Prejuicio: causas, efectos y formas de contrarrestarlo
Prejuicio y discriminación: naturaleza y orígenes
En el habla cotidiana, solemos usar indistintamente los términos prejuicio y
discriminación. Sin embargo, los psicólogos sociales han establecido una clara distinción entre ambos fenómenos.
Prejuicio: el rostro de la intolerancia
En otras palabras, una persona con prejuicios hacia un determinado grupo
social evaluará a sus miembros de manera particular, simplemente debido a la pertenencia a este grupo. Por su parte, la discriminación se refiere a acciones negativas hacia grupos que son víctimas del prejuicio. Definir el prejuicio como un tipo especial de actitud trae consigo dos importantes implicaciones. En primer lugar, y tal como vimos en los Capítulos 3 y 4, las actitudes funcionan frecuentemente como esquemas, esto es, marcos cognitivos para organizar, interpretar y recuperar información.
En consecuencia, los individuos con prejuicios hacia grupos específicos tienden
a procesar la información sobre estos grupos de manera diferente a la manera en que procesan la información de otros grupos. Por ejemplo, la información relativa al prejuicio recibe mayor atención o es procesada de forma más cuidadosa que la información que no se refiere a aquél. Lo mismo ocurre con información consistente con la perspectiva prejuiciosa de los individuos, que al recibir una atención mayor es recordada con mayor detalle que la información no consistente con ella. Como resultado de estos efectos, el prejuicio se convierte en una especie de circuito cognitivo cerrado que tiende a aumentar su fuerza con el paso del tiempo.
En segundo lugar, en tanto actitud, el prejuicio incluye sentimientos o
emociones negativas que se activan en las personas prejuiciadas cuando éstas se ven expuestas a, o simplemente piensan en, miembros de los grupos que les desagradan. Finalmente, el prejuicio puede incluir la tendencia a actuar en forma negativa con quienes son objeto de este, comportamientos que examinamos en la próxima sección. Cuando estas tendencias constituyen comportamientos manifiestos, devienen en diversas formas de discriminación.
Prejuicio: por qué persiste
Como mencionamos en los capítulos 3 y 4, los seres humanos son «tacaños
cognitivos», dado que realizan el menor esfuerzo cognitivo posible en la mayoría de las situaciones. Cuando el individuo prejuiciado carga contra un grupo hacia el que tiene una visión negativa, esta situación le permite afirmar su autoconfianza y sentirse superior en varios aspectos. Y más específicamente, los estereotipos parecieran cumplir esta función.
Discriminación: prejuicio en acción
Así, han desaparecido acciones hacia miembros de algunos grupos tales como
la restricción a sentarse en lugares específicos en autobuses o cines, o los impedimentos a mezclarse con los demás en restaurantes, escuelas o vecindarios. Sin embargo, esto no implica que las expresiones extremas del prejuicio se hayan extinguido en su totalidad. Figura 6.3, es preocupante el aumento de los crímenes por odio, crímenes basados en prejuicios de tipo racial o étnico, entre otros. Por ejemplo, hace pocos años, unos hombres de raza blanca con elevados niveles de prejuicio llevaron hasta detrás de un camión al afroamericano James Byrd, quien murió a consecuencia de las heridas recibidas en el ataque.
Pero, gracias a la bondad, dichos eventos son relativamente raros, y en
general, el prejuicio se expresa a través de formas de comportamiento mucho más sutiles. RACISMO MODERNO: MÁS SUTIL, IGUAL DE CONTUNDENTE.
En una época, muchas personas no sentían reparo alguno para expresar
abiertamente creencias racistas. Ahora, por supuesto, muy pocas personas manifestarían sin cortapisas este tipo de creencias. Mientras algunos lo creen posible, muchos psicólogos sociales piensan que, de hecho, lo que ha ocurrido es que el racismo «antiguo», ha cedido el paso a formas más sutiles, las cuales reciben el nombre de racismo moderno. Además, suele aparecer una intolerancia asociada a fuentes distintas al prejuicio, aunque aquélla provenga de éste.
Como la mayoría de las personas suelen ocultar el racismo moderno, los
psicólogos sociales han desarrollado maneras no entrometidas para estudiar dichas actitudes.
LA MEDICIÓN DE ACTITUDES RACISTAS IMPLÍCITAS.
La manera más directa de medir el prejuicio es simplemente estimular a las
personas para que manifiesten su visión sobre grupos de distinta raza, etnia o género. Pero tal como señalamos, en el siglo XXI pocas personas están dispuestas a admitir abiertamente sus prejuicios, y mucho menos ante extraños. Este procedimiento consistía en decir a los participantes que serían conectados a un aparato especial que, mediante la medición de pequeñas variaciones, podría dar a conocer sus verdaderas opiniones con independencia de lo que las personas opinaran. Para convencer a los participantes, se les preguntaba acerca de temas cuyas opiniones ya conocían los investigadores.
Así, el investigador «leía» la máquina y comunicaba la información a los
participantes. Al creer que la máquina, en cierto modo, «veía dentro de ellos», los participantes no tenían razones para ocultar sus verdaderas actitudes. Cabría suponer, pues, que sus respuestas a preguntas o escalas de actitud serían bastante fiables y ofrecerían una visión bastante precisa de sus actitudes, incluidas varias manifestaciones de prejuicio. En años recientes, los psicólogos sociales han reconocido que varias de las actitudes que tienen las personas son implícitas, esto es, existen e influyen en varias formas de comportamiento, pero quienes las poseen pueden no estar conscientes de su existencia.
De hecho, en ocasiones negarían enfáticamente el tener determinadas
actitudes, especialmente si éstas se refieren a temas de importancia como el prejuicio racial. Por añadidura, dichas actitudes pueden aparecer frente a miembros de los grupos hacia los que se tienen prejuicios, o bien ante estímulos asociados a estas personas. En primer lugar, se presentan varios adjetivos a los participantes, frente a los cuales se pide señalar su significado «bueno» o «malo» mediante uno o dos botones. En segundo lugar, los participantes miran fotografías de personas que pertenecen a varios grupos étnicos o raciales.
Se supone que las actitudes racistas implícitas se pondrán de manifiesto a
partir de cuán rápidas sean las respuestas ante las palabras. Si, por ejemplo, se tienen actitudes negativas hacia los negros, se responderá más rápidamente a las palabras con significado negativo. Por contraste, los participantes responderán más lentamente a las palabras con significado positivo, debido a que este significado es inconsistente con la actitud negativa activada por el estímulo priming. Los hallazgos de investigación señalan que, en efecto, las personas poseen actitudes racistas implícitas que son activadas automáticamente por miembros de grupos étnicos o raciales, y estas actitudes automáticamente activadas, a la vez, pueden influir en aspectos importantes del comportamiento, tales como la toma de decisiones que afecten a otros o lo amigables que seamos con ellos.
Margulies, Susana y Name, Julia. El Estudio Antropológico' de Una Niña Aché A Comienzos Del Siglo XX: El Abordaje Del Racismo en Un Curso de Historia de La Disciplina