Está en la página 1de 23

Conforme pasaron los años, mi pasión por

lo sobrenatural creció y decreció. Por lo


general, una vez que el otoño comenzaba
mi interés alcanzaba su punto máximo.
No obstante, en los meses inmediatos de
invierno mi interés volvía a enfocarse en
las cosas de mi vida cotidiana.

Trabajó para una compañía industrial


manejando números. Pasó día tras día,
hora tras hora capturando datos e
imprimiendo hojas de cálculo para mis
jefes. No es el mejor trabajo del mundo,
pero definitivamente tampoco es el peor y
la paga es decente. Lo suficientemente
decente como para permitirme tener mi
propio auto y una casa pequeña. Compré
la propiedad el año pasado y empleé la
mayoría de mi tiempo libre haciéndole
reparaciones. Así fue como me las arreglé
para conseguirla a un precio accesible
para mi salario.
Cuando adquirí el lugar estaba bastante
deteriorado. Seguro, aun era habitable,
pero sí que necesitaba reformas. Diablos,
ni siquiera habría invitado a nadie a
visitarme durante los primeros meses por
la vergüenza.

Cada uno de mis pagos lo invertí en


arreglar y remodelar mi casa, hasta que,
mes con mes, la necesidad de invertir mi
salario fue cada vez menor. Después de
cambiar el piso, pintar las paredes,
arreglar la corriente eléctrica y el aire
acondicionado, la casa comenzó a lucir
como un sitio apropiado. Realmente
extraño ese lugar.

Un par de meses atrás estaba mirando un


programa de televisión sobre un grupo de
investigadores paranormales, viajando
por el mundo y explorando lugares
tenebrosos con la esperanza de captar a
algún espíritu en vídeo. Este tipo de
realities, por más exagerados que puedan
ser, son muy entretenidos para mí.
Seguro, muchos de ellos son falsos y
llevan al límite recursos sobreactuados,
como hacer que un ruido cualquiera se
convierta en algo aterrador: una pisada
aquí y allá, el arrastre sobre algo en el
suelo, una puerta cerrándose
ocasionalmente, pueden llevar a la
histeria. Se vuelve algo cómico después
de un tiempo.

Como sea, mi parte favorita de estos


programas son los FVE’s, es decir,
Fenómeno de la Voz Eléctrica.
Básicamente, los investigadores sacan
una grabadora de voz en una habitación
vacía, haciendo unas cuantas preguntas
en voz alta mientras graban y cuando
escuchan la grabación, voces de otro
mundo pueden escucharse hablando a
través de la misma.
Si bien sé que estas grabaciones son
falsas hasta cierto punto, la idea de ser
capaz de escuchar voces sobrenaturales
me atrajo de sobremanera. Ya sabes, la
posibilidad de tener una evidencia física
en mis manos, de que algo más existe en
el otro lado.

El programa que estaba mirando


mencionaba sus redes sociales al
finalizar y al indagar en ellas, descubrí
que también contaba con su propio
website, en el que vendían el equipo
utilizado en el show. Mientras que la
mayoría del equipamiento estaba fuera de
mi presupuesto, y que realmente no veía
la necesidad de comprar algo como una
cámara de infrarrojos hipersentitiva, vi
algo que llamó mi atención.

Eran esas grabadoras digitales que


usaban para las sesiones de FVE. Algunas
de ellas eran bastante costosas,
exponiendo cientos de botones distintos
y funciones. Otras más solo contaban con
lo básico; la más simple costaba
alrededor de 40 dólares.

No sé que fue lo que me impulsó a


comprarla. El pensamientos de que
finalmente podría satisfacer mi vieja
pasión, o quizá solamente estuviera
tomando decisiones estúpidas de vez en
cuando. Como sea, compré el objeto y de
hecho me olvidé de él, hasta que alguien
tocó a mi puerta. Tras un par de semanas
ni interés se reavivó.

Pasé la tarde leyendo el instructivo que


venía con el aparato. Instrucciones
simples de uso y mantenimiento. La probé
esa misma noche.

Me quedé despierto hasta la madrugada


haciendo preguntas, reproduciendo el
sonido estático y repitiéndolo una y otra
vez. Cuando el sol afuera se tornó
naranja, revelando que el sol estaba
saliendo, decidí dormir un poco, aliviado
de que ese día no tuviera que ir al trabajo.

Un rato más tarde, al levantarme, volví a


mirar hacía la grabadora que había
comprado, consideré que mi casa tal vez
no estaba embrujada en primer lugar. Por
lo cual mi falla al capturar algo era
verdad. Nunca he experimentado o
sentido nada paranormal desde que me
mudé, así que no podía estar seguro.

Después de vestirme alistarme para la


tarde, noté que había dejado el aparato al
lado de mi cama, grabando mientras
dormía. Riendo por lo bajo, me pregunté
si podría escucharme a mí mismo
roncando o incluso hablando entre
sueños. Así que rebobiné la grabación
hasta un punto al azar y oprimí el botón
de reproducción.
Por unos 30 segundos no fui capaz de
escuchar nada, entonces distinguí un
sonido de arrastre; como sábanas siendo
arrojadas. Otro minuto pasó y estaba a
punto de apagar la grabadora cuando oí
algo más.

Se escuchaba como un susurro.

Después de reproducirlo múltiples veces,


distinguí lo que decía:

—Te veo.

Decir que estaba en shock sería poco.


Escuchar esa voz envío escalofríos por mi
espina dorsal como nunca había sentido
antes. Mientras consideraba la
posibilidad de que podía ser yo mismo
hablando dormido, no se sentía como si
ese fuera el caso.
Pasé el resto de la tarde escuchando la
grabación con detalle y hubo solo cuatro
ocasiones en las que se grabó una voz.
No estoy seguro si se trataba de la
misma:

—Está ahí…

—Vigílenlo…

—Te veo…

—No puedes escapar…

Cada una era más escalofriante que la


anterior, no estaba seguro de que hacer a
estas alturas. Estuve dándole vueltas al
asunto, entonces consideré grabarme a
mí mismo una vez más mientras dormía,
solo para estar seguro.
Me fui a dormir temprano esa noche. El
sol aun estaba en lo alto del cielo, aunque
descendió rápidamente. Me aseguré
rápidamente de que cada puerta y
ventana estuviera cerrada, antes de
poner en marcha mi grabadora y me
abandonaba al suelo.

Fui despertado a las dos de la mañana


por algo; no podría asegurarlo con
certeza, pero me sentí como si estuviera
en peligro. Me senté en mía cama,
empapado de frío sudor y mirando
alrededor de mi habitación. Recuerdo
haber preguntado en voz alta si alguien
estaba conmigo, pero no recibí ninguna
señal.

Fue más difícil quedarme dormido la


segunda vez, pero eventualmente lo
logré. Al despertar, rápidamente conecté
mis audífonos a la grabadora y reproducí
lo que se había grabado esa noche. Solo
fui capaz de escucharlo dos veces.
La primera cosa que distinguí y me
sobresaltó, fue el sonido de la puerta de
mi habitación abriéndose. Sé a ciencia
cierta que coloqué el cerrojo en cada
puerta. Aun así, el sonido de la puerta
abriéndose era tan claro como el día.
Unos treinta minutos después de eso,
escuché la primera voz…

—Está ahí.

De nuevo, la misma oración de la noche


anterior. Continué con la grabación sin
escuchar nada por una hora. La siguiente
voz que oí dijo:

—Ayúdame…

Para mí, se escuchaba como si alguien


estuviera pidiendo que lo salvaran de
algo, aunque no puedo asegurar por
completo que ese fuera el significado. La
siguiente oración aun sigue causándome
escalofríos cuando pienso en ella, había
sido la razón por la que desperté en
medio de la noche. La voz decía:

—Maténlo… ahora…

Era casi como si se emitiera una orden.


Mi propia orden de ejecución. Acto
seguido, pude escucharme agitado y
preguntando a la nada si había alguien
ahí conmigo. La respuesta que escuché
para dicha pregunta me heló la sangre:

Por cierto, antes que te olvides, ¿nos


apoyarías con un like? De esta forma nos
apoyas a seguir publicando de forma
gratuita.😀

—Cincuenta de nosotros… estamos aquí…


El pensamiento de cincuenta espíritus en
mi habitación, mirándome mientras
dormía me aterrorizaba.

La semana siguiente pasé mi casa en


venta y me mudé a un apartamento de
una sola habitación. Ya no tengo ningún
tipo de interés en lo paranormal y si
alguien ahí afuera, está interesado en
fantasmas, tengan cuidado.

No sé si mi obsesión por lo sobrenatural


abrió alguna puerta para los espíritus o si
estuvieron allí todo el tiempo, en silencio
y esperando a alguien que hablara con
ellos.

Desde que escuché esa grabación, no


puedo evitar sentirme que me observan
constantemente. Que me persiguen
constantemente. Puede que tenga que
buscar un nuevo apartamento pronto,
pues estoy empezando a escuchar mi
puerta abriéndose y cerrándose en medio
de la noche.

Toma mi consejo: Nunca te grabes solo


de noche mientras estás durmiendo.
Puede que no te guste lo que encuentres.

Desde que tengo memoria he estado


obsesionado con lo paranormal. Debido a
mi naturaleza inquisitiva, siempre me he
sentido atraído por el estudio de los
fantasmas y espíritus. Cuando pienso en
como fue que comenzó todo, me acuerdo
de mis padres, ellos solían contarme
cuentos de horror antes de irme a dormir.
Incluso cuando se preocupaban porque
dichas historias me provocaran
pesadillas, yo insistía y amaba cada
minuto de ese breve terror.

Recuerdo acampar con mi familia o tener


pijamadas con amigos, en los que
contábamos cuentos de fantasmas los
unos a otros, en un intento por asustar a
quienes nos rodeaban.

Conforme pasaron los años, mi pasión por


lo sobrenatural creció y decreció. Por lo
general, una vez que el otoño comenzaba
mi interés alcanzaba su punto máximo.
No obstante, en los meses inmediatos de
invierno mi interés volvía a enfocarse en
las cosas de mi vida cotidiana.

Trabajó para una compañía industrial


manejando números. Pasó día tras día,
hora tras hora capturando datos e
imprimiendo hojas de cálculo para mis
jefes. No es el mejor trabajo del mundo,
pero definitivamente tampoco es el peor y
la paga es decente. Lo suficientemente
decente como para permitirme tener mi
propio auto y una casa pequeña. Compré
la propiedad el año pasado y empleé la
mayoría de mi tiempo libre haciéndole
reparaciones. Así fue como me las arreglé
para conseguirla a un precio accesible
para mi salario.

Cuando adquirí el lugar estaba bastante


deteriorado. Seguro, aun era habitable,
pero sí que necesitaba reformas. Diablos,
ni siquiera habría invitado a nadie a
visitarme durante los primeros meses por
la vergüenza.

Cada uno de mis pagos lo invertí en


arreglar y remodelar mi casa, hasta que,
mes con mes, la necesidad de invertir mi
salario fue cada vez menor. Después de
cambiar el piso, pintar las paredes,
arreglar la corriente eléctrica y el aire
acondicionado, la casa comenzó a lucir
como un sitio apropiado. Realmente
extraño ese lugar.

Un par de meses atrás estaba mirando un


programa de televisión sobre un grupo de
investigadores paranormales, viajando
por el mundo y explorando lugares
tenebrosos con la esperanza de captar a
algún espíritu en vídeo. Este tipo de
realities, por más exagerados que puedan
ser, son muy entretenidos para mí.
Seguro, muchos de ellos son falsos y
llevan al límite recursos sobreactuados,
como hacer que un ruido cualquiera se
convierta en algo aterrador: una pisada
aquí y allá, el arrastre sobre algo en el
suelo, una puerta cerrándose
ocasionalmente, pueden llevar a la
histeria. Se vuelve algo cómico después
de un tiempo.

Como sea, mi parte favorita de estos


programas son los FVE’s, es decir,
Fenómeno de la Voz Eléctrica.
Básicamente, los investigadores sacan
una grabadora de voz en una habitación
vacía, haciendo unas cuantas preguntas
en voz alta mientras graban y cuando
escuchan la grabación, voces de otro
mundo pueden escucharse hablando a
través de la misma.
Si bien sé que estas grabaciones son
falsas hasta cierto punto, la idea de ser
capaz de escuchar voces sobrenaturales
me atrajo de sobremanera. Ya sabes, la
posibilidad de tener una evidencia física
en mis manos, de que algo más existe en
el otro lado.

El programa que estaba mirando


mencionaba sus redes sociales al
finalizar y al indagar en ellas, descubrí
que también contaba con su propio
website, en el que vendían el equipo
utilizado en el show. Mientras que la
mayoría del equipamiento estaba fuera de
mi presupuesto, y que realmente no veía
la necesidad de comprar algo como una
cámara de infrarrojos hipersentitiva, vi
algo que llamó mi atención.

Eran esas grabadoras digitales que


usaban para las sesiones de FVE. Algunas
de ellas eran bastante costosas,
exponiendo cientos de botones distintos
y funciones. Otras más solo contaban con
lo básico; la más simple costaba
alrededor de 40 dólares.

No sé que fue lo que me impulsó a


comprarla. El pensamientos de que
finalmente podría satisfacer mi vieja
pasión, o quizá solamente estuviera
tomando decisiones estúpidas de vez en
cuando. Como sea, compré el objeto y de
hecho me olvidé de él, hasta que alguien
tocó a mi puerta. Tras un par de semanas
ni interés se reavivó.

Pasé la tarde leyendo el instructivo que


venía con el aparato. Instrucciones
simples de uso y mantenimiento. La probé
esa misma noche.

Me quedé despierto hasta la madrugada


haciendo preguntas, reproduciendo el
sonido estático y repitiéndolo una y otra
vez. Cuando el sol afuera se tornó
naranja, revelando que el sol estaba
saliendo, decidí dormir un poco, aliviado
de que ese día no tuviera que ir al trabajo.

Un rato más tarde, al levantarme y


alistarme para el resto de la tarde, volví a
mirar hacía la grabadora que había
comprado, consideré que mi casa tal vez
no estaba embrujada en primer lugar. Por
lo cual mi falla al capturar algo era
verdad. Nunca he experimentado o
sentido nada paranormal desde que me
mudé, así que no podía estar seguro.

Después de vestirme alistarme para la


tarde, noté que había dejado el aparato al
lado de mi cama, grabando mientras
dormía. Riendo por lo bajo, me pregunté
si podría escucharme a mí mismo
roncando o incluso hablando entre
sueños. Así que rebobiné la grabación
hasta un punto al azar y oprimí el botón
de reproducción.
Por unos 30 segundos no fui capaz de
escuchar nada, entonces distinguí un
sonido de arrastre; como sábanas siendo
arrojadas. Otro minuto pasó y estaba a
punto de apagar la grabadora cuando oí
algo más.

Se escuchaba como un susurro.

Después de reproducirlo múltiples veces,


distinguí lo que decía:

—Te veo.

Decir que estaba en shock sería poco.


Escuchar esa voz envío escalofríos por mi
espina dorsal como nunca había sentido
antes. Mientras consideraba la
posibilidad de que podía ser yo mismo
hablando dormido, no se sentía como si
ese fuera el caso.
Pasé el resto de la tarde escuchando la
grabación con detalle y hubo solo cuatro
ocasiones en las que se grabó una voz.
No estoy seguro si se trataba de la
misma:

—Ahí está él…

—Vigílenlo…

—Te veo…

—No puedes escapar…

Cada una era más escalofriante que la


anterior, no estaba seguro de que hacer a
estas alturas. Estuve dándole vueltas al
asunto, entonces consideré grabarme a
mí mismo una vez mñas mientras dormía,
solo para estar seguro.
Me fui a dormir temprano esa noche. El
sol aun estaba en lo alto del cielo, aunque
descendió rápidamente. Me aseguré
rápidamente de que cada puerta y
ventana estuviera cerrada, antes de
poner en marcha mi grabadora y me
abandonaba al suelo.

Fui despertado a las dos de la mañana


por algo; no podría asegurarlo con
certeza, pero me sentí como si estuviera
en peligro. Me senté en la cama,
empapado de frío sudor y mirando
alrededor de mi habitación. Recuerdo
haber preguntado en voz alta si alguien
estaba conmigo, pero no recibí ninguna
señal.

También podría gustarte