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Universidad autónoma de santo domingo

Presentado a:

Grecia Samir Santos Rojas

Nombre:

Jisselle Altagracia

Apellido:

Paula Cunillera

Sección:

02

Matricula:

100619717

Tema:

Prejuicio: causas, efectos y formas de contrarrestarlo


Prejuicio y discriminación: naturaleza y orígenes

En el habla cotidiana, solemos usar indistintamente los términos prejuicio y


discriminación. Sin embargo, los psicólogos sociales han establecido una clara
distinción entre ambos fenómenos.

Prejuicio: el rostro de la intolerancia

En otras palabras, una persona con prejuicios hacia un determinado grupo


social evaluará a sus miembros de manera particular, simplemente debido a la
pertenencia a este grupo. Por su parte, la discriminación se refiere a acciones
negativas hacia grupos que son víctimas del prejuicio. Definir el prejuicio como
un tipo especial de actitud trae consigo dos importantes implicaciones. En
primer lugar, y tal como vimos en los Capítulos 3 y 4, las actitudes funcionan
frecuentemente como esquemas, esto es, marcos cognitivos para
organizar, interpretar y recuperar información.

En consecuencia, los individuos con prejuicios hacia grupos específicos tienden


a procesar la información sobre estos grupos de manera diferente a la manera
en que procesan la información de otros grupos. Por ejemplo, la información
relativa al prejuicio recibe mayor atención o es procesada de forma más
cuidadosa que la información que no se refiere a aquél. Lo mismo ocurre con
información consistente con la perspectiva prejuiciosa de los individuos, que al
recibir una atención mayor es recordada con mayor detalle que la información
no consistente con ella. Como resultado de estos efectos, el prejuicio se
convierte en una especie de circuito cognitivo cerrado que tiende a aumentar
su fuerza con el paso del tiempo.

En segundo lugar, en tanto actitud, el prejuicio incluye sentimientos o


emociones negativas que se activan en las personas prejuiciadas cuando éstas
se ven expuestas a, o simplemente piensan en, miembros de los grupos que
les desagradan. Finalmente, el prejuicio puede incluir la tendencia a actuar en
forma negativa con quienes son objeto de este, comportamientos que
examinamos en la próxima sección. Cuando estas tendencias constituyen
comportamientos manifiestos, devienen en diversas formas de discriminación.

Prejuicio: por qué persiste

Como mencionamos en los capítulos 3 y 4, los seres humanos son «tacaños


cognitivos», dado que realizan el menor esfuerzo cognitivo posible en la
mayoría de las situaciones. Cuando el individuo prejuiciado carga contra un
grupo hacia el que tiene una visión negativa, esta situación le permite afirmar
su autoconfianza y sentirse superior en varios aspectos. Y más
específicamente, los estereotipos parecieran cumplir esta función.

Discriminación: prejuicio en acción

Así, han desaparecido acciones hacia miembros de algunos grupos tales como


la restricción a sentarse en lugares específicos en autobuses o cines, o los
impedimentos a mezclarse con los demás en restaurantes, escuelas o
vecindarios. Sin embargo, esto no implica que las expresiones extremas del
prejuicio se hayan extinguido en su totalidad. Figura 6.3, es preocupante el
aumento de los crímenes por odio, crímenes basados en prejuicios de tipo
racial o étnico, entre otros. Por ejemplo, hace pocos años, unos hombres de
raza blanca con elevados niveles de prejuicio llevaron hasta detrás de un
camión al afroamericano James Byrd, quien murió a consecuencia de las
heridas recibidas en el ataque.

Pero, gracias a la bondad, dichos eventos son relativamente raros, y en


general, el prejuicio se expresa a través de formas de comportamiento mucho
más sutiles.
RACISMO MODERNO: MÁS SUTIL, IGUAL DE CONTUNDENTE.

En una época, muchas personas no sentían reparo alguno para expresar


abiertamente creencias racistas. Ahora, por supuesto, muy pocas personas
manifestarían sin cortapisas este tipo de creencias. Mientras algunos lo creen
posible, muchos psicólogos sociales piensan que, de hecho, lo que ha ocurrido
es que el racismo «antiguo», ha cedido el paso a formas más sutiles, las cuales
reciben el nombre de racismo moderno. Además, suele aparecer una
intolerancia asociada a fuentes distintas al prejuicio, aunque aquélla provenga
de éste.

Como la mayoría de las personas suelen ocultar el racismo moderno, los


psicólogos sociales han desarrollado maneras no entrometidas para estudiar
dichas actitudes.

LA MEDICIÓN DE ACTITUDES RACISTAS IMPLÍCITAS.

La manera más directa de medir el prejuicio es simplemente estimular a las


personas para que manifiesten su visión sobre grupos de distinta raza, etnia o
género. Pero tal como señalamos, en el siglo XXI pocas personas están
dispuestas a admitir abiertamente sus prejuicios, y mucho menos ante
extraños. Este procedimiento consistía en decir a los participantes que serían
conectados a un aparato especial que, mediante la medición de pequeñas
variaciones, podría dar a conocer sus verdaderas opiniones con independencia
de lo que las personas opinaran. Para convencer a los participantes, se les
preguntaba acerca de temas cuyas opiniones ya conocían los investigadores.

Así, el investigador «leía» la máquina y comunicaba la información a los


participantes. Al creer que la máquina, en cierto modo, «veía dentro de
ellos», los participantes no tenían razones para ocultar sus verdaderas
actitudes. Cabría suponer, pues, que sus respuestas a preguntas o escalas de
actitud serían bastante fiables y ofrecerían una visión bastante precisa de sus
actitudes, incluidas varias manifestaciones de prejuicio. En años recientes, los
psicólogos sociales han reconocido que varias de las actitudes que tienen las
personas son implícitas, esto es, existen e influyen en varias formas de
comportamiento, pero quienes las poseen pueden no estar conscientes de su
existencia.

De hecho, en ocasiones negarían enfáticamente el tener determinadas


actitudes, especialmente si éstas se refieren a temas de importancia como el
prejuicio racial. Por añadidura, dichas actitudes pueden aparecer frente a
miembros de los grupos hacia los que se tienen prejuicios, o bien ante
estímulos asociados a estas personas. En primer lugar, se presentan varios
adjetivos a los participantes, frente a los cuales se pide señalar su significado
«bueno» o «malo» mediante uno o dos botones. En segundo lugar, los
participantes miran fotografías de personas que pertenecen a varios grupos
étnicos o raciales.

Se supone que las actitudes racistas implícitas se pondrán de manifiesto a


partir de cuán rápidas sean las respuestas ante las palabras. Si, por
ejemplo, se tienen actitudes negativas hacia los negros, se responderá más
rápidamente a las palabras con significado negativo. Por contraste, los
participantes responderán más lentamente a las palabras con significado
positivo, debido a que este significado es inconsistente con la actitud negativa
activada por el estímulo priming. Los hallazgos de investigación señalan que,
en efecto, las personas poseen actitudes racistas implícitas que son activadas
automáticamente por miembros de grupos étnicos o raciales, y estas actitudes
automáticamente activadas, a la vez, pueden influir en aspectos importantes
del comportamiento, tales como la toma de decisiones que afecten a otros o lo
amigables que seamos con ellos.

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