Rev illa, supra not a 524, folio 2982; oficio No. Jur/ 0223/ 2007 del I nst it ut o Chihuahuense de la
Muj er de 4 de m ayo de 2004 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anex o 133,
folio 15173) , y declaración de la t est igo Galindo López, supra not a 525, folio 3308.
140

$83.000,00 ( ochent a y t res m il pesos m exicanos) ent regados a la señora Monárrez y a


la señora Monreal, respect ivam ent e534 , y iv) diversos apoyos consist ent es en
despensas, ot ros donat ivos en especie y dinero en efect ivo 535 .
555. La Cort e observa que diversos apoyos ot orgados por el I nst it ut o Chihuahuense
de la Muj er no se encuent ran probados. Si bien el Est ado los relacionó y exist en
diversos t est im onios de aut oridades de haber sido ot orgados, dent ro del acervo

534
Cfr. com probant e de ent r ega a la señora Benit a Monár rez Salgado de $60.000,00 ( sesent a m il
pesos m ex icanos) m ediant e el program a de opciones product ivas el 31 de m ayo de 2005 ( expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI V, anex o 128, folio 16262) y com probant e de ent rega a la
señora I r m a Monreal Jaim e de $83.660,00 ( ochent a y t res m il seiscient os sesent a pesos m ex icanos)
m ediant e el program a de opciones product ivas el 31 de m ayo de 2005 ( expedient e de anexos a la
cont est ación de la dem anda, t om o XLI V, anexo 131, folio 16464) .
535
Relacionados con la j oven Ram os: list a de apoyos ( despensa) elaborada por el program a de
At ención a Víct im as de la Subprocuradur ía de Just icia el 30 de m arzo de 2004 ( expedient e de anexos a la
cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folio 15094) ; list a de apoyos ( carne) elaborada por el
program a de At ención a Víct im as de la Subprocuradur ía de Just icia el 30 de m arzo de 2004 ( expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folio 15100) ; const ancia de ent rega ( caj a de
carne) a la señora Benit a Monárrez Salgado em it ida por el Depart am ent o de At ención a Víct im as de los
Delit os el 30 de m arzo de 2004 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anex o
133, folio 15098) ; const ancia de ent rega ( despensa) a Claudia I vonne Ram os Monárrez em it ida por la
Oficina de At ención a Víct im as de los Delit os el 22 de abril de 2004 ( expedient e de anexos a la cont est ación
de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folio 15103) ; declar ación de la t est igo Galindo López, supra not a 525,
folios 3305 a 3309; recibos de pago em it idos por la Subprocuraduría de Just icia a favor de la señor a
Monárrez Salgado el 29 de oct ubr e, 14 y 28 de noviem br e y 12 y 29 de diciem br e de 2003 ( expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folios 15109, 15111, 15113, 15115 y
15117) ; recibos de pago No. AFV- 00294, AFV- 00335, AFV- 00376 y uno sin núm ero em it idos por el I nst it ut o
Chihuahuense de la Muj er el 31 de m ayo, 15 de j unio, 30 de j unio y 3 de febr ero de 2004 ( expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folios 15145, 15147, 15151 y 15155) ;
const ancia de ent r ega ( calent ón y t anque de gas) em it ida por la Unidad de At ención a Víct im as de los Delit os
el 3 de febrero de 2004 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folio
15233) ; declaración de la t est igo Cam ber os Rev illa, supra not a 524, folios 2981 a 2983, y oficio No.
Jur/ 0223/ 2007 em it ido por el I nst it ut o Chihuahuense de la Muj er el 4 de m ayo de 2004 ( expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folios 15173 y 15174) . Relacionados con la
j oven Herrera: list a de apoyos ( carne) elaborada por el program a de At ención a Víct im as de la
Subprocuradur ía de Just icia el 30 de m arzo de 2004 ( expedient es de anexos a la cont est ación de la
dem anda, t om o XLI V, anexo 130, folio 16277) ; list a de apoyos ( despensas) elaborada por el program a de
At ención a Víct im as de la Subprocuradur ía de Just icia el 30 de m arzo de 2004 ( expedient es de anex os a la
cont est ación de la dem anda, t om o XLI V, anexo 130, folio 16274) ; const ancia de ent rega ( despensa) em it ida
por Depart am ent o de At ención a Víct im as de los Delit os el 31 de m arzo de 2004 ( expedient es de anexos a la
cont est ación de la dem anda, t om o XLI V, anexo 130, folio 16280) ; recibos de pago em it idos por la
Subprocuradur ía de Just icia a favor de la señora Monreal Jaim e el 29 de abril, 29 de m ayo, 12 de j unio, 10 y
31 de j ulio, 14 y 28 de agost o de 2003 ( expedient es de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI V,
anexo 130, folios 16267, 16268, 16269, 16270, 16271, 16272 y 16273) , y declaración de la t est igo Galindo
López, supra not a 525, folios 3305 a 3309. Relacionados con la j oven González: list a de apoyos ( carne)
elaborada del program a de At ención a Víct im as de la Subprocuradur ía de Just icia el 30 de m arzo de 2004,
( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLV, anexo 132, folio 16476) ; list a de apoyos
( despensa) elaborada por el program a de At ención a Víct im as de la Subprocuraduría de Just icia el 30 de
m arzo de 2004 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLV, anex o 132, folio 16479) ;
const ancia de ent rega ( caj a de carne) a la señora I rm a Josefina González Rodr íguez em it ida por el
Depar t am ent o de At ención a Víct im as de los Delit os el 30 de m arzo de 2004 ( expedient e de anex os a la
cont est ación de la dem anda, t om o XLV, anexo 132, folio 16481) , y const ancia de ent rega ( despensa) a la
señora I rm a Josefina González Rodríguez em it ida por el Depart am ent o de At ención a Víct im as de los Delit os
el 2 de abril de 2004 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLV, anexo 132, folio
16538) . En el expedient e se encuent ra una list a elaborada por el depart am ent o adm inist rat ivo de la
Procuradur ía General de Just icia del est ado de Chihuahua refir iéndose a cheques girados por la
Subprocuradur ía de Just icia Zona Nort e en el per íodo 2002 a 2006. Sin em bargo, est a Cort e no analiza dicha
list a ya que el Est ado no la relacionó con algún apoyo, ni las cant idades coinciden con algún concept o
alegado por el Est ado. Adem ás, el Est ado no anexó al m at erial probat orio los cheques que supuest am ent e se
habrían girado ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folios 15168 al
15172) .
141

probat orio no exist en com probant es que perm it an a est e Tribunal corroborar que
fueron recibidos por los fam iliares de las víct im as536 .
556. En el año de 2004, la PGR celebró un cont rat o de m andat o con una inst it ución
de crédit o para adm inist rar el Fondo de Auxilio Económ ico a los Fam iliares de las
Víct im as de Hom icidio de Muj eres en el Municipio de Juárez, Chihuahua ( en adelant e
“ el Fondo de Apoyos” ) . En su prim era sesión ordinaria del 29 de j unio de 2005, el
Consej o Asesor em it ió los “ Lineam ient os generales a los que habrá de suj et arse la
adm inist ración, aplicación y ent rega de los recursos que, en vía de auxilio económ ico,
se ot orgarán a fam iliares de las víct im as de hom icidio de m uj eres en el Municipio de
Juárez, Chihuahua” 537 .
557. La Cort e observa que conform e los lineam ient os del Fondo de Apoyos, “ el
auxilio económ ico que se ot orgará a los fam iliares de las víct im as con cargo al Fondo,
en t érm inos de la legislación aplicable, no const it uye indem nización o reparación del
daño” 538 . Asim ism o, est a Cort e observa que el día 11 de noviem bre de 2005 el
m andat ario del referido fondo ent regó un cheque a las personas referidas, haciéndoles
declarar lo siguient e:
agrega, baj o prot est a de decir verdad, haber recibido los r est os de su hij a quien en vida se
llam ara [ nom bre de cada una de las t r es v íct im as] , por lo que no solicit ará ant e las
aut oridades com pet ent es ningún est udio de ADN o diligencia diver sa al respect o, t oda vez
que los rest os hum anos que se les ent regaron en su oport unidad corresponden
indubit ablem ent e a los de la hij a 539 .

558. El Tribunal sost iene que de ninguna m anera podría considerar est os recursos
com o una form a de reparación por daño m at erial a las víct im as, ya que el propio
Est ado reconoció que los m ism os no pueden ser considerados com o una form a de
reparación y porque fueron ot orgados baj o la condición de que los fam iliares
desconocieran su derecho de acceso a la j ust icia y conocim ient o de la verdad. En
virt ud del principio nem o audit ur propriam t urpit udinem allegans ( nadie puede alegar a
su favor su propia t orpeza o dolo) , el cual ha sido recogido por el art ículo 27 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Trat ados y la j urisprudencia de la
Cort e 540 , el Est ado no puede invocar en su beneficio un convenio celebrado con las
víct im as que incum ple con la Convención para j ust ificar que las ha reparado.

536
Cfr. declaración de la t est igo Cam beros Revilla, supra not a 524, folios 2977 a 2985; oficio No.
Jur/ 0223/ 2007 em it ido por el I nst it ut o Chihuahuense de la Muj er el 4 de m ayo de 2004 ( expedient e de
anexos a la cont est ación de la dem anda, t om o XLI , anexo 133, folios 15173 y 15174) , y declaración de la
t est igo Galindo López, supra not a 525, folios 3305 a 3309.
537
Cfr. Fiscalía Especial para la At ención de Delit os relacionados con los Hom icidios de Muj eres en el
Municipio de Juárez, I nform e final, supra not a 87, folio 14598.
538
Cfr. acuerdo No. CA/ 001/ 05 del Consej o Asesor de Aplicación del Fondo de Auxilio Económ ico a
Fam iliar es de las Víct im as de Hom icidio de Muj eres en el Municipio de Juárez, Chihuahua, de la Procuraduría
General de la República de 29 de j ulio de 2005 ( expedient e de anexos a la cont est ación de la dem anda,
t om o XL, anex o 59, folio 14919) .
539
Cfr. cer t ificación de ent rega del apoyo del Fondo de Auxilio Económ ico a Fam iliares a favor de
Benit a Monárrez Salgado, el 11 de nov iem bre de 2005; Daniel Ram os Canales, el 13 de diciem bre de 2005;
Cecilia Herr era Monreal, Juan Ant onio Herr era Monreal, Benigno Herrera Monreal y Adrián Herrera Monreal,
el 27 de noviem bre de 2006; I rm a Monr eal Jaim e, el 27 de abr il de 2006, e I r m a Josefina González
Rodríguez, el 11 de noviem bre de 2005, ( expedient e de anexos a la cont est ación, t om o XLI ,folios 15057 a
15061, 15069 a 15072, y expedient e de anexos a los alegat os finales escr it os, t om o XLI V, anexo 128, folios,
16303 a 16305, 16327 a 16329, y volum e XLV, anexo 131, folios, 16527 a 16530) .
540
Cfr. Responsabilidad int ernacional por expedición y aplicación de ley es violat orias de la Convención
( art s. 1 y 2 Convención Am er icana de Der echos Hum anos) . Opinión Consult iva OC- 14/ 94 del 9 de diciem br e
de 1994, párr. 35 y Caso Cast illo Páez Vs. Perú. Supervisión de Cum plim ient o de Sent encia. Resolución de la
Cort e I nt eram ericana de 3 de abril de 2009, considerando quint o.
142

559. En cuant o a los apoyos para vivienda con recursos provenient es del I VI ,
consist ent es en dos “ pies de casa” y a los apoyos para proyect os product ivos
provenient es de un program a coordinado por el Gobierno federal a t ravés de la
Secret aría de Desarrollo Social ( SEDESOL) , la Cort e se rem it e a lo expuest o en el
párrafo 529 y, consiguient em ent e, no las considera part e de la indem nización debida a
las víct im as541 .
560. Finalm ent e, en lo referent e al apoyo consist ent e en un cont rat o de com pravent a
celebrado con el I VI por el que la señora Monárrez adquirió el inm ueble referido en el
párr. 554, así com o a diversos apoyos consist ent es en despensas, ot ros donat ivos en
especie y dinero en efect ivo, la Cort e los t om ará en cuent a para efect os del cálculo de
las indem nizaciones.

6.1. Daño m at erial

6.1.1. Daño em ergent e


561. Los represent ant es señalaron que, “ con m ot ivo de las desapariciones y
post eriores m uert es de Esm eralda, Claudia I vet t e y Laura Berenice, las respect ivas
fam ilias de cada una de ellas t uvieron que hacer una serie de gast os ext raordinarios,
[ …] recalcando que ést os no se lim it aron solam ent e a los gast os funerarios y de
inhum ación de los cuerpos” . I ndicaron que, “ desde el m om ent o de las desapariciones
de cada una de las víct im as las fam ilias t uvieron que realizar diversos gast os,
consist ent es en im presi[ ones] y copias de volant es [ …] para publicit ar su
desaparición” , de igual m anera t uvieron que sufragar los “ viát icos ext raordinarios de
varios m iem bros de las fam ilias [ …] , para ayudar en su localización” y hacer “ pagos
ext raordinarios de t eléfono y ot ros diversos erogados durant e las sem anas en que
est uvieron desaparecidas” . Señalaron que a pesar de que no cuent an con los
com probant es respect ivos de los gast os, consideran pert inent e que la Cort e ot orgue
una indem nización general por cada sem ana de desaparición hast a el m om ent o de la
localización de los cuerpos de US$ 150,00 ( cient o cincuent a dólares de los Est ados
Unidos de Am érica) dist ribuidos de la siguient e m anera: i) a la j oven Herrera, US$
150,00 ( cient o cincuent a dólares de los Est ados Unidos de Am érica) ; ii) a la j oven
González, US$ 600,00 ( seiscient os dólares de los Est ados Unidos de Am érica) , y iii) a
la j oven Ram os, US$ 1.050,00 ( m il cincuent a dólares de los Est ados Unidos de
Am érica) .
562. Los represent ant es reconocieron que el Est ado ot orgó un apoyo ext raordinario
por concept o de pago de servicios funerarios en el año 2004 y 2006 para cubrir “ una
part e de los gast os erogados a la señora Monreal y a la señora González en el año
2001” , est im ados en $ 2.600,00 ( dos m il seiscient os pesos m exicanos) y $ 6.500,00
( seis m il quinient os pesos m exicanos) , respect ivam ent e. Respect o a la señora

541
Las señoras González y Monreal reconocier on haber recibido los “ pies de casa” . No obst ant e, el
Est ado no cont ravino una de las declaraciones de las m adres en la audiencia pública en relación con las
condiciones de los inm uebles, según las cuales “ nos dieron un pie de casa que son veint e m et ros con algo
así, est á en zona de riesgo, est á en un basurero, [ …] est á peligroso, es una zona de riesgo” ( Cfr. declaración
de la señora González, supra not a 183) . Tam poco cont rav ino una declar ación de la per it a Azaola Garr ido en
el sent ido de que el “ pie de casa” que el Est ado les concedió “ [ s] e t rat a de una habit ación de,
aproxim adam ent e, 4 x 4 m et ros, en un par aj e dist ant e de la ciudad, que carece de t odo t ipo de servicios y
que inclusive en sus inicios carecía de t ransport e público, lo que im plicaba t iem pos de t raslado para sus
sit ios de t rabaj o hast a de dos horas, así com o largas j ornadas en que los niños debían perm anecer solos”
( Cfr. declaración de la perit o Azaola Garr ifo, supra not a 186, folio 3370) .
143

Monárrez, señalaron que “ no hay const ancia de que [ el] apoyo ext raordinario haya
sido ent regado” .
563. Sin exhibir com probant es de los gast os funerarios, los represent ant es
solicit aron fij ar por concept o de daño em ergent e derivado de los gast os funerarios de
las fam ilias de las víct im as las sum as de: i) US$ 1.000,00 ( m il dólares de los Est ados
Unidos de Am erica) para la señora Monreal, y com pensar los gast os que no fueron
debidam ent e cubiert os por el Est ado en el año 2006; ii) US$ 1.000,00 ( m il dólares de
los Est ados Unidos de Am erica) para la señora González, y com pensar los gast os que
no fueron cubiert os por el Est ado en el año 2004, y iii) US$ 1.300,00 ( m il t rescient os
dólares de los Est ados Unidos de Am érica) para la señora Monárrez, y com pensar los
gast os realizados y que no fueron com pensados en ningún m om ent o por el Est ado.
564. El Est ado present ó una propuest a de reparación frent e a cada una de las
víct im as y respect o al daño em ergent e est ableció que los gast os erogados por los
fam iliares de las víct im as, com o consecuencia de su m uert e, se podrían englobar en $
10.000,00 ( diez m il pesos m exicanos) para cada víct im a, t eniendo en cuent a lo que el
concept o “ gast os funerarios” equivaldría en Ciudad Juárez. Asim ism o, anunció que la
Procuraduría General de Just icia del est ado de Chihuahua ent regó a los fam iliares de la
j oven Herrera por el concept o de pago de servicios funerarios en 2006 un t ot al de $
3.300,00 ( t res m il t rescient os pesos m exicanos) 542 , y ant eriorm ent e el I nst it ut o
Chihuahuense de la Muj er ot orgó en el 2004 a la señora Monreal y sus fam iliares un
t ot al de $ 6.500,00 ( seis m il quinient os pesos m exicanos) por concept o de apoyo para
gast os funerarios543 .
565. Ant e la falt a de present ación de com probant es que prueben que los gast os
funerarios ascendieron a las cant idades solicit adas por los represent ant es y t eniendo
en cuent a que: i) los represent ant es reconocieron que la señora Monreal y la señora
González recibieron $ 2,600.00 ( dos m il seiscient os pesos m exicanos) y $ 6,500.00
( seis m il quinient os pesos m exicanos) , respect ivam ent e; ii) la falt a de prueba del
Est ado de haber ot orgado apoyo alguno por concept o de gast os funerarios a la señora
Monárrez, y iii) el reconocim ient o del Est ado de que en Ciudad Juárez los gast os
funerarios equivalen a $10.000,00 ( diez m il pesos m exicanos) , est e Tribunal considera,
en equidad, que le sean ent regados a la señora Monreal US$ 550,00 ( quinient os
cincuent a dólares de los Est ados Unidos de Am érica) , a la señora González US$ 250,00
( doscient os cincuent a dólares de los Est ados Unidos de Am érica) y a la señora
Monárrez US$ 750,00 ( set ecient os cincuent a dólares de los Est ados Unidos de
Am érica) por concept o de gast os funerarios.
566. Respect o a los gast os ext raordinarios, dado que: i) los represent ant es no
señalaron por qué el Tribunal debía ordenar al Est ado indem nizar los gast os
ext raordinarios, diferent es a los funerarios, en que incurrieron los fam iliares de las
víct im as, t om ando com o base para el cálculo la cant idad de US $150,00 ( cient o
cincuent a dólares de los Est ados Unidos de Am érica) por cada sem ana de desaparición
hast a la fecha de localización de los cuerpos; ii) en la audiencia dos de las m adres
reconocieron de form a general haber realizado gast os diferent es a los funerarios544 , y
iii) el Est ado no cont rovirt ió est a solicit ud de gast os concret am ent e, sino que se lim it ó
a proponer sólo una indem nización por el concept o de “ gast os funerarios” ; la Cort e
decide ot orgar, en equidad, por concept o de gast os de búsqueda: i) US $150,00
542
Cfr. declaración de la t est igo Galindo López, supra not a 525, folio 3308.
543
Cfr. declaración de la t est igo Cam beros Revilla, supra not a 524, folio 2982.
544
La señora González hizo referencia a gast os por copias y ot ros concept os. Por su par t e, la señora
Monárrez hizo referencia a gast os por est udios de ADN ( Cfr . declar aciones de las señoras Monárrez y
González, supr a not a 183) .
144

( cient o cincuent a dólares de los Est ados Unidos de Am érica) a la señora Monreal; ii)
US $600,00 ( seiscient os dólares de los Est ados Unidos de Am érica) a la señora
González; y, iii) $1.050,00 ( m il cincuent a dólares de los Est ados Unidos de Am érica) a
la señora Monárrez.
567. Las indem nizaciones fij adas en el párrafo ant erior serán ent regadas
direct am ent e a sus dest inat arias.

6.1.2. Lucro cesant e o pérdida de ingresos


568. Los represent ant es alegaron que un cálculo “ m ás exact o” del lucro cesant e
exige t ener en cuent a ciert o t ipo de “ increm ent o[ s] anual[ es] ” respect o al “ salario
diario” y al “ salario act ualizado” que percibían las víct im as. Asim ism o, aludieron a
concept os t ales com o “ fact or de int egración” y “ salario progresivo de los años
subsecuent es” . I ndicaron que se deberían int egrar t odos los “ fact ores” que la Cort e ha
desarrollado en su j urisprudencia y que est án relacionados con la “ ponderación de la
edad al m om ent o de la m uert e, los años falt ant es para com plet ar la expect at iva de
vida prom edio del país en cuest ión” y un “ est im ado” de los salarios que se pagan por
el “ t ipo de labor realizada por las víct im as” , así com o su “ preparación y oport unidades
profesionales” . Señalaron que no se debería descont ar “ el 25% por gast os personales
que pudiera[ n] haber erogado la[ s] víct im a[ s] ” , en virt ud de que en el caso Bám aca
Velásquez Vs. Guat em ala, “ el Tribunal no descont ó esa cant idad” . Finalm ent e,
desarrollaron una fórm ula para calcular el lucro cesant e m ediant e la cual calcularon las
cant idades debidas a cada víct im a por dicho concept o 545 .
569. Los represent ant es argum ent aron que la j oven Herrera, t rabaj aba en una “ casa
com o em pleada” , percibía un salario m ensual de $ 3.000,00 ( t res m il pesos
m exicanos) y que al m om ent o de su m uert e cont aba con 15 años de edad. Calcularon,
conform e a su fórm ula, que el m ont o t ot al dej ado de percibir por la j oven Herrera
ascendía a $ 15.520.085,59 ( quince m illones quinient os veint e m il ochent a y cinco
pesos m exicanos con 59/ 100) , que equivaldrían, según su crit erio, a US$ 958.029,97
( novecient os cincuent a y ocho m il veint inueve dólares de los Est ados Unidos de
Am érica con 97/ 100) , t om ando com o referencia el t ipo de cam bio del 20 de febrero de
2008.
570. En relación a la j oven González, los represent ant es alegaron que t rabaj aba en
una “ m aquiladora” y que al m om ent o de su m uert e t enía 20 años de edad y ganaba un
salario m ensual de $ 2.000,00 ( dos m il pesos m exicanos) . Conform e a su fórm ula,
señalaron que el m ont o dej ado de percibir ascendía a $ 7.593.561,83 ( siet e m illones
quinient os novent a y t res m il quinient os sesent a y un pesos m exicanos con 83/ 100)
equivalent es a US$ 703.107,57 ( set ecient os t res m il cient o siet e dólares de los Est ados
Unidos de Am érica con 57/ 100) .
571. Respect o a la j oven Ram os, los represent ant es señalaron que al m om ent o de su
desaparición cont aba con 17 años de edad, t rabaj aba en un rest aurant e com o caj era, y
percibía un salario m ensual de $ 4.600,00 ( cuat ro m il seiscient os pesos m exicanos) .
Conform e a su fórm ula, señalaron que el m ont o que dej ó de percibir est a víct im a
ascendía a $ 20.400.026,75 ( veint e m illones cuat rocient os m il veint iséis pesos
m exicanos con 75/ 100) , equivalent es a US $ 1.888.891,36 ( un m illón ochocient os
ochent a y ocho m il ochocient os novent a y un dólares de los Est ados Unidos de Am érica
con 36/ 100) .

545
Los repr esent ant es exhibieron cuadros de cálculo para m ont o de lucro cesant e de las víct im as sin
explicit ar en los m ism os el desarrollo de la fór m ula ( expedient e de anexos al escrit o de solicit udes y
argum ent os, t om o XXI I I , anexo 19, folios 8099 a 8105) .
145

572. Los represent ant es inform aron en sus alegat os finales que el t ot al dej ado de
percibir por la j oven Herrera en su equivalent e en dólares am ericanos al t ipo de
cam bio del 12 de j unio de 2009 es de US$ 772.143,56 ( set ecient os set ent a y dos m il
cient o cuarent a y t res dólares de los Est ados Unidos de Am érica con 56/ 100) , y el de
las j óvenes González y Ram os US$ 566,683.71 ( quinient os sesent a y seis m il
seiscient os ochent a y t res dólares de los Est ados Unidos de Am érica con 71/ 100) y
US$ 1.522.390,00 ( un m illón quinient os veint idós m il t rescient os novent a dólares de
los Est ados Unidos de Am érica) , respect ivam ent e.
573. Por su part e, el Est ado inform ó que la j oven Herrera se dedicaba a la “ lim pieza
dom ést ica” y que en el Est ado de Chihuahua el est ándar de ingresos que se percibe
por est e t ipo de servicios es de $ 31.200,00 ( t reint a y un m il doscient os pesos
m exicanos) anuales, es decir, $ 2.600,00 ( dos m il seiscient os pesos m exicanos)
m ensuales. El Est ado refirió que la m uert e de la j oven Herrera ocurrió en noviem bre de
2001, en cuya fecha el prom edio de esperanza de vida en México para m uj eres era de
76.7 años de acuerdo con el I nst it ut o Nacional de I nform ación Est adíst ica y Geografía
de México ( I NEGI ) 546 y que t eniendo en cuent a que la víct im a t enía 15 años de edad
cuando ocurrió su m uert e, el Est ado consideró que lo que dej arían de percibir los
fam iliares de la víct im a com o consecuencia de la m uert e de la j oven Herrera es de $
1.903.200,00 ( un m illón novecient os t res m il doscient os pesos m exicanos) .
574. Respect o a la j oven González el Est ado alegó que se t iene conocim ient o que
laboraba en una “ em presa m aquiladora” y est ableció que haciendo un est im ado de lo
que percibía en el m om ent o de su m uert e y de lo que act ualm ent e percibiría por
prest ar est e t ipo de servicios laborales, su salario int egral aproxim ado era de $
31.200,00 ( t reint a y un m il doscient os pesos m exicanos) anuales. Teniendo en cuent a
la esperanza de vida en México y considerando que la víct im a t enía 20 años al
m om ent o de su m uert e, el Est ado indicó que lo que dej arían de percibir los fam iliares
de la j oven González asciende a $ 1.747.200,00 ( un m illón set ecient os cuarent a y siet e
m il doscient os pesos m exicanos) .
575. En relación a la j oven Ram os el Est ado alegó que t enía conocim ient o de que “ no
laboraba” ant es de m orir. Sin em bargo, el Est ado consideró en est e caso la m ism a
percepción anual que se ha considerado para las dos víct im as ant eriores, est o es de $
31.200,00 ( t reint a y un m il doscient os pesos m exicanos) anuales. El Est ado, t eniendo
en cuent a la esperanza de vida y que la víct im a t enía 17 años cuando ocurrió su
m uert e, consideró que lo que han dej ado de percibir los fam iliares asciende a $
1.840.800,00 ( un m illón ochocient os cuarent a m il ochocient os pesos m exicanos) .
576. La Cort e observa que: i) t ant o el prom edio de esperanza de vida present ado por
los represent ant es com o el present ado por el Est ado se refieren, en últ im a inst ancia, a
una m ism a fuent e nacional, al haber obt enido los dat os del I NEGI y el Program a de
Naciones Unidas para el Desarrollo del Consej o Nacional de Población de México
( CONAPO) ; ii) los prom edios de esperanza de vida difieren en 1.2 años, siendo m enor
el propuest o por el Est ado. Sin em bargo, conform e a los indicadores básicos de la
CONAPO, el prom edio de esperanza de vida de m uj eres en el est ado de Chihuahua en
el 2001 era de 76.97; iii) que las edades de las j óvenes Herrera, González y Ram os
eran 15, 20 y 17 años de edad al m om ent o de su desaparición, y iv) que t ant o el
salario m ensual de cada una de las víct im as propuest o por los represent ant es com o el
salario m ensual propuest o por el Est ado no t ienen sust ent o probat orio.

546
Para obt ener el índice de esperanza de vida en México par a m uj eres, el Est ado rem it ió a la página
oficial del I nst it ut o Nacional de I nfor m ación Est adíst ica y Geografía de México ( I NEGI ) : ww w.inegi.gob.m x
En dicha página se observa que el prom edio de esperanza de v ida es ext raído del Consej o Nacional de
Población de México ( CONAPO) .
146

577. En virt ud de lo ant erior, la Cort e concluye que el ofrecim ient o est at al realizado
para com pensar por el lucro cesant e ( supra párr. 573, 574 y 575) es adecuado. Por
t ant o, lo t om a en cuent a y, en equidad, decide fij ar las siguient es cant idades que el
Est ado deberá ot orgar:
Víct im a M on t o
Esm eralda Herrera Monreal US $145.500,00
Claudia I vet t e González US $134.000,00
Laura Berenice Ram os Monárrez US $140.500,00
578. Dichas cant idades serán repart idas conform e al derecho sucesorio vigent e en la
act ualidad en el est ado de Chihuahua, México.

6.2. Daño inm at erial


579. En su j urisprudencia, el Tribunal ha det erm inado diversas form as en que el
daño inm at erial puede ser reparado 547 .

6.2.1. Daño m oral


580. Los represent ant es enunciaron en su escrit o las afect aciones inm at eriales
sufridas por las fam iliares de las víct im as y cuant ificaron el daño m oral en las
siguient es cant idades: i) US$ 120.000,00 ( cient o veint e m il dólares de los Est ados
Unidos de Am érica) para las m adres de Esm eralda Herrera Monreal y Laura Berenice
Ram os Monárrez; ii) US$ 150.000,00 ( cient o cincuent a m il dólares de los Est ados
Unidos de Am érica) para la m adre de Claudia I vet t e González; iii) US$ 50.000,00
( cincuent a m il dólares de los Est ados Unidos de Am érica) para cada uno de los
herm anos de las víct im as, y iv) 25.000,00 ( veint icinco m il dólares de los Est ados
Unidos de Am érica) para cada uno del rest o de fam iliares.
581. El Est ado ofreció ot orgar com o reparación com pensat oria por los sufrim ient os
causados a los fam iliares de las t res víct im as, en virt ud de las irregularidades
com et idas por los funcionarios públicos que part iciparon durant e las invest igaciones de
los t res casos hast a ant es del 2004, la cant idad de US $10.000,00 ( diez m il dólares de
los Est ados Unidos de Am érica con 00/ 100) a cada fam iliar o su equivalent e en pesos
m exicanos.
582. La j urisprudencia int ernacional ha est ablecido reit eradam ent e que una sent encia
declarat oria de violación de derechos const it uye per se una form a de reparación 548 . No
obst ant e, la Cort e est im a pert inent e det erm inar el pago de una com pensación por
concept o de daños inm at eriales a favor de los fam iliares de las j óvenes Herrera,

547
El daño inm at erial puede com prender t ant o los sufrim ient os y las aflicciones causados a la víct im a y
a sus allegados, el m enoscabo de valores m uy significat ivos para las per sonas, así com o las alt eraciones, de
caráct er no pecuniario, en las condiciones de exist encia de la víct im a o su fam ilia. Dado que no es posible
asignar al daño inm at erial un equivalent e m onet ar io preciso, sólo puede ser obj et o de com pensación,
m ediant e el pago de una cant idad de dinero o la ent rega de bienes o ser vicios apr eciables en dinero, que el
Tribunal det er m ina en t ér m inos de equidad, así com o m ediant e la realización de act os u obras de alcance o
repercusión públicos, que t engan com o efect o el reconocim ient o de la dignidad de la víct im a y evit ar que
vuelvan a ocur rir violaciones de los der echos hum anos ( Cfr. Caso Anzualdo Cast ro Vs. Perú, supra not a 30,
párr. 218, y Caso Dacost a Cadogan Vs. Barbados, supra not a 446, párr. 111) .
548
Cfr. Caso Neir a Alegr ía y ot ros Vs. Perú. Reparaciones y Cost as. Sent encia de 19 de sept iem bre de
1996. Serie C No. 29, párr. 56; Caso Anzualdo Cast ro Vs. Per ú, supra not a 30, párr. 219, y Caso Dacost a
Cadogan Vs. Barbados, supra not a 446, párr. 100.
147

González y Ram os, considerados víct im as de la violación al art ículo 5 de la Convención


Am ericana, en conexión con el art ículo 1.1 de la m ism a.
583. La Cort e concluyó que los fam iliares experim ent aron y siguen experim ent ando
afect aciones en su int egridad psíquica y m oral debido a t res causas: i) la privación de
la libert ad, vej ám enes y m uert e sufridos por las j óvenes Herrera, González y Ram os;
ii) las irregularidades en la invest igación de las aut oridades y la im punidad; y iii) los
host igam ient os sufridos por los fam iliares indicados en el párrafo 440 supra.
584. Teniendo en cuent a lo ant erior, así com o lo expuest o en el párrafo 560 supra, y
considerando que es razonable el ofrecim ient o est at al de pagar US $10.000,00 ( diez
m il dólares de los Est ados Unidos de Am érica) a cada uno de los fam iliares de las
víct im as, la Cort e decide part ir de esa cant idad y i) incluir a los fam iliares declarados
víct im as en est e caso que no est aban considerados en el ofrecim ient o est at al; ii)
increm ent ar t al cant idad en US$ 1.000,00 ( m il dólares de los Est ados Unidos de
Am érica) para cada uno de los fam iliares, com o form a de reparación por el daño m oral
que produj eron las violaciones no reconocidas por el Est ado; iii) increm ent ar la
cant idad result ant e en US$ 4.000,00 ( cuat ro m il dólares de los Est ados Unidos de
Am érica) a favor de las t res m adres, puest o que en ellas recayó la búsqueda de
j ust icia; iv) increm ent ar la cant idad result ant e en US$ 1.000,00 ( m il dólares de los
Est ados Unidos de Am érica) a favor de Adrián Herrera Monreal, Claudia I vonne y
Daniel Ram os Monárrez; Ram ón Ant onio Aragón Monárrez, y Claudia Dayana, I t zel
Arely y Paola Alexandra Berm údez Ram os por los act os de host igam ient o que
padecieron, y iv) increm ent ar la cant idad result ant e en US$ 3.000,00 ( t res m il dólares
de los Est ados Unidos de Am érica) a favor de la señora Benit a Ram os Salgado, por los
act os de host igam ient o que padeció.
585. Asim ism o, aunque los represent ant es no lo hubieren solicit ado, el Tribunal
considera que es oport uno ordenar al Est ado que indem nice a las j óvenes Herrera,
Ram os y González por la falt a de garant ía de sus derechos a la vida, int egridad
personal y libert ad personal. Para fij ar la cant idad correspondient e, la Cort e t iene en
consideración su j urisprudencia en casos sim ilares549 ; el cont ext o en el que se
produj eron los hechos; la edad de las víct im as y las consiguient es obligaciones
especiales del Est ado para la prot ección de la niñez, y la violencia por razones de
género que sufrieron las t res víct im as. Consiguient em ent e, fij a en equidad la cant idad
de US$ 38.000,00 ( t reint a y ocho m il dólares de los Est ados Unidos de Am érica) a
favor de Claudia I vet t e González y US$ 40.000,00 ( cuarent a m il dólares de los Est ados
Unidos de Am érica) para cada una de las niñas Esm eralda Herrera Monreal y Laura
Berenice Ram os Monárrez. Dichas cant idades serán repart idas conform e al derecho
sucesorio vigent e en la act ualidad en el est ado de Chihuahua, México.
586. Consecuent em ent e, el Est ado deberá ent regar las siguient es cant idades:
Víct im a Pa r e n t e sco M on t o
Esm e r a lda H e r r e r a M on r e a l US$40.000,00
I rm a Monreal Jaim e Madre US$15.000,00
Benigno Herrera Monreal Herm ano US$11.000,00
Adrián Herrera Monreal Herm ano US$12.000,00
Juan Ant onio Herrera Monreal Herm ano US$11.000,00
Cecilia Herrera Monreal Herm ana US$11.000,00
Zulem a Mont ij o Monreal Herm ana US$11.000,00
Erick Mont ij o Monreal Herm ano US$11.000,00
549
Cfr. Caso de la “ Masacre de Mapir ipán” Vs. Colom bia, supra not a 252, párr. 288; Caso Heliodoro
Port ugal Vs. Panam á, supra not a 297, párr . 239, y Caso Kawas Fernández Vs. Honduras, supra not a 190,
párr. 184.
148

Juana Ballín Cast ro Cuñada US$11.000,00


Cla udia I ve t t e Gon zá le z US$38.000,00
I rm a Josefina González Rodríguez Madre US$15.000,00
Mayela Banda González Herm ana US$11.000,00
Gem a I ris González Herm ana US$11.000,00
Karla Arizbet h Hernández Banda Sobrina US$11.000,00
Jacqueline Hernández Sobrina US$11.000,00
Carlos Hernández Llam as Cuñado US$11.000,00
La u r a Be r e n ice Ra m os M oná r r e z US$40.000,00
Benit a Monárrez Salgado Madre US$18.000,00
Claudia I vonne Ram os Monárrez Herm ana US$12.000,00
Daniel Ram os Monárrez Herm ano US$12.000,00
Ram ón Ant onio Aragón Monárrez Herm ano US$12.000,00
Claudia Dayana Berm údez Ram os Sobrina US$12.000,00
I t zel Arely Berm údez Ram os Sobrina US$12.000,00
Paola Alexandra Berm údez Ram os Sobrina US$12.000,00
At ziri Geraldine Berm údez Ram os Sobrina US$12.000,00

6.2.2. Daño al proyect o de vida de las víct im as


587. Los represent ant es alegaron que las j óvenes Herrera, González y Ram os
sufrieron daños a su proyect o de vida por diversas causas.
588. La Com isión y el Est ado no realizaron alegat os al respect o.
589. Adem ás de que los represent ant es no argum ent aron suficient em ent e por qué
los act os del Est ado afect aron el proyect o de vida de las j óvenes Herrera, González y
Ram os, la Cort e sost iene que la reparación por daño al proyect o de vida no procede
cuando la víct im a falleció, al ser im posible reponer las expect at ivas de realización que
razonablem ent e t oda persona t iene. Por t al razón, el Tribunal se abst iene de realizar
m ayores consideraciones al respect o.

7. Cost a s y ga st os
590. Com o ya lo ha señalado la Cort e en oport unidades ant eriores, las cost as y
gast os est án com prendidos dent ro del concept o de reparación consagrado en el
art ículo 63.1 de la Convención Am ericana 550 .
591. La Com isión solicit ó que se ordene al Est ado el pago de las cost as y gast os
razonables y necesarios debidam ent e probados, que se originen en la t ram it ación del
present e caso t ant o en el ám bit o int erno com o ant e el Sist em a I nt eram ericano.
592. Los represent ant es solicit aron el pago de gast os y cost as originados a nivel
nacional y a nivel int ernacional en la t ram it ación del caso, conform e a los m ont os
est im ados de la siguient e m anera:
a. La Asociación Nacional de Abogados Dem ocrát icos A.C. ( ANAD) est im ó
sus cost as y gast os, por concept o de viaj es a la Ciudad de México, viaj es a
Washingt on DC, viát icos por aloj am ient o y alim ent ación ent re los años 2005 y
2008 en Ciudad Juárez, pago de honorarios de abogados y ot ros gast os, por un

550
Cfr. Caso Garrido y Baigorria Vs. Argent ina. Reparaciones y Cost as. Sent encia de 27 de agost o de
1998. Serie C No. 39, párr. 79; Caso Perozo y ot ros Vs. Venezuela, supra not a 22, párr. 417; Caso Garibaldi
Vs. Brasil, supr a not a 252, párr. 194.
149

t ot al de US $44.776,11 ( cuarent a y cuat ro m il set ecient os set ent a y seis


dólares de los Est ados Unidos de Am érica con 11/ 100) .
b. El Cent ro para el Desarrollo I nt egral de la Muj er ( CEDI MAC) est im ó sus
cost as y gast os por concept o de invest igación ent re los años 2003 a 2007,
represent ación legal y gast os de int ervención psicológica y at ención clínica, por
un t ot al de US $205.351,85 ( doscient os cinco m il t rescient os cincuent a y un
dólares de los Est ados Unidos de Am érica con 85/ 100) .
c. El Com it é de Am érica Lat ina y el Caribe para la Defensa de los Derechos
de la Muj er ( CLADEM) , est im ó sus cost as y gast os por concept o de viaj es
aéreos a la ciudad de México, viaj es a la ciudad de Washingt on DC, pago de
honorarios profesionales y ot ros gast os, por un t ot al de US $14.490,74 ( cat orce
m il cuat rocient os novent a dólares de los Est ados Unidos de Am érica con
74/ 100) .
d. La Red Ciudadana de la No Violencia y Dignidad Hum ana, est im ó sus
cost as y gast os por un t ot al de US $33.230,00 ( t reint a y t res m il doscient os
t reint a dólares de los Est ados Unidos de Am érica) , por concept o de consult a
ciudadana realizada en m arzo de 2002, t raslados, hospedaj e y alim ent ación en
los viaj es realizados a ciudad de México, durant e el periodo com prendido ent re
los años 2003 y 2005, viaj e a la ciudad de Washingt on DC en oct ubre de 2006,
honorarios profesionales y ot ros gast os.
593. El Est ado señaló que “ los gast os y cost as a nivel int erno que fam iliares de la[ s]
víct im a[ s] pudieron haber cost eado, fueron cubiert os por el Est ado” . Asim ism o, indicó
que las cost as y gast os que hubieren erogado a nivel int ernacional son desconocidas
por el Est ado. A pesar de ello el Est ado est im ó que si las m adres de cada víct im a
hubieren asist ido en t res ocasiones a reuniones en la sede de la Com isión, ent re gast os
de t ransport e y hospedaj e, el m ont o a recibir por cada una ascendería a $ 81.500.00
( ochent a y un m il quinient os pesos m exicanos) , aproxim adam ent e. Finalm ent e, el
Est ado añadió que no puede reconocer com o víct im as del procedim ient o a las
organizaciones represent ant es de las víct im as, de m anera que no pueden obt ener a su
favor sum as m onet arias, ya que sólo las víct im as pueden recibir com o reparación el
reem bolso de gast os, y que recibir la cant idad t ot al de US $284.498,00 ( doscient os
ochent a y cuat ro m il cuat rocient os novent a y ocho dólares de los Est ados Unidos de
Am érica) “ result a[ ba] absurda y cont raria a la equidad t oda vez que e[ ra] superior al
m ont o de com pensación solicit ado para cada una de las t res víct im as en el present e
caso” .
594. El Tribunal precisa que las cost as y gast os, a diferencia de las m edidas de
indem nización, no se ot organ a quienes han sido declaradas víct im as, porque las
cost as no son una indem nización. Dependiendo de las circunst ancias del caso,
corresponde su ot orgam ient o a la persona o inst it ución que represent ó a la víct im a. El
reem bolso se j ust ifica en la necesidad de no generar un perj uicio económ ico para
quienes no han com et ido la violación. La carga corresponde al Est ado en el event o en
que se const at e su responsabilidad int ernacional en la m at eria.
595. Los represent ant es de las víct im as no aport aron ningún elem ent o probat orio
que com probara los gast os que fueron alegados. Al respect o, el Tribunal ha señalado
que “ las pret ensiones de las víct im as o sus represent ant es en m at eria de cost as y
gast os, y las pruebas que las sust ent an, deben present arse a la Cort e en el prim er
m om ent o procesal que se les concede, est o es, en el escrit o de solicit udes y
argum ent os, sin perj uicio de que t ales pret ensiones se act ualicen en un m om ent o
150

post erior, conform e a las nuevas cost as y gast os en que se haya incurrido con ocasión
del procedim ient o ant e est a Cort e” 551 .
596. La Cort e observa que el Est ado hizo un ofrecim ient o de pago por concept o de
gast os y cost as por la cant idad de $244.500,00 ( doscient os cuarent a y cuat ro m il
quinient os pesos m exicanos) por concept o de reuniones de las m adres de las j óvenes
Herrera, Ram os y González ant e la Com isión I nt eram ericana. Asim ism o, el Tribunal
observa que los represent ant es no efect uaron m anifest ación alguna en relación con la
afirm ación del Est ado según la cual se habrían cubiert o las cost as del fuero int erno. Sin
em bargo, el Tribunal t am bién adviert e que los represent ant es de las víct im as
incurrieron en gast os para asist ir a la audiencia pública del caso celebrada en la ciudad
de Sant iago, Chile, así com o gast os relat ivos al ej ercicio de su represent ación legal,
t ales com o la rem isión de sus escrit os, gast os de com unicación, ent re ot ros, durant e el
proceso ant e est e Tribunal. Teniendo en cuent a lo ant erior y ant e la falt a de
com probant es de est os gast os, det erm ina, en equidad, que el Est ado debe ent regar la
cant idad de US$ 45.000,00 ( cuarent a y cinco m il dólares de los Est ados Unidos de
Am érica) a las m adres de las j óvenes Herrera, Ram os y González quienes ent regarán,
en su caso, la cant idad que est im en adecuada a sus represent ant es, por concept o de
cost as y gast os. Est e m ont o incluye los gast os fut uros en que puedan incurrir durant e
la supervisión del cum plim ient o de est a Sent encia y deberá ser ent regado dent ro de un
año a part ir de la not ificación de la present e Sent encia.

8. M oda lida d de cum plim ie n t o de los pa gos or de na dos


597. El pago de la indem nización por daño m at erial e inm at erial y el reint egro de
cost as y gast os est ablecidos en la present e Sent encia serán hechos direct am ent e a las
personas indicadas en la m ism a, en el plazo de un año, cont ado a part ir de su
not ificación, considerando lo indicado en los párrafos 578 y 585 de la m ism a. En caso
de fallecim ient o de algún beneficiario con ant erioridad al pago de las cant idades
respect ivas, ést as se ent regarán a sus derechohabient es, conform e al derecho int erno
aplicable.
598. El Est ado deberá cum plir con las obligaciones m onet arias m ediant e el pago en
dólares de los Est ados Unidos de Am érica o su equivalent e en m oneda nacional,
ut ilizando para el cálculo respect ivo el t ipo de cam bio que se encuent re vigent e en la
bolsa de Nueva York, el día ant erior al pago.
599. Si por causas at ribuibles a los beneficiarios de las indem nizaciones o a sus
derechohabient es no fuese posible el pago de las cant idades det erm inadas dent ro del
plazo indicado, el Est ado consignará dicho m ont o a su favor en una cuent a o
cert ificado de depósit o en una inst it ución financiera m exicana solvent e, y en las
condiciones financieras m ás favorables que perm it an la legislación y la práct ica
bancaria. Si al cabo de 10 años el m ont o asignado no ha sido reclam ado, las
cant idades serán devuelt as al Est ado con los int ereses devengados.
600. Las cant idades asignadas en la present e Sent encia baj o el concept o de
indem nizaciones y reint egro de cost as y gast os, no podrán ser afect adas o
condicionadas por m ot ivos fiscales act uales o fut uros. Por ende, deberán ser
ent regadas a los beneficiarios en form a ínt egra conform e a lo est ablecido en est a
Sent encia.

551
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Í ñiguez. Vs. Ecuador, supra not a 265, párr. 275; Caso Escher y
ot ros Vs. Brasil, supra not a 46, párr. 259, y Caso Trist án Donoso Vs. Panam á, supra not a 9, párr. 215.
151

601. En caso de que el Est ado incurriera en m ora, deberá pagar un int erés sobre la
cant idad adecuada, correspondient e al int erés bancario m orat orio en México.

X
PUN TOS RESOLUTI VOS
602. Por t ant o,

LA CORTE

D ECI D E,
por unanim idad,
1. Acept ar parcialm ent e la excepción prelim inar int erpuest a por el Est ado, de
conform idad con los párrafos 31 y 80 de la present e Sent encia y, por ende, declarar
que: i) t iene com pet encia cont enciosa en razón de la m at eria para conocer de alegadas
violaciones al art ículo 7 de la Convención Belém do Pará, y ii) no t iene com pet encia
cont enciosa en razón de la m at eria para conocer de supuest as violaciones a los
art ículos 8 y 9 de dicho inst rum ent o int ernacional.
2. Acept ar el reconocim ient o parcial de responsabilidad int ernacional efect uado por
el Est ado, en los t érm inos de los párrafos 20 a 30 de la present e Sent encia.

D ECLARA,
por unanim idad, que,
3. No puede at ribuir al Est ado responsabilidad int ernacional por violaciones a los
derechos sust ant ivos consagrados en los art ículos 4 ( Derecho a la Vida) , 5 ( Derecho a
la I nt egridad Personal) y 7 ( Derecho a la Libert ad Personal) de la Convención
Am ericana sobre Derechos Hum anos, derivadas del incum plim ient o de la obligación de
respet o cont enida en el art ículo 1.1 de la m ism a, de conform idad con los párrafos 238
a 242 de est a Sent encia.
4. El Est ado violó los derechos a la vida, int egridad personal y libert ad personal
reconocidos en los art ículos 4.1, 5.1, 5.2 y 7.1 de la Convención Am ericana, en
relación con la obligación general de garant ía cont em plada en el art ículo 1.1 y la
obligación de adopt ar disposiciones de derecho int erno cont em plada en el art ículo 2 de
la m ism a, así com o con las obligaciones cont em pladas en el art ículo 7.b y 7.c de la
Convención Belém do Pará, en perj uicio de Claudia I vet t e González, Laura Berenice
Ram os Monárrez y Esm eralda Herrera Monreal, en los t érm inos de los párrafos 243 a
286 de la present e Sent encia.
5. El Est ado incum plió con su deber de invest igar - y con ello su deber de
garant izar- los derechos a la vida, int egridad personal y libert ad personal, consagrados
en los art ículos 4.1, 5.1, 5.2 y 7.1 de la Convención Am ericana, en relación con los
art ículos 1.1 y 2 de la m ism a y con el art ículo 7.b y 7.c de la Convención Belém do
Pará, en perj uicio de Claudia I vet t e González, Laura Berenice Ram os Monárrez y
Esm eralda Herrera Monreal. Por los m ism os m ot ivos, el Est ado violó los derechos de
acceso a la j ust icia y prot ección j udicial, consagrados en los art ículos 8.1 y 25.1 de la
Convención Am ericana, en relación con los art ículos 1.1 y 2 de la m ism a y 7.b y 7.c de
la Convención Belém do Pará, en perj uicio de: I rm a Monreal Jaim e, Benigno Herrera
152

Monreal, Adrián Herrera Monreal, Juan Ant onio Herrera Monreal, Cecilia Herrera
Monreal, Zulem a Mont ij o Monreal, Erick Mont ij o Monreal, Juana Ballín Cast ro, I rm a
Josefina González Rodríguez, Mayela Banda González, Gem a I ris González, Karla
Arizbet h Hernández Banda, Jacqueline Hernández, Carlos Hernández Llam as, Benit a
Monárrez Salgado, Claudia I vonne Ram os Monárrez, Daniel Ram os Monárrez, Ram ón
Ant onio Aragón Monárrez, Claudia Dayana Berm údez Ram os, I t zel Arely Berm údez
Ram os, Paola Alexandra Berm údez Ram os y At ziri Geraldine Berm údez Ram os, de
conform idad con los párrafos 287 a 389 de la present e Sent encia.
6. El Est ado violó el deber de no discrim inación cont enido en el art ículo 1.1 de la
Convención Am ericana, en relación con el deber de garant ía de los derechos a la vida,
int egridad personal y libert ad personal, consagrados en los art ículos 4.1, 5.1, 5.2 y 7.1
de dicho t rat ado, en perj uicio de Laura Berenice Ram os Monárrez, Esm eralda Herrera
Monreal y Claudia I vet t e González; así com o en relación con el acceso a la j ust icia
consagrado en los art ículos 8.1 y 25.1 de la m encionada Convención, en perj uicio de
I rm a Monreal Jaim e, Benigno Herrera Monreal, Adrián Herrera Monreal, Juan Ant onio
Herrera Monreal, Cecilia Herrera Monreal, Zulem a Mont ij o Monreal, Erick Mont ij o
Monreal, Juana Ballín Cast ro, I rm a Josefina González Rodríguez, Mayela Banda
González, Gem a I ris González, Karla Arizbet h Hernández Banda, Jacqueline Hernández,
Carlos Hernández Llam as, Benit a Monárrez Salgado, Claudia I vonne Ram os Monárrez,
Daniel Ram os Monárrez, Ram ón Ant onio Aragón Monárrez, Claudia Dayana Berm údez
Ram os, I t zel Arely Berm údez Ram os, Paola Alexandra Berm údez Ram os y At ziri
Geraldine Berm údez Ram os, en los t érm inos de los párrafos 390 a 402 de la present e
Sent encia.
7. El Est ado violó los derechos del niño, consagrados en el art ículo 19 de la
Convención Am ericana, en relación con los art ículos 1.1 y 2 de la m ism a, en perj uicio
de las niñas Esm eralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ram os Monárrez, de
conform idad con los párrafos 403 a 411 de la present e Sent encia.
8. El Est ado violó el derecho a la int egridad personal ,consagrado en el art ículo 5.1
y 5.2 de la Convención Am ericana, en relación con el art ículo 1.1 de la m ism a, por los
sufrim ient os causados a I rm a Monreal Jaim e, Benigno Herrera Monreal, Adrián Herrera
Monreal, Juan Ant onio Herrera Monreal, Cecilia Herrera Monreal, Zulem a Mont ij o
Monreal, Erick Mont ij o Monreal, Juana Ballín Cast ro, I rm a Josefina González Rodríguez,
Mayela Banda González, Gem a I ris González, Karla Arizbet h Hernández Banda,
Jacqueline Hernández, Carlos Hernández Llam as, Benit a Monárrez Salgado, Claudia
I vonne Ram os Monárrez, Daniel Ram os Monárrez, Ram ón Ant onio Aragón Monárrez,
Claudia Dayana Berm údez Ram os, I t zel Arely Berm údez Ram os, Paola Alexandra
Berm údez Ram os y At ziri Geraldine Berm údez Ram os, en los t érm inos de los párrafos
413 a 424 de la present e Sent encia.
9. El Est ado violó el derecho a la int egridad personal, consagrado en el art ículo 5.1
y 5.2 de la Convención Am ericana, en relación con el art ículo 1.1 de la m ism a, por los
act os de host igam ient o que sufrieron Adrián Herrera Monreal, Benit a Monárrez
Salgado, Claudia I vonne Ram os Monárrez, Daniel Ram os Monárrez, Ram ón Ant onio
Aragón Monárrez, Claudia Dayana Berm údez Ram os, I t zel Arely Berm údez Ram os,
Paola Alexandra Berm údez Ram os y At ziri Geraldine Berm údez Ram os, en los t érm inos
de los párrafos 425 a 440 de la present e Sent encia.
10. El Est ado no violó el derecho a la prot ección de la honra y de la dignidad,
consagrado en el art ículo 11 de la Convención Am ericana, en los t érm inos de los
párrafos 441 a 445 de la present e Sent encia.

Y, D I SPON E
153

por unanim idad, que,


11. Est a Sent encia const it uye per se una form a de reparación.
12. El Est ado deberá, conform e a los párrafos 452 a 455 de est a Sent encia,
conducir eficazm ent e el proceso penal en curso y, de ser el caso, los que se llegasen a
abrir, para ident ificar, procesar y, en su caso, sancionar a los responsables m at eriales
e int elect uales de la desaparición, m alt rat os y privación de la vida de las j óvenes
González, Herrera y Ram os, conform e a las siguient es direct rices:
i) se deberá rem over t odos los obst áculos de j ure o de fact o que im pidan
la debida invest igación de los hechos y el desarrollo de los respect ivos
procesos j udiciales, y usar t odos los m edios disponibles para hacer que
las invest igaciones y procesos j udiciales sean expedit os a fin de evit ar la
repet ición de hechos iguales o análogos a los del present e caso;
ii) la invest igación deberá incluir una perspect iva de género; em prender
líneas de invest igación específicas respect o a violencia sexual, para lo
cuál se deben involucrar las líneas de invest igación sobre los pat rones
respect ivos en la zona; realizarse conform e a prot ocolos y m anuales que
cum plan con los lineam ient os de est a Sent encia; proveer regularm ent e
de inform ación a los fam iliares de las víct im as sobre los avances en la
invest igación y darles pleno acceso a los expedient es, y realizarse por
funcionarios alt am ent e capacit ados en casos sim ilares y en at ención a
víct im as de discrim inación y violencia por razón de género;
iii) deberá asegurarse que los dist int os órganos que part icipen en el
procedim ient o de invest igación y los procesos j udiciales cuent en con los
recursos hum anos y m at eriales necesarios para desem peñar las t areas
de m anera adecuada, independient e e im parcial, y que las personas que
part icipen en la invest igación cuent en con las debidas garant ías de
seguridad, y
iv) los result ados de los procesos deberán ser públicam ent e divulgados para
que la sociedad m exicana conozca los hechos obj et o del present e caso.
13. El Est ado deberá, dent ro de un plazo razonable, invest igar, por int erm edio de
las inst it uciones públicas com pet ent es, a los funcionarios acusados de irregularidades
y, luego de un debido proceso, aplicará las sanciones adm inist rat ivas, disciplinarias o
penales correspondient es a quienes fueran encont rados responsables, conform e a lo
expuest o en los párrafos 456 a 460 de est a Sent encia.
14. El Est ado deberá realizar, dent ro de un plazo razonable, las invest igaciones
correspondient es y, en su caso, sancionar a los responsables de los host igam ient os de
los que han sido obj et o Adrián Herrera Monreal, Benit a Monárrez Salgado, Claudia
I vonne Ram os Monárrez, Daniel Ram os Monárrez, Ram ón Ant onio Aragón Monárrez,
Claudia Dayana Berm údez Ram os, I t zel Arely Berm údez Ram os, Paola Alexandra
Berm údez Ram os y At ziri Geraldine Berm údez Ram os, de conform idad con lo expuest o
en los párrafos 461 y 462 de est a Sent encia.
15. El Est ado deberá, en el plazo de seis m eses a part ir de la not ificación de la
present e Sent encia, publicar en el Diario Oficial de la Federación, en un diario de
am plia circulación nacional y en un diario de am plia circulación en el est ado de
Chihuahua, por una sola vez, los párrafos 113 a 136, 146 a 168, 171 a 181, 185 a
195, 198 a 209 y 212 a 221 de est a Sent encia y los punt os resolut ivos de la m ism a,
sin las not as al pie de página correspondient es. Adicionalm ent e, el Est ado deberá,
dent ro del m ism o plazo, publicar la present e Sent encia ínt egram ent e en una página
154

elect rónica oficial del Est ado. Todo ello de conform idad con el párrafo 468 de est a
Sent encia.
16. El Est ado deberá, en el plazo de un año a part ir de la not ificación de est a
Sent encia, realizar un act o público de reconocim ient o de responsabilidad int ernacional,
en relación con los hechos del present e caso, en honor a la m em oria de Laura Berenice
Ram os Monárrez, Esm eralda Herrera Monreal y Claudia I vet t e González, en los
t érm inos de los párrafos 469 y 470 de la present e Sent encia.
17. El Est ado deberá, en el plazo de un año a part ir de la not ificación de est a
Sent encia, levant ar un m onum ent o en m em oria de las m uj eres víct im as de hom icidio
por razones de género en Ciudad Juárez, en los t érm inos de los párrafos 471 y 472 de
la present e Sent encia. El m onum ent o se develará en la m ism a cerem onia en la que el
Est ado reconozca públicam ent e su responsabilidad int ernacional, en cum plim ient o de
lo ordenado en el punt o resolut ivo ant erior.
18. El Est ado deberá, en un plazo razonable, cont inuar con la est andarización de
t odos sus prot ocolos, m anuales, crit erios m inist eriales de invest igación, servicios
periciales y de im part ición de j ust icia, ut ilizados para invest igar t odos los delit os que se
relacionen con desapariciones, violencia sexual y hom icidios de m uj eres, conform e al
Prot ocolo de Est am bul, el Manual sobre la Prevención e I nvest igación Efect iva de
Ej ecuciones Ext raj udiciales, Arbit rarias y Sum arias de Naciones Unidas y los
est ándares int ernacionales de búsqueda de personas desaparecidas, con base en una
perspect iva de género, conform e a lo dispuest o en los párrafos 497 a 502 de est a
Sent encia. Al respect o, se deberá rendir un inform e anual durant e t res años.
19. El Est ado deberá, en un plazo razonable y de conform idad con los párrafos 503
a 506 de est a Sent encia, adecuar el Prot ocolo Alba, o en su defect o im plem ent ar un
nuevo disposit ivo análogo, conform e a las siguient es direct rices, debiendo rendir un
inform e anual durant e t res años:
i) im plem ent ar búsquedas de oficio y sin dilación alguna, cuando se
present en casos de desaparición, com o una m edida t endient e a prot eger la
vida, libert ad personal y la int egridad personal de la persona desaparecida;
ii) est ablecer un t rabaj o coordinado ent re diferent es cuerpos de seguridad
para dar con el paradero de la persona;
iii) elim inar cualquier obst áculo de hecho o de derecho que le rest e
efect ividad a la búsqueda o que haga im posible su inicio com o exigir
invest igaciones o procedim ient os prelim inares;
iv) asignar los recursos hum anos, económ icos, logíst icos, cient íficos o de
cualquier índole que sean necesarios para el éxit o de la búsqueda;
v) confront ar el report e de desaparición con la base de dat os de personas
desaparecidas referida en los párrafos 509 a 512 supra, y
vi) priorizar las búsquedas en áreas donde razonablem ent e sea m ás
probable encont rar a la persona desaparecida sin descart ar arbit rariam ent e
ot ras posibilidades o áreas de búsqueda. Todo lo ant erior deberá ser aún m ás
urgent e y riguroso cuando la desaparecida sea una niña.
20. El Est ado deberá crear, en un plazo de seis m eses a part ir de la not ificación de
est a Sent encia, una página elect rónica que deberá act ualizarse perm anent em ent e y
cont endrá la inform ación personal necesaria de t odas las m uj eres, j óvenes y niñas que
desaparecieron en Chihuahua desde 1993 y que cont inúan desaparecidas. Dicha
página elect rónica deberá perm it ir que cualquier individuo se com unique por cualquier
m edio con las aut oridades, inclusive de m anera anónim a, a efect os de proporcionar
155

inform ación relevant e sobre el paradero de la m uj er o niña desaparecida o, en su caso,


de sus rest os, de conform idad con los párrafos 507 y 508 de est a Sent encia.
21. El Est ado deberá, dent ro del plazo de un año a part ir de la not ificación de est a
Sent encia y de conform idad con los párrafos 509 a 512 de la m ism a, crear o act ualizar
una base de dat os que cont enga:
i) la inform ación personal disponible de m uj eres y niñas desaparecidas a
nivel nacional;
ii) la inform ación personal que sea necesaria, principalm ent e genét ica y
m uest ras celulares, de los fam iliares de las personas desaparecidas que
consient an –o que así lo ordene un j uez- para que el Est ado alm acene dicha
inform ación personal únicam ent e con obj et o de localizar a la persona
desaparecida, y
iii) la inform ación genét ica y m uest ras celulares provenient es de los cuerpos
de cualquier m uj er o niña no ident ificada que fuera privada de la vida en el
est ado de Chihuahua.
22. El Est ado debe cont inuar im plem ent ando program as y cursos perm anent es de
educación y capacit ación en derechos hum anos y género; perspect iva de género para
la debida diligencia en la conducción de averiguaciones previas y procesos j udiciales
relacionados con discrim inación, violencia y hom icidios de m uj eres por razones de
género, y superación de est ereot ipos sobre el rol social de las m uj eres dirigidos a
funcionarios públicos en los t érm inos de los párrafos 531 a 542 de la present e
Sent encia. El Est ado deberá inform ar anualm ent e, durant e t res años, sobre la
im plem ent ación de los cursos y capacit aciones.
23. El Est ado deberá, dent ro de un plazo razonable, realizar un program a de
educación dest inado a la población en general del est ado de Chihuahua, con el fin de
superar dicha sit uación. A t al efect o, el Est ado deberá present ar un inform e anual por
t res años, en el que indique las acciones que se han realizado con t al fin, en los
t érm inos del párrafo 543 de la present e Sent encia.
24. El Est ado debe brindar at ención m édica, psicológica o psiquiát rica grat uit a, de
form a inm ediat a, adecuada y efect iva, a t ravés de inst it uciones est at ales de salud
especializadas, a I rm a Monreal Jaim e, Benigno Herrera Monreal, Adrián Herrera
Monreal, Juan Ant onio Herrera Monreal, Cecilia Herrera Monreal, Zulem a Mont ij o
Monreal, Erick Mont ij o Monreal, Juana Ballín Cast ro, I rm a Josefina González Rodríguez,
Mayela Banda González, Gem a I ris González, Karla Arizbet h Hernández Banda,
Jacqueline Hernández, Carlos Hernández Llam as, Benit a Monárrez Salgado, Claudia
I vonne Ram os Monárrez, Daniel Ram os Monárrez, Ram ón Ant onio Aragón Monárrez,
Claudia Dayana Berm údez Ram os, I t zel Arely Berm údez Ram os, Paola Alexandra
Berm údez Ram os y At ziri Geraldine Berm údez Ram os, si ést os así lo desean, en los
t érm inos de los párrafos 544 a 549 de est a Sent encia.
25. El Est ado deberá, dent ro del plazo de un año a part ir de la not ificación de est a
Sent encia, pagar las cant idades fij adas en los párrafos 565, 566, 577, 586 y 596 de la
present e Sent encia por concept o de indem nizaciones y com pensaciones por daños
m at eriales e inm at eriales y el reint egro de cost as y gast os, según corresponda, baj o
las condiciones y en los t érm inos de los párrafos 597 a 601 de la present e Sent encia.
26. La Cort e supervisará el cum plim ient o ínt egro de est a Sent encia, en ej ercicio de
sus at ribuciones y en cum plim ient o de sus deberes conform e a la Convención
Am ericana, y dará por concluido el present e caso una vez que el Est ado haya dado
cabal cum plim ient o a lo dispuest o en la m ism a. Dent ro del plazo de un año cont ado a
156

part ir de la not ificación de est a Sent encia el Est ado deberá rendir al Tribunal un
inform e sobre las m edidas adopt adas para darle cum plim ient o.

La Jueza Cecilia Medina Quiroga y el Juez Diego García- Sayán hicieron conocer a la
Cort e sus Vot os Concurrent es, los cuales acom pañan la present e Sent encia.

Redact ada en español e inglés, haciendo fe el t ext o en español, en San José, Cost a
Rica, el 16 de noviem bre de 2009.

Cecilia Medina Quiroga


President a

Diego García- Sayán Manuel E. Vent ura Robles

Margaret t e May Macaulay Rhadys Abreu Blondet

Rosa María Álvarez González


Jueza Ad Hoc

Pablo Saavedra Alessandri


Secret ario

Com uníquese y ej ecút ese,

Cecilia Medina Quiroga


President a

Pablo Saavedra Alessandri


Secret ario
VOTO CON CURREN TE D EL JUEZ D I EGO GARCI A- SAYAN EN RELACI ÓN CON
LA SEN TEN CI A D E LA CORTE I N TERAM ERI CAN A D E D ERECH OS H UM AN OS EN
EL CASO GON ZÁLES Y OTRAS ( “CAM PO ALGOD ON ERO”) Vs. M ÉXI CO, D E 1 6
D E N OVI EM BRE D E 2 0 0 9

1. La violencia cont ra la m uj er es un dram a con varias dim ensiones y


expresiones. Es, sin duda, una de las m anifest aciones persist ent es de discrim inación
m ás ext endidas en el m undo, que se reflej a en un abanico que va desde expresiones
sut iles y veladas hast a sit uaciones cruent as y violent as. Dent ro de est a últ im a
cat egoría se encuent ra obviam ent e la violencia cont ra la m uj er en Ciudad Juárez, de
la que fueron víct im as Claudia I vet t e González, Esm eralda Herrera Monreal y Laura
Berenice Ram os Monárrez y a la que se refiere est a Sent encia em it ida en el caso
González y ot ras ( “ Cam po Algodonero” ) Vs. México ( en adelant e “ la Sent encia” ) .
Com o lo dice la Cort e I nt eram ericana de Derechos Hum anos ( en adelant e “ la Cort e
I nt eram ericana” , “ la Cort e” o “ el Tribunal” ) en la Sent encia, los hechos descrit os han
sido influenciados “ por una cult ura de discrim inación cont ra la m uj er” ( párr. 164) .
Esa cult ura “ ha incidido t ant o en los m ot ivos com o en la m odalidad de los crím enes,
así com o en la respuest a de las aut oridades frent e a ést os” ( párr. 164) . Expresión de
ello, de acuerdo a la Sent encia, son “ las respuest as ineficient es y las act it udes
indiferent es docum ent adas en cuant o a la invest igación de dichos crím enes” ( párr.
164) sobre las cuales la Cort e ha est ablecido la responsabilidad int ernacional del
Est ado.
2. En cuant o a los hechos de violencia cont ra las m uj eres en Ciudad Juárez, el
Tribunal se pregunt a en la Sent encia si los act os perpet rados cont ra las víct im as, que
t erm inaron con la m uert e de las j óvenes González, Herrera Monreal y Ram os
Monárrez, son at ribuibles al Est ado ( párr. 231) . La Cort e est ableció que carecía de
elem ent os para concluir que los perpet radores hubiesen sido agent es est at ales ( párr.
242) y concent ró su razonam ient o en la event ual responsabilidad del Est ado por
om isión en el cum plim ient o de su deber de garant ía.
3. El t em a del deber de prevención ha sido t rat ado por la j ust icia int ernacional,
en general, y por est a Cort e, en part icular, con enfoques claros dent ro de la
indudable com plej idad del problem a. La j urisprudencia del Tribunal ha est ablecido
crit erios precisos y fundam ent ales sobre el deber de prevención. Esos crit erios son
m ás específicos, por ciert o, cuando se t rat a de personas que se encuent ran baj o
cust odia del Est ado, com o es el caso de un cent ro donde se encont raban recluidos
m enores1 o sit uaciones en las que el Est ado se encuent ra en posición especial de
garant e com o es el caso de una com unidad indígena desplazada por haber sido
víct im a del despoj o de sus t ierras2 .
4. En sit uaciones m as “ acot adas” com o las que se present aron en los casos
Xim enes Lopes Vs. Brasil o Yakye Axa Vs. Paraguay, los crit erios del Tribunal han
sido, en efect o, m ás específicos pues t ienen que ver con grupos hum anos que
ocupaban espacios que se encont raban baj o cust odia del Est ado dadas las
caract eríst icas específicas de los problem as en cada caso. En el caso Xim enes Lopes
la Cort e est ableció que, t rat ándose de personas con una discapacidad m ent al y que
se encont raban baj o la cust odia o cuidado del Est ado 3 , ést e t enía responsabilidad
1
Cfr. Caso Xim enes Lopes Vs. Brasil. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 4 de j ulio de
2006. Serie C No. 149.
2
Cfr.Caso Com unidad I ndígena Yakye Axa Vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Cost as. Sent encia
17 de j unio de 2005. Serie C No. 125
3
Cfr. Caso Xim enes Lopes Vs. Brasil, supra not a 1, párr. 138.
2

int ernacional al haber incum plido “ su deber de cuidar y de prevenir la vulneración de


la vida y de la int egridad personal, así com o su deber de regular y fiscalizar la
at ención m édica de salud, los que const it uyen deberes especiales derivados de la
obligación de garant izar los derechos consagrados en los art ículos 4 y 5 de la
Convención Am ericana” 4 . En el caso Yakye Axa, por su lado, al t rat arse de una
com unidad indígena desplazada de su t errit orio, com puest a por un grupo
ident ificable de fam ilias y que se encont raba t em poralm ent e y en condiciones m uy
precarias en un área colindant e con una carret era, la Cort e det erm inó que el Est ado
t enía “ el deber de adopt ar m edidas posit ivas, concret as y orient adas a la sat isfacción
del derecho a una vida digna” 5 .
5. Tant o la Cort e Europea de Derechos Hum anos ( en adelant e “ la Cort e
Europea” ) com o la Cort e I nt eram ericana han ido est ableciendo crit erios precisos y
rigurosos para definir el “ deber de prevención” dent ro de m arcos sit uacionales m ás
am plios y generales. La Cort e Europea ha adopt ado al respect o decisiones desde
1998 a t ravés de las cuales se analiza la com plej idad del t em a del deber de
prevención y se enum eran algunos crit erios específicos para definirlo. Así, en el caso
Osm an vs. Reino Unido la Cort e Europea est ableció una aproxim ación caut elosa para
definir el deber de prevención m encionando algunos crit erios específicos, reit erados
en post eriores y m ás recient es decisiones de ese m ism o t ribunal 6 :
Teniendo en cuent a las dificult ades que im plica la planificación y adopción de polít icas públicas
en las sociedades m oder nas, para la Cort e, la im predict ibilidad de la conduct a hum ana y las
opciones de caráct er operat ivo que deben ser t om adas en función de las pr ioridades y los
recur sos disponibles, esa obligación posit iv a debe ser int erpret ada de form a que no im ponga a
las aut or idades una carga im posible o desproporcionada. [ …] En opinión de la Cort e, cuando haya
un alegat o de que las aut or idades han v iolado su obligación posit iva de prot eger el derecho a la
vida [ …] , debe ser est ablecido con claridad que al m om ent o de los hechos las aut oridades
sabían, o debían haber sabido, de la exist encia de un riesgo real e inm ediat o para la v ida de un
individuo o individuos ident ificados de ser v íct im as de act os cr im inales de t erceros, y que t ales
aut oridades no t om aron las m edidas dent ro del alcance de sus at r ibuciones que, apreciadas
7
razonablem ent e, podían esperarse para ev it ar dicho r iesgo

6. La Cort e Europea, pues, pone énfasis en la dificult ad de garant izar el orden


público, la im predict ibilidad de la conduct a hum ana y la vast edad de opciones
operacionales para det erm inar prioridades y asignación de recursos derivando, de
ello, la conclusión de que la obligación de prevenir no puede ser int erpret ada en un
sent ido que im ponga una carga im posible o desproporcionada al Est ado. En esa
perspect iva, enfat iza la obligación de dar los “ pasos apropiados” para prot eger la

4
Cfr. Caso Xim enes Lopes Vs. Brasil, supra not a 1, párr. 146.
5
Cfr.Caso Com unidad I ndígena Yakye Axa Vs. Paraguay, supra not a 2, párr . 162
6
Por ej em plo, European Cour t of Hum an Right s, Case Kilic v. Turkey ( Applicat ion no. 22492/ 93)
Judgm ent St rasbourg, 28 March 2000, párr. 63, Cfr. Case of Opuz v. Turkey ( Applicat ion no. 33401/ 02) ,
Judgm ent St rasbourg, 9 June 2009. párr. 129.
7
Cfr. Case of Osm an v. The Unit ed Kingdom ( 87/ 1997/ 871/ 1083) . Judgm ent St rasbourg, 28
Oct ober 1998, para. 116. Tex t o original y oficial:
For t he Court , and bearing in m ind t he difficult ies involved in policing m odern societ ies, t he
unpredict abilit y of hum an conduct and t he operat ional choices w hich m ust be m ade in t er m s
of priorit ies and resour ces, such an obligat ion m ust be int erpret ed in a way which does not
im pose an im possible or dispr oport ionat e burden on t he aut horit ies. [ …] I n t he opinion of t he
Court where t here is an allegat ion t hat t he aut hor it ies have violat ed t heir posit ive obligat ion
t o prot ect t he right t o life [ …] it m ust be est ablished t o it s sat isfact ion t hat t he aut hor it ies
knew or ought t o have known at t he t im e of t he ex ist ence of a real and im m ediat e risk t o t he
life of an ident ified indiv idual or individuals from t he crim inal act s of a t hird par t y and t hat
t hey failed t o t ake m easur es wit hin t he scope of t heir powers w hich, j udged r easonably ,
m ight have been expect ed t o avoid t hat risk .
3

vida de las personas que est én baj o su j urisdicción 8 lo que supone im plem ent ar
norm as penales adecuadas para disuadir la com isión de delit os que est én
respaldadas por una m aquinaria de aplicación de la ley en m at eria de prevención,
represión y sanción 9 . En “ algunas circunst ancias bien definidas” 10 est a obligación
puede im plicar, incluso, la obligación posit iva de las aut oridades de t om ar m edidas
operacionales prevent ivas para prot eger a un individuo cuya vida se encuent re baj o
riesgo de sufrir act os crim inales de ot ro individuo.
7. En línea y consonancia con la j urisprudencia de la Cort e Europea, est a Cort e
I nt eram ericana ha ido const ruyendo sus propios crit erios j urisprudenciales sobre el
deber de prevención. Un concept o que la Cort e m encionó - y reit eró - desde el caso
Velásquez Rodríguez vs. Honduras en la j urisprudencia fundacional del Tribunal en
1988, es que el Est ado se encuent ra en la obligación de prevenir “ razonablem ent e”
las violaciones de los derechos hum anos11 . En casos m ás recient es, la Cort e ha
est ablecido cuáles son los com ponent es para definir y precisar el cont enido de la
obligación “ deber de prevención” en línea con decisiones de la Cort e Europea, com o
las cit adas.
8. En el caso Pueblo Bello vs. Colom bia el Tribunal est ableció crit erios claros a
t ravés de concept os que fueron reit erados después en los casos de Com unidad
I ndígena Sawhoyam axa vs. Paraguay 12 y en Valle Jaram illo y ot ros vs. Colom bia13 .
Así, en el caso Pueblo Bello la Cort e est ableció que:
[ …] para la Cort e es claro que un Est ado no puede ser responsable por cualquier violación de
derechos hum anos com et ida ent r e part iculares dent ro de su j urisdicción. En efect o, el caráct er
erga om nes de las obligaciones convencionales de garant ía a cargo de los Est ados no im plica una
responsabilidad ilim it ada de los Est ados frent e a cualquier act o o hecho de part iculares, pues sus
deberes de adopt ar m edidas de prev ención y prot ección de los part iculares en sus relaciones
ent r e sí se encuent ran condicionados al conocim ient o de una sit uación de riesgo real e inm ediat o
para un indiv iduo o grupo de individuos det erm inado y a las posibilidades razonables de prevenir
o evit ar ese riesgo. Es decir, aunque un act o, om isión o hecho de un part icular t enga com o
consecuencia j urídica la violación de det er m inados derechos hum anos de ot ro part icular, aquél no
es aut om át icam ent e at ribuible al Est ado, pues debe at enderse a las circunst ancias part iculares
14
del caso y a la concr eción de dichas obligaciones de garant ía ” .

9. La Cort e ha est ablecido, pues, que no exist e “ una responsabilidad ilim it ada de
los Est ados frent e a cualquier act o o hecho de part iculares” 15 y que el deber de
prevención t iene - en líneas generales y fuera de las sit uaciones especiales en las
que el Est ado t enga una posición especial de garant e – t res com ponent es que deben
concurrir: 1) el “ conocim ient o de una sit uación de riesgo real e inm ediat o” ; 2) “ un
individuo o grupo de individuos det erm inado” , y 3) “ posibilidades razonables de
prevenir o evit ar ese riesgo” 16 . Esos concept os fueron acot ados para referirse al
8
Cfr. Case of Osm an v. The Unit ed Kingdom , supra not a 7, párr. 115
9
Cfr. Case of Osm an v. The Unit ed Kingdom , supra not a 7, párr. 115
10
Cfr. Case of Osm an v. The Unit ed Kingdom , supra not a 7, párr. 115
11
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Excepciones Prelim inares. Sent encia de 26 de j unio
de 1987. Serie C No. 1, párr. 174.
12
Cfr. Caso Com unidad I ndígena Sawhoyam axa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Cost as.
Sent encia de 29 de m arzo de 2006. Serie C No. 146, párr. 155.
13
Cfr. Caso Valle Jaram illo y ot ros Vs. Colom bia. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 27 de
noviem bre de 2008. Serie C No. 192, párr. 78.
14
Cfr. Caso de la Masacre de Pueblo Bello Vs. Colom bia. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia
de 31 de enero de 2006. Serie C No. 140, párr. 123.
15
Cfr. Caso de la Masacr e de Pueblo Bello Vs. Colom bia, supr a not a 14, párr . 123.
16
Cfr. Caso de la Masacr e de Pueblo Bello Vs. Colom bia, supr a not a 14, pár r. 123.
4

“ riesgo real e inm ediat o” en los casos Ríos y ot ros Vs. Venezuela 17 y Perozo y ot ros
Vs. Venezuela 18 .
10. Al resolver el present e caso la Cort e recordó lo ya det erm inado en el caso
Velásquez Rodríguez acerca de la obligación de prevenir “ razonablem ent e” ( párr.
236) y reit eró los t res crit erios int egrant es del deber de prevención est ablecidos en
la j urisprudencia de est a Cort e y de la Cort e Europea y recapit ulados en el párrafo
ant erior.
11. El Tribunal concluyó en est e caso, así, que la ausencia de una polít ica general
que debía haberse iniciado en 1998 es una falt a del Est ado en el cum plim ient o
general de su deber de prevención ( párr. 282) . Est a “ polít ica general” puede ser
int erpret ada haciendo uso de los crit erios est ablecidos por la Cort e Europea en el
caso Osm an vs. Turquía en el sent ido de la necesidad de una polít ica de seguridad
pública orient ada a la prevención, la persecución y sanción de delit os, com o aquellos
crím enes cont ra m uj eres que se conocía se venían com et iendo en Ciudad Juárez, por
lo m enos desde ese año, que es cuando la Com isión Nacional de Derechos Hum anos
( ent e federal) advirt ió del pat rón de violencia cont ra la m uj er en esa localidad.
12. Sim ult áneam ent e la Cort e det erm ina, sin em bargo, que “ no ha sido
est ablecido que [ el Est ado] t enía conocim ient o de un riesgo real e inm ediat o para las
víct im as de est e caso” ( párr. 282) ant es de su secuest ro y desaparición. Dist int o es
el t rat am ient o que hace el Tribunal en lo que la Sent encia llam a el “ segundo
m om ent o” que es desde cuando el Est ado sí t uvo conocim ient o del riesgo “ real e
inm ediat o” sobre un “ grupo de individuos det erm inado” que es cuando las t res
víct im as ident ificadas desaparecieron present ándose, así, el peligro concret o y
específico de que ellas fueran violent adas y privadas de la vida, frent e a lo cual el
Est ado “ no dem ost ró haber adopt ado las m edidas razonables, conform e a las
circunst ancias que rodeaban a los casos, para encont rar a las víct im as con vida”
( párr. 284) .
13. Al reit erar su j urisprudencia en m at eria del “ deber de prevención” la Cort e ha
enfat izado las caract eríst icas y com ponent es fundam ent ales de dicho deber de
garant ía, así com o las caract eríst icas y niveles de la responsabilidad int ernacional del
Est ado. Así, aparece la com binación de una obligación de diseñar y poner en m archa
lo que en est a Sent encia se denom ina “ una polít ica general” de seguridad pública con
sus respect ivos espacios de prevención y persecución penal ent endiendo las
dificult ades que t odo ello t iene en cualquier cont ext o y, peor aún, en cont ext os de
crim inalidad ext endida y generalizada.
14. Pero, sim ult áneam ent e, la Cort e est ablece los com ponent es específicos del
deber de prevención para casos det erm inados en una perspect iva que cont ribuye a
que no se diluyan los crit erios para det erm inar la responsabilidad int ernacional del
Est ado confundiéndola, event ualm ent e, con el crim en com ún. Ello facilit a que no se
diluyan y difum inen concept os fundam ent ales com o los de “ violación de derechos
hum anos” o “ responsabilidad int ernacional de los Est ados” o que se confundan con
hechos m uy graves, ciert am ent e, pero j urídicam ent e diferent es y dist inguibles com o
la act ividad crim inal de individuos. Los com ponent es del deber de prevención
reit erados en est a Sent encia, de est a form a, ayudan a prevenir que el día de

17
Cfr. Caso Ríos y ot ros Vs. Venezuela. Ex cepciones Prelim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as.
Sent encia de 28 de enero de 2009. Serie C No. 194, párr. 110.
18
Cfr. Caso Perozo y ot ros Vs. Venezuela. Ex cepciones Prelim inares, Fondo, Reparaciones y Cost as.
Sent encia de 28 de enero de 2009. Serie C No. 195, párr. 121.
5

m añana los act os crim inales de un individuo se puedan confundir con los deberes
int ernacionales del Est ado.
15. Los Est ados est án obligados a est ablecer polít icas generales de orden público
que prot ej an a la población de la violencia delincuencial. Est a obligación t iene
progresiva y decidida prioridad dado el cont ext o de crecient e crim inalidad en la
m ayoría de países de la región. Pero de ello no se deriva, com o se dice con claridad
en est a Sent encia, que exist a “ una responsabilidad ilim it ada de los Est ados frent e a
cualquier act o o hecho de part iculares” ( párr. 280) ya que las m edidas de prevención
sobre las que el Est ado puede ser declarado int ernacionalm ent e responsable t ienen
las caract eríst icas y com ponent es que la j urisprudencia de est a Cort e ha desarrollado
y que se reit eran en est a Sent encia.

Diego García- Sayán


Juez

Pablo Saavedra Alessandri


Secret ario
VOTO CON CURREN TE D E LA JUEZA CECI LI A M ED I N A QUI ROGA EN RELACI ÓN
CON LA SEN TEN CI A D E LA CORTE I N TERAM ERI CAN A D E D ERECH OS
H UM AN OS EN EL CASO GON ZÁLEZ Y OTRAS ( “CAM PO ALGOD ON ERO”) VS.
M ÉXI CO, D E 1 6 D E N OVI EM BRE D E 2 0 0 9 .

1. Aun cuando concuerdo con la decisión de la Cort e I nt eram ericana de


Derechos Hum anos ( en adelant e “ Cort e” o “ Tribunal” ) en est e caso, en el sent ido de
que exist e una violación del art ículo 5.2 de la Convención Am ericana sobre Derechos
Hum anos ( en adelant e “ Convención Am ericana” o “ Convención” ) , no concuerdo con
el hecho de que la Cort e no haya calificado com o t ort ura las acciones perpet radas en
cont ra de las víct im as.
2. Desde un punt o de vist a práct ico- j urídico no hay m ayores diferencias en
calificar o no una conduct a com o t ort ura. Tant o la t ort ura com o los t rat os crueles,
inhum anos o degradant es son violaciones de un derecho hum ano y t odos est os act os
se regulan práct icam ent e de la m ism a m anera. Sin perj uicio de est o, la Cort e no ha
vacilado en ot ros casos en calificar una conduct a com o t ort ura, a m enudo sin
m encionar las razones por las cuales lo ha hecho y se adviert e que el elem ent o
principal es el de la severidad de la acción y cóm o la m ism a afect a a la víct im a. Es la
conduct a, en general, la que det erm ina la dist inción ent re t ort ura y ot ros
t rat am ient os crueles, inhum anos o degradant es. La razón de calificar un act o com o
t ort ura obedece al m ayor est igm a que se asigna a ést e en relación con ot ros t am bién
incom pat ibles con el art ículo 5.2 de la Convención.
3. La Cort e decidió explicit ar los requisit os que se exigían para que hubiera
t ort ura en el caso Bueno Alves Vs. Argent ina, ent endiendo que se est á frent e a un
act o const it ut ivo de t ort ura cuando el m alt rat o es: a) int encional; b) cause severos
sufrim ient os físicos o m ent ales, y c) se com et a con det erm inado fin o propósit o 1 . Si
analizam os est os t res elem ent os, verem os que el prim ero y el t ercero pueden
hallarse present es en ot ros t rat am ient os incom pat ibles con el art ículo 5.2 de la
Convención. La int encionalidad se refiere a la conciencia del suj et o de que est á
realizando un act o que va a causar un sufrim ient o o un sent im ient o de hum illación y
el propósit o se refiere a las razones por las cuales lo ej ecut a: dom inación,
discrim inación, sadism o, logro de alguna acción u om isión de la víct im a u ot ros.
Am bos elem ent os pueden exist ir en los t rat am ient os crueles, inhum anos o
degradant es. Por lo t ant o, lo que realm ent e dist ingue la t ort ura de ot ros t rat os, en
los t érm inos en que se form uló por la Cort e en el caso Bueno Alves, es la severidad
del sufrim ient o físico o m ent al.
4. La Cort e Europea de Derechos Hum anos ( en adelant e “ Cort e Europea” )
adopt ó precisam ent e esa posición. En est e sent ido, en el caso I rlanda Vs. Reino
Unido, decidió que la t ort ura se refiere a “ un t rat o inhum ano que causa sufrim ient o
m uy serio y cruel” 2 .
5. La Observación General 20 al Art ículo 7 del Pact o I nt ernacional de Derechos
Civiles y Polít icos ( en adelant e “ el Pact o” ) , del Com it é de Derechos Hum anos3 ,

1
Cfr. Caso Bueno Alves Vs Argent ina. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 11 de m ayo de
2007. Serie C No.164, párr . 79, y Caso Bayarri Vs. Argent ina. Ex cepción Prelim inar, Fondo, Reparaciones
y Cost as. Sent encia de 30 de oct ubr e de 2008. Serie C No. 187, párr. 81.
2
Cfr. European Court of Hum an Right s, Case of I reland v . The Unit ed Kingdom , ( Applicat ion no.
5310/ 71) Judgm ent St rasbourg, 18 January 1978, para. 167.
3
Cfr. General Com m ent No. 20: Replaces general com m ent concerning prohibit ion of t ort ure and
cruel t reat m ent or punishm ent ( Ar t . 7) : 10/ 03/ 92 CCPR General Com m ent No.20.
2

sost iene que la dist inción ent re las dist int as form as de t rat am ient o a las que hace
referencia el Pact o “ depende de la clase, propósit o y severidad del t rat am ient o
part icular” 4 . Ese m ism o Com it é no hizo dist inciones ent re los diversos t ipos de
conduct a cuando sost uvo en la Observación señalada que:

La finalidad de las disposiciones del art ículo 7 del Pact o I nt er nacional de Derechos Civiles y
Polít icos es pr ot eger la dignidad y la int egridad física y m ent al de la per sona. El Est ado Part e
t iene el deber de brindar a t oda persona, m ediant e m edidas legislat ivas y de ot ra índole, la
prot ección necesaria cont ra los act os prohibidos por el ar t ículo 7, sean infligidos por personas
que act úen en el desem peño de sus funciones oficiales, al m argen de dichas funciones o
incluso a t ít ulo privado 5

6. Tam poco hizo dist inción alguna la Cort e Europea en el recient e caso Opuz Vs.
Turquía 6 , donde sost uvo:
En cuant o a la cuest ión de si puede considerarse al Est ado responsable, baj o el ar t ículo 3, por
los m alos t rat os infligidos a personas por part e de act ores no est at ales, la Cort e recuer da que
la obligación de los Est ados Part es conform e al art ículo 1 de la Conv ención de asegurar a t oda
persona baj o su j ur isdicción los derechos y liber t ades consagrados en la Convención,
conj unt am ent e con el ar t ículo 3, requier e de los Est ados que t om en m edidas diseñadas para
asegurar que los individuos baj o su j urisdicción no sean obj et o de t ort ura o t rat os o penas
crueles, inhum anos o degradant es, incluyendo m alos t rat os perpet rados por individuos
privados ( ver , m ut at is m ut andi, H.L.R. v. France, 29 April 1997, § 40, Report s 1997- I I I ) .
Part icular m ent e, los niños y ot ros individuos vulnerables t ienen derecho a prot ección por part e
del Est ado, en form a de disuasión efect iva, cont ra aquellas violaciones serias a la int egridad
7
personal ( v er A. v. t he Unit ed Kingdom , 23 Sept em ber 1998, § 22, Report s 1998- VI ) .

7. Com o puede observarse, ninguna de est as decisiones o int erpret aciones hace
alusión al requisit o de la exigencia de la part icipación act iva, la aquiescencia o
t olerancia, o la inacción de un agent e est at al. Ese es un requisit o agregado por la
Convención I nt eram ericana para Prevenir y Sancionar la Tort ura ( en adelant e “ la
CI PST” ) y por la Convención cont ra la Tort ura y Ot ros Trat os o Penas Crueles,
I nhum anos o Degradant es ( en adelant e “ Convención cont ra la Tort ura” ) . Am bas
Convenciones son post eriores a la Convención Am ericana, habiendo ent rado en
vigor en 1987.
8. Si se leen los párrafos 218, 219, 220 y 230 de est e fallo, puede advert irse
que las t res víct im as sufrieron graves agresiones físicas y m uy probablem ent e
violencia sexual de algún t ipo ant es de su m uert e. La descripción del est ado de los
cadáveres, aunque fue hecha de m anera ineficient e en los prim eros m om ent os,
m uest ra la m agnit ud del t rat am ient o que se les infligió, de m odo que los hechos
perm it ían ser considerados com o act os de t ort ura.

4
Cfr. General Com m ent No. 20, supra not a 3, párr. 4.
5
Cfr. General Com m ent No. 20, supra not a 3, párr. 2. Tam bién hace referencia a act os de t ort ura
com et idos por part iculares en el párr. 13 de la m ism a Observación General, en el sent ido de que
[ a] l present ar sus inform es, los Est ados Part es deberán indicar las disposiciones de su derecho
penal que sancionan la t ort ura y los t rat os o cast igos cr ueles, inhum anos y degradant es, y
especificar la sanciones aplicables a esos act os, sean ést os com et idos por funcionar ios públicos
u ot ras personas que act úen en nom br e del Est ado o por part iculares. Serán considerados
responsables quienes violen el art ículo 7, ya sea alent ando, ordenando o perpet rando act os
prohibidos
6
Cfr. European Court of Hum an Right s, Case of Opuz v. Turkey, ( Applicat ion no. 33401/ 02) ,
Judgm ent St rasbourg, 9 June 2009, para. 159. Ver t am bién Case of Z and ot her s v. t he Unit ed Kingdom
( Applicat ion no. 29392/ 95) , Judgm ent St rasbourg 10 May 2001, párr. 73-
7
Cfr. European Court of Hum an Right s, Case of Opuz v. Tur key, supra not a 6, párra. 159.
3

9. No parece pues, haber j ust ificación al hecho de que el t rat am ient o que se
aplicó a las t res víct im as de est e caso no se haya calificado com o t ort ura, salvo el
hecho de que la Cort e consideró que no era posible encont rar que un Est ado pudiera
ser responsable de un act o de t ort ura si no había prueba de que ést e hubiera sido
perpet rado por agent es del Est ado o se hubiera llevado a cabo cuando un em pleado
o funcionario público pudiendo im pedir el act o no lo hubiera hecho ( art ículo 3.a 8 de
la CI PST) o, en los t érm inos del art ículo 1 9 de la Convención cont ra la Tort ura, el
act o se hubiera realizado con la aquiescencia de un agent e del Est ado.
10. Con respect o a la form ulación de la Convención cont ra la Tort ura, bast e decir
que el propio Com it é cont ra la Tort ura, creado por dicha Convención, ha sost enido
que:
cuando las aut oridades del Est ado [ …] t ienen conocim ient o o m ot ivos fundados para cr eer que
suj et os pr ivados o act ores no est at ales per pet ran act os de t or t ura o m alos t rat os y no ej ercen
la debida diligencia para im pedir , invest igar, enj uiciar y cast igar a dichos suj et os pr ivados o
act ores no est at ales [ …] el Est ado es responsable [ …] por consent ir o t olerar esos act os
inacept ables. La negligencia del Est ado a la hora de int ervenir para poner fin a esos act os,
sancionar a los aut ores y ofrecer reparación a las v íct im as de la t ort ura facilit a y hace posible
que los act ores no est at ales com et an im punem ent e act os prohibidos por la Convención, por lo
que la indiferencia o inacción del Est ado const it uye una form a de incit ación y/ o de aut orización
de hecho. El Com it é ha aplicado est e principio a los casos en que los Est ados Part es no han
im pedido act os de v iolencia de género, com o la violación, la violencia en el hogar, la
10
m ut ilación genit al fem enina o la t rat a, o no han prot egido a las víct im as .

11. Tam bién el Relat or especial sobre la cuest ión de la t ort ura, refiriéndose al
art ículo 1 de la Convención cont ra la Tort ura, que consagra obligaciones sim ilares al
cit ado art ículo 3 de la CI PST, señaló que
se ha ut ilizado con frecuencia para excluir del ám bit o de prot ección que dispone la Convención
la v iolencia cont ra la m uj er al m argen del cont rol dir ect o del Est ado. No obst ant e, [ dicho
art ículo,] cuando habla de consent im ient o o aquiescencia del funcionario público[ ,] hace
ext ensivas clar am ent e las obligaciones del Est ado a la esfera privada y debería ent ender se que

8
El art ículo 3 de la Convención I nt eram er icana para Prevenir y Sancionar la Tort ura est ablece:

Serán responsables del delit o de t ort ura:


a. los em pleados o funcionarios públicos que act uando en ese caráct er ordenen, inst iguen,
induzcan a su com isión, lo com et an direct am ent e o que, pudiendo im pedirlo, no lo hagan.
b. las personas que a inst igación de los funcionar ios o em pleados públicos a que se refiere el
inciso a. ordenen, inst iguen o induzcan a su com isión, lo com et an direct am ent e o sean
cóm plices.
9
El ar t ículo 1.1 de la Conv ención cont ra la Tort ura y Ot ros Trat os o Penas Crueles, I nhum anos o
Degradant es est ablece:
A los efect os de la present e Convención, se ent enderá por el t ér m ino " t or t ura" t odo act o por el
cual se inflij a int encionadam ent e a una per sona dolores o sufrim ient os graves, ya sean físicos
o m ent ales, con el fin de obt ener de ella o de un t er cero infor m ación o una confesión, de
cast igar la por un act o que haya com et ido, o se sospeche que ha com et ido, o de int im idar o
coaccionar a esa persona o a ot ras, o por cualquier razón basada en cualquier t ipo de
discrim inación, cuando dichos dolores o sufr im ient os sean infligidos por un funcionario público
u ot ra persona en el ej ercicio de funciones públicas, a inst igación suya, o con su
consent im ient o o aquiescencia. No se considerarán t ort ur as los dolores o sufrim ient os que
sean consecuencia únicam ent e de sanciones legít im as, o que sean inher ent es o incident ales a
ést as.
10
Com it é cont ra la t ort ura, Observación General No. 2 sobre aplicación del art ículo 2 por los
Est ados Par t es, docum ent o CAT/ C/ GC/ 2, de 24 de enero de 2008, párr. 18..
4

abarca la falt a de prot ección por part e del Est ado de las personas que est én dent ro de su
11
j urisdicción cont ra la t ort ura y los m alos t rat os por part iculares .

12. En cuant o a la CI PST, t res punt os son pert inent es de dest acar. El prim ero es
que la Convención Am ericana, vigent e desde j ulio de 1978, no cont iene una
definición de est a conduct a y que la Cort e ha debido const ruirla de acuerdo a sus
facult ades com o órgano aut orizado para dar una int erpret ación aut ént ica de las
disposiciones de ese t rat ado, por lo que el concept o de t ort ura del Tribunal,
explicit ado o no explicit ado en los fallos, pero present e en la m ent e de los
j uzgadores, no debe ser necesariam ent e igual al de dichas convenciones y no debe
ineludiblem ent e ser aplicado. El segundo es que no t odos los Est ados part es de la
Convención Am ericana lo son de la CI PST, por lo que la Cort e hast a hoy puede est ar
enfrent ada a conocer de un caso de t ort ura sin poder aplicar esa Convención
direct am ent e. De hecho, en est e fallo no se aplica la Convención I nt eram ericana
cont ra la Tort ura, ni se ut iliza para ilum inar la int erpret ación de las norm as de la
Convención Am ericana. El t ercero recuerda que el propio Tribunal det erm inó que,
t ras considerar el concept o de t ort ura desarrollado en el sist em a europeo de
derechos hum anos y la definición previst a en la CI PST, había llegado a la conclusión
de “ que se ha form ado un verdadero régim en j urídico int ernacional de prohibición
absolut a de t odas las form as de t ort ura” 12 , t ant o física com o psicológica 13 .
13. Habiéndose form ulado un corpus j uris int ernacional, es procedent e ver cóm o
se aplica para dar la m ayor prot ección a los derechos hum anos de los individuos.
Quizás el m ej or resum en de la posición que se pueda adopt ar en est e caso, que es
un caso de violación grave de la int egridad de dos niñas y una j óven m uj er- de por sí
pert enecient es a un sect or colocado por la sociedad en un est ado de vulnerabilidad,
que a su vez es perm it ido por el Est ado - , se encuent ra en un fallo de la Cort e Penal
I nt ernacional para la Ex- Yugoslavia ( en adelant e “ Tribunal para la Ex- Yugoslavia” ) .
14. En el caso Prosecut or v. Dragolj ub Kunarac, Radom ir Kovac y Zoran
Vukovic14 , el Tribunal para la Ex- Yugoslavia acude, en el párrafo 479, a la
j urisprudencia de la Cort e Europea 15 y, en el párrafo 482, a su propia

11
I nform e 2008 del Relat or Especial sobr e la t ort ura y ot ros t rat os o penas crueles, inhum anos o
degradant es, Manfred Nowak, doc. A/ HRC/ 7/ 3 de 15 de enero de 2008, párr. 31.
12
Caso de los Herm anos Góm ez Paquiyaur i Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 8
de j ulio de 2004. Serie C No. 110, párr. 112..Ver t am bién Caso Ferm ín Ram ír ez Vs. Guat em ala. Fondo,
Reparaciones y Cost as. Sent encia de 20 de j unio de 2005. Serie C No. 126, párr. 117, y Caso del Penal
Miguel Cast ro Cast ro Vs. Per ú. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 25 de noviem bre de 2006.
Serie C No. 160, párr. 271.
13
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Excepciones Prelim inares. Sent encia de 26 de j unio
de 1987. Serie C No. 1, párr .103. I gualm ent e, Caso Cant oral Benavides Vs. Perú. Fondo. Sent encia de 18
de agost o de 2000. Serie C No. 69, párr 102; Caso Marit za Urrut ia Vs. Guat em ala. Fondo, Reparaciones y
Cost as. Sent encia de 27 de noviem bre de 2003. Serie C No. 103, párr. 92; Caso de los Herm anos Góm ez
Paquiyauri Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Cost as. Sent encia de 8 de j ulio de 2004. Serie C No. 110,
párr. 112.
14
Cfr. I nt ernat ional Tr ibunal for t he Prosecut ion of Persons Responsible for Serious violat ions of
I nt er nat ional Hum anit arian Law Com m it t ed in t he Territ ory of t he Form er Yugoslavia since 1991, Trial
cham ber, Prosecut or v. Dragolj ub Kunarac, Radom ir Kovac and Zoran Vukovic, Judgm ent of 22 Febr uary
2001.
15
Cost ello- Rober t s v. UK, 25 Mar 1993, Series A, No 247- C, paras. 27- 28; HLR v. France, 29 Apr
1997, Repor t s 1997- I I I , p. 758, para. 40; and A v. UK, 23 Sept 1998, Report s of Judgm ent s and Decisions
1998- VI , p. 2692, para. 22.
5

j urisprudencia 16 para sost ener que la definición de la Convención cont ra la Tort ura no
const it uye una norm a de derecho consuet udinario. La definición cont enida en esa
Convención sólo puede ser ut ilizada en la m edida en que ot ros inst rum ent os
int ernacionales o leyes nacionales no den al individuo una prot ección m ás am plia o
m ej or. Ést o repit e, por lo dem ás, una de las norm as básicas de la aplicación de los
inst rum ent os de derechos hum anos que se encuent ra en el art ículo 29.b. 17 de la
Convención Am ericana y en el art ículo 5.2 18 del Pact o I nt ernacional de Derechos
Civiles y Polít icos.
15. El Tribunal para la Ex- Yugoslavia, después de exam inar el conj unt o de norm as
y reglas que se refieren a la t ort ura, llega, por una part e, a la conclusión, que
com part o, de que hay t res elem ent os en la t ort ura que no son obj et ados y que
const it uyen, por consiguient e, j us cogens: i) el sufrim ient o o dolor severos, físicos o
m ent ales, ya sea por acción u om isión; ii) la int encionalidad del act o y iii) la
m ot ivación o fin del act o para conseguir algo 19 . Por ot ra part e, hay t res elem ent os
que perm anecen en cont ienda y, por lo t ant o, no form an part e del j us cogens: i) la
list a de m ot ivaciones por las cuales el act o se com et e; ii) la necesidad de que el act o
se com et a en conexión con un conflict o arm ado; y iii) el requisit o de que el act o sea
perpet rado o sea inst igado por un agent e del Est ado o se realice con su
consent im ient o o aquiescencia 20 .
16. Todo est e razonam ient o m e lleva a sost ener que la Cort e no est á obligada a
aplicar o a guiarse ni por la definición de la CI PST ni por la de la Convención cont ra
la Tort ura, sino que debería hacer prevalecer la concepción del j us cogens, puest o
que ella est ablece la m ej or prot ección para las víct im as de t ort ura. Recuerdo, por lo
dem ás, que el art ículo 16 de la CI PST dispone que esa Convención “ dej a a salvo lo
dispuest o por la Convención Am ericana sobre Derechos Hum anos, por ot ras
convenciones sobre la m at eria y por el Est at ut o de la Com isión I nt eram ericana de
Derechos Hum anos respect o del delit o de t ort ura” , de m odo que int erpret ar la
t ort ura apart ándose de dicha Convención no const it uye un incum plim ient o de la
m ism a sino , por el cont rario, su aplicación fiel.
17. Si la Cort e es independient e para definir la t ort ura y por lo t ant o no necesit a
int egrar com o un elem ent o del concept o de la m ism a la part icipación por acción u
om isión de un agent e del Est ado ( ni necesit a t am poco int erpret ar de m anera

16
Cfr. I nt ernat ional Tr ibunal for t he Prosecut ion of Persons Responsible for Serious violat ions of
I nt er nat ional Hum anit arian Law Com m it t ed in t he Territ ory of t he Form er Yugoslavia since 1991, Trial
Cham ber, Prosecut or v Furundžij a, Case I T- 95- 17/ 1- T, Judgm ent , 10 Dec 1998, para. 160.
17
El art ículo 29.b de la Convención est ablece:

Ninguna disposición de la pr esent e Conv ención puede ser int erpr et ada en el sent ido de:
b) lim it ar el goce y ej er cicio de cualquier derecho o libert ad que pueda est ar r econocido de
acuerdo con las leyes de cualquiera de los Est ados Par t es o de acuerdo con ot ra convención en
que sea part e uno de dichos Est ados;
18
El art ículo 5.2 del Pact o est ablece:

No podrá adm it ir se rest r icción o m enoscabo de ninguno de los derechos hum anos
fundam ent ales reconocidos o vigent es en un Est ado Part e en v irt ud de leyes, conv enciones,
reglam ent os o cost um bres, so pret ext o de que el present e Pact o no los r econoce o los
reconoce en m enor grado.
19
Cfr. Prosecut or v. Dragolj ub Kunarac, Radom ir Kovac and Zoran Vukovic, supra not a 14, párr.
483.
20
Cfr. Prosecut or v. Dragolj ub Kunarac, Radom ir Kovac and Zoran Vukovic, supra not a 14, párr.
484.
6

est recha el concept o de aquiescencia, puest o que en est e caso – basándom e en los
hechos - sost engo que usando el concept o de aquiescencia del Com it é cont ra la
Tort ura había aquiescencia del Est ado) el único problem a que debería analizarse es
si es posible at ribuirle al Est ado el no haber cum plido con su obligación de garant izar
la int egridad personal de las víct im as frent e a la posibilidad de la t ort ura. No
necesit o repet ir lo que la Cort e ha dicho en num erosos fallos y que reit era en ést e
en cuant o a que la obligación de garant izar requiere el deber de prevenir.
18. El fallo en est e caso est ablece dos m om ent os en que el Est ado no cum plió
con ese deber a cabalidad. El prim ero es el de ant es de la desaparición de las
víct im as y no se refiere a la obligación de im pedir que esas t res víct im as fueran
secuest radas; ello sería desproporcionado. Lo que sí se podía exigir es que desde el
m om ent o en que el Est ado t uvo conocim ient o oficial ( no m enciono el no oficial) , es
decir, por lo m enos desde el m om ent o en que la Com isión Nacional de Derechos
Hum anos advirt ió oficialm ent e sobre la exist encia del pat rón de violencia cont ra las
m uj eres en Ciudad Juárez, hubo una ausencia de polít icas dest inadas a int ent ar
revert ir la sit uación.
19. El segundo m om ent o, que es el que m e int eresa para est e vot o, es el lapso
ent re el m om ent o en que las t res víct im as desaparecieron y la respuest a del Est ado
frent e a esa desaparición, que fue, de acuerdo al fallo, com plet am ent e t ardía y hast a
hoy insuficient e. La Cort e reconoce en el párrafo 283 del fallo que el Est ado “ t uvo
conocim ient o de que exist ía un riesgo real e inm ediat o de que las víct im as fueran
agredidas sexualm ent e, som et idas a vej ám enes y asesinadas” , y que, por
consiguient e, “ considera que ant e t al cont ext o surge un deber de debida diligencia
est rict a frent e a denuncias de desaparición de m uj eres, respect o a su búsqueda
durant e las prim eras horas y los prim eros días” .
20. Si la Cort e hubiera concluído que el Est ado era en est e caso responsable de la
t ort ura a la que fueron som et idas las víct im as, el Tribunal hubiera seguido la
t endencia de ot ros órganos de supervisión int ernacionales, ya cit ados, que han
venido inst it uyendo una t endencia en cuant o a la responsabilidad de los Est ados por
act os de t ort ura com et idos por agent es no est at ales, lo que, est im o, hubiera
const it uido un im port ant e desarrollo y aclaración de un t em a sobre el cual la Cort e
con cert eza deberá seguir ocupándose.

Cecilia Medina Quiroga


Jueza
Pablo Saavedra Alessandri
Secret ario

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